Celebraciones
importantes en el mes de Mayo del 2023 |
SAN JOSÉ OBRERO
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LA INVENCIÓN DE LA SANTA CRUZ
LA
INVENCIÓN DE LA SANTA CRUZ, ambas
palabras del latín, la primera del verbo invenio, "hallar,
encontrar", y la segunda de crux, crucis, instrumento de suplicio.
La devoción de honrar a la Santa Cruz tiene sus orígenes
en los albores del cristianismo. Piadosas leyendas ancestrales narran
el suceso, en una de ellas se dice que Santa Elena (ca. 330; 18 de agosto),
madre del emperador Constantino, se había propuesto encontrar la
Cruz, por lo que viajó, hacia 320, a Jerusalén y ordenó
derrumbar un templo romano construido sobre el monte calvario; al excavar
entre los cimientos se divisaron tres cruces. Para autentificar a la Vera
Cruz, con cada una se tocó a un enfermo, la que sanó al
afectado se consideró que era la cruz en la cual murió el
Redentor. El Emperador y su madre edificaron en el sitio la Basílica
del Santo Sepulcro, donde depositaron la reliquia. La fecha original de
la fiesta de la Vera Cruz era el 3 de mayo, pero con el nombre de "Exaltación
de la Santa Cruz", en el siglo VIII, se trasladó al 14 de
septiembre para festejar la victoria de Heraclio sobre los persas ese
mismo día, pero de 628, cuando se expulsó a los musulmanes
de Tierra Santa, recuperándose la sagrada reliquia. |
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SANTOS FELIPE Y SANTIAGO
SANTOS FELIPE
Y SANTIAGO "el Menor", del griego, "amigo o aficionado
a los caballos" y del latín, "que Dios proteja",
respectivamente (siglo I). Apóstoles y mártires. La Iglesia
ubica su veneración en esta fecha cuando sus reliquias fueron colocadas
juntas en el altar mayor de la Basílica de los Apóstoles,
en Roma (565). FELIPE Discípulo de Juan el Bautista, nació
en Betsaida (Galilea). Difundió la Palabra en regiones distantes
de su país. Tuvo el don de realizar milagros. El Evangelio de Juan
lo menciona en varios hechos donde actúa como intermediario entre
Jesús y un grupo gentiles (Jn 1, 43-44; 6, 5-7; 12, 20-43). Destaca
por su fe en el diálogo que sostuvo con el Resucitado en la Última
Cena: "Señor muéstranos al Padre, y nos basta".
El Señor le responde: "Felipe, quien me ha visto a mí,
ha visto al Padre" (Jn 14, 8-11). La Tradición indica que
murió mártir en Siria. SANTIAGO. Hijo de Alfeo. Se le dio
el calificativo de "el Menor", para distinguirlo del apóstol
Santiago "el Mayor" (25 de julio). San Pablo le atribuyó
un encuentro con Jesús resucitado (1 Cor 15, 7). Destacó
en la primitiva comunidad cristiana de Jerusalén, presidiéndola
e imprimiendo un deseo de perfección y piedad (Hech 15, 13-21;
21, 20-25). Se le atribuye una Carta en el Nuevo Testamento. Murió
arrojado de lo alto de un templo y ultimado con un mazo. Benedicto XVI
(2005-2013), en sus Ángelus del 6/IX y 28/VI del 2006 señala:
"Felipe nos enseña a dejarnos conquistar por Jesús,
a estar con él y a invitar también a otros a compartir esta
compañía indispensable; y, viendo, encontrando a Dios, a
encontrar la verdadera vida". "Santiago nos exhorta a abandonarnos
en las manos de Dios en todo lo que hagamos [...] nos enseña a
no tener la presunción de planificar nuestra vida de modo autónomo
e interesado, sino a dejar espacio a la inescrutable voluntad de Dios
[ ..] De este modo Santiago es un maestro de vida siempre actual para
cada uno de nosotros". |
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NUESTRA SEÑORA DE LUJÁN
NUESTRA
SEÑORA DE LUJÁN. Es una representación de
la Inmaculada Concepción, siendo una pequeña imagen de arcilla
cocida (terracota) de 38 centímetros de altura. Es modelada en
Brasil y enviada a Buenos Aires, Argentina, en 1630. En este recorrido
al cruzar el río Luján, a 60 kilómetros de la capital,
la carreta milagrosamente se detiene, interpretándose como que
la santa imagen debía quedarse en este sitio. Un niño negro
llamado Manuel, que va en el transporte al cuidado de la escultura, la
custodia durante 40 años. La primera sede fue la capilla de la
casa de Rosendo Oramas, donde permanece hasta ocupar su primer templo
hacia 1685. Los milagros se suceden de continuo y en 1755, en el acta
de la fundación de la Villa de Luján, queda asentado que
la milagrosa Señora es su primera Fundadora y atractivo de profunda
devoción. En 1910 se inaugura su actual Basílica. En 1887
es coronada canónicamente por el Papa León XIII (1878-1903);
desde 1944 le son consagrados los ejércitos de tierra, mar y aire.
