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MISAL MARZO DEL 2016 / www.laverdadcatolica.org |
Intenciones del Santo Padre para el mes de Marzo 2016 |
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INTENCIÓN UNIVERSAL | |
Familias
en dificultad |
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INTENCIÓN POR LA EVANGELIZACIÓN | |
Cristianos
perseguidos |
Morado Feria de Cuaresma MR p. 219 (232); Lecc. I, p. 744
Otros Santos: David de Cambria, obispo; Inés Cao Kuiying, mártir; Félix III, papa.
TENEMOS UN CORAZÓN QUEBRANTADO
Dn 3, 25. 34-43: Mt 18, 21-35
El lamento penitencial del libro de Daniel es una hermosa oración. Azarías hace un recuento de sus activos y pasivos por decirlo de una manera, si bien ellos no tienen autonomía política, ni templos o líderes religiosos cercanos, disponen de algo valioso: un espíritu humillado y un corazón quebrantado. No es posible cambiar el enfoque de la propia vida, si se vive con actitud de soberbia y autosuficiencia. El camino de la reconciliación con Dios y con los hermanos inicia a partir de la autocrítica. Cuando ésta no se hace de manera profunda y veraz, se incurre en los despropósitos y la incongruencia que nos refiere el relato evangélico. No es posible acoger el perdón divino una y otra vez, sin hacer partícipes a los demás del perdón que está en nuestras manos otorgarles. En efecto, la gratuidad con que Dios nos perdona, solamente se paga con la gratitud en que concedemos el perdón fraterno.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 16, 6. 8
Te invoco, Dios mío porque tú me respondes; inclina tu oído y escucha mis palabras. Cuídame, Señor, como a la niña de tus ojos y cúbreme bajo la sombra de tus alas.
ORACIÓN COLECTA
Que tu gracia, Señor, nunca nos abandone, para que nos haga perseverar dedicados a tu santo servicio y nos obtenga siempre tu ayuda. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Acepta, Señor, nuestro corazón adolorido y nuestro espíritu humillado.
Del libro del profeta Daniel: 3, 25.34-43
En aquel tiempo, Azarías
oró al Señor, diciendo: "Señor, Dios nuestro, no nos
abandones nunca; por el honor de tu nombre no rompas tu alianza; no apartes
de nosotros tu misericordia, por Abraham, tu amigo, por Isaac, tu siervo, por
Jacob, tu santo, a quienes prometiste multiplicar su descendencia, como las
estrellas del cielo y las arenas de la playa.
Pero ahora, Señor, nos vemos empequeñecidos frente a los demás
pueblos y estamos humillados por toda la tierra, a causa de nuestros pecados.
Ahora no tenemos príncipe ni jefe ni profeta; ni holocausto ni sacrificio
ni ofrenda ni incienso; ni lugar donde ofrecerte las primicias y alcanzar misericordia.
Por eso, acepta nuestro corazón adolorido y nuestro espíritu humillado,
como un sacrificio de carneros y toros, como un millar de corderos cebados.
Que ése sea hoy nuestro sacrificio y que sea perfecto en tu presencia,
porque los que en ti confían no quedan defraudados.
Ahora te seguiremos de todo corazón; te respetamos y queremos encontrarte;
no nos dejes defraudados. Trátanos según tu clemencia y tu abundante
misericordia. Sálvanos con tus prodigios y da gloria a tu nombre".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 24, 4-5ab. 6 7bc. 8-9
R/. Sálvanos, Señor, tú que eres misericordioso.
Descúbrenos, Señor,
tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro
Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza. R/.
Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según
ese amor y esa ternura, acuérdate de nosotros. R/.
Porque el Señor es recto y bondadoso, indica a los pecadores el sendero,
guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos.
R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO JI 2, 12-13
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Todavía es tiempo, dice el Señor, conviértanse a mí
de todo corazón, porque soy compasivo y misericordioso. R/.
EVANGELIO
Si no perdonan de corazón a su hermano, tampoco el Padre celestial los perdonará a ustedes.
Del santo Evangelio según san Mateo: 18, 21-35
En aquel tiempo, Pedro se
acercó a Jesús y le preguntó: "Si mi hermano me ofende,
¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?"
Jesús le contestó: "No sólo hasta siete, sino hasta
setenta veces siete".
Entonces Jesús les dijo: "El Reino de los cielos es semejante a
un rey que quiso ajustar cuentas con sus servidores. El primero que le presentaron
le debía muchos millones. Como no tenía con qué pagar,
el señor mandó que lo vendieran a él, a su mujer, a sus
hijos y todas sus posesiones, para saldar la deuda. El servidor, arrojándose
a sus pies, le suplicaba diciendo: 'Ten paciencia conmigo y te lo pagaré
todo'. El rey tuvo lástima de aquel servidor, lo soltó y hasta
le perdonó la deuda.
Pero, apenas había salido aquel servidor, se encontró con uno
de sus compañeros, que le debía poco dinero. Entonces lo agarró
por el cuello y casi lo estrangulaba, mientras le decía: 'Págame
lo que me debes'. El compañero se le arrodilló y le rogaba: 'Ten
paciencia conmigo y te lo pagaré todo'. Pero el otro no quiso escucharlo,
sino que fue y lo metió en la cárcel hasta que le pagara la deuda.
Al ver lo ocurrido, sus compañeros se llenaron de indignación
y fueron a contar al rey lo sucedido. Entonces el señor lo llamó
y le dijo: 'Siervo malvado. Te perdoné toda aquella deuda porque me lo
suplicaste. ¿No debías tú también haber tenido compasión
de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?' Y el señor,
encolerizado, lo entregó a los verdugos para que no lo soltaran hasta
que pagara lo que debía.
Pues lo mismo hará mi Padre celestial con ustedes, si cada cual no perdona
de corazón a su hermano".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, que esta ofrenda de salvación realice la purificación de nuestros pecados, y nos atraiga tu poderoso auxilio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma, pp. 492-496 (493-497).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 14, 1 -2
Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda y descansar en tu monte santo? El que procede honradamente y practica la justicia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la santa participación de tu sacramento, Señor, nos reavive espiritualmente y al mismo tiempo nos alcance tu perdón y tu protección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional
Señor Dios, maestro y guía de tu pueblo, aleja de él los pecados que lo acosan, para que te agrade siempre y esté seguro con tu protección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Feria de Cuaresma MR p. 220 (233); Lecc. I, p. 747
Otros Santos: Inés de Bohemia o de Praga, abadesa; Ceades de Inglaterra, obispo; Ángela de la Cruz Guerrero González, fundadora.
UNA FIDELIDAD EXCEPCIONAL
Dt 4,1.5-9: Mt 5,17-19
Los mandamientos dados por Dios a Israel tienen una intención humanista, porque ponen en el centro a la persona y no a las instituciones religiosas o militares. La fe cristiana al igual que la fe judía no son, aunque en algunas épocas así se creyera, caminos legalistas o moralizantes. Las normas jurídicas y morales tienen su valor dentro del ámbito de la dignidad humana; efectivamente el mensaje del Señor Jesús subordina las normas a la persona, al afirmar que "el sábado se hizo para el hombre" y no a la inversa. La puntualización que hace sobre la vigencia permanente de la Ley y los Profetas implica una valorización de los grandes referentes tradicionales de Israel, que no podían quedar relativizados por alguna corriente de opinión o algún interés particular. Por encima de escuelas teológicas o posturas personales se encuentra el depósito común dado por Dios a Israel.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 118, 133
Asegura mis pasos conforme a tu promesa, que la maldad no se apodere de mí.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, que, ejercitados por las prácticas cuaresmales y alimentados por tu palabra, con santa templanza nos mantengamos de todo corazón entregados a ti y estemos siempre unidos, perseverando en oración. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Guarden mis mandamientos y pónganlos en práctica.
Del libro del Deuteronomio: 4, 1. 5-9
En aquellos días,
habló Moisés al pueblo, diciendo: "Ahora, Israel, escucha
los mandatos y preceptos que te enseño, para que los pongas en práctica
y puedas así vivir y entrar a tomar posesión de la tierra que
el Señor, Dios de tus padres, te va a dar.
Yo les enseño mandatos y preceptos, como me ordena el Señor, mi
Dios, para que se ajusten a ellos en la tierra en que van a entrar y que van
a tomar en posesión. Guárdenlos y cúmplanlos, porque ellos
son su sabiduría y su prudencia a los ojos de los pueblos. Cuando tengan
noticia de todos estos preceptos, se dirán: 'En verdad esta gran nación
es un pueblo sabio y prudente'. Porque, ¿cuál otra nación
hay tan grande que tenga dioses tan cercanos como lo está nuestro Dios,
siempre que lo invocamos? ¿Cuál es la gran nación cuyos
mandatos y preceptos sean tan justos como toda esta ley que ahora les doy?
Pero ten cuidado y atiende bien: No vayas a olvidarte de estos hechos que tus
ojos han visto, ni dejes que se aparten de tu corazón en todos los días
de tu vida; al contrario, transmíteselos a tus hijos y a los hijos de
tus hijos".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 147, 12-13. 15-16. 19-20
R/. Demos gloria a nuestro Dios.
Glorifica al Señor,
Jerusalén, a Dios ríndele honores, Israel. Él refuerza
el cerrojo de tus puertas y bendice a tus hijos en tu casa. R/.
Él mantiene la paz en tus fronteras, con su trigo mejor sacia tu hambre.
Él envía a la tierra su mensaje y su palabra corre velozmente.
R/.
Le muestra a Jacob su pensamiento, sus normas y designios a Israel. No ha hecho
nada igual con ningún pueblo, ni le ha confiado a otro sus proyectos.
R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 6, 63. 68
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna. R/.
EVANGELIO
El que cumpla y enseñe mis mandamientos, será grande en el Reino de los cielos.
Del santo Evangelio según san Mateo: 5, 17-19
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos: "No crean que he venido a abolir la ley o
los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles plenitud. Yo les aseguro
que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta
la más pequeña letra o coma de la ley.
Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe
eso a los hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que
los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los cielos".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, las súplicas de tu pueblo juntamente con la oblación de estas ofrendas; y a quienes celebramos tus sacramentos, defiéndenos de todo peligro. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I- V de Cuaresma, pp. 492-496 (493-497).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 15, 11
Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Santifica, Señor, a quienes hemos sido alimentados con los manjares de la mesa celestial, para que, perdonados de todo pecado, podamos alcanzar las promesas eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional
Concede, Señor, a tu pueblo el deseo de agradarte, porque sólo le darás todo lo que lo favorece si lo haces dócil a lo que tú mismo le enseñas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Feria de Cuaresma MR p. 221 (234); Lecc. I, p. 749
LA SINCERIDAD SE HA PERDIDO
Jr 7, 23-28; Lc 11, 14-23
Un vínculo temático entre este pasaje del libro de Jeremías y el Evangelio de san Lucas es el de la necedad y la cerrazón del pueblo ante el mensaje de los enviados de Dios. Efectivamente el profeta Jeremías hace un repaso histórico del pasado y afirma que toda la historia del pueblo a partir de la salida de Egipto está marcada por la terquedad y la sordera ante los llamados proféticos. Peor aún, simulaban escuchar, pero en realidad no lo hacían. Su conducta no era sincera. En la confrontación que suscitaron los exorcismos de Jesús apreciamos también la necedad de la multitud, que no pudiendo desmentir las señales emancipadoras, con las cuales Jesús devolvía la cordura y la autonomía a los que estaban padeciendo alguna forma de alienación, inventaban pretextos inválidos para desentenderse de las exigencias del mensaje evangélico.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor. Los escucharé cuando me llamen en cualquier tribulación, y siempre seré su Dios.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, te pedimos humildemente que, cuanto más se acerca el día de la fiesta que nos trae la salvación, con tanto mayor fervor nos preparemos para celebrar debidamente el misterio pascual. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Éste es el pueblo que no escuchó la voz del Señor, su Dios.
Del libro del profeta Jeremías: 7, 23-28
Esto dice el Señor:
"Ésta es la orden que di a mi pueblo: 'Escuchen mi voz, y yo seré
su Dios y ustedes serán mi pueblo; caminen siempre por el camino que
yo les mostraré, para que les vaya bien'.
Pero ellos no escucharon ni prestaron oído. Caminaron según sus
ideas, según la maldad de su corazón obstinado, y en vez de darme
la cara, me dieron la espalda, desde que sus padres salieron del país
de Egipto hasta hoy.
Yo les envié a mis siervos, los profetas, un día y otro día;
pero ellos no los escucharon ni les prestaron oído. Endurecieron su cabeza
y fueron peores que sus padres. Tú les dirás, pues, todas estas
palabras, pero no te escucharán; los llamarás y no te responderán.
Entonces les dirás: 'Éste es el pueblo que no escuchó la
voz del Señor, su Dios, ni aceptó la corrección. Ya no
existe fidelidad en Israel; ha desaparecido de su misma boca' ". Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 94, 1-2. 6-7. 8-9
R/. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Vengan, lancemos vivas al
Señor, aclamemos al Dios que nos salva. Acerquémonos a él,
llenos de júbilo, y démosle gracias. R/.
Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Señor, que nos
hizo, pues él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo; él es nuestro
pastor y nosotros, sus ovejas. R/.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su
corazón, como el día de la rebelión en el desierto, cuando
sus padres dudaron de mí, aunque habían visto mis obras".
R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO JI 2, 12-13
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Todavía es tiempo, dice el Señor, conviértanse a mí de todo corazón, porque soy compasivo y misericordioso. R/.
EVANGELIO
El que no está conmigo, está contra mí.
Del santo Evangelio según san Lucas: 11, 14-23
En aquel tiempo, Jesús
expulsó a un demonio, que era mudo. Apenas salió el demonio, habló
el mudo y la multitud quedó maravillada. Pero algunos decían:
"Éste expulsa a los demonios con el poder de Satanás, el
príncipe de los demonios". Otros, para ponerlo a prueba, le pedían
una señal milagrosa.
Pero Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo: "Todo
reino dividido por luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa.
Si Satanás también está dividido contra sí mismo,
¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo arrojo a
los demonios con el poder de Satanás. Entonces, ¿con el poder
de quién los arrojan los hijos de ustedes? Por eso, ellos mismos serán
sus jueces. Pero si yo arrojo a los demonios con el dedo de Dios, eso significa
que ha llegado a ustedes el Reino de Dios.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están
seguros; pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, entonces le quita
las armas en que confiaba y después dispone de sus bienes. El que no
está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo,
desparrama".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Para que te agraden, Señor, las ofrendas de tu pueblo, te pedimos que nos purifiques de todo contagio de mal y no permitas que nos entreguemos a falsos placeres ya que nos prometes el premio verdadero. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I- V de Cuaresma, pp. 492-496 (493-497).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 118, 4-5
Tú promulgas tus preceptos para que se observen con exactitud. Ojalá que mi conducta se ajuste siempre al cumplimiento de tu voluntad.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Acompaña, Señor, con tu bondadosa protección a quienes vivificas con tus sacramentos, para que recibamos, en la celebración de estos misterios y en nuestra vida, los frutos de tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional
Imploramos, Señor tu clemencia, confiados en tu misericordia, y ya que de ti recibimos todo lo que somos, haz que por tu gracia podamos querer lo que es bueno, y realizar lo que queremos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Jubileo de la Misericordia. Viernes 4 y sábado 5.
"24 HORAS PARA EL SEÑOR"
Con la celebración penitencial por la tarde del Viernes.
Morado Feria de Cuaresma MR p. 223 (235); Lecc. I, p. 751
Otros Santos: Casimiro de Polonia, príncipe; Lucio I, papa. Beato Juan Antonio Farina, fundador.
LOS QUERRÉ SIN QUE LO MEREZCAN
Os 14, 2-10; Mc 12, 28-34
El profeta Oseas exhibió las diferentes formas de idolatría que afligieron a Israel, a saber, la confianza desmedida en el poder político, militar o tecnológico. Con otras palabras y otros rasgos particulares, la humanidad siempre enfrenta los mismos problemas de fondo. Si ahora es la veneración del mercado y la biotecnología, en los tiempos de Oseas era el culto a Baal y Astarté y el aprecio desproporcionado a las alianzas con los imperios asirio o egipcio. Para superar la tentación de la idolatría, el Señor Jesús propone un par de referentes que finalmente son indisociables: el amor al prójimo y el amor a Dios son los valores más importantes para quien quiere conocer con certidumbre el querer divino. Desde esas coordenadas hay que juzgar y valorar todas las demás realidades que encandilan nuestra inteligencia.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 85, 8. 10
No existe ningún otro dios igual a ti, porque tú eres grande y haces maravillas; tú eres el único Dios.
ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Señor bondadoso, que infundas tu gracia en nuestros corazones, para que, apartándonos siempre de todo humano extravío, podamos acoger, con tu ayuda, las inspiraciones que nos vienen de ti. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Nunca llamaremos ya "dios nuestro" a las obras de nuestras manos.
Del libro del profeta Oseas: 14, 2-10
Esto dice el Señor
Dios: "Israel, conviértete al Señor, Dios tuyo, pues tu maldad
te ha hecho sucumbir. Arrepiéntanse y acérquense al Señor
para decirle: 'Perdona todas nuestras maldades, acepta nuestro arrepentimiento
sincero, que solemnemente te prometemos.
Ya no nos salvará Asiria, ya no confiaremos en nuestro ejército,
ni volveremos a llamar "dios nuestro" a las obras de nuestras manos,
pues sólo en ti encuentra piedad el huérfano'.
Yo perdonaré sus infidelidades, dice el Señor; los amaré
aunque no lo merezcan, porque mi cólera se ha apartado de ellos. Seré
para Israel como rocío; mi pueblo florecerá como el lirio, hundirá
profundamente sus raíces, como el álamo, y sus renuevos se propagarán;
su esplendor será como el del olivo y tendrá la fragancia de los
cedros del Líbano.
Volverán a vivir bajo mi sombra, cultivarán los trigales y las
viñas, que serán tan famosas como las del Líbano. Ya nada
tendrá que ver Efraín con los ídolos.
Yo te he castigado, pero yo también te voy a restaurar, pues soy como
un ciprés, siempre verde, y gracias a mí, tú das frutos.
Quien sea sabio, que comprenda estas cosas y quien sea prudente, que las conozca.
Los mandamientos del Señor son rectos y los justos los cumplen; los pecadores,
en cambio, tropiezan en ellos y caen".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 80, 6c-8a. 8be-9. 10-11ab. 14.17
R/. Yo soy tu Dios, escúchame.
Oyó Israel palabras
nunca oídas: "He quitado la carga de tus hombros y el pesado canasto
de tus manos. Clamaste en la aflicción y te libré. R/.
Te respondí, oculto entre los truenos, y te probé en Meribá,
junto a la fuente. Escucha, pueblo mío, mi advertencia, ¡Israel,
si quisieras escucharme! R/.
No tendrás otro Dios, fuera de mí, ni adorarás a dioses
extranjeros, porque yo el Señor, soy el Dios tuyo, que te sacó
de Egipto, tu destierro. R/.
¡Ojalá que mi pueblo me escuchara y cumpliera Israel mis mandamientos!
Comería de lo mejor de mi trigo y yo lo saciaría con miel silvestre".
R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 17
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Conviértanse, dice el Señor, porque ya está cerca el Reino de los cielos. R/.
EVANGELIO
El Señor tu Dios es el único Dios: ámalo.
Del santo Evangelio según san Marcos: 12, 28-34
En aquel tiempo, uno de
los escribas se acercó a Jesús y le preguntó: "¿Cuál
es el primero de todos los mandamientos?" Jesús le respondió:
"El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único
Señor; amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón,
con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.
El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
No hay ningún mandamiento mayor que éstos".
El escriba replicó: "Muy bien, Maestro. Tienes razón, cuando
dices que el Señor es único y que no hay otro fuera de él,
y amarlo con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas,
y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos
y sacrificios".
Jesús, viendo que había hablado muy sensatamente, le dijo: "No
estás lejos del Reino de Dios". Y ya nadie se atrevió a hacerle
más preguntas.Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira benignamente, Señor, los dones que te consagramos, para que sean gratos a tus ojos y sirvan siempre para nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I- V de Cuaresma, pp. 492-496 (493-496).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Mc 12, 33
Amar a Dios con todo el corazón y al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los sacrificios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Señor, que la acción de tu gracia penetre nuestras mentes y nuestros cuerpos, para que el sacramento recibido realice plenamente nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional
Mira, propicio, Señor, a tus fieles, que imploran tu misericordia, para que, llenos de confianza en tu bondad, puedan difundir por todas partes los dones de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Feria de Cuaresma MR p. 224 (236); Lecc. I, p. 754 LH Vísperas I del domingo: 4a. Semana del Salterio. Tomo II: pp. 1412, 3 y 248 Para los fieles: pp. 722 y 178 Edición popular: pp. 289 y 433 Otros
ESTAR BIEN CON DIOS
Os 6,1-6; Lc 18, 9-14
La autocomplacencia del ser humano suele hacerse patente en la relación del creyente con Dios. La parábola del fariseo y el recaudador no sólo brota de la imaginación creadora del Señor Jesús, tampoco es un mero retrato de época de la sociedad judía en el primer siglo. Sus personajes reaparecen en todo tiempo y de manera especial en el ambiente de los cristianos devotos. Una desbalanceada preocupación por la conducta moral puede generar vanidad y autosuficiencia como lo exhibe el fariseo del relato. Quien verdaderamente "está bien con Dios" y no quien cree estarlo, pone en práctica la compasión con los hombres y mujeres que parecen estar fuera del camino del Evangelio. No se erige como juez implacable de sus hermanos, porque respeta el honor de Dios, que es quien puede juzgar con imparcialidad la conducta de sus hijos. Parafraseando al Papa Francisco diríamos: "¿Quién soy yo para juzgar a los que se apartan del Evangelio?"
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 102, 2-3
Bendice, alma mía, al Señor, y no te olvides de sus beneficios, pues Él perdona todas tus culpas.
ORACIÓN COLECTA
Llenos de alegría por la celebración anual de esta Cuaresma, te rogamos, Señor, que, frecuentando los sacramentos pascuales, gocemos de la plenitud de sus frutos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Yo quiero misericordia y no sacrificios.
Del libro del profeta Oseas: 6, 1-6
Esto dice el Señor:
"En su aflicción, mi pueblo me buscará y se dirán
unos a otros: 'Vengan, volvámonos al Señor; él nos ha desgarrado
y él nos curará; él nos ha herido y él nos vendará.
En dos días nos devolverá la vida, y al tercero, nos levantará
y viviremos en su presencia.
Esforcémonos por conocer al Señor; tan cierta como la aurora es
su aparición y su juicio surge como la luz; bajará sobre nosotros
como lluvia temprana, como lluvia de primavera que empapa la tierra'.
¿Qué voy a hacer contigo, Efraín? ¿Qué voy
a hacer contigo, Judá? Su amor es nube mañanera, es rocío
matinal que se evapora. Por eso los he azotado por medio de los profetas y les
he dado muerte con mis palabras. Porque yo quiero misericordia y no sacrificios,
conocimiento de Dios, más que holocaustos".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 50, 3-4. 18-19. 20-21ab
R/. Misericordia quiero, no sacrificios, dice el Señor.
Por tu inmensa compasión
y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas.
Lávame bien de todos mis delitos, y purifícame de mis pecados.
R/.
Tú, Señor, no te complaces en los sacrificios y si te ofreciera
un holocausto, no te agradaría. Un corazón contrito te presento,
y a un corazón contrito, tú nunca lo desprecias. R/.
Señor, por tu bondad, apiádate de Sión, edifica de nuevo
sus murallas. Te agradarán entonces los sacrificios justos, ofrendas
y holocaustos. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Sal 94, 8
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su corazón".
EVANGELIO
El publicano regresó a su casa justificado y el fariseo no.
Del santo Evangelio según san Lucas: 18, 9-14
En aquel tiempo, Jesús
dijo esta parábola sobre algunos que se tenían por justos y despreciaban
a los demás:
"Dos hombres subieron al templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano.
El fariseo, erguido, oraba así en su interior: 'Dios mío, te doy
gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos y adúlteros;
tampoco soy como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo
de todas mis ganancias'.
El publicano, en cambio, se quedó lejos y no se atrevía a levantar
los ojos al cielo. Lo único que hacía era golpearse el pecho,
diciendo: 'Dios mío, apiádate de mí, que soy un pecador'.
Pues bien, yo les aseguro que éste bajó a su casa justificado
y aquél no; porque todo el que se enaltece será humillado y el
que se humilla será enaltecido".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor Dios, de cuya gracia nos viene que podamos, contritos de corazón, acercarnos a tus sacramentos, concédenos que, al celebrarlos dignamente, podamos rendirte una alabanza perfecta. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma, pp. 492-496 (493-497).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 18, 13
El publicano, en cambio, se quedó lejos, se golpeaba el pecho y decía: Dios mío, apiádate de mí, que soy un pecador.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios misericordioso, tributar digno homenaje a estos santos misterios, con los que sin cesar nos alimentas, y recibirlos siempre con espíritu de fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional
Despliega, Señor, sobre tus fieles el auxilio de tu mano poderosa, para que podamos buscarte de todo corazón y merezcamos recibir lo que dignamente te pedimos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado o Rosa Domingo IV de Cuaresma
Otros Santos: Victorino de Nicomedia, mártir; Olegario de Barcelona, obispo. Beata María de la Providencia, fundadora.
NO TENIA QUE VER CON EL PECADO
Jos 5, 9. 10-12; 2 Co 5, 17-21; Lc 15, 1-3. 11-32
La brevísima narración del libro de Josué refiere el comienzo de la Pascua, fiesta de la libertad, del pueblo reconciliado que vive tranquilo, sabiendo que quienes amenazaban su libertad han quedado vencidos. La lectura cristiana que hace el apóstol san Pablo de la vida y muerte del Señor Jesús enfatiza su misión al servicio de la reconciliación. Las amnistías decretadas por los gobernantes eran una cancelación de los delitos, especialmente los de tipo político. Jesús que no era responsable de delito alguno, entregó su vida como rescate por nuestro sobregiro egoísta y nuestra inmoralidad. Todo lo que enseñó con parábolas tan hermosas, como la oveja perdida y el hijo pródigo, también lo hizo vida en su experiencia pascual. Aunque experimentó dificultades y luchas en las horas previas a la pasión, decidió entregarse como expresión del amor esperanzado y generoso del Padre. Jesús se entrega sin reservas, porque había sido amado de la misma manera por su Padre.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 66, 10-11
Alégrate, Jerusalén, y que se reúnan cuantos te aman. Compartan su alegría los que estaban tristes, vengan a saciarse con su felicidad.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por tu Palabra realizas admirablemente la reconciliación del género humano, concede al pueblo cristiano prepararse con generosa entrega y fe viva a celebrar las próximas fiestas de la Pascua. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
El pueblo de Dios celebró la Pascua al entrar en la tierra prometida.
Del libro de Josué: 5, 9. 10-12
En aquellos días,
el Señor dijo a Josué: "Hoy he quitado de encima de ustedes
el oprobio de Egipto".
Los israelitas acamparon en Guilgal, donde celebra-ron la Pascua, al atardecer
del día catorce del mes, en la llanura desértica de Jericó.
El día siguiente a la Pascua, comieron del fruto de la tierra, panes
ázimos y granos de trigo tostados. A partir de aquel día, cesó
el maná. Los israelitas ya no volvieron a tener maná, y desde
aquel año comieron de los frutos que producía la tierra de Canaán.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 33, 3-4. 18-19. 20-21ab.
R/. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Bendeciré al Señor
a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso
del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo. R/.
Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando
acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores.
R/.
Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te
sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los
pobres y los libra de todas sus angustias. R/.
SEGUNDA LECTURA
Dios nos reconcilió consigo por medio de Cristo.
De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios: 5, 17-21
Hermanos: El que vive según
Cristo es una creatura nueva; para él todo lo viejo ha pasado. Ya todo
es nuevo.
Todo esto proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por medio de Cristo
y que nos confirió el ministerio de la reconciliación. Porque,
efectivamente, en Cristo, Dios reconcilió al mundo consigo y renunció
a tomar en cuenta los pecados de los hombres, y a nosotros nos confió
el mensaje de la reconciliación. Por eso, nosotros somos embajadores
de Cristo, y por nuestro medio, es como si Dios mismo los exhortara a ustedes.
En nombre de Cristo les pedimos que se dejen reconciliar con Dios.
Al que nunca cometió pecado, Dios lo hizo "pecado" por nosotros,
para que, unidos a él, recibamos la salvación de Dios y nos volvamos
justos y santos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 15, 18
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Me levantaré, volveré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. R/.
EVANGELIO
Tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida.
Del santo Evangelio según san Lucas: 15, 1-3. 11-32
En aquel tiempo, se acercaban
a Jesús los publicanos y los pecadores para escucharlo. Por lo cual los
fariseos y los escribas murmuraban entre sí: "Éste recibe
a los pecadores y come con ellos".
Jesús les dijo entonces esta parábola: "Un hombre tenía
dos hijos, y el menor de ellos le dijo a su padre: 'Padre, dame la parte de
la herencia que me toca'. Y él les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo,
se fue a un país lejano y allá derrochó su fortuna, viviendo
de una manera disoluta. Después de malgastarlo todo, sobrevino en aquella
región una gran hambre y él empezó a pasar necesidad. Entonces
fue a pedirle trabajo a un habitante de aquel país, el cual lo mandó
a sus campos a cuidar cerdos. Tenía ganas de hartarse con las bellotas
que comían los cerdos, pero no lo dejaban que se las comiera.
Se puso entonces a reflexionar y se dijo: ¡Cuántos trabajadores
en casa de mi padre tienen pan de sobra, y yo, aquí, me estoy muriendo
de hambre! Me levantaré, volveré a mi padre y le diré:
Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo.
Recíbeme como a uno de tus trabajadores'.
Enseguida se puso en camino hacia la casa de su padre. Estaba todavía
lejos, cuando su padre lo vio y se enterneció profundamente. Corrió
hacia él, y echándole los brazos al cuello, lo cubrió de
besos. El muchacho le dijo: 'Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya
no merezco llamarme hijo tuyo'.
Pero el padre les dijo a sus criados: ¡Pronto!, traigan la túnica
más rica y vístansela; pónganle un anillo en el dedo y
sandalias en los pies; traigan el becerro gordo y mátenlo. Comamos y
hagamos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a
la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado'. Y empezó el banquete.
El hijo mayor estaba en el campo y al volver, cuando se acercó a la casa,
oyó la música y los cantos. Entonces llamó a uno de los
criados y le preguntó qué pasaba. Éste le contestó:
'Tu hermano ha regresado y tu padre mandó matar el becerro gordo, por
haberlo recobrado sano y salvo'. El hermano mayor se enojó y no quería
entrar.
Salió entonces el padre y le rogó que entrara; pero él
replicó: ¡Hace tanto tiempo que te sirvo, sin desobedecer jamás
una orden tuya, y tú no me has dado nunca ni un cabrito para comérmelo
con mis amigos! Pero eso sí, viene ese hijo tuyo, que despilfarró
tus bienes con malas mujeres, y tú mandas matar el becerro gordo'.
El padre repuso: 'Hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío
es tuyo. Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este hermano
tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado'
".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, al Señor,
que no desea la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, y pidámosle
que tenga misericordia de su pueblo penitente: (R/. Escúchanos, Señor.)
Para que Dios aumente la fe y fortalezca la voluntad de los que se preparan
a recibir en estos días cuaresmales el sacramento de la penitencia y
les conceda un verdadero arrepentimiento de sus culpas, roguemos al Señor.
Para que el Señor abra la inteligencia y el corazón de los incrédulos,
de manera que lleguen al conocimiento de la verdad, y en la fe encuentren aquel
descanso que tanto desea su corazón, roguemos al Señor.
Para que Dios conceda su ayuda a los enfermos, a los pobres, a los que se sienten
tentados y a todos aquellos que con su sufrimiento participan de la cruz de
Cristo, roguemos al Señor.
Para que todos nosotros perseveremos en el esfuerzo cuaresmal y lleguemos, purificados
e iluminados, a las fiestas de Pascua que se acercan, roguemos al Señor.
Dios rico en misericordia, que acoges con el abrazo del perdón a
tus hijos que, arrepentido, retornan a ti, escucha nuestras oraciones, perdona
nuestras culpas y revístenos con vestiduras de fiesta, para que podamos
participar en el banquete pascual. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te presentamos, Señor, llenos de alegría, estas ofrendas para el sacrificio y pedimos tu ayuda para celebrarlo con fe sincera y ofrecerlo dignamente por la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I o II de Cuaresma, pp. 492-493 (493-497).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 121, 3-4
Jerusalén ha sido edificada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, luz que alumbra a todo hombre que viene a este mundo, ilumina nuestros corazones con el resplandor de tu gracia, para que podamos siempre pensar lo que es digno y grato a tus ojos y amarte con sincero corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Protege, Señor, a quienes te invocan, ayuda a los débiles y reaviva siempre con tu luz a quienes caminan en medio de las tinieblas de la muerte; concédeles que, liberados por tu bondad de todos los males, alcancen los bienes supremos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Como atinadamente afirma san Pablo en la carta a los Romanos: "con dificultad se dejaría uno matar por una causa justa... sin embargo el Mesías murió por nosotros cuando éramos pecadores". Esta no es una moraleja edificante inventada por un fabricante de leyendas. Tampoco es la práctica común de una sociedad que ha olvidado el sentido de la gratuidad y la donación. Pero sí es la clave de lectura para comprender la vida entera del Señor Jesús. Darse o dar la propia vida es un camino de realización personal. El padre del hijo pródigo encuentra la alegría profunda cuando dona sin condiciones la nueva vida, la de hijo, al que por propia decisión había querido vivir en condición de excluido. El rostro misericordioso de Dios necesita manifestarse de forma más patente en las actitudes de todos los bautizados. La rudeza de los violentos nos deshumaniza más. Es imprescindible confrontar esa dinámica violenta con una espiritualidad de la paz y la reconciliación en nuestras familias y comunidades.
Feria de Cuaresma o Memoria parcial de Santas Perpetua y Felicitas, Mártires MR p. 228 (241). 687 (703) / Lecc. I p. 761.
Otros Santos: Pablo "el Sencillo" o "el Simple" de la Tebaida, anacoreta. Beato Leónidas Fedorov y compañeros, mártires.
Perpetua era catecúmena, cuando la arrestaron. Tenía 22 años y un hijito. Felicitas estaba embarazada y dio a luz una niñita en la cárcel. Conservaron siempre una santa fortaleza, y el 7 de marzo del año 303 fueron conducidas al teatro de Cartago y juntas las dos y de la mano fueron destrozadas por un toro bravo.
LA TIERRA NUEVA
Is 65, 17-21, Jn 4, 43-54
Las imágenes proféticas del cielo nuevo y la tierra nueva han suscitado esperanzas renovadoras en la iglesia y en la sociedad. Por desgracia también han producido deformaciones de corte puritano y represor. Sin embargo, leídas en el contexto de la encíclica Laudato Si del Papa Francisco que nos propone un "nuevo estilo de vida, de consumo y de producción" tendrían consecuencias más que favorables. La llamada "hermana tierra" esta urgida de un nuevo tratamiento para que no siga habiendo personas excluidas y descartadas del bienestar verdadero. Todas las formas de degradación de la vida en cualquiera de sus formas, son un atentado contra la dignidad humana y el bien común. Para ejemplificar este planteamiento el Evangelio de san Juan nos presenta al Señor Jesús, realizando su segunda señal a favor del hijo de un funcionario agobiado por una enfermedad mortal. El número de migrantes muertos se incrementa en muchos países, esa situación es un llamado a acrecentar nuestro compromiso con la llegada del cielo nuevo y la tierra nueva.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 30, 7-8
Confío en ti, Señor. Me gozaré y me alegraré en tu misericordia porque te has fijado en mi aflicción.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, que con la fuerza de tu amor hiciste a las santas mártires Perpetua y Felicitas intrépidas ante el perseguidor e invencibles ante los tormentos de la muerte, concédenos, por su intercesión, crecer siempre en tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Ya no se oirán gemidos ni llantos.
Del libro del profeta Isaías: 65, 17-21
Esto dice el Señor:
"Voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva; ya no recordaré
lo pasado, lo olvidaré de corazón.
Se llenarán ustedes de gozo y de perpetua alegría por lo que voy
a crear: Convertiré a Jerusalén en júbilo y a mi pueblo
en alegría. Me alegraré por Jerusalén y me gozaré
por mi pueblo. Ya no se oirán en ella gemidos ni llantos.
