Satoral Julio del 2006

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Santos: Servando Culrosse, obispo, y Simeón el Simple de Siria, Monje. Beato Ignacio Falzon, catequista.

BEATO IGNACIO FALZON, probable vasco, "lugar en la pendiente de una extremidad montañosa" (1813-1865). Laico. Nació y murió en La Valetta (Malta), en el seno de una familia de amplios recursos económicos. En 1828 recibió la primera tonsura y en 1831, las órdenes menores; por considerarse indigno nunca se ordenó de sacerdote. En 1833 obtuvo el doctorado en derecho canónico y civil, aunque nunca ejerció dicha profesión. Aprendió inglés y, como había gran número de tropas inglesas en la isla, realizó labor ecuménica, ya que auxiliaba espiritual y materialmente tanto a católicos como a protestantes. Se caracterizó por su fecunda labor como catequista. Su devoción a la Eucaristía, a la Santísima Virgen y a san José contagiaba a quienes le veían. Convirtió a muchos al catolicismo. Murió con fama de santidad y humildad; fue sepultado en la cripta de su familia, ubicada en la iglesia franciscana de Santa María de Jesús, en La Valetta. Beatificado por Juan Pablo II en 2001. Iconografía: rodeado de personas con diferentes atuendos y de diversas nacionalidades, en alusión a su ecumenismo.

Santos: Otón de Bamberg, obispo; Proceso y Martiniano de Roma, mártires, y Bernardino Realino, presbítero.

SAN OTÓN DE BAMBERG, del germánico, "dueño de señorío" (1139). Obispo. Oriundo de Mistelbach (Suabia, Alemania). Cumplió los estudios eclesiásticos y recibió la ordenación sacerdotal. Ocupó el cargo de capellán; después de canciller en la corte de Enrique IV, y continuó colaborando con Enrique V. Destacó en su ministerio y, por su notable labor pastoral, se le nombró obispo de Bamberg (Baviera). Como moderador entre el imperio y la Santa Sede, obtuvo acuerdos convenientes para ambas partes. En el congreso de Wurtzbourg (1121) impuso su tesis: separar a la Iglesia del Estado. En Pomerania (Prusia) realizó fructífera misión evangelizadora y venció al paganismo (1123). Manifestó fidelidad al Sumo Pontífice hasta su muerte, ocurrida cuando viajaba en misión a Rugen, una isla del Báltico. Es reconocido como el Apóstol de Pomerania. Iconografía: con atuendo episcopal: una iglesia, en referencia a su acertada obra eclesial, y flechas, en alusión al paganismo vencido.

Santos: Tomás, apóstol; León II, papa, y Anatolio de Constantinopla, patriarca.

SANTO TOMÁS, del arameo, "mellizo", "gemelo" (siglo I). Apóstol. Sus biografías no ubican el lugar donde nació. Fue uno de los doce apóstoles (Mt 10, 3; Mc 3, 18 y Lc 6, 15). El evangelio de Juan (20, 24-29) narra que también era conocido con el nombre griego de Dídimo, que significa mellizo. No estaba presente cuando Jesús se apareció a los otros discípulos por primera vez y no creyó lo que le contaban del Resucitado. Después de ocho días Cristo se apareció por segunda vez y le dijo: "Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente" (Jn 20, 27). Tomás le contestó: "Señor mío y Dios mío" (Jn 20, 28). Esta expresión se ha convertido en la más elevada confesión de fidelidad cristiana. Piadosas leyendas indican que Tomás, después de Pentecostés, predicó en Edesa, Persia y la India, de ahí que sea venerado como patrón de la India Oriental, Goa y Portugal. Se dice que en la India trabajó en la construcción, la cantera y la carpintería, por lo que es considerado protector de dichos gremios. Se le atribuyen los apócrifos Actos de Tomás. Es posible que haya muerto mártir en Oriente. Iconografía: con túnica y manto de la época, ante Jesús, quien le toma su mano para introducirla en la llaga de su costado.

BEATO PEDRO JORGE FRASSATI, del arameo, "piedra", "roca"; y del griego, "relativo al trabajo de la tierra", "agricultor" (1901-1925). Laico. Nació en Turín (Italia), de familia acomodada. Inició su formación católica en Turín, en la misma escuela donde estudiaba su hermana; ambos fueron muy unidos. Desde su adolescencia participó en organizaciones religiosas, tales como la Asociación del Santísimo Sacramento, el Apostolado de la Oración y la Cofradía del Rosario. A los 18 años dio el paso decisivo en su vida espiritual: ingresó como dominico seglar. Cuando inició la carrera de ingeniero expresó: "Yo seré ingeniero de minas para consagrarme a Cristo entre los mineros; como laico que da buen ejemplo podré lograrlo...". Perteneció a la Federación Universitaria Católica de Estudiantes y participó en la defensa de los derechos de los trabajadores. Fue modelo de generosidad: con el dinero que sus padres le proporcionaban para sus gastos, ayudaba a los pobres a rescatar prendas empeñadas; el refrigerio que le preparaban por las mañanas (diario salía sin desayunar para comulgar en la santa misa) lo regalaba a los compañeros sin recursos y regresaba a su casa a pie y sin probar alimento; cuando su padre le regaló dinero como premio por haber obtenido el título profesional, él lo repartió entre los marginados. Sin embargo, un día lo atacó la fiebre, y los médicos le diagnosticaron poliomielitis infecciosa aguda, que en menos de tres días le causó la muerte, habiendo antes recibido los auxilios espirituales. Numerosos testigos declararon sobre su piedad, caridad y vida ejemplar. Fue beatificado por Juan Pablo II en 1990; a la ceremonia asistió su hermana Luciana.

Santos: Antonio María Zacaría, fundador; Atanasio el Athonita, mártir, y Teresa y Rosa Chen de China, mártires.

