Folleto EVC No. 94
YO VIVÍ
EN EL ERROR DE UNA SECTA Y VOLVÍ A LA IGLESIA CATÓLICA
- El Reintegrado -
Introducción
La historia que presentamos
en este Folleto es absolutamente verídica. Es el relato de lo que un
buen cristiano, víctima de su ignorancia e Inocencia en la búsqueda
de sentir y vivir su Fe con más intensidad, cayó en manos de lo
que fué al final una secta más.
Esta experiencia muy personal, no se extiende a todas las reuniones de Oración
ni a todo el movimiento de Renovación Carismática, perfectamente
legítimos y acordes a la disciplina de la Iglesia.
Tomando el pseudónimo
de "Reintegrado", el autor ha omitido su nombre, temeroso de represalias
porque algunas sectas son sumamente peligrosas y destruyen a los que desertan
y los denuncian. Respetamos su intimidad, pero la EVC quiere alertar a los católicos
que de buena fe intentan nuevos caminos no avalados por la Iglesia.
Es el drama de muchos que han caído en la apostasía, engañados
por falsos profetas, ilusionados por mejorar su relación con Dios, envueltos
en mucha palabrería y enajenados por experiencias tan impactantes como
falsas.
Como veremos en el relato,
protestantes sectarios, norteamericanos aprovechan este desconcierto y caen
sobre estas personas como los buitres llegan a donde huele a cadáver...
Mi búsqueda.
Como persona desprevenida, un católico de buena voluntad pero
sin una profunda instrucción religiosa y amante de novedades, caí
en las corrientes de quienes proclamaban un retorno al cristianismo primitivo.
Observé los "Grupos de Oración", sobre todo a los más entusiastas en sus manifestaciones sensibles, lo cual me causó extrañeza, pues desde niño vi la seriedad y profundidad en las oraciones de mi familia y en los templos, y me fue enseñado un profundo respeto a la Santa Misa, porque, decían mis padres, "es la actualización incruenta del mismo Sacrificio del Calvario".
Pero me convenció
saber que eran fervientes católicos, que en grupos dedicados a la oración,
buscaban los carismas que, según la Sagrada Escritura, había derramado
el Espíritu Santo entre los primeros cristianos, según leemos
en los Hechos de los Apóstoles. (cf. Act.II-3). Más aún:
escuché que entre ellos corría el dicho de que no se podía
poseer el verdadero cristianismo si no se gozaban, práctica y experimentalmente
los carismas extraordinarios y si no se recibía sensiblemente la visita
del Espíritu Santo en la propia persona; algo así como una posesión
física con el gozo experimental de sus carismas.
Pues bien, ingresé en uno de estos grupos, pero no me satisfizo. Me pareció
que la excitación de los sentidos desviaba y hasta estorbaba la elevación
del espíritu.
Y creo que me asistía la razón, pues no es esto una simple devoción
nacida del pueblo católico: ya que la religiosidad, popular, aunque libre
en sus manifestaciones, guarda cierto decoro y devoción antigua y está
regulada por la Jerarquía Eclesiástica, es utilizada rectamente
para los fines del culto divino y hasta del mismo culto litúrgico; pero
las expresiones de estos grupos que se dicen carismáticos, nada de católico
tienen. Son una novedad dentro de la Iglesia Católica, pero tan pujante,
que constituyen un verdadero "movimiento".
Al conocer su origen, pude
calificar a este movimiento de peligrosa infiltración protestante. ¿Por
qué entonces, se propagaba al interior de la Iglesia?
Porque cundió con entusiasmo entre los jóvenes católicos
norteamericanos que experimentaron orar junto con jóvenes protestantes,
y de su resultancia cundió también entre los adultos.
El movimiento traspasó
las fronteras de la Unión Americana. La jerarquía de varios países,
alarmada, estudió el caso y discernió que podría compaginar
con la piedad católica si se orientaba lo fundamental del movimiento;
que no era conveniente desalentar con prohibiciones el entusiasmo juvenil, pero
en prevención, debía vigilarlos y dirigirlos para que no se desviaran
de la Fe Católica.
La Jerarquía Católica
dictó normas.