Iconografía: una peana metálica la sostiene de pie sobre
nubes y cuatro angelitos (tronos); vestido blanco y capa talar azul celeste
(en tono de la bandera argentina), ambos rebordados en oro; de rostro
moreno y ojos azules, manos juntas sobre el pecho, la rodea un resplandor
de rayos dorados. Nombrada Patrona de Argentina, Paraguay y Uruguay (1930). |
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NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA
NUESTRA
SEÑORA DE FÁTIMA, del árabe, "espléndida"
(1917). Tres humildes pastorcillos son los videntes de seis apariciones
de María Santísima, las cuales son reconocidas por el Magisterio
de la Iglesia, propagándose la devoción a esta advocación
mariana. Los nombres de los menores, hoy beatos, son Francisco y Jacinta
Martos (20 de febrero) de 9 y 7 años respectivamente, con su prima
Lucía dos Santos, de 10 años; estas revelaciones ocurren
en Fátima, Portugal, del 13 de mayo al 13 de octubre de 1917. En
una fecha como hoy del citado año, al mediodía, tiene lugar
la primera aparición de la Virgen, maravillosa y divina experiencia
para los niños que les provoca intensos interrogatorios de autoridades
civiles y religiosas, pues ante la sociedad del citado lugar resulta increíble
la narración de los pastores. Estos expresan que al estar pastoreando
a las ovejas en Coya da Irla (valle de Santa Irene) y cuando el sol estaba
en lo más alto del cielo, una luz brillantísima los ilumina
y escuchan un estallido, como el de un relámpago; pensando que
venía una tormenta, reúnen a las ovejas para regresar a
casa. Ya en el camino, al pasar delante de una encina, escuchan otro relámpago;
asustados, en silencio, se apresuran avanzando tres o cuatro metros cuando
una intensa claridad los rodea y deslumbra. Mirando los tres a su derecha
contemplan sobre la citada encina, en medio de un halo de luz, a una hermosa
señora muy joven y más resplandeciente que el sol; pese
a que los niños son católicos, sin tener conocimientos de
religión y escasos conocimientos escolares, sienten miedo y quieren
huir pues les resulta desconocido lo que está ante sus ojos; pero
una hermosa voz femenina les indica "No teman, no quiero hacerles
ningún daño", los menores se detienen y en aquel éxtasis
en el que se en-cuentran, aprecian la belleza de aquella dama y su vestido
blanco como la nieve llegándole hasta los pies; su cabeza cubierta
por un velo azul, igual que la banda que ajusta su cintura; su rostro,
de exquisita delicadeza es radiante, sus manos juntas sobre el pecho y
en el brazo derecho tiene un rosario blanco; sus pies sonrosados descalzos
sobre una nube de armiño, roza las ramas de la encina. Aquella
visión celestial, les sonríe con cariño; pero su
sonrisa es velada ligeramente por una sombra de abatimiento. La mayor,
Lucía, hace algunas preguntas que Nuestra Señora le contesta.
Le revela algunos secretos y les pide a los tres que vuelvan al mismo
lugar todos los días 13 de cada mes hasta octubre, ya que será
entonces cuando les revelará quién es y lo que de ellos
desea; promete también volver una séptima vez. En las siguientes
apariciones, Lucía conversa con María Santísima;
Jacinta ve y oye la conversación; en tanto Francisco solamente
ve, sin escuchar las respuestas de la Aparición. La bella Señora
les recomienda el rezo frecuente del rosario y en seguida del Gloria recitar
la jaculatoria: ¡Oh Jesús mío!, perdona nuestros pecados,
líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas
y socorre a los más necesitados de tu misericordia. ¡Oh Jesús!
