FOLLETO EVC 631

EL SIDA

- Un Flagelo Inesperado -

R.P. Pedro Herrasti, S. M.

 

INTRODUCCIÓN

Es una verdad conocida el que Dios perdona siempre, el hombre a veces, pero la naturaleza, nunca. Las leyes naturales, impuestas por el Creador y por lo tanto leyes Divinas, son inexorables; por ejemplo, la ley de la gravedad: siempre las cosas caen hacia el centro de la tierra.

El hombre científico no inventa leyes, tan solo las descubre y aprovecha. Las leyes ya estaban inscritas desde antes en la materia. Desde las leyes gravitacionales de las galaxias, hasta los procesos internos de la materia orgánica. La inteligencia del hombre va desentrañando maravillosamente los misterios del átomo y de la electrónica, las leyes genéticas y las distancias astronómicas. La naturaleza funciona como funciona, por la Voluntad del Sumo Hacedor.

No puede el ser humano violar impunemente las leyes naturales. Cuando intentamos ignorar dichas leyes, la naturaleza cobra su precio; por ejemplo en la ecología que tanto nos preocupa actualmente. Nos va en ello la vida; o respetamos a la naturaleza, o desaparecemos del planeta Tierra.

 

EL SIDA.

En el año de 1981, en Estados Unidos, fueron detectados los primeros casos dramáticos de personas, que carecían absolutamente de defensas en contra de los diversos virus que pueden atacar al ser humano. Su sangre había sido degenerada y cualquier infección los conducía inexorablemente a la muerte. Normalmente cuando somos infectados por algún virus, nuestra sangre se encarga de atacar y destruir al enemigo, sea una gripe o un sarampión. Pero si nuestras defensas naturales son devastadas por un super virus, quedamos a merced de cualquier enemigo viral. El cuerpo incapaz de reaccionar languidece y muere irremisiblemente.

A esta deficiencia de inmunidad se le ha llamado Síndrome de lnmunodeficiencia Adquirida o para abreviar, SIDA.

Dos años después, tanto en Francia como en Estados Unidos, se logró aislar al terrible virus llamados VIH (Virus de lnmunodeficiencia Humana). Los científicos en todo el mundo trabajan arduamente para fabricar una vacuna en contra del VIH, pero reconocen que faltan años para poder controlarlo.

ORIGEN Y TRANSMISIÓN DEL SIDA.

Mucho se ha especulado acerca del origen de dicho virus. Algunos creen que proviene de relaciones sexuales con animales entre las poblaciones de Africa. De ahí pudo haber pasado a Haití y luego a los Estados Unidos.

El contagio se dio al principio sobre todo en los grupos de homosexuales masculinos. Los movimientos llamados "gay" en Estados Unidos, han sido fuertemente conmocionados y son harto conocidos los nombres de artistas y modistos que han muerto a resultas del SIDA.

Hubo al principio un auténtico terror al contagio, suponiendo que bastaba dar la mano a un enfermo, para recibir el VIH.

Ahora sabemos que el contagio proviene de tres fuentes contacto sexual, transfusiones de sangre infectada y el uso entre drogadictos de jeringas infectadas.

El SIDA se ha extendido por todo el mundo de manera incontrolable; ha contagiado a personas de todas las categorías: homosexuales en primer lugar, pero también heterosexuales, hemofílicos, drogadictos y hasta niños.

Con los métodos científicos actuales, los médicos creían al principio poder contar con una vacuna en cuestión de dos años, pero el VIH ha resultado ser un extraño virus mutante, que cambia de estructura con una facilidad asombrosa y se defiende astutamente en contra de cualquier medicamento. Se ha logrado prolongar la vida de los infectados un año o dos, pero fatalmente sucumben.

Una persona puede estar ya infectada, sin saberlo, y llevar una vida sexualmente activa hasta por diez años. Durante este tiempo, pudo haber contagiado a muchas personas. Durante este lapso, son llamados "cero-positivos". De pronto se manifiesta la enfermedad y muere en poco tiempo, después de una agonía verdaderamente terrible.

ESTADO ACTUAL DEL PROBLEMA

Han pasado más de 10 años y los científicos están sumamente pesimistas. En el mes de julio de 1992,se celebró en Amsterdam un congreso, la octava Conferencia Internacional del SIDA, con la asistencia de nada menos que 11,000 investigadores. Existía un ambiente de frustración, fracaso y de una creciente tragedia. Después de haber invertido miles y millones de dólares en contra del SIDA, no se ha conseguido prácticamente nada. El mal avanza incontenible. No hay vacuna ni tratamiento, ni curación posible.

La Organización Mundial de la Salud, estima que ya hay 30 millones de enfermos y otros expertos calculan que la cifra puede llegar a 110 millones para el año 2000.

Lo que más abrumó a los científicos, fue la revelación de que se han encontrado ya algunos casos que presentan los mismos síntomas deI SIDA, sin la presencia del virus VIH. Se teme que exista otro virus todavía no detectable o que el VIH haya sufrido transformaciones asombrosas que lo hacen prácticamente invulnerable.

Si al principio la infección del SIDA se daba sobretodo entre hombres homosexuales, ahora las mujeres están siendo contagiadas a gran velocidad. Para el año 2000 habrán superado el número de los hombres. La epidemia está pues, totalmente fuera de control.

En Africa hay toda clase de dificultades para llevar una estadística real, pero a pesar de ello se calcula que se da el 69% de los casos de SIDA. En Estados Unidos el 16%, en Europa el 6% y en América Latina tenemos un 9% por desgracia. En otra estadística, los contagiados son en un 58% homosexuales; el 23% drogadictos que se han inyectado con jeringas usadas infectadas. Pero también hay un 6% de heterosexuales.

Como van las cosas, parece el SIDA será la más grande epidemia del Siglo y la que más muertes ha de causar. En 1918 la "influenza española" mató a 20 millones de personas, o sea el 1% de la población mundial de aquel entonces. El SIDA tal vez sea peor antes del año 2000.

RESPUESTA AL SIDA

Los gobiernos de todo el mundo se han preocupado evidentemente del problema y han destinado muchísimo dinero, tanto a la investigación, como a la prevención del mal. Se han adoptado en muchos países programas para concientizar a la población de la gravedad de la situación y a prevenir el contagio con la práctica del llamado "Sexo Seguro" con el uso de preservativos o condones.

En nuestra Patria el CONASIDA se ha encargado de anunciar el uso de condones y los ha llegado a repartir en el metro, en las escuelas secundarias, etc. Lástima que todo ello no haya detenido la plaga.

Al analizar las relaciones sexuales, separándolas absolutamente de su fin propio procreativo, al repartir preservativos al por mayor, al presentar por la televisión los encuentros sexuales, sin la más mínima relación con el matrimonio, sin la menor trascendencia, lo que se ha logrado es la promiscuidad en todos los niveles sociales y dado que los condones o no se usan o no son 100% seguros, la pandemia del SIDA sigue difundiéndose.

Se ha querido superar el SIDA controlando los efectos en vez de las causas. Evidentemente la causa de la epidemia, no es la falta de condones, sino el exceso de promiscuidad. Mientras no se corrija esa mentalidad materialista, hedonista y permisiva, estaremos sumergidos en un terrible problema de vida o muerte. Toda acción humana tiene consecuencias ya sea para uno mismo o para el prójimo; así pues es de razón pensar y analizar antes de actuar, sobre todo cuando está de por medio nuestra felicidad en esta vida y en la otra.

Ciertamente todos queremos ser felices, pero no hace falta ser muy perspicaz para darnos cuenta de que ciertos comportamientos, emanados de valores equivocados, no dan la felicidad. Mientras los vicios destruyen al ser humano, las virtudes lo realizan plenamente.

