LOS TRECE MARTES A SAN ANTONIO DE PADUA.


Entre las devociones que los fieles cristianos suelen tener a los Santos particulares, difícilmente se encontrará otra más popular, más arraigada en los corazones y que los mismos fieles tengan por más eficaz, que la del insigne hijo de San Francisco, nuestro glorioso San Antonio de Padua.

Y entre las devociones a San Antonio, la más practicada por considerarse la más eficaz para obtenerse la gracia o favor que se desea, es la de los 13 martes o domingos a San Antonio, que debe hacerse siguiendo las instrucciones siguientes.

1º.- Deben ser seguidos los 13 martes o domingos.

2º.-Comúlguese en cada uno de dichos días, previa confesión sacramental .

3º.-Récense en cada martes o domingos, las oraciones que van después de estas instrucciones.

Se aconseja, además, lo siguiente:

4º.-Que en cada martes se hagan mortificaciones o se dé alguna limosna a los pobres en honor de San Antonio.

5º.-Que se visite al Santísimo Sacramento en alguna Iglesia Franciscana o en su defecto en otra cualquiera, rezando la estación Franciscana de 6 Padres Nuestros, Ave Marías y Glorias, que tiene concedida indulgencia plenaria por S. S. León XIII.

 

MODO DE HACER LOS TRECE MARTES

Oraciones parca todos los días.

Acto de Contrición.

Amantísimo y solícito protector mío San Antonio: postrado humildemente a tus pies, te ofrezco estos piadosos ejercicios, para que me obtengas de la divina Majestad, el perdón de todos mis pecados, las virtudes cristianas, la perseverancia final y la gracia especial que solicito. Y si esto no me conviene, la conformidad con la voluntad de Dios, tanto en ésta como en todas mis adversidades. Haz, oh santo glorioso, que durante estas trece semanas que consagro en tu honor, me conserve en gracia y amistad de Dios y que nunca me aparte de El por el pecado, para que después se me conceda estar en tu compañía por toda una eternidad en la Gloria. Amén.

MARTES PRIMERO.

Considera hoy a San Antonio, como estrella mensajera que en nombre de Dios, te llama a la vida de la gracia si has tenido la desdicha de perderla, a la vida interior si andas disipado y a la propia santificación el de ella te has olvidado.

Contempla también el gozo que San Antonio experimentaría cuando, habiendo triunfado de las asechanzas del demonio, de los halagos de la carne y de los respetos mundanos, hizo a Dios voto de perpetua castidad en manos de la Santísima Virgen.

(Medítese un poco en lo anterior y hagase la petición y después dígase la siguiente oración).

¡Oh glorioso San Antonio! por la prontitud con que seguiste las inspiraciones del cielo y por el inefable gozo que experimentaste al consagrarte a Dios con voto de castidad, alcánzame la gracia de que también yo siga con diligencia y fielmente, los divinos llamamientos y de que me conserve siempre casto de alma y cuerpo según mi estado. Amén.

Práctica: Desde este martes hasta el siguiente, has de hacer cada día tres actos de mortificación para obtener la pureza de alma y cuerpo.

Reza luego un Padre Nuestro, Ave María y Gloria o las letanías de San Antonio o el responsorio y lo mismo harás en todos los martes, terminando con un Padre Nuestro por la intención del Sumo Pontífice.

 

MARTES SEGUNDO.

Considera hoy a San Antonio como estrella conductora que guía todos tus pasos por el camino recto de la virtud; te señala los precipicios del pecado para que te apartes de ellos; te indica las celadas que el enemigo de tu alma te tiene puestas; te defiende de las fieras infernales y se ofrece a conducirte sano y salvo al puerto de la eterna bienaventuranza, con tal que tú estés siempre dispuesto a seguir fielmente sus pasos y a imitar sus virtudes.

Contempla el gozo que San Antonio experimentaría cuando, vencidos todos los obstáculos y despreciando las riquezas y noblezas mundanas, tuvo la inefable dicha de ingresar en la orden de canónigos regulares de San Agustín, en el convento de Lisboa.

(Medítese, etc.)

¡Oh glorioso San Antonio! por la fidelidad con que seguiste las instrucciones que recibías de lo alto y por el inefable gozo que experimentaste al abrazar el estado religioso, alcánzame la gracia de que yo te siga por el camino de la perfección, cumpla fielmente las obligaciones de mi estado actual y abrace con prontitud el que el cielo me tenga deparado. Amén.

Práctica: Haz cada día hasta el martes siguiente, tres Actos de fe en unión de San Antonio.

