BREVE INSTRUCCIÓN SOBRE LAS DEVOCIONES
(Por el R.P. Remigio Vilariño S. J.)
Flores del árbol de la devoción, son las devociones. Ellas no son el árbol mismo de la devoción, que consiste en la sincera disposición del alma para hacer en todo la voluntad divina. Ni son tampoco los frutos de este árbol que consisten en actos de virtud y de caridad sobre todo.
Pero así como cuando hay árbol bueno, brotan hojas y flores, así como cuando no hay flores y hojas no hay fruto, así cuando hay devoción verdadera, brotan también las devociones, que son como los obsequios y demostraciones, que hacemos en virtud de la devoción que tenemos y cuando no hay devociones, tampoco suele haber frutos de actos de virtud.
La Santa Iglesia es fecunda en devociones de muchas clases. Y aunque toda oración es ya una devoción, suelen, sin embargo, distinguirse algunas por constar de una serie de preces ordenadas según alguna idea a fin de que se puedan notar mejor y aún hacerse en común, cosa tan laudable en la Iglesia de Dios.
Tales son por ejemplo, el Vía Crucis, las Novenas, los Triduos, las Seisenas, etc.
Desgraciadamente algunas de estas devociones, resultan flores estériles y hojarascas sentimentales. Aquí se ha procurado elegir, de todas, ellas, las mejores, de tal manera que entre las flores y tallos de la devoción, vayan semillas de buenos propósitos y prácticas cristianas.
Juzgo pertinente a lo dicho, advertir dos cosas qué serán útiles de saberse: la primera acerca del número de actos y de días y la segunda, acerca del valor intrínseco de las devociones.
NÚMERO DE ACTOS Y DE DÍAS:
Hay ciertas devociones que tienen un número determinado de prácticas. Así el Vía Crucis tiene 14 estaciones. El Rosario 150 Ave Marías, divididas en 3 partes y en 15 Misterios, 13 son los martes de San Antonio, 9 los días de la Novena a la Virgen del Sagrado Corazón.
¿Por qué estos números?, ¿No habrá en ellos algo de supersticioso? No hay tal. Estos números obedecen a algún fundamento natural a histórico. Así el Vía Crucis es de 14 estaciones, porque desde el principio se fijaron los fieles en 14 pasos principales de la salida de Jesús con la Cruz a cuestas, hubieran podido fijarse en más o en menos; se fijaron en 14 y así seguimos fijándonos todos. El Rosario tiene 150 Ave Marías, para acomodarse a los 150 Salmos del rezo de los sacerdotes. 13 son los martes de San Antonio por haber sido en martes la sepultura de éste, Santo y ser 13 el día de su fiesta. Las novenas, en fin, duran nueve días por ser él número 9, algo típico, fijo y preferido entre los números de todos los pueblos. Por lo demás, lo mismo se podían haber fijado otros números,
VALOR INTRINSECO DE LAS DEVOCIONES.
Porque todas ellas valen de por sí, mucho, como actos de piedad. Ni pensemos que para que valgan es esencial que sean nueve precisamente, o seis, o siete, o trece. Sino que ya cada día por sí o cada acto de piedad por separado, vale aunque no se continúe por cualquiera razón la novena, o seisena, o lo que sea, ni tampoco es preciso de suyo que sean segura dos los actos, sino que valen, aunque se interrumpan y se hagan en días no seguidos, si bien para mayor fijeza y sobre todo para mayor regularidad, cuando se hacen en común, se hacen por orden seguido fijo.
En este folleto de oraciones selectas, hemos elegido devociones a la Santísima Trinidad, a Dios Padre, Dios Hijo y al Espíritu Santo, así como algunos Salmos adecuados para ayudar al lector en sus meditaciones.
A LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Trisagio.
TE DEUM LAUDAMUS (Para dar gracias a Dios por sus beneficios).
A Ti oh Dios te alabamos: a Ti por Señor te reconocemos.
A Ti, Eterno Padre, te venera toda la tierra.
A Ti todos los ángeles, a Ti los cielos y todas las potestades.
A Ti, los querubines y serafines te aclaman sin cesar Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos.
Llenos están los cielos y la tierra de la majestad de tú Gloria.
A Ti, el glorioso coro de los apóstoles.
A Ti, la venerable multitud de los profetas.
A Ti, el ilustre ejército de los mártires te alaba.
A TI, la Iglesia Santa confiesa por toda la redondez de la tierra:
Que eres Padre de inmensa majestad;
Y que debe ser venerado tu verdadero y único Hijo;
Y también el Espíritu Santo consolador.
Tú, ¡oh Cristo! eres el Rey de la Gloria.
Tú eres el Hijo Eterno del Padre.
Tú, para libertar al hombre, no desdeñaste el humanarte en el seno de una Virgen.
Tú, roto el aguijón, de la muerte, abriste a los fieles el reino de los Cielos.