LA IGLESIA ANTE EL SIDA

Para comprender la posición de la iglesia ante este problema, hay que tomar antes en consideración la visión que se tiene del hombre y de la vida misma. Quien piensa del hombre y de la vida en términos materialistas, necesariamente propondrá medios que no rebasen este nivel.

Quien tenga una visión integral de la vida y del hombre y los entienda como un espíritu encarnado, como un cuerpo con un alma, tendrá un criterio distinto para juzgar de lo apropiado de los métodos empleados.

Pero todavía más: si alguien acepta la visión católica que, además de la visión humana de la integridad del alma y cuerpo, sabe que la vida es un regalo de Dios y que el hombre y la mujer son colaboradores divinos al engendraría, tendrá otro criterio muy distinto para juzgar los medios convenientes para precaverse y preservarse del SIDA.

No es de extrañarse que cuando en los medios de comunicación se entrevista a personas para quienes el hombre y su vida no tienen trascendencia y todo se reduce a una aritmética de placeres, se expresen lógicamente buscando las formas más adecuadas para obtener el mayor placer sexual en terreno seguroy recomiendan los medios que han encontrado para ello, por ejemplo, el uso del condón.

Tampoco es de extrañar que reaccionen con fuerza, incluso ridiculizando, contra quienes piensen de otra manera, pues defienden apasionadamente su "derecho al máximo placer" y aseveran con el mayor aplomo que su pensamiento es el de las mayorías y que las minorías no pueden ni deben imponer su manera de pensar a las mayorías.

Concediendo que cada quien es libre de pensar como quiera, la autoridad competente deberá plantearse una seria interrogante acerca de si el modo materialista de concebir la vida y al hombre, no está instrumentando acciones que en lugar de prevenir la enfermedad, estén en cambio allanándole fácilmente el camino hacia la destrucción y la muerte.

Desde la aparición del Síndrome de lnmunodeficiencia Adquirida, la Iglesia Católica se ha preocupado de conocer a fondo la problemática, asesorándose de médicos e investigador* y demás expertos en la materia, con el fin de iluminar y guiar a los fieles católicos sobre puntos tan importantes como es el cuidado de los enfermos de SIDA, los medios de prevención, indicando claramente su postura sobre los medios lícitos y los no lícitos.

MEDIOS PARA PREVENIR LA ENFERMEDAD

No todos los medios que se proponen son moralmente lícitos. CONASIDA yerra desde el principio al considerar al SIDA como una simple epidemia y negar que sea un problema moral. Es como querer tapar el sol con un dedo.

"Haz el amor responsablemente con tu pareja" es una frase absolutamente inmoral y equivocada. En primer lugar confunde el amor con un acto sexual cualquiera. Nadie "hace el amor" con una prostituta. El amor no tiene lugar en los burdeles. En segundo lugar, ubica la "responsabilidad" en el hecho de evitar, a como dé lugar, dos cosas: un "embarazo no deseado" y en segundo, el SIDA. No le importa a CONASIDA si el acto sexual haya sido entre adolescentes solteros, si entre adultos casados o no, si entre personas del mismo sexo o no. Lo único que le importa a CONASIDA es evitar los niños y el SIDA. ,¿Podemos llamar a todo esto usar lo sexual con responsabilidad?

Es por eso que el Cardenal Alfonso López Trujillo, presidente del Consejo Pontificio para la Familia, envió al Congreso Mundial de Amsterdam, anteriormente citado, un formidable documento del que entresacamos el siguiente párrafo:

"Para prevenir la difusión del SIDA en la mayoría de los casos, para llevar a cabo una obra de prevención auténtica, no se puede proponer el recurso a medios que atentan contra la dignidad y la salud humana. Estos remedios son falsos y, por tanto el mero hecho de proponerlos implica una falta de responsabilidad. La publicidad de esos medios constituye un condicionamiento que perjudica, sobre todo a los jóvenes, porque favorece el abuso de la sexualidad o el uso de la droga y por consiguiente, promueve la misma difusión del SIDA. Hacer publicidad a este tipo de "prevención" significa fomentar el comportamiento promiscuo y la degradación moral."