Ya no habrá niños que vivan pocos días, ni viejos que no
colmen sus años y al que no los alcance se le tendrá por maldito.
Construirán casas y vivirán en ellas, plantarán viñas
y comerán sus frutos".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 29, 2.4. 5-6. 11-12a. 13b
R/. Te alabaré, Señor, eternamente.
Te alabaré, Señor,
pues no dejaste que se rieran de mí mis enemigos. Tú, Señor,
me salvaste de la muerte y a punto de morir, me reviviste. R/.
Alaben al Señor quienes lo aman, den gracias a su nombre, porque su ira
dura un solo instante y su bondad, toda la vida. El llanto nos visita por la
tarde; por la mañana, el júbilo. R/.
Escúchame, Señor, y compadécete; Señor, ven en mi
ayuda. Convertiste mi duelo en alegría, te alabaré por eso eternamente.
R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Am 5, 14
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Busquen el bien y no el mal, para que vivan, y el Señor estará con ustedes. R/.
EVANGELIO
Vete, tu hijo ya está sano.
Del santo Evangelio según san Juan: 4, 43-54
En aquel tiempo, Jesús
salió de Samaria y se fue a Galilea. Jesús mismo había
declarado que a ningún profeta se le honra en su propia patria. Cuando
llegó, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo
lo que él había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues
también ellos habían estado allí.
Volvió entonces a Caná de Galilea, donde había convertido
el agua en vino. Había allí un funcionario real, que tenía
un hijo enfermo en Cafarnaúm. Al oír éste que Jesús
había venido de Judea a Galilea, fue a verlo y le rogó que fuera
a curar a su hijo, que se estaba muriendo.
Jesús le dijo: "Si no ven ustedes signos y prodigios, no creen".
Pero el funcionario del rey insistió: "Señor, ven antes de
que mi muchachito muera". Jesús le contestó: "Vete,
tu hijo ya está sano".
Aquel hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino.
Cuando iba llegando, sus criados le salieron al encuentro para decirle que su
hijo ya estaba sano.
Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría.
Le contestaron: "Ayer, a la una de la tarde, se le quitó la fiebre".
El padre reconoció que a esa misma hora Jesús le había
dicho: 'Tu hijo ya está sano', y creyó con todos los de su casa.
Éste fue el segundo signo que hizo Jesús al volver de Judea a
Galilea. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Señor, que podamos alcanzar el fruto de la ofrenda que te presentamos, para que, purificados de la antigua situación de pecado, nos renueve la participación en la vida divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma, pp. 492-496 (493-497).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Ez 36,27
Infundiré mi Espíritu en ustedes, y los haré vivir según mis preceptos y cumplir mis mandamientos, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Señor, que tus santos misterios, renovándonos, nos vivifiquen, nos reanimen con su vigorosa fuerza y, santificándonos, nos conduzcan a la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional
Renueva, Señor, interior y exteriormente a tu pueblo, y ya que no quieres que lo frenen los placeres carnales, afiánzalo en su anhelo de los bienes espirituales. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Feria de Cuaresma o Memoria parcial de San Juan de Dios MR p. 229 (242). 688 (705); Lecc. I, p. 763
Otros Santos: Veremundo de Irache, abad. Beato Faustino Miguez, fundador.
Después de una juventud llena de aventuras, Juan de Dios, portugués de origen, se estableció en Granada. Profundamente impresionado por el abandono de los hospitales, instalaba a los enfermos en su propia casa y los cuidaba, además de conseguir, pidiendo limosna por las calles, la comida para ellos. Así nació la Orden de los Hermanos de San Juan de Dios, que hasta nuestros días continúa la acción del santo.
EL VALOR DEL AGUA
Ez 47,1-9.12; Jn 5,1-16
En numerosas tradiciones de Israel aparece el valor salvífico del agua. No solo los habitantes de zonas semidesérticas como los israelitas aprecian el valor del agua. Es un bien tan indispensable, que se nos va escaseando tanto, al cual apreciamos cada vez en mayor medida. La abundancia de agua aumenta las posibilidades de vida abundante en todos los reinos y ámbitos de la vida. Ezequiel sueña con un desierto reverdecido por el manantial que brota del templo de Jerusalén. De cierta manera, el pequeño estanque que mantenía en vilo al inválido queda relativizado. Jesús es la verdadera fuente de salud, porque cura al paralítico con su palabra poderosa. Jesucristo es la revelación del Dios amigo de la vida que se desvive porque todas sus creaturas disfruten de vida en abundancia. Salvaguardar la vida en todas sus manifestaciones es un imperativo fundamental para el discípulo de Jesús.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 55, 1
Todos ustedes, los que tienen sed, vengan por agua, dice el Señor; y los que no tienen dinero, vengan y beban con alegría.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro que colmaste a san Juan de Dios del espíritu de misericordia, concédenos que, practicando las obras de caridad, merezcamos ser contados entre los elegidos en tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Vi salir agua del templo: era un agua que daba vida y fertilidad.
Del libro del profeta Ezequiel: 47, 1-9. 12
En aquellos tiempos, un
hombre me llevó a la entrada del templo. Por debajo del umbral manaba
agua hacia el oriente, pues el templo miraba hacia el oriente, y el agua bajaba
por el lado derecho del templo, al sur del altar.
Luego me hizo salir por el pórtico del norte y dar la vuelta hasta el
pórtico que mira hacia el oriente, y el agua corría por el lado
derecho. Aquel hombre salió hacia el oriente, y con la cuerda que tenía
en la mano, midió quinientos metros y me hizo atravesar por el agua,
que me daba a los tobillos. Midió otros quinientos metros y me hizo pasar;
el agua me daba a las rodillas. Midió quinientos más y me hizo
cruzar; el agua me daba a la cintura. Era ya un torrente que yo no podía
vadear, pues habían crecido las aguas y no se tocaba el fondo. Entonces
me dijo: "¿Has visto, hijo de hombre?"
Después me hizo volver a la orilla del torrente, y al mirar hacia atrás,
vi una gran cantidad de árboles en una y otra orilla. Aquel hombre me
dijo: "Estas aguas van hacia la región oriental; bajarán
hasta el Arabá, entrarán en el mar de aguas saladas y lo sanearán.
Todo ser viviente que se mueva por donde pasa el torrente, vivirá; habrá
peces en abundancia, porque los lugares a donde lleguen estas aguas quedarán
saneados y por dondequiera que el torrente pase, prosperará la vida.
En ambas márgenes del torrente crecerán árboles frutales
de toda especie, de follaje perenne e inagotables frutos. Darán frutos
nuevos cada mes, porque los riegan las aguas que manan del santuario. Sus frutos
servirán de alimento y sus hojas, de medicina".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 45, 2-3. 5-6. 8-9ab
R/. Con nosotros está Dios, el Señor.
Dios es nuestro refugio
y nuestra fuerza, quien en todo peligro nos socorre. Por eso no tememos, aunque
tiemble, y aunque al fondo del mar caigan los montes. R/.
Un río alegra a la ciudad de Dios, su morada el Altísimo hace
santa. Teniendo a Dios, Jerusalén no teme, porque Dios la protege desde
el alba. R/.
Con nosotros está Dios, el Señor; es el Dios de Israel nuestra
defensa. Vengan a ver las cosas sorprendentes que ha hecho el Señor sobre
la tierra. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 50, 12. 14
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Crea en mí, Señor, un corazón puro y devuélveme tu salvación, que regocija. R/.
EVANGELIO
Al momento el hombre quedó curado.
Del santo Evangelio según san Juan: 5, 1-3. 5-16
Era un día de fiesta
para los judíos, cuando Jesús subió a Jerusalén.
Hay en Jerusalén, junto a la puerta de las Ovejas, una piscina llamada
Betesdá, en hebreo, con cinco pórticos, bajo los cuales yacía
una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos. Entre ellos estaba
un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo.
Al verlo ahí tendido y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo en tal estado,
Jesús le dijo: "¿Quieres curarte?" Le respondió
el enfermo: "Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando
se agita el agua. Cuando logro llegar, ya otro ha bajado antes que yo".
Jesús le dijo: "Levántate, toma tu camilla y anda".
Al momento el hombre quedó curado, tomó su camilla y se puso a
andar.
Aquel día era sábado. Por eso los judíos le dijeron al
que había sido curado: "No te es lícito cargar tu camilla".
Pero él contestó: "El que me curó me dijo: 'Toma tu
camilla y anda' ". Ellos le preguntaron: "¿Quién es
el que te dijo: 'Toma tu camilla y anda'?" Pero el que había sido
curado no lo sabía, porque Jesús había desaparecido entre
la muchedumbre. Más tarde lo encontró Jesús en el templo
y le dijo: "Mira, ya quedaste sano. No peques más, no sea que te
vaya a suceder algo peor". Aquel hombre fue y les contó a los judíos
que el que lo había curado era Jesús. Por eso los judíos
perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te ofrecemos, Señor, estos dones que tú mismo nos has dado para que testimonien el auxilio que has dispuesto para nuestra condición mortal y se nos conviertan en alimento de inmortalidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma pp. 492-496 (493-497).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 22, 1-2
El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Purifica, Señor, en tu bondad, nuestro espíritu, y renuévalo con tus sacramentos celestiales, para que de la misma manera alcancemos, también para nuestro cuerpo, los auxilios presentes y futuros. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional
Concede, Dios misericordioso, que tu pueblo permanezca siempre entregado a ti y obtenga sin cesar de tu bondad lo que va necesitando. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Feria de Cuaresma o Memoria parcial de Santa Francisca Romana MR p. 230 (243). 689 (705); Lecc. I, p. 766
Otros Santos: Domingo Savio, laico; Paciano de Barcelona, obispo.
Francisca Ponziani (1384*1440) nació en Roma. Fue modelo de esposa y madre entregada a la educación de sus hijos. Dedicaba largos ratos a la oración y al servicio de los pobres. Muerto su marido, reunió bajo la Regla de san Benito a un grupo de mujeres deseosas de consagrarse a Dios.
EL PASO DE LA MUERTE A LA VIDA
Is 49, 8-15; Jn 5, 17-30
El Siervo que generosa y decididamente arriesga su vida, como nos refiere el profeta Isaías, es un facilitador y un promotor de la esperanza. Dios acompaña su pueblo, jamás se desentiende de él. Quien comprende y tiene confianza en el Dios de la vida, se pone decidida y eficazmente al servicio de la vida porque sabe que su Jesús dispone de la vida a favor de sus hermanos. Ante la multiplicación de las amenazas más diversas contra la vida de los pobres, los migrantes, los niños y todas las personas excluidas le este inequitativo mundo globalizado, la defensa y el cuidado de la vida se ha constituido en una forma genuina de servir al Señor y Creador nuestro. El destino de la humanidad está finalmente en riesgo por la irresponsable y despreocupada forma en que hemos maltratado a nuestra hermana tierra. De esa mortífera cultura del desperdicio hemos de salir a través de una espiritualidad y una educación que cuide el valor de la justicia intergeneracional, según nos invita el Papa Francisco.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 68, 14
Ahora, Señor, que estás dispuesto a escucharme, respóndeme, Dios mío, por tu amor; que tu fidelidad me ayude.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que nos diste en santa Francisca Romana un singular modelo de vida matrimonial y monástica, enséñanos a servirte con perseverancia, para que podamos reconocerte y seguirte en todas las circunstancias de la vida. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Te constituí como alianza para el pueblo, para restaurar la tierra.
Del libro del profeta Isaías: 49, 8-15
Esto dice el Señor:
"En el tiempo de la misericordia te escuché, en el día de
la salvación te auxilié. Yo te formé y te he destinado
para que seas alianza del pueblo: para restaurar la tierra, para volver a ocupar
los hogares destruidos, para decir a los prisioneros: 'Salgan', y a los que
están en tinieblas: 'Vengan a la luz'.
Pastarán de regreso a lo largo de todos los caminos, hallarán
pasto hasta en las dunas del desierto. No sufrirán hambre ni sed, no
los afligirá el sol ni el calor, porque el que tiene piedad de ellos
los conducirá a los manantiales. Convertiré en caminos todas las
montañas y pondrán terraplén a mis calzadas.
Miren: éstos vienen de lejos; aquellos, del norte y del poniente, y aquellos
otros, de la tierra de Senim".
Griten de alegría, cielos; regocíjate, tierra; rompan a cantar,
montañas, porque el Señor consuela a su pueblo y tiene misericordia
de los desamparados.
Sión había dicho: 'El Señor me ha abandonado, el Señor
me tiene en el olvido'. ¿Puede acaso una madre olvidarse de su criatura
hasta dejar de enternecerse por el hijo de sus entrañas? Aunque hubiera
una madre que se olvidara, yo nunca me olvidaré de ti", dice el
Señor todopoderoso. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 144, 8-9. 13cd-145. 17-18
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.
El Señor es compasivo
y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. Bueno es el
Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus creaturas. R/.
El Señor es siempre fiel a sus palabras y bondadoso en todas sus acciones.
Da su apoyo el Señor al que tropieza y al agobiado alivia. R/.
Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor
todas sus obras. No está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está
el Señor, de quien lo invoca. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 11, 25. 26
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor; el que cree en mí no morirá para siempre. R/.
EVANGELIO
Como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así el Hijo da la vida a quien él quiere dársela.
Del santo Evangelio según san Juan: 5, 17-30
En aquel tiempo, Jesús
dijo a los judíos (que lo perseguían por hacer curaciones en sábado):
"Mi Padre trabaja siempre y yo también trabajo". Por eso los
judíos buscaban con mayor empeño darle muerte, ya que no sólo
violaba el sábado, sino que llamaba Padre suyo a Dios, igualándose
así con Dios.
Entonces Jesús les habló en estos términos: "Yo les
aseguro: El Hijo no puede hacer nada por su cuenta y sólo hace lo que
le ve hacer al Padre; lo que hace el Padre también lo hace el Hijo. El
Padre ama al Hijo y le manifiesta todo lo que hace; le manifestará obras
todavía mayores que éstas, para asombro de ustedes. Así
como el Padre resucita a los muertos y les da la vida, así también
el Hijo da la vida a quien él quiere dársela. El Padre no juzga
a nadie, porque todo juicio se lo ha dado al Hijo, para que todos honren al
Hijo, como honran al Padre. El que no honra al Hijo tampoco honra al Padre.
Yo les aseguro que, quien escucha mi palabra y cree en el que me envió,
tiene vida eterna y no será condenado en el juicio, porque ya pasó
de la muerte a la vida.
Les aseguro que viene la hora, y ya está aquí, en que los muertos
oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la hayan oído vivirán.
Pues así como el Padre tiene la vida en sí mismo, también
le ha dado al Hijo tener la vida en sí mismo; y le ha dado el poder de
juzgar, porque es el Hijo del hombre.
No se asombren de esto, porque viene la hora en que todos los que yacen en la
tumba oirán mi voz y resucitarán: los que hicieron el bien para
la vida; los que hicieron el mal, para la condenación. Yo nada puedo
hacer por mí mismo. Según lo que oigo, juzgo; y mi juicio es justo,
porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Señor, que la fuerza de este sacrificio nos purifique de nuestra antigua condición pecadora y nos haga crecer en vida nueva y salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma pp. 492-496 (493-497).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 3, 17
Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por Él.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al recibir tus celestiales dones, te rogamos, Señor, no permitas que sea causa de condenación lo que en tu providencia diste a tus fieles como salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional
Que defienda a tus siervos, Señor, la protección de tu bondad, para que, haciendo el bien en este mundo, puedan llegar hasta ti, que eres el sumo bien. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Feria de Cuaresma MR p. 231 (244); Lecc. 1, p. 769
Otros Santos: Macario de Jerusalén, obispo; María Eugenia Milleret, fundadora; Atala de Bobbio, abad.
ESAS OBRAS QUE YO HAGO
Ex 32, 7-14; Jn 5, 31-47
Curiosamente en el fragmento del libro del Éxodo encontramos un mundo al revés. El Señor Dios está decidido a consumir con su ira justiciera al pueblo idólatra que lo quiso encajonar en la figura de un becerro de oro. Moisés tiene que interceder para "aplacar" la ira del Señor e invitarlo a que se arrepienta de las amenazas destructoras. Dios escucha y perdona a su pueblo. El Evangelio de san Juan refiere numerosas controversias del Señor Jesús con sus adversarios judíos acerca de la legitimidad de su misión. Dichosamente él no necesitaba de testimonios ajenos, pues podía apelar a su propia congruencia: "las obras que yo hago me acreditan como enviado del Padre". En ese tenor tendríamos que acrecentar nuestra autoridad moral cuantos ejercemos una función como guías de familias, escuelas o comunidades educativas o religiosas.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 104, 3-4
Alégrese el corazón de los que buscan al Señor. Busquen al Señor y serán fuertes; busquen su rostro sin descanso.
ORACIÓN COLECTA
Imploramos, Señor, con fervor tu misericordia, para que hagas que, convertidos por el arrepentimiento y ejercitados en las buenas obras, nosotros, tus siervos, perseveremos guardando fielmente tus mandamientos y lleguemos bien dispuestos a las fiestas pascuales. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
No castigues a tu pueblo por sus maldades. Del libro del Éxodo: 32, 7-14
En aquellos días,
dijo el Señor a Moisés: "Anda, baja del monte, porque tu
pueblo, el que sacaste de Egipto, se ha pervertido. No tardaron en desviarse
del camino que yo les había señalado. Se han hecho un becerro
de metal, se han postrado ante él y le han ofrecido sacrificios y le
han dicho: 'Éste es tu dios, Israel; es el que te sacó de Egipto'.
El Señor le dijo también a Moisés: "Veo que éste
es un pueblo de cabeza dura. Deja que mi ira se encienda contra ellos hasta
consumirlos. De ti, en cambio, haré un gran pueblo".
Moisés trató de aplacar al Señor, su Dios, diciéndole:
"Por qué ha de encenderse tu ira, Señor, contra este pueblo
que tú sacaste de Egipto con gran poder y vigorosa mano? ¿Vas
a dejar que digan los egipcios: ‘Los sacó con malas intenciones,
para hacerlos morir en las montañas y borrarlos de la superficie de la
tierra'? Apaga el ardor de tu ira, renuncia al mal con que has amenazado a tu
pueblo.
Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Jacob, siervos tuyos, a quienes juraste
por ti mismo, diciendo: 'Multiplicaré su descendencia como las estrellas
del cielo y les daré en posesión perpetua toda la tierra que les
he prometido' ". Y el Señor renunció al castigo con que había
amenazado a su pueblo.Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 105, 19-20. 21-22.23
R/. Perdona, Señor, las culpas de tu pueblo.
En el Horeb hicieron un
becerro, un ídolo de oro, y lo adoraron. Cambiaron al Dios que era su
gloria por la imagen de un buey que come pasto. R/.
Se olvidaron del Dios que los salvó, y que hizo portentos en Egipto,
en la tierra de Cam, mil maravillas, y en las aguas del Mar Rojo, sus prodigios.
R/.
Por eso hablaba Dios de aniquilarlos; pero Moisés, que era su elegido,
se interpuso, a fin de que, en su cólera, no fuera el Señor a
destruirlos. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 3, 16
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él tenga vida eterna. R/.
EVANGELIO
El que los acusa es Moisés, en quien ustedes han puesto su esperanza.
Del santo Evangelio según san Juan: 5, 31-47
En aquel tiempo, Jesús
dijo a los judíos: "Si yo diera testimonio de mí, mi testimonio
no tendría valor; otro es el que da testimonio de mí y yo bien
sé que ese testimonio que da de mí, es válido.
Ustedes enviaron mensajeros a Juan el Bautista y él dio testimonio de
la verdad. No es que yo quiera apoyarme en el testimonio de un hombre. Si digo
esto, es para que ustedes se salven. Juan era la lámpara que ardía
y brillaba, y ustedes quisieron alegrarse un instante con su luz. Pero yo tengo
un testimonio mejor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido realizar
y que son las que yo hago, dan testimonio de mí y me acreditan como enviado
del Padre.
El Padre, que me envió, ha dado testimonio de mí. Ustedes nunca
han escuchado su voz ni han visto su rostro, y su palabra no habita en ustedes,
porque no le creen al que él ha enviado.
Ustedes estudian las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues
bien, ellas son las que dan testimonio de mí. ¡Y ustedes no quieren
venir a mí para tener vida! Yo no busco la gloria que viene de los hombres;
es que los conozco y sé que el amor de Dios no está en ellos.
Yo he venido en nombre de mi Padre y ustedes no me han recibido. Si otro viniera
en nombre propio, a ése sí lo recibirían.
¿Cómo va a ser posible que crean ustedes, que aspiran a recibir
gloria los unos de los otros y no buscan la gloria que sólo viene de
Dios?
No piensen que yo los voy a acusar ante el Padre; ya hay alguien que los acusa:
Moisés, en quien ustedes tienen su esperanza. Si creyeran en Moisés,
me creerían a mí, porque él escribió acerca de mí.
Pero, si no dan fe a sus escritos, ¿cómo darán fe a mis
palabras?"
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Dios todopoderoso, que la oblación de este sacrificio purifique nuestra debilidad y la proteja de todo lo malo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I- V de Cuaresma pp. 492-496 (493-497).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jr 31, 33
Yo pondré mi ley en lo más profundo de su ser y voy a grabarla en sus corazones. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Señor, que los sacramentos recibidos purifiquen y liberen de toda culpa a tus siervos, para que, quienes nos sentimos abatidos por el peso de los pecados, nos gloriemos en la plenitud del remedio celestial. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional
Dios y Padre nuestro, protector de los que esperan en ti, bendice a tu pueblo: sálvalo, protégelo y disponlo para que, libre de todo pecado y a salvo de las asechanzas del enemigo, persevere siempre en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Feria de Cuaresma MR p. 233 (245); Lecc. 1, p. 772
Otros Santos: Pionio de Esmirna, mártir; Esteban de Obacina, abad; Juan Kearney, mártir.
LOS JUSTOS RESULTAN INCÓMODOS
Sb 2,1.12-22: Jn 7,1-2. 10. 25-30
El perfil del hombre justo del que nos hace un retrato cabal el libro de la Sabiduría exhibe también las mezquinas motivaciones de sus detractores. No soportan su congruencia, ni admiten su alteridad. Los justos viven de acuerdo a valores éticos, avalados firmemente en la Ley del Señor. Cuando los justos se asumen como hijos de Dios, nos están reclamando privilegios y ventajas de parte de Dios. La controversia o alegato parece revivirse y reavivarse en la vida pública de Jesús de Nazaret que se acredita como enviado del Padre de forma genuina y legítima. El proceder benévolo y compasivo del Señor Jesús tendría que bastar para que sus oponentes dieran en el blanco: quien vive como vive el Dios y Señor compasivo, procede de él, es su enviado genuino.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 53, 3-4
Señor, sálvame por tu nombre y líbrame con tu poder. Señor, escucha mi plegaria, presta oídos a las palabras de mi boca.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que preparaste abundantes remedios para nuestra fragilidad, concédenos que podamos recibir con alegría su efecto reparador y lo manifestemos con una vida santa. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Condenemos al justo a una muerte ignominiosa.
Del libro de la Sabiduría: 2, 1. 12-22
Los malvados dijeron entre
sí, discurriendo equivocadamente: "Tendamos una trampa al justo,
porque nos molesta y se opone a lo que hacemos; nos echa en cara nuestras violaciones
a la ley, nos reprende las faltas contra los principios en que fuimos educados.
Presume de que conoce a Dios y se proclama a sí mismo hijo del Señor.
Ha llegado a convertirse en un vivo reproche de nuestro modo de pensar y su
sola presencia es insufrible, porque lleva una vida distinta de los demás
y su conducta es extraña. Nos considera como monedas falsas y se aparta
de nuestro modo de vivir como de las inmundicias. Tiene por dichosa la suerte
final de los justos y se gloría de tener por padre a Dios.
Veamos si es cierto lo que dice, vamos a ver qué le pasa en su muerte.
Si el justo es hijo de Dios, él lo ayudará y lo librará
de las manos de sus enemigos. Sometámoslo a la humillación y a
la tortura para conocer su temple y su valor. Condenémoslo a muerte ignominiosa,
porque dice que hay quien mire por él".
Así discurren los malvados, pero se engañan; su malicia los ciega.
No conocen los ocultos designios de Dios, no esperan el premio de la virtud,
ni creen en la recompensa de una vida intachable.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 33, 17-18. 19-20. 21.23
El Señor no está lejos de sus fieles.
En contra del malvado está
el Señor, para borrar de la tierra su memoria. Escucha, en cambio, al
hombre justo y lo libra de todas sus congojas. R/.
El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas.
Muchas tribulaciones pasa el justo, pero de todas ellas Dios lo libra. R/.
Por los huesos del justo vela Dios, sin dejar que ninguno se le quiebre. Salva
el Señor la vida de sus siervos; no morirán quienes en él
esperan. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 4
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios. R/.
EVANGELIO
Trataban de capturar a Jesús, pero aún no había llegado su hora.
Del santo Evangelio según san Juan: 7, 1-2. 10. 25-30
En aquel tiempo, Jesús
recorría Galilea, pues no quería andar por Judea, porque los judíos
trataban de matarlo. Se acercaba ya la fiesta de los judíos, llamada
de los Campamentos.
Cuando los parientes de Jesús habían llegado ya a Jerusalén
para la fiesta, llegó también él, pero sin que la gente
se diera cuenta, como de incógnito. Algunos, que eran de Jerusalén,
se decían: "¿No es éste al que quieren matar? Miren
cómo habla libremente y no le dicen nada. ¿Será que los
jefes se han convencido de que es el Mesías? Pero nosotros sabemos de
dónde viene éste; en cambio, cuando llegue el Mesías, nadie
sabrá de dónde viene".
Jesús, por su parte, mientras enseñaba en el templo, exclamó:
"Conque me conocen a mí y saben de dónde vengo... Pues bien,
yo no vengo por mi cuenta, sino enviado por el que es veraz; y a él ustedes
no lo conocen. Pero yo sí lo conozco, porque procedo de él y él
me ha enviado". Trataron entonces de capturarlo, pero nadie le pudo echar
mano, porque todavía no había llegado su hora.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que el poder de este sacrificio nos purifique, para llegar bien dispuestos a las fiestas pascuales, que son el origen de nuestra salvación Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I- V de Cuaresma pp. 492-496 (493-497).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Ef 1, 7
Por medio de su Sangre, Cristo nos ha obtenido la redención y el perdón de los pecados. En esto se manifiesta la riqueza de su gracia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor, que así como pasamos de lo antiguo a lo nuevo, así, renunciando al pecado, quedemos renovados con una vida santa. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional
Dios y Padre nuestro, vuelve tus ojos hacia estos hijos tuyos, y protege bondadosamente con tu auxilio celestial a quienes confían en tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Feria de Cuaresma MR p. 234 (246); Lecc. I, p. 775 LH
Vísperas I del domingo: la. Semana del Salterio Tomo II: pp. 1099, 3 y 314 Para los fieles: pp. 472 y 178 Edición popular: pp. 13 y 435
Otros Santos: Pablo Aureliano de Lyon, obispo; Luis Orione, fundador. Beata Ángela Salawa, laica.
LOS ORÍGENES GALILEOS
Jr 11,18-20; Jn 7,40-53
De sobra es conocido que entre el profeta Jeremías y el Señor Jesús existen numerosas semejanzas que los aproximan. No destacaremos sino un par de éstas. Ambos enfrentaron una fuerte hostilidad por su postura crítica ante el culto y el templo. Esa hostilidad aceleró la ejecución de Jesús a manos de los dirigentes religiosos de Israel. En esta lectura aparece otro rasgo de semejanza entre ambos. Jeremías se lamenta de que su familia y sus hermanos sean desleales con él y hasta lo calumnien. Por su parte, el Evangelio de san Juan exhibe la discriminación que practicaron los habitantes de Jerusalén y en especial las autoridades religiosas en contra de Jesús por causa de sus orígenes galileos. La modestia de su familia y de su origen fue capitalizada como pretexto para descalificar su mensaje y su oferta de salvación.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 17, 5-7
Me cercaban olas mortales, los dolores del infierno me acorralaban; pero en mi angustia invoqué al Señor, y Él escuchó mi voz desde su templo.
ORACIÓN COLECTA
Que la acción de tu misericordia, Señor, dirija nuestros corazones, ya que sin tu ayuda no podemos agradarte. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Yo era como un manso cordero, que es llevado a degollar.
Del libro del profeta Jeremías: 11, 18-20
En aquel tiempo, dijo Jeremías:
"El Señor me instruyó y yo comprendí; él me
explicó lo que hacían. Yo era como un manso cordero que es llevado
a degollar, y no sabía lo que tramaban contra mí, diciendo: 'Talemos
el árbol en su pleno vigor, arranquémoslo de la tierra de los
vivos y que su nombre no se pronuncie más'.
Ahora tú, Señor de los ejércitos, justo juez, que sondeas
lo más íntimo del corazón, haz que yo vea tu venganza contra
ellos, porque a ti he encomendado mi causa".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 7, 2-3. 9bc-10. 11-12
R/. En ti, Señor, me refugio.
En ti, Dios mío,
me refugio: de mis perseguidores, sálvame. No permitas que algunos, como
fieras, me destrocen y nadie me rescate. R/.
Tú que llegas, Señor, a lo más hondo del corazón
humano, tú júzgame, Señor, según mis méritos;
conforme a mi inocencia, da tu fallo. Apoya al hombre recto, pon fin a la maldad
de los malvados. R/.
Tengo mi escudo en Dios, que salva a los de recto corazón. Alabaré
al Señor por su justicia y cantaré el nombre del Altísimo.
R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 8, 15
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto. R/.
EVANGELIO
¿Acaso de Galilea va a venir el Mesías?
Del santo Evangelio según san Juan: 7, 40-53
En aquel tiempo, algunos
de los que habían escuchado a Jesús comenzaron a decir: "Este
es verdaderamente el profeta". Otros afirmaban: "Éste es el
Mesías". Otros, en cambio, decían: "¿Acaso el
Mesías va a venir de Galilea? ¿No dice la Escritura que el Mesías
vendrá de la familia de David, y de Belén, el pueblo de David?"
Así surgió entre la gente una división por causa de Jesús.
Algunos querían apoderarse de él, pero nadie le puso la mano encima.
Los guardias del templo, que habían sido enviados para apresar a Jesús,
volvieron a donde estaban los sumos sacerdotes y los fariseos, y éstos
les dijeron: "¿Por qué no lo han traído?" Ellos
respondieron: "Nadie ha hablado nunca como ese hombre". Los fariseos
les replicaron: "¿Acaso también ustedes se han dejado embaucar
por él? ¿Acaso ha creído en él alguno de los jefes
o de los fariseos? La chusma ésa, que no entiende la ley, está
maldita".
Nicodemo, aquel que había ido en otro tiempo a ver a Jesús, y
que era fariseo, les dijo: "¿Acaso nuestra ley condena a un hombre
sin oírlo primero y sin averiguar lo que ha hecho?" Ellos le replicaron:
"¿También tú eres galileo? Estudia las Escrituras
y verás que de Galilea no ha salido ningún profeta". Y después
de esto, cada uno de ellos se fue a su propia casa.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, con agrado nuestras ofrendas y atrae hacia ti bondadosamente nuestras voluntades rebeldes.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma, pp. 492-496 (493-497).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 P 1, 18-19
Hemos sido rescatados con la Sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin defecto y sin mancha.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor, que tus santos misterios nos purifiquen y que con su eficacia nos hagan gratos a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional
Protege, Señor,
a tu pueblo, que camina presuroso hacia la Pascua, y acompáñalo
con el generoso auxilio de tu gracia celestial, para que, animado con los consuelos
visibles, se sienta mucho más atraído hacia los bienes invisibles.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
La costumbre de cubrir las cruces y las imágenes durante este tiempo
puede conservarse a juicio de la Conferencia Episcopal.
Las cruces permanecen cubiertas hasta después de la celebración
de la Pasión del Señor, el Viernes Santo, y las imágenes
hasta el comienzo de la Vigilia Pascual
Morado V Domingo de Cuaresma MR p. 235 (247) / Lecc. I p. 305
Otros Santos: Rodrigo y Salomón de Córdoba, mártires; Sancha de Portugal, laica; Cristina de Persia, mártir.
YO TAMPOCO TE CONDENO
Is 43,16-21: Flp 3,7-14: Jn 8,1-11
Cuando los israelitas estaban desterrados luego de varias décadas en Babilonia, no disponían de la suficiente esperanza para encarar su futuro. Vivían añorando su tierra, sus familias, su religión y su cultura. Todos esos referentes habían sido brutalmente cortados con la emigración forzada. El profeta conocido como el Segundo Isaías alienta a sus hermanos con un mensaje aparentemente desmedido: las señales que Dios realizará superarán con creces el gran signo del paso del mar en Egipto. No tiene caso añorar nostálgicamente el pasado, porque se acerca un futuro pleno de bendiciones. En el Evangelio de San Juan encontramos una situación diferente, una mujer adúltera hostigada y a punto de ser lapidada, por la furia discriminatoria de los varones, alcanza el perdón. El relato exhibe el tinte sexista de los hombres de Israel. Jesús se pone del lado de la mujer y desmonta el mecanismo de la violencia. Las dos palabras finales del Señor Jesús están en plena armonía: perdón e invitación a recomenzar la vida desde los valores del Reino.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 42, 1-2
Señor, hazme justicia. Defiende mi causa contra gente sin piedad, sálvame del hombre injusto y malvado, tú que eres mi Dios y mi defensa.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Señor Dios nuestro, que, con tu auxilio, avancemos animosamente hacia aquel grado de amor con el que tu Hijo, por la salvación del mundo, se entregó a la muerte. El que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Yo realizaré algo nuevo y daré de beber a mi pueblo.
Del libro del profeta Isaías: 43,16-21
Esto dice el Señor,
que abrió un camino en el mar y un sendero en las aguas impetuosas, el
que hizo salir a la batalla a un formidable ejército de carros y caballos,
que cayeron y no se levantaron, y se apagaron como una mecha que se extingue:
"No recuerden lo pasado ni piensen en lo antiguo; yo voy a realizar algo
nuevo. Ya está brotando. ¿No lo notan? Voy a abrir caminos en
el desierto y haré que corran los ríos en la tierra árida.
Me darán gloria las bestias salvajes, los chacales y las avestruces,
porque haré correr agua en el desierto, y ríos en el yermo, para
apagar la sed de mi pueblo escogido. Entonces el pueblo que me he formado proclamará
mis alabanzas".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6
R/. Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.
Cuando el Señor nos
hizo volver del cautiverio, creíamos soñar; entonces no cesaba
de reír nuestra boca, ni se cansaba entonces la lengua de cantar. R/.
Aun los mismos paganos con asombro decían: "¡Grandes cosas
ha hecho por ellos el Señor!" Y estábamos alegres, pues ha
hecho grandes cosas por su pueblo el Señor. R/.
Como cambian los ríos la suerte del desierto, cambia también ahora
nuestra suerte, Señor, y entre gritos de júbilo cosecharán
aquellos que siembran con dolor. R/.
Al ir, iban llorando, cargando la semilla; al regresar, cantando vendrán
con sus gavillas. R/.
SEGUNDA LECTURA
Todo lo considero como basura, con tal de asemejarme a Cristo en su muerte.
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 3, 7-14
Hermanos: Todo lo que era
valioso para mí, lo consideré sin valor a causa de Cristo. Más
aún pienso que nada vale la pena en comparación con el bien supremo,
que consiste en conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por cuyo amor
he renunciado a todo, y todo lo considero como basura, con tal de ganar a Cristo
y de estar unido a él, no porque haya obtenido la justificación
que proviene de la ley, sino la que procede de la fe en Cristo Jesús,
con la que Dios hace justos a los que creen.
Y todo esto, para conocer a Cristo, experimentar la fuerza de su resurrección,
compartir sus sufrimientos y asemejarme a él en su muerte, con la esperanza
de resucitar con él de entre los muertos.
No quiero decir que haya logrado ya ese ideal o que sea ya perfecto, pero me
esfuerzo en conquistarlo, porque Cristo Jesús me ha conquistado. No,
hermanos, considero que todavía no lo he logrado. Pero eso sí,
olvido lo que he dejado atrás, y me lanzo hacia adelante, en busca de
la meta y del trofeo al que Dios, por medio de Cristo Jesús, nos llama
desde el cielo.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO JI 2, 12-13
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Todavía es tiempo, dice el Señor, conviértanse a mí de todo corazón, porque soy compasivo y misericordioso. R/.