Tú estás sentado a la diestra de Dios, en la Gloria del Padre.
Creemos que vendrás como Juez.
Rogámoste, pues, que socorras a tus siervos,
Que con tu preciosa Sangre redimiste.
Haz que en la Gloria eterna entren en el número de tus Santos.
Salva, Señor, a tu pueblo y bendice a tu heredad.
Y rígelos y engrandécelos para siempre.
Todos los días te bendecimos.
Y alabamos tu Nombre por los siglos, de los siglos.
Dígnate, Señor, conservarnos sin pecado en este día.
Ten pie dad de nosotros, Señor; ten piedad de nosotros.
Descienda Señor sobre nosotros tu misericordia, pues hemos esperado en Ti.
En Ti, Señor esperaré no sea yo eternamente confundido.
V - Benedicamus Patrem, et Filium, Cum Sancto Spíritu.
R - Laudemus et superexaltemus eum in saecula.
OREMOS
Oh Dios, cuya misericordia no tiene medida y cuya bondad es un tesoro infinito, damos gracias, rendidos, a vuestra divina majestad por los beneficios de ella recibidos y rogamos a vuestra clemencia, que, puesto que otorgáis lo que os pedimos, no nos abandonéis jamás, hasta hacernos dignos de los bienes eternos. Por nuestro Señor Jesucristo...
DEVOCIONES A DIOS PADRE
Ejercicio de la Presencia de Dios
Necesidad y excelencia de este Ejercicio.
Si Cada día empleas un cuarto de hora o media hora en la meditación, si oyes la Santa Misa, comulgas y haces en la noche tus oraciones y tu examen de conciencia, has dado ya un buen paso en el camino de la piedad y estos para pasar adelante y hacer de tu interior un místico cielo donde podrás vivir retirado con tu Amado, el cual con gran complacencia te colmará de dones y favores inefables en premio de tu fidelidad.
Esta Vida Interior, esta vida divina a que debes aspirar, te será facilitada grandemente por el ejercicio de la presencia de Dios, que debe ser, según San Francisco de Sales, el pan cotidiano del alma piadosa; pues así como en las comidas el pan se toma con toda clase de viandas y manjares, así para el alimento del alma todas nuestras acciones y mayormente nuestros ejercicios espirituales, deben ser acompañados y santificados con el recuerdo de la presencia de Dios.
El ejercicio de la presencia de Dios, es el camino más corto y más seguro para alcanzar la perfección: anda delante de mí y serás perfecto, dijo el Señor a Abraham. Es también, el más sencillo, porque puede suplir a todos los demás, el más fácil, porque para practicarlo no es menester discurso ni trabajo de la mente y de la imaginación, sino unos afectos y actos de voluntad que se logran sin cansancio y es el más SUAVE porque el recuerdo de Dios fortifica el alma y la colma de paz, de gozo y de alegría.
El que perseverara con cuidado en este ejercicio, sacará tanto fruto de él, que en breve tiempo sentirá mudado y trocado su corazón y hallará en él aversión particular al mundo y afición singular a Dios.
PRÁCTICA
Para practicar el santo ejercicio de la presencia de Dios, puedes valerte de los medios siguientes:
1o.- Consérvate en estado de Gracia, resistiendo a las tentaciones con este pensamiento: DIOS ME VE.
2o.- Ofrece a Dios todas tus obras proponiéndote en todo su mayor gloria recordando que la perfección no consiste en realizar cosas extraordinarias sino en cumplir con nuestras obligaciones lo mejor posible, y que el mérito de las obras estriba principalmente en la recta y elevada intención y en las disposiciones elevadas con que se realizan.
3o.- Dirige al Cielo durante el día y por la noche, en los intervalos del sueño, frecuentes y fervorosas jaculatorias prefiriendo las que van enriquecidas con indulgencias.
Sin fatigarnos, escribe el Padre Faber, podemos decir cada día un sin número de jaculatorias y aspiraciones piadosas; y cada una de ellas será más agradable a los ojos de Dios que una batalla ganada, un descubrimiento científico, un palacio de cristal, un cambio de ministerio, o una revolución política.
4o.-Toma por modelo a Jesucristo en todas sus acciones recordando, según los tiempos y circunstancias, sus divinos misterios, sus virtudes, principalmente su piedad para con el Padre, su caridad para el prójimo, su mansedumbre de trato, procurando hablar y obrar como El obró y como hubiera obrado en parecidas circunstancias.
5o.- Mira a Dios en todas las criaturas, alabándole y bendiciéndole por los bienes que de ellas sacamos. San Basilio nos dice que en todas las cosas tenemos ocasión de acordarnos de Dios: ¿coméis? dad gracias a Dios; ¿vestís? dad gracias a Dios; ¿salís al campo o a la huerta? bendecid a Dios que lo creó; ¿miráis al cielo, miráis al sol y a todo lo demás? alabad al Creador de todo, cuando durmiéreis, todas las veces que despertéis, levantad el corazón a Dios.