Padre Nuestro, etc.

 

MARTES TERCERO.

Considera este día a San Antonio como estrella consejera que te exhorta a aborrecer el vicio y a seguir la virtud, al amor de Dios y del prójimo y al arrepentimiento de tus pecados. Buen modelo para conseguir esto es el mismo San Antonio pues desde que tuvo uso de razón, hasta que exhaló el último suspiro se ocupó constantemente en obrar el bien y huir del mal.

Contempla cuan grande sería el gozo que San Antonio experimentó cuando logró pasar a la orden de San Francisco con el objeto de obtener más fácilmente el martirio.

(Medítese etc.)

¡Oh glorioso San Antonio! por la constancia con que practicaste la virtud y aborreciste el vicio y por el inefable gozo que experimentaste cuando ceñiste el cordón Seráfico, alcánzame la gracia de que jamás mi alma se vea manchada con la fealdad del pecado y de que siempre trabaje por enriquecerla con las virtudes cristianas. Amén.

Práctica: Haz cada día hasta el martes siguiente tres actos de amor a Dios en honor de San Antonio.

Padre Nuestro, etc.

 

MARTES CUARTO.

Considera hoy a San Antonio como estrella de la verdad que con voz de Apóstol te dice: "Hijo del hombre, ¿hasta cuando has de seguir las vanidades del mundo?, ¿por qué no amas a Dios que es la verdad y el bien por excelencia?" -así lo hizo el mismo San Antonio, cuyo corazón nunca estuvo apegado a criatura alguna y sólo se ocupaba en amar a Dios, cuyas alabanzas cantaban incesantemente sus labios.

Contempla el gozo santo que experimentaría San Antonio, cuando Dios, por un gran prodigio, le manifestó su vocación para el apostolado, haciendo que sin preparación alguna predicase con inimitable elocuencia las verdades eternas.

(Medítese, etc.)

¡Oh glorioso San Antonio!, por el celo con que enseñaste a los hombres el camino de la verdad y por el gozo que experimentaste cuando Dios ensalzó tu humildad manifestándote como un prodigio de ciencia, alcánzame la gracia de que yo predique las virtudes a mis prójimos, con el ejemplo de una santa vida y de que practique fielmente todo lo que tú enseñaste. Amén.

Práctica: haz cada día hasta el martes siguiente tres actos de alguna de las obras espirituales de misericordia en honor de San Antonio.

Padre Nuestro, etc.

MARTES QUINTO .

Considera hoy a San Antonio como estrella de bondad que cautiva tu corazón con la excelencia de sus celestiales prerrogativas y lo mueve a amar la bondad de Dios que tan pródigo se manifiesta por medio de la intercesión del taumaturgo Franciscano.

Contempla el gozo que San Antonio experimentaría, cuando se halló enriquecido por Dios con el don de lenguas y de hacer milagros, para poder convertir los pecadores a Cristo.

(Medítese un poco en lo anterior, hágase la petición y después dígase la siguiente oración)

¡Oh glorioso San Antonio!, por las excelsas prerrogativas de que te adornó el Señor y por el gozo que experimentaste al recibirlas alcánzame la gracia de corresponder siempre fielmente a las gracias divinas. Amén.

Práctica: ruega cada día, hasta el martes siguientes, tres veces por la conversión de los pecadores, encomendándolos a San Antonio.

Padre Nuestro, etc.

 

MARTES SEXTO.

Considera hoy a San Antonio como estrella de gracia, que te obtiene del Señor muchos auxilios para que puedas vencer las tentaciones y adquirir la perfección cristiana. Corresponde fielmente a ellas como correspondía San Antonio.

Contempla el gozo inefable que experimentaría San Antonio, cuando tenía la dicha de recibir en sus manos al Niño Jesús, fuente inagotable de gracias y objeto de las mayores delicias.

(Medítese un poco en lo anterior, hágase la petición y después dígase la siguiente oración).

¡Oh glorioso San Antonio! por el gran valimiento que tienes en la divina presencia y por los consuelos que recibiste del Niño Dios cuando te visitaba, alcánzame las gracias que necesito para servirle con fidelidad y para que algún día merezca ser estrechado entre sus divinos brazos. Amén.

Práctica: haz cada día hasta el martes siguiente, tres actos de amor del Niño Jesús en unión de San Antonio.

Padre Nuestro, etc

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MARTES SEPTIMO.

