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MISAL ABRIL DEL 2020 / www.laverdadcatolica.org

 

 

 

 

Intenciones del Santo Padre para el mes de Abril 2020
  INTENCIÓN UNIVERSAL :

Liberación de las adicciones

Recemos para que todas las personas bajo la influencia de las adiciones sean bien ayudadas y acompañadas.

 

 

 
   
 
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El número de página del Misal Romano ha sido actualizado conforme a su última edición en 2018. El número entre paréntesis en MR ( ) corresponde al Misal Romano edición para México de Editorial BAC.

MIÉRCOLES 1

Morado Miércoles V de Cuaresma o Beatos José Luis Padilla Gómez, Jorge Ramón y Ramón Vicente Vargas González, mártires mexicanos *, memoria parcial MR, p. 234 (252); Lecc. I, p. 791

Otros santos: Venancio, Anastasio y compañeros, mártires; Luis Pavoni, presbítero y fundador. Beato José Dionisio Luis Padilla Gómez, laico mártir.

CONOCERÁN LA VERDAD
Dn 3, 14-20-49-50-91-92. 95; Jn 8. 31-42

El Evangelio es una invitación a abrirse a la verdad que salva. Para la tradición cristiana no es posible equiparar a la verdad con un listado de contenidos doctrinales. No es el concepto griego de verdad como identidad, es algo mucho más profundo. Vivir en la verdad es asumir un tipo de existencia auténtica que implicará vivir rectas relaciones con Dios, con el prójimo y consigo mismo. En el Evangelio el Señor Jesús invita a sus oyentes a vivir como sus discípulos. Quien vive como discípulo de Jesús conoce la verdad y vive una existencia plena. No así los adversarios de Jesús, que se sienten libres y rehúsan la oferta de libertad de Jesús, alegando ser legítimos hijos de Abrahán. El Señor Jesús no los reconoce como hijos del patriarca porque actúan de manera violenta. En el libro de Daniel los jóvenes se rehúsan a venerar al rey porque conocen la verdad sobre Dios.

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 17, 48-49 1

Tú me liberas, Señor, de la ira de los pueblos, me haces triunfar sobre mis adversarios y me salvas del hombre malvado.

ORACIÓN COLECTA

Ilumina, Dios compasivo, los corazones de tus hijos que tratan de purificarse por la penitencia con amor, dígnate escuchar paternalmente nuestras súplicas. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Dios mandó a su ángel para liberar a sus siervos.

Del libro del profeta Daniel: 3,14-20.49-50.91-92.95

En aquellos días dijo el rey Nabucodonosor: "¿Es cierto, Sedrak, Mesak y Abednegó, Que no quieren servir a mis dioses, ni adorar la estatua de oro que he mandado levantar? Pues bien, si no es cierto, estén dispuestos para que, al oír sonar el cuerno, la flauta, la cítara, el salterio, la chirimía y toda clase de instrumentos, se postren y adoren la estatua que he mandado hacer. Pero si no la adoran, serán arrojados inmediatamente a un horno encendido. ¿Y qué dios podrá librados entonces de mis manos?".
Pero Sedrak, Mesak y Abednegó contestaron al rey Nabucodonosor: "No es necesario responder a tu pregunta, pues el Dios a quien servimos puede librarnos del horno encendido y nos librará de tus manos; y aunque no lo hiciera, sábete que de ningún modo serviremos a tus dioses, ni adoraremos la estatua de oro, que has mandado levantar".
Entonces Nabucodonosor se enfureció y la expresión de su rostro cambió para Sedrak, Mesak y Abednegó. Mandó encender el horno y aumentar la fuerza del fuego siete veces más de lo acostumbrado. Después ordenó que algunos de los hombres más fuertes de su ejército ataran a Sedrak, Mesak y Abednegó y los arrojaran al horno encendido.
Pero el ángel del Señor bajó del cielo, se puso junto a ellos, apartó las llamas y produjo en el horno un frescor como de brisa y de rocío, y el fuego no los atormentó, ni los hirió, ni siquiera los tocó. El rey Nabucodonosor, estupefacto, se levantó precipitadamente y dijo a sus consejeros: "¿Acaso no estaban atados los tres hombres que arrojamos al horno?". Ellos contestaron: "Sí, señor". El rey replicó: "¿Por qué, entonces, estoy viendo cuatro hombres sueltos, que se pasean entre las llamas, sin quemarse? Y el cuarto, parece un ángel".
Nabucodonosor los hizo salir del horno y exclamó: "Bendito sea el Dios de Sedrak, Mesak y Abednegó, que ha enviado a su ángel para librar a sus siervos, que confiando en él, desobedecieron la orden del rey y expusieron su vida, antes que servir y adorar a un dios extraño". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Daniel 3, 52. 53. 54. 55. 56.
R/. Bendito seas para siempre, Señor.

Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres. Bendito sea tu nombre santo y glorioso. R/.
Bendito seas en tu templo santo y glorioso. Bendito seas en el trono de tu reino. R/.
Bendito eres tú, Señor, que penetras con tu mirada los abismos y te sientas en un trono rodeado de querubines. Bendito seas, Señor, en la bóveda del cielo. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 8. 15
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto. R/.

EVANGELIO

Si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres.

Del santo Evangelio según san Juan: 8, 31-42

En aquel tiempo, Jesús dijo a los que habían creído en él: "Si se mantienen fieles a mi palabra, serán verdaderamente discípulos míos, conocerán la verdad y la verdad los hará libres". Ellos replicaron: "Somos hijos de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: 'Serán libres'?".
Jesús les contestó: "Yo les aseguro que todo el que peca es un esclavo del pecado y el esclavo no se queda en la casa para siempre; el hijo sí se queda para siempre. Si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres. Ya sé que son hijos de Abraham; sin embargo, tratan de matarme, porque no aceptan mis palabras. Yo hablo de lo que he visto en casa de mi Padre: ustedes hacen lo que han oído en casa de su padre".
Ellos le respondieron: "Nuestro padre es Abraham". Jesús les dijo: "Si fueran hijos de Abraham, harían las obras de Abraham. Pero tratan de matarme a mí, porque les he dicho la verdad que oí de Dios. Eso no lo hizo Abraham. Ustedes hacen las obras de su padre". Le respondieron: "Nosotros no somos hijos de prostitución. No tenemos más padre que a Dios".
Jesús les dijo entonces: "Si Dios fuera su Padre me amarían a mí, porque yo salí de Dios y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino enviado por él". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, estos dones que recibimos de ti y ahora te presentamos; y ya que los destinaste para alabanza de tu nombre, haz también que nos procuren la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I de la Pasión del Señor, MR, p. 502 (498).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Col 1, 13-14

Dios nos ha hecho entrar al Reino de su Hijo amado, por cuya sangre recibimos la redención y el perdón de los pecados.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que el sacramento recibido, Señor, nos proporcione un remedio celestial para que purifique nuestros corazones de sus vicios y nos fortalezca con su constante protección. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO

Opcional

Atiende, Dios todopoderoso, las súplicas de tu pueblo y a quienes, compadecido, les das la confianza de esperar en tu amor, concédeles, benigno, experimentar el efecto de tu acostumbrada misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 


JUEVES 2

Morado Jueves V de Cuaresma o Memoria parcial de San Francisco de Paula, ermitaño * MR, p. 235 (253); Lecc. I, p. 794

Otros santos: Beatos Guillermo Apor, obispo y mártir; Beata María de San José, fundadora.

LOS VERDADEROS HIJOS
Gén 17, 3-9; Jn 8, 51-59

Los israelitas siempre se han considerado verdaderos hijos de Abrahán. Del mismo modo, al
reconocerse como pueblo de Dios, se asumen también como hijos de Dios, a quien reconocen con toda razón, como su único Señor. Siendo el Señor Jesús un hijo de Israel, conoce las tradiciones que dan sentido a la espiritualidad de su pueblo. Él pretende renovar dicha espiritualidad y ofrece una vida permanente a quienes crean en el Hijo del Padre. Sutilmente él se asemeja al Señor cuando se apropia de un título reservado estrictamente a Dios, cuando dice: Yo soy el que soy. Al escucharlo sus oyentes reaccionan violentamente y terminan negando vivir como verdaderos hijos de Dios. Éstos realizan obras en favor de la vida y jamás recurren a la violencia.

ANTIFONA DE ENTRADA Hb 9, 15

Cristo es el mediador de la nueva alianza, para que, por su muerte, los que han sido llamados reciban la herencia eterna que les había prometido.

ORACIÓN COLECTA

Atiende, Señor, a quienes te dirigen sus ruegos y protege en tu bondad a quienes hemos puesto la esperanza en tu misericordia, para que, purificados de toda mancha de pecado, perseveremos en una vida santa y lleguemos a ser herederos de tus promesas. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Serás padre de una multitud de pueblos.

Del libro del Génesis: 17, 3-9

Cuando Dios se le apareció, Abram se postró con el rostro en el suelo y Dios le dijo: "Aquí estoy. Ésta es la alianza que hago contigo: Serás padre de una multitud de pueblos. Ya no te llamarás Abram, sino Abraham, porque te he constituido como padre de muchas naciones.
Te haré fecundo sobremanera; de ti surgirán naciones y de ti nacerán reyes. Contigo y con tus descendientes, de generación en generación, establezco una alianza perpetua para ser el Dios tuyo y de tus descendientes. A ti y a tus descendientes les daré en posesión perpetua toda la tierra de Canaán, en la que ahora vives como extranjero; y yo seré el Dios de ustedes".
Después le dijo Dios a Abraham: "Cumple, pues, mi alianza, tú y tu posteridad, de generación en generación". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 104,4-5.6-7.8-9.
R/. El Señor nunca olvida sus promesas.

Recurran al Señor y a su poder, búsquenlo sin descanso. Recuerden los prodigios que él ha hecho, sus portentos y oráculos. R/.
Descendientes de Abraham, su servidor, estirpe de Jacob, su predilecto, escuchen: el Señor es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos. R/.
Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que un día le hiciera. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Sal 94, 8
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su corazón". R/.

EVANGELIO

Su padre Abraham se regocijaba con el pensamiento de verme

Del santo Evangelio según san Juan: 8, 51-59

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Yo les aseguro: el que es fiel a mis palabras no morirá para siempre".
Los judíos le dijeron: "Ahora ya no nos cabe duda de que estás endemoniado. Porque Abraham murió y los profetas también murieron, y tú dices: 'El que es fiel a mis palabras no morirá para siempre'. ¿Acaso eres tú más que nuestro padre Abraham, el cual murió? Los profetas también murieron. ¿Quién pretendes ser tú?".
Contestó Jesús: "Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, aquel de quien ustedes dicen: 'Es nuestro Dios', aunque no lo conocen. Yo, en cambio, sí lo conozco; y si dijera que no lo conozco, sería tan mentiroso como ustedes.
Pero yo lo conozco y soy fiel a su palabra. Abraham, el padre de ustedes, se regocijaba con el pensamiento de verme; me vio y se alegró por ello".
Los judíos le replicaron: "No tienes ni cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?". Les respondió Jesús: "Yo les aseguro que desde antes que naciera Abraham, Yo Soy". Entonces recogieron piedras para arrojárselas, pero Jesús se ocultó y salió del templo. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira con agrado, Señor, este sacrificio, y concédenos que sirva para nuestra conversión y para la salvación del mundo entero. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I de la Pasión del Señor, MR, p. 502 (498).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Rm 8,32

Dios no escatimó la vida de su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros y en Él nos dio todo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA. COMUNIÓN

Alimentados por estos dones de salvación, suplicamos, Señor, tu misericordia, para que este sacramento, que nos nutre en nuestra vida temporal, nos haga partícipes de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO

Opcional

Sé propicio a tu pueblo, Señor, para que, rechazando día con día lo que te desagrada, se sacie sobre todo con las delicias de tus mandamientos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

O bien

*San Francisco de Paula, ermitaño MR, p. 727 (714)
Nació en Calabria (provincia italiana), en 1416. Desde muy joven escuchó el llamado de Dios para que se dedicara a la vida de ermitaño, y se fue a vivir en una cueva. Pero lo siguió toda una multitud de personas, que acamparon cerca de su cueva. Éste fue el origen de la Orden de los mínimos (1493). Francisco murió en Francia, a donde el rey Luis XI lo había llamado.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, tú que enalteces a los humildes, y elevaste a san Francisco de Paula a la gloria de tus santos, concédenos que, por sus méritos y ejemplo, consigamos felizmente la recompensa prometida a los humildes. Por nuestro Señor Jesucristo ...

 


VIERNES 3

Morado Viernes V de Cuaresma MR, p.136 (254); Lecc, I, p. 796 Día de abstinencia

Otros santos: Ricardo de Wych, obispo; Luis Scrosoppi, presbítero de la Congregación del Oratorio y fundador. Beatos: José Luciano Ezequiel Huerta Gutiérrez y José Salvador Huerta Gutiérrez, laicos mártires.

Por decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del 18 de Marzo de 1995 (Prt. 452/95/L) en las parroquias e iglesias en las que hoy, antiguo "Viernes de Dolores", siga habiendo gran afluencia de fieles para honrar a la Virgen María en su advocación de Nuestra Señora de los Dolores, se puede celebrar una única misa votiva.

(cfr.15 de Septiembre, p. 833 (822))

EL AUXILIO DEL SEÑOR
Jer 20,10-13; Jn 10, 3142

El profeta de Anatot disponía de una gran libertad interior. No andaba en busca de la reputación pública ni de los elogios. Jeremías se distinguía como el día de la noche de los falsos profetas que recitaban embustes para satisfacer las ilusiones de sus oyentes. Jeremías fue un crítico implacable de los gestos y prácticas idolátricas de Israel. Con la certeza y la confianza de que su misión estaba en las manos de Dios y que contaba con la asistencia y el auxilio del Señor persistió en su encargo misionero. Los profetas no despiertan adhesiones tumultuosas. Son banderas discutidas que levantan controversia. Los oyentes del Señor Jesús quieren quitarlo de en medio, porque con gran seguridad se presenta como el verdadero enviado del Padre. Sus pretensiones de autoridad les resultan inadmisibles.

ANTIFONA DE ENTRADA Sa130.10. 16. 18

Ten piedad de mí, Señor, porque estoy en peligro, líbrame y sálvame de la mano de mis enemigos y de aquellos que me persiguen; Señor, que no quede yo defraudado de haberte invocado.

ORACIÓN COLECTA

Perdona, Señor, las culpas de tu pueblo, para que, por tu bondad, nos libres de las ataduras de los pecados que por nuestra fragilidad hemos cometido. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

El Señor está a mi lado como guerrero poderoso.

Del libro del profeta Jeremías: 20, 10-13

En aquel tiempo, dijo Jeremías: "Yo oía el cuchicheo de la gente que decía: 'Terror por todas partes. Denunciemos a Jeremías, vamos a denunciarlo'. Todos los que eran mis amigos espiaban mis pasos, esperaban que tropezara y me cayera, diciendo: 'Si se tropieza y se cae, lo venceremos y podremos vengamos de él'. Pero el Señor, guerrero poderoso, está a mi lado; por eso mis perseguidores caerán por tierra y no podrán conmigo; quedarán avergonzados de su fracaso y su ignominia será eterna e inolvidable.
Señor de los ejércitos, Que pones a prueba al justo y conoces lo más profundo de los corazones, haz que yo vea tu venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa.
Canten y alaben al Señor, porque él ha salvado la vida de su pobre de la mano de los malvados". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 17, 2-3a. 3bc-4. 5~.7.
R/. Sálvame, Señor, en el peligro.

Yo te amo, Señor, tú eres mi fuerza, el Dios que me protege y me libera. R/.
Tú eres mi refugio, mi salvación, mi escudo, mi castillo. Cuando invoqué al Señor de mi esperanza, al punto me libró de mi enemigo. R/.
Olas mortales me cercaban, torrentes destructores me envolvían; me alcanzaban las redes del abismo y me ataban los lazos de la muerte. R/.
En el peligro invoqué al Señor, en mi angustia le grité a mi Dios; desde su templo, él escuchó mi voz y mi grito llegó a sus oídos. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 6, 63.68
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna. R/.

EVANGELIO

Intentaron apoderarse de él, pero se Les escapó de Las manos.

Del santo Evangelio según san Juan: 10, 31-42

En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, los judíos cogieron piedras para apedreado. Jesús les dijo: "He realizado ante ustedes muchas obras buenas de parte del Padre, ¿por cuál de ellas me quieren apedrear?".
Le contestaron los judíos: "No te queremos apedrear por ninguna obra buena, sino por blasfemo, porque tú, no siendo más que un hombre, pretendes ser Dios". Jesús les replicó: "¿No está escrito en su ley: Yo les he dicho: Ustedes son dioses? Ahora bien, si ahí se llama dioses a quienes fue dirigida la palabra de Dios (y la Escritura no puede equivocarse), ¿cómo es que a mí, a quien el Padre consagró y envió al mundo, me llaman blasfemo porque he dicho: 'Soy Hijo de Dios'? Si no hago las obras de mi Padre, no me crean. Pero si las hago, aunque no me crean a mí, crean a las obras, para que puedan comprender que el Padre está en mí y yo en el Padre". Trataron entonces de apoderarse de él, pero se les escapó de las manos.
Luego regresó Jesús al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había bautizado en un principio y se quedó allí. Muchos acudieron a él y decían: "Juan no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan decía de éste, era verdad". Y muchos creyeron en él allí. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que tu ayuda, Dios misericordioso, nos haga dignos de servir siempre a tu altar, a fin de que la asidua participación en este sacrificio nos obtenga la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I de la Pasión del Señor. MR. p. 502 (498).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Pe 2, 24

Jesús, cargado con nuestros pecados, subió al madero de la cruz, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia; por sus llagas hemos sido curados.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que no deje de protegemos continuamente, Señor, la recepción de este sacramento y que aleje siempre de nosotros todo mal. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO

Opcional

Concede, Dios todopoderoso, que tus siervos, que anhelan la gracia de tu protección, puedan servirte con ánimo confiado, libres ya de todo mal. Por Jesucristo, nuestro Señor.

*Nuestra Señora de Los Dolores MR, p. 833 (822) / Lecc, III, p. 125
La santísima Virgen María estuvo íntimamente unida a la pasión de su Hijo. Por eso está asociada de un modo particular a la gloria de su resurrección. La compasión de María, que celebramos en esta fiesta, nos recuerda que al pie de la cruz la maternidad de María se extendió a todo el cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, es decir, a todos nosotros.

ANTÍFONA DE ENTRADA Lc 2, 34-35

El anciano Simeón dijo a María: Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción; y a ti, una espada te atravesará el alma.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que quisiste que junto a tu Hijo en la cruz estuviera de pie su Madre, compartiendo su dolor, concede a tu Iglesia que, asociada con ella a la pasión de Cristo, merezca participar de su gloriosa resurrección. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Aprendió a obedecer y se ha convertido en autor de salvación eterna.

De la carta a los hebreos: 5, 7-9

Hermanos: Durante su vida mortal, Cristo ofreció oraciones y súplicas, con fuertes voces y lágrimas, a aquel que podía librarlo de la muerte, y fue escuchado por su piedad. A pesar de que era el Hijo, aprendió a obedecer padeciendo, y llegado a su perfección, se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los que lo obedecen. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 30, 2-3a. 3b-4. 5-6.15-16. 20
R. Señor, por tu amor tan grande ponme a salvo.

A ti, Señor, me acojo, que no quede yo nunca defraudado; Señor, tú, que eres justo, ponme a salvo. Escucha mi oración. R/.
Ven a rescatarme sin retardo, sé tú mi fortaleza y mi refugio. Pues eres mi refugio y fortaleza, por tu nombre, Señor, guía mis pasos. R/.
Sácame de la red que me han tendido, pues eres tú mi amparo. En tus manos encomiendo mi espíritu y tu lealtad me librará, Dios mío. R/.
Pero yo en ti confío; "tú eres mi Dios", Señor, siempre te digo; mi suerte está en tus manos, líbrame del poder de mi enemigo que viene tras mis pasos. R/.
Qué grande es la bondad que has reservado, Señor, para tus fieles. Con quien se acoge a ti, Señor, ya la vista de todos, ¡qué bueno eres! R/.

SECUENCIA

Esta secuencia es opcional tanto en su forma larga como en su forma breve, desde • ¡Oh dulce fuente de amor!

La Madre piadosa estaba
junto a la cruz, y lloraba
mientras el Hijo pendía,
cuya alma triste y llorosa,
traspasada y dolorosa,
fiero cuchillo tenía.

Oh, cuán triste y afligida
se vió la Madre escogida
de tantos tormentos llena
cuando triste contemplaba,
y dolorosa miraba,
del Hijo la pena.

¿Y cuál hombre no llorara
si a la Madre contemplara
de Cristo, en tanto dolor?
¿Y quién no se entristeciera,
piadosa Madre, si os viera,
sujeta a tanto rigor?

Por los pecados del mundo
vió a Jesús en tan profundo
tormento la dulce María,
y muriendo al Hijo amado
que rindió desamparado
el espíritu a su Padre.

Oh Madre, fuente de amor
hazme sentir tu dolor
para que llore contigo.
Y que por mi Cristo amado
mi corazón abrasado
más viva en Él que conmigo.

Y porque a amarte me anime
en mi corazón imprime
las llagas que tuvo en sí;
y de tu Hijo, Señora,
divide conmigo ahora
las que padeció por mí.

Hazme contigo llorar,
y de veras lastimar
de sus penas mientras vivo:
porque acompañar deseo
en la cruz, donde le veo,
tu Corazón compasivo.

Virgen de vírgenes santas,
llore yo con ansias tantas,
que el llanto dulce me sea;
porque su Pasión y Muerte
tenga mi alma de suerte
que siempre sus penas vea.

Haz que su cruz me enamore,
Y que en ella viva y more,
De mi fe y amor indicio;
porque me inflame y me encienda
y contigo me defienda
en el día del juicio.

Haz que me ampare la muerte
de Cristo, cuando en tan fuerte
trance vida y alma estén;
para que cuando quede en calma
el cuerpo, vaya mi alma
a su eterna gloria.

Amén.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO

R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Dichosa la Virgen María, que sin morir, mereció la palma del martirio junto a la cruz del Señor. R/.

EVANGELIO

¿Y cuál hombre no llorara si a la Madre contemplara de Cristo en tanto dolor?

Del santo Evangelio según san Juan: 19, 25-27

En aquel tiempo, estaban junto a la cruz de Jesús, su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás y María Magdalena.
Al ver a la madre y junto a ella al discípulo a quien tanto quería, Jesús dijo a su madre: "Mujer. ahí está tu hijo". Luego dijo al discípulo: "Ahí está tu madre". Y desde entonces el discípulo se la llevó a vivir con él. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Dios misericordioso, las súplicas y ofrendas que te presentamos para alabanza de tu nombre, al venerar a la santísima Virgen María, a quien, bondadoso, nos entregaste como piadosísima Madre. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Pe 4, 13

Alégrense de compartir ahora los padecimientos de Cristo, para que cuando se manifieste su gloria, el júbilo de ustedes sea desbordante.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con el sacramento de la redención eterna, te pedimos, Señor, que, al conmemorar el dolor de la santísima Virgen María, completemos, a favor de la Iglesia, lo que falta en nosotros a los padecimientos de Cristo. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.

SÁBADO 4

Morado Sábado V de Cuaresma o memoria parcial de San Isídoro, obispo y doctor de la Iglesia* MR, p. 238 (256); Lecc. I, p. 799

Otros santos: Isidoro de Sevilla, Doctor de la Iglesia; Cayetano Catanosso, presbítero y fundador; Benito "el Moro" de Palermo, religioso de la Orden de Hermanos Menores.

TENSIÓN Y RUPTURA
Ez 37,21-28; Jn 11,45-46

Cuando los profetas honran su nombre y son fieles a la misión que Dios les encomienda no suscitan adhesiones totales. Al contrario, provocan rupturas, consiguen algunos seguidores y numerosos adversarios. Eso advertimos en la vida del profeta Ezequiel. Este sacerdote vivió en el destierro junto con sus hermanos y desenmascaró la causa de su fracaso: el pueblo había confiado ciegamente en alianzas militares, practicando también el culto y la divinización de las fuerzas de la naturaleza. En todo ese proceso, se olvidaron de confiar en el Señor con el que habían hecho alianza. Tal como lo refiere el cuarto Evangelio también el Señor Jesús suscitó una profunda división de opiniones: por un lado, una porción de los hijos de Israel creyó decisivamente en sus señales; sin embargo, la elite religiosa se oponía radicalmente a su propuesta y su mensaje, hasta el punto de que tramaron su desaparición violenta.

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 21, 20. 7

Tú, Señor, no te quedes lejos; fuerza mía, ven aprisa a ayudarme; pues yo soy un gusano, no un hombre, despreciado por la gente y rechazado por el pueblo.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que hiciste que todos los renacidos en Cristo, vinieran a ser linaje escogido y sacerdocio real, concédenos querer y poder cumplir lo que mandas, para que tu pueblo, llamado a la vida eterna, tenga unidos sus corazones en una misma fe y actúe movido por el mismo amor. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Haré de ellos un solo pueblo.

Del libro del profeta Ezequiel: 37, 21-28

Esto dice el Señor Dios: "Voy a recoger de las naciones a donde emigraron, a todos los israelitas; de todas partes los congregaré para llevarlos a su tierra. Haré de ellos un solo pueblo en mi tierra, en los montes de Israel; habrá un solo rey para todos ellos y nunca más volverán a ser dos naciones, ni a dividirse en dos reinos.
Ya no volverán a mancharse con sus ídolos, sus abominaciones y con todas sus iniquidades; yo los salvaré de las infidelidades que cometieron y los purificaré; ellos van a ser mi pueblo y yo voy a ser su Dios.
Mi siervo David será su rey y todos ellos no tendrán más que un pastor; cumplirán mis mandamientos y pondrán por obra mis preceptos. Habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob y en la que habitaron los padres de ustedes, y ahí vivirán para siempre ellos, sus hijos y sus nietos; mi siervo David será su rey para siempre.
Voy a hacer con ellos una alianza eterna de paz. Los asentaré, los haré crecer y pondré mi santuario entre ellos para siempre. En medio de ellos estará mi templo: yo voy a ser su Dios y ellos van a ser mi pueblo.
Las naciones sabrán que yo soy el Señor que santifica a Israel, cuando vean mi santuario en medio de ellos para siempre". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Jeremías 31, 10.11-12ab.13.
R/. El Señor cuidará a su pueblo como un pastor a su rebaño.

Escuchen, pueblos, la palabra del Señor, anúncienla aun en las islas más remotas: "El que dispersó a Israel lo reunirá y lo cuidará como el pastor a su rebaño". R/.
Porque el Señor redimió a Jacob y lo rescató de las manos del poderoso. Ellos vendrán para aclamarlo al monte Sión y vendrán a gozar de los bienes del Señor. R/.
Entonces se alegrarán las jóvenes, danzando; se sentirán felices jóvenes y viejos, porque yo convertiré su tristeza en alegría, los llenaré de gozo y aliviaré sus penas. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Ez 18. 31

R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Purifíquense de todas sus iniquidades; renueven su corazón y su espíritu, dice el Señor. R/.

EVANGELIO

Jesús debía morir para congregar a los hijos de Dios, que estaban dispersos.

Del santo Evangelio según san Juan: 11, 45-56

En aquel tiempo, muchos de los judíos que habían ido a casa de Marta y María, al ver que Jesús había resucitado a Lázaro, creyeron en él. Pero algunos de entre ellos fueron a ver a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús.
Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron al sanedrín y decían: "¿Qué será bueno hacer? Ese hombre está haciendo muchos prodigios. Si lo dejamos seguir así, todos van a creer en él, van a venir los romanos y destruirán nuestro templo y nuestra nación".
Pero uno de ellos, llamado Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: "Ustedes no saben nada. No comprenden que conviene que un solo hombre muera por el pueblo y no que toda la nación perezca". Sin embargo, esto no lo dijo por sí mismo, sino que, siendo sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación, y no sólo por la nación, sino también para congregar en la unidad a los hijos de Dios, que estaban dispersos. Por lo tanto, desde aquel día tomaron la decisión de matarlo.
Por esta razón, Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que se retiró a la ciudad de Efraín, en la región contigua al desierto y allí se quedó con sus discípulos.
Se acercaba la Pascua de los judíos y muchos de las regiones circunvecinas llegaron a Jerusalén antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús en el templo y se decían unos a otros: "¿Qué pasará? ¿No irá a venir para la fiesta?". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que te sea aceptable, Señor, la ofrenda de nuestro ayuno, para que, purificados, nos haga dignos de tu gracia y nos lleve a participar de los bienes prometidos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I de la Pasión Señor; MR, p. 502 (498).

ANTIFONA DE LA COMUNIÓN Jn 11. 52

Cristo fue entregado a la muerte, para congregar en la unidad a los hijos de Dios, que estaban dispersos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, te pedimos que así como nos nutres con el sagrado alimento del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, nos hagas participar de la naturaleza divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO

Opcional

Ten misericordia, Señor, de tu Iglesia suplicante y mira compasivo a quienes se inclinan de corazón ante ti, para que no permitas que los que redimiste con la muerte de tu Unigénito, queden expuestos al pecado ni consientas que los opriman las adversidades. Por Jesucristo, nuestro Señor.

"Memoria parcial de San Isidoro, obispo y doctor de la Iglesia p. 727 (714)

Isidoro de Sevilla es el gran doctor de España. Sucedió a su hermano Leandro como obispo de Sevilla. Trabajó en la organización de la Iglesia en el reino visigodo, teniendo muy en cuenta los concilios. La recopilación de conocimientos hecha por él sirvió como texto durante varias generaciones (560-636).

ORACIÓN COLECTA

Escucha, Señor, las súplicas que te dirigimos al celebrar a san Isidoro de Sevilla, y haz que tu Iglesia, iluminada por sus enseñanzas, encuentre ayuda en su intercesión. Por nuestro Señor Jesucristo ...

 

DOMINGO 5

Domingo de Ramos De la Pasión del Señor

ROJO Semana Santa MR, p. 243 (257); Lecc. I, p. 78 LH, Semana II del Salterio

Otros santos: Juliana de Monte Cornelio, religiosa y abadesa de la Orden de San Agustín. Beata Catalina de María Rodríguez, fundadora.

EL SEÑOR ME AUXILIA
Is 50, 4-7; Flp 2, 6-11; Mt 26, 14-17-66

La fortaleza con que el Siervo de Yahvé se sobrepone al sufrimiento por causa de la misión que Dios le encomienda es admirable. A ratos nos pareciera una personalidad masoquista, pues extrañamente ofrece su espalda a los verdugos que lo maltratan y a los torturadores que lo lastiman. Sin embargo, no se trata de ningún trastorno psicológico. No es que disfrute el dolor. Es un hombre de Dios que vive en la certidumbre de que el favor de Dios lo rescatará de la prueba. Sus últimas palabras resultan desafiantes: "¿Quién tiene algo contra mí? Que se me acerque". Cuando el Señor Jesús enfrentó su dolorosa pasión no menospreció su sufrimiento, sino que se quejó confiadamente ante el Padre, solicitándole le apartara del cáliz de la prueba; más aún, experimentó un doloroso abandono, pero finalmente asumió su muerte, sabiendo que así cumplía el designio del Padre.

Conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén Misa con Procesión o Entrada Solemne

[Se omite la memoria de San Vicente Ferrer]

l. En este día la Iglesia recuerda la entrada de Cristo nuestro Señor a Jerusalén para consumar su Misterio Pascual. Por lo tanto en todas las Misas se conmemora esta entrada del Señor mediante una procesión o una entrada solemne, antes de la Misa principal, y por medio de una entrada sencilla antes de las demás Misas. Pero puede repetirse la entrada solemne (no la procesión), antes de algunas otras Misas que se celebren con gran asistencia del Pueblo.
Conviene que donde no pueda hacerse ni procesión ni entrada solemne, se tenga una celebración de la Palabra de Dios, sobre la entrada mesiánica y la Pasión del Señor. ya sea el sábado por la tarde o ya sea el domingo a una hora oportuna.

CONMEMORACIÓN DE LA ENTRADA DEL SEÑOR EN JERUSALÉN PRIMERA FORMA: PROCESIÓN

2. A la hora señalada, los fieles se reúnen en una iglesia menor o en algún otro lugar adecuado, fuera de la iglesia hacia la cual va a dirigirse la procesión. Los fieles llevan sus ramos en las manos.
3. El sacerdote y el diácono, revestidos con las vestiduras rojas requeridas para la Misa, acompañados por los otros ministros, se acercan al lugar donde el pueblo está congregado. El sacerdote, en lugar de casulla, puede usar la capa pluvial, que dejará después de la procesión, y se pondrá la casulla.
4. Entretanto se canta la siguiente ANTÍFONA u otro cántico adecuado:

ANTÍFONA Mt 21,9

Hosanna al Hijo de David. Bendito el que viene en nombre del Señor, el Rey de Israel. Hosanna en el cielo.

5. Enseguida el sacerdote y los fieles se santiguan mientras el sacerdote dice: "En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo". Después el sacerdote saluda al pueblo de la manera acostumbrada y hace una breve monición para invitar a los fieles a participar activa y conscientemente en la celebración de este día: Puede hacerlo con éstas o semejantes palabras.
Queridos hermanos: Después de haber preparado nuestros corazones desde el principio de Cuaresma con nuestra penitencia y nuestras obras de caridad, hoy nos reunimos para iniciar, unidos con toda la Iglesia, la celebración anual del Misterio Pascual, es decir, de la pasión y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, misterios que empezaron con su entrada en Jerusalén, su ciudad. Por eso, recordando con toda fe y devoción esta entrada salvadora, sigamos al Señor, para que participando de su cruz, tengamos parte con El en su resurrección y su vida.
6. Después de esta monición, el sacerdote, teniendo extendidas las manos, dice una de las dos oraciones siguientes:
Oremos. Dios todopoderoso y eterno, santifica con tu bendición † estos ramos, para que, quienes acompañamos jubilosos a Cristo Rey, podamos llegar, por él, a la Jerusalén del cielo. El, que vive y reina por los siglos de los siglos. R/. Amén.
o bien:
Aumenta, Señor Dios, la fe de los que esperan en ti y escucha con bondad las súplicas de quienes te invocan, para que, al presentar hoy nuestros ramos a Cristo victorioso, demos para ti en él frutos de buenas obras. El, que vive y reina por los siglos de los siglos. R/. Amén.
Y en silencio, rocía los ramos con agua bendita.
7. Enseguida el diácono. o en su ausencia el sacerdote, proclama del modo acostumbrado el Evangelio de la entrada del Señor en Jerusalén, según alguno de los cuatro evangelistas. Si es oportuno se usa el incienso.

EVANGELIO (Ciclo A)

Bendito el que viene en nombre del Seño R/.

Del santo Evangelio según san Mateo: 21, 1-11

Cuando se aproximaban ya a Jerusalén, al llegar a Betfagé, junto al monte de los Olivos, envió Jesús a dos de sus discípulos, diciéndoles: "Vayan al pueblo que ven allí enfrente; al entrar, encontrarán amarrada una burra y un burrito con ella; desátenlos y tráiganmelos. Si alguien les pregunta algo, díganle que el Señor los necesita y enseguida los devolverá".
Esto sucedió para que se cumplieran las palabras del profeta: Díganle a la hija de Sión: He aquí que tu rey viene a ti, apacible y montado en un burro, en un burrita, hijo de animal de yugo.
Fueron, pues, los discípulos e hicieron lo que Jesús les había encargado y trajeron consigo la burra y el burrito. Luego pusieron sobre ellos sus mantos y Jesús se sentó encima. La gente, muy numerosa, extendía sus mantos por el camino; algunos cortaban ramas de los árboles y
las tendían a su paso. Los que iban delante de él y los que lo seguían gritaban: "¡Hosanna! ¡Viva el Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en el cielo!" Al entrar Jesús en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, Unos decían: "¿Quién es éste?" Y la gente respondía: "Este es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea", Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

8. Después del Evangelio, si se cree oportuno, puede tenerse una breve homilía. Al iniciar la procesión, el celebrante u otro ministro idóneo puede hacer una exhortación con estas palabras u otras parecidas:
Queridos hermanos: Como la muchedumbre que aclamaba a Jesús, acompañemos también nosotros, con júbilo, al Señor.
9. Y se inicia la procesión hacia el templo donde va a celebrarse la misa. Si se usa el incienso, el turiferario va adelante con el incensario, en el cual habrá puesto incienso previamente; enseguida, un ministro con la cruz adornada y, a su lado, dos acólitos con velas encendidas. Sigue luego el sacerdote con los ministros y, detrás de ellos, los fieles con ramos en las manos. Al avanzar la procesión, el coro y el pueblo entonan los siguientes cánticos u otros apropiados.

ANTIFONA I

Los niños hebreos, llevando ramos de olivo, salieron al encuentro del Señor, clamando: "Hosanna en el cielo". Si se cree conveniente, puede alternarse esta ANTÍFONA con los versículos del salmo 23.