Y no vayas a creer que estas prácticas de vida interior te han de malear el carácter y tornarte melancólico, taciturno, mohino y adusto en sociedad. Al contrario, si las usas debidamente, al compás de ellas se suavizarán tus costumbres, se endulzarán tus modales y tendrás por patrimonio la paz, la serenidad impasible, la afabilidad, la jovialidad, la santa alegría; porque si tu corazón palpita al unísono con el Corazón de Jesús y el Corazón de María, quedará perfumado y santificado con 'la suavidad y dulzura dé estos divinos Corazones.
MODO DE CONVERSAR CON DIOS POR LA CONTEMPLACIÓN DE LAS CRIATURAS.
Las criaturas son instrumentos que Dios ha puesto a nuestra disposición para bendecirle y glorificarle; son escalones por los cuales debemos subir hacia Él; son libros vivos siempre abiertos, que nos hablan el lenguaje de la fe.
Para los que aman de veras a Dios, dice San Agustín, cuantas cosas hay en el mundo les hablan con mudo, pero muy inteligible idioma, apoyando su amor; todo despierta en ellos buenos pensamientos, de los cuales nacen después impulsos y santas inspiraciones. Yo, decía a su vez San Gregorio Nacianseno, acostumbro servirme de todas las cosas para mi bien espiritual.
¿Pero, cómo contemplaremos a Dios en todas las criaturas, para verle, amarle y bendecirle en todas ellas? Uno de los medios más seguros es buscar en las criaturas, en las circunstancias de la vida, en las acciones todas, el concepto que nos habla de las cosas eternas, la analogía que espiritualiza, el símbolo que diviniza. Sobre el particular, San Francisco de Sales y San Alfonso Ligorio, nos han dado indicaciones admirables:
Cuando mires los campos, las riberas, las flores, las frutas, cuya vista u olor te regocija, Piensa entusiasmado: ¡cuántas hermosas criaturas ha puesto el Señor para mí en la tierra, y cuántas delicias me prepara en la otra!
Un río o un arroyo debe recordarte que, así como esas aguas van al mar sin detenerse nunca, así debes correr tú sin cesar hacia Dios, tu único bien, tu principio y tu último fin.
Cuando viajes, recuerda que tierra es de destierro y que caminas hacia el cielo que es la verdadera Patria.
Cuando subas una montaña, una cuesta, unas escaleras, di: SURSUM CORDA, EXCELSIOR, Dios mío, acercadme cada vez más y más hacia vos.
Cuando te laves o laves cualquier cosa, di con el Santo Rey David: "Lavadme y purificadme todavía más de mi iniquidad y limpiadme de mi pecado. Me rociaréis, Señor, con el hisopo y seré perfumado; me lavaréis y quedaré más blanco que la nieve".
Al barrer un aposento o limpiar cualquier objeto, di: Dios mío, barred, purificad mi corazón hasta en sus partes más recónditas.
Al ver volar las aves o algún aeroplano por los aires, di: Dios mío, haced que vuele también yo hacia vos. ¡Quién me dará alas como de paloma y volaré hacia el lugar de mi descanso!
Acostúmbrate a ver a Dios presente en las personas con quienes tratas, particularmente en los niños, en los pobres, en los enfermos, en tus superiores.
Cuando ves a los magnates de la tierra engreirse de sus dignidades o de sus riquezas, compadece su locura y di: Ellos se glorifican de lo que es pura vanidad. En cuanto a mí, Dios me basta y no deseo, más gloria que gozar de su Gracia y poder amarle.
ACTO DE CONFIANZA EN DIOS.
(V.P. de la Colombier, S.J.).
Estoy tan convencido, Dios mío, de que velas sobre los que esperan en Ti, y de que no puede faltar cosa alguna a quien de Ti las aguarda todas, qué he determinado vivir en adelante sin ningún cuidado, descargándome en Ti de toda mi solicitud.
Despójenme los hombres de los bienes y de la honra prívenme las enfermedades de las fuerzas y medios de servirte, pierda yo por mi mismo la Gracia pecando; que no por eso perderé la esperanza, antes la conservaré hasta el postrer suspiro de mi vida y vanos serán los esfuerzos de todos los demonios del infierno para arrancármela; porque con tus auxilios me levantaré de la culpa.
Aguarden unos la felicidad de sus riquezas o talentos; descansen otros en la Inocencia de su vida, en la aspereza de su penitencia, en la multitud de sus buenas obras, o en el fervor de sus oraciones; en cuanto a mí, toda mi confianza se funda en la seguridad con que él pero ser ayudado de Ti y en el firme propósito que tengo de cooperar a tu Gracia. Confianza como ésta jamás a nadie saltó fallida. Así que seguro estoy dé ser eternamente bienaventurado Porque espero firmemente serlo y porque Tú, Dios mío, eres de quien lo espero todo.
DEVOCIONES A DIOS HIJO.