 

MEDIOS LÍCITOS

Los medios lícitos para prevenir el SIDA, de acuerdo a la visión católica del hombre y de la vida, son simplemente CASTIDAD PREMATRIMONIAL y LA FIDELIDAD CONYUGAL. Para el católico esto significa la abstención de relaciones sexuales antes del matrimonio y una vez casados, ser fieles al esposo o esposa. Esto no es nada nuevo, sino todo lo contrario; desde siempre dijo Dios: "No fornicarás" y "No desearás la mujer de tu prójimo" y esta es la perfecta fórmula para el "sexo seguro"

El mejor "manual" para el manejo del ser humano nos lo dio nuestro mismo Creador y se puede resumir en los antiguos 10 Mandamientos. No solamente no han pasado de moda, sino que es urgente comprenderlos y cumplirlos, enseñados y ayudados por la Iglesia Católica, "experta en humanidad" según la feliz frase de Paulo VI.

Es cierto que estamos en una cultura permisiva que dice haber roto el tabú del sexo. Esta cultura está cerrada a Dios y a su Ley.

Esta cerrazón distorsiona necesariamente la dimensión sexual del hombre y el sentido mismo de la vida, tornándola en una cultura de muerte. Prueba de ello es la aceptación, al final, del aborto como solución a "embarazos no deseados" No ha habido guerra que haya provocado tantas muertes como la despenalización del aborto en los países "de avanzada".

La voz de la Iglesia, obviamente entra en discordancia con los postulados de la cultura de la muerte y será atacada y ridiculizada, tildada de anacrónica, oscurantista, reaccionaria, etc. ¡Pero solamente ella en todo el mundo, defiende la dignidad del hombre y la vida misma!

Contravenir las leyes naturales de la sexualidad es atentar contra la ecología del hombre. Del mismo modo que no podemos usar del mundo a nuestro antojo sin respetar sus leyes ecológicas, so pena de extinción, tampoco podemos usar la sexualidad indiscriminadamente como pretende el mundo materialista. El resultado ha sido esta enfermedad que nos está diciendo dramáticamente lo que NO debemos hacer.

MEDIOS ILÍCITOS

No son lícitos y por lo tanto pecado, según la Moral Católica, toda clase de medios artificiales que impidan que el acto sexual quede abierto a la vida.

En la mentalidad del católico y en su conciencia, debe quedar bien claro que no es lícito el uso de preservativos o condones, no digamos ya en relaciones extra-matrimoniales, pero ni siquiera con el cónyuge, porque de suyo impiden el desarrollo normal del acto sexual, destinado a la fecundidad.

Según el plan de Dios, expresado en las leyes naturales, la acción sexual es el canal por donde fluye el don divino de la vida. Si este canal se obstaculiza para que la vida no se transmita, caemos en un rechazo abierto al plan de Dios. Este rechazo constituye la malicia pecaminosa de los anticonceptivos de cualquier clase, incluidos por supuesto, los condones.

FACTIBILIDAD DE LOS MEDIOS LÍCITOS

Es cierto que los dos medios que admite la Iglesia: la castidad en los solteros y la fidelidad en los casados, son muy difíciles y a muchos les parecerán idealistas, lejanos de la realidad e impracticables en el mundo actual, libre de tabúes.

No falta quien asegura que hasta son propiciadores del SIDA debido a su rigorismo, lo cual es una total falacia, pues por el contrario, CASTIDAD Y FIDELIDAD son el mejor medio para prevenir el contagio.