EVANGELIO
Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra.
Del santo Evangelio según san Juan: 8, 1-11
En aquel tiempo, Jesús
se retiró al monte de los Olivos y al amanecer se presentó de
nuevo en el templo, donde la multitud se le acercaba; y él, sentado entre
ellos, les enseñaba.
Entonces los escribas y fariseos le llevaron a una mujer sorprendida en adulterio,
y poniéndola frente a él, le dijeron: "Maestro, esta mujer
ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos manda en la ley
apedrear a estas mujeres. ¿Tú que dices?" Le preguntaban
esto para ponerle una trampa y poder acusarlo. Pero Jesús se agachó
y se puso a escribir en el suelo con el dedo. Como insistían en su pregunta,
se incorporó y les dijo: "Aquel de ustedes que no tenga pecado,
que le tire la primera piedra". Se volvió a agachar y siguió
escribiendo en el suelo.
Al oír aquellas palabras, los acusadores comenzaron a escabullirse uno
tras otro, empezando por los más viejos, hasta que dejaron solos a Jesús
y a la mujer, que estaba de pie, junto a él.
Entonces Jesús se enderezó y le preguntó: "Mujer,
¿dónde están los que te acusaban? ¿Nadie te ha condenado?"
Ella le contestó: "Nadie, Señor". Y Jesús le
dijo: "Tampoco yo te condeno. Vete y ya no vuelvas a pecar".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, amados hermanos,
y pidamos la misericordia del Señor para que, compadecido de su pueblo
penitente, escuche nuestras plegarias: (R/. Escúchanos, Señor.)
Para que el Redentor del mundo, que se entregó a la muerte para
vivificar a su pueblo, libere a la Iglesia de todo mal, roguemos al Señor.
Para que el Redentor del mundo, que oró en la cruz por quienes lo crucificaban,
interceda ante el Padre por los pecadores, roguemos al Señor.
Para que el Redentor de mundo, que experimentó en la cruz el sufrimiento
y la angustia, se compadezca de los que sufren, les dé fortaleza y paciencia
y ponga fin a sus dolores, roguemos al Señor.
Para que el Redentor del mundo a nosotros, sus siervos, que en estos días
nos disponemos a recordar con veneración su cruz, nos reconforte con
la fuerza de su resurrección, roguemos al Señor.
Dios de bondad, que quieres renovar en Cristo el universo entero, contempla
nuestra miseria y, puesto que enviaste a tu Hijo al mundo no para condenarlo,
sino para salvarlo, escucha nuestras oraciones, perdona nuestras culpas y haz
que renazca en nuestros corazones la alegría de una vida nueva y exultante.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Escúchanos, Dios todopoderoso, y concede a tus siervos, en quienes infundiste la sabiduría de la fe cristiana, quedar purificados, por la eficacia de este sacrificio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I o II de Cuaresma.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 8, 10-11
¿Nadie te ha condenado, mujer? Nadie, Señor. Yo tampoco te condeno. Ya no vuelvas a pecar.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Dios todopoderoso, que podamos contarnos siempre entre los miembros de aquel cuyo Cuerpo y Sangre acabamos de comulgar. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Bendice, Señor, a tu pueblo, que espera los dones de tu misericordia, y concédele recibir de tu mano generosa lo que tú mismo lo mueves a pedir. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Recientemente el Papa Francisco ha establecido reformas relativas al acceso de los divorciados a la comunión eclesial, también ha ordenado se ofrezca un tratamiento más eficiente y misericordioso y totalmente gratuito para quienes necesiten probar la nulidad de su matrimonio. No es que esté poniendo rebajas para aligerar la práctica de los valores evangélicos, ni tratando de congraciarse con una sociedad reacia a las creencias cristianas; en realidad está tratando de hacer manifiesto el rasgo compasivo y exigente que nos revela el Señor Jesús en el episodio de la mujer adúltera: "yo tampoco te condeno. Vete en adelante no vuelvas a pecar". No es la de Jesús una actitud complaciente con el adulterio, sino compasiva con la fragilidad de la mujer adúltera. De ahí que la invite a vivir relaciones amorosas en clave de justicia y fidelidad. En ese contexto la invitación a no pecar, implicaba rehacer sus relaciones amorosas y matrimoniales en clave de respeto y fidelidad.
Morado Feria de Cuaresma MR p. 237 (250); Lecc. 1, p. 781
Otros Santos: Matilde de Alemania, reina; Paulina de Fulda, religiosa. Beato Plácido Riccardi, presbítero.
LA FUERZA DEL TESTIMONIO
Dn 13,1-9. 15-17. 19-30. 33-62; Jn 8,12-20
El conocido relato de Susana que nos presenta el libro de Daniel es un llamado de atención para trabajar a favor de la justicia. Los jueces amañados por haberse aferrado durante años al poder se habían corrompido. Efectivamente "el poder corrompe" cuando no está sujeto a la transparencia y la rendición de cuentas. En la narración aparece Daniel como defensor y garante de la justicia al poner a prueba el testimonio de los concejales. Al contrastar los datos emergió la verdad y se salvó a Susana de una condena injusta. En el Evangelio de san Juan aparece también la cuestión de la legitimidad: Jesús se presenta como la luz del mundo, es decir, como la Palabra verdadera que nos explica cuál es la ruta que nos permite mantener relaciones justas con Dios y con los hermanos. Su autoridad se asienta en la fuerza probatoria de su congruencia (hace lo que dice) y en el respaldo que el Padre otorga a su persona.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 55, 2
Ten compasión de mí, Señor, porque me pisotean y me acosan todo el día mis enemigos.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, por cuya inefable gracia nos enriqueces con toda clase de bendiciones, concédenos pasar de nuestros antiguos pecados a una vida nueva, para prepararnos a la gloria del reino celestial. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
La inocencia de Susana.
Del libro del profeta Daniel: 13, 1-9. 15-17. 19-30. 33-62
En aquel tiempo vivía
en Babilonia un hombre llamado Joaquín, casado con Susana, hija de Quelcías,
mujer muy bella y temerosa de Dios. Sus padres eran virtuosos y habían
educado a su hija según la ley de Moisés. Joaquín era muy
rico y tenía una huerta contigua a su casa, donde solían reunirse
los judíos, porque era estimado por todos. Aquel año habían
sido designados jueces dos ancianos del pueblo; eran de aquellos de quienes
había dicho el Señor: "En Babilonia, la iniquidad salió
de ancianos elegidos como jueces, que pasaban por guías del pueblo".
Estos frecuentaban la casa de Joaquín y los que tenían litigios
que resolver acudían ahí a ellos. Hacia el mediodía, cuando
toda la gente se había retirado ya, Susana entraba a pasear en la huerta
de su marido. Los dos viejos la veían entrar y pasearse diariamente,
y se encendieron de pasión por ella, pervirtieron su corazón y
cerraron sus ojos para no ver al cielo ni acordarse de lo que es justo.
Un día, mientras acechaban el momento oportuno, salió ella, como
de ordinario, con dos muchachas de su servicio, y como hacía calor, quiso
bañarse en la huerta. No había nadie allí, fuera de los
viejos, que la espiaban escondidos. Susana dijo a las doncellas: "Tráiganme
jabón y perfumes, y cierren las puertas de la huerta mientras me baño".
Apenas salieron las muchachas, se levantaron los dos viejos, corrieron hacia
donde estaba Susana y le dijeron: "Mira: las puertas de la huerta están
cerradas y nadie nos ve. Nosotros ardemos en deseos de ti. Consiente y entrégate
a nosotros. Si no, te vamos a acusar de que un joven estaba contigo y que por
eso despachaste a las doncellas". Susana lanzó un gemido y dijo:
"No tengo ninguna salida; si me entrego a ustedes, será la muerte
para mí; si resisto, no escaparé de sus manos. Pero es mejor para
mí ser víctima de sus calumnias, que pecar contra el Señor".
Y dicho esto, Susana comenzó a gritar. Los dos viejos se pusieron a gritar
también y uno de ellos corrió a abrir la puerta del jardín.
Al oír los gritos en el jardín, los criados se precipitaron por
la puerta lateral para ver qué sucedía. Cuando oyeron el relato
de los viejos, quedaron consternados, porque jamás se había dicho
de Susana cosa semejante.
Al día siguiente, todo el pueblo se reunió en la casa de Joaquín,
esposo de Susana, y también fueron los dos viejos, llenos de malvadas
intenciones contra ella, para hacer que la condenaran a morir. En presencia
del pueblo dijeron: "Vayan a buscar a Susana, hija de Quelcías y
mujer de Joaquín". Fueron por Susana, quien acudió con sus
padres, sus hijos y todos sus parientes. Todos los suyos y cuantos la conocían,
estaban llorando.
Se levantaron entonces los dos viejos en medio de la asamblea y pusieron sus
manos sobre la cabeza de Susana. Ella, llorando, levantó los ojos al
cielo, porque su corazón confiaba en el Señor. Los viejos dijeron:
"Mientras nosotros nos paseábamos solos por la huerta, entró
ésta con dos criadas, luego les dijo que salieran y cerró la puerta.
Entonces se acercó un joven que estaba escondido y se acostó con
ella. Nosotros estábamos en un extremo de la huerta, y al ver aquella
infamia, corrimos hacia ellos y los sorprendimos abrazados. Pero no pudimos
sujetar al joven, porque era más fuerte que nosotros; abrió la
puerta y se nos escapó. Entonces detuvimos a ésta y le preguntamos
quién era el joven, pero se negó a decirlo. Nosotros somos testigos
de todo esto". La asamblea creyó a los ancianos, que habían
calumniado a Susana, y la condenaron a muerte.
Entonces Susana, dando fuertes voces, exclamó: "Dios eterno, que
conoces los secretos y lo sabes todo antes de que suceda, tú sabes que
éstos me han levantado un falso testimonio. Y voy a morir sin haber hecho
nada de lo que su maldad ha tramado contra mí". El Señor
escuchó su voz. Cuando llevaban a Susana al sitio de la ejecución,
el Señor hizo sentir a un muchacho, llamado Daniel, el santo impulso
de ponerse a gritar: "Yo no soy responsable de la sangre de esta mujer".
Todo el pueblo se volvió a mirarlo y le preguntaron: "¿Qué
es lo que estás diciendo?" Entonces Daniel, de pie en medio de ellos,
les respondió: "Israelitas, ¿cómo pueden ser tan ciegos?
Han condenado a muerte a una hija de Israel, sin haber investigado y puesto
en claro la verdad. Vuelvan al tribunal, porque ésos le han levantado
un falso testimonio".
Todo el pueblo regresó de prisa y los ancianos dijeron a Daniel: "Ven
a sentarte en medio de nosotros y dinos lo que piensas, puesto que Dios mismo
te ha dado la madurez de un anciano". Daniel les dijo entonces: "Separen
a los acusadores, lejos el uno del otro, y yo los voy a interrogar".
Una vez separados, Daniel mandó llamar a uno de ellos y le dijo: "Viejo
en años y en crímenes, ahora van a quedar al descubierto tus pecados
anteriores, cuando injustamente condenabas a los inocentes y absolvías
a los culpables, contra el mandamiento del Señor: No matarás al
que es justo e inocente. Ahora bien, si es cierto que los viste, dime debajo
de qué árbol estaban juntos". El respondió: "Debajo
de una acacia". Daniel le dijo: "Muy bien. Tu mentira te va a costar
la vida, pues ya el ángel ha recibido de Dios tu sentencia y te va a
partir por la mitad". Daniel les dijo que se lo llevaran, mandó
traer al otro y le dijo: "Raza de Canaán y no de Judá, la
belleza te sedujo y la pasión te pervirtió el corazón.
Lo mismo hacían ustedes con las mujeres de Israel, y ellas, por miedo,
se entregaban a ustedes. Pero una mujer de Judá no ha podido soportar
la maldad de ustedes. Ahora dime, ¿bajo qué árbol los sorprendiste
abrazados?" Él contestó: "Debajo de una encina".
Replicó Daniel: "También a ti tu mentira te costará
la vida. El ángel del Señor aguarda ya con la espada en la mano,
para partirte por la mitad. Así acabará con ustedes".
Entonces toda la asamblea levantó la voz y bendijo a Dios, que salva
a los que esperan en él. Se alzaron contra los dos viejos, a quienes,
con palabras de ellos mismos, Daniel había convencido de falso testimonio,
y les aplicaron la pena que ellos mismos habían maquinado contra su prójimo.
Para cumplir con la ley de Moisés, los mataron, y aquel día se
salvó una vida inocente.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 22, 1-3a. 3b-4.5.6
Nada temo, Señor, porque tú estás conmigo.
El Señor es mi pastor,
nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas
me conduce para reparar mis fuerzas. R/.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así,
aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás
conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R/.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges
la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días
de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin
término. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 8, 12
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de la vida. R/.
EVANGELIO
Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra.
Del santo Evangelio según san Juan: 8, 12-20
En aquel tiempo, Jesús
dijo a los fariseos: "Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no caminará
en la oscuridad y tendrá la luz de la vida".
Los fariseos le dijeron a Jesús: "Tú das testimonio de ti
mismo; tu testimonio no es válido". Jesús les respondió:
"Aunque yo mismo dé testimonio en mi favor, mi testimonio es válido,
porque sé de dónde vengo y a dónde voy; en cambio, ustedes
no saben de dónde vengo ni a dónde voy. Ustedes juzgan por las
apariencias. Yo no juzgo a nadie; pero si alguna vez juzgo, mi juicio es válido,
porque yo no estoy solo: el Padre, que me ha enviado, está conmigo. Y
en la ley de ustedes está escrito que el testimonio de dos personas es
válido. Yo doy testimonio de mí mismo y también el Padre,
que me ha enviado, da testimonio sobre mí".
Entonces le preguntaron: "¿Dónde está tu Padre?".
Jesús les contestó: "Ustedes no me conocen a mí ni
a mi Padre; si me conocieran a mí, conocerían también a
mi Padre".
Estas palabras las pronunció junto al cepo de las limosnas, cuando enseñaba
en el templo. Y nadie le echó mano, porque todavía no había
llegado su hora.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, a quienes nos disponemos a celebrar los santos misterios, que podamos presentarte con alegría nuestras almas ya purificadas, como fruto de nuestra penitencia corporal. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de la Pasión del Señor MR, p. 497 (498).
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque en la pasión salvadora de tu Hijo diste a los hombres una nueva comprensión de tu majestad y una nueva manera de alabarla, al poner de manifiesto, por la eficacia inefable de la cruz, el poder del crucificado y el juicio que del mundo has hecho. Por eso, ahora nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y los santos diciendo: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 8, 10-11
¿Nadie te ha condenado, mujer? Nadie, Señor. Yo tampoco te condeno. Ya no vuelvas a pecar.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que los sacramentos que hemos recibido, Señor, nos purifiquen de nuestras malas inclinaciones y, fortalecidos con tu bendición, corramos a tu encuentro siguiendo las huellas de Cristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional
Dios y Padre nuestro, purifica de sus pecados al pueblo que te suplica, para que llevando una vida santa se vea libre de toda adversidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Feria de Cuaresma MR p. 239 (251); Lecc. I, p. 789
Otros Santos: Luisa de Marillac, fundadora; Ramón o Raimundo de Fitero, fundador; Clemente María Hofbauer, presbítero.
YO NO PERTENEZCO A ESTE ORDEN
Nm 21,4-9: Jn 8,21-30
El relato sobre la serpiente colocada en un palo que devolvía la salud a quienes habían sufrido de picaduras, refleja probablemente una antigua práctica de culto a una serpiente. El símbolo tenía suficiente arraigo en la cultura de Israel, de manera que lo aprovechó el Señor Jesús para desentrañar el sentido profético de su muerte en cruz. El animal colgado en un estandarte era apenas el símbolo de la verdadera salvación, traída por el Hijo obediente, levantado en cruz y ajusticiado por quienes defendían el orden mundano. El Señor Jesús no desconocía las razones de aquella condena a muerte: Él no reproducía los valores ni las actitudes de "acá abajo", sino los bienes "de arriba". Quienes se habían confabulado para disponer del poder político y religioso en vistas de su propio beneficio (herodianos, saduceos y autoridades romanas) se opusieron firmemente a su proyecto y lo condujeron a la muerte en cruz.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 26, 14
Espera en el Señor y sé fuerte; ten valor y abandónate al Señor.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Padre, perseverar en el cumplimiento de tu voluntad para que, en este tiempo en que vivimos, el pueblo consagrado a tu servicio crezca en número y en santidad. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Si alguno era mordido y miraba la serpiente de bronce, quedaba curado.
Del libro de los Números: 21, 4-9
En aquellos días,
los hebreos salieron del monte Hor en dirección al Mar Rojo, para rodear
el territorio de Edom; pero por el camino, el pueblo se impacientó y
murmuró contra Dios y contra Moisés, diciendo: "¿Para
qué nos sacaste de Egipto? ¿Para qué muriéramos
en el desierto? No tenemos pan ni agua y ya estamos hastiados de esta miserable
comida".
Entonces envió Dios contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían,
y murieron muchos israelitas. El pueblo acudió a Moisés y le dijo:
"Hemos pecado al murmurar contra el Señor y contra ti. Ruega al
Señor que aparte de nosotros las serpientes". Moisés rogó
al Señor por el pueblo y el Señor le respondió: "Haz
una serpiente como ésas y levántala en un palo. El que haya sido
mordido por las serpientes y mire la que tú hagas, vivirá".
Moisés hizo una serpiente de bronce y la levantó en un palo; y
si alguno era mordido y miraba la serpiente de bronce, quedaba curado.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 101,2-3. 16-18. 19-21 R/. Señor, escucha mi plegaria.
Señor, escucha mi
plegaria; que a tu presencia lleguen mis clamores. El día de la desgracia,
Señor, no me abandones. Cuando te invoque, escúchame y enseguida
respóndeme. R/.
Cuando el Señor reedifique a Sión y aparezca glorioso, cuando
oiga el clamor del oprimido y no se muestre a sus plegarias sordo, entonces
al Señor temerán todos los pueblos y su gloria verán los
poderosos. R/.
Esto se escribirá para el futuro y alabará al Señor el
pueblo nuevo, porque el Señor, desde su altura santa, ha mirado a la
tierra desde el cielo, para oír los gemidos del cautivo y librar de la
muerte al prisionero. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquel que lo encuentra vivirá para siempre. R/.
EVANGELIO
Cuando hayan levantado al Hijo del hombre, entonces sabrán que Yo Soy.
Del santo Evangelio según san Juan: 8, 21-30
En aquel tiempo, Jesús
dijo a los judíos: "Yo me voy y ustedes me buscarán, pero
morirán en su pecado. A donde yo voy, ustedes no pueden venir".
Dijeron entonces los judíos: "¿Estará pensando en
suicidarse y por eso nos dice: 'A donde yo voy, ustedes no pueden venir'?"
Pero Jesús añadió: "Ustedes son de aquí abajo
y yo soy de allá arriba; ustedes son de este mundo, yo no soy de este
mundo. Se lo acabo de decir: morirán en sus pecados, porque si no creen
que Yo Soy, morirán en sus pecados".
Los judíos le preguntaron: "Entonces ¿quién eres tú?"
Jesús les respondió: "Precisamente eso que les estoy diciendo.
Mucho es lo que tengo que decir de ustedes y mucho que condenar. El que me ha
enviado es veraz y lo que yo le he oído decir a él es lo que digo
al mundo". Ellos no comprendieron que hablaba del Padre.
Jesús prosiguió: "Cuando hayan levantado al Hijo del hombre,
entonces conocerán que Yo Soy y que no hago nada por mi cuenta; lo que
el Padre me enseñó, eso digo. El que me envió está
conmigo y no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que a él le
agrada". Después de decir estas palabras, muchos creyeron en él.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de reconciliación, para que perdones benignamente nuestros pecados y dirijas tú mismo nuestro vacilante corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de la Pasión del Señor p. 497 (498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 12, 32
Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso que participando asiduamente en tus divinos misterios, merezcamos alcanzar los dones del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional
Señor Dios, que prefieres compadecerte en vez de enojarte con los que esperan en ti, concede a tus fieles enmendarse de los males cometidos, para que merezcan hallar la gracia de tu consuelo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Feria de Cuaresma MR p. 240 (252); Lecc. I, p. 791
Otros Santos: Heriberto de Colonia, obispo; Julián de Anazarbo, mártir. Beato Juan Sordi o Cacciafronte, mártir.
LA VERDAD QUE LIBERA
Dn 3,14-10; 49-50. 91-92.95; Jn 8,31-42
Rendir culto a la personalidad de un rey, como pretendía Nabucodonosor que lo hicieran los tres jóvenes en el relato del libro de Daniel, es vivir en la mentira. Quien disponga de una noción verdadera sobre el ser humano no aceptará que ciertos hombres, por más poderosos que sean, deban recibir gestos de adoración pública. Los regímenes totalitarios suelen imponer un respeto y en ocasiones un culto a los líderes supremos. Tanto es el valor que asignan a la comunidad, que terminan por anular el valor del ciudadano y el individuo común y corriente. En la discusión que sostiene el Señor Jesús con los dirigentes judíos en el cuarto Evangelio expone la cuestión de la dimensión liberadora de la verdad. En realidad no es posible comenzar el seguimiento de Jesús si no se dispone de la propia libertad. Quien esté apegado a cualquier realidad material de forma excesiva, está imposibilitado de vivir como discípulo de Jesucristo.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 17, 48-49
Tú me liberas, Señor, de la ira de los pueblos, me haces triunfar sobre mis adversarios y me salvas del hombre malvado.
ORACIÓN COLECTA
Ilumina, Dios compasivo, los corazones de tus hijos que tratan de purificarse por la penitencia con amor, dígnate escuchar paternalmente nuestras súplicas. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Dios mandó a su ángel para liberar a sus siervos.
Del libro del profeta Daniel: 3, 14-20. 49-50. 91-92. 95
En aquellos días
dijo el rey Nabucodonosor: "¿Es cierto, Sedrak, Mesak y Abednegó,
que no quieren servir a mis dioses, ni adorar la estatua de oro que he mandado
levantar? Pues bien, si no es cierto, estén dispuestos para que, al oír
sonar el cuerno, la flauta, la cítara, el salterio, la chirimía
y toda clase de instrumentos, se postren y adoren la estatua que he mandado
hacer. Pero si no la adoran, serán arrojados inmediatamente a un horno
encendido. ¿Y qué dios podrá librarlos entonces de mis
manos?"
Pero Sedrak, Mesak y Abednegó contestaron al rey Nabucodonosor: "No
es necesario responder a tu pregunta, pues el Dios a quien servimos puede librarnos
del horno encendido y nos librará de tus manos; y aunque no lo hiciera,
sábete que de ningún modo serviremos a tus dioses, ni adoraremos
la estatua de oro, que has mandado levantar".
Entonces Nabucodonosor se enfureció y la expresión de su rostro
cambió para Sedrak, Mesak y Abednegó. Mandó encender el
horno y aumentar la fuerza del fuego siete veces más de lo acostumbrado.
Después ordenó que algunos de los hombres más fuertes de
su ejército ataran a Sedrak, Mesak y Abednegó y los arrojaran
al horno encendido.
Pero el ángel del Señor bajó del cielo, se puso junto a
ellos, apartó las llamas y produjo en el horno un frescor como de brisa
y de rocío, y el fuego no los atormentó, ni los hirió,
ni siquiera los tocó. El rey Nabucodonosor, estupefacto, se levantó
precipitadamente y dijo a sus consejeros: "¿Acaso no estaban atados
los tres hombres que arrojamos al horno?" Ellos contestaron: "Sí,
señor". El rey replicó: "¿Por qué, entonces,
estoy viendo cuatro hombres sueltos, que se pasean entre las llamas, sin quemarse?
Y el cuarto, parece un ángel".
Nabucodonosor los hizo salir del horno y exclamó: "Bendito sea el
Dios de Sedrak, Mesak y Abednegó, que ha enviado a su ángel para
librar a sus siervos, que confiando en él, desobedecieron la orden del
rey y expusieron su vida, antes que servir y adorar a un dios extraño".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Daniel 3, 52. 53. 54. 55.56
R/. Bendito seas para siempre, Señor.
Bendito seas, Señor,
Dios de nuestros padres. Bendito sea tu nombre santo y glorioso. R/.
Bendito seas en tu templo santo y glorioso. Bendito seas en el trono de tu reino.
R/.
Bendito eres tú, Señor, que penetras con tu mirada los abismos
y te sientas en un trono rodeado de querubines. Bendito seas, Señor,
en la bóveda del cielo. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 8, 15
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto. R/.
EVANGELIO
Si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres.
Del santo Evangelio según san Juan: 8, 31-42
En aquel tiempo, Jesús
dijo a los que habían creído en él: "Si se mantienen
fieles a mi palabra, serán verdaderamente discípulos míos,
conocerán la verdad y la verdad los hará libres". Ellos replicaron:
"Somos hijos de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo
dices tú: 'Serán libres'?"
Jesús les contestó: "Yo les aseguro que todo el que peca
es un esclavo del pecado y el esclavo no se queda en la casa para siempre; el
hijo sí se queda para siempre. Si el Hijo les da la libertad, serán
realmente libres. Ya sé que son hijos de Abraham; sin embargo, tratan
de matarme, porque no aceptan mis palabras. Yo hablo de lo que he visto en casa
de mi Padre: ustedes hacen lo que han oído en casa de su padre".
Ellos le respondieron: "Nuestro padre es Abraham". Jesús les
dijo: "Si fueran hijos de Abraham, harían las obras de Abraham.
Pero tratan de matarme a mí, porque les he dicho la verdad que oí
de Dios. Eso no lo hizo Abraham. Ustedes hacen las obras de su padre".
Le respondieron: "Nosotros no somos hijos de prostitución. No tenemos
más padre que a Dios".
Jesús les dijo entonces: "Si Dios fuera su Padre me amarían
a mí, porque yo salí de Dios y vengo de Dios; no he venido por
mi cuenta, sino enviado por él". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estos dones que recibimos de ti y ahora te presentamos; y ya que los destinaste para alabanza de tu nombre, haz también que nos procuren la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de la Pasión del Señor p. 497 (498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Col 1, 13-14
Dios nos ha hecho entrar al Reino de su Hijo amado, por cuya sangre recibimos la redención y el perdón de los pecados.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el sacramento recibido, Señor, nos proporcione un remedio celestial para que purifique nuestros corazones de sus vicios y nos fortalezca con su constante protección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional
Atiende, Dios todopoderoso, las súplicas de tu pueblo y a quienes, compadecido, les das la confianza de esperar en tu amor, concédeles, benigno, experimentar el efecto de tu acostumbrada misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Feria de Cuaresma o Memoria parcial de San Patricio, Obispo MR p. 241 (253). 689 (706); Lecc. 1, p. 794
Otros Santos: Gertrudis de Nivelles, abadesa; Mártires de Alejandría.
Nació en Inglaterra hacia el 385. Consagró su vida a la evangelización de Irlanda. Su oración y penitencia eran asombrosas, y a ellas juntaba un sentido grande de la realidad que lo capacitó para adoptar su apostolado a las condiciones sociales y políticas de los celtas. Ya consagrado obispo, plantó en forma definitiva la Iglesia en toda la isla (hacia 461).
LA DESCENDENCIA DE ABRAHÁN
Gn 17, 3-9; Jn 8, 51-59
El ser humano tiene necesidad de trascender sus propios límites. Una forma de trascender es a través de la descendencia, los logros personales que dejan una huella significativa a la sociedad y las creaciones artísticas, etc. El patriarca Abrahán recibe un mensaje esperanzador: sus descendientes se multiplicarán en abundancia, convirtiéndose en padre de muchos pueblos y además, gozarán del favor y la protección divina. Jesús es presentado en diversos relatos como un verdadero israelita y como un genuino hijo de Abrahán y de David. Esa filiación no se reduce a cuestiones de sangre y linaje; se trata de algo aún más profundo, de un parecido en el plano interno. Jesús vivió y se condujo como un genuino hijo de Abrahán porque vivió en clave de obediencia y esperanza su relación con el Padre.
ANTÍFONA DE ENTRADA Hb 9, 15
Cristo es el mediador de la nueva alianza, para que, por su muerte, los que han sido llamados reciban la herencia eterna que les había prometido.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que enviaste al obispo san Patricio para evangelizar a los pueblos de Irlanda, por sus méritos e intercesión concede, a quienes nos glorificamos del nombre cristiano, anunciar siempre tus maravillas a los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Serás padre de una multitud de pueblos.
Del libro del Génesis: 17, 3-9
Cuando Dios se le apareció,
Abram se postró con el rostro en el suelo y Dios le dijo: "Aquí
estoy. Esta es la alianza que hago contigo: Serás padre de una multitud
de pueblos. Ya no te llamarás Abram, sino Abraham, porque te he constituido
como padre de muchas naciones.
Te haré fecundo sobremanera; de ti surgirán naciones y de ti nacerán
reyes. Contigo y con tus descendientes, de generación en generación,
establezco una alianza perpetua para ser el Dios tuyo y de tus descendientes.
A ti y a tus descendientes les daré en posesión perpetua toda
la tierra de Canaán, en la que ahora vives como extranjero; y yo seré
el Dios de ustedes".
Después le dijo Dios a Abraham: "Cumple, pues, mi alianza, tú
y tu posteridad, de generación en gene-ración".
Palabra de Dios.Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 104, 4-5. 6-7.8-9
R/. El Señor nunca olvida sus promesas.
Recurran al Señor
y a su poder, búsquenlo sin descanso. Recuerden los prodigios que él
ha hecho, sus portentos y oráculos. R/.
Descendientes de Abraham, su servidor, estirpe de Jacob, su predilecto, escuchen:
el Señor es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos. R/.
Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de
sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que
un día le hiciera. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Sal 94, 8
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su corazón". R/.
EVANGELIO
Su padre Abraham se regocijaba con el pensamiento de verme.
Del santo Evangelio según san Juan: 8, 51-59
En aquel tiempo, Jesús
dijo a los judíos: "Yo les aseguro: el que es fiel a mis palabras
no morirá para siempre".
Los judíos le dijeron: "Ahora ya no nos cabe duda de que estás
endemoniado. Porque Abraham murió y los profetas también murieron,
y tú dices: 'El que es fiel a mis palabras no morirá para siempre'.
¿Acaso eres tú más que nuestro padre Abraham, el cual murió?
Los profetas también murieron. ¿Quién pretendes ser tú?"
Contestó Jesús: "Si yo me glorificara a mí mismo,
mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, aquel de
quien ustedes dicen: 'Es nuestro Dios', aunque no lo conocen. Yo, en cambio,
sí lo conozco; y si dijera que no lo conozco, sería tan mentiroso
como ustedes. Pero yo lo conozco y soy fiel a su palabra. Abraham, el padre
de ustedes, se regocijaba con el pensamiento de verme; me vio y se alegró
por ello".
Los judíos le replicaron: "No tienes ni cincuenta años, ¿y
has visto a Abraham?" Les respondió Jesús: "Yo les aseguro
que desde antes que naciera Abraham, Yo Soy". Entonces recogieron piedras
para arrojárselas, pero Jesús se ocultó y salió
del templo.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira con agrado, Señor, este sacrificio, y concédenos que sirva para nuestra conversión y para la salvación del mundo entero. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de la Pasión del Señor, p. 497 (498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Rm 8, 32
Dios no escatimó la vida de su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros y en Él nos dio todo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados por estos dones de salvación, suplicamos, Señor, tu misericordia, para que este sacramento, que nos nutre en nuestra vida temporal, nos haga partícipes de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional
Sé propicio a tu pueblo, Señor, para que, rechazando día con día lo que te desagrada, se sacie sobre todo con las delicias de tus mandamientos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Feria de Cuaresma o Memoria parcial de San Cirilo de Jerusalén, obispo y doctor de la Iglesia. MR p. 242 (254). 690 (706); Lecc. 1, p. 796
Otros Santos: Salvador de Horta, presbítero. Beata Marta (Adela Amada) Le Bouteiller, religiosa.
Tuvo grandes tribulaciones por defender la fe en la divinidad de Cristo. Modelo de pastor. Tres veces desterrado. Nos ha legado sus "Catequesis bautismales", que nos enseñan cómo preparaban a los adultos para el Bautismo en la segunda mitad del siglo IV.
LA VERDADERA REPRESENTATIVIDAD
Jr 20,10-13, Jn 10,31-42
Los alegatos y malentendidos entre Jesús y los dirigentes judíos están presentes en muchos capítulos del cuarto Evangelio. Lo acusan de blasfemia por asemejarse a Dios. El maestro no se amedrenta ante sus adversarios porque sabe que su pretensión de ser el definitivo enviado del Padre y el Hijo plenamente obediente a su voluntad, no es un alarde verbal, sino una realidad. La filiación divina de Jesús resplandece especialmente en sus actitudes y sus opciones, él realiza la voluntad del Padre con cabalidad. Y precisamente son esas señales de compasión y amor por sus hermanos las que lo acreditan como alguien en quien resplandece de forma única el amor y la grandeza del Señor. En cierta medida encontramos la misma confrontación entre Jeremías y sus contemporáneos, que se resisten de muchas maneras a su palabra profética, porque se sienten cuestionados y exhibidos por su fidelidad a la Palabra del Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 30, 10. 16. 18
Ten piedad de mí, Señor, porque estoy en peligro, líbrame y sálvame de la mano de mis enemigos y de aquellos que me persiguen; Señor, que no quede yo defraudado de haberte invocado.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por medio del obispo san Cirilo de Jerusalén condujiste admirablemente a tu Iglesia a comprender con más profundidad los misterios de la salvación, concédenos, por su intercesión, conocer de tal madera a tu Hijo, que podamos participar abundantemente de su vida divina Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
El Señor está a mi lado como guerrero poderoso.
Del libro del profeta Jeremías: 20, 10-13
En aquel tiempo, dijo Jeremías:
"Yo oía el cuchicheo de la gente que decía: 'Terror por todas
partes. Denunciemos a Jeremías, vamos a denunciarlo'. Todos los que eran
mis amigos espiaban mis pasos, esperaban que tropezara y me cayera, diciendo:
'Si se tropieza y se cae, lo venceremos y podremos vengarnos de él'.
Pero el Señor, guerrero poderoso, está a mi lado; por eso mis
perseguidores caerán por tierra y no podrán conmigo; quedarán
avergonzados de su fracaso y su ignominia será eterna e inolvidable.
Señor de los ejércitos, que pones a prueba al justo y conoces
lo más profundo de los corazones, haz que yo vea tu venganza contra ellos,
porque a ti he encomendado mi causa.
Canten y alaben al Señor, porque él ha salvado la vida de su pobre
de la mano de los malvados".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 17, 2-3a. 3bc-4. 5-6.7
R/. Sálvame, Señor, en el peligro.
Yo te amo, Señor, tú eres mi fuerza, el Dios que me protege y me libera.
Tú eres mi refugio,
mi salvación, mi escudo, mi castillo. Cuando invoqué al Señor
de mi esperanza, al punto me libró de mi enemigo. R/.
Olas mortales me cercaban, torrentes destructores me envolvían; me alcanzaban
las redes del abismo y me ataban los lazos de la muerte. R/.
En el peligro invoqué al Señor, en mi angustia le grité
a mi Dios; desde su templo, él escuchó mi voz y mi grito llegó
a sus oídos. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 6, 63. 68
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna. R/.
EVANGELIO
Intentaron apoderarse de él, pero se les escapó de las manos.
Del santo Evangelio según san Juan: 10, 31-42
En aquel tiempo, cuando
Jesús terminó de hablar, los judíos cogieron piedras para
apedrearlo. Jesús les dijo: "He realizado ante ustedes muchas obras
buenas de parte del Padre, ¿por cuál de ellas me quieren apedrear?"
Le contestaron los judíos: "No te queremos apedrear por ninguna
obra buena, sino por blasfemo, porque tú, no siendo más que un
hombre, pretendes ser Dios". Jesús les replicó: "¿No
está escrito en su ley: Yo les he dicho: Ustedes son dioses? Ahora bien,
si ahí se llama dioses a quienes fue dirigida la palabra de Dios (y la
Escritura no puede equivocarse), ¿cómo es que a mí, a quien
el Padre consagró y envió al mundo, me llaman blasfemo porque
he dicho: 'Soy Hijo de Dios'? Si no hago las obras de mi Padre, no me crean.
