MISAL DE ABRIL 2022 / www.laverdadcatolica.org |
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Red mundial oración: Por el personal sanitario | |
Recemos para que el compromiso del personal sanitario de atender a los
enfermos y a los ancianos, especialmente en los países más
pobres, sea apoyado por los gobiernos y las comunidades locales. |
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El número de página del Misal Romano que aparece en nuestro Misal, Asamblea Eucarística, ha sido actualizado conforme a su última edición.
El número entre paréntesis en MR ( ) corresponde al Misal Romano edición para México de Editorial BAC.
Morado Viernes IV de Cuaresma Día de abstinencia MR, p. 226 (245); Lecc. I, p. 772
EL MAL USO DE LA
LENGUA
Sab 2, 1. 12-22; Sal 33; Jn 7, 1-2. 10. 25-30
De acuerdo con la Biblia, Dios rechaza el mal uso de la lengua. Por ejemplo, dos de los diez mandamientos se dirigen contra tal abuso (Ex 20,7 y 16); entre seis cosas que Dios profesa no admitir, tres son pecados de la lengua (Prov 6, 16-19); Y Jesús mismo proclama que "en el día del juicio cada uno dará cuenta de toda palabra inútil que pronuncie" (Mt 12, 36). En nuestras lecturas, vemos por qué Dios rechaza tales pecados. En el libro de la Sabiduría, los impíos utilizan sus lenguas para someter al justo con insultos (v. 19) y condenado a una muerte infame (v. 20). En Juan, algunos despreocupadamente comentan sobre Jesús, provocando una reacción en aquellos que quieren liquidarlo. El mal uso de la lengua puede conducir a la muerte y Dios no acepta la muerte.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 53, 3-4
Señor, sálvame por tu nombre y líbrame con tu poder. Señor, escucha mi plegaria, presta oídos a las palabras de mi boca.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que preparaste abundantes remedios para nuestra fragilidad, concédenos que podamos recibir con alegría su efecto reparador y lo manifestemos con una vida santa. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Condenemos al justo a una muerte ignominiosa.
Del libro de la Sabiduría: 2, 1. 12-22
Los malvados dijeron entre
sí, discurriendo equivocadamente: "Tendamos una trampa al justo,
porque nos molesta y se opone a lo que hacemos; nos echa en cara nuestras violaciones
a la ley, nos reprende las faltas contra los principios en que fuimos educados.
Presume de que conoce a Dios y se proclama a sí mismo hijo del Señor.
Ha llegado a convertirse en un vivo reproche de nuestro modo de pensar y su
sola presencia es insufrible, porque lleva una vida distinta de los demás
y su conducta es extraña. Nos considera como monedas falsas y se aparta
de nuestro modo de vivir como de las inmundicias. Tiene por dichosa la suerte
final de los justos y se gloría de tener por padre a Dios.
Veamos si es cierto lo que dice, vamos a ver qué le pasa en su muerte.
Si el justo es hijo de Dios, él lo ayudará y lo librará
de las manos de sus enemigos. Sometámoslo a la humillación y a
la tortura para conocer su temple y su valor. Condenémoslo a muerte ignominiosa,
porque dice que hay quien mire por él".
Así discurren los malvados, pero se engañan; su malicia los ciega.
No conocen los ocultos designios de Dios, no esperan el premio de la virtud,
ni creen en la recompensa de una vida intachable. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 33, 17-18.
19-20. 21. 23.
R/. El Señor no está lejos de sus fieles.
En contra del malvado está
el Señor, para borrar de la tierra su memoria. Escucha, en cambio, al
hombre justo y lo libra de todas sus congojas. R/.
El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas.
Muchas tribulaciones pasa el justo, pero de todas ellas Dios lo libra. R/.
Por los huesos del justo vela Dios, sin dejar que ninguno se le quiebre. Salva
el Señor la vida de sus siervos; no morirán quienes en él
esperan. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 4
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios. R/.
EVANGELIO
Trataban de capturar a Jesús, pero aún no había llegado su hora.
Del santo Evangelio según san Juan: 7, 1-2. 10. 25-30
En aquel tiempo, Jesús
recorría Galilea, pues no quería andar por Judea, porque los judíos
trataban de matarlo. Se acercaba ya la fiesta de los judíos, llamada
de los Campamentos.
Cuando los parientes de Jesús habían llegado ya a Jerusalén
para la fiesta, llegó también él, pero sin que la gente
se diera cuenta, como de incógnito. Algunos, que eran de Jerusalén,
se decían: "¿No es éste al que quieren matar? Miren
cómo habla libremente y no le dicen nada.
¿Será que los jefes se han convencido de que es el Mesías?
Pero nosotros sabemos de dónde viene éste; en cambio, cuando llegue
el Mesías, nadie sabrá de dónde viene".
Jesús, por su parte, mientras enseñaba en el templo, exclamó:
"Conque me conocen a mí y saben de dónde vengo... Pues bien,
yo no vengo por mi cuenta, sino enviado por el que es veraz; y a él ustedes
no lo conocen. Pero yo sí lo conozco, porque procedo de él y él
me ha enviado".
Trataron entonces de capturarlo, pero nadie le pudo echar mano, porque todavía
no había llegado su hora.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que el poder de este sacrificio nos purifique, para llegar bien dispuestos a las fiestas pascuales, que son el origen de nuestra salvación Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio IV de Cuaresma, MR, pp. 497-501 (493-497).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Ef 1, 7
Por medio de su Sangre, Cristo nos ha obtenido la redención y el perdón de los pecados. En esto se manifiesta la riqueza de su gracia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor, que así como pasamos de lo antiguo a lo nuevo, así, renunciando al pecado, quedemos renovados con una vida santa. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO.
Opcional
Dios y Padre nuestro, vuelve tus ojos hacia estos hijos tuyos, y protege bondadosamente con tu auxilio celestial a quienes confían en tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Sábado IV de Cuaresma o Memoria parcial de san Francisco de Paula, ermitaño* MR, p. 227 (246); Lecc. I, p. 775 LH, Vísperas I del domingo, semana I del Salterio Tomo II: pp. 1099,3 y 314; Para los fieles: pp. 472 y 178; Edición popular: pp. 13 y 435
Otros Santos: Pedro Calungsod, catequista mártir. Beata María de San José, virgen fundadora.
EL MAL CRECE
Jer 11, 18-20; Sal 7; Jn 7, 40-53
El desdoblamiento del mal empieza a crecer más y más fuerte en este periodo ya avanzado de la Cuaresma. En la primera lectura, el mal se organiza contra Jeremías: las palabras del profeta no son bien recibidas ni por el pueblo ni por sus vecinos ni por su misma familia, por lo cual su ministerio le pone en riesgo de muerte por medio de un complot. En el salmo 7, el mal lanza acusaciones falsas: el acusado, perseguido por los malvados, acude al Templo y protesta su inocencia ante el tribunal. En el Evangelio, el mal se siente, provocado por las palabras de Jesús e intenta arrestarlo, aunque está bloqueado en este momento por algunas pizcas del bien que todavía existe en un ambiente inhóspito. Así es el mal: inicia pequeño, adquiere poder, comienza a sentirse fuerte, e intenta apoderarse de todo.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 17, 5-7
Me cercaban olas mortales, los dolores del infierno me acorralaban; pero en mi angustia invoqué al Señor, y él escuchó mi voz desde su templo.
ORACIÓN COLECTA
Que la acción de tu misericordia, Señor, dirija nuestros corazones, ya que sin tu ayuda no podemos agradarte. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Yo era como un manso cordero, que es llevado a degollar.
Del libro del profeta Jeremías: 11, 18-20
En aquel tiempo, dijo Jeremías:
"El Señor me instruyó y yo comprendí; él me
explicó lo que hacían. Yo era como un manso cordero que es llevado
a degollar, y no sabía lo que tramaban contra mí, diciendo: 'Talemos
el árbol en su pleno vigor, arranquémoslo de la tierra de los
vivos y que su nombre no se pronuncie más'.
Ahora tú, Señor de los ejércitos, justo juez, que sondeas
lo más íntimo del corazón, haz que yo vea tu venganza contra
ellos, porque a ti he encomendado mi causa". Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo
7, 2-3. 9bc-10.11-12.
R/. En ti, Señor, me refugio.
En ti, Dios mío,
me refugio: de mis perseguidores, sálvame. No permitas que algunos, como
fieras, me destrocen y nadie me rescate. R/.
Tú que llegas, Señor, a lo más hondo del corazón
humano, tú júzgame, Señor, según mis méritos;
conforme a mi inocencia, da tu fallo. Apoya al hombre recto, pon fin a la maldad
de los malvados. R/.
Tengo mi escudo en Dios, que salva a los de recto corazón. Alabaré
al Señor por su justicia y cantaré el nombre del Altísimo.
R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 8, 15
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto. R/.
EVANGELIO
¿Acaso de Galilea va a venir el Mesías?
Del santo Evangelio según san Juan: 7, 40-53
En aquel tiempo, algunos
de los que habían escuchado a Jesús comenzaron a decir: "Éste
es verdaderamente el profeta". Otros afirmaban: "Éste es el
Mesías". Otros, en cambio, decían: "¿Acaso el
Mesías va a venir de Galilea? ¿No dice la Escritura que el Mesías
vendrá de la familia de David, y de Belén, el pueblo de David?".
Así surgió entre la gente una división por causa de Jesús.
Algunos querían apoderarse de él, pero nadie le puso la mano encima.
Los guardias del templo, que habían sido enviados para apresar a Jesús,
volvieron a donde estaban los sumos sacerdotes y los fariseos, y éstos
les dijeron: "¿Por qué no lo han traído?". Ellos
respondieron: "Nadie ha hablado nunca como ese hombre". Los fariseos
les replicaron: "¿Acaso también ustedes se han dejado embaucar
por él? ¿Acaso ha creído en él alguno de los jefes
o de los fariseos? La chusma ésa, que no entiende la ley, está
maldita".
Nicodemo, aquel que había ido en otro tiempo a ver a Jesús, y
que era fariseo, les dijo: "¿Acaso nuestra ley condena a un hombre
sin oírlo primero y sin averiguar lo que ha hecho?". Ellos le replicaron:
"¿También tú eres galileo? Estudia las Escrituras
y verás que de Galilea no ha salido ningún profeta". Y después
de esto, cada uno de ellos se fue a su propia casa. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, con
agrado nuestras ofrendas y atrae hacia ti bondadosamente nuestras voluntades
rebeldes.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma, MR, pp. 497-501 (493-497).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Pe 1. 18-19
Hemos sido rescatados con la Sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin defecto y sin mancha.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor, que tus santos misterios nos purifiquen y que con su eficacia nos hagan gratos a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO.
Opcional
Protege, Señor, a tu pueblo, que camina presuroso hacia la Pascua, y acompáñalo con el generoso auxilio de tu gracia celestial, para que, animado con los consuelos visibles, se sienta mucho más atraído hacia los bienes invisibles. Por Jesucristo, nuestro Señor.
O bien:
*San Francisco
de Paula, ermitaño MR, p. 727 (714)
Nació en Calabria (provincia italiana), en 1416. Desde
muy joven escuchó el llamado de Dios para que se dedicara a la vida de
ermitaño, y se fue a vivir en una cueva. Pero lo siguió toda una
multitud de personas, que acamparon cerca de su cueva. Este fue el origen de
la Orden de los mínimos (1493). Francisco murió en Francia, a
donde el rey Luis XI lo había llamado.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, tú
que enalteces a los humildes, y elevaste a san Francisco de Paula a la gloria
de tus santos, concédenos que, por sus méritos y ejemplo, consigamos
felizmente la recompensa prometida a los humildes.
Por nuestro Señor Jesucristo ...
Morado Domingo V de Cuaresma MR p. 228 (247) / Lecc. I, p. 305
La costumbre de cubrir las
cruces y las imágenes durante este tiempo puede conservarse a juicio
de la Conferencia Episcopal, Las cruces permanecen cubiertas hasta después
de la celebración de la Pasión del Señor, el Viernes Santo,
y las imágenes hasta el comienzo de la Vigilia Pascual.
En este domingo se celebra el tercer escrutinio preparatorio para el Bautismo
de los catecúmenos que van a ser admitidos a los sacramentos de la Iniciación
cristiana en la Vigilia Pascual. Se emplean las oraciones y las intercesiones
propias, que aparecen en el MR, pp. 987-988 (979-980). Sin embargo, en la tercera
Misa de los escrutinios debe leerse siempre el Evangelio con el pasaje de Lázaro,
tal como se propone en el Domingo V de Cuaresma para el ciclo A.
LA LUZ DE LA ESPERANZA
Is 43, 16-21; Sal 125; Flp 3, 7-14; Jn 8,1-11
En medio de una Cuaresma que se torna cada vez más sombría, aparecen brillos de esa luz que es la esperanza. De acuerdo con Isaías, los exilios en Babilonia no van a durar por siempre. El nuevo Éxodo que Dios realizará en favor de su pueblo será aún más maravilloso que aquel éxodo de Egipto. No vale aquí aquella apreciación de que "los sueños, sueños son": este sueño es una realidad. Es lo mismo en el Evangelio de Juan. Los adversarios ponen a Jesús ante una dura prueba: la misericordia o la justicia. Su objetivo es acusarlo como enemigo de la ley de Moisés. Tampoco les importa la situación de aquella pobre mujer que iba a ser lapidada. Jesús no sólo escapa de sus trampas sino que muestra el brillo de la misericordia divina ante la mujer pecadora.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 42, 1-2
Señor, hazme justicia. Defiende mi causa contra gente sin piedad, sálvame del hombre injusto y malvado, tú que eres mi Dios y mi defensa.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Señor Dios nuestro, que, con tu auxilio, avancemos animosamente hacia aquel grado de amor con el que tu Hito, por la salvación del mundo, se entregó a la muerte. El que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Yo realizaré algo nuevo y daré de beber a mi pueblo.
Del libro del profeta Isaías: 43, 16-21
Esto dice el Señor,
que abrió un camino en el mar y un sendero en las aguas impetuosas, el
que hizo salir a la batalla a un formidable ejército de carros y caballos,
que cayeron y no se levantaron, y se apagaron como una mecha que se extingue:
"No recuerden lo pasado ni piensen en lo antiguo; yo voy a realizar algo
nuevo. Ya está brotando. ¿No lo notan? Voy a abrir caminos en
el desierto y haré que corran los ríos en la tierra árida.
Me darán gloria las bestias salvajes, los chacales y las avestruces,
porque haré correr agua en el desierto, y ríos en el yermo, para
apagar la sed de mi pueblo escogido. Entonces el pueblo que me he formado proclamará
mis alabanzas".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo
125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6.
R/. Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.
Cuando el Señor
nos hizo volver del cautiverio, creíamos soñar; entonces no cesaba
de reír nuestra boca, ni se cansaba entonces la lengua de cantar. R/.
Aun los mismos paganos con asombro decían: "¡Grandes cosas
ha hecho por ellos el Señor!". Y estábamos alegres, pues
ha hecho grandes cosas por su pueblo el Señor. R/.
Como cambian los ríos la suerte del desierto, cambia también ahora
nuestra suerte, Señor, y entre gritos de júbilo cosecharán
aquellos que siembran con dolor. R/.
Al ir, iban llorando, cargando la semilla; al regresar, cantando vendrán
con sus gavillas. R/.
SEGUNDA LECTURA
Todo lo considero como basura, con tal de asemejarme a Cristo en su muerte.
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 3, 7-14
Hermanos: Todo lo que era
valioso para mí, lo consideré sin valor a causa de Cristo. Más
aún pienso que nada vale la pena en comparación con el bien supremo,
que consiste en conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por cuyo amor
he renunciado a todo, y todo lo considero como basura, con tal de ganar a Cristo
y de estar unido a él, no porque haya obtenido la justificación
que proviene de la ley, sino la que procede de la fe en Cristo Jesús,
con la que Dios hace justos a los que creen.
Y todo esto, para conocer a Cristo, experimentar la fuerza de su resurrección,
compartir sus sufrimientos y asemejarme a él en su muerte, con la esperanza
de resucitar con él de entre los muertos.
No quiero decir que haya logrado ya ese ideal o que sea ya perfecto, pero me
esfuerzo en conquistarlo, porque Cristo Jesús me ha conquistado. No,
hermanos, considero que todavía no lo he logrado. Pero eso sí,
olvido lo que he dejado atrás, y me lanzo hacia adelante, en busca de
la meta y del trofeo al que Dios, por medio de Cristo Jesús, nos llama
desde el cielo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Joel 2, 12-13
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Todavía es tiempo, dice el Señor, conviértanse a mí de todo corazón, porque soy compasivo y misericordioso. R/.
EVANGELIO
Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra.
Del santo Evangelio según san Juan: 8, 1-11
En aquel tiempo, Jesús
se retiró al monte de los Olivos y al amanecer se presentó de
nuevo en el templo, donde la multitud se le acercaba; y él, sentado entre
ellos, les enseñaba.
Entonces los escribas y fariseos le llevaron a una mujer sorprendida en adulterio,
y poniéndola frente a él, le dijeron: "Maestro, esta mujer
ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos manda en la ley
apedrear a estas mujeres. ¿Tú que dices?".
Le preguntaban esto para ponerle una trampa y poder acusarlo. Pero Jesús
se agachó y se puso a escribir en el suelo con el dedo. Como insistían
en su pregunta, se incorporó y les dijo: ''Aquel de ustedes que no tenga
pecado, que le tire la primera piedra". Se volvió a agachar y siguió
escribiendo en el suelo.
Al oír aquellas palabras, los acusadores comenzaron a escabullirse uno
tras otro, empezando por los más viejos, hasta que dejaron solos a Jesús
y a la mujer, que estaba de pie, junto a él.
Entonces Jesús se enderezó y le preguntó: "Mujer,
¿dónde están los que te acusaban? ¿Nadie te ha condenado?".
Ella le contestó: "Nadie, Señor". Y Jesús le
dijo: "Tampoco yo te condeno. Vete y ya no vuelvas a pecar". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, amados hermanos,
y pidamos la misericordia del Señor para que, compadecido de su pueblo
penitente, escuche nuestras plegarias: (R/. Escúchanos, Señor.)
Para que el Redentor del mundo, que se entregó a la muerte para
vivificar a su pueblo, libere a la Iglesia de todo mal, roguemos al Señor.
Para que el Redentor del mundo, que oró en la cruz por quienes lo crucificaban,
interceda ante el Padre por los pecadores. roguemos al Señor.
Para que el Redentor de mundo, que experimentó en la cruz el sufrimiento
y la angustia, se compadezca de los que sufren, les dé fortaleza y paciencia
y ponga fin a sus dolores, roguemos al Señor.
Para que el Redentor del mundo a nosotros, sus siervos, que en estos días
nos disponemos a recordar con veneración su cruz, nos reconforte con
la fuerza de su resurrección, roguemos al Señor.
Dios de bondad, que quieres renovar en Cristo el universo entero, contempla
nuestra miseria y, puesto que enviaste a tu Hijo al mundo no para condenarlo,
sino para salvarlo, escucha nuestras oraciones, perdona nuestras culpas y haz
que renazca en nuestros corazones la alegría de una vida nueva y exultante.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Escúchanos, Dios
todopoderoso, y concede a tus siervos, en quienes infundiste la sabiduría
de la fe cristiana, quedar purificados, por la eficacia de este sacrificio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-II de Cuaresma, MR, pp. 497-498 (493-494).
Si se emplean lecturas de la Misa de escrutinios, el prefacio V de Cuaresma, MR, p. 229 (248).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 8,10-11
¿Nadie te ha condenado, mujer? Nadie, Señor. Yo tampoco te condeno. Ya no vuelvas a pecar.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Dios todopoderoso, que podamos contarnos siempre entre los miembros de aquel cuyo Cuerpo y Sangre acabamos de comulgar. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Bendice, Señor, a tu pueblo, que espera los dones de tu misericordia, y concédele recibir de tu mano generosa lo que tú mismo lo mueves a pedir. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Para muchos, parece que la fe es el centro y el único elemento necesario de la vida cristiana. En cambio, para el teólogo alemán, Jürgen Moltmann, mientras que la fe tiene la prioridad, ya que la vida cristiana empieza con ella y se impregna de ella, es la esperanza lo que posee la primacía. Sin la esperanza, la fe en Jesucristo pierde su motivación y, por lo tanto, se extingue el faro que los cristianos siempre han necesitado para guiarse en las tinieblas. Lo que es aún más, la esperanza no es sólo una virtud personal que los individuos poseen dentro de sus almas; sino que es también el principio revolucionario que provoca la transformación de un mundo de injusticia y violencia en una imagen de ese reino de Dios que Jesús encarna y por el cual dio su vida para establecerlo.
Morado Lunes V de Cuaresma o Memoria parcial de san Isidoro, obispo y doctor de la Iglesia* MR, p. 231 (250); Lecc. I, p. 781
Otros Santos: Cayetano Catanoso, presbítero y fundador; Benito "el Moro" de Palermo, religioso de la Orden de Hermanos Menores.
LA CONFIANZA
DE LOS INOCENTES
Dn 13,1-9.15-17.19-30.33-62; Sal 22; Jn 8,12-20
En estos relatos de Daniel, traducidos del hebreo al griego (caps. 13-14), se resalta la personalidad de Daniel, un personaje que no se limita al libro bíblico que lleva su nombre. Aparece también en la literatura cananea y en la de otras culturas del antiguo oriente medio, en donde se celebra por su sabiduría extraordinaria. Estamos en el ambiente de relatos populares que tienen un carácter ejemplar. La enseñanza que quieren transmitir es sumamente sencilla, para que cualquier lector u oyente de la época pudiera captarla sin dificultad. Con el relato de Susana, además de alabar la sabiduría justa de Daniel, se trata de inculcar en el creyente la convicción de que Dios no abandona ni deja en manos de malhechores a quien confía en él y que por su parte los inicuos serán irremediablemente castigados.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 55, 2
Ten compasión de mí, Señor, porque me pisotean y me acosan todo el día mis enemigos.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, por cuya inefable gracia nos enriqueces con toda clase de bendiciones, concédenos pasar de nuestros antiguos pecados a una vida nueva, para prepararnos a la gloria del reino celestial. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
La inocencia de Susana.
Del libro del profeta Daniel: 13, 1-9.15-17.19-30. 33-62
En aquel tiempo vivía
en Babilonia un hombre llamado Joaquín, casado con Susana, hija de Quelcías,
mujer muy bella y temerosa de Dios. Sus padres eran virtuosos y habían
educado a su hija según la ley de Moisés. Joaquín era muy
rico y tenía una huerta contigua a su casa, donde solían reunirse
los judíos, porque era estimado por todos. Aquel año habían
sido designados jueces dos ancianos del pueblo; eran de aquellos de quienes
había dicho el Señor: "En Babilonia, la iniquidad salió
de ancianos elegidos como jueces, que pasaban por guías del pueblo".
Estos frecuentaban la casa de Joaquín y los que tenían litigios
que resolver acudían ahí a ellos. Hacia el mediodía, cuando
toda la gente se había retirado ya, Susana entraba a pasear en la huerta
de su marido. Los dos viejos la veían entrar y pasearse diariamente,
y se encendieron de pasión por ella, pervirtieron su corazón y
cerraron sus ojos para no ver al cielo ni acordarse de lo que es justo.
Un día, mientras acechaban el momento oportuno, salió ella, como
de ordinario, con dos muchachas de su servicio, y como hacía calor, quiso
bañarse en la huerta. No había nadie allí, fuera de los
viejos, que la espiaban escondidos. Susana dijo a las doncellas: "Tráiganme
jabón y perfumes, y cierren las puertas de la huerta mientras me baño".
Apenas salieron las muchachas, se levantaron los dos viejos, corrieron hacia
donde estaba Susana y le dijeron: "Mira: las puertas de la huerta están
cerradas y nadie nos ve. Nosotros ardemos en deseos de ti. Consiente y entrégate
a nosotros. Si no, te vamos a acusar de que un joven estaba contigo y que por
eso despachaste a las doncellas". Susana lanzó un gemido y dijo:
"No tengo ninguna salida; si me entrego a ustedes, será la muerte
para mí; si resisto, no escaparé de sus manos. Pero es mejor para
mí ser víctima de sus calumnias, que pecar contra el Señor".
Y dicho esto, Susana comenzó a gritar. Los dos viejos se pusieron a gritar
también y uno de ellos corrió a abrir la puerta del jardín.
Al oír los gritos en el jardín, los criados se precipitaron por
la puerta lateral para ver qué sucedía. Cuando oyeron el relato
de los viejos, quedaron consternados, porque jamás se había dicho
de Susana cosa semejante.
Al día siguiente, todo el pueblo se reunió en la casa de Joaquín,
esposo de Susana, y también fueron los dos viejos, llenos de malvadas
intenciones contra ella, para hacer que la condenaran a morir. En presencia
del pueblo dijeron: "Vayan a buscar a Susana, hija de Quelcías y
mujer de Joaquín". Fueron por Susana, quien acudió con sus
padres, sus hijos y todos sus parientes. Todos los suyos y cuantos la conocían,
estaban llorando.
Se levantaron entonces los dos viejos en medio de la asamblea y pusieron sus
manos sobre la cabeza de Susana. Ella, llorando, levantó los ojos al
cielo, porque su corazón confiaba en el Señor. Los viejos dijeron:
"Mientras nosotros nos paseábamos solos por la huerta, entró
ésta con dos criadas, luego les dijo que salieran y cerró la puerta.
Entonces se acercó un joven que estaba escondido y se acostó con
ella. Nosotros estábamos en un extremo de la huerta, y al ver aquella
infamia, corrimos hacia ellos y los sorprendimos abrazados. Pero no pudimos
sujetar al joven, porque era más fuerte que nosotros; abrió la
puerta y se nos escapó. Entonces detuvimos a ésta y le preguntamos
quién era el joven, pero se negó a decirlo. Nosotros somos testigos
de todo esto". La asamblea creyó a los ancianos, que habían
calumniado a Susana, y la condenaron a muerte.
Entonces Susana, dando fuertes voces, exclamó: "Dios eterno, que
conoces los secretos y lo sabes todo antes de que suceda, tú sabes que
éstos me han levantado un falso testimonio. Y voy a morir sin haber hecho
nada de lo que su maldad ha tramado contra mí". El Señor
escuchó su voz. Cuando llevaban a Susana al sitio de la ejecución,
el Señor hizo sentir a un muchacho, llamado Daniel, el santo impulso
de ponerse a gritar: "Yo no soy responsable de la sangre de esta mujer".
Todo el pueblo se volvió a mirarlo y le preguntaron: "¿Qué
es lo que estás diciendo?". Entonces Daniel, de pie en medio de
ellos, les respondió: "Israelitas, ¿cómo pueden ser
tan ciegos? Han condenado a muerte a una hija de Israel, sin haber investigado
y puesto en claro la verdad. Vuelvan al tribunal, porque ésos le han
levantado un falso testimonio".
Todo el pueblo regresó de prisa y los ancianos dijeron a Daniel: "Ven
a sentarte en medio de nosotros y dinos lo que piensas, puesto que Dios mismo
te ha dado la madurez de un anciano". Daniel les dijo entonces: "Separen
a los acusadores, lejos el uno del otro, y yo los voy a interrogar".
Una vez separados, Daniel mandó llamar a uno de ellos y le dijo: "Viejo
en años y en crímenes, ahora van a quedar al descubierto tus pecados
anteriores, cuando injustamente condenabas a los inocentes y absolvías
a los culpables, contra el mandamiento del Señor: No matarás al
que es justo e inocente. Ahora bien, si es cierto que los viste, dime debajo
de qué árbol estaban juntos". Él respondió:
"Debajo de una acacia". Daniel le dijo: "Muy bien. Tu mentira
te va a costar la vida, pues ya el ángel ha recibido de Dios tu sentencia
y te va a partir por la mitad". Daniel les dijo que se lo llevaran, mandó
traer al otro y le dijo: "Raza de Canaán y no de Judá, la
belleza te sedujo y la pasión te pervirtió el corazón.
Lo mismo hacían ustedes con las mujeres de Israel, y ellas, por miedo,
se entregaban a ustedes. Pero una mujer de Judá no ha podido soportar
la maldad de ustedes. Ahora dime, ¿bajo qué árbol los sorprendiste
abrazados?". Él contestó: "Debajo de una encina".
Replicó Daniel: "También a ti tu mentira te costará
la vida. El ángel del Señor aguarda ya con la espada en la mano,
para partirte por la mitad. Así acabará con ustedes".
Entonces toda la asamblea levantó la voz y bendijo a Dios, que salva
a los que esperan en él. Se alzaron contra los dos viejos, a quienes,
con palabras de ellos mismos, Daniel había convencido de falso testimonio,
y les aplicaron la pena que ellos mismos habían maquinado contra su prójimo.
Para cumplir con la ley de Moisés, los mataron, y aquel día se
salvó una vida inocente. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo
22, 1-3a. 3b-4. 5. 6.
R/. Nada temo, Señor, porque tú estás conmigo.
El Señor es mi pastor,
nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas
me conduce para reparar mis fuerzas. R/.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así,
aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás
conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R/.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges
la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes. R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días
de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin
término. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Jn 8, 12
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de la vida. R/.
EVANGELIO
Yo soy la luz del mundo.
Del santo Evangelio según san Juan: 8, 12-20
En aquel tiempo, Jesús
dijo a los fariseos: "Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no caminará
en la oscuridad y tendrá la luz de la vida".
Los fariseos le dijeron a Jesús: "Tú das testimonio de ti
mismo; tu testimonio no es válido". Jesús les respondió:
"Aunque yo mismo dé testimonio en mi favor, mi testimonio es válido,
porque sé de dónde vengo y a dónde voy; en cambio, ustedes
no saben de dónde vengo ni a dónde voy. Ustedes juzgan por las
apariencias.
Yo no juzgo a nadie; pero si alguna vez juzgo, mi juicio es válido, porque
yo no estoy solo: el Padre, que me ha enviado, está conmigo. Y en la
ley de ustedes está escrito que el testimonio de dos personas es válido.
Yo doy testimonio de mí mismo y también el Padre, que me ha enviado,
da testimonio sobre mí".
Entonces le preguntaron: "¿Dónde está tu Padre?".
Jesús les contestó: "Ustedes no me conocen a mí ni
a mi Padre; si me conocieran a mí, conocerían también a
mi Padre".
Estas palabras las pronunció junto al cepo de las limosnas, cuando enseñaba
en el templo. Y nadie le echó mano, porque todavía no había
llegado su hora. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor,
a quienes nos disponemos a celebrar los santos misterios, que podamos presentarte
con alegría nuestras almas ya purificadas, como fruto de nuestra penitencia
corporal. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de la Pasión del Señor.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso
y eterno. Porque mediante la pasión salvadora de tu Hijo diste a los
hombres una nueva comprensión de tu majestad y una nueva manera de alabarla,
al poner de manifiesto, por la eficacia inefable de la cruz, el poder del crucificado
y el juicio que del mundo has hecho. Por eso, ahora nosotros, llenos de alegría,
te aclamamos con los ángeles y los santos diciendo: Santo, Santo, Santo
...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 8, 12
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue, no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que los sacramentos que hemos recibido, Señor, nos purifiquen de nuestras malas inclinaciones y, fortalecidos con tu bendición, corramos a tu encuentro siguiendo las huellas de Cristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO.
Opcional
Dios y Padre nuestro, purifica de sus pecados al pueblo que te suplica, para que llevando una vida santa se vea libre de toda adversidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
o bien:
*San Isidro,
obispo y doctor de la Iglesia MR, p. 727 (714)
Isidoro de Sevilla es el gran doctor de España. Sucedió
a su hermano Leandro como obispo de Sevilla. Trabajó en la organización
de la Iglesia en el reino visigodo, teniendo muy bien en cuenta los concilios.
La recopilación de conocimientos hecha por él sirvió como
texto durante varias generaciones (560-636).
ORACIÓN COLECTA
Escucha, Señor, las súplicas que te dirigimos al celebrar a san Isidro de Sevilla, y haz que tu Iglesia, iluminada por sus enseñanzas, encuentre ayuda en su intercesión. Por nuestro Señor Jesucristo ...
Morado Martes V de Cuaresma o Memoria parcial de san Vicente Ferrer, presbítero* MR, p. 233 (251); Lecc. I, p. 789
NECESITAMOS
MEDIADORES
Núm 21, 4-9; Sal 101; Jn 8,21-30
No somos siempre capaces de reconocer nuestras necesidades, expresadas y actuar para responder. No podemos hacer todo por nosotros mismos. Por eso necesitamos mediadores. Los israelitas necesitaban un mediador en el contexto del éxodo. El relato del libro de los Números presenta un nuevo desánimo y nuevas murmuraciones por parte de los hebreos. La respuesta divina es un castigo que amenaza con acabar con el pueblo. Moisés tiene que ejercer su ministerio de mediador para obtener el perdón de Dios y salvar una vez más la vida del pueblo. El relato de Juan es presentado bajo el doble signo del "yo me voy" y "yo soy". El primero se refiere a la pasión y glorificación y está orientado hacia lo segundo, es decir, la presentación de la mediación divina de Jesús por la cual nos revela al Padre mientras que presenta nuestras necesidades ante él.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 26, 14
Espera en el Señor y sé fuerte; ten valor y abandónate al Señor.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Padre, perseverar en el cumplimiento de tu voluntad para que, en este tiempo en que vivimos, el pueblo consagrado a tu servicio crezca en número y en santidad. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Si alguno era mordido y miraba la serpiente de bronce, quedaba curado.
Del libro de los Números: 21, 4-9
En aquellos días,
los hebreos salieron del monte Hor en dirección al Mar Rojo, para rodear
el territorio de Edom; pero por el camino, el pueblo se impacientó y
murmuró contra Dios y contra Moisés, diciendo: "¿Para
qué nos sacaste de Egipto? ¿Para qué muriéramos
en el desierto? No tenemos pan ni agua y ya estamos hastiados de esta miserable
comida".
Entonces envió Dios contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían,
y murieron muchos israelitas. El pueblo acudió a Moisés y le dijo:
"Hemos pecado al murmurar contra el Señor y contra ti. Ruega al
Señor que aparte de nosotros las serpientes". Moisés rogó
al Señor por el pueblo y el Señor le respondió: "Haz
una serpiente como ésas y levántala en un palo. El que haya sido
mordido por las serpientes y mire la que tú hagas, vivirá".
Moisés hizo una serpiente de bronce y la levantó en un palo; y
si alguno era mordido y miraba la serpiente de bronce, quedaba curado. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo
101,2-3.16-18.19-21.
R/. Señor, escucha mi plegaria.
Señor, escucha mi
plegaria; que a tu presencia lleguen mis clamores. El día de la desgracia,
Señor, no me abandones. Cuando te invoque, escúchame y enseguida
respóndeme. R/.
Cuando el Señor reedifique a Sión y aparezca glorioso, cuando
oiga el clamor del oprimido y no se muestre a sus plegarias sordo, entonces
al Señor temerán todos los pueblos y su gloria verán los
poderosos. R/.
Esto se escribirá para el futuro y alabará al Señor el
pueblo nuevo, porque el Señor, desde su altura santa, ha mirado a la
tierra desde el cielo, para oír los gemidos del cautivo y librar de la
muerte al prisionero. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquel que lo encuentra vivirá para siempre. R/.
EVANGELIO
Cuando hayan levantado al Hijo del hombre, entonces sabrán que yo soy.
Del santo Evangelio según san Juan: 8, 21-30
En aquel tiempo, Jesús
dijo a los judíos: "Yo me voy y ustedes me buscarán, pero
morirán en su pecado. A donde yo voy, ustedes no pueden venir".
Dijeron entonces los judíos: "¿Estará pensando en
suicidarse y por eso nos dice: 'A donde yo voy, ustedes no pueden venir'?".
Pero Jesús añadió: "Ustedes son de aquí abajo
y yo soy de allá arriba; ustedes son de este mundo, yo no soy de este
mundo. Se lo acabo de decir: morirán en sus pecados, porque si no creen
que Yo Soy, morirán en sus pecados".
Los judíos le preguntaron: "Entonces ¿quién eres tú?".
Jesús les respondió: "Precisamente eso que les estoy diciendo.
Mucho es lo que tengo que decir de ustedes y mucho que condenar. El que me ha
enviado es veraz y lo que yo le he oído decir a él es lo que digo
al mundo". Ellos no comprendieron que hablaba del Padre.
Jesús prosiguió: "Cuando hayan levantado al Hijo del hombre,
entonces conocerán que Yo Soy y que no hago nada por mi cuenta; lo que
el Padre me enseñó, eso digo. El que me envió está
conmigo y no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que a él le
agrada". Después de decir estas palabras, muchos creyeron en él.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de reconciliación, para que perdones benignamente nuestros pecados y dirijas tú mismo nuestro vacilante corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de la Pasión del Señor, MR, p. 502 (498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 12, 32
Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso que participando asiduamente en tus divinos misterios, merezcamos alcanzar los dones del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO.
Opcional
Señor Dios, que prefieres compadecerte en vez de enojarte con los que esperan en ti, concede a tus fieles enmendarse de los males cometidos, para que merezcan hallar la gracia de tu consuelo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
O bien:
*San Vicente
Ferrer, presbítero MR, p. 728 (715)
Como auténtico hijo de santo Domingo, Vicente fue ante
todo un predicador. Recorrió la costa del Mediterráneo desde Valencia
y llego hasta Francia, Suiza e Italia; exhortaba a las multitudes a que se convirtieran
para esperar la venida del Señor, que parecía inminente por las
calamidades, la guerra y el cisma de entonces (1350-1419).
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que elegiste a san Vicente Ferrer, presbítero, como predicador infatigable del Evangelio, concédenos ver, dichosos, reinar en el cielo a quien él anunció en la tierra como juez que había de venir. Por nuestro Señor Jesucristo ...
Morado Miércoles V de Cuaresma MR, p. 234 (252); Lecc. I, p. 791
UN MANUAL
DE RESISTENCIA
Dn 3, 14-20. 49-50. 91-92. 95; Dn 3; Jn 8, 31-42
Aunque el pasaje de Daniel nos habla de Nabucodonosor, que ordena construir una gran estatua, en realidad se trata del rey griego Antíoco IV (175-163 a. C), quien ordenó erigir una estatua de Zeus, dios principal del panteón griego, en Jerusalén. Con este relato el autor intenta animar a los creyentes para que resistan la agresión de los poderosos que quieren ocupar el lugar de Dios. La resistencia, animada por la perseverancia y la fidelidad, puede trocar la actitud del agresor al punto de convertirlo al Señor. Dicha resistencia se puede ejercer también por medio de palabras que desenmascaran las mentiras del mal. Así la ejerce Jesús en el Evangelio de hoy. Aun cuando está consciente de que buscan matarlo, discute con sus enemigos con una sencillez directa, honesta y apabullante. Hoy tenemos en estas lecturas un manual de resistencia.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 17. 48-49
Tú me liberas, Señor, de la ira de los pueblos, me haces triunfar sobre mis adversarios y me salvas del hombre malvado.
ORACIÓN COLECTA
Ilumina, Dios compasivo, los corazones de tus hijos que tratan de purificarse por la penitencia con amor, dígnate escuchar paternalmente nuestras súplicas. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Dios mandó a su ángel para liberar a sus siervos.
Del libro del profeta Daniel: 3,14-20.49-50.91-92.95
En aquellos días
dijo el rey Nabucodonosor: "¿Es cierto, Sedrak, Mesak y Abednegó,
que no quieren servir a mis dioses, ni adorar la estatua de oro que he mandado
levantar? Pues bien, si no es cierto, estén dispuestos para que, al oír
sonar el cuerno, la flauta, la cítara, el salterio, la chirimía
y toda clase de instrumentos, se postren y adoren la estatua que he mandado
hacer. Pero si no la adoran, serán arrojados inmediatamente a un horno
encendido. ¿Y qué dios podrá librarlos entonces de mis
manos?".
Pero Sedrak, Mesak y Abednegó contestaron al rey Nabucodonosor: "No
es necesario responder a tu pregunta, pues el Dios a quien servimos puede librarnos
del horno encendido y nos librará de tus manos; y aunque no lo hiciera,
sábete que de ningún modo serviremos a tus dioses, ni adoraremos
la estatua de oro, que has mandado levantar".
Entonces Nabucodonosor se enfureció y la expresión de su rostro
cambió para Sedrak, Mesak y Abednegó. Mandó encender el
horno y aumentar la fuerza del fuego siete veces más de lo acostumbrado.
Después ordenó que algunos de los hombres más fuertes de
su ejército ataran a Sedrak, Mesak y Abednegó y los arrojaran
al horno encendido.
Pero el ángel del Señor bajó del cielo, se puso junto a
ellos, apartó las llamas y produjo en el horno un frescor como de brisa
y de rocío, y el fuego no los atormentó, ni los hirió,
ni siquiera los tocó. El rey Nabucodonosor, estupefacto, se levantó
precipitadamente y dijo a sus consejeros: "¿Acaso no estaban atados
los tres hombres que arrojamos al horno?". Ellos contestaron: "Sí,
señor". El rey replicó: "¿Por qué, entonces,
estoy viendo cuatro hombres sueltos, que se pasean entre las llamas, sin quemarse?
Y el cuarto, parece un ángel".
Nabucodonosor los hizo salir del horno y exclamó: "Bendito sea el
Dios de Sedrak, Mesak y Abednegó, que ha enviado a su ángel para
librar a sus siervos, que confiando en él, desobedecieron la orden del
rey y expusieron su vida, antes que servir y adorar a un dios extraño".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Daniel 3, 52. 53.
54. 55. 56.
R/. Bendito seas para siempre, Señor.
Bendito seas, Señor,
Dios de nuestros padres. Bendito sea tu nombre santo y glorioso. R/.
Bendito seas en tu templo santo y glorioso. Bendito seas en el trono de tu reino.
R/.
Bendito eres tú, Señor, que penetras con tu mirada los abismos
y te sientas en un trono rodeado de querubines. Bendito seas, Señor,
en la bóveda del cielo. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 8, 15
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto. R/.
EVANGELIO
Si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres.
Del santo Evangelio según san Juan: 8, 31-42
En aquel tiempo, Jesús
dijo a los que habían creído en él: "Si se mantienen
fieles a mi palabra, serán verdaderamente discípulos míos,
conocerán la verdad y la verdad los hará libres". Ellos replicaron:
"Somos hijos de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo
dices tú: 'Serán libres'?".
Jesús les contestó: "Yo les aseguro que todo el que peca
es un esclavo del pecado y el esclavo no se queda en la casa para siempre; el
hijo sí se queda para siempre. Si el Hijo les da la libertad, serán
realmente libres. Ya sé que son hijos de Abraham; sin embargo, tratan
de matarme, porque no aceptan mis palabras. Yo hablo de lo que he visto en casa
de mi Padre: ustedes hacen lo que han oído en casa de su padre".
Ellos le respondieron: "Nuestro padre es Abraham". Jesús les
dijo: "Si fueran hijos de Abraham, harían las obras de Abraham.
Pero tratan de matarme a mí, porque les he dicho la verdad que oí
de Dios. Eso no lo hizo Abraham. Ustedes hacen las obras de su padre".
Le respondieron: "Nosotros no somos hijos de prostitución. No tenemos
más padre que a Dios".
Jesús les dijo entonces: "Si Dios fuera su Padre me amarían
a mí, porque yo salí de Dios y vengo de Dios; no he venido por
mi cuenta, sino enviado por él". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estos dones que recibimos de ti y ahora te presentamos; y ya que los destinaste para alabanza de tu nombre, haz también que nos procuren la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de la Pasión del Señor, MR, p. 502 (498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Col 1, 13-14
Dios nos ha hecho entrar al Reino de su Hijo amado, por cuya sangre recibimos la redención y el perdón de los pecados.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el sacramento recibido, Señor, nos proporcione un remedio celestial para que purifique nuestros corazones de sus vicios y nos fortalezca con su constante protección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO.
Opcional
Atiende, Dios todopoderoso, las súplicas de tu pueblo y a quienes, compadecido, les das la confianza de esperar en tu amor, concédeles, benigno, experimentar el efecto de tu acostumbrada misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Jueves V de Cuaresma o Memoria parcial de san Juan Bautista de la Salle, presbítero* MR p. 235 (253); Lecc. I, p. 794
CELEBRANDO LA PRESENCIA DE DIOS EN UNA ATMÓSFERA SOMBRÍA
Gén 17, 3-9; Sal 104; Jn 8, 51-59
La Navidad no es la única temporada litúrgica que celebra la presencia de Dios entre nosotros. La Cuaresma también la ensalza, pero en una atmósfera distinta. Es una atmósfera sobria y realista, como vemos en nuestro pasaje del Génesis y el anterior a éste (15, 1-21), donde el Señor promete estar con Abrahán, estableciendo una alianza por medio de un sacrificio ensangrentado y misterioso. Es una atmósfera marcada por la incomprensión y la violencia, como vemos en el Evangelio, Con palabras muy claras, Jesús hace eco de Ex 3,14 "Yo soy el que soy" o "Yo soy el que estaré con ustedes", revelándose como la presencia de Dios. La alusión a Ex 3, 14 es blasfemia para los judíos, quienes agarran piedras para lapidarlo (cf. Lev 24, 16), pero Jesús escapa de sus manos y la presencia de Dios se vuelve terrible.
ANTÍFONA DE ENTRADA Heb 9, 15
Cristo es el mediador de la nueva alianza, para que, por su muerte, los que han sido llamados reciban la herencia eterna que les había prometido.
ORACIÓN COLECTA
Atiende, Señor, a quienes te dirigen sus ruegos y protege en tu bondad a quienes hemos puesto la esperanza en tu misericordia, para que, purificados de toda mancha de pecado, perseveremos en una vida santa y lleguemos a ser herederos de tus promesas. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Serás padre de una multitud de pueblos.
Del libro del Génesis: 17, 3-9
Cuando Dios se le apareció,
Abram se postró con el rostro en el suelo y Dios le dijo: "Aquí
estoy. Esta es la alianza que hago contigo: Serás padre de una multitud
de pueblos. Ya no te llamarás Abram, sino Abraham, porque te he constituido
como padre de muchas naciones.
Te haré fecundo sobremanera; de ti surgirán naciones y de ti nacerán
reyes. Contigo y con tus descendientes, de generación en generación,
establezco una alianza perpetua para ser el Dios tuyo y de tus descendientes.
A ti y a tus descendientes les daré en posesión perpetua toda
la tierra de Canaán, en la que ahora vives como extranjero; y yo seré
el Dios de ustedes".
Después le dijo Dios a Abraham: "Cumple, pues, mi alianza, tú
y tu posteridad, de generación en generación". Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo
104,4-5.6-7.8-9.
R/. El Señor nunca olvida sus promesas.
Recurran al Señor
y a su poder, búsquenlo sin descanso. Recuerden los prodigios que él
ha hecho, sus portentos y oráculos. R/.
Descendientes de Abraham, su servidor, estirpe de Jacob, su predilecto, escuchen:
el Señor es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos. R/.
Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de
sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que
un día le hiciera. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Sal 94, 8
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su corazón". R/.
EVANGELIO
Su padre Abraham se regocijaba con el pensamiento de verme.
Del santo Evangelio según san Juan: 8,51-59
En aquel tiempo, Jesús
dijo a los judíos: "Yo les aseguro: el que es fiel a mis palabras
no morirá para siempre".
Los judíos le dijeron: ''Ahora ya no nos cabe duda de que estás
endemoniado. Porque Abraham murió y los profetas también murieron,
y tú dices: 'El que es fiel a mis palabras no morirá para siempre'.
¿Acaso eres tú más que nuestro padre Abraham, el cual murió?
Los profetas también murieron. ¿Quién pretendes ser tú?".
Contestó Jesús: "Si yo me glorificara a mí mismo,
mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, aquel de
quien ustedes dicen: 'Es nuestro Dios', aunque no lo conocen. Yo, en cambio,
sí lo conozco; y si dijera que no lo conozco, sería tan mentiroso
como ustedes.
Pero yo lo conozco y soy fiel a su palabra. Abraham, el padre de ustedes, se
regocijaba con el pensamiento de verme; me vio y se alegró por ello".
Los judíos le replicaron: "No tienes ni cincuenta años. ¿y
has visto a Abraham?". Les respondió Jesús: "Yo les
aseguro que desde antes que naciera Abraham, Yo Soy". Entonces recogieron
piedras para arrojárselas, pero Jesús se ocultó y salió
del templo. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira con agrado, Señor, este sacrificio, y concédenos que sirva para nuestra conversión y para la salvación del mundo entero. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de la Pasión del Señor, MR, p. 502 (498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Rom 8, 32
Dios no escatimó la vida de su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros y en él nos dio todo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados por estos dones de salvación, suplicamos, Señor, tu misericordia, para que este sacramento, que nos nutre en nuestra vida temporal, nos haga partícipes de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO.
Opcional
Sé propicio a tu pueblo, Señor, para que, rechazando día con día lo que te desagrada, se sacie sobre todo con las delicias de tus mandamientos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
*O bien:
*San Juan Bautista
de la Salle, presbítero MR, p. 728 (715)
Fue uno de los primeros en fundar una escuela que ofreciera a
los niños pobres una enseñanza gratuita y popular en Francia.
Las fundaciones iniciales se hicieron en Reims, París y Rouen. Alrededor
de este sacerdote se agruparon algunos profesores para construir los Hermanos
de las Escuelas Cristianas (1684). Este benemérito fundador tuvo que
sufrir duras contrariedades, soportadas ejemplarmente.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que elegiste a san Juan Bautista de la Salle para educar cristianamente a la juventud, suscita en tu Iglesia maestros que se consagren de todo corazón a la formación humana y cristiana de los jóvenes. Por nuestro Señor Jesucristo …
Nuestra Señora de los Dolores
Morado Feria de Cuaresma,MR, pp. 236 (254); Lecc. I, p. 796 Día de abstinencia
Por decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del 18 de marzo de 1995 (Prot. 452/95/L) en las parroquias e iglesias en las que hoy, antiguo "Viernes de Dolores", siga habiendo gran afluencia de fieles para honrar a la Virgen María en su advocación de Nuestra Señora de los Dolores, se puede celebrar una única misa votiva (cfr. 15 de Septiembre, p. 833 (822)).
EL HUMOR TEÑIDO
DE COLORES OSCUROS
Jer 20 10-13; Sal 17; Jn 10, 31-42
Es una opinión común que no hay humor en la Biblia. Si acaso pensamos así, las lecturas de hoy pueden cambiar nuestra opinión. Muestran un cierto sentido de humor, aunque es teñido por los colores sobrios de la Cuaresma. La primera lectura es un grito de Jeremías a Dios: todo lo que Dios le ha ordenado hacer, lo ha hecho. ¿Y cuál es el resultado? Obstinación y odio por parte de sus oyentes. De hecho, utilizan un apodo que es, para ellos, un reflejo muy cómico del pesimismo que perciben en él. Le llaman "terror por todas partes (v. 10)". En el Evangelio, Jesús emplea el humor irónico para despertar a sus oponentes, les pregunta que por cuáles de sus obras buenas quieren matarlo y utiliza, con un atisbo de sonrisa, el Salmo 82, 6: "Ustedes son dioses".
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 30, 10. 16. 18
Ten piedad de mí, Señor, porque estoy en peligro, líbrame y sálvame de la mano de mis enemigos y de aquellos que me persiguen; Señor, que no quede yo defraudado de haberte invocado.
ORACIÓN COLECTA
Perdona, Señor, las culpas de tu pueblo, para que, por tu bondad, nos libres de las ataduras de los pecados que por nuestra fragilidad hemos cometido. Por nuestro Señor Jesucristo ...
O bien:
Señor Dios, que en tu bondad concedes en este tiempo a tu Iglesia imitar devotamente a María santísima en la contemplación de la pasión de Cristo, concédenos, por intercesión de la Virgen, estar cada vez más unidos a tu Unigénito y alcanzar así la plenitud de su gracia. Él, que vive y reina contigo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
El Señor está a mi lado como guerrero poderoso.
Del libro del profeta Jeremías: 20, 10-13
En aquel tiempo, dijo Jeremías:
"Yo oía el cuchicheo de la gente que decía: 'Terror por todas
partes. Denunciemos a Jeremías, vamos a denunciarlo'. Todos los que eran
mis amigos espiaban mis pasos, esperaban que tropezara y me cayera, diciendo:
'Si se tropieza y se cae, lo venceremos y podremos vengarnos de él'.
Pero el Señor, guerrero poderoso, está a mi lado; por eso mis
perseguidores caerán por tierra y no podrán conmigo; quedarán
avergonzados de su fracaso y su ignominia será eterna e inolvidable.
Señor de los ejércitos, que pones a prueba al justo y conoces
lo más profundo de los corazones, haz que yo vea tu venganza contra ellos,
porque a ti he encomendado mi causa.
Canten y alaben al Señor, porque él ha salvado la vida de su pobre
de la mano de los malvados".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo
17, 2-3a. 3bc-4. 5-6. 7.
R/. Sálvame, Señor, en el peligro.
Yo te amo, Señor,
tú eres mi fuerza, el Dios que me protege y me libera. R/.
Tú eres mi refugio, mi salvación, mi escudo, mi castillo. Cuando
invoqué al Señor de mi esperanza, al punto me libró de
mi enemigo. R/.
Olas mortales me cercaban, torrentes destructores me envolvían; me alcanzaban
las redes del abismo y me ataban los lazos de la muerte. R/.
En el peligro invoqué al Señor, en mi angustia le grité
a mi Dios; desde su templo, él escuchó mi voz y mi grito llegó
a sus oídos. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 6, 63.68
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna. R/.
EVANGELIO
Intentaron apoderarse de él, pero se les escapó de las manos.
Del santo Evangelio según san Juan: 10, 31-42
En aquel tiempo, cuando
Jesús terminó de hablar, los judíos cogieron piedras para
apedrearlo. Jesús les dijo: "He realizado ante ustedes muchas obras
buenas de parte del Padre, ¿por cuál de ellas me quieren apedrear?".
Le contestaron los judíos: "No te queremos apedrear por ninguna
obra buena, sino por blasfemo, porque tú, no siendo más que un
hombre, pretendes ser Dios".
Jesús les replicó: "¿No está escrito en su
ley: Yo les he dicho: Ustedes son dioses? Ahora bien, si ahí se llama
dioses a quienes fue dirigida la palabra de Dios (y la Escritura no puede equivocarse),
¿cómo es que a mí, a quien el Padre consagró y envió
al mundo, me llaman blasfemo porque he dicho: 'Soy Hijo de Dios'? Si no hago
las obras de mi Padre, no me crean. Pero si las hago, aunque no me crean a mí,
crean a las obras, para que puedan comprender que el Padre está en mí
y yo en el Padre". Trataron entonces de apoderarse de él, pero se
les escapó de las manos.
Luego regresó Jesús al otro lado del Jordán, al lugar donde
Juan había bautizado en un principio y se quedó allí. Muchos
acudieron a él y decían: "Juan no hizo ningún signo;
pero todo lo que Juan decía de éste, era verdad". Y muchos
creyeron en él allí. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que tu ayuda, Dios misericordioso, nos haga dignos de servir siempre a tu altar, a fin de que la asidua participación en este sacrificio nos obtenga la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de la Pasión del Señor, MR, p. 502 (498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Pe 2, 24
Jesús, cargado con nuestros pecados, subió al madero de la cruz, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia; por sus llagas hemos sido curados.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que no deje de protegernos continuamente, Señor, la recepción de este sacramento y que aleje siempre de nosotros todo mal. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO.
Opcional
Concede, Dios todopoderoso, que tus siervos, que anhelan la gracia de tu protección, puedan servirte con ánimo confiado, libres ya de todo mal. Por Jesucristo, nuestro Señor.
O bien:
Por decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, del 18 de marzo de 1995 (Prot. 452/95/L), en las parroquias e iglesias en las que hoy, antiguo " Viernes de Dolores", siga habiendo gran afluencia de fieles para honrar a la Virgen María en su advocación de Nuestra Señora de los Dolores, se puede celebrar una única Misa votiva de esta advocación (cfr. 15 de septiembre, p. 833).
*Nuestra Señora
de los Dolores MR, p. 833 (822) / Lecc. III, p. 125
La santísima Virgen María estuvo íntimamente unida a la
pasión de su Hijo. Por eso está asociada de un modo particular
a la gloria de su resurrección. La compasión de María,
que celebramos en esta fiesta, nos recuerda que al pie de la cruz la maternidad
de María se extendió a todo el cuerpo de Cristo, que es la Iglesia,
es decir, a todos nosotros.
ANTÍFONA DE ENTRADA Lc 2, 34-35
El anciano Simeón dijo a María: Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción; y a ti, una espada te atravesará el alma.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quisiste
que junto a tu Hijo en la cruz estuviera de pie su Madre, compartiendo su dolor,
concede a tu Iglesia que, asociada con ella a la pasión de Cristo, merezca
participar de su gloriosa resurrección.
El, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Aprendió a obedecer y se ha convertido en autor de salvación eterna.
De la carta a los hebreos: 5, 7-9
Hermanos: Durante su vida mortal, Cristo ofreció oraciones y súplicas, con fuertes voces y lágrimas, a aquel que podía librarlo de la muerte, y fue escuchado por su piedad. A pesar de que era el Hijo, aprendió a obedecer padeciendo, y llegado a su perfección, se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los que lo obedecen. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo
30, 2-3a. 3h-4. 5-6.15-16. 20.
R. Señor, por tu amor tan grande ponme a salvo.
A ti, Señor, me acojo,
que no quede yo nunca defraudado; Señor, tú, que eres justo, ponme
a salvo. Escucha mi oración. R.
Ven a rescatarme sin retardo, sé tú mi fortaleza y mi refugio.
Pues eres mi refugio y fortaleza, por tu nombre, Señor, guía mis
pasos. R.
Sácame de la red que me han tendido, pues eres tú mi amparo. En
tus manos encomiendo mi espíritu y tu lealtad me librará, Dios
mío. R.
Pero yo en ti confío; "tú eres mi Dios", Señor,
siempre te digo; mi suerte está en tus manos, líbrame del poder
de mi enemigo que viene tras mis pasos. R.
Qué grande es la bondad que has reservado, Señor, para tus fieles.
Con quien se acoge a ti, Señor, y a la vista de todos, ¡qué
bueno eres! R.
SECUENCIA: Esta secuencia es opcional tanto en su forma larga como en su forma breve, desde * ¡Oh dulce fuente de amor!
La Madre piadosa
estaba
junto a la cruz, y lloraba
mientras el Hijo pendía,
cuya alma triste y llorosa,
traspasada y dolorosa,
fiero cuchillo tenía.
Oh, cuán
triste y afligida
se vió la Madre escogida
de tantos tormentos llena
cuando triste contemplaba,
y dolorosa miraba,
del Hijo la pena.
¿Y cuál
hombre no llorara
si a la Madre contemplara
de Cristo, en tanto dolor?
¿Y quién no se entristeciera,
piadosa Madre, si os viera,
sujeta a tanto rigor?
Por los pecados
del mundo
vió a Jesús en tan profundo
tormento la dulce María,
y muriendo al Hijo amado
que rindió desamparado
el espíritu a su Padre.
Oh Madre, fuente
de amor
hazme sentir tu dolor
para que llore contigo.
Y que por mi Cristo amado
mi corazón abrasado
más viva en Él que conmigo.
Y porque a amarte
me anime
en mi corazón imprime
las llagas que tuvo en sí;
y de tu Hijo, Señora,
divide conmigo ahora
las que padeció por mí.
Hazme contigo llorar,
y de veras lastimar
de sus penas mientras vivo:
porque acompañar deseo
en la cruz, donde le veo,
tu Corazón compasivo.
Virgen de vírgenes
santas,
llore yo con ansias tantas,
que el llanto dulce me sea;
porque su Pasión y Muerte
tenga mi alma de suerte
que siempre sus penas vea.
Haz que su cruz
me enamore,
Y que en ella viva y more,
De mi fe y amor indicio;
porque me inflame y me encienda
y contigo me defienda
en el día del juicio.
Haz que me ampare
la muerte
de Cristo, cuando en tan fuerte
trance vida y alma estén;
para que cuando quede en calma
el cuerpo, vaya mi alma
a su eterna gloria.
Amén.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosa la Virgen María, que sin morir, mereció la palma del martirio junto a la cruz del Señor. R.
EVANGELIO
¿Y cuál hombre no llorara si a la Madre contemplara de Cristo en tanto dolor?
Del santo Evangelio según san Juan: 19,25-27
En aquel tiempo, estaban
junto a la cruz de Jesús, su madre, la hermana de su madre, María
la de Cleofás y María Magdalena.
Al ver a la madre y junto a ella al discípulo a quien tanto quería,
Jesús dijo a su madre: "Mujer, ahí está tu hijo".
Luego dijo al discípulo: ''Ahí está tu madre". Y desde
entonces el discípulo se la llevó a vivir con él.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Dios misericordioso,
las súplicas y ofrendas que te presentamos para alabanza de tu nombre,
al venerar a la santísima Virgen María, a quien, bondadoso, nos
entregaste como piadosísima Madre.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Pe 4, 13
Alégrense de compartir ahora los padecimientos de Cristo, para que cuando se manifieste su gloria, el júbilo de ustedes sea desbordante.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con el sacramento
de la redención eterna, te pedimos, Señor, que, al conmemorar
el dolor de la santísima Virgen María, completemos, a favor de
la Iglesia, lo que falta en nosotros a los padecimientos de Cristo.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Morado Feria de Cuaresma MR, p. 238 (256); Lecc. I, p. 799
¡NO
QUEREMOS QUE SE CAMBIE NADA!
Ez 37, 21-28; Jer 31; Jn 11, 45-56
Por medio de Ezequiel, Dios alecciona a su pueblo de que todo no puede seguir siendo igual. Si en la visión de los huesos revivificados está presente la idea de la resurrección del pueblo, la acción simbólica que el profeta efectúa hoy muestra que ese pueblo no puede vivir para seguir siendo igual. La resurrección implica un gran cambio en Israel. La misma lección se encuentra en el Evangelio. Ante el prodigio en el texto de Juan surge una doble reacción: la fe y la incredulidad. La fe abre las puertas al cambio, la incredulidad las cierra. Las autoridades religiosas deciden entonces actuar, temen que la actividad de Jesús, con sus signos prodigiosos, propicie un movimiento de masas de carácter mesiánico que puede hacer peligrar el orden religioso y político establecido. Quieren que las cosas sigan igual. ¿Es lo que nosotros también queremos?
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 21, 20. 7
Tú, Señor, no te quedes lejos; fuerza mía, ven aprisa a ayudarme; pues yo soy un gusano, no un hombre, despreciado por la gente y rechazado por el pueblo.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que hiciste que todos los renacidos en Cristo, vinieran a ser linaje escogido y sacerdocio real, concédenos querer y poder cumplir lo que mandas, para que tu pueblo, llamado a la vida eterna, tenga unidos sus corazones en una misma fe y actúe movido por el mismo amor. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Haré de ellos un solo pueblo.
Del libro del profeta Ezequiel: 37, 21-28
Esto dice el Señor
Dios: "Voy a recoger de las naciones a donde emigraron, a todos los israelitas;
de todas partes los congregaré para llevarlos a su tierra. Haré
de ellos un solo pueblo en mi tierra, en los montes de Israel; habrá
un solo rey para todos ellos y nunca más volverán a ser dos naciones,
ni a dividirse en dos reinos.
Ya no volverán a mancharse con sus ídolos, sus abominaciones y
con todas sus iniquidades; yo los salvaré de las infidelidades que cometieron
y los purificaré; ellos van a ser mi pueblo y yo voy a ser su Dios.
Mi siervo David será su rey y todos ellos no tendrán más
que un pastor; cumplirán mis mandamientos y pondrán por obra mis
preceptos. Habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob y en la que
habitaron los padres de ustedes, y ahí vivirán para siempre ellos,
sus hijos y sus nietos; mi siervo David será su rey para siempre.
Voy a hacer con ellos una alianza eterna de paz. Los asentaré, los haré
crecer y pondré mi santuario entre ellos para siempre. En medio de ellos
estará mi templo: yo voy a ser su Dios y ellos van a ser mi pueblo.
Las naciones sabrán que yo soy el Señor que santifica a Israel,
cuando vean mi santuario en medio de ellos para siempre".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Jeremías
31, 10. 11-12ab.13.
R/. El Señor cuidará a su pueblo como un pastor a su rebaño.
Escuchen, pueblos, la palabra
del Señor, anúncienla aun en las islas más remotas: "El
que dispersó a Israel lo reunirá y lo cuidará como el pastor
a su rebaño". R/.
Porque el Señor redimió a Jacob y lo rescató de las manos
del poderoso. Ellos vendrán para aclamarlo al monte Sión y vendrán
a gozar de los bienes del Señor. R/.
Entonces se alegrarán las jóvenes, danzando; se sentirán
felices jóvenes y viejos, porque yo convertiré su tristeza en
alegría, los llenaré de gozo y aliviaré sus penas. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Ez 18, 31
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Purifíquense de todas sus iniquidades; renueven su corazón y su espíritu, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
Jesús debía morir para congregar a los hijos de Dios, que estaban dispersos.
Del santo Evangelio según san Juan: 11, 45-56
En aquel tiempo, muchos
de los judíos que habían ido a casa de Marta y María, al
ver que Jesús había resucitado a Lázaro, creyeron en él.
Pero algunos de entre ellos fueron a ver a los fariseos y les contaron lo que
había hecho Jesús.
Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron al sanedrín y
decían: "¿Qué será bueno hacer? Ese hombre
está haciendo muchos prodigios. Si lo dejamos seguir así, todos
van a creer en él, van a venir los romanos y destruirán nuestro
templo y nuestra nación".
Pero uno de ellos, llamado Caifás, que era sumo sacerdote aquel año,
les dijo: "Ustedes no saben nada. No comprenden que conviene que un solo
hombre muera por el pueblo y no que toda la nación perezca". Sin
embargo, esto no lo dijo por sí mismo, sino que, siendo sumo sacerdote
aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación,
y no sólo por la nación, sino también para congregar en
la unidad a los hijos de Dios, que estaban dispersos. Por lo tanto, desde aquel
día tomaron la decisión de matarlo.
Por esta razón, Jesús ya no andaba públicamente entre los
judíos, sino que se retiró a la ciudad de Efraín, en la
región contigua al desierto y allí se quedó con sus discípulos.
Se acercaba la Pascua de los judíos y muchos de las regiones circunvecinas
llegaron a Jerusalén antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a
Jesús en el templo y se decían unos a otros: "¿Qué
pasará? ¿No irá a venir para la fiesta?".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sea aceptable, Señor, la ofrenda de nuestro ayuno, para que, purificados, nos haga dignos de tu gracia y nos lleve a participar de los bienes prometidos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de la Pasión del Señor, MR, p. 502 (498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 11, 52
Cristo fue entregado a la muerte, para congregar en la unidad a los hijos de Dios, que estaban dispersos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios nuestro, te pedimos que así como nos nutres con el sagrado alimento del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, nos hagas participar de la naturaleza divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO.
Opcional
Ten misericordia, Señor,
de tu Iglesia suplicante y mira compasivo a quienes se inclinan de corazón
ante ti, para que no permitas que los que redimiste con la muerte de tu Unigénito,
queden expuestos al pecado ni consientas que los opriman las adversidades.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Domingo de Ramos, "de la Pasión del Señor"
Rojo MR, p. 243 (257) / Lecc. I, p. 309 LH, semana II del Salterio
Otros Santos: Macario de Jerusalén, obispo; Magdalena de Canossa, fundadora. Beato Pedro María Ramírez Ramos, presbítero y Mártir.
JESÚS
ES EL SIERVO FIEL DE ISAÍAS
Is 50, 4-7; Sal 21 Flp 2, 6-11; Lc 22,14-23, 56
En el tercer cántico del profeta Isaías, encontramos al siervo de Yahvé presentado como el discípulo fiel del Señor. Formado en la escucha de la palabra, el siervo entiende que su misión es enseñar y consolar. Su misión no será fácil, ya que tendrá que enfrentar incluso la agresión física; sin embargo, él soportará fielmente, pues espera el triunfo definitivo que Dios mismo le concederá. Es este siervo fiel, que ha inspirado a Lucas en su narrativa de la pasión de Jesús, quien enfrenta su destino con la misma fidelidad y disponibilidad de escuchar al Padre, y con capacidad de enseñar y consolar. Claro que Jesús supera con creces al siervo de Yahvé y cualquier otro elemento inspirado del Deutero-Isaías. No obstante, esta figura del siervo de Yahvé asiste a Lucas para narrar con entendimiento profundo la pasión de Jesús.
1. En
este día la Iglesia recuerda la entrada de Cristo nuestro Señor
a Jerusalén para consumar su Misterio Pascual. Por lo tanto en todas
las Misas se conmemora esta entrada del Señor mediante una procesión
o una entrada solemne, antes de la Misa principal, y por medio de una entrada
sencilla antes de las demás Misas. Pero puede repetirse la entrada solemne
(no la procesión), antes de algunas otras Misas que se celebren con gran
asistencia del Pueblo.
Conviene que donde no pueda hacerse ni procesión ni entrada solemne,
se tenga una celebración de la Palabra de Dios, sobre la entrada mesiánica
y la Pasión del Señor, ya sea el sábado por la tarde o
ya sea el domingo a una hora oportuna.
Conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén Primera forma: Procesión
2. A la
hora señalada, los fieles se reúnen en una iglesia menor o en
algún otro lugar adecuado, fuera de la iglesia hacia la cual va a dirigirse
la procesión. Los fieles llevan sus ramos en las manos.
3. El sacerdote y el diácono, revestidos con las vestiduras
rojas requeridas para la Misa, acompañados por los otros ministros, se
acercan al lugar donde el pueblo está congregado. El sacerdote, en lugar
de casulla, puede usar la capa pluvial, que dejará después de
la procesión, y se pondrá la casulla.
4. Entretanto se canta la siguiente antífona u otro
cántico adecuado:
ANTÍFONA Mt 21, 9
Hosanna al Hijo de David. Bendito el que viene en nombre del Señor, el Rey de Israel. Hosanna en el cielo.
5. Enseguida el sacerdote y los fieles se santiguan mientras el sacerdote dice: "En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo". Después el sacerdote saluda al pueblo de la manera acostumbrada y hace una breve monición para invitar a los fieles a participar activa y conscientemente en la celebración de este día: Puede hacerlo con éstas o semejantes palabras.
Queridos hermanos: Después de haber preparado nuestros corazones desde el principio de Cuaresma con nuestra penitencia y nuestras obras de caridad, hoy nos reunimos para iniciar, unidos con toda la Iglesia, la celebración anual del Misterio Pascual, es decir, de la pasión y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, misterios que empezaron con su entrada en Jerusalén, su ciudad. Por eso, recordando con toda fe y devoción esta entrada salvadora, sigamos al Señor, para que participando de su cruz, tengamos parte con El en su resurrección y su vida.
6. Después
de esta monición, el sacerdote, teniendo extendidas las manos, dice una
de las dos oraciones siguientes:
Oremos. Dios todopoderoso y eterno, santifica con tu bendición †
estos ramos, para que, quienes acompañamos jubilosos a Cristo Rey, podamos
llegar, por él, a la Jerusalén del cielo. Él, que vive
y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.
O bien:
Aumenta, Señor
Dios, la fe de los que esperan en ti y escucha con bondad las súplicas
de quienes te invocan, para que, al presentar hoy nuestros ramos a Cristo victorioso,
demos para ti en él frutos de buenas obras. El, que vive y reina por
los siglos de los siglos. Amén.
Y en silencio, rocía los ramos con agua bendita.
7. Enseguida el diácono, o en su ausencia el sacerdote, proclama del modo acostumbrado el Evangelio de la entrada del Señor en Jerusalén, según alguno de los cuatro evangelistas. Si es oportuno se usa el incienso.
"Bendito el que viene en nombre del Señor"
Evangelio (Ciclo C)
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Del santo Evangelio según san Lucas: 19, 28-40
En aquel tiempo, Jesús,
acompañado de sus discípulos, iba camino de Jerusalén,
y al acercarse a Betfagé y a Betania, junto al monte llamado de los Olivos,
envió a dos de sus discípulos, diciéndoles:
"Vayan al caserío que está frente a ustedes. Al entrar, encontrarán
atado un burrito que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganlo
aquí. Si alguien les pregunta por qué lo desatan, díganle:
'El Señor lo necesita' ".
Fueron y encontraron todo como el Señor les había dicho. Mientras
desataban el burro, los dueños les preguntaron: "¿Por qué
lo desamarran?". Ellos contestaron: "El Señor lo necesita".
Se llevaron, pues, el burro, le echaron encima los mantos e hicieron que Jesús
montara en él.
Conforme iba avanzando, la gente tapizaba el camino con sus mantos, y cuando
ya estaba cerca la bajada del monte de los Olivos, la multitud de discípulos,
entusiasmados, se pusieron a alabar a Dios a gritos por todos los prodigios
que habían visto, diciendo: "¡Bendito el rey que viene en
nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!".
Algunos fariseos que iban entre la gente, le dijeron: "Maestro, reprende
a tus discípulos". Él les replicó: "Les aseguro
que si ellos se callan, gritarán las piedras". Palabra del
Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
8. Después
del Evangelio, si se cree oportuno, puede tenerse una breve homilía.
Al iniciar la procesión, el celebrante u otro ministro idóneo
puede hacer una exhortación con estas palabras u otras parecidas:
Queridos hermanos: Imitando a la multitud que aclamaba al Señor,
avancemos en paz.
O bien:
Avancemos en paz.
En este caso responden:
En el nombre de Cristo. Amén.
9. Y se inicia del modo acostumbrado la procesión hacia la iglesia en donde va a celebrarse la Misa. Si se usa el incienso, el turiferario va adelante con el incensario, en el cual habrá puesto incienso previamente; enseguida, un acólito u otro ministro con la cruz adornada con ramos, según la costumbre del lugar, y, a su lado, dos ministros con velas encendidas. Sigue luego el diácono con el Evangeliario, el sacerdote con los ministros y, detrás de ellos, los fieles con ramos en las manos. Al avanzar la procesión, el coro y el pueblo entonan los siguientes cánticos u otros apropiados en honor a Cristo Rey:
ANTÍFONA I
Los niños hebreos, llevando ramos de olivo, salieron al encuentro del Señor, clamando: "Hosanna en el cielo".
Si se cree conveniente, puede alternarse esta antífona con los versículos del salmo 23.
SALMO 23
Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en él habitan, pues él lo edificó sobre los mares, él fue quien lo asentó sobre los ríos.
Se repite la antífona.
¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién podrá entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y manos puras y que no jura en falso.
Se repite la antífona.
Ese obtendrá la bendición de Dios, y Dios, su salvador, le hará justicia. Ésta es la clase de hombres que te buscan y vienen ante ti, Dios de Jacob.
Se repite la antífona.
¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos, porque va a entrar el rey de la gloria!
Se repite la antífona.
y ¿quién es el rey de la gloria? Es el Señor, fuerte y poderoso, el Señor, poderoso en la batalla.
Se repite la antífona.
¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos, porque va a entrar el rey de la gloria!
Se repite la antífona.
Y ¿quién es el rey de la gloria? El Señor, Dios de los ejércitos, es el rey de la gloria.
Se repite la antífona.
ANTIFONA II
Los niños hebreos extendían sus mantos por el camino y clamaban: "Hosanna al Hijo de David, bendito el que viene en nombre del Señor".
Si se cree oportuno, puede alternarse esta antífona con los versículos del siguiente salmo.
SALMO 46
Aplaudan, pueblos todos; aclamen al Señor, de gozo llenos; que el Señor, el Altísimo, es terrible y de toda la tierra, rey supremo.
Se repite la antífona.
Fue él quien nos puso por encima de todas las naciones y los pueblos, al elegirnos como herencia suya, orgullo de Jacob, su predilecto.
Se repite la antífona.
Entre voces de júbilo y trompetas, Dios, el Señor, asciende hasta su trono. Cantemos en honor de nuestro Dios, al rey honremos y cantemos todos.
Se repite la antífona.
Porque Dios es el rey del universo, cantemos el mejor de nuestros cantos. Reina Dios sobre todas las naciones desde su trono santo.
Se repite la antífona.
Los jefes de los pueblos se han reunido con el pueblo de Dios, Dios de Abraham, porque de Dios son los grandes de la tierra. Por encima de todo Dios está.
Himno a Cristo Rey
Coro:
Gloria, alabanza y honor, a ti Cristo rey, redentor; a quien infantil cortejo
entonó piadoso Hosanna.
Todos repiten:
Gloria, alabanza y honor ...
Coro:
Tú eres el rey de Israel, prole ínclita de David, rey bendito,
que vienes en el nombre del Señor.
Todos repiten:
Gloria, alabanza y honor. . .
Coro:
Toda la corte celestial te alaba en las alturas, y el hombre mortal, con todas
las creaturas.
Todos repiten:
Gloria, alabanza y honor. . .
Coro:
El pueblo hebreo salió con palmas a tu encuentro; nosotros con preces,
votos e himnos venimos a ti.
Todos repiten:
Gloria, alabanza y honor. . .
Coro:
Aquellos cuando ibas a padecer te tributaban loores; nosotros ahora que reinas,
te ofrecemos nuestro canto.
Todos repiten:
Gloria, alabanza y honor. . .
Coro:
Aquellos te agradaron, que te agrade también nuestra devoción:
¡Rey bueno, rey clemente, a quien agrada todo lo bueno!
Todos repiten:
Gloria, alabanza y honor ...
o bien:
HIMNO A CRISTO REY
Que viva mi Cristo, que
viva mi Rey.
que impere doquiera triunfante su ley.
Viva Cristo Rey, Viva Cristo Rey.
Mexicanos un Padre tenemos,
que nos dio de la patria la unión.
A ese Padre gozosos cantemos,
empuñando con fe su pendón.
Demos gracias al Padre que
ha hecho
que tengamos de herencia la luz
y al darnos vida en el Reino
que su Hijo nos dio por la cruz.
Dios le dio el poder, la
victoria.
Pueblos todos, venid y alabad
a este Rey de los cielos y tierra,
en quien sólo tenemos la paz.
Rey eterno, Rey universal,
en quien todo ya se restauró,
te rogamos que todos los pueblos
sean unidos en un solo amor.
10. Al entrar la procesión en la iglesia, se canta el siguiente responsorio u otro cántico alusivo a la entrada del Señor en Jerusalén:
RESPONSORIO
R. Al
entrar el Señor en la ciudad santa, los hijos de Israel, anticipándose
a la resurrección del Señor de la vida, con palmas en las manos,
clamaban: Hosanna en el cielo.
V. Al enterarse de que Jesús llegaba a Jerusalén,
el pueblo salió a su encuentro
R. Con palmas en las manos, clamando: Hosanna en el
cielo.
11. El sacerdote, al llegar al altar, hace la debida reverencia y, si lo juzga oportuno, lo inciensa. Luego se dirige a la sede (se quita la capa pluvial, si la usó, y se pone la casulla) y, omitidos los demás ritos iniciales de la Misa, incluso el Señor, ten piedad, da fin a la procesión diciendo la oración colecta y prosigue la misa de la manera acostumbrada.
Segunda forma: Entrada solemne
12. Donde
no se pueda hacer la procesión fuera de la iglesia, la entrada del Señor
se celebra dentro del templo por medio de una entrada solemne, antes de la misa
principal.
13. Los fieles se reúnen ante la puerta de la iglesia,
o bien, dentro de la misma iglesia, llevando los ramos en la mano. El sacerdote,
los ministros y algunos de los fieles, van a algún sitio adecuado de
la iglesia, fuera del presbiterio, en donde pueda ser vista fácilmente
la ceremonia, al menos por la mayor parte de la asamblea.
14. Mientras el sacerdote se dirige al sitio indicado, se canta
la antífona "Hosanna al Hijo de David" (n. 4) o algún
otro cántico adecuado. Después se bendicen los ramos y se lee
el Evangelio de la entrada del Señor en Jerusalén, como se indicó
en los nn. 5-7. Después del Evangelio, el sacerdote va solemnemente hacia
el presbiterio a través del templo, acompañado por los ministros
y por algunos fieles, mientras se canta el responsorio ''Al entrar el Señor"
(n. 10), u otro cántico apropiado.
15. Al llegar al altar, el sacerdote hace la debida reverencia.
Enseguida va a la sede y, omitidos los ritos iniciales de la Misa, incluso el
Señor, ten piedad, si es oportuno, dice la colecta de la Misa, que prosigue
luego de la manera acostumbrada.
Tercera forma: Entrada sencilla
16. En
todas las demás misas de este domingo, en las que no se hace la entrada
solemne, se recuerda la entrada del Señor en Jerusalén por medio
de una entrada sencilla.
17. Mientras el sacerdote se dirige al altar, se canta la antífona
de entrada con su salmo u otro cántico sobre el mismo tema. El sacerdote,
al llegar al altar, hace la debida reverencia, va a la sede y saluda al pueblo.
Luego sigue la misa de la manera acostumbrada.
En las demás misas en que no es posible cantar la antífona de entrada, el sacerdote, después de llegar al altar y de haber hecho la debida reverencia, saluda al pueblo, lee la antífona de entrada y prosigue la misa de la manera acostumbrada.
ANTÍFONA DE ENTRADA Jn 12, 1. 12-13; Sal 23, 9-10
Seis días antes de
la Pascua, cuando el Señor entró en Jerusalén, salieron
los niños a su encuentro llevando en sus manos hojas de palmera y gritando:
*Hosanna en el cielo. Bendito tú, que vienes lleno de bondad y de misericordia.
Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos,
porque va a entrar el Rey de la gloria. Y ¿quién es ese Rey de
la gloria? El Señor de los ejércitos es el Rey de la gloria. *Hosanna
en el cielo. Bendito tú, que vienes lleno de bondad y de misericordia.
Cuando no se puede hacer ni la procesión, ni la entrada solemne, es conveniente
hacer una celebración de la palabra de Dios, acerca de la entrada mesiánica
y de la Pasión del Señor, ya sea el sábado en la tarde,
o bien el domingo, a la hora más oportuna.
Misa
19. Después de la procesión o de la entrada solemne, el sacerdote comienza la misa con la oración colecta.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que nuestro Salvador se hiciera hombre y padeciera en la cruz para dar al género humano ejemplo de humildad, concédenos, benigno, seguir las enseñanzas de su pasión y que merezcamos participar de su gloriosa resurrección. El, que vive y reina contigo ...
20. Se lee la historia de la Pasión del Señor. No se llevan ciriales ni incienso, ni se hace al principio el saludo, ni se signa el libro. La lectura la hace un diácono o, en su defecto, el sacerdote. Puede también ser hecha por lectores, reservando al sacerdote, si es posible, la parte correspondiente a Cristo.
Solamente los diáconos piden la bendición del celebrante antes del canto de la Pasión, como se hace antes del Evangelio.
21. Después de la lectura de la Pasión, puede tenerse, si se cree oportuno, una breve homilía. También se puede guardar un momento de silencio.
Dada la importancia de la Pasión del Señor, el sacerdote, en las Misas con el pueblo, y de acuerdo con las características de los fieles de cada asamblea, puede omitir una de las dos primeras lecturas, o ambas, y leer sólo la Pasión del Señor, aún en su forma breve.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
No aparté mi rostro de los insultos, y sé que no quedaré avergonzado.
Del libro del profeta Isaías: 50, 4-7
En aquel entonces, dijo
Isaías: "El Señor me ha dado una lengua experta, para que
pueda confortar al abatido con palabras de aliento.
Mañana tras mañana, el Señor despierta mi oído,
para que escuche yo, como discípulo. El Señor Dios me ha hecho
oír sus palabras y yo no he opuesto resistencia ni me he echado para
atrás.
Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que me tiraban
de la barba. No aparté mi rostro de los insultos y salivazos. Pero el
Señor me ayuda, por eso no quedaré confundido, por eso endurecí
mi rostro como roca y sé que no quedaré avergonzado". Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo
21, 8-9. 17-18a. 19-20. 23-24.
R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Todos los que me ven, de
mí se burlan; me hacen gestos y dicen: "Confiaba en el Señor,
pues que él lo salve; si de veras lo ama, que lo libre". R.
Los malvados me cercan por doquiera como rabiosos perros. Mis manos y mis pies
han taladrado y se pueden contar todos mis huesos. R.
Reparten entre sí mis vestiduras y se juegan mi túnica a los dados.
Señor, auxilio mío, ven y ayúdame, no te quedes de mí
tan alejado. R.
Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
Fieles del Señor, alábenlo; glorifícalo, linaje de Jacob;
témelo, estirpe de Israel. R.
SEGUNDA LECTURA
Cristo se humilló a sí mismo, por eso Dios lo exaltó.
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 2, 6-11
Cristo, siendo Dios, no
consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su condición
divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo, tomando
la condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres. Así,
hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó
incluso la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre
que está sobre todo nombre, para que, al nombre de Jesús, todos
doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan
públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Flp 2,8-9
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Cristo se humilló por nosotros y por obediencia aceptó incluso la muerte y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre. R.
EVANGELIO
He deseado celebrar esta Pascua con ustedes, antes de padecer
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según san Lucas: 22, 14-23, 56
Llegada la hora de cenar,
se sentó Jesús con sus discípulos y les dijo: "Cuánto
he deseado celebrar esta Pascua con ustedes, antes de padecer, porque yo les
aseguro que ya no la volveré a celebrar, hasta que tenga cabal cumplimiento
en el Reino de Dios". Luego tomó en sus manos una copa de vino,
pronunció la acción de gracias y dijo: "Tomen esto y repártanlo
entre ustedes, porque les aseguro que ya no volveré a beber del fruto
de la vid hasta que venga el Reino de Dios".
Hagan esto en memoria mía. Tomando después un pan, pronunció
la acción de gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: "Esto
es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía".
Después de cenar, hizo lo mismo con una copa de vino, diciendo: "Esta
copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por ustedes".
¡Ay de aquel por quien el Hijo del hombre será entregado!
''Pero miren: la mano del que me va a entregar está conmigo en la mesa.
Porque el Hijo del hombre va a morir, según lo decretado; pero ¡ay
de aquel hombre por quien será entregado!". Ellos empezaron a preguntarse
unos a otros quién de ellos podía ser el que lo iba a traicionar.
Yo estoy en medio de ustedes como el que sirve Después los discípulos
se pusieron a discutir sobre cuál de ellos debería ser considerado
como el más importante. Jesús les dijo: "Los reyes de los
paganos los dominan, y los que ejercen la autoridad se hacen llamar bienhechores.
Pero ustedes no hagan eso, sino todo lo contrario: que el mayor entre ustedes
actúe como si fuera el menor, y el que gobierna, como si fuera un servidor.
Porque, ¿quién vale más, el que está a la mesa o
el que sirve? ¿Verdad que es el que está a la mesa? Pues yo estoy
en medio de ustedes como el que sirve. Ustedes han perseverado conmigo en mis
pruebas, y yo les voy a dar el Reino, como mi Padre me lo dio a mí, para
que coman y beban a mi mesa en el Reino, y se siente cada uno en un trono, para
juzgar a las doce tribus de Israel".
Tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos. Luego añadió:
"Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido permiso
para zarandearlos como trigo; pero yo he orado por ti, para que tu fe no desfallezca;
y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos". Él le
contestó: "Señor, estoy dispuesto a ir contigo incluso a
la cárcel y a la muerte". Jesús le replicó: "Te
digo, Pedro, que hoy, antes de que cante el gallo, habrás negado tres
veces que me conoces".
Conviene que se cumpla en mí lo que está escrito.
Después les dijo a todos ellos: "Cuando los envié sin provisiones,
sin dinero ni sandalias, ¿acaso les faltó algo?". Ellos contestaron:
"Nada". El añadió: ''Ahora, en cambio, el que tenga
dinero o provisiones, que los tome; y el que no tenga espada, que venda su manto
y compre una. Les aseguro que conviene que se cumpla esto que está escrito
de mí: Fue contado entre los malhechores, porque se acerca el cumplimiento
de todo lo que se refiere a mí", Ellos le dijeron: "Señor,
aquí hay dos espadas". Él les contestó: "¡Basta
ya!".
Lleno de tristeza,
se puso a orar de rodillas
Salió Jesús, como de costumbre, al monte de los Olivos y lo acompañaron
los discípulos. Al llegar a ese sitio, les dijo: "Oren, para no
caer en la tentación". Luego se alejó de ellos a la distancia
de un tiro de piedra y se puso a orar de rodillas, diciendo: "Padre, si
quieres, aparta de mí esta amarga prueba; pero que no se haga mi voluntad,
sino la tuya". Se le apareció entonces un ángel para confortarlo;
él, en su angustia mortal, oraba con mayor insistencia, y comenzó
a sudar gruesas gotas de sangre, que caían hasta el suelo. Por fin terminó
su oración, se levantó, fue hacia sus discípulos y los
encontró dormidos por la pena. Entonces les dijo: "¿Por qué
están dormidos? Levántense y oren para no caer en la tentación".
Judas, ¿con
un beso entregas al Hijo del hombre?
Todavía estaba hablando, cuando llegó una turba encabezada por
Judas, uno de los Doce, quien se acercó a Jesús para besarlo.
Jesús le dijo: "Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del
hombre?".
Al darse cuenta de lo que iba a suceder, los que estaban con él dijeron:
"Señor, ¿los atacamos con la espada?". Y uno de ellos
hirió a un criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha.
Jesús intervino, diciendo: "¡Dejen! ¡Basta!". Le
tocó la oreja y lo curó.
Después Jesús dijo a los sumos sacerdotes, a los encargados del
templo y a los ancianos que habían venido a arrestarlo: "Han venido
a aprehenderme con espadas y palos, como si fuera un bandido. Todos los días
he estado con ustedes en el templo y no me echaron mano. Pero ésta es
su hora y la del poder de las tinieblas"
Pedro salió
de ahí y se soltó a llorar.
Ellos lo arrestaron, se lo llevaron y lo hicieron entrar en la casa del sumo
sacerdote. Pedro los seguía desde lejos. Encendieron fuego en medio del
patio, se sentaron alrededor y Pedro se sentó también con ellos.
Al verlo sentado junto a la lumbre, una criada se le quedó mirando y
dijo: "Éste también estaba con él". Pero él
lo negó diciendo: "No lo conozco, mujer". Poco después
lo vio otro y le dijo: "Tú también eres uno de ellos".
Pedro replicó: "¡Hombre, no lo soy!". Y como después
de una hora, otro insistió: "Sin duda que éste también
estaba con él, porque es galileo".
Pedro contestó: "¡Hombre, no sé de qué hablas!".
Todavía estaba hablando, cuando cantó un gallo.
El Señor, volviéndose, miró a Pedro. Pedro se acordó
entonces de las palabras que el Señor le había dicho: 'Antes de
que cante el gallo, me negarás tres veces', y saliendo de allí
se soltó a llorar amargamente.
Adivina quién
te ha pegado.
Los hombres que sujetaban a Jesús se burlaban de él, le daban
golpes, le tapaban la cara y le preguntaban: "¿Adivina quién
te ha pegado?". Y proferían contra él muchos insultos.
Lo hicieron comparecer
ante el sanedrín.
Al amanecer se reunió el consejo de los ancianos con los sumos sacerdotes
y los escribas. Hicieron comparecer a Jesús ante el sanedrín y
le dijeron: "Si tú eres el Mesías, dínoslo".
Él les contestó: "Si se lo digo, no lo van a creer, y si
les pregunto, no me van a responder. Pero ya desde ahora, el Hijo del hombre
está sentado a la derecha de Dios todopoderoso". Dijeron todos:
"Entonces, ¿tú eres el Hijo de Dios?". Él les
contestó: "Ustedes mismos lo han dicho: sí lo soy".
Entonces ellos dijeron: "¿Qué necesidad tenemos ya de testigos?
Nosotros mismos lo hemos oído de su boca". El consejo de los ancianos,
con los sumos sacerdotes y los escribas, se levantaron y llevaron a Jesús
ante Pilato.
No encuentro ninguna
culpa en este hombre
Entonces comenzaron a acusarlo, diciendo: "Hemos comprobado que éste
anda amotinando a nuestra nación y oponiéndose a que se pague
tributo al César y diciendo que él es el Mesías rey".
Pilato preguntó a Jesús: "¿Eres tú el rey de
los judíos?". Él le contestó: "Tú lo has
dicho". Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la turba: "No encuentro
ninguna culpa en este hombre". Ellos insistían con más fuerza,
diciendo: "Solivianta al pueblo enseñando por toda Judea, desde
Galilea hasta aquí". Al oír esto, Pilato preguntó
si era galileo, y al enterarse de que era de la jurisdicción de Herodes,
se lo remitió, ya que Herodes estaba en Jerusalén precisamente
por aquellos días.
Herodes, con su
escolta, lo despreció
Herodes, al ver a Jesús, se puso muy contento, porque hacía mucho
tiempo que quería verlo, pues había oído hablar mucho de
él y esperaba presenciar algún milagro suyo. Le hizo muchas preguntas,
pero él no le contestó ni una palabra.
Estaban ahí los sumos sacerdotes y los escribas, acusándolo sin
cesar. Entonces Herodes, con su escolta, lo trató con desprecio y se
burló de él, y le mandó poner una vestidura blanca. Después
se lo remitió a Pilato. Aquel mismo día se hicieron amigos Herodes
y Pilato, porque antes eran enemigos.
Pilato les entregó
a Jesús
Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a las autoridades y al pueblo,
y les dijo: "Me han traído a este hombre, alegando que alborota
al pueblo; pero yo lo he interrogado delante de ustedes y no he encontrado en
él ninguna de las culpas de que lo acusan. Tampoco Herodes, porque me
lo ha enviado de nuevo. Ya ven que ningún delito digno de muerte se ha
probado. Así pues, le aplicaré un escarmiento y lo soltaré".
Con ocasión de la fiesta, Pilato tenía que dejarles libre a un
preso. Ellos vociferaron en masa, diciendo: "¡Quita a ése!
¡Suéltanos a Barrabás!". A éste lo habían
metido en la cárcel por una revuelta acaecida en la ciudad y un homicidio.
Pilato volvió a dirigirles la palabra, con la intención de poner
en libertad a Jesús; pero ellos seguían gritando: "¡Crucifícalo,
crucifícalo!" Él les dijo por tercera vez: "¿Pues
qué ha hecho de malo? No he encontrado en él ningún delito
que merezca la muerte; de modo que le aplicaré un escarmiento y lo soltaré".
Pero ellos insistían, pidiendo a gritos que lo crucificaran. Como iba
creciendo el griterío, Pilato decidió que se cumpliera su petición;
soltó al que le pedían, al que había sido encarcelado por
revuelta y homicidio, y a Jesús se lo entregó a su arbitrio.
Hijas de Jerusalén,
no lloren por mí
Mientras lo llevaban a crucificar, echaron mano a un cierto Simón de
Cirene, que volvía del campo, y lo obligaron a cargar la cruz, detrás
de Jesús. Lo iba siguiendo una gran multitud de hombres y mujeres, que
se golpeaban el pecho y lloraban por él. Jesús se volvió
hacia las mujeres y les dijo: "Hijas de Jerusalén, no lloren por
mí; lloren por ustedes y por sus hijos, porque van a venir días
en que se dirá: '¡Dichosas las estériles y los vientres
que no han dado a luz y los pechos que no han criado!'. Entonces dirán
a los montes: 'Desplómense sobre nosotros', y a las colinas: 'Sepúltennos',
porque si así tratan al árbol verde, ¿qué pasará
con el seco?".
Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.
Conducían, además, a dos malhechores, para ajusticiarlos con él.
Cuando llegaron al lugar llamado "la Calavera", lo crucificaron allí,
a él y a los malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda.
Jesús decía desde la cruz: "Padre, perdónalos, porque
no saben lo que hacen". Los soldados se repartieron sus ropas, echando
suertes.
Éste es
el rey de los judíos
El pueblo estaba mirando. Las autoridades le hacían muecas, diciendo:
"A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el
Mesías de Dios, el elegido". También los soldados se burlaban
de Jesús, y acercándose a él, le ofrecían vinagre
y le decían: "Si tú eres el rey de los judíos, sálvate
a ti mismo". Había, en efecto, sobre la cruz, un letrero en griego,
latín y hebreo, que decía: "Este es el rey de los judíos".
Hoy estarás
conmigo en el paraíso
Uno de los malhechores crucificados insultaba a Jesús, diciéndole:
"Si tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros".
Pero el otro le reclamaba, indignado: "¿Ni siquiera temes tú
a Dios estando en el mismo suplicio? Nosotros justamente recibimos el pago de
lo que hicimos. Pero éste ningún mal ha hecho". Y le decía
a Jesús: "Señor, cuando llegues a tu Reino, acuérdate
de mí". Jesús le respondió: "Yo te aseguro que
hoy estarás conmigo en el paraíso".
Padre, en tus manos encomiendo
mi espíritu
Era casi el mediodía, cuando las tinieblas invadieron toda la región
y se oscureció el sol hasta las tres de la tarde. El velo del templo
se rasgó a la mitad. Jesús, clamando con voz potente, dijo: "¡Padre,
en tus manos encomiendo mi espíritu!". Y dicho esto, expiró.
Aquí se arrodillan todos y se hace una breve pausa.
El oficial romano, al ver lo que pasaba, dio gloria a Dios, diciendo: "Verdaderamente este hombre era justo". Toda la muchedumbre que había acudido a este espectáculo, mirando lo que ocurría, se volvió a su casa dándose golpes de pecho. Los conocidos de Jesús se mantenían a distancia, lo mismo que las mujeres que lo habían seguido desde Galilea, y permanecían mirando todo aquello.
José colocó
el cuerpo de Jesús en un sepulcro
Un hombre llamado José, consejero del sanedrín, hombre bueno y
justo, que no había estado de acuerdo con la decisión de los judíos
ni con sus actos, que era natural de Arimatea, ciudad de Judea, y que aguardaba
el Reino de Dios, se presentó ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús.
Lo bajó de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo colocó
en un sepulcro excavado en la roca, donde no habían puesto a nadie todavía.
Era el día de la Pascua y ya iba a empezar el sábado. Las mujeres
que habían seguido a Jesús desde Galilea acompañaron a
José para ver el sepulcro y cómo colocaban el cuerpo. Al regresar
a su casa, prepararon perfumes y ungüentos, y el sábado guardaron
reposo, conforme al mandamiento. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
O bien: Forma breve
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según san Lucas: 23,1-49
No encuentro ninguna
culpa en este hombre
En aquel tiempo, el consejo de los ancianos, con los sumos sacerdotes y los
escribas, se levantaron y llevaron a Jesús ante Pilato. Entonces comenzaron
a acusarlo, diciendo: "Hemos comprobado que éste anda amotinando
a nuestra nación y oponiéndose a que se pague tributo al César
y diciendo que él es el Mesías rey".
Pilato preguntó a Jesús: "¿Eres tú el rey de
los judíos?". Él le contestó: "Tú lo has
dicho". Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la turba: "No encuentro
ninguna culpa en este hombre". Ellos insistían con más fuerza,
diciendo: "Solivianta al pueblo enseñando por toda Judea, desde
Galilea hasta aquí". Al oír esto, Pilato preguntó
si era galileo, y al enterarse de que era de la jurisdicción de Herodes,
se lo remitió, ya que Herodes estaba en Jerusalén precisamente
por aquellos días.
Herodes, con su
escolta, lo despreció
Herodes, al ver a Jesús, se puso muy contento, porque hacía mucho
tiempo que quería verlo, pues había oído hablar mucho de
él y esperaba presenciar algún milagro suyo. Le hizo muchas preguntas,
pero él no le contestó ni una palabra. Estaban ahí los
sumos sacerdotes y los escribas, acusándolo sin cesar. Entonces Herodes,
con su escolta, lo trató con desprecio y se burló de él,
y le mandó poner una vestidura blanca. Después se lo remitió
a Pilato. Aquel mismo día se hicieron amigos Herodes y Pilato, porque
antes eran enemigos.
Pilato les entregó
a Jesús
Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a las autoridades y al pueblo,
y les dijo: "Me han traído a este hombre, alegando que alborota
al pueblo; pero yo lo he interrogado delante de ustedes y no he encontrado en
él ninguna de las culpas de que lo acusan. Tampoco Herodes, porque me
lo ha enviado de nuevo. Ya ven que ningún delito digno de muerte se ha
probado. Así pues, le aplicaré un escarmiento y lo soltaré".
Con ocasión de la fiesta, Pilato tenía que dejarles libre a un
preso. Ellos vociferaron en masa, diciendo: "¡Quita a ése!
¡Suéltanos a Barrabás!". A éste lo habían
metido en la cárcel por una revuelta acaecida en la ciudad y un homicidio.
Pilato volvió a dirigirles la palabra, con la intención de poner
en libertad a Jesús; pero ellos seguían gritando: "¡Crucifícalo,
crucifícalo!". Él les dijo por tercera vez: "¿Pues
qué ha hecho de malo? No he encontrado en él ningún delito
que merezca la muerte; de modo que le aplicaré un escarmiento y lo soltaré".
Pero ellos insistían, pidiendo a gritos que lo crucificara. Como iba
creciendo el griterío, Pilato decidió que se cumpliera su petición;
soltó al que le pedían, al que había sido encarcelado por
revuelta y homicidio, y a Jesús se lo entregó a su arbitrio.
Hijas de Jerusalén,
no lloren por mí
Mientras lo llevaban a crucificar, echaron mano a un cierto Simón de
Cirene, que volvía del campo, y lo obligaron a cargar la cruz, detrás
de Jesús. Lo iba siguiendo una gran multitud de hombres y mujeres, que
se golpeaban el pecho y lloraban por él. Jesús se volvió
hacia las mujeres y les dijo: "Hijas de Jerusalén, no lloren por
mí; lloren por ustedes y por sus hijos, porque van a venir días
en que se dirá: '¡Dichosas las estériles y los vientres
que no han dado a luz y los pechos que no han criado!' Entonces dirán
a los montes: 'Desplómense sobre nosotros', y a las colinas: 'Sepúltennos',
porque si así tratan al árbol verde, ¿qué pasará
con el seco?".
Padre, perdónalos,
porque no saben lo que hacen
Conducían, además, a dos malhechores, para ajusticiarlos con é1.
Cuando llegaron al lugar llamado "la Calavera", lo crucificaron allí,
a él y a los malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda.
Jesús decía desde la cruz: "Padre, perdónalos, porque
no saben lo que hacen". Los soldados se repartieron sus ropas, echando
suertes.
Éste es
el rey de los judíos
El pueblo estaba mirando. Las autoridades le hacían muecas, diciendo:
"A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el
Mesías de Dios, el elegido". También los soldados se burlaban
de Jesús, y acercándose a él, le ofrecían vinagre
y le decían: "Si tú eres el rey de los judíos, sálvate
a ti mismo". Había, en efecto, sobre la cruz, un letrero en griego,
latín y hebreo, que decía: "Éste es el rey de los
judíos".
Hoy estarás
conmigo en el paraíso
Uno de los malhechores crucificados insultaba a Jesús, diciéndole:
"Si tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros".
Pero el otro le reclamaba indignado: "¿Ni siquiera temes tú
a Dios estando en el mismo suplicio? Nosotros justamente recibimos el pago de
lo que hicimos. Pero éste ningún mal ha hecho". Y le decía
a Jesús: "Señor, cuando llegues a tu Reino, acuérdate
de mí". Jesús le respondió: "Yo te aseguro que
hoy estarás conmigo en el paraíso".
Padre, en tus manos
encomiendo mi espíritu
Era casi el mediodía, cuando las tinieblas invadieron toda la región
y se oscureció el sol hasta las tres de la tarde. El velo del templo
se rasgó a la mitad. Jesús, clamando con voz potente, dijo: "¡Padre,
en tus manos encomiendo mi espíritu!". Y dicho esto, expiró.
Aquí se arrodillan
todos y se hace una breve pausa
El oficial romano, al ver lo que pasaba, dio gloria a Dios, diciendo: "Verdaderamente
este hombre era justo". Toda la muchedumbre que había acudido a
este espectáculo, mirando lo que ocurría, se volvió a su
casa dándose golpes de pecho. Los conocidos de Jesús se mantenían
a distancia, lo mismo que las mujeres que lo habían seguido desde Galilea,
y permanecían mirando todo aquello.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Imploremos, hermanos,
a Jesús, el Sumo Sacerdote de la fe que profesamos, que en la cruz presentó,
con lágrimas en los ojos, oraciones y súplicas al Padre, y oremos
también nosotros por todos los hombres: (R/. Escúchanos, Señor.)
Para que el Señor, que en la cruz excusó a los ignorantes y pidió
perdón por ellos, tenga piedad de los fieles que han caído en
el pecado, les dé valor para recurrir al sacramento de la penitencia
y les conceda el gozo del perdón y de la paz, roguemos al Señor.
Para que la sangre de Jesús, que habla más favorablemente que
la de Abel, reconcilie con Dios a los que aún están lejos a causa
de la ignorancia, la indiferencia, la maldad o las propias pasiones, roguemos
al Señor.
Para que el Señor, que en la cruz experimentó la amargura de sentirse
triste y abandonado, se apiade de los enfermos, los afligidos y los oprimidos
y les envíe a su ángel para que los conforte, roguemos al
Señor.
Para que el Señor, que recibió en su reino al ladrón arrepentido,
se apiade de nosotros nos dé sentimientos de contrición y nos
admita, después de la muerte, en su paraíso, roguemos al Señor.
Dios todopoderoso y eterno, que enviaste a tu Hijo al mundo, para que, con
su pasión, destruyera el pecado y la muerte y, con su resurrección,
nos devolviera la vida y la felicidad, escucha las oraciones de tu pueblo y
haz que podamos gozar de los frutos de la cruz gloriosa de Jesucristo. El, que
vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que la pasión de tu Unigénito, Señor, nos atraiga tu perdón, y aunque no lo merecemos por nuestras obras, por la mediación de este sacrificio único, lo recibamos de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO:
La Pasión del Señor.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. El cual, siendo inocente, se dignó padecer por los pecadores y fue injustamente condenado por salvar a los culpables; con su muerte borró nuestros delitos y, resucitando, conquistó nuestra justificación. Por eso, te alabamos con todos los ángeles y te aclamamos con voces de júbilo, diciendo: Santo, Santo, Santo ...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 26, 42
Padre mío, si no es posible evitar que yo beba este cáliz, hágase tu voluntad.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú que nos has alimentado con esta Eucaristía, y por medio de la muerte de tu Hijo nos das la esperanza de alcanzar lo que la fe nos promete, concédenos, Señor, llegar, por medio de su resurrección, a la meta de nuestras esperanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Dios y Padre nuestro, mira con bondad a esta familia tuya, por la cual nuestro Señor Jesucristo no dudó en entregarse a sus verdugos y padecer el tormento de la cruz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓNPARANUFSTRO TIEMPO.- La lectura de la pasión de Cristo, frecuentemente llevada a cabo con la participación activa de los feligreses presentes en la misa, nos ayuda a recuperar la fuerza de una gran historia. Las narraciones que nos atraen por su drama, verdad y belleza pueden cambiar nuestras vidas. ¿Qué historia de la de la salvación del mundo es más dramática, más verdadera y más bella que la pasión de Jesús? En este relato encontramos una lista de personajes diversos, como Pedro, Judas, Poncio Pilato, el Rey Herodes, el buen ladrón, José de Arimatea, las mujeres fieles de Galilea y, por supuesto, Jesús mismo. ¿Con cuál de estos personajes nos identificamos más? ¿Por qué? ¿Qué nos revela tal identificación? Si fuéramos uno de estos personajes, ¿cómo cambiaríamos sus acciones? Así, la lectura activa nos ayuda a entendernos, cambiar y acercarnos más a Dios.
Morado Lunes de la Semana Santa MR, p. 258 (272) / Lecc. I, p. 802
Semana II del Salterio
LA MIRADA
Is 42, 1-7; Sa1 26; Jn 12,1-11
Varios filósofos modernos, como Jean-Paul Sartre (1905-1980) y Michel Foucault (1926-1984), han meditado sobre el poder de la mirada humana. En el conocimiento, según ellos, lo que importa no es sólo el objeto de nuestra percepción, sino cómo lo miramos y lo construimos como un objeto mediante nuestra mirada. Sus ideas abstractas sintonizan con el Evangelio muy concreto de hoy. Juan contrapone dos figuras que miran a la misma persona, pero que ven dos realidades diferentes y producen dos resultados distintos. María mira a Jesús con mucho amor y, así, reconociendo su gran dignidad (y anticipando su sepultura) con un ungüento valioso, prepara el camino para su reconocimiento como Dios. Judas mira a Jesús con los ojos de un codicioso y, así, negando su dignidad y despreciándolo, ve todo como una fuente de gastos inútiles, preparando así el camino para su crucifixión.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 34, 1-2; Sal 139, 8
Juzga, Señor, a los que me hacen daño, ataca a los que me atacan, toma las armas y el escudo, levántate y ven en mi ayuda. Señor, mi fuerza de salvación.
ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Dios todopoderoso, que quienes desfallecemos a causa de nuestra debilidad, nos recuperemos gracias a la pasión de tu Unigénito. Él, que vive y reina contigo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
No gritará ni hará oír su voz en las plazas.
Del libro del profeta Isaías: 42, 1-7
Miren a mi siervo, a quien
sostengo, a mi elegido, en quien tengo mis complacencias. En él he puesto
mi espíritu, para que haga brillar la justicia sobre las naciones. No
gritará ni clamará, no hará oír su voz en las plazas,
no romperá la caña resquebrajada, ni apagará la mecha que
aún humea. Proclamará la justicia con firmeza, no titubeará
ni se doblegará, hasta haber establecido el derecho sobre la tierra y
hasta que las islas escuchen su enseñanza.
Esto dice el Señor Dios, el que creó el cielo y lo extendió,
el que dio firmeza a la tierra, con lo que en ella brota; el que dio el aliento
a la gente que habita la tierra y la respiración a cuanto se mueve en
ella: "Yo, el Señor, fiel a mi designio de salvación, te
llamé, te tomé de la mano; te he formado y te he constituido alianza
de un pueblo, luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques
a los cautivos de la prisión y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo
26, 1. 2. 3. 13-14.
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz
y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor
es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar?
R/.
Cuando me asaltan los malvados para devorarme, ellos, enemigos y adversarios,
tropiezan y caen. R/.
Aunque se lance contra mí un ejército, no temerá mi corazón;
aun cuando hagan la guerra contra mí, tendré plena confianza en
el Señor. R/.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor
y fortaleza y en el Señor confía. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Señor Jesús, rey nuestro, sólo tú has tenido compasión de nuestras faltas. R/.
EVANGELIO
Déjala. Esto lo tenía guardado para el día de mi sepultura.
Del santo Evangelio según san Juan: 12, 1-11
Seis días antes de
la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien
había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una
cena; Martha servía y Lázaro era uno de los que estaban con él
a la mesa. María tomó entonces una libra de perfume de nardo auténtico,
muy costoso, le ungió a Jesús los pies con él y se los
enjugó con su cabellera, y la casa se llenó con la fragancia del
perfume.
Entonces Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que iba a entregar
a Jesús, exclamó: "¿Por qué no se ha vendido
ese perfume en trescientos denarios para dárselos a los pobres?".
Esto lo dijo, no porque le importaran los pobres, sino porque era ladrón,
y como tenía a su cargo la bolsa, robaba lo que echaban en ella.
Entonces dijo Jesús: "Déjala. Esto lo tenía guardado
para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tendrán siempre
con ustedes, pero a mí no siempre me tendrán".
Mientras tanto, la multitud de judíos, que se enteró de que Jesús
estaba allí, acudió, no sólo por Jesús, sino también
para ver a Lázaro, a quien el Señor había resucitado de
entre los muertos. Los sumos sacerdotes deliberaban para matar a Lázaro,
porque a causa de él, muchos judíos se separaban y creían
en Jesús. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira con bondad, Señor, los sagrados misterios que estamos celebrando y ya que en tu misericordia dispusiste que nos sirvieran para desechar nuestros falsos criterios, concédenos que nos ayuden a producir verdaderos frutos de vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II de la Pasión del Señor. MR, p. 503 (499).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 101, 3
No apartes tu rostro de mí. En el día de mi tribulación, inclina a mí tu oído, y, siempre que te invoque, respóndeme enseguida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Visita, Señor, a tu pueblo y protege con tu constante amor a quienes has santificado por estos misterios, para que recibamos de tu misericordia y conservemos con tu protección, los auxilios para nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO.
Opcional
Dios y Padre nuestro, que tu protección socorra a los humildes y asista continuamente a quienes confían en tu misericordia, para que se preparen a celebrar las fiestas pascuales no sólo con acciones corporales, sino sobre todo con pureza de corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Martes de la Semana Santa MR, p. 259 (273) / Lecc. I, p. 805
Otros Santos: Julio I, XXXV Papa; David Uribe Velasco, presbítero y mártir. Beatos: Pedro Ruiz y Pedro Roca, seminaristas mártires.
CANTANDO
LOS CÁNTICOS DEL SIERVO EN SEMANA SANTA
Is 49,1-6; Sal 70; Jn 13, 21-33.36-38
Durante la Semana Santa, la Iglesia nos ofrece lecturas tomadas de esas partes del Deutero-Isaías comúnmente conocidas como los cánticos del Siervo de Dios. No debemos sorprendemos por esta selección de textos, ya que éstos ayudaron a los primeros cristianos a entender la muerte de Jesús. Hoy encontramos el segundo cántico. Es una exposición de las facetas más importantes del Siervo, quien habla en primera persona. Ya desde el principio se entiende en un horizonte universal en el que ha sido colocado por su vocación. Es una vocación que comienza en las raíces de la existencia y que el Siervo desempeñó principalmente por la palabra: la palabra de Dios es espada afilada (Heb 4,12; Apoc 1,16; Ef6, 17), y es flecha que alcanza (Sal 57, 5; 64,4), es una saeta (Sal 127, 4).
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 26, 2
No me entregues, Señor, al odio de los que me persiguen, pues han surgido contra mí testigos falsos que respiran violencia.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso y eterno, celebrar de tal modo los sacramentos de la pasión del Señor, que nos hagamos dignos de recibir tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Te convertiré en luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los últimos rincones de la tierra.
Del libro del profeta Isaías: 49, 1-6
Escúchenme, Islas;
pueblos lejanos, atiéndanme. El Señor me llamó desde el
vientre de mi madre: cuando aún estaba yo en el seno materno. Él
pronunció mi nombre.
Hizo de mi boca una espada filosa, me escondió en la sombra de su mano,
me hizo flecha puntiaguda, me guardó en su aljaba y me dijo: "Tú
eres mi siervo. Israel; en ti manifestaré mi gloria". Entonces yo
pensé: "En vano me he cansado, inútilmente he gastado mis
fuerzas; en realidad mi causa estaba en manos del Señor, mi recompensa
la tenía mi Dios".
Ahora habla el Señor, el que me formó desde el seno materno, para
que fuera su servidor, para hacer que Jacob volviera a él y congregar
a Israel en torno suyo -tanto así me honró el Señor y mi
Dios fue mi fuerza-. Ahora, pues, dice el Señor: "Es poco que seas
mi siervo sólo para restablecer a las tribus de Jacob y reunir a los
sobrevivientes de Israel; te voy a convertir en luz de las naciones, para que
mi salvación llegue hasta los últimos rincones de la tierra".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 70, 1-2.
3-4a. 5-6ab.15 y 17.
R/. En ti, Señor, he puesto mi esperanza.
Señor, tú
eres mi esperanza, que no quede yo jamás defraudado. Tú, que eres
justo, ayúdame y defiéndeme; escucha mi oración y ponme
a salvo. R/.
Sé para mí un refugio, ciudad fortificada en que me salves. Y
pues eres mi auxilio y mi defensa, líbrame, Señor, de los malvados.
R/.
Señor, tú eres mi esperanza; desde mi juventud en ti confío.
Desde que estaba en el seno de mi madre, yo me apoyaba en ti y tú me
sostenías. R/.
Yo proclamaré siempre tu justicia y a todas horas, tu misericordia. Me
enseñaste a alabarte desde niño y seguir alabándote es
mi orgullo. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Señor Jesús, Rey nuestro, para obedecer al Padre, quisiste ser llevado a la cruz como manso cordero al sacrificio. R/.
EVANGELIO
Uno de ustedes me entregará. No cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces.
Del santo Evangelio según san Juan: 13, 21-33. 36-38
En aquel tiempo, cuando
Jesús estaba a la mesa con sus discípulos, se conmovió
profundamente y declaró: "Yo les aseguro que uno de ustedes me va
a entregar". Los discípulos se miraron perplejos unos a otros, porque
no sabían de quién hablaba. Uno de ellos, al que Jesús
tanto amaba, se hallaba reclinado a su derecha. Simón Pedro le hizo una
seña y le preguntó: "¿De quién lo dice?".
Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó:
"Señor, ¿quién es?". Le contestó Jesús:
''Aquel a quien yo le dé este trozo de pan, que voy a mojar". Mojó
el pan y se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote; y tras el bocado,
entró en él Satanás.
Jesús le dijo entonces a Judas: "Lo que tienes que hacer, hazlo
pronto". Pero ninguno de los comensales entendió a qué se
refería; algunos supusieron que, como Judas tenía a su cargo la
bolsa, Jesús le había encomendado comprar lo necesario para la
fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el bocado, salió
inmediatamente. Era de noche.
Una vez que Judas se fue, Jesús dijo: "Ahora ha sido glorificado
el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido
glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí
mismo y pronto lo glorificará.
Hijitos, todavía estaré un poco con ustedes. Me buscarán,
pero como les dije a los judíos, así se lo digo a ustedes ahora:
'A donde yo voy, ustedes no pueden ir'''. Simón Pedro le dijo: "Señor,
¿a dónde vas?". Jesús le respondió: "A
donde yo voy, no me puedes seguir ahora; me seguirás más tarde".
Pedro replicó: "Señor. ¿por qué no puedo seguirte
ahora? Yo daré mi vida por ti". Jesús le contestó:
"¿Conque darás tu vida por mí? Yo te aseguro que no
cantará el gallo, antes de que me hayas negado tres veces".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira con bondad, Señor, las ofrendas de esta familia tuya y, ya que la hiciste partícipe de tus sagrados dones, concédele obtener plenamente su fruto. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II de la Pasión del Señor. MR, p. 503 (499).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Rom 8, 32
Dios no escatimó la vida de su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados por estos dones de salvación, suplicamos, Señor tu misericordia, para que este Sacramento, que nos nutre en nuestra vida temporal, nos haga partícipes de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO.
Opcional
Dios y Padre nuestro, al pueblo que quiere obedecerte, purifícalo de la antigua maldad por tu misericordia y hazlo capaz de una santa renovación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Miércoles de la Semana Santa MR, p. 260 (274) / Lecc. I, p. 808
EL PLEITO
CÓSMICO
Is 50,4-9; Sal 68; Mt 26, 14-25
El tercer cántico del Siervo es precedido por un párrafo (vv. 1-3) expresado en términos familiares en los libros proféticos, a saber, con el término hebreo rib o un pleito entre Dios y el pueblo. El pueblo se queja de que Dios ha sido desleal a la alianza: en imagen matrimonial, ha repudiado a la madre; en imagen comercial, ha vendido a los hijos para pagar deudas. Dios arguye pidiendo primero pruebas. A continuación, en el tercer cántico, es el Siervo quien es acusado por el pueblo infiel. No teme a sus acusadores, pero tampoco les opone la más mínima resistencia. Tal no-resistencia no es una confesión de culpabilidad, sino de confianza plena en su defensor. Es así como Cristo afronta el juicio humano en este mundo, apoyado por su abogado, quien es el Espíritu Paráclito y quien prueba su justicia indiscutible.
ANTÍFONA DE ENTRADA Flp 2, 10. 8. 11
Que al nombre de Jesús, toda rodilla se doble, en el cielo, en la tierra y en los abismos, porque el Señor se hizo obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Jesucristo es el Señor para gloria de Dios Padre.
ORACIÓN COLECTA
Padre misericordioso, que para librarnos del poder del enemigo quisiste que tu hijo sufriera por nosotros el suplicio de la cruz, concédenos alcanzar la gracia de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
No he sustraído mi rostro a los insultos y salivazos.
Del libro del profeta Isaías: 50, 4-9
En aquel entonces, dijo Isaías: "El Señor me ha dado una lengua experta, para que pueda confortar al abatido con palabras de aliento. Mañana tras mañana, el Señor despierta mi oído, para que escuche yo, como discípulo. El Señor Dios me ha hecho oír sus palabras y yo no he opuesto resistencia, ni me he echado para atrás. Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que me tiraban de la barba. No aparté mi rostro a los insultos y salivazos. Pero el Señor me ayuda, por eso no quedaré confundido, por eso endureció mi rostro como roca y sé que no quedaré avergonzado. Cercano está de mí el que me hace justicia, ¿quién luchará contra mí? ¿Quién es mi adversario? ¿Quién me acusa? Que se me enfrente. El Señor es mi ayuda, ¿quién se atreverá a condenarme?". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo
68,8-10. 21bcd-22. 31 y 33-34.
R/. Por tu bondad, Señor, socórreme.
Por ti he sufrido injurias
y la vergüenza cubre mi semblante. Extraño soy y advenedizo, aun
para aquellos de mi propia sangre: pues me devora el celo de tu casa, el odio
del que te odia, en mí recae. R/.
La afrenta me destroza el corazón y desfallezco. Espero compasión
y no la hallo: Busco consoladores y no los encuentro. En mi comida me echaron
hiel, para mi sed me dieron vinagre. R/.
En mi cantar exaltaré tu nombre, proclamaré tu gloria, agradecido.
Se alegrarán al verlo los que sufren, quienes buscan a Dios tendrán
más ánimo, porque el Señor jamás desoye al pobre,
ni olvida al que se encuentra encadenado. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Señor Jesús, rey nuestro, sólo tú has tenido compasión de nuestras faltas. R/.
O bien:
Señor Jesús, rey nuestro, para obedecer al Padre, quisiste ser llevado a la cruz como manso cordero al sacrificio. R/.
EVANGELIO
¡Ay de aquel por quien el Hijo del hombre va a ser entregado!
Del santo Evangelio según san Mateo: 26. 14-25
En aquel tiempo, uno de
los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo:
¿Cuánto me dan si les entrego a Jesús?". Ellos quedaron
en darle treinta monedas de plata. Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad
para entregárselos.
El primer día de la fiesta de los panes Ázimos, los discípulos
se acercaron a Jesús y le preguntaron: "¿Dónde quieres
que te preparemos la cena de Pascua?". El respondió: "Vayan
a la ciudad, a casa de fulano y díganle: 'El Maestro dice: Mi hora está
ya cerca. Voy a celebrar la Pascua con mis discípulos en tu casa' ".
Ellos hicieron lo que Jesús les había ordenado y prepararon la
cena de Pascua. Al atardecer, se sentó a la mesa con los Doce y mientras
cenaban, les dijo: "Yo les aseguro que uno de ustedes va a entregarme".
Ellos se pusieron muy tristes y comenzaron a preguntarle uno por uno: "¿Acaso
soy yo, Señor?". El respondió: "El que moja su pan en
el mismo plato que yo, ése va a entregarme. Porque el Hijo del hombre
va a morir, como está escrito de él; pero ¡ay de aquel por
quien el Hijo del hombre va a ser entregado! Más le valiera a ese hombre
no haber nacido". Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar:
"¿Acaso soy yo Maestro?". Jesús le respondió:
"Tú lo has dicho". Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, los dones que te presentamos y concédenos que la pasión de tu Hijo, que celebramos en este sacramento, fructifique plenamente en nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II de la Pasión del Señor. MR, p. 503 (499).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 20, 28
El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida para redención de todos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor,
Dios nuestro, creer profundamente que por la muerte temporal de tu Hijo, proclamada
en estos santos misterios, tú nos has dado la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO.
Opcional
Dios y Padre nuestro, concede a tu pueblo frecuentar los sacramentos pascuales y esperar con vive deseo los bienes futuros para que, manteniéndose fiel a los santos misterios de los que ha renacido, se sienta impulsado por ellos a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Blanco Jueves Santo
Según una antiquísima tradición. en este día se prohíben todas las Misas sin participación del pueblo.
Misa crismal
La bendición del
óleo de los enfermos, del óleo de los catecúmenos y la
consagración del Crisma las hace el obispo normalmente el día
de hoy, en una misa especial, que se celebra por la mañana. MR, p. 262
(276) / Lecc. I, p. 811
Las celebraciones del Triduo Sacro deben llevarse a cabo sólo en las
Iglesias catedrales y parroquiales y en aquellas donde puedan celebrarse dignamente,
es decir, con presencia de fieles. con un número conveniente de ministros
y con la posibilidad de cantar al menos algunas partes.
Es necesario, por consiguiente, que las pequeñas comunidades, asociaciones y los grupos peculiares de todo género se reúnan en estas iglesias, para llevar a cabo las celebraciones de una forma más noble MR 278, 3.
JUEVES 14
Jueves Santo de la Cena del SeñorBlanco Inicia el Triduo sacro Misa Vespertina Institución de la Eucaristía, del Sacerdocio y Mandamiento del Amor MR, p. 279 (291) / Lecc. I, p. 816
Otros Santos: Máximo, Tiburcio y Valerio de Roma, mártires; Ludivina o Liduvina de Shiedam, laica.
En la tarde, a la hora más oportuna, se celebra la misa de la Cena del Señor; con la participación de toda la comunidad local y con la intervención, según su propio oficio, de todos los sacerdotes y ministros. La sagrada comunión se puede distribuir a los fieles sólo dentro de la misa; pero a los enfermos se les puede llevar a cualquier hora del día. El sagrario debe estar completamente vacío. Conságrense en esta misa suficientes hostias, de modo que alcancen para la comunión del clero y del pueblo, hoy y mañana.
LA REVOLUCIÓN
PASCUAL
Éx 12,1-8.11-14; Sal 115; 1 Cor 11,23-26; Jn 13,1-15
Éxodo 12 está compuesto de materiales originalmente heterogéneos, incluyendo prescripciones litúrgicas, frases de catequesis, narraciones de hechos históricos y un resumen de prácticas litúrgicas. En un momento dado, los elementos se funden de tal manera que la historia explica los ritos, la liturgia actualiza los hechos pasados y, finalmente, se formaliza el rito de la Pascua. En el Evangelio, Jesús revoluciona este rito, dándole una profundidad inesperada. Por eso, Juan narra los inicios de la pasión de Jesús de manera completamente original respecto a los sinópticos. Omite la Eucaristía, quizá porque ya lo ha tratado en el capítulo 6, y en su lugar presenta el gesto de Jesús de lavar los pies a los discípulos. Con esto quiere comunicar que en las profundidades de la pascua de Jesús está el servicio de amor, hasta dar la vida por los suyos.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Gál 6, 14
Debemos gloriamos en la
cruz de nuestro Señor Jesucristo, porque en él está nuestra
salvación, nuestra vida y nuestra resurrección, y por él
fuimos salvados y redimidos.
Se dice Gloria. Mientras se canta este himno, se tocan las campanas. Terminado
el canto, las campanas no vuelven a tocarse hasta la Vigilia Pascual. En este
mismo tiempo, también pueden usarse el órgano y los demás
instrumentos musicales, pero sólo para acompañar el canto.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, reunidos para celebrar la santísima Cena en la que tu Hijo unigénito, antes de entregarse a la muerte, confió a la Iglesia el nuevo y eterno sacrificio, banquete pascual de su amor, concédenos que, de tan sublime misterio, brote para nosotros la plenitud del amor y de la vida. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Prescripciones sobre la cena pascual.
Del libro del Éxodo: 12, 1-8. 11-14
En aquellos días,
dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: "Este
mes será para ustedes el primero de todos los meses y el principio del
año. Díganle a toda la comunidad de Israel: 'El día diez
de este mes, tomará cada uno un cordero por familia, uno por casa. Si
la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con
los vecinos y elija un cordero adecuado al número de personas y a la
cantidad que cada cual pueda comer. Será un animal sin defecto, macho,
de un año, cordero o cabrito.
Lo guardarán hasta el día catorce del mes, cuando toda la comunidad
de los hijos de Israel lo inmolará al atardecer. Tomarán la sangre
y rociarán las dos jambas y el dintel de la puerta de la casa donde vayan
a comer el cordero. Esa noche comerán la carne, asada a fuego; comerán
panes sin levadura y hierbas amargas. Comerán así: con la cintura
ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano y a toda
prisa, porque es la Pascua, es decir, el paso del Señor.
Yo pasaré esa noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los
primogénitos del país de Egipto, desde los hombres hasta los ganados.
Castigaré a todos los dioses de Egipto, yo, el Señor. La sangre
les servirá de señal en las casas donde habitan ustedes. Cuando
yo vea la sangre, pasaré de largo y no habrá entre ustedes plaga
exterminadora, cuando hiera yo la tierra de Egipto.
Ese día será para ustedes un memorial y lo celebrarán como
fiesta en honor del Señor. De generación en generación
celebrarán esta festividad, como institución perpetua' ".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo
115, 12-13. 15-16bc. 17-18.
R/. Gracias, Señor, por tu sangre que nos lava.
¿Cómo le pagaré
al Señor todo el bien que me ha hecho? Levantaré el cáliz
de salvación e invocaré el nombre del Señor. R/.
A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos. De la muerte,
Señor, me has librado, a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava.
R/.
Te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré tu nombre. Cumpliré
mis promesas al Señor ante todo su pueblo. R/.
SEGUNDA LECTURA
Cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la muerte del Señor.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 11,23-26
Hermanos: Yo recibí
del Señor lo mismo que les he trasmitido: que el Señor Jesús,
la noche en que iba a ser entregado, tomó pan en sus manos, y pronunciando
la acción de gracias, lo partió y dijo: "Esto es mi cuerpo,
que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía".
Lo mismo hizo con el cáliz después de cenar, diciendo: "Este
cáliz es la nueva alianza que se sella con mi sangre. Hagan esto en memoria
mía siempre que beban de él".
Por eso, cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz,
proclaman la muerte del Señor, hasta que vuelva. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Jn 13, 34
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. R/.
EVANGELIO
Los amó hasta el extremo.
Del santo Evangelio según san Juan: 13, 1-15
Antes de la fiesta de la
Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este
mundo al Padre y habiendo amado a los suyos, que estaban en el mundo, los amó
hasta el extremo.
En el transcurso de la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón
de Judas Iscariote, hijo de Simón, la idea de entregarlo, Jesús,
consciente de que el Padre había puesto en sus manos todas las cosas
y sabiendo que había salido de Dios y a Dios volvía, se levantó
de la mesa, se quitó el manto y tomando una toalla, se la ciñó;
luego echó agua en una jofaina y se puso a lavarles los pies a los discípulos
y a secárselos con la toalla que se había ceñido.
Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo: "Señor,
¿me vas a lavar tú a mí los pies?". Jesús le
replicó: "Lo que estoy haciendo tú no lo entiendes ahora,
pero lo comprenderás más tarde". Pedro le dijo: "Tú
no me lavarás los pies jamás". Jesús le contestó:
"Si no te lavo, no tendrás parte conmigo". Entonces le dijo
Simón Pedro: "En ese caso, Señor, no sólo los pies,
sino también las manos y la cabeza". Jesús le dijo: "El
que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque
todo él está limpio. Y ustedes están limpios, aunque no
todos". Como sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo:
'No todos están limpios'.
Cuando acabó de lavarles los pies. se puso otra vez el manto, volvió
a la mesa y les dijo: "¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes?
Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy. Pues
si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, también
ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros. Les he dado ejemplo, para
que lo que yo he hecho con ustedes, también ustedes lo hagan".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN:
Comienza -con el Triduo Pascual- la conmemoración del misterio de la
redención humana realizada por la pasión, muerte y resurrección
del Señor. Un día por demás señalado: "jueves
único" en el año litúrgico. Si la celebración
eucarística es siempre memorial de la muerte y resurrección de
Cristo, hoy lo es "mucho más", si cabe la expresión...
Entre los temas que destacan en la liturgia: Eucaristía, Sacerdocio ministerial
y Amor fraterno, el primero y determinante es la Eucaristía, celebración
de la pasión y muerte del Señor hasta que él vuelva: "nueva
pascua" y "banquete sacrificial" del pueblo cristiano, que viene
a sustituir a la cena pascual judía, como recuerdo de la liberación
de Egipto.
Lavatorio de los pies.
Después de la homilía, donde lo aconseje el bien pastoral, se lleva a cabo el lavatorio de los pies. Las personas designadas van, acompañadas por los ministros, a ocupar los asientos preparados para ellas. [Hay que tener en cuenta que: «...también puede estar compuesto de hombres y mujeres, y es conveniente que formen parte de él jóvenes y ancianos, sanos y enfermos, clérigos, consagrados, laicos». Cfr. Decreto In Coena Domini, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, a 6 de enero de 2016, solemnidad de la Epifanía del Señor]. El sacerdote, se quita la casulla si es necesario, y se acerca a cada una de las personas designadas. Con la ayuda de los ministros, les lava los pies y se los seca. Mientras tanto, se cantan algunas de las siguientes antífonas o algún canto apropiado.
ANTÍFONA 1 Cfr. Jn 13, 4. 5. 15
El Señor se levantó de la mesa, echó agua en un recipiente y se puso a lavar los pies de sus discípulos para darles ejemplo.
ANTÍFONA 2 Cfr. Jn 13, 12. 13. 15
El Señor Jesús, después de haber cenado con sus discípulos, lavó sus pies y les dijo: "¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes, yo, el Señor y el Maestro? Les he dado ejemplo, para que también ustedes lo hagan".
ANTÍFONA 3 Cfr. Jn 13, 6. 7. 8
Señor, ¿pretendes tú lavarme a mí los pies? Jesús le respondió: Si no te lavo los pies, no tendrás nada que ver conmigo.
V. Fue
Jesús hacia Simón Pedro y éste le dijo: -Señor,
¿pretendes tú lavarme a mí los pies?..
V. Lo que yo estoy haciendo, tú no lo entiendes ahora;
lo entenderás más tarde. -Señor, ¿pretendes tú
lavarme a mí los pies?...
ANTÍFONA 4 Cfr. Jn 13, 14
Si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, ¡con cuánta mayor razón ustedes deben lavarse los pies unos a otros!
ANTÍFONA 5 Jn 13, 35
En esto reconocerán todos que son mis discípulos: en que se amen los unos a los otros.
V. Jesús les dice a sus discípulos. -En esto reconocerán todos ...
ANTÍFONA 6 Jn 13, 34
Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado, dice el Señor.
ANTÍFONA 7 1 Co 13, 13
Que permanezcan en ustedes fe, la esperanza y el amor; pero la mayor de estas tres virtudes es el amor.
V. Ahora tenemos la fe, la esperanza y el amor; pero la mayor de éstas tres virtudes es el amor. -Que permanezcan en ustedes ...
Inmediatamente después del lavatorio de los pies o, si éste no tuvo lugar, después de la homilía, se hace la Oración universal. Sería conveniente organizar la procesión de ofrendas en la que, además de pan y vino, se lleven dones para los pobres. Sería bueno cantar el Ubi caritas et amor ... u otro canto apropiado. Hay que tener presente también las variantes propias de este día en la Plegarias Eucarísticas.
No se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Supliquemos, hermanos,
a Cristo, el Ungido de Dios, en cuyas manos el Padre ha puesto todas las cosas,
y pidámosle que escuche nuestra oración:
Para que todos los cristianos sepan seguir el ejemplo de humildad del Señor,
que lavó los pies de sus discípulos, e imiten la bondad de aquel
que aceptó las lágrimas de Pedro, que lo había negado,
roguemos al Señor.
Para que nuestro obispo N., y sus presbíteros, que en estos días
han recordado el inicio de su ministerio y han renovado sus promesas, vivan
plenamente conforme a Jesús y sean siempre fieles a lo que en su ordenación
prometieron, roguemos al Señor.
Para que el Señor, que se entregó a la muerte para reunir a los
hijos de Dios que estaban dispersos, inspire sentimientos de conversión
a los que por el pecado o la indiferencia se han alejado de la Iglesia, roguemos
al Señor.
Para que los enfermos, al ser ungidos con el óleo de la salvación
que nuestro obispo acaba de consagrar, experimenten la protección del
Señor y sientan mejora en su enfermedad y alivio en sus dolores, roguemos
al Señor.
Para que el Señor, que con su humillación nos exalta, con su entrega
nos merece el perdón, con su sangre nos purifica y con su carne nos alimenta
ilumine también nuestras mentes para que comprendamos y amemos los misterios
que hoy conmemoramos, roguemos al Señor.
Señor Jesucristo, ya que mientras vivimos aún en este mundo,
nos invitas a participar en la mesa que es imagen del banquete eterno, escucha
nuestra oración y haz que los que ahora nos reunimos para celebrar el
sacramento de tu triunfo podamos ser también tus comensales en el banquete
de la Pascua eterna. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el memorial de la muerte de tu Hijo, se realiza la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO: El sacrificio y el sacramento de Cristo M R, p. 283 (521).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Cor 11, 24. 25
Esto es mi Cuerpo, que se
entrega por ustedes. Este cáliz es la nueva alianza establecida por mi
Sangre; cuantas veces lo beban, háganlo en memoria mía, dice el
Señor.
En la Comunión, en un momento oportuno, el sacerdote, tomando del altar
la Eucaristía, la entrega a los diáconos, acólitos u otros
ministros extraordinarios, para que la lleven a los enfermos en sus casas. Después
de distribuir la comunión, se deja sobre el altar un copón con
hostias para la comunión del día siguiente, y se termina la misa
con esta oración.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso, que así como somos alimentados en esta vida con la Cena pascual de tu Hijo, así también merezcamos ser saciados en el banquete eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Traslado del Santísimo Sacramento
Después de incensar al Santísimo, el sacerdote, cubriendo con el paño de hombros el copón, inicia la procesión hacia el SITIO donde se le va a guardar; en donde será adorado por turnos hasta la media noche. Antes de depositar al Señor en el lugar preparado, se repite la incensación. En ambos casos y durante el trayecto se usan cantos adecuados. Esta adoración, después de la media noche, hágase sin solemnidad.
Rojo Viernes Santo, de la Pasión del Señor MR, p. 293 (297) / Lecc. I, p. 820
Conviene celebrar el Oficio de lectura y Laudes con el pueblo. (IGLH 210) Día de ayuno y abstinencia
LA PASIÓN
ES UNA TEOFANÍA
Is 52, 1353, 12; Sal 30; Heb 4,14-16; 5, 7-9; Jn 18, 1-19,42
Isaías canta
el cuarto cántico del siervo de Yahvé, donde explicita más
abiertamente su sufrimiento sin causa y su victoria final. El asombro de muchos
consiste en pensar que sus padecimientos son un castigo divino pero los espectadores
tendrán que reconocer que ellos son los culpables. Así pues, la
pasión del siervo tenía como fin la expiación de los pecados.
El evangelista Juan no deshecha tal fondo antiguo, pero lo lleva a un nivel
trascendente. Por lo tanto, en su narración de la pasión de Cristo
no menciona la agonía ni el beso de Judas ni la huida de los discípulos,
sino elementos divinos, como las palabras "Yo Soy." Le interesa mostrar
la sublime majestad de Jesús. El sufrimiento y muerte de este siervo
de Yahvé asume el valor de una teofanía (manifestación
de Dios al hombre) que deja a sus espectadores perdonados y asombrados.
El día de hoy y el de mañana, por una antiquísima tradición,
la Iglesia omite por completo la celebración de los Sacramentos, excepto
el de la Penitencia y el de la Unción de los enfermos.
En este día la sagrada Comunión se distribuye a los fieles únicamente
dentro de la celebración de la Pasión del Señor; pero a
los enfermos que no puedan tomar parte en esta celebración, se les puede
llevar a cualquier hora del día.
El altar debe estar desnudo por completo: sin cruz, sin candeleros y sin manteles.
Celebración de la Pasión del Señor
Después del mediodía,
alrededor de las tres de la tarde, a no ser que por razón pastoral se
elija una hora más avanzada, se celebra la Pasión del Señor,
que consta de tres partes: liturgia de la Palabra, Adoración de la Cruz
y Sagrada Comunión.
El sacerdote y el diácono, si está presente, revestidos de color
rojo como para la Misa, se dirigen al altar en silencio, y hecha la debida reverencia,
se postran rostro en tierra o, si se juzga conveniente, se arrodillan, y oran
en silencio durante un espacio de tiempo. Todos los demás se arrodillan.
Después el sacerdote, con los ministros, se dirige a la sede, donde,
vuelto hacia el pueblo, que está de pie, dice, con las manos extendidas,
una de las siguientes oraciones, omitida la invitación Oremos.
ORACIÓN
Acuérdate, Señor, de tu gran misericordia, y santifica a tus siervos con tu constante protección, ya que por ellos Cristo, tu Hijo, derramando su sangre, instituyó el misterio pascual. El, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. R. Amén.
O bien:
Señor Dios, que por la Pasión de nuestro Señor Jesucristo nos libraste de la muerte heredada del antiguo pecado, concédenos asemejamos a tu Hijo y haz que, así como naturalmente llevamos en nosotros la imagen del hombre terreno, por la gracia de la santificación, llevemos también la imagen del hombre celestial. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
Primera parte
Liturgia de la Palabra
PRIMERA LECTURA
Él fue traspasado por nuestros crímenes.
Del libro del profeta Isaías: 52, 13-53, 12
He aquí que mi siervo
prosperará, será engrandecido y exaltado, será puesto en
alto. Muchos se horrorizaron al verlo, porque estaba desfigurado su semblante,
que no tenía ya aspecto de hombre; pero muchos pueblos se llenaron de
asombro. Ante él los reyes cerrarán la boca, porque verán
lo que nunca se les había contado y comprenderán lo que nunca
se habían imaginado.
¿Quién habrá de creer lo que hemos anunciado? ¿A
quién se le revelará el poder del Señor? Creció
en su presencia como planta débil, como una raíz en el desierto.
No tenía gracia ni belleza. No vimos en él ningún aspecto
atrayente; despreciado y rechazado por los hombres, varón de dolores,
habituado al sufrimiento; como uno del cual se aparta la mirada, despreciado
y desestimado.
Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores;
nosotros lo tuvimos por leproso, herido por Dios y humillado, traspasado por
nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Él soportó
el castigo que nos trae la paz. Por sus llagas hemos sido curados.
Todos andábamos errantes como ovejas, cada uno siguiendo su camino, y
el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes.
Cuando lo maltrataban, se humillaba y no abría la boca, como un cordero
llevado a degollar; como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría
la boca.
Inicuamente y contra toda justicia se lo llevaron. ¿Quién se preocupó
de su suerte? Lo arrancaron de la tierra de los vivos, lo hirieron de muerte
por los pecados de mi pueblo, le dieron sepultura con los malhechores a la hora
de su muerte, aunque no había cometido crímenes, ni hubo engaño
en su boca.
El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento. Cuando entregue su vida
como expiación, verá a sus descendientes, prolongará sus
años y por medio de él prosperarán los designios del Señor.
Por las fatigas de su alma, verá la luz y se saciará; con sus
sufrimientos justificará mi siervo a muchos, cargando con los crímenes
de ellos.
Por eso le daré una parte entre los grandes, y con los fuertes repartirá
despojos, ya que indefenso se entregó a la muerte y fue contado entre
los malhechores, cuando tomó sobre sí las culpas de todos e intercedió
por los pecadores.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 30, 2 y 6. 12-13. 15-16. 17 y 25.
R/. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
A ti, Señor, me acojo,
que no quede yo nunca defraudado. En tus manos encomiendo mi espíritu
y tú, mi Dios leal, me librarás. R/.
Se burlan de mí mis enemigos, mis vecinos y parientes de mí se
espantan, los que me ven pasar huyen de mí. Estoy en el olvido, como
un muerto, como un objeto tirado en la basura. R/.
Pero yo, Señor, en ti confío. Tú eres mi Dios, y en tus
manos está mi destino. Líbrame de los enemigos que me persiguen.
R/.
Vuelve, Señor, tus ojos a tu siervo y sálvame, por tu misericordia.
Sean fuertes y valientes de corazón, ustedes, los que esperan en el Señor.
R/.
SEGUNDA LECTURA
Aprendió a obedecer y se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los que lo obedecen.
De la carta a los hebreos: 4, 14-16; 5, 7. 9
Hermanos: Jesús,
el Hijo de Dios, es nuestro sumo sacerdote, que ha entrado en el cielo. Mantengamos
firme la profesión de nuestra fe. En efecto, no tenemos un sumo sacerdote
que no sea capaz de compadecerse de nuestros sufrimientos, puesto que él
mismo ha pasado por las mismas pruebas que nosotros, excepto el pecado. Acerquémonos,
por tanto, con plena confianza al trono de la gracia, para recibir misericordia,
hallar la gracia y obtener ayuda en el momento oportuno.
Precisamente por eso, Cristo, durante su vida mortal, ofreció oraciones
y súplicas, con fuertes voces y lágrimas, a aquel que podía
librarlo de la muerte, y fue escuchado por su piedad. A pesar de que era el
Hijo, aprendió a obedecer padeciendo, y llegado a su perfección,
se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los
que lo obedecen. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Flp 2, 8-9
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Cristo se humilló
por nosotros y por obediencia aceptó incluso la muerte y una muerte de
cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó
el nombre que está sobre todo nombre. R/.
No se llevan velas ni incienso para la lectura de la Pasión del Señor,
ni se hace al principio el saludo, ni se signa el libro. La lectura la hace
un diácono o, en su defecto, el sacerdote. Puede también ser hecha
por lectores, reservando al sacerdote, si es posible, la parte correspondiente
a Cristo.
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según san Juan:18,1-19,42
Puede elegirse la lectura breve por razones pastorales*.
Cuando la lectura se hace alternada:
C = Cronista; S = "Sinagoga"; y † = Cristo
C En aquel tiempo, Jesús
fue con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde
había un huerto, y entraron allí él y sus discípulos.
Judas, el traidor, conocía también el sitio, porque Jesús
se reunía a menudo allí con sus discípulos.
Entonces Judas tomó un batallón de soldados y guardias de los
sumos sacerdotes y de los fariseos y entró en el huerto con linternas,
antorchas y armas. Jesús, sabiendo todo lo que iba a suceder, se adelantó
y les dijo:
† "¿A quién buscan?".
C Le contestaron:
S “A Jesús, el nazareno".
C Les dijo Jesús:
† "Yo soy".
C Estaba también con ellos Judas, el traidor. Al decirles
'Yo soy', retrocedieron y cayeron a tierra. Jesús les volvió a
preguntar:
† "¿A quién buscan?".
C Ellos dijeron:
S “A Jesús, el nazareno".
C Jesús contestó:
† "Les he dicho que soy yo. Si me buscan a mí,
dejen que éstos se vayan".
C Así se cumplió lo que Jesús había dicho:
"No he perdido a ninguno de los que me diste".
Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió
a un criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. Este criado
se llamaba Maleo. Dijo entonces Jesús a Pedro:
† "Mete la espada en la vaina. ¿No voy a
beber el cáliz que me ha dado mi Padre?".
C El batallón, su comandante y los criados de los judíos
apresaron a Jesús, lo ataron y lo llevaron primero ante Anás,
porque era suegro de Caifás, sumo sacerdote aquel año. Caifás
era el que había dado a los judíos este consejo: 'Conviene que
muera un solo hombre por el pueblo'.
Simón Pedro y otro discípulo iban siguiendo a Jesús. Este
discípulo era conocido del sumo sacerdote y entró con Jesús
en el palacio del sumo sacerdote, mientras Pedro se quedaba fuera, junto a la
puerta. Salió el otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote,
habló con la portera e hizo entrar a Pedro. La portera dijo entonces
a Pedro:
S "¿No eres tú también uno de los
discípulos de ese hombre?"
C Él dijo:
S "No lo soy".
C Los criados y los guardias habían encendido un brasero,
porque hacía frío, y se calentaban. También Pedro estaba
con ellos de pie, calentándose.
El sumo sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos
y de su doctrina. Jesús le contestó:
† "Yo he hablado abiertamente al mundo y he enseñado
continuamente en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los
judíos, y no he dicho nada a escondidas. ¿Por qué me interrogas
a mí? Interroga a los que me han oído, sobre lo que les he hablado.
Ellos saben lo
que he dicho".
C Apenas dijo esto, uno de los guardias le dio una bofetada
a Jesús, diciéndole:
S "¿Así contestas al sumo sacerdote?".
C Jesús le respondió:
† "Si he faltado al hablar, demuestra en qué he faltado; pero
si he hablado como se debe, ¿por qué me pegas?".
C Entonces Anás lo envió atado a Caifás,
el sumo sacerdote. Simón Pedro estaba de pie, calentándose, y
le dijeron:
S "¿No eres tú también uno de sus
discípulos?".
C Él lo negó diciendo:
S "No lo soy".
C Uno de los criados del sumo sacerdote, pariente de aquel
a quien Pedro le había cortado la oreja, le dijo:
S “¿Qué no te vi yo con él en el
huerto?".
C Pedro volvió a negarlo y en seguida cantó un
gallo.
Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era muy de mañana
y ellos no entraron en el palacio para no incurrir en impureza y poder así
comer la cena de Pascua.
Salió entonces Pilato a donde estaban ellos y les dijo:
S ¿De qué acusan a este hombre?".
C Le contestaron:
S "Si éste no fuera un malhechor, no te lo hubiéramos
traído".
C Pilato les dijo:
S "Pues llévenselo y júzguenlo según
su ley".
C Los judíos le respondieron:
S "No estamos autorizados para dar muerte a nadie”
C Así se cumplió lo que había dicho Jesús,
indicando de qué muerte iba a morir.
Entró otra vez Pilato en el pretorio, llamó a Jesús y le
dijo:
S "¿Eres tú el rey de los judíos?".
C Jesús le contestó:
† "¿Eso lo preguntas por tu cuenta o te lo
han dicho otros?".
C Pilato le respondió:
S "¿Acaso soy yo judío? Tu pueblo y los
sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué es lo que
has hecho?".
C Jesús le contestó:
† "Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera
de este mundo, mis servidores habrían luchado para que no cayera yo en
manos de los judíos. Pero mi Reino no es de aquí".
C Pilato le dijo:
S "¿Conque tú eres rey?".
C Jesús le contestó:
† "Tú lo has dicho. Soy rey. Yo nací
y vine al mundo para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad,
escucha mi voz".
C Pilato le dijo:
S '¿Y qué es la verdad?".
C Dicho esto, salió otra vez a donde estaban los judíos
y les dijo:
S "No encuentro en él ninguna culpa. Entre ustedes
es costumbre que por Pascua ponga en libertad a un preso. ¿Quieren que
les suelte al rey de los judíos?".
C Pero todos ellos gritaron:
S "¡No, a ése no! ¡A Barrabás!".
C (El tal Barrabás era un bandido).
Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar. Los soldados
trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza, le echaron encima
un manto color púrpura, y acercándose a él, le decían:
S "¡Viva el rey de los judíos!",
C Y le daban de bofetadas.
Pilato salió otra vez afuera y les dijo:
S "Aquí lo traigo para que sepan que no encuentro
en él ninguna culpa".
C Salió, pues, Jesús, llevando la corona de espinas
y el manto color púrpura. Pilato les dijo: S "Aquí está
el hombre".
C Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y sus servidores, gritaron:
S "¡Crucifícalo, crucifícalo!".
C Pilato les dijo:
S "Llévenselo ustedes y crucifíquenlo, porque
yo no encuentro culpa en él".
C Los judíos le contestaron:
S "Nosotros tenemos una ley y según esa ley tiene
que morir, porque se ha declarado Hijo de Dios".
C Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó
aún más, y entrando otra vez en el pretorio, dijo a Jesús:
S "¿De dónde eres tú?".
C Pero Jesús no le respondió. Pilato le dijo
entonces:
S '¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo
autoridad para soltarte y autoridad para crucificarte? ",
C Jesús le contestó:
† "No tendrías ninguna autoridad sobre mí,
si no te la hubieran dado de lo alto. Por eso, el que me ha entregado a ti tiene
un pecado mayor".
C Desde ese momento Pilato trataba de soltarlo, pero los judíos
gritaban:
S "¡Si sueltas a ése, no eres amigo del César!;
porque todo el que pretende ser rey, es enemigo del César".
C Al oír estas palabras, Pilato sacó a Jesús
y lo sentó en el tribunal, en el sitio que llaman "el Enlosado"
(en hebreo Gábbata). Era el día de la preparación de la
Pascua, hacia el mediodía. Y dijo Pilato a los judíos:
S "Aquí tienen a su rey",
C Ellos gritaron:
S "¡Fuera Fuera! ¡Crucifícalo!".
C Pilato les dijo:
S '¿A su rey voy a crucificar?".
C Contestaron los sumos sacerdotes:
S "No tenemos más rey que el César".
C Entonces se lo entregó para que lo crucificaran.
Tomaron a Jesús y él, cargando con la cruz, se dirigió
hacia el sitio llamado "la Calavera" (que en hebreo se dice Gólgota),
donde lo crucificaron, y con él a otros dos, uno de cada lado, y en medio
Jesús. Pilato mandó escribir un letrero y ponerlo encima de la
cruz; en él estaba escrito: 'Jesús el nazareno, el rey de los
judíos'.
Leyeron el letrero muchos judíos, porque estaba cerca el lugar donde
crucificaron a Jesús y estaba escrito en hebreo, latín y griego.
Entonces los sumos sacerdotes de los judíos le dijeron a Pilato:
S "No escribas: 'El rey de los judíos', sino: 'Éste
ha dicho: Soy rey de los judíos'".
C Pilato les contestó:
S "Lo escrito, escrito está".
C Cuando crucificaron a Jesús, los soldados cogieron
su ropa e hicieron cuatro partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica.
Era una túnica sin costura, tejida toda de una pieza de arriba a abajo.
Por eso se dijeron:
S "No la rasguemos, sino echemos suertes para ver a quién
le toca".
C Así se cumplió lo que dice la Escritura: Se
repartieron mi ropa y echaron a suerte mi túnica. Y eso hicieron los
soldados.
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María
la de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a su madre y junto a
ella al discípulo que tanto quería, Jesús dijo a su madre:
† "Mujer, ahí está tu hijo".
C Luego dijo al discípulo:
† "Ahí está tu madre".
C Y desde entonces el discípulo se la llevó a
vivir con él.
Después de esto, sabiendo Jesús que todo había llegado
a su término, para que se cumpliera la Escritura dijo:
† "Tengo sed".
C Había allí un jarro lleno de vinagre. Los soldados
sujetaron una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo y se la
acercaron a la boca. Jesús probó el vinagre y dijo:
† "Todo está cumplido",
C e inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
[Aquí se arrodillan todos y se hace una breve pausa]
C Entonces,
los judíos, como era el día de la preparación de la Pascua,
para que los cuerpos de los ajusticiados no se quedaran en la cruz el sábado,
porque aquel sábado era un día muy solemne, pidieron a Pilato
que les quebraran las piernas y los quitaran de la cruz. Fueron los soldados,
le quebraron las piernas a uno y luego al otro de los que habían sido
crucificados con él. Pero al llegar a Jesús, viendo que ya había
muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le traspasó
el costado con una lanza e inmediatamente salió sangre y agua.
El que vio da testimonio de esto y su testimonio es verdadero y él sabe
que dice la verdad, para que también ustedes crean. Esto sucedió
para que se cumpliera lo que dice la Escritura: No le quebrarán ningún
hueso; y en otro lugar la Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.
Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de
Jesús, pero oculto por miedo a los judíos, pidió a Pilato
que lo dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó.
Él fue entonces y se llevó el cuerpo.
Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de noche,
y trajo unas cien libras de una mezcla de mirra y áloe.
Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con esos aromas,
según se acostumbra enterrar entre los judíos. Había un
huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto, un sepulcro nuevo,
donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos
era el día de la preparación de la Pascua y el sepulcro estaba
cerca, allí pusieron a Jesús.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN: El viernes santo es un día centrado en la pasión del Señor y su muerte ignominiosa en la cruz. Hoy se cumple el repetido anuncio sobre su violento final en Jerusalén, al aceptar, "por nosotros y por nuestra salvación", los misteriosos planes de su Padre: «Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su propio Hijo» (Jn 3, 16) ... No hay modo más verídico de expresarlo, que dando la vida por aquellos a quienes se ama. Un amor fuente de vida, que nos une a Dios y a nuestros hermanos. Un amor capaz de cambiar el mundo, si los que nos decimos sus discípulos seguimos su ejemplo de humildad, servicio, obediencia y renuncia.
No se dice el Credo.
ORACIÓN UNIVERSAL
I. Por la santa Iglesia
Oremos, queridos hermanos,
por la santa Iglesia de Dios, para que nuestro Dios y Señor le conceda
la paz y la unidad, se digne protegerla en toda la tierra y nos conceda glorificarlo,
como Dios Padre omnipotente con una vida pacífica y serena.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todo poderoso y eterno, que en Cristo revelaste tu gloria a todas las naciones,
conserva la obra de tu misericordia, para que tu Iglesia, extendida por toda
la tierra, persevere con fe inquebrantable en la confesión de tu nombre.
Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
II. Por el Papa
Oremos también por
nuestro Santo Padre, el Papa N., para que Dios nuestro Señor, que lo
escogió para el orden de los obispos, lo conserve a salvo y sin daño
para bien de su santa Iglesia, a fin de que pueda gobernar al pueblo santo de
Dios.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, cuya sabiduría gobierna el universo, atiende
favorablemente nuestras súplicas y protege con tu amor al Papa que nos
diste, para que el pueblo cristiano, que tú mismo pastoreas, progrese
bajo su cuidado en la firmeza de su fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
III. Por el pueblo de Dios y sus ministros
Oremos también por
nuestro obispo N., por todos los obispos, presbíteros y diáconos
de la Iglesia, y por todo el pueblo santo de Dios.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que con tu Espíritu santificas y gobiernas
a toda la Iglesia, escucha nuestras súplicas por tus ministros, para
que, con la ayuda de tu gracia, te sirvan con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro
Señor. R. Amén.
IV. Por los catecúmenos
Oremos también por
los (nuestros) catecúmenos, para que Dios nuestro Señor abra los
oídos de sus corazones y les manifieste su misericordia, y para que,
mediante el bautismo, se les perdonen todos sus pecados y queden incorporados
a Cristo, Señor nuestro.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todo poderoso y eterno, que sin cesar concedes nuevos hijos a tu Iglesia,
acreciente la fe y el conocimiento a los (nuestros) catecúmenos, para
que, renacidos en la fuente bautismal, los cuentes entre tus hijos de adopción.
Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
V. Por la unidad de los cristianos
Oremos también por
todos los hermanos que creen en Cristo, para que Dios nuestro Señor se
digne congregar y custodiar en la única Iglesia a quienes procuran vivir
en la verdad.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que reúnes a los que están dispersos
y los mantienes en la unidad, mira benignamente la grey de tu Hijo, para que,
a cuantos están consagrados por el único bautismo, también
los una la integridad de la fe y los asocie el vínculo de la caridad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
VI. Por los judíos
Oremos también por
los judíos, para que a quienes Dios nuestro Señor habló
primero, les conceda progresar continuamente en el amor de su nombre y en la
fidelidad a su alianza.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que confiaste tus promesas a Abraham y a su descendencia,
oye compasivo los ruegos de tu Iglesia, para que el pueblo que adquiriste primero
como tuyo, merezca llegar a la plenitud de la redención. Por Jesucristo,
nuestro Señor. R. Amén.
VII Por los que no creen en Cristo
Oremos también por
los que no creen en Cristo, para que, iluminados por el Espíritu Santo,
puedan ellos encontrar el camino de la salvación.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, concede a quienes no creen en Cristo, que, caminando
en tu presencia con sinceridad de corazón, encuentren la verdad; y a
nosotros concédenos crecer en el amor mutuo y en el deseo de comprender
mejor los misterios de tu vida, a fin de que seamos testigos cada vez más
auténticos de tu amor en el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
VIII. Por los que no creen en Dios
Oremos también por
los que no conocen a Dios, para que, buscando con sinceridad lo que es recto,
merezcan llegar hasta él.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que creaste a todos los hombres para que deseándote
te busquen, y para que al encontrarte descansen en ti; concédenos que,
en medio de las dificultades de este mundo, al ver los signos de tu amor y el
testimonio de las buenas obras de los creyentes, todos los hombres se alegren
al confesarte como único Dios verdadero y Padre de todos. Por Jesucristo,
nuestro Señor. R. Amén.
IX. Por los gobernantes
Oremos también por
todos los gobernantes de las naciones, para que Dios nuestro Señor guíe
sus mentes y corazones, según su voluntad providente, hacia la paz verdadera
y la libertad de todos.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, en cuyas manos están los corazones de los
hombres y los derechos de las naciones, mira con bondad a nuestros gobernantes,
para que, con tu ayuda, se afiance en toda la tierra un auténtico progreso
social, una paz duradera y una verdadera libertad religiosa. Por Jesucristo,
nuestro Señor. R. Amén.
X. Por los que se encuentran en alguna tribulación
Oremos, hermanos muy queridos,
a Dios Padre todopoderoso, para que libre al mundo de todos sus errores, aleje
las enfermedades, alimente a los que tienen hambre, libere a los encarcelados
y haga justicia a los oprimidos, conceda seguridad a los que viajan, un buen
retorno a los que se hallan lejos del hogar, la salud a los enfermos y la salvación
a los moribundos.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, consuelo de los afligidos y fortaleza de los que
sufren, escucha a los que te invocan en su tribulación, para que todos
experimenten en sus necesidades la alegría de tu misericordia.
Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
Segunda parte
Adoración de la Santa Cruz
Terminada la oración
universal, se hace la adoración solemne de la santa Cruz, elijase la
forma (hay dos previstas) que se juzgue más apropiada pastoralmente,
de acuerdo con las circunstancias.
Presentación de la Santa Cruz.
V. Miren el árbol
de la cruz, donde estuvo clavado Cristo, el salvador del mundo. R. Vengan y
adoremos.
V. Miren el árbol de la cruz, donde estuvo clavado Cristo, el salvador
del mundo. R. Vengan y adoremos.
V. Miren el árbol de la cruz, donde estuvo clavado Cristo, el salvador
del mundo. R. Vengan y adoremos.
Adoración de la Santa Cruz.
El sacerdote, el clero y los fieles se acercan procesionalmente y adoran la cruz, haciendo delante de ella una genuflexión simple o algún otro signo de veneración (como el de besarla), según la costumbre de la región. Mientras tanto, se canta la antífona "Tu Cruz adoramos" (p. 302ss), los Improperios, u otros cánticos apropiados. Terminada la adoración, la Cruz es llevada por el diácono o por algún ministro a su lugar cerca del altar. Las velas encendidas se colocan cerca, o sobre el altar o junto a la Cruz.
Tercera parte
Sagrada Comunión
Se extiende un mantel sobre
el altar y se pone sobre él un corporal y el misal. Entre tanto, el diácono
o, en su ausencia, el mismo sacerdote, habiéndose colocado el paño
de hombros, trae el Santísimo Sacramento del lugar de la reserva directamente
al altar, mientras todos permanecen de pie Y en silencio. Dos ministros con
candeleros
encendidos acompañan al Santísimo Sacramento y depositan luego
los candeleros junto al altar o sobre él.
Después de que el diácono, si está presente, ha depositado
el Santísimo Sacramento sobre el altar y ha descubierto el copón,
se acerca el sacerdote al altar y hace genuflexión.
A continuación, el sacerdote, teniendo las manos juntas, dice con voz
clara:
C. Fieles
a la recomendación del Salvador, y siguiendo su divina enseñanza,
nos atrevemos a decir:
T. Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado
sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra
como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras
ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos
dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
C. Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos
la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos
siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras
esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador, Jesucristo.
T. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre,
Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso y eterno, que nos has redimido con la gloriosa muerte y resurrección de tu Hijo Jesucristo, prosigue en nosotros la obra de tu misericordia, para que, mediante nuestra participación en este misterio, permanezcamos dedicados a tu servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Envía, Señor,
sobre este pueblo tuyo, que ha conmemorado la muerte de tu Hijo, en espera de
su resurrección, la abundancia de tu bendición; llegue a él
tu perdón, reciba tu consuelo, se acreciente su fe santa y se consolide
su eterna redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Y todos, haciendo genuflexión a la Cruz, se retiran en silencio. Después
de la celebración se desnuda el altar, dejando, sin embargo, sobre él
la Cruz con dos o cuatro candeleros. Los que asistieron a esta solemne acción
litúrgica de la tarde, no celebran la hora de Vísperas.
Sábado Santo Este día se recomienda el ayuno
Rojo (Cfr. SC, n. 110) Otros
Santos: María Bernarda (Bernardita) Soubirous, religiosa de las Hermanas
de la Caridad de Nevers y vidente; Engracia de Zaragoza, virgen, y compañeros
mártires. Beato Joaquín de Siena, religioso de la Orden de los
Siervos de Maria.
Durante el Sábado Santo, la Iglesia permanece en ayuno y oración,
junto al sepulcro del Señor; meditando en su pasión y muerte,
así como en su descenso al lugar de los muertos, y esperando su resurrección.
Manteniendo el altar enteramente desnudo, la Iglesia se abstiene de celebrar
el sacrificio de la Misa hasta que, después de la Vigilia solemne o espera
nocturna de la resurrección, se desborda la alegría pascual, cuya
exuberancia inunda los cincuenta días subsiguientes. Este día
la sagrada Comunión puede administrarse sólo como viático.
SABADO 16
Blanco Tiempo Pascual (cuando ya ha oscurecido)
LH, Todo propio.
T. II, p. 501; Fieles: p. 271; Popular: 20 y 442
¡RECUERDEN EL AMOR INCANSABLE DE DIOS!
Gén 1,1-2,2; Sal32; Gén 22,1-18; Sal 15; Éx 14,15 15,1; Éx 15; Is 54,5-14; Sal29; Is 55, 1-11; Is 12; Bar 147 3,9-15.32-4,4; Sal 18; Ez 36,16-28; Salmos 41 y 42; Rom 6,3-11; Sal 117; Lc 24,1-12
En el Evangelio, el ángel exhorta a las mujeres de Galilea, que han venido al sepulcro muy de mañana, a que "recuerden lo que decía" (v. 6). La palabra "recuerden" (mimneskesthai) es un término clave en el Evangelio de Lucas y en la mentalidad religiosa de todos los autores bíblicos. Quiere decir que se trae al presente las acciones y palabras de la historia de la salvación para experimentar, de manera más profunda, todo su poder hoy. En esta noche, con sus múltiples lecturas, estamos "recordando" la historia de la salvación precisamente así. Empezando con la creación, reconociendo el primer pecado, atravesando la historia trágica de Israel y llegando al culmen en la resurrección de Jesús Cristo, podemos experimentar, de manera profunda, lo maravilloso y la fuerza transformadora del amor incansable de Dios para el mundo (si estamos abiertos a ello).
Primera parte
Solemne inicio de la Vigilia o "Lucernario"
Bendición del fuego y preparación del cirio
Se apagan todas las luces
de la iglesia.
En un lugar adecuado, fuera de la iglesia, se prepara un fuego que llamee. Congregado
allí el pueblo, llega el sacerdote con los ministros, uno de los cuales
lleva el cirio pascual. No se usan ni la cruz procesional, ni los ciriales.
Si las circunstancias no permiten encender el fuego, fuera de la iglesia, todo
este rito se desarrolla como se indica en el número 13 en el Misal Romano.
El sacerdote y los fieles se signan, mientras él dice: En el nombre del
Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseguida saluda al pueblo,
como de costumbre, le hace una breve monición sobre la vigilia de esta
noche, con estas palabras u otras semejantes:
Hermanos: En esta noche santa, en que nuestro Señor Jesucristo pasó
de la muerte a la vida, la Iglesia invita a todos sus hijos, diseminados por
el mundo, a que se reúnan para velar en oración. Conmemoremos,
pues, juntos, la Pascua del Señor, escuchando su Palabra y participando
en sus sacramentos, con la esperanza cierta de participar también en
su triunfo sobre la muerte y de vivir con él para siempre en Dios.
Enseguida se bendice el fuego, diciendo con las manos extendidas:
Oremos.
Dios nuestro, que por medio de tu Hijo comunicaste a tus fieles el fuego de tu luz, santifica † este fuego nuevo y concédenos que, al celebrar estas fiestas pascuales, se encienda en nosotros el deseo de las cosas celestiales, para que podamos llegar con un espíritu renovado a las fiestas de la eterna claridad. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
Una vez bendecido el fuego nuevo, uno de los ministros lleva el cirio pascual ante el celebrante. Éste con un punzón graba una cruz en el Cirio. Después, traza sobre el la letra griega Alfa y, debajo, la letra Omega; entre los brazos de la cruz traza los cuatro números del año en curso, mientras dice:
1. Cristo
ayer y hoy, traza la línea vertical;
2. Principio y fin, traza la línea horizontal;
3. Alfa, traza la letra Alfa, arriba de la línea vertical;
4. y Omega. Traza la letra Omega, abajo de la línea
vertical;
5. Suyo es el tiempo, traza el primer número del año
en curso, en el ángulo superior izquierdo de la cruz;
6. y la eternidad, traza el segundo número del año,
en el ángulo superior derecho;
7. A él la gloria y el poder, traza el tercer número
del año en el ángulo inferior izquierdo;
8. por los siglos de los siglos. Amén, traza el cuarto
número del año en el ángulo inferior derecho.
Después de haber trazado la cruz y los demás signos, el sacerdote incrusta al cirio cinco granos de incienso, en forma de cruz, diciendo al mismo tiempo:
1. Por
sus santas llagas 1
2. gloriosas,
3. nos proteja 4 2 5
4. Y nos guarde
5. Jesucristo nuestro Señor. Amén. 3
El celebrante enciende el cirio pascual con el fuego nuevo, diciendo:
Que la luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas de nuestro
corazón y de nuestro espíritu.
Procesión
En la puerta de la iglesia,
el diácono se detiene y elevando el cirio, canta:
V. Luz de Cristo.
R. Demos gracias a Dios.
El sacerdote enciende su vela de la llama del cirio pascual.
Enseguida el diácono avanza hasta la mitad de la Iglesia, se detiene
y elevando el crio, canta por segunda vez:
V. Luz de Cristo.
R. Demos gracias a Dios.
En este momento todos encienden sus velas en la llama del cirio y avanzan.
Al llegar ante el altar, el diácono, vuelto hacia el pueblo, canta por
tercera vez:
V. Luz de Cristo.
R. Demos gracias a Dios.
A continuación, el diácono pone el cirio pascual en el candelabro
que está preparado junto al ambón o, en medio del presbiterio.
y entonces se encienden las luces de la iglesia; con excepción de las
velas del altar.
El Pregón Pascual
El sacerdote se dirige a la sede. El diácono pone el cirio pascual en el candelabro, que está preparado en medio del presbiterio o junto al ambón. Después de poner incienso en el incensario, si éste se ha utilizado, el diácono pide y recibe, como lo hace en la misa antes del Evangelio, la bendición del sacerdote.
Pregón Pascual (Forma larga)
Alégrense, por fin, los coros de los ángeles; alégrense las jerarquías del cielo y, por la victoria de rey tan poderoso, que las trompetas anuncien la salvación. Goce también la tierra, inundada de tanta claridad, y que, radiante con el fulgor del rey eterno, se sienta libre de la tiniebla que cubría el orbe entero. Alégrese también nuestra madre, la Iglesia, revestida de luz tan brillante; resuene este templo con las aclamaciones del pueblo. (Por eso, queridos hermanos, que asisten a la admirable claridad de esta luz santa, invoquen conmigo la misericordia de Dios omnipotente, para que aquel que, sin mérito mío, me agregó al número de los diáconos, complete mi alabanza a este cirio, infundiendo el resplandor de su luz).
V. El
Señor esté con todos ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario aclamar, con nuestras voces y con todo el afecto del corazón, a Dios invisible, el Padre todopoderoso, y a su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Porque él ha pagado por nosotros al eterno Padre la deuda de Adán, y ha borrado con su sangre inmaculada la condena del antiguo pecado. Porque éstas son las fiestas de Pascua, en las que se inmola el verdadero Cordero, cuya sangre consagra las puertas de los fieles. Ésta es la noche en que sacaste de Egipto a los israelitas, nuestros padres, y los hiciste pasar a pie el mar Rojo. Ésta es la noche en que la columna de fuego esclareció las tinieblas del pecado. Ésta es la noche que a todos los que creen en Cristo, por toda la tierra, los arranca de los vicios del mundo y de la oscuridad del pecado, los restituye a la gracia y los agrega a los santos. Ésta es la noche en que, rotas las cadenas de la muerte, Cristo asciende victorioso del abismo. ¿De qué nos serviría haber nacido si no hubiéramos sido rescatados? ¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros! ¡Qué incomparable ternura y caridad! ¡Para rescatar al esclavo entregaste al Hijo! Necesario fue el pecado de Adán, que ha sido borrado por la muerte de Cristo. ¡Feliz la culpa que mereció tal Redentor! ¡Qué noche tan dichosa! Sólo ella conoció el momento en que Cristo resucitó del abismo. Ésta es la noche de la que estaba escrito: "Será la noche clara como el día, la noche iluminada por mi gozo". Y así, esta noche santa ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos, la alegría a los tristes, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los potentes. En esta noche de gracia, acepta, Padre santo, el sacrificio vespertino de esta llama, que la santa Iglesia te ofrece en la solemne ofrenda de este cirio, obra de las abejas. Sabemos ya lo que anuncia esta columna de fuego, que arde en llama viva para la gloria de Dios. Y aunque distribuye su luz, no mengua al repartirla, porque se alimenta de cera fundida que elaboró la abeja fecunda para hacer esta lámpara preciosa. ¡Qué noche tan dichosa, en que se une el cielo con la tierra, lo humano con lo divino! Te rogamos, Señor, que este cirio consagrado a tu nombre para destruir la oscuridad de esta noche, arda sin apagarse y, aceptado como perfume, se asocie a las lumbreras del cielo. Que el lucero matinal lo encuentre ardiendo; ese lucero que no conoce ocaso, Jesucristo, tu Hijo, que, volviendo del abismo, brilla sereno para el linaje humano, y vive y reina por los siglos de los siglos. R. Amén.
Terminado el pregón, todos apagan sus velas y se sientan.
Segunda parte
Liturgia de la Palabra
En esta vigilia se proponen
nueve lecturas, siete del Antiguo Testamento y dos del Nuevo (la epístola
y el Evangelio). Si las circunstancias pastorales lo piden, el número
de lecturas del Antiguo Testamento puede reducirse hasta tres y, en casos muy
urgentes, hasta dos. Aun en este último caso, nunca se omite la tercera
lectura, tomado del Éxodo, sobre el paso del mar Rojo.
Hermanos, habiendo iniciado solemnemente la Vigilia Pascual, escuchemos con
recogimiento la palabra de Dios. Meditemos cómo, en la antigua alianza,
Dios salvó a su pueblo y en la plenitud de los tiempos, envió
al mundo a su Hijo para que nos redimiera. Oremos para que Dios lleve a su plenitud
la obra de la redención realizada por el misterio pascual.
Lo que va entre [...] se puede suprimir por motivos pastorales.
PRIMERA LECTURA
Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno.
Del libro del Génesis; 1,1-2,2
En el principio creó
Dios el cielo y la tierra. [La tierra era soledad y caos; y las tinieblas cubrían
la faz del abismo. El espíritu de Dios se movía sobre la superficie
de las aguas.
Dijo Dios: "Que exista la luz", y la luz existió. Vio Dios
que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas. Llamó
a la luz "día" y a las tinieblas, "noche". Fue la
tarde y la mañana del primer día.
Dijo Dios: "Que haya una bóveda entre las aguas, que separe unas
aguas de otras". E hizo Dios una bóveda y separó con ella
las aguas de arriba, de las aguas de abajo. Y así fue. Llamó Dios
a la bóveda "cielo". Fue la tarde y la mañana del segundo
día.
Dijo Dios: "Que se junten las aguas de debajo del cielo en un solo lugar
y que aparezca el suelo seco". Y así fue. Llamó Dios "tierra"
al suelo seco y "mar" a la masa de las aguas. Y vio Dios que era bueno.
Dijo Dios: "Verdee la tierra con plantas que den semilla y árboles
que den fruto y semilla, según su especie, sobre la tierra". Y así
fue. Brotó de la tierra hierba verde, que producía semilla, según
su especie, y árboles que daban fruto y llevaban semilla, según
su especie. Y vio Dios que era bueno. Fue la tarde y la mañana del tercer
día.
Dijo Dios: "Que haya lumbreras en la bóveda del cielo, que separen
el día de la noche, señalen las estaciones, los días y
los años, y luzcan en la bóveda del cielo para iluminar la tierra.
Y así fue. Hizo Dios las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para
regir el día y la menor, para regir la noche; y también hizo las
estrellas. Dios puso las lumbreras en la bóveda del cielo para iluminar
la tierra, para regir el día y la noche, y separar la luz de las tinieblas".
Y vio Dios que era bueno. Fue la tarde y la mañana del cuarto día.
Dijo Dios: "Agítense las aguas con un hervidero de seres vivientes
y revoloteen sobre la tierra las aves, bajo la bóveda del cielo".
Creó Dios los grandes animales marinos y los vivientes que en el agua
se deslizan y la pueblan, según su especie. Creó también
el mundo de las aves, según sus especies. Vio Dios que era bueno y los
bendijo, diciendo: "Sean fecundos y multiplíquense; llenen las aguas
del mar; que las aves se multipliquen en la tierra". Fue la tarde y la
mañana del quinto día.
Dijo Dios: "Produzca la tierra vivientes, según sus especies: animales
domésticos, reptiles y fieras, según sus especies". Y así
fue. Hizo Dios las fieras, los animales domésticos y los reptiles, cada
uno según su especie. Y vio Dios que era bueno.]
Y dijo Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine
a los peces del mar, a las aves del cielo, a los animales domésticos
y a todo animal que se arrastra sobre la tierra". Y creó Dios al
hombre a su imagen; a imagen suya lo creó; hombre y mujer los creó.
y los bendijo Dios y les dijo: "Sean fecundos y multiplíquense,
llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves
del cielo y a todo ser viviente que se mueve sobre la tierra".
Y dijo Dios: "He aquí que les entrego todas las plantas de semilla
que hay sobre la faz de la tierra, y todos los árboles que producen frutos
y semilla, para que les sirvan de alimento. Y a todas las fieras de la tierra,
a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, a todos los seres
que respiran, también les doy por alimento las verdes plantas".
Y así fue. Vio Dios
todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno. Fue la tarde
y la mañana del sexto día.
Así quedaron concluidos el cielo y la tierra con todos sus ornamentos,
y terminada su obra, descansó Dios el séptimo día de todo
cuanto había hecho. Palabra de Dios.Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 32
R/. La tierra llena está de tus bondades.
Sincera es la palabra del
Señor y todas sus acciones son leales. El ama la justicia y el derecho,
la tierra está llena de sus bondades. R/.
La palabra del Señor hizo los cielos y su aliento, los astros. Los mares
encerró como en un odre y como en una presa los océanos. R/.
Feliz la nación cuyo Dios es el Señor; dichoso el pueblo que escogió
por suyo. Desde el cielo el Señor, atentamente, mira a todos los hombres.
R/.
En el Señor está nuestra esperanza, pues él es nuestra
ayuda y nuestro amparo. Muéstrate bondadoso con nosotros, puesto que
en ti, Señor, hemos confiado. R/.
O bien:
Del salmo 103, l-2a.
5-6.10 y 12.13-14.24 y 35c.
R/. Bendice al Señor, alma mía.
Bendice al Señor,
alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza. Te
vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto. R/.
Sobre bases inconmovibles asentaste la tierra para siempre. Con un vestido de
mares la cubriste y las aguas en los montes concentraste. R/.
En los valles haces brotar las fuentes, que van corriendo entre montañas;
junto al arroyo vienen a vivir las aves, que cantan entre las ramas. R/.
Desde tu cielo riegas los montes y sacias la tierra del fruto de tus manos;
haces brotar hierba para los ganados y pasto para los que sirven al hombre.
R/.
¡Qué numerosas son tus obras, Señor, y todas las hiciste
con maestría! La tierra está llena de tus creaturas. Bendice al
Señor, alma mía. R/.
Oremos. Dios todopoderoso y eterno, que en todas las obras de tu amor te muestras admirable, concédenos comprender que la redención realizada por Cristo, nuestra Pascua, es una obra más maravillosa todavía que la misma creación del universo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
O bien: Creación del hombre.
Dios nuestro, que de modo admirable creaste al hombre y de modo más admirable aún lo redimiste, concédenos sabiduría de espíritu, para resistir a los atractivos del pecado y poder llegar así a las alegrías eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Lo que va entre [...] se puede suprimir por motivos pastorales.
SEGUNDA LECTURA
El sacrificio de nuestro patriarca Abraham.
Del libro del Génesis: 22, 1-18
En aquel tiempo, Dios le
puso una prueba a Abraham y le dijo: "¡Abraham, Abraham!". El
respondió: "Aquí estoy". Y Dios le dijo: "Toma
a tu hijo único, Isaac, a quien tanto amas; vete a la región de
Moria y ofrécemelo en sacrificio, en el monte que yo te indicaré".
[Abraham madrugó, aparejó su burro, tomó consigo a dos
de sus criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio
y se encaminó al lugar que Dios le había indicado. Al tercer día
divisó a lo lejos el lugar. Les dijo entonces a sus criados: "Quédense
aquí con el burro; yo iré con el muchacho hasta allá, para
adorar a Dios y después regresaremos".
Abraham tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a
su hijo Isaac y tomó en su mano el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban
juntos. Isaac dijo a su padre Abraham: "¡Padre!". El respondió:
"¿Qué quieres, hijo?". El muchacho contestó:
"Ya tenemos fuego y leña, ¿pero dónde está
el cordero para el sacrificio?". Abraham le contestó: "Dios
nos dará el cordero para el sacrificio, hijo mío". Y siguieron
caminando juntos.]
Cuando llegaron al sitio que Dios le había señalado, Abraham levantó
un altar y acomodó la leña. Luego ató a su hijo Isaac,
lo puso sobre el altar, encima de la leña, y tomó el cuchillo
para degollarlo.
Pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y le dijo:
"¡Abraham, Abraham!". Él contestó: "Aquí
estoy". El ángel le dijo: "No descargues la mano contra tu
hijo, ni le hagas daño. Ya veo que temes a Dios, porque no le has negado
a tu hijo único". Abraham levantó los ojos y vio un carnero,
enredado por los cuernos en la maleza. Atrapó el carnero y lo ofreció
en sacrificio, en lugar de su hijo. Abraham puso por nombre a aquel sitio "el
Señor provee", por lo que aun el día de hoy se dice: "el
monte donde el Señor provee".
El ángel del Señor volvió a llamar a Abraham desde el cielo
y le dijo: "Juro por mí mismo, dice el Señor, que por haber
hecho esto y no haberme negado a tu hijo único, yo te bendeciré
y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y las arenas
del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades enemigas.
En tu descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra, porque
obedeciste a mis palabras". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 15, 5 Y 8.9-10.11.
R/. Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.
El Señor es la parte
que me ha tocado en herencia: mi vida está en sus manos. Tengo siempre
presente al Señor y con él a mi lado, jamás tropezaré.
R/.
Por eso se me alegran el corazón y el alma y mi cuerpo vivirá
tranquilo, porque tú no me abandonarás a la muerte, ni dejarás
que sufra yo la corrupción. R/.
Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia
y de alegría perpetua junto a ti. R/.
Oremos. Dios nuestro, excelso Padre de los creyentes, que por medio de la
gracia de la adopción y por el misterio pascual sigues cumpliendo la
promesa hecha a Abraham de multiplicar su descendencia por toda la tierra y
de hacerlo el padre de todas las naciones, concede a tu pueblo responder dignamente
a la gracia de tu llamada. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
TERCERA LECTURA
Los israelitas entraron en el mar sin mojarse.
Del libro del Éxodo: 14, 15-15, 1
En aquellos días,
dijo el Señor a Moisés: "¿Por qué sigues clamando
a mí? Diles a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza
tu bastón, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que
los israelitas entren en el mar sin mojarse. Yo voy a endurecer el corazón
de los egipcios para que los persigan, y me cubriré de gloria a expensas
del faraón y de todo su ejército, de sus carros y jinetes. Cuando
me haya cubierto de gloria a expensas del faraón, de sus carros y jinetes,
los egipcios sabrán que yo soy el Señor".
El ángel del Señor, que iba al frente de las huestes de Israel,
se colocó tras ellas. Y la columna de nubes que iba adelante, también
se desplazó y se puso a sus espaldas, entre el campamento de los israelitas
y el campamento de los egipcios. La nube era tinieblas para unos y claridad
para otros, y así los ejércitos no trabaron contacto durante toda
la noche.
Moisés extendió la mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar
durante toda la noche un fuerte viento del este, que secó el mar, y dividió
las aguas. Los israelitas entraron en el mar y no se mojaban. mientras las aguas
formaban una muralla a su derecha y a su izquierda. Los egipcios se lanzaron
en su persecución y toda la caballería del faraón, sus
carros y jinetes, entraron tras ellos en el mar.
Hacia el amanecer, el Señor miró desde la columna de fuego y humo
al ejército de los egipcios y sembró entre ellos el pánico.
Trabó las ruedas de sus carros, de suerte que no avanzaban sino pesadamente.
Dijeron entonces los egipcios: "Huyamos de Israel, porque el Señor
lucha en su favor contra Egipto".
Entonces el Señor le dijo a Moisés: "Extiende tu mano sobre
el mar, para que vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes".
Y extendió Moisés su mano sobre el mar, y al amanecer, las aguas
volvieron a su sitio, de suerte que al huir, los egipcios se encontraron con
ellas, y el Señor los derribó en medio del mar. Volvieron las
aguas y cubrieron los carros,
a los jinetes y a todo el ejército del faraón, que se había
metido en el mar para perseguir a Israel. Ni uno solo se salvó.
Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del mar. Las aguas les
hacían muralla a derecha e izquierda. Aquel día salvó el
Señor a Israel de las manos de Egipto. Israel vio a los egipcios, muertos
en la orilla del mar. Israel vio la mano fuerte del Señor sobre los egipcios,
y el pueblo temió al Señor y creyó en el Señor y
en Moisés, su siervo. Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron
este cántico al Señor:
No se dice Palabra de Dios, se pasa directamente al Salmo.
SALMO RESPONSORIAL
Éx
15, 1b-2. 3-4. 5-6.17-18.
R/. Alabemos al Señor por su victoria.
Cantemos al Señor,
sublime es su victoria: caballos y jinetes arrojó en el mar.
Mi fortaleza y mi canto es el Señor, él es mi salvación,
él es mi Dios, yo lo alabaré; es el Dios de mis padres, yo le
cantaré. R/.
El Señor es un guerrero, su nombre es el Señor. Precipitó
en el mar los carros del faraón y a sus guerreros; ahogó en el
mar Rojo a sus mejores capitanes. R/.
El mar cayó sobre ellos; en las temibles aguas como plomo se hundieron.
Extendiste tu diestra, Señor, y se los tragó la tierra. R/.
Tú llevas a tu pueblo para plantarlo en el monte que le diste en herencia,
en el lugar que convertiste en tu morada, en el santuario que construyeron tus
manos. Tú, Señor, reinarás para siempre. R/.
Oremos. Señor Dios, cuyos antiguos prodigios los percibimos resplandeciendo
también en nuestros tiempos, puesto que aquello mismo que realizó
la diestra de tu poder para liberar a un solo pueblo de la esclavitud del faraón,
lo sigues realizando también ahora, por medio del agua del bautismo para
salvar a todas las naciones, concede que todos los hombres del mundo lleguen
a contarse entre los hijos de Abraham y participen de la dignidad del pueblo
elegido. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
O bien:
Dios nuestro, que manifestaste a la luz del Nuevo Testamento el sentido profundo de los prodigios realizados en los tiempos antiguos, dejándonos ver en el paso del Mar Rojo, una imagen del bautismo y del pueblo liberado de la esclavitud, un anuncio de los sacramentos del pueblo cristiano, haz que todos los hombres, mediante la fe, participen del privilegio del pueblo elegido y sean regenerados por la acción santificadora de tu Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
CUARTA LECTURA
Con amor eterno se ha apiadado de ti tu redentor.
Del libro del profeta Isaías: 54,5-14
"El que te creó,
te tomará por esposa; su nombre es 'Señor de los ejércitos'.
Tu redentor es el Santo de Israel; será llamado 'Dios de toda la tierra'.
Como a una mujer abandonada y abatida te vuelve a llamar el Señor. ¿Acaso
repudia uno a la esposa de la juventud?, dice tu Dios.
Por un instante te abandoné, pero con inmensa misericordia te volveré
a tomar. En un arrebato de ira te oculté un instante mi rostro, pero
con amor eterno me he apiadado de ti, dice el Señor, tu redentor.
Me pasa ahora como en los días de Noé: entonces juré que
las aguas del diluvio no volverían a cubrir la tierra; ahora juro no
enojarme ya contra ti ni volver a amenazarte. Podrán desaparecer los
montes y hundirse las colinas, pero mi amor por ti no desaparecerá y
mi alianza de paz quedará firme para siempre. Lo dice el Señor,
el que se apiada de ti.
Tú, la afligida, la zarandeada por la tempestad, la no consolada: He
aquí que yo mismo coloco tus piedras sobre piedras finas, tus cimientos
sobre zafiros; te pondré almenas de rubí y puertas de esmeralda
y murallas de piedras preciosas.
Todos tus hijos serán discípulos del Señor, y será
grande su prosperidad. Serás consolidada en la justicia. Destierra la
angustia, pues ya nada tienes que temer; olvida tu miedo, porque ya no se acercará
a ti".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo
29, 2 y 4. 5-6. 11 y 12a y 13b.
R/. Te alabaré, Señor, eternamente.
Te alabaré, Señor,
pues no dejaste que se rieran de mí mis enemigos. Tú, Señor,
me salvaste de la muerte y a punto de morir, me reviviste. R/.
Alaben al Señor quienes lo aman, den gracias a su nombre, porque su ira
dura un solo instante y su bondad, toda la vida. El llanto nos visita por la
tarde; por la mañana, el júbilo. R/.
Escúchame, Señor, y compadécete; Señor, ven en mi
ayuda. Convertiste mi duelo en alegría, te alabaré por eso eternamente.
R/.
Oremos. Dios, todopoderoso y eterno, multiplica, en honor a tu nombre, cuanto
prometiste a nuestros padres en la fe y acrecienta la descendencia por ti prometida
mediante la santa adopción filial, para que aquello que los antiguos
patriarcas no dudaron que habría de acontecer, tu Iglesia advierta que
ya está en gran parte cumplido. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
QUINTA LECTURA
Vengan a mí y vivirán. Sellaré con ustedes una alianza perpetua.
Del libro del profeta Isaías: 55, 1-11
Esto dice el Señor:
"Todos ustedes, los que tienen sed, vengan por agua; y los que no tienen
dinero, vengan, tomen trigo y coman; tomen vino y leche sin pagar. ¿Por
qué gastar el dinero en lo que no es pan y el salario, en lo que no alimenta?
Escúchenme atentos y comerán bien, saborearán platillos
sustanciosos. Préstenme atención, vengan a mí, escúchenme
y vivirán.
Sellaré con ustedes una alianza perpetua, cumpliré las promesas
que hice a David. Como a él lo puse por testigo ante los pueblos, como
príncipe y soberano de las naciones, así tú reunirás
a un pueblo desconocido, y las naciones que no te conocían acudirán
a ti, por amor del Señor, tu Dios, por el Santo de Israel, que te ha
honrado.
Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar, invóquenlo mientras
está cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal, sus planes;
que regrese al Señor, y él tendrá piedad; a nuestro Dios,
que es rico en perdón.
Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, sus caminos no son mis
caminos. Porque así como aventajan los cielos a la tierra, así
aventajan mis caminos a los de ustedes y mis pensamientos a sus pensamientos.
Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven allá, sino después
de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, a fin de que dé
semilla para sembrar y pan para comer, así será la palabra que
sale de mi boca: no volverá a mí sin resultado, sino que hará
mi voluntad y cumplirá su misión". Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Is 12, 2-3.
4bcd. 5-6.
R/. El Señor es mi Dios y salvador.
El Señor es mi Dios
y salvador: con él estoy seguro y nada temo. El Señor es mi protección
y mi fuerza, y ha sido mi salvación. Sacarán agua con gozo de
la fuente de salvación. R/.
Den gracias al Señor, invoquen su nombre, cuenten a los pueblos sus hazañas,
proclamen que su nombre es sublime. R/.
Alaben al Señor por sus proezas, anúncienlas a toda la tierra.
Griten jubilosos, habitantes de Sión, porque el Dios de Israel ha sido
grande con ustedes. R/.
Oremos. Dios todopoderoso y eterno, única esperanza del mundo, tú
que anunciaste por voz de los profetas, los misterios que estamos celebrando
esta noche, multiplica en el corazón de tu pueblo los santos propósitos
porque no podría ningún santo anhelo alcanzar crecimiento sin
el impulso que procede de ti.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
SEXTA LECTURA
Sigue el camino que te conduce a la luz del Señor.
Del libro del profeta Baruc: 3, 9-15. 32-4, 4
Escucha, Israel, los mandatos
de vida, presta oído para que adquieras prudencia. ¿A qué
se debe, Israel, que estés aún en país enemigo, que envejezcas
en tierra extranjera, que te hayas contaminado por el trato con los muertos,
que te veas contado entre los que descienden al abismo?
Es que abandonaste la fuente de la sabiduría. Si hubieras seguido los
senderos de Dios, habitarías en paz eternamente.
Aprende dónde están la prudencia, la inteligencia y la energía,
así aprenderás dónde se encuentra el secreto de vivir larga
vida, y dónde la luz de los ojos y la paz. ¿Quién es el
que halló el lugar de la sabiduría y tuvo acceso a sus tesoros?
El que todo lo sabe, la conoce; con su inteligencia la ha escudriñado.
El que cimentó la tierra para todos los tiempos, y la pobló de
animales cuadrúpedos; el que envía la luz, y ella va, la llama,
y temblorosa le obedece; llama a los astros, que brillan jubilosos en sus puestos
de guardia, y ellos le responden: "Aquí estamos", y refulgen
gozosos para aquel que los hizo. Él es nuestro Dios y no hay otro como
él; él ha escudriñado los caminos de la sabiduría
y se la dio a su hijo Jacob, a Israel, su predilecto. Después de esto,
ella apareció en el mundo y convivió con los hombres.
La sabiduría es el libro de los mandatos de Dios, la ley de validez eterna;
los que la guardan, vivirán, los que la abandonan, morirán.
Vuélvete a ella, Jacob, y abrázala; camina hacia la claridad de
su luz; no entregues a otros tu gloria, ni tu dignidad a un pueblo extranjero,
Bienaventurados nosotros, Israel, porque lo que agrada al Señor nos ha
sido revelado. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 18, 8.
9.10.11.
R/. Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
La ley del Señor
es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del Señor
y hacen sabio al sencillo. R/.
En los mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón;
son luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino.
R/.
La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandatos del Señor
son verdaderos y enteramente justos. R/.
Más deseables que el oro y las piedras preciosas las normas del Señor,
y más dulces que la miel de un panal que gotea. R/.
Oremos. Dios nuestro, que haces crecer continuamente a tu Iglesia con hijos
llamados de todos los pueblos, dígnate proteger siempre con tu gracia
a quienes has hecho renacer con el agua del bautismo. Por Jesucristo nuestro
Señor. Amén.
SÉPTIMA LECTURA
Los rociaré con agua pura y les daré un corazón nuevo.
Del libro del profeta Ezequiel: 36,16-28
En aquel tiempo, me fue
dirigida la palabra del Señor en estos términos: "Hijo de
hombre, cuando los de la casa de Israel habitaban en su tierra, la mancharon
con su conducta y con sus obras; como inmundicia fue su proceder ante mis ojos.
Entonces descargué mi furor contra ellos, por la sangre que habían
derramado en el país y por haberlo profanado con sus idolatrías.
Los dispersé entre las naciones y anduvieron errantes por todas las tierras.
Los juzgué según su conducta, según sus acciones los sentencié.
Y en las naciones a las que se fueron, desacreditaron mi santo nombre, haciendo
que de ellos se dijera: 'Este es el pueblo del Señor, y ha tenido que
salir de su tierra'.
Pero, por mi santo nombre, que la casa de Israel profanó entre las naciones
a donde llegó, me he compadecido. Por eso, dile a la casa de Israel:
'Esto dice el Señor: no lo hago por ustedes, casa de Israel. Yo mismo
mostraré la santidad de mi nombre excelso, que ustedes profanaron entre
las naciones. Entonces ellas reconocerán que yo soy el Señor,
cuando, por medio de ustedes les haga ver mi santidad.
Los sacaré a ustedes de entre las naciones, los reuniré de todos
los países y los llevaré a su tierra. Los rociaré con agua
pura y quedarán purificados; los purificaré de todas sus inmundicias
e idolatrías.
Les daré un corazón nuevo y les infundiré un espíritu
nuevo; arrancaré de ustedes el corazón de piedra y les daré
un corazón de carne. Les infundiré mi espíritu y los haré
vivir según mis preceptos y guardar y cumplir mis mandamientos. Habitarán
en la tierra que di a sus padres; ustedes serán mi pueblo y yo seré
su Dios' ". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
De los salmos
41, 3. 5bcd; 42, 3. 4.
R/. Estoy sediento del Dios que da la vida.
Como el venado busca el
agua de los ríos, así, cansada, mi alma te busca a ti, Dios mío.
R/.
Del Dios que da la vida está mi ser sediento. ¿Cuándo será
posible ver de nuevo su templo? R/.
Recuerdo cuando íbamos a casa del Señor, cantando, jubilosos,
alabanzas a Dios. R/.
Envíame, Señor, tu luz y tu verdad; que ellas se conviertan en
mi guía y hasta tu monte santo me conduzcan, allí donde tú
habitas. R/.
Al altar del Señor me acercaré, al Dios que es mi alegría,
y a mi Dios, el Señor, le daré gracias al compás de la
cítara. R/.
O bien, cuando hay bautizos:
Isaías 12
R/. El Señor es mi Dios y salvador.
El Señor es mi Dios
y salvador con él estoy seguro y nada temo. El Señor es mi protección
y mi fuerza y ha sido mi salvación. Sacarán agua con gozo de la
fuente de salvación. R/.
Den gracias al Señor, invoquen su nombre, cuenten a los pueblos sus hazañas,
proclamen que su nombre es sublime. R/.
Alaben al Señor por sus proezas, anúncienlas a toda la tierra.
Griten jubilosos, habitantes de Sión, porque el Dios de Israel ha sido
grande con ustedes. R/.
O bien:
Del salmo50
R/. Crea en mi Señor, un corazón puro.
Crea en mí, Señor,
un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos.
No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de mí tu santo espíritu.
R/.
Devuélveme tu salvación, que regocija, y mantén en mí
un alma generosa. Enseñaré a los descarriados tus caminos y volverán
a ti los pecadores. R/.
Tú, Señor, no te complaces en los sacrificios y si te ofreciera
un holocausto, no te agradaría. Un corazón contrito te presento,
y a un corazón contrito, tú nunca lo desprecias. R/.
Oremos. Dios de inmutable poder y eterna luz, mira propicio el admirable
misterio de la Iglesia entera y realiza serenamente, en virtud de tu eterno
designio, la obra de la humana salvación; que todo el mundo vea y reconozca
que los caídos se levantan, que se renueva lo que había envejecido
y que, por obra de Jesucristo, todas las cosas concurren hacia la unidad que
tuvieron en el origen. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
O bien:
Oremos. Señor
Dios, que con las enseñanzas de ambos Testamentos nos instruyes para
celebrar el sacramento de la Pascua, haz que comprendamos la hondura de tu misericordia,
para que los dones que hoy recibimos afiancen en nosotros la esperanza de los
bienes futuros. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Al terminar la oración de la última lectura del Antiguo Testamento,
con el responsorio y la oración correspondiente, se encienden las velas
del altar y el sacerdote entona el himno Gloria a Dios en el cielo, que todos
prosiguen. Mientras tanto se tocan las campanas, de dentro y de fuera del templo,
de acuerdo con las costumbres de cada lugar:
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que haces resplandecer esta noche santa con la gloria del Señor resucitado aviva en tu Iglesia el espíritu filial, para que, renovados en cuerpo y alma, nos entreguemos plenamente a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo ...
EPÍSTOLA
Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya nunca morirá.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 6, 3-11
Hermanos: Todos los que
hemos sido incorporados a Cristo Jesús por medio del bautismo, hemos
sido incorporados a su muerte. En efecto, por el bautismo fuimos sepultados
con él en su muerte, para que, así como Cristo resucitó
de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros
llevemos una vida nueva.
Porque, si hemos estado íntimamente unidos a él por una muerte
semejante a la suya, también lo estaremos en su resurrección.
Sabemos que nuestro viejo yo fue crucificado con Cristo, para que el cuerpo
del pecado quedara destruido, a fin de que ya no sirvamos al pecado, pues el
que ha muerto queda libre del pecado.
Por lo tanto, si hemos muerto con Cristo, estamos seguros de que también
viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre
los muertos, ya nunca morirá. La muerte ya no tiene dominio sobre él,
porque al morir, murió al pecado de una vez para siempre; y al resucitar,
vive ahora para Dios. Lo mismo ustedes, considérense muertos al pecado
y vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Terminada la epístola todos se ponen de pie y el sacerdote entona solemnemente
el Aleluya, que todos repiten. Luego un salmista o un cantor dice el salmo,
al que el pueblo responde: Aleluya. Si hace falta, el mismo salmista canta el
Aleluya.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo
117, 1-2. 16ab-17. 22-23.
R/. Aleluya, aleluya.
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es
eterna. Diga la casa de Israel: "Su misericordia es eterna". R/.
La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro
orgullo. No moriré, continuaré viviendo, para contar lo que el
Señor ha hecho. R/.
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto
es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. R/.
Para el Evangelio no se llevan los ciriales, sino solamente el incienso.
EVANGELIO
¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?
Del santo Evangelio según san Lucas: 24, 1-12
El primer día después
del sábado, muy de mañana, llegaron las mujeres al sepulcro. llevando
los perfumes que habían preparado. Encontraron que la piedra ya había
sido retirada del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor
Jesús. Estando ellas todas desconcertadas por esto, se les presentaron
dos varones con vestidos resplandecientes. Como ellas se llenaron de miedo e
inclinaron el rostro a tierra, los varones les dijeron: "¿Por qué
buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí;
ha resucitado. Recuerden que cuando estaba todavía en Galilea les dijo:
'Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores
y sea crucificado y al tercer día resucite'''. Y ellas recordaron sus
palabras.
Cuando regresaron del sepulcro, las mujeres anunciaron todas estas cosas a los
Once y a todos los demás. Las que decían estas cosas a los apóstoles
eran María Magdalena, Juana, María (la madre de Santiago) y las
demás que estaban con ellas. Pero todas estas palabras les parecían
desvaríos y no les creían.
Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Se asomó, pero sólo
vio los lienzos y se regresó a su casa, asombrado por lo sucedido. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN: La fiesta por excelencia de los cristianos es, como bien lo sabemos, la Pascua de Resurrección y la Vigilia Pascual su más bella expresión... En sus numerosas lecturas bíblicas tenemos un valioso resumen de toda la historia de nuestra salvación. Cristo resucitado es el nuevo Adán que restituye al hombre --especialmente por el "nuevo nacimiento" realizado en la fuente bautismal- la dignidad perdida por el pecado (Rm 6, 3 ss). Con la luz y la fuerza de su Espíritu, Él nos obtiene, o nos concede de nuevo, la dignidad de hijos muy amados del Padre. ¡Despojémonos, pues, de la "antigua levadura" y decidámonos a llevar una vida de resucitados!
Tercera parte
Liturgia Bautismal
Hermanos, acompañemos con nuestra oración a quienes anhelan renacer a nueva vida en la fuente del bautismo, para que Dios, nuestro Padre, les otorgue su protección y su amor.
Si se bendice la fuente, pero no va a haber bautismos:
Hermanos, pidamos a Dios todopoderoso que con su poder santifique esta fuente bautismal, para que cuantos en el bautismo van a ser regenerados en Cristo, sean agregados al número de hijos adoptivos de Dios.
Si no hay bautismos ni bendición de la fuente, omitidas las letanías se procede inmediatamente a la bendición del agua.
Letanías de los santos
En las Letanías se pueden añadir algunos nombres de santos, especialmente el del titular de la iglesia, el de los patronos del lugar y el de los que van a ser bautizados.
Coro Asamblea
Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros.
San Miguel, ruega por nosotros.
Santos Ángeles de Dios, rueguen por nosotros.
San Juan Bautista, ruega por nosotros.
San José, ruega por nosotros.
Santos Pedro y Pablo, rueguen por nosotros.
San Andrés, ruega por nosotros.
San Juan, ruega por nosotros.
Santa María Magdalena, ruega por nosotros.
San Esteban, ruega por nosotros.
San Ignacio de Antioquía, ruega por nosotros.
San Lorenzo, ruega por nosotros.
San Felipe de Jesús, ruega por nosotros.
Santos Cristóbal Magallanes
y compañeros mártires, rueguen por nosotros.
Santas Perpetua y Felícitas, rueguen por nosotros.
Santa Inés, ruega por nosotros.
San Gregorio, ruega por nosotros.
San Agustín, ruega por nosotros.
San Atanasio, ruega por nosotros.
San Basilio, ruega por nosotros.
San Martín, ruega por nosotros.
San Benito, ruega por nosotros.
Santos Francisco y Domingo, rueguen por nosotros.
San Francisco Javier, ruega por nosotros.
San Juan María Vianney, ruega por nosotros.
San Rafael Guízar y Valencia, ruega por nosotros.
San José María de Yermo y Parres, ruega por nosotros.
Santa Catalina de Siena, ruega por nosotros.
Santa Teresa de Jesús, ruega por nosotros.
Santa Teresa del Niño de Jesús, ruega por nosotros.
Santa María de Jesús
Sacramentado Venegas, ruega por nosotros.
Santa María Guadalupe
García Zavala, ruega por nosotros.
San Juan Diego, ruega por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rueguen por nosotros.
Muéstrate propicio, líbranos, Señor.
De todo mal, líbranos, Señor.
De todo pecado, líbranos, Señor.
De la muerte eterna, líbranos, Señor.
Por tu encarnación, líbranos, Señor.
Por tu muerte y resurrección, líbranos, Señor.
Por el don del Espíritu Santo, líbranos, Señor.
Nosotros, que somos pecadores, te rogamos, óyenos.
Si hay bautizos:
Para que estos elegidos renazcan a la vida nueva por medio del bautismo, te rogamos, óyenos.
Si no hay bautizos:
Para que santifiques esta
fuente bautismal por la que renacerán tus hijos, a la vida nueva, te
rogamos, óyenos.
Jesús, Hijo de Dios vivo, te rogamos, óyenos.
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.
Si hay bautizos, el sacerdote, con las manos juntas, dice la siguiente
oración:
Derrama, Señor, tu infinita bondad en este sacramento del bautismo y envía tu santo Espíritu para que haga renacer de la fuente bautismal a estos nuevos hijos tuyos que van a ser santificados por tu gracia, mediante la colaboración de nuestro ministerio. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
Bendición del agua bautismal
Dios nuestro, que con tu
poder invisible realizas obras admirables por medio de los signos sacramentales
y has hecho que tu creatura, el agua, signifique de muchas maneras la gracia
del bautismo. Dios nuestro, cuyo Espíritu aleteaba sobre la superficie
de las aguas en los mismos principios del mundo, para que ya desde entonces
el agua recibiera el poder de dar la vida. Dios nuestro, que incluso en las
aguas torrenciales del diluvio prefiguraste el nuevo nacimiento de los hombres,
al hacer que de una manera misteriosa un mismo elemento diera fin al pecado
y origen a la virtud. Dios nuestro, que hiciste pasar a pie, sin mojarse, el
Mar Rojo a los hijos de Abrahán, a fin de que el pueblo liberado de la
esclavitud del faraón prefigurara al pueblo de los bautizados. Dios nuestro,
cuyo Hijo, al ser bautizado por el Precursor en el agua del Jordán, fue
ungido por el Espíritu Santo; suspendido en la cruz, quiso que brotaran
de su costado sangre y agua; y después de su resurrección mandó
a sus apóstoles: "Vayan y enseñen a todas las naciones bautizándolas
en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo". Mira
ahora a tu Iglesia en oración y abre para ella la fuente del bautismo.
Que por la obra del Espíritu Santo esta agua adquiera la gracia de tu
Unigénito, para que el hombre, creado a tu imagen, limpio de su antiguo
pecado por el sacramento del bautismo, renazca a la vida nueva por el agua y
el Espíritu Santo. Te pedimos, Señor, que por tu Hijo, descienda
sobre el agua de esta fuente el poder del Espíritu Santo, para que todos,
sepultados
con Cristo en su muerte por el bautismo, resuciten también con él
a la vida nueva. Él que vive y reina... R. Amén.
Se puede decir la aclamación siguiente o alguna otra adecuada: Fuentes del Señor, bendigan al Señor; alábenlo y glorifíquenlo por los siglos.
Bendición del agua
Si no hay bautizos, ni bendición de la fuente bautismal el sacerdote prepara a los fieles para la bendición del agua, diciendo:
Pidamos, queridos hermanos, a Dios nuestro Señor, que se digne bendecir esta agua, con la cual seremos rociados en memoria de nuestro bautismo, y que nos renueve interiormente, para que permanezcamos fieles al Espíritu que hemos recibido.
Y después de una
breve pausa en silencio, dice la siguiente oración, con las manos extendidas:
Señor, Dios nuestro, mira con bondad a este pueblo tuyo, que vela en
oración en esta noche santísima, recordando la obra admirable
de nuestra creación y la obra más admirable, todavía, de
nuestra redención. Dígnate bendecir † esta agua, que tú
creaste para dar fertilidad a la tierra, frescura y limpieza a nuestros cuerpos.
Tú, además, convertiste el agua en un instrumento de tu misericordia:
por ella, liberaste a tu pueblo de la esclavitud y en el desierto saciaste su
sed; con la imagen del agua viva, los profetas anunciaron la nueva alianza que
deseabas establecer con los hombres; por ella, finalmente, santificada por Cristo
en el Jordán, renovarse, mediante el bautismo que nos da la vida nueva,
nuestra naturaleza, corrompida por el pecado. Que esta agua nos recuerde ahora
nuestro bautismo y nos haga participar en la alegría de nuestros hermanos,
que han sido bautizados en esta Pascua. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
Renovación de las promesas bautismales
Terminada la ceremonia del
bautismo (y de la confirmación) o, si no hubo bautismos, después
de la bendición del agua, todos, de pie y teniendo en sus manos las velas
encendidas, hacen la renovación de las promesas del bautismo.
Hermanos, por medio del bautismo hemos sido hechos partícipes del misterio
pascual de Cristo, es decir, por medio del bautismo hemos sido sepultados con
él en su muerte, para resucitar con él a una vida nueva. Por eso,
culminado nuestro camino cuaresmal, es muy conveniente que renovemos las promesas
de nuestro bautismo, con las cuales un día renunciamos a Satanás
y a sus obras y nos comprometimos a servir a Dios en la santa Iglesia católica.
Por consiguiente:
Sacerdote: Todos
¿Renuncian ustedes a Satanás? Sí, renuncio.
¿Renuncian a todas sus obras? Sí, renuncio.
¿Renuncian a todas sus seducciones? Sí, renuncio
O bien:
Sacerdote: Todos
¿Renuncian ustedes al pecado para vivir
en la libertad de los hijos de Dios? Sí, renuncio.
¿Renuncian a todas las seducciones del
mal para que el pecado no los esclavice? Sí, renuncio.
¿Renuncian a Satanás, padre y autor
de todo pecado? Sí, renuncio
Sacerdote: Todos
¿Creen ustedes en Dios, Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra? Sí, creo.
Sacerdote:
¿Creen en Jesucristo, su Hijo único y
Señor nuestro, que nació de la Virgen María.
Padeció y murió por nosotros, resucitó
y está sentado a la derecha del Padre? Sí, creo
¿Creen en el Espíritu Santo, en la santa
Iglesia católica, en la comunión de los santos,
en el perdón de los pecados, en la resurrección
de los muertos y en la vida eterna? Sí, creo.
Que Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos liberó del pecado y nos ha hecho renacer por el agua y el Espíritu Santo, nos conserve con su gracia unidos a Jesucristo nuestro Señor, hasta la vida eterna. Amén.
El sacerdote rocía al pueblo con el agua bendita, mientras todos cantan la siguiente antífona o algún otro canto bautismal:
Vi brotar agua del lado derecho del templo, aleluya. Vi que en todos aquellos que recibían el agua, surgía una vida nueva y cantaban con gozo: Aleluya, aleluya.
Cuarta parte
Liturgia Eucarística
Concluida la liturgia bautismal la celebración sigue como siempre.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, las súplicas de tu pueblo, junto con los dones que te presentamos para que los misterios de la Pascua que hemos comenzado a celebrar, nos obtengan, con tu ayuda, el remedio para conseguir la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de la Pascua: El misterio Pascual, MR, p. 504 (500).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Cor 5, 7-8
Cristo, nuestro Cordero pascual, ha sido inmolado. Aleluya. Celebremos, pues, la Pascua, con el pan sin levadura, que es sinceridad y verdad. Aleluya.
Conviene cantar el salmo 117.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Infúndenos, Señor, el espíritu de tu caridad, para que, saciados con los sacramentos pascuales, vivamos siempre unidos en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
DESPEDIDA
Para despedir al pueblo, el diácono, o, en su ausencia, el mismo sacerdote canta o dice:
C. Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado.
Pueden ir en paz, aleluya, aleluya.
R. Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya.
El cirio pascual se enciende en todas las celebraciones litúrgicas de este tiempo pascual: Misa, en Laudes y Vísperas. Una vez concluido el Tiempo Pascual, conviene que el Cirio se conserve dignamente en el bautisterio, y no en el presbiterio.
Domingo I de Pascua De la Resurrección del Señor Solemnidad
Blanco Octava Misa del día MR, p. 343 (345) / Lecc. 1, p. 323 LH, semana I del Salterio
Otros Santos: Simeón Bar-Sabbas y compañeros, mártires; Catalina Tekakwitha, virgen. Beato Lucien Botovasoa, terciario franciscano Mártir.
LECCIONES
EN LA FE PASCUAL
Hech 10, 34. 37-43; Sal 11; Cor 5, 6-8; Jn 20, 1-9
En su narrativa, Juan nos ofrece lecciones en la fe pascual. Por ejemplo, escribe que María Magdalena llega al sepulcro "cuando todavía estaba oscuro (v. l)". El evangelista no está haciendo curiosas observaciones cronológicas. Está explicando desde dónde parte la fe pascual, es decir, desde la oscuridad del desengaño, de la desesperanza y del temor. Desde esta oscuridad, la fe pascual amanece y crece hasta brillar como el sol. Más importante todavía es el detalle que "el otro discípulo" no entra en el sepulcro antes que Pedro (v. 5). Quizá el evangelista quiso dramatizar la importancia del "otro discípulo" (¿Juan?) reconociendo al mismo tiempo la prioridad de Pedro. Sin embargo, también sugiere que debemos llegar a la fe pascual no como individuos aislados, sino con la ayuda de los demás, como el otro discípulo, que espera a que llegue Pedro.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 138, 18. 5-6
He resucitado y estoy contigo, aleluya: has puesto tu mano sobre mí, aleluya: tu sabiduría ha sido maravillosa, aleluya, aleluya.
O bien: Lc 24, 34; cfr. Apoc 1, 6
El Señor
ha resucitado verdaderamente, aleluya.
A él la gloria y el poder por toda la eternidad, aleluya, aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por medio de tu Unigénito, vencedor de la muerte, nos has abierto hoy las puertas de la vida eterna, concede a quienes celebramos la solemnidad de la resurrección del Señor, resucitar también en la luz de la vida eterna, por la acción renovadora de tu Espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Hemos comido y bebido con Cristo resucitado.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 10, 34. 37-43
En aquellos días,
Pedro tomó la palabra y dijo: "Ya saben ustedes lo sucedido en toda
Judea, que tuvo principio en Galilea, después del bautismo predicado
por Juan: cómo Dios ungió con el poder del Espíritu Santo
a Jesús de Nazaret y cómo éste pasó haciendo el
bien, sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Nosotros somos testigos de cuanto él hizo en Judea y en Jerusalén.
Lo mataron colgándolo de la cruz, pero Dios lo resucitó al tercer
día y concedió verlo, no a todo el pueblo, sino únicamente
a los testigos que él, de antemano, había escogido: a nosotros,
que hemos comido y bebido con él después de que resucitó
de entre los muertos.
Él nos mandó predicar al pueblo y dar testimonio de que Dios lo
ha constituido juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime:
que cuantos creen en él reciben, por su medio, el perdón de los
pecados".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo
117, 1-2. 16ab-17. 22-23.
R/. Este es el día del triunfo del Señor. Aleluya.
Te damos gracias, Señor,
porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Diga la casa de Israel:
"Su misericordia es eterna". R/.
La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro
orgullo. No moriré, continuaré viviendo para contar lo que el
Señor ha hecho. R/.
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto
es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. R/.
SEGUNDA LECTURA
Tiren la antigua levadura, pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 5, 6-8
Hermanos: ¿No saben
ustedes que un poco de levadura hace fermentar toda la masa? Tiren la antigua
levadura, para que sean ustedes una masa nueva, ya que son pan sin levadura,
pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado.
Celebremos, pues, la fiesta de la Pascua, no con la antigua levadura, que es
de vicio y maldad, sino con el pan sin levadura, que es de sinceridad y verdad.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
O bien:
Busquen los bienes del cielo, donde está Cristo.
De la carta del apóstol san Pablo a los colosenses: 3, 1-4
Hermanos: Puesto que han
resucitado con Cristo, busquen los bienes de arriba, donde está Cristo,
sentado a la derecha de Dios. Pongan todo el corazón en los bienes del
cielo, no en los de la tierra, porque han muerto y su vida está escondida
con Cristo en Dios. Cuando se manifieste Cristo, vida de ustedes, entonces también
ustedes se manifestarán gloriosos, juntamente con él.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SECUENCIA: [Solo el día de hoy es obligatoria; durante la octava es opcional].
Ofrezcan los cristianos | los ángeles testigos, | |
ofrendas de alabanza | sudarios y mortaja. | |
a gloria de la víctima | ¡Resucitó de veras | |
propicia de la Pascua. | mi amor y mi esperanza! | |
Cordero sin pecado, | Venid a Galilea, | |
que a las ovejas salva, | allí el Señor aguarda; | |
a Dios y a los culpables | allí veréis los suyos | |
unió con nueva alianza. | la gloria de la Pascua. | |
Lucharon vida y muerte | Primicia de los muertos, | |
en singular batalla, | sabemos por tu gracia | |
y, muerto el que es la vida, | que estás resucitado; | |
triunfante se levanta. | la muerte en ti no manda. | |
"¿Qué has visto de camino, | Rey vencedor, apiádate | |
María, en la mañana?". | de la miseria humana | |
A mi Señor glorioso, | y da a tus fieles parte | |
la tumba abandonada, | en tu victoria santa |
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. 1 Cor 5,7-8
R/. Aleluya, aleluya.
Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado; celebremos, pues, la Pascua. R/.
EVANGELIO
Él debía resucitar de entre los muertos.
Del santo Evangelio según san Juan: 20, 1-9
El primer día después
del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena
al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr llegó
a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien
Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor
y no sabemos dónde lo habrán puesto".
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban
corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa
que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró
los lienzos puestos en el suelo, pero no entró.
En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo,
y entró en el sepulcro. Contempló los lienzos puestos en el suelo
y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto
no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces entró
también el otro discípulo, el que había llegado primero
al sepulcro, y vio y creyó, porque hasta entonces no habían entendido
las Escrituras, según las cuales Jesús debía resucitar
de entre los muertos.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
O bien:
¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?
Del santo Evangelio según san Lucas: 24, 1-12
El primer día después
del sábado, muy de mañana, llegaron las mujeres al sepulcro, llevando
los perfumes que habían preparado. Encontraron que la piedra ya había
sido retirada del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor
Jesús. Estando ellas todas desconcertadas por esto, se les presentaron
dos varones con vestidos resplandecientes. Como ellas se llenaron de miedo e
inclinaron el rostro a tierra, los varones les dijeron: "¿Por qué
buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí;
ha resucitado. Recuerden que cuando estaba todavía en Galilea les dijo:
'Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores
y sea crucificado y al tercer día resucite' ". Y ellas recordaron
sus palabras.
Cuando regresaron del sepulcro, las mujeres anunciaron todas estas cosas a los
Once y a todos los demás. Las que decían estas cosas a los apóstoles
eran María Magdalena, Juana, María (la madre de Santiago) y las
demás que estaban con ellas. Pero todas estas palabras les parecían
desvaríos y no les creían.
Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Se asomó, pero sólo
vio los lienzos y se regresó a su casa, asombrado por lo sucedido. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
O bien, en las misas vespertinas del domingo:
Quédate con nosotros, porque ya es tarde.
Del santo Evangelio según san Lucas: 24, 13-35
El mismo día de la
resurrección, iban dos de los discípulos hacia un pueblo llamado
Emaús, situado a unos once kilómetros de Jerusalén, y comentaban
todo lo que había sucedido.
Mientras conversaban y discutían, Jesús se les acercó y
comenzó a caminar con ellos; pero los ojos de los dos discípulos
estaban velados y no lo reconocieron. Él les preguntó: "¿De
qué cosas vienen hablando, tan llenos de tristeza?".
Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: "¿Eres
tú el único forastero que no sabe lo que ha sucedido estos días
en Jerusalén?". Él les preguntó: "¿Qué
cosa?".
Ellos le respondieron: "Lo de Jesús el nazareno, que era un profeta
poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo. Cómo los
sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo condenaran a muerte,
y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él sería el
libertador de Israel, y sin embargo, han pasado ya tres días desde que
estas cosas sucedieron. Es cierto que algunas mujeres de nuestro grupo nos han
desconcertado, pues fueron de madrugada al sepulcro, no encontraron el cuerpo
y llegaron contando que se les habían aparecido unos ángeles,
que les dijeron que estaba vivo. Algunos de nuestros compañeros fueron
al sepulcro y hallaron todo como habían dicho las mujeres, pero a él
no lo vieron".
Entonces Jesús les dijo: "¡Qué insensatos son ustedes
y qué duros de corazón para creer todo lo anunciado por los profetas!
¿Acaso no era necesario que el Mesías padeciera todo esto y así
entrara en su gloria?". Y comenzando por Moisés y siguiendo con
todos los profetas, les explicó todos los pasajes de la Escritura que
se referían a él.
Ya cerca del pueblo a donde se dirigían, él hizo como que iba
más lejos; pero ellos le insistieron, diciendo: "Quédate
con nosotros, porque ya es tarde y pronto va a oscurecer". Y entró
para quedarse con ellos. Cuando estaban a la mesa, tomó un pan, pronunció
la bendición, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron
los ojos y lo reconocieron, pero él se desapareció. Y ellos se
decían el uno al otro: "¡Con razón nuestro corazón
ardía, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras!".
Se levantaron inmediatamente y regresaron a Jerusalén, donde encontraron
reunidos a los Once con sus compañeros, los cuales les dijeron: "De
veras ha resucitado el Señor y se le ha aparecido a Simón".
Entonces ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo
lo habían reconocido al partir el pan. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Llenos de gozo por la santa
Resurrección del Señor, purificados nuestros sentimientos y renovado
nuestro espíritu, supliquemos con insistencia al Señor, diciendo:
Rey vencedor, escúchanos. R/. Rey vencedor, escúchanos.
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección ha sido constituido Cabeza
de la Iglesia, pidámosle que, por su amor, conceda gozo y exultación
a todos los fieles que celebran su triunfo.
A Cristo, que, con su santa resurrección ha otorgado el perdón
y la paz a los pecadores, supliquémosle que quienes han regresado al
camino de la vida conserven íntegramente los dones que la misericordia
del Padre les ha restituido.
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección ha inaugurado la resurrección
universal, pidámosle que alegre el corazón de los hombres que
aún desconocen [los frutos de] su victoria y, con el anuncio evangélico,
llene de gozo a todos los pueblos y naciones.
A Cristo, que, con su santa resurrección, ha colmado de alegría
a los pueblos, los ha enriquecido con sus dones y ha hecho vibrar de gozo nuestros
corazones, pidámosle que renueve la esperanza de los que sufren y lloran.
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha alegrado al mundo entero,
pidámosle que renueve nuestro espíritu y nos conceda la esperanza
firme de compartir su triunfo y de resucitar con él a una vida nueva.
Señor Jesucristo, que en el cielo eres glorificado por los ángeles
y los santos y en la tierra eres enaltecido y adorado por tu Iglesia, en esta
fiesta gloriosa de tu Resurrección te pedimos que escuches nuestras plegarias
y extiendas tu diestra misericordiosa sobre este pueblo que tiene puesta toda
su esperanza en tu resurrección. Tú, que vives y reinas, inmortal
y glorioso, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Llenos de júbilo por el gozo pascual te ofrecemos, Señor, este sacrificio, mediante el cual admirablemente nace y se nutre tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de Pascua: El misterio pascual. (en este día) MR, p.504(500).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Cor 5, 7-8
Cristo nuestro Cordero Pascual ha sido inmolado. Aleluya. Celebremos, pues, la Pascua, con el pan sin levadura, que es sinceridad y verdad. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios de bondad, protege paternalmente con amor incansable a tu Iglesia, para que renovada por los misterios pascuales, pueda llegar a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Despedida
Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado.
Pueden ir en paz. Aleluya,
aleluya.
R. Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- En la sociedad moderna,
es común hacer mucho sin la ayuda de otras personas. Gracias a la tecnología,
podemos comprar comida, pagar cuentas, tomar cursos online y hasta llenar nuestros
automóviles con gasolina sin depender de otras personas. Estas conveniencias
modernas hacen que la vida sea menos compleja y más suave. No obstante,
pueden también producir la soledad y el aislamiento, aún en medio
de ciudades con millones de personas. Si estamos experimentando estos problemas,
las lecturas y la liturgia de Pascua son un remedio eficaz. No sólo nos
recuerdan que no estamos solos; sino que también afirman que estamos
íntimamente relacionados con Dios, con la humanidad entera y con todo
el universo transformado por la misma resurrección que conocemos. Además,
nos ofrecen la oportunidad de experimentar nuestra conectividad con todo lo
que existe por medio de signos reales y sacramentales.
Durante la Octava de
Pascua:
Se dice Gloria. Después del Salmo responsorial: Secuencia [opcional],
Lecc I, p. 855
Prefacio I de Pascua (en este día), p. 504 (500).
Si se usa el Canon Romano, se dice Reunidos en comunión, p. 563 (559),
Y Acepta, Señor,
p. 564 (561). En las otras Plegarias eucarísticas también se dicen
las partes propias para esta Misa. La despedida puede hacerse como en el día
de Pascua, MR, p. 344 (346).
Blanco Lunes de la Octava de Pascua MR, p. 345 (347) / Lecc. I, p. 854
EL PODER
DE LA FE PASCUAL
Hech2, 14.22-33; Sa1l5; Mt28, 8-15
"Entonces Pedro y los Once se pusieron de pie" (v. 14). Así inicia la primera lectura después del día de Pascua y es un inicio significativo. Nos muestra lo que la fe pascual puede hacer. Es que hemos llegado a la parte más importante de la narración de Lucas que interpreta todo por medio de las palabras de Pedro. ¿Pero se trata del mismo Pedro que conocimos en el Evangelio (el Pedro lleno de temor, cobardía e incomprensión)? No, audacia y atrevimiento serían las palabras para describir al nuevo Pedro que surge de la experiencia de la Pascua y luego la de Pentecostés. Habla con autoridad, como los antiguos profetas. Asume el papel de jefe del nuevo pueblo de Dios. Sus palabras abren el tiempo del testimonio que ha de recorrer el mundo. Tal es el poder de la fe pascual.
ANTÍFONA DE ENTRADA
El Señor resucitó, como lo había predicho; llenémonos de gozo y de alegría, porque reina eternamente. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que haces crecer siempre a tu Iglesia dándole nuevos hijos, concédenos la gracia de vivir de acuerdo con la fe que recibimos en el sacramento del bautismo. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
A este Jesús, Dios lo ha resucitado, y de ello somos testigos.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 2, 14. 22-33
El día de Pentecostés,
se presentó Pedro, junto con los Once, ante la multitud, y levantando
la voz, dijo: "Israelitas, escúchenme. Jesús de Nazaret fue
un hombre acreditado por Dios ante ustedes, mediante los milagros, prodigios
y señales que Dios realizó por medio de él y que ustedes
bien conocen. Conforme al plan previsto y sancionado por Dios, Jesús
fue entregado, y ustedes utilizaron a los paganos para clavarlo en la cruz.
Pero Dios lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte, ya que no
era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio. En efecto, David dice,
refiriéndose a él: Yo veía constantemente al Señor
delante de mí, puesto que él está a mi lado para que yo
no tropiece. Por eso se alegra mi corazón y mi lengua se alboroza; por
eso también mi cuerpo vivirá en la esperanza, porque tú,
Señor, no me abandonarás a la muerte, ni dejarás que tu
santo sufra la corrupción. Me has enseñado el sendero de la vida
y me saciarás de gozo en tu presencia.
Hermanos, que me sea permitido hablarles con toda claridad. El patriarca David
murió y lo enterraron, y su sepulcro se conserva entre nosotros hasta
el día de hoy. Pero como era profeta y sabía que Dios le había
prometido con juramento que un descendiente suyo ocuparía su trono, con
visión profética habló de la resurrección de Cristo,
el cual no fue abandonado a la muerte ni sufrió la corrupción.
Pues bien, a este Jesús, Dios lo resucitó, y de ello todos nosotros
somos testigos. Llevado a los cielos por el poder de Dios, recibió del
Padre el Espíritu Santo prometido a él y lo ha comunicado, como
ustedes lo están viendo y oyendo". Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo
15, 1-2a y 5. 7-8. 9-10. 11.
R/. Protege, Señor, a los que esperamos en ti. Aleluya.
Protégeme, Dios mío,
pues eres mi refugio. Yo siempre he dicho que tú eres mi Señor.
El Señor es la parte que me ha tocado en herencia; mi vida está
en sus manos. R/.
Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye
internamente. Tengo siempre presente al Señor y con él a mi lado,
jamás tropezaré. R/.
Por eso se me alegran el corazón y el alma y mi cuerpo vivirá
tranquilo, porque tú no me abandonarás a la muerte ni dejarás
que sufra yo la corrupción. R/.
Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia
y de alegría perpetua junto a ti. R/.
SECUENCIA Opcional, Lecc I. pág. 855.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Sal 117. 24
R/. Aleluya, aleluya.
Éste es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R/.
EVANGELIO
vayan a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea. Allá me verán.
Del santo Evangelio según san Mateo: 28, 8-15
Después de escuchar
las palabras del ángel, las mujeres se alejaron a toda prisa del sepulcro,
y llenas de temor y de gran alegría, corrieron a dar la noticia a los
discípulos. Pero de repente Jesús les salió al encuentro
y las saludó. Ellas se le acercaron, le abrazaron los pies y lo adoraron.
Entonces les dijo Jesús: "No tengan miedo. Vayan a decir a mis hermanos
que se dirijan a Galilea. Allá me verán".
Mientras las mujeres iban de camino, algunos soldados de la guardia fueron a
la ciudad y dieron parte a los sumos sacerdotes de todo lo ocurrido. Éstos
se reunieron con los ancianos, y juntos acordaron dar una fuerte suma de dinero
a los soldados, con estas instrucciones: "Digan: 'Durante la noche, estando
nosotros dormidos, llegaron sus discípulos y se robaron el cuerpo'. Y
si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos arreglaremos con él
y les evitaremos cualquier complicación".
Ellos tomaron el dinero y actuaron conforme a las instrucciones recibidas. Esta
versión de los soldados se ha ido difundiendo entre los judíos
hasta el día de hoy.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, con
bondad, las ofrendas de tu pueblo y haz que, renovados por la confesión
de tu nombre y por el bautismo, consigamos la felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de Pascua (en este día), M R, p. 504 (500).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Rom 6, 9
Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no morirá nunca. La muerte ya no tiene dominio sobre él. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la gracia de este sacramento
pascual fructifique, Señor, en nuestros corazones para que podamos corresponder
a los dones de tu amor, que nos abrió el camino de la salvación
eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La despedida se hace como el día de Pascua, MR, p. 344 (346).
Blanco Martes de la Octava de Pascua MR, p. 346 (348) / Lecc. I, p. 857
¿QUIÉNES
SON LAS MARÍAS MAGDALENAS EN NUESTRAS VIDAS?
Hech 2, 36-41; Sal 32; Jn 20, 11-18
Pedro y el discípulo amado van al sepulcro y sólo ven las sábanas en el suelo y el sudario enrollado. En seguida se van. Pero María Magdalena es distinta, porque es la mujer fiel. Ante la inconsistencia y cansancio de los discípulos, destaca la firme perseverancia de esta mujer que resiste la tentación de volver a su casa. Se queda cerca del sepulcro de Jesús, esperando y llorando, firmemente convencida de que su Señor no la abandonará. Por su fidelidad recibe una gran revelación que sobrepasa todas sus expectativas. Lo que es más, se hace misionera: debe ir a los hermanos y anunciar su experiencia de fe: que ha visto al Señor resucitado y que le ha dicho todas estas cosas. En nuestras casas y barrios, sin duda, tenemos mujeres tan fieles como María Magdalena. ¿Las reconocemos y les agradecemos?
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Si 15, 3-4
El Señor les dará a beber el agua de la sabiduría; se apoyarán en él y no vacilarán. El los llenará de gloria eternamente. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que nos has hecho experimentar la fuerza vivificante del misterio pascual, sigue acompañando a tu pueblo con tu divina gracia, para que, conseguida la perfecta libertad, se convierta en gozo celestial la alegría que ahora lo inunda aquí en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Arrepiéntanse y bautícense en el nombre de Jesucristo.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 2, 36-41
El día de Pentecostés,
dijo Pedro a los judíos: "Sepa todo Israel, con absoluta certeza,
que Dios ha constituido Señor y Mesías al mismo Jesús,
a quien ustedes han crucificado".
Estas palabras les llegaron al corazón y preguntaron a Pedro y a los
demás apóstoles: "¿Qué tenemos que hacer, hermanos?".
Pedro les contestó: "Arrepiéntanse y bautícense en
el nombre de Jesucristo, para el perdón de sus pecados y recibirán
el Espíritu Santo. Porque las promesas de Dios valen para ustedes y para
sus hijos y también para todos los paganos que el Señor, Dios
nuestro, quiera llamar, aunque estén lejos".
Con éstas y otras muchas razones los instaba y exhortaba, diciéndoles:
"Pónganse a salvo de este mundo corrompido". Los que aceptaron
sus palabras se bautizaron, y aquel día se les agregaron unas tres mil
personas.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo
32,4-5.18-19.20 y 22.
R/. En el Señor está nuestra esperanza. Aleluya.
Sincera es la palabra del
Señor y todas sus acciones son leales. El ama la justicia y el derecho,
la tierra llena está de sus bondades. R/.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían;
los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida. R/.
En el Señor está nuestra esperanza, pues él es nuestra
ayuda y nuestro amparo. Muéstrate bondadoso con nosotros, puesto que
en ti, Señor, hemos confiado. R/.
SECUENCIA Opcional, Lecc. I, pág. 855.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Sal 117,24
R/. Aleluya, aleluya.
Este es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R/.
EVANGELIO
He visto al Señor y me ha dado este mensaje.
Del santo Evangelio según san Juan: 20, 11-18
El día de la resurrección,
María se había quedado llorando junto al sepulcro de Jesús.
Sin dejar de llorar, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos
de blanco, sentados en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús,
uno en la cabecera y el otro junto a los pies. Los
ángeles le preguntaron: "¿Por qué estás llorando,
mujer?".
Ella les contestó: "Porque se han llevado a mi Señor y no
sé dónde lo habrán puesto".
Dicho esto, miró hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero
no sabía que era Jesús. Entonces él le dijo: "Mujer,
¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?".
Ella, creyendo que era el jardinero, le respondió: "Señor,
si tú te lo llevaste, dime dónde lo has puesto". Jesús
le dijo: "¡María!". Ella se volvió y exclamó:
"¡Rabuní!", que en hebreo significa 'maestro'. Jesús
le dijo: "Déjame ya, porque todavía no he subido al Padre.
Ve a decir a mis hermanos: 'Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios'
".
María Magdalena se fue a ver a los discípulos para decirles que
había visto al Señor y para darles su mensaje. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, con bondad, estas ofrendas de tu familia santa, para que, con la ayuda de tu protección, conserve los dones recibidos y llegue a poseer los eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de Pascua (en este día), MR, p. 504 (500).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Col 3, 1-2
Puesto que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; pongan todo el corazón en los bienes del cielo, no en los de la tierra. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Escúchanos, Dios
todopoderoso, y, ya que colmaste los corazones de tus hijos con la gracia incomparable
del bautismo, prepáranos para alcanzar la felicidad eterna. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
La despedida se hace como el día de Pascua, MR, p. 344 (346).
Blanco Miércoles de la Octava de Pascua MR, p. 347 (349) / Lecc. I, p. 860
LES PIDIÓ
UNA LIMOSNA
Hech 3, 1-10; Sal 104; Lc 24, 13-35
La sanación que nos presenta el libro de los Hechos se realiza dentro de la vida cotidiana judía, en la cual el culto público, uno por la mañana y otro por la tarde, tiene un significado especial. Pedro y Juan acuden al templo a orar, pero la presencia abatida del paralítico a la entrada les hace cambiar radicalmente. El paralítico representa al pueblo marginado por la ley y el templo. Este paralítico pide limosna a Pedro, pero también le enseña algo muy valioso, a saber, la importancia de los marginados. Gracias a él, Pedro se da cuenta de que, aun cuando no tiene oro ni plata, posee un don de un valor incalculable, el poder de invocar el nombre de Jesús. La sanación del paralítico simboliza el poder vivificador de Jesús reconocido en este episodio, como en muchos momentos, por medio de los pobres.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Mt 25, 34
Vengan, benditos de mi Padre, tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que cada año nos inundas de alegría por la solemnidad de la resurrección del Señor, concédenos propicio que, por estas fiestas que celebramos en el tiempo, merezcamos llegar al gozo de la eternidad. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Te voy a dar lo que tengo: En el nombre de Jesús, camina.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 3, 1-10
En aquel tiempo, Pedro y
Juan subieron al templo para la oración vespertina, a eso de las tres
de la tarde. Había allí un hombre lisiado de nacimiento, a quien
diariamente llevaban y ponían ante la puerta llamada la "Hermosa",
para que pidiera limosna a los que entraban en el templo.
Aquel hombre, al ver a Pedro y a Juan cuando iban a entrar, les pidió
limosna. Pedro y Juan fijaron en él los ojos, y Pedro le dijo: "Míranos".
El hombre se quedó mirándolos en espera de que le dieran algo.
Entonces Pedro le dijo: "No tengo ni oro ni plata, pero te voy a dar lo
que tengo: En el nombre de Jesucristo nazareno, levántate y camina".
Y, tomándolo de la mano, lo incorporó.
Al instante sus pies y sus tobillos adquirieron firmeza. De un salto se puso
de pie, empezó a andar y entró con ellos al templo caminando,
saltando y alabando a Dios.
Todo el pueblo lo vio caminar y alabar a Dios, y al darse cuenta de que era
el mismo que pedía limosna sentado junto a la puerta "Hermosa"
del templo, quedaron llenos de miedo y no salían de su asombro por lo
que había sucedido.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 104,
1-2. 3-4. 6-7. 8-9.
R/. Cantemos al Señor con alegría. Aleluya.
Aclamen al Señor
y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos. Entonen en su honor himnos
y cantos, celebren sus portentos. R/.
Del nombre del Señor enorgullézcanse y siéntase feliz el
que lo busca. Recurran al Señor y a su poder y a su presencia acudan.
R/.
Descendientes de Abraham, su servidor, estirpe de Jacob, su predilecto, escuchen:
el Señor es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos. R/.
Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de
sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que
un día le hiciera. R/.
SECUENCIA Opcional, Lecc. I, pág. 855.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Sal 117,24
R/. Aleluya, aleluya.
Este es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R/.
EVANGELIO
Lo reconocieron al partir el pan.
Del santo Evangelio según san Lucas: 24, 13-35
El mismo día de la
resurrección, iban dos de los discípulos hacia un pueblo llamado
Emaús, situado a unos once kilómetros de Jerusalén, y comentaban
todo lo que había sucedido.
Mientras conversaban y discutían, Jesús se les acercó y
comenzó a caminar con ellos; pero los ojos de los dos discípulos
estaban velados y no lo reconocieron. Él les preguntó: "¿De
qué cosas vienen hablando, tan llenos de tristeza?".
Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: "¿Eres
tú el único forastero que no sabe lo que ha sucedido estos días
en Jerusalén?". Él les preguntó: "¿Qué
cosa?". Ellos le respondieron: "Lo de Jesús el nazareno, que
era un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo.
Cómo los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo
condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él
sería el libertador de Israel, ¡y sin embargo, han pasado ya tres
días desde que estas cosas sucedieron. Es cierto que algunas mujeres
de nuestro grupo nos han desconcertado, pues fueron de madrugada al sepulcro,
no encontraron el cuerpo y llegaron contando que se les habían aparecido
unos ángeles, que les dijeron que estaba vivo. Algunos de nuestros compañeros
fueron al sepulcro y hallaron todo como habían dicho las mujeres, pero
a él no lo vieron".
Entonces Jesús les dijo: "¡Qué insensatos son ustedes
y qué duros de corazón para creer todo lo anunciado por los profetas!
¿Acaso no era necesario que el Mesías padeciera todo esto y así
entrara en su gloria?". Y comenzando por Moisés y siguiendo con
todos los profetas, les explicó todos los pasajes de la Escritura que
se referían a él.
Ya cerca del pueblo a donde se dirigían, él hizo como que iba
más lejos; pero ellos le insistieron, diciendo: "Quédate
con nosotros, porque ya es tarde y pronto va a oscurecer". Y entró
para quedarse con ellos. Cuando estaban a la mesa, tomó un pan, pronunció
la bendición, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron
los ojos y lo reconocieron, pero él se les desapareció. Y ellos
se decían el uno al otro: "¡Con razón nuestro corazón
ardía, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras!".
Se levantaron inmediatamente y regresaron a Jerusalén, donde encontraron
reunidos a los Once con sus compañeros, los cuales les dijeron: "De
veras ha resucitado el Señor y se le ha aparecido a Simón".
Entonces ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo
lo habían reconocido al partir el pan. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, estas ofrendas de la humanidad redimida, y realiza a favor nuestro, la plena salvación del cuerpo y el alma. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de Pascua (en este día), M R, p. 504 (500).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Lc 24, 35
Los discípulos reconocieron al Señor Jesús, al partir el pan. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Señor,
que, purificados de nuestra antigua condición pecadora, la santa recepción
del sacramento de tu Hijo nos transforme en nuevas creaturas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
La despedida se hace como el día de Pascua.
Blanco Jueves de la Octava de Pascua [Se omite la memoria de san Anselmo, obispo y doctor de la Iglesia] MR, p. 348 (350) / Lecc. I, p. 863
Otros Santos: Agapito I, LII Papa; Román Adame Rosales, presbítero y mártir; Conrado de Parzham, hermano lego capuchino.
¿QUÉ
ES EL HIJO DE ADÁN PARA QUE TE ACUERDES DE ÉL?
Hech 3, 11-26; Sal 8; Lc 24, 35-48
El salmo 8 nos muestra el puesto del ser humano en la creación. El salmista mira todo lo que está en torno a él (todas las obras de la mano divina), y se asombra por cómo Dios ha enaltecido el ser humano. Aunque este ser parece pequeño frente a la magnificencia divina, tiene dignidad por el favor de Dios. De hecho, el salmista presenta al ser humano como si fuera un rey, ensalzado en un rito de entronización y constituido virrey, vasallo de Dios. Pero hay más. Heb 2, 5-8 aplica este salmo a Jesús, quien recibe la corona por medio del sufrimiento. Mt 21, 1610 pone en los labios de los niños alabando a Jesús. Por Jesús el ser humano se eleva a un nivel que ni siquiera el salmista habría imaginado. La pascua nos acerca más a Dios.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sab 10, 20-21
Todos alabaron, Señor, tu poder y tu sabiduría, porque has abierto la boca de los mudos y has hecho elocuentes las lenguas de los niños. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que uniste
a todos los pueblos diversos en la confesión de tu nombre, concede que,
quienes renacieron en la fuente bautismal, tengan una misma fe en sus pensamientos
y un mismo amor en sus obras.
Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Ustedes le dieron muerte al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 3, 11-26
Como el paralítico
curado por Pedro y Juan no se les despegaba, todo el pueblo, asombrado, corrió
hacia ellos al pórtico de Salomón. Al ver a la muchedumbre, Pedro
les dirigió la palabra:
"Israelitas: ¿Por qué les causa admiración esto y
por qué nos miran de ese modo, como si por nuestro poder o nuestra virtud
hubiéramos hecho andar a este hombre? El Dios de Abraham, de Isaac y
de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús,
a quien ustedes entregaron a Pilato, ya quien rechazaron en su presencia, cuando
él ya había decidido ponerlo en libertad.
Rechazaron al santo, al justo, y pidieron el indulto de un asesino; han dado
muerte al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos
y de ello nosotros somos testigos. El nombre de Jesús y la fe en él
es lo que ha robustecido los miembros de este hombre al que están viendo
y todos conocen. Esta fe es la que le ha restituido completamente la salud,
como pueden observar.
Ahora bien, hermanos, yo sé que ustedes han obrado por ignorancia, de
la misma manera que sus jefes; pero Dios cumplió así lo que había
predicho por boca de los profetas: que su Mesías tenía que padecer.
Por lo tanto, arrepiéntanse y conviértanse, para que se les perdonen
sus pecados y el Señor les mande el tiempo de la consolación y
les envíe de nuevo a Jesús, el Mesías que les estaba destinado;
aunque él tiene que quedarse en el cielo hasta la restauración
universal, de la que habló Dios por boca de su profeta desde muy antiguo.
En efecto, Moisés dijo: El Señor Dios hará surgir de entre
sus hermanos un profeta como yo. Escuchen todo cuanto les diga; quien no escuche
al profeta, será expulsado del pueblo. Y todos los profetas, a partir
de Samuel, anunciaron igualmente estos días.
Ustedes son herederos de los profetