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SANTORAL FEBRERO DEL 2005
Santos: Severo de Rávena, obispo; Brígida de Kildare, abadesa, y Viridiana de la Toscana, religiosa.
SANTA BRÍGIDA DE KlLDARE, del céltico, "fuerza" (hacia 450525): Abadesa. Nació en Faughart, Irlanda. Son escasos sus datos biográficos. En la adolescencia se consagro a Dios y recibió el velo de las vírgenes de manos de san Melo (sobrino de san Patricio, patrono de Irlanda). Para vivir en oración, construyó la celda bajo un gran roble (a la que se llamó kildare o "celda del roble"), donde vivió en austeridad, penitencia y oración constante. Su espiritualidad atrajo a otras damas a imitar su ejemplo, así surgió la comunidad de religiosas. Esto originó que en varias regiones irlandesas, surgieran fundaciones que seguían la regla del monasterio kildare; por ello, la iniciativa de Brígida fue trascendente para la difusión del catolicismo en su país. Destacó por su sensibilidad para atender en las necesidades espirituales y materiales de quienes la rodearon, lo cual hizo que, aún en vida, gozara de fama de santa. Su muerte ocurrió en su monasterio kildare, donde se le consideró abadesa y madre espiritual de generaciones de religiosas; su culto se extendió de inmediato, en su país, Escocia, Inglaterra, Alemania y Francia. En la invasión danesa de Irlanda sus reliquias se trasladaron a Down-Patrick y se colocaron junto a las de san Patricio (1185); se dispersaron cuando el rey Enrique VIII prohibió el culto a los santos. Es patrona de Irlanda. Iconografía: con túnica blanca y velo negro, cirio en su mano y llama encendida sobre su cabeza.
LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR
Santos: Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, y Lorenzo de Canterbury, obispo.
LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR, (siglo I) Este hecho se narra en el evangelio de Lucas (2, 22-40): "Cuando se cumplieron los días en que debían purificarse, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor.."; con él, los santos esposos mostraron humildad y obediencia (pese a la condición divina de Jesús niño). Esta festividad -llamada hypapante en griego, es decir, "encuentro", en alusión, al encuentro del Redentor con el anciano Simeón, el justo, en el templo de Jerusalén se originó en las iglesias orientales y en Occidente en el siglo VII; en las reformas al calendario litúrgico efectuadas en 1970, se le dio el nombre que ahora lleva, con el cual se reconoce su sentido cristologico. También se le llama día de La Candelaria, en virtud de que la feligresía marcha en procesión con velas candelas encendidas antes de la asamblea eucarística, en honor de Cristo, quien es "Luz para iluminar a las gentes..." (Lc 2, 32) En México, la religiosidad popular acostumbra llevar a los templos esculturas del Niño Dios (recién nacido), que se atavían con bellos ropajes, a que las bendiga el sacerdote. Iconografia: María y José con túnicas de la época y el Niño Jesús en brazos, en el templo, ante la presencia del anciano Simeón.
Santos: Blas de Sebaste, mártir; Oscar de Hamburgo, obispo, y Berlinda de Meerbeke, virgen.
SAN BLAS DE SEBASTE del latín, "confundido" (?-316) Mártir. Se ignoran sus datos biográficos de la época anterior al desempeño de su profesión de médico (durante el cual, por sus virtudes, fue consagrado obispo de Sebaste, en Armenia). Narraciones orales dan fe de sus hechos milagrosos, como haber removido de la garganta de una niña una espina que le obstruía el conducto respiratorio. Se dice que vivió en una cueva, en estricta penitencia y constante oración. Durante la persecución del pagano Licinio (263-324) se le encarceló; durante su encierro curaba. Se le martirizó recorriendo su cuerpo con filosos cepillos de acero; y murió decapitado. En la época de las cruzadas, sus reliquias se difundieron en Occidente. Su veneración se propagó gracias a diversas curaciones milagrosas y la devoción que el pueblo le rindió; a esto se debe su inclusión de antiguo en los martirologios. Es patrono de Ragusa, Italia, e intercesor contra las enfermedades de la garganta y de los cardadores de lana. En la parroquia de San Miguel Arcángel (centro histórico de la ciudad de México), en este día se imparte la bendición de san Blas e impone el cordón bendito de este mártir, a fin de que, por su intercesión, se logre protección contra padecimientos de la garganta. Iconografia: con atuendo episcopal o en su martirio
Santos: Águeda, mártir; Catalina de religiosa, y beata Isabel Canori Mora, laica.
SANTA CATALINA DE RICCI, del griego, "pura" (1523-1590). Religiosa. Nació en Florencia (Italia), hija de padres acaudalados. Se le bautizó con el nombre de Alejandra. A los seis años, quedo huérfana de madre y se le envió a educarse en el convento benedictino de Monticelli, donde permaneció hasta los catorce años (cuando regresó a su casa); continuó orando como lo hacía en el monasterio. Ingresó en el convento de dominicas en la Toscana (1535), donde eligió el nombre de Catalina para la vida religiosa. Durante dos años padeció penosa enfermedad; ofreció sus dolores a Cristo, y se dice que su recuperación fue milagrosa. Destacó por su penitencia, austeridad y obediencia extremas. Después de pronunciar sus votos, le asignaron el cargo de maestra de novicias; a los veinticinco años, fue elegida priora perpetua. Su prudencia y fama de santidad atraían visitantes civiles y eclesiásticos, en busca de consejo. Contemporánea de san Felipe Neri, a quien, mientras el estaba en Roma, se le apareció en una visión, y así conversaron; prodigio que confirmaron cinco testigos, bajo juramento. Desde 1541, su vida fue una plétora de éxtasis, cuando meditaba en la pasión de Cristo, del jueves al viernes de cada semana. Enfermó de gravedad, y antes de morir imploró: "Eres todo misericordia y me atrevo a pedir la salvación, no por presunción, sino por amor. Te pido que me rocíes con tu preciosa sangre, lávame y escóndeme en tu sagrado costado". Fue canonizada por Benedicto XIV (1746) Iconografía: con hábito, y los estigmas de la Pasión, que recibió en éxtasis, y un anillo en señal de sus desposorios con Cristo.
Santos: Felipe de de Jesús, protomártir mexicano; Avito de Vienne, obispo, y Adelaida de Villich, virgen.