Para todo católico la Fe nos da la certeza de ser hombres y mujeres creados a imagen y semejanza de Dios. Nuestra plena realización como seres humanos se da en la dimensión trascendental de la Gracia, y sabemos que fiel es Dios que no permitirá que seamos tentados más allá de nuestras fuerzas.(1 Cor 10:33)

Este lenguaje resulta ciertamente incomprensible para quien no tiene fe. Es como hablar un idioma extranjero a quien no comprende ni una palabra del mismo. Pero "esta es la victoria que vence al mundo nuestra fe" (1 Jn.5:4)y que parece como "locura para los judíos e insensatez para los paganos" (1 Cor 10:13).

 

LA CULTURA DE LA MUERTE VENCIDA POR LA CULTURA DE LA VIDA

Hay que nadar en contra de la corriente y esto no es fácil. Tenemos miedo de ser tildados de anticuados, fanáticos y estúpidos, pero sabemos que la corriente lleva a la muerte. Luchar en contra de ella es luchar por la vida y la misma supervivencia del género humano.

El mundo en primer lugar, evita los hijos con los anticonceptivos; primer error: se habla en términos amarillistas de la "explosión demográfica" alterando cínicamente las estadísticas; pero no se habla para nada de la IMPLOSION demográfica, o sea, de la disminución de la población en países como Alemania, Francia, Dinamarca, Suiza, Suecia, etc. que ponen en peligro de extinción razas enteras y que han propiciado la inmigración incontrolable a Europa de africanos y asiáticos. Estados Unidos está siendo invadido por millones de inmigrantes documentados o indocumentados y no pueden solucionar el problema cerrando las fronteras porque, entre otras cosas, necesitan mano de obra.

Después del error anticonceptivo, tenía que venir la mente antinatalista y se acepta el aborto con el nombre inocente de "embarazo interrumpido"; al niño asesinado se le llama "producto" para no escandalizar y se le tira a la basura. Un pueblo que admite el aborto como solución a los desmanes sexuales, cae por su propio peso en el tercer grado de extinción ecológica: la eutanasia. Ahora los ancianos improductivos, enfermos o molestos, estorban y hay que facilitarles o producirles una "muerte digna" (sobre todo si hay dinero que heredar) y los matan.

Y no solamente eso; ante la permisividad sexual, el hombre, hastiado de relaciones normales, ha caído en la homosexualidad, tanto masculina, corno femenina, y bien sabemos que los homosexuales no se multiplican, son una especie en extinción por definición.

En este panorama de la cultura de la muerte, que es lo que los medios de comunicación propagan a diestra y siniestra, y los Gobiernos propician incesantemente, la Iglesia se yergue como la única voz en defensa de la vida. Cristo vino para vencer la muerte y para que a través de su cruz, "tuviéramos vida, y vida en abundancia" (Jn. 10: 10)

 

ACCIONES URGENTES ANTE LA PANDEMIA DEL SIDA

Ante el fracaso evidente de las políticas gubernamentales, que no han hecho sino empeorar la situación, la Iglesia (todos nosotros) debe atenerse a la Palabra de Dios que nos dice: "La Verdad os hará Libres" (Jn.8:32).

1 - INFORMACIÓN: La primera necesidad a la que la Iglesia debe dar respuesta urgente, es la de brindar a la comunidad información y divulgación adecuadas sobre el SIDA; sus fuentes de contagio, los mecanismos auténticos de prevención y los intentos científicos de curación.

2 - EDUCACIÓN CON BASE EN NUEVOS VALORES: El Evangelio es doctrina siempre nueva y oportuna. La crisis generada por la pandemia del SIDA, le da a la Iglesia la oportunidad de iniciar un proceso pedagógico transformador, basado en los fundamentos evangélicos. Toda la información que se ha querido dar a la juventud "superando los tabúes de antaño", no ha ayudado en absoluto a resolver el problema de la sexualidad porque no ha sido acompañada de una auténtica educación sexual. Se le dice al niño todo acerca del sexo, pero no se le educa a usarlo según la ética, la higiene y la moral. Dar información sexual sin la adecuada educación, es como darle a un niño un rifle y enseñarlo a disparar sin educarlo en el respeto a la vida humana.