Pero si las hago, aunque no me crean a mí, crean a las obras, para que
puedan comprender que el Padre está en mí y yo en el Padre".
Trataron entonces de apoderarse de él, pero se les escapó de las
manos.
Luego regresó Jesús al otro lado del Jordán, al lugar donde
Juan había bautizado en un principio y se quedó allí. Muchos
acudieron a él y decían: "Juan no hizo ningún signo;
pero todo lo que Juan decía de éste, era verdad". Y muchos
creyeron en él allí.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que tu ayuda, Dios misericordioso, nos haga dignos de servir siempre a tu altar, a fin de que la asidua participación en este sacrificio nos obtenga la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de la Pasión del Señor p. 497 (498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 P 2, 24
Jesús, cargado con nuestros pecados, subió al madero de la cruz, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia; por sus llagas hemos sido curados.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que no deje de protegernos continuamente, Señor, la recepción de este sacramento y que aleje siempre de nosotros todo mal. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional
Concede, Dios todopoderoso, que tu siervos, que anhelan la gracia de tu protección, puedan servirte con ánimo confiado, libres ya de todo mal. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Por decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramento, del 18 de marzo de 1995 (Prot. 452/95/L), en las parroquias e iglesias en las que hoy, antiguo "Viernes de Dolores", siga habiendo gran afluencia de fieles para honrar a la Virgen María en su advocación de Nuestra Señora de los Dolores, se puede celebrar una única Misa votiva de esta advocación (cfr. 15 de septiembre, p. 792 (822 )).
San José, esposo de la Santísima Virgen María
Blanco Solemnidad MR p. 690 (707); Lecc. I, p. 1002
Otros Santos: Beato Marcelo Callo, laico. Beata Sibilina Biscossi, laica.
Su misión en esta vida consistió en velar por Jesús "haciendo las veces de padre" (Prefacio). Pero el Señor ha querido que la cabeza de la Sagrada Familia siga cumpliendo la misma función con la Iglesia, que es el cuerpo de Cristo. María es madre de la Iglesia; san José, el protector.
LA CASA DE MI PADRE
2 S 7, 4-5.12-14.16; Rm 4,13. 16-18.22; Lc. 2,41-51
Las relaciones paterno-filiales no son fáciles de vivir. En un momento dado los hijos se autoafirman tanto que se tornan rebeldes y groseros con sus padres. Luego se "aquietan las aguas" y comienzan a vivir relaciones más tranquilas y mesuradas. El libro de Samuel nos presenta la promesa que Dios asume en relación a los hijos de David, los adoptará como sus hijos, apoyándolos y corrigiéndolos según fuera necesario. La tradición de Israel reconocía a los reyes como hijos adoptivos de Dios y eso se convirtió en ocasiones en un privilegio y en fuente de abusos de poder. La pérdida de la independencia política de Judá e Israel fue responsabilidad especial de los monarcas hebreos. En otra óptica totalmente distinta, el Evangelio de san Lucas nos presenta la escena de Jesús en el templo, donde afirma su autonomía y asume sus propias decisiones, sin menoscabo de una relación de subordinación ante sus padres.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Lc 12, 42
Éste es el siervo fiel y prudente, a quien el Señor puso al frente de su familia.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, que quisiste poner bajo la protección de san José el nacimiento y la infancia de nuestro Redentor, concédele a tu Iglesia proseguir y llevar a término, bajo su patrocinio, la obra de la redención humana. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
El Señor Dios le dará el trono de David, su padre.
Del segundo libro de Samuel: 7, 4-5. 12-14. 16
En aquellos días,
el Señor le habló al profeta Natán y le dijo: "Ve
y dile a mi siervo David que el Señor le manda decir esto: 'Cuando tus
días se hayan cumplido y descanses para siempre con tus padres, engrandeceré
a tu hijo, sangre de tu sangre, y consolidaré su reino.
Él me construirá una casa y yo consolidaré su trono para
siempre. Yo seré para él un padre y él será para
mí un hijo. Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante
mí, y tu trono será estable eternamente' ".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 88, 22-3. 4-5. 27.29
R/. Su descendencia perdurará eternamente.
Proclamaré sin cesar
la misericordia del Señor y daré a conocer que su fidelidad es
eterna, pues el Señor ha dicho: "Mi amor es para siempre y mi lealtad,
más firme que los cielos. R/.
Un juramento hice a David, mi servidor, una alianza pacté con mi elegido:
'Consolidaré tu dinastía para siempre y afianzaré tu trono
eternamente'. R/.
El me podrá decir: 'Tú eres mi padre, el Dios que me protege y
que me salva'. Yo jamás le retiraré mi amor ni violaré
el juramento que le hice". R/.
SEGUNDA LECTURA
Esperando contra toda esperanza. Abraham creyó.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 4, 13. 16- 18. 22
Hermanos: La promesa que
Dios hizo a Abraham y a sus descendientes, de que ellos heredarían el
mundo, no dependía de la observancia de la ley, sino de la justificación
obtenida mediante la fe.
En esta forma, por medio de la fe, que es gratuita, queda asegurada la promesa
para todos sus descendientes, no sólo para aquellos que cumplen la ley,
sino también para todos los que tienen la fe de Abraham. Entonces, él
es padre de todos nosotros, como dice la Escritura: Te he constituido padre
de todos los pueblos.
Así pues, Abraham es nuestro padre delante de aquel Dios en quien creyó
y que da la vida a los muertos y, llama a la existencia a las cosas que todavía
no existen. El, esperando contra toda esperanza, creyó que habría
de ser padre de muchos pueblos, conforme a lo que Dios le había prometido:
Así de numerosa será tu descendencia. Por eso, Dios le acreditó
esta fe como justicia.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 83, 5
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que viven en tu casa; siempre, Señor, te alabarán. R/.
EVANGELIO
Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia.
Del santo Evangelio según san Lucas: 2, 41-51
Los padres de Jesús
solían ir cada año a Jerusalén para las festividades de
la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, fueron a la
fiesta, según la costumbre. Pasados aquellos días, se volvieron,
pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que
sus padres lo supieran. Creyendo que iba en la caravana, hicieron un día
de camino; entonces lo buscaron, y al no encontrarlo, regresaron a Jerusalén
en su busca.
Al tercer día lo encontraron en el templo, sentado en medio de los doctores,
escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que lo oían
se admiraban de su inteligencia y de sus respuestas. Al verlo, sus padres se
quedaron atónitos y su madre le dijo: "Hijo mío, ¿por
qué te has portado así con nosotros? Tu padre y yo te hemos estado
buscando llenos de angustia". Él les respondió: "¿Por
qué me andaban buscando? ¿No sabían que debo ocuparme en
las cosas de mi Padre?" Ellos no entendieron la respuesta que les dio.
Entonces volvió con ellos a Nazaret y siguió sujeto a su autoridad.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
O Bien:
José hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.
Del santo Evangelio según san Mateo: 1, 16. 18-21. 24
Jacob engendró a
José, el esposo de María, de la cual nació Jesús,
llamado Cristo.
Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre,
desposada con José y antes de que vivieran juntos, sucedió que
ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José,
su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó
dejarla en secreto.
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en
sueños: "José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa
a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu
Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de
Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados".
Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había
mandado el ángel del Señor.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Señor, que así como san José sirvió con amorosa entrega a tu Unigénito, nacido de la Virgen María, así también nosotros, con un corazón limpio, merezcamos servirte en tu altar. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Misión de san José p. 691 (708).
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la solemnidad de san José, porque él es el hombre justo que diste por esposo a la Virgen Madre de Dios, el fiel y prudente servidor a quien constituiste jefe de tu familia para que, haciendo las veces de padre, cuidara a tu Unigénito, concebido por obra del Espíritu Santo, Jesucristo, Señor nuestro. Por Él, los ángeles y los arcángeles, y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 25, 21
Alégrate, siervo bueno y fiel. Entra a compartir el gozo de tu Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, protege siempre a esta familia tuya que alimentada con el sacramento del altar, se alegra hoy al celebrar la solemnidad de san José, y conserva en ella los dones que con tanta bondad le concedes. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional
Dios y Padre nuestro, protector de los que esperan en ti, bendice a tu pueblo: sálvalo, protégelo y disponlo para que, libre de todo pecado y a salvo de las asechanzas del enemigo, persevere siempre en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Jubileo de la Misericordia
Jornada Diocesana de los Jóvenes. Signo "jubilar" del Santo Padre: testimonio de las obras de misericordia.
Rojo Domingo de Ramos, "De la Pasión del Señor"
Conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén 2a. Semana del Salterio MR p. 247 (257); Lecc. 1, p. 309
UNA PALABRA DE ALIENTO
Is 50,4-7; Flp 2,6-1 I; Lc 22.14-23.56
El tono de ambos textos es de entereza y determinación. La voz profética que resuena en el libro de Isaías intercala verbos en tiempo pasado y presente, dándonos la impresión que este cántico es una celebración triunfal de alguien que ya superó el tiempo de la prueba –por eso no sentía los ultrajes y que sigue convencido de que en el presente sigue contando con el auxilio del Señor. La confianza se consolida después de haber superado los tiempos adversos y se va transformando en fortaleza. En el relato de la última cena, Jesús se muestra completamente dueño de su destino. Aunque sabe que se aproxima la hora de su muerte, no se amedrenta, sino que contagia su confiada esperanza a sus discípulos. Su vida y su muerte han llegado a su plenitud: una vida entregada para la salvación de los demás se convierte en una existencia significativa. La muerte martirial de Jesús será el punto de partida de la misteriosa revelación del amor incondicional del Padre por sus hijos.
MISA CON PROCESIÓN O ENTRADA SOLEMNE
1. En este
día la Iglesia recuerda la entrada de Cristo nuestro Señor a Jerusalén
para consumar su Misterio Pascual. Por lo tanto en todas las Misas se conmemora
esta entrada del Señor mediante una procesión o una entrada solemne,
antes de la Misa principal, y por medio de una entrada sencilla antes de las
demás Misas. Pero puede repetirse la entrada solemne (no la procesión),
antes de algunas otras Misas que se celebren con gran asistencia del Pueblo.
Conviene que donde no pueda hacerse ni procesión ni entrada solemne,
se tenga una celebración de la Palabra de Dios, sobre la entrada mesiánica
y la Pasión del Señor, ya sea el sábado por la tarde o
ya sea el domingo a una hora oportuna.
Conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén
Primera forma: Procesión
2. A la hora señalada, los fieles se reúnen en una iglesia menor o en algún otro lugar adecuado, fuera de la iglesia hacia la cual va a dirigirse la procesión. Los fieles llevan sus ramos en las manos.
3. El sacerdote y el diácono, revestidos con las vestiduras rojas requeridas para la Misa, acompañados por los otros ministros, se acercan al lugar donde el pueblo está congregado. El sacerdote, en lugar de casulla, puede usar la capa pluvial, que dejará después de la procesión, y se pondrá la casulla.
4. Entretanto se canta la siguiente antífona u otro cántico adecuado:
ANTÍFONA Mt 21,9
Hosanna al Hijo de David. Bendito el que viene en nombre del Señor, el Rey de Israel. Hosanna en el cielo.
5. Enseguida,
el sacerdote y los fieles se santiguan mientras el sacerdote dice: "En
el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo". Después
el sacerdote saluda al pueblo de la manera acostumbrada y hace una breve monición
para invitar a los fieles a participar activa y conscientemente en la celebración
de este día: Puede hacerlo con éstas o semejantes palabras.
Queridos hermanos: Después de haber preparado nuestros corazones desde
el principio de Cuaresma con nuestra penitencia y nuestras obras de caridad,
hoy nos reunimos para iniciar, unidos con toda la Iglesia, la celebración
anual del Misterio Pascual, es decir, de la pasión y resurrección
de nuestro Señor Jesucristo, misterios que empezaron con su entrada en
Jerusalén, su ciudad. Por eso, recordando con toda fe y devoción
esta entrada salvadora, sigamos al Señor, para que participando de su
cruz, tengamos parte con El en su resurrección y su vida.
6. Después
de esta monición, el sacerdote, teniendo extendidas las manos, dice una
de las dos oraciones siguientes:
Oremos. Dios todopoderoso y eterno, santifica con tu bendición †
estos ramos, para que, quienes acompañamos jubilosos a Cristo Rey, podamos
llegar, por él, a la Jerusalén del cielo. Él, que vive
y reina por los siglos de los siglos. R/. Amén.
O bien:
Aumenta, Señor Dios,
la fe de los que esperan en ti y escucha con bondad las súplicas de quienes
te invocan, para que, al presentar hoy nuestros ramos a Cristo victorioso, demos
para ti en él frutos de buenas obras. Él, que vive y reina por
los siglos de los siglos. R/. Amén.
Y en silencio, rocía los ramos con agua bendita.
7. Enseguida el diácono, o en su ausencia el sacerdote, proclama del modo acostumbrado el Evangelio de la entrada del Señor en Jerusalén, según alguno de los cuatro evangelistas. Si es oportuno se usa el incienso. "Bendito el que viene en nombre del Señor".
EVANGELIO
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Del santo Evangelio según san Lucas: 19, 28-40
En aquel tiempo, Jesús,
acompañado de sus discípulos, iba camino de Jerusalén,
y al acercarse a Betfagé y a Betania, junto al monte llamado de los Olivos,
envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: "Vayan
al caserío que está frente a ustedes. Al entrar, encontrarán
atado un burrito que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganlo
aquí. Si alguien les pregunta por qué lo desatan, díganle:
'El Señor lo necesita' ".
Fueron y encontraron todo como el Señor les había dicho. Mientras
desataban el burro, los dueños les preguntaron: "¿Por qué
lo desamarran?" Ellos contestaron: "El Señor lo necesita".
Se llevaron, pues, el burro, le echaron encima los mantos e hicieron que Jesús
montara en él.
Conforme iba avanzando, la gente tapizaba el camino con sus mantos, y cuando
ya estaba cerca la bajada del monte de los Olivos, la multitud de discípulos,
entusiasmados, se pusieron a alabar a Dios a gritos por todos los prodigios
que habían visto, diciendo: "¡Bendito el rey que viene en
nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!"
Algunos fariseos que iban entre la gente, le dijeron: "Maestro, reprende
a tus discípulos". Él les replicó: "Les aseguro
que si ellos se callan, gritarán las piedras".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
8. Después
del Evangelio, si se cree oportuno, puede tenerse una breve homilía.
Al iniciar la procesión, el celebrante u otro ministro idóneo
puede hacer una exhortación con estas palabras u otras parecidas:
Queridos hermanos: Como la muchedumbre que aclamaba a Jesús, acompañemos
también nosotros, con júbilo, al Señor.
9. Y se inicia la procesión hacia el templo donde va a celebrarse la misa. Si se usa el incienso, el turiferario va adelante con el incensario, en el cual habrá puesto incienso previamente; enseguida, un ministro con la cruz adornada y, a su lado, dos acólitos con velas encendidas. Sigue luego el sacerdote con los ministros y, detrás de ellos, los fieles con ramos en las manos. Al avanzar la procesión, el coro y el pueblo entonan los siguientes cánticos u otros apropiados.
ANTÍFONA 1
Los niños hebreos, llevando ramos de olivo, salieron al encuentro del Señor, clamando: "Hosanna en el cielo".
Si se cree conveniente, puede alternarse esta antífona con los versículos del salmo 23.
SALMO 23
Del Señor es la tierra
y lo que ella tiene, el orbe todo y lo que ella tiene, el orbe todo y los que
en él habitan, pues él lo edificó sobre los mares, él
fue quien lo asentó sobre los ríos.
Se repite la antífona.
¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién
podrá entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y manos
puras y que no jura en falso.
Se repite la antífona.
Ese obtendrá la bendición de Dios, y Dios, su salvador, le hará
justicia. Ésta es la clase de hombres que te buscan y vienen ante ti,
Dios de Jacob.
Se repite la antífona.
¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos,
porque va a entrar el rey de la gloria!
Se repite la antífona.
Y ¿quién es el rey de la gloria? Es el Señor, fuerte y
poderoso, el Señor, poderoso en la batalla.
Se repite la antífona.
¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos,
porque va a entrar el rey de la gloria!
Se repite la antífona.
Y ¿quién es el rey de la gloria? El Señor, Dios de los
ejércitos, es el rey de la gloria.
Se repite la antífona.
ANTÍFONA II
Los niños hebreos extendían sus mantos por el camino y clamaban: "Hosanna al Hijo de David, bendito el que viene en nombre del Señor".
Si se cree conveniente, puede alternarse esta antífona con los versículos del salmo 46.
SALMO 46
Aplaudan, pueblos todos;
aclamen al Señor, de gozo llenos; que el Señor, el Altísimo,
es terrible y de toda la tierra, rey supremo.
Se repite la antífona.
Fue Él quien nos puso por encima de todas las naciones y los pueblos,
al elegirnos como herencia suya, orgullo de Jacob, su predilecto.
Se repite la antífona.
Entre voces de júbilo y trompetas, Dios, el Señor, asciende hasta
su trono. Cantemos en honor de nuestro Dios, al rey honremos y cantemos todos.
Se repite la antífona.
Porque Dios es el rey del universo, cantemos el mejor de nuestros cantos. Reina
Dios sobre todas las naciones desde su trono santo.
Se repite la antífona.
Los jefes de los pueblos se han reunido con el pueblo de Dios, Dios de Abraham,
porque de Dios son los grandes de la tierra. Por encima de todo Dios está.
HIMNO A CRISTO REY
Coro:
Gloria, alabanza y honor, a ti Cristo rey, redentor; a quien infantil cortejo entonó piadoso Hosanna.
Todos repiten:
Gloria, alabanza y honor...
Coro:
Tú eres el rey de Israel, prole ínclita de David, rey bendito, que vienes en el nombre del Señor.
Todos repiten:
Gloria, alabanza y honor...
Coro:
Toda la corte celestial te alaba en las alturas, y el hombre mortal, con todas las creaturas.
Todos repiten:
Gloria, alabanza y honor...
Coro:
El pueblo hebreo salió con palmas a tu encuentro; nosotros con preces, votos e himnos venimos a ti.
Todos repiten:
Gloria, alabanza y honor...
Coro:
Aquellos cuando ibas a padecer te tributaban loores; nosotros ahora que reinas, te ofrecemos nuestro canto.
Todos repiten:
Gloria, alabanza y honor...
Coro:
Aquellos te agradaron, que te agrade también nuestra devoción: ¡Rey bueno, rey clemente, a quien agrada todo lo bueno!
Todos repiten:
Gloria, alabanza y honor...
O bien:
HIMNO A CRISTO REY
¡Que viva mi Cristo,
que viva mi Rey,
que impere doquiera
triunfante su ley! (2)
¡Viva Cristo Rey,
viva Cristo Rey!
1. Mexicanos, un Padre tenemos
que nos dio de la patria la unión,
a ese Padre gozosos cantemos
empuñando con fe su pendón.
que su Hijo nos dio por la cruz.
2. Demos gracias al Padre
que ha hecho que tengamos
de herencia la luz
y podamos vivir en el reino
3. Dios le dio el poder,
la
victoria; pueblos todos, venid y
alabad a este Rey de los cielos y
tierra en quien sólo tenemos la paz.
4. Rey eterno, Rey universal,
en quien todo ya se restauró, te
ogamos que todos los pueblos
sean unidos en un solo amor.
10. Al entrar la procesión en la iglesia, se canta el siguiente responsorio u otro cántico alusivo a la entrada del Señor en Jerusalén:
RESPONSORIO
R. Al entrar el Señor en la ciudad santa, los hijos de Israel, anticipándose a la resurrección del Señor de la vida, con palmas en las manos, clamaban: Hosanna en el cielo.
V. Al enterarse de que Jesús llegaba a Jerusalén, el pueblo salió a su encuentro con palmas en las manos, clamando: Hosanna en el cielo.
11. El sacerdote, al llegar al altar, hace la debida reverencia y si lo juzga oportuno, lo inciensa. Luego se dirige a la sede (se quita la capa pluvial, si la usó, y se pone la casulla) y, omitidos los demás ritos iniciales de la Misa, incluso el Señor, ten piedad, da fin a la procesión diciendo la oración colecta y prosigue la misa de la manera acostumbrada.
II. SEGUNDA FORMA: ENTRADA SOLEMNE
12. Donde no se pueda hacer la procesión fuera de la iglesia, la entrada del Señor se celebra dentro del templo por medio de una entrada solemne, antes de la misa principal.
13. Los fieles se reúnen ante la puerta de la iglesia, o bien, dentro de la misma iglesia, llevando los ramos en la mano. El sacerdote, los ministros y algunos de los fieles, van a algún sitio adecuado de la iglesia, fuera del presbiterio, en donde pueda ser vista fácilmente la ceremonia, al menos por la mayor parte de la asamblea.
14. Mientras el sacerdote se dirige al sitio indicado, se canta la antífona "Hosanna al Hijo de David" (n. 4) o algún otro cántico adecuado. Después se bendicen los ramos y se lee el Evangelio de la entrada del Señor en Jerusalén, como se indicó en los nn. 5-7. Después del Evangelio, el sacerdote va solemnemente hacia el presbiterio a través del templo acompañado por los ministros y por algunos fieles, mientras se canta el responsorio 'Al entrar el Señor" (n. 10), u otro cántico apropiado.
15. Al llegar al altar, el sacerdote hace la debida reverencia. Enseguida va a la sede y, omitidos los ritos iniciales de la Misa, incluso el Señor, ten piedad, si es oportuno, dice la colecta de la Misa, que prosigue luego de la manera acostumbrada.
III. TERCERA FORMA: ENTRADA SENCILLA
16. En todas las demás misas de este domingo, en las que no se hace la entrada solemne, se recuerda la entrada del Señor en Jerusalén por medio de una entrada sencilla.
17. Mientras el sacerdote se dirige al altar, se canta la antífona de entrada con su salmo u otro cántico sobre el mismo tema. El sacerdote, al llegar al altar, hace la debida reverencia, va a la sede y saluda al pueblo. Luego sigue la misa de la manera acostumbrada.
18. En las demás misas en que no es posible cantar la antífona de entrada, el sacerdote, después de llegar al altar y de haber hecho la debida reverencia, saluda al pueblo, lee la antífona de entrada y prosigue la misa de la manera acostumbrada.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Seis días antes de
la Pascua, cuando el Señor entró en Jerusalén, salieron
los niños a su encuentro llevando en sus manos hojas de palmera y gritando:
Hosanna en el cielo. Bendito tú, que vienes lleno de bondad y de misericordia.
(Sal 23, 9-10)
Puertas, ábranse de par en par; agrándense, por-tones eternos,
porque va a entrar el Rey de la gloria. Y ¿quién es ese Rey de
la gloria? El Señor de los ejércitos es el Rey de la gloria. Hosanna
en el cielo. Bendito tú, que vienes lleno de bondad y de misericordia.
19. Cuando no se puede hacer ni la procesión, ni la entrada solemne, es conveniente hacer una celebración de la palabra de Dios, acerca de la entrada mesiánica y de la Pasión del Señor, ya sea el sábado en la tarde, o bien el domingo, a la hora más oportuna.
LA MISA
20. Después de la procesión o de la entrada solemne, el sacerdote comienza la misa con la oración colecta.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno,
que quisiste que nuestro Salvador se hiciera hombre y padeciera en la cruz para
dar al género humano ejemplo de humildad, concédenos, benigno,
seguir las enseñanzas de su pasión y que merezcamos participar
de su gloriosa resurrección. Él, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Dada la importancia de la Pasión del Señor, el sacerdote, en las
misas con el pueblo, y de acuerdo con las características de los fieles
de cada asamblea, puede omitir, una de las dos primeras lecturas, o ambas, y
leer sólo la Pasión del Señor, aun en su forma breve.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
No aparté mi rostro de los insultos, y sé que no quedaré avergonzado.
Del libro del profeta Isaías 50, 4-7
En aquel entonces, dijo
Isaías: "El Señor me ha dado una lengua experta, para que
pueda confortar al abatido con palabras de aliento. Mañana tras mañana,
el Señor despierta mi oído, para que escuche yo, como discípulo.
El Señor Dios me ha hecho oír sus palabras y yo no he opuesto
resistencia ni me he echado para atrás. Ofrecí la espalda a los
que me golpeaban, la mejilla a los que me tiraban de la barba. No aparté
mi rostro de los insultos y salivazos. Pero el Señor me ayuda, por eso
no quedaré confundido, por eso endurecí mi rostro como roca y
sé que no quedaré avergonzado".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 21, 8-9. 17-18a. 19-20. 23-24
R/. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Todos los que me ven, de
mí se burlan; me hacen gestos y dicen: "Confiaba en el Señor,
pues que Él lo salve; si de veras lo ama, que lo libre". R.
Los malvados me cercan por doquiera como rabiosos perros. Mis manos y mis pies
han taladrado y se pueden contar todos mis huesos. R.
Reparten entre sí mis vestiduras y se juegan mi túnica a los dados.
Señor, auxilio mío, ven y ayúdame, no te quedes de mí
tan alejado. R.
Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
Fieles del Señor, alábenlo; glorifícalo, linaje de Jacob;
témelo, estirpe de Israel. R.
SEGUNDA LECTURA
Cristo se humilló a sí mismo, por eso Dios lo exaltó.
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses 2, 6-11
Cristo, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su condición divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres. Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que, al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Flp 2, 8-9
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Cristo se humilló por nosotros y por obediencia aceptó incluso la muerte y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre. R.
EVANGELIO
PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN LUCAS 22, 14-23, 56
He deseado celebrar esta Pascua con ustedes, antes de padecer
Llegada la hora de cenar,
se sentó Jesús con sus discípulos y les dijo: "Cuánto
he deseado celebrar esta Pascua con ustedes, antes de padecer, porque yo les
aseguro que ya no la volveré a celebrar, hasta que tenga cabal cumplimiento
en el Reino de Dios". Luego tomó en sus manos una copa de vino,
pronunció la acción de gracias y dijo: "Tomen esto y repártanlo
entre ustedes, porque les aseguro que ya no volveré a beber del fruto
de la vid hasta que venga el Reino de Dios".
Hagan esto en memoria mía
Tomando después un pan, pronunció la acción de gracias,
lo partió y se lo dio, diciendo: "Esto es mi cuerpo, que se entrega
por ustedes. Hagan esto en memoria mía". Después de cenar,
hizo lo mismo con una copa de vino, diciendo: "Esta copa es la nueva alianza,
sellada con mi sangre, que se derrama por ustedes".
¡Ay de aquel por quien el Hijo del hombre será entregado!
"Pero miren: la mano del que me va a entregar está conmigo en la
mesa. Porque el Hijo del hombre va a morir, según lo decretado; pero
¡ay de aquel hombre por quien será entregado!" Ellos empezaron
a preguntarse unos a otros quién de ellos podía ser el que lo
iba a traicionar.
Yo estoy en medio de ustedes como el que sirve
Después los discípulos se pusieron a discutir sobre cuál
de ellos debería ser considerado como el más importante. Jesús
les dijo: "Los reyes de los paganos los dominan, y los que ejercen la autoridad
se hacen llamar bienhechores. Pero ustedes no hagan eso, sino todo lo contrario:
que el mayor entre ustedes actúe como si fuera el menor, y el que gobierna,
como si fuera un servidor. Porque, ¿quién vale más, el
que está a la mesa o el que sirve? ¿Verdad que es el que está
a la mesa? Pues yo estoy en medio de ustedes como el que sirve. Ustedes han
perseverado conmigo en mis pruebas, y yo les voy a dar el Reino, como mi Padre
me lo dio a mí, para que coman y beban a mi mesa en el Reino, y se siente
cada uno en un trono, para juzgar a las doce tribus de Israel".
Tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos
Luego añadió: "Simón, Simón, mira que Satanás
ha pedido permiso para zarandearlos como trigo; pero yo he orado por ti, para
que tu fe no desfallezca; y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos".
Él le contestó: "Señor, estoy dispuesto a ir contigo
incluso a la cárcel y a la muerte". Jesús le replicó:
"Te digo, Pedro, que hoy, antes de que cante el gallo, habrás negado
tres veces que me conoces".
Conviene que se cumpla en mí lo que está escrito
Después les dijo a todos ellos: "Cuando los envié sin provisiones,
sin dinero ni sandalias, ¿acaso les faltó algo?" Ellos contestaron:
"Nada". Él añadió: "Ahora, en cambio, el
que tenga dinero o provisiones, que los tome; y el que no tenga espada, que
venda su manto y compre una. Les aseguro que conviene que se cumpla esto que
está escrito de mí: Fue contado entre los malhechores, porque
se acerca el cumplimiento de todo lo que se refiere a mí". Ellos
le dijeron: "Señor, aquí hay dos espadas". Él
les contestó: "¡Basta ya!"
Lleno de tristeza, se puso a orar de rodillas
Salió Jesús, como de costumbre, al monte de los Olivos y lo acompañaron
los discípulos. Al llegar a ese sitio, les dijo: "Oren, para no
caer en la tentación". Luego se alejó de ellos a la distancia
de un tiro de piedra y se puso a orar de rodillas, diciendo: "Padre, si
quieres, aparta de mí esta amarga prueba; pero que no se haga mi voluntad,
sino la tuya". Se le apareció entonces un ángel para confortarlo;
él, en su angustia mortal, oraba con mayor insistencia, y comenzó
a sudar gruesas gotas de sangre, que caían hasta el suelo. Por fin terminó
su oración, se levantó, fue hacia sus discípulos y los
encontró dormidos por la pena. Entonces les dijo: "¿Por qué
están dormidos? Levántense y oren para no caer en la tentación".
Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre?
Todavía estaba hablando, cuando llegó una turba encabezada por
Judas, uno de los Doce, quien se acercó a Jesús para besarlo.
Jesús le dijo: "Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del
hombre?"
Al darse cuenta de lo que iba a suceder, los que estaban con él dijeron:
"Señor, ¿los atacamos con la espada?" Y uno de ellos
hirió a un criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha.
Jesús intervino, diciendo: "¡Dejen! ¡Basta!" Le
tocó la oreja y lo curó.
Después Jesús dijo a los sumos sacerdotes, a los encargados del
templo y a los ancianos que habían venido a arrestarlo: "Han venido
a aprehenderme con espadas y palos, como si fuera un bandido. Todos los días
he estado con ustedes en el templo y no me echaron mano. Pero ésta es
su hora y la del poder de las tinieblas".
Pedro salió de ahí y se soltó a llorar
Ellos lo arrestaron, se lo llevaron y lo hicieron entrar en la casa del sumo
sacerdote. Pedro los seguía desde lejos. Encendieron fuego en medio del
patio, se sentaron alrededor y Pedro se sentó también con ellos.
Al verlo sentado junto a la lumbre, una criada se le quedó mirando y
dijo: "Este también estaba con él". Pero él lo
negó diciendo: "No lo conozco, mujer". Poco después
lo vio otro y le dijo: "Tú también eres uno de ellos".
Pedro replicó: "¡Hombre, no lo soy!" Y como después
de una hora, otro insistió: "Sin duda que éste también
estaba con él, porque es galileo".
Pedro contestó: "¡Hombre, no sé de qué hablas!"
Todavía estaba hablando, cuando cantó un gallo.
El Señor, volviéndose, miró a Pedro. Pedro se acordó
entonces de las palabras que el Señor le había dicho: `Antes de
que cante el gallo, me negarás tres veces', y saliendo de allí
se soltó a llorar amargamente.
Adivina quién te ha pegado
Los hombres que sujetaban a Jesús se burlaban de él, le daban
golpes, le tapaban la cara y le preguntaban: "¿divina quién
te ha pegado?" Y proferían contra él muchos insultos.
Lo hicieron comparecer ante el sanedrín
Al amanecer se reunió el consejo de los ancianos con los sumos sacerdotes
y los escribas. Hicieron comparecer a Jesús ante el sanedrín y
le dijeron: "Si tú eres el Mesías, dínoslo".
Él les contestó: "Si se lo digo, no lo van a creer, y si
les pregunto, no me van a responder. Pero ya desde ahora, el Hijo del hombre
está sentado a la derecha de Dios todopoderoso". Dijeron todos:
"Entonces, ¿tú eres el Hijo de Dios?" Él les
contestó: "Ustedes mismos lo han dicho: sí lo soy".
Entonces ellos dijeron: "¿Qué necesidad tenemos ya de testigos?
Nosotros mismos lo hemos oído de su boca". El consejo de los ancianos,
con los sumos sacerdotes y los escribas, se levantaron y llevaron a Jesús
ante Pilato.
No encuentro ninguna culpa en este hombre
Entonces comenzaron a acusarlo, diciendo: "Hemos comprobado que éste
anda amotinando a nuestra nación y oponiéndose a que se pague
tributo al César y diciendo que él es el Mesías rey".
Pilato preguntó a Jesús: "¿Eres tú el rey de
los judíos?" Él le contestó: "Tú lo has
dicho". Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la turba: "No encuentro
ninguna culpa en este hombre". Ellos insistían con más fuerza,
diciendo: "Solivianta al pueblo enseñando por toda Judea, desde
Galilea hasta aquí". Al oír esto, Pilato preguntó
si era galileo, y al enterarse de que era de la jurisdicción de Herodes,
se lo remitió, ya que Herodes estaba en Jerusalén precisamente
por aquellos días.
Herodes, con su escolta, lo despreció
Herodes, al ver a Jesús, se puso muy contento, porque hacía mucho
tiempo que quería verlo, pues había oído hablar mucho de
él y esperaba presenciar algún milagro suyo. Le hizo muchas preguntas,
pero él no le contestó ni una palabra.
Estaban ahí los sumos sacerdotes y los escribas, acusándolo sin
cesar. Entonces Herodes, con su escolta, lo trató con desprecio y se
burló de él, y le mandó poner una vestidura blanca. Después
se lo remitió a Pilato. Aquel mismo día se hicieron amigos Herodes
y Pilato, porque antes eran enemigos.
Pilato les entregó a Jesús
Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a las autoridades y al pueblo,
y les dijo: "Me han traído a este hombre, alegando que alborota
al pueblo; pero yo lo he interrogado delante de ustedes y no he encontrado en
él ninguna de las culpas de que lo acusan. Tampoco Herodes, porque me
lo ha enviado de nuevo. Ya ven que ningún delito digno de muerte se ha
probado. Así pues, le aplicaré un escarmiento y lo soltaré".
Con ocasión de la fiesta, Pilato tenía que dejarles libre a un
preso. Ellos vociferaron en masa, diciendo: "¡Quita a ése!
¡Suéltanos a Barrabás!" A éste lo habían
metido en la cárcel por una revuelta acaecida en la ciudad y un homicidio.
Pilato volvió a dirigirles la palabra, con la intención de poner
en libertad a Jesús; pero ellos seguían gritando: "¡Crucifícalo,
crucifícalo!" Él les dijo por tercera vez: "¿Pues
qué ha hecho de malo? No he encontrado en él ningún delito
que merezca la muerte; de modo que le aplicaré un escarmiento y lo soltaré".
Pero ellos insistían, pidiendo a gritos que lo crucificaran. Como iba
creciendo el griterío, Pilato decidió que se cumpliera su petición;
soltó al que le pedían, al que había sido encarcelado por
revuelta y homicidio, y a Jesús se lo entregó a su arbitrio.
Hijas de Jerusalén, no lloren por mí
Mientras lo llevaban a crucificar, echaron mano a un cierto Simón de
Cirene, que volvía del campo, y lo obligaron a cargar la cruz, detrás
de Jesús. Lo iba siguiendo una gran multitud de hombres y mujeres, que
se golpeaban el pecho y lloraban por él. Jesús se volvió
hacia las mujeres y les dijo: "Hijas de Jerusalén, no lloren por
mí; lloren por ustedes y por sus hijos, porque van a venir días
en que se dirá: `¡Dichosas las estériles y los vientres
que no han dado a luz y los pechos que no han criado!' Entonces dirán
a los montes: 'Desplómense sobre nosotros', y a las colinas: Sepúltennos',
porque si así tratan al árbol verde, ¿qué pasará
con el seco?"
Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen
Conducían, además, a dos malhechores, para ajusticiarlos con él.
Cuando llegaron al lugar llamado "la Calavera", lo crucificaron allí,
a él y a los malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda.
Jesús decía desde la cruz: "Padre, perdónalos, porque
no saben lo que hacen". Los soldados se repartieron sus ropas, echando
suertes. Éste es el rey de los judíos
El pueblo estaba mirando. Las autoridades le hacían muecas, diciendo:
"A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el
Mesías de Dios, el elegido". También los soldados se burlaban
de Jesús, y acercándose a él, le ofrecían vinagre
y le decían: "Si tú eres el rey de los judíos, sálvate
a ti mismo". Había, en efecto, sobre la cruz, un letrero en griego,
latín y hebreo, que decía: "Éste es el rey de los
judíos".