SALMO 23

Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en él habitan, pues él lo edificó sobre los mares, él fue quien lo asentó sobre los ríos.
Se repite la antífona.
¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién podrá entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y manos puras y que no jura en falso.
Se repite la antífona.
Ése obtendrá la bendición de Dios, y Dios, su salvador, le hará justicia. Ésta es la clase de hombres que te buscan y vienen ante ti, Dios de Jacob.
Se repite la antífona.
¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos, porque va a entrar el rey de la gloria!
Se repite la antífona.
Y ¿quién es el rey de la gloria? Es el Señor, fuerte y poderoso, el Señor, poderoso en la batalla.
Se repite la antífona.
¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos, porque va a entrar el rey de la gloria!
Se repite la antífona.
Y ¿quién es el rey de la gloria? El Señor, Dios de los ejércitos, es el rey de la gloria.
Se repite la antífona.

ANTÍFONA 2

Los niños hebreos extendían sus mantos por el camino y clamaban: "Hosanna al Hijo de David, bendito el que viene en nombre del Señor".

Si se cree conveniente, puede alternarse esta ANTÍFONA con los versículos del salmo 46.

SALMO 46

Aplaudan, pueblos todos; aclamen al Señor, de gozo llenos; que el Señor, el Altísimo, es terrible y de toda la tierra, rey supremo.
Se repite la antífona.
Fue él quien nos puso por encima de todas las naciones y los pueblos, al elegirnos como herencia suya, orgullo de Jacob, su predilecto.
Se repite la antífona.
Entre voces de júbilo y trompetas, Dios, el Señor, asciende hasta su trono. Cantemos en honor de nuestro Dios, al rey honremos y cantemos todos.
Se repite la antífona.
Porque Dios es el rey del universo, cantemos el mejor de nuestros cantos. Reina Dios sobre todas las naciones desde su trono santo.
Se repite la antífona.
Los jefes de los pueblos se han reunido con el pueblo de Dios, Dios de Abraham, porque de Dios son los grandes de la tierra. Por encima de todo Dios está.

Coro:

Gloria, alabanza y honor, a ti Cristo rey, redentor; a quien infantil cortejo entonó piadoso Hosanna.
Todos repiten:
Gloria, alabanza y honor...
Coro:
Tú eres el rey de Israel, prole ínclita de David, rey bendito, que vienes en el nombre del Señor.
Todos repiten:
Gloria, alabanza y honor...
Coro:
Toda la corte celestial te alaba en las alturas, y el hombre mortal, con todas las creaturas.
Todos repiten:
Gloria, alabanza y honor...
Coro:
El pueblo hebreo salió con palmas a tu encuentro; nosotros con preces, votos e himnos venimos a ti.
Todos repiten:
Gloria, alabanza y honor...
Coro:
Aquellos cuando ibas a padecer te tributaban loores; nosotros ahora que reinas, te ofrecemos nuestro canto.
Todos repiten:
Gloria, alabanza y honor...
Coro:
Aquellos te agradaron, que te agrade también nuestra devoción: ¡Rey bueno, rey clemente, a quien agrada todo lo bueno!
Todos repiten:
Gloria, alabanza y honor...
O bien:

HIMNO A CRISTO REY

Que viva mi Cristo, que viva mi Rey.
que impere doquiera triunfante su ley.
Viva Cristo Rey, Viva Cristo Rey.

Mexicanos un Padre tenemos,
que nos dio de la patria la unión.
A ese Padre gozosos cantemos,
empuñando con fe su pendón.

Demos gracias al Padre que ha hecho
que tengamos de herencia la luz
y al darnos vida en el Reino
que su Hijo nos dio por la cruz.

Dios le dio el poder, la victoria.
Pueblos todos, venid y alabad
a este Rey de los cielos y tierra,
en quien sólo tenemos la paz.

Rey eterno, Rey universal,
en quien todo ya se restauró,
te rogamos que todos los pueblos
sean unidos en un solo amor.

10. Al entrar la procesión en la iglesia, se canta el siguiente responsorio u otro cántico alusivo a la entrada del Señor en Jerusalén:

RESPONSORIO

R. Al entrar el Señor en la ciudad santa, los niños hebreos, anunciando con anticipación la resurrección del Señor de la vida,* con palmas en las manos, clamaban: Hosanna en el cielo.
V. Al enterarse de que Jesús llegaba a Jerusalén, el pueblo salió a su encuentro.
R. Con palmas en las manos, clamaban: Hosanna en el cielo.
11. El sacerdote, al llegar al altar, hace la debida reverencia y, si lo juzga oportuno, lo inciensa. Luego se dirige a la sede (se quita la capa pluvial, si la usó, y se pone la casulla) y, omitidos los demás ritos iniciales de la Misa, incluso el Señor, ten piedad, da fin a la procesión diciendo la oración colecta y prosigue la misa de la manera acostumbrada.

II. SEGUNDA FORMA: ENTRADA SOLEMNE

12. Donde no se pueda hacer la procesión fuera de la iglesia, la entrada del Señor se celebra dentro del templo por medio de una entrada solemne, antes de la misa principal.
13. Los fieles se reúnen ante la puerta de la iglesia, o bien, dentro de la misma iglesia, llevando los ramos en la mano. El sacerdote, los ministros y algunos de los fieles, van a algún
sitio adecuado de la iglesia, fuera del presbiterio, en donde pueda ser vista fácilmente la ceremonia, al menos por la mayor parte de la asamblea.
14. Mientras el sacerdote se dirige al sitio indicado, se canta la ANTÍFONA "Hosanna al Hijo de David" (n. 4) o algún otro cántico adecuado. Después se bendicen los ramos y se lee el Evangelio de la entrada del Señor en Jerusalén, como se indicó en los nn. 5-7. Después del Evangelio, el sacerdote va solemnemente hacia el presbiterio a través del templo, acompañado por los ministros y por algunos fieles, mientras se canta el responsorio "Al entrar el Señor" (n. 10), u otro cántico apropiado.
15. Al llegar al altar, el sacerdote hace la debida reverencia. Enseguida va a la sede y, omitidos los ritos iniciales de la Misa, incluso el Señor, ten piedad, si es oportuno, dice la colecta de la Misa, que prosigue luego de la manera acostumbrada.

III. TERCERA FORMA: ENTRADA SENCILLA

16. En todas las demás misas de este domingo, en las que no se hace la entrada solemne, se recuerda la entrada del Señor en Jerusalén por medio de una entrada sencilla.
17. Mientras el sacerdote se dirige al altar, se canta la antífona de entrada con su salmo u otro cántico sobre el mismo tema. El sacerdote, al llegar al altar, hace la debida reverencia, va a la sede y saluda al pueblo. Luego sigue la misa de la manera acostumbrada.
18. En las demás misas en que no es posible cantar la ANTÍFONA de entrada, el sacerdote, después de llegar al altar y de haber hecho la debida reverencia, saluda al pueblo. lee la ANTÍFONA de entrado y prosigue la misa de la manera acostumbrada.

ANTIFONA DE ENTRADA

Seis días antes de la Pascua, cuando el Señor entró en Jerusalén, salieron los niños a su encuentro llevando en sus manos ramos de palmera aclamaban con fuete voz: * Hosanna en el cielo. Bendito tú, que vienes lleno de bondad y de misericordia.

(Sal 23, 9-10)

Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos, porque va a entrar el Rey de la gloria. Y ¿quién es ese Rey de la gloria? El Señor de los ejércitos es el Rey de la gloria. Hosanna en el cielo. Bendito tú, que vienes lleno de bondad y de misericordia.

19. Cuando no se puede hacer ni la procesión, ni la entrada solemne, es conveniente hacer una celebración de la palabra de Dios, acerca de la entrada mesiánica y de la Pasión del Señor, ya sea el sábado en la tarde, o bien el domingo, a la hora más oportuna.

LA MISA

20. Después de la procesión o de la entrada solemne, el sacerdote comienza la misa con la oración colecta.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que nuestro Salvador se hiciera hombre y padeciera en la cruz para dar al género humano ejemplo de humildad, concédenos, benigno, seguir las enseñanzas de su pasión y que merezcamos participar de su gloriosa resurrección. El, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

21. Se lee la historia de la Pasión del Señor. No se llevan ciriales ni incienso, ni se hace al principio el saludo, ni se signa el libro. La lectura la hace un diácono o, en su defecto, el sacerdote. Puede también ser hecha por lectores, reservando al sacerdote, si es posible, la parte correspondiente a Cristo. Solamente los diáconos piden la bendición del celebrante antes del canto de la Pasión, como se hace antes del Evangelio.
22. Después de la lectura de la Pasión, puede tenerse, si se cree oportuno, una breve homilía. También se puede guardar un momento de silencio. Terminada la lectura, se dice, Palabra del Señor, pero se omite el beso al libro.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

No aparté mi rostro de los insultos, y sé que no quedaré avergonzado.

Del libro del profeta Isaías: 50, 4-7

En aquel entonces, dijo Isaías: "El Señor me ha dado una lengua experta, para que pueda confortar al abatido con palabras de aliento. Mañana tras mañana, el Señor despierta mi oído, para que escuche yo, como discípulo. El Señor Dios me ha hecho oír sus palabras y yo no he opuesto resistencia ni me he echado para atrás. Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que me tiraban de la barba. No aparté mi rostro de los insultos y salivazos. Pero el Señor me ayuda, por eso no quedaré confundido, por eso endurecí mi rostro como roca y sé que no quedaré avergonzado". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 21, 8-9. 17-18a. 19-20. 23-24.
R/. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

Todos los que me ven, de mí se burlan; me hacen gestos y dicen: "Confiaba en el Señor, pues que él lo salve; si de veras lo ama, que lo libre". R/.
Los malvados me cercan por doquiera como rabiosos perros. Mis manos y mis pies han taladrado y se pueden contar todos mis huesos. R/.
Reparten entre sí mis vestiduras y se juegan mi túnica a los dados. Señor, auxilio mío, ven y ayúdame, no te quedes de mí tan alejado. R/.
Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré. Fieles del Señor, alábenlo; glorifícalo, linaje de Jacob; témelo, estirpe de Israel. R/.

SEGUNDA LECTURA

Cristo se humilló a sí mismo, por eso Dios lo exaltó.

De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 2, 6-11

Cristo, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su condición divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres. Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que, al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Flp 2, 8-9
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Cristo se humilló por nosotros y por obediencia aceptó incluso la muerte y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre. R/.

EVANGELIO

PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN MATEO: 26,14-27,66

(La señal de cruz †, se refiere a Cristo; la C, al cronista, y la S a la sinagoga).

C En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo:
S "¿Cuánto me dan si les entrego a Jesús?".
C Ellos quedaron en darle treinta monedas de plata. Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregárselo. El primer día de la fiesta de los panes Ázimos, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron:
S "¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?".
C Él respondió:
† "Vayan a la ciudad, a casa de fulano y díganle: El Maestro dice: Mi hora está ya cerca. Voy a celebrar la Pascua con mis discípulos en tu casa".
C Ellos hicieron lo que Jesús les había ordenado y prepararon la cena de Pascua. Al atardecer, se sentó a la mesa con los Doce, y mientras cenaban, les dijo:
† "Yo les aseguro que uno de ustedes va a entregarme".
C Ellos se pusieron muy tristes y comenzaron a preguntarle uno por uno:
S ¿Acaso soy yo, Señor?".
C El respondió:
† "El que moja su pan en el mismo plato que yo, ése va a entregarme. Porque el Hijo del hombre va a morir, como está escrito de Él; pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre va a ser entregado! Más le valiera a ese hombre no haber nacido".
C Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar:
S "¿Acaso soy yo, Maestro?".
C Jesús le respondió:
† "Tú lo has dicho".
C Durante la cena, Jesús tomó un pan, y pronunciada la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
† "Tomen y coman. Éste es mi Cuerpo".
C Luego tomó en sus manos una copa de vino, y pronunciada la acción de gracias, la pasó a sus discípulos, diciendo:
† "Beban todos de ella, porque ésta es mi Sangre, Sangre de la nueva alianza, que será derramada por todos, para el perdón de los pecados. Les digo que ya no beberé más del fruto de la vid, hasta el día en que beba con ustedes el vino nuevo en el Reino de mi Padre".
C Después de haber cantado el himno, salieron hacia el monte de los Olivos. Entonces Jesús les dijo:
† "Todos ustedes se van a escandalizar de mí esta noche, porque está escrito: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño. Pero después de que yo resucite, iré delante de ustedes a Galilea".
C Entonces Pedro le replicó:
S "Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré".
C Jesús le dijo:
† "Yo te aseguro que esta misma noche, antes de que el gallo cante, me habrás negado tres veces".
C Pedro le replicó:
S "Aunque tenga que morir contigo, no te negaré".
C Y lo mismo dijeron todos los discípulos: Entonces Jesús fue con ellos a un lugar llamado Getsemaní y dijo a los discípulos:
† "Quédense aquí mientras yo voy a orar más allá".
C Se llevó consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo y comenzó a sentir tristeza y angustia. Entonces les dijo:
†"Mi alma está llena de una tristeza mortal. Quédense aquí y velen conmigo".
C Avanzó unos pasos más, se postró rostro en tierra y comenzó a orar, diciendo:
† "Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz; pero que no se haga como yo quiero, sino como quieres tú".
C Volvió entonces a donde estaban los discípulos y los encontró dormidos. Dijo a Pedro:
† "¿No han podido velar conmigo ni una hora? Velen y oren, para no caer en la tentación, porque el espíritu está pronto, pero la carne es débil".
C Y alejándose de nuevo, se puso a orar, diciendo:
† "Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad".
C Después volvió y encontró a sus discípulos otra vez dormidos, porque tenían los ojos cargados de sueño. Los dejó y se fue a orar de nuevo, por tercera vez, repitiendo las mismas palabras. Después de esto, volvió a donde estaban los discípulos y les dijo:
† "Duerman ya y descansen. He aquí que llega la hora y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levántense! ¡Vamos! Ya está aquí el que me va a entregar".
C Todavía estaba hablando Jesús, cuando llegó Judas, uno de los Doce, seguido de una chusma numerosa con espadas y palos, enviada por los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo. El que lo iba a entregar les había dado esta señal:
S "Aquel a quien yo le dé un beso, ése es. Aprehéndanlo".
C Al instante se acercó a Jesús y le dijo:
S "¡Buenas noches, Maestro!".
C Y lo besó. Jesús le dijo:
† "Amigo, ¿es esto a lo que has venido?".
C Entonces se acercaron a Jesús, le echaron mano y lo apresaron. Uno de los que estaban con Jesús, sacó la espada, hirió a un criado del sumo sacerdote y le cortó una oreja. Le dijo entonces Jesús:
† "Vuelve la espada a su lugar, pues quien usa la espada, a espada morirá. ¿No crees que si yo se lo pidiera a mi Padre, Él pondría ahora mismo a mi disposición más de doce legiones de ángeles? Pero, ¿cómo se cumplirían entonces las Escrituras, que dicen que así debe suceder?".
C Enseguida dijo Jesús a aquella chusma:
† "¿Han salido ustedes a apresarme como a un bandido, con espadas y palos? Todos los días yo enseñaba, sentado en el templo, y no me aprehendieron. Pero todo esto ha sucedido para que se cumplieran las predicciones de los profetas".
C Entonces todos los discípulos lo abandonaron y huyeron. Los que aprehendieron a Jesús lo llevaron a la casa del sumo sacerdote Caifás, donde los escribas y los ancianos estaban reunidos. Pedro los fue siguiendo de lejos hasta el palacio del sumo sacerdote. Entró y se sentó con los criados para ver en qué paraba aquello. Los sumos sacerdotes y todo el sanedrín andaban buscando un falso testimonio contra Jesús, con ánimo de darle muerte; pero no lo encontraron, aunque se presentaron muchos testigos falsos.
Al fin llegaron dos, que dijeron:
S "Éste dijo: 'Puedo derribar el templo de Dios y reconstruido en tres días"'.
C Entonces el sumo sacerdote se levantó y le dijo:
S "¿No respondes nada a lo que éstos atestiguan en contra tuya?".
C Como Jesús callaba, el sumo sacerdote le dijo:
S "Te conjuro por el Dios vivo a que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios".
C Jesús le respondió:
† "Tú lo has dicho. Además, yo les declaro que pronto verán al Hijo del hombre, sentado a la derecha de Dios, venir sobre las nubes del cielo".
C Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras y exclamó:
S "¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Ustedes mismos han oído la blasfemia. ¿Qué les parece?".
C Ellos respondieron:
S "Es reo de muerte".
C Luego comenzaron a escupirle en la cara y a darle de bofetadas. Otros lo golpeaban, diciendo:
S "Adivina quién es el que te ha pegado".
C Entretanto, Pedro estaba fuera, sentado en el patio. Una criada se le acercó y le dijo:
S "Tú también estabas con Jesús, el Galileo".
C Pero él lo negó ante todos, diciendo:
S “No sé de qué me estás hablando".
C Ya se iba hacia el zaguán, cuando lo vio otra criada y dijo a los que estaban ahí:
S "También ése andaba con Jesús, el nazareno".
C Él de nuevo lo negó conjuramento:
S "No conozco a ese hombre".
C Poco después se acercaron a Pedro los que estaban ahí y le dijeron:
S "No cabe duda de que tú también eres de ellos, pues hasta tu modo de hablar te delata".
C Entonces él comenzó a echar maldiciones y a jurar que no conocía a aquel hombre. Y en aquel momento cantó el gallo. Entonces se acordó Pedro de que Jesús había dicho: "Antes de que cante el gallo, me habrás negado tres veces". Y saliendo de ahí se soltó a llorar amargamente. Llegada la mañana, todos los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo celebraron consejo contra Jesús para darle muerte. Después de atarlo, lo llevaron ante el procurador, Poncio Pilato, y se lo entregaron. Entonces Judas, el que lo había entregado, viendo que Jesús había sido condenado a muerte, devolvió arrepentido las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y a los ancianos, diciendo:
S "Pequé, entregando la sangre de un inocente".
C Ellos dijeron:
S "¿Ya nosotros qué nos importa? Allá tú".
C Entonces Judas arrojó las monedas de plata en el templo, se fue y se ahorcó. Los sumos sacerdotes tomaron las monedas de plata y dijeron:
S "No es lícito juntarlas con el dinero de las limosnas, porque son precio de sangre".
C Después de deliberar, compraron con ellas el Campo del alfarero, para sepultar ahí a los extranjeros. Por eso aquel campo se llama hasta el día de hoy "Campo de sangre". Así se cumplió lo que dijo el profeta Jeremías: "Tomaron las treinta monedas de plata en que fue tasado aquel a quien pusieron precio algunos hijos de Israel, y las dieron por el Campo del alfarero, según lo que me ordenó el Señor".
C Jesús compareció ante el procurador, Poncio Pilato, quien le preguntó:
S "¿Eres tú el rey de los judíos?".
C Jesús respondió:
†"Tú lo has dicho".
C Pero nada respondió a las acusaciones que le hacían los sumos sacerdotes y los ancianos. Entonces le dijo Pi1ato:
S "¿No oyes todo lo que dicen contra ti?".
C Pero El nada respondió, hasta el punto de que el procurador se quedó muy extrañado. Con ocasión de la fiesta de la Pascua, el procurador solía conceder a la multitud la libertad del preso que quisieran. Tenían entonces un preso famoso, llamado Barrabás. Dijo, pues, Pilato a los ahí reunidos:
S "¿A quién quieren que les deje en libertad: a Barrabás o a Jesús, que se dice el Mesías?".
C Pilato sabía que se lo habían entregado por envidia. Estando él sentado en el tribunal, su mujer mandó decirle:
S "No te metas con ese hombre justo, porque hoy he sufrido mucho en sueños por su causa".
C Mientras tanto, los sumos sacerdotes y los ancianos convencieron a la muchedumbre de que pidieran la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús. Así. cuando el procurador les preguntó:
S "¿A cuál de los dos quieren que les suelte?",
C ellos respondieron:
S "A Barrabás".
C Pilato les dijo:
S "¿Y qué voy a hacer con Jesús, que se dice el Mesías?".
C Respondieron todos:
S "Crucifícalo".
C Pilato preguntó:
S "Pero, ¿qué mal ha hecho?".
C Mas ellos seguían gritando cada vez con más fuerza:
S "¡Crucifícalo!".
C Entonces Pilato, viendo que nada conseguía y que crecía el tumulto, pidió agua y se lavó las manos ante el pueblo, diciendo:
S "Yo no me hago responsable de la muerte de este hombre justo. Allá ustedes".
C Todo el pueblo respondió:
S "¡Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos!".
C Entonces Pilato puso en libertad a Barrabás. En cambio, a Jesús lo hizo azotar y lo entregó para que lo crucificaran. Los soldados del procurador llevaron a Jesús al pretorio reunieron alrededor de él a todo el batallón. Lo desnudaron, le echaron encima un manto de púrpura, trenzaron una corona de espinas y se la pusieron en la cabeza; le pusieron una caña en su mano derecha, y arrodillándose ante él, se burlaban diciendo:
S "¡Viva el rey de los judíos!",
C y le escupían. Luego, quitándole la caña, lo golpeaban con ella en la cabeza. Después de que se burlaron de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y lo llevaron a crucificar. Juntamente con él crucificaron a dos ladrones. Al salir, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo obligaron a llevar la cruz. Al llegar a un lugar llamado Gólgota, es decir,
"Lugar de la Calavera", le dieron a beber a Jesús vino mezclado con hiel; él lo probó, pero no lo quiso beber. Los que lo crucificaron se repartieron sus vestidos, echando suertes, y se quedaron sentados ahí para custodiarlo. Sobre su cabeza pusieron por escrito la causa de su condena: "Éste es Jesús, el rey de los judíos". Juntamente con él, crucificaron a dos ladrones, uno a su derecha y él otro a su izquierda. Los que pasaban por ahí lo insultaban moviendo la cabeza y gritándole:
S "Tú, que destruyes el templo y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si eres el Hijo de Dios, baja de la cruz".
C También se burlaban de él los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, diciendo: "Ha salvado a otros y no puede salvarse a sí mismo. Si es el rey de Israel, que baje de la cruz y creeremos en él. Ha puesto su confianza en Dios, que Dios lo salve ahora, si es que de verdad
lo ama, pues él ha dicho: "Soy el Hijo de Dios".
C Hasta los ladrones que estaban crucificados a su lado lo injuriaban. Desde el mediodía hasta las tres de la tarde, se oscureció toda aquella tierra. y alrededor de las tres, Jesús exclamó con fuerte voz:
† "Elí, Elí, ¿lemá sabactaní?",
C que quiere decir: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?". Algunos de los presentes, al oírlo, decían:
S "Está llamando a Elías".
C Enseguida uno de ellos fue corriendo a tomar una esponja, la empapó en vinagre y sujetándola a una caña, le ofreció de beber. Pero los otros le dijeron:
S "Déjalo. Vamos a ver si viene Elías a salvarlo".
C Entonces Jesús, dando de nuevo un fuerte grito, expiró. (Aquí todos se arrodillan y guardan silencio por unos instantes)
C Entonces el velo del templo se rasgó en dos partes, de arriba a abajo, la tierra tembló y las rocas se partieron. Se abrieron los sepulcros y resucitaron muchos justos que habían muerto, y después de la resurrección de Jesús, entraron en la ciudad santa y se aparecieron a mucha gente. Por su parte, el oficial y los que estaban con él custodiando a Jesús, al ver el terremoto y las cosas que ocurrían, se llenaron de un gran temor y dijeron:
S "Verdaderamente éste era Hijo de Dios".
C Estaban también allí, mirando desde lejos, muchas de las mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirlo. Entre ellas estaban María Magdalena, María, la madre de Santiago y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo. Al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que se había hecho también discípulo de Jesús. Se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús, y Pilato dio orden de que se lo entregaran. José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia y lo depositó en un sepulcro nuevo, que había hecho excavar en la roca para sí mismo. Hizo rodar una gran piedra hasta la entrada del sepulcro y se retiró. Estaban ahí María Magdalena y la otra María, sentadas frente al sepulcro. Al otro día, el siguiente de la preparación de la Pascua, los sumos sacerdotes y los fariseos se reunieron ante Pilato y le dijeron:
S "Señor, nos hemos acordado de que ese impostor, estando aún en vida, dijo: 'A los tres días resucitaré'. Manda, pues, asegurar el sepulcro hasta el tercer día; no sea que vengan sus discípulos, lo roben y digan luego al pueblo: 'Resucitó de entre los muertos', porque esta última impostura sería peor que la primera".
C Pilato les dijo:
S "Tomen un pelotón de soldados, vayan y aseguren el sepulcro como ustedes quieran".
C Ellos fueron y aseguraron el sepulcro, poniendo un sello sobre la puerta y dejaron ahí la guardia.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo

PLEGARIA UNIVERSAL

Imploremos, hermanos, a Jesús, el Sumo Sacerdote de la fe que profesamos, que en la cruz presentó, con lágrimas en los ojos, oraciones y súplicas al Padre, y oremos también nosotros por todos los hombres: (R/. Escúchanos, Señor.)
Para que el Señor, que en la cruz excusó a los ignorantes y pidió perdón por ellos, tenga piedad de los fieles que han caído en el pecado, les dé valor para recurrir al sacramento de la penitencia y les conceda el gozo del perdón y de la paz, roguemos al Señor.
Para que la sangre de Jesús, que habla más favorablemente que la de Abel, reconcilie con Dios a los que aún están lejos a causa de la ignorancia, la indiferencia, la maldad o las propias pasiones, roguemos al Señor.
Para que el Señor, que en la cruz experimentó la amargura de sentirse triste y abandonado, se apiade de los enfermos, los afligidos y los oprimidos y les envíe a su ángel para que los conforte, roguemos al Señor.
Para que el Señor, que recibió en su reino al ladrón arrepentido, se apiade de nosotros nos dé sentimientos de contrición y nos admita, después de la muerte, en su paraíso, roguemos al Señor.
Dios todopoderoso y eterno, que enviaste a tu Hijo al mundo, para que, con su pasión, destruyera el pecado y la muerte y, con su resurrección, nos devolviera la vida y la felicidad, escucha las oraciones de tu pueblo y haz que podamos gozar de los frutos de la cruz gloriosa de Jesucristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que la pasión de tu Unigénito, Señor, nos atraiga tu perdón, y aunque no lo merecemos por nuestras obras, por la mediación de este sacrificio único, lo recibamos de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO

La Pasión del Señor, MR, p. 256 (270).

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. El cual, siendo inocente, se dignó padecer por los pecadores y fue injustamente condenado por salvar
los culpables; con su muerte borró nuestros delitos y, resucitando, conquistó nuestra justificación. Por eso, te alabamos con todos los ángeles y te aclamamos con voces de júbilo,
diciendo: Santo, Santo, Santo ...

ANTIFONA DE LA COMUNIÓN Mt 26,42

Padre mío, si no es posible evitar que yo beba este cáliz, hágase tu voluntad.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Tú que nos has alimentado con esta Eucaristía, y por medio de la muerte de tu Hijo nos das la esperanza de alcanzar lo que la fe nos promete, concédenos, Señor, llegar, por medio de su resurrección, a la meta de nuestras esperanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO

cual nuestro Señor Jesucristo no dudó en entregarse a sus verdugos y padecer el tormento de la cruz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Cuando somos víctimas del mal experimentamos dolor y sufrimiento. Esa desastrosa experiencia agrieta nuestra confianza, resquebraja nuestras convicciones. Por esa razón escasean las personas congruentes con sus ideales y creencias. El temor al fracaso, al rechazo
o a una muerte dolorosa explica la tibieza espiritual de tantos bautizados. Los verdaderos mártires testimonian con su vida el tamaño de su esperanza. En la historia de la Iglesia encontramos numerosas personas, hombres y mujeres que conformaron su vida con la de Cristo Jesús. La Pasión del Señor Jesucristo se nos presenta como un camino viable para enfrentar los reveses de la vida. Jesús entendió que la entrega de su existencia garantizaría el
despunte y la plenitud reinado de Dios. Cuando lo asimiló se decidió a beber el cáliz de su dolorosa pasión.


LUNES 6

Morado Lunes de la Semana Santa MR, p. 258 (272); Lecc. I, p. 802

Otros santos: Eutiquio de Constantinopla, obispo; Pablo Leo Bao-Tinh, presbítero y mártir. Beato Ceferino

Agostini, presbítero y fundador.

VIDAS CONTRASTANTES
Is 42, 1-7; Jn 12,1-11

La escena de la unción en Betania es un díptico que contrasta el perfil sombrío de Judas Iscariote con el rostro luminoso de Marta, hermana de Lázaro. De un lado aparece el apóstol llamado Judas que solamente sabe de dinero y que no esconde sus intereses económicos con el pretexto de auxiliar a los necesitados. Por otro lado, encontramos a María, quien comprende el lenguaje del amor y la gratitud y se anticipa como genuina creyente a ungir anticipadamente al Señor Jesús, ante la inminencia de su muerte violenta. El cierre del relato nos presenta el desencadenamiento de la violencia fanática contra Lázaro. El discípulo y sobre todo el Señor Jesús, asumen la misión que Dios confiara al Siervo de Israel: vivir como luz de las naciones.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 34, 1-2; Sal 139, 8

Juzga, Señor, a los que me hacen daño, ataca a los que me atacan, toma las armas y el escudo, levántate y ven en mi ayuda. Señor, mi fuerza de salvación.

ORACIÓN COLECTA

Te rogamos, Dios todopoderoso, que quienes desfallecemos a causa de nuestra debilidad, nos recuperemos gracias a la pasión de tu Unigénito. El, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

No gritará ni hará oír su voz en las plazas.

Del libro del profeta Isaías: 42,1-7

Miren a mi siervo, a quien sostengo, a mi elegido, en quien tengo mis complacencias. En él he puesto mi espíritu, para que haga brillar la justicia sobre las naciones. No gritará ni clamará, no hará oír su voz en las plazas, no romperá la caña resquebrajada, ni apagará la mecha que aún humea. Proclamará la justicia con firmeza, no titubeará ni se doblegará, hasta haber establecido el derecho sobre la tierra y hasta que las islas escuchen su enseñanza.
Esto dice el Señor Dios, el que creó el cielo y lo extendió, el que dio firmeza a la tierra, con lo que en ella brota; el que dio el aliento a la gente que habita la tierra y la respiración a cuanto se mueve en ella: "Yo, el Señor, fiel a mi designio de salvación, te llamé, te tomé de la mano; te he formado y te he constituido alianza de un pueblo, luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 26, 1, 2. 3. 13.14.
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar? R/.
Cuando me asaltan los malvados para devorarme, ellos, enemigos y adversarios, tropiezan y caen. R/.
Aunque se lance contra mí un ejército, no temerá mi corazón; aun cuando hagan la guerra contra mí, tendré plena confianza en el Señor. R/.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor y fortaleza y en el Señor confía. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Señor Jesús, rey nuestro, sólo tú has tenido compasión de nuestras faltas. R/.

EVANGELIO

Déjala. Esto lo tenía guardado para el día de mi sepultura.

Del santo Evangelio según san Juan: 12, 1-11

Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Martha servía y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. María tomó entonces una libra de perfume de nardo auténtico, muy costoso, le ungió a Jesús los pies con él y se los enjugó con su cabellera, y la casa se llenó con la fragancia del perfume.
Entonces Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que iba a entregar a Jesús, exclamó: "¿Por qué no se ha vendido ese perfume en trescientos denarios para dárselos a los pobres?". Esto lo dijo, no porque le importaran los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía a su cargo la bolsa, robaba lo que echaban en ella.
Entonces dijo Jesús: "Déjala. Esto lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tendrán siempre con ustedes, pero él mí no siempre me tendrán". Mientras tanto, la multitud de judíos, que se enteró de que Jesús estaba allí, acudió, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, a quien el Señor había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes deliberaban para matar a Lázaro, porque a causa de él, muchos judíos se separaban y creían en Jesús. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira con bondad, Señor, los sagrados misterios que estamos celebrando y ya que en tu misericordia dispusiste que nos sirvieran para desechar nuestros falsos criterios, concédenos que nos ayuden a producir verdaderos frutos de vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio II de la Pasión del Señor, MR, p. 503 (499).

ANTIFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 101. 3

No apartes tu rostro de mí. En el día de mi tribulación, inclina a mí tu oído, y, siempre que te invoque, respóndeme enseguida.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Visita, Señor, a tu pueblo y protege con tu constante amor a quienes has santificado por estos misterios, para que recibamos de tu misericordia y conservemos con tu protección, los auxilios para nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO

Opcional

Dios y Padre nuestro, que tu protección socorra a los humildes y asista continuamente a quienes confían en tu misericordia, para que se preparen a celebrar las fiestas pascuales no sólo con acciones corporales, sino sobre todo con pureza de corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.

LUNES DE LA SEMANA SANTA Este día la Iglesia recuerda el pasaje de la Unción en Betania, donde santa María toma un perfume de nardo con el que unge los pies y enjuaga la cabellera del Nazareno. También se evoca el relato cuando Jesús expulsa a los mercaderes del templo de Jerusalén. Hoy inicia propiamente la Pasión de Cristo.

 

MARTES 7

Morado Martes de la Semana Santa MR, p. 259 (273); Lecc. I, p. 805

Otros santos: Juan Bautista de La Salle, fundador; Pedro Nguyen Van Luu, presbítero y mártir. Beata María Asunta Pallota, religiosa del Instituto de Hermanas Franciscanas Misioneras de María.

MI DERECHO LO DEFENDÍA EL SEÑOR
Is 49, 1-6; Jn 13, 21-33. 36-38

Los cánticos del Siervo de Yahvé exponen el misterio de la dolorosa fidelidad de las grandes figuras proféticas. Esos poemas ayudaron a los primeros cristianos a desentrañar el significado de la pasión y muerte del Señor Jesús. Los doctores y maestros cristianos releyeron al profeta Isaías a la luz de la pasión de Cristo, comprendieron que la misión de Jesús provenía de Dios y con la ayuda de Dios la habría de cumplir. Los evangelistas descubrieron con la guía del Espíritu la raíz de la fortaleza del Señor Jesús para asumir su dolorosa pasión. La escena que nos presenta el cuarto Evangelio exhibe la fragilidad de Judas
Iscariote y de Pedro, el pescador de Betania. Jesús sabía que estaban a punto de traicionarlo y desconocerlo y lo asumía sin resentimiento. En este discurso de despedida, Jesús reinterpreta que su muerte, acelerada por un traidor, se convertirá en la manifestación de su gloria.

ANTIFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 26,12

No me entregues, Señor, al odio de los que me persiguen, pues han surgido contra mí testigos falsos que respiran violencia.

ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Dios todopoderoso y eterno, celebrar de tal modo los sacramentos de la pasión del Señor, que nos hagamos dignos de recibir tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Te convertiré en luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los últimos rincones de la tierra.

Del libro del profeta Isaias: 49, 1-6

Escúchenme, Islas; pueblos lejanos, atiéndanme. El Señor me llamó desde el vientre de mi madre: cuando aún estaba yo en el seno materno, él pronunció mi nombre.
Hizo de mi boca una espada filosa, me escondió en la sombra de su mano, me hizo flecha puntiaguda, me guardó en su aljaba y me dijo: "Tú eres mi siervo. Israel; en ti manifestaré mi gloria". Entonces yo pensé: "En vano me he cansado, inútilmente he gastado mis fuerzas; en realidad mi causa estaba en manos del Señor, mi recompensa la tenía mi Dios".
Ahora habla el Señor, el que me formó desde el seno materno, para que fuera su servidor, para hacer que Jacob volviera a él y congregar a Israel en torno suyo -tanto así me honró el Señor y mi Dios fue mi fuerza-.
Ahora, pues, dice el Señor: "Es poco que seas mi siervo sólo para restablecer a las tribus de Jacob y reunir a los sobrevivientes de Israel; te vaya convertir en luz de las naciones, para que mi salvación llegue hasta los últimos rincones de la tierra". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 70, 1-2. 3-4a. 5-6ab. 15ab. 17.
R/. En ti, Señor, he puesto mi esperanza.

Señor, tú eres mi esperanza, que no quede yo jamás defraudado. Tú, que eres justo, ayúdame y defiéndeme; escucha mi oración y ponme a salvo. R/.
Sé para mí un refugio, ciudad fortificada en que me salves. Y pues eres mi auxilio y mi defensa, líbrame, Señor, de los malvados. R/.
Señor, tú eres mi esperanza; desde mi juventud en ti confío. Desde que estaba en el seno de mi madre, yo me apoyaba en ti y tú me sostenías. R/.
Yo proclamaré siempre tu justicia y a todas horas, tu misericordia. Me enseñaste a alabarte desde niño y seguir alabándote es mi orgullo. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Señor Jesús, Rey nuestro, para obedecer al Padre, quisiste ser llevado a la cruz como manso cordero al sacrificio. R/.

EVANGELIO

Uno de ustedes me entregará. No cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces.

Del santo Evangelio según san Juan: 13, 21-33. 36-38

En aquel tiempo, cuando Jesús estaba a la mesa con sus discípulos, se conmovió profundamente y declaró: "Yo les aseguro que uno de ustedes me va a entregar". Los discípulos se miraron perplejos unos a otros, porque no sabían de quién hablaba. Uno de ellos, al que Jesús tanto amaba, se hallaba reclinado a su derecha. Simón Pedro le hizo una seña y le preguntó: "¿De quién lo dice?". Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó: "Señor, ¿quién es?". Le contestó Jesús: "Aquel a quien yo le dé este trozo de pan, que voy a mojar". Mojó el pan y se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote; y tras el bocado, entró en él Satanás.
Jesús le dijo entonces a Judas: "Lo que tienes que hacer, hazlo pronto". Pero ninguno de los comensales entendió a qué se refería; algunos supusieron que, como Judas tenía a su cargo la bolsa, Jesús le había encomendado comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el bocado, salió inmediatamente. Era de noche.
Una vez que Judas se fue, Jesús dijo: "Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo y pronto lo glorificará.
Hijitos, todavía estaré un poco con ustedes. Me buscarán, pero como les dije a los judíos, así se lo digo a ustedes ahora: 'A donde yo voy, ustedes no pueden ir"'. Simón Pedro le dijo: "Señor, ¿a dónde vas?". Jesús le respondió: ''A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; me
seguirás más tarde". Pedro replicó: "Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti". Jesús le contestó: "¿Conque darás tu vida por mí? Yo te aseguro que no cantará el gallo, antes de que me hayas negado tres veces". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira con bondad, Señor, las ofrendas de esta familia tuya y, ya que la hiciste partícipe de tus sagrados dones, concédele obtener plenamente su fruto. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio II de la Pasión del Señor, M R, p. 503 (499)

ANTÍFONA DESPUÉS DE LA COMUNIÓN Rm 8, 32

Dios no escatimó la vida de su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados por estos dones de salvación, suplicamos, Señor tu misericordia, para que este Sacramento, que nos nutre en nuestra vida temporal, nos haga partícipes de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO

Opcional

Dios y Padre nuestro, al pueblo que quiere obedecerte, purifícalo de la antigua maldad por tu misericordia y hazlo capaz de una santa renovación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MARTES DE LA SEMANA SANTA En el Evangelio del Martes Santo, Jesús anticipa a sus discípulos la traición de Judas y las negaciones de san Pedro.

 

8 MIÉRCOLES

Morado Miércoles de la Semana Santa MR, p. 260 (274) / Lecc. I, p. 808

Otros santos: Agabo de Cesarea, profeta; Julia Billiart, fundadora. Beato Agustín Jeong Yak-jong, mártir.

UN LARGO DISCERNIMIENTO
Is 50, 4-9; Mt 26, 14-25

La cena pascual que el Señor Jesús compartió con sus discípulos, lo mismo que su ingreso a Jerusalén, no fueron ocurrencias de último momento. Jesús presentía como creyente contemplativo que era, cuál sería el rumbo de los acontecimientos violentos que su forma de enseñar y de vivir provocarían. Los defensores del viejo orden teocrático asociados con los jefes romanos quitaron de en medio a Jesús y se aprovecharon de la codicia de Judas Iscariote para matarlo. Jesús se anticipó a los hechos violentos, confiando en la fidelidad de Dios. La clave de la fortaleza y la serenidad con que Jesús afrontará su pasión se desprende de los cánticos del Siervo de Yahvé. El Señor Jesús sabe que su defensor está cerca y que los violentos no anularán el designio de Dios. Dios responderá al llamado de Jesús. Su destino misterioso, desembocará en la victoria definitiva del plan de Dios.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Flp 2, 10. 8. 11

Que, al nombre de Jesús, toda rodilla se doble, en el cielo, en la tierra y en los abismos, porque el Señor se hizo obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Jesucristo es el Señor para gloria de Dios Padre.

ORACIÓN COLECTA

Padre misericordioso, que para libramos del poder del enemigo quisiste que tu hijo sufriera por nosotros el suplicio de la cruz, concédenos alcanzar la gracia de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

No he sustraído mi rostro a los insultos y salivazos.

Del libro del profeta Isaías: 50, 4-9

En aquel entonces, dijo Isaías: "El Señor me ha dado una lengua experta, para que pueda confortar al abatido con palabras de aliento. Mañana tras mañana, el Señor despierta mi oído, para que escuche yo, como discípulo. El Señor Dios me ha hecho oír sus palabras y yo no he opuesto resistencia, ni me he echado para atrás. Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que me tiraban de la barba. No aparté mi rostro a los insultos y salivazos. Pero el Señor me ayuda, por eso no quedaré confundido, por eso endureció mi rostro como roca y sé que no quedaré avergonzado. Cercano está de mí el que me hace justicia, ¿quién luchará contra mí? ¿Quién es mi adversario? ¿Quién me acusa? Que se me enfrente. El Señor es mi ayuda, ¿quién se atreverá a condenarme?". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 68,8-10. 21bcd-22. 31 y 33-34.
R/. Por tu bondad, Señor, socórreme.

Por ti he sufrido injurias y la vergüenza cubre mi semblante. Extraño soy y advenedizo, aun para aquellos de mi propia sangre: pues me devora el celo de tu casa, el odio del que te odia, en mí recae. R/.
La afrenta me destroza el corazón y desfallezco. Espero compasión y no la hallo: Busco consoladores y no los encuentro. En mi comida me echaron hiel, para mi sed me dieron vinagre. R/.
En mi cantar exaltaré tu nombre, proclamaré tu gloria, agradecido. Se alegrarán al verlo los que sufren, quienes buscan a Dios tendrán más ánimo, porque el Señor jamás desoye al pobre, ni olvida al que se encuentra encadenado. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Señor Jesús, rey nuestro, sólo tú has tenido compasión de nuestras faltas. R/.

O bien:

Señor Jesús, Rey nuestro, para obedecer al Padre, quisiste ser llevado a la cruz como manso cordero al sacrificio. R/.

EVANGELIO

¡Ay de aquel por quien el Hijo del hombre va a ser entregado!

Del santo Evangelio según san Mateo: 26, 14-25

En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo: ¿Cuánto me dan si les entrego a Jesús?". Ellos quedaron en darle treinta monedas de plata. Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregárselos. El primer día de la fiesta de los panes Ázimos, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: "¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?". El respondió: "Vayan a la ciudad, a casa de fulano y díganle: 'El Maestro dice: Mi hora está ya cerca. Voy a celebrar
la Pascua con mis discípulos en tu casa"'. Ellos hicieron lo que Jesús les había ordenado y prepararon la cena de Pascua. Al atardecer, se sentó a la mesa con los Doce y mientras cenaban, les dijo: "Yo les aseguro que uno de ustedes va a entregarme". Ellos se pusieron muy tristes y comenzaron a preguntarle uno por uno: "¿Acaso soy yo, Señor?". El respondió: "El que moja su pan en el mismo plato que yo, ése va a entregarme. Porque el Hijo del hombre va a morir, como está escrito de él; pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre va a ser entregado! Más le valiera a ese hombre no haber nacido". Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: "¿Acaso soy yo Maestro?". Jesús le respondió: "Tú lo has dicho". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, los dones que te presentamos y concédenos que la pasión de tu Hijo, que celebramos en este sacramento, fructifique plenamente en nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio II de la Pasión del Señor, MR, p. 503 (499)

ANTIFONA DESPUÉS DE LA COMUNIÓN Mt 20, 28

El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida para redención de todos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concédenos, Señor, Dios nuestro, creer profundamente que por la muerte temporal de tu Hijo, proclamada en estos santos misterios, tú nos has dado la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO

Opcional

Dios y Padre nuestro, concede a tu pueblo frecuentar los sacramentos pascuales y esperar con vivo deseo los bienes futuros para que, manteniéndose fiel a los santos misterios de los que ha renacido, se sienta impulsado por ellos a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MIÉRCOLES DE LA SEMANA SANTA. Con el Miércoles Santo concluye la Cuaresma y da comienzo la Pascua. El Miércoles Santo tuvo logar el encuentro del Sanedrín, el tribunal religioso judío, con Judas Iscariote para enjuiciar a Jesús. En el Evangelio se narra la traición de Judas Iscariote en este caso en relato de San Mateo (26,14-25).

 

JUEVES 9

Blanco Misa del Santo Crisma

MR, p. 262 (276) / Lecc. I, p. 811 La bendición del óleo de los enfermos, del óleo de los catecúmenos y la consagración del Crisma las hace el obispo normalmente el día de hoy, en una misa especial, que se celebra por la mañana.
Las celebraciones del Triduo Sacro deben llevarse a cabo sólo en las Iglesias catedrales y parroquiales y en aquellas donde puedan celebrarse dignamente, es decir, con presencia de fieles, con un número conveniente de ministros y con la posibilidad de cantar al menos algunas partes. Es necesario, por consiguiente, que las pequeñas comunidades, asociaciones y los grupos peculiares de todo género se reúnan en estas iglesias, para llevar a cabo las celebraciones de una forma más noble. (N. 3, cfr. MR, p. 278 (290).

 

JUEVES 9

JUEVES SANTO

Blanco Sagrado Triduo Sacro Jueves Santo de la Cena del Señor Misa vespertina Institución de la Eucaristía, del Sacerdocio y Mandamiento del Amor MR, p. 279 (291) / Lecc. I, p. 816

Otros santos: Hugo de Rouen, abad y obispo. Beatas: Celestina Faron, religiosa de la Congregación de las Pequeñas Siervas de la Inmaculada Concepción y mártir; Tomás de Tolentino, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores y mártir.

LA SEÑAL DECISIVA
Ex 12,1-8.11-14; 1 Cor 11,23-26; Jn 13,1-15

Los gestos finales de la existencia de Jesús son deliberadamente buscados. Ninguna improvisación en los días decisivos de su vida. En particular la escena del lavatorio de los pies resulta claramente ejemplar e ilustrativa. Jesús es el Maestro y asume voluntariamente los quehaceres que asignaban a los criados y esclavos: lavar los pies, ofrecer agua a sus amos, cuando reingresaban a casa. La intención del Señor es muy obvia: llamarles la atención e invitarlos a realizar una inversión de roles. Los apóstoles en tanto figuras de autoridad en la comunidad cristiana deben asumir las tareas del servicio. Sin embargo, cabe afirmar que hay un segundo nivel de sentido: Jesús se humilla voluntariamente ante sus discípulos, anticipando que la entrega de su vida no es el resultado de una confabulación entre el traidor y 1os jefes, sino una decisión soberana del mismo Jesús. El decide entregar su vida, para hacernos partícipes de la vida eterna.
Según una antiquísima tradición de la Iglesia, en este día se prohíben todas las misas sin asistencia del pueblo. En la tarde, a la hora más oportuna, se celebra la misa de la Cena del Señor, con la participación de toda la comunidad local y con la intervención, según su propio oficio, de todos los sacerdotes y ministros. La sagrada comunión se puede distribuir a los fieles sólo dentro de la misa; pero a los enfermos se les puede llevar a cualquier hora del día. El sagrario debe estar completamente vacío. Conságrense en esta misa suficientes hostias, de modo que alcancen para la comunión del clero y del pueblo, hoy y mañana. [Las personas que deseen profundizar en más indicaciones, pueden leer la introducción y los textos en el Misal Romano, pp. 262-292 (276-296); para el Viernes Santo pp. 293-311 (297-3I4); para el Sábado Santo p. 312 (315) Y para la Vigilia Pascual pp. 313-344 (317-344)]

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Ga 6, 14

Debemos gloriarnos en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, porque en él está nuestra salvación, nuestra vida y nuestra resurrección, y por él fuimos salvados y redimidos.
Se dice Gloria. Mientras se canta este himno, se tocan las campanas. Terminado el canto, las campanas no vuelven a tocarse hasta la Vigilia Pascual, a no ser que el obispo diocesano disponga otra cosa. En este mismo tiempo, también pueden usarse el órgano y los demás instrumentos musicales, pero sólo para acompañar el canto.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, reunidos para celebrar la santísima Cena en la que tu Hijo unigénito, antes de entregarse a la muerte, confió a la Iglesia el nuevo y eterno sacrificio, banquete pascual de su amor, concédenos que, de tan sublime misterio, brote para nosotros la plenitud del amor y de la vida. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Prescripciones sobre la cena pascual.

Del libro del Éxodo: 12, 1-8.11-14

En aquellos días, dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: "Este mes será para ustedes el primero de todos los meses y el principio del año. Díganle a toda la comunidad de Israel: 'El día diez de este mes, tomará cada uno un cordero por familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con los vecinos y elija un cordero adecuado al número de personas y a la cantidad que cada cual pueda comer. Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito.
Lo guardarán hasta el día catorce del mes, cuando toda la comunidad de los hijos de Israel lo inmolará al atardecer. Tomarán la sangre y rociarán las dos jambas y el dintel de la puerta de la casa donde vayan a comer el cordero. Esa noche comerán la carne, asada a fuego; comerán panes sin levadura y hierbas amargas. Comerán así: con la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano y a toda prisa, porque es la Pascua, es decir, el paso del Señor.
Yo pasaré esa noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos del país de Egipto, desde los hombres hasta los ganados. Castigaré a todos los dioses de Egipto, yo, el Señor. La sangre les servirá de señal en las casas donde habitan ustedes. Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo y no habrá entre ustedes plaga exterminadora, cuando hiera yo la tierra de Egipto.
Ese día será para ustedes un memorial y lo celebrarán como fiesta en honor del Señor. De generación en generación celebrarán esta festividad, como institución perpetua' ". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 115, 12-13. 15-16bc. 17-18.
R/. Gracias, Señor, por tu sangre que nos lava.

¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Levantaré el cáliz de salvación e invocaré el nombre del Señor. R/.
A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos. De la muerte, Señor, me has librado, a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava. R/.
Te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré tu nombre. Cumpliré mis promesas al Señor ante todo su pueblo. R/.

SEGUNDA LECTURA

Cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la muerte del Señor.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 11,23-26

Hermanos: Yo recibí del Señor lo mismo que les he trasmitido: que el Señor Jesús, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan en sus manos, y pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: "Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía".
Lo mismo hizo con el cáliz después de cenar, diciendo: "Este cáliz es la nueva alianza que se sella con mi sangre. Hagan esto en memoria mía siempre que beban de él".
Por eso, cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la muerte del Señor, hasta que vuelva. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 13, 34
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. R/.

EVANGELIO

Los amó hasta el extremo.

Del santo Evangelio según san Juan: 13, 1-15

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre y habiendo amado a los suyos, que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
En el transcurso de la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, la idea de entregarlo, Jesús, consciente de que el Padre había puesto en sus manos todas las cosas y sabiendo que había salido de Dios y a Dios volvía, se levantó de la mesa, se quitó el manto y tomando una toalla, se la ciñó; luego echó agua en una jofaina y se puso a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que se había ceñido.
Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo: "Señor, ¿me vas a lavar tú a mí los pies?". Jesús le replicó: "Lo que estoy haciendo tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde". Pedro le dijo: "Tú no me lavarás los pies jamás". Jesús le contestó: "Si no te lavo, no tendrás parte conmigo". Entonces le dijo Simón Pedro: "En ese caso, Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza". Jesús le dijo: "El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. Y ustedes están limpios, aunque no todos". Como sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: 'No todos están limpios'.
Cuando acabó de lavarles los pies, se puso otra vez el manto, volvió a la mesa y les dijo: "¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy. Pues si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros. Les he dado ejemplo, para que lo que yo he hecho con ustedes, también ustedes lo hagan". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

REFLEXIÓN: Comienza -con el Triduo Pascual­ la conmemoración del misterio de la redención humana realizada por la pasión, muerte y resurrección del Señor. Un día por demás señalado: "jueves único" en el año litúrgico. Si la celebración eucarística es siempre memorial de la muerte y resurrección de Cristo, hoy lo es "mucho más", si cabe la expresión ... Entre los temas que destacan en la liturgia: Eucaristía, Sacerdocio ministerial y Amor fraterno, el primero y determinante es la Eucaristía, celebración de la pasión y muerte del Señor hasta que Él vuelva: "nueva pascua" y "banquete sacrificial" del pueblo cristiano, que viene a sustituir a la cena pascual judía, como recuerdo de la liberación de Egipto.

LAVATORIO DE LOS PIES

Después de la homilía, donde lo aconseje el bien pastoral, se lleva a cabo el lavatorio de los pies. Los varones designados van, acompañados por los ministros, a ocupar los asientos reparados para ellos. [Hay que tener en cuenta que: « ...también puede estar compuesto de hombres y mujeres, y es conveniente que formen parte de él jóvenes y ancianos, sanos y enfermos, clérigos, consagrados, laicos». Cfr. Decreto in Coena Domini, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, a 6 de enero de 2016, solemnidad de la Epifanía del Señor]. El sacerdote, se quita la casulla si es necesario, y se acerca a cada una de las personas designadas. Con la ayuda de los ministros, les lava los pies y se los seca. Mientras tanto, se cantan algunas de las siguientes antífonas o algún canto apropiado.

ANTÍFONA PRIMERA Cfr. Jn 13, 4. 5. 15

El Señor se levantó de la mesa, echó agua en un recipiente y se puso a lavar los pies de sus discípulos para darles ejemplo.

ANTÍFONA SEGUNDA Jn 13, 12. 13. 15

El Señor, Jesús, después de haber cenado con sus discípulos, lavó sus pies y les dijo: "¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes, yo, el Señor y el Maestro? Les he dado ejemplo, para que también ustedes lo hagan".

ANTÍFONA TERCERA Jn 13,6.7.8

Señor, ¿pretendes tú lavarme a mí los pies? Jesús le respondió: Si no te lavo los pies, no tendrás nada que ver conmigo.

V. Fue Jesús hacia Simón Pedro y éste le dijo:
-Señor, ¿pretendes tú lavarme a mí los pies?...
V. Lo que yo estoy haciendo, tú no lo entiendes ahora; lo entenderás más tarde.
-Señor ¿pretendes tú lavarme a mí los pies?...

ANTÍFONA CUARTA Cfr. Jn 13, 14

Si yo, que soy el maestro y el Señor, les he lavado los pies, ¡con cuánta mayor razón ustedes deben lavarse los pies unos a otros!

ANTÍFONA QUINTA Jn 13, 35

En esto reconocerán todos que son mis discípulos: en que se amen los unos a los otros.

ANTÍFONA SEXTA Jn 13, 34

Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado, dice el Señor.

ANTÍFONA SÉPTIMA 1 Co 13, 13

Que permanezcan en ustedes la fe, la esperanza y el amor; pero la mayor de estas tres virtudes es el amor.

V. Ahora tenemos la fe, la esperanza y el amor; pero la mayor de estas tres virtudes es el amor.

-Que permanezcan en ustedes ...

Inmediatamente después del lavatorio de los pies o, si éste no tuvo lugar, después de la homilía, se hace la Oración universal. Sería conveniente organizar la procesión de ofrendas en la que, además de pan y vino, se lleven dones para los pobres. Sería bueno cantar el Ubi caritas et amor ... u otro canto apropiado. Hay que tener presente también las variantes propias de este día en la Plegaria Eucarística.

No se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL

Supliquemos, hermanos, a Cristo, el Ungido de Dios, en cuyas manos el Padre ha puesto todas las cosas, y pidámosle que escuche nuestra oración:
Para que todos los cristianos sepan seguir el ejemplo de humildad del Señor, que lavó los pies de sus discípulos, e imiten la bondad de aquel que aceptó las lágrimas de Pedro, que lo había negado, roguemos al Señor.
Para que nuestro obispo N., y sus presbíteros, que en estos días han recordado el inicio de su ministerio y han renovado sus promesas, vivan plenamente conforme a Jesús y sean siempre fieles a lo que en su ordenación prometieron, roguemos al Señor.
Para que el Señor, que se entregó a la muerte para reunir a los hijos de Dios que estaban dispersos, inspire sentimientos de conversión a los que por el pecado o la indiferencia se han alejado de la Iglesia, roguemos al Señor.
Para que los enfermos, al ser ungidos con el óleo de la salvación que nuestro obispo acaba de consagrar, experimenten la protección del Señor y sientan mejora en su enfermedad y alivio en sus dolores, roguemos al Señor.
Para que el Señor, que con su humillación nos exalta, con su entrega nos merece el perdón, con su sangre nos purifica y con su carne nos alimenta, ilumine también nuestras mentes para que comprendamos y amemos los misterios que hoy conmemoramos, roguemos al Señor.
Señor Jesucristo, ya que mientras vivimos aún en este mundo, nos invitas a participar en la mesa que es imagen del banquete eterno, escucha nuestra oración y haz que los que ahora nos reunimos para celebrar el sacramento de tu triunfo podamos ser también tus comensales en el banquete de la Pascua eterna. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Concédenos, Señor, participar dignamente en estos misterios, porque cada vez que se celebra el memorial de este sacrificio, se realiza la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO

El sacrificio y el sacramento de Cristo, MR. p. 283 (521)

Si se usan las Plegarias eucarísticas II o III, téngase en cuenta la referencia que se hace de esta Misa en el relato de la institución, pp. 572 Y 580.

Si se usa el Canon Romano, se dicen sus partes propias para este día de la siguiente manera pp. 284-290.

ANTIFONA DE LA COMUNIÓN 1 Co 11, 24. 25

Este es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Este cáliz es la nueva alianza establecida por mi Sangre; cuantas veces lo beban, háganlo en memoria mía, dice el Señor.

Después de distribuir la comunión, se deja sobre el altar un copón con hostias para la comunión del día siguiente, y se termina la misa con esta oración.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concédenos, Dios todopoderoso, que así como somos alimentados en esta vida con la Cena pascual de tu Hijo, así también merezcamos ser saciados en el banquete eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.

TRASLADO DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

Después de incensar al Santísimo, el sacerdote, cubriendo con el paño de hombros el copón, inicia la procesión hacia el "Monumento", en donde será adorado por turnos hasta la media noche. Antes de depositar al Señor en el lugar preparado, se repite la incensación. En ambos casos y durante el trayecto se usan cantos adecuados. Esta adoración, después de la media noche, hágase sin solemnidad.

JUEVES SANTO. Este día da inicio el Triduo Pascual el cual conmemora paso a paso los últimos acontecimientos de la vida de Jesús, desarrollados en tres días (jueves, viernes y sábado-domingo). Asimismo, se celebra la Santa Misa Crismal en ella "en el centro de la liturgia está la bendición de los santos óleos, el óleo para la unción de los catecúmenos, el de la unción de los enfermos y el crisma para los grandes sacramentos que confieren el Espíritu Santo: Confirmación, Ordenación sacerdotal y Ordenación episcopal" (Benedicto XVI).

 

VIERNES 10

Rojo Viernes Santo, de la Pasión del Señor MR, P. 293 (297) / Lecc. I p. 820 Día de ayuno y abstinencia

Otros santos: Macario de Gante, peregrino; Miguel de los Santos, presbítero trinitario: Magdalena de Canossa, fundadora.

UNA RECOMPENSA JUSTA
Is 52, 13-53,12; Heb 4, 14-16; 5,7-9; Jn 18,1-19,42

Los últimos versos del cuarto cántico del Siervo de Yahvé anticipan la recompensa del enviado del Señor. Dado que el Siervo cumplió su misión con una fidelidad inquebrantable, entregando su vida como rescate para que sus hermanos conservaran la suya, Dios le hará participe de su gloria. Desde la tradición del cuarto Evangelio queda claro que el Señor Jesús
asume su condición regia, pero no a la manera arbitraria de los gobernantes mundanos. En su calidad de crucificado, desprovisto de poder, se entrega al Padre y nos hace partícipes de la vida. Quienes decidamos mirarlo con fe y confianza recibiremos el don de su Espíritu. Al morir Jesús, se manifiesta como dador de vida. El don del agua viva que había prometido a la mujer de Samaria se hace realidad.
El día de hoy y el de mañana, por una antiquísima tradición, la Iglesia omite por completo la celebración del sacrificio eucarístico. El altar debe estar desnudo por completo: sin cruz, sin candelabros y sin manteles. El sacerdote y el diácono, revestidos de color rojo como para la misa, se dirigen al altar, y hecha la debida reverencia, se postran rostro en tierra o, si se juzga mejor, se arrodillan, y todos oran en silencio durante algún espacio de tiempo. Después el sacerdote se dirige a la sede donde, mientras todos permanecen de rodillas, dice la siguiente oración:

No se dice" Oremos".

ORACIÓN

Acuérdate, Señor de tu gran misericordia, y santifica a tus siervos con tu constante protección, ya que por ellos Cristo, tu Hijo, derramando su sangre, instituyó el misterio pascual. El que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. R. Amén.

O bien:

Señor Dios, que por la Pasión de nuestro Señor Jesucristo nos libraste de la muerte heredada del antiguo pecado, concédenos asemejamos a tu Hijo y haz que, así como naturalmente llevamos en nosotros la imagen del hombre terreno, por la gracia de la santificación, llevemos también la imagen del hombre celestial. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.

PRIMERA PARTE:

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Él fue traspasado por nuestros crímenes.

Del libro del profeta Isaías: 52, 13-53, 12

He aquí que mi siervo prosperará, será engrandecido y exaltado, será puesto en alto. Muchos se horrorizaron al verlo, porque estaba desfigurado su semblante, que no tenía ya aspecto de hombre; pero muchos pueblos se llenaron de asombro. Ante él los reyes cerrarán la boca, porque verán lo que nunca se les había contado y comprenderán lo que nunca se habían imaginado.
¿Quién habrá de creer lo que hemos anunciado? ¿A quién se le revelará el poder del Señor? Creció en su presencia como planta débil, como una raíz en el desierto. No tenía gracia ni belleza. No vimos en él ningún aspecto atrayente; despreciado y rechazado por los hombres, varón de dolores, habituado al sufrimiento; como uno del cual se aparta la mirada, despreciado y desestimado.
Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo tuvimos por leproso, herido por Dios y humillado, traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Él soportó el castigo que nos trae la paz. Por sus llagas hemos sido curados.
Todos andábamos errantes como ovejas, cada uno siguiendo su camino, y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes. Cuando lo maltrataban, se humillaba y no abría la boca, como un cordero llevado a degollar; como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca.
Inicuamente y contra toda justicia se lo llevaron. ¿Quién se preocupó de su suerte? Lo arrancaron de la tierra de los vivos, lo hirieron de muerte por los pecados de mi pueblo, le dieron sepultura con los malhechores a la hora de su muerte, aunque no había cometido crímenes, ni hubo engaño en su boca.
El Señor quiso triturado con el sufrimiento. Cuando entregue su vida como expiación, verá a sus descendientes, prolongará sus años y por medio de él prosperarán los designios del Señor. Por las fatigas de su alma, verá la luz y se saciará; con sus sufrimientos justificará mi siervo
a muchos, cargando con los crímenes de ellos.
Por eso le daré una parte entre los grandes, y con los fuertes repartirá despojos, ya que indefenso se entregó a la muerte y fue contado entre los malhechores, cuando tomó sobre sí las culpas de todos e intercedió por los pecadores. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 30, 2 Y 6.12-13.15-16.17 y 25.
R/. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

A ti, Señor, me acojo, que no quede yo nunca defraudado. En tus manos encomiendo mi espíritu y tú, mi Dios leal, me librarás. R/.
Se burlan de mí mis enemigos, mis vecinos y parientes de mí se espantan, los que me ven pasar huyen de mí. Estoy en el olvido, como un muerto, como un objeto tirado en la basura. R/.
Pero yo, Señor, en ti confío. Tú eres mi Dios, y en tus manos está mi destino. Líbrame de los enemigos que me persiguen. R/.
Vuelve, Señor, tus ojos a tu siervo y sálvame, por tu misericordia. Sean fuertes y valientes de corazón, ustedes, los que esperan en el Señor. R/.

SEGUNDA LECTURA

Aprendió a obedecer y se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los que lo obedecen.

De la carta a los hebreos: 4, 14-16; 5, 7.9

Hermanos: Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro sumo sacerdote, que ha entrado en el cielo. Mantengamos firme la profesión de nuestra fe. En efecto, no tenemos un sumo sacerdote que no sea capaz de compadecerse de nuestros sufrimientos, puesto que él mismo ha pasado por las mismas pruebas que nosotros, excepto el pecado. Acerquémonos, por tanto, con plena confianza al trono de la gracia, para recibir misericordia, hallar la gracia y obtener ayuda en el momento oportuno.
Precisamente por eso, Cristo, durante su vida mortal, ofreció oraciones y súplicas, con fuertes voces y lágrimas, a aquel que podía librarlo de la muerte, y fue escuchado por su piedad. A pesar de que era el Hijo, aprendió a obedecer padeciendo, y llegado a su perfección, se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los que lo obedecen. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Flp 2,8-9
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Cristo se humilló por nosotros y por obediencia aceptó incluso la muerte y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre. R/.

No se llevan velas ni incienso para la lectura de la Pasión del Señor, ni se hace al principio el saludo, ni se signa el libro. La lectura la hace un diácono o, en su defecto, el sacerdote. Puede también ser hecha por lectores, reservando al sacerdote, si es posible, la parte correspondiente a Cristo.

PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN JUAN: 18, 1-19,42

Puede elegirse la lectura breve por razones pastorales * Cuando la lectura se hace alternada:

C = Cronista; S = "Sinagoga"; y † = Cristo

C En aquel tiempo, Jesús fue con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto, y entraron allí él y sus discípulos. Judas, el traidor, conocía también el sitio, porque Jesús se reunía a menudo allí con sus discípulos.
Entonces Judas tomó un batallón de soldados y guardias de los sumos sacerdotes y de los fariseos y entró en el huerto con linternas, antorchas y armas. Jesús, sabiendo todo lo que iba a suceder, se adelantó y les dijo:
† "¿A quién buscan?".
C Le contestaron:
S "A Jesús, el nazareno".
C Les dijo Jesús:
† "Yo soy".
C Estaba también con ellos Judas, el traidor. Al decirles 'Yo soy', retrocedieron y cayeron a tierra. Jesús les volvió a preguntar:
† "¿A quién buscan?".
C Ellos dijeron:
S "A Jesús, el nazareno".
C Jesús contestó:
† "Les he dicho que soy yo. Si me buscan a mí, dejen que éstos se vayan".
C Así se cumplió lo que Jesús había dicho: "No he perdido a ninguno de los que me diste". Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió a un criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. Este criado se llamaba Maleo. Dijo entonces Jesús a Pedro:
† "Mete la espada en la vaina. ¿No voy a beber el cáliz que me ha dado mi Padre?".
C El batallón, su comandante y los criados de los judíos apresaron a Jesús, lo ataron y lo llevaron primero ante Anás, porque era suegro de Caifás, sumo sacerdote aquel año. Caifás era el que había dado a los judíos este consejo: 'Conviene que muera un solo hombre por el pueblo'.
Simón Pedro y otro discípulo iban siguiendo a Jesús. Este discípulo era conocido del sumo sacerdote y entró con Jesús en el palacio del sumo sacerdote, mientras Pedro se quedaba fuera, junto a la puerta. Salió el otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote, habló con la portera e hizo entrar a Pedro. La portera dijo entonces a Pedro:
S "¿No eres tú también uno de los discípulos de ese hombre?".
C Él dijo:
S "No lo soy".
C Los criados y los guardias habían encendido un brasero, porque hacía frío, y se calentaban. También Pedro estaba con ellos de pie, calentándose. El sumo sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina. Jesús le contestó:
† "Yo he hablado abiertamente al mundo y he enseñado continuamente en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he dicho nada a escondidas. ¿Por qué me interrogas a mí? Interroga a los que me han oído, sobre lo que les he hablado. Ellos saben lo
que he dicho".
C Apenas dijo esto, uno de los guardias le dio una bofetada a Jesús, diciéndole:
S "¿Así contestas al sumo sacerdote?".
C Jesús le respondió:
† "Si he faltado al hablar, demuestra en qué he faltado; pero si he hablado como se debe, ¿por qué me pegas?".
C Entonces Anás lo envió atado a Caifás, el sumo sacerdote. Simón Pedro estaba de pie, calentándose, y le dijeron:
S “¿No eres tú también uno de sus discípulos?".
C Él lo negó diciendo:
S "No lo soy".
C Uno de los criados del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro le había cortado la oreja, le dijo:
S “¿Qué no te vi yo con él en el huerto?".
C Pedro volvió a negarlo y en seguida cantó un gallo. Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio: Era muy de mañana y ellos no entraron en el palacio para no incurrir en impureza y poder así comer la cena de Pascua. Salió entonces Pilato a donde estaban ellos y les dijo:
S ¿De qué acusan a este hombre?".
C Le contestaron:
S "Si éste no fuera un malhechor, no te lo hubiéramos traído".
C Pilato les dijo:
S "Pues llévenselo y júzguenlo según su ley".
C Los judíos le respondieron:
S "No estamos autorizados para dar muerte a nadie".
C Así se cumplió lo que había dicho Jesús, indicando de qué muerte iba a morir. Entró otra vez Pilato en el pretorio, llamó a Jesús y le dijo:
S "¿Eres tú el rey de los judíos?".
C Jesús le contestó:
† "¿Eso lo preguntas por tu cuenta o te lo han dicho otros?".
C Pilato le respondió:
S "¿Acaso soy yo judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué es lo que has hecho?".
C Jesús le contestó:
† "Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera de este mundo, mis servidores habrían luchado para que no cayera yo en manos de los judíos. Pero mi Reino no es de aquí".
C Pilato le dijo:
S "¿Conque tú eres rey?".
C Jesús le contestó:
† "Tú lo has dicho. Soy rey. Yo nací y vine al mundo para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz".
C Pilato le dijo:
S “¿Y qué es la verdad?".
C Dicho esto, salió otra vez a donde estaban los judíos y les dijo:
S "No encuentro en él ninguna culpa. Entre ustedes es costumbre que por Pascua ponga en libertad a un preso. ¿Quieren que les suelte al rey de los judíos?".
C Pero todos ellos gritaron:
S "¡No, a ése no! ¡A Barrabás!".
C (El tal Barrabás era un bandido). Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar. Los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza, le echaron encima un manto color púrpura, y acercándose a él, le decían:
S "¡Viva el rey de los judíos!",
C y le daban de bofetadas. Pilato salió otra vez afuera y les dijo:
S "Aquí lo traigo para que sepan que no encuentro en él ninguna culpa".
C Salió, pues, Jesús, llevando la corona de espinas y el manto color púrpura. Pilato les dijo:
S "Aquí está el hombre".
C Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y sus servidores, gritaron:
S "¡Crucificalo, crucificalo!".
C Pilato les dijo:
S "Llévenselo ustedes y crucifíquenlo, porque yo no encuentro culpa en él".
C Los judíos le contestaron:
S "Nosotros tenemos una ley y según esa ley tiene que morir, porque se ha declarado Hijo de Dios".
C Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó aún más, y entrando otra vez en el pretorio, dijo a Jesús:
S "¿De dónde eres tú?".
C Pero Jesús no le respondió. Pilato le dijo entonces:
S “¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y autoridad para crucificarte? ".
C Jesús le contestó:
† "No tendrías ninguna autoridad sobre mí, si no te la hubieran dado de lo alto. Por eso, el que me ha entregado a ti tiene un pecado mayor".
C Desde ese momento Pilato trataba de soltarlo, pero los judíos gritaban:
S "¡Si sueltas a ése, no eres amigo del César!; porque todo el que pretende ser rey, es enemigo del César".
C Al oír estas palabras, Pilato sacó a Jesús y lo sentó en el tribunal, en el sitio que llaman "el Enlosado" (en hebreo Gábbata). Era el día de la preparación de la Pascua, hacia el mediodía. Y dijo Pilato a los judíos:
S "Aquí tienen a su rey".
C Ellos gritaron:
S "¡Fuera.fuera!” ¡Crucificalo!".
C Pilato les dijo:
S “¿A su rey voy a crucificar?".
C Contestaron los sumos sacerdotes:
S "No tenemos más rey que el César".
C Entonces se lo entregó para que lo crucificaran. Tomaron a Jesús y él, cargando con la cruz, se dirigió hacia el sitio llamado "la Calavera" (que en hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron, y con él a otros dos uno de cada lado, y en medio Jesús. Pilato mandó escribir un letrero y ponerlo encima de la cruz; en él estaba escrito: 'Jesús el nazareno, el rey de los judíos'. Leyeron el letrero muchos judíos, porque estaba cerca el lugar donde crucificaron a Jesús y estaba escrito en hebreo, latín y griego. Entonces los sumos sacerdotes de los judíos le dijeron a Pilato:
S "No escribas: 'El rey de los judíos', sino: Este ha dicho: Soy rey de los judíos '".
C Pilato les contestó:
S "Lo escrito, escrito está".
C Cuando crucificaron a Jesús, los soldados cogieron su ropa e hicieron cuatro partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura, tejida toda de una pieza de arriba a abajo. Por eso se dijeron:
S "No la rasguemos, sino echemos suertes para ver a quién le toca".
C Así se cumplió lo que dice la Escritura: Se repartieron mi ropa y echaron a suerte mi túnica y eso hicieron los soldados.
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a su madre y junto a ella al discípulo que tanto quería, Jesús dijo a su madre:
† "Mujer, ahí está tu hijo".
C Luego dijo al discípulo:
† "Ahí está tu madre".
C y desde entonces el discípulo se la llevó a vivir con él. Después de esto, sabiendo Jesús que todo había llegado a su término, para que se cumpliera la Escritura dijo:
† "Tengo sed".
C Había allí un jarro lleno de vinagre. Los soldados sujetaron una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo y se la acercaron a la boca. Jesús probó el vinagre y dijo:
† "Todo está cumplido",
C e inclinando la cabeza, entregó el espíritu. [Aquí se arrodillan todos y se hace una breve pausa]
C Entonces, los judíos, como era el día de la preparación de la Pascua, para que los cuerpos de los ajusticiados no se quedaran en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día muy solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y los quitaran de la cruz. Fueron los soldados, le quebraron las piernas a uno y luego al otro de los que habían sido crucificados con él. Pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza e inmediatamente salió sangre y agua.
El que vio da testimonio de esto y su testimonio es verdadero y él sabe que dice la verdad, para que también ustedes crean. Esto sucedió para que se cumpliera lo que dice la Escritura: No le quebrarán ningún hueso; y en otro lugar la Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.
Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero oculto por miedo a los judíos, pidió a Pilato que lo dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó. Él fue entonces y se llevó el cuerpo. Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y trajo unas cien libras de una mezcla de mirra y áloe.
Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con esos aromas, según se acostumbra enterrar entre los judíos. Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto, un sepulcro nuevo, donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día de la preparación de la Pascua y el sepulcro estaba cerca, allí pusieron a Jesús. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

REFLEXIÓN: El viernes santo es un día centrado en la pasión del Señor y su muerte ignominiosa en la cruz. Hoy se cumple el repetido anuncio sobre su violento final en Jerusalén, al aceptar, "por nosotros y por nuestra salvación", los misteriosos planes de su Padre: «Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su propio Hijo» (Jn, 3, 16) ... No hay modo más verídico de expresarlo, que dando la vida por aquellos a quienes se ama. Un amor
fuente de vida, que nos une a Dios y a nuestros hermanos. Un amor capaz de cambiar el mundo, si los que nos decimos sus discípulos seguimos su ejemplo de humildad, servicio, obediencia y renuncia.

No se dice Credo.

ORACIÓN UNIVERSAL

I Por la santa Iglesia
Oremos, queridos hermanos, por la santa Iglesia de Dios, para que nuestro Dios y Señor le conceda la paz y la unidad, se digne protegerla en toda la tierra y nos conceda glorificarlo, como Dios Padre omnipotente con una vida pacífica y serena.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo revelaste tu gloria a todas las naciones, conserva la obra de tu misericordia, para que tu Iglesia, extendida por toda la tierra, persevere con fe inquebrantable en la confesión de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.

II. Por el Papa
Oremos también por nuestro Santo Padre, el Papa N., para que Dios nuestro Señor, que lo escogió para el orden de los obispos, lo conserve a salvo y sin daño para bien de su santa Iglesia, a fin de que pueda gobernar al pueblo santo de Dios.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, cuya sabiduría gobierna el universo, atiende favorablemente nuestras súplicas y protege con tu amor al Papa que nos diste, para que el pueblo cristiano, que tú mismo pastoreas, progrese bajo su cuidado en la firmeza de su fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.

III. Por el pueblo de Dios y sus Ministros
Oremos también por nuestro obispo N., por todos los obispos, presbíteros y diáconos de la Iglesia, y por todo el pueblo santo de Dios.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que con tu Espíritu santificas y gobiernas a toda la Iglesia, escucha nuestras súplicas por tus ministros, para que, con la ayuda de tu gracia, te sirvan con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.

IV. Por los catecúmenos
Oremos también por los (nuestros) catecúmenos, para que Dios nuestro Señor abra los oídos de sus corazones y les manifieste su misericordia, y para que, mediante el bautismo, se les perdonen todos sus pecados y queden incorporados a Cristo, Señor nuestro.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todo poderoso y eterno, que sin cesar concedes nuevos hijos a tu Iglesia, acrecienta la fe y el conocimiento a los (nuestros) catecúmenos, para que, renacidos en la fuente bautismal, los cuentes entre tus hijos de adopción. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.

V. Por la unidad de los cristianos
Oremos también por todos los hermanos que creen en Cristo, para que Dios nuestro Señor se digne congregar y custodiar en la única Iglesia a quienes procuran vivir en la verdad.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que reúnes a los que están dispersos y los mantienes en la unidad, mira benignamente la grey de tu Hijo, para que, a cuantos están consagrados por el único bautismo, también los una la integridad de la fe y los asocie el vínculo de la caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.

VI. Por los judíos
Oremos también por los judíos, para que a quienes Dios nuestro Señor habló primero, les conceda progresar continuamente en el amor de su nombre y en la fidelidad a su alianza.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que confiaste tus promesas a Abraham y a su descendencia, oye compasivo los ruegos de tu Iglesia, para que el pueblo que adquiriste primero como tuyo, merezca llegar a la plenitud de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.

VII. Por los que no creen en Cristo
Oremos también por los que no creen en Cristo, para que, iluminados por el Espíritu Santo, puedan ellos encontrar el camino de la salvación.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, concede a quienes no creen en Cristo, que, caminando en tu presencia con sinceridad de corazón, encuentren la verdad; y a nosotros concédenos crecer en el amor mutuo y en el deseo de comprender mejor los misterios de tu vida, a fin de que seamos testigos cada vez más auténticos de tu amor en el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.

VIII. Por los que no creen en Dios
Oremos también por los que no conocen a Dios, para que, buscando con sinceridad lo que es recto, merezcan llegar hasta él.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que creaste a todos los hombres para que deseándote te busquen, y para que al encontrarte descansen en ti; concédenos que, en medio de las dificultades de este mundo, al ver los signos de tu amor y el testimonio de las buenas obras de los creyentes,
todos los hombres se alegren al confesarte como único Dios verdadero y Padre de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.

IX. Por los gobernantes
Oremos también por todos los gobernantes de las naciones, para que Dios nuestro Señor guíe sus mentes y corazones, según su voluntad providente, hacia la paz verdadera y la libertad de todos.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, en cuyas manos están los corazones de los hombres y los derechos de las naciones, mira con bondad a nuestros gobernantes, para que, con tu ayuda, se afiance en toda la tierra un auténtico progreso social, una paz duradera y una verdadera libertad religiosa. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.

X. Por los que se encuentran en alguna tribulación
Oremos, hermanos muy queridos, a Dios Padre todopoderoso, para que libre al mundo de todos sus errores, aleje las enfermedades, alimente a los que tienen hambre, libere a los encarcelados y haga justicia a los oprimidos, conceda seguridad a los que viajan, un buen retorno a los que se hallan lejos del hogar, la salud a los enfermos y la salvación a los moribundos.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, consuelo de los afligidos y fortaleza de los que sufren, escucha a los que te invocan en su tribulación, para que todos experimenten en sus necesidades la alegría de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.

SEGUNDA PARTE

ADORACIÓN DE LA SANTA CRUZ

Terminada la oración universal, se hace la adoración solemne de la santa Cruz, elijase la forma que se juzgue más apropiada pastoralmente, de acuerdo con las circunstancias.

INVITATORIO AL PRESENTAR LA CRUZ

V. Miren el árbol de la cruz, donde estuvo clavado Cristo, el salvador del mundo.
R/. Vengan y adoremos.
V. Miren el árbol de la cruz, donde estuvo clavado Cristo, el salvador del mundo.
R/. Vengan y adoremos.
V. Miren el árbol de la cruz, donde estuvo clavado Cristo, el salvador del mundo.
R/. Vengan y adoremos.

El sacerdote, el clero y los fieles se acercan procesionalmente y adoran la cruz, haciendo delante de ella una genuflexión simple o algún otro signo de veneración (como el de besarla),
según la costumbre de la región. Mientras tanto, se canta la antífona "Tu Cruz adoramos" (p.302ss), los Improperios, u otros cánticos apropiados. Terminada la adoración, la cruz es
llevada al altar y puesta en un lugar relevante, con los ciriales o los candeleros a su lado.

Improperios

Las partes que corresponden al primer coro se indican con el número 1; las que corresponden al segundo con el número 2; las que deben cantarse juntamente por los dos coros, con los
números 1 y 2. Algunos versos también pueden cantarse por dos cantores.

I

1 y 2. Pueblo mío, ¿qué mal te he causado, o en qué cosa te he ofendido? Respóndeme.
1. ¿Porque yo te saqué de Egipto, tú le has preparado una cruz a tu Salvador?
2. Pueblo mío, ¿qué mal te he causado, o en qué cosa te he ofendido? Respóndeme.
1. Hágios o Theós.
2. Santo Dios.
l. Hágios Ischyrós.
2. Santo fuerte.
1. Hágios Athánatos, eléison himás.
2. Santo inmortal, ten piedad de nosotros.
1 y 2. ¿Porque yo te guié cuarenta años por el desierto, te alimenté con el maná y te introduje en una tierra fértil, tú le preparaste una cruz a tu Salvador?
1. Hágios O Theós.
2. Santo Dios.
l. Hágios Ischyrós.
2. Santo fuerte.
l. Hágios Athánatos, eléison himás.
2. Santo inmortal, ten piedad de nosotros.
1 y 2. ¿Qué más pude hacer, o qué dejé sin hacer por ti? Yo mismo te elegí y te planté, hermosa viña mía, pero tú te has vuelto áspera y amarga conmigo, porque en mi sed me diste de beber vinagre y has plantado una lanza en el costado a tu Salvador.
1. Hágios o Theós.
2. Santo Dios.
l. Hágios Ischyrós.
2. Santo fuerte.
l. Hágios Athánatos, eléison himás.
2. Santo inmortal, ten piedad de nosotros.

II

Cantores:

Por ti yo azoté a Egipto y a sus primogénitos, y tú me has entregado para que me azoten.

1 Y 2 repiten:
Pueblo mío, ¿qué mal te he causado, o en qué cosa te he ofendido? Respóndeme.
Cantores:
Yo te saqué de Egipto y te libré del faraón en el Mar Rojo, y tú me has entregado a los sumos sacerdotes.
1 y 2 repiten:
Pueblo mío ...
Cantores:
Yo te abrí camino por el mar, y tú me has abierto el costado con tu lanza.
1 y 2 repiten:
Pueblo mío ...
Cantores:
Yo te serví de guía con una columna de nubes, y tú me has conducido al pretorío de Pilato.
1 y 2 repiten:
Pueblo mío ...
Cantores:
Yo te di de comer maná en el desierto y tú me has dado de bofetadas y azotes.
1 y 2 repiten:
Pueblo mío ...
Cantores:
Yo te di a beber el agua salvadora que brotó de la peña, y tú me has dado a beber hiel y vinagre.
1 y 2 repiten:
Pueblo mío ...
Cantores:
Por ti yo herí a los reyes cananeos, y tú, con una caña, me has herido en la cabeza.
1 y 2 repiten:
Pueblo mío ...
Cantores:
Yo puse en tus manos un cetro real, y tú me has puesto en la cabeza una corona de espinas.
1 y 2 repiten:
Pueblo mío ...

Cantores:

Yo te exalté con mi omnipotencia, y tú me has hecho subir a la deshonra de la Cruz.

1 y 2 repiten:
Pueblo mío ...

HIMNO

Todos:

Cruz amable y redentora, árbol noble, espléndido. Ningún árbol fue tan rico, ni en sus frutos ni en su flor Dulce leño, dulces clavos. Dulce el fruto que nos dio.
Cantores:
Canta, oh lengua jubilosa, el combate singular en que el Salvador del mundo, inmolado en una cruz, con su sangre redentora a los hombres rescató.
Todos:
Cruz amable y redentora, árbol noble, espléndido. Ningún árbol fue tan rico, ni en sus frutos ni en su flor.
Cantores:
Cuando Adán, movido a engaño, comió el fruto del Edén, el Creador, compadecido, desde entonces decretó que un árbol nos devolviera lo que un árbol nos quitó.
Todos:
Dulce leño, dulces clavos, dulce el fruto que nos dio.
Cantores:
Quiso, con sus propias armas, vencer Dios al seductor, la sabiduría a la astucia fiero duelo le aceptó, para hacer surgir la vida donde la muerte brotó.
Todos:
Cruz amable y redentora, árbol noble, espléndido. Ningún árbol fue tan rico, ni en sus frutos ni en su flor.
Cantores:
Cuando el tiempo hubo llegado, el Eterno nos envió a su Hijo desde el cielo, Dios eterno como él, que en el seno de una Virgen carne humana revistió.
Todos:
Dulce leño, dulces clavos, dulce el fruto que nos dio.
Cantores:
Hecho un niño está llorando, de un pesebre en la estrechez. En Belén, la Virgen madre en pañales lo envolvió. He allí al Dios potente, pobre, débil, párvulo.
Todos:
Cruz amable y redentora, árbol noble, espléndido. Ningún árbol fue tan rico, ni en sus frutos ni en su flor.
Cantores:
Cuando el cuerpo del Dios-Hombre alcanzó su plenitud, al tormento, libremente, cual cordero, se entregó, pues a ello vino al mundo a morir en una cruz.
Todos:
Dulce leño, dulces clavos, dulce el fruto que nos dio.
Cantores:
Ya se enfrenta a las injurias, a los golpes y al rencor, ya la sangre está brotando de la fuente de salud. En qué río tan divino se ha lavado la creación.
Todos:
Cruz amable y redentora, árbol noble, espléndido. Ningún árbol fue tan rico, ni en sus frutos ni en su flor.
Cantores:
Árbol santo, cruz excelsa, tu dureza ablanda ya, que tus ramas se dobleguen al morir el Redentor y en tu tronco suavizado, lo sostengas con piedad.
Todos:
Dulce leño, dulces clavos, dulce el fruto que nos dio.
Cantores:
Feliz puerto preparaste para el mundo náufrago y el rescate presentaste para nuestra redención, pues la Sangre del Cordero en tus brazos se ofrendó.
Todos:
Cruz amable y redentora, árbol noble, espléndido. Ningún árbol fue tan rico, ni en sus frutos ni en su flor.
Conclusión que nunca debe omitirse:
Todos:
Elevemos jubilosos a la augusta Trinidad, nuestra gratitud inmensa, por su amor y redención, al eterno Padre, al Hijo y al Espíritu de amor. Amén.

TERCERA PARTE

SAGRADA COMUNIÓN

Se extiende un pequeño mantel sobre el altar y se colocan sobre él un corporal, un purificador y el libro. Se trae el Santísimo Sacramento del lugar donde se reservó y se deposita sobre el altar. Dos acólitos con candelabros encendidos acompañan al Santísimo Sacramento. Una vez depositado el Santísimo Sacramento sobre el altar y descubierto el copón, el sacerdote hace genuflexión. Ahí, teniendo las manos juntas, invita a decir la oración dominical (Padrenuestro).

C. Fieles a la recomendación del Salvador, y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:
T. Padre nuestro ...
C. Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador, Jesucristo.
T. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso y eterno, que nos has redimido con la gloriosa muerte y resurrección de tu Hijo Jesucristo, prosigue en nosotros la obra de tu misericordia, para que, mediante nuestra participación en este misterio, permanezcamos dedicados a tu servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO

Envía, Señor, sobre este pueblo tuyo, que ha conmemorado la muerte de tu Hijo, en espera de su resurrección, la abundancia de tu bendición; llegue a él tu perdón, reciba tu consuelo, se acreciente su fe santa y se consolide su eterna redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Y todos, haciendo genuflexión a la Cruz, se retiran en silencio. No se dan avisos. A su debido tiempo se desnuda de nuevo el altar.

 

SABADO 11

Blanco Sábado de la Semana Santa

Otros santos: Estanislao de Cracovia, obispo y mártir, Beatos: Sinforiano Ducky, religioso de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos y mártir; Elena Guerra, fundadora.

Durante el Sábado Santo, la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando en su pasión y muerte, y se abstiene de celebrar el sacrificio de la misa (por lo que conserva el altar
enteramente desnudo) hasta que, después de la Vigilia solemne o espera nocturna de la resurrección, se desborda la alegría pascual, cuya exuberancia inunda los cincuenta días subsiguientes. Hoy no puede darse la sagrada comunión más que a modo de viático.
Algunas normas litúrgicas: La Vigilia Pascual se debe hacer en la noche, (inicia solamente cuando ya ha oscurecido: no puede celebrarse mientras aún haya luz, aunque el sol se haya puesto), de modo que no debe comenzar antes del principio de la noche del sábado, ni terminar después del alba del domingo. La Misa de la Vigilia, aunque se celebre antes de la medianoche, es ya la Misa pascual del domingo de Resurrección. Quien participa en la Misa de la noche, puede comulgar también en la Misa del día.


DOMINGO 12

Blanco Tiempo Pascual Vigilia Pascual en la Noche Santa MR, p. 315 (317) / Lecc. I, p. 829 LH, todo propio. T. II, p. 501; Fieles: p. 271; Popular: 20 y 442.

VIGILIA PASCUAL

Gén 1,1-2,2; Gn 22,1-18; Ex 14,15-15,1; Is 54,5-14; Is 55,1-11; Bar 3, 9-15. 32-4. 4; Ez36. 16-28; Rom 6, 3-11; Mt 28,1-10

Una mirada contemplativa a estas lecturas nos desvela el alcance del plan de salvación divino. Invitados a esa relación de amistad, los seres humanos, creados a imagen y semejanza de Dios, nos sentimos invitados a mantener un diálogo con Dios. El aprendizaje de la escucha de la voluntad de Dios nos libera de la esclavitud y la sordera. Cada creyente vive a su manera el único éxodo. Para mantenemos en libertad conviene vivir en clave de alianza con Dios, atendiendo a la palabra profética que actualiza las exigencias de dicha alianza. La infidelidad de Israel desencadena la ruina y el exilio. En una acción regeneradora Dios cambia por dentro el corazón de su pueblo. Esa renovación interior se activa a partir de la pascua de Jesús. Quien confiesa a Jesús como Señor vive para Dios. El camino cristiano proclama una esperanza firme: Jesús ha resucitado y nos anima a recibir con fe su misterio pascual.

PRIMERA PARTE SOLEMNE INICIO DE LA VIGILIA, O "LUCERNARIO"

Bendición del fuego nuevo y preparación del cirio.

Se apagan todas las luces de la iglesia.

8. En un lugar adecuado. fuera de la iglesia, se prepara un fuego que llamee. Congregado allí el pueblo, llega el sacerdote con los ministros, uno de los cuales lleva el cirio pascual. No se usan ni la cruz procesional, ni los ciriales.
Si las circunstancias no permiten encender el fuego. fuera de la iglesia, todo este rito se desarrolla como se indica en el número 13 en el Misal Romano.
9. El sacerdote y los fieles se signan, mientras él dice: En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseguida saluda al pueblo. como de costumbre, le hace una breve monición sobre la vigilia de esta noche, con estas palabras u otras semejantes:
Hermanos: En esta noche santa, en que nuestro Señor Jesucristo pasó de la muerte a la vida, la Iglesia invita a todos sus hijos, diseminados por el mundo, a que se reúnan para velar en oración. Conmemoremos, pues, juntos, la Pascua del Señor, escuchando su Palabra y participando en sus sacramentos, con la esperanza cierta de participar también en su triunfo sobre la muerte y de vivir con Él para siempre en Dios.
10. Enseguida se bendice el fuego, diciendo con las manos extendidas:

OREMOS

Dios nuestro, que por medio de tu Hijo comunicaste a tus fieles el fuego de tu luz, santifica † este fuego nuevo y concédenos que, al celebrar estas fiestas pascuales, se encienda en nosotros el deseo de las cosas celestiales, para que podamos llegar con un espíritu renovado a las fiestas de la eterna claridad. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.

11. Una vez bendecido el fuego nuevo, uno de los ministros lleva el cirio pascual ante el celebrante. Éste con un punzón grava una cruz en el Cirio. Después, traza sobre él la letra griega Alfa y, debajo, la letra Omega; entre los brazos de la cruz traza los cuatro números del año en curso, mientras dice:

1. Cristo ayer y hoy, traza la línea vertical;
2. Principio y fin, traza la línea horizontal;
3. Alfa, traza la letra Alfa, arriba de la línea vertical;
4. y Omega, traza la letra Omega abajo de la línea vertical;
5. Suyo es el tiempo, traza el primer número del año en curso en el ángulo superior izquierdo de la cruz;
6. y la eternidad, traza el segundo número del año, en el ángulo superior derecho;
7. A él la gloria y el poder, traza el tercer número del año en el ángulo inferior izquierdo;
8. por los siglos de los siglos. Amén. traza el cuarto número del año en el ángulo inferior derecho.

12. Después de haber trazado la cruz y los demás signos, el sacerdote incrusta al cirio cinco granos de incienso, en forma de cruz, diciendo al mismo tiempo:

1. Por sus santas llagas
2. gloriosas,
3. nos proteja
4. y nos guarde
5. Jesucristo nuestro Señor. Amén.
14. El celebrante enciende el cirio con el fuego nuevo, diciendo:

Que la luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas de nuestro corazón y de nuestro espíritu.
Que la luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas de nuestro corazón y de nuestro espíritu.

PROCESIÓN

15. En la puerta de la iglesia, el diácono se detiene y elevando el cirio, canta:
V. Luz de Cristo. R. Demos gracias a Dios.
El sacerdote enciende su vela de la llama del cirio pascual.
16. Enseguida el diácono avanza hasta la mitad de la Iglesia, se detiene y elevando el crio, canta por segunda vez:
V. Luz de Cristo. R. Demos gracias a Dios.
En este momento todos encienden sus velas en la llama del cirio y avanzan de nuevo.
17. Al llegar ante el altar, el diácono, vuelto hacia el pueblo, canta por tercera vez:
V. Luz de Cristo. R. Demos gracias a Dios.
A continuación el diácono pone el cirio pascual en el candelabro que está preparado junto al ambón o, en medio del presbiterio. y entonces se encienden las luces de la iglesia, con excepción de las velas del altar.

PREGÓN PASCUAL

Alégrense, por fin, los coros de los ángeles; alégrense las jerarquías del cielo y, por la victoria de rey tan poderoso, que las trompetas anuncien la salvación. Goce también la tierra, inundada de tanta claridad, y que, radiante con el fulgor del rey eterno, se sienta libre de la tiniebla que cubría el orbe entero. Alégrese también nuestra madre, la Iglesia, revestida de luz tan brillante; resuene este templo con las aclamaciones del pueblo. (Por eso, queridos hermanos, que asisten a la admirable claridad de esta luz santa, invoquen conmigo la misericordia de Dios omnipotente, para que aquel que, sin mérito mío, me agregó al número de los diáconos, complete mi alabanza a este cirio, infundiendo el resplandor de su luz).

V. El Señor esté con todos ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario aclamar, con nuestras voces y con todo el afecto del corazón, a Dios invisible, el Padre todopoderoso, y a su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Porque él ha pagado por nosotros al eterno Padre la deuda de Adán, y ha borrado con su sangre inmaculada la condena del antiguo pecado. Porque éstas son las fiestas de Pascua, en las que se inmola el verdadero Cordero, cuya sangre consagra las puertas de los fieles. Ésta es la noche en que sacaste de Egipto a los israelitas, nuestros padres, y los hiciste pasar a pie el mar Rojo. Ésta es la noche en que la columna de fuego esclareció las tinieblas del pecado. Esta es la noche que a todos los que creen en Cristo, por toda la tierra, los arranca de los vicios del mundo y de la oscuridad del pecado, los restituye a la gracia y los agrega a los santos. Ésta es la noche en que, rotas las cadenas de la muerte, Cristo asciende victorioso del abismo. ¿De qué nos serviría haber nacido si no hubiéramos sido rescatados? ¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros! ¡Qué incomparable ternura y caridad! ¡Para rescatar al esclavo entregaste al Hijo! Necesario fue el pecado de Adán, que ha sido borrado por la muerte de Cristo. ¡Feliz la culpa que mereció tal Redentor! ¡Qué noche tan dichosa! Sólo ella conoció el momento en que Cristo resucitó del abismo. Ésta es la noche de la que estaba escrito: "Será la noche clara como el día, la noche iluminada por mi gozo". Y así, esta noche santa ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos, la alegría a los tristes, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los potentes. En esta noche de gracia, acepta, Padre santo, el sacrificio vespertino de esta llama, que la santa Iglesia te ofrece en la solemne ofrenda de este cirio, obra de las abejas. Sabemos ya lo que anuncia esta columna de fuego, que arde en llama viva para la gloria de Dios. Y aunque distribuye su luz, no mengua al repartirla, porque se alimenta de cera fundida que elaboró la abeja fecunda para hacer esta lámpara preciosa. ¡Qué noche tan dichosa, en que se une el cielo con la tierra, lo humano con lo divino! Te rogamos, Señor, que este cirio consagrado a tu nombre para destruir la oscuridad de esta noche, arda sin apagarse y, aceptado como perfume, se asocie a las lumbreras del cielo. Que el lucero matinal lo encuentre ardiendo; ese lucero que no conoce ocaso, Jesucristo, tu Hijo, que, volviendo del abismo, brilla sereno para el linaje humano, y
vive y reina por los siglos de los siglos. R/. Amén.

SEGUNDA PARTE

LITURGIA DE LA PALABRA

En esta vigilia se proponen nueve lecturas, siete del Antiguo Testamento y dos del Nuevo (la epístola y el Evangelio). Si las circunstancias pastorales lo piden, el número de lecturas del Antiguo Testamento puede reducirse hasta tres y, en casos muy urgentes, hasta dos. Aun en este último caso, nunca se omite la tercera lectura, tomada del Éxodo, sobre el paso del mar Rojo. Terminado el pregón, todos apagan sus velas y se sientan. Antes de comenzar las lecturas, el sacerdote exhorta a la asamblea con estas palabras u otras semejantes:
Hermanos, habiendo iniciado solemnemente la Vigilia Pascual, escuchemos con recogimiento la palabra de Dios. Meditemos cómo, en la antigua alianza, Dios salvó a su pueblo y en la plenitud de los tiempos, envió al mundo a su Hijo para que nos redimiera. Oremos para que Dios lleve a su plenitud la obra de la redención realizada por el misterio pascual.

Lo que va entre [...] puede suprimir por motivos pastorales.

PRIMERA LECTURA **

Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno.

Del libro del Génesis: 1, 1-2, 2

En el principio creó Dios el cielo y la tierra. [La tierra era soledad y caos; y las tinieblas cubrían la faz del abismo. El espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas.
Dijo Dios: "Que exista la luz", y la luz existió. Vio Dios que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas.
Llamó a la luz "día" y a las tinieblas, "noche". Fue la tarde y la mañana del primer día.
Dijo Dios: "Que haya una bóveda entre las aguas, que separe unas aguas de otras". E hizo Dios una bóveda y separó con ella las aguas de arriba, de las aguas de abajo. Y así fue. Llamó Dios a la bóveda "cielo". Fue la tarde y la mañana del segundo día.
Dijo Dios: "Que se junten las aguas de debajo del cielo en un solo lugar y que aparezca el suelo seco". Y así fue. Llamó Dios "tierra" al suelo seco y "mar" a la masa de las aguas. Y vio Dios que era bueno.
Dijo Dios: "Verdee la tierra con plantas que den semilla y árboles que den fruto y semilla, según su especie, sobre la tierra". Y así fue. Brotó de la tierra hierba verde, que producía semilla, según su especie, y árboles que daban fruto y llevaban semilla, según su especie. Y vio Dios que era bueno. Fue la tarde y la mañana del tercer día.
Dijo Dios: "Que haya lumbreras en la bóveda del cielo, que separen el día de la noche, señalen las estaciones, los días y los años, y luzcan en la bóveda del cielo para iluminar la tierra. Y así fue. Hizo Dios las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para regir el día y la menor, para regir la noche; y también hizo las estrellas. Dios puso las lumbreras en la bóveda del cielo para iluminar la tierra, para regir el día y la noche, y separar la luz de las tinieblas". Y vio Dios que era bueno. Fue la tarde y la mañana del cuarto día.
Dijo Dios: "Agítense las aguas con un hervidero de seres vivientes y revoloteen sobre la tierra las aves, bajo la bóveda del cielo". Creó Dios los grandes animales marinos y los vivientes que en el agua se deslizan y la pueblan, según su especie. Creó también el mundo delas aves, según sus especies. Vio Dios que era bueno y los bendijo, diciendo: "Sean fecundos y multiplíquense; llenen las aguas del mar; que las aves se multipliquen en la tierra". Fue la tarde y la mañana del quinto día.
Dijo Dios: "Produzca la tierra vivientes, según sus especies: animales domésticos, reptiles y fieras, según sus especies". Y así fue. Hizo Dios las fieras, los animales domésticos y los reptiles, cada uno según su especie. y vio Dios que era bueno.]
Y dijo Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine a los peces del mar, a las aves del cielo, a los animales domésticos y a todo animal que se arrastra sobre la tierra". Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen suya lo creó; hombre y mujer los creó.
Y los bendijo Dios y les dijo: "Sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todo ser viviente que se mueve sobre la tierra".
Y dijo Dios: "He aquí que les entrego todas las plantas de semilla que hay sobre la faz de la tierra, y todos los árboles que producen frutos y semilla, para que les sirvan de alimento. Ya todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, a todos
los seres que respiran, también les doy por alimento las verdes plantas". Y así fue. Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno. Fue la tarde y la mañana del sexto día.
Así quedaron concluidos el cielo y la tierra con todos sus ornamentos, y terminada su obra, descansó Dios el séptimo día de todo cuanto había hecho. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 103, l-2a. 5-6. 10 y 12. 13-14. 24 y 35c.
R/. Bendice al Señor, alma mía.

Bendice al Señor, alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza. Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto. R/.
Sobre bases inconmovible s asentaste la tierra para siempre. Con un vestido de mares la cubriste y las aguas en los montes concentraste. R/.
En los valles haces brotar las fuentes, que van corriendo entre montañas; junto al arroyo vienen a vivir las aves, que cantan entre las ramas. R/.
Desde tu cielo riegas los montes y sacias la tierra del fruto de tus manos; haces brotar hierba para los ganados y pasto para los que sirven al hombre. R/.
¡Qué numerosas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con maestría! La tierra está llena de tus creaturas. Bendice al Señor, alma mía. R/.

O bien:

Del salmo 32

R/. La tierra llena está de tus bondades.

Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. Él ama la justicia y el derecho, la tierra está llena de sus bondades. R/.
La palabra del Señor hizo los cielos y su aliento, los astros. Los mares encerró como en un odre y como en una presa los océanos. R/.
Feliz la nación cuyo Dios es el Señor; dichoso el pueblo que escogió por suyo. Desde el cielo el Señor, atentamente, mira a todos los hombres. R/.
En el Señor está nuestra esperanza, pues él es nuestra ayuda y nuestro amparo. Muéstrate bondadoso con nosotros, puesto que en ti, Señor, hemos confiado. R/.

OREMOS

Dios todopoderoso y eterno, que en todas las obras de tu amor te muestras admirable, concédenos comprender que la redención realizada por Cristo, nuestra Pascua, es una obra más maravillosa todavía que la misma creación del universo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

O bien: Creación del hombre.

Dios nuestro, que de modo admirable creaste al hombre y de modo más admirable aún lo redimiste, concédenos sabiduría de espíritu, para resistir a los atractivos del pecado y poder llegar así a las alegrías eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Lo que va entre [...] puede suprimir por motivos pastorales.

SEGUNDA LECTURA **

El sacrificio de nuestro patriarca Abraham.

Del libro del Génesis: 22, 1-18

En aquel tiempo, Dios le puso una prueba a Abraham y le dijo: "¡Abraham, Abraham!". Él respondió: ''Aquí estoy". Y Dios le dijo: "Toma a tu hijo único, Isaac, a quien tanto amas; vete a la región de Moria y ofrécemelo en sacrificio, en el monte que yo te indicaré".
[Abraham madrugó, aparejó su burro, tomó consigo a dos de sus criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que Dios le había indicado. Al tercer día divisó a lo lejos el lugar. Les dijo entonces a sus criados: "Quédense aquí con el burro; yo iré con el muchacho hasta allá, para adorar a Dios y después regresaremos".
Abraham tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac y tomó en su mano el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos. Isaac dijo a su padre Abraham: "¡Padre!". Él respondió: "¿Qué quieres, hijo?". El muchacho contestó: "Ya tenemos fuego y leña, ¿pero dónde está el cordero para el sacrificio?". Abraham le contestó: "Dios nos dará el cordero para el sacrificio, hijo mío". Y siguieron caminando juntos.]
Cuando llegaron al sitio que Dios le había señalado, Abraham levantó un altar y acomodó la leña. Luego ató a su hijo Isaac, lo puso sobre el altar, encima de la leña, y tomó el cuchillo para degollarlo.
Pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y le dijo: "¡Abraham, Abraham!". Él contestó: ''Aquí estoy". El ángel le dijo: "No descargues la mano contra tu hijo, ni le hagas daño. Ya veo que temes a Dios, porque no le has negado a tu hijo único". Abraham levantó los ojos y vio un carnero, enredado por los cuernos en la maleza. Atrapó el carnero y lo ofreció en sacrificio, en lugar de su hijo. Abraham puso por nombre a aquel sitio "el Señor provee", por lo que aun el día de hoy se dice: "el monte donde el Señor provee".
El ángel del Señor volvió a llamar a Abraham desde el cielo y le dijo: "Juro por mí mismo, dice el Señor, que por haber hecho esto y no haberme negado a tu hijo único, yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y las arenas del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades enemigas. En tu descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra, porque obedeciste a mis palabras". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 15,5 y 8.9-10.11.
R/. Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.

El Señor es la parte que me ha tocado en herencia: mi vida está en sus manos. Tengo siempre presente al Señor y con él a mi lado, jamás tropezaré. R/.
Por eso se me alegran el corazón y el alma y mi cuerpo vivirá tranquilo, porque tú no me abandonarás a la muerte, ni dejarás que sufra yo la corrupción. R/.
Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia y de alegría perpetua junto a ti. R/.

OREMOS

Dios nuestro, excelso Padre de los creyentes, que por medio de la gracia de la adopción y por el misterio pascual sigues cumpliendo la promesa hecha a Abraham de multiplicar su descendencia por toda la tierra y de hacerlo el padre de todas las naciones, concede a tu pueblo responder dignamente a la gracia de tu llamada. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

TERCERA LECTURA

Los israelitas entraron en el mar sin mojarse.

Del libro del Éxodo: 14, 15-15, 1

En aquellos días, dijo el Señor a Moisés: "¿Por qué sigues clamando a mí? Diles a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza tu bastón, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los israelitas entren en el mar sin mojarse. Yo voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los persigan, y me cubriré de gloria a expensas del faraón y de todo su ejército, de sus carros y jinetes. Cuando me haya cubierto de gloria a expensas del faraón, de sus carros y jinetes, los egipcios sabrán que yo soy el Señor".
El ángel del Señor, que iba al frente de las huestes de Israel, se colocó tras ellas. Y la columna de nubes que iba adelante, también se desplazó y se puso a sus espaldas, entre el campamento de los israelitas y el campamento de los egipcios. La nube era tinieblas para unos y claridad para otros, y así los ejércitos no trabaron contacto durante toda la noche.
Moisés extendió la mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar durante toda la noche un fuerte viento del este, que secó el mar, y dividió las aguas. Los israelitas entraron en el mar y no se mojaban, mientras las aguas formaban una muralla a su derecha y a su izquierda. Los egipcios se lanzaron en su persecución y toda la caballería del faraón, sus carros y jinetes, entraron tras ellos en el mar.
Hacia el amanecer, el Señor miró desde la columna de fuego y humo al ejército de los egipcios y sembró entre ellos el pánico. Trabó las ruedas de sus carros, de suerte que no avanzaban sino pesadamente. Dijeron entonces los egipcios: "Huyamos de Israel, porque el Señor lucha en su favor contra Egipto.
Entonces el Señor le dijo a Moisés: "Extiende tu mano sobre el mar, para que vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes". Y extendió Moisés su mano sobre el mar, y al amanecer, las aguas volvieron a su sitio, de suerte que al huir, los egipcios se encontraron con ellas, y el Señor los derribó en medio del mar. Volvieron las aguas y cubrieron los carros, a los jinetes y a todo el ejército del faraón, que se había metido en el mar para perseguir a Israel. Ni uno solo se salvó.
Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del mar. Las aguas les hacían muralla a derecha e izquierda. Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos de Egipto. Israel vio a los egipcios, muertos en la orilla del mar. Israel vio la mano fuerte del Señor sobre los egipcios, y el pueblo temió al Señor y creyó en el Señor y en Moisés, su siervo. Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron este cántico al Señor:

No se dice Palabra del Señor, se pasa directamente al Salmo.

SALMO RESPONSORIAL

Ex 15, 1b-2. 3-4. 5-6.17-18.
R/. Alabemos al Señor por su victoria.

Cantemos al Señor, sublime es su victoria: caballos y jinetes arrojó en el mar. R/.
Mi fortaleza y mi canto es el Señor, él es mi salvación, él es mi Dios, yo lo alabaré; es el Dios de mis padres, yo le cantaré. R/.
El Señor es un guerrero, su nombre es el Señor. Precipitó en el mar los carros del faraón y a sus guerreros; ahogó en el mar Rojo a sus mejores capitanes. R/.
El mar cayó sobre ellos; en las temibles aguas como plomo se hundieron. Extendiste tu diestra, Señor, y se los tragó la tierra. R/.
Tú llevas a tu pueblo para plantarlo en el monte que le diste en herencia, en el lugar que convertiste en tu morada, en el santuario que construyeron tus manos. Tú, Señor, reinarás para siempre. R/.

OREMOS

Señor Dios, cuyos antiguos prodigios los percibimos resplandeciendo también en nuestros tiempos, puesto que aquello mismo que realizó la diestra de tu poder para liberar a un solo pueblo de la esclavitud del faraón, lo sigues realizando también ahora, por medio del agua del bautismo para salvar a todas las naciones, concede que todos los hombres del mundo lleguen a contarse entre los hijos de Abraham y participen de la dignidad del pueblo elegido. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

O bien:

Dios nuestro, que manifestaste a la luz del Nuevo Testamento el sentido profundo de los prodigios realizados en los tiempos antiguos, dejándonos ver en el paso del Mar Rojo, una imagen del bautismo y del pueblo liberado de la esclavitud, un anuncio de los sacramentos del pueblo cristiano, haz que todos los hombres, mediante la fe, participen del privilegio del pueblo elegido y sean regenerados por la acción santificadora de tu Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

CUARTA LECTURA

Con amor eterno se ha apiadado de ti tu redentor.

Del libro del profeta Isaias: 54,5-14

"El que te creó, te tomará por esposa; su nombre es 'Señor de los ejércitos'. Tu redentor es el Santo de Israel; será llamado 'Dios de toda la tierra'. Como a una mujer abandonada y abatida te vuelve a llamar el Señor. ¿Acaso repudia uno a la esposa de la juventud?, dice tu Dios.
Por un instante te abandoné, pero con inmensa misericordia te volveré a tomar. En un arrebato de ira te oculté un instante mi rostro, pero con amor eterno me he apiadado de ti, dice el Señor, tu redentor.
Me pasa ahora como en los días de Noé: entonces juré que las aguas del diluvio no volverían a cubrir la tierra; ahora juro no enojarme ya contra ti ni volver a amenazarte. Podrán desaparecer los montes y hundirse las colinas, pero mi amor por ti no desaparecerá y mi alianza de paz quedará firme para siempre. Lo dice el Señor, el que se apiada de ti.
Tú, la afligida, la zarandeada por la tempestad, la no consolada: He aquí que yo mismo coloco tus piedras sobre piedras finas, tus cimientos sobre zafiros; te pondré almenas de rubí y puertas de esmeralda y murallas de piedras preciosas.
Todos tus hijos serán discípulos del Señor, y será grande su prosperidad. Serás consolidada en la justicia. Destierra la angustia, pues ya nada tienes que temer; olvida tu miedo, porque ya no se acercará a ti". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 29, 2 y 4. 5-6.11 Y 12a. y 13h.
R/. Te alabaré, Señor, eternamente.

Te alabaré, Señor, pues no dejaste que se rieran de mí mis enemigos. Tú, Señor, me salvaste de la muerte y a punto de morir, me reviviste. R/.
Alaben al Señor quienes lo aman, den gracias a su nombre, porque su ira dura un solo instante y su bondad, toda la vida. El llanto nos visita por la tarde; por la mañana, el júbilo. R/.
Escúchame, Señor, y compadécete; Señor, ven en mi ayuda. Convertiste mi duelo en alegría, te alabaré por eso eternamente. R/.

OREMOS

Dios, todopoderoso y eterno, multiplica, en honor a tu nombre, cuanto prometiste a nuestros padres en la fe y acrecienta la descendencia por ti prometida mediante la santa adopción filial, para que aquello que los antiguos patriarcas no dudaron que habría de acontecer, tu Iglesia advierta que ya está en gran parte cumplido. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

QUINTA LECTURA

Vengan a mí y vivirán. Sellaré con ustedes una alianza perpetua.

Del libro del profeta Isaias: 55, 1-11

Esto dice el Señor: "Todos ustedes, los que tienen sed, vengan por agua; y los que no tienen dinero, vengan, tomen trigo y coman; tomen vino y leche sin pagar. ¿Por qué gastar el dinero en lo que no es pan y el salario, en lo que no alimenta?
Escúchenme atentos y comerán bien, saborearán platillos sustanciosos. Préstenme atención, vengan a mí, escúchenme y vivirán.
Sellaré con ustedes una alianza perpetua, cumpliré las promesas que hice a David. Como a él lo puse por testigo ante los pueblos, como príncipe y soberano de las naciones, así tú reunirás a un pueblo desconocido, y las naciones que no te conocían acudirán a ti, por amor del Señor, tu Dios, por el Santo de Israel, que te ha honrado.
Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar, invóquenlo mientras está cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal, sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad; a nuestro Dios, que es rico en perdón.
Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, sus caminos no son mis caminos. Porque así como aventajan los cielos a la tierra, así aventajan mis caminos a los de ustedes y mis pensamientos a sus pensamientos.
Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, a fin de que dé semilla para sembrar y pan para comer, así será la palabra que sale de mi boca: no volverá a mí sin resultado, sino que hará mi voluntad
y cumplirá su misión". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Is 12, 2-3. 4bcd. 5-6.
R/. El Señor es mi Dios y salvador.

El Señor es mi Dios y salvador: con él estoy seguro y nada temo. El Señor es mi protección y mi fuerza, y ha sido mi salvación. Sacarán agua con gozo de la fuente de salvación. R/.
Den gracias al Señor, invoquen su nombre, cuenten a los pueblos sus hazañas, proclamen que su nombre es sublime. R/.
Alaben al Señor por sus proezas, anúncienlas a toda la tierra. Griten jubilosos, habitantes de Sión, porque el Dios de Israel ha sido grande con ustedes. R/.

OREMOS

Dios todopoderoso y eterno, única esperanza del mundo, tú que anunciaste por voz de los profetas, los misterios que estamos celebrando esta noche, multiplica en el corazón de tu pueblo los santos propósitos porque no podría ningún santo anhelo alcanzar crecimiento sin el impulso que procede de ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

SEXTA LECTURA

Sigue el camino que te conduce a la luz del Señor.

Del libro del profeta: Baruc 3,9-15.32-4,4

Escucha, Israel, los mandatos de vida, presta oído para que adquieras prudencia. ¿A qué se debe, Israel, que estés aún en país enemigo, que envejezcas en tierra extranjera, que te hayas contaminado por el trato con los muertos, que te veas contado entre los que descienden al abismo?
Es que abandonaste la fuente de la sabiduría. Si hubieras seguido los senderos de Dios, habitarías en paz eternamente.
Aprende dónde están la prudencia, la inteligencia y la energía, así aprenderás dónde se encuentra el secreto de vivir larga vida, y dónde la luz de los ojos y la paz. ¿Quién es el que halló el lugar de la sabiduría y tuvo acceso a sus tesoros? El que todo lo sabe, la conoce; con su inteligencia la ha escudriñado. El que cimentó la tierra para todos los tiempos, y la pobló de animales cuadrúpedos; el que envía la luz, y ella va, la llama, y temblorosa le obedece; llama a los astros, que brillan jubilosos en sus puestos de guardia, y ellos le responden: "Aquí estamos", y refulgen gozosos para aquel que los hizo. Él es nuestro Dios y no hay otro como él; él ha escudriñado los caminos de la sabiduría y se la dio a su hijo Jacob, a Israel, su predilecto. Después de esto, ella apareció en el mundo y convivió con los hombres.
La sabiduría es el libro de los mandatos de Dios, la ley de validez eterna; los que la guardan, vivirán, los que la abandonan, morirán.
Vuélvete a ella, Jacob, y abrázala; camina hacia la claridad de su luz; no entregues a otros tu gloria, ni tu dignidad a un pueblo extranjero. Bienaventurados nosotros, Israel, porque lo que agrada al Señor nos ha sido revelado. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo18, 8. 9.10.11.
R/. Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.

La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del Señor y hacen sabio al sencillo. R/.
En los mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón; son luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino. R/.
La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandatos del Señor son verdaderos y enteramente justos. R/.
Más deseables que el oro y las piedras preciosas las normas del Señor, y más dulces que la miel de un panal que gotea. R/.

OREMOS

Dios nuestro, que haces crecer continuamente a tu Iglesia con hijos llamados de todos los pueblos, dígnate proteger siempre con tu gracia a quienes has hecho renacer con el agua del bautismo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

SÉPTIMA LECTURA

Los rociaré con agua pura y les daré un corazón nuevo.

Del libro del profeta Ezequiel: 36, 16-28

En aquel tiempo, me fue dirigida la palabra del Señor en estos términos: "Hijo de hombre, cuando los de la casa de Israel habitaban en su tierra, la mancharon con su conducta y con sus obras; como inmundicia fue su proceder ante mis ojos. Entonces descargué mi furor contra ellos, por la sangre que habían derramado en el país y por haberlo profanado con sus idolatrías. Los dispersé entre las naciones y anduvieron errantes por todas las tierras. Los juzgué según su conducta, según sus acciones los sentencié. Y en las naciones a las que se fueron, desacreditaron mi santo nombre, haciendo que de ellos se dijera: 'Este es el pueblo del Señor, y ha tenido que salir de su tierra'.
Pero, por mi santo nombre, que la casa de Israel profanó entre las naciones a donde llegó, me he compadecido. Por eso, dile a la casa de Israel: 'Esto dice el Señor: no lo hago por ustedes, casa de Israel. Yo mismo mostraré la santidad de mi nombre excelso, que ustedes profanaron entre las naciones. Entonces ellas reconocerán que yo soy el Señor, cuando, por medio de ustedes les haga ver mi santidad. Los sacaré a ustedes de entre las naciones, los reuniré de todos los países y los llevaré a su tierra. Los rociaré con agua pura y quedarán purificados; los purificaré de todas sus inmundicias e idolatrías.
Les daré un corazón nuevo y les infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de ustedes el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Les infundiré mi espíritu y los haré vivir según mis preceptos y guardar y cumplir mis mandamientos. Habitarán en la tierra que di a sus padres; ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios' ". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

De los salmos 41,3. 5bcd; 42, 3. 4.
R/. Estoy sediento del Dios que da la vida.

Como el venado busca el agua de los ríos, así, cansada, mi alma te busca a ti, Dios mío. R/.
Del Dios que da la vida está mi ser sediento. ¿Cuándo será posible ver de nuevo su templo? R/.
Recuerdo cuando íbamos a casa del Señor, cantando, jubilosos, alabanzas a Dios. R/. Envíame, Señor, tu luz y tu verdad; que ellas se conviertan en mi guía y hasta tu monte santo me conduzcan, allí donde tú habitas. R/.
Al altar del Señor me acercaré, al Dios que es mi alegría, y a mi Dios, el Señor, le daré gracias al compás de la cítara. R/.

O bien, cuando hay bautizos:

Isaías 12

R/. El Señor es mi Dios y salvador.

El Señor es mi Dios y salvador con él estoy seguro y nada temo. El Señor es mi protección y mi fuerza y ha sido mi salvación. Sacarán agua con gozo de la fuente de salvación. R/.
Den gracias al Señor, invoquen su nombre, cuenten a los pueblos sus hazañas, proclamen que su nombre es sublime. R/.
Alaben al Señor por sus proezas, anúncienlas a toda la tierra. Griten jubilosos, habitantes de Sión, porque el Dios de Israel ha sido grande con ustedes. R/.

O bien:

Del salmo 50

R/. Crea en mí Señor, un corazón puro.

Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos. No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de mí tu santo espíritu. R/.
Devuélveme tu salvación, que regocija, y mantén en mí un alma generosa. Enseñaré a los descarriados tus caminos y volverán a ti los pecadores. R/.
Tú, Señor, no te complaces en los sacrificios y si te ofreciera un holocausto, no te agradaría. Un corazón contrito te presento, y a un corazón contrito, tú nunca lo desprecias. R/.

OREMOS

Dios de inmutable poder y eterna luz, mira propicio el admirable misterio de la Iglesia entera y realiza serenamente, en virtud de tu eterno designio, la obra de la humana salvación; que todo el mundo vea y reconozca que los caídos se levantan, que se renueva lo que había envejecido y que, por obra de Jesucristo, todas las cosas concurren hacia la unidad que tuvieron en el origen. El que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

O bien:

OREMOS

Señor Dios, que con las enseñanzas de ambos Testamentos nos instruyes para celebrar el sacramento de la Pascua, haz que comprendamos la hondura de tu misericordia, para que los dones que hoy recibimos afiancen en nosotros la esperanza de los bienes futuros.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Terminada la oración de la última lectura del Antiguo Testamento, con el responsorio y la oración correspondiente, se encienden las velas del altar y resto de las luces. El sacerdote entona solemnemente el Gloria, que todos prosiguen. Mientras tanto se tocan las campanas, de dentro y de fuera del templo, de acuerdo a las costumbres de cada lugar.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que haces resplandecer esta noche santa con la gloria del Señor resucitado aviva en tu Iglesia el espíritu filial, para que, renovados en cuerpo y alma, nos entreguemos plenamente a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo ...

EPÍSTOLA

Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya nunca morirá.

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 6, 3-11

Hermanos: Todos los que hemos sido incorporados a Cristo Jesús por medio del bautismo, hemos sido incorporados a su muerte. En efecto, por el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, para que, así como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros llevemos una vida nueva.
Porque, si hemos estado íntimamente unidos a él por una muerte semejante a la suya, también lo estaremos en su resurrección. Sabemos que nuestro viejo yo fue crucificado con Cristo, para que el cuerpo del pecado quedara destruido, a fin de que ya no sirvamos al pecado, pues el que ha muerto queda libre del pecado.
Por lo tanto, si hemos muerto con Cristo, estamos seguros de que también viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya nunca morirá. La muerte ya no tiene dominio sobre él, porque al morir, murió al pecado de una vez para siempre; y al resucitar, vive ahora para Dios. Lo mismo ustedes, considérense muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Terminada la epístola todos se ponen de pie y el sacerdote entona solemnemente el Aleluya, que todos repiten. Luego un salmista o un cantor dice el salmo, al que el pueblo responde: Aleluya. Si hace falta, el mismo salmista canta el Aleluya.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 117, 1-2. 16ab-17. 22-23.
R/. Aleluya, aleluya.

Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna.
Diga la casa de Israel: "Su misericordia es eterna". R/.
La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro orgullo. No moriré, continuaré viviendo, para contar lo que el Señor ha hecho. R/.
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. R/.

EVANGELIO

Ha resucitado e irá delante de ustedes a Galilea.

Del santo Evangelio según san Mateo: 28,1-10

Transcurrido el sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. De pronto se produjo un gran temblor, porque el ángel del Señor bajó del cielo y acercándose al sepulcro, hizo rodar la piedra que lo tapaba y se sentó encima de ella. Su rostro brillaba como el relámpago y sus vestiduras eran blancas como la nieve. Los guardias, atemorizados ante él, se pusieron a temblar y se quedaron como muertos. El ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: "No teman. Ya sé que buscan a Jesús, el crucificado. No está aquí; ha resucitado, como lo había dicho. Vengan a ver el lugar donde lo habían puesto. Y ahora, vayan de prisa a decir a sus discípulos: 'Ha resucitado de entre los muertos e irá delante de ustedes a Galilea; allá lo verán'. Eso es todo".
Ellas se alejaron a toda prisa del sepulcro, y llenas de temor y de gran alegría, corrieron a dar la noticia a los discípulos. Pero de repente Jesús les salió al encuentro y las saludó. Ellas se le acercaron, le abrazaron los pies y lo adoraron. Entonces les dijo Jesús: "No tengan miedo. Vayan a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea. Allá me verán". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

REFLEXIÓN: La fiesta por excelencia de los cristianos es, como bien lo sabemos, la Pascua de Resurrección y la Vigilia Pascual su más bella expresión ... En sus numerosas lecturas bíblicas tenemos un valioso resumen de toda la historia de nuestra salvación. Cristo resucitado es el nuevo Adán que restituye al hombre -especialmente por el "nuevo nacimiento" realizado en la fuente bautismal- la dignidad perdida por el pecado (Rm 6, 3 ss).

Con la luz y la fuerza de su Espíritu, Él nos obtiene, o nos concede de nuevo, la dignidad de hijos muy amados del Padre. ¡Despojémonos, pues, de la "antigua levadura" y decidámonos a llevar una vida de resucitados!

TERCERA PARTE

LITURGIA BAUTISMAL

Si están presentes los que se van a bautizar:

Hermanos, acompañemos con nuestra oración a quienes anhelan renacer a nueva vida en la fuente del bautismo, para que Dios, nuestro Padre, les otorgue su protección y su amor.

Si se bendice la fuente, pero no hay bautismos:

Hermanos, pidamos a Dios todopoderoso que con su poder santifique esta fuente bautismal, para que cuantos en el bautismo van a ser regenerados en Cristo, sean agregados al número de hijos adoptivos de Dios.

42. Si no hay bautismos, ni bendición de la fuente, omitidas las Letanías de los santos se procede inmediatamente a la bendición del agua (n. 54).

En las letanías se pueden añadir algunos nombres de santos, especialmente el del titular de la iglesia, el de los patronos del lugar y el de los que van a ser bautizados.

Coro Asamblea

Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros.
Coro
San Miguel, ruega por nosotros.
Santos Ángeles de Dios, rueguen por nosotros.
San Juan Bautista, ruega por nosotros.
San José, ruega por nosotros.
Santos Pedro y Pablo, rueguen por nosotros.
San Andrés, ruega por nosotros.
San Juan, ruega por nosotros.
Santa María Magdalena, ruega por nosotros.
San Esteban, ruega por nosotros.
San Ignacio de Antioquía, ruega por nosotros.
San Lorenzo, ruega por nosotros.
San Felipe de Jesús, ruega por nosotros.
Santos Cristóbal Magallanes
y compañeros mártires, rueguen por nosotros.
Santas Perpetua y Felícitas, rueguen por nosotros.
Santa Inés, ruega por nosotros.
San Gregorio, ruega por nosotros.
San Agustín, ruega por nosotros.
San Atanasio, ruega por nosotros.
San Basilio, ruega por nosotros.
San Martín, ruega por nosotros.
San Benito, ruega por nosotros.

Santos Francisco y Domingo, rueguen por nosotros.
San Francisco Javier, ruega por nosotros.
San Juan María Vianney, ruega por nosotros.
San Rafael Guízar y Valencia, ruega por nosotros.
San José María de Yermo y Parres, ruega por nosotros.
Santa Catalina de Siena, ruega por nosotros.
Santa Teresa de Jesús, ruega por nosotros.
Santa Teresa del Niño Jesús, ruega por nosotros.
Santa María de Jesús ruega por nosotros.
Sacramentado Venegas, ruega por nosotros.
Santa María Guadalupe
García Zavala, ruega por nosotros.
San Juan Diego, ruega por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rueguen por nosotros.
Muéstrate propicio, líbranos, Señor.
De todo mal, líbranos, Señor.
De todo pecado, líbranos, Señor.
De la muerte eterna, líbranos, Señor.
Por tu encarnación, líbranos, Señor.
Por tu muerte y resurrección, líbranos, Señor.
Por el don del Espíritu Santo, líbranos, Señor.
Nosotros, que somos pecadores, te rogamos, óyenos.

Si hay bautizos:

Para que estos elegidos renazcan a la vida nueva
por medio del bautismo, te rogamos, óyenos.

Si no hay bautizos:

Para Que santifiques esta fuente bautismal por la que renacerán
tus hijos, a la vida nueva, te rogamos, óyenos.
Jesús, Hijo de Dios vivo, te rogamos, óyenos.
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.
Si hay bautismos, el sacerdote, con las manos extendidas, dice la siguiente oración:

Derrama, Señor, tu infinita bondad en este sacramento del bautismo y envía tu santo Espíritu para que haga renacer de la fuente bautismal a estos nuevos hijos tuyos que van a ser santificados por tu gracia, mediante la colaboración de nuestro ministerio. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amen.

BENDICIÓN DEL AGUA BAUTISMAL

Dios nuestro, que con tu poder invisible realizas obras admirables por medio de los signos sacramentales y has hecho que tu creatura, el agua, signifique de muchas maneras la gracia del bautismo. Dios nuestro, cuyo Espíritu aleteaba sobre la superficie de las aguas en los mismos principios del mundo, para que ya desde entonces el agua recibiera el poder de dar la vida. Dios nuestro, que incluso en las aguas torrenciales del diluvio prefiguraste el nuevo nacimiento de los hombres, al hacer que de una manera misteriosa un mismo elemento diera fin al pecado y origen a la virtud. Dios nuestro, que hiciste pasar a pie, sin mojarse, el Mar Rojo a los hijos de Abrahán, a fin de que el pueblo liberado de la esclavitud del faraón prefigurara al pueblo de los bautizados. Dios nuestro, cuyo Hijo, al ser bautizado por el Precursor en el agua del Jordán, fue ungido por el Espíritu Santo; suspendido en la cruz, quiso que brotaran de su costado sangre y agua; y después de su resurrección mandó a sus apóstoles: "Vayan y enseñen a todas las naciones bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo". Mira ahora a tu Iglesia en oración y abre para ella la fuente del bautismo. Que por la obra del Espíritu Santo esta agua adquiera la gracia de tu Unigénito, para que el hombre, creado a tu imagen, limpio de su antiguo pecado por el sacramento del bautismo, renazca a la vida nueva por el agua y el Espíritu Santo. Te pedimos, Señor, que por tu Hijo, descienda sobre el agua de esta fuente el poder del Espíritu Santo, para que todos, sepultados con Cristo en su muerte por el bautismo, resuciten también con él a la vida nueva. Él que vive y reina ... R/. Amén.

Se puede decir la siguiente aclamación o alguna otra adecuada:

Fuentes del Señor, bendigan al Señor; alábenlo y glorifíquenlo por los siglos.

BENDICIÓN DEL AGUA

Si no hay bautismos, ni bendición de la fuente bautismal.

Pidamos, queridos hermanos, a Dios nuestro Señor, que se digne bendecir esta agua, con la cual seremos rociados en memoria de nuestro bautismo, y que nos renueve interiormente, para que permanezcamos fieles al Espíritu que hemos recibido.
Y después de una breve pausa en silencio, dice la siguiente oración, con las manos extendidas.
Señor, Dios nuestro, mira con bondad a este pueblo tuyo, que vela en oración en esta noche santísima, recordando la obra admirable de nuestra creación y la obra más admirable, todavía, de nuestra redención. Dígnate bendecir † esta agua, que tú creaste para dar fertilidad a la tierra, frescura y limpieza a nuestros cuerpos. Tú, además, convertiste el agua en un instrumento de tu misericordia: por ella, liberaste a tu pueblo de la esclavitud y en el desierto saciaste su sed; con la imagen del agua viva, los profetas anunciaron la nueva alianza que deseabas establecer con los hombres; por ella, finalmente, santificada por Cristo en el Jordán, renovarse, mediante el bautismo que nos da la vida nueva, nuestra naturaleza, corrompida por el pecado. Que esta agua nos recuerde ahora nuestro bautismo y nos haga participar en la alegría de nuestros hermanos, que han sido bautizados en esta Pascua. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.

Renovación de las promesas del bautismo

Terminada la ceremonia del bautismo (y de la confirmación) o, si no hubo bautismos, después de la bendición del agua, todos, de pie y teniendo en sus manos las velas encendidas, hacen la renovación de las promesas del bautismo.
Hermanos, por medio del bautismo hemos sido hechos partícipes del misterio pascual de Cristo, es decir, por medio del bautismo hemos sido sepultados con él en su muerte, para resucitar con él a una vida nueva. Por eso, culminado nuestro camino cuaresmal, es muy conveniente que renovemos las promesas de nuestro bautismo, con las cuales un día renunciamos a Satanás y a sus obras y nos comprometimos a servir a Dios en la santa Iglesia católica. Por consiguiente:

Sacerdote: ¿Renuncian ustedes a Satanás?
Todos: Sí, renuncio.
Sacerdote: ¿Renuncian a todas sus obras?
Todos: Sí, renuncio.
Sacerdote: ¿Renuncian a todas sus seducciones?
Todos: Sí, renuncio.

o bien:

Sacerdote: ¿Renuncian ustedes al pecado para vivir en la libertad de los hijos de Dios?
Todos: Sí, renuncio.
Sacerdote: ¿Renuncian a todas las seducciones del mal para que el pecado no los esclavice?
Todos: Sí, renuncio.
Sacerdote: ¿Renuncian a Satanás, padre y autor de todo pecado?
Todos: Sí, renuncio.
Sacerdote: ¿Creen ustedes en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?
Todos: Sí, creo.
Sacerdote: ¿Creen en Jesucristo, su Hijo único y Señor nuestro, que nació de la Virgen María. Padeció y murió por nosotros, resucitó y está sentado a la derecha del Padre?
Todos: Sí, creo.
Sacerdote: ¿Creen en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna?
Todos: Sí, creo.

Que Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos liberó del pecado y nos ha hecho renacer por el agua y el Espíritu Santo, nos conserve con su gracia unidos a Jesucristo nuestro Señor, hasta la vida eterna. Amén.

El sacerdote rocía al pueblo con el agua bendita, mientras todos cantan la siguiente antífona o algún otro canto bautismal:

Vi brotar agua del lado derecho del templo, aleluya. Vi que en todos aquellos que recibían el agua, surgía una vida nueva y cantaban con gozo: Aleluya, aleluya.

CUARTA PARTE

LITURGIA EUCARÍSTICA

Concluida la liturgia bautismal la celebración sigue como siempre.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, las súplicas de tu pueblo, junto con los dones que te presentamos para que los misterios de la Pascua que hemos comenzado a celebrar, nos obtengan, con tu ayuda, el remedio para conseguir la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN

Cristo, nuestro Cordero pascual, ha sido inmolado.

Aleluya. Celebremos, pues, la Pascua, con el pan sin levadura, que es sinceridad y verdad. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Infúndenos, Señor, el espíritu de tu caridad, para que, saciados con los sacramentos pascuales, vivamos siempre unidos en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

DESPEDIDA

C. Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado.
Pueden ir en paz, aleluya, aleluya.
R/. Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya.

El cirio pascual se enciende en todas las celebraciones litúrgicas más solemnes de este tiempo.

 

DOMINGO 12

Domingo de Resurrección

Blanco , Solemnidad Misa del día MR, p. 343 (345) / Lecc. I, p. 92 LH, la. Semana del Salterio

Otros santos: Julio I, papa; Teresa de Jesús de los Andes, religiosa de la Orden de Carmelitas descalzas; David Uribe Velasco, presbítero y mártir.

UNA INVITACIÓN ABIERTA
Hech 10,34.37-43: 1 Cor 5.6-8; Jn 20, 1-9

Los apóstoles de Jesús experimentaron una vivencia de fe marcada por el entusiasmo y la fragilidad. Pedro y Magdalena se entusiasmaron con la misión Jesús, se afligieron ante su dolorosa pasión y finalmente el primero, terminó negándolo. Sin embargo, la palabra definitiva acerca de Jesús, no la tenían los dirigentes judíos sino el Padre que los sorprendió y les arrancó del desaliento y la desilusión, anunciándoles la victoria sobre la muerte. La experiencia pascual cambió paulatinamente a los discípulos. Al principio María se queda atónita ante el sepulcro vacío; tampoco Pedro entiende nada hasta que el discípulo predilecto lo descifra y cree. Cuando revisan el mensaje de las Escrituras, recuerdan que Dios había prometido que su Siervo vería la luz y transitaría de la muerte ignominiosa a la vida plena junto al Padre.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 138,18.5-6

He resucitado y viviré siempre contigo; has puesto tu mano sobre mí. Tu sabiduría ha sido maravillosa, aleluya, aleluya.

O bien: Lc 24, 34; cfr. Apoc 1, 6

El Señor ha resucitado verdaderamente, aleluya. A él la gloria y el poder por toda la eternidad, aleluya, aleluya.

Se dice Gloria

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que por medio de tu Unigénito, vencedor de la muerte, nos has abierto hoy las puertas de la vida eterna, concede a quienes celebramos la solemnidad de la resurrección del Señor, resucitar también en la luz de la vida eterna, por la acción renovadora de tu Espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Hemos comido y bebido con Cristo resucitado.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 10, 34. 37-43

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: "Ya saben ustedes lo sucedido en toda Judea, que tuvo principio en Galilea, después del bautismo predicado por Juan: cómo Dios ungió con el poder del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret y cómo éste pasó haciendo el bien, sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Nosotros somos testigos de cuanto él hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de la cruz, pero Dios lo resucitó al tercer día y concedió verlo, no a todo el pueblo, sino únicamente a los testigos que él, de antemano, había escogido: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de que resucitó de entre los muertos.
Él nos mandó predicar al pueblo y dar testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que cuantos creen en él reciben, por su medio, el perdón de los pecados".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 117, 1-2. 16ab-17. 22-23.
R/. Este es el día del triunfo del Señor. Aleluya.

Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Diga la casa de Israel: "Su misericordia es eterna". R/.
La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro orgullo. No moriré, continuaré viviendo para contar lo que el Señor ha hecho. R/.
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. R/.

SEGUNDA LECTURA

Tiren la antigua levadura, pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 5,6-8

Hermanos: ¿No saben ustedes que un poco de levadura hace fermentar toda la masa? Tiren la antigua levadura, para que sean ustedes una masa nueva, ya que son pan sin levadura, pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado.
Celebremos, pues, la fiesta de la Pascua, no con la antigua levadura, que es de vicio y maldad, sino con el pan sin levadura, que es de sinceridad y verdad. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

o bien:

Busquen los bienes del cielo, donde está Cristo.

De la carta del apóstol san Pablo a los colosenses: 3,1-4

Hermanos: Puesto que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes de arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios. Pongan todo el corazón en los bienes del cielo, no en los de la tierra, porque han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando se manifieste Cristo, vida de ustedes, entonces también ustedes se manifestarán gloriosos. juntamente con él.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SECUENCIA

[Sólo el día de hoy es obligatoria; durante la octava es opcional].

Ofrezcan los cristianos   los ángeles testigos,
ofrendas de alabanza   sudarios y mortaja.
a gloria de la víctima   ¡Resucitó de veras
propicia de la Pascua.   mi amor y mi esperanza!
     
Cordero sin pecado,   Venid a Galilea,
que a las ovejas salva,   allí el Señor aguarda;
a Dios y a los culpables   allí veréis los suyos
unió con nueva alianza.   la gloria de la Pascua.
     
Lucharon vida y muerte   Primicia de los muertos,
en singular batalla,   sabemos por tu gracia
y, muerto el que es la vida,   que estás resucitado;
triunfante se levanta.   la muerte en ti no manda.
     
"¿Qué has visto de camino,   Rey vencedor, apiádate
María, en la mañana?".   de la miseria humana
A mi Señor glorioso,   y da a tus fieles parte
la tumba abandonada,   en tu victoria santa

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. 1 Co 5,7-8
R/. Aleluya, aleluya.

Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado; celebremos, pues, la Pascua. R/.

EVANGELIO***

Él debía resucitar de entre los muertos.

Del santo Evangelio según san Juan: 20,1-9

El primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr, llegó a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto".
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró los lienzos puestos en el suelo, pero no entró.
En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo, y entró en el sepulcro. Contempló los lienzos puestos en el suelo y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó, porque hasta entonces no habían entendido las Escrituras, según las cuales Jesús debía resucitar de entre los muertos. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

o bien:

Ha resucitado e irá delante de ustedes a Galilea.

Del santo Evangelio según san Mateo: 28, 1-10

Transcurrido el sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. De pronto se produjo un gran temblor, porque el ángel del Señor bajó del cielo y acercándose al sepulcro, hizo rodar la piedra que lo tapaba y se sentó encima de ella. Su rostro brillaba como el relámpago y sus vestiduras eran blancas como la nieve. Los guardias, atemorizados ante él, se pusieron a temblar y se quedaron como muertos. El ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: "No teman. Ya sé que buscan a Jesús, el crucificado. No está aquí; ha resucitado, como lo había dicho. Vengan a ver el lugar donde lo habían puesto. Y ahora, vayan de prisa a decir a sus discípulos: 'Ha resucitado de entre los muertos e irá delante de ustedes a Galilea; allá lo verán'. Eso es todo".
Ellas se alejaron a toda prisa del sepulcro, y llenas de temor y de gran alegría, corrieron a dar la noticia a los discípulos. Pero de repente Jesús les salió al encuentro y las saludó. Ellas se le acercaron, le abrazaron los pies y lo adoraron. Entonces les dijo Jesús: "No tengan miedo.
Vayan a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea. Allá me verán". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

O bien. en las misas vespertinas del domingo:

Quédate con nosotros. porque ya es tarde.

Del santo Evangelio según san Lucas: 24, 13-35

El mismo día de la resurrección, iban dos de los discípulos hacia un pueblo llamado Emaús, situado a unos once kilómetros de Jerusalén, y comentaban todo lo que había sucedido.
Mientras conversaban y discutían, Jesús se les acercó y comenzó a caminar con ellos; pero los ojos de los dos discípulos estaban velados y no lo reconocieron. Él les preguntó: "¿De qué cosas vienen hablando, tan llenos de tristeza?".
Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: "¿Eres tú el único forastero que no sabe lo que ha sucedido estos días en Jerusalén?". Él les preguntó: "¿Qué cosa?". Ellos le respondieron: "Lo de Jesús el nazareno, que era un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo. Cómo los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él sería el libertador de Israel, y sin embargo, han pasado ya tres días desde que estas cosas sucedieron. Es cierto que algunas mujeres de nuestro grupo nos han desconcertado, pues fueron de madrugada al sepulcro, no encontraron el cuerpo y llegaron contando que se les habían aparecido unos ángeles, que les dijeron que estaba vivo. Algunos de nuestros compañeros fueron al sepulcro y hallaron todo como habían dicho las mujeres, pero a él no lo vieron".
Entonces Jesús les dijo: "¡Qué insensatos son ustedes y qué duros de corazón para creer todo lo anunciado por los profetas! ¿Acaso no era necesario que el Mesías padeciera todo esto y así entrara en su gloria?". Y comenzando por Moisés y siguiendo con todos los profetas, les explicó todos los pasajes de la Escritura que se referían a él.
Ya cerca del pueblo a donde se dirigían, él hizo como que iba más lejos; pero ellos le insistieron, diciendo: "Quédate con nosotros, porque ya es tarde y pronto va a oscurecer". Y entró para quedarse con ellos. Cuando estaban a la mesa, tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él se les desapareció. Y ellos se decían el uno al otro: "¡Con razón nuestro corazón ardía, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras!".
Se levantaron inmediatamente y regresaron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, los cuales les dijeron: "De veras ha resucitado el Señor y se le ha aparecido a Simón". Entonces ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Palabra del Señor.. Gloria a ti. Señor Jesús.

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL

Llenos de gozo por la santa resurrección del Señor, purificados nuestros sentimientos y renovado nuestro espíritu, supliquemos con insistencia al Señor diciendo: Rey vencedor, escúchanos. R/. Rey vencedor, escúchanos.
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha sido constituido Cabeza de la Iglesia, pidámosle que, por su amor, conceda abundante felicidad, gozo y exultación a todos los fieles que celebran su triunfo.
A Cristo, con su santa resurrección ha otorgado el perdón y la paz a los pecadores, supliquémosle que quienes han regresado al camino de la vida conserven íntegramente los dones que la misericordia del Padre les ha restituido.
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha inaugurado la resurrección universal, pidámosle que alegre el corazón de los hombres que aún desconocen su victoria y, con el anuncio evangélico, llene de gozo a todos los pueblos y naciones.
A Cristo, que, con su santa resurrección, ha colmado de alegría a los pueblos, los ha enriquecido con sus dones y ha hecho vibrar de gozo nuestros corazones, pidámosle que renueve la esperanza de los que sufren y lloran.
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha alegrado al mundo entero, pidámosle que renueve nuestro espíritu y nos conceda la esperanza firme de compartir su triunfo y de resucitar con él a una vida nueva.
Señor Jesucristo, que en el cielo eres glorificado por los ángeles y los santos y en la tierra eres enaltecido y adorado por tu Iglesia, en esta fiesta gloriosa de tu resurrección te pedimos que escuches nuestras plegarias y extiendas tu diestra misericordiosa sobre este pueblo que tiene puesta toda su esperanza en tu resurrección. Tú, que vives y reinas, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Llenos de júbilo por el gozo pascual te ofrecemos, Señor, este sacrificio, mediante el cual admirablemente nace y se nutre tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Co 5,7-8

Cristo nuestro Cordero Pascual ha sido inmolado. Aleluya. Celebremos, pues, la Pascua, con el pan sin levadura, que es sinceridad y verdad. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios de bondad, protege paternalmente con amor incansable a tu Iglesia, para que renovada por los misterios pascuales, pueda llegar a la gloria de la resurrección.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

DESPEDIDA

Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado. Pueden ir en paz. Aleluya, aleluya.

R/. Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya.

Durante la Octava de Pascua:

• Se dice Gloria. • Después del SALMO RESPONSORIAL: Secuencia [opcional], Lecc. I, p. 208• Prefacio I de Pascua (en este día), p. 504 (500).
• Si se usa el Canon Romano, se dice Reunidos en comunión, p. 562 (559), Y Acepta, Señor, p. 564 (561).
• En las otras Plegarias eucarísticas también se dicen las partes propias para esta Misa .• La despedida puede hacerse como en el día de Pascua, p. 344 (346).

DOMINGO DE RESURRECCIÓN. Este día es designado también Domingo de Gloria, en el cual los creyentes conmemoramos el retorno de Cristo Jesús al tercer día de ser crucificado. Hoy se da por concluido el Triduo Pascual y la Semana Santa; así se da paso a un periodo que comprende 50 días denominado Tiempo Pascual que culmina el Domingo de Pentecostés, (este año e1 3l de mayo). La palabra "pascua" es "paso", por lo que se considera como el paso de Jesucristo de la muerte a la vida eterna.

 

LUNES 13

Blanco Lunes de la Octava de Pascua MR, p. 345 (347) / Lecc. I, p. 854

Otros santos: Martín I, LXXIV pontífice; Sabás Reyes Salazar, presbítero y mártir. Beato Scubilion Rousseau, Hermano de las Escuelas Cristianas.

LA MUERTE NO LO VENCIÓ
Hech 2, 14.22-33; Mt 28, 8-15

La espiritualidad de los primeros cristianos los encaminaba a releer siempre los acontecimientos a la luz de las Escrituras sagradas de Israel. De distintas maneras los salmos y los textos proféticos, como los que cita el apóstol Pedro en los Hechos de los Apóstoles, anticipaban a la victoria del justo sobre la muerte. Por otra parte, los discípulos sabían que Jesús había pasado su vida haciendo el bien a los necesitados; por eso mismo, Dios no podía permitir la victoria de los asesinos. Las murmuraciones y los malentendidos sobre el sepulcro vacío no paralizaron a los apóstoles, sino que acogieron con confianza el mensaje de la resurrección. En Galilea volverían a reencontrarse con la nueva forma de presencia del Señor resucitado. En adelante ellos vivirían como testigos del resucitado, animando a los nuevos discípulos a vivir como él vivió.

ANTÍFONA DE ENTRADA Éx, 13, 5-9

El Señor les dio a ustedes una tierra que mana leche y miel, para que tengan siempre en su boca la ley del Señor. Aleluya.

O bien:

El Señor resucitó, como lo había predicho; llenémonos de gozo y de alegría, porque reina eternamente. Aleluya.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que haces crecer siempre a tu Iglesia dándole nuevos hijos, concédenos la gracia de vivir de acuerdo con la fe que recibimos en el sacramento del bautismo. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

A este Jesús, Dios lo ha resucitado, y de ello somos testigos.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 2, 14. 22-33

El día de Pentecostés, se presentó Pedro, junto con los Once, ante la multitud, y levantando la voz, dijo: "Israelitas, escúchenme. Jesús de Nazaret fue un hombre acreditado por Dios ante ustedes, mediante los milagros, prodigios y señales que Dios realizó por medio de él y que ustedes bien conocen. Conforme al plan previsto y sancionado por Dios, Jesús fue entregado, y ustedes utilizaron a los paganos para clavarlo en la cruz.
Pero Dios lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte, ya que no era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio. En efecto, David dice, refiriéndose a él: Yo veía constantemente al Señor delante de mí, puesto que él está a mi lado para que yo no tropiece. Por eso se alegra mi corazón y mi lengua se alboroza; por eso también mi cuerpo vivirá en la esperanza, porque tú, Señor, no me abandonarás a la muerte, ni dejarás que tu santo sufra la corrupción. Me has enseñado el sendero de la vida y me saciarás de gozo en tu presencia.
Hermanos, que me sea permitido hablarles con toda claridad. El patriarca David murió y lo enterraron, y su sepulcro se conserva entre nosotros hasta el día de hoy. Pero como era profeta y sabía que Dios le había prometido con juramento que un descendiente suyo ocuparía su trono, con visión profética habló de la resurrección de Cristo, el cual no fue abandonado a la muerte ni sufrió la corrupción. Pues bien, a este Jesús, Dios lo resucitó, y de ello todos nosotros somos testigos. Llevado a los cielos por el poder de Dios, recibió del Padre el Espíritu Santo prometido a él y lo ha comunicado, como ustedes lo están viendo y oyendo". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 15, 1-2a y 5.7-8.9-10.11.
R/. Protege, Señor, a los que esperamos en ti. Aleluya.

Protégeme, Dios mío, pues eres mi refugio. Yo siempre he dicho que tú eres mi Señor. El Señor es la parte que me ha tocado en herencia; mi vida está en sus manos. R/.
Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor y con él a mi lado, jamás tropezaré. R/.
Por eso se me alegran el corazón y el alma y mi cuerpo vivirá tranquilo, porque tú no me abandonarás a la muerte ni dejarás que sufra yo la corrupción. R/.
Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia y de alegría perpetua junto a ti. R/.

SECUENCIA

opcional durante la Octava Lecc. I, pág. 855.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 117. 24

R/. Aleluya, aleluya.

Éste es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R/.

EVANGELIO

Vayan a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea. Allá me verán.

Del santo Evangelio según san Mateo: 28, 8-15

Después de escuchar las palabras del ángel, las mujeres se alejaron a toda prisa del sepulcro, y llenas de temor y de gran alegría, corrieron a dar la noticia a los discípulos. Pero de repente Jesús les salió al encuentro y las saludó. Ellas se le acercaron, le abrazaron los pies y lo adoraron. Entonces les dijo Jesús: "No tengan miedo. Vayan a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea. Allá me verán".
Mientras las mujeres iban de camino, algunos soldados de la guardia fueron a la ciudad y dieron parte a los sumos sacerdotes de todo lo ocurrido. Éstos se reunieron con los ancianos, y juntos acordaron dar una fuerte suma de dinero a los soldados, con estas instrucciones: "Digan: 'Durante la noche, estando nosotros dormidos, llegaron sus discípulos y se robaron el cuerpo'. Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos arreglaremos con él y les evitaremos cualquier complicación".
Ellos tomaron el dinero y actuaron conforme a las instrucciones recibidas. Esta versión de los soldados se ha ido difundiendo entre los judíos hasta el día de hoy. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, con bondad, las ofrendas de tu pueblo y haz que, renovados por la confesión de tu nombre y por el bautismo, consigamos la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I de Pascua (en este día), p. 499 (500).

ANTIFONA DE LA COMUNIÓN Rm 6, 9

Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no morirá nunca. La muerte ya no tiene dominio sobre él. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que la gracia de este sacramento pascual fructifique, Señor, en nuestros corazones para que podamos corresponder a los dones de tu amor, que nos abrió el camino de la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

La despedida se hace como el día de Pascua.

LUNES DE PASCUA. La palabra Pascua procede del latín páscae, la cual se deriva del griego (pasjua), una mutación del hebreo (pésaj), que significa "paso" o "salto". Con la Pascua Dios comunica a los creyentes la esperanza por la resurrección y por una nueva forma de vivir.

 

MARTES 14

Blanco Martes de la Octava de Pascua MR, p. 342 (348) / Lecc. I, p. 857

Otros santos: Máximo, Tiburcio y Valerio de Roma, mártires; Beatos: Isabel Calduch Rovira, religiosa clarisa capuchina y mártir; Pedro González "San Telmo", presbítero de la Orden de Predicadores.

LA EXPERIENCIA DE MAGDALENA
Hech 2, 36-41; Jn 20, 11-18

María Magdalena asumió con particular cercanía y fidelidad las consecuencias de la pasión y de la muerte del Señor Jesús. Se desconcierta ante el descubrimiento de la desaparición del cuerpo del Maestro; cuando el Señor resucitado se le acerca bajo una figura desconocida no atina a reconocerlo hasta que identifica el particular timbre de voz que utilizaba para llamarla: María. Este reencuentro la incita a quedarse pegada a la existencia terrestre del Maestro, sin comprender que el Señor resucitado participa ya de la gloria del Padre. Cuando el Padre la introduce al misterio, se convierte en apóstol del mensaje pascual. Se acaban sus dudas y atestigua contundentemente su dichosa certeza: "he visto al Señor". El mensaje fortaleció a los apóstoles, que comenzaron a confesar a Jesús como Señor y dador del perdón.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sir 15, 3-4

El Señor les dará a beber el agua de la sabiduría; se apoyarán en él y no vacilarán. Él los llenará de gloria eternamente. Aleluya.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que nos has hecho experimentar la fuerza vivificante del misterio pascual, sigue acompañando a tu pueblo con tu divina gracia, para que, conseguida la perfecta libertad, se convierta en gozo celestial la alegría que ahora lo inunda aquí en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Arrepiéntanse y bautícense en el nombre de Jesucristo.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 2, 36-41

El día de Pentecostés, dijo Pedro a los judíos: "Sepa todo Israel, con absoluta certeza, que Dios ha constituido Señor y Mesías al mismo Jesús, a quien ustedes han crucificado".
Estas palabras les llegaron al corazón y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles: "¿Qué tenemos que hacer, hermanos?". Pedro les contestó: "Arrepiéntanse y bautícense en el nombre de Jesucristo, para el perdón de sus pecados y recibirán el Espíritu Santo. Porque las
promesas de Dios valen para ustedes y para sus hijos y también para todos los paganos que el Señor, Dios nuestro, quiera llamar, aunque estén lejos".
Con éstas y otras muchas razones los instaba y exhortaba, diciéndoles: "Pónganse a salvo de este mundo corrompido". Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día se les agregaron unas tres mil personas.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 32,4-5.18-19.20 Y 22.
R/. En el Señor está nuestra esperanza. Aleluya.

Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. Él ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades. R/.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida. R/.
En el Señor está nuestra esperanza, pues él es nuestra ayuda y nuestro amparo. Muéstrate bondadoso con nosotros, puesto que en ti, Señor, hemos confiado. R/.

SECUENCIA

Opcional, Lecc. I, pág.855.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 117, 24
R/. Aleluya, aleluya.

Este es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R/.

EVANGELIO

He visto al Señor y me ha dado este mensaje.

Del santo Evangelio según san Juan: 20, 11-18

El día de la resurrección, María se había quedado llorando junto al sepulcro de Jesús. Sin dejar de llorar, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús, uno en la cabecera y el otro junto a los pies. Los ángeles le preguntaron: "¿Por qué estás llorando, mujer?". Ella les contestó: "Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo habrán puesto".
Dicho esto, miró hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús. Entonces él le dijo: "Mujer, ¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?". Ella, creyendo que era el jardinero, le respondió: "Señor, si tú te lo llevaste, dime dónde lo has puesto". Jesús le dijo: "¡María!". Ella se volvió y exclamó: "¡Rabuní!", que en hebreo significa 'maestro'. Jesús le dijo: "Déjame ya, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: 'Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios' ".
María Magdalena se fue a ver a los discípulos para decirles que había visto al Señor y para darles su mensaje. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, con bondad, estas ofrendas de tu familia santa, para que, con la ayuda de tu protección, conserve los dones recibidos y llegue a poseer los eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I de Pascua (en este día), M R, p. 504 (500).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Col 3, 1-2

Puesto que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; pongan todo el corazón en los bienes del cielo, no en los de la tierra. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Escúchanos, Dios todopoderoso, y, ya que colmaste los corazones de tus hijos con la gracia incomparable del bautismo, prepáranos para alcanzar la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La despedida se hace como el día de Pascua.

MIÉRCOLES 15

Blanco Miércoles de la Octava de Pascua MR, p. 347 (349) / Lecc. I, p. 860

Otros santos: Teodoro y Pausilipo de Tracia, mártires; Damián de Veuster o del Molokai, presbítero. Beato César de Bus, presbítero y fundador.

LOS OJOS ABIERTOS
Hech 3, 1-10; Lc 24, 13-35

Los discípulos de Emaús son personajes dinámicos que pasan del desconcierto y la ignorancia

a la certeza y la alegría. En una primera etapa del camino de regreso de Jerusalén no reconocen al Señor, lo confunden con un peregrino desconocido. En la intimidad de la cena, Jesús realiza los gestos acostumbrados de la fracción del pan, se les abren los ojos y lo reconocen. Cuando se verificó el reencuentro, Jesús desaparece. Los dos discípulos descifraron el misterio de la Pascua con la ayuda de Dios. El Evangelio de san Lucas nos muestra una vivencia semejante en el entorno del templo de Jerusalén, los peregrinos quedan sorprendidos al contemplar que el paralítico que pedía limosna, se mueve por su propio pie. Alcanzar a advertir que detrás de aquella señal, estaba el favor de Dios, manifiesto en la persona de Jesucristo.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Mt 25, 34

Vengan, benditos de mi Padre, tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Aleluya.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que cada año nos inundas de alegría por la solemnidad de la resurrección del Señor, concédenos propicio que, por estas fiestas que celebramos en el tiempo, merezcamos llegar al gozo de la eternidad. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Te voy a dar lo que tengo: En el nombre de Jesús, camina.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 3, 1-10

En aquel tiempo, Pedro y Juan subieron al templo para la oración vespertina, a eso de las tres de la tarde. Había allí un hombre lisiado de nacimiento, a quien diariamente llevaban y ponían ante la puerta llamada la "Hermosa", para que pidiera limosna a los que entraban en el templo.
Aquel hombre, al ver a Pedro y a Juan cuando iban a entrar, les pidió limosna. Pedro y Juan fijaron en él los ojos, y Pedro le dijo: "Míranos". El hombre se quedó mirándolos en espera de que le dieran algo. Entonces Pedro le dijo: "No tengo ni oro ni plata, pero te voy a dar lo que tengo: En el nombre de Jesucristo nazareno, levántate y camina". Y, tomándolo de la mano, lo incorporó.
Al instante sus pies y sus tobillos adquirieron firmeza. De un salto se puso de pie, empezó a andar y entró con ellos al templo caminando, saltando y alabando a Dios.
Todo el pueblo lo vio caminar y alabar a Dios, y al darse cuenta de que era el mismo que pedía limosna sentado junto a la puerta "Hermosa" del templo, quedaron llenos de miedo y no salían de su asombro por lo que había sucedido. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 104,1-2.3-4.6-7.8-9.
R/. Cantemos al Señor con alegría. Aleluya.

Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos. Entonen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos. R/.
Del nombre del Señor enorgullézcanse y siéntase feliz el que lo busca. Recurran al Señor y a su poder y a su presencia acudan. R/.
Descendientes de Abraham, su servidor, estirpe de Jacob, su predilecto, escuchen: el Señor es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos. R/.
Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que un día le hiciera. R/.

SECUENCIA

Opcional, Lecc. I. pág. 855.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 117. 24
R/. Aleluya, aleluya.

Este es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R/.

EVANGELIO

Lo reconocieron al partir el pan.

Del santo Evangelio según san Lucas: 24, 13-35

El mismo día de la resurrección, iban dos de los discípulos hacia un pueblo llamado Emaús, situado a unos once kilómetros de Jerusalén, y comentaban todo lo que había sucedido.
Mientras conversaban y discutían, Jesús se les acercó y comenzó a caminar con ellos; pero los ojos de los dos discípulos estaban velados y no lo reconocieron. Él les preguntó: "¿De qué cosas vienen hablando, tan llenos de tristeza?".
Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: "¿Eres tú el único forastero que no sabe lo que ha sucedido estos días en Jerusalén?". Él les preguntó: "¿Qué cosa?". Ellos le respondieron: "Lo de Jesús el nazareno, que era un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo. Cómo los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él sería el libertador de Israel, ¡y sin embargo, han pasado ya tres días desde que estas cosas sucedieron. Es cierto que algunas mujeres de nuestro grupo nos han desconcertado, pues fueron de madrugada al sepulcro, no encontraron el cuerpo y llegaron contando que se les habían aparecido unos ángeles, que les dijeron que estaba vivo. Algunos de nuestros compañeros fueron al sepulcro y hallaron todo como habían dicho las mujeres, pero a él no lo vieron".
Entonces Jesús les dijo: "¡Qué insensatos son ustedes y qué duros de corazón para creer todo lo anunciado por los profetas! ¿Acaso no era necesario que el Mesías padeciera todo esto y así entrara en su gloria?". Y comenzando por Moisés y siguiendo con todos los profetas, les explicó todos los pasajes de la Escritura que se referían a él.
Ya cerca del pueblo a donde se dirigían, él hizo como que iba más lejos; pero ellos le insistieron, diciendo: "Quédate con nosotros, porque ya es tarde y pronto va a oscurecer". Y entró para quedarse con ellos. Cuando estaban a la mesa, tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él se les desapareció. Y ellos se decían el uno al otro: "¡Con razón nuestro corazón ardía, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras!".
Se levantaron inmediatamente y regresaron a Jerusalén. donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, los cuales les dijeron: "De veras ha resucitado el Señor y se le ha aparecido a Simón".
Entonces ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, estas ofrendas de la humanidad redimida, y realiza a favor nuestro, la plena salvación del cuerpo y el alma. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I de Pascua (en este día). MR. p. 504 (500).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Lc 24. 35

Los discípulos reconocieron al Señor Jesús, al partir el pan. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te rogamos, Señor, que, purificados de nuestra antigua condición pecadora, la santa recepción del sacramento de tu Hijo nos transforme en nuevas creaturas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La despedida se hace como el día de Pascua.


JUEVES 16

Blanco Jueves de la Octava de Pascua MR, p. 348 (350) / Lecc. I, p. 863

Otros santos: María Bernarda (Bernardita) Soubirous, religiosa de Hermanas de la Caridad de Nevers y vidente. Beatos: Gaspar Suma, sacerdote franciscano y mártir; Joaquín de Siena, religioso Presbítero de la Orden de los Siervos de María.

DE LA DUDA A LA FE
Hech 3,11-26; Lc, 24, 35-48

Tal como les había enseñado Jesús durante su misión en Galilea, los discípulos no se quedaron indiferentes ante el sufrimiento del paralítico. Pedro y Juan estaban ciertos de que Jesús, era el Señor de la vida, invocaron su nombre y devolvieron la movilidad al enfermo. Los apóstoles no cayeron en conductas protagónicas. Al contrario, reconocieron que había sido el Señor Dios, quien, a través de su Hijo, había sanado al paralítico. Ellos también fueron creciendo en su esperanza, superaron su miedo y reconocieron al Señor resucitado viviendo en medio de ellos. Las señales cumplidas por Jesús adquirieron su verdadero alcance, cuando el mismo ayudó a descifrar su misterio en las profecías hechas por Dios a Israel.

ANTIFONA DE ENTRADA Sb 10, 20-21

Todos alabaron, Señor, tu poder y tu sabiduría, porque has abierto la boca de los mudos y has hecho elocuentes las lenguas de los niños. Aleluya.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que uniste a todos los pueblos diversos en la confesión de tu nombre, concede que, quienes renacieron en la fuente bautismal, tengan una misma fe en sus pensamientos y un mismo amor en sus obras. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Ustedes le dieron muerte al autor de la vida; pero Dios lo resucitó de entre los muertos:

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 3, 11-26

Como el paralítico curado por Pedro y Juan no se les despegaba, todo el pueblo, asombrado, corrió hacia ellos al pórtico de Salomón. Al ver a la muchedumbre, Pedro les dirigió la palabra:
"Israelitas: ¿Por qué les causa admiración esto y por qué nos miran de ese modo, como si por nuestro poder o nuestra virtud hubiéramos hecho andar a este hombre? El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, a quien ustedes entregaron a Pilato, y a quien rechazaron en su presencia, cuando él ya había decidido ponerlo en libertad.
Rechazaron al santo, al justo, y pidieron el indulto de un asesino; han dado muerte al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos y de ello nosotros somos testigos. El nombre de Jesús y la fe en él es lo que ha robustecido los miembros de este hombre al que están viendo y todos conocen. Esta fe es la que le ha restituido completamente la salud, como pueden observar.
Ahora bien, hermanos, yo sé que ustedes han obrado por ignorancia, de la misma manera que sus jefes; pero Dios cumplió así lo que había predicho por boca de los profetas: que su Mesías tenía que padecer. Por lo tanto, arrepiéntanse y conviértanse, para que se les perdonen sus pecados y el Señor les mande el tiempo de la consolación y les envíe de nuevo a Jesús, el Mesías que les estaba destinado; aunque él tiene que quedarse en el cielo hasta la restauración universal, de la que habló Dios por boca de su profeta desde muy antiguo.
En efecto, Moisés dijo: El Señor Dios hará surgir de entre sus hermanos un profeta como yo. Escuchen todo cuanto les diga; quien no escuche al profeta, será expulsado del pueblo. Y todos los profetas, a partir de Samuel, anunciaron igualmente estos días.
Ustedes son herederos de los profetas y beneficiarios de la alianza que Dios hizo con sus padres, cuando le dijo a Abraham: Tu descendencia será fuente de bendición para toda la humanidad. Para ustedes, en primer lugar, ha resucitado Dios a su siervo y lo ha enviado para bendecirlos y ayudarlos a que cada uno se aparte de sus iniquidades". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 8, 2a y 5.6-7.8-9.
R/. ¡Qué admirable, Señor, es tu poder! Aleluya.

¡Qué admirable es, Señor y Dios nuestro, tu poder en toda la tierra! ¿Qué es el hombre, para que de él te acuerdes; ese pobre ser humano, para que de él te preocupes? R/.
Sin embargo, lo hiciste un poquito inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras de tus manos y todo lo sometiste bajo sus pies. R/.
Pusiste a su servicio los rebaños y las manadas, todos los animales salvajes, las aves del cielo y los peces del mar, que recorren los caminos de las aguas. R/.

SECUENCIA

Opcional, Lecc: I, pág. 855.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 117,24
R/. Aleluya, aleluya.

Este es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R/.

EVANGELIO

Está escrito que Cristo tenía que padecer y tenía que resucitar de entre los muertos al tercer día.

Del santo Evangelio según san Lucas: 24, 35-48

Cuando los dos discípulos regresaron de Emaús y llegaron al sitio donde estaban reunidos los apóstoles, les contaron lo que les había pasado en el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.
Mientras hablaban de esas cosas, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Ellos, desconcertados y llenos de temor, creían ver un fantasma. Pero él les dijo: "No teman; soy yo. ¿Por qué se espantan? ¿Por qué surgen dudas en su interior? Miren mis manos y mis pies. Soy yo en persona. Tóquenme y convénzanse: un fantasma no tiene ni carne ni huesos, como ven que tengo yo". Y les mostró las manos y los pies. Pero como ellos no acababan de creer de pura alegría y seguían atónitos, les dijo: "¿Tienen aquí algo de
comer?". Le ofrecieron un trozo de pescado asado; él lo tomó y se puso a comer delante de ellos.
Después les dijo: "Lo que ha sucedido es aquello de que les hablaba yo, cuando aún estaba con ustedes: que tenía que cumplirse todo lo que estaba escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos".
Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras y les dijo: "Está escrito que el Mesías tenía que padecer y había de resucitar de entre los muertos al tercer día, y que en su nombre se había de predicar a todas las naciones, comenzando por Jerusalén, la necesidad de volverse a Dios para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de esto". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, acepta bondadoso estas ofrendas que te presentamos en agradecimiento por los que han renacido en el bautismo y para apresurar los auxilios celestiales. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I de Pascua (en este día), MR. p. 504 (500)

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr: 1 P 2, 9

Pueblo redimido por Dios, anuncia las maravillas del Señor, que te ha llamado de las tinieblas a su luz admirable. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Dios nuestro, escucha nuestras oraciones, para que la participación en los sacramentos de nuestra redención nos ayude en la vida presente y nos alcance las alegrías eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La despedida se hace como en el día de Pascua


VIERNES 17

Blanco /Azul Viernes de la Octava de Pascua MR, p. 349 (351) / Lecc, I p. 866

Otros santos: Simeón Bar-Sabbas y compañeros, mártires; Catalina Tekakwitha, virgen. Beato: Lucien Botovasoa, laico mártir.

EN EL NOMBRE DE JESÚS
Hech 4, 1-12; Jn 21, 1-14

La curación del paralítico, lo mismo que la pesca milagrosa, se convierten a los ojos de los apóstoles en las señales del señorío y la gloria de Jesús resucitado. Pedro y Juan no se envanecen por el hecho que Dios realice señales por mediación suya, al contrario, están ciertos de su pequeñez y reconocen que es el nombre y la persona del Señor Jesucristo, quien
ha devuelto la salud al paralítico. De igual manera los siete discípulos superaron su desaliento luego de una noche infructuosa, se acogieron a la palabra del Maestro y consiguieron una pesca inusualmente abundante. Cuando almorzaron y Jesús realizó los gestos acostumbrados de la fracción del pan, quedaron convencidos de la victoria definitiva de su Señor.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr: Sal 77. 53

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que estableciste el misterio pascual como alianza de la reconciliación humana, concédenos manifestar en las obras lo que celebramos con fe. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Fuera de Jesús no hay salvación.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 4,1-12

En aquellos días, mientras Pedro y Juan hablaban al pueblo, se presentaron los sacerdotes, el jefe de la guardia del templo y los saduceos, indignados porque los apóstoles enseñaban al pueblo y anunciaban la resurrección de los muertos por el poder de Jesús. Los aprehendieron,
y como ya era tarde, los encerraron en la cárcel hasta el día siguiente. Pero ya muchos de los que habían escuchado sus palabras, unos cinco mil hombres, habían abrazado la fe.
Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas, el sumo sacerdote Anás, Caifás, Juan, Alejandro y cuantos pertenecían a las familias de los sumos sacerdotes. Hicieron comparecer ante ellos a Pedro y a Juan y les preguntaron: "¿Con
qué poder o en nombre de quién han hecho todo esto?".
Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: "Jefes del pueblo y ancianos: Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, para saber cómo fue curado, sépanlo ustedes y sépalo todo el pueblo de Israel: este hombre ha quedado sano en el nombre de Jesús de Nazaret, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos. Este mismo Jesús es la piedra que ustedes, los constructores, han desechado y que ahora es la piedra angular. Ningún otro puede salvarnos, pues en la tierra no existe ninguna otra persona a quien Dios haya constituido como salvador nuestro". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 117,1-2 y 4. 22-24. 25-27a
R/. La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Aleluya.

Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Diga la casa de Israel: "Su misericordia es eterna". Digan los que temen al Señor: "Su misericordia es eterna". R/.
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. Este es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R/.
Libéranos, Señor, y danos tu victoria. Bendito el que viene en nombre del Señor. Que Dios desde su templo nos bendiga. Que el Señor, nuestro Dios, nos ilumine. R/.

SECUENCIA

Opcional, Lecc: I, pág. 855.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 117, 24
R/. Aleluya, aleluya.

Este es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R/.

EVANGELIO

Se acercó Jesús; tomó el pan y se lo dio a sus discípulos y también el pescado.

Del santo Evangelio según san Juan: 21, 1-14

En aquel tiempo, Jesús se les apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Se les apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás (llamado el Gemelo), Natanael (el de Cana de Galilea), los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. Simón Pedro les dijo: "Voy a pescar". Ellos le respondieron: "También nosotros vamos contigo". Salieron y se embarcaron, pero aquella noche no pescaron nada.
Estaba amaneciendo, cuando Jesús se apareció en la orilla, pero los discípulos no lo reconocieron. Jesús les dijo: "Muchachos, ¿han pescado algo?". Ellos contestaron: "No". Entonces él les dijo: "Echen la red a la derecha de la barca y encontrarán peces". Así lo hicieron, y luego ya no podían jalar la red por tantos pescados.
Entonces el discípulo a quien amaba Jesús le dijo a Pedro: "Es el Señor". Tan pronto como Simón Pedro oyó decir que era el Señor, se anudó a la cintura la túnica, pues se la había quitado, y se tiró al agua. Los otros discípulos llegaron en la barca, arrastrando la red con los pescados, pues no distaban de tierra más de cien metros.
Tan pronto como saltaron a tierra, vieron unas brasas y sobre ellas un pescado y pan. Jesús les dijo: "Traigan algunos pescados de los que acaban de pescar". Entonces Simón Pedro subió a la barca y arrastro hasta la orilla la red, repleta de pescados grandes. Eran ciento cincuenta y tres, y a pesar de que eran tantos, no se rompió la red. Luego les dijo Jesús: "Vengan a almorzar". Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: '¿Quién eres?', porque ya sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio y también el pescado.
Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos después de resucitar de entre los muertos. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, realiza bondadoso en nosotros el intercambio de este sacrificio pascual, para que pasemos de los afectos terrenos al deseo de los bienes del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I de Pascua (en este día), MR. p. 504 (500).

ANTIFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 21,12-13

Dijo Jesús a sus discípulos: Vengan a comer. Y tomó un pan y lo repartió entre ellos. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Protege, Señor, con amor constante a quienes has salvado, para que, una vez redimidos por la pasión de tu Hijo, se llenen ahora de alegría por su resurrección. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
La despedida se hace como en el día de Pascua.

SÁBADO 18

Blanco Sábado de la Octava de Pascua MR, p. 350 (352) / Lecc. I, p. 869 LH, I vísperas de mañana, todo propio. T. II: p. 616. Fieles; p. 273. Popular: pp. 446 Y 443

Otros santos: Perfecto de Córdoba, presbítero y mártir. Beatos: María de la Encarnación Avrillot, fundadora del Carmelo Teresiano francés; Lucas Passi, presbítero y fundador.

CENSURA INÚTIL
Hech 4. 13-21; Mc 16,9-15

Suele ocurrir que los poderosos tienen miedo de la libre circulación de la información y la verdad. En su desesperación recurren a la censura y la represión. Los miembros del Sanedrín judío no podían desmentir ante los habitantes de Jerusalén la realidad de la curación del paralítico. En su desesperación decidieron utilizar la represión: en adelante quedaba prohibido pronunciar en Jerusalén el nombre de Jesús. Los apóstoles habían conquistado una
gran libertad interior y no se dejaron intimidar, sino que afirmaron su libertad de expresión: no podían dejar de hablar, porque iba de por medio su fidelidad y su obediencia a Dios. Por su parte, el Evangelio de san Marcos nos narra que los testigos de la resurrección realizaron un reajuste total en sus opciones y actitudes. Su existencia estaría orientada al servicio exclusivo de Jesús resucitado.

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 104, 43

El Señor liberó a su pueblo y lo llenó de alegría; al pueblo elegido lo colmó de júbilo. Aleluya.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que, con la abundancia de tu gracia, no cesas de aumentar en todos los pueblos el número de los que creen en ti, mira propicio a tus elegidos y haz que, renacidos ya por el sacramento del bautismo, queden un día revestidos de gozosa inmortalidad. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

No podemos callar lo que hemos visto y oído.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 4, 13-21

En aquellos días, los sumos sacerdotes, los ancianos y los escribas, se quedaron sorprendidos al ver el aplomo con que Pedro y Juan hablaban, pues sabían que eran hombres del pueblo sin ninguna instrucción. Ya los habían reconocido como pertenecientes al grupo que andaba con Jesús, pero no se atrevían a refutarlos, porque ahí estaba de pie, entre ellos, el hombre paralítico que había sido curado.
Por consiguiente, les mandaron que salieran del sanedrín, y ellos comenzaron a deliberar entre sí: "¿Qué vamos a hacer con estos hombres? Han hecho un milagro evidente, que todo Jerusalén conoce y que no podemos negar; pero a fin de que todo esto no se divulgue más entre el pueblo, hay que prohibirles con amenazas hablar en nombre de Jesús".
Entonces mandaron llamar a Pedro y a Juan y les ordenaron que por ningún motivo hablaran ni enseñaran en nombre de Jesús. Ellos replicaron: "Digan ustedes mismos si es justo delante de Dios obedecerlos a ustedes antes que a Dios. Nosotros no podemos dejar de contar lo que hemos visto y oído".
Los miembros del sanedrín repitieron las amenazas y los soltaron, porque no encontraron la manera de castigarlos, ya que el pueblo entero glorificaba a Dios por lo sucedido. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 117,1 y 14-15. 16ab-18.19-21.
R/. La diestra del Señor ha hecho maravillas. Aleluya.

Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. El Señor es mi fuerza y mi alegría; en el Señor está mi salvación. Escuchemos el canto de victoria que sale de la casa de los justos: R/.
"La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señores nuestro orgullo". No moriré, continuaré viviendo para contar lo que el Señor ha hecho. Me castigó, me castigó el Señor, pero no me abandonó a la muerte. R/.
Ábranme las puertas del templo, que quiero entrar a dar gracias a Dios. Esta es la puerta del Señor y por ella entrarán los que le viven fieles. Te doy gracias, Señor, pues me escuchaste y fuiste para mí la salvación. R/.

SECUENCIA

Opcional, Lecc I pág. 855.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 117. 24
R/. Aleluya, aleluya.

Este es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R/.

EVANGELIO

Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio.

Del santo Evangelio según san Marcos: 16,9-15

Habiendo resucitado al amanecer del primer día de la semana, Jesús se apareció primero a María Magdalena, de la que había arrojado siete demonios. Ella fue a llevar la noticia a los discípulos, los cuales estaban llorando, agobiados por la tristeza; pero cuando la oyeron decir que estaba vivo y que lo había visto, no le creyeron.
Después de esto, se apareció en otra forma a dos discípulos, que iban de camino hacia una aldea. También ellos fueron a anunciarlo a los demás; pero tampoco a ellos les creyeron.
Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no les habían creído a los que lo habían visto resucitado. Jesús les dijo entonces: "Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura".Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Concédenos, Señor, vivir siempre llenos de gratitud por estos misterios pascuales que celebramos, para que, continuamente renovados por su acción, se conviertan para nosotros en causa de eterna felicidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I de Pascua (en este día), MR. p- 504 (500).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Ga. 3, 27

Todos ustedes que han sido bautizados en Cristo, se han revestido de Cristo. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dirige, Señor, tu mirada compasiva sobre tu pueblo, al que te has dignado renovar con estos misterios de vida eterna, y concédele llegar un día a la gloria incorruptible de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La despedida. se hace como en el día de Pascua:

 

DOMINGO 19

La Divina Misericordia

Blanco II Domingo de Pascua MR p. 351 (353) / Lecc, I, p. 98 LH 2a. Semana del Salterio

Otros santos: León IX, CLII papa. Beatos: Conrado Miliani de Ascoli, presbítero de la primera Orden Franciscana; Ramón Llach Candell, sacerdote de la Congregación de Hijos de la Sagrada Familia y mártir.

LA DIVINA MISERICORDIA. A partir del año de 1931 Santa Faustina Kowalska recibió diversos mensajes de Jesús los cuales asentó en un Diario, de más de 600 páginas, dirigido a un mundo que necesitaba y sigue necesitando la Misericordia de Dios; en él se consigna que
Nuestro Señor le indicó debe celebrarse el día de la Misericordia Divina, con estas palabras: "Estos rayos protegen las almas de la ira de Mi Padre. Bienaventurado el que habitará en su refugio, porque la mano justa de Dios no lo tomará. Deseo que el primer domingo después de Pascua sea la Fiesta de la Misericordia" (Diario, 299); asimismo, manifestó que debía de realizar una imagen que llevara una cartela con la inscripción; "Jesús en ti confío". El año 2000 durante la ceremonia de canonización de la vidente Sor Faustina Kowalska, el Sumo Pontífice san Juan Pablo II decretó: "En todo el mundo el Segundo Domingo de Pascua recibirá el nombre de Domingo de la Divina Misericordia. Una invitación perenne para el mundo cristiano a afrontar, con confianza en la benevolencia divina, las dificultades y las pruebas que esperan al género humano en los años venideros".

 

DICHOSOS LOS QUE CREEN SIN HABER VISTO
Hech 2, 42-47; 1 Pe 1,3-9; Jn 20, 19-31

Los relatos pascuales que nos refiere el cuarto Evangelio son una enseñanza esencial sobre la fe cristiana. Tomás es el espejo donde podemos apreciar nuestra vacilante confianza en Dios. Mientras que el resto de los apóstoles acogen con apertura las señales del triunfo del Señor resucitado, el llamado Mellizo demanda evidencias contundentes. El principio de la suspicacia en lugar del principio de confiabilidad. En esa óptica podemos comprender el sumario sobre la vida cristiana que nos presenta san Lucas en su segunda obra. La vida cristiana no queda reducida a proclamaciones y súplicas a Dios, se completa con la vivencia de la comunión y la caridad. Esas señales son indispensables para cumplir la misión apostólica: testimoniar de manera creíble la muerte y resurrección de Jesús.

ANTÍFONA DE ENTRADA 1 P 2. 2

Como niños recién nacidos, anhelen una leche pura y espiritual que los haga crecer hacia la salvación. Aleluya.

O bien: 4 Esd 2. 36-37

Abran el corazón con alegría, y den gracias a Dios, que los ha llamado al Reino de los cielos. Aleluya.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios de eterna misericordia, que reanimas la fe de este pueblo a ti consagrado con la celebración anual de las fiestas pascuales, aumenta en nosotros los dones de tu gracia, para que todos comprendamos mejor la excelencia del bautismo que nos ha purificado, la grandeza
del Espíritu que nos ha regenerado y el precio de la Sangre que nos ha redimido. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Los creyentes vivían unidos y todo lo tenían en común.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 2, 42-47

En los primeros días de la Iglesia, todos los que habían sido bautizados eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la comunión fraterna, en la fracción del pan y en las oraciones. Toda la gente estaba llena de asombro y de temor, al ver los milagros y prodigios que los apóstoles hacían en Jerusalén.
Todos los creyentes vivían unidos y lo tenían todo en común. Los que eran dueños de bienes o propiedades los vendían, y el producto era distribuido entre todos, según las necesidades de cada uno. Diariamente se reunían en el templo, y en las casas partían el pan y comían juntos, con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios y toda la gente los estimaba. Y el Señor aumentaba cada día el número de los que habían de salvarse.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 117, 2-4. 13-15. 22-24.
R/. La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.

Diga la casa de Israel: "Su misericordia es eterna". Diga la casa de Aarón: "Su misericordia es eterna". Digan los que temen al Señor: "Su misericordia es eterna". R/.
Querían a empujones derribarme, pero Dios me ayudó. El Señor es mi fuerza y mi alegría, en el Señor está mi salvación R/.
La piedra Que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. Éste es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R/.

SEGUNDA LECTURA

La resurrección de Cristo nos da la esperanza de una vida nueva.

De la primera carta del apóstol san Pedro: 1, 3-9

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, por su gran misericordia, porque al resucitar a Jesucristo de entre los muertos, nos concedió renacer a la esperanza de una vida nueva, que no puede corromperse ni mancharse y que él nos tiene reservada como herencia en el cielo. Porque ustedes tienen fe en Dios, él los protege con su poder, para que alcancen la salvación que les tiene preparada y que él revelará al final de los tiempos.
Por esta razón, alégrense, aun cuando ahora tengan que sufrir un poco por adversidades de todas clases, a fin de que su fe, sometida a la prueba, sea hallada digna de alabanza, gloria y honor, el día de la manifestación de Cristo. Porque la fe de ustedes es más preciosa que el oro, y el oro se acrisola por el fuego. A Cristo Jesús no lo han visto y, sin embargo, lo aman; al creer en él ahora, sin verlo, se llenan de una alegría radiante e indescriptible, seguros de alcanzar la salvación de sus almas, que es la meta de la fe. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SECUENCIA

Opcional, (Lecc. I p. 94).

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 20, 29
R/. Aleluya, aleluya.

Tomás, tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haberme visto, dice el Señor. R/.

EVANGELIO

Ocho días después, se les apareció Jesús.

Del santo Evangelio según san Juan: 20, 19-31

Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría.
De nuevo les dijo Jesús: "La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo". Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: "Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar".
Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: "Hemos visto al Señor". Pero él les contestó: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré".
Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Luego le dijo a Tomás: "Aquí están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree". Tomás le respondió: "¡Señor mío y Dios mío!". Jesús añadió: "Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto".
Otros muchos signos hizo Jesús en presencia de sus discípulos, pero no están escritos en este libro. Se escribieron éstos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL

Llenos de gozo por la santa resurrección del Señor, purificados nuestros sentimientos y renovado nuestro espíritu, supliquemos con insistencia al Señor, diciendo: Rey vencedor, escúchanos. R/. Rey vencedor, escúchanos.
A Cristo que con su gloriosa resurrección, ha vencido la muerte y ha destruido el pecado, pidámosle que todos los cristianos sean siempre fieles a las promesas del bautismo que renovaron en la noche santa de Pascua.
A Cristo, que, con su santa resurrección, ha otorgado el perdón y la paz a los pecadores, supliquémosle que quienes han regresado al camino de la vida conserven los dones que la misericordia del Padre les ha restituido.
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha dado al mundo la vida verdadera y ha renovado toda la creación, pidámosle por los que, por no creer en su triunfo, viven sin esperanza.
A Cristo, que, con su santa resurrección, ha colmado de alegría a los pueblos y los ha enriquecido con sus dones y ha hecho vibrar de gozo nuestros corazones, pidámosle que renueve la esperanza de los que sufren y lloran.
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, anunció la alegría a las mujeres, y por medio de las mujeres a los apóstoles, y por medio de los apóstoles al mundo entero, pidámosle por los que nos hemos reunido para celebrar su triunfo.
Señor, Dios nuestro, que en tu gran misericordia nos has hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, escucha nuestra oración y acrecienta en nosotros la fe pascual, para que, creyendo en tu Hijo, sin haberlo visto, consigamos, como meta de nuestra fe, la salvación de nuestras almas. Por Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, las ofrendas de tu pueblo (y de los recién bautizados) para que, renovados por la confesión de tu nombre y por el bautismo, consigamos la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I de Pascua (en este día), M R. p. 504 (500).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 20, 27

Jesús dijo a Tomás: Acerca tu mano, toca los agujeros que dejaron los clavos y no seas incrédulo, sino creyente. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso, concédenos que la gracia recibida en este sacramento pascual permanezca siempre en nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne, p. 341 (602).

Para despedir al pueblo se canta o se dice Pueden ir en paz, aleluya, aleluya. A lo cual se responde Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Las circunstancias en que vivía la comunidad primitiva de Jerusalén y las nuestras son totalmente distintas. No obstante, la misión fundamental sigue siendo idéntica. Vivir como discípulos de Jesús de forma congruente y creíble. Aquellos primeros hermanos fundamentaban su vida cristiana en la liturgia, la eucaristía, la evangelización y la comunión solidaria con los necesitados. Nada de eso podemos olvidar. La misión cristiana sigue siendo
la misma. En la coyuntura de violencia, maltrato a la Casa Común y rechazo a los emigrantes que observamos en nuestra sociedad, tenemos que encontrar la manera de conectar nuestras convicciones creyentes, con nuestras actitudes responsables y solidarias con los necesitados.
El clamor de la creación y de la humanidad no puede ser ignorado por un discípulo de Jesús.


LUNES 20

Blanco Lunes II de Pascua MR, p. 353 (354) / Lecc. I, p. 872

Otros santos: Inés de Montepulciano, abadesa. Beatos: Clara Bosatta, cofundadora. Michel Coquelet, presbítero de la Orden de los Oblatos de María Inmaculada y mártir.

EL RENACIMIENTO INTERIOR
Hech 1.23-31; Jn 3, 1-8

El diálogo entre el Señor Jesús y Nicodemo plantea la delicada cuestión de la renovación interior. No es posible de construir nuestras certezas y convicciones de un día para otro. Existen una serie de heridas y apegos que nos arrebatan nuestra libertad interior. El Señor Jesús le explica a Nicodemo que el verdadero comienzo del cambio interior proviene del impulso regenerador del Espíritu Santo, que Dios nos regala por mediación de su Hijo. En el relato de los Hechos de los Apóstoles el paralítico vive también una transformación significativa en su vida. Anteriormente Vivía de la mendicidad en el entorno del templo de Jerusalén y estaba atrapado por la inmovilidad y la parálisis. Los apóstoles cambiaron su vida y defendieron su derecho a seguir realizando signos y curaciones en favor de la vida, a pesar de la hostilidad de los jefes del Sanedrín.

ANTÍFONA DE ENTRADA Rm 6, 9

Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no morirá nunca. La muerte ya no tiene dominio sobre él. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Te pedimos, Dios todopoderoso, que, renovados por los auxilios pascuales que nos han librado de la herencia del pecado, adquiramos la belleza del Creador celestial. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Se pusieron a orar y quedaron llenos del Espíritu Santo y anunciaron la palabra de Dios con valentía.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 4, 23-31

En aquellos días, tan pronto como Pedro y Juan quedaron en libertad, volvieron a donde estaban sus compañeros y les contaron lo que les habían dicho los sumos sacerdotes y los ancianos. Al oír esto, todos juntos clamaron a Dios, diciendo:
"Señor, tú has creado el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto contiene; por medio del Espíritu Santo y por boca de tu siervo David, nuestro padre, dijiste: ¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos hacen planes torpes? Se sublevaron los reyes de la tierra y los príncipes se aliaron contra el Señor y contra su Mesías.
Esto fue lo que sucedió, cuando en esta ciudad se aliaron Herodes y Poncio Pilato con los paganos y el pueblo de Israel, contra tu santo siervo Jesús, tu ungido, para que así se cumpliera lo que tu poder y tu providencia habían determinado que sucediera.
Y ahora, Señor, mira sus amenazas y concede a tus siervos anunciar tu palabra con toda valentía. Extiende tu mano para realizar curaciones, señales y prodigios en el nombre de tu santo siervo, Jesús".
Al terminar la oración tembló el lugar donde estaban reunidos, los llenó a todos el Espíritu Santo y comenzaron a anunciar la palabra de Dios con valentía. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 2,1-3.4-6. 7-9.
R/. Dichosos los que esperan en el Señor. Aleluya.

¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos hacen planes torpes? Se sublevan los reyes de la tierra y los príncipes se alían contra el Señor y contra su Mesías, diciendo: "Rompamos sus cadenas, sacudamos sus ataduras". R/.
El que vive en el cielo sonríe; desde lo alto, el Señor se ríe de ellos. Después les habla con ira y los espanta con su cólera: "Yo mismo lo he constituido como rey en Sión, mi monte santo". R/.
Anunciaré el decreto del Señor. He aquí lo que me dijo: "Hijo mío eres tú, yo te he engendrado hoy. Te daré en herencia las naciones y como propiedad toda la tierra. Podrás gobernarlas con cetro de hierro, y despedazarlas como jarros". R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Col 3, 1
R. Aleluya, aleluya.

Puesto que han resucitado con Cristo, busquen las cosas del cielo, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios. R/. Aleluya.

EVANGELIO

El que no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios.

Del santo Evangelio según san Juan: 3,1-8

Había un fariseo llamado Nicodemo, hombre principal entre los judíos, que fue de noche a ver a Jesús y le dijo: "Maestro, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer las señales milagrosas que tú haces, si Dios no está con él".
Jesús le contestó: "Yo te aseguro que quien no renace de lo alto, no puede ver el Reino de Dios". Nicodemo le preguntó: "¿Cómo puede nacer un hombre siendo ya viejo? ¿Acaso puede, por segunda vez, entrar en el vientre de su madre y volver a nacer?".
Le respondió Jesús: "Yo te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne, es carne; lo que nace del Espíritu, es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: 'Tienen que renacer de lo alto'. El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así pasa con quien ha nacido del Espíritu". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, los dones que, jubilosa, tu Iglesia te presenta, y puesto que es a ti a quien debe su alegría, concédele también disfrutar de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I- V de Pascua, pp. 504-508 (500-504).

ANTIFONA DE LA COMUNIÓN Jn 20, 19

Jesús se presentó en medio de sus discípulos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dirige, Señor, tu mirada compasiva sobre tu pueblo, al que te has dignado renovar con estos misterios de vida eterna, y concédele llegar un día a la gloria incorruptible de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

MARTES 21

Blanco Martes II de Pascua o Memoria de San Anselmo, obispo y doctor de la Iglesia* o San Román Adame Rosales, mártir mexicano** MR, p. 354 (355) / Lecc. I, p. 875

Otros santos: Anastasio "el Sinaita", abad.

LOS REFERENTES DEL CRISTIANO
Hech 4, 32-37; Jn 3, 7-15

El sumario de la vida comunitaria que nos ofrece el libro de los Hechos de los Apóstoles sigue siendo para los cristianos una "piedra en el zapato". Estamos inmersos en una cultura materialista marcada por la indiferencia y el egoísmo y con no poca frecuencia, nos dejamos atrapar por esas mismas dinámicas perniciosas. La historia de vida de Bernabé y de numerosos cristianos ejemplares que han sabido vivir en libertad, sin dejarse atrapar por la idolatría del lucro, alientan nuestra esperanza y nuestro impulso a la solidaridad. Quien haya renacido del Espíritu no podrá ser víctima de la codicia ni de la indiferencia hacia los necesitados. Bernabé puede desprenderse de su campo, porque sabe que el Padre animará a sus hermanos a vivir en comunión y solidaridad y eso le basta para vivir libremente al servicio de Jesús.

ANTIFONA DE ENTRADA Ap 19, 7.6

Alegrémonos, regocijémonos y demos gracias, porque el Señor, nuestro Dios omnipotente, ha empezado a reinar. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Te pedimos, Dios todopoderoso, que nos concedas anunciar la victoria de Cristo, resucitado, para que alcancemos en plenitud los bienes eternos, cuyo anticipo hemos recibido. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Tenían un sólo corazón y una sola alma.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 4, 32-37

La multitud de los que habían creído tenía un solo corazón y una sola alma; todo lo poseían en común y nadie consideraba suyo nada de lo que tenía.
Con grandes muestras de poder, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús y todos gozaban de gran estimación entre el pueblo. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían terrenos o casas, los vendían, llevaban el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles, y luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno.
José, levita nacido en Chipre, a quien los apóstoles llamaban Bernabé (que significa hábil para exhortar), tenía un campo; lo vendió y puso el dinero a disposición de los apóstoles. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 92, 1ab. lc-2. 5
R/. El Señor es un rey magnífico. Aleluya.

Tú eres, Señor, el rey de todos los reyes. Estás revestido de poder y majestad. Tú mantienes el orbe y no vacila. Eres eterno, y para siempre está firme tu trono. R/.
Muy dignas de confianza son tus leyes y desde hoy y para siempre, Señor, la santidad adorna tu templo. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 3, 15
R/. Aleluya, aleluya.

El Hijo del hombre debe ser levantado en la cruz, para que los que creen en él tengan vida eterna. R/.

EVANGELIO

Nadie ha subido al cielo sino el Hijo del hombre, que bajó del cielo.

Del santo Evangelio según san Juan: 3, 7-15

En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: "No te extrañes de que te haya dicho: Tienen que renacer de lo alto'. El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así pasa con quien ha nacido del Espíritu". Nicodemo le preguntó entonces: "¿Cómo puede ser esto?".
Jesús le respondió: "Tú eres maestro de Israel, ¿y no sabes esto? Yo te aseguro que nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. Si no creen cuando les hablo de las cosas de la tierra, ¿cómo creerán si les hablo de las celestiales? Nadie ha subido al cielo sino el Hijo del hombre, que bajó del cielo y está en el cielo. Así como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Concédenos, Señor, vivir siempre llenos de gratitud por estos misterios pascuales que celebramos, para que, continuamente renovados por su acción, se conviertan para nosotros en causa de eterna felicidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I- V de Pascua, pp. 504-508 (500-504).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Lc 24, 46.26

Era necesario que Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos, y así entrara luego en su gloria. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor y Dios nuestro, escucha nuestras oraciones, para que la participación en los sacramentos de nuestra redención nos ayude en la vida presente y nos alcance las alegrías eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

o bien:

*San Anselmo, obispo y doctor de la Iglesia MR p. 730 (717) Nació en el norte de Italia. fue monje en Bec de Normandía y después arzobispo de Canterbury. Durante toda su vida buscó ardientemente a Dios, el ser perfecto, investigando a la luz de la inteligencia y de la fe. Y aun siendo un alma contemplativa, supo combatir para defender la libertad de la Iglesia. (1033-1109).

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Ez 34, 11. 23-24

Buscaré a mis ovejas, dice el Señor, y les daré un pastor que las apaciente, y yo, el Señor, seré su Dios. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que concediste al obispo san Anselmo investigar y enseñar los secretos de tu sabiduría, ilumina nuestra inteligencia con la luz de la fe, de manera que nuestro corazón se deleite en lo que debemos creer. Por nuestro Señor Jesucristo ...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira favorablemente, Señor, las ofrendas que presentamos en tu altar en esta festividad de san Anselmo, para que nos alcancen tu perdón y den gloria a tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 15, 16

No son ustedes los que me han elegido, dice el Señor, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados por estos sagrados misterios, Señor. te suplicamos humildemente que, a ejemplo de san Anselmo, nos esforcemos en profesar lo que él creyó y en poner en práctica lo que enseñó. Por Jesucristo, nuestro Señor.

** San Román Adame Rosales Memoria en donde se conservan reliquias de su cuerpo MR, p. 935 (927)
Nació en Teocaltiche, Jal. (Diócesis de Aguascalientes), el 27 de febrero de 1859. Párroco de Nochistlán, Zac. (Arquidiócesis de Guadalajara). Sacerdote de profunda humildad. Jamás se le oyó quejarse; ante cualquier sufrimiento decía con serenidad: «Sea todo por Dios». Catequesis, misiones populares, construcción de capillas para que los fieles tuvieran cerca al Santísimo. atención a los enfermos y educación a los niños fueron las principales acciones de su ministerio parroquial. Durante la persecución, siguió oculto administrando los sacramentos. Alguien delató su escondite y de noche fue hecho prisionero. Llegado el momento de la ejecución, el día 21 de abril de 1927, con un gesto de bondad trató de salvar al soldado, que por no querer dispararle, iba a ser también fusilado. Luego, decidido y firme, pero con humildad, entregó su vida.

ANTIFONA DE ENTRADA Cfr. 4 Esd 2, 35

Una luz eterna, Señor, brillará para tus santos y vivirán para siempre. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Dios y Padre nuestro, que para gloria de tu Iglesia te dignaste coronar con la victoria del martirio a san Román Adame Rosales, concede, bondadoso, que así como él imitó la pasión de tu Hijo, así nosotros, siguiendo sus huellas, merezcamos llegar a los gozos eternos. Por nuestro Señor Jesucristo ...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, el sacrificio de reconciliación y alabanza que ofrecemos a tu majestad en la conmemoración del santo mártir Román, para que nos lleve a obtener el perdón y nos haga permanecer en continua acción de gracias. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 12, 24

Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda infecundo; pero, si muere, da fruto abundante. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Al celebrar con alegría esta festividad y habiendo recibido tus dones celestiales, te pedimos, Señor, que concedas, a quienes en este divino banquete proclamamos la muerte de tu Hijo, que podamos participar, con los santos mártires, de su resurrección y de su gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

MIÉRCOLES 22

Blanco Miércoles II de Pascua MR, p. 355 (356) / Lecc. I, p. 877

Otros santos: Agapito I, LII pontífice; Beatos: Francisco Venimbene de Fabriano, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores; Ndoc Suma, presbítero y mártir.

PARA QUE EL MUNDO SE SALVE
Hech 5, 17-26; Jn 3, 16-21

El relato de la captura de los apóstoles a manos del Sanedrín y la consecuente prohibición de proclamar el nombre de Jesús en Jerusalén se estrellan con la perseverante firmeza de los apóstoles que no desisten en su decisión de proclamar el mensaje de salvación, a pesar de los maltratos y amenazas. Su conducta no deriva de algún tipo de fanatismo, ni de la cerrazón mental, sino de la misma certeza que nos comparte el cuarto Evangelio: ellos saben que Jesús fue enviado por el Padre para salvarnos. Todos los demás valores, a saber, la seguridad o el bienestar personal, el prestigio, y el respeto de la autoridad, quedan subordinados al cumplimiento de su misión. Quien ha experimentado el amor de Dios no puede callarse, necesita testimoniar una vivencia tan significativa.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 17, 50; 21, 23

Te alabaré, Señor, ante las naciones y anunciaré tu nombre a mis hermanos. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Al conmemorar cada año los misterios por los que devolviste a la naturaleza humana su dignidad original y le infundiste la esperanza de la resurrección, te suplicamos, Señor, confiadamente, que en tu clemencia, nos concedas recibir con perpetuo amor lo que conmemoramos llenos de fe. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Los hombres que habían metido en la cárcel están en el templo, enseñando al pueblo.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 5,17-26

En aquellos días, el sumo sacerdote y los de su partido, que eran los saduceos, llenos de ira contra los apóstoles, los mandaron aprehender y los metieron en la cárcel. Pero durante la noche, un ángel del Señor les abrió las puertas, los sacó de ahí y les dijo: "Vayan al templo y pónganse a enseñar al pueblo todo lo referente a esta nueva vida". Para obedecer la orden, se fueron de madrugada al templo y ahí se pusieron a enseñar.
Cuando llegó el sumo sacerdote con los de su partido convocaron al sanedrín, es decir, a todo el senado de los hijos de Israel, y mandaron traer de la cárcel a los presos. Al llegar los guardias a la cárcel, no los hallaron y regresaron a informar: "Encontramos la cárcel bien cerrada y a los centinelas en sus puestos, pero al abrir no encontramos a nadie adentro".
Al oír estas palabras, el jefe de la guardia del templo y los sumos sacerdotes se quedaron sin saber qué pensar; pero en ese momento llegó uno y les dijo: "Los hombres que habían metido en la cárcel están en el templo, enseñando al pueblo".
Entonces el jefe de la guardia, con sus hombres, trajo a los apóstoles, pero sin violencia, porque temían ser apedreados por el pueblo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 33,2-3.4-5.6-7.8-9.
R/. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Aleluya.

Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor que se alegre su pueblo al escucharlo. R/.
Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores. R/.
Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias. R/.
Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor acampa y los protege. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se refugia en él. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 3, 16
R/. Aleluya, aleluya.

Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que el que crea en él, tenga vida eterna. R/.

EVANGELIO

Dios envió a su Hijo al mundo para que el mundo se salve por él.

Del santo Evangelio según san Juan: 3, 16-21

"Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga la vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que cree en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado por no haber creído en el Hijo único de Dios.
La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran. En cambio, el que obra el bien
conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, que por el santo valor de este sacrificio nos hiciste participar de tu misma y gloriosa vida divina, concédenos que, así como hemos conocido tu verdad, de igual manera vivamos de acuerdo con ella. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I- V de Pascua, pp. 504-508 (500-504).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 15, 16. 19

Yo los elegí del mundo, dice el Señor, y los destiné para que vayan y den fruto, y su fruto permanezca. Aleluya.

ORACIÓN DESPUES DE LA COMUNIÓN

Señor, muéstrate benigno con tu pueblo, y ya que te dignaste alimentarlo con los misterios celestiales, hazlo pasar de su antigua condición de pecado a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

JUEVES 23

Blanco / Rojo Jueves II de Pascua o Memorias de San Jorge, mártir*, o San Adalberto, obispo y mártir** MR, p, 356 (357) / Lecc. I, p, 879

Otros santos: Beata Teresa María de la Cruz, fundadora.

QUIEN VIENE DEL CIELO
Hech 5, 27-33; Jn 3, 31-36

Apreciamos una actitud realmente contrastante en la forma de reaccionar de Juan Bautista y la que muestran el Sumo Sacerdote y los miembros del Sanedrín judío. Cuando los discípulos del Bautista le informan a Juan sobre la creciente popularidad de Jesús, su antiguo discípulo, el profeta del Jordán conserva la sensatez. Juan no era un hombre mezquino ni superficial, sino un profeta adiestrado en el discernimiento de la voluntad de Dios. En una situación muy distinta observamos a los dirigentes judíos que no toleran la creciente popularidad de Jesús, que multiplica el número de seguidores en Jerusalén. Los hombres sensatos no se incomodan con el éxito ajeno. Juan Bautista entendió que él tenía que disminuir y Jesús tenía que crecer. La misión del precursor estaba concluida. El ciclo se había cerrado. El tiempo de Jesús había comenzado.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 67, 8-9. 20

Cuando saliste, Señor, al frente de tu pueblo, y le abriste camino a través del desierto, la tierra se estremeció y hasta los cielos dejaron caer su lluvia. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que llevaste a cabo el sacrificio pascual para que el mundo obtuviera la salvación, escucha las súplicas de tu pueblo, y haz que, intercediendo por nosotros Cristo, nuestro Pontífice, por su humanidad, que comparte con nosotros, nos reconcilie, y por su divinidad, que lo hace igual a ti, nos perdone. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Nosotros somos testigos de todo esto, y también lo es el Espíritu Santo.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 5, 27-33

En aquellos días, los guardias condujeron a los apóstoles ante el sanedrín, y el sumo sacerdote los reprendió, diciéndoles: "Les hemos prohibido enseñar en nombre de ese Jesús; sin embargo, ustedes han llenado a Jerusalén con sus enseñanzas y quieren hacernos responsables de la sangre de ese hombre".
Pedro y los otros apóstoles replicaron: "Primero hay que obedecer a Dios y luego a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes dieron muerte colgándolo de la cruz. La mano de Dios lo exaltó y lo ha hecho jefe y salvador, para dar a Israel la gracia de la conversión y el perdón de los pecados. Nosotros somos testigos de todo esto y también lo es el Espíritu Santo, que Dios ha dado a los que lo obedecen".
Esta respuesta los exasperó y decidieron matarlos.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 33,2.9.17-18.19-20.
R/. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Aleluya.

Bendeciré al Señor a todas horas; no cesará mi boca de alabarlo. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se refugia en él. R/.
En contra del malvado está el Señor para borrar de la tierra su recuerdo; escucha, en cambio, al hombre justo y lo libra de todas sus congojas. R/.
El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas. Muchas tribulaciones pasa el justo, pero de todas ellas Dios lo libra. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 20, 29
R/. Aleluya, aleluya.

Tomás, tú crees, porque me has visto. Dichosos los que creen sin haberme visto, dice el Señor. R/. Aleluya.

EVANGELIO

El Padre ama a su Hijo y todo lo ha puesto en sus manos.

Del santo Evangelio según san Juan: 3, 31-36

El que viene de lo alto está por encima de todos; pero el que viene de la tierra pertenece a la tierra y habla de las cosas de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. Da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. Aquel a quien Dios envió habla las palabras de Dios, porque Dios le ha concedido sin medida su Espíritu.
El Padre ama a su Hijo y todo lo ha puesto en sus manos. El que cree en el Hijo tiene vida eterna. Pero el que es rebelde al Hijo no verá la vida, porque la cólera divina perdura en contra de él.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Suba hasta ti, Señor, nuestra oración, acompañada por estas ofrendas, para que, purificados por tu bondad, nos dispongas para celebrar el sacramento de tu inmenso amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I- V de Pascua, pp. 504-508 (500-504).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 28. 20

Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso y eterno, que, por la resurrección de Cristo, nos has hecho renacer a la vida eterna, multiplica en nosotros el efecto de este sacramento pascual, e infunde en nuestros corazones el vigor que comunica este alimento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

O bien:

*San Jorge, mártir MR, p. 730 (717)
Hay testimonio del culto a san Jorge desde finales del siglo IV, en Lod (cerca de Tel Aviv). Las leyendas lo han convertido en soldado que nos defiende contra "el Dragón", rival de san Miguel. Su culto está muy difundido, especialmente en Grecia, Rusia e Inglaterra.

ORACIÓN COLECTA

Al proclamar con entusiasmo tu poder, te suplicamos humildemente, Señor, que, así como san Jorge imitó a tu Hijo en su pasión, nos ayude generosamente en nuestra debilidad. Por nuestro Señor Jesucristo ...

O bien:

**San Adalberto, obispo y mártir MR, p. 731 (718)
Nació en Bohemia (Libice) hacia el año 956. Hizo sus estudios en Magdeburgo. Al regresar a su patria, se preparó para el sacerdocio, y el año 983 fue elegido segundo obispo de Praga, donde trabajó valientemente para extirpar las costumbres paganas. Como notaba que obtenía poco fruto, se dirigió a Roma y allí se convirtió en monje. Finalmente, acudió a Prusia a conquistar almas para Cristo. Mas habiendo tenido mala acogida fue coronado con el martirio el día 23 de abril de 997.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que coronaste con el martirio al santo obispo Adalberto, inflamado en el celo por las almas, concédenos, por su intercesión, que no falte a los pastores la obediencia de su grey ni a las ovejas el cuidado de sus pastores. Por nuestro Señor Jesucristo...

 

VIERNES 24

Blanco / Rojo Viernes II de Pascua o Memoria de San Fidel de Sigmaringa, presbítero y mártir* MR, p. 357 (358) / Lecc. I, p. 881

Otros santos: Benito Menni, presbítero de la Orden de san Juan de Dios y fundador; Isabel Hesselblad, religiosa de la Orden de Santa Brígida.

LA SENSATEZ DE GAMALIEL
Hech 5, 34-42; Jn 6, 1-15

Nunca han abundado las personas capaces de pensar libremente y de asumir las consecuencias de su libertad de pensamiento; de hecho, resulta más cómodo "llevar la fiesta en paz" y dejarse conducir por la opinión mayoritaria. La vida cristiana no sintoniza con la manipulación ni el servilismo. Los hombres de fe como Gamaliel saben discernir entre las ocurrencias populares y la voluntad de Dios; éstas no suelen coincidir sino raras veces. El Señor Jesús también supo alejarse de la fiebre popular que lo quería entronizar como rey, atraída por el estímulo del alimento seguro. Así lo documenta el cierre del relato de la multiplicación de los panes en el cuarto Evangelio. El consejo prudente de Gamaliel sigue vigente. Dios colocará en su justo lugar a los genuinos enviados suyos y exhibirá las mentiras de los falsos mesías.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Si 15, 5

Señor, con tu Sangre has rescatado a hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación, y has hecho de nosotros un reino de sacerdotes para Dios. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, tú que eres luz y esperanza de los corazones sinceros, concédenos que sepamos dirigimos a ti con una oración confiada y ofrecerte siempre el homenaje de nuestra alabanza. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Los apóstoles se retiraron del sanedrín, felices de haber padecido ultrajes por el nombre de Jesús.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 5, 34-42

En aquellos días, un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley y respetado por todo el pueblo, se levantó en el sanedrín, mandó que hicieran salir por un momento a los apóstoles y dijo a la asamblea:
"Israelitas, piensen bien lo que van a hacer con esos hombres. No hace mucho surgió un tal Teudas, que pretendía ser un caudillo, y reunió unos cuatrocientos hombres. Fue ejecutado, dispersaron a sus secuaces y todo quedó en nada. Más tarde, en la época del censo, se levantó Judas el Galileo y muchos lo siguieron. Pero también Judas pereció y se desbandaron todos sus seguidores. En el caso presente, yo les aconsejo que no se metan con esos hombres; suéltenlos. Porque si lo que se proponen y están haciendo es de origen humano, se acabará por sí mismo. Pero si es cosa de Dios, no podrán ustedes deshacerlo. No se expongan a luchar contra Dios".
Los demás siguieron su consejo: mandaron traer a los apóstoles, los azotaron, les prohibieron hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Ellos se retiraron del sanedrín, felices de haber padecido aquellos ultrajes por el nombre de Jesús.
Y todos los días enseñaban sin cesar y anunciaban el Evangelio de Cristo Jesús, tanto en el templo como en las casas. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 26, 1. 4.13-14.
R/. El Señor es mi luz y mi salvación. Aleluya.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar? R/.
Lo único que pido, lo único que busco, es vivir en la casa del Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar continuamente en su presencia. R/.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor y fortaleza y en el Señor confía. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 4
R/. Aleluya, aleluya.

No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios. R/.

EVANGELIO

Jesús distribuyó el pan a los que estaban sentados, hasta que se saciaron.

Del santo Evangelio según san Juan: 6, 1-15

En aquel tiempo, Jesús se fue a la otra orilla del mar de Galilea o lago de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto las señales milagrosas que hacía curando a los enfermos. Jesús subió al monte y se sentó allí con sus discípulos.
Estaba cerca la Pascua, festividad de los judíos. Viendo Jesús que mucha gente lo seguía, le dijo a Felipe: "¿Cómo compraremos pan para que coman éstos?". Le hizo esta pregunta para ponerlo a prueba, pues él bien sabía lo que iba a hacer. Felipe le respondió: "Ni doscientos denarios de pan bastarían para que a cada uno le tocara un pedazo de pan". Otro de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: "Aquí hay un muchacho que trae cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué es eso para tanta gente?". Jesús le respondió: "Díganle a la gente que se siente". En aquel lugar había mucha hierba. Todos, pues, se sentaron ahí; y tan sólo los hombres eran unos cinco mil.
Enseguida tomó Jesús los panes, y después de dar gracias a Dios, se los fue repartiendo a los que se habían sentado a comer. Igualmente les fue dando de los pescados todo lo que quisieron. Después de que todos se saciaron, dijo a sus discípulos: "Recojan los pedazos sobrantes, para que no se desperdicien". Los recogieron y con los pedazos que sobraron de los cinco panes llenaron doce canastos.
Entonces la gente, al ver la señal milagrosa que Jesús había hecho, decía: "Este es, en verdad, el profeta que habría de venir al mundo". Pero Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró de nuevo a la montaña, él solo. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, con bondad, estas ofrendas de tu familia santa, para que, con la ayuda de tu protección, conserve los dones recibidos y llegue a poseer los eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Pascua, pp. 504-508 (500-504).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Rm 4, 25

Cristo fue condenado a muerte por nuestros pecados, y resucitó para nuestra justificación. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Protege, Señor, con amor constante a quienes has salvado, para que, una vez redimidos por la pasión de tu Hijo, se llenen ahora de alegría por su resurrección. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

O bien.:

*San Fidel de Sigmaringa, presbítero y mártir MR, p. 731 (718)
Fue abogado y entró en la Orden de los Capuchinos, en Friburgo de Brisgovia. Era un religioso lleno de amor al prójimo y un notable predicador popular, por lo cual fue designado por la Congregación de la Propagación de la Fe para predicar una misión entre los protestantes de Suiza. Al poco tiempo fue asesinado (1578-1622).

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que te dignaste coronar con la palma del martirio a san Fidel de Sigmaringa, inflamado en tu amor para propagar la fe, concédenos, por su intercesión, que, arraigados en la caridad y unidos a él, merezcamos experimentar el poder de la resurrección de Cristo. El, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

 

SÁBADO 25

San Marcos, Evangelista

Rojo Fiesta MR, p. 732 (719) / Lecc. I, p. 1011 [Se omite la Memoria de los Beatos Andrés Solá Molist y José Trinidad Rangel Montaño, presbíteros y Leonardo Pérez Larios, laico, mártires mexicanos *]

Otros santos: Pedro de San José de Betancur, "Apóstol de Guatemala", presbítero de la Tercera Orden Regular de San Francisco. Beato Juan Piamarta, presbítero y fundador.

Por sus lazos familiares Marcos pertenecía a la comunidad cristiana de Jerusalén. Inicialmente acompañó a san Pablo en sus misiones y después a san Pedro. quien lo llamaba "su hijo ". La tradición enseña que Marcos recogió en su Evangelio la predicación de Pedro a los cristianos romanos y que fundó la Iglesia de Alejandría.

MI HIJO MARCOS
1 Pe 5,5-14; Mc 16,15-20

El saludo final de la Primera carta de San Pedro encuadra esta celebración litúrgica del evangelista san Marcos. La tradición cristiana afirmó con unanimidad la cercana colaboración que Juan Marcos ofreció tanto al apóstol Pedro como al apóstol Pablo. Marcos era un cristiano que disponía de una sensibilidad literaria lo suficientemente valiosa para difundir el mensaje del Evangelio. Un cristiano bicultural que sabía expresarse en lengua griega captó el mensaje predicado por el apóstol san Pedro y nos supo conservar la frescura de tan valioso testimonio. El cierre mismo de su Evangelio puede considerarse como el fundamento último de su misión: vivir al servicio de la proclamación del Evangelio.

ANTÍFONA DE ENTRADA Mc 16, 15

Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. Aleluya.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que enalteciste a tu evangelista san Marcos con la gracia de la predicación evangélica, concédenos aprovechar de tal manera sus enseñanzas, que podamos seguir fielmente las huellas de Jesucristo. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Los saluda mi hijo Marcos.

De la primera carta del apóstol san Pedro: 5, 5b-14

Queridos hermanos: Que en su trato mutuo la humildad esté siempre presente, pues Dios es enemigo de los soberbios, y en cambio, a los humildes les concede su gracia. Humíllense, pues, ante la mano poderosa de Dios, para que él los levante y encumbre en el momento oportuno. Dejen en sus manos todas sus preocupaciones, pues él cuida de ustedes.
Estén alerta y no se dejen sorprender, porque su enemigo, el diablo, como un león rugiente, anda buscando a quien devorar. Resístanle con la firmeza de la fe, sabiendo que sus hermanos, dispersos por el mundo, soportan los mismos sufrimientos que ustedes.
Dios, que es la fuente de todos los bienes, nos ha llamado a participar de su gloria eterna en unión con Cristo, y después de estos sufrimientos tan breves, los restaurará a ustedes, los afianzará, fortalecerá y hará inconmovibles. Suyos son la gloria y el poder para siempre. Amén.
Por medio de Silvano, a quien considero hermano digno de toda confianza, les he escrito esta breve carta para que sepan cuál es la verdadera gracia de Dios y animarlos a permanecer firmes en ella.
Los saluda la comunidad de Babilonia, a la que Dios ha elegido, lo mismo que a ustedes. También los saluda mi hijo Marcos. Salúdense los unos a los otros con el beso fraterno. Les deseo la paz a todos ustedes, los que son de Cristo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 88,2-3.6-7.16-17.
R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor y daré a conocer que su fidelidad es eterna, pues el Señor ha dicho: "Mi amor es para siempre y mi lealtad, más firme que los cielos". R/.
El cielo, Señor, proclama tus maravillas, y tu lealtad, la asamblea de los santos ¿Quién se compara a Dios sobre las nubes? ¿Quién es como el Señor entre los dioses? R/.
Señor, feliz el pueblo que te alaba y que a tu luz camina, que en tu nombre se alegra a todas horas y al que llena de orgullo tu justicia. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 1 Co 1, 23.24
R/. Aleluya, aleluya.

Nosotros predicamos a Cristo crucificado, que es la fuerza y la sabiduría de Dios. R/.

EVANGELIO

Prediquen el Evangelio a todas las creaturas.

Del santo Evangelio según san Marcos: 16, 15-20


En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: "Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado. Estos son los milagros que acompañarán a los que hayan creído: arrojarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos quedarán sanos".
El Señor Jesús, después de hablarles, subió al cielo y está sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas partes, y el Señor actuaba con ellos y confirmaba su predicación con los milagros que hacían. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al celebrar la glorificación de san Marcos, te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza, y te suplicamos humildemente que la predicación evangélica se mantenga siempre firme en tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio II de los Apóstoles, p. 537 (533).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 28, 20

Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo, dice el Señor. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.

Concédenos, Dios todopoderoso, que los dones recibidos de tu santo altar nos santifiquen y nos fortalezcan en la fe del Evangelio, que san Marcos predicó. Por Jesucristo, nuestro Señor.

* Andrés Solá Molist, C.M.F.
Nació en Can Vilarrasa, municipio de Taradell, Barcelona, España, en 1895. Sintió la vocación misionera e ingresó con los claretianos de Vich; fue ordenado presbítero el 23 de septiembre de 1922 y fue enviado a México, donde puso su ministerio bajo la protección de la Virgen de Guadalupe. Trabajó en Toluca, León, San Luis Potosí, y de nuevo en León. Ordenada la expulsión de los sacerdotes extranjeros, prefirió confiar en la Providencia y quedarse con los fieles para celebrar la Eucaristía y los demás sacramentos, catequizar y visitar a los pobres; se refugió con las señoritas Josefina y Jovita Alba; allí confesaba y llevaba hasta 300 comuniones a los enfermos. Habiéndose enterado de la detención del Padre Rangel, él organizó una hora santa; la policía secreta lo encontró y fue condenado a muerte junto con el Padre Rangel y el seglar Leonardo Pérez, en San Joaquín, municipio de Lagos de Moreno; testificó durante su agonía que moría por Jesús.

* José Trinidad Rangel Montaño
Nació en el rancho El Durazno, en Dolores Hidalgo, Guanajuato, en 1887; muchacho devoto e inteligente, debió realizar considerables esfuerzos para conseguir entrar al seminario de León, donde fue ordenado presbítero el 13 de abril de 1919. Enviado a San Francisco del Rincón, fue reconocido como sacerdote y detenido; fue condenado por el general Amarillas y fusilado y sepultado en el rancho de San Joaquín el 25 de abril de 1927, al lado de la vía del ferrocarril México - Ciudad Juárez.
* Leonardo Pérez Larios
Nació en Lagos de Moreno, Jalisco, en 1883; vivió cerca de Encarnación de Díaz y posteriormente en León, Gto., donde trabajó como dependiente de una tienda de ropa; joven piadoso, guiaba y cantaba el rosario en su casa y ayudaba en el arreglo de los templos. En León ingresó a una asociación mariana de jóvenes en que se hacía un voto privado y temporal de castidad, una hora semanal de adoración al Santísimo, rezar vísperas, cultivar vocaciones y solemnizar las festividades. Fue detenido mientras estaba en oración ante el Santísimo, el 24 de abril de 1927 en el oratorio de la casa de las señoritas Alba. Se le acusó de ser sacerdote y de estarse preparando para celebrar la misa. Fue fusilado y sepultado en San Joaquín el 25 de abril de 1927. Los fieles le tuvieron devoción junto con los otros dos mártires con quienes murió.

 

DOMINGO 26

Nuestra Madre del Buen Consejo

III Domingo de Pascua MR, p. 359 (360) / Lecc. I, p. 101 LH, salterio de la 3a. Semana

Otros santos: Santos Cleto y Marcelino, pontífices y mártires; Rafael Arnaíz Barón, místico trapense.

ÉL ENTRÓ PARA QUEDARSE
Hech 2, 14. 22-33; 1 Pe 1,17-21; Lc 24, 13-35

La narración del viaje de un par de discípulos anónimos de Jesús que regresan de Jerusalén a Emaús con la vibrante escena de la comida es particularmente emotiva. Es, a todas luces, visible la conmoción que el redescubrimiento de Jesús resucitado provocó en aquel par de hombres desmoralizados. Regresaban con la frustración de la derrota, el entusiasmo que meses atrás había despertado Jesús había sido desgarrado por su dolorosa pasión. Tan pasmados estaban que no atinaban a descifrar la naturaleza de los eventos pascuales vividos por algunos de los discípulos. Cuando finalmente invitan al forastero a pasar la noche en su casa, Jesús desvela su identidad realizando los típicos signos de la bendición y la fracción del pan. Fortalecidos por tan grande revelación emprenden el camino de regreso a Jerusalén para
compartir su nueva certidumbre: Jesús verdaderamente ha resucitado.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 65, 1-2

Aclama a Dios, tierra entera. Canten todos un himno a su nombre, denle gracias y alábenlo. Aleluya.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que tu pueblo se regocije siempre al verse renovado y rejuvenecido, para que, al alegrarse hoy por haber recobrado la dignidad de su adopción filial, aguarde seguro su gozosa esperanza el día de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

No era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 2, 14. 22-33

El día de Pentecostés, se presentó Pedro, junto con los Once, ante la multitud, y levantando la voz, dijo: "Israelitas, escúchenme. Jesús de Nazaret fue un hombre acreditado por Dios ante ustedes, mediante los milagros, prodigios y señales que Dios realizó por medio de él y que ustedes bien conocen. Conforme al plan previsto y sancionado por Dios, Jesús fue entregado, y ustedes utilizaron a los paganos para clavarlo en la cruz.
Pero Dios lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte, ya que no era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio. En efecto, David dice, refiriéndose a él: Yo veía constantemente al Señor delante de mí, puesto que él está a mi lado para que yo no tropiece. Por eso se alegra mi corazón y mi lengua se alboroza; por eso también mi cuerpo vivirá en la esperanza, porque tú, Señor, no me abandonarás a la muerte, ni dejarás que tu santo sufra la corrupción. Me has enseñado el sendero de la vida y me saciarás de gozo en tu presencia. Hermanos, que me sea permitido hablarles con toda claridad. El patriarca David murió y lo enterraron, y su sepulcro se conserva entre nosotros hasta el día de hoy. Pero como era profeta y sabía que Dios le había prometido con juramento que un descendiente suyo ocuparía su trono, con visión profética habló de la resurrección de Cristo, el cual no fue abandonado a la muerte ni sufrió la corrupción. Pues bien, a este Jesús Dios lo resucitó, y de ello todos nosotros somos testigos. Llevado a los cielos por el poder de Dios, recibió del Padre el Espíritu Santo prometido a él y lo ha comunicado, como ustedes lo están viendo y oyendo". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 15, 1-2a y 5.7-8.9-10.11.
R/. Enséñanos, Señor, el camino de la vida. Aleluya.

Protégeme, Dios mío, pues eres mi refugio. Yo siempre he dicho que tú eres mi Señor. El Señor es la parte que me ha tocado en herencia: mi vida está en sus manos. R/.
Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor y con él a mi lado, jamás tropezaré. R/.
Por eso se me alegran el corazón y el alma y mi cuerpo vivirá tranquilo, porque tú no me abandonarás a la muerte ni dejarás que sufra yo la corrupción. R/.
Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia y de alegría perpetua junto a ti. R/.

SEGUNDA LECTURA

Ustedes han sido rescatados con la sangre preciosa de Cristo, el cordero sin mancha.

De la primera carta del apóstol san Pedro: 1, 17-21

Hermanos: Puesto que ustedes llaman Padre a Dios, que juzga imparcialmente la conducta de cada uno según sus obras, vivan siempre con temor filial durante su peregrinar por la tierra.
Bien saben ustedes que de su estéril manera de vivir, heredada de sus padres, los ha rescatado Dios, no con bienes efímeros, como el oro y la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, el cordero sin defecto ni mancha, al cual Dios había elegido desde antes de la creación del mundo y, por amor a ustedes, lo ha manifestado en estos tiempos, que son los últimos. Por Cristo, ustedes creen en Dios, quien lo resucitó de entre los muertos y lo llenó de gloria, a fin de que la fe de ustedes sea también esperanza en Dios. Palabra de Dios Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 24,32
R/. Aleluya, aleluya.

Señor Jesús, haz que comprendamos la Sagrada Escritura. Enciende nuestro corazón mientras nos hablas. R/.

EVANGELIO

Lo reconocieron al partir el pan.

Del santo Evangelio según san Lucas: 24, 13-35

El mismo día de la resurrección, iban dos de los discípulos hacia un pueblo llamado Emaús, situado a unos once kilómetros de Jerusalén, y comentaban todo lo que había sucedido.
Mientras conversaban y discutían, Jesús se les acercó y comenzó a caminar con ellos; pero los ojos de los dos discípulos estaban velados y no lo reconocieron. Él les preguntó: "¿De qué cosas vienen hablando, tan llenos de tristeza?". Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: "¿Eres tú el único forastero que no sabe lo que ha sucedido estos días en Jerusalén?". Él les preguntó: "¿Qué cosa?". Ellos le respondieron: "Lo de Jesús el nazareno, que era un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo. Cómo los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron.
Nosotros esperábamos que él sería el libertador de Israel, y sin embargo, han pasado ya tres días desde que estas cosas sucedieron. Es cierto que algunas mujeres de nuestro grupo nos han desconcertado, pues fueron de madrugada al sepulcro, no encontraron el cuerpo y llegaron contando que se les habían aparecido unos ángeles, que les dijeron que estaba vivo. Algunos de nuestros compañeros fueron al sepulcro y hallaron todo como habían dicho las mujeres, pero a él no lo vieron".
Entonces Jesús les dijo: "¡Qué insensatos son ustedes y qué duros de corazón para creer todo lo anunciado por los profetas! ¿Acaso no era necesario que el Mesías padeciera todo esto y así entrara en su gloria?". Y comenzando por Moisés y siguiendo con todos los profetas, les explicó todos los pasajes de la Escritura que se referían a él.
Ya cerca del pueblo a donde se dirigían, él hizo como que iba más lejos; pero ellos le insistieron, diciendo: "Quédate con nosotros, porque ya es tarde y pronto va a oscurecer". Y entró para quedarse con ellos. Cuando estaban a la mesa, tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él se les desapareció. Y ellos se decían el uno al otro: "¡Con razón nuestro corazón ardía, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras!".
Se levantaron inmediatamente y regresaron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, los cuales les dijeron: "De veras ha resucitado el Señor y se le ha aparecido a Simón". Entonces ellos contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL

Invoquemos, amados hermanos, a Cristo, triunfador del pecado y de la muerte, que siempre intercede por nosotros diciendo: R/. Rey de la gloria, resucítanos contigo.
Para que Cristo, el Señor, atraiga hacia sí el corazón de los fieles y fortalezca sus voluntades, de manera que busquen los bienes de allá arriba, donde él está sentado a la derecha de Dios, roguemos al Señor.
Para que Cristo, amo supremo de la creación, haga que todos los pueblos gocen abundantemente de la paz que en sus apariciones otorgó a los discípulos, roguemos al Señor.
Para que Cristo, el destructor de la muerte y el médico de toda enfermedad, se compadezca de los débiles y desdichados y aleje del mundo el hambre, las guerras y todos los males, roguemos al Señor.
Para que Cristo, el Señor, salve y bendiga nuestra parroquia (comunidad), y conceda la paz, la alegría y el descanso den las fatigas a los que hoy nos hemos reunido aquí para celebrar su triunfo, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que en este día, memorial de la Pascua, has reunido a tu Iglesia que peregrina por el mundo, escucha nuestra oración y abre nuestros corazones para que entendamos las Escrituras y reconozcamos a tu Hijo al partir el pan. Él, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, los dones que, jubilosa, tu Iglesia te presenta, y puesto que es a ti a quien debe su alegría, concédele también disfrutar de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I- V de Pascua, pp. 504-508 (500-504).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Le 24, 35

Los discípulos reconocieron al Señor Jesús, al partir el pan. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dirige, Señor, tu mirada compasiva sobre tu pueblo, al que te has dignado renovar con estos misterios de vida eterna, y concédele llegar un día a la gloria incorruptible de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne, p. 608 (602).

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.-El entusiasmo religioso que experimentaron los discípulos ante las numerosas señales que Jesús cumplió durante su ministerio galileo, modificó su comprensión acerca de la identidad del Maestro. Estaban ciertos que Jesús de Nazaret era un profeta poderoso en obras y palabras. Cuando ese profeta enviado por Dios terminó sus días aparentemente abandonado en la cruz, los discípulos quedaron sumidos en un profundo desconsuelo. Los discípulos lograron liberarse de esa crisis de sentido gracias a las generosas manifestaciones del Señor resucitado. La esperanza cristiana acerca de la resurrección de Cristo no es una cuestión teórica, sino una vivencia imprescindible en la vida de los discípulos. A partir de esa confianza, podremos fortalecer nuestro espíritu para enfrentar esta hora tan dolorosa que atraviesa nuestro país.

 

LUNES 27

Nuestra Señora de Monserrat

Blanco Lunes III de Pascua o Santa María Guadalupe García Zavala, virgen * MR, p. 361 (362) / Lecc. I, p. 886

Otros santos: Zita de Lucca, terciaria franciscana.

EL ALIMENTO PERDURABLE
Hech 6,8-15; Jn 6, 22-29

La narración de la multiplicación de los panes que sacia a la multitud que sigue a Jesús, con más interés que fidelidad, nos ayuda a descifrar las motivaciones últimas de nuestra relación con Dios. Los comensales reducen a Jesús a la condición de proveedor generoso que los abastecería de panes gratuitamente. El Maestro advierte sus intenciones y aprovecha el incidente para darles una lección de sabiduría. Aunque la gente de Galilea apenas sobrevivía debido a la opresión social, Jesús los alerta a no vivir para comer. Sería una existencia carente de sentido. El Señor los invita a trascender ese nivel elemental, afanándose por la vida que perdura, por la existencia que se consigue cuando se vive como él vivió, haciendo la voluntad del Padre.

ANTÍFONA DE ENTRADA

Ha resucitado el Buen Pastor, que dio la vida por sus ovejas y se entregó a la muerte por su rebaño. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Dios todopoderoso, que, despojándonos del modo de proceder del hombre viejo, nuestra forma de vida corresponda a la naturaleza que restauraste en nosotros gracias a los sacramentos pascuales. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

No podían refutar la sabiduría inspirada con que hablaba Esteban:

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 6, 8-15

En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y de poder, realizaba grandes prodigios y señales entre la gente.
Algunos judíos de la sinagoga llamada "de los Libertos", procedentes de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no podían refutar la sabiduría inspirada con que hablaba.
Entonces sobornaron a algunos hombres para que dijeran: "Nosotros hemos oído a este hombre blasfemar contra Moisés y contra Dios".
Alborotaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas; cayeron sobre Esteban, se apoderaron de él por sorpresa y lo llevaron ante el sanedrín. Allí presentaron testigos falsos, que dijeron: "Este hombre no deja de hablar contra el lugar santo del templo y contra la ley. Lo hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret va a destruir el lugar santo y a cambiar las tradiciones que recibimos de Moisés".
Los miembros del sanedrín miraron a Esteban y su rostro les pareció tan imponente como el de un ángel. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 118,23-24.26-27.29-30.
R/. Dichoso el que cumple la voluntad del Señor. Aleluya.

Aunque los poderosos se burlen de mí, yo seguiré observando fielmente tu ley. Tus mandamientos, Señor, son mi alegría; ellos son también mis consejeros. R/.
Te conté mis necesidades y me escuchaste; enséñame, Señor, tu voluntad. Dame nueva luz para conocer tu ley y para meditar las maravillas de tu amor. R/.
Apártame de los caminos falsos y dame la gracia de cumplir tu voluntad. He escogido el camino de la lealtad a tu voluntad y a tus mandamientos. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 4
R/. Aleluya, aleluya.

No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios. R/.

EVANGELIO

No trabajen por el alimento que se acaba, sino por el que dura para la vida eterna.

Del santo Evangelio según san Juan: 6, 22-29

Después de la multiplicación de los panes, cuando Jesús dio de comer a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el lago. Al día siguiente, la multitud, que estaba en la otra orilla del lago, se dio cuenta de que allí no había más que una sola barca y de que Jesús no se había embarcado con sus discípulos, sino que éstos habían partido solos. En eso llegaron otras barcas desde Tiberíades al lugar donde la multitud había comido el pan. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaúm para buscar a Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo llegaste acá?". Jesús les contestó: "Yo les aseguro que ustedes no me andan buscando por haber visto señales milagrosas, sino por haber comido de aquellos panes hasta saciarse. No trabajen por ese alimento que se acaba, sino por el alimento que dura para la vida eterna y que les dará el Hijo del hombre; porque a éste, el Padre Dios lo ha marcado con su sello".
Ellos le dijeron: "¿Qué necesitamos para llevar a cabo las obras de Dios?". Respondió Jesús: "La obra de Dios consiste en que crean en aquel a quien él ha enviado". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Suba hasta ti, Señor, nuestra oración, acompañada por estas ofrendas, para que, purificados por tu bondad, nos dispongas para celebrar el sacramento de tu inmenso amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I- V de Pascua; pp. 504-508 (500-504).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN.Jn 14, 27

La paz les dejo, mi paz les doy; pero yo no se la doy como la da el mundo, dice el Señor. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso y eterno, que, por la resurrección de Cristo, nos has hecho renacer a la vida eterna, multiplica en nosotros el efecto de este sacramento pascual, e infunde en nuestros corazones el vigor que comunica este alimento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

O bien:

* Santa María Guadalupe García Zavala, Virgen MR, p. 733 (720)
Nació en 1878 en Zapopan, México, la "Madre Lupita” fue una religiosa que con una fe profunda y una esperanza sin límites, buscó la propia santificación desde el amor al Corazón de Jesús y la fidelidad a la Iglesia. Cofundadora de la Congregación de las Siervas de Santa
Margarita María y de los Pobres, se distinguió por sus obras a favor de los necesitados y de los enfermos. Fue llamada a la casa de Padre celestial el 24 de junio de 1963, y canonizada el 12 de mayo de 2013.

ORACIÓN COLECTA

Señor y Dios nuestro, que en el amor a ti y al prójimo has querido resumir tus mandamientos, concédenos que, a ejemplo de santa María Guadalupe García Zavala, no neguemos a nadie nuestra ayuda y merezcamos ser llamados con ella a compartir el Reino de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

 

MARTES 28

Blanco Martes III de Pascua o Memoria de San Pedro Chanel, presbítero y mártir, * o memoria de San Luis María Grignion de Montfort, presbítero ** MR, p. 362 (363) / Lecc. I, p. 888

Otros santos: Juana Beretta Molla. madre de familia.

LA ANGUSTIA ANTE LA MUERTE
Hech 7, 51-8.1; Jn 6, 30-35

Una de las cuestiones más complejas que enfrentamos los seres humanos es la muerte. La certidumbre de nuestra muerte segura nos hace preguntarnos ¿cuánto tardará en llegar? Mientras esto ocurre, nos inquieta saber si ¿conseguiremos llevar a plenitud una existencia plena, que nos permita cumplir nuestro proyecto de vida? La respuesta cristiana a esta pregunta anima a vivir una vida trascendente, que marque una diferencia significativa entre el mundo en que nacimos y el mundo que dejamos al morir. El relato evangélico y la narración del martirio de Esteban pueden leerse desde esa perspectiva. El diácono Esteban vive siguiendo los pasos de su Señor y elige perder la vida antes que traicionar sus convicciones como discípulo de Jesús. La certeza de la victoria de Jesús sobre la muerte lo fortalece para testimoniar congruentemente su esperanza. En su vida transparenta la eficacia del mensaje de Jesús, quien ofrece el pan verdadero a toda el que crea en él.

ANTÍFONA DE ENTRADA Ap 19, 5; 12, 10

Alaben a nuestro Dios todos cuantos lo temen, pequeños y grandes, porque ha llegado ya la salvación, el poder y el reinado de su Cristo. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que abres la entrada del reino celestial a los que han renacido por el agua y el Espíritu Santo, aumenta sobre tus siervos la gracia que les diste, para que, purificados de todo pecado no les falte ningún bien de los que, en tu bondad, les tienes prometido. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Señor Jesús, recibe mi espíritu.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 7,51-8,1

En aquellos días, habló Esteban ante el sanedrín, diciendo: "Hombres de cabeza dura, cerrados de corazón y de oídos. Ustedes resisten siempre al Espíritu Santo; ustedes son iguales a sus padres. ¿A qué profeta no persiguieron sus padres? Ellos mataron a los que anunciaban la venida del justo, al que ahora ustedes han traicionado y dado muerte. Recibieron la ley por medio de los ángeles y no la han observado".
Al oír estas cosas, los miembros del sanedrín se enfurecieron y rechinaban los dientes de rabia contra él. Pero Esteban. lleno del Espíritu Santo, miró al cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios, y dijo: "Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios".
Entonces los miembros del sanedrín gritaron con fuerza, se taparon los oídos y todos a una se precipitaron sobre él. Lo sacaron fuera de la ciudad y empezaron a apedrearlo. Los falsos testigos depositaron sus mantos a los pies de un joven, llamado Saulo.
Mientras lo apedreaban, Esteban repetía esta oración: "Señor Jesús, recibe mi espíritu". Después se puso de rodillas y dijo con fuerte voz: "Señor, no les tomes en cuenta este pecado". Diciendo esto, se durmió en el Señor. y Saulo estuvo de acuerdo en que mataran a Esteban. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 30, 3cd-4. 6ab. 7b. Ba.17. 21ab.
R/. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya.

Sé tú, Señor, mi fortaleza y mi refugio, la muralla que me salve. Tú, que eres mi fortaleza y mi defensa, por tu nombre, dirígeme y guíame. R/.
En tus manos encomiendo mi espíritu y tú, mi Dios leal, me librarás. En ti, Señor, deposito mi confianza y tu misericordia me llenará de alegría. R/.
Vuelve, Señor, tus ojos a tu siervo y sálvame, por tu misericordia; cuídame, Señor, y escóndeme junto a ti, lejos de las intrigas de los hombres. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 6, 35
R. Aleluya, aleluya.

Yo soy el pan de la vida, dice el Señor; el que viene a mí ya no tendrá hambre. R/. Aleluya.

EVANGELIO

No fue Moisés, sino mi Padre, quien les da el verdadero pan del cielo.

Del santo Evangelio según san Juan: 6, 30-35

En aquel tiempo, la gente le preguntó a Jesús: "¿Qué señal vas a realizar tú, para que la veamos y podamos creerte? ¿Cuáles son tus obras? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Les dio a comer pan del cielo".
Jesús les respondió: "Yo les aseguro: No fue Moisés quien les dio pan del cielo; es mi Padre quien les da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que baja del cielo y da la vida al mundo".
Entonces le dijeron: "Señor, danos siempre de ese pan". Jesús les contestó: "Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, los dones que, jubilosa, tu Iglesia te presenta, y puesto que es a ti a quien debe su alegría, concédele también disfrutar de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I- V de Pascua, pp. 504-508 (500-504).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Rm 6, 8

Si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dirige, Señor, tu mirada compasiva sobre tu pueblo, al que te has dignado renovar con estos misterios de vida eterna, y concédele llegar un día a la gloria incorruptible de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.

O bien:

* San Pedro Chanel, presbítero y mártir MR, p. 733 (721) Religioso Marista francés, fue enviado a Oceanía para predicar el Evangelio. Enfrentó muchas dificultades, provenientes tanto de los autóctonos paganos, como de los misioneros metodistas. Logró convertir a la fe al hijo del rey Futuna, por lo cual el soberano lo mandó matar inmediatamente.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que para crecimiento de tu Iglesia coronaste a san Pedro Chanel con el martirio, concédenos, en estos días de gozo pascual, celebrar de tal modo los misterios de la muerte y resurrección de Cristo, que merezcamos ser testigos de la vida nueva. Él, que vive y reina contigo ...

O bien:

** San Luis María Grignion de Montfort, presbítero MR, p. 734(721)
Nació en Montfort-sur-Meu, Francia, en 1673. Fue un sacerdote que evangelizó las regiones occidentales de su país, anunciando el misterio de la Sabiduría eterna. Fundador de dos congregaciones, predicó y escribió acerca de la Cruz de Cristo y de la verdadera devoción a la Santísima Virgen. Después de convertir a muchos, descansó de su peregrinación terrena el 28 de abril de 1716, a los cuarenta y tres años de edad, en la aldea de Sain-Laurent-sur-Sévre. Fue canonizado por el Papa Pío XII en 1947.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que quisiste dirigir los pasos de san Luis María Grignion de Montfort, presbítero, por el camino de la salvación y del amor a Cristo, acompañado por la santísima Virgen, concédenos que, siguiendo su ejemplo y meditando los misterios de tu amor, trabajemos incansablemente en la edificación de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo ...

 


MIÉRCOLES 29

Blanco Miércoles III de Pascua o Memoria de Santa Catalina de Siena, virgen y doctora de la Iglesia MR p. 735 (722) / Lecc. I, p. 890

Otros santos: Beatas Hanna Helena Chrzanowska, enfermera y Oblata Benedictina; Itala Mela, oblata benedictina.

Su vida estuvo repartida entre la contemplación de Jesús crucificado y el servicio de la Iglesia, desgarrada por facciones. Plenamente imbuida en el espíritu de santo Domingo, encontró en el amor a Dios todas las energías necesarias para hacer regresar al Papa de Aviñón a Roma, y para hacer comprender a los pecadores lo que significa el llamamiento de la sangre redentora (1347-1380).

LA VIDA EN RIESGO
Hech 8, 1-8; Jn 6, 35-40

Quienes creemos en el Dios amigo de la vida, estamos convencidos que la vida humana es el don más precioso que Dios nos ha regalado. Sin embargo, también somos conscientes de que dicho regalo está afectado por la fragilidad y la carencia. Los discípulos de Jesús no queremos vivir una existencia achaparrada, reducida a una serie de logros puramente materiales. Sabiendo disfrutar de manera justa nuestra existencia terrenal estamos abiertos a la oferta de vida plena. En el libro de los Hechos de los Apóstoles los cristianos que escapan a la primera
de las persecuciones no se paralizan ni se acobardan, sino que reorientan su estrategia: ponen a salvo su vida a fin de poder anunciar a la gente bien dispuesta de Samaria, la alegre noticia de la vida plena y perdurable. En una sociedad que menosprecia la vida humana y que padece un promedio de cien homicidios por día, debemos oponernos eficazmente a esa violencia y a la vez, necesitamos acoger la oferta de la vida que perdura.

ANTÍFONA DE ENTRADA

Esta virgen sabia y prudente salió al encuentro de Cristo con la lámpara encendida. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que hiciste arder en amor divino a santa Catalina de Siena, al contemplar la pasión de tu Hijo y al servir a tu Iglesia, concede, por su intercesión, que tu pueblo, asociado al misterio de Cristo, se alegre siempre en la manifestación de su gloria. Él, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Al pasar de un lugar a otro, iban difundiendo el Evangelio.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 8, 1-8

El mismo día de la muerte de Esteban, se desató una violenta persecución contra la Iglesia de Jerusalén, y todos, menos los apóstoles, se dispersaron por Judea y por Samaria. Unos hombres piadosos sepultaron a Esteban e hicieron gran duelo por él. Entre tanto, Saulo hacía estragos en la Iglesia: entraba en las casas para llevarse a hombres y mujeres y meterlos en la cárcel.
Los que se habían dispersado, al pasar de un lugar a otro, iban difundiendo el Evangelio. Felipe bajó a la ciudad de Samaria y predicaba ahí a Cristo. La multitud escuchaba con atención lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los milagros que hacía y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus inmundos, lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados quedaban curados. Esto despertó gran alegría en aquella ciudad. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 65, 1-3a. 4-5. 6-7a.
R/. Las obras del Señor son admirables. Aleluya.

Que aclame al Señor toda la tierra. Celebremos su gloria y su poder, cantemos un himno de alabanza, digamos al Señor: "Tu obra es admirable". R/.
Que se postre ante ti la tierra entera y celebre con cánticos tu nombre. Admiremos las obras del Señor, los prodigios que ha hecho por los hombres. R/.
Él transformó el Mar Rojo en tierra firme y los hizo cruzar el Jordán a pie enjuto. Llenémonos por eso de gozo y gratitud: el Señor es eterno y poderoso. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 6, 40
R/. Aleluya, aleluya.

El que cree en mí tiene vida eterna, dice el Señor, y yo lo resucitaré en el último día. R/.

EVANGELIO

La voluntad de mi Padre consiste en que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna.

Del santo Evangelio según san Juan: 6, 35-40

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed. Pero como ya les he dicho: me han visto y no creen. Todo aquel que me da el Padre viene hacia mí; y al que viene a mí yo no lo echaré
fuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
Y la voluntad del que me envió es que yo no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite en el último día. La voluntad de mi Padre consiste en que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y yo lo resucite en el último día". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, este sacrificio de salvación que te ofrecemos en la conmemoración de santa Catalina, para que, instruidos por sus enseñanzas, podamos darte gracias con mayor fervor a ti, único Dios verdadero. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio de santas vírgenes y santos religiosos, p. 543 (539).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. 1 Jn 1, 7

Si caminamos en la luz, como Dios es luz, estamos unidos unos con otros, y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos purifica de todo pecado. Aleluya.

ORACIÓN DESPUES DE LA COMUNIÓN

Concede, Señor, la vida eterna a quienes has alimentado en esta mesa celestial, la cual sostuvo la vida temporal de santa Catalina. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

JUEVES 30

Blanco Jueves III de Pascua o Memoria de San Pío V, papa* MR, p. 364 (365) / Lecc. I, p. 892

Otros santos: María de la Encarnación (Guyart Martín), religiosa ursulina. Beata Paulina von Mallinckrodt, fundadora.

EL VERDADERO PAN DE VIDA
Hech 8, 26-40; Jn 6,44-51

En este amplio discurso Jesús utiliza una serie imágenes poéticas para identificarse con el pan de la vida. Si desciframos inteligentemente dicha imagen entendemos que el mensaje de Jesús es una palabra que permite acceder a una vida más plena. También podemos comprender que Jesús es pan de vida, porque se ofrece en cada Eucaristía como alimento para alentar nuestra solidaridad cristiana hacia quienes ven amenazada su vida. Quien se alimenta de la vida divina que Jesús nos ofrece en cada eucaristía, queda fortalecido para entregar su propia vida al servicio de los hermanos. De ahí podemos extraer la clave de lectura que nos permita descifrar el pasaje de Isaías que no comprende el funcionario etíope. Quien haya asimilado que "existe mayor dicha en dar que en recibir" y quien haya comprendido el sentido profundo de la pascua de Jesús, aprenderá a no temer a la muerte, porque ha encontrado en su vida al Señor de la vida.

ANTIFONA DE ENTRADA Cfr. Ex 15,1-2

Cantemos al Señor, pues su victoria es grande. Mi fortaleza y mi alabanza es el Señor, él es mi salvación. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, concédenos aprovechar bien los dones de tu bondad en estos días en que, por gracia tuya, la hemos experimentado más plenamente, para que, libres de las tinieblas del error, nos hagas estar adheridos firmemente a tu verdad. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Aquí hay agua. ¿Hay alguna dificultad para que me bautices?

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 8, 26-40

En aquellos días, un ángel del Señor le dijo a Felipe: "Levántate y toma el camino del sur, que va de Jerusalén a Gaza y que es poco transitado". Felipe se puso en camino. Y sucedió que un etíope, alto funcionario de Candaces, reina de Etiopía, y administrador de sus tesoros, que había venido a Jerusalén para adorar a Dios, regresaba en su carro, leyendo al profeta Isaías.
Entonces el Espíritu le dijo a Felipe: "Acércate y camina junto a ese carro". Corrió Felipe, y oyendo que el hombre leía al profeta Isaías, le preguntó: "¿Entiendes lo que estás leyendo?". Él le contestó: "¿Cómo voy a entenderlo, si nadie me lo explica?". Entonces invitó a Felipe
a subir y a sentarse junto a él.
El pasaje de la Escritura que estaba leyendo, era éste: Como oveja fue llevado a la muerte; como cordero que no se queja frente al que lo trasquila, así él no abrió la boca. En su humillación no se le hizo justicia. ¿Quién podrá hablar de su descendencia, puesto que su vida ha sido arrancada de la tierra'?
El etíope le preguntó a Felipe: "Dime, por favor: ¿De quién dice esto el profeta, de sí mismo o de otro?". Felipe comenzó a hablarle y partiendo de aquel pasaje, le anunció el Evangelio de Jesús. Siguieron adelante, llegaron a un sitio donde había agua y dijo el etíope: "Aquí hay
agua. ¿Hay alguna dificultad para Que me bautices?". Felipe le contestó: "Ninguna, si crees de todo corazón". Respondió el etíope: "Creo que Jesús es el Hijo de Dios". Mandó parar el carro, bajaron los dos al agua y Felipe lo bautizó.
Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El etíope ya no lo vio más y prosiguió su viaje, lleno de alegría. En cuanto a Felipe, se encontró en la ciudad de Azoto y evangelizaba los poblados que encontraba a su paso, hasta que llegó a Cesarea. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 65,8-9.16-17.20.
R/. Tu salvación, Señor, es para todos. Aleluya.

Naciones, bendigan a nuestro Dios, hagan resonar sus alabanzas, porque él nos ha devuelto la vida y no dejó que tropezaran nuestros pies. R/.
Cuantos temen a Dios, vengan y escuchen, y les diré lo que ha hecho por mí; a él dirigí mis oraciones y mi lengua le cantó alabanzas. R/.
Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica, ni me retiró su gracia. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 6, 51
R/. Aleluya, aleluya.

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor; el que coma de este pan vivirá para siempre. R/. Aleluya.

EVANGELIO

Yo soy el pan vivo, que ha bajado del cielo.

Del santo Evangelio según san Juan: 6,44-51

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre, que me ha enviado; y a ése yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: Todos serán discípulos de Dios. Todo aquel que escucha al Padre y aprende de él, se acerca a mí. No es que alguien haya visto al Padre, fuera de aquel que procede de Dios. Ese sí ha visto al Padre.
Yo les aseguro: el que cree en mí, tiene vida eterna.
Yo soy el pan de la vida. Sus padres comieron el maná en el desierto y sin embargo, murieron. Este es el pan que ha bajado del cielo para que, quien lo coma, no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre, y el pan que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, que por el santo valor de este sacrificio nos hiciste participar de tu misma y gloriosa vida divina, concédenos que, así como hemos conocido tu verdad, de igual manera vivamos de acuerdo con ella. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I- V de Pascua, pp. 504-508 (500-504).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 2 Co 5, 15

Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para él, que murió y resucitó por ellos. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, muéstrate benigno con tu pueblo, y ya que te dignaste alimentarlo con los misterios celestiales, hazlo pasar de su antigua condición de pecado a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.

O bien:

Memoria de San Pío V, papa MR, Durante los seis años de su pontificado (1566-1572), se dedicó a llevar a la práctica la reforma decretada por el Concilio de Trento. Promulgó el Catecismo del Concilio, el Breviario y el Misal Romanos. Reglamentó el rezo del rosario y se esmeró en propagar esta devoción.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que en tu providencia elegiste al Papa san Pío quinto para defender en tu Iglesia la fe y para darte culto dignamente, concédenos, por su intercesión, que podamos participar en tus santos misterios con fe viva y una caridad operante. Por nuestro Señor Jesucristo ...




 


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