SANTAS TERESA Y ROSA CHEN DE CHINA, del latín therasia, "la que cosecha", y "rosa", respectivamente (1909). Mártires. En los inicios del siglo XX las persecuciones contra los católicos en China proliferaron, siendo causa de miles de muertes. Con el fin de evangelizar aquellas tierras, los misioneros jesuitas establecieron una misión en el vicariato apostólico de Xianxian y lograron numerosas conversiones. Durante la rebelión de los bóxer, iniciada en Shandong, las persecuciones se tornaron más tenaces; en julio de 1909 muchos hombres, mujeres, niños y ancianos fueron asesinados en aras de la fe en la iglesia del pueblo de Tchou-Kia-ho, donde se refugiaron y oraban. Por lo anterior, se desconocen sus datos biográficos. Con Teresa y Rosa también murieron María Guo, Chi Zhuzi, María Fu, María Zheng, Pedro Zhu; los sacerdotes jesuitas León Ignacio Mangin y Pablo Denn, y cuatro sacerdotes misioneros franceses. Todos fueron canonizados por Juan Pablo II en el año 2000.

Santos: María Goretti, mártir, e Isaías, profeta. Beata Nazaria March, fundadora.

SANTA MARÍA GORETTI, del arameo, "señora" (1890-1902). Mártir. Originaria de Corinaldo (Ancona, Italia), de familia humilde. Recibió formación católica que rindió frutos, pues se distinguió por ser piadosa y caritativa con los necesitados. A los 9 años quedó huérfana y encargada de las tareas domésticas del hogar, así como de las faenas del campo. Por su aspecto de lozanía y belleza, era atractiva. A los doce años un vecino alcoholizado intentó violarla; se defendió suplicándole que no cometiera ese pecado. Ante tal resistencia el muchacho enfurecido la hirió de gravedad con un puñal. La joven fue hospitalizada y desde su lecho de muerte, al día siguiente del ataque, perdonó a su agresor. Fue canonizada por Pío XII en 1950. Se le ha reconocido como mártir de la pureza. Iconografía: de aspecto juvenil, con vestido sencillo, un lirio (pureza) y corona del martirio.

Santos: Fermín de Pamplona, mártir, y Wilebaldo de Eichstadt, obispo. Beato Benedicto XI, papa.

BEATO BENEDICTO XI, del latín, "bendito" (1240-1304). Papa. Nació en Treviso (Italia), de familia sencilla. Fue bautizado con el nombre de Nicolás Boccasini. No se conocen mayores datos hasta haberse ordenado de sacerdote dominico (1256). Destacó por el celo con que ejerció su ministerio, hasta ser electo maestro general de la orden (1296). Dos años después Bonifacio VII lo nombró cardenal y legado pontificio en Hungría; a su regresó a Roma fue colaborador de la Santa Sede y electo pontífice en octubre de 1303, en el orden ciento noventa y tres de la cronología. Se distinguió por su vida austera, de oración y procuración de justicia. Concilio intereses con el gobierno francés. Padeció constantes persecuciones de un grupo de conspiradores, este difícil ambiente le hizo decidir salir de Roma hacia Perusa, donde murió nueve meses después de su elección, al parecer víctima de envenenamiento. Fue beatificado por Clemente XII en 1736.

Santos: Adriano III, papa; Águila y Priscila de Roma, laicos, y Edgardo de Inglaterra, rey.

SANTOS ÁQUILA Y PRISCILA DE ROMA, del latín, "que tiene la naturaleza del águila", y diminutivo de Priscus, Frisca, "antiguo, que ya no existe en la actualidad" (siglo I). Laicos. Eran de origen judío cristiano del Ponto (Asia Menor). El santoral los menciona juntos, siendo un matrimonio en que el esposo, Áquila, era tejedor de lonas para tiendas de campaña, productiva actividad de la época. El apóstol san Pablo los conoció en Corinto, ciudad en que residían, procedentes de Roma, de donde fueron deportados todos los judíos (Hch 18,1-3); quizá en esta ciudad abrazaron la fe cristiana ya que el apóstol, por desempeñar el mismo oficio, se hospedó en su casa. Al trasladarse Pablo a Éfeso el matrimonio lo acompañó (Hch 18, 18) y colaboró en la conversión de los habitantes; en su casa formó una comunidad cristiana. Ambos recibieron los saludos del apóstol como colaboradores suyos (1 Co 16, 19). A la muerte del emperador Claudio, Áquila y Priscila regresaron a Roma y continuaron su misión evangélica. Pablo expresó: "Ellos expusieron sus cabezas para salvarme. Y no soy solo en agradecérselo, sino también todas las Iglesias de la gentilidad; saludo también a la Iglesia que se reúne en su casa". (Rm 16, 3-5). Se desconoce el lugar de su muerte; su veneración se pierde en la memoria de los tiempos.

Santos: Agustín Zhao Rong y compañeros, mártires, y Verónica Giuliani, abadesa.