La Jerarquía reestructuró ese movimiento desde el nombre la
organización interna y las finalidades. Y en cada Diócesis en
que surgiera, sería nombrado por el Obispo un Sacerdote que presidiera
como Asesor. Así mismo, según el ambiente y las necesidades pastorales,
debía el Obispo dictar normas que obligarían a cada "grupo
de oración" para su buen desarrollo.
En la diócesis donde
yo residía, fueron dictadas las siguientes normas por su entonces Obispo:
1. Mantenerse fiel dentro de la Iglesia Católica por la integridad de
la Fe y la frecuencia de los Sacramentos.
2. Intensificar la devoción a la Santísima Virgen María.
3. No intervenir en cuestiones ecuménicas, no promover reuniones con
cristianos no católicos (porque esto corresponde a la Jerarquía).
4. Sujetarse a las indicaciones del Sacerdote nombrado como Asistente Espiritual
del "grupo de oración".
Para el grupo al que yo pertenecía, fue nombrado como Asistente un Sacerdote
piadoso, sensible y tierno, incauto y de un celo casi infantil. Lo que más
le impresionaba y hasta fomentaba, eran las reuniones de cierto dinamismo exhibicionista.
Surgen los peligros.
Noté que entre la literatura religiosa que se repartía entre nosotros,
había algunos impresos de apariencia inofensiva a la Fe, y circulaban
gracias a la disimulada propaganda realizada y por un joven que se fingía
católico, pero en el fondo era luterano. Estas hojas tendenciosas, esos
folletos atractivos, contenían preguntas capciosas, fomentaban la independencia
respecto a la Jerarquía, centraban toda su atención en la Fe a
Jesucristo sin referencia alguna a la acción de la Iglesia ni a los Sacramentos.
Uno de los miembros más entusiastas y hasta fervoroso, era el líder
del "grupo de oración". Su dinamismo lo llevó a cierta
osadía que introducía desorden y alguna laxitud doctrinal.
Mi Párroco advirtió varias veces al Sacerdote Asistente Espiritual sobre estas anomalías; pero la tendencia pseudomística de ese Director, pretendía ver en ellas ciertas luces nuevas, escudándose en una laxa y peligrosa interpretación de este texto de San Pablo: "El espíritu no lo apaguen, las profecías no las menosprecien, pruébenlo todo, quédense con lo bueno..." ( ITes.5, 19-21). Y aquí comenzamos a ver las consecuencias. De estas anomalías, las que presentaba la esposa del líder del grupo de oración eran alarmantes: algunas veces se crispó de pura histeria y el Asistente se engañaba queriendo ver en eso algún vestigio de carisma.
Cierto día, el líder
del grupo se presentó al Párroco y le dijo que su esposa había
recibido del Espíritu Santo un mensaje para él. El Párroco
amonestó al líder diciendo que controlara los nervios de su esposa,
o mejor, que la retirara del grupo de Renovación.
Por segunda ocasión se presentó el líder del grupo de oración,
pero ya con su esposa. Insistían en dar el mensaje. Nueva amonestación
para ambos.
La tercera vez llegó el líder con su esposa y varios miembros
del grupo, que flanquearon el asiento del Párroco mientras la mujer dirigía
el mensaje. Según ella, le había sido revelado que en determinado
día y cierta hora, el Valle de México, y en particular el área
que abarca el Distrito Federal, se hundiría con el consiguiente desastre
y pérdida de vidas.
Los que flanqueaban al Párroco
rezaban para que éste se conviniera, y el líder, arrodillado,
suplicaba al Sacerdote avisara con su autoridad a todos los habitantes por los
medios de comunicación masiva.
El Señor Cura resistió
sensatamente y ordenó a la mujer y a los alborotados que dejaran esas
ilusiones y se centraran en la realidad de la piedad católica, bien definida
por los Maestros de la Vida Espiritual.
Nace la Secta.
Desde entonces, las reuniones de oración se hicieron en casa del
líder. Este convenció a algunos que el Párroco no quería
escucharlos ni permitía las reuniones de oración en la Parroquia.
No fueron escuchadas las
llamadas de atención que les hizo el Párroco al notar que faltaban
a la Misa Dominical.