Considera hoy a San Antonio como estrella pacífica que te anuncia la paz eterna, si ahora peleas con valor con tus enemigos, como peleó él y te exhorta a que procuren conservar y fomentar la paz entre tus prójimos aunque sea cediendo a veces tu derecho.

Contempla cuál sería el gozo que experimentó San Antonio después de la disputa que había sostenido con los herejes, al ver que un bruto se arrodillaba ante Jesús Sacramentado, para convencerles de su presencia real en la Eucaristía y para restablecer la paz de los pueblos.

(Medítese, etc.)

¡Oh glorioso San Antonio! por la diligencia con que buscabas la paz del corazón y procurabas conservarla y restablecerla en la Iglesia de Dios y por el gozo que experimentaste al ver convertidos a los herejes con tus potentes prodigios, alcánzame la gracia de que yo triunfe de todos mis enemigos y de que jamás rompa la paz y buena armonía que debe reinar entro los hijos de Jesucristo. Amén.

Práctica: Haz cada día hasta el martes siguiente, tres actos de amor a Jesús Sacramentado, pidiéndole por intercesión de San Antonio la paz para la Iglesia Católica y para los príncipes cristianos.

Padre Nuestro, etc.

 

MARTES OCTAVO.

Considera hoy a San Antonio como estrella de esperanza que se te ofrece para ser tu intercesor en la presencia del Altísimo y alcanzarte todas las gracias que necesites y humildemente le pidas y principalmente el perdón de tus pecados y la vida eterna.

Contempla el gozo que experimentaría San Antonio cuando para confusión de los herejes, vio que gran multitud de peces escuchaban atentamente sus sermones.

(Medítese un poco en lo anterior, hágase la petición y después dígase la siguiente oración):

¡Oh glorioso San Antonio! por la gran protección que siempre has dispensado a tus devotos y por el inefable gozo que experimentaste al contemplar cómo las criaturas irracionales, en defecto de los hombres, daban gloria a Dios, te suplico que veles solícito por mí, que escuches benévolo mis súplicas y seas mi abogado en el día de la cuenta.

Práctica: haz cada día hasta el martes siguiente, tres veces algún especial obsequio a San Antonio para alcanzar su protección.

Padre Nuestro, etc.

 

MARTES NOVENO.

Considera hoy a San Antonio como estrella de consuelo en todas las tribulaciones e infortunios que padezcan sus devotos. Nadie ha acudido en vano a su intercesión y todos, por otra parte, la necesitamos mucho para no desesperar en este valle de lágrimas y para que se nos hagan dulces los trabajos que sobre nosotros pesan continuamente. Del corazón de San Antonio, brotan torrentes de dulzura que suavizan nuestros dolores, curan nuestras llagas y nos hacen llevaderos los mayores padecimientos.

Contempla que gozo experimentaría San Antonio cuando se reconoció enriquecido con el poder de libertar a sus devotos de los sufrimientos, enfermedades, aflicciones y remediar todas sus necesidades.

(Medítese, etc.)

¡Oh glorioso San Antonio! por el singular privilegio que te concedió el Señor al ser abogado de todas nuestras causas ante Dios y ante los hombres y por el gozo celestial que experimentas cuando ejerces este oficio en favor de tus devotos, alcánzame la gracia de que sufra con resignación, paciencia y alegría, todas las pruebas que el Señor quiera enviarme, con tal que me vea libre de las penas del infierno. Amén.

Práctica: haz cada día hasta el martes siguiente, tres actos de conformidad con la voluntad de Dios, en las adversidades que te sobrevengan.

Padre nuestro, etc.

 

MARTES DECIMO.

Considera hoy a San Antonio como estrella de alegría que te exhorta a renunciar los falsos contentamientos de este mundo para gloriarte y alegrarte sólo en la Cruz de Cristo, en servirle con fervor y buena voluntad y en sufrir todo por su amor, como lo hacía el mismo Santo.

Contempla el gozo que experimentaría San Antonio, cuando para defender la inocencia de una señora devota suya, hizo que hablase un niño recién nacido.

(Medítese, etc.)

¡Oh glorioso San Antonio! por la santa alegría que siempre reino en tu corazón y que procurabas infundir en los demás y por el gozo que experimentaste al ver declarada la inocencia antes perseguida, alcánzame la gracia de que yo siempre viva alegre con Cristo y de que salga absuelto en el final del divino juicio. Amén.

Práctica: ruega tres veces cada día hasta el martes siguiente, por el consuelo de los afligidos y por la conversión de los que están encarcelados en los placeres mundanos.

