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SANTORAL OCTUBRE DEL 2008/ www.laverdadcatolica.org

 

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MIÉRCOLES 1

Santos: Teresa del Niño Jesús o de Lisieux, doctora de la Iglesia; Romano el Cantor, diácono. Beato Nicolás de Forza, fundador.

SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS O DE LISIEUX, del latín, "la que cosecha" (1873-1897). Doctora de la Iglesia. Su autobiografía, titulada Historia de un alma, da a conocer al mundo a esta ejemplar religiosa. Hija de Luis y Celia, fervientes católicos, es la menor de cuatro hermanos; su nombre: Teresa. Nacida en Alencon, Francia, a los cuatro años de edad queda huérfana de madre. Su padre, preocupado por darle la mejor educación a sus hijos, se traslada con ellos a la población francesa de Lisieux, donde, a través del tiempo, la formación en las virtudes evangélicas rinde frutos: sus hijas Paulina (sor Inés) y Celina (sor Genoveva) ingresan a la orden contemplativa de Carmelitas Descalzas, donde Teresa inicia el noviciado a sus 15 años. Como tenía menos de la edad requerida, es admitida con una dispensa especial. Al hacer su profesión en 1890, adiciona a su nombre "del Niño Jesús y de la Santa Faz". Pese a no cursar estudios superiores, el Señor le concede un don especial para la enseñanza, por lo que, no obstante su juventud, le es asignado el cargo de maestra de novicias, que ocupará hasta su muerte. A los 23 años enferma de tuberculosis, y durante un año padece postrada en la enfermería de su convento en Lisieux, donde ofrece sus sufrimientos por las misiones del mundo hasta su muerte en dicho lugar. Después de su deceso se realizan numerosos hechos milagrosos por intercesión de Teresita. Además de la citada autobiografía o Manuscritos autobiográficos, su obra escrita incluye: Obras completas, Teatro y poesías, Poesías y oraciones, La huida a Egipto, así como más de doscientas Cartas, entre otras. Canonizada por Pío XI (1922-1939), en 1923, declarándola patrona de las misiones por apoyar con escritos y reflexiones la labor evangelizadora en las misiones de Canadá y China, junto con san Francisco Javier (diciembre 3). En 1944 los obispos de su país la declaran patrona de Francia. En 1997 nuestro estimado Siervo de Dios, Juan Pablo II (1978-2005), al proclamarla Doctora de la Iglesia, expresa: " ... por su ardiente itinerario espiritual muestra gran madurez y las intuiciones de la fe expresadas en sus escritos son tan amplias y profundas que le merecen figurar entre los grandes maestros de la espiritualidad". Iconografía: con habito y crucifijo con rosas en sus manos. Protectora de la pureza de niños y jóvenes, así como de los floristas. Una efectiva novena dedicada a solicitar la mediación de esta singular santa es compuesta en 1925 por un sacerdote jesuita de apellido Putigan. Se indica rezar diario, durante nueve días continuos, 24 Gloria al Padre..., en acción de gracias a la Santísima Trinidad, por los dones concedidos a santa Teresa del Niño Jesús en los 24 años de su existencia. Asimismo, solicita dicha intercesión con la finalidad de alcanzar un especial favor, pidiendo el sacerdote a la santa, como señal de que ella escuchaba la oración, recibir de alguien una rosa roja, lo cual en efecto sucede y el favor le es concedido, por lo cual el padre Putigan propaga la devoción, que es conocida y llevada a la práctica hasta nuestros días. Es recomendable efectuar la novena del 9 al 17 de cada mes y unir a nuestras intenciones las de otras personas que en los mismos días la practiquen, para formar así una cadena de eficaz oración.

 

JUEVES 2

Los Santos Ángeles Custodios

Santos: Leger o Leodegario de Autún, mártir, y Tomás de Hereford, obispo.

SANTO TOMÁS DE HEREFORD, del arameo, "mellizo", "gemelo" (1217-1282). Obispo. Originario de Buckinghamshire, Inglaterra. Nace en la noble e influyente familia de los Cantalupo. Su educación está a cargo de su tío el obispo de Worcester, quien le inscribe en la prestigiada Universidad de Oxford (1236); continúa sus estudios en París. Acompaña a su padre, quien funge como Legado de Inglaterra, al Concilio (primero) de Lyón celebrado en 1245, donde probablemente recibe la ordenación sacerdotal. Es docente en la Universidad de Orléans, Francia; posteriormente, estudia Derecho en París. Prosigue su labor magisterial en la Universidad de Oxford. Como profesor se distingue por su preferencia hacia los estudiantes de escasos recursos. En 1206 es nombrado canciller de Oxford. Toma partido por los nobles que se rebelan contra el rey inglés Enrique III (1207-1272). Al finalizar el conflicto, es designado canciller de Inglaterra, cargo que ocupa poco tiempo, ya que los partidarios del monarca recobran el poder. Se exilia en París. A la muerte del monarca, regresa a su país, donde es reinstalado en el cargo de canciller universitario. Obtiene el doctorado en teología. Su fama de santidad crece a la par de su avance académico. Quienes le tratan, le admiran por su gran inteligencia y piedad. Es archidiácono de Stafford y chantre de York; posee cuatro canonjías y siete u ocho beneficios parroquiales, particularmente en Hereforshire. Siempre se preocupa por el bienestar de sus feligreses y vela porque éstos reciban adecuada formación material y espiritual. En 1275 es elegido obispo de Hereford, diócesis que se encuentra en la ruina moral y material, además de enfrentar conflictos entre la Iglesia y la nobleza, así como entre los miembros del clero; Tomás resuelve los conflictos con prudencia, sabiduría y justicia. Recorre personalmente las poblaciones para comprobar la labor de los sacerdotes respecto del bienestar de sus fieles. Su justa labor desata enemistades y rencillas incluso entre él y el arzobispo de Canterbury, quien pretende excomulgarlo, motivo por el cual Tomás viaja a Roma, donde es recibido, en Orvieto, con gran aprecio, por el papa san Martín IV (1281-1285), quien, conocedor de su obra y sus virtudes, le concede la absolución. Tomás se aloja en Montefiascone, donde cae gravemente enfermo y muere; Es enterrado en esa población. Posteriormente, sus reliquias son trasladadas a la capilla catedralicia de Hereford. Los feligreses que le conocen, acuden en forma numerosa a venerarlo y solicitarle su intercesión ante Dios. Se cuenta que más de 400 hechos milagrosos acontecen, por lo que pronto se inicia el proceso de canonización, la cual es promovida por el rey Eduardo I (1239-1307) Y concluye en 1320. Se le conoce también como Tomás de Cantilupe, Tomás de Cantalupo, Tomás de Cantilupe de Hereford. Iconografía: con vestimenta propia de los obispos: mitra, casulla y báculo.

 

VIERNES 3

Santos: Francisco de Borja, presbítero; Evaldo el Moreno y Evaldo el Rubio, mártires.

SANTOS EVALDO EL MORENO Y EVALDO EL RUBIO, del germánico, "el que manda eternamente" (siglo VII). Mártires. Los datos biográficos de estos dos hermanos son recopilados por el hagiógrafo (escritor de vidas de santos) san Beda El Venerable (25 de mayo). Son originarios de Northumbría (York, Inglaterra) e identificados por sus coterráneos por el color de su cabello, de ahí el sobrenombre de cada uno. Las personas que los conocen atestiguan su cariño fraterno y su lealtad hacia el Dios verdadero. Ambos deciden consagrarse a Dios e ingresan en un monasterio en Irlanda. Asimismo, se dedican a la propagación de la Palabra de Dios entre los sajones (antiguos pobladores de Germania), pero tropiezan con las persecuciones en contra de los cristianos, por lo que son aprehendidos y martirizados; mueren en aras de la fe y sus cadáveres son arrojados al río Westfalia, actual territorio de Alemania. Piadosos cristianos, testigos de los asesinatos, recuperan sus cuerpos y les dan cristiana sepultura. El pueblo inicia su veneración inmemorial. Años después trasladan sus reliquias a Colonia, Alemania, donde son proclamados patronos de Westfalia.

 

SÁBADO 4

Santos: Francisco de Asís, fundador, y Áurea u Oriana de París. Beato Julián Magali, abad.

Vísperas I del domingo.