Comunión Espiritual E.V.C.
(Profundamente arrepentidos de nuestros pecados digamos a Nuestro Señor Sacramentado):
Divino Redentor de mi alma; Señor mío y Dios mío Yo creo firmemente, porque Tú lo dijiste, que estas realmente presente en la Forma Consagrada. Mira a tus plantas a un pobre pecador, que arrepentido, de sus pecados te pide perdón de haberte ofendido. Te amo y te adoro con toda el alma, y ardientemente deseo recibirle sacramentado en mi corazón. Pero ya que esto no es posible en estos momentos, Tú que eres, el Pan vivo que bajó del Cielo para darnos Vida Eterna, ven al menos espiritualmente a mi alma que por Ti suspira.
- El Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo, guarde mi alma para la, Vida Eterna.
Gracias, Jesús mío, por haber venido a mí. Tú la luz del mundo; Tú, la fuente de agua viva, que apaga el ardor de las pasiones; Tú, el Médico divino que puede sanar Todas mis llagas; Tú, mi única esperanza, mi consuelo, mi solo bien; ilumíname, atráeme, Protégeme, para que nunca nada, ni nadie, pueda separarme de Ti que tanto me amas y que anhelas tanto hacerme eternamente feliz. Así sea.
LOS NUEVE PRIMEROS VIERNES DE MES
LA GRAN PROMESA. Entre las muchas promesas que Jesucristo hizo a los que fuesen devotos de su Sagrado Corazón, siempre ha llamado y llama la atención, la que hizo a los que comulgasen en honra, suya nueve primeros viernes de mes seguidos. Es tal, que todos la Conocen con el nombre de "la gran promesa".
He aquí como la refiere Santa Margarita María Alacoque:
Un viernes, después de la Sagrada Comunión, mi Divino Maestro dijo a esta su indigna esclava lo siguiente: Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi corazón, que mi amor omnipotente, concederá a todos aquellos que comulguen nueve primeros viernes de mes seguidos, la gracia de la perseverancia final, que no morirán en mi desgracia.
LO QUE SE PROMETE EN ESTA PROMESA.
En esta promesa se promete el favor de morir en gracia de Dios, sea porque se reciban los Sacramentos, en la última hora, sea porque se hayan recibido antes y no se haya perdido la Gracia después, sea porque se haga un acto de contrición equivalente al Sacramento de la penitencia. Según esta promesa el que comulgue seguidos nueve primeros viernes, morirá en Gracia y amistad de Dios.
LO QUE ES NECESARIO PARA OBTENER ESTA GRACIA. Comulgar nueve primeros viernes de Mes seguidos en Gracia de Dios, con intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús. Esto es lo necesario y nada más; ni confesión, ni oraciones, ni otras prácticas.
LO QUE CONVIENE HACER PARA OBTENER ESTA GRACIA. Además de esto, para celebrar bien los viernes primeros en honra del Corazón de Jesús, conviene, aunque no es necesario honrar al divino Corazón con algunas devociones, oraciones solemnes, como suelen usarse en el Apostolado, oraciones privadas, según la devoción de cada uno.
CULTO SOLEMNE EL PRIMER VIERNES.
Por la mañana se puede tener comunión general a buena hora y en la tarde una función mas o menos breve y solemne al Corazón de Jesús, exponiendo al Santísimo, explicando o leyendo la intención del mes, o algo acerca de ella, rezando las letanías y algún acto de desagravio o de consagración. Actualmente las Misas Vespertinas siguen a estos actos en cualquier iglesia.
CULTO PRIVADO EL PRIMER VIERNES.
Cuando no hay culto público o no se puede asistir a él, hágase en particular lo que se haría con otros en público. Para lo cual se puede rezar la oración que sigue y además alguna de las 9 Visitas a Nuestro Señor Sacramentado del folleto E.V. No. 288.
Oración para ofrecer las Comuniones de los nuevo primeros viernes
Jesús mío dulcísimo, que en tu infinita misericordia prometiste la gracia de la perseverancia final a los que comulgar en honra de tu Sagrado Corazón nueve primeros viernes de mes seguidos; acuérdate de esta promesa y a mí indigno siervo tuyo, que acabo de recibir sacramentado con este fin e intención, concédeme que muera detestando todos mis pecados, creyendo en Ti con fe viva, esperando en tu inefable misericordia y amando la bondad de tu amantísimo Corazón. Amén.
SALMO 21
Elí, Elí, ¿Lama sabactani?
(Profecía sobre la Pasión de Cristo)
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? los gritos de mis pecados alejan de mí el socorro.
Dios mío, clamo de día y no me respondes;
de noche también, y no te cuidas de mí.
Y Tú sin embargo, estás en tu santa morada,
¡oh, gloria de Israel !
En Ti esperaron nuestros padres;
esperaron, y los libraste.
A Ti clamaron, y fueron salvados.
En Ti confiaron, y no quedaron confundidos.