SANTA VERÓNICA GIULIANI, derivado de Berenice, forma macedonia del griego, "la que lleva la victoria" (1660-1727). Abadesa. Nació en Mercatello (Italia), de familia piadosa y de vastos recursos; fue bautizada con el nombre de Úrsula. Huérfana de madre a los siete años recibió instrucción en el convento de religiosas capuchinas. A los 15 años, atraída por la vida de los santos, se abandonaba a la oración. Pese a la oposición paterna ingresó en el noviciado capuchino en Castello; profesó con el nombre de Verónica (1678). El Viernes Santo de 1681 tuvo una revelación de la Pasión de Cristo, pues sintió sobre su cabeza la corona de espinas; tiempo después recibió la estigmatización de las heridas en manos, pies y costado (1697); además, en ocasiones sentía la flagelación y el peso de la cruz sobre sus hombros. Ella misma se grabó en el pecho el anagrama de Jesús JHS; ese mismo año, en la Pascua, Cristo le concedió el desposorio místico. Por ello, el Santo Oficio le prohibió expresar sus revelaciones. Desempeñó los cargos de maestra de novicias y abadesa; era paciente y misericordiosa. En su Diario narra sus revelaciones; y en su obra completa, escrita en 44 volúmenes, describe las fases de su vida interior. Su muerte con fama de santidad ocurre en Castello. Para efectos de la causa de canonización exhumaron su cadáver y lo hallaron incorrupto, y al realizar la necropsia localizaron en el corazón figuras en miniatura de insignias de la Pasión de Cristo (clavos, martillo, lanza, esponja, etc.). Fue canonizada por Gregorio XVIII en 1839.

Santos: Amelia de Bélgica, viuda, y Apolunio de Sardes, mártir. Beatos Manuel Ruiz y compañeros, mártires.

BEATO MANUEL RUIZ y compañeros, del hebreo, "Dios con nosotros" (1860). Mártires de Damasco. En la persecución de fanáticos drusos musulmanes en Damasco (Siria), la noche del 9 al 10 de julio de 1860, fueron ultimados por no renunciar a Cristo seis sacerdotes, dos frailes franciscanos y dos seglares maronitas. No se conocen datos de la mayoría de los sacrificados. El padre Manuel Ruiz, superior de los franciscanos, nació en 1804 en Santander (España). Para ejercer su ministerio sacerdotal fue enviado a evangelizar en Damasco, donde educó a niños y atendió a enfermos marginados. En la persecución, el padre Manuel y sus compañeros permanecieron en el convento junto a numerosos feligreses. Al ver que los paganos invadían el recinto, él resguardó al Santísimo Sacramento. Los infieles le demandaron: "¡Hazte musulmán o mueres!", a lo que contestó: "¡Antes la muerte!", al tiempo que colocó su cabeza sobre el altar; ahí mismo fue decapitado. Los demás religiosos también fueron asesinados; sus nombres son: Carmelo Volta, Engelbert Koland, Nicolás Alberca, Nicanor Ascanio y Pedro Soler, sacerdotes; Juan Fernández y Francisco Pinazo, frailes, y Francisco Albdul Muti y Rafael Massabki, seglares católicos maronitas. Fueron beatificados por Pío XI en 1926.

Santos: Benito de Nursia, abad; Pío I, papa y mártir, y Leoncio de Burdeos, obispo.

SAN BENITO DE NURSIA, del latín, "bendito" (hacia 480-547). Abad. Nació en Nursia, Umbría, Italia. No hay datos precisos de su infancia. De adolescente se le envió a Roma para continuar sus estudios, es cuando se vuelve ermitaño. Viajó por Subiaco, Vicovro y se instaló en Montecassino con algunos seguidores; ahí fundó el monasterio de la que sería la orden benedictina, para tal efecto redactó una regla, la cual fue y es considerada como modelo, ya que influyó en el clero de su época y tiene vigencia en nuestros días. Por su severidad en el cumplimiento de las obligaciones de los clérigos que integraron su abadía, trataron de envenenarlo. Estableció en su país varios conventos y apoyó la fundación del convento de su hermana santa Escolástica (benedictinas). Distinguido hombre de oración, disciplina y arduo trabajo pastoral, con frecuencia sufrió los embates del maligno, al que combatió con fe; nunca lo vencieron las tentaciones. Su vida ejemplar se extinguió en el monasterio de Montecassino. La Iglesia lo reconoce como patriarca de los monjes de Occidente, modelo de intensa vida cristiana, que ha perdurado a través de los siglos. Pablo VI lo proclamó patrono de Europa en 1964. Iconografía: con hábito orando en una gruta, vaso roto por el envenenamiento frustrado, cuervo con un pan, alusivo a su alimentación. Intercesor de ingenieros y arquitectos, y contra los cálculos, la fiebre y, en especial, contra los maleficios.

Santos: Nabor y Félix de Mauritania, mártires; Juan Gualberto, abad, e Ignacio Clemente Delgado, obispo.

SANTOS NABOR Y FÉLIX DE MAURITANIA, del hebreo, "honrado" y del latín, "feliz", respectivamente (304?). Mártires. Se desconocen los pormenores de su vida, sólo se sabe que eran originarios de Mauritania (África) convertidos al cristianismo. Fueron soldados romanos a quienes se les descubrió cristianos por no negar al Maestro y, por tanto, los decapitaron, por órdenes del pagano Laus Pompeia. Los sepultaron en Milán (Italia), y en 1164 trasladaron sus reliquias a Alemania, donde reciben veneración.

Santos: Enrique II y Cunegunda de Alemania, emperadores, y Joel, profeta. Beato Santiago de Verazze, obispo.

BEATO SANTIAGO DE VERAZZE, del hebreo, "que Dios proteja" (1228-1298). Obispo. Originario de Verazze (Lombardía, Italia). No se registran datos anteriores a su ingreso en la orden dominica (1244) en Génova. Adquirió una vasta cultura y, conocedor de la doctrina de Cristo, se dedicó a la predicación y a la docencia. Ocupó los cargos de prior del convento genovés en Asti, Piamonte, y provincial en Lombardía. Por su labor conciliatoria entre Génova y la Santa Sede, Nicolás IV le otorgó el cargo de arzobispo en dicha ciudad (1292). Convocó un sínodo provincial, reconcilió facciones de güelfos (partidarios del Papa) y gibelinos (partidarios del emperador de Alemania, en contra del Papa). Se distinguió por su oratoria y por la acertada dirección de su diócesis. Su obra literaria ha pasado a la historia desde el siglo XIII hasta nuestros días con el título de Legenda áurea (Leyenda de oro) o Flos sanctorum (Flor de los santos), que la Real Academia define como: "... la compilación de vidas de santos hecha en el siglo XIII". Los manuscritos de su obra suman centenares de páginas, basadas en la tradición litúrgica y hagiográfica, reflexiones, sermones, textos y personajes bíblicos, advocaciones marianas, etc. Desde su época hasta nuestros días se han multiplicado ediciones con títulos afines, con adiciones del santoral propio de cada país y traducidas a múltiples idiomas. Su muerte acontece en Génova y su culto, iniciado por el pueblo, fue aprobado por Pío VII (1816). También se le conoce como Jacobo Vorágine.