Padre Nuestro, etc.

 

MARTES UNDECIMO.

Considera hoy a San Antonio como estrella de salvación que por disposición divina te guía al puerto de la eterna bienaventuranza, proponiendo a tu imitación sus heroicas virtudes y brindándote con sus luces y auxilios, para que atravieses sin anegarte el proceloso mar de este mundo.

Contempla cuán grande seria el gozo que experimentaría San Antonio, al verse al mismo tiempo en Padua y en Lisboa, para librar a su padre de una calumnia y de la muerte.

(Medítese, etc.)

¡Oh glorioso San Antonio! por la práctica de todas las virtudes y el fervor con que te ejercitaste en ellas y por el gozo que experimentaste al ver a tu padre libre de la calumnia y de la muerte, alcánzame la gracia de que yo me santifique cada día más y más y de que arribe, sin peligro, al puerto de la eterna salvación viéndome libre de la muerte eterna. Amén.

Práctica: Medita cada día hasta el martes siguiente, tres veces en la muerte, disponiéndote para ella a ejemplo de San Antonio.

Padre Nuestro. etc.

 

MARTES DUODECIMO .

Considera hoy a San Antonio como estrella de gloria manifestada a los hombres con tan brillantísimos rayos, cuantos son los prodigios que sin cesar obra en favor de sus devotos. Estos prodigios son otras tantas voces que nuestro santo nos envía desde el cielo, para que despreciemos las glorias mundanas y las terrenas y aspiremos a la única gloria verdadera que es la que él posee y la que ardientemente desea lleguen a poseer todos sus devotos.

Contempla el gozo inefable que habrá experimentado San Antonio al penetrar en el cielo y recibir el primer abrazo de su Esposo Jesús para nunca separarse de Él.

(Medítese, etc.)

¡Oh glorioso San Antonio! por el ardiente deseo que tienes de que todos los hombres vayan a hacerte compañía en el cielo y por el gozo que experimentaste al entrar por primera vez en la celestial Jerusalén, alcánzame la gracia de que, amando aquí a Jesús sobre todas las cosas, llegue a gozarle siempre en tu compañía. Amén.

Práctica: medita todos los días hasta el martes siguiente, tres veces en la vanidad de los bienes terrenales y en la preciosidad de los celestiales.

Padre Nuestro, etc.

 

MARTES DECIMOTERCERO.

Considera hoy a San Antonio como estrella de amor. que te excita a que purifiques tu corazón con las aguas de la penitencia, lo adornes con la hermosura de las virtudes y lo consagres totalmente al amor de Cristo Jesús sin que criatura alguna tome parte en él. Para eso propone a tu consideración el amor de que él se hallaba abrasado y que ocupaba todos sus pensamientos, palabras y obras.

Contempla cuál será el gozo que San Antonio experimenta ahora en la eterna bienaventuranza viendo a Dios cara a cara y estando unido con El por el amor beatífico.

(Medítese, etc.)

¡Oh glorioso San Antonio! por el amor con que amaste a Jesús sobre la tierra y por el gozo que experimentas ahora amándole en el cielo, alcánzame la gracia de que yo le ame con la perfección con que tú le amas, para que después le goce con la plenitud con que tú le gozas. Amen.

Práctica: haz cada día que vuelvas a practicar este devoto ejercicio, tres actos de fe, esperanza y caridad en unión de San Antonio.

Padre, Nuestro, etc.

 

 

RESPONSORIO DE SAN BUENAVENTURA A SAN ANTONIO.

Si buscas milagros, mira

Muerte y error desterrados

Miseria y demonio huidos

Leprosos y enfermos sanos.

 

El mar sosiega su ira

Redímense encarcelados

Miembros y bienes perdidos

Recobran mozos y ancianos.

 

El peligro se retira

Los pobres van remediados

Cuéntenlo los socorridos

Díganlo los Paduanos.

 

El mar sosiega su ira, etc.

 

Gloria al Padre, Gloria al Hijo,

y Gloria al Espíritu Santo...

 

El mar sosiega su ira, etc.

 

Ruega a Cristo por nosotros

Antonio glorioso y Santo

Para que dignos así

De sus promesas seamos. Amén.

 

Nihil Obstat. - México, D. F., diciembre 6 de 1946. J. Cardoso, S. J.

Secretaría del Arzobispado de México.

212/47. -México, enero 14 de 1947.

Puede imprimirse. El Excmo. y Revdmo. Señor Arzobispo lo decretó. -Doy fe.

Luis F. Garibay, Srio.