Poco después, unos norteamericanos comenzaron a visitar con frecuencia
a la familia del líder. Este renunció a su buen empleo y se dedicó
exclusivamente a las reuniones de oración en su casa.
Para esto, invitó
a algunos del grupo. De estos fui yo, que me dejé seducir por la palabra
ardiente de este nuevo Lutero y caí en sus redes para desgracia mía.
La desprevención, la falta de Sacramentos y de la Misa Dominical y mi
desobediencia a mis superiores eclesiásticos me hicieron fácil
presa del nuevo heresiarca.
Pero veamos cómo convenció el líder del "grupo de
oración" a quienes tuvimos la desgracia de tratar con él.
De herejía en
herejía.
a) Nos decía que, siendo ya todos nosotros cristianos maduros, capaces
de tomar decisiones, no debíamos sujetarnos a las exageraciones doctrinales
de los Sacerdotes, porque el Espíritu Santo manifiesta en nuestros tiempos,
nuevos derroteros a la Fe.
b) Que la fe predicada por los Sacerdotes era detallista, legalista y con exigencias
exageradas.
c) Que, como cristianos maduros inspirados por el Espíritu Santo, no
quedábamos más sujetos a la ignorancia de los Sacerdotes.
d) Que era injusto prohibirnos el trato y comunicación con cristianos
de otras confesiones, esto es, con los protestantes, pues a ellos también
los alentaba el Espíritu Santo y era conveniente reunirnos. Cuando nos
tuvo catequizados, el líder, como Lucifer, lanzó su grito de rebelión,
como si dijera: "¡no serviré!". Y pasó de las
palabras a los hechos transformando con celeridad al grupo de los que nos le
reunimos, y a nuestras familias.
e) De acuerdo con sus visitantes norteamericanos, propagó que era idolátrico
el culto a la Virgen María. Las mujeres que llevaban el nombre de María
se lo cambiaron y si era compuesto, lo suprimieron.
f) No debíamos frecuentar más la Misa ni nada relativo a la Eucaristía,
por parecerle igualmente supersticioso e idolátrico.
g) Reprobaron que se diera el Bautismo a los niños y determinaron darlo
sólo a los adultos, y eso por inmersión o baño total.
h) Quedó igualmente reprobada la Confesión Sacramental y en su
lugar, podían declarar sus pecados públicamente para merecer la
oración de la Asamblea, o bien, declararlos a una persona de confianza.
Esto último, revistió una formalidad especial, estableciendo una
"Consejería Pastoral", donde se levantan expedientes minuciosos
con las respuestas detalladas a preguntas íntimas y comprometedoras,
cuyos pésimos resultados describiré más abajo.
Su separación fue radical, y por desgracia, también la nuestra:
él con su familia y nosotros con la nuestra, emprendimos una peligrosa
aventura apostatando de la Fe Católica. Comenzaba una nueva Secta, aunque
nosotros creíamos que sería la misma Iglesia Católica depurada
de las "exageraciones y excrecencias que por abusos seculares la habían
deformado".
i) Y para que no extrañáramos el cambio y nos conformáramos
con la idea de haber hallado la pureza y sencillez de los primeros cristianos
determinaron que "recobráramos" el nombre y le pusieron a la
secta: "Cristianos".
j) La frecuencia con familias de origen protestante dio remate a esta apostasía.
Satanás procuró matrimonios híbridos recomendados por el
líder: nuestros hijos y parientes nacidos en el catolicismo con jóvenes
de origen protestante.
k) Los norteamericanos aconsejaron a nuestro líder imponer a los de mayor
confianza y compromisos personales absorbentes, de carácter elusivo y
hasta secreto.
I) En las juntas con estos "comprometidos" dictaron reglamentos y
normas rígidas que se convirtieron en leyes internas.
m) Impusieron la Biblia traducida por Cipriano de Valera para que dirigiera
la fe y las costumbres. No sólo circuló entre nosotros el texto
tradicional protestante, sino también versiones libres de sentido interpretativo
a lo herético, "obsequio" de otras sectas. En las disensiones
o diferencias de interpretación, el líder, se autonombró
árbitro inapelable.