SAN FELIPE DE JESÚS, del griego, "protector de los caballos" (1512-1597). Primer mártir mexicano. Nació en la ciudad de México, su nombre de pila fue Felipe. Hijo de padres acaudalados, paso su niñez entre estudios y Juegos. Tuvo una solícita nana negra que, pese a sus travesuras, le repetía "...Cuando la higuera reverdezca, Felipillo será santo", aludía a vieja y seca higuera plantada en el jardín de la casa paterna. El inquieto joven ingreso a la vida religiosa, con los franciscanos; sin embargo, la austeridad monacal afecto su salud, y regreso a casa. Por un tiempo, desempeñó el oficio de platero. Su padre lo envió a las Filipinas (1590), donde los placeres mundanos ya no le atrajeron y decidió reunirse a la orden franciscana, que evangelizaba esas islas. Destacó por su dedicación al estudio y la oración. Al profesar, añadió a su nombre "de Jesús". Sus superiores lo enviaron con un grupo de frailes a México para ser ordenado de sacerdote, pero la embarcación, debido al mal tiempo, encalló en las costas de Japón. Ahí se unió a otros misioneros franciscanos, que, no obstante a las persecuciones, evangelizaban a la población. Al ser descubierto por las tropas del emperador Taicosama -junto con varios de sus cofrades- se le encarceló y condenó a morir en una cruz. En señal de que había sido sentenciado, se le cortó una oreja y se le expuso a las burlas del pueblo en el recorrido hacia su martirio (éste se equipara con el vía crucis); llegó a la colina de Nagasaki, donde, abrazado a una cruz, quedó suspendido de una argolla y fue ultimado atravesándolo con dos lanzas. Sus últimas palabras fueron "Jesús, Jesús, Jesús". Una leyenda dice que, en México, la higuera de la casa paterna reverdeció y dio fruto. Canonizado por Pío IX (1862); es el primer santo mártir mexicano y patrono principal de la arquidiócesis de México. En la catedral metropolitana se conserva su pila bautismal y se le dedicó una capilla donde se venera una reliquia suya. Iconografia: con hábito, colgado a una cruz y atravesado por lanzas
V DOMINGO ORDINARIO
Santos: Pablo Mikki y compañeros, mártires; Dorotea de Capadocia, mártir. Y beato Francisco Spinelli, fundador.
SAN PABLO
MIKKI y compañeros, del griego, "pequeño"
(1564-1597) Mártires. Su sacrificio ocurrió cuando ya había
en Japón multitud de cristianos. Por orden del emperador
Taicosama, se proclamó en 1587 un decreto que prohibía el cristianismo
y establecía la expulsión de misioneros extranjeros, para evitar
invasiones de otros países. Por un tiempo el decreto no se cumplió;
así, las órdenes religiosas lograron la evangelización,
hacia 1592, se hizo efectivo, y por ello se aprehendió a este grupo de
sacerdotes, religiosos y laicos. En señal de esta sentencia de muerte,
a cada uno se le cortó una oreja, y se le condujo al, martirio atravesando
numerosos pueblos, para atemorizar a quienes pretenderán convertirse,
llegar a la colina de Nagasaki, se les coloco sobre cruces, sujetos con anillas
de acero en pies, manos y cuello; se les remató atravesándolos
con lanzas. Los datos mencionados, sin detalles, fueron escritos por un testigo
cristiano. En total, fueron veintiséis los integrantes del grupo; laicos:
Francisco de Kyoto, Cosme Takeya, Pedro Sukegyro, Miguel Kozaki, Pablo Ibaraki,
León Karasumaru, Ventura, Joaquín Sakakibara, Francisco de Kyoto,
Tomás Dangi, Juan Kinuya, Gabriel de Ise, Matías, Pablo Suzuki.
Luis Ibaraki Antonio de Nagasaki y Tomás Kozaki (estos últimos,
de doce, trece y catorce años de edad); sacerdotes: Pablo Mikki, Martín
de la Ascensión y Pedro Bautista, religiosos: Felipe de Jesús,
Juan de Goto, Gonzalo García, Francisco Blanco, Francisco de San Miguel
y Diego Kisai. Pío IX los canonizó en 1862. Iconografia: en la
colina de Nagasaki, con sus hábitos los religiosos, y con vestimenta
oriental los laicos.
Santos: Ricardo de Inglaterra, rey; Juan de Triora, mártir, y beato Anselmo Polanco, mártir.
BEATO ANSELMO POLANCO, del germánico, "al que un dios sirve de protección" (1881-1939). Obispo y mártir. Nació en Buenavista de Valdavia, España; hijo de humildes campesinos. Se desconocen datos precisos de su vida hasta que, al cumplir quince años, ingresó al convento agustino de Valladolid, donde hizo, en 1897, su primera profesión. Culminó sus estudios sacerdotales en el monasterio de Santa María de la Vid (Burgos); se ordenó de sacerdote en 1904; en este mismo sitio se encargó de la formación de los seminaristas. En 1932, se le nombró prior, en Valladolid, y en 1932, provincial superior de su orden; como provincial, visitó las comunidades religiosas de Filipinas, China, Estados Unidos, Colombia y Perú. En 1935, se le designó obispo de Teruel y administrador apostólico de Albarracín; al llegar a su diócesis expresó: "He venido a dar la vida por mis ovejas". Sus feligreses siempre lo admiraron y respetaron por su bondad, vida de oración, celo pastoral, caridad y amor a los necesitados. Cuando, en 1938, el ejército republicano español tomó Teruel, el padre Polanco se opuso a los abusos: "Yo soy el pastor y debo permanecer aliado de mis ovejas; o me salvo con ellas o con ellas muero", y firmó la Carta conjunta, en la cual se dio a conocer al mundo la persecución contra la Iglesia, razón por la que sufrió cárcel más de un año; finalmente fue fusilado, junto con su vicario general, en Gerona. Sus restos descansan en la catedral de Teruel. Lo beatificó Juan Pablo II en 1995. Iconografía: fotografía con atuendo de obispo.
Santos: Jerónimo Emiliano, fundador; Josefina Bakhita, religiosa, y Coínta de Alejandría, mártir.