Hoy estarás conmigo en el paraíso
Uno de los malhechores crucificados insultaba a Jesús, diciéndole:
"Si tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros".
Pero el otro le reclamaba, indignado: "¿Ni siquiera temes tú
a Dios estando en el mismo suplicio? Nosotros justamente recibimos el pago de
lo que hicimos. Pero éste ningún mal ha hecho". Y le decía
a Jesús: "Señor, cuando llegues a tu Reino, acuérdate
de mí". Jesús le respondió: "Yo te aseguro que
hoy estarás conmigo en el paraíso".
Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu
Era casi el mediodía, cuando las tinieblas invadieron toda la región
y se oscureció el sol hasta las tres de la tarde. El velo del templo
se rasgó a la mitad. Jesús, clamando con voz potente, dijo: "¡Padre,
en tus manos encomiendo mi espíritu!" Y dicho esto, expiró.
Aquí se arrodillan todos y se hace una breve pausa.
El oficial romano, al ver lo que pasaba, dio gloria a Dios, diciendo: "Verdaderamente
este hombre era justo". Toda la muchedumbre que había acudido a
este espectáculo, mirando lo que ocurría, se volvió a su
casa dándose golpes de pecho. Los conocidos de Jesús se mantenían
a distancia, lo mismo que las mujeres que lo habían seguido desde Galilea,
y permanecían mirando todo aquello.
José colocó el cuerpo de Jesús en un sepulcro
Un hombre llamado José, consejero del sanedrín, hombre bueno y
justo, que no había estado de acuerdo con la decisión de los judíos
ni con sus actos, que era natural de Arimatea, ciudad de Judea, y que aguardaba
el Reino de Dios, se presentó ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús.
Lo bajó de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo colocó
en un sepulcro excavado en la roca, donde no habían puesto a nadie todavía.
Era el día de la Pascua y ya iba a empezar el sábado. Las mujeres
que habían seguido a Jesús desde Galilea acompañaron a
José para ver el sepulcro y cómo colocaban el cuerpo. Al regresar
a su casa, prepararon perfumes y ungüentos, y el sábado guardaron
reposo, conforme al mandamiento. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
O bien: Forma breve
PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN LUCAS 23, 1-49
No encuentro ninguna culpa en este hombre
En aquel tiempo, el consejo
de los ancianos, con los sumos sacerdotes y los escribas, se levantaron y llevaron
a Jesús ante Pilato. Entonces comenzaron a acusarlo, diciendo: "Hemos
comprobado que éste anda amotinando a nuestra nación y oponiéndose
a que se pague tributo al César y diciendo que él es el Mesías
rey".
Pilato preguntó a Jesús: "¿Eres tú el rey de
los judíos?" Él le contestó: "Tú lo has
dicho". Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la turba: "No encuentro
ninguna culpa en este hombre". Ellos insistían con más fuerza,
diciendo: "Solivianta al pueblo enseñando por toda Judea, desde
Galilea hasta aquí". Al oír esto, Pilato preguntó
si era galileo, y al enterarse de que era de la jurisdicción de Herodes,
se lo remitió, ya que Herodes estaba en Jerusalén precisamente
por aquellos días.
Herodes, con su escolta, lo despreció
Herodes, al ver a Jesús, se puso muy contento, porque hacía mucho
tiempo que quería verlo, pues había oído hablar mucho de
él y esperaba presenciar algún milagro suyo. Le hizo muchas preguntas,
pero él no le contestó ni una palabra. Estaban ahí los
sumos sacerdotes y los escribas, acusándolo sin cesar. Entonces Herodes,
con su escolta, lo trató con desprecio y se burló de él,
y le mandó poner una vestidura blanca. Después se lo remitió
a Pilato. Aquel mismo día se hicieron amigos Herodes y Pilato, porque
antes eran enemigos.
Pilato les entregó a Jesús
Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a las autoridades y al pueblo,
y les dijo: "Me han traído a este hombre, alegando que alborota
al pueblo; pero yo lo he interrogado delante de ustedes y no he encontrado en
él ninguna de las culpas de que lo acusan. Tampoco Herodes, porque me
lo ha enviado de nuevo. Ya ven que ningún delito digno de muerte se ha
probado. Así pues, le aplicaré un escarmiento y lo soltaré".
Con ocasión de la fiesta, Pilato tenía que dejarles libre a un
preso. Ellos vociferaron en masa, diciendo: "¡Quita a ése!
¡Suéltanos a Barrabás!" A éste lo habían
metido en la cárcel por una revuelta acaecida en la ciudad y un homicidio.
Pilato volvió a dirigirles la palabra, con la intención de poner
en libertad a Jesús; pero ellos seguían gritando:
"¡Crucifícalo, crucifícalo!" Él les dijo
por tercera vez: "¿Pues qué ha hecho de malo? No he encontrado
en él ningún delito que merezca la muerte; de modo que le aplicaré
un escarmiento y lo soltaré". Pero ellos insistían, pidiendo
a gritos que lo crucificara. Como iba creciendo el griterío, Pilato decidió
que se cumpliera su petición; soltó al que le pedían, al
que había sido encarcelado por revuelta y homicidio, y a Jesús
se lo entregó a su arbitrio.
Hijas de Jerusalén, no lloren por mí
Mientras lo llevaban a crucificar, echaron mano a un cierto Simón de
Cirene, que volvía del campo, y lo obligaron a cargar la cruz, detrás
de Jesús. Lo iba siguiendo una gran multitud de hombres y mujeres, que
se golpeaban el pecho y lloraban por él. Jesús se volvió
hacia las mujeres y les dijo: "Hijas de Jerusalén, no lloren por
mí; lloren por ustedes y por sus hijos, porque van a venir días
en que se dirá: `¡Dichosas las estériles y los vientres
que no han dado a luz y los pechos que no han criado!' Entonces dirán
a los montes: 'Desplómense sobre nosotros', y a las colinas: Sepúltennos',
porque si así tratan al árbol verde, ¿qué pasará
con el seco?"
Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen
Conducían, además, a dos malhechores, para ajusticiarlos con él.
Cuando llegaron al lugar llamado "la Calavera", lo crucificaron allí,
a él y a los malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda.
Jesús decía desde la cruz: "Padre, perdónalos, porque
no saben lo que hacen". Los soldados se repartieron sus ropas, echando
suertes.
Éste es el rey de los judíos
El pueblo estaba mirando. Las autoridades le ha-cían muecas, diciendo:
"A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el
Mesías de Dios, el elegido". También los soldados se burlaban
de Jesús, y acercándose a él, le ofrecían vinagre
y le decían: "Si tú eres el rey de los judíos, sálvate
a ti mismo". Había, en efecto, sobre la cruz, un letrero en griego,
latín y hebreo, que decía: "Éste es el rey de los
judíos".
Hoy estarás conmigo en el paraíso
Uno de los malhechores crucificados insultaba a Jesús, diciéndole:
"Si tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros".
Pero el otro le reclamaba indignado: "¿Ni siquiera temes tú
a Dios estando en el mismo suplicio? Nosotros justamente recibimos el pago de
lo que hicimos. Pero éste ningún mal ha hecho". Y le decía
a Jesús: "Señor, cuando llegues a tu Reino, acuérdate
de mí". Jesús le respondió: "Yo te aseguro que
hoy estarás conmigo en el paraíso".
Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu
Era casi el mediodía, cuando las tinieblas invadieron toda la región
y se oscureció el sol hasta las tres de la tarde. El velo del templo
se rasgó a la mitad. Jesús, clamando con voz potente, dijo: "¡Padre,
en tus manos encomiendo mi espíritu!" Y dicho esto, expiró.
Aquí se arrodillan todos y se hace una breve pausa.
El oficial romano, al ver lo que pasaba, dio gloria a Dios, diciendo: "Verdaderamente
este hombre era justo". Toda la muchedumbre que había acudido a
este espectáculo, mirando lo que ocurría, se volvió a su
casa dándose golpes de pecho. Los conocidos de Jesús se mantenían
a distancia, lo mismo que las mujeres que lo habían seguido desde Galilea,
y permanecían mirando todo aquello.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo
ORACIÓN UNIVERSAL
Imploremos, hermanos,
a Jesús, el Sumo Sacerdote de la fe que profesamos, que en la cruz presentó,
con lágrimas en los ojos, oraciones y súplicas al Padre, y oremos
también nosotros por todos los hombres: (R/, Escúchanos, Señor.)
Para que el Señor, que en la cruz excusó a los ignorantes
y pidió perdón por ellos, tenga piedad de los fieles que han caído
en el pecado, les dé valor para recurrir al sacramento de la penitencia
y les conceda el gozo del perdón y de la paz, roguemos al Señor.
Para que la sangre de Jesús, que habla más favorablemente que
la de Abel, reconcilie con Dios a los que aún están lejos a causa
de la ignorancia, la indiferencia, la maldad o las propias pasiones, roguemos
al Señor.
Para que el Señor, que en la cruz experimentó la amargura de sentirse
triste y abandonado, se apiade de los enfermos, los afligidos y los oprimidos
y les envíe a su ángel para que los conforte, roguemos al
Señor.
Para que el Señor, que recibió en su reino al ladrón arrepentido,
se apiade de nosotros nos dé sentimientos de contrición y nos
admita, después de la muerte, en su paraíso, roguemos al Señor.
Dios todopoderoso y eterno, que enviaste a tu Hijo al mundo, para que, con
su pasión, destruyera el pecado y la muerte y, con su resurrección,
nos devolviera la vida y la felicidad, escucha las oraciones de tu pueblo y
haz que podamos gozar de los frutos de la cruz gloriosa de Jesucristo. El, que
vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que la pasión de tu Unigénito, Señor, nos atraiga tu perdón, y aunque no lo merecemos por nuestras obras, por la mediación de este sacrificio único, lo recibamos de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
La Pasión del Señor. p. 497 (498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 26,42
Padre mío, si no es posible evitar que yo beba este cáliz, hágase tu voluntad.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú que nos has alimentado con esta Eucaristía, y por medio de la muerte de tu Hijo nos das la esperanza de alcanzar lo que la fe nos promete, concédenos, Señor, llegar, por medio de su resurrección, a la meta de nuestras esperanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Dios y Padre nuestro, mira con bondad a esta familia tuya, por la cual nuestro Señor Jesucristo no dudó en entregarse a sus verdugos y padecer el tormento de la cruz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- No hay seguro suficiente para librarnos de contratiempos y situaciones adversas, bien se trate de enfermedades, que de problemas familiares o de otros fracasos mayores, que generan mayor nivel de sufrimiento. Nuestra fragilidad humana nos vuelve vulnerables a la maldad humana y a las fuerzas de la naturaleza. La fe cristiana surge como la respuesta confiada y voluntaria que la persona otorga a la persona de Jesús. Él vivió y murió sabiendo cómo cumplir en sus circunstancias particulares la voluntad del Padre. Esa determinación de mantenerse abierto al diálogo amoroso con su Padre fue la clave de su espiritualidad y la razón que le dio sentido profundo a su existencia. A los ojos de sus captores, era un subversivo que desestabilizaba el orden social y por tanto, debía ser eliminado. Sus seguidores lo consideraron el Hijo obediente que revelaba sin fractura alguna, la amorosa fidelidad del Padre por sus hijos y por eso lo confesaron como su Señor.
Morado Lunes Santo MR p. 259 (272); Lecc. I, p. 802
Otros Santos: Serapión de Thmius, obispo; Nicolás de Flueli, laico. Beato Miguel Gómez Loza, laico mártir.
LA MUERTE COMO PRISIÓN
Is 42, 1-7; Jn 12,1-11
El primero de los Cánticos del Siervo de Yahvé es una presentación entusiasta que Dios hace de su elegido. El Siervo del Señor cumplirá su misión de manera cabal. No cesará en su empeñó hasta que haga prosperar el derecho y la justicia. ¡Tarea nada sencilla en cualquier periodo de la historia! Posteriormente el Señor se dirige de forma animosa al Siervo ratificándole su misión salvífica: tendrá que rescatar a sus hermanos de la más dolorosa de todas las prisiones: la muerte. Esta promesa comienza a verificarse en la vida pública del Señor Jesús, en particular en el relato de la revivificación de su amigo Lázaro. Con ese signo Jesús nos revela que la fidelidad de Dios es tal que, puede sacarnos del oscuro sueño de la muerte a fin de hacernos participar de la plenitud de la vida divina.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 34, 1-2; Sal 139, 8
Juzga, Señor, a los que me hacen daño, ataca a los que me atacan, toma las armas y el escudo, levántate y ven en mi ayuda. Señor, mi fuerza de salvación.
ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Dios todopoderoso, que quienes desfallecemos a causa de nuestra debilidad, nos recuperemos gracias a la pasión de tu Unigénito. El, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
No gritará ni hará oír su voz en las plazas.
Del libro del profeta Isaías 42, 1-7
Miren a mi siervo, a quien
sostengo, a mi elegido, en quien tengo mis complacencias. En Él he puesto
mi espíritu, para que haga brillar la justicia sobre las naciones. No
gritará ni clamará, no hará oír su voz en las plazas,
no romperá la caña resquebrajada, ni apagará la mecha que
aún humea. Proclamará la justicia con firmeza, no titubeará
ni se doblegará, hasta haber establecido el derecho sobre la tierra y
hasta que las islas escuchen su enseñanza.
Esto dice el Señor Dios, el que creó el cielo y lo extendió,
el que dio firmeza a la tierra, con lo que en ella brota; el que dio el aliento
a la gente que habita la tierra y la respiración a cuanto se mueve en
ella: "Yo, el Señor, fiel a mi designio de salvación, te
llamé, te tomé de la mano; te he formado y te he constituido alianza
de un pueblo, luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques
a los cautivos de la prisión y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 26, 1,2.3.13.14
R. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz
y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor
es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar?
R. Cuando me asaltan los malvados para devorarme, ellos, enemigos y adversarios,
tropiezan y caen. R.
Aunque se lance contra mí un ejército, no temerá mi corazón;
aun cuando hagan la guerra contra mí, tendré plena confianza en
el Señor. R.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor
y fortaleza y en el Señor confía. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Señor Jesús, rey nuestro, sólo tú has tenido compasión de nuestras faltas.
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
Déjala. Esto lo tenía guardado para el día de mi sepultura.
Del santo Evangelio según san Juan 12, 1-11
Seis días antes de
la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien
había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una
cena; Martha servía y Lázaro era uno de los que estaban con Él
a la mesa. María tomó entonces una libra de perfume de nardo auténtico,
muy costoso, le ungió a Jesús los pies con él y se los
enjugó con su cabellera, y la casa se llenó con la fragancia del
perfume.
Entonces Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que iba a entregar
a Jesús, exclamó: "¿por qué no se ha vendido
ese perfume en trescientos denarios para dárselos a los pobres?"
Esto lo dijo, no porque le importaran los pobres, sino porque era ladrón,
y como tenía a su cargo la bolsa, robaba lo que echaban en ella.
Entonces dijo Jesús: "Déjala. Esto lo tenía guardado
para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tendrán siempre
con ustedes, pero a mí no siempre me tendrán". Mientras tanto,
la multitud de judíos, que se enteró de que Jesús estaba
allí, acudió, no sólo por Jesús, sino también
para ver a Lázaro, a quien el Señor había resucitado de
entre los muertos. Los sumos sacerdotes deliberaban para matar a Lázaro,
porque a causa de él, muchos judíos se separaban y creían
en Jesús.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira con bondad, Señor, los sagrados misterios que estamos celebrando y ya que en tu misericordia dispusiste que nos sirvieran para desechar nuestros falsos criterios, concédenos que nos ayuden a producir verdaderos frutos de vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II de la Pasión del Señor, MR, p. 498 (499).
ANTÍFONA DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
No apartes tu rostro de mí. En el día de mi tribulación, inclina a mí tu oído, y, siempre que te invoque, respóndeme enseguida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Visita, Señor, a tu pueblo y protege con tu constante amor a quienes has santificado por estos misterios, para que recibamos de tu misericordia y conservemos con tu protección, los auxilios para nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional
Dios y Padre nuestro, que tu protección socorra a los humildes y asista continuamente a quienes confían en tu misericordia, para que se preparen a celebrar las fiestas pascuales no sólo con acciones corporales, sino sobre todo con pureza de corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Martes Santo MR p. 261 (273); Lecc. 1, p. 805
Otros Santos: Epafrodito de Filipos, laico; Nicolás Owen, mártir; Zacarías, papa.
LA REUNIFICACIÓN DE ISRAEL
Is 49, 1-6: Jn 13 21-33 36-38
El Segundo Cántico del Siervo de Yahvé es la toma de conciencia de su misión, que no será otra que la reunificación de Israel, que ha sufrido el embate del destierro y la quiebra de sus certezas más profundas. El destierro desmoralizó al pueblo y algunos terminaron perdiendo su confianza en Dios. Era indispensable restaurarla; de eso se habría de encargar este profeta de la esperanza y la misericordia que nos presenta en libro de Isaías. De esa manera podemos entender la misión de Jesús, en efecto, él es el enviado definitivo del Padre que convoca a Israel para que renueve su relación de alianza con Dios y viva como una comunidad renovada, es decir, como una sociedad fraterna y justa, donde los fuertes se solidarizarán generosamente con los débiles. La misión de Jesús encontró apoyos y resistencias no solo fuera, sino también al interior del grupo de los discípulos, tal como lo revelan los fallos de Judas Iscariote y Simón Pedro.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 26,12
No me entregues, Señor, al odio de los que me persiguen, pues han surgido contra mí testigos falsos que respiran violencia.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso y eterno, celebrar de tal modo los sacramentos de la pasión del Señor, que nos hagamos dignos de recibir tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Te convertiré en luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los últimos rincones de la tierra.
Del libro del profeta Isaías 49,1-6
Escúchenme, Islas;
pueblos lejanos, atiéndanme. El Señor me llamó desde el
vientre de mi madre: cuando aún estaba yo en el seno materno. Él
pronunció mi nombre.
Hizo de mi boca una espada filosa, me escondió en la sombra de su mano,
me hizo flecha puntiaguda, me guardó en su aljaba y me dijo: "Tú
eres mi siervo. Israel; en ti manifestaré mi gloria". Entonces yo
pensé: "En vano me he cansado, inútilmente he gastado mis
fuerzas; en realidad mi causa estaba en manos del Señor, mi recompensa
la tenía mi Dios".
Ahora habla el Señor, el que me formó desde el seno materno, para
que fuera su servidor, para hacer que Jacob volviera a Él y congregar
a Israel en torno suyo —tanto así me honró el Señor
y mi Dios fue mi fuerza—. Ahora, pues, dice el Señor: "Es
poco que seas mi siervo sólo para restablecer a las tribus de Jacob y
reunir a los sobrevivientes de Israel; te voy a convertir en luz de las naciones,
para que mi salvación llegue hasta los últimos rincones de la
tierra".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 70, 1-2. 3-4a. 5-6ab. 15 ab.17
R. En ti, Señor, he puesto mi esperanza.
Señor, tú
eres mi esperanza, que no quede yo jamás defraudado. Tú, que eres
justo, ayúdame y defiéndeme; escucha mi oración y ponme
a salvo. R.
Sé para mí un refugio, ciudad fortificada en que me salves. Y
pues eres mi auxilio y mi defensa, líbrame, Señor, de los malvados.
R.
Señor, tú eres mi esperanza; desde mi juventud en ti confío.
Desde que estaba en el seno de mi madre, yo me apoyaba en ti y tú me
sostenías. R.
Yo proclamaré siempre tu justicia y a todas horas, tu misericordia. Me
enseñaste a alabarte desde niño y seguir alabándote es
mi orgullo. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Señor Jesús, Rey nuestro, para obedecer al Padre, quisiste ser llevado a la cruz como manso cordero al sacrificio. R.
EVANGELIO
Uno de ustedes me entregará. No cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces.
Del santo Evangelio según san Juan 13, 21-33.36-38
En aquel tiempo, cuando
Jesús estaba a la mesa con sus discípulos, se conmovió
profundamente y declaró: "Yo les aseguro que uno de ustedes me va
a entregar". Los discípulos se miraron perplejos unos a otros, porque
no sabían de quién hablaba. Uno de ellos, al que Jesús
tanto amaba, se hallaba reclinado a su derecha. Simón Pedro le hizo una
seña y le preguntó: "¿De quién lo dice?"
Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó:
"Señor, ¿quién es?" Le contestó Jesús:
"Aquel a quien yo le dé este trozo de pan, que voy a mojar".
Mojó el pan y se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote; y
tras el bocado, entró en él Satanás.
Jesús le dijo entonces a Judas: "Lo que tienes que hacer, hazlo
pronto". Pero ninguno de los comensales entendió a qué se
refería; algunos supusieron que, como Judas tenía a su cargo la
bolsa, Jesús le había encomendado comprar lo necesario para la
fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el bocado, salió
inmediatamente. Era de noche.
Una vez que Judas se fue, Jesús dijo: "Ahora ha sido glorificado
el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en Él. Si Dios ha sido
glorificado en Él, también Dios lo glorificará en sí
mismo y pronto lo glorificará.
Hijitos, todavía estaré un poco con ustedes. Me buscarán,
pero como les dije a los judíos, así se lo digo a ustedes ahora:
'A donde yo voy, ustedes no pueden ir"'. Simón Pedro le dijo: "Señor,
¿a dónde vas?" Jesús le respondió: "A
donde yo voy, no me puedes seguir ahora; me seguirás más tarde".
Pedro replicó: "Señor, ¿por qué no puedo seguirte
ahora? Yo daré mi vida por ti". Jesús le contestó:
"¿Conque darás tu vida por mí? Yo te aseguro que no
cantará el gallo, antes de que me hayas negado tres veces".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira con bondad, Señor, las ofrendas de esta familia tuya y, ya que la hiciste partícipe de tus sagrados dones, concédele obtener plenamente su fruto. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II de la Pasión del Señor, MR, p. 498 (499).
ANTÍFONA DESPUÉS DE LA COMUNIÓN Rm 8,32
Dios no escatimó la vida de su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados por estos dones de salvación, suplicamos, Señor tu misericordia, para que este Sacramento, que nos nutre en nuestra vida temporal, nos haga partícipes de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional
Dios y Padre nuestro, al pueblo que quiere obedecerte, purifícalo de la antigua maldad por tu misericordia y hazlo capaz de una santa renovación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Miércoles Santo
MR p. 262 (274) / Lecc. 1, p. 808
Otros Santos: Toribio de Mogrovejo, obispo; Rafka (Rebeca) Ar-Rayés, religiosa. Beato Álvaro del Portillo Diez de Sollano, obispo.
EL SEÑOR ME AYUDA
Is 50,4-9: Mt, 26, 14-25
No es fácil mantenerse sereno ante la inminencia de la muerte, mucho menos, cuando ésta se concreta a través de la traición de uno de nuestros amigos. El Señor Jesús advirtió las intenciones homicidas de los dirigentes judíos y atisbó también el contubernio que Judas había establecido con los sumos sacerdotes de Jerusalén. Esa revelación no lo espantó ni mucho menos lo llenó de resentimiento hacia ninguno de sus adversarios. Superó la tentación del resentimiento y la venganza porque supo desentrañar que en medio de esos sucesos dolorosos y aparentemente carentes de todo sentido, no solamente estaba la decisión de un traidor y unos sacerdotes pragmáticos aferrados al poder, sino el designio amoroso del Padre. Por eso logró fundar su vida en las palabras proféticas que nos refiere Isaías: "tengo cerca a mi defensor... el Señor me ayuda".
ANTÍFONA DE ENTRADA Flp 2, 10. 8. 11
Que al nombre de Jesús, toda rodilla se doble, en el cielo, en la tierra y en los abismos, porque el Señor se hizo obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Jesucristo es el Señor para gloria de Dios Padre.
ORACIÓN COLECTA
Padre misericordioso, que para librarnos del poder del enemigo quisiste que tu hijo sufriera por nosotros el suplicio de la cruz, concédenos alcanzar la gracia de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
No he sustraído mi rostro a los insultos y salivazos.
Del libro del profeta Isaías 50, 4-9
En aquel entonces, dijo Isaías: "El Señor me ha dado una
lengua experta, para que pueda confortar al abatido con palabras de aliento.
Mañana tras mañana, el Señor despierta mi oído,
para que escuche yo, como discípulo. El Señor Dios me ha hecho
oír sus palabras y yo no he opuesto resistencia, ni me he echado para
atrás. Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a
los que me tiraban de la barba. No aparté mi rostro a los insultos y
salivazos. Pero el Señor me ayuda, por eso no quedaré confundido,
por eso endureció mi rostro como roca y sé que no quedaré
avergonzado. Cercano está de mí el que me hace justicia, ¿quién
luchará contra mí? ¿Quién es mi adversario? ¿Quién
me acusa? Que se me enfrente. El Señor es mi ayuda, ¿quién
se atreverá a condenarme?
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 68, 8-10. 21bed-22. 31 y 33-34
R. Por tu bondad, Señor, socórreme.
Por ti he sufrido injurias
y la vergüenza cubre mi semblante. Extraño soy y advenedizo, aun
para aquellos de mi propia sangre: pues me devora el celo de tu casa, el odio
del que te odia, en mí recae. R.
La afrenta me destroza el corazón y desfallezco. Espero compasión
y no la hallo: Busco consoladores y no los encuentro. En mi comida me echaron
hiel, para mi sed me dieron vinagre. R.
En mi cantar exaltaré tu nombre, proclamaré tu gloria, agradecido.
Se alegrarán al verlo los que sufren, quienes buscan a Dios tendrán
más ánimo, porque el Señor jamás desoye al pobre,
ni olvida al que se encuentra encadenado. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Señor Jesús, Rey nuestro, para obedecer al Padre, quisiste ser llevado a la cruz como manso cordero al sacrificio. R.
EVANGELIO
¡Ay de aquel por quien el Hijo del hombre va a ser entregado!
Del santo Evangelio según san Mateo 26, 14-25
En aquel tiempo, uno de
los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo:
¿Cuánto me dan si les entrego a Jesús?" Ellos quedaron
en darle treinta monedas de plata. Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad
para entregárselos. El primer día de la fiesta de los panes Ázimos,
los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: "¿Dónde
quieres que te preparemos la cena de Pascua?" Él respondió:
"Vayan a la ciudad, a casa de fulano y díganle: `El Maestro dice:
Mi hora está ya cerca. Voy a celebrar la Pascua con mis discípulos
en tu casa'. Ellos hicieron lo que Jesús les había ordenado y
prepararon la cena de Pascua. Al atardecer, se sentó a la mesa con los
Doce y mientras cenaban, les dijo: "Yo les aseguro que uno de ustedes va
a entregarme". Ellos se pusieron muy tristes y comenzaron a preguntarle
uno por uno: "¿Acaso soy yo, Señor?" Él respondió:
"El que moja su pan en el mismo plato que yo, ése va a entregarme.
Porque el Hijo del hombre va a morir, como está escrito de Él;
pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre va a ser entregado! Más
le valiera a ese hombre no haber nacido". Entonces preguntó Judas,
el que lo iba a entregar: "¿Acaso soy yo Maestro?" Jesús
le respondió: "Tú lo has dicho".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, los dones que te presentamos y concédenos que la pasión de tu Hijo, que celebramos en este sacramento, fructifique plenamente en nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DESPUÉS DE LA COMUNIÓN Mt 20,28
El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida para redención de todos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor, Dios nuestro, creer profundamente que por la muerte temporal de tu Hijo, proclamada en estos santos misterios, tú nos has dado la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional
Dios y Padre nuestro, concede a tu pueblo frecuentar los sacramentos pascuales y esperar con vivo deseo los bienes futuros para que, manteniéndose fiel a los santos misterios de los que ha renacido, se sienta impulsado por ellos a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Blanco Misa del Santo Crisma MR p. 264 / Lecc. I p. 811
La bendición del óleo de los enfermos, del óleo de los catecúmenos y la consagración del Crisma las hace el obispo normalmente el día de hoy, en una misa especial, que se celebra por la mañana.
Inicia el Sagrado Triduo Sacro Jueves Santo Misa Vespertina de la Cena del Señor,
Institución de la Eucaristía, del Sacerdocio y Mandamiento del Amor MR p. 279 (291) / Lecc. I p. 816
Otros Santos: Catalina de Suecia, abadesa; Guillermo de Norwich, mártir. Beato Óscar Arnulfo Romero y Galdámez, mártir.
Según una antiquísima tradición de la Iglesia, en este día se prohíben todas las misas sin asistencia del pueblo. En la tarde, a la hora más oportuna, se celebra la misa de la Cena del Señor, con la participación de toda la comunidad local y con la intervención, según su propio oficio, de todos los sacerdotes y ministros. La sagrada comunión se puede distribuir a los fieles sólo dentro de la misa; pero a los enfermos se les puede llevar a cualquier hora del día. El sagrario debe estar completamente vacío. Conságrense en esta misa suficientes hostias, de modo que alcancen para la comunión del clero y del pueblo, hoy y mañana.
LA NOCHE QUE IBAN A ENTREGARLO
Ex 12, 1-8. 11-14; 1 Co 11, 23-26; Jn 13,1-15
El relato del Éxodo nos refiere los pormenores de la pascua judía, incluso nos detalla la forma como debía ser cocinado el cabrito o cordero añal. Finalmente se trataba de sacrificar a un animal para hacer visible la fuerza salvadora de Dios, que libraría a su pueblo de la opresión egipcia. Por otro rumbo transcurren las otras dos lecturas al ponernos de manifiesto la libre determinación con la cual Jesús decide entregarse como víctima por sus hermanos. Efectivamente él se anticipó a sus captores, y por eso decidió reunirse con sus amigos y discípulos para advertirles lo que iba a ocurrir. El gesto profético del lavatorio de los pies se constituye en la lección culminante que recoge toda una historia de vida: quien vino para servir, no reclamó privilegios, sino que se asumió como el servidor compasivo y amoroso del Padre.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Ga 6, 14
Debemos gloriarnos
en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, porque en él está
nuestra salvación, nuestra vida y nuestra resurrección, y por
él fuimos salvados y redimidos.
Se dice Gloria. Mientras se canta este himno, se tocan las campanas. Terminado
el canto, las campanas no vuelven a tocarse hasta la Vigilia Pascual.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, reunidos para celebrar la santísima Cena en la que tu Hijo unigénito, antes de entregarse a la muerte, confió a la Iglesia el nuevo y eterno sacrificio, banquete pascual de su amor, concédenos que, de tan sublime misterio, brote para nosotros la plenitud del amor y de la vida. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Prescripciones sobre la cena pascual.
Del libro del Éxodo 12, 1-8. 11-14
En aquellos días,
dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: "Este
mes será para ustedes el primero de todos los meses y el principio del
año. Díganle a toda la comunidad de Israel: 'El día diez
de este mes, tomará cada uno un cordero por familia, uno por casa. Si
la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con
los vecinos y elija un cordero adecuado al número de personas y a la
cantidad que cada cual pueda comer. Será un animal sin defecto, macho,
de un año, cordero o cabrito.
Lo guardarán hasta el día catorce del mes, cuando toda la comunidad
de los hijos de Israel lo inmolará al atardecer. Tomarán la sangre
y rociarán las dos jambas y el dintel de la puerta de la casa donde vayan
a comer el cordero. Esa noche comerán la carne, asada a fuego; comerán
panes sin levadura y hierbas amargas. Comerán así: con la cintura
ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano y a toda
prisa, porque es la Pascua, es decir, el paso del Señor.
Yo pasaré esa noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los
primogénitos del país de Egipto, desde los hombres hasta los ganados.
Castigaré a todos los dioses de Egipto, yo, el Señor. La sangre
les servirá de señal en las casas donde habitan ustedes. Cuando
yo vea la sangre, pasaré de largo y no habrá entre ustedes plaga
exterminadora, cuando hiera yo la tierra de Egipto.
Ese día será para ustedes un memorial y lo celebrarán como
fiesta en honor del Señor. De generación en generación
celebrarán esta festividad, como institución perpetua' ".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 115, 12-13. 15-16bc. 17-18
R. Gracias, Señor, por tu sangre que nos lava.
¿Cómo le
pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Levantaré
el cáliz de salvación e invocaré el nombre del Señor.
R.
A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos. De la muerte,
Señor, me has librado, a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava.
R.
Te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré tu nombre. Cumpliré
mis promesas al Señor ante todo su pueblo. R.
SEGUNDA LECTURA
Cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la muerte del Señor.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios 11, 23-26
Hermanos: Yo recibí
del Señor lo mismo que les he trasmitido: que el Señor Jesús,
la noche en que iba a ser entregado, tomó pan en sus manos, y pronunciando
la acción de gracias, lo partió y dijo: "Esto es mi cuerpo,
que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía".
Lo mismo hizo con el cáliz después de cenar, diciendo: "Este
cáliz es la nueva alianza que se sella con mi sangre. Hagan esto en memoria
mía siempre que beban de él".
Por eso, cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz,
proclaman la muerte del Señor, hasta que vuelva.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 13, 34
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. R.
EVANGELIO
Los amó hasta el extremo.
Del santo Evangelio según san Juan 13, 1-15
Antes de la fiesta de la
Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este
mundo al Padre y habiendo amado a los suyos, que estaban en el mundo, los amó
hasta el extremo.
En el transcurso de la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón
de Judas Iscariote, hijo de Simón, la idea de entregarlo, Jesús,
consciente de que el Padre había puesto en sus manos todas las cosas
y sabiendo que había salido de Dios y a Dios volvía, se levantó
de la mesa, se quitó el manto y tomando una toalla, se la ciñó;
luego echó agua en una jofaina y se puso a lavarles los pies a los discípulos
y a secárselos con la toalla que se había ceñido.
Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo: "Señor,
¿me vas a lavar tú a mí los pies?" Jesús le
replicó: "Lo que estoy haciendo tú no lo entiendes ahora,
pero lo comprenderás más tarde". Pedro le dijo: "Tú
no me lavarás los pies jamás". Jesús le contestó:
"Si no te lavo, no tendrás parte conmigo". Entonces le dijo
Simón Pedro: "En ese caso, Señor, no sólo los pies,
sino también las manos y la cabeza". Jesús le dijo: "El
que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque
todo él está limpio. Y ustedes están limpios, aunque no
todos". Como sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo:
'No todos están limpios'.
Cuando acabó de lavarles los pies, se puso otra vez el manto, volvió
a la mesa y les dijo: "¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes?
Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy. Pues
si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, también
ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros. Les he dado ejemplo, para
que lo que yo he hecho con ustedes, también ustedes lo hagan".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN: Comienza —con el Triduo Pascual— la conmemoración del misterio de la redención humana realizada por la pasión, muerte y resurrección del Señor. Un día por demás señalado: "jueves único" en el año litúrgico. Si la celebración eucarística es siempre memorial de la muerte y resurrección de Cristo, hoy lo es "mucho más", si cabe la expresión... Entre los temas que destacan en la liturgia: Eucaristía, Sacerdocio ministerial y Amor fraterno, el primero y determinante es la Eucaristía, celebración de la pasión y muerte del Señor hasta que Él vuelva: "nueva pascua" y "banquete sacrificial" del pueblo cristiano, que viene a sustituir a la cena pascual judía, como recuerdo de la liberación de Egipto.
LAVATORIO DE LOS PIES
Los varones designados para el rito van, acompañados por los ministros, a ocupar los asientos preparados para ellos en un lugar visible. El celebrante, quitada la casulla si es necesario, se acerca a cada una de las personas designadas y con la ayuda de los ministros, les lava los pies y se los seca. Mientras tanto, se canta alguna de las siguientes antífonas o algún canto apropiado.
ANTÍFONA PRIMERA Cfr. Jn 13, 4. 5. 15
El Señor se levantó de la mesa, echó agua en un recipiente y se puso a lavar los pies de sus discípulos para darles ejemplo.
ANTÍFONA SEGUNDA Jn 13, 12. 13. 15
El Señor, Jesús, después de haber cenado con sus discípulos, lavó sus pies y les dijo: "¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes, yo, el Señor y el Maestro? Les he dado ejemplo, para que también ustedes lo hagan".