Estrategias proselitistas.
Nada descuidó el heresiarca asesorado por sus padrinos norteamericanos:
emprendió un proselitismo domiciliar repartiendo propaganda escrita conforme
a sus novedades. A algunos que le habíamos seguido, nos envió
a las casas. Sé que estos escritos tuvieron respuesta de parte del Sacerdote
nuestro antiguo Párroco, para señalar los errores y puntualizar
la Fe Católica.
Desde el momento en que
el líder se decidió a dedicarse a la fundación de la Secta,
le fluyó dinero de las arcas protestantes norteamericanas. Nuestros perpetuos
enemigos del Norte, siempre dispuestos a apoyar cualquier movimiento antipatriótico
y anticatólico, acogieron la fundación del ya considerado "Pastor"
y lo asesoraron doctrinalmente, lo respaldaron en lo económico, de suerte
que, siguiendo la costumbre protestante de sobornar conciencias, pronto pudo
contar con un buen número de espectadores y albergarlos en amplios locales
alquilados ex profeso.
Estos serían después adquiridos por la Secta y anunciados bajo
el título de "Centro de fe, esperanza y amor".
Un gran negocio.
Emprendió después el líder la construcción de
un enorme templo, para cuya edificación esquilmó a sus sectarios
con contribuciones forzadas, superiores a sus fuerzas, y se vale de mujeres
fanatizadas que colectan recursos por la gran ciudad de México sin que
queden a salvo los paisanos que laboran en los Estados Unidos.
Esta construcción ha absorbido el patrimonio de muchos, cuyas quejas
y lamentos se filtran en el vecindario.
Surge el desconcierto.
Y puso el demonio la señal inequívoca a su obra: la esposa,
que había sido causa de esta apostasía, fue repudiada por su marido
el líder. El Jefe de la Rebelión se separó de ella no obstante
que la amaba y veneraba como a su oráculo.
Los seguidores quedaron escandalizados y muy tristes lamentando que "el
matrimonio modelo" se hubiera desunido. Los protestantes norteamericanos
protegieron a la mujer y a los hijos abandonados; pero como detectaron que era
contraproducente al crecimiento de la secta el estado en que vivía el
líder iniciador -cualesquiera que fuesen los pretextos apoyados en su
falsa interpretación de la Biblia -y como se propagaban hablillas y suspicacias,
le instaron por la reconciliación: después de algún tiempo,
el líder optó por reconciliarse con su esposa y vivir nuevamente
en su compañía.
Ante las anomalías de la secta y de sus fundadores, hubo un desconcierto
interno que trascendió a la opinión pública por publicaciones
que ellos mismos hicieron en la prensa local.
Hubo denuncias de chantaje
moral y económico, pues las confidencias que se hicieron al líder
y a sus cómplices para suplir la confesión católica, pusieron
al líder un arma poderosa para obligar astutamente a los incautos a cumplir
su voluntad, permanecer en la secta o entregar su patrimonio.
Se dividieron, quedando el líder en el Templo principal y radicándose
sus cómplices en otras entidades. Estos, que tendían al fanatismo
y amenazaban a los inconformes con la condenación por predestinación,
establecieron en su secta un espionaje recíproco y la obligación
de denuncia a quienes atentaran contra su autoridad. Fundaron un "Departamento
de investigaciones sobre abusos religiosos", invitando a los quejosos de
cualquier secta a denunciar abusos de sus propios Pastores para publicarlos
con su crítica, diagnóstico y fallo judicial.
Se destapa la cloaca.
Largo sería para el alcance de este opúsculo, relatar los
"dimes y diretes" de ese pleito memorable que sirvió de diversión
a los lectores, pero también para destapar la sentina que la secta albergaba.
Daré algunos pormenores: Uno de los principales y renombrados líderes
del Templo, insultó soezmente a varias familias que manifestaron su deseo
de salir de la secta. Ya instalados en su nueva secta, dos de ellos con tres
personas del sexo femenino exigieron una pública disculpa, que obtuvo
el silencio por respuesta. Insistieron mediante publicaciones y denunciaron
que los "cristianos" de esa secta "utilizan información
confidencial de los expedientes de Consejería Pastoral para manchar la
reputación moral".
A las quejas y argucias
del líder ante la Secretaría de Gobernación, respondió
por el grupo opositor, poniendo a disposición de la prensa las pruebas
de lo que afirmaba, y para colmo, repite en síntesis lo que anteriormente
aseguraba: "Reiteramos que, dirigentes del Movimiento del Templo han sido
denunciados ante este Departamento por fraudes millonarios, inmoralidad sexual,
feroces campañas de difamación y calumnias contra los que no concuerdan
con sus extrañas creencias y vejaciones, encubrimiento de delincuentes,
uso del secreto de confesión como arma para retener adeptos en su secta...,
prácticas de hechicería produciendo pérdida de contacto
con la realidad..., exorcismos y regresiones hipnóticas al vientre materno,
con prácticas comunes en el extraño mundo del Templo, que afectan
física y moralmente a las personas. Su apariencia es evangélica,
pero en realidad es una secta metafísica... técnicas de lavado
de cerebro para extraerle el dinero o bienes materiales... fanatismo y delirio
místico...". Yo
me coloqué al margen de las disputas y prohibí a mi familia investigar
o recibir comentarios.
MI REGRESO A LA CASA
PATERNA
En aquellos días
aciagos me abismé en profundas cavilaciones. Añoraba la Casa Paterna.
Es verdad que, cuando éramos católicos, teníamos defectos
personales, pero nunca anduvimos en pleitos de grupo tan vergonzosos como los
que estábamos viendo. Y
lo peor de todo fue haber perdido la Misa y la Comunión que nos reconfortaban,
haber perdido la seguridad y garantía de la Iglesia multisecular, cuya
historia era un respaldo de experiencia y un argumento a favor de su autenticidad...
Pero nosotros, ¿acaso no habíamos rescatado el nombre de "Cristianos"
y retornado a la Iglesia primitiva? Por lo menos así nos parecía,
pero nada estaba en claro, y de las penumbras iniciales entrábamos cada
día en mayor oscuridad. .. me parecía que las tinieblas me cegaban.
Vino a recrudecer mi nostalgia
por mi Madre Iglesia, la excomunión fulminada contra el sacerdote Gilberto
Gómez. Pastor de "Monte María".
Este sacerdote cayó también en el pseudocarismatismo arrastrando
a las masas por su pretendido don de hacer milagros de curaciones. Se le añadieron
dos o tres "ayudantes" de origen y procedencia nebulosa.. Visitó
los Estados Unidos, y a su regreso extrañó a sus seguidores por
sus ideas protestantizadas. Exhortado por sus Superiores Eclesiásticos,
no quiso enmendar su camino, sino que, formalmente, declaró su pérdida
de Fe y su decisión de abandonar el sacerdocio y la Iglesia misma.
El camino de regreso.
Buscando como en el vacío, providencialmente me fue ofrecido en la calle
un Folleto pobre y sencillo, cuyo título me intrigó; leíase
entre afirmativo y sentencioso: "QUIÉN y QUÉ ES UN CRISTIANO".
Desde la primera página
encontré un verdadero reto a mis anhelos de cristianismo auténtico
al leer estas palabras firmadas por San Atanasio: "Es razonable tratar
de investigar la antigua tradición, la doctrina y la Fe de la Iglesia
Católica, misma que el Señor comunicó, que los Apóstoles
predicaron y que conservaron los Padres. La Iglesia en ella se funda, y si alguien
se aleja de ella, mal podría seguir llamándose cristiano".
Entonces, a la luz de este
opúsculo, comencé a examinar lo que habíamos abandonado
comparándolo con lo que actualmente teníamos, y llegué
al convencimiento de mi grave error, ¡de nuestro gravísimo error!:
una cadena casi interminable de Autores y citas de la primitiva antigüedad
cristiana son compiladas para avalar y confirmar las creencias y prácticas
ininterrumpidas de la Iglesia Católica. Con el líder no habíamos
retornado al antiguo cristianismo, sino desfigurado la Fe.
Me parece que para investigar su realidad humana y biológica, no se vuelve
al hombre a su estado embrionario, sino se le admira en su estado perfecto,
en que muestra, en plenitud, lo que en esencia el embrión contenía.
Quise enmendar mi yerro
y salvar a mi familia: volví con los míos y a la Iglesia Católica;
volví a respirar el aire libre, donde se respeta la conciencia...
Ahora me siento en la obligación de transmitir mis amargas experiencias
y mis tardías pero muy serias reflexiones, a los hermanos que se comprometieron
con el líder, a fin de que retornen a la Casa del Padre.
De lo escrito, asumo la
responsabilidad completa. Para evitar represalias de los lideres de la secta,
o de ambas sectas
no firmo con mi nombre sino con el pseudónimo REINTEGRADO, aunque algunos
ya saben de quién se trata, por haberme apartado de ellos drástica
y definitivamente.
CONCLUSION
La Sociedad EVC espera que
sus lectores saquen de esta historia conmovedora la conclusión adecuada:
la fidelidad a a Palabra de Dios y el seguimiento de Cristo se encuentran tan
sólo en la Iglesia que El fundó: la Iglesia Católica. Toda
idea o experiencia, toda teoría o comunidad fuera de ella, es un error
por brillante que sea expuesto o por emocionante que sea.
Nuestro "Reintegrado"
buscaba fuertes emociones que los protestantes pentecostales fabrican al por
mayor. Recordemos que la verdadera Religión no está fundamentada
en sentimientos sino en Verdades Eternas, predicadas por Jesucristo en el Evangelio.
Jesús es el Buen Pastor y todos los demás son "ladrones y
salteadores" (Jn.10, 1 ).
Por falta de conocimientos más profundos del Catolicismo, muchos hermanos
son víctimas de los Testigos de Jehová, Mormones, Luz del Mundo,
Pentecostales, Adventistas, etc., etc. Instamos a nuestros lectores a ejercer
el mejor apostolado que se puede hacer: favorecer la Instrucción religiosa
de sus amistades.
Para eso ponemos a su disposición nuestras publicaciones, sencillas y
económicas. No desperdiciemos la oportunidad de leer y comentar con todos
las sublimes Verdades del Catolicismo.
Cristianos o Católicos.
De pronto, como por arte de magia, por generación espontánea,
han aparecido por todos lados "Cristianos" ya sin ninguna relación
con la Iglesia Católica, o más bien con una relación de
enemistad, ya que atacan ferozmente todo lo que la Iglesia enseña.
¿De dónde vinieron esas ideas?, ¿de dónde proceden
esos nuevos "cristianos"? , ¿a qué iglesia o denominación
pertenecen? , ¿qué doctrinas creen y propagan?
El título de "Cristianos" se empezó a usar en el Siglo
I en Antioquía (Hech.11, 26) a los discípulos de Jesucristo. y
recordemos que esa ciudad fue evangelizada por el primer Papa de la historia,
San Pedro.
El Cristianismo se extendió
por todo el Imperio Romano a pesar de las crueles persecuciones y conquistó
para Cristo a numerosos países, razas y lenguas, haciéndose universal,
que en griego se dice Católica.
Así se cumplió la intención de Jesucristo al fundar su Iglesia en los doce Apóstoles, ya que desde el principio estaba destinada a "todas las naciones" (Mt.27,19) o sea que nació para ser Católica.
Quién es Cristiano.
Por la predicación del Evangelio se suscita la Fe en Jesucristo y
se produce la conversión hacia el Señor Jesús. La adhesión
a la Fe verdadera culmina en la celebración del Bautismo, Sacramento
exigido por Jesús. (Lc.17, 16), que nos comunica la Vida Divina, nos
hace hijos de Dios y miembros de la Iglesia Católica, permitiéndonos
en adelante la recepción de los demás Sacramentos.
Podemos decir entonces,
con toda propiedad, que Cristiano es todo aquél que ha recibido el Bautismo
del agua en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Pero no solamente para ser un auténtico Cristiano basta estar bautizado:
es necesario adherirse totalmente a la Doctrina predicada por Jesús,
vivir según sus Mandamientos, vivir de Su Vida, militar en su Iglesia.