SANTA COÍNTA DE ALEJANDRÍA, del latín, alteración de Quinta, "la quinta" (siglos II-III?) Mártir. Sus escasos datos biográficos los refiere el historiador Eusebio y se incluyen en el Martirologio de Floro bajo el título general de "Los mártires de Alejandría" (Hist. Eccl., L. 6, c. 41), donde se le señala virgen y mártir de Alejandría (Egipto). Dionisio de Alejandría narra los hechos heroicos de los cuales fueron protagonistas los cristianos de aquella ciudad durante la persecución de Trajano Decio; dice: "Los perseguidores condujeron a una mujer cristiana, que se llamaba Quinta, hacia el templo pagano, y querían obligarla a que adorara a los falsos dioses; pero ella les dio la espalda, demostrando su disgusto. Entonces la ataron de los pies a unos caballos y la arrastraron por los empedrados de toda la ciudad. Para aumentar el martirio, la golpeaban con un látigo. Finalmente, su cuerpo lacerado fue apedreado hasta morir en el mismo sitio donde mataron a Metrano". Iconografía: una doncella apedreada y arrastrada por un caballo.
MIÉRCOLES 9
MIÉRCOLES DE CENIZA
Santa: Apolonia de Alejandría, mártir, y beata Eusebia Palomino, religiosa
BEATA EUSEBIA PALOMINO, del griego, "piadosa" (1899-1935) Religiosa. Nació en Salamanca (España), en el seno de una familia de escasos recursos económicos, circunstancia que orilló muchas veces a su padre a pedir limosna para el sostén familiar. A los ocho años, Eusebia hizo su primera comunión. Por la precaria situación familiar, se vio obligada a abandonar la escuela y trabajar cuidando niños, trabajo que continuó, con su hermana mayor, en Valencia (1913); pero esto no la apartó del amor que profesaba a Cristo y María. Los domingos asistía al oratorio festivo de las Hijas de María Auxiliadora, donde las religiosas solicitaban su colaboración, que les concedía con gusto. Su vocación religiosa crecía; expreso: "Si cumplo con esmero mis deberes, tendré contenta a la Virgen María y podré un día ser su hija en el Instituto "Su deseo se realizó cuando la superiora la aceptó, e ingresó en el noviciado (1922); dos años después profesó. Se le designó a colaborar en Valverde del Camino, Andalucía, donde era feliz por "estar en la casa del Señor por todos los días de su vida". Su narración de las vidas de santos y de la Virgen -a quien profesaba devoción muy especial-, y su fe conquistaron la admiración y el cariño de las estudiantes. Al inicio de la Guerra Civil española (principios de los años treinta), cuando se disponía a entregarse por completo a la defensa y salvaguarda de la fe, su arduo trabajo y las terribles visiones de sangre que la afligían, quebrantaron su salud, ya mermada por el asma; su débil cuerpo no resistió; a punto de fallecer, dijo, como promesa a sus hermanas: "Daré mis vueltecitas". Iconografia: con hábito y libro en las manos.
DESPUÉS DE CENIZA
Santos: Escolástica, fundadora; Guillermo de Malavalle, abad, y beato Luis Steginac, mártir.
BEATO LUIS STEPINAC, del germánico, "guerrero ilustre" (1898-1960). Mártir. Originario de Brazaric (Croacia) Cursó la educación básica en la escuela parroquial. Al inicio de la Primera Guerra Mundial, fue reclutado y hecho prisionero por el ejército italiano (1918); liberado, retornó a su hogar. Decidió ingresar al seminario; se ordenó de sacerdote en Roma (1930). Durante cuatro años ejerció su ministerio; se le nombró arzobispo coadjutor de Zagreb. El predominio del comunismo obstaculizaba la difusión del Evangelio; sin embargo, fue eficaz guía espiritual que propagó asociaciones juveniles, apoyó instituciones religiosas y defendió los derechos humanos de su feligresía. Fue uno de los primeros prelados que utilizaron los medios de comunicación para catequizar. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, decía: "¿Qué sistema apoya hoya la Iglesia católica, mientras todo el mundo está luchando por un nuevo orden mundial? Nosotros, al condenar todas las injusticias..., matanzas de inocentes..., respondemos así: la Iglesia católica apoya un sistema que tiene tantos años como los Mandamientos de Dios". Con varios obispos croatas, publicó una carta en la cual denunció la represión marxista contra los católicos; por esto fue arrestado (1946) y sentenciado a trabajos forzados. Pío IXII lo creó cardenal (1953), pero las autoridades comunistas decretaron arresto domiciliario en su contra en Krasic (Yugoslavia). Agotado por el maltrato físico y mental, obtuvo la gloria celestial. Juan Pablo II lo beatificó en 1998; en la homilía alusiva, el Papa dijo: "Después de haber sufrido en su cuerpo y en su espíritu las atrocidades del sistema comunista, es ahora entregado a la memoria de sus compatriotas con las insignias del martirio". Se le declaró apóstol y mártir de los derechos humanos.
DESPUÉS DE CENIZA
Santos: Nuestra Señora de Lourdes; Gregorio II, Papa, y Severino de Agaune, abad.
NUESTRA SÉÑORA DE LOURDES, del vasco, "altura escarpada" (1858). En el poblado francés de Lourdes -hasta entonces ignorado-, el 11 de febrero de 1858, la niña de catorce años Bernardita Soubirous, iletrada y pobre, al pasar por la gruta de Masabielle, cerca de un canal del río Gave, se detuvo y vio dentro de un resplandor "[a] una Señora joven, de rostro angelical, cubierta con un velo, vestida de blanco, ceñida con una banda azul y con un bello rosario entre las manos". Al desaparecer la visión, fue a casa y contó el hecho a sus padres, quienes, incrédulos, le prohibieron ir a ese sitio; no obstante, regresó, y el suceso que la admiró se repitió hasta el 16 de julio del mismo año. En varias ocasiones, la acompañaron decenas de curiosos, quienes no veían a la virgen. La autoridad civil sometió a Bernardita a intensos interrogatorios. El 25 de marzo, la vidente preguntó a la Señora: "¿Quién eres?". Ella respondió: "Yo soy la Inmaculada Concepción". El dogma de la Concepción sin mancha de María había sido proclamado por el pontífice, beato, Pío IX en 1854, por lo cual puede decirse que la misma Madre de Dios lo confirmó con esta respuesta. María santísima solicitó el rezo del rosario y frecuentar los sacramentos de la penitencia y la Eucaristía. El magisterio de la Iglesia dio por ciertas las apariciones, en carta pastoral (1862); por ello, se inició la construcción de un santuario, elevado a la categoría de basílica en 1876. Pío X (1908) instituyó a la memoria de Nuestra Señora de Lourdes este día. Juan XXIII (1958) consagró la gran basílica subterránea, que, a la fecha, recibe miles de peregrinos en busca de salud y paz. Iconografia: la santísima Virgen María ataviada según los escritos de Bernardita, en la cueva de Lourdes, un riachuelo bajo sus pies y la vidente postrada contemplándola.
DESPUÉS DE CENIZA
Santos: Julián el Hospitalario, penitente; Eulalia de Mérida, mártir, y Melesio de Antioquía, obispo.
SAN JULIAN EL HOSPITALARIO, del latín, patronímico de julius, “celeste". Penitente. Lo que de él se sabe procede de la tradición oral; se desconocen datos biográficos y familiares. Su vida es testimonio fiel de la misericordia divina y del sincero arrepentimiento de un pecador. Julián, noble y rico caballero cristiano, habitaba su castillo en compañía de su esposa. Cierto día en que regresaba de una cacería, encontró en su lecho a un hombre y una mujer; cegado por los celos y la ira, pues se creyó víctima de la infidelidad de su esposa los mató. Desesperado, huyó; en el camino vio a su esposa. Los dos salieron a lejana ciudad, para evitar que él fuera aprehendido. Julián debía expiar su culpa. Ambos hicieron voto de castidad y se dedicaron a la oración y la penitencia; vivían en un bosque cercano a un río. Gastó su fortuna en dar hospedaje a los caminantes, además de transportarlos en su barcaza para cruzar el río, y servirles de guía. Destacó por su vida dedicada al Señor, al que, contrito, ofrecía sus plegarias para expiar su culpa. Una noche invernal, llegó un mendigo leproso, a quien atendió con esmero, y luego cruzó a la otra ribera; aquí el visitante tomó el aspecto de un ángel y, antes de desaparecer, le dijo a Julián que Dios, en su infinita misericordia, lo había perdonado. Murió en olor de santidad; por su espíritu de servicio al prójimo, se le conoció como "el hospitalario". Es intercesor de hoteleros, barqueros y peregrinos. Iconografía: con vestimenta de época, una espada y barca.
I DOMINGO DE CUARESMA
Santos: Pablo Le Van Loc, mártir; beatos Cristina de Espoleto, religiosa y Jordán de Sajonia, presbítero
BEATO JORDÁN DE SAJONIA, del hebreo."el que desciende" (en referencia al cauce del río Jordán) (1175?-1237) Presbítero. De su vida anterior a su ingreso en la orden dominica sólo se conocen estos datos: era oriundo de Sajonia (Alemania) y descendiente de los condes de Eberstein. Recibió el subdiaconado y se doctoró en teología en la Universidad de la Sorbona (París). Al oír la prédica de Domingo de Guzmán encontró su vocación; se unió a los dominicos al recibir la invitación directa de este fundador. Dotado por Dios de gran elocuencia, difundió la palabra divina y el mensaje dominico por las universidades de Bolonia (Italia), Oxford (Inglaterra) y en una universidad de Alemania, en las que atrajo a su orden a numerosos jóvenes; también logró vocaciones entre obreros y campesinos. A la muerte del fundador, fue elegido superior general (1222); durante los quince años que duró su gestión, fundó más de doscientas casas de congregación y seis provincias de religiosos. Sus hermanos lo recordaban por ser un "buen amigo", comprensivo y caritativo. En sus escritos se encuentran sus normas de vida; por ejemplo: "Siempre me esforcé por tratar de no chocar contra nadie; quise colocarme en el Sitio de los otros para comprenderlos mejor; me propuse ser comprensivo con quienes sufren tentaciones, angustias y depresiones". Siempre recomendaba: "La mejor posición para rezar es aquella en la cual cada uno se siente mejor, con más fervor y con más inclinación a rezar bien". Murió frente a las costas de Siria, durante el naufragio de la nave que lo conducía de regreso a su convento, después de una visita a su comunidad " en Tierra Santa. El papa León XII lo beatificó en 1826.
Santos: Nuestra Señora de la Esperanza Cirilo, monje, Metodio, obispo, mártires, y Juan de la Concepción, presbítero.
NUESTRA SEÑORA DE LA ESPERANZA, del latín, spes, "esperanza" (Siglo XVII) Escultura de María santísima venerada en Jacona, Michoacán (México). Los habitantes de este lugar se dedicaban en el siglo XVII a la agricultura, y a la pesca en la laguna de Chapala. En 1614, varios pescadores obtuvieron magnífica pesca; uno de ellos echó su red por segunda vez y casi de inmediato la sacó, por sentirla pesada; al revisarla, quedó maravillado porque encontró una imagen de la santísima Virgen, formada con perfección en la raíz de un árbol camichín. Los pescadores la entregaron al sacerdote del lugar, quien la colocó en un altar de la iglesia. Tiempo después se le construyó una capilla, donde varios años fue venerada con el título de Nuestra Señora de la Raíz. A fines del siglo XVIII, se le trasladó a la parroquia, ataviada con bellas vestiduras. Los devotos continuaban recibiendo favores por su intercesión. Desde 1867, el párroco Antonio Plancarte; durante los 15 años de su permanencia en el lugar, le procuró especial culto y la llamó Nuestra Señora de la Esperanza, nombre confirmado por Pío IX (1846-1878).León XIII (1878-1903) nombró delegado suyo a Pedro Antonio de Labastida, arzobispo de México, para que coronara solemnemente la preciosa escultura, el 14 de febrero de 1888. Iconografia: de pie, pisa una serpiente; ataviada con vestido rosa, ensamble blanco y capa azul (de hermosos bordados en hilo de oro), y un lirio en su mano derecha; característica especial es su ligera inclinación hacia atrás, con el rostro mirando a lo alto (esto se atribuye a la forma de la raíz donde se le encontró "esculpida").
Santos: Claudio de la Colombiere, presbítero; Faustino y Joyita de Brescia, mártires.
SAN CLAUDIO DE LA COLOMBIERE, del latín, "lisiado" (1641-1682). Presbítero. Nació en Grenoble (Francia), en el seno de una familia piadosa. Estudió en el colegio jesuita de Lyón, donde definió su vocación religiosa. En 1658 ingresó en el noviciado del seminario jesuita de Aviñón, donde, dos años después, hizo sus primeros votos. Se graduó, y por cinco años ejerció la docencia. Recibió la ordenación sacerdotal en 1669. Desempeñó el cargo de preceptor de los hijos del ministro de hacienda del rey y confesor en la corte, del que se le destituyó por un malentendido. Trabajó en el colegio de Lyon. Sintiéndose imperfecto, escribía: "Debo imponerme la ineludible necesidad de cumplir todos los deberes de mi estado, romper las cadenas del amor propio, ser de Dios sin reserva". Designado director del colegio de Paray-Le-Monial, fue guía espiritual de la religiosa Margarita María Alacoque; enterado por ésta del mensaje del Sagrado Corazón de Jesús, acreditó la autenticidad de las revelaciones (1675). Viajó a Inglaterra, donde fue confesor en la corte; vivió en el palacio, según sus propias palabras, "..como si estuviera en un desierto". Destacado predicador, se dedicó a propagar la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Se le acusó de conspirar contra el rey, sin hallársele culpable. Se le condenó por "proselitismo religioso" en la cárcel, enfermó de tuberculosis, por lo que ocasionó que se le conmutara la prisión por el destierro. Extenuado a su regreso a París (1679), se le ubicó en el Colegio de la Santísima Trinidad. A fin de mejorar su salud, lo enviaron a Paray-Le-Monial, donde nació a la vida de la gloria celestial. Canonizado por Juan Pablo II (1992). Iconografia: con hábito, en actitud orante, frente a la Imagen del Sagrado Corazón de Jesus.
Santos: Onésimo, mártir; de Castelnau, mártir, y Juliana de Campania, mártir.
SAN PEDRO DE CASTELNAU, del arameo, "piedra" (?-1209). Mártir. Su biografía la escribió un historiador de la orden cisterciense. Sin describir muchos detalles biográficos, narra que nació en Francia a mediados del siglo XII, de familia adinerada. Desde joven decidió ser sacerdote y al terminar su formación y una vez ordenado ejerció su ministerio en el cabildo de Maguelone; fue nombrado deán, del latín, decanus, primero de diez (antiguamente responsable de diez clérigos) y después primer canónigo, responsable de dirigir el cabildo diocesano. El pontífice Inocencio III (1198-1216) le confió misiones específicas contra las herejías de aquel tiempo. Convencido de que la contemplación enriquecería su espíritu, en beneficio de la Iglesia, obtuvo licencia y se retiró a la vida monástica cisterciense en Fuente fría. Al iniciar el siglo XIII Francia, España e Italia se vieron azotados por las herejías albigenses, por lo cual la Santa Sede solicitó a Pedro dejar su retiro y acudir, con su predicación, a combatir las apostasías, nombrándole su legado e inquisidor en Francia. Creyó convertir a Raymundo, conde de Tolosa; sin embargo, todo fue falso, pues los esbirros de Raymundo, en una emboscada, mataron al monje atravesándole con una lanza. Se dice que sus últimas palabras fueron: "Dios te perdone como te perdono yo". Este asesinato indignó al Pontífice, que exaltó las virtudes del monje y lo elevó a los altares.
Santos: Los siete santos fundadores de los siervos de María; Pedro Yu Chong, y Julián de Capadocia, mártires.
LOS SIETE SANTOS FUNDADORES DE LOS SIERVOS DE MARÍA. (siglo XIII) La narración de "La leyenda sobre el origen de la orden" (1233), nos indica que eran siete comerciantes laicos, originarios de Florencia (Italia), devotos de Maria santísima. Pertenecieron a la Sociedad Mayor de Santa María. Dejaron familia y fortuna para vivir en comunidad en Cafaggio, dedicados a la oración y a la atención de pobres y enfermos. Con apoyo del obispo florentino, se trasladaron al Monte Senario, donde construyeron una casa y una capilla. Su vida fue de soledad, penitencia y austeridad, en el silencio y la contemplación (1245). La gente los llamó frailes de Santa Maria. Vestían hábito negro, en memoria de la humildad de María y luto por la Pasión. Sus nombres eran: Bonfilio, Juan, Manetto, Amadeo, Hugo Sosteño (quienes recibieron la ordenación sacerdotal) y Alejo, religioso. Con la regla agustiniana, su orden Siervos de María (servitas), recibió la aprobación pontificia de Benedicto XI en 1304. Cada uno entregó su alma a Dios y sus cuerpos reunidos en un mismo sepulcro reposan en la capilla de la Basílica de Monte Senario. Una vez aprobado por la Iglesia el milagro de una curación instantánea de una enfermedad terminal, al invocar la señora Barsottelli la intercesión de los siete siervos (1881), la Congregación para los ritos dictaminó su canonización, efectuada por León XIII en 1888. Iconografia: con hábito, postrados ante la Santísima Virgen de los Dolores, quien los cubre con su manto y les otorga el escapulario negro de su orden.
Santos: Eladio de Toledo, obispo; Francisco Regis Clet, mártir, y beato Juan de Fiésole (Fray Angélico), presbítero.
SAN ELADIO DE TOLEDO, variante de Heladio, del griego, “el que nació o vivió en Grecia" (?-632) Obispo. Se ignoran datos precisos sobre su infancia y vida familiar, sólo se sabe que era español. Ocupó cargos honoríficos en la corte visigoda de Toledo, donde destacó por sus conocimientos e inteligencia. Decidió dejar una vida de lujos y se recluyó en el monasterio de Agali, donde hizo sus votos y se desempeño como abad. En la soledad de la vida contemplativa, se consagro a la oración y penitencia, dedicado a la alabanza al Creador. Por su piedad tuvo fama de santidad. Al salir de su retiro, ya con una edad avanzada, fue consagrado obispo de Toledo. Se distinguió por su comprensión y generosidad con los pobres hasta su muerte, en su diócesis, después de dieciocho años de fructífera labor pastoral.
Santos: Álvaro de Córdoba, religioso; Conrado de Piacenza, eremita, y beato Bonifacio de Lausana, obispo.
SAN CONRADO DE PIACENZA, del germánico, "consejero audaz” (1290?-1351) Eremita. Fue bautizado como Conrado Confalonieri; nació en Piacenza (Italia) Se desconocen datos de su niñez y juventud. Sólo se sabe que era un hombre casado y muy aficionado a la cacería. Durante una partida de caza, para sacar a sus presas de sus madrigueras prendió fuego a un bosque; el siniestro, incontrolable, acabó con el bosque, casas y campos de cultivo. Las autoridades buscaron al autor del desastre y apresaron a un pobre campesino, al ver esto Conrado se entrega voluntariamente y se compromete a pagar los daños; al hacerlo queda en la miseria. De común acuerdo con su esposa se separan; ella ingresa en la orden de las clarisas de Piacenza, y Conrado lo hace en Calendasco, en la Tercera Orden Franciscana (1315). Viaja a Roma y visita la tumba de san Pedro y varios santuarios. En busca de la soledad, necesaria para orar, fija su residencia en el monasterio de Noto (Sicilia), donde su fama de santidad hace que numerosas personas acudan a él en busca de consejo. Para alejarse de estas "distracciones", decide vivir en una cueva, y durante treinta y seis años se consagra a la oración y penitencia; sólo la abandona los viernes para auxiliar a los enfermos de un hospital. Se cuenta que en vida realizó numerosos milagros. Murió en su gruta. Sus restos descansan en la catedral de San Nicolás, en Noto, de donde es patrono.
DOMINGO DE CUARESMA
Santos: Eleuterio, papa y mártir; León de Catania, obispo; beatos Francisco Jacinta Marto, pastores.
BEATOS FRANCISCO Y JACINTA MARTO, del italiano antiguo, "franco", "francés", y del griego, "gladiola", respectivamente (siglo XX). Laicos. Estos hermanos nacieron en Aljustrel (Portugal). Francisco en 1908 y Jacinta en 1910. De familia humilde, vivieron cerca de Fátima. De niños cuidaban ovejas, acompañados por su prima Lucía Dos Santos. Los tres eran juguetones y de familias piadosas. Ajenos a las vicisitudes de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), fueron participes de una revelación en la primavera de 1916, cuando vieron en una aparición un ángel que les dijo: "¡No teman! Soy el ángel de la paz, recen conmigo: 'Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por quienes no creen, no adoran, no esperan y no te aman'". Desde esa ocasión los pequeños repetían con fervor esas palabras. En una segunda aparición, el ángel se presentó con un cáliz y sobre él estaba suspendida una hostia, de la cual caían unas gotas de sangre sobre el cáliz, y les dio a conocer una súplica, para que, por los méritos del Sacratísimo Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María, "...la humanidad se convierta". Después de un año de oración, el 13 de mayo de 1917 en Cova de Iría, sobre una encina, en medio de intensa luz se apareció a los niños María Santísima, quien recomendó rezar el rosario por la paz del mundo y seguir los sacramentos de la penitencia y la Eucaristía, y les ordenó que acudieran a ese sitio cada día 13, durante seis meses. Al narrar el suceso, los niños fueron víctimas de la incomprensión e incredulidad de familiares, del párroco, así como del pueblo y enfrentaron juicios inquisitorios de las autoridades. Pese a todo, cada mes acudían a la cita con la Señora del cielo. En la última aparición, el 13 de octubre, una multitud acudió y vio que el Sol "danzaba", en medio de pertinaz aguacero; únicamente los tres niños vieron a María, quien se identificó como Nuestra Señora del Rosario e hizo una petición para transmitirla a todos: "No ofendan más a Dios Nuestro Señor, que ya está muy ofendido"; después elevó sus manos y desapareció. Francisco y Jacinta murieron en la epidemia de "gripe española", en 1919 y 1920, respectivamente. Su prima Lucía tomó los hábitos religiosos, al ser la única sobreviviente. Ella escribió la historia en su obra: Memorias de la hermana Lucía. Juan Pablo II los beatificó en el año 2000. Iconografia: los tres pastorcillos postrados ante la aparición de la Virgen Santísima.
Santos: Pedro Damián, doctor de la Iglesia; beato, Noel Pinot, mártir, y Severiano de Palestina, mártir.
SAN SEVERIANO DE PALESTINA, del latín Severianus, patronímico de Severo (?-452) Mártir. Se ignoran datos biográficos anteriores a su misión episcopal en Escitópolis (Palestina) Algunas tradiciones indican que destaco por su celo pastoral, cuido que su clero fuese ejemplar, atendió el orden y decoro de los templos y la adecuada difusión de la Sagrada Escritura. Luchó contra la disipación y las herejías, y acrecentó las virtudes cristianas de la feligresía. Pese a las persecuciones del pagano emperador Teodosio, hizo cumplir los decretos del cuarto Concilio Ecuménico de Calcedonia (451), el cual se enfocó –principalmente- a diseñar estrategias para combatir la herejía monofisita de Eutiques, pues se estaba propagando rápidamente en la Iglesia oriental. Severiano fue consagrado obispo de Escitópolis. Teodosio ordenó a su ejército aprehender al obispo, quien fue arrastrado fuera de su diócesis y murió a golpes de bastón. Iconografia: con atuendo episcopal, en su martirio o con habito y calavera en mano.
La Cátedra de san Pedro, apóstol
Santos: Isabel de Francia, virgen, y Maximiano de Rávena, obispo.
LA CÁTEDRA DE SAN PEDRO APÓSTOL, del griego kathedra, "asiento" (siglo IV). En la reforma al calendario litúrgico en 1969 -Pablo VI (1963-1978)-, se ubicó en esta fecha la festividad. Es la celebración del Sumo Pontífice, quien ejerce su autoridad sobre la Iglesia Universal, en recuerdo de las palabras de Jesús: "Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia" (Mt 16, 13-19); El Estado Vaticano es el centro de la cristiandad, donde cada Pontífice cumple la misión de "...fortalecer a los hermanos en la fe" (Lc 22, 32). En los primeros tiempos del cristianismo (siglo IV) los romanos veneraban una silla o cátedra de madera de encino, en la que se decía se sentaba el apóstol a predicar. San Dámaso I (366-384) trasladó la silla del templo de Santa Prisca, en el Avertino, al Vaticano, junto a la tumba de Pedro. En el siglo XVI, el arquitecto Bernini construyó en bronce el altar de la Cátedra en el ábside de la actual basílica, que guarda en su interior las reliquias del citado sitial. Iconografía: san Pedro sentado en la cátedra con libro en mano y actitud de bendecir. La importancia de esta memoria radica en la reverencia que debemos rendir a la misión pastoral que cumple cada Pontífice como representante de Cristo en la Tierra. Invoquemos al Espíritu Santo, para que ilumine a cada uno de ellos.
Santos: Policarpo de Esmirna, mártir; Lázaro de Constantinopla, monje, y beata Rafaela Ybarra, fundadora.
SAN POLICARPO DE ESMIRNA, del griego, "fructífero" (siglos I-II). Mártir. Su vida se desarrolló en la antigua Asia Menor (actual Turquía), quizá nació a fines del siglo I. Se ignoran datos de familia y de su juventud, hasta que se consagró obispo de Esmima (Turquía). Perteneció al grupo de los "padres apostólicos", por haber recibido instrucción directa de los Doce. Algunas crónicas dicen que era discípulo de san Juan Evangelista; sin embargo, se cree que lo fue de Juan, "el Presbítero", discípulo de Cristo, según el historiador Papías (siglo II) Escribió varias cartas a las comunidades vecinas para exhortar a los cristianos a ser firmes en su fe; la más conocida es la carta a los filipenses, en la antigua Macedonia, que es una vasta recopilación de la doctrina cristiana de la época. Por las persecuciones, desempeñó su misión oculto; pese a ello, gracias a su predicación muchos abrazaron la verdadera religión. Refugiado en una granja, catequizó hasta que fue descubierto por la denuncia de un joven que habló al ser torturado. Por orden del pagano Marco Aurelio, lo aprehendieron y fue llevado a Esmirna montado en un asno, en medio de insultos y sin consideración alguna a su avanzada edad. El procónsul Quadratus -que presidía las ejecuciones le prometió respetar su vida si negaba su fe, a lo que contestó: "Desde hace ochenta y seis años que le pertenezco, nunca me ha hecho daño alguno; ¿cómo podría renegar de mi Salvador?". Al conducirlo al martirio expresó: "¡Oh Dios, que borraste el pecado y venciste a la muerte, bendito seas por haberme Juzgado digno de beber en el cáliz de tu pasión...! "Una vez en la hoguera -se dice- las llamas lo respetaban, por lo cual se le ultimó apuñaladas. Iconografia: con túnica de época, llamas y palma por su martirio.
Santos: Lucio y Montano, mártires; Modesto de Tréveris, obispo, y Etelberto o Edilberto de Kent, rey.
SAN ETELBERTO O EDILBERTO DE KENT, variante anglosajona de Adalberto, del germánico, "el que brilla por la nobleza de su estirpe" (552?-616). Rey. El historiador san Beda escribió su vida, sin contar con datos de su nacimiento e infancia. Era pagano al ocupar el trono de Kent (Inglaterra) Contrajo nupcias con Berta, princesa católica, hija del rey Merovingio; esta dama fue la primera relación que Etelberto tuvo con el cristianismo. Gobernó en una época de paz y obtuvo gran poder y riquezas por su autoridad como jefe de la Confederación Anglosajona, en Kent (Cantebury), Essex (Londres) y Northumberland, entre otros, hacia 593. Cuando el obispo Agustín de Canterbury ocupó su diócesis, para cumplir el proyecto evangelizador del pontífice Gregorio I, Magno (590-604), el monarca autorizó la evangelización en todo el territorio. La predicación del obispo lo convirtió a la fe de Cristo y, al ser instruido en las virtudes cristianas, solicitó ser bautizado en unión con sus súbditos en 597. Durante los últimos 20 años de su vida proclamó leyes justas, logró el bienestar de su pueblo, acrecentó la piedad con la construcción de templos y abolió el paganismo. Cedió su palacio de Canterbury para edificar la catedral de esta ciudad, ordenó construir abadías en Rochester y en Londres. Después de un fructífero reinado de 56 años, entregó su alma al Creador y fue sepultado en la capilla de la abadía de Canterbury. Su fama de santidad se extendió en aquellos lugares y se difundió su culto. Se le reconoce como el primer rey cristiano entre los ingleses.
Santos: Beato Sebastián de Aparicio, religioso; Cesáreo de Nacianzo, médico, y beato Avertano, peregrino.
BEATO SEBASTIÁN DE APARICIO, del griego, "venerable" (1502-1600) Religioso. Nació en Gudiña (Galicia, España), sus padres fueron prósperos campesinos y comerciantes, así como transportistas en carreta y ganaderos Educado en las virtudes cristianas y el amor al trabajo. Después de cursar estudios elementales, con la bendición de sus padres marchó a trabajar a otros lugares para ayudar a su familia y reunir la dote de sus dos hermanas en 1517. Al tener noticias de la prosperidad económica que sus compatriotas obtenían en el Nuevo Mundo, zarpó y llegó a Veracruz, México en 1533, estableciéndose en la ciudad de Puebla (1535), donde se dedicó a la agricultura y al comercio. Al darse cuenta de las necesidades de los habitantes de la región les construyó un arado (el primero en estas tierras), para agilizar la siembra; asimismo, enseñó a domar y domesticar toros y caballos y simplificó las pesadas faenas con la construcción de las primeras carretas. La Historia de México le reconoce el haber construido las primeras carreteras en el país, en Puebla: Veracruz, Querétaro, Oaxaca y Zacatecas. Su fama y fortuna eran vastas, no menos que su generosidad y amor al prójimo, lo que le hizo fundar escuelas de artesanías para los Indígenas y d albergues para los necesitados. Para proteger a una humilde muchacha, se casó con ella y al quedar viudo (1573), donó sus cuantiosos bienes a los indígenas que lo rodeaban. Como frecuenta a los franciscanos en Tlalnepantla, Estado de México, decidió regalar una parte del dinero que le quedaba a las religiosas clarisas, a quienes sirvió como portero y mandadero. Sentía el llamado e ingresa en la tercera orden franciscana en 1577, como hermano lego. Se le envió a Tecali, Puebla, ahí fue hortelano, cocinero y sacristán. A su regreso ala ciudad de Puebla, en sus carretas recorrió la mayoría de las regiones aledañas a esta localidad. Vivió hasta el último momento en oración y fue verdadero ejemplo de caridad y humildad. Los frailes le atestiguaban frecuentes éxtasis, y se le atribuyeron hechos milagrosos en vida, por lo cual se le consideró taumaturgo. Murió en la ciudad de Puebla, México, donde se conserva su cuerpo incorrupto, desde 1602. Su cuerpo está colocado en urna de plata en su capilla de la Iglesia de san Francisco (14 Oriente 1009, Puebla, México). Pío VI lo beatifico en 1789. Iconografia: con habito en actitud orante y una carreta a su lado. Protector de conductores de vehículos y caminantes.
Santos: Leandro de Sevilla, obispo; Porfirio de Gaza, obispo y Paula Montal, fundadora.
SANTA PAULA MONTAL, del latín, "pequeña" (1799-1889) Fundadora Nació en Barcelona, España. Los recursos económicos familiares eran pocos y se agravaron por la situación política de la época Huérfana de padre a los 10 años, apenas con estudios básicos, trabajó en labores de costura Creció en las virtudes cristianas y amor a María Santísima, era catequista en la parroquia e integrante de congregaciones marianas. Se trasladó a Figueras y con dos amigas abre una escuela para niñas (1829). Su vocación religiosa se consolidó con la de educadora. Decidida a que su obra proyectaría la formación integral de la mujer en el hogar y en la sociedad, incluyó la catequesis. Fundó y dirigió una segunda escuela (1842-1846), para estas fechas se unieron más damas a esta obra Utilizaban un hábito común con ceñidor, haciéndose llamar "Hijas de María Paula se une a la escuela Pía y funda una en Sabadell, en 1846, y hace copartícipes a padres de familia en la educación de sus hijas. Entre 1846 y 1859, esta obra se estructura canónicamente, basándose en las constituciones de los padres de las escuelas Pías fundadas por san José de Calasanz. Con sus primeras compañeras pronunció sus votos religiosos en 1847. Organizó el noviciado y fungió como maestra de novicias de 1852 a 1859. En 1853 surgen las primeras constituciones de las Hijas de María Escolapias, religiosas de las escuelas Pías. Funda siete casas entre 1849 y 1857 Su espiritualidad se basa en: "...ser almas de oración, vivir la práctica de la obediencia y la humildad, estudio y vivencia de las constituciones..." Los últimos años los vivió en Olesa de Montserrat. Dio testimonio de su entrega a Dios por medio de la pedagogía, y la oración intensa. Una dolorosa enfermedad precedió su entrega en las manos del Creador, con una mirada vivaz exclamó "Madre, Madre mía. "En la actualidad, su obra, extendida en Europa, América, Asia y África, se refleja en más de 800 religiosas y 42 mil alumnos. Juan Pablo II la canonizó en el 2001.
III DOMINGO DE CUARESMA
Santos: Gabriel de la Dolorosa, religioso; Gregorio de Narek, monje, y beata Francisca Ana de los Dolores.
BEATA FRANCISCA ANA DE LOS DOLORES DE MARÍA, del italiano antiguo, "franca", "francesa", y del hebreo, "Dios tiene misericordia" (1781-1855) Laica. Originaria de la población española de Sencelles, en Mallorca, donde vivió toda su vida. En su niñez sólo se ocupó del trabajo doméstico en su casa y faenas del campo, no asistió a la escuela, por consiguiente, no aprendió lectura ni escritura. De forma admirable comprendió el catecismo y lo impartió a los niños, aun sin técnica pedagógica alguna; sus palabras y conceptos de doctrina los entendían con eficacia los pequeños. En su parroquia participó en actividades pastorales donde atendió tanto a jóvenes, como a enfermos y a pecadores que acudían arrepentidos en busca de consuelo. Ingresó en la tercera orden franciscana seglar en 1798, ya que su padre se oponía a su vocación religiosa. En 1821, su padre muere -anteriormente habían fallecido su madre y sus tres hermanos- y queda sola, a partir de entonces incrementa su vocación a la oración, penitencia y ayuda a quienes menos tienen, en lo espiritual y material. A la edad de setenta años funda en su casa, en 1851, una comunidad a la que llamó Hermanas de la Caridad, y la dirige con paciencia, afecto y prudencia hasta su muerte. Numerosas personas atestiguaron sus éxtasis y levitaciones. Por sus múltiples virtudes fue llamada la "Santa de Sancelles" Juan Pablo II la beatificó en 1989, éste, en la homilía de beatificación expresó: "Escogió la pobreza y excluyó la riqueza del proyecto de su vida cristiana y consagrada, porque sabía que podía apartarla de Dios".
Santos: Román y Lupicino, ermitaños; Mariana y Cira de Siria, ermitañas, y beato presbítero.
BEATO DANIEL BROTTIER, del hebreo, "mi juez es Dios" (1876-1936) Presbítero. Nació en La Ferté Saint-Cyr (Francia), su biógrafo no escribió datos de su familia y su niñez, sólo se tienen datos biográficos a partir de su ingreso en el seminario diocesano y al ser ordenado sacerdote. Para evangelizar en África, se unió a los misioneros de la congregación del Espíritu Santo. Enviado a Senegal en 1902, su celo apostólico se volcó en dar a conocer a Cristo entre los paganos. Durante siete años de predicación, enfermó debido a las carencias y el clima africano. Regresó a su país y se dedicó a educar y asistir a niños y jóvenes abandonados. Al estallar la Primera I Guerra Mundial se preguntó: "¿Qué puedo hacer frente a esta barbarie que arrasa con la salud, la vida y la civilización?", la respuesta fue ofrecerse como capellán de los militares. Durante cuatro años de entrega arriesgó la vida. Fue esperanza para los soldados y salvación para los moribundos. Los testigos de su trabajo reconocieron su estoicismo y le hicieron digno de la Legión de Honor y la Cruz de Guerra. En 1923, después de la contienda se ocupó de la dirección de la Casa de Huérfanos Aprendices de Auteil, con 175 alumnos Trece años después, antes de su muerte, la población estudiantil aumentó a 1400. Confió el mantenimiento de la obra a la Providencia divina y a la intercesión de santa Teresa del Niño Jesús, y nunca faltó lo necesario en la institución. El padre Brottier destacó por ser hombre de oración y humildad, con dotes de creatividad, iniciativa y capacidad administrativa. Propició la construcción de la Catedral de Dakar (Senegal) y participó en la integración de la Unión Nacional de Excombatientes, obra de beneficio social Durmió en la paz del Señor, en París, y los milagros se suscitaron Juan Pablo II lo beatificó en 1984.