Al mismo tiempo que se imparte toda la información posible, se debe educar al joven en el auto dominio en la castidad prematrimonial, en el respeto a su sexualidad y de la de los demás, en la valoración de la sublimidad del sexo en la, especie humana, en la Voluntad Divina acerca de las relaciones sexuales, etc.

No es lícito convertir a una persona en objeto de posesión y uso, en "objeto sexual", para satisfacer una pasión. Dios puso en los animales el instinto, pero al hombre lo dotó de razón y voluntad para dominar rectamente sus impulsos.

3 – PROCLAMAR LA VERDAD: No debemos temer a la verdad, debemos por el contrario desenmascarar las mentiras, errores y sofismas que se manejan en los medios de comunicación. Se miente desde la presentación de estadísticas adulteradas, hasta en los conceptos que vierten personalidades totalmente equivocadas debido a su visión materialista del hombre.

La iglesia, iluminada por Nuestro Señor Jesucristo, descubre al hombre el misterio y el destino de su vida y al proclamar los valores Evangélicos, hace a la humanidad el más grande servicio de amor.

La sociedad ha desplazado a Dios en el proceso de la realización del hombre, considerándolo como una hipótesis no necesaria. Dentro de esta cultura materialista, el hombre ya no es un proyecto de Dios, sino un ser autónomo que se auto destruye en la línea del hedonismo, del consumismo y del poder.

El SIDA es la dolorosa punta de un iceberg que nos advierte que la sociedad, alejada de Dios, está profundamente corrompida y va ciegamente a la muerte y si no se reacciona, a la extinción.

4- LA MORAL CATÓLICA: En una sociedad en busca del placer por encima de todo, hablar de Moral es odioso. Se tacha despectivamente de "moralista" a todo aquel que quiera recordar el viejo "No Fornicarás" como si la Ley de Dios hubiera pasado de moda y fuera obsoleta; y ante la amenaza del SIDA, debemos reconocer que la Moral Católica es altamente ecológica, es la preservación de la especie humana.

Los antiguos Mandamientos del Decálogo, no solamente siguen siendo vigentes, sino que ahora de primera necesidad, moral o muerte; aquellos que crean que esto es un absurdo, desaparecerán de la faz de la Tierra, como lo han sufrido ya cientos de miles contagiados por el SIDA.

En los siglos venideros, la Iglesia, fiel al Señor, será reconocida como la única voz que tuvo el valor de levantarse en favor del hombre.

 

LA HISTORIA SE REPITE

Todos los grandes Imperios de la antigüedad, llegaron a ser poderosos mientras lucharon en la austeridad y disciplina por imponer su cultura y poderío. Pero una vez que llegaron a la cumbre sucumbieron ya no ante los ejércitos enemigos, sino ante la molicie propiciada por la riqueza.

La lujuria se adueñó de la sociedad, acompañada de todos los vicios que buscan el placer por encima de todo. Y ahora sucede lo mismo: el viejo pecado del placer carnal, la lujuria, invade todo y la humanidad se pudre materialmente.

El SIDA no ha venido a ser sino una enfermedad más, ciertamente la más terrible, de la larga lista de enfermedades venéreas, conocidas desde hace mucho tiempo. En los Estados Unidos, existen 12 millones de adolescentes contagiados por enfermedades como la sífilis, gonorrea, blenorragia, herpes y ahora el SIDA. El libertinaje sexual, como en la antigüedad, mina a la sociedad en sus raíces: la fuente de la vida.

Como una ominosa realidad, aparece el SIDA cumpliendo la sentencia de San Pablo: "El salario del pecado, es la muerte" (Rom.6:23)

¿Comprenderemos algún día que la lujuria destruye al hombre?, ¿Entenderemos, por fin, que en la castidad y la fidelidad se encierra la voluntad de Dios, y la supervivencia de la humanidad?

 


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