No basta pues, para ser
Cristiano, el creer en Jesucristo; hace falta CREERLE A EL, tomar sus palabras
con absoluta.. . sumisión y fidelidad, como lo ha hecho la Iglesia Católica
en el transcurso de los siglos.
Esos "cristianos"
de nuevo cuño, traicionan a Cristo al negar la validez de la Santa Misa
pues el Señor dijo: "Hagan esto en memoria mía" (Lc.22,
19).
Niegan el Primado de San Pedro, el Primer Papa de la Iglesia Católica:
"Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro y sobre esta Piedra edificaré
mi Iglesia... a ti daré las llaves del Reino de los Cielos" (Mt.16,18).
Católicos hay que
distan mucho de ser buenos Cristianos y tal vez algunos protestantes de buena
fe, son más Cristianos que muchos católicos.
En el fondo de estas confusiones radica lo que es el "pecado capital"
de los mexicanos: LA IGNORANCIA RELIGIOSA.
Quiera Dios que por medio de la Instrucción Religiosa:
TODOS LOS CATOLICOS SEAN
CRISTIANOS
Y TODOS LOS CRISTIANOS SEAN CATOLICOS.
LA IGLESIA CATOLICA ¡tiene
2000 años de vida!
Así pues, como quien dice, "no nació ayer" y fue tan
importante el suceso que dio lugar a su inicio, que el tiempo se cuenta en el
mundo occidental, es decir, cristiano, y hasta en el que no lo es, desde el
nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo y de la Iglesia que El fundó:
UNA, SANTA, CATOLICA Y APOSTOLICA.
¿Puede alguien imaginar lo que ha pasado en la Historia de la humanidad
y de la Iglesia, en todo este tiempo? ¿qué no habrá acontecido?
¿qué no habrá sufrido? ¿qué no habrá
visto? ¿qué no habrá aprendido acerca de los hombres? ¿qué
puede pasar que sea novedad para Ella? ¡cuántas y cuántas
preguntas!
Por algo nuestra Iglesia es, asistida por el Espíritu Santo, Madre y
Maestra, título conquistado en buena ley, con el sudor y la sangre de
sus hijos; pues a pesar de esto, cuántas personas en la actualidad dicen
que tiene que cambiar porque el mundo del siglo XXI es otro, como si la humanidad
no hubiera tenido cambios terribles en 2000 años, como si los de ahora,
fueran los primeros!!!
Qué bien nos haría estudiar la historia de nuestra Iglesia, para
conocerla y amarla, y saber de que estamos hablando. Nadie ama lo que no conoce.
"Convertíos constantemente, convertíos cada día porque
constantemente, cada día, el Reino de Dios se va acercando. En el camino
de este mundo temporal sea Cristo el Señor de vuestras almas para la
vida eterna. Amén.
Juan Pablo II
SI YO FUERA PROTESTANTE...
Me moriría de envidia...
Al no contar en mi "iglesia", una más de las cientos que conforman
el universo protestante, con alguien que pueda hablar en nombre de todos, los
que nos decimos "evangélicos", de asuntos tan importantes,
como son el aborto, el matrimonio, etc.
Al no contar, como lo hace la Iglesia Católica, con una unidad de gobierno
y doctrina innegables.
Al entrar a cualquier templo católico y oír las mismas liturgias,
ritos y oraciones, en todo el mundo.
Al no poder confiar en la interpretación que de la Biblia haga mi dirigente,
pues cada quien dice que puede hacerlo a su criterio.
Al no contar con una Madre en mis aflicciones y alegrías, y darme cuenta
de que soy, verdaderamente un "huérfano"
Al no contar con "los amigos de Dios", los santos católicos
a quienes imitar e invocar.
Al no contar con un "sacerdos in aeternum"
Al no poder acudir a un Confesionario y ser perdonado. Al ver la multitud de
objeciones, opiniones y dudas que no tienen los católicos.
Al ver que no cuento con la FE para creer en lo que El dijo: "esto es MI
Cuerpo, esto es MI Sangre" "Lo que Dios ha unido, no lo separe el
hombre" "Estaré con ustedes todos los días hasta el
fin de los tiempos" "Tú eres Pedro"... y tantas cosas
más.
Sí, verdaderamente me moriría de envidia.
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