SAN FRANCISCO DE ASÍS, del italiano antiguo, "franco", "francés" (1182-1226). Fundador. Sus padres, Pedro Bernardone y Pica Bourlemont, profesan la fe cristiana y gozan de buena posición económica, pues son propietarios de un comercio de textiles. Es el primogénito. Lo bautizan con el nombre de Juan; nace en Asís, (Italia). Su progenitor con afecto le dice Francesco, "francés", por afición al país de su esposa. Otra versión indica que es por la inclinación del menor a la lengua y las letras francesas; por tal motivo, se deriva el nombre de Francisco, con anterioridad desconocido. Don Pedro, sin preocuparse de su formación espiritual, lo prepara para heredar sus negocios. Vive una adolescencia despreocupada entre lujos y reuniones. Cuando cerca del 1200, inicia un conflicto bélico entre Asís y Perusa (ciudad del centro de Italia), donde el joven Francisco participa; por desgracia es aprehendido y encarcelado por espacio de dos años, hasta que es liberado por su progenitor para llevarlo de regreso a su hogar, donde padece una enfermedad que lo mantiene en reposo por largo tiempo (1203). Durante el lapso de convalecencia, se inicia en Francisco un proceso de conversión; sus pensamientos y forma de vida se modifican, no le da importancia al dinero, ni las fiestas con sus vanidades, ni a las frívolas amistades, ni a los bailes. El hecho que marca su existencia y empieza el cambio es su encuentro con un leproso, quien le inspira infinita compasión. En la derruida capilla de san Damián, la voz del Crucificado le solicita: "Francisco repara mi Iglesia". El joven entiende que debe reconstruir la derruida capilla; sin embargo, tiempo después, vislumbra que lo que Cristo pedía era salvaguardar a la Iglesia de las herejías de la época. Su espiritualidad e ideología provocan fricciones con su padre, pero Dios llama al joven y éste, en respuesta, decide servir a Dios en los pobres y los enfermos. En prueba de su firme decisión, en el templo pletórico de fieles, ante el obispo, se despoja de sus ostentosos ropajes y los entrega a su padre (1206). Ahora el muchacho viste una túnica, de burda tela pardusca, y atiende la restauración de la citada capilla, además de la de san Pedro de la Espina y la de la Porciúncula. Esta nueva vida, plena en virtudes y amor al prójimo, atrae a varios jóvenes de ideas afines con los que inicia una fraternidad, apegados al Evangelio, viviendo en extrema pobreza y atendiendo a los más necesitados. Francisco escribe una Regla (1208) para hacer vida comunitaria, que a la postre será la orden de Frailes Menores, para la que obtiene, un año después en Roma, la aprobación oral de Inocencio III (1198-1216). Establece su fundación en Asís; la capilla Porciúncula será la matriz de la misma (1210). Otorga el hábito a santa Clara de Asís (agosto 11), Y apoya la fundación de la orden de las Hermanas Pobres (clarisas) en 1212. Entre 1213 y 1217 instituye en el monte Auvernia, Francia, un eremitorio; asiste en Roma al IV Concilio de Letrán (1215); dirige las primeras misiones fuera de Italia. Según disposiciones de la Santa Sede, es necesario que Francisco redacte una segunda Regla, ya que hasta entonces su orden sólo cuenta con aprobación oral, por medio de la cual es aprobada con Bula pontificia (1223). Por costumbre, se retira a la soledad para profundizar en la oración, pero el Señor le prepara un acontecimiento que marca su existencia y lo distingue de entre todos los santos; cuando se retira a orar en el Monte Auvernia; en este sitio, el 17 de septiembre de 1224, recibe en sus manos, pies y costado los sagrados estigmas de la Pasión del Señor; si bien al correr de los años, después de san Francisco, ha habido otros santos estigmatizados, él fue el primero en llevar, hasta su muerte, las heridas y sentir los dolores a semejanza del Redentor. De su obra literaria, se citan: Cántico de las criaturas, Admoniciones, Saludo a la Virgen María, La verdadera alegría y numerosas Cartas. De la Oración ante el Crucifijo de san Damián anotamos una frase escrita desde lo profundo de su alma: "Oh alto y glorioso Dios, ilumina las tinieblas de mi corazón; dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta... ". Padece enfermedades que lo debilitan hasta casi perder la vista y en 1225 radica en San Damián, donde dicta su Testamento; pasado un año, en la capilla de la Porciúncula en Asís, con desgastado hábito y tendido en el piso, entrega su alma al Creador. A dos años de su fallecimiento es canonizado por Gregorio IX (1227-1241) en 1228. Iconografía: es variada; entre otras, describimos a Francisco de pie, con burda túnica café, ante el Crucificado, quien desprende de la cruz su brazo derecho para abrazar al Seráfico. Las órdenes fundadas por nuestro santo cumplen 800 años el año 2009. Es la fundación más numerosa en el mundo, con más de cuarenta mil franciscanos y ciento cincuenta mil religiosas, distribuidas en 350 congregaciones, además de las fraternidades laicales: Orden Franciscana Seglar (OFS), la Juventud Franciscana (JUFRA) y la Niñez Franciscana (NIFRA). Patrono de los que trabajan por la paz y los derechos humanos, los ecologistas, los parques zoológicos, las sociedades protectoras de animales y los comerciantes.

 

DOMINGO 5

XXVII Domingo ordinario

Santos: Plácido de Subiaco, mártir, y Faustina Kowalska, religiosa. Beato Raimundo de Capúa, presbítero.

BEATO RAIMUNDO DE CAPÚA, del germánico, "la protección del consejo divino" (1330-1399). Presbítero. Oriundo de la población italiana de Capúa, son sus padres Pedro y María, católicos que pertenecen a la nobleza y le proporcionan esmerada educación elemental; en la adolescencia y juventud, cumple la tradición familiar de estudiar derecho canónico en la Universidad de Bolonia (1348). Siente el llamado al sacerdocio atraído por la obra de santo Domingo de Guzmán (8 de agosto) e ingresa en el noviciado de la orden dominica, hasta recibir la ordenación sacerdotal en 1355. Por sus dotes y simpatía, los superiores le nombran director en el monasterio italiano de Santa Inés en Montepulciano (1363). Es un destacado teólogo, docente de novicios, guía espiritual de las hermanas clarisas. Por sus méritos, se le nombra superior de la Orden de Predicadores en 1367. En 1374 conoce a la religiosa dominica santa Catalina de Siena (29 de abril), de quien es confesor y guía espiritual; ambos atienden la organización de misiones para la evangelización de su país. Durante una epidemia de peste, auxilia a los enfermos. Fray Raimundo, contagiado, es sanado milagrosamente por Catalina. Desde 1375 es comisionado al convento de Siena, de ahí viajan a Pisa, donde predican y logran numerosas conversiones. Con el propósito de atender asuntos eclesiásticos, recorre Alemania, Praga, Basilea (Suiza) y Hungría, donde impulsa el aumento de vocaciones sacerdotales, así como la vida monástica (1382-1384). A solicitud de los discípulos de Catalina cuando muere, escribe la biografía de la santa con el título de Leyenda mayor (1385). Después de acuciosos estudios y reflexiones, adiciona reformas a la orden dominica (1389-1390). El pontífice Bonifacio IX (1389-1404) le otorga el cargo de legado papal de Milán, Florencia y Sicilia. Su ardua misión pastoral y continuos viajes, debilitan su salud hasta su fallecimiento, que ocurre en el convento alemán de Nuremberg. Es beatificado por León XIII (1878-1903) en 1899.

 

LUNES 6

Santos: Bruno de Colonia, fundador, y Fe o Foy de Agen, mártir. Beato Isidoro de Loor, religioso.

BEATO ISIDORO DE LOOR, del griego, "don de la diosa Isis" (1881-1916). Religioso. Nace en Vrasene (Flandes Oriental, Bélgica). Es hijo de Luis y Camila, agricultores y fieles católicos. Es bautizado al día siguiente de su nacimiento. En la niñez hace sus estudios elementales y es apegado a la catequesis dominical; sus compañeros de juegos atestiguan su piedad, buen carácter y su caridad hacia los necesitados. Después de la primera comunión, se confiesa con frecuencia para comulgar cada semana. Sus conocimientos de la doctrina cristiana le permiten ser un eficiente catequista en dos parroquias (1898). En su hogar es permanente la oración en familia y la devoción a la Santísima Virgen María. Pasa su adolescencia y juventud en los trabajos de la granja paterna; en esas jornadas de trabajo, y en contemplación con la Naturaleza, reflexiona sobre las frivolidades mundanas y decide consagrarse a Dios. A los 26 años ingresa en la congregación pasionista; elige, para ello, el nombre de Bruno. De aquí en adelante, destaca por su buena conducta y fidelidad al Creador, por lo que maestros y compañeros le otorgan el título de "el Santo de la voluntad de Dios". Durante su breve existencia, 34 años, destaca por su bondad y espíritu contemplativo; en las cartas que envía a sus padres manifiesta su alegría por ser religioso; en una de ellas expresa: "Querido papá: dirige a diario tu mirada a la cruz y serás consolado (...) Cuando nos abrumen las penas, miremos al Corazón de Jesús y su cruz, y no tardaremos en encontrar el consuelo (...). Tenemos que llevar nuestra cruz con paciencia, lo mismo que la llevó El". En el convento cumple las tareas encomendadas: arreglar la huerta y la cocina, además de puntualmente atender las horas de oración personal y en comunidad. En forma inesperada se le presenta un tumor en un ojo que requiere una intervención quirúrgica. Cuando escribe a su familia, les comunica: "En la santa comunión ofrecí el ojo a Dios, en expiación de mis pecados, por nuestro bienestar espiritual y temporal y por otras intenciones. Me abandoné a la voluntad de Dios... ". Poco después se le diagnostica un cáncer ya extendido profundamente; al enterarse, exclama: "Es la voluntad de Dios. Son disposiciones de Dios. Son las obras de Dios". Su amor y abandono en el Creador es tan sincero que sólo vive para Él y para su congregación, hasta su muerte en el convento de Courtrai, Bélgica, rodeado por sus hermanos espirituales, quienes lo admiran y recuerdan uno de sus pensamientos: "¿Puede haber tesoro mayor que el morir tranquilo en la paz del Señor, para entrar en una eternidad de dicha en el cielo, donde nos volveremos a ver agradeciendo juntos a Dios la bondad y misericordia que nos ha manifestado?". Por los conflictos de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), su sepelio ocurre en la soledad, por la prohibición a los religiosos para entrar al cementerio. El pueblo, conocedor de la santidad de el "hermano Bruno", atestigua los constantes milagros realizados por su intercesión, por lo que se inicia la causa de beatificación, que es obstaculizada por las dos guerras mundiales. Los milagros continúan, así como las visitas de millares de peregrinos a su tumba. Beatificado, por nuestro querido pontífice Juan Pablo II (1978-2005), el 30 de septiembre de 1984. Iconografía: en fotografías, con hábito pasionista, su rostro refleja serenidad.

 

MARTES 7

Nuestra Señora del Rosario

Santos: Marcos 1, Papa, y Augusto o Gustavo de Bourges, abad.

NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO, del latín, "corona de rosas" (1208). A través de los siglos, diversos pontífices resaltan los méritos del rezo del rosario; por ejemplo: Urbano IV (1261-1264) dice:"Con el rezo del Rosario, los cristianos obtienen favores todos los días"; Julio II (1503-1513) señala que el Rosario es" ... un hermoso adorno que embellece a la Iglesia católica"; León XIII (1878-1903), en 1883 publica la encíclica Supremi apostolatus officio, en la cual señala a esta oración como un eficaz instrumento espiritual ante los males de la sociedad. Del mismo modo, el beato Juan XXIII (1958-1953) (11 de octubre) es un insistente promotor de esta oración, mientras Pablo VI (1983-1978), en su exhortación apostólica El culto mariano, subraya el carácter evangélico del rosario y su orientación cristo lógica. El mismo Siervo de Dios Juan Pablo II (1978-2005), en su carta apostólica El Rosario de la Virgen María, en 2002, indica: "El rosario nos transporta místicamente junto a María, dedicada a seguir el crecimiento humano de Cristo en la casa de Nazaret. Eso le permite educamos y modelarnos... hasta que Cristo 'sea formado' plenamente en nosotros (...). De verdad, en el rosario el camino de Cristo y el de María se encuentran profundamente unidos... " (confrontar párrafos 2 y 15 de la citada Carta apostólica). En 1913, san Pío X, (1903-1914) (21 de agosto) fija la celebración de la advocación mariana en esta fecha, que tiene su origen en una revelación de la Madre de Dios a Santo Domingo de Guzmán (8 de agosto), quien le encomienda la difusión del rosario en el siglo XIII. Iconografía: según la creatividad de cada autor, María Santísima de pie, con vestido rosa y manto azul, porta al Niño Jesús en el brazo izquierdo, mientras con su mano derecha nos ofrece un rosario. Entre las variadas jaculatorias u oraciones breves se puede pronunciar la siguiente: "Escucha, Madre, nuestros ruegos, pues eres de Dios sagrario. Nuestros labios purifica para rezar tu santo rosario".

 

MIÉRCOLES 8

Santos: Sergio y Baco de Roma, mártires; Simeón, laico; Ana, profetisa, y Thais o Taide de Egipto, penitente.

SANTOS SIMEÓN y ANA, del hebreo, "hijo que Dios concede para oír los ruegos de sus padres" y "benéfica", respectivamente (siglo I). Laico y profetisa. Estos dos santos son incluidos en el Santoral, por considerarse su santificación al haber permanecido fieles al Dios verdadero al esperar su presentación en el Templo de Jerusalén, donde con lealtad servían. Los únicos datos que se conocen son relatados en el Evangelio de san Lucas (2, 25-38), donde se indica que sólo ellos reconocen al Redentor, antes que éste se exprese. Simeón, un anciano justo y piadoso, a quien le había sido revelado que no moriría sin conocer al Salvador, cuando llega al templo por inspiración del Espíritu Santo, vio a María y a José, quienes llevaban al Niño para consagrarlo a Dios, de acuerdo con la prescripción de la Ley. El santo hombre toma al Niño Jesús en sus brazos, lo eleva hacia lo alto y bendice a Dios diciendo: "Señor, ahora ya puedes dejar que tu servidor muera en paz, como le has dicho. Porque mis ojos han visto a tu Salvador que tú preparaste para presentarlo a todas las naciones. Luz que ilumina a todos los pueblos y gloria de tu pueblo Israel". Se entiende que Simeón presenta a Dios la ofrenda de su propia vida próxima a extinguirse. En lo que respecta a Ana, el citado evangelista menciona que tenía 84 años de edad y pertenecía a la tribu de Aser. Muy joven contrae nupcias y después de siete años enviuda; a partir de ese momento, se consagra al servicio del templo y ofrece al Señor frecuentes ayunos y sus oraciones. Dios le otorga el don de profecía, por lo que ya esperaba la inminente llegada del Redentor; por ello, cuando llega al Templo y ve a Simeón, con el Niño en sus brazos, reconoce a éste como el Salvador y alaba a Dios dando gracias por haber sido testigo de este portentoso acontecimiento. Desde ese momento y hasta su muerte, habla del Niño a todos quienes esperan la Redención. De igual forma, como Simeón y Ana, en la última etapa de su existencia, con los ojos de la fe e inspiración divina reconocen al Niño Dios, así nosotros, fieles católicos, debemos reconocer al Creador en cada uno de quienes nos rodean y, tal como nos indica el Maestro, comprenderlos y amarlos. Iconografía: en la entrada al Templo de Jerusalén, los dos ancianos con vestimenta de época; él eleva al Niño en sus brazos y ella, con los brazos en alto, alaba al Señor.

 

JUEVES 9

Santos: Dionisio, Eleuterio y Rústico de Montmartre, mártires; Juan Leonardi, fundador, y Héctor Valdivielso, mártir.

SAN JUAN LEONARDI, del hebreo, "Dios ha hecho gracia" (1541?-1609). Fundador. Oriundo de Diecimo (La Toscana, Italia). Inicia estudios de humanidades y religión; pasa a la población italiana de Luca, donde aprende farmacología y se une a un grupo juvenil, dependiente de la orden de Predicadores (dominicos), cuyo apostolado es atender a los marginados, orar, frecuentar los sacramentos y formar en valores evangélicos. Poco después se integra en una comunidad de laicos conocida como los Colombinos. Hacia 1567, Juan ejerce su profesión de farmacéutico, a la vez que en su corazón siente la llamada del Señor al sacerdocio, pero no quiere abandonar su trabajo, ya que era para el sostenimiento de su madre viuda. Confiado en la Providencia, decide dejar el mundo e iniciar la carrera eclesiástica; al terminarla celebra su primera misa en 1571. Se le encomienda el templo de San Juan, donde destaca como predicador y esmerado catequista; su labor es tan notable que varias parroquias lo solicitan; ante la imposibilidad de atenderlas, escribe el folleto Doctrina cristiana, en 1575, texto con el que apoya la petición del obispo, con el propósito de catequizar a los pobladores de Luca. Establece la compañía de la Doctrina Cristiana, formada por laicos, y después funda la fraternidad de sacerdotes Reformados de la Santísima Virgen, orden religiosa que obtiene la aprobación de Gregorio XIII (1572-1585), en 1584. Pese a todo, padece dificultades que enturbian la buena fe y el servicio de su institución, las cuales, al correr el tiempo, desparecen. El padre Juan continúa con la fundación, dando total importancia a la obediencia, la pobreza y la penitencia. Apoya a la Santa Sede en asuntos especiales como restaurar el fervor en la congregación de Montevergine, y las reformas de la orden de Vallumbrosa, así como de otros institutos. Su inquietud pastoral le hace fundar el colegio Urbano de Propaganda FIDE, importante centro de estudios misionales. Contemporáneo de los santos Felipe Neri (26 de mayo) y Juan de Calasanz (25 de agosto), quienes atestiguaron su santidad de vida entregada al Creador en la Ciudad Eterna. Cinco años después de su deceso, la congregación toma el nombre de Clérigos Regulares de la Madre de Dios. Canonizado por Pío XI (1922-1939) el 17 de abril de 1938. Iconografía: con hábito y una imagen de María Santísima, a quien dedica su fundación; a su lado, personas de color, a quienes profesó especial estima.

 

VIERNES 10

Santos: Hugolino y compañeros, mártires; Luis Bertrand, presbítero, y Tomás de Villanueva, obispo.

SAN LUIS BERTRAND O BELTRÁN, del germánico, "guerrero ilustre" y "el cuervo brillante", respectivamente (1526-1581). Presbítero. De su vida proporciona detalles el fraile dominico Vicente Galduf Blasco. Nativo de Valencia, España. Uno de sus antepasados es san Vicente Ferrer (5 de abril). Pertenece a la nobleza, es criado en un hogar donde se viven plenamente los valores cristianos. Tanto que desde niño se propone imitar a los santos cristianos, por lo que se dedica, con profunda devoción y fe, a la oración, la penitencia y la austeridad. Vive en extrema humildad, ayuna con frecuencia y duerme sobre una estera en el suelo; estas acciones las realiza sin tener en cuenta la frágil salud que le acompaña durante toda su vida. En la adolescencia, la devoción a María Santísima y la comunión diaria son sus características de vida. En esta etapa, sin precisarse fecha, se fuga de su hogar, con la intención de peregrinar a Santiago de Compostela, donde vive como limosnero. No tiene éxito, ya que es alcanzado por sirvientes de su padre, quienes lo regresan a su palacio. Su intención de consagrarse a la vida religiosa le hace tratar de ingresar en la orden de los mínimos, pero el superior de la congregación le hace desistir de su intento, con el argumento de que Dios le tiene reservada otra misión. En Valencia, a los 18 años, ingresa en la Orden de los Predicadores (dominicos); se ordena sacerdote en 1547. Es maestro de novicios; caracteriza su cátedra una profunda preocupación porque sus alumnos sigan con estricto apego las enseñanzas del Salvador y la observancia de la Regla de la orden. En 1562 es enviado al Nuevo Mundo para evangelizar a los naturales de Colombia. Arriba al puerto de Cartagena. Tanta es su fe en Dios y sus virtudes que le son concedidos los dones de lenguas, de taumaturgia y de profecía. Sin hablar más que el castellano, los indígenas le entendían. Misiona por Tubera (ciudad andina), Paluato, Cipacoa y Portavento; recorre el territorio desde el Istmo de Panamá hasta las islas del Caribe. Con gran pesar, pero sin protestar, regresa a su patria en 1569, donde retorna su tarea de formar misioneros para catequizar América. Sufre una penosa enfermedad que le produce la muerte, acaecida en el convento dominico de Valencia, España. Es canonizado por Clemente X (1670-1676) en 1671. Es declarado patrono de Colombia. Iconografía: con hábito dominico, en su mano derecha sostiene un crucifijo y en la izquierda, un copón.

 

SÁBADO 11

Beatos: Elías del Socorro Nieves del Castillo, mártir, y Juan XXIII, Papa. San Alejandro Sauli, obispo.

BEATO ELÍAS DEL SOCORRO NIEVES DEL CASTILLO, del hebreo, "mi Dios es Yahvé" (1882-1928). Mártir. Hijo de sencillos campesinos católicos, nace en la isleta de San Pedro, de la laguna de Yuriria (Guanajuato, México). Hace estudios primarios en su tierra natal; a los ocho años recibe la primera comunión y a los 12 enferma de tuberculosis. Está tan grave que se teme por su vida, pero sana. Por desgracia su padre es asesinado y Elías, a sus 13 años, deja los estudios para dedicarse al campo y ayudar al mantenimiento de la familia. Por esta época se menciona que está enfermo de la vista, por lo que desde entonces usa lentes. Al fallecer su progenitora, trabaja como barrendero, cargador y mandadero (1900). Pasan cuatro años y decide consagrarse a Dios en el sacerdocio; ingresa en el seminario de la Orden de san Agustín de la provincia de San Nicolás Tolentino (Michoacán, México), donde está de 1904 a 1911. Continúa en el seminario diocesano de Aguascalientes hasta ser ordenado sacerdote, en 1916. Ejerce su ministerio en la parroquia de La Cañada de Carache, población guanajuatense ubicada entre Cortázar y Celaya (1921). Debido a la persecución religiosa que presenció la República Mexicana, su misión pastoral se altera, ya que en 1926 el gobierno gira la orden de que todos los sacerdotes se trasladen a las grandes ciudades. El padre Elías, por su celo pastoral, no abandona a su feligresía y continúa trabajando en La Cañada, donde los humildes pobladores carecen de vías de comunicación, escuelas e instalaciones sanitarias. Hacia 1927, la persecución se extiende y el presidente municipal, cumpliendo órdenes superiores, manda fusilar a quienes profesan la fe cristiana y a sus sacerdotes. Aun bajo tan difícil situación, el padre Elías administra los sacramentos y celebra la Asamblea Eucarística oculto en casas particulares o bien donde no hay riesgo para su leal feligresía y él se oculta en una cueva del cercano cerro de La Gavia; cuando se percata de la ausencia de tropas, baja al pueblo para dar auxilio espiritual a sus habitantes. Este santo varón, fiel a Dios y al prójimo, vive así 14 meses, viste gastadas ropas, se hace pasar por campesino, hasta que, al pasar ante la soldadesca, éstos advierten que bajo los harapos, asoma su hábito, ahí mismo es aprehendido y conducido a La Cañada, donde el pueblo inútilmente trata de que lo liberen. Los militares lo trasladan a Cortázar (Guanajuato) el 10 de marzo de 1928; antes de llegar, el capitán le menciona que le ha llegado la hora, a lo que el ejemplar sacerdote responde: “... morir por la religión es un sacrificio agradable a Dios". Le es concedido decir una última plegaria, entrega su reloj a dicho militar y, cumpliendo su ministerio hasta el último momento, imparte la bendición al pelotón de fusilamiento, que con respeto se arrodillan a recibida. Reza el Credo y sus últimas palabras son: "¡Viva Cristo Rey!". Beatificado en Ciudad del Vaticano, por el Siervo de Dios Juan Pablo II (1978-2005), el 12 de octubre de 1997. Iconografía: en fotografía con lentes y sotana. Esta causa de canonización continúa en estudio hasta que se realice un milagro de primer orden, como puede ser la sanación total de una enfermedad terminal, que por su única intercesión Dios conceda.


DOMINGO 12

XXVIII DOMINGO ORDINARIO

Nuestra Señora del Pilar

Santos: Serafín de Ascoli, religioso, y Edwin de Northumbria, mártir.

NUESTRA SEÑORA DEL PILAR, del latín, "pilastra", "pilar", (siglo I). De acuerdo con la tradición, el origen de esta advocación mariana surge en la Península Ibérica; se dice que la Santísima Virgen María, de pie sobre un pilar, se le aparece al apóstol Santiago el Mayor (25 de julio), cuando éste se encontraba desolado en la ribera del río Ebro, cercano a la población española de Zaragoza. Son motivo de su preocupación las escasas conversiones de los aún paganos que habitan el lugar. Este hecho ocurre hacia el año 40 de la era cristiana. La Divina Señora solicita al Apóstol que en ese lugar le sea construido un templo con la promesa: “... Permaneceré en este sitio hasta el fin de los tiempos, para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio". Por lo anterior, se reconoce como la primera aparición de la Santísima Virgen María en la era cristiana. El pontífice Clemente XII (1730-1740) fija en esta fecha la conmemoración y Clemente XIII (1758-1769) la proclama patrona de España en 1760. Actualmente la bella e histórica basílica de Nuestra Señora del Pilar, ubicada en Zaragoza, España, es meta de millares de peregrinos de todo el mundo. Iconografía: María Santísima, de pie sobre un pilar y ataviada con vestido engalanado con hermosos bordados, porta en sus brazos al Niño Jesús. Cabe hacer notar que, tradición legendaria o acontecimiento real, la Madre de Dios ha intercedido siempre por nosotros; prueba de ello son las numerosas advocaciones que tiene en el mundo y a las que sus hijos aquí en la Tierra acudimos para confiarle asuntos difíciles. Una breve súplica o jaculatoria con la que es posible solicitar su eficaz intercesión dice: "Escucha, Madre, mis ruegos y suspiros; llegue mi oración a tus oídos".

 

LUNES 13

Santos: Eduardo de Inglaterra, rey, y Geraldo de Aurillac, religioso. Beata Alejandrina María Da Costa, laica.

BEATA ALEJANDRINA MARÍA. DA COSTA, del griego, diminutivo femenino de Alejandro, "vencedor de los hombres" (1904-1955). Laica. Nace en Balasar, Portugal. A los 14 años de edad, para no ser violada, huye por una ventana, pero al caer se lastima, lo cual le provoca una parálisis total, por lo que pasa inválida el resto de su vida (1918). Pese a su juventud y saberse discapacitada, se encomienda a Dios y se coloca en sus manos, ofreciendo su padecimiento por la conversión de los pecadores y la paz del mundo, asolado entonces por la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y sus consecuencias. Expresa su sentir con las siguientes palabras: "No pretendo otra cosa que dar gloria a Dios y salvarle muchas almas". Su estado de salud no le impide continuar como piadosa y difundir el Evangelio. De 1938 a 1942, los viernes de cada semana hace fiel recuerdo de la Pasión del Señor. En el último año citado, logra que el Siervo de Dios Pío XII (1939-1958) declare la consagración del mundo al Corazón Inmaculado de María. Hay testigos de que a partir del 27 de marzo de 1942, y hasta su muerte, no come alimentos ni prueba líquidos, sólo se nutre diariamente con la Sagrada Eucaristía, de ahí su fortaleza y paciencia ante su penosa situación. Aún con sus limitaciones físicas, se integra a la comunidad laical de hermanos cooperadores de la congregación salesiana (los salesianos son fundados por san Juan Bosco, 31 de enero, cuyo patrono es san Francisco de Sales, 24 de enero. De ahí la denominación), donde tiene el mérito de ofrecer su padecimiento por la salvación de la humanidad a través de su cotidiana oración. Alejandrina, feliz por la gracia de Dios, proclama: "Me siento muy unida a los salesianos y a los cooperadores de todo el mundo. ¡Cuántas veces reafirmo mi testimonio de pertenencia y ofrezco mis sufrimientos, unida a todos ellos, por la salvación de la juventud! Amo la congregación. La quiero tanto y no la olvidaré jamás, ni en la Tierra ni en el cielo". Después de una vida de amor a Dios y ofrecerse víctima en expiación de los pecados del mundo, fallece en su tierra natal. Beatificada por Juan Pablo II (1978-2005), en la Ciudad del Vaticano el 25 de abril del 2004. Este querido pontífice señala que la vida de esta beata se resume como un perenne diálogo entre ella y Dios.

 

MARTES 14

Santos: Calixto I, Papa, y Justo de Lyón, obispo. Beata María Poussepin, fundadora.

BEATA MARÍA POUSSEPIN, del arameo, "señora" (1653-1744). Fundadora. Originaria de Dourdan, Francia. Sus padres, Claudio y Juliana, fervientes católicos, forman a sus siete hijos, de quienes María es la mayor, en las virtudes cristianas. El sostenimiento decoroso de la familia proviene de la fabricación artesanal de medias de seda. Después de la muerte de sus padres, la joven se hace cargo del negocio. Se integra en la Cofradía de la Caridad de su parroquia. Más tarde, su país pasa una época de transformaciones sociales y económicas, a las que María se adapta, adquiriendo maquinaria importada para dedicarse a la industria de la lana, con lo que se adelanta a su época como mujer de empresa; en 1691 deja el negocio en manos de Juan, su hermano menor. Se reintegra en la cofradía, donde atiende obras de beneficencia, debido a que la población padece hambre y epidemias. Con el deseo de hacer vida de intensa espiritualidad, ingresa en la Tercera Orden Seglar de Santo Domingo. Deja su tierra natal para radicar en la provincia francesa de Sainville, donde la pobreza es general (1692-1696). En tanto atiende a niños y enfermos, se unen a este servicio varias jóvenes, con las que inicia la congregación de Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación de la Santísima Virgen (1696); obtiene la aprobación pontificia de este instituto en 1724. Sus fundaciones se extienden por diversas poblaciones de Francia. Las Constituciones redactadas por la fundadora, son aprobadas por la Santa Sede en 1738. Dedicada a la oración y al silencio, muere en Sainville; en su testamento recomienda a sus hermanas espirituales continuar, con celo apostólico, la instrucción a la juventud, el cuidado de los enfermos marginados, además de conservar el espíritu de pobreza y amor al trabajo Hoy su obra de servicio al prójimo se encuentra en Europa, Asia, África y América. Es elevada a los altares con la declaración de beata de nuestro recordado Juan Pablo II (1978-2005), el 20 de noviembre de 1994.