Perdónanos, líbranos del fuego del infierno, lleva a todas
las almas al cielo, principalmente las que más lo necesiten. Las
apariciones se suscitan según lo prometido, sólo que cada
mes aumenta el número de personas de la comunidad y los alrededores
que, aún sin ver la visión, asisten al percibir algo divino
en cada ocasión. Al acontecer la última manifestación
la multitudinaria asistencia atestigua particulares movimientos del sol
en medio de la incesante lluvia, a la vez que la vestimenta de los asistentes
permanece seca; el astro destella rayos de luz iluminando a los presentes
con diversos colores por cerca de diez minutos. En esta última
fecha la Madre de Dios revela su nombre al decir: "Yo soy Nuestra
Señora del Rosario". Los pastorcillos afirman haber visto
además de la Virgen, a Jesús y a san José. Actualmente
en el sitio de las apariciones se localiza una Basílica en honor
de Nuestra Señora de Fátima, donde cada año acuden
un número aproximado de cuatro millones de peregrinos. Iconografía:
sobre una encina, Nuestra Señora de Fátima, de acuerdo a
la mencionada descripción de los pastorcillos, quienes a sus pies,
la contemplan extasiados. |
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SAN MATÍAS
SAN MATÍAS,
del hebreo, "Don (regalo) de Yahvé" (siglo I). Apóstol.
Estando el apóstol san Pedro (29 de junio) como responsable del
"Colegio apostólico", al morir Judas Iscariote el grupo
de los "Doce" quedó incompleto y había que sustituirlo,
ya que dicho número evocaba a los doce hijos de Jacob o bien a
las doce tribus de Israel. Por lo que Pedro determina hacer un sorteo.
Todos se unen en oración, a fin de ser precisos en la designación;
Pedro propone a dos personas que han seguido fielmente al Mesías
desde su bautismo en el Jordán hasta su gloriosa Ascensión:
uno es José, llamado Barsabás por sobrenombre "el Justo"
y el otro es Matías, este último resulta electo, por la
comunidad apostólica y "es agregado al número de los
doce Apóstoles para desempeñar el ministerio del apostolado",
en el lugar "dejado por Judas" (cfr. Hch 1, 20-26). Según
Eusebio, era uno de los setenta y dos discípulos (cfr. Lc 10, 1.
17). El Nuevo Testamento, no menciona mayores datos acerca de él;
sobre su muerte existen leyendas con dos versiones, una que muere en paz
y otra que es lapidado o decapitado. Sepultado en Roma y trasladado su
cadáver a Trier (Tréveris), en la actual Alemania, donde
existe la única tumba que se conoce de un Apóstol. Iconografía:
con atuendo de época con túnica y capa, como atributos,
por su martirio espada y piedras, instrumentos que según antiguas
leyendas son usados para martirizarlo. Su fiesta se conmemora el 14 de
mayo. Esta fecha es elegida ya que generalmente se encuentra en las proximidades
de Pentecostés, y su incorporación al Colegio Apostólico
se produce después de la Ascensión y antes de la venida
del Espíritu Santo. |
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LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR
LA ASCENSIÓN
DEL SEÑOR, del latín, ascensîo, õnis,
"subida, exaltación", por excelencia, la de Cristo a
los cielos (siglo I). Esta solemnidad es de las más antiguas de
la Iglesia y, sin fecha fija, es conmemorada el domingo anterior a Pentecostés.
La celebración se originó en el Oriente en el siglo IV y
se confirmó en el V, cuando la jerarquía la efectuaba en
jueves después de 40 días del martirio de Jesús,
día en que la Tradición indica que se realizó el
acontecimiento. En 1969, al reformarse el Calendario Litúrgico,
según los acuerdos del Concilio Vaticano II (1962-1965), se ubicó
en el domingo cercano a la cuarentena. Este acontecimiento ocurrió
en el Monte de los Olivos (Hch 1, 12), cerca de Betania, fuera de la antigua
Jerusalén; el relato se encuentra en el Evangelio de Lucas (24,
46-53). Iconografía: las primeras representaciones se iniciaron
hacia el año 400 y, a lo largo de los siglos, han sido susceptibles
de modificaciones. Entre otras, la escena es dividida en dos zonas: en
la inferior, María Santísima y los Doce con la vista al
cielo, contemplan en la zona superior a Cristo con túnica blanca
en su Ascensión al cielo, en medio de nubes; en las manos, pies
y costado se ven las heridas de su martirio. "La Ascensión
completa la misión de Jesús en medio de nosotros. De hecho,
si es por nosotros que Jesús bajó del cielo, también
es por nosotros que asciende. Después de haber descendido en nuestra
humanidad y haberla redimido -Dios, el Hijo de Dios, desciende y se hace
hombre, toma nuestra humanidad y la redime ahora asciende al cielo llevando
consigo nuestra carne. Es el primer hombre que entra en el cielo, porque
Jesús es hombre, verdadero hombre, es Dios, verdadero Dios; nuestra
carne está en el cielo y esto nos da alegría. A la derecha
del Padre se sienta ya un cuerpo humano, por primera vez, el cuerpo de
Jesús, y en este misterio cada uno de nosotros contempla el propio
destino futuro. No se trata de un abandono, Jesús permanece para
siempre con los discípulos, con nosotros (...) Hermanos y hermanas,
en esta fiesta de la Ascensión, mientras contemplamos el Cielo,
donde Cristo ha ascendido y se sienta a la derecha del Padre, pidamos
a María. Reina del Cielo, que nos ayude a ser en el mundo testigos
valientes del Resucitado en las situaciones concretas de la vida".
Papa Francisco (2021). |
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NUESTRA SEÑORA MARÍA AUXILIADORA
NUESTRA SEÑORA
MARÍA AUXILIADORA (s. XVI). Desde la Antigüedad los
primeros cristianos, algunos santos y doctores de la Iglesia, designaron
a María Santísima como Boetéia: "La que trae
auxilios venidos del cielo". San Juan Crisóstomo (13 de septiembre)
la llama "Auxilio potentísimo"; Sabás de Cesarea,
"Auxilio de los que sufren". Esta Advocación mariana,
se agregó a las Letanías Lauretanas por san Pío V
(1566-1572; 30 de abril) en 1571, como reconocimiento a la intercesión
mariana al haber vencido los cristianos a los musulmanes en la batalla
de Lepanto, Grecia. S. S. Pío VII (1800-1823), en 1814, al ser
excarcelado y regresar a Roma, instituyó su memoria en esta fecha.
A fines del siglo XIX, san Juan Bosco (31 de enero) refiere que en una
aparición la celestial Señora le solicitó la construcción
de una iglesia donde se le invocara como Auxiliadora; Don Bosco levanta
en Turín, Italia, una basílica en su honor y la nombra Patrona
de los salesianos y de sus institutos. |
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DOMINGO DE PENTECOSTÉS
DOMINGO
DE PENTECOSTÉS, del latín pentecoste, y éste
del griego. pentekosté, "cincuenta", "quincuagésimo".
Al término de las siete semanas pascuales, la Iglesia católica
celebra la solemnidad de Pentecostés Así la Pascua de Cristo
es consumada con la efusión del Espíritu Santo que se manifiesta,
da y comunica como Persona divina y desde esa plenitud el Señor
derrama con profusión su Espíritu. Desde ese día
el Reino anunciado por Cristo está abierto a quienes creen en él:
en la humildad de la carne y en la fe, participando en la comunión
de la Santísima Trinidad (cfr. CEC, 731-732). En la antigüedad
-según la tradición bíblica-, Pentecostés
evocaba la promulgación de la Antigua Ley en el Monte Sinaí
y se hacía una ofrenda de las primeras cosechas. Con igual nombre
surgió en la liturgia católica una celebración después
de cincuenta días de la Pascua de Resurrección, para conmemorar
haber recibido el Don del Espíritu Santo. Este día termina
el Tiempo Pascual y se reanuda el Tiempo Ordinario. |
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LA VISITACIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA
LA VISITACIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA. En el Evangelio de san Lucas (1,39-56), María, después del anuncio del arcángel Gabriel, visita a su prima Isabel, de edad avanzada, para auxiliarla en el momento de dar a luz y le comunica lo que Dios ha obrado en ella. Tradiciones piadosas han ubicado el sitio de este encuentro y del canto del Magnificat en Aín-Karim (del hebreo, "fuente del viñedo"), población del actual Israel, donde se encuentra la basílica de la Visitación. Esta festividad fue instituida por Urbano VI (1378-1389) en 1389. El Documento Conclusivo de Aparecida-Brasil 2007-, (553), cita: "...Que (María) nos enseñe a salir de nosotros mismos en camino de sacrificio, amor y servicio, como lo hizo en la visitación a su prima Isabel, para que, peregrinos en el camino, cantemos las maravillas que Dios he hecho en nosotros conforme a su promesa".
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