Pero es que yo soy gusano y no hombre,
oprobio de los hombres y desecho de la plebe.
Cuantos me ven se mofan de mí,
tuercen los labios y menean la cabeza.
"Confio en Yahvé: que El lo salve;
líbrelo, ya que en El se complace".
Sí, Tú eres mi sostén desde el seno materno,
mi refugio desde los pechos de mi madre.
A Ti entregado desde mi nacimiento,
desde el vientre de mi madre Tú eres mi Dios.
No estés lejos de mí,
porque la tribulación está cerca,
porque no hay quien me socorra.
Me veo rodeado de muchos toros;
los fuertes de Basán me cercan;
abren contra mí sus bocas,
cual león rapaz y rugiente.
Soy como agua derramada, todos mis huesos se han descoyuntado;
mi corazón, como cera,
se diluye en mis entrañas.
Mi garganta se ha secado como una teja;
mi lengua se pega a mi paladar;
me has reducido al polvo de la muerte.
Porque me han rodeado muchos perros:
una caterva de malvados me encierra;
han perforado mis manos y mis pies;
puedo contar todos mis huesos.
Entre tanto, ellos miran,
y al verme se alegran.
Se reparten mis vestidos,
y sobre mi túnica echan suertes.
Mas Tú, Yahvé, no estés lejos de mí;
sostén mío, apresúrate a socorrerme.
Libra mi alma de la espada,
mi vida del poder del perro.
Sálvame de la boca del león;
de entre las astas de los bisontes escúchame.
Anunciaré tu Nombre a mis hermanos,
y proclamaré tu alabanza en medio de la asamblea.
Los que temeís a Yahvé alabadle,
glorificadle, vosotros todos, linaje de Israel.
Pues no despreció ni desatendió la miseria del miserable;
no escondió de él su rostro.
Y cuando imploró su aluxilio, le escuchó.
Para Ti será mi alabanza en la gran asamblea,
cumpliré mis votos en presencia de los que te temen.
Los pobres comerán y se hartarán,
alabarán a Yahvé todos los que le buscan.
¡Sus corazones vivirán para siempre!
Recordándolo, volverán a Yahvé todos los confines de la tierra;
y todas las naciones de los gentiles se postrarán ante su faz.
Porque; de Yahvé es el reino,
y El mismo gobernará a las naciones.
A El sólo adorarán todas los que duermen bajo la tierra;
ante El se encorvará todo el que desciende al polvo,
y no tiene ya vida en sí.
Mi descendencia le servirá a El,
y hablará de Yahvé a la edad venidera.
Anunciará su justicia a un pueblo que ha de nacer;
"Estas cosas ha hecho Yahvé"
DEVOCIONES AL ESPÍRITU SANTO
Himno VENI CREATOR SPIRITUS
Ven, Creador Espíritu, de tu cielo envía rayo iluminador.
Ven Padre de los pobres, sol de toda alegría, fuente de todo amor.
Dulce huésped del ánima, refrescante rocío, consolador sin par,
del afán tregua plácida, brisa en ardiente estío, fin de todo llorar.
¡Oh lumbre dichosísima! Inunda el hondo arcano de cada pecho fiel;
sin tú suave aliento, el corazón humano todo se torna hiel.
Limpia lo que está sórdido, riega lo que aridece, sana lo que está enfermo;
doblega al que está rígido, nutre al que languidece, rige al que errado va.
Da a tus confiados súbditos, de tu aliento sagrado el sempiterno Don;
de la virtud los méritos, del cielo el ansiado perenne galardón. Amen.
ORACIÓN
Oh Dios que iluminas e instruyes los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo. Has que en el mismo Espíritu sepamos apreciar siempre el bien y ser llenos de tus divinas consolaciones. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
¡VEN ESPIRITU CREADOR!
¡Ven, Espíritu Creador! visita nuestras almas y llena con tu gracia divina los corazones que Tú creaste.
Eres el Paráclito el Don de Dios Altísimo Fuente viva, Fuego, Amor y Espiritual Unción.
Autor de los siete dones, Dedo de la diestra paterna, fiel promesa del Padre que enriquece nuestra palabra.
Ilumina los sentidos, infunde pronto la paz contigo para que como guía, evitemos el mal.
Por Ti conozcamos al Padre y también al Hijo y confiemos siempre en Ti, Espíritu de ambos.
Gloria a Dios Padre y al Hijo que resucitó y al Espíritu Paráclito, por todos los siglos Amén.
V- Envía Señor tu Espíritu y todo será creado.
R -Y renovarás la faz dé la tierra.
Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haz que seamos dóciles a tu Espíritu para gozar siempre el bien y gozar de tu consuelo por Cristo Nuestro Señor, Amén.
AL ESPÍRITU SANTO
por las necesidades de México
¡Oh amadísímo Espíritu Santo! a Ti acudimos en la profunda angustia que nos oprime, seguros, de que nos escucharás benigno, librándonos de tantos males.