ANTÍFONA TERCERA Jn 13, 6. 7. 8
Señor, ¿pretendes tú lavarme a mí los pies? Jesús le respondió: Si no te lavo los pies, no tendrás nada que ver conmigo.
V. Fue Jesús hacia
Simón Pedro y éste le dijo:
— Señor, ¿pretendes tú lavarme a mí los pies?...
V. Lo que yo estoy haciendo, tú no lo entiendes ahora; lo entenderás
más tarde.
— Señor ¿pretendes tú lavarme a mí los pies?...
ANTÍFONA CUARTA Cfr. Jn 13, 14
Si yo, que soy el maestro y el Señor, les he lavado los pies, ¡con cuánta mayor razón ustedes deben lavarse los pies unos a otros!
ANTÍFONA QUINTA Jn 13, 35
En esto reconocerán todos que son mis discípulos: en que se amen los unos a los otros.
ANTÍFONA SEXTA Jn 13, 34
Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado, dice el Señor.
ANTÍFONA SÉPTIMA 1 Co 13, 13
Que permanezcan en ustedes la fe, la esperanza y el amor; pero la mayor de estas tres virtudes es el amor.
V. Ahora tenemos la fe, la esperanza y el amor; pero la mayor de estas tres virtudes es el amor.
— Que permanezcan en ustedes...
Inmediatamente después del lavatorio de los pies o, si éste no tuvo lugar, después de la homilía, se hace la Oración universal. Sería conveniente organizar la procesión de ofrendas en la que, además de pan y vino, se lleven dones para los pobres. Sería bueno cantar el Ubi caritas et amor... u otro canto apropiado. Hay que tener presente también las variantes propias de este día en la Plegarias Eucarísticas.
No se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Supliquemos, hermanos, a
Cristo, el Ungido de Dios, en cuyas manos el Padre ha puesto todas las cosas,
y pidámosle que escuche nuestra oración:
Para que todos los cristianos sepan seguir el ejemplo de humildad del Señor,
que lavó los pies de sus discípulos, e imiten la bondad de aquel
que aceptó las lágrimas de Pedro, que lo había negado,
roguemos al Señor.
Para que nuestro obispo N., y sus presbíteros, que en estos días
han recordado el inicio de su ministerio y han renovado sus promesas, vivan
plenamente conforme a Jesús y sean siempre fieles a lo que en su ordenación
prometieron, roguemos al Señor.
Para que el Señor, que se entregó a la muerte para reunir a los
hijos de Dios que estaban dispersos, inspire sentimientos de conversión
a los que por el pecado o la indiferencia se han alejado de la Iglesia, roguemos
al Señor.
Para que los enfermos, al ser ungidos con el óleo de la salvación
que nuestro obispo acaba de consagrar, experimenten la protección del
Señor y sientan mejora en su enfermedad y alivio en sus dolores, roguemos
al Señor.
Para que el Señor, que con su humillación nos exalta, con su entrega
nos merece el perdón, con su sangre nos purifica y con su carne nos alimenta,
ilumine también nuestras mentes para que comprendamos y amemos los misterios
que hoy conmemoramos, roguemos al Señor.
Señor Jesucristo, ya que mientras vivimos aún en este mundo, nos
invitas a participar en la mesa que es imagen del banquete eterno, escucha nuestra
oración y haz que los que ahora nos reunimos para celebrar el sacramento
de tu triunfo podamos ser también tus comensales en el banquete de la
Pascua eterna. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el memorial de la muerte de tu Hijo, se realiza la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El sacrificio y el sacramento de Cristo MR, p. 283 (521).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Co 11, 24. 25
Este es mi Cuerpo, que se
da por vosotros. Este cáliz es la nueva alianza establecida por mi Sangre;
cuantas veces lo bebieren, háganlo en memoria mía, dice el Señor.
Después de distribuir la comunión, se deja sobre el altar un copón
con hostias para la comunión del día siguiente, y se termina la
misa con esta oración.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso, que así como somos alimentados en esta vida con la Cena pascual de tu Hijo, así también merezcamos ser saciados en el banquete eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
TRASLACIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO
Después de incensar al Santísimo, el sacerdote, cubriendo con el paño de hombros el copón, inicia la procesión hacia el" Monumento", en donde será adorado por turnos hasta la media noche. Antes de depositar al Señor en el lugar preparado, se repite la incensación. En ambos casos y durante el trayecto se usan cantos adecuados. Esta adoración, después de la media noche, hágase sin solemnidad.
Rojo Viernes Santo, de la Pasión del Señor
MR p. 292 (297) / Lecc. I, p. 820 Día de ayuno y abstinencia.
Otros Santos: Lucía Filippini, fundadora; Dimas "el Buen ladrón", laico; Otón de Ariano, ermita.
LO ARRANCARON DE LA TIERRA DE LOS VIVOS
Is 52, 13-53,12; Hb 4,14-16; 5,7.9; Jn 18,1-19
Los últimos
días terrenales en la vida de Jesús quedaron marcados en la memoria
de sus discípulos. La humillación violenta a que fue sometido
resultó desconsoladora para la conciencia creyente de aquellos galileos.
¿Por qué había permitido el Señor que los soldados
y las autoridades judías acabaran con la vida del Justo? No había
una respuesta convincente al alcance de la mano. Era imprescindible voltear
a los textos proféticos, en particular a los cánticos del Siervo
de Yahvé y releerlos con mirada creyente a fin de destrabar el traumático
desgarrón de la crucifixión. El relato del arresto de Jesús
exhibe una conciencia tranquila: él no se resistirá a sus captores
porque ha entendido que el cáliz que habrá de beber, se lo envía
el Padre a fin de que revele la hondura del amor incondicional de Dios por su
pueblo.
El día de hoy y el de mañana, por una antiquísima tradición,
la Iglesia omite por completo la celebración del sacrificio eucarístico.
El altar debe estar desnudo por completo: sin cruz, sin candelabros y sin manteles.
El sacerdote y el diácono, revestidos de color rojo como para la misa,
se dirigen al altar, y hecha la debida reverencia, se postran rostro en tierra
o, si se juzga mejor, se arrodillan, y todos oran en silencio durante algún
espacio de tiempo. Después el sacerdote se dirige a la sede donde, mientras
todos permanecen de rodillas, dice la siguiente oración: No se dice "Oremos".
ORACIÓN
Acuérdate, Señor de tu gran misericordia, y santifica a tus siervos con tu constante protección, ya que por ellos Cristo, tu Hijo, derramando su sangre, instituyó el misterio pascual. El que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.
PRIMERA PARTE:
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Él fue traspasado por nuestros crímenes.
Del libro del profeta Isaías 52, 13-53, 12
He aquí que mi siervo
prosperará, será engrandecido y exaltado, será puesto en
alto. Muchos se horrorizaron al verlo, porque estaba desfigurado su semblante,
que no tenía ya aspecto de hombre; pero muchos pueblos se llenaron de
asombro. Ante él los reyes cerrarán la boca, porque verán
lo que nunca se les había contado y comprenderán lo que nunca
se habían imaginado.
¿Quién habrá de creer lo que hemos anunciado? ¿A
quién se le revelará el poder del Señor? Creció
en su presencia como planta débil, como una raíz en el desierto.
No tenía gracia ni belleza. No vimos en él ningún aspecto
atrayente; despreciado y rechazado por los hombres, varón de dolores,
habituado al sufrimiento; como uno del cual se aparta la mirada, despreciado
y desestimado.
Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores;
nosotros lo tuvimos por leproso, herido por Dios y humillado, traspasado por
nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Él soportó
el castigo que nos trae la paz. Por sus llagas hemos sido curados.
Todos andábamos errantes como ovejas, cada uno siguiendo su camino, y
el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes.
Cuando lo maltrataban, se humillaba y no abría la boca, como un cordero
llevado a degollar; como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría
la boca.
Inicuamente y contra toda justicia se lo llevaron. ¿Quién se preocupó
de su suerte? Lo arrancaron de la tierra de los vivos, lo hirieron de muerte
por los pecados de mi pueblo, le dieron sepultura con los malhechores a la hora
de su muerte, aunque no había cometido crímenes, ni hubo engaño
en su boca.
El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento. Cuando entregue su vida
como expiación, verá a sus descendientes, prolongará sus
años y por medio de él prosperarán los designios del Señor.
Por las fatigas de su alma, verá la luz y se saciará; con sus
sufrimientos justificará mi siervo a muchos, cargando con los crímenes
de ellos.
Por eso le daré una parte entre los grandes, y con los fuertes repartirá
despojos, ya que indefenso se entregó a la muerte y fue contado entre
los malhechores, cuando tomó sobre sí las culpas de todos e intercedió
por los pecadores.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 30, 2 y 6. 12-13. 15-16. 17 y 25
R. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
A ti, Señor, me acojo,
que no quede yo nunca defraudado. En tus manos encomiendo mi espíritu
y tú, mi Dios leal, me librarás. R.
Se burlan de mí mis enemigos, mis vecinos y parientes de mí se
espantan, los que me ven pasar huyen de mí. Estoy en el olvido, como
un muerto, como un objeto tirado en la basura. R.
Pero yo, Señor, en ti confío. Tú eres mi Dios, y en tus
manos está mi destino. Líbrame de los enemigos que me persiguen.
R.
Vuelve, Señor, tus ojos a tu siervo y sálvame, por tu misericordia.
Sean fuertes y valientes de corazón, ustedes, los que esperan en el Señor.
R.
SEGUNDA LECTURA
Aprendió a obedecer y se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los que lo obedecen.
De la carta a los hebreos 4,14-16; 5, 7.9
Hermanos: Jesús,
el Hijo de Dios, es nuestro sumo sacerdote, que ha entrado en el cielo. Mantengamos
firme la profesión de nuestra fe. En efecto, no tenemos un sumo sacerdote
que no sea capaz de compadecerse de nuestros sufrimientos, puesto que él
mismo ha pasado por las mismas pruebas que nosotros, excepto el pecado. Acerquémonos,
por tanto, con plena confianza al trono de la gracia, para recibir misericordia,
hallar la gracia y obtener ayuda en el momento oportuno.
Precisamente por eso, Cristo, durante su vida mortal, ofreció oraciones
y súplicas, con fuertes voces y lágrimas, a aquel que podía
librarlo de la muerte, y fue escuchado por su piedad. A pesar de que era el
Hijo, aprendió a obedecer padeciendo, y llegado a su perfección,
se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los
que lo obedecen.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Flp 2, 8-9
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Cristo se humilló
por nosotros y por obediencia aceptó incluso la muerte y una muerte de
cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó
el nombre que está sobre todo nombre. R.
No se llevan velas ni incienso para la lectura de la Pasión del Señor,
ni se hace al principio el saludo, ni se signa el libro. La lectura la hace
un diácono o, en su defecto, el sacerdote. Puede también ser hecha
por lectores, reservando al sacerdote, si es posible, la parte correspondiente
a Cristo.
PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN JUAN 18, 1-19, 42
Puede elegirse la lectura breve por razones pastorales*
Cuando la lectura se hace alternada:
C = Cronista; S = "Sinagoga"; y † = Cristo
C. En aquel tiempo, Jesús
fue con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde
había un huerto, y entraron allí él y sus discípulos.
Judas, el traidor, conocía también el sitio, porque Jesús
se reunía a menudo allí con sus discípulos.
Entonces Judas tomó un batallón de soldados y guardias de los
sumos sacerdotes y de los fariseos y entró en el huerto con linternas,
antorchas y armas. Jesús, sabiendo todo lo que iba a suceder, se adelantó
y les dijo:
†. "¿A quién buscan?"
C. Le contestaron: "
S. A Jesús, el nazareno".
C. Les dijo Jesús:
†. "Yo soy".
C. Estaba también con ellos Judas, el traidor. Al decirles 'Yo soy',
retrocedieron y cayeron a tierra. Jesús les volvió a preguntar:
†. "¿A quién buscan?"
C. Ellos dijeron:
S. "A Jesús, el nazareno".
C. Jesús contestó:
†. "Les he dicho que soy yo. Si me buscan a mí, dejen que
éstos se vayan".
C. Así se cumplió lo que Jesús había dicho: "No
he perdido a ninguno de los que me diste".
Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió
a un criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. Este criado
se llamaba Malco. Dijo entonces Jesús a Pedro:
"Mete la espada en la vaina. ¿No voy a beber el cáliz que
me ha dado mi Padre?"
C. El batallón, su comandante y los criados de los judíos apresaron
a Jesús, lo ataron y lo llevaron primero ante Anás, porque era
suegro de Caifás, sumo sacerdote aquel año. Caifás era
el que había dado a los judíos este consejo: 'Conviene que muera
un solo hombre por el pueblo'.
Simón Pedro y otro discípulo iban siguiendo a Jesús. Este
discípulo era conocido del sumo sacerdote y entró con Jesús
en el palacio del sumo sacerdote, mientras Pedro se quedaba fuera, junto a la
puerta. Salió el otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote,
habló con la portera e hizo entrar a Pedro. La portera dijo entonces
a Pedro:
S.”¿No eres tú también uno de los discípulos
de ese hombre?"
C. Él dijo:
S. "No lo soy".
C. Los criados y los guardias habían encendido un brasero, porque hacía
frío, y se calentaban. También Pedro estaba con ellos de pie,
calentándose.
El sumo sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos
y de su doctrina. Jesús le contestó:
†. "Yo he hablado abiertamente al mundo y he enseñado continuamente
en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos,
y no he dicho nada a escondidas. ¿Por qué me interrogas a mí?
Interroga a los que me han oído, sobre lo que les he hablado. Ellos saben
lo que he dicho".
C. Apenas dijo esto, uno de los guardias le dio una bofetada a Jesús,
diciéndole:
S. "¿Así contestas al sumo sacerdote?"
C. Jesús le respondió:
†. "Si he faltado al hablar, demuestra en qué he faltado;
pero si he hablado como se debe, ¿por qué me pegas?"
C. Entonces Anás lo envió atado a Caifás, el sumo sacerdote.
Simón Pedro estaba de pie, calentándose, y le dijeron:
S. ¿`.No eres tú también uno de sus discípulos?"
C. Él lo negó diciendo:
S. "No lo soy".
C. Uno de los criados del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro le
había cortado la oreja, le dijo: "
S. ¿Qué no te vi yo con él en el huerto?"
Pedro volvió a negarlo y en seguida cantó un gallo. Llevaron a
Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era C. muy de mañana
y ellos no entraron en el palacio para no incurrir en impureza y poder así
comer la cena de Pascua.
Salió entonces Pilato a donde estaban ellos y les dijo:
S. ¿De qué acusan a este hombre?"
C. Le contestaron:
S. "Si éste no fuera un malhechor, no te lo hubiéramos traído".
C. Pilato les dijo:
S. "Pues llévenselo y júzguenlo según su ley".
C. Los judíos le respondieron:
S. "No estamos autorizados para dar muerte a nadie".
C. Así se cumplió lo que había dicho Jesús, indicando
de qué muerte iba a morir.
Entró otra vez Pilato en el pretorio, llamó a Jesús y le
dijo:
S. "¿Eres tú el rey de los judíos?"
C. Jesús le contestó:
†"¿Eso lo preguntas por tu cuenta o te lo han dicho otros?"
C. Pilato le respondió:
S. "¿Acaso soy yo judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes
te han entregado a mí. ¿Qué es lo que has hecho?"
C. Jesús le contestó:
†"Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera de este mundo,
mis servidores habrían luchado para que no cayera yo en manos de los
judíos. Pero mi Reino no es de aquí".
C. Pilato le dijo:
S. "¿Conque tú eres rey?"
C. Jesús le contestó:
†"Tú lo has dicho. Soy rey. Yo nací y vine al mundo
para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz".
C. Pilato le dijo:
S. "¿Y qué es la verdad?"
C. Dicho esto, salió otra vez a donde estaban los judíos y les
dijo:
S. "No encuentro en él ninguna culpa. Entre ustedes es costumbre
que por Pascua ponga en libertad a un preso. ¿Quieren que les suelte
al rey de los judíos?"
C. Pero todos ellos gritaron:
S. "¡No, a ése no! ¡A Barrabás!"
C. (El tal Barrabás era un bandido).
Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar. Los soldados
trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza, le echaron encima
un manto color púrpura, y acercándose a él, le decían:
S. Viva el rey de los judíos!",
C. y le daban de bofetadas.
Pilato salió otra vez afuera y les dijo:
S. "Aquí lo traigo para que sepan que no encuentro en él
ninguna culpa".
C. Salió, pues, Jesús, llevando la corona de espinas y el manto
color púrpura. Pilato les dijo:
S. "Aquí está el hombre".
C. Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y sus servidores, gritaron:
S. "¡Crucifícalo, crucifícalo!"
C. Pilato les dijo:
S. "Llévenselo ustedes y crucifíquenlo, porque yo no encuentro
culpa en él".
C. Los judíos le contestaron:
S. "Nosotros tenemos una ley y según esa ley tiene que morir, porque
se ha declarado Hijo de Dios".
C. Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó aún más,
y entrando otra vez en el pretorio, dijo a Jesús:
S. "¿De dónde eres tú?"
C. Pero Jesús no le respondió. Pilato le dijo entonces:
S. "¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad
para soltarte y autoridad para crucificarte?"
C. Jesús le contestó:
†. "No tendrías ninguna autoridad sobre mí, si no te
la hubieran dado de lo alto. Por eso, el que me ha entregado a ti tiene un pecado
mayor".
C. Desde ese momento Pilato trataba de soltarlo, pero los judíos gritaban:
S. "¡Si sueltas a ése, no eres amigo del César!; porque
todo el que pretende ser rey, es enemigo del César".
C. Al oír estas palabras, Pilato sacó a Jesús y lo sentó
en el tribunal, en el sitio que llaman "el Enlosado" (en hebreo Gábbata).
Era el día de la preparación de la Pascua, hacia el mediodía.
Y dijo Pilato a los judíos:
S. "Aquí tienen a su rey".
C. Ellos gritaron:
S. "¡Fuera, fuera! ¡Crucifícalo!"
C. Pilato les dijo:
S. "¿A su rey voy a crucificar?"
C. Contestaron los sumos sacerdotes:
S. "No tenemos más rey que el César".
C. Entonces se lo entregó para que lo crucificaran. Tomaron a Jesús
y él, cargando con la cruz, se dirigió hacia el sitio llamado
"la Calavera" (que en hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron,
y con él a otros dos, uno de cada lado, y en medio Jesús. Pilato
mandó escribir un letrero y ponerlo encima de la cruz; en él estaba
escrito: 'Jesús el nazareno, el rey de los judíos'. Leyeron el
letrero muchos judíos, porque estaba cerca el lugar donde crucificaron
a Jesús y estaba escrito en hebreo, latín y griego. Entonces los
sumos sacerdotes de los judíos le dijeron a Pilato:
S. "No escribas: 'El rey de los judíos', sino: 'Este ha dicho: Soy
rey de los judíos’”.
C. Pilato les contestó:
S. "Lo escrito, escrito está".
C. Cuando crucificaron a Jesús, los soldados cogieron su ropa e hicieron
cuatro partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una
túnica sin costura, tejida toda de una pieza de arriba a abajo. Por eso
se dijeron:
S. "No la rasguemos, sino echemos suertes para ver a quién le toca".
C. Así se cumplió lo que dice la Escritura: Se repartieron mi
ropa y echaron a suerte mi túnica Y eso hicieron los soldados.
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María
la de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a su madre y junto a
ella al discípulo que tanto quería, Jesús dijo a su madre:
†. "Mujer, ahí está tu hijo".
C. Luego dijo al discípulo:
†. "Ahí está tu madre".
C. Y desde entonces el discípulo se la llevó a vivir con él.
Después de esto, sabiendo Jesús que todo había llegado
a su término, para que se cumpliera la Escritura dijo:
†. "Tengo sed".
C. Había allí un jarro lleno de vinagre. Los soldados sujetaron
una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo y se la acercaron
a la boca. Jesús probó el vinagre y dijo:
†. "Todo está cumplido",
C. e inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
Aquí se arrodillan todos y se hace una breve pausa
C. Entonces, los judíos, como era el día de la preparación
de la Pascua, para que los cuerpos de los ajusticiados no se quedaran en la
cruz el sábado, porque aquel sábado era un día muy solemne,
pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y los quitaran de la cruz. Fueron
los soldados, le quebraron las piernas a uno y luego al otro de los que habían
sido crucificados con él. Pero al llegar a Jesús, viendo que ya
había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados
le traspasó el costado con una lanza e inmediatamente salió sangre
y agua.
El que vio da testimonio de esto y su testimonio es verdadero y él sabe
que dice la verdad, para que también ustedes crean. Esto sucedió
para que se cumpliera lo que dice la Escritura: No le quebrarán ningún
hueso; y en otro lugar la Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.
Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de
Jesús, pero oculto por miedo a los judíos, pidió a Pilato
que lo dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó.
Él fue entonces y se llevó el cuerpo. Llegó también
Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y trajo unas cien libras
de una mezcla de mirra y áloe.
Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con esos aromas,
según se acostumbra enterrar entre los judíos. Había un
huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto, un sepulcro nuevo,
donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos
era el día de la preparación de la Pascua y el sepulcro estaba
cerca, allí pusieron a Jesús.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN: El Viernes Santo es un día centrado en la pasión del Señor y su muerte ignominiosa en la cruz. Hoy se cumple el repetido anuncio sobre su violento final en Jerusalén, al aceptar, "por nosotros y por nuestra salvación", los misteriosos planes de su Padre: «Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su propio Hijo» (Jn, 3, 16)... No hay modo más verídico de expresarlo, que dando la vida por aquellos a quienes se ama. Un amor fuente de vida, que nos une a Dios y a nuestros hermanos. Un amor capaz de cambiar el mundo, si los que nos decimos sus discípulos seguimos su ejemplo de humildad, servicio, obediencia y renuncia.
No se dice el Credo
ORACIÓN UNIVERSAL
I. Por la santa Iglesia
Oremos, queridos hermanos,
por la santa Iglesia de Dios, para que nuestro Dios y Señor le conceda
la paz y la unidad, se digne protegerla en toda la tierra y nos conceda glorificarlo,
como Dios Padre omnipotente con una vida pacífica y serena.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todo poderoso y eterno, que en Cristo revelaste tu gloria a todas las naciones,
conserva la obra de tu misericordia, para que tu Iglesia, extendida por toda
la tierra, persevere con fe inquebrantable en la confesión de tu nombre.
Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
II. Por el Papa
Oremos también por
nuestro Santo Padre, el Papa N., para que Dios nuestro Señor, que lo
escogió para el orden de los obispos, lo conserve a salvo y sin daño
para bien de su santa Iglesia, a fin de que pueda gobernar al pueblo santo de
Dios.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, cuya sabiduría gobierna el universo, atiende
favorablemente nuestras súplicas y protege con tu amor al Papa que nos
diste, para que el pueblo cristiano, que tú mismo pastoreas, progrese
bajo su cuidado en la firmeza de su fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
III. Por el pueblo de Dios y sus ministros
Oremos también por
nuestro obispo N., por todos los obispos, presbíteros y diáconos
de la Iglesia, y por todo el pueblo santo de Dios.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que con tu Espíritu santificas y gobiernas a toda la Iglesia, escucha nuestras súplicas por tus ministros, para que, con la ayuda de tu gracia, te sirvan con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
IV. Por los catecúmenos
Oremos también por
los (nuestros) catecúmenos, para que Dios nuestro Señor abra los
oídos de sus corazones y les manifieste su misericordia, y para que,
mediante el bautismo, se les perdonen todos sus pecados y queden incorporados
a Cristo, Señor nuestro.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todo poderoso y eterno, que sin cesar concedes nuevos hijos a tu Iglesia,
acrecienta la fe y el conocimiento a los (nuestros) catecúmenos, para
que, renacidos en la fuente bautismal, los cuentes entre tus hijos de adopción.
Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
V. Por la unidad de los cristianos
Oremos también por
todos los hermanos que creen en Cristo, para que Dios nuestro Señor se
digne congregar y custodiar en la única Iglesia a quienes procuran vivir
en la verdad.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que reúnes a los que están dispersos
y los mantienes en la unidad, mira benignamente la grey de tu Hijo, para que,
a cuantos están consagrados por el único bautismo, también
los una la integridad de la fe y los asocie el vínculo de la caridad.
Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
VI. Por los judíos
Oremos también por
los judíos, para que a quienes Dios nuestro Señor habló
primero, les conceda progresar continuamente en el amor de su nombre y en la
fidelidad a su alianza.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que confiaste tus promesas a Abraham y a su descendencia,
oye compasivo los ruegos de tu Iglesia, para que el pueblo que adquiriste primero
como tuyo, merezca llegar a la plenitud de la redención. Por Jesucristo,
nuestro Señor. R. Amén.
VII. Por los que no creen en Cristo
Oremos también por
los que no creen en Cristo, para que, iluminados por el Espíritu Santo,
puedan ellos encontrar el camino de la salvación.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, concede a quienes no creen en Cristo, que, caminando
en tu presencia con sinceridad de corazón, encuentren la verdad; y a
nosotros concédenos crecer en el amor mutuo y en el deseo de comprender
mejor los misterios de tu vida, a fin de que seamos testigos cada vez más
auténticos de tu amor en el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
VIII. Por los que no creen en Dios
Oremos también por
los que no conocen a Dios, para que, buscando con sinceridad lo que es recto,
merezcan llegar hasta Él.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que creaste a todos los hombres para que deseándote
te busquen, y para que al encontrarte descansen en ti; concédenos que,
en medio de las dificultades de este mundo, al ver los signos de tu amor y el
testimonio de las buenas obras de los creyentes, todos los hombres se alegren
al confesarte como único Dios verdadero y Padre de todos. Por Jesucristo,
nuestro Señor. R. Amén.
IX. Por los gobernantes
Oremos también por
todos los gobernantes de las naciones, para que Dios nuestro Señor guíe
sus mentes y corazones, según su voluntad providente, hacia la paz verdadera
y la libertad de todos.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, en cuyas manos están los corazones de los
hombres y los derechos de las naciones, mira con bondad a nuestros gobernantes,
para que, con tu ayuda, se afiance en toda la tierra un auténtico progreso
social, una paz duradera y una verdadera libertad religiosa. Por Jesucristo,
nuestro Señor. R. Amén.
X. Por los que se encuentran en alguna tribulación
Oremos, hermanos muy queridos,
a Dios Padre todopoderoso, para que libre al mundo de todos sus errores, aleje
las enfermedades, alimente a los que tienen hambre, libere a los encarcelados
y haga justicia a los oprimidos, conceda seguridad a los que viajan, un buen
retorno a los que se hallan lejos del hogar, la salud a los enfermos y la salvación
a los moribundos.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, consuelo de los afligidos y fortaleza de los que
sufren, escucha a los que te invocan en su tribulación, para que todos
experimenten en sus necesidades la alegría de tu misericordia. Por Jesucristo,
nuestro Señor. R. Amén.
SEGUNDA PARTE
ADORACIÓN DE LA CRUZ
Terminada la oración universal, se hace la adoración solemne de la santa Cruz, elíjase la forma que se juzgue más apropiada pastoralmente, de acuerdo con las circunstancias.
Invitatorio al presentar la cruz
V. Miren el árbol
de la cruz, donde estuvo clavado Cristo, el salvador del mundo.
R. Vengan y adoremos.
V. Miren el árbol de la cruz, donde estuvo clavado Cristo, el salvador
del mundo.
R. Vengan y adoremos.
V. Miren el árbol de la cruz, donde estuvo clavado Cristo, el salvador
del mundo.
R. Vengan y adoremos.
El sacerdote, el clero y los fieles se acercan procesionalmente y adoran la
cruz, haciendo delante de ella una genuflexión simple o algún
otro signo de veneración (como el de besarla), según la costumbre
de la región. Mientras tanto, se canta la antífona "Tu Cruz
adoramos" MR, p. 298ss (303ss), los Improperios, u otros cánticos
apropiados. Terminada la adoración, la cruz es llevada al altar y puesta
en un lugar relevante, con los ciriales o los candeleros a su lado.
TERCERA PARTE
SAGRADA COMUNIÓN
Se extiende un pequeño
mantel sobre el altar y se colocan sobre él un corporal, un purificador
y el libro.
Se trae el Santísimo Sacramento del lugar donde se reservó y se
deposita sobre el altar. Dos acólitos con candelabros encendidos acompañan
al Santísimo Sacramento.
Una vez depositado el Santísimo Sacramento sobre el altar y descubierto
el copón, el sacerdote hace genuflexión. Ahí, teniendo
las manos juntas, invita a decir la oración dominical
(Padre nuestro).
C. Fieles a la recomendación
del Salvador, y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:
T. Padre nuestro...
C. Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la
paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos
siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras
esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador, Jesucristo.
T. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso y eterno, que nos has redimido con la gloriosa muerte y resurrección de tu Hijo Jesucristo, prosigue en nosotros la obra de tu misericordia, para que, mediante nuestra participación en este misterio, permanezcamos dedicados a tu servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Envía, Señor,
sobre este pueblo tuyo, que ha conmemorado la muerte de tu Hijo, en espera de
su resurrección, la abundancia de tu bendición; llegue a él
tu perdón, reciba tu consuelo, se acreciente su fe santa y se consolide
su eterna redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Y todos, haciendo genuflexión a la Cruz, se retiran en silencio. No se
dan avisos. A su debido tiempo se desnuda de nuevo el altar
Morado / Blanco Tiempo Pascual
Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor Vigilia Pascual en la Noche Santa p313 (317)/ Lc. I 1 Todo propio. T. p. 271: Populi, 442.
Otros Santos: Cástulo de Roma, mártir; Braulio de Zaragoza, obispo. Beata Magdalena Catalina Morano, religiosa.
PARTICIPAR DE SU AMISTAD
Gn 1,1-2,2; Gn 22,1-18; Ex 14,1-15,1; Is 54,5-14; Is 55,1-11 ; Ba 3,9-15.32-4,4: Ez 36, 16-28: Rm 6,3-11; Lc 24, 1-12
La amplia serie de
lecturas que nos propone la liturgia pascual tiene un claro hilo conductor.
Dios ha creado el mundo y a la humanidad para que ésta le auxiliara en
el cuidado y el cultivo de la creación. Hombres y mujeres hechos a su
imagen y semejanza tendrían que responder a los desafíos de su
entorno, manteniéndose atentos a los mensajes y llamados del Señor.
Las leyes, los mensajes proféticos, los signos y palabras de su Hijo
Jesús, tienen un solo propósito: invitar a todos sus hijos a participar
de su amistad y gozar de su vida divina. La testarudez de los discípulos
que se muestran reacios ante el anuncio pascual dado por Magdalena y los otros
discípulos, es una clave de lectura, que explica el rechazo generalizado
del mensaje de salvación. El mensaje cristiano parece un tema delirante
y ridículo a una sociedad secularizada que vive en la era del vacío
y que termina contemplándose de forma complaciente, sin atender generosamente
a la invitación a participar del amor y la vida del Padre.
Durante el Sábado Santo, la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor,
meditando en su pasión y muerte, y se abstiene de celebrar el sacrificio
de la misa (por lo que conserva el altar enteramente desnudo) hasta que, después
de la Vigilia solemne o espera nocturna de la resurrección, se desborda
la alegría pascual, cuya exuberancia inunda los cincuenta días
subsiguientes. Hoy no puede darse la sagrada comunión más que
a modo de viático.
PRIMERA PARTE
LUCERNARIO
Bendición del fuego nuevo y preparación del cirio.
Se apagan todas las luces de la iglesia.
En un lugar adecuado, fuera
de la iglesia, se enciende el fuego. Congregado allí el pueblo, llega
el sacerdote con los ministros, uno de los cuales lleva el cirio pascual.
El sacerdote saluda, como de costumbre, al pueblo congregado y le hace una breve
exhortación, con estas palabras u otras semejantes:
Hermanos: En esta noche santa, en que nuestro Señor Jesucristo pasó
de la muerte a la vida, la Iglesia invita a todos sus hijos, diseminados por
el mundo, a que se reúnan para velar en oración. Conmemoremos,
pues, juntos, la Pascua del Señor, escuchando su Palabra y participando
en sus sacramentos, con la esperanza cierta de participar también en
su triunfo sobre la muerte y de vivir con Él para siempre en Dios.
Enseguida se bendice el fuego.
OREMOS
Dios nuestro, que por medio de tu Hijo comunicaste a tus fieles el fuego de tu luz, santifica † este fuego nuevo y concédenos que, al celebrar estas fiestas pascuales, se encienda en nosotros el deseo de las cosas celestiales, para que podamos llegar con un espíritu renovado a las fiestas de la eterna claridad. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
El celebrante enciende el cirio con el fuego nuevo, diciendo:
Que la luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas de nuestro corazón y de nuestro espíritu.
Después el sacerdote, con un punzón, graba una cruz en el Cirio; luego traza sobre él la letra griega Alfa y, debajo, la letra Omega; entre los brazos de la cruz traza los cuatro números del año en curso, mientras dice:
1. Cristo
ayer y hoy, traza la línea vertical;
2. Principio y fin, traza la línea horizontal;
3. Alfa, traza la letra Alfa, arriba de la línea vertical;
4. y Omega, traza la letra Omega abajo de la línea vertical;
5. Suyo es el tiempo, traza el primer número del año
en curso en el ángulo superior izquierdo de la cruz;
6. y la eternidad, traza el segundo número del año,
en el ángulo superior derecho;
7. A El la gloria y el poder, traza el tercer número
del año en el ángulo inferior izquierdo;
8. por los siglos de los siglos. Amén. Traza el cuarto
número del año en el ángulo inferior derecho.
Después de haber trazado la cruz y los demás signos, el sacerdote incrusta al cirio cinco granos de incienso, en forma de cruz, diciendo al mismo tiempo:
1. Por
sus santas llagas
2. gloriosas,
3. nos proteja
4. y nos guarde
5. Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Que la luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas de nuestro corazón y de nuestro espíritu.
PROCESIÓN
A continuación, el diácono, o en su defecto el sacerdote, toma el cirio, pascual y, manteniéndolo elevado, canta él solo:
V. Cristo luz del mundo. R. Demos gracias a Dios.
Todos entran en la iglesia, precedidos por el diácono (o el sacerdote) que lleva el cirio pascual.
En la puerta de la iglesia, el diácono se detiene y, elevando el cirio, canta por segunda vez:
V. Cristo luz del mundo. R. Demos gracias a Dios.
En este momento todos encienden sus velas en la llama del cirio y avanzan de nuevo.
Al llegar ante el altar, el diácono, vuelto hacia el pueblo, canta por tercera vez:
V. Cristo luz del mundo. R. Demos gracias a Dios.
EL PREGÓN PASCUAL
El sacerdote se dirige a la sede. El diácono pone el cirio pascual en el candelabro, que está preparado en medio del presbiterio o junto al ambón. Después de poner incienso en el incensario, si éste se ha utilizado, el diácono pide y recibe, como lo hace en la misa antes del Evangelio, la bendición del sacerdote.
PREGÓN PASCUAL
Alégrense, por fin,
los coros de los ángeles; alégrense las jerarquías del
cielo y, por la victoria de rey tan poderoso, que las trompetas anuncien la
salvación. Goce también la tierra, inundada de tanta claridad,
y que, radiante con el fulgor del rey eterno, se sienta libre de la tiniebla
que cubría el orbe entero. Alégrese también nuestra madre,
la Iglesia, revestida de luz tan brillante; resuene este templo con las aclamaciones
del pueblo.
(Por eso, queridos hermanos, que asisten a la admirable claridad de esta luz
santa, invoquen conmigo la misericordia de Dios omnipotente, para que aquel
que, sin mérito mío, me agregó al número de los
diáconos, complete mi alabanza a este cirio, infundiendo el resplandor
de su luz).
V. El Señor esté
con todos ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario aclamar, con nuestras voces y con todo el afecto
del corazón, a Dios invisible, el Padre todopoderoso, y a su único
Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Porque Él ha pagado por nosotros al eterno Padre la deuda de Adán,
y ha borrado con su sangre inmaculada la condena del antiguo pecado.
Porque éstas son las fiestas de Pascua, en las que se inmola el verdadero
Cordero, cuya sangre consagra las puertas de los fieles.
Esta es la noche en que sacaste de Egipto a los israelitas, nuestros padres,
y los hiciste pasar a pie el mar Rojo.
Esta es la noche en que la columna de fuego esclareció las tinieblas
del pecado.
Ésta es la noche que a todos los que creen en Cristo, por toda la tierra,
los arranca de los vicios del mundo y de la oscuridad del pecado, los restituye
a la gracia y los agrega a los santos.
Esta es la noche en que, rotas las cadenas de la muerte, Cristo asciende victorioso
del abismo.
¿De qué nos serviría haber nacido si no hubiéramos
sido rescatados? ¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros!
¡Qué incomparable ternura y caridad! ¡Para rescatar al esclavo
entregaste al Hijo!
Necesario fue el pecado de Adán, que ha sido borrado por la muerte de
Cristo. ¡Feliz la culpa que mereció tal Redentor!
¡Qué noche tan dichosa! Sólo ella conoció el momento
en que Cristo resucitó del abismo.
Esta es la noche de la que estaba escrito: "Será la noche clara
como el día, la noche iluminada por mi gozo". Y así, esta
noche santa ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los
caídos, la alegría a los tristes, expulsa el odio, trae la concordia,
doblega a los poderosos.
En esta noche de gracia, acepta, Padre santo, el sacrificio vespertino de esta
llama, que la santa Iglesia te ofrece en la solemne ofrenda de este cirio, obra
de las abejas.
Sabemos ya lo que anuncia esta columna de fuego, que arde en llama viva para
la gloria de Dios. Y aunque distribuye su luz, no mengua al repartirla, porque
se alimenta de cera fundida que elaboró la abeja fecunda para hacer esta
lámpara preciosa.
¡Qué noche tan dichosa, en que se une el cielo con la tierra, lo
humano con lo divino!
Te rogamos, Señor, que este cirio consagrado a tu nombre para destruir
la oscuridad de esta noche, arda sin apagarse y, aceptado como perfume, se asocie
a las lumbreras del cielo. Que el lucero matinal lo encuentre ardiendo; ese
lucero que no conoce ocaso, Jesucristo, tu Hijo, que, volviendo del abismo,
brilla sereno para el linaje humano, y vive y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.
Terminado el pregón, todos apagan sus velas y se sientan.
SEGUNDA PARTE
LITURGIA DE LA PALABRA
En esta vigilia se proponen nueve lecturas, siete del Antiguo Testamento y dos del Nuevo (la epístola y el Evangelio). Si las circunstancias pastorales lo piden, el número de lecturas del Antiguo Testamento puede reducirse hasta tres y, en casos muy urgentes, hasta dos. Aun en este último caso, nunca se omite la tercera lectura, tomada del Éxodo, sobre el paso del mar Rojo.
EXHORTACIÓN
Hermanos, habiendo iniciado solemnemente la Vigilia Pascual, escuchemos con recogimiento la palabra de Dios. Meditemos cómo, en la antigua alianza, Dios salvó a su pueblo y en la plenitud de los tiempos, envió al mundo a su Hijo para que nos redimiera. Oremos para que Dios lleve a su plenitud la obra de la redención realizada por el misterio pascual.
Lo que va entre […] puede suprimir por motivos pastorales.
PRIMERA LECTURA **
Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno.
Del libro del Génesis 1, 1-2, 2
En el principio creó
Dios el cielo y la tierra. [La tierra era soledad y caos; y las tinieblas cubrían
la faz del abismo. El espíritu de Dios se movía sobre la superficie
de las aguas.
Dijo Dios: "Que exista la luz", y la luz existió. Vio Dios
que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas. Llamó
a la luz "día" y a las tinieblas, "noche". Fue la
tarde y la mañana del primer día.
Dijo Dios: "Que haya una bóveda entre las aguas, que separe unas
aguas de otras". E hizo Dios una bóveda y separó con ella
las aguas de arriba, de las aguas de abajo. Y así fue. Llamó Dios
a la bóveda "cielo". Fue la tarde y la mañana del segundo
día.
Dijo Dios: "Que se junten las aguas de debajo del cielo en un solo lugar
y que aparezca el suelo seco". Y así fue. Llamó Dios "tierra"
al suelo seco y "mar" a la masa de las aguas. Y vio Dios que era bueno.
Dijo Dios: "Verdee la tierra con plantas que den semilla y árboles
que den fruto y semilla, según su especie, sobre la tierra". Y así
fue. Brotó de la tierra hierba verde, que producía semilla, según
su especie, y árboles que daban fruto y llevaban semilla, según
su especie. Y vio Dios que era bueno. Fue la tarde y la mañana del tercer
día.
Dijo Dios: "Que haya lumbreras en la bóveda del cielo, que separen
el día de la noche, señalen las estaciones, los días y
los años, y luzcan en la bóveda del cielo para iluminar la tierra.
Y así fue. Hizo Dios las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para
regir el día y la menor, para regir la noche; y también hizo las
estrellas. Dios puso las lumbreras en la bóveda del cielo para iluminar
la tierra, para regir el día y la noche, y separar la luz de las tinieblas".
Y vio Dios que era bueno. Fue la tarde y la mañana del cuarto día.
Dijo Dios: "Agítense las aguas con un hervidero de seres vivientes
y revoloteen sobre la tierra las aves, bajo la bóveda del cielo".
Creó Dios los grandes animales marinos y los vivientes que en el agua
se deslizan y la pueblan, según su especie. Creó también
el mundo de las aves, según sus especies. Vio Dios que era bueno y los
bendijo, diciendo: "Sean fecundos y multiplíquense; llenen las aguas
del mar; que las aves se multipliquen en la tierra". Fue la tarde y la
mañana del quinto día.
Dijo Dios: "Produzca la tierra vivientes, según sus especies: animales
domésticos, reptiles y fieras, según sus especies". Y así
fue. Hizo Dios las fieras, los animales domésticos y los reptiles, cada
uno según su especie. Y vio Dios que era bueno.]
Y dijo Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine
a los peces del mar, a las aves del cielo, a los animales domésticos
y a todo animal que se arrastra sobre la tierra". Y creó Dios al
hombre a su imagen; a imagen suya lo creó; hombre y mujer los creó.
Y los bendijo Dios y les dijo: "Sean fecundos y multiplíquense,
llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves
del cielo y a todo ser viviente que se mueve sobre la tierra".
Y dijo Dios: "He aquí que les entrego todas las plantas de semilla
que hay sobre la faz de la tierra, y todos los árboles que producen frutos
y semilla, para que les sirvan de alimento. Y a todas las fieras de la tierra,
a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, a todos los seres
que respiran, también les doy por alimento las verdes plantas".
Y así fue. Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró
muy bueno. Fue la tarde y la mañana del sexto día.
Así quedaron concluidos el cielo y la tierra con todos sus ornamentos,
y terminada su obra, descansó Dios el séptimo día de todo
cuanto había hecho.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 103, l-2a.5-6.10 y 12.13-14.24 y 35c
R. Bendice al Señor, alma mía.
Bendice al Señor,
alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza. Te
vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto. R.
Sobre bases inconmovibles asentaste la tierra para siempre. Con un vestido de
mares la cubriste y las aguas en los montes concentraste. R.
En los valles haces brotar las fuentes, que van corriendo entre montañas;
junto al arroyo vienen a vivir las aves, que cantan entre las ramas. R.
Desde tu cielo riegas los montes y sacias la tierra del fruto de tus manos;
haces brotar hierba para los ganados y pasto para los que sirven al hombre.
R.
¡Qué numerosas son tus obras, Señor, y todas las hiciste
con maestría! La tierra está llena de tus creaturas. Bendice al
Señor, alma mía. R.
OREMOS
Dios todopoderoso y eterno, que en todas las obras de tu amor te muestras admirable, concédenos comprender que la redención realizada por Cristo, nuestra Pascua, es una obra más maravillosa todavía que la misma creación del universo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Lo que va entre […] puede suprimir por motivos pastorales.
SEGUNDA LECTURA **
El sacrificio de nuestro patriarca Abraham.
Del libro del Génesis 22, 1-18
En aquel tiempo, Dios le
puso una prueba a Abraham y le dijo: "¡Abraham, Abraham!" Él
respondió: "Aquí estoy". Y Dios le dijo: "Toma
a tu hijo único, Isaac, a quien tanto amas; vete a la región de
Moria y ofrécemelo en sacrificio, en el monte que yo te indicaré".
[Abraham madrugó, aparejó su burro, tomó consigo a dos
de sus criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio
y se encaminó al lugar que Dios le había indicado. Al tercer día
divisó a lo lejos el lugar. Les dijo entonces a sus criados: "Quédense
aquí con el burro; yo iré con el muchacho hasta allá, para
adorar a Dios y después regresaremos".
Abraham tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a
su hijo Isaac y tomó en su mano el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban
juntos. Isaac dijo a su padre Abraham: "¡Padre!" Él respondió:
"¿Qué quieres, hijo?" El muchacho contestó: "Ya
tenemos fuego y leña, ¿pero dónde está el cordero
para el sacrificio?" Abraham le contestó: "Dios nos dará
el cordero para el sacrificio, hijo mío". Y siguieron caminando
juntos.]
Cuando llegaron al sitio que Dios le había señalado, Abraham levantó
un altar y acomodó la leña. Luego ató a su hijo Isaac,
lo puso sobre el altar, encima de la leña, y tomó el cuchillo
para degollarlo.
Pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y le dijo:
"¡Abraham, Abraham!" Él contestó: "Aquí
estoy". El ángel le dijo: "No descargues la mano contra tu
hijo, ni le hagas daño. Ya veo que temes a Dios, porque no le has negado
a tu hijo único". Abraham levantó los ojos y vio un carnero,
enredado por los cuernos en la maleza. Atrapó el carnero y lo ofreció
en sacrificio, en lugar de su hijo. Abraham puso por nombre a aquel sitio "el
Señor provee", por lo que aun el día de hoy se dice: "el
monte donde el Señor provee".
El ángel del Señor volvió a llamar a Abraham desde el cielo
y le dijo: "Juro por mí mismo, dice el Señor, que por haber
hecho esto y no haberme negado a tu hijo único, yo te bendeciré
y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y las arenas
del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades enemigas. En tu
descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra, porque
obedeciste a mis palabras".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 15,5 y 8.9-10.11
R. Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.
El Señor es la parte
que me ha tocado en herencia: mi vida está en sus manos. Tengo siempre
presente al Señor y con él a mi lado, jamás tropezaré.
R.
Por eso se me alegran el corazón y el alma y mi cuerpo vivirá
tranquilo, porque tú no me abandonarás a la muerte, ni dejarás
que sufra yo la corrupción. R.
Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia
y de alegría perpetua junto a ti. R.
OREMOS
Dios nuestro, excelso Padre de los creyentes, que por medio de la gracia de la adopción y por el misterio pascual sigues cumpliendo la promesa hecha a Abraham de multiplicar su descendencia por toda la tierra y de hacerlo el padre de todas las naciones, concede a tu pueblo responder dignamente a la gracia de tu llamada. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
TERCERA LECTURA
Los israelitas entraron en el mar sin mojarse.
Del libro del Éxodo 14, 15-15, 1
En aquellos días,
dijo el Señor a Moisés: "¿Por qué sigues clamando
a mí? Diles a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza
tu bastón, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que
los israelitas entren en el mar sin mojarse. Yo voy a endurecer el corazón
de los egipcios para que los persigan, y me cubriré de gloria a expensas
del faraón y de todo su ejército, de sus carros y jinetes. Cuando
me haya cubierto de gloria a expensas del faraón, de sus carros y jinetes,
los egipcios sabrán que yo soy el Señor".
El ángel del Señor, que iba al frente de las huestes de Israel,
se colocó tras ellas. Y la columna de nubes que iba adelante, también
se desplazó y se puso a sus espaldas, entre el campamento de los israelitas
y el campamento de los egipcios. La nube era tinieblas para unos y claridad
para otros, y así los ejércitos no trabaron contacto durante toda
la noche.
Moisés extendió la mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar
durante toda la noche un fuerte viento del este, que secó el mar, y dividió
las aguas. Los israelitas entraron en el mar y no se mojaban, mientras las aguas
formaban una muralla a su derecha y a su izquierda. Los egipcios se lanzaron
en su persecución y toda la caballería del faraón, sus
carros y jinetes, entraron tras ellos en el mar.
Hacia el amanecer, el Señor miró desde la columna de fuego y humo
al ejército de los egipcios y sembró entre ellos el pánico.
Trabó las ruedas de sus carros, de suerte que no avanzaban sino pesadamente.
Dijeron entonces los egipcios: "Huyamos de Israel, porque el Señor
lucha en su favor contra Egipto.
Entonces el Señor le dijo a Moisés: "Extiende tu mano sobre
el mar, para que vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes".
Y extendió Moisés su mano sobre el mar, y al amanecer, las aguas
volvieron a su sitio, de suerte que al huir, los egipcios se encontraron con
ellas, y el Señor los derribó en medio del mar. Volvieron las
aguas y cubrieron los carros, a los jinetes y a todo el ejército del
faraón, que se había metido en el mar para perseguir a Israel.
Ni uno solo se salvó.
Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del mar. Las aguas les
hacían muralla a derecha e izquierda. Aquel día salvó el
Señor a Israel de las manos de Egipto. Israel vio a los egipcios, muertos
en la orilla del mar. Israel vio la mano fuerte del Señor sobre los egipcios,
y el pueblo temió al Señor y creyó en el Señor y
en Moisés, su siervo. Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron
este cántico al Señor:
No se dice Palabra de Dios, se pasa directamente al Salmo.
SALMO RESPONSORIAL
Ex 15, lb-2.3-4.5-6.17-18
R. Alabemos al Señor por su victoria.
Cantemos al Señor,
sublime es su victoria: caballos y jinetes arrojó en el mar.
Mi fortaleza y mi canto es el Señor, él es mi salvación,
él es mi Dios, yo lo alabaré; es el Dios de mis padres, yo le
cantaré. R.
El Señor es un guerrero, su nombre es el Señor. Precipitó
en el mar los carros del faraón y a sus guerreros; ahogó en el
mar Rojo a sus mejores capitanes. R.
El mar cayó sobre ellos; en las temibles aguas como plomo se hundieron.
Extendiste tu diestra, Señor, y se los tragó la tierra. R.
Tú llevas a tu pueblo para plantarlo en el monte que le diste en herencia,
en el lugar que convertiste en tu morada, en el santuario que construyeron tus
manos. Tú, Señor, reinarás para siempre. R.
OREMOS
Señor Dios, cuyos antiguos prodigios los percibimos resplandeciendo también en nuestros tiempos, puesto que aquello mismo que realizó la diestra de tu poder para liberar a un solo pueblo de la esclavitud del faraón, lo sigues realizando también ahora, por medio del agua del bautismo para salvar a todas las naciones, concede que todos los hombres del mundo lleguen a contarse entre los hijos de Abraham y participen de la dignidad del pueblo elegido. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
CUARTA LECTURA
Con amor eterno se ha apiadado de ti tu redentor.
Del libro del profeta Isaías 54, 5-14
"El que te creó,
te tomará por esposa; su nombre es `Señor de los ejércitos'.
Tu redentor es el Santo de Israel; será llamado 'Dios de toda la tierra'.
Como a una mujer abandonada y abatida te vuelve a llamar el Señor. ¿Acaso
repudia uno a la esposa de la juventud?, dice tu Dios.
Por un instante te abandoné, pero con inmensa misericordia te volveré
a tomar. En un arrebato de ira te oculté un instante mi rostro, pero
con amor eterno me he apiadado de ti, dice el Señor, tu redentor.
Me pasa ahora como en los días de Noé: entonces juré que
las aguas del diluvio no volverían a cubrir la tierra; ahora juro no
enojarme ya contra ti ni volver a amenazarte. Podrán desaparecer los
montes y hundirse las colinas, pero mi amor por ti no desaparecerá y
mi alianza de paz quedará firme para siempre. Lo dice el Señor,
el que se apiada de ti.
Tú, la afligida, la zarandeada por la tempestad, la no consolada: He
aquí que yo mismo coloco tus piedras sobre piedras finas, tus cimientos
sobre zafiros; te pondré almenas de rubí y puertas de esmeralda
y murallas de piedras preciosas.
Todos tus hijos serán discípulos del Señor, y será
grande su prosperidad. Serás consolidada en la justicia. Destierra la
angustia, pues ya nada tienes que temer; olvida tu miedo, porque ya no se acercará
a ti".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 29,2 y 4.5-6.11 y 12a y 13h
R. Te alabaré, Señor, eternamente.
Te alabaré, Señor,
pues no dejaste que se rieran de mí mis enemigos. Tú, Señor,
me salvaste de la muerte y a punto de morir, me reviviste. R.
Alaben al Señor quienes lo aman, den gracias a su nombre, porque su ira
dura un solo instante y su bondad, toda la vida. El llanto nos visita por la
tarde; por la mañana, el júbilo. R.
Escúchame, Señor, y compadécete; Señor, ven en mi
ayuda. Convertiste mi duelo en alegría, te alabaré por eso eternamente.
R.
OREMOS
Dios, todopoderoso y eterno, multiplica, en honor a tu nombre, cuanto prometiste a nuestros padres en la fe y acrecienta la descendencia por ti prometida mediante la santa adopción filial, para que aquello que los antiguos patriarcas no dudaron que habría de acontecer, tu Iglesia advierta que ya está en gran parte cumplido. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
QUINTA LECTURA
Vengan a mí y vivirán. Sellaré con ustedes una alianza perpetua.
Del libro del profeta Isaías 55, 1-11
Esto dice el Señor:
"Todos ustedes, los que tienen sed, vengan por agua; y los que no tienen
dinero, vengan, tomen trigo y coman; tomen vino y leche sin pagar. ¿Por
qué gastar el dinero en lo que no es pan y el salario, en lo que no alimenta?
Escúchenme atentos y comerán bien, saborearán platillos
sustanciosos. Préstenme atención, vengan a mí, escúchenme
y vivirán.
Sellaré con ustedes una alianza perpetua, cumpliré las promesas
que hice a David. Como a él lo puse por testigo ante los pueblos, como
príncipe y soberano de las naciones, así tú reunirás
a un pueblo desconocido, y las naciones que no te conocían acudirán
a ti, por amor del Señor, tu Dios, por el Santo de Israel, que te ha
honrado.
Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar, invóquenlo mientras
está cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal, sus planes;
que regrese al Señor, y él tendrá piedad; a nuestro Dios,
que es rico en perdón.
Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, sus caminos no son mis
caminos. Porque así como aventajan los cielos a la tierra, así
aventajan mis caminos a los de ustedes y mis pensamientos a sus pensamientos.
Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven allá, sino después
de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, a fin de que dé
semilla para sembrar y pan para comer, así será la palabra que
sale de mi boca: no volverá a mí sin resultado, sino que hará
mi voluntad y cumplirá su misión".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Is 12,2-3.4bcd.5-6
R. El Señor es mi Dios y salvador.
El Señor es mi Dios
y salvador: con él estoy seguro y nada temo. El Señor es mi protección
y mi fuerza, y ha sido mi salvación. Sacarán agua con gozo de
la fuente de salvación. R.
Den gracias al Señor, invoquen su nombre, cuenten a los pueblos sus hazañas,
proclamen que su nombre es sublime. R.
Alaben al Señor por sus proezas, anúncienlas a toda la tierra.
Griten jubilosos, habitantes de Sión, porque el Dios de Israel ha sido
grande con ustedes. R.
OREMOS
Dios todopoderoso y eterno, única esperanza del mundo, tú que anunciaste por voz de los profetas, los misterios que estamos celebrando esta noche, multiplica en el corazón de tu pueblo los santos propósitos porque no podría ningún santo anhelo alcanzar crecimiento sin el impulso que procede de ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
SEXTA LECTURA
Sigue el camino que te conduce a la luz del Señor.
Del libro del profeta Baruc 3, 9-15. 32-4, 4
Escucha, Israel, los mandatos
de vida, presta oído para que adquieras prudencia. ¿A qué
se debe, Israel, que estés aún en país enemigo, que envejezcas
en tierra extranjera, que te hayas contaminado por el trato con los muertos,
que te veas contado entre los que descienden al abismo?
Es que abandonaste la fuente de la sabiduría. Si hubieras seguido los
senderos de Dios, habitarías en paz eternamente.
Aprende dónde están la prudencia, la inteligencia y la energía,
así aprenderás dónde se encuentra el secreto de vivir larga
vida, y dónde la luz de los ojos y la paz. ¿Quién es el
que halló el lugar de la sabiduría y tuvo acceso a sus tesoros?
El que todo lo sabe, la conoce; con su inteligencia la ha escudriñado.
El que cimentó la tierra para todos los tiempos, y la pobló de
animales cuadrúpedos; el que envía la luz, y ella va, la llama,
y temblorosa le obedece; llama a los astros, que brillan jubilosos en sus puestos
de guardia, y ellos le responden: "Aquí estamos", y refulgen
gozosos para aquel que los hizo. Él es nuestro Dios y no hay otro como
él; él ha escudriñado los caminos de la sabiduría
y se la dio a su hijo Jacob, a Israel, su predilecto. Después de esto,
ella apareció en el mundo y convivió con los hombres.
La sabiduría es el libro de los mandatos de Dios, la ley de validez eterna;
los que la guardan, vivirán, los que la abandonan, morirán.
Vuélvete a ella, Jacob, y abrázala; camina hacia la claridad de
su luz; no entregues a otros tu gloria, ni tu dignidad a un pueblo extranjero.
Bienaventurados nosotros, Israel, porque lo que agrada al Señor nos ha
sido revelado.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 18, 8. 9. 10.11
R. Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
La ley del Señor
es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del Señor
y hacen sabio al sencillo. R.
En los mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón;
son luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino. R.
La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandatos del Señor
son verdaderos y enteramente justos. R.
Más deseables que el oro y las piedras preciosas las normas del Señor,
y más dulces que la miel de un panal que gotea. R.
OREMOS
Dios nuestro, que haces crecer continuamente a tu Iglesia con hijos llamados de todos los pueblos, dígnate proteger siempre con tu gracia a quienes has hecho renacer con el agua del bautismo. Por Jesucristo muestro Señor. Amén.
SÉPTIMA LECTURA
Los rociaré con agua pura y les daré un corazón nuevo.
Del libro del profeta Ezequiel 36, 16-28
En aquel tiempo, me fue
dirigida la palabra del Señor en estos términos: "Hijo de
hombre, cuando los de la casa de Israel habitaban en su tierra, la mancharon
con su conducta y con sus obras; como inmundicia fue su proceder ante mis ojos.
Entonces descargué mi furor contra ellos, por la sangre que habían
derramado en el país y por haberlo profanado con sus idolatrías.
Los dispersé entre las naciones y anduvieron errantes por todas las tierras.
Los juzgué según su conducta, según sus acciones los sentencié.
Y en las naciones a las que se fueron, desacreditaron mi santo nombre, haciendo
que de ellos se dijera: 'Este es el pueblo del Señor, y ha tenido que
salir de su tierra'.
Pero, por mi santo nombre, que la casa de Israel profanó entre las naciones
a donde llegó, me he compadecido. Por eso, dile a la casa de Israel:
'Esto dice el Señor: no lo hago por ustedes, casa de Israel. Yo mismo
N mostraré la santidad de mi nombre excelso, que ustedes 11 profanaron
entre las naciones. Entonces ellas reconocerán que yo soy el Señor,
cuando, por medio de ustedes les haga ver mi santidad.
Los sacaré a ustedes de entre las naciones, los reuniré de todos
los países y los llevaré a su tierra. Los rociaré con agua
pura y quedarán purificados; los purificaré de todas sus inmundicias
e idolatrías.
Les daré un corazón nuevo y les infundiré un espíritu
nuevo; arrancaré de ustedes el corazón de piedra y les daré
un corazón de carne. Les infundiré mi espíritu y los haré
vivir según mis preceptos y guardar y cumplir mis mandamientos. Habitarán
en la tierra que di a sus padres; ustedes serán mi pueblo y yo seré
su Dios' ". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
De los salmos 41, 3. 5bcd; 42, 3.4
R. Estoy sediento del Dios que da la vida.
Como el venado busca el
agua de los ríos, así, cansada, mi alma te busca a ti, Dios mío.
R.
Del Dios que da la vida está mi ser sediento. ¿Cuándo será
posible ver de nuevo su templo? R.
Recuerdo cuando íbamos a casa del Señor, cantando, jubilosos,
alabanzas a Dios. R.
Envíame, Señor, tu luz y tu verdad; que ellas se conviertan en
mi guía y hasta tu monte santo me conduzcan, allí donde tú
habitas. R.
Al altar del Señor me acercaré, al Dios que es mi alegría,
y a mi Dios, el Señor, le daré gracias al compás de la
cítara. R.
OREMOS
Dios de inmutable poder
y eterna luz, mira propicio el admirable misterio de la Iglesia entera y realiza
serenamente, en virtud de tu eterno designio, la obra de la humana salvación;
que todo el mundo vea y reconozca que los caídos se levantan, que se
renueva lo que había envejecido y que, por obra de Jesucristo, todas
las cosas concurren hacia la unidad que tuvieron en el origen. Él que
vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Terminada la oración de la última lectura del Antiguo Testamento,
con el responsorio y la oración correspondiente, se encienden las velas
del altar y resto de las luces. El sacerdote entona solemnemente el Gloria,
que todos prosiguen. Mientras tanto se tocan las campanas, de dentro y de fuera
del templo, de acuerdo a las costumbres de cada lugar
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que haces resplandecer esta noche santa con la gloria del Señor resucitado aviva en tu Iglesia el espíritu filial, para que, renovados en cuerpo y alma, nos entreguemos plenamente a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo.
EPÍSTOLA
Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya nunca morirá.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos 6, 3-11
Hermanos: Todos los que
hemos sido incorporados a Cristo Jesús por medio del bautismo, hemos
sido incorporados a su muerte. En efecto, por el bautismo fuimos sepultados
con él en su muerte, para que, así como Cristo resucitó
de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros
llevemos una vida nueva.
Porque, si hemos estado íntimamente unidos a él por una muerte
semejante a la suya, también lo estaremos en su resurrección.
Sabemos que nuestro viejo yo fue crucificado con Cristo, para que el cuerpo
del pecado quedara destruido, a fin de que ya no sirvamos al pecado, pues el
que ha muerto queda libre del pecado.
Por lo tanto, si hemos muerto con Cristo, estamos seguros de que también
viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre
los muertos, ya nunca morirá. La muerte ya no tiene dominio sobre él,
porque al morir, murió al pecado de una vez para siempre; y al resucitar,
vive ahora para Dios. Lo mismo ustedes, considérense muertos al pecado
y vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Terminada la epístola todos se ponen de pie y el sacerdote entona solemnemente el Aleluya, que todos repiten. Luego un salmista o un cantor dice el salmo, al que el pueblo responde: Aleluya. Si hace falta, el mismo salmista canta el Aleluya.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 117, l-2.16ab-17.22-23
R. Aleluya, aleluya.
Te damos gracias, Señor,
porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Diga la casa de Israel:
"Su misericordia es eterna". R.
La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro
orgullo. No moriré, continuaré viviendo, para contar lo que el
Señor ha hecho. R.
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto
es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. R.
EVANGELIO
¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?
Del santo Evangelio según san Lucas: 24, 1-12
El primer día después
del sábado, muy de mañana, llegaron las mujeres al sepulcro, llevando
los perfumes que habían preparado. Encontraron que la piedra ya había
sido retirada del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor
Jesús.
Estando ellas todas desconcertadas por esto, se les presentaron dos varones
con vestidos resplandecientes. Como ellas se llenaron de miedo e inclinaron
el rostro a tierra, los varones les dijeron: "¿Por qué buscan
entre los muertos al que está vivo? No está aquí; ha resucitado.
Recuerden que cuando estaba todavía en Galilea les dijo: 'Es necesario
que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores y sea crucificado
y al tercer día resucite' ". Y ellas recordaron sus palabras.
Cuando regresaron del sepulcro, las mujeres anunciaron todas estas cosas a los
Once y a todos los demás. Las que decían estas cosas a los apóstoles
eran María Magdalena, Juana, María (la madre de Santiago) y las
demás que estaban con ellas. Pero todas estas palabras les parecían
desvaríos y no les creían. Pedro se levantó y corrió
al sepulcro. Se asomó, pero sólo vio los lienzos y se regresó
a su casa, asombrado por lo sucedido.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN: La fiesta por excelencia de los cristianos es, como bien lo sabemos, la Pascua de Resurrección y la Vigilia Pascual su más bella expresión... En sus numerosas lecturas bíblicas tenemos un valioso resumen de toda la historia de nuestra salvación. Cristo resucitado es el nuevo Adán que restituye al hombre —especialmente por el "nuevo nacimiento" realizado en la fuente bautismal— la dignidad perdida por el pecado (Rm 6, 3 ss). Con la luz y la fuerza de su Espíritu, Él nos obtiene, o nos concede de nuevo, la dignidad de hijos muy amados del Padre. ¡Despojémonos, pues, de la "antigua levadura" y decidámonos a llevar una vida de resucitados!
TERCERA PARTE
LITURGIA BAUTISMAL
Hermanos, acompañemos con nuestra oración a quienes anhelan renacer a nueva vida en la fuente del bautismo, para que Dios, nuestro Padre, les otorgue su protección y su amor.
Si se bendice la fuente, pero no va a haber bautismos:
Hermanos, pidamos a Dios todopoderoso que con su poder santifique esta fuente bautismal, para que cuantos en el bautismo van a ser regenerados en Cristo, sean agregados al número de hijos adoptivos de Dios.
Letanías de los santos
En las letanías se pueden añadir algunos nombres de santos, especialmente el del titular de la iglesia, el de los patronos del lugar y el de los que van a ser bautizados.
Coro Asamblea
Señor, ten piedad
de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros
Santa María, ruega por nosotros
Madre de Dios, ruega por nosotros
San Miguel, ruega por nosotros
Santos Ángeles de Dios, ruega por nosotros
San Juan Bautista, ruega por nosotros
San José, ruega por nosotros
Santos Pedro y Pablo, ruega por nosotros
San Andrés, ruega por nosotros
San Juan, ruega por nosotros
Santa María Magdalena, ruega por nosotros
San Esteban, ruega por nosotros
San Ignacio de Antioquía, ruega por nosotros
San Lorenzo, ruega por nosotros
San Felipe de Jesús, ruega por nosotros
Santos Cristóbal Magallanes y compañeros mártires, ruega
por nosotros
Santas Perpetua y Felicitas, ruega por nosotros
Santa Inés, ruega por nosotros
San Gregorio, ruega por nosotros
San Agustín, ruega por nosotros
San Atanasio, ruega por nosotros
San Basilio, ruega por nosotros
San Martín, ruega por nosotros
San Benito, ruega por nosotros
Santos Francisco y Domingo, ruega por nosotros
San Francisco Javier, ruega por nosotros
San Juan María Vianney, ruega por nosotros
San Rafael Guízar y Valencia, ruega por nosotros
San José María de Yermo y Parres, ruega por nosotros
Santa Catalina de Siena, ruega por nosotros
Santa Teresa de Jesús, ruega por nosotros.
Santa Teresa del Niño de Jesús, ruega por nosotros.
Santa María de Jesús Sacramentado Venegas, ruega por nosotros.
Santa María Guadalupe García Zavala, ruega por nosotros.
San Juan Diego, ruega por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rueguen por nosotros.
Muéstrate propicio, líbranos, Señor.
De todo mal, líbranos, Señor.
De todo pecado, líbranos, Señor.
De la muerte eterna, líbranos, Señor.
Por tu encarnación, líbranos, Señor.
Por tu muerte y resurrección, líbranos, Señor.
Por el don del Espíritu Santo, líbranos, Señor.
Nosotros, que somos pecadores, te rogamos, óyenos.
Si hay bautizos:
Para que estos elegidos renazcan a la vida nueva por medio del bautismo, te rogamos, óyenos.
Si no hay bautizos:
Para que santifiques esta
fuente bautismal por la que renacerán tus hijos, a la vida nueva, te
rogamos, óyenos.
Jesús, Hijo de Dios vivo, te rogamos, óyenos.
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.
Si hay bautizos, el sacerdote, con las manos juntas, dice la siguiente oración:
Derrama, Señor, tu infinita bondad en este sacramento del bautismo y envía tu santo Espíritu para que haga renacer de la fuente bautismal a estos nuevos hijos tuyos que van a ser santificados por tu gracia, mediante la colaboración de nuestro ministerio. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
BENDICIÓN DEL AGUA BAUTISMAL
Dios nuestro, que con tu
poder invisible realizas obras admirables por medio de los signos sacramentales
y has hecho que tu creatura, el agua, signifique de muchas maneras la gracia
del bautismo.
Dios nuestro, cuyo Espíritu aleteaba sobre la superficie de las aguas
en los mismos principios del mundo, para que ya desde entonces el agua recibiera
el poder de dar la vida.
Dios nuestro, que incluso en las aguas torrenciales del diluvio prefiguraste
el nuevo nacimiento de los hombres, al hacer que de una manera misteriosa un
mismo elemento diera fin al pecado y origen a la virtud.
Dios nuestro, que hiciste pasar a pie, sin mojarse, el Mar Rojo a los hijos
de Abrahán, a fin de que el pueblo liberado de la esclavitud del faraón
prefigurara al pueblo de los bautizados.
Dios nuestro, cuyo Hijo, al ser bautizado por el Precursor en el agua del Jordán,
fue ungido por el Espíritu Santo; suspendido en la cruz, quiso que brotaran
de su costado sangre y agua; y después de su resurrección mandó
a sus apóstoles: "Vayan y enseñen a todas las naciones bautizándolas
en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo". Mira
ahora a tu Iglesia en oración y abre para ella la fuente del bautismo.
Que por la obra del Espíritu Santo esta agua adquiera la gracia de tu
Unigénito, para que el hombre, creado a tu imagen, limpio de su antiguo
pecado por el sacramento del bautismo, renazca a la vida nueva por el agua y
el Espíritu Santo.
Si es oportuno, introduce el cirio pascual en el agua, una o tres veces diciendo:
Te pedimos, Señor, que por tu Hijo, descienda sobre el agua de esta fuente el poder del Espíritu Santo, Manteniendo el cirio dentro del agua, prosigue:
Para que todos, sepultados con Cristo en su muerte por el bautismo, resuciten también con El a la vida nueva. Él que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. R. Amén.
Se puede decir la siguiente aclamación o alguna otra adecuada:
Fuentes del Señor, bendigan al Señor; alábenlo y glorifíquenlo por los siglos.
BENDICIÓN DEL AGUA BENDITA
Si no hay bautizos, ni bendición de la fuente bautismal.
Pidamos, queridos hermanos,
a Dios nuestro Señor, que se digne bendecir esta agua, con la cual seremos
rociados en memoria de nuestro bautismo, y que nos renueve interiormente, para
que permanezcamos fieles al Espíritu que hemos recibido.
Y después de una breve pausa en silencio, dice la siguiente oración,
con las manos extendidas:
Señor, Dios nuestro, mira con bondad a este pueblo tuyo, que vela en
oración en esta noche santísima, recordando la obra admirable
de nuestra creación y la obra más admirable, todavía, de
nuestra redención. Dígnate bendecir t esta agua, que tú
creaste para dar fertilidad a la tierra, frescura y limpieza a nuestros cuerpos.
Tú, además, convertiste el agua en un instrumento de tu misericordia:
por ella, liberaste a tu pueblo de la esclavitud y en el desierto saciaste su
sed; con la imagen del agua viva, los profetas anunciaron la nueva alianza que
deseabas establecer con los hombres; por ella, finalmente, santificada por Cristo
en el Jordán, renovarse, mediante el bautismo que nos da la vida nueva,
nuestra naturaleza, corrompida por el pecado.
Que esta agua nos recuerde ahora nuestro bautismo y nos haga participar en la
alegría de nuestros hermanos, que han sido bautizados en esta Pascua.
Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
Renovación de las promesas del bautismo
Terminada la ceremonia del
bautismo (y de la confirmación) o, si no hubo bautismos, después
de la bendición del agua, todos, No de pie y teniendo en sus manos las
velas encendidas, hacen la renovación de las promesas del bautismo.
Hermanos, por medio del bautismo hemos sido hechos partícipes del misterio
pascual de Cristo, es decir, por medio del bautismo hemos sido sepultados con
Él en su muerte, para resucitar con Él a una vida nueva. Por eso,
culminado nuestro camino cuaresmal, es muy conveniente que renovemos las promesas
de nuestro bautismo, con las cuales un día renunciamos a Satanás
y a sus obras y nos comprometimos a servir a Dios en la santa Iglesia católica.
Por consiguiente:
Sacerdote: ¿Renuncian
ustedes a Satanás?
Todos: Sí, renuncio.