 

MIÉRCOLES 15

Santos: Teresa de Jesús o de Ávila, Doctora de la Iglesia; Eutimio el Joven de Athos, abad, y Aurelia de Estrasburgo, religiosa.

SAN EUTIMIO EL JOVEN DE ATHOS, del griego, "de buen ánimo" (824?-886/898?). Abad. Es oriundo de Opso (Ankara, Turquía). Contrajo nupcias con Anastasia, con quien procrea un hijo. Hacia 842 se integra la gran "laura" (conjunto de ermitas que en el Oriente ocupan los monjes) en el Monte Olimpo, ubicado en Bithnia, Grecia; desde entonces adopta el nombre de Eutimio. Años después (849) se traslada al monasterio de Pissidion y posteriormente a la Gran Laura del Monte Athos, donde vive como eremita en una cueva durante tres años. Pasa a Salónica, Macedonia, donde recibe la orden del diaconado (del griego, "servidor"): permanece siendo estilita en el capitel de una elevada columna. Desde lo alto predica la Palabra de Dios y allí mismo atiende a quienes a él acuden. Su fama de hombre santo se extiende, por lo que es buscado por otros santos varones, pero Eutimio, para evitar elogios, huye de regreso al Monte Athos. La gente lo admira por su fe e inmenso amor al Creador, así como por sus virtudes. Convencido de que debía difundir la obra de Dios, establece con sus discípulos la abadía de San Andrés en Peristera, Salónica, donde desempeña el cargo de abad durante 14 años; organiza dos monasterios, uno para varones y otro femenino. El Señor le otorga los dones de realizar múltiples hechos milagrosos (taumaturgia) y de profecía. Quizás agobiado por la avanzada edad, se retira a Athos y, pasados unos meses, al dirigirse a la isla de Hiera, fallece. Su veneración se pierde en la memoria de los tiempos. Un monje de Peristera, llamado Basilio, quien es Metropolitano de Salónica, escribe la biografía de San Eutimio. En ella da fe de varios milagros de su maestro, de algunos de los cuales es testigo y aun beneficiario. También es conocido como Eutimio el Tesalonio o el Nuevo, para distinguido de Eutimio el Grande (20 de enero), quien vive, en el siglo V.

 

JUEVES 16

Santos: Eduviges de Polonia, viuda: Margarita María Alacoque, religiosa, y Gerardo de Mayela, religioso.

SAN GERARDO DE MÁYELA, del germánico, "audaz con la lanza" (1726-1755). Religioso. Las innumerables virtudes de ese santo se atestiguan durante su vida y hasta la actualidad; en casi todo el mundo, se refrenda su eficaz intercesión ante el Padre a favor de las madres y los niños. Es protector de las embarazadas, aun en casos de alto riesgo; intercede por niños prematuros cuando está en riesgo su vida. Lo maravilloso de todo es que de igual forma atiende las súplicas que con fe le dirigen las esposas que por diversas causas no logran embarazarse. Debido a esto, el nombre de Gerardo se ha difundido entre los niños; mientras que para las niñas se ha adaptado el de Mayela. Nace en Muro Lucano (Nápoles, Italia). Sus padres, de escasos recursos y fervientes católicos, lo forman en los valores de Cristo y la devoción a María Santísima. En su niñez gusta pasar el tiempo en una capilla cercana rezando; se dice que a los cinco años, ante la imagen de Nuestra Señora con el Niño Jesús en sus brazos, éste baja hasta Gerardito para jugar con él. En esa época se acerca a comulgar, pero por ser aún pequeño no se lo permiten; esa noche, al llorar en su casa por lo sucedido, el arcángel san Miguel (29 de septiembre) se le hace presente y le da la sagrada forma. Este hecho es comprobado años después. Como su deseo en ser sacerdote, acude al seminario de los capuchinos, pero por su endeble salud no lo aceptan. Al paso del tiempo (1749), misioneros de la orden del Santísimo Redentor (redentoristas) acuden a su tierra natal; les manifiesta su anhelo de consagrarse a Dios, pero otra vez, por su frágil salud, es rechazado. Por lo mismo, sus afligidos padres no quieren que se aleje de su hogar. Los designios de Dios son otros para el joven quien escapa de la casa familiar, acude con los redentoristas y, ante su insistencia, es aceptado. Se le envía al convento italiano de Deliceto, donde, como hermano lego (quien, aun con votos como los demás miembros de la misma, no tiene órdenes sagradas), demuestra su obediencia y sumisión. En 1752 pronuncia sus votos como religioso. Se distingue por pasar horas extasiado en oración ante el Santísimo y absorto en contemplación ante la Virgen María. Se disciplina llevando cilicios (cadenillas de hierro con filosas puntas, colocadas sobre la piel bajo el hábito) y hace constantes ayunos. Sin ser sacerdote, demuestra su espíritu misionero al atender con caridad a quien se le acerca; Dios le otorga el don de la taumaturgia (realizar numerosos y extraordinarios milagros) y el de leer la mente para auxiliar al prójimo en forma acertada. Durante el crudo invierno de 1755, atiende con esmero a los enfermos de la comunidad y enferma de tisis, mal que le provoca la muerte, ocurrida en el monasterio italiano de Materdómini. Canonizado por san Pío X (1903-1914) (21 de agosto). Iconografía: con hábito, crucifijo en sus manos y calavera (alusiva a su vida ascética). En la Parroquia del Santísimo Redentor, ubicada en la esquina de Río Grijalva y Río Po, colonia Cuauhtémoc, de la ciudad de México, atendida por sacerdotes redentoristas, cada domingo dan, a embarazadas, niños y a las mujeres que no han logrado ser madres, a besar la reliquia de san Gerardo de Mayela, para solicitar sus favores.

 

VIERNES 17

Santos: Ignacio de Antioquia, mártir; Juan Colobo el Pequeño, abad, y Úrsula de San Bernardino y compañeras, mártires. Beato Baltasar de Chavarri, presbítero.

SANTA ÚRSULA DE SAN BERNARDINO Y COMPAÑERAS; del diminutivo femenino de Ursus, del latín, "oso" (1794). Mártir de Valenciennes. Durante la Revolución Francesa (1789-1799) se gesta una feroz persecución contra la Iglesia católica y sus representantes, lo cual origina el cierre de conventos, seminarios, templos e instituciones de beneficencia (hospitales, asilos, escuelas, etcétera); los sacerdotes y las religiosas son exclaustrados en todas las regiones donde se establecen gobiernos revolucionarios. Cuando llegan las tropas rebeldes al norte de Francia, a la región de Valenciennes, implantan la ordenanza para cerrar monasterios, templos y todo aquel inmueble en poder del clero católico. Las religiosas ursulinas se establecen en la citada ciudad en 1654 y durante más de cien años realizan una fructífera labor en favor de enfermos, huérfanos y desposeídos; en especial, se avocan a la labor docente dirigida a niños de la calle y al cuidado de pobres. Al tener que abandonar Valenciennes, las madres se refugian en la ciudad belga de Mons; regresan a Francia en 1793, cuando los austriacos se adueñan de la ciudad, y reabren su colegio, que funciona hasta 1794, cuando el ejército francés reconquista la ciudad. Aplicando la ley Lacoste, emanada de la intolerancia revolucionaria, las ursulinas son apresadas en septiembre del año citado y juzgadas por el delito de “... haber vuelto del extranjero sin autorización y abrir un colegio". Al no renegar de su fe y admitir que enseñan la religión católica en su institución, las religiosas son condenadas a morir en la guillotina. Al ver llorar a la hermana superiora, la también beata María Clotilde P. Aillot, la beata María Agustina expresa: "¡Madre mía, vos nos habéis exhortado a ser valientes y, ahora que vamos ser coronadas, os echáis a llorar!". Antes de morir, la madre María Clotilde declara: "Morimos por la fe de la Iglesia Católica, Apostólica Romana". El pontífice Benedicto XV reconoce la fe heroica de estas religiosas por lo que las eleva a los altares en 1920. De las 11 mártires de Valenciennes, dos, las beatas Lilvina Lacroix y Ana María Erraux, son brigidinas, en tanto que la beata Josefina Leroux pertenece a la congregación de las clarisas pobres; las tres se quedan con las ursulinas cuando sus respectivas comunidades son expulsadas. Las otras mártires son: María Natalia Vanot (María Luisa Josefa); María Laurentina de san Estanislao Prin (Juana Regina); Úrsula Bernhard Bourla (Jacinta Augustina Gabriela); María Luisa de san Francisco Ducrez (Maria Genoveva); María Augustina Ketten Jesu Déjardin (María Magdalena). Iconografía: en su camino al martirio, caminan con su hábito religioso, rodeadas de una multitud; en segundo plano se ve el cadalso, con la guillotina; al fondo una iglesia, y en el cielo, ángeles que les esperan en la gloria.

 

SÁBADO 18

Santos: Lucas, evangelista; Atenedoro de Cesárea, obispo, y Amable de Riom, presbítero.

