1. Bienaventurados los jóvenes que no están contentos al ver cómo se está estructurando este mundo, que todavía hace más duras las cargas que pesan sobre el hombre.

2. Bienaventurados los jóvenes que saben y pueden escaparse del consumismo y del erotismo alienador, de las ataduras que quieren esclavizarlos.

3. Bienaventurados los jóvenes que están hartos de diversión vacía y barata, y buscan el oxígeno de la montaña, del mar, del campo, de la alegría comunitaria y de la fiesta en familia.

4. Bienaventurados los jóvenes que creen en Jesús, que le creen a Jesús, en la originalidad del Evangelio, en el amor operativo, y revisan su vida bajo la luz de su estilo de vida.

5. Bienaventurados los jóvenes de corazón generoso que viven gratuitamente con disponibilidad y alegría, al servicio de los más pequeños y necesitados.

6. Bienaventurados los jóvenes que son testigo de fraternidad contagiosa y de perdón pacífico, en un mundo dividido y hostil, agresivo y violento.

7. Bienaventurados los jóvenes valientes y humildes que han encontrado en Jesús de Nazaret al amigo que los toma de la mano y quieren seguirlo sin miedo hasta el final del camino.

8. Bienaventurados los jóvenes que se sienten llamados por Jesús para que su vida se convierta en anuncio, centinela y promoción a favor de todos los hombres y mujeres, de cualquier raza.

9. Bienaventurados los jóvenes que entregan su vida y se hacen testigos de Dios en la vida religiosa, o en la vida misionera, o en el corazón del mundo, que construyen con el cemento indispensable del amor total y gratuito.

10. Bienaventurados los jóvenes que se saben enviados por Jesús para proclamar gozosamente la buena noticia del amor de Dios, con su testimonio, siendo ministros de la Eucaristía y pastores de una Iglesia renovada y viva.