Sacerdote: ¿Renuncian a todas sus obras?
Todos: Sí, renuncio.
Sacerdote: ¿Renuncian a todas sus seducciones? Todos: Sí, renuncio.
O bien:
Sacerdote: ¿Renuncian ustedes al pecado, para vivir en la libertad de
los hijos de Dios?
Todos: Sí, renuncio.
Sacerdote: ¿Renuncian a todas las seducciones del mal, para que el pecado
no los esclavice?
Todos: Sí, renuncio.
Sacerdote: ¿Renuncian a Satanás, padre y autor de todo pecado?
Todos: Sí, renuncio.
Sacerdote: ¿Creen ustedes en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo
y de la tierra?
Todos: Sí, creo.
Sacerdote: ¿Creen en Jesucristo, su Hijo único y Señor
nuestro, que nació de la Virgen María, padeció y murió
por nosotros, resucitó y está sentado a la derecha del Padre?
Todos: Sí, creo.
Sacerdote: ¿Creen en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica,
en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en
la resurrección de los muertos y en la vida eterna?
Todos: Sí, creo.
Que Dios todopoderoso,
Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos liberó del pecado y
nos ha hecho renacer por el agua y el Espíritu Santo, nos conserve con
su gracia unidos a Jesucristo nuestro Señor, hasta la vida eterna. Amén.
El sacerdote rocía al pueblo con el agua bendita, mientras todos cantan
la siguiente antífona o algún otro canto bautismal:
Vi brotar agua del lado derecho del templo, aleluya. Vi que en todos aquellos
que recibían el agua, surgía una vida nueva y cantaban con gozo:
Aleluya, aleluya.
CUARTA PARTE
LITURGIA EUCARÍSTICA
Concluida la liturgia bautismal la celebración sigue como siempre.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, las súplicas de tu pueblo, junto con los dones que te presentamos para que los misterios de la Pascua que hemos comenzado a celebrar, nos obtengan, con tu ayuda, el remedio para conseguir la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO I DE PASCUA
El Misterio Pascual (en esta noche) MR p. 499 (500).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Cor, 5,7-8
Cristo, nuestro Cordero pascual, ha sido inmolado. Aleluya. Celebremos, pues, la Pascua, con el pan sin levadura, que es sinceridad y verdad. Aleluya.
Conviene cantar el salmo 117.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Infúndenos, Señor, el espíritu de tu caridad, para que, saciados con los sacramentos pascuales, vivamos siempre unidos en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
DESPEDIDA
C. Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado. Pueden ir en paz, aleluya, aleluya.
R. Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya.
El cirio pascual se enciende en todas las celebraciones litúrgicas más solemnes de este tiempo.
Domingo de Resurrección
Blanco, Solemnidad Misa del Día MR p. 339 (345) / Lecc:. I, p. 323 LH, la. Semana del Salterio
Otros Santos: Ruperto de Salzburgo, obispo; Juan de Egipto, ermitaño. Beato Peregrino de Falerone, presbítero.
VE A DECIRLE A MIS HERMANOS
Hch 10.34.37-43; 1 Co 5,6-8; L c 24, 1-12; Jn 20,1-9
Pedro y Magdalena ocupan un lugar decisivo en cada uno de los relatos. En la narración evangélica Magdalena supera el llanto y el desconsuelo inicial al constatar la desaparición del cuerpo del Señor Jesús; al identificar la voz del Maestro que la llama con su inconfundible timbre de voz, María rehace su ruta interior, da un giro de 180 grados en su vida y reconstruye su confianza en el Señor resucitado. La mujer que sale del sepulcro y comparte su esperanza no se parece a la mujer llorosa del comienzo. Por su parte, el libro de los Hechos de los Apóstoles nos refiere el testimonio animoso del apóstol Pedro, quien habiendo superado la penosa situación de su fingida ignorancia del Maestro, habla contundentemente de la victoria del Señor Resucitado: "Lo mataron colgándolo de un madero, pero Dios lo resucito al tercer día".
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 138,18.5-6
He resucitado y viviré siempre contigo; has puesto tu mano sobre mí. Tu sabiduría ha sido maravillosa, aleluya, aleluya.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por medio de tu Unigénito, vencedor de la muerte, nos has abierto hoy las puertas de la vida eterna, concede a quienes celebramos la solemnidad de la resurrección del Señor, resucitar también en la luz de la vida eterna, por la acción renovadora de tu Espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Hemos comido y bebido con Cristo resucitado.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 10, 34. 37-43
En aquellos días,
Pedro tomó la palabra y dijo: "Ya saben ustedes lo sucedido en toda
Judea, que tuvo principio en Galilea, después del bautismo predicado
por Juan: cómo Dios ungió con el poder del Espíritu Santo
a Jesús de Nazaret y cómo éste pasó haciendo el
bien, sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Nosotros somos testigos de cuanto él hizo en Judea y en Jerusalén.
Lo mataron colgándolo de la cruz, pero Dios lo resucitó al tercer
día y concedió verlo, no a todo el pueblo, sino únicamente
a los testigos que él, de antemano, había escogido: a nosotros,
que hemos comido y bebido con él después de que resucitó
de entre los muertos.
Él nos mandó predicar al pueblo y dar testimonio de que Dios lo
ha constituido juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime:
que cuantos creen en él reciben, por su medio, el perdón de los
pecados". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 117, 1-2. 16ab-17. 22-23
R. Este es el día del triunfo del Señor. Aleluya.
Te damos gracias, Señor,
porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Diga la casa de Israel:
"Su misericordia es eterna". R.
La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro
orgullo. No moriré, continuaré viviendo para contar lo que el
Señor ha hecho. R.
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto
es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. R.
SEGUNDA LECTURA
Tiren la antigua levadura, pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios 5, 6-8
Hermanos: ¿No saben
ustedes que un poco de levadura hace fermentar toda la masa? Tiren la antigua
levadura, para que sean ustedes una masa nueva, ya que son pan sin levadura,
pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado.
Celebremos, pues, la fiesta de la Pascua, no con la antigua levadura, que es
de vicio y maldad, sino con el pan sin levadura, que es de sinceridad y verdad.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SECUENCIA:
Sólo
el día de hoy es obligatoria; durante la octava es opcional.
Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.
Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.
Lucharon vida y muerte
en singular batalla
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.
¿Qué has
visto de camino,
María, en la mañana?
A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,
los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó
de veras
mi amor y mi esperanza!
Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua.
Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.
Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. 1Co 5, 7-8
R. Aleluya, aleluya.
Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado; celebremos, pues, la Pascua. R. Aleluya.
EVANGELIO
¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?
Del santo Evangelio según san Lucas: 24, 1-12
El primer día después
del sábado, muy de mañana, llegaron las mujeres al sepulcro, llevando
los perfumes que habían preparado. Encontraron que la piedra ya había
sido retirada del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor
Jesús. Estando ellas todas desconcertadas por esto, se les presentaron
dos varones con vestidos resplandecientes. Como ellas se llenaron de miedo e
inclinaron el rostro a tierra, los varones les dijeron: "¿Por qué
buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí;
ha resucitado. Recuerden que cuando estaba todavía en Galilea les dijo:
'Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores
y sea crucificado y al tercer día resucite' ". Y ellas recordaron
sus palabras.
Cuando regresaron del sepulcro, las mujeres anunciaron todas estas cosas a los
Once y a todos los demás. Las que decían estas cosas a los apóstoles
eran María Magdalena, Juana, María (la madre de Santiago) y las
demás que estaban con ellas. Pero todas estas palabras les parecían
desvaríos y no les creían.
Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Se asomó, pero sólo
vio los lienzos y se regresó a su casa, asombrado por lo sucedido.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
O bien:
Él debía resucitar de entre los muertos.
Del santo Evangelio según san Juan 20, 1-9
El primer día después
del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena
al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr, llegó
a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien
Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor
y no sabemos dónde lo habrán puesto".
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban
corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa
que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró
los lienzos puestos en el suelo, pero no entró.
En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo,
y entró en el sepulcro. Contempló los lienzos puestos en el suelo
y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto
no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces entró
también el otro discípulo, el que había llegado primero
al sepulcro, y vio y creyó, porque hasta entonces no habían entendido
las Escrituras, según las cuales Jesús debía resucitar
de entre los muertos.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
O bien, en la misas vespertinas del domingo:
Quédate con nosotros; porque ya es tarde.
Del santo Evangelio según san Lucas 24, 13-35
El mismo día de la
resurrección, iban dos de los discípulos hacia un pueblo llamado
Emaús, situado a unos once kilómetros de Jerusalén, y comentaban
todo lo que había sucedido.
Mientras conversaban y discutían, Jesús se les acercó y
comenzó a caminar con ellos; pero los ojos de los dos discípulos
estaban velados y no lo reconocieron. Él les preguntó: "¿De
qué cosas vienen hablando, tan llenos de tristeza?"
Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: "¿Eres
tú el único forastero que no sabe lo que ha sucedido estos días
en Jerusalén?" Él les preguntó: "¿Qué
cosa?" Ellos le respondieron: "Lo de Jesús el nazareno, que
era un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo.
Cómo los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo
condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él
sería el libertador de Israel, y sin embargo, han pasado ya tres días
desde que estas cosas sucedieron. Es cierto que algunas mujeres de nuestro grupo
nos han desconcertado, pues fueron de madrugada al sepulcro, no encontraron
el cuerpo y llegaron contando que se les habían aparecido unos ángeles,
que les dijeron que estaba vivo. Algunos de nuestros compañeros fueron
al sepulcro y hallaron todo como habían dicho las mujeres, pero a él
no lo vieron".
Entonces Jesús les dijo: "¡Qué insensatos son ustedes
y qué duros de corazón para creer todo lo anunciado por los profetas!
¿Acaso no era necesario que el Mesías padeciera todo esto y así
entrara en su gloria?" Y comenzando por Moisés y siguiendo con todos
los profetas, les explicó todos los pasajes de la Escritura que se referían
a él.
Ya cerca del pueblo a donde se dirigían, él hizo como que iba
más lejos; pero ellos le insistieron, diciendo: "Quédate
con nosotros, porque ya es tarde y pronto va a oscurecer". Y entró
para quedarse con ellos. Cuando estaban a la mesa, tomó un pan, pronunció
la bendición, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron
los ojos y lo reconocieron, pero él se les desapareció. Y ellos
se decían el uno al otro: "¡Con razón nuestro corazón
ardía, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras!"
Se levantaron inmediatamente y regresaron a Jerusalén, donde encontraron
reunidos a los Once con sus compañeros, los cuales les dijeron: "De
veras ha resucitado el Señor y se le ha aparecido a Simón".
Entonces ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo
lo habían reconocido al partir el pan.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Llenos de gozo por la santa
y gloriosa Resurrección del Señor, supliquémosle con insistencia
diciendo: Rey vencedor, escúchanos. R/. Rey vencedor, escúchanos.
A Cristo, que ha sido constituido Cabeza de la Iglesia, pidámosle que
conceda gozo y felicidad a todos los fieles que celebran su triunfo.
A Cristo, que ha otorgado el perdón y la paz a los pecadores, supliquémosle
que quienes han regresado al camino del bien, perseveren en sus buenos propósitos.
A Cristo, que ha inaugurado la resurrección universal, pidámosle
que alegre el corazón de los hombres que aún desconocen [los frutos
de] su victoria.
A Cristo, que ha colmado de alegría a los pueblos y los ha enriquecido
con sus dones, pidámosle que renueve la esperanza de los que sufren y
lloran.
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha alegrado al mundo entero,
pidámosle que nos conceda la esperanza firme de compartir su triunfo
y de resucitar con El a una vida nueva.
Señor Jesucristo, en esta fiesta de tu Resurrección te pedimos
que escuches nuestras plegarias y extiendas tu diestra misericordiosa sobre
este pueblo que tiene puesta en ti toda su esperanza. Tú, que vives y
reinas por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Llenos de júbilo por el gozo pascual te ofrecemos, Señor, este sacrificio, mediante el cual admirablemente nace y se nutre tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Co 5,7-8
Cristo nuestro Cordero Pascual ha sido inmolado. Aleluya. Celebremos, pues, la Pascua, con el pan sin levadura, que es sinceridad y verdad. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios de bondad, protege paternalmente con amor incansable a tu Iglesia, para que renovada por los misterios pascuales, pueda llegar a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
DESPEDIDA
C. Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado. Pueden ir en paz, aleluya, aleluya.
R. Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- La confianza es una poderosa fuerza que activa el compromiso y la dedicación ante cualquier tarea. María Magdalena y Pedro vieron mermada su confianza a partir de la muerte dolorosa del Señor Jesús. La fiesta de Pascua más sombría de su vida fue la del año 31 en que habían crucificado al Maestro. Las noches en que se abandonaron al desconsuelo fueron muchas y muy desgarradoras. Finalmente reflexionaron, abrieron su corazón y se dispusieron a esperar en la fidelidad de Dios; cuando estuvieron ciertos de que el Padre no abandonaría a su Hijo, pudieron acoger las señales de su triunfo sobre la muerte. No era sencillo comunicarlo a quienes no habían experimentado la nueva forma de presencia de Jesús resucitado. Tantas situaciones adversas que agobian a nuestro país y a nuestra Iglesia, desgarran la confianza de muchos de nosotros. Necesitamos abrir los ojos de la fe, para deletrear los signos del resucitado en el tejido cotidiano de nuestra vida.
Blanco Feria dentro de la Octava de Pascua MR p. 341 (347) / Lecc. 1, p. 854
Otros Santos: Gontrán de Borgoña, rey; Esteban Harding, abad; José Sebastián Pelczar, obispo.
LA RACIONABILIDAD DE LA RESURRECCIÓN
Hch 2, 14.22-33; Mt 28,8-15
El discurso misionero del apóstol san Pedro puede considerarse también como un monólogo interior. Efectivamente el pescador de Betsaida necesitaba desmontar su visión estrecha, sus categorías desfasadas y aprender a releer los textos bíblicos con una mirada abierta a la trascendencia y la fidelidad de Dios. El Padre no podría desentenderse de la fidelidad y la justicia. La muerte de Jesús, hombre inocente que vivió la fidelidad al Padre de manera plena, reclamaba una respuesta decisiva de su parte. Habiéndose entregado sin reservas al Padre, no podía ser abandonado a la brutalidad de sus verdugos ni al implacable poderío de la muerte. Había que releer los salmos y los textos proféticos desde esa perspectiva. De un momento a otro Dios mostraría las señales necesarias para revelar la primera de todas las verdades: la victoria de Cristo sobre la muerte y su acceso a la plenitud de la vida junto al Padre.
ANTÍFONA DE ENTRADA
El Señor resucitó, como lo había predicho; llenémonos de gozo y de alegría, porque reina eternamente. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que haces crecer siempre a tu Iglesia dándole nuevos hijos, concédenos la gracia de vivir de acuerdo con la fe que recibimos en el sacramento del bautismo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
A este Jesús, Dios lo ha resucitado, y de ello somos testigos.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 2, 14. 22-33
El día de Pentecostés,
se presentó Pedro, junto con los Once, ante la multitud, y levantando
la voz, dijo: "Israelitas, escúchenme. Jesús de Nazaret fue
un hombre acreditado por Dios ante ustedes, mediante los milagros, prodigios
y señales que Dios realizó por medio de Él y que ustedes
bien conocen. Conforme al plan previsto y sancionado por Dios, Jesús
fue entregado, y ustedes utilizaron a los paganos para clavarlo en la cruz.
Pero Dios lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte, ya que no
era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio. En efecto, David dice,
refiriéndose a Él: Yo veía constantemente al Señor
delante de mí, puesto que Él está a mí lado para
que yo no tropiece. Por eso se alegra mi corazón y mi lengua se alboroza;
por eso también mi cuerpo vivirá en la esperanza, porque tú,
Señor, no me abandonarás a la muerte, ni dejarás que tu
santo sufra la corrupción. Me has enseñado el sendero de la vida
y me saciarás de gozo en tu presencia.
Hermanos, que me sea permitido hablarles con toda claridad. El patriarca David
murió y lo enterraron, y su sepulcro se conserva entre nosotros hasta
el día de hoy. Pero como era profeta y sabía que Dios le había
prometido con juramento que un descendiente suyo ocuparía su trono, con
visión profética habló de la resurrección de Cristo,
el cual no fue abandonado a la muerte ni sufrió la corrupción.
Pues bien, a este Jesús, Dios lo resucitó, y de ello todos nosotros
somos testigos. Llevado a los cielos por el poder de Dios, recibió del
Padre el Espíritu Santo prometido a Él y lo ha comunicado, como
ustedes lo están viendo y oyendo". Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 15, l-2a y 5. 7-8. 9-10. 11
R/. Protege, Señor, a los que esperamos en ti. Aleluya.
Protégeme, Dios mío,
pues eres mi refugio. Yo siempre he dicho que tú eres mi Señor.
El Señor es la parte que me ha tocado en herencia; mi vida está
en sus manos. R/.
Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye
internamente. Tengo siempre presente al Señor y con él a mi lado,
jamás tropezaré. R/.
Por eso se me alegran el corazón y el alma y mi cuerpo vivirá
tranquilo, porque tú no me abandonarás a la muerte ni dejarás
que sufra yo la corrupción. R/.
Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia
y de alegría perpetua junto a ti. R/.
SECUENCIA opcional
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 117, 24
Éste es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R/.
R/. Aleluya, aleluya.
EVANGELIO
Vayan a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea. Allá me verán.
Del santo Evangelio según san Mateo: 28, 8-15
Después de escuchar
las palabras del ángel, las mujeres se alejaron a toda prisa del sepulcro,
y llenas de temor y de gran alegría, corrieron a dar la noticia a los
discípulos. Pero de repente Jesús les salió al encuentro
y las saludó. Ellas se le acercaron, le abrazaron los pies y lo adoraron.
Entonces les dijo Jesús: "No tengan miedo. Vayan a decir a mis hermanos
que se dirijan a Galilea. Allá me verán".
Mientras las mujeres iban de camino, algunos soldados de la guardia fueron a
la ciudad y dieron parte a los sumos sacerdotes de todo lo ocurrido. Éstos
se reunieron con los ancianos, y juntos acordaron dar una fuerte suma de dinero
a los soldados, con estas instrucciones: "Digan: 'Durante la noche, estando
nosotros dormidos, llegaron sus discípulos y se robaron el cuerpo'. Y
si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos arreglaremos con él
y les evitaremos cualquier complicación".
Ellos tomaron el dinero y actuaron conforme a las instrucciones recibidas. Esta
versión de los soldados se ha ido difundiendo entre los judíos
hasta el día de hoy. Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, con bondad, las ofrendas de tu pueblo y haz que, renovados por la confesión de tu nombre y por el bautismo, consigamos la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de Pascua (en este día), p. 499 (500).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Rm 6, 9
Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no morirá nunca. La muerte ya no tiene dominio sobre El. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la gracia de este sacramento
pascual fructifique, Señor, en nuestros corazones para que podamos corresponder
a los dones de tu amor, que nos abrió el camino de la salvación
eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La despedida se hace corno el día de Pascua.
Blanco Feria dentro de la Octava de Pascua MR p. 342 (348) / Lecc. I, p. 857
Otros Santos: Eustasio de Luxeuil, abad; Marcos de Aretusa, obispo; Gladys de Gales, laica.
HE VISTO AL SEÑOR
Hch 2,36-41; Jn 20,11-18
Una frase bastante concisa encabeza este comentario, sin embargo resulta bastante complejo expresarla de forma congruente y convencida. Los cristianos empezamos a serlo como afirmaba el Papa Benedicto al encontrarnos con Jesucristo vivo: "No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva". La experiencia fundamental, la que cimentó la vida de los discípulos de la primera hora —Pedro, Juan, Magdalena— fue la experiencia de su encuentro con Jesús resucitado. Desde esa profunda certidumbre reorganizaron su vida, renovaron sus opciones, modificaron sus actitudes. A partir de dicho acontecimiento dieron un giro decisivo a sus vidas. A partir de la resurrección de Jesús lo que era importante dejó de serlo y lo que parecía escasamente significativo, adquirió un nuevo sentido.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sir 15, 3-4
El Señor les dará a beber el agua de la sabiduría; se apoyarán en Él y no vacilarán. El los llenará de gloria eternamente. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que nos has hecho experimentar la fuerza vivificante del misterio pascual, sigue acompañando a tu pueblo con tu divina gracia, para que, conseguida la perfecta libertad, se convierta en gozo celestial la alegría que ahora lo inunda aquí en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Arrepiéntanse y bautícense en el nombre de Jesucristo.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 2, 36-41
El día de Pentecostés,
dijo Pedro a los judíos: "Sepa todo Israel, con absoluta certeza,
que Dios ha constituido Señor y Mesías al mismo Jesús,
a quien ustedes han crucificado".
Estas palabras les llegaron al corazón y preguntaron a Pedro y a los
demás apóstoles: "¿Qué tenemos que hacer, hermanos?"
Pedro les contestó: "Arrepiéntanse y bautícense en
el nombre de Jesucristo, para el perdón de sus pecados y recibirán
el Espíritu Santo. Porque las promesas de Dios valen para ustedes y para
sus hijos y también para todos los paganos que el Señor, Dios
nuestro, quiera llamar, aunque estén lejos".
Con éstas y otras muchas razones los instaba y exhortaba, diciéndoles:
"Pónganse a salvo de este mundo corrompido". Los que aceptaron
sus palabras se bautizaron, y aquel día se les agregaron unas tres mil
personas.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 32, 4-5. 18-19. 20 y 22
R. En el Señor está nuestra esperanza. Aleluya.
Sincera es la palabra del
Señor y todas sus acciones son leales. El ama la justicia y el derecho,
la tierra llena está de sus bondades. R.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían;
los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida. R.
En el Señor está nuestra esperanza, pues él es nuestra
ayuda y nuestro amparo. Muéstrate bondadoso con nosotros, puesto que
en ti, Señor, hemos confiado. R.
SECUENCIA opcional
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 117, 24
R. Aleluya, aleluya.
Este es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R. Aleluya.
EVANGELIO
He visto al Señor y me ha dado este mensaje.
Del santo Evangelio según san Juan 20, 11-18
El día de la resurrección,
María se había quedado llorando junto al sepulcro de Jesús.
Sin dejar de llorar, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos
de blanco, sentados en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús,
uno en la cabecera y el otro junto a los pies. Los ángeles le preguntaron:
"¿Por qué estás llorando, mujer?" Ella les contestó:
"Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo
habrán puesto".
Dicho esto, miró hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero
no sabía que era Jesús. Entonces él le dijo: "Mujer,
¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?"
Ella, creyendo que era el jardinero, le respondió: "Señor,
si tú te lo llevaste, dime dónde lo has puesto". Jesús
le dijo: "¡María!" Ella se volvió y exclamó:
"¡Rabuní!", que en hebreo significa 'maestro'. Jesús
le dijo: "Déjame ya, porque todavía no he subido al Padre.
Ve a decir a mis hermanos: 'Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios'
".
María Magdalena se fue a ver a los discípulos para decirles que
había visto al Señor y para darles su mensaje.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, con bondad, estas ofrendas de tu familia santa, para que, con la ayuda de tu protección, conserve los dones recibidos y llegue a poseer los eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de Pascua (en este día), p. 499 (500).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Col 3, 1-2
Puesto que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; pongan todo el corazón en los bienes del cielo, no en los de la tierra. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Escúchanos, Dios todopoderoso, y, ya que colmaste los corazones de tus hijos con la gracia incomparable del bautismo, prepáranos para alcanzar la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. La despedida se hace como el día de Pascua.
Blanco Feria dentro de la Octava de Pascua MR p. 343 (349) / Lecc. I, p. 860
Otros Santos: Leonardo Murialdo, fundador; Ludovico (Luis) De Casoria, presbítero. Beato Amadeo de Saboya, duque.
SE VOLVIERON A JERUSALÉN
Hch 3,1-10; Lc 24,13-35
Los discípulos de Emaús experimentaron un doble vuelco en su existencia que los dejó marcados para siempre. En el día de la pascua, les desgarraron sus esperanzas libertarias cuando dieron muerte al profeta poderoso. Tristes y desconsolados regresaban de Jerusalén a Emaús sin ánimo de retomar su vida. Ese desgarrón parecía hundirlos para siempre en la desesperanza, una vez más se evaporaban las posibilidades de que Israel viviera libre de sus dominadores. El diálogo aparentemente anecdótico que sostuvieron con un desconocido los dejó intactos, hasta que reconocieron en los gestos del forastero los mismos signos de la fraternidad con los cuales el Señor Jesús les repartía el pan. Con energía y confianza suficientes, reemprendieron el camino de regreso a Jerusalén. No podían esperar hasta el amanecer para comunicar la noticia del Resucitado. Esa experiencia incomparable cambiaría para siempre los ritmos y las expectativas de su vida diaria.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Mt 25, 34
Vengan, benditos de mi Padre, tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que cada año nos inundas de alegría por la solemnidad de la resurrección del Señor, concédenos propicio que, por estas fiestas que celebramos en el tiempo, merezcamos llegar al gozo de la eternidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Te voy a dar lo que tengo: En el nombre de Jesús, camina.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 3, 1-10
En aquel tiempo, Pedro y
Juan subieron al templo para la oración vespertina, a eso de las tres
de la tarde. Había allí un hombre lisiado de nacimiento, a quien
diariamente llevaban y ponían ante la puerta llamada la "Hermosa",
para que pidiera limosna a los que entraban en el templo.
Aquel hombre, al ver a Pedro y a Juan cuando iban a entrar, les pidió
limosna. Pedro y Juan fijaron en él los ojos, y Pedro le dijo: "Míranos".
El hombre se quedó mirándolos en espera de que le dieran algo.
Entonces Pedro le dijo: "No tengo ni oro ni plata, pero te voy a dar lo
que tengo: En el nombre de Jesucristo nazareno, levántate y camina".
Y, tomándolo de la mano, lo incorporó.
Al instante sus pies y sus tobillos adquirieron firmeza. De un salto se puso
de pie, empezó a andar y entró con ellos al templo caminando,
saltando y alabando a Dios.
Todo el pueblo lo vio caminar y alabar a Dios, y al darse cuenta de que era
el mismo que pedía limosna sentado junto a la puerta "Hermosa"
del templo, quedaron llenos de miedo y no salían de su asombro por lo
que había sucedido.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 104, 1-2. 3-4. 6-7. 8-9
R. Cantemos al Señor con alegría. Aleluya.
Aclamen al Señor
y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos. Entonen en su honor himnos
y cantos, celebren sus portentos. R.
Del nombre del Señor enorgullézcanse y siéntase feliz el
que lo busca. Recurran al Señor y a su poder y a su presencia acudan.
R.
Descendientes de Abraham, su servidor, estirpe de Jacob, su predilecto, escuchen:
el Señor es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos. R.
Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de
sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que
un día le hiciera. R.
SECUENCIA opcional
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 117, 24
R. Aleluya, aleluya.
Este es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R. Aleluya.
EVANGELIO
Lo reconocieron al partir el pan.
Del santo Evangelio según san Lucas 24, 13-35
El mismo día de la
resurrección, iban dos de los discípulos hacia un pueblo llamado
Emaús, situado a unos once kilómetros de Jerusalén, y comentaban
todo lo que había sucedido.
Mientras conversaban y discutían, Jesús se les acercó y
comenzó a caminar con ellos; pero los ojos de los dos discípulos
estaban velados y no lo reconocieron. Él les preguntó: "¿De
qué cosas vienen hablando, tan llenos de tristeza?"
Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: "¿Eres
tú el único forastero que no sabe lo que ha sucedido estos días
en Jerusalén?" Él les preguntó: "¿Qué
cosa?" Ellos le respondieron: "Lo de Jesús el nazareno, que
era un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo.
Cómo los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo
condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él
sería el libertador de Israel, ¡y sin embargo, han pasado ya tres
días desde que estas cosas sucedieron. Es cierto que algunas mujeres
de nuestro grupo nos han desconcertado, pues fueron de madrugada al sepulcro,
no encontraron el cuerpo y llegaron contando que se les habían aparecido
unos ángeles, que les dijeron que estaba vivo. Alguno de nuestros compañeros
fueron al sepulcro y hallaron todo como habían dicho las mujeres, pero
a él no lo vieron".
Entonces Jesús les dijo: "¡Qué insensatos son ustedes
y qué duros de corazón para creer todo lo anunciado por los profetas!
¿Acaso no era necesario que el Mesías padeciera todo esto y así
entrara en su gloria?" Y comenzando por Moisés y siguiendo con todos
los profetas, les explicó todos los pasajes de la Escritura que se referían
a él.
Ya cerca del pueblo a donde se dirigían, él hizo como que iba
más lejos; pero ellos le insistieron, diciendo: "Quédate
con nosotros, porque ya es tarde y pronto va a oscurecer". Y entró
para quedarse con ellos. Cuando estaban a la mesa, tomó un pan, pronunció
la bendición, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron
los ojos y lo reconocieron, pero él se les desapareció. Y ellos
se decían el uno al otro: "¡Con razón nuestro corazón
ardía, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras!"
Se levantaron inmediatamente y regresaron a Jerusalén, donde encontraron
reunidos a los Once con sus compañeros, los cuales les dijeron: "De
veras ha resucitado el Señor y se le ha aparecido a Simón".
Entonces ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo
lo habían reconocido al partir el pan. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, estas ofrendas de la humanidad redimida, y realiza a favor nuestro, la plena salvación del cuerpo y el alma. Por Jesucristo, nuestro Señor. Prefacio I de Pascua (en este día), p. 499 (500).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Lc 24, 35
Los discípulos reconocieron al Señor Jesús, al partir el pan. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Señor,
que, purificados de nuestra antigua condición pecadora, la santa recepción
del sacramento de tu Hijo nos transforme en nuevas creaturas. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
La despedida se hace corno el día de Pascua.
Blanco Feria dentro de la Octava de Pascua MR p. 344 (350) / Lecc. 1, p. 863
Otros Santos: Benjamín de Persia, mártir; Balbina de Roma, mártir. Beato Buenaventura Tornielli o de Forli, presbítero.
LES ABRIÓ EL ENTENDIMIENTO
Hch 3,11-26: Lc 24,35-48
Las primeras narraciones que nos registra san Lucas en sendas lecturas tienen un mismo eje argumentativo: la fuerza del resucitado cambia radicalmente la forma de relacionarse con Dios en Israel. Ya no será la ley mosaica ni las instituciones de culto vigentes en el templo de Jerusalén las que servirán como mediación principal para mantener una relación adecuada con Dios. La salud, el perdón de los pecados, la victoria sobre la muerte y todas las situaciones que aflijan el corazón humano encontrarán respuesta en el nombre y la persona de Jesús. El episodio del paralítico rehabilitado por la súplica de Pedro y Juan así lo ilustra. Ellos, los apóstoles solo son intercesores, el nombre de Jesús resucitado es el que le devolvió la salud y el vigor al paralítico. Los discípulos también tuvieron que recorrer ese mismo itinerario, en lo sucesivo tendrían que aprender a relacionarse con Dios apoyándose en la presencia nueva del Resucitado, a quien servirían como testigos de la reconciliación universal.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sb 10, 20-21
Todos alabaron, Señor, tu poder y tu sabiduría, porque has abierto la boca de los mudos y has hecho elocuentes las lenguas de los niños. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que uniste a todos los pueblos diversos en la confesión de tu nombre, concede que, quienes renacieron en la fuente bautismal, tengan una misma fe en sus pensamientos y un mismo amor en sus obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Ustedes le dieron muerte al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 3, 11-26
Como el paralítico
curado por Pedro y Juan no se les despegaba, todo el pueblo, asombrado, corrió
hacia ellos al pórtico de Salomón. Al ver a la muchedumbre, Pedro
les dirigió la palabra:
"Israelitas: ¿Por qué les causa admiración estoy por
qué nos miran de ese modo, como si por nuestro poder o nuestra virtud
hubiéramos hecho andar a este hombre? El Dios de Abraham, de Isaac y
de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús,
a quien ustedes entregaron a Pilato, y a quien rechazaron en su presencia, cuando
él ya había decidido ponerlo en libertad.
Rechazaron al santo, al justo, y pidieron el indulto de un asesino; han dado
muerte al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos
y de ello nosotros somos testigos. El nombre de Jesús y la fe en él
es lo que ha robustecido los miembros de este hombre al que están viendo
y todos conocen. Esta fe es la que le ha restituido completamente la salud,
como pueden observar.
Ahora bien, hermanos, yo sé que ustedes han obra
do por ignorancia, de la misma manera que sus jefes; pero Dios cumplió
así lo que había predicho por boca de los profetas: que su Mesías
tenía que padecer. Por lo tanto, arrepiéntanse y conviértanse,
para que se les perdonen sus pecados y el Señor les mande el tiempo de
la consolación y les envíe de nuevo a Jesús, el Mesías
que les estaba destinado; aunque él tiene que quedarse en el cielo hasta
la restauración universal, de la que habló Dios por boca de su
profeta desde muy antiguo.
En efecto, Moisés dijo: El Señor Dios hará surgir de entre
sus hermanos un profeta como yo. Escuchen todo cuanto les diga; quien no escuche
al profeta, será expulsado del pueblo. Y todos los profetas, a partir
de Samuel, anunciaron igualmente estos días. Ustedes son herederos de
los profetas y beneficiarios de la alianza que Dios hizo con sus padres, cuando
le dijo a Abraham: Tu descendencia será fuente de bendición para
toda la humanidad. Para ustedes, en primer lugar, ha resucitado Dios a su siervo
y lo ha enviado para bendecirlos y ayudarlos a que cada uno se aparte de sus
iniquidades".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 8, 2a y 5. 6-7. 8-9
R. ¡Qué admirable, Señor, es tu poder! Aleluya.
¡Qué admirable
es, Señor y Dios nuestro, tu poder en toda la tierra! ¿Qué
es el hombre, para que de él te acuerdes; ese pobre ser humano, para
que de él te preocupes? R.
Sin embargo, lo hiciste un poquito inferior a los ángeles, lo coronaste
de gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras de tus manos y todo
lo sometiste bajo sus pies. R.
Pusiste a su servicio los rebaños y las manadas, todos los animales salvajes,
las aves del cielo y los peces del mar, que recorren los caminos de las aguas.
R.
SECUENCIA opcional
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 117, 24
R. Aleluya, aleluya.
Este es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R. Aleluya.
EVANGELIO
Está escrito que Cristo tenía que padecer y tenía que resucitar de entre los muertos al tercer día.
Del santo Evangelio según san Lucas 24, 35-48
Cuando los dos discípulos
regresaron de Emaús y llegaron al sitio donde estaban reunidos los apóstoles,
les contaron lo que les había pasado en el camino y cómo habían
reconocido a Jesús al partir el pan.
Mientras hablaban de esas cosas, se presentó Jesús en medio de
ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Ellos, desconcertados
y llenos de temor, creían ver un fantasma. Pero él les dijo: "No
teman; soy yo. ¿Por qué se espantan? ¿Por qué surgen
dudas en su interior? Miren mis manos y mis pies. Soy yo en persona. Tóquenme
y convénzanse: un fantasma no tiene ni carne ni huesos, como ven que
tengo yo". Y les mostró las manos y los pies. Pero como ellos no
acababan de creer de pura alegría y seguían atónitos, les
dijo: "¿Tienen aquí algo de comer?" Le ofrecieron un
trozo de pescado asado; él lo tomó y se puso a comer delante de
ellos.
Después les dijo: "Lo que ha sucedido es aquello de que les hablaba
yo, cuando aún estaba con ustedes: que tenía que cumplirse todo
lo que estaba escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas
y en los salmos".
Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras
y les dijo: "Está escrito que el Mesías tenía que
padecer y había de resucitar de entre los muertos al tercer día,
y que en su nombre se había de predicar a todas las naciones, comenzando
por Jerusalén, la necesidad de volverse a Dios para el perdón
de los pecados. Ustedes son testigos de esto".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, acepta bondadoso estas ofrendas que te presentamos en agradecimiento por los que han renacido en el bautismo y para apresurar los auxilios celestiales. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de Pascua (en este día), MR p. 499 (500).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. 1 P 2, 9
Pueblo redimido por Dios, anuncia las maravillas del Señor, que te ha llamado de las tinieblas a su luz admirable. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor y Dios nuestro,
escucha nuestras oraciones, para que la participación en los sacramentos
de nuestra redención nos ayude en la vida presente y nos alcance las
alegrías eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La despedida se hace como en el día de Pascua.
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