SAN LUCAS, del latín, Lucannus, "matinal", "luminoso" (siglo I). Evangelista y mártir. No pertenece al grupo de los Doce. Al parecer es oriundo de Antioquía de Siria. Cursa estudios avanzados y en la edad adulta ejerce la medicina (Col 4, 14): se convierte al cristianismo. Es compañero de san Pablo (29 de junio) en sus dos últimos viajes misioneros (Hch 27,1 y siguientes). Escribe la tercera versión de los Evangelios sinópticos y el Libro de los Hechos de los Apóstoles, que se basa en narraciones orales de los Apóstoles acerca de la vida y los hechos de Jesús, ambos escritos después del año 80 d.C. En su Evangelio destaca la bondad y misericordia del Mesías en favor de los pecadores arrepentidos; es Lucas quien proporciona más notas acerca de María Santísima, por lo que se le llama "el Cronista de la Virgen María". También es el que concede al género femenino mayor espacio en sus relatos. Este evangelista, a diferencia de los otros tres (Mateo, Marcos y Juan), con su vasta cultura helénica, manifiesta las fuentes en las que se documenta (Lc 1, 1-4). Al morir Pablo, es posible que Lucas haya predicado en La Galia, Italia, Macedonia y Dalmacia, entre otras tierras. El lugar de su deceso quizás es Bitinia, Asia Menor, o Patras, Grecia. Muere mártir victima de las persecuciones paganas. Iconografía: con túnica y manto de época, escribiendo; a su lado, un toro, alusivo al inicio de sus escritos en donde narra el sacrificio de Zacarías en el templo de Jerusalén. Patrono de médicos, farmacéuticos, escritores y pintores, lo último porque se cree, sin haberse comprobado, que hizo una pintura de María Santísima, conocida como la Virgen del Popolo, que se localiza en la basílica de Santa María la Mayor en Roma.

 

DOMINGO 19

Domingo Mundial de las Misiones

Santos: Juan de Brébeuf e Isaac Bogues y compañeros, mártires; Pablo de la Cruz, fundador, y Joel, profeta.

SANTOS JUAN DE BRÉBEUF E ISAAC JOGUES y COMPAÑEROS, del hebreo, "Dios ha hecho gracia" y "Dios ríe", respectivamente (1649). Mártires. Este día la Iglesia conmemora el martirio de seis sacerdotes de la Compañía de Jesús (Jesuitas) y dos laicos que viajaron hacia América, en los siglos XVI y XVII, con el propósito de evangelizar a la entonces Nueva Francia, actual Canadá. En dicho territorio, con celo misionero, realizan numerosas conversiones y bautizos entre los nativos. Por ello, las tribus de indígenas hurones e iroqueses, además de no aceptar la fe del Dios verdadero, aprehenden a los citados misioneros y los ultiman. El Papa Pío XI (1922-1939) canoniza a este grupo de mártires en 1930.

 

LUNES 20

Santos: Artemio de Egipto, mártir: Adelina de Mortain, abadesa, y María Bertila Boscardín, religiosa.

SANTA MARÍA BERTILA BOSCARDÍN, del arameo, "señora", y del germánico, diminutivo de Berta, "brillo" "resplandor" (1888-1922). Religiosa. Es un ejemplo de que Nuestro Señor elige a los sencillos para ser elevados a los altares. Natural de la provincia italiana de Brandola. Sus padres son humildes cristianos dedicados a las faenas campesinas. Recibe formación en Cristo, pero por la precaria situación familiar no asiste en forma regular a la escuela. Habiendo definido su vocación, ingresa en la congregación de Santa Dorotea a los 17 años de edad. Por su escasa instrucción, es confinada a servir en la cocina del convento. Hace su profesión solemne en 1907; sus superioras la envían al monasterio de la población de Treviso, donde colabora con eficiencia en un orfanato. Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), trabaja arduamente como enfermera en el hospital militar, donde se aprecia su eficiencia, espíritu de servicio y valor en los graves momentos cuando la ciudad es bombardeada. Al término del conflicto bélico, se reintegra a su convento y continúa realizando las faenas más sencillas. Se distingue por su obediencia, constante oración, discreción y servicio a quienes le rodean. Al parecer, se le atestiguan hechos milagrosos. Quizá desde las exhaustivas jornadas en el hospital, su salud merma: al ser necesario someterla a una intervención quirúrgica, su débil organismo y los pocos avances de la medicina en esa época motivan su muerte. Canonizada el 11 de mayo de 1961, por el beato Juan XXII, 1958-1963 (11 de octubre).

 

MARTES 21

Santos: Celia o Celina de Lyon, viuda, y Antonio María Gianelli, fundador. Beata Laura Montoya, fundadora.

BEATA LAURA MONTOYA, del latín, "laurel", "victoria" (1874-1949). Fundadora. Ve la primera luz en la ciudad de Jericó en Antioquia, Colombia, Sudamérica. Sus padres, Juan de la Cruz y Dolores, le inculcan principios católicos que cimientan su espiritualidad. Su padre es asesinado, victima de conflictos políticos (1877). La viuda, al no poder sostener a la familia, encomienda la niña a los abuelos, quienes viven en la población colombiana de Amalfi; ellos continúan la formación cristiana de Laura y vigilan sus estudios. A los siete años, aprende el catecismo, por lo que se le permite recibir los sacramentos de la Confirmación, la Penitencia y la Eucaristía. Sigue a su madre en su trabajo de maestra; a los 16 años inicia la misma carrera en la Normal de Medellín, Colombia. Trabaja en varios planteles de Antioquia y después es asignada directora de la Escuela de la Inmaculada Concepción. Tiene un don especial para la enseñanza del catecismo, por lo que es admirada y querida por el alumnado. Por ese tiempo sueña con ser religiosa carmelita, pero Dios la inspira para, por un tiempo, ayudar en el mundo. Siente la necesidad de misionar en las selvas de su país, ya que los indígenas no conocen a Dios. Para hacer realidad su sueño, en mayo de 1914 viaja de Medellín hacia Dabeiba, Antioquia, acompañada por cuatro jóvenes de ideas afines y por su madre, para iniciar la "Obra de los indios"; en 1917 emite su profesión e inicia el noviciado con sus compañeras, lo cual es el antecedente de su fundación llamada Congregación de Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena, cuyo apostolado es evangelizar en las selvas colombianas. Pese a su buena intención, surgen dificultades que son superadas por Laura con sabiduría, prudencia y, sobre todo, con oración. Es un modelo en la defensa de los derechos humanos de los indígenas, por su caridad y amor a Dios y al prójimo. En su labor expresa: "Los pobres para nosotras deben convertirse en lugar de experiencia y de fidelidad al Señor (...). Dejemos actuar al Espíritu en nuestras vidas, haciéndonos ágiles, sencillas, transparentes y sinceras, abnegadas y alegres. El trabajo no debe impedir la alegría, ni mucho menos la oración". Dejando una herencia de santidad, la llamada "Maestrita de los indios" muere en Medellín. La congregación se encuentra diseminada en 19 países en América Latina, incluyendo México; además, están presentes en la República Democrática del Congo, Angola, Italia y España. El Siervo de Dios Juan Pablo II (1978-2005) la beatifica el 25 de abril de 2004.

 

MIÉRCOLES 22

Santos: Elodia y Nunilona de Huesca, mártires; María Salomé, viuda, y Benito de Macerac, abad.

SANTA MARÍA SALOMÉ, del arameo "señora", y helenización del hebreo shalem, "completo", "perfecto" (siglo I). Viuda. Es oriunda de Nazaret, quizá con lazos familiares con María Santísima. Salomé es esposa de Zebedeo, pescador en Betsaida, Galilea; ambos son "padres de los santos apóstoles Santiago el Mayor (25 de julio) y Juan Evangelista (27 de diciembre). Según la Tradición, es del grupo de piadosas mujeres que siguen a Jesús en su vida pública y que están presentes al pie de la cruz del martirio en el Monte Calvario (Mt 27, 56). También ayuda en la preparación del cadáver del Redentor la tarde del viernes santo; el domingo al amanecer, acompañada de otras mujeres, encuentra la tumba vacía. (Mt 27, 61). Quizá muere mártir durante las persecuciones contra los cristianos. Por haber sido leal sierva del Mesías, es incluida en el Santoral de hoy. Iconografía: de acuerdo con la imaginación de cada autor, con túnica de su época, de edad avanzada, al pie de la cruz.

 

JUEVES 23

Santos: Juan de Capistrano, presbítero, y Pedro Pascual de Jaén, obispo. Beato Bartolomé de Braganza, obispo.