Santos: Camilo de Lelis, fundador, y Francisco Solano, presbítero. Beata Angelina de Marciano, laica.

SAN FRANCISCO SOLANO, del italiano antiguo, "franco", "francés" (1549-1610). Presbítero. Nació en Montilla, Córdoba, España. Fue educado con los jesuitas. En 1569 ingresa en la orden franciscana. Se traslada al convento de Nuestra Señora de Loreto, cerca de Sevilla, donde se ordena de sacerdote en 1576. Por su afición a la música lo designan vicario de coro y predicador. En los conventos a que fue adscrito se distinguió por el celo con que predicaba y vivía su vocación: practicaba rigurosas penitencias y eran notables sus ayunos. En 1589 es enviado a evangelizar a América del Sur. Después de transitar por Cartagena, Portobelo y Panamá, llega a Lima en 1590. Para alcanzar su destino final tiene que atravesar los Andes. Ahí permanece hasta 1595, laborando en los conventos de Tucumán y Paraguay. Su fama como predicador crece día con día por los portentos que Dios obra por medio de él. Se dice que tenía el don de lenguas, por lo que convirtió a miles de nativos; al igual que el fundador de su orden, podía comunicarse con los animales. Su extrema humildad le hizo rechazar diversos cargos, a los cuales sólo accedió por obediencia. La fatiga provocada por los extensos recorridos evangelizadores, las penitencias y los ayunos a que se sometía para redención de los pecadores minaron su salud, por lo que es trasladado al convento de San Francisco de Lima, donde muere en medio del amor y la admiración de sus hermanos. A sus funerales acuden miles de fieles para rendirle tributo. El mismo año en que murió iniciaron el proceso de su canonización, el cual culmina en 1726. Es conocido como el taumaturgo del Nuevo Mundo y el gran apóstol de América del Sur. Sus restos se conservan en Lima, Perú.

Santos: Buenaventura, doctor de la Iglesia; Pompilio María Pirrotti, presbítero, y Vladimiro de Kiev, príncipe.

SAN BUENAVENTURA, del latín, "buena fortuna" (1221-1274). Doctor de la Iglesia. Nació en Bañoreal, cerca de Viterbo (Italia). Poco se sabe de su vida infantil y juvenil. Una leyenda cita que de niño enfermó gravemente y su madre lo llevó ante Francisco de Asís con la esperanza de que le curara. Al verlo, el Seráfico exclamó: ¡O, buona ventura!. (¡Oh, buena ventura!); es decir ¡buena suerte!, y Juan —que hasta entonces fue su nombre— quedó curado. Ingresó en la orden franciscana en 1238 o 1243. Estudió en la Universidad de París, donde se graduó en 1248. Ahí fue maestro de teología y Sagrada Escritura; durante este periodo escribió una de sus obras más célebres, el Comentario sobre las sentencias de Pedro Lombardo, que constituye una verdadera suma de teología escolástica. Debido a las críticas en contra de la pobreza y humildad franciscana, es obligado a abandonar su cátedra; en consecuencia, escribe Sobre la pobreza de Cristo. En 1257, junto con santo Tomás de Aquino recibe el grado de doctor. Toda su vida se caracterizó por su extrema humildad, profundo estudio de la Palabra y el acendrado amor a Cristo y a su santísima Madre. Entre sus obras destacan Sobre la vida de perfección, destinado a la beata Isabel, hermana de san Luis de Francia; Soliloquio y el tratado Sobre el triple camino. Propone: "La perfección del cristiano consiste en hacer perfectamente las cosas ordinarias. La fidelidad en las cosas pequeñas es una virtud heroica". En 1257, Buenaventura fue elegido superior general de los Frailes Menores, gestión que duró diecisiete años. Hacia 1265, y por obediencia, es nombrado cardenal y llamado a Roma. Posteriormente, el pontífice beato Gregorio X (1272-1276) le encomienda la dirección del Concilio de Lyón. Una vez concluido éste entregó su alma al Creador en dicha ciudad. Le caracterizó la humildad extrema. Sixto IV lo canonizó en 1482. Sixto V lo nombró doctor de la Iglesia en 1588, y le asignó el título de Doctor Seráfico. León XIII lo declaró príncipe de la mística.