¡Ven, divino Manantial, a derramar en México la Paz tan deseada! Tú qué eres el alma del catolicismo El que difunde la caridad, el Sol de las inteligencias y el Fuego divino que abrasa los, corazones, sálvanos Mira los sacrilegios cometidos con esta pobre Nación, y perdona a los culpables cierto que, merecemos el castigo de la Justicia de Dios, pero también lo es que tenemos una Madre Inmaculada en el Tepeyac, que es tu Esposa y que te tenemos a TI, ¡oh Espíritu Consolador¡ para salvar a México, tan combatido por los enemigos de nuestras almas.
Envía tu soplo vivificador que renueve la faz de nuestra Nación querida y que la purifique, ¡Quién como Tú, divino Espíritu, para triunfar hasta del mismo infierno, si eres fuego consumidor de todo pecado, la pureza por esencia, el lazo de fraternidad que tanto anhelamos, la verdad infalible, el Amor!
¡Oh, sí, el Amor divino que todo lo une, que todo lo reconcilia y. purifica!
¡Sálvanos que perecemos!, ¡Salva a tu iglesia, calma las tempestades, ilumina a los gobernantes, y conserva la fe en esta Patria de María de Guadalupe! Amén.
EL LIBRO DE LOS SALMOS
Es el de los Salmos, uno de los 72 libros de la Biblia. Salmo quiere decir himno o cántico. Su número llega a 150. Casi todos ellos fueron compuestos hace ya 3000 años por el Santo Rey David.
Así como en los libros de los hombres, se estudia la ciencia, en este Libro de Dios se aprende La Sabiduría. ¿Y qué es ésta? La Sabiduría, dice Santo Tomás, consiste en el conocimiento de Dios; no basta saber que Él existe, hay que conocerlo y saber cómo es.
Conocemos a Dios estudiando lo que El ha hablado; la plenitud de la Sabiduría, está en llegar a través del conocimiento intelectual de la Revelación, a conocer espiritual y experimentalmente a Dios.
Se ha dicho con verdad, que Los Salmos, para el que les presta la debida atención a fin de llegar a entenderlos son como un resumen de toda la Biblia: historia, profecía, doctrina y oración. En ellos el Espíritu Santo, por boca de los hombres, principalmente del Santo Rey David nos enseña lo que debemos pensar, sentir y querer con respecto a Dios, a los hombres y a la naturaleza.
En este folleto E.V. C. de ORACIONES SELECTAS, hemos elegido algunos Salmos, completos o fragmentos, que juzgamos representativos de los sentimientos que animan al alma, cuando habla con Dios su Creador.
No tenemos palabras con las que animar al lector a que profundice en Los Salmos, para lo cual recomendamos el libro titulado EL SALTERIO de Mons. Straubinger, quien por medio de comentarios y notas, nos lleva de la mano en la meditación de estas maravillas sobre el conocimiento de Dios.
SALMO 8
La Gloria de Dios en la Creación
¡Oh Yahvé, Señor nuestro, cuán admirable es tu Nombre en toda la tierra!
Tú, cuya gloria cantan los cielos,
te has prepararlo la alabanza
de la boca de los pequeños y de los lactantes,
para confundir a tus enemigos
y para hacer callar
al adversario y al perseguidor.
Cuando contemplo tus cielos,
hechura de tus dedos,
la luna y las estrellas
que Tú pusiste en su lugar.
¿Qué es el hombre para que Tú lo recuerdes, o el hijo del hombre para que te ocupes de él?,
Tú lo creaste poco inferior a Dios,
le ornaste de gloria y de horror.
Le diste poder sobre las obras de tus manos,
y todo lo pudiste bajo sus pies:
las ovejas, los bueyes todos,
y aún las bestias salvajes,
las aves del cielo y los peces del mar,
y cuanto surca las sendas del agua.
¡Oh Yahvé, Señor nuestro,
cuán admirable es tu Nombre en toda la tierra!
SALMO 15
El Sumo Bien
Presérvame, oh Dios, pues me refugio en Ti;
dije a Yáhvé: "Tú eres mi Señor, no hay bien para mí fuera de Tí"
En Cuanto a los santos e ilustres de la tierra,
no pongo en ellos mi afecto.
Multiplican sus dolores
los que corren tras falsos dioses,
no librará la sangre de sus ofrendas,
ni pronunciaré sus nombres con mis labios.
Yahvé es la porción de mi herencia y de mi cáliz;
Tú tienes en tus manos mi suerte.
Las cuerdas (de medir) cayeron Para mi en buen lugar,
Y me tocó una herencia que me encanta.
Bendeciré a, Yahvé, porque me lo hizo entender,
y aún durante la noche me lo enseña mi corazón.
Tengo siempre a Yahvé delante de mis ojos,
por que con El a mi diestra no seré conmovido.
Por eso se alegra mi corazón
Y se regocija mi alma,
y aún mi carne descansará segura;
Pues Tú no dejarás a mi alma en el sepulcro,
ni permitirás que tu santo experimente corrupción.
Tú me harás conocer la senda de la vida,
la plenitud del gozo a la vista de tu rostro,
las eternas delicias de tu diestra.
SALMO 94
Venite Adoremus
Venid, alegrémonos para Yahvé;
aclaremos a la Roca de nuestra salvación.
Acerquémonos a El con alabanzas,
y con cantos gocémenos en su presencia.
Porque Yahvé es un gran Dios,
y un rey más grande que todos los dioses.
En sus manos están las profundidades de la tierra
y son suyas las cumbres de las montañas.
Suyo es el mar, pues El lo hizo,
y el continente, que plasmaron sus manos.
Venid, adoremos e inclinémonos;
caigamos de rodillas ante Yahvé que nos creó.
Porque Él es nuestro Dios;
nosotros somos el pueblo que El alimenta
y las ovejas que El cuida.
SALMO 103 (fragmento)
La Obra de Dios en la Creación
¡Bendice a Yahvé, alma mía!
¡Yahvé, Dios mío, cuán grande eres!
Te has vestido de majestad y de belleza,
envuelto en luz como en un manto.
Extendiste el cielo como un cortinaje;
construiste tu morada superior sobre las aguas,
haces de las nubes tu carroza,
cabalgas sobre las alas del viento.
A los vientos haces tus mensajeros,
y ministros tuyos los relámpagos centellantes.
SALMO 129
De Profundis
Desde lo más profundo
clamo a Ti, Yahvé,
Señor, oye mi voz.
Estén tus oídos atentos al grito dé mi súplica.
Si Tú recordaras las iniquidades,
oh Yahvé Señor ¿quién quedaría en pie?
Mas en Ti está el perdón de los pecados,
a fin de que se te venere.
Espero en Yahvé,
mi alma confía en su palabra.
Aguardando está mi alma al Señor,
más que los centinelas el alba.
Más que los centinelas con la aurora,
cuenta Israel con Yahvé,
Porque en Yahvé está la misericordia
y con El copiosa redención.
Y El mismo redimirá a Israel
de todas sus iniquidades.
SALMO 130
Infancia Espiritual
Yahvé, mi corazón ya no se engríe
ni son altaneros mis ojos.
No ando tras de grandezas
ni en planes muy difíciles para mí;
Lejos de eso, he hecho a mi alma quieta y apaciguada
como un niño que se recuesta sobre el pecho de su madre
como ese niño, está mi alma en mí.
SALMO 50 MISERERE
Espíritu de perfecta contrición
Ten compasión de mí, oh Dios,
en la medida de tu misericordia;
según la grandeza de tus bondades,
borra mi iniquidad.
Lávame a fondo de mi culpa,
límpiame de mi pecado.
Porque yo reconozco mi maldad,
y tengo siempre delante mi delito.
He pecado contra Ti, contra Ti solo,
he obrado lo que es desagradable a tus ojos,
de modo que sería manifiesta la justicia de tu Juicio.
y tendrías razón en condenarme;
Es que soy nacido en la iniquidad,
y ya mi madre me concibió en pecado.
Mas he aquí que tú te complaces
en la sinceridad del corazón,
Y en lo íntimo del mío
me haces conocer la sabiduría.
Rocíame, pues, con hisopo y seré limpio;
lávame Tú y quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír tu palabra de gozo y alegría
y saltarán de felicidad estos huesos que has quebrantado.
Aparta tu rostro de mis pecados
y borra todas mis culpas
crea en mí, oh Dios, un corazón sencillo
y renueva en mi interior un espíritu recto.
No me rechaces de tu presencia,
y no me quites el espíritu de tu santidad.
Devuélveme la alegría de tu salud;
confírmame en un espíritu de príncipe.
Enseñaré a los malos tus caminos;
y los pecadores se convertirán a Ti.
Líbrame de la sangre, oh Dios, Dios Salvador mío
y vibre mi lengua de Exultacíón por tu justicia.
Abre Tú mis labios, oh Señor,
y mi boca publicará tus alabanzas,
pues los sacrificios no te agradan,
y si te ofreciera un holocausto no lo aceptarías.
Mi sacrificio oh Dios, es el espíritu compungido,
Tú no despreciaras, Señor, un corazón contrito y humillado.
Por, tu misericordia, Señor,
obra benignamente con Sión;
reconstruye los muros de Jerusalén.
Entonces te agradaran los sacrificios legales,
(las oblaciones y los holocaustos);
entonces se ofrecerán becerros sobre tu altar.
SALMO 83 (fragmento)
Un día solo en tus atrios
vale más que otros mil.
Prefiero estar en el umbral de la Casa de mi Dios,
que habitar en los pabellones de los pecadores.
Porque sol y escudo es Yahvé Dios;
El da la gracia y da gloria.