SAN JUAN DE CAPISTRANO, del hebreo, "Dios ha hecho gracia" (1386?-1456). Presbítero. Nativo de Capistrano, Italia. Algunas fuentes indican que su padre es noble alemán. Ingresa en la Universidad de Perugia, donde destaca por su inteligencia; se gradúa en Derecho. Ejerce la abogacía con gran reputación. En 1412 es nombrado gobernador de la citada ciudad italiana, donde destaca por su gobierno recto y su lucha contra los corruptos. Al estallar la guerra contra Malatesta (1416), participa en varias reuniones políticas con miras a lograr la paz entre ambos pueblos; sin embargo, es apresado. Algunos biógrafos citan que antes de este hecho contrae nupcias. En cautiverio reflexiona acerca de su existencia y tiene una visión donde San Francisco de Asís (octubre 4) le invita a entrar en su orden, Juan promete hacerlo si logra salir con vida de prisión. De forma inexplicable se le libera y el pueblo es testigo del cambio radical de vida del hasta entonces próspero jurista. Como el matrimonio no logra consumarse, Juan obtiene la anulación, con lo que se le facilita su ingreso en la orden franciscana. Para profundizar en la religión, estudia teología, bajo el cuidado de su maestro, san Bernardino de Siena (mayo 20). A partir de entonces, se entrega a la labor de difundir la Palabra. Recorre en 20 años de misión, no sólo su ciudad y las regiones vecinas, sino también países tan lejanos como Alemania, Austria, Hungría, y Polonia; Moravia (parte de la hoy República Checa), Saboya y Borgoña (actuales territorios de Francia), y Flandes (territorio que abarca parte de Francia, Bélgica y los Países Bajos). Su labor es esencial para mantener la unidad de la Iglesia católica europea en el siglo XV. Su prédica es tan convincente que miles de personas acuden a escucharle; se dice que hasta aquellos pecadores que le escuchan, aun sin comprender su idioma, arrepentidos acuden al santo a implorarle su absolución. En su labor siempre le acompaña un estandarte con el monograma de Jesús (IHS, abreviatura latina de Iesus hóminum salvátor, Jesús salvador de los hombres), rodeado de 12 rayos del sol y coronado de una cruz. Lucha contra la herejía propagada por los husitas, quienes negaban la transustanciación (esto es la conversión de la sustancia del pan y del vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo). Tras la toma de Constantinopla por los turcos y la amenaza de proseguir éstos hacia Europa, impulsa una cruzada para defender la cristiandad y a la ciudad de Hungría (1453-1454). Gracias a ello se derrota a los musulmanes en la Batalla de Belgrado (1456), durante la cual anima a los soldados enarbolando su estandarte y gritando: "Jesús, Jesús, Jesús" y "Creyentes valientes, todos a defender nuestra santa religión". Después de la batalla, entrega su alma al Creador. Canonizado en 1690 por Alejandro VIII (1689-1691). Iconografía: con hábito franciscano, en la Batalla de Belgrado arengando a los cruzados y enarbolando el estandarte arriba descrito.

 

VIERNES 24

Santos: Rafael Guízar y Valencia, obispo, y Antonio María Claret, fundador. Beato Luis Guanella, fundador.

SAN RAFAEL GUÍZAR y VALENCIA, del hebreo,"Dios ha sanado" (1878-1938). Obispo. Nace en Cotija, Michoacán, México; lo bautizan con el nombre de Rafael. Sus piadosos padres, Prudencio Guízar y Natividad Valencia, le procuran formación en los valores de Cristo. Cursa estudios básicos en su tierra natal y después en el colegio de padres jesuitas en la Hacienda San Simón, cercana a la misma. Destaca por ser buen estudiante, además de ser hábil en el aprendizaje de varios instrumentos musicales. Sin ser del todo apegado a la religión, una tarde de tormenta entra a refugiarse en el santuario de Nuestra Señora del Barrio; después de permanecer extasiado en profunda oración, sale con el rostro transformado y define su vocación al sacerdocio. Pide autorización a sus padres e ingresa al seminario de Zamora, Michoacán, en 1894; tiempo después, mueren sus padres. Recibe la ordenación sacerdotal y celebra su Santa misa el 6 de junio de 1901, en la parroquia de Cotija. Desempeña el cargo de docente y director espiritual en el seminario, a la vez que establece colegios en Zamora, Michoacán (ciudad de la que es nombrado canónigo de la Catedral); en Tulancingo, Hidalgo, y Cuernavaca, Morelos. Acompaña en las visitas pastorales al obispo de Zamora, el siervo de Dios Don José María Cázares (1832-1909, mexicano en proceso de beatificación), obteniendo gran experiencia con la feligresía. Desarrolla vasta labor misionera en ciudades mexicanas; su propósito es "ganar almas para Dios". Es gran promotor de la devoción a la presencia de Nuestro Señor Jesucristo en la Eucaristía y de la Santísima Virgen María. En 1907, instituye en Jacona, Michoacán, la cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza, patrona del lugar, así como los Misioneros Esperancistas. Escribe y redacta, con lenguaje comprensible para los lugareños, un sencillo catecismo utilizado en la actualidad. Pese a su servicio y la estima de quienes le rodean, padece calumnias por medio de un agresivo anónimo, de un ex seminarista, lo que motiva que el padre Rafael sea suspendido de su ministerio sacerdotal. Cuando el autor confiesa su falta en público, el fiel sacerdote continúa en su ministerio. Los conflictos sociopolíticos suscitados durante la Revolución Mexicana (1910-1921) no impiden que realice su fecunda labor: atiende a enfermos y moribundos. Recorre pueblos, disfrazado de vendedor de baratijas, evade las balas, se acerca a los heridos y los auxilia a bien morir, llevando oculta la sagrada comunión. En dos ocasiones 1913 y 1931, es exiliado por lo que continúa su ministerio en Cuba, Guatemala, Colombia, Venezuela y el sur de Estados Unidos, países donde se le recuerda por su caridad y generosidad con los marginados. En La Habana, Cuba, organiza fructíferas misiones. Recibe el nombramiento de obispo de Veracruz (1919), y toma posesión de la diócesis de Xalapa, el 9 de enero de 1920. Destaca por su afabilidad, alegría y continua sonrisa; caritativo al extremo, auxilia a los afectados por un terremoto en Xalapa y dispone que el dinero recaudado para hacerle una recepción en el obispado, se dedique a la atención de los damnificados. Realiza una ardua labor episcopal de 1920 a 1938. Asiste a los pobres, atiende la formación de futuros sacerdotes, administra los sacramentos, catequiza a niños y adultos, organiza coros, dirige horas santas, etcétera. Fortalecido en la oración y en la devoción a María Santísima, supera las dolencias y los malestares producidos por la flebitis crónica y la diabetes, que por los escasos avances médicos de su época provocan su muerte a los 50 años de edad, acaecida en la Ciudad de México; sus restos-reliquia son trasladados al cementerio de Xalapa. En 1950, para efectos de su causa de beatificación, se realiza la exhumación del cadáver que se encuentra incorrupto; Sus reliquias son colocadas en una capilla de la Catedral de su diócesis. El Siervo de Dios Juan Pablo II (1978-2005) lo beatifica el 29 de enero de 1995 y es canonizado por Benedicto XVI en el Vaticano el 15 de octubre de 2006. Iconografía: en fotografías con atavío episcopal y una dulce sonrisa en los labios.

 

SÁBADO 25

Santos: Gaudencio o Gabino de Brescia, obispo; Crispín y Crispiniano de Roma, mártires, y Antonio de Santa Ana Galvao, presbítero.

SANTOS CRISPÍN y CRISPINIANO DE ROMA, del latín, "de pelo crespo", "de pelo rizado" (siglo III). Mártires. Estos dos hermanos laicos de culto inmemorial, son de origen romano, naturalizados franceses, radicados en Soissons, Francia, donde, en forma coloquial, se les conoce por "cuidar más las almas, que los pies de sus clientes". Lo anterior se origina al ser escrita su Passio francesa, donde se narra su vida a partir de la juventud y su martirio en aras de la fe. Aprenden el oficio de zapateros, para ocultar la acción evangelizadora que realizan con los que a ellos acuden por cuestiones de trabajo. Recorren varias ciudades de Europa, por lo que también Inglaterra se ha adjudicado su nacionalidad. A la vez que huyen de las persecuciones paganas, difunden la Palabra de Dios. Su clientela en todas las ciudades es numerosa; lo que les ayuda a ganar lo suficiente para regalar calzado a los pobres, es lo que obtienen con la venta a los ricos de un magnifico zapato. Los compradores se quedan extasiados con las catequesis que los hermanos les transmiten. Al paso del tiempo, son denunciados a las autoridades, encarcelados y sometidos a múltiples tormentos hasta morir decapitados. Iconografía: antiguos grabados los muestran con vestimenta de época, fabricando zapatos en su misión evangelizadora. Intercesores de los zapateros y peleteros en todo el mundo.


DOMINGO 26

XXX Domingo Ordinario.

Santos: Evaristo I, Papa y mártir; Luciano y Marciano de Vich, mártires, y Cutberto de Canterbury, obispo.

SAN EVARISTO I, del griego, "agradable", "complaciente" (siglos I-II). Papa y mártir. Originario de Grecia, es hijo de padres, al parecer judíos. No se conoce la fecha de su primer viaje a Roma, donde ya convertido se integra al servicio de la Santa Sede. Ocupa el orden quinto después de san Pedro, electo hacia el año 97. Al percatarse de que la población cristiana aumentaba, organiza la ciudad de Roma en siete parroquias (del latín, parochia, iglesia destinada para los fieles de una comunidad determinada). Instituye las primeras siete diaconías, que encarga, tomando en cuenta su experiencia, a los sacerdotes más ancianos (del griego, prebyteros, "el más anciano"; de ahí el término presbítero, usado en la época actual para, en forma indistinta, designar al sacerdote) y nombra obispos. Esta organización es el antecedente de lo que, al correr de los años, se convierte en el Colegio Cardenalicio. Proporciona indicaciones con el propósito de que los matrimonios se celebren acordes con la tradición apostólica. Muere en Roma, hacia el año 107. La Iglesia lo venera como mártir, ya que se considera que fallece victima de las persecuciones del pagano emperador Trajano (53-117). Sus reliquias reposan cerca del sepulcro de san Pedro. Desde su deceso se le ha rendido culto como santo, debido a que en ese tiempo a los pontífices así se les considera.

 

LUNES 27

Santos: Frumencio de Etiopía, mártir, y Vicente de Ávila y compañeros, mártires. Beata Antonieta de Brescia, abadesa.