BEATO BARTOLOMÉ DE LOS MÁRTIRES, del arameo, "abundante en surcos" (1504-1590). Obispo. Vio la primera luz en Lisboa (Portugal). Fue bautizado en la Iglesia de los Mártires, de ahí su nombre. Su familia era adinerada y generosa con los pobres. Nació con una seña particular: tenía una cruz bien delineada en el exterior de su mano derecha, con una flor de lis en cada punta. Cursó estudios elementales y después gramática y latín; en tanto, la predicación de los padres dominicos inspiraron su vocación al sacerdocio. Ingresó en dicha orden (1528), donde practicó la penitencia y la mortificación que le caracterizaron. Después de su ordenación sacerdotal continuó estudios en Batalha. En 1551 asistió con su provincial al Capítulo General en Salamanca (España), donde recibió el doctorado en sagrada teología. Desempeñó el cargo de prior en el convento de Benfica (Lisboa) y años después, por obediencia, fue obispo en Braga (1559). Su celo pastoral infundió en la feligresía el amor a Dios, por medio de la oración y la contemplación; asimismo, corrigió con firmeza, las costumbres incorrectas del clero y del pueblo. Participó en el concilio de Trento (1561) y, al regresar a Braga, convocó el IV concilio provincial (1564) para dar a conocer los decretos de Trento. Renunció al arzobispado (1581) e hizo vida de retiro en el convento de Viana do Gástelo (Portugal) hasta su muerte. Fue sepultado en este lugar, donde en 1609 colocaron sus reliquias en un mausoleo. Juan Pablo II lo beatificó en 2001.

Santos: Alejo de Roma, penitente; León IV, papa. Beatas carmelitas de Compaigne, mártires.

SAN ALEJO DE ROMA, del griego, "defensor" (siglo V). Penitente. Es posible que haya sido de origen romano, hijo de un senador. Se desconocen detalles de su familia e infancia. Al parecer no quiso contraer matrimonio y huyó a Medio Oriente, donde vivió de limosnas durante diecisiete años. Regresó a Roma, a casa de su padre, y se mantuvo en el anonimato, entre los sirvientes. Al morir fue identificado por su familia porque en la túnica portaba un pliego con su identidad. Además, en el hospital, poco antes de morir, reveló su identidad a un enfermo. Tal actitud hizo que en la tradición popular se le conociera como el Loco de Dios. Fue sepultado en la fosa común. Cuando el obispo se enteró del caso, mandó exhumar el cadáver, pero no se encontraron más que los andrajos del hombre de Dios y ningún cadáver.

Santos: Arnulfo de Metz, obispo; Sinforosa de Roma y compañeros, mártires, y Federico de Utrech, obispo.

SAN ARNULFO DE METZ, del germánico, "águila-lobo" (582-641). Obispo. Originario de la población francesa de Nancy. En su juventud ocupó el cargo de intendente de los bienes del rey Teodeberto II en Austrasia. Contrajo nupcias y tuvo dos hijos con una noble dama de nombre Dora. Fue consejero de Clotario II quien, por sus virtudes, lo nombró obispo de Metz. Por humildad no aceptaba el cargo, pero lo desempeñó y realizó una vasta misión pastoral. Participó en el concilio local en Clichy y evangelizó las regiones circunvecinas. Se dice que su esposa ingresó en un convento de Tréveris. Tiempo después, Arnulfo dejó su cargo episcopal y se dedicó a la vida eremítica, en la zona boscosa de Remiremont (627). Destacó por su vida piadosa. Participó en el concilio de Reims (630). Sus restos fueron trasladados a la catedral de Metz, la cual lleva su nombre.

Santos: Justa y Rufina de Sevilla, mártires y Simaco, papa. Beata María Vicenta de Santa Dorotea Chávez Orozco, fundadora.

BEATA MARÍA VICENTA DE SANTA DOROTEA CHAVEZ OROZCO, del arameo, "señora", del latín, "vencedora", y del griego, "regalo de Dios", respectivamente (1867-1949). Fundadora. Oriunda de Cotija (Michoacán, México). Bautizada con el nombre de Dorotea. Su escolaridad fue elemental. En su juventud radicó en Guadalajara, donde enfermó y fue hospitalizada; durante esta etapa definió su vocación religiosa. Al recobrar la salud fue voluntaria en el mismo nosocomio e hizo voto privado de castidad. Con varias jóvenes fundó la congregación Siervas de la Santísima Trinidad y de los Pobres, cuyo apostolado es amar y servir a Dios mediante la asistencia de los enfermos y ancianos con caridad evangélica. En 1908 vistió los hábitos; dos años después instituyó el noviciado de la comunidad, pronunció sus votos y adoptó el nombre con que se le conoce; en 1911 obtuvo la aprobación pontificia para su congregación. Sus votos perpetuos fueron emitidos durante una época de severos problemas sociopolíticos en México. Pese a la persecución contra los católicos, su obra se expandió por los estados de Jalisco, Puebla, Coahuila y Sinaloa, entre otros, donde estableció sanatorios y albergues para ancianos. La madre Vicentita, como era conocida, se caracterizó por ser amable con los enfermos, a quienes expresaba palabras de consuelo. Sus devociones a María Santísima y al Divino Verbo unidas a la santa misa eran centro, razón e impulso de su misión. Murió durante la consagración, en la misa que se celebraba por ella. Sus reliquias son veneradas en la capilla de la casa generalicia en Guadalajara. Juan Pablo II la beatificó en 1997.

Santos: Bulmaro de Bolonia, abad; José María Díaz, mártir, y Elias, profeta.

SAN BULMARO DE BOLONIA, del germánico, "famoso guerrero" (689). Abad. Originario de la población italiana de Bolonia. Sus biografías no aportan mayores datos, aunque algunos relatos lo mencionan casado en su juventud, hasta retirarse a habitar en la abadía francesa de Haumont. Ahí colaboró en actividades domésticas y cuidando el ganado de la comunidad. Destacó por sus virtudes y constante oración, por lo que recibió las órdenes sagradas y fue ordenado sacerdote. Se retiró al monasterio de Cassel para estudiar y orar. Luego regresó a su tierra natal, donde fundó un monasterio del que fue abad hasta su muerte. Por su ejemplo de piedad se inició su veneración.

Santos: Lorenzo de Brindisi, doctor de la Iglesia; Daniel, profeta. Beato Gabriel Pergand, mártir.

SAN LORENZO DE BRINDISI, del latín, forma evolucionada de Laurencio, "laurel" (1559-1619). Doctor de la Iglesia. Oriundo del poblado italiano Brindisi, de familia noble y de vastos recursos; su nombre era Julio César. Cursó la escuela elemental en su tierra natal y continuó sus estudios en Venecia. Ingresó en el seminario de los franciscanos capuchinos y estudió en la universidad de Padua (Italia). Destacó como estudiante y aprendió varios idiomas, lo que le sirvió para predicar en varios países. Cumplida su academia recibió la ordenación sacerdotal (1582). Ejerció su ministerio dedicado a establecer monasterios. Realizó viajes misioneros a las cortes de Europa y, en Alemania, cumplió importantes asuntos que la Santa Sede le encomendó. Ocupó el cargo de superior general de su orden. Su amplia obra literaria abarca temas bíblicos, teológicos, litúrgicos y homilías que se compendiaron en quince volúmenes. Fue un piadoso sacerdote, devoto de la Eucaristía y de María Santísima. Después de ser un ejemplo de santidad y servicio al prójimo, murió en el convento de Lisboa (Portugal). Fue canonizado por León XIII (1881). En 1959 Juan XXIII lo proclamó doctor de la Iglesia, con el título de Doctor Evangélico, por la calidad de sus escritos.

Santos: María Magdalena, penitente; Domingo de Cariacedo, ermitaño, y Cirilo de Alejandría, patriarca.

SANTA MARÍA MAGDALENA, del arameo, "señora", y gentilicio de Magdala (siglo I). Penitente. Nacida en Magdala (Palestina) una ciudad a la orilla del Mar de Galilea, o lago de Tiberiades. Esta mujer aparece cuatro veces en el Evangelio. En Lc 8,2-3 y Mc 16, 9, se dice que era una cortesana a quien Jesús liberó de siete demonios y desde este hecho se convirtió; ayudó al Mesías con sus bienes y lo siguió en su predicación por Judea y Galilea. Se hace referencia que estuvo en el Calvario al pie de la cruz (Mt 27, 55-56 y Mc 15, 40), en su entierro (Mt 27,61) y en el amanecer de la Pascua junto con las dos mujeres que descubrieron el sepulcro vacío (Mc 16, llss.). Se considera que fue la primer testigo del Resucitado (Jn 20, 11). No se conoce el lugar de su muerte. Iconografía: con túnica de época, larga cabellera junto a la cruz, entre otras representaciones. Intercesora de peinadores, perfumeros y pecadores arrepentidos.

SAN JUAN CASIANO, del hebreo, "Dios ha hecho gracia" (360-435). Abad. Nació en Dobrudja (Rumania), de familia adinerada; recibió formación esmerada y vasta cultura. En su juventud quiso conocer la vida monástica por considerarla camino de perfección; viajó a Medio Oriente, donde visitó el monasterio de Belén y peregrinó por el desierto de la Tebaida (Egipto). Se encaminó a Constantinopla, sede episcopal de (san) Juan Crisóstomo quien, al conocer su piedad, lo nombró diácono de esa ciudad. Años después, fue ordenado sacerdote en Roma. En esta época Juan contaba con experiencia en la vida comunitaria y fue designado abad en Marsella (Las Galias, actual Francia). En este lugar fundó el monasterio de San Víctor, donde reunió numerosos monjes; además, estableció un convento para monjas. Desempeñó vasta y fecunda labor docente. Sus escritos comprenden tratados sobre dogmática, ascética y mística; su obra más conocida es Colaciones de Casiano, con 24 capítulos respecto a la doctrina de los antiguos monjes de Egipto, cuya influencia será útil a san Benito de Nursia, quien recomienda la lectura de sus textos. Casiano expresó que "...quien pretenda alcanzar la santidad en la vida monástica debe aspirar a la perfección espiritual por medio de la caridad, la oración y la penitencia". Su fama de santidad se extendió después de su muerte acaecida en Marsella. Su culto fue confirmado por Benedicto XIV a mediados del siglo XVIII.

Santos: Charbel Makhluf, monje; Cristina de Bolsena, mártir. Beato Nicéforo de Jesús y María; y compañeros mártires.

BEATO NICÉFORO DE JESÚS Y MARÍA y compañeros mártires, del griego, "el que lleva la victoria, vencedor, victorioso" (1936). Mártires. La noche del 21 de julio de 1936, durante la Guerra Civil Española, las tropas perseguidoras de los católicos, casi a medianoche, irrumpieron en el convento pasionista de Daimiel exigiendo el desalojo. Los religiosos que lo habitaban se refugiaron en la capilla de esa santa casa con el padre provincial Nicéforo Diez, quien, presintiendo el final, les dijo: "Éste es nuestro Getsemaní, a Jesús lo confortó un ángel, a nosotros es el mismo Jesús quien nos conforta... Dentro de unos momentos estaremos con Cristo". Solicitó a sus compañeros que perdonaran a sus agresores y les dio la absolución general. Salieron del sagrado recinto y ante la tropa el padre Nicéforo expresó: "Si quieren matarnos, háganlo aquí en la iglesia". El capitán les mandó abandonar el convento; los condujeron a un cementerio cercano sin dañarlos y ahí les ordenaron no regresar a Daimiel. Al parecer en libertad los soldados los persiguieron, sin que los religiosos se dieran cuenta. Los clérigos se dividieron en grupos para reunirse en Madrid o "en el cielo". Al día siguiente fueron arteramente fusilados los primeros cinco, entre ellos el padre Nicéforo. Tres meses después, sus compañeros fueron pasados por las armas en diversos lugares; sólo sobrevivieron cinco, quienes narraron los hechos. Juan Pablo II los beatificó en 1989.

Santos: Santiago el Mayor, apóstol; Pablo, Valentina y Tea de Roma, mártires. Beato Alfonso Pacheco y compañeros, mártires.

SANTIAGO EL MAYOR, del árabe, derivado de Jacob "que Dios proteja" (siglo I). Apóstol. Hijo de Zebedeo, hermano mayor de Juan evangelista, primo del Mesías; fue uno de los primeros en formar el grupo de los Doce (Mt 4, 18 y siguientes). Era de los más cercanos a Jesús, con Pedro, Andrés y Juan. Es mencionado como uno de los que presenciaron en el Monte Tabor el acontecimiento de la transfiguración (Mt 9, 2-10). Puede decirse que su vida y obra son casi desconocidas. Muere decapitado en Jerusalén antes de la Pascua de Resurrección del año 44 d. C., por orden de Heredes Agripa I (Hch 12, 2). Se dice que sus reliquias fueron trasladadas de Jerusalén a España. Otras tradiciones indican que predicó y murió en la península ibérica. Sus reliquias fueron encontradas hacia el año 830 por el obispo Teodomiro en un campus stella (campo de la estrella); esto dio origen al nombre de la ciudad de Compostela, donde actualmente se recibe a miles de peregrinos en la basílica edificada en honor de Santiago. Iconografía: con vestimenta de peregrino compostelano, túnica con capucha y esclavina, de la que penden vieiras (conchas); sombrero de ala ancha, bastón de peregrino y bolsa para alimentos.

Santos: Joaquín y Ana, padres de la santísima Virgen María; Simeón el Armenio, ermitaño. Beato Jorge Preca, fundador.

BEATO JORGE PRECA, del griego, "agricultor" (1880-1962). Fundador. Oriundo de La Valetta (Malta). Al concluir el bachillerato obtuvo la aprobación paterna para ingresar al seminario diocesano. Recibió la ordenación sacerdotal en 1906. Se distinguió por dedicar largo tiempo a la oración y contemplación, así como a la formación cristiana de jóvenes. En los grupos juveniles se iría delineando la fundación de la Sociedad de la Doctrina Cristiana (1907). Su ideal era que la doctrina de Cristo se transmitiera ampliamente de generación en generación; de ahí la importancia que concedía a la catequesis de la juventud; poco después se iniciaron grupos femeninos. El padre Preca expresaba: "¡Ojalá todo el mundo acoja el Evangelio!". Poco a poco se abrían centros de la Sociedad en diversas parroquias, para involucrar a los laicos en la misión de catequizar a niños y adultos, organizados con disciplina en la oración y el aprendizaje de la doctrina cristiana. En 1909 se recibió la orden y se cerraron los centros; pero ante el reclamo de los párrocos fueron reabiertos de 1914 a 1915. En 1932 la Sociedad recibió la aprobación de la Santa Sede. Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) desempeñó gran actividad en las parroquias de Malta. Entre sus escritos hay obras de dogmática, ascética y moral. Fue un excelente guía espiritual, pleno de sabiduría, así como apóstol del misterio de la Encarnación. El lema de su fundación fue "la Palabra se hizo carne". Por su devoción a María ingresó en la Tercera Orden Carmelita y, al profesar, adoptó el nombre de fray Franco e indicó que los integrantes de la Sociedad portaran el escapulario carmelita como símbolo de pertenencia a María. Su fundación se extendía en Australia cuando el padre Preca murió, en su tierra natal. Fue beatificado en 2001 por Juan Pablo II, quien expresó: "Fue pionero en el campo de la catequesis y promoción de los laicos en el apostolado".

Santos: Aurelio y Natalia de Córdoba, mártires; Celestino I, papa. Beato Tito Brandsma, mártir.

BEATO TITO BRANDSMA, del latín Titus, utilizado como prenombre, de la tribu de los tities (1881-1942). Mártir. Oriundo de Bolsward (Holanda), de padres católicos con amplios recursos, fue un niño de brillante inteligencia y frágil salud. Ingresó en la orden carmelita a los 17 años y recibió la ordenación sacerdotal en 1905. Continuó estudios en su país, y después en Roma se doctoró en filosofía. Regresó a su patria, donde se distinguió por su celo y entrega en su ministerio. Realizó vasto apostolado como docente en conventos y aulas; asimismo, fue escritor de artículos en revistas, predicador y director de cursos, entre muchas actividades. Era admirable su humildad, así como su fervor, constante oración y profundo amor a Jesús y María. Colaboró en la fundación de la Universidad Católica de Nimega, donde impartió cátedra y fue el asesor católico de los periodistas holandeses. Durante la persecución nazi fue aprehendido y encarcelado (1942); por seis meses permaneció cautivo en diversos campos de concentración, en los que continuó con su misión evangélica, hasta que en Dachau (Alemania) recibió la letal inyección de ácido fénico; en tanto, en el campamento los presos repetían: "¡Ha muerto un santo!". Juan Pablo II lo beatificó en 1985.

Santos: Víctor I, papa; Pedro Poveda, fundador, y Sansón de Gales, obispo.

SAN SANSÓN DE GALES, del hebreo, "pequeño sol" (490-565). Obispo. De origen inglés. Nació en Deyfed, Francia, y murió en Dol. Sus biografías indican que fue un piadoso monje del monasterio de Linwit, en el antiguo País de Gales, donde ocupó el cargo de abad. Al parecer, por envidia, un hombre trató de envenenarlo con un supuesto medicamento; sin embargo, Dios actuó y quedó curado de inmediato. Este hecho hizo que quien pretendió matarlo se convirtiera. Sansón dedicó largo tiempo a recorrer su país en misión evangelizadora. Por sus merecimientos se le consagró obispo de la diócesis francesa de Dol. Con celo pastoral realizó numerosas conversiones en las Islas Británicas; además, resolvió conflictos en la corte y reintegró al trono al monarca Judwal. Su ejemplar vida se extinguió en su diócesis. Por su fama de santidad el pueblo inició su culto.

Santos: Marta de Betania, laica; Urbano II, papa, y José Zhang de China y compañeros, mártires.

SAN URBANO II, del latín, "perteneciente a la ciudad" (1099). Papa. Nació en Francia. Su vida es conocida a partir de su elección en 1088, en el orden ciento cincuenta y nueve de la cronología. Urbano II consagró a san Anselmo arzobispo de Canterbury y actuó en contra de Guillermo II, quien se apoderaba abusivamente de los bienes de la Iglesia. Fue gran defensor de la libertad de la Iglesia contra las pretensiones equívocas de los laicos. Se enfrentó para erradicar del clero la práctica de la simonía (comercio ilícito de lo espiritual), así como para expulsar a los sacerdotes que habían caído en la depravación. Participó en el concilio de Clermont I (Francia), en el que solicitó el juramento de la milicia cristiana en la primera Cruzada, a fin de luchar por la liberación de los cautivos y el rescate del Santo Sepulcro, que estaba en poder de los paganos. Prescribió el uso litúrgico de la ceniza sobre la frente en el concilio de Benevento en 1091. Murió en la sede pontificia.

Santos: María de Jesús Sacramentado Venegas, fundadora, y Pedro Crisólogo, doctor de la Iglesia.

SANTA MARÍA DE JESÚS SACRAMENTADO VENEGAS, del arameo, "señora", y del latín, "salvador" (1868-1959). Fundadora. Originaria de Zapotlanejo, Jalisco, México. Última de doce hermanos; bautizada con el nombre de María Natividad. Sus padres le dieron formación católica. En su adolescencia fue catequista de niños. Después de algunos ejercicios espirituales sintió el llamado de Cristo a la vida religiosa e inició el noviciado con las religiosas Hijas del Sagrado Corazón de Jesús, congregación, en ese momento, no aprobada canónicamente. En 1921 fue elegida superiora, y por instrucciones del obispo redactó las Constituciones para su comunidad y logró la aprobación diocesana. Debido a indicaciones de su guía espiritual, en su Diario dio a conocer las experiencias místicas y revelaciones de Jesús Eucaristía, por lo cual eligió el nombre de María de Jesús para su vida religiosa. Al saberse su misticismo le fue concedida la aprobación pontificia para su instituto. Padeció la persecución religiosa en México; pese a ello continuó en forma oculta su benéfica misión a favor de los necesitados. Durante los 33 años al frente de la comunidad, proliferaron las vocaciones y fue posible establecer sanatorios, asilos, clínicas y puestos de socorro de la Cruz Roja mexicana en diversos estados, como Jalisco, Sinaloa, Guanajuato y Durango. Fue una religiosa comprensiva y afable que dejó una herencia de amor al prójimo. Después de penosa enfermedad murió en la ciudad de México. Juan Pablo II la canonizó en 2000.

Santos: Ignacio de Loyola, fundador, y Justino de Jacobis, obispo. Beato Juan Colombino, fundador.

SAN IGNACIO DE LOYOLA, del probable vasco, "pendiente de la montaña" (1491-1556). Fundador. Nació en el castillo de Loyola (Azpeitia, España). Su verdadero nombre era Iñigo. Su infancia y juventud transcurrieron en las cortes del reino de Castilla; recibió educación y adiestramiento militar. Al integrarse al ejército vivió una vida disipada; sin embargo, mantuvo viva su fe. En Pamplona, durante una batalla (1521), fue herido de gravedad en una pierna, por lo cual fue hospitalizado; en su larga convalecencia leyó con avidez el Flos sanctorum (flor de los santos); esto propició su conversión, ya que deseaba ser como los santos. Inició una etapa de penitencia extrema y, con la gracia de Dios, se convenció de que la razón de su vida era consagrarse a Él. Peregrinó a Tierra Santa en 1522 y al regresar a su país cambió su vida. Permanece en Manresa, España, donde profundiza en su ideal: "La mayor gloria de Dios" (AMDG) e inicia escritos que, después, integra a su obra Ejercicios espirituales. Estudia en Alcalá, Salamanca y París (1528-1535), donde encuentra compañeros con ideas afines y con ellos decide viajar a Jerusalén para ejercer ahí un ministerio de servicio al prójimo y predicar la austeridad. El viaje a Jerusalén no se realizó; Dios marcó el camino, y así Iñigo y sus compañeros permanecieron en Roma. En Venecia, él y sus compañeros recibieron la ordenación sacerdotal en 1537. Con dos de ellos viaja a Roma; en el camino entra en la capilla de La Storta, donde, según narra en su Autobiografía: "... Haciendo oración sentí tal mutación en mi alma y vi claramente que Dios Padre me acercó a Cristo, su Hijo, que no tengo ánimo para dudar de esto..."; debido a ello permanece en Roma, donde crea un cuarto voto: la obediencia al papa. Asimismo, delibera con sus compañeros algunos puntos de la regla (1539), entre ellos: oración, unidad, elegir un superior, obediencia al papa, intenso estudio y actividades apostólicas; todo esto lo presenta a Paulo III, con el título de Cinco capítulos. En 1540 se aprueba la Compañía de Jesús y se le designa superior a Ignacio. Dedicado a la defensa y propagación de la fe, establece colegios y universidades en España, Alemania y los Países Bajos, entre otros; su espiritualidad se resume en la frase "En todo amar y servir". Su conversión ejemplar, amor a la Iglesia y servicio al prójimo fueron su principal herencia. Falleció en Roma. Gregorio XV lo canonizó en 1622. Iconografía: con sotana, en actitud orante, las manos juntas, un corazón con las siglas IHS y el lema AMDG.