El no rehusa ningún bien
a los que caminan en la inocencia.
Yahvé de los ejércitos,
dichoso el hombre que confía en Ti.
SALMO 61
No confiar más que en Dios (fragmento)
Si vuestras riquezas aumentan,
no pongáis en ellas el corazón.
Una cosa dijo Dios, y otra segunda le oí:
que el poder es de Dios
Y la gracia, oh Señor es tuya.
Por que Tú recompensas a cada uno según sus obras.
SALMO 62
El alma sedienta de Dios
Oh Dios, Tú eres el Dios mío,
a Ti te busco ansioso;
mi alma tiene sed de Ti,
y mi carne sin Ti languidece,
como (ésta) tierra árida y yerma, falta de agua.
Así vuelvo mis ojos hacia Ti en el santuario,
para contemplar tu, poder y tu gloria;
porque tu gracia vale más que la vida,
por eso mis labios te alabarán.
Así te bendeciré toda mi vida
y a tu Nombre levantaré mis manos.
Mi alma quedará saciada
como de médula y gordura,
y mi boca te celebrará
con labios de exultación,
cada vez que me acuerde de Ti en mi lecho
y en mis insomnios medite sobre Ti;
porque en verdad Tú te hiciste mi amparo,
y a la sombra de tus alas me siento feliz.
Si mi alma se adhiere a TI,
tu diestra me sustenta.
SALMO 127
El justo bendecido en su hogar
Dichoso tú que temes a Yahvé,
Que andas en sus caminos.
Pues comerás del trabajo de tus manos;
serás bendito, te irá bien:
tu esposa, parra fecunda
en el interior de tu casa;
tus hijos, retoños de olivo
alrededor de tu mesa.
Así será bendecido
el hombre que teme a Yahvé.
SALMO 93
Dios vengador de los suyos
¡Oh Dios vengador,
Yahvé, Dios de las venganzas, muéstrate!
Levántate, glorioso, oh Juez del mundo;
da a los soberbios lo que merecen.
¿Hasta cuándo los malvados, Yahvé?
¿Hasta cuándo los malvados triunfarán
proferirán necedades con lenguaje arrogante,
se jactarán todos de sus obras inicuas?
Oprimen a tu pueblo, Yahvé,
y devastan tu heredad;
asesinan a la viuda y al extranjero,
y matan a los huérfanos.
Y dicen: "El Señor no lo ve,
el Dios de Jacob nada sabe".
Entendedlo, oh necios entre todos;
insensatos, saberlo al fin:
Aquél que plantó el oído ¿no oirá El mismo?,
y el que formó el ojo ¿no verá?
El que castiga a las naciones ¿no ha de pedir cuentas?
Aquél que enseña al hombre ¿no tendrá conocimiento?
SALMO 92
El Señor Rey del Orbe
Reina Yahvé; se ha revestido de majestad.
El Señor se reviste de poder,
se ciñe las armas;
da estabilidad al orbe de la tierra,
que no se moverá.
Fijado está tu trono desde ese tiempo;
Tú eres desde la eternidad.
Alzan los ríos, Yahvé, alzan los ríos su voz;
alzan las olas su fragor.
Pero más poderoso
que la voz de muchas aguas,
más poderoso que el oleaje del mar,
es Yahvé en las alturas.
Tus testimonios, Yahvé, son segurísirnos;
corresponde a tu casa la santidad
por toda la duración de los tiempos.
HIMNO DE VISPERAS.
Libra mis ojos de la muerte
dales la Luz que es su Destino
yo como el ciego del camino
pido un milagro para verte.
Haz de esta piedra de mis manos
una herramienta constructiva
cura su fiebre posesiva
y ábrela al bien de mis hermanos.
Haz que mi pie vaya ligero
da de tu Pan y de tu Vaso
al que te sigue paso a paso
por lo más duro del Sendero.
Que yo comprenda Señor mío
al que se queja y retrocede
que el corazón no se me quede
desentendidamente frío.
Guarda mi fe del Enemigo
tantos me dicen que estás Muerto
y entre la sombra y el desierto
dame tu Mano y ven conmigo
Amén.
HIMNO
Palabra creadora de cósmicas grandezas,
rasgando poderosa la nada del silencio,
inmenso manantial de múltiples bellezas,
eterno resplandor del único misterio.
Palabra que, hecha luz radiante y creadora,
estalla en los abismos eternos de la nada,
llenando los espacios y los tiempos de sonora
sinfonía de ser, de amor y de esperanza.
Palabra mensajera en alas de los vientos,
meciendo cariñosa las aves en su vuelo,
llenando las montañas con rítmicos acentos
de brisas y armonías, de luz, color y ensueños.
Palabra que en delirio de amor inenarrable,
al soplo virginal y ardiente de tu Espíritu,
sin dejar un momento de ser Hijo del Padre,
naciendo de mujer, del hombre se hace hijo
Amén.