BEATA ANTONIETA DE BRESCIA, diminutivo femenino del latín, Antonius, nombre de una gens romana (1407-1507). Abadesa: De origen italiano, nace en Brescia, Lombardia. Se deduce su formación en los valores evangélicos, ya que en su juventud profesa en la orden de las religiosas dominicas de su tierra natal, donde permanece por espacio de 30 años. Sus múltiples virtudes y su ejemplo de vida permiten que sea nombrada abadesa en el monasterio de la ciudad de Ferrara{Emilia, Italia), donde se da cuenta de que la disciplina se había relajado, pues las religiosas disfrutan de comodidades aprobadas en su estado de vida; por lo anterior, expresa: "Sabed hermanas, que es con la esperanza de compartir vuestros méritos y vuestras oraciones, y no para mantener vuestras comodidades y vuestro ocio, por lo que las gentes del mundo os dan limosna". Las monjas reconocen el error en el que están y apoyan a la nueva abadesa, quien a su vez desempeña el cargo con exacto cumplimiento a las Constituciones de la orden, a la que adiciona reformas con el propósito de hacer más apropiada la disciplina. Con eficiencia en el trabajo administrativo, hace que los bienes y donativos que se reciben sean distribuidos en forma equitativa y generosa entre los necesitados. La misión de esta abadesa es atestiguada y reconocida por el pueblo y sus hermanas espirituales, hasta su muerte centenaria acaecida en el citado monasterio italiano. Por su fama de santidad, el pueblo inicia su veneración inmemorial.

 

MARTES 28

Santos: Simón el Cananeo y Judas Tadeo, apóstoles y mártires; Abraham de Éfeso, obispo, y Cirila y Anastasia de Roma, mártires.

SANTOS SIMÓN EL CANANEO y JUDAS TADEO, del hebreo, "Dios ha escuchado y "alabanza a Dios", respectivamente (siglo I). Apóstoles y mártires. Se les celebra juntos, porque se cree que así predicaron la Palabra de Dios. Forman parte del Grupo de los Doce apóstoles que acompañan a Jesús. SIMÓN: pertenece a la tribu de Zabulón; tiene por sobrenombre el Cananeo (Mt 10,4), ya que al parecer es originario de la población de Caná de Galilea, donde el Mesías realiza su primer milagro (Jn 2, 1-11). También es conocido como el Zelote (Lc 6, 15), por considerársele miembro del grupo político-religioso de los zelotes, quienes pretenden liberar al pueblo del Imperio Romano. Es enlistado en el antepenúltimo sitio. Como se menciona, predica con san Judas Tadeo en Egipto, Mesopotamia y Persia. JUDAS TADEO: el evangelista san Lucas (6, 12-19) lo cita en el último lugar de los Doce; por cuanto en el evangelio de san Marcos (3, 18) se le llama Tadeo (del latín, Thahddeus, "el que alaba"). Quizá sea pariente de Jesús de los llamados "sus hermanos" que equivale a "primo", ya que en arameo no existe la traducción de "primo". Se le atribuye una Carta o Epístola canónica en el Nuevo Testamento, escrita en el siglo I de nuestra, era donde exhorta a los cristianos a mantenerse firmes en la fe, denuncia a los falsos maestros y ataca a los agnósticos (del griego, "conocimiento"; el gnosticismo, una doctrina que data de los primeros siglos del cristianismo, afirma que la salvación viene por medio del conocimiento superior sobre Dios, el hombre y el mundo, o sea por iluminación y meditación, por lo que no es necesaria la fe). Tal vez la muerte de estos santos ocurre en Persia. La Tradición indica que Simón es aserrado por la mitad y a Judas lo matan a golpes de maza. Iconografía: ambos con túnica y capa de la época, como atributos el cerrote y la maza, según el martirio de cada uno.

 

MIÉRCOLES 29

Santos: Narciso de Jerusalén, obispo; Joaquín Royo, mártir, y Hermelinda de Bravante, penitente.

SAN NARCISO DE JERUSALÉN, del griego, "sopor", "sueño profundo" (222). Obispo. Antiguas crónicas indican que nace en Grecia, aunque otras narraciones indican que es natural de Jerusalén. Como es de entenderse con los santos de los primeros siglos, se desconocen detalles anteriores a su juventud, cuando se cree que recibe el bautismo y la doctrina de Cristo de discípulos de los Doce. Antiguas crónicas señalan que es nombrado obispo de Jerusalén cerca de los 80 años de edad, en el año 180. Preside el sínodo de Palestina hacia el año 195, cuando se fija la fecha para la celebración de la Pascua. En el desempeño episcopal, destaca por su apego y estricto cumplimento a las enseñanzas de Jesús; por lo mismo, padece calumnias, por lo que se ve obligado a renunciar a su sede episcopal y retirarse a la vida eremítica por espacio de ocho años. Luego de ese lapso, los que lo acusan en falso confiesan su mentira y Narciso retorna a su sede en Jerusalén, donde continúa su misión; en vida se le atribuyen hechos milagrosos hasta su muerte con fama de santo ocurrida en la citada ciudad. Su obispo coadjutor (del latín, "ayudante"), san Alejandro de Jerusalén (18 de marzo), indica que Narciso muere a los 116 años. Su veneración se pierde en la memoria de los tiempos. Iconografía: con atavío común a los obispos; a su lado, un ángel conduciéndole a la gloria celestial.

 

JUEVES 30

Santos: Marcelo de León y compañeros, mártires, y Gerardo de Potenza, obispo. Beata Dorotea Swarz, viuda.

SAN NARCISO DE JERUSALÉN, del griego, "sopor", "sueño profundo" (222). Obispo. Antiguas crónicas indican que nace en Grecia, aunque otras narraciones indican que es natural de Jerusalén. Como es de entenderse con los santos de los primeros siglos, se desconocen detalles anteriores a su juventud, cuando se cree que recibe el bautismo y la doctrina de Cristo de discípulos de los Doce. Antiguas crónicas señalan que es nombrado obispo de Jerusalén cerca de los 80 años de edad, en el año 180. Preside el sínodo de Palestina hacia el año 195, cuando se fija la fecha para la celebración de la Pascua. En el desempeño episcopal, destaca por su apego y estricto cumplimento a las enseñanzas de Jesús; por lo mismo, padece calumnias, por lo que se ve obligado a renunciar a su sede episcopal y retirarse a la vida eremítica por espacio de ocho años. Luego de ese lapso, los que lo acusan en falso confiesan su mentira y Narciso retorna a su sede en Jerusalén, donde continúa su misión; en vida se le atribuyen hechos milagrosos hasta su muerte con fama de santo ocurrida en la citada ciudad. Su obispo coadjutor (del latín, "ayudante"), san Alejandro de Jerusalén (18 de marzo), indica que Narciso muere a los 116 años. Su veneración se pierde en la memoria de los tiempos. Iconografía: con atavío común a los obispos; a su lado, un ángel conduciéndole a la gloria celestial.

 

VIERNES 31

Santos: Quintín de Roma, mártir; Jerónimo Hermosilla, mártir, y Alonso Rodríguez, religioso.

SAN JERÓNIMO HERMOSILLA, del griego, "el de nombre sagrado" (1800-1861). Mártir. Natural de la población española de Santo Domingo de la Calzada en La Rioja. Su familia es de escasos recursos; su padre, Agustín, muere cuando él tiene 10 años de edad. Al enviudar, su madre, Catalina, padece penurias para sostener a sus nueve vástagos. Para sufragar los gastos, trabaja como ama de llaves en la casa de un sacerdote, futuro maestro del niño, quien durante cinco años se convierte en acólito, mozo y ayudante del clérigo. A los 15 años, Jerónimo reside en el arzobispado de Valencia, España, donde sirve su hermano Millán. Después ingresa en el seminario diocesano. Como algunos de sus maestros son de la orden de predicadores (dominicos), el joven es cautivado por la espiritualidad de santo Domingo de Guzmán (8 de agosto), por lo que decide ingresar en dicha orden (1819). Por conflictos políticos en su país, interrumpe sus estudios eclesiásticos y es obligado a alistarse en las tropas del monarca Fernando VII (1784-1833) en 1820. Al terminar el combate, reanuda el noviciado en la orden dominica (1823). Un año más tarde, con otros compañeros, embarca hacia Manila, Filipinas, en cuya universidad cursa teología (1825-1829). Ese mismo año se traslada a Tonkin (actual Vietnam), en misión evangelizadora, donde se prepara aprendiendo la lengua del lugar y realiza una vasta labor docente con los catequistas, a quienes documenta en moral, liturgia, dogma y latín, entre otras materias; asimismo, colabora con las religiosas dominicas. Padece una encarnizada persecución por su fe católica y atestigua incontables asesinatos y martirios de sacerdotes; inclusive es perseguido, pero Dios aún lo necesita en la misión terrenal. Al morir mártir el obispo de Tonkin, san Ignacio Clemente Delgado (12 de julio), acepta por obediencia sustituido (1841), aun en medio de tenaces persecuciones contra la iglesia. Realiza un arduo trabajo episcopal, verificado en registros de su diócesis: trabaja oculto en lugares en apariencia seguros, recorre bosques, selvas o zonas pantanosas, rodeando caminos para evitar la persecución, a pie o en transporte, sin importar las inclemencias del tiempo; efectúa en forma comunitaria miles de bautizos, confirmaciones, confesiones y primeras comuniones de niños y adultos, además de celebrar matrimonios y, diariamente, la Eucaristía; también proporciona auxilio espiritual a los agonizantes. Los últimos cuatro años de vida, su trabajo lo realiza escondiéndose en cuevas, desde donde escribe las que se conocieron como Cartas de la cautividad, dirigidas a los convertidos al catolicismo, quienes a su fecunda misión. El pagano monarca Tú-Duc, (1830-1833) se ensaña a martirizar a numerosos sacerdotes, religiosos y laicos, hasta que por una denuncia el fiel obispo es capturado, colocado en una jaula y ultimado por decapitación, después de dedicar 12 años al sacerdocio y 20 a su sede episcopal. Canonizado por el Siervo de Dios Juan Pablo II (1978-2005) el 19 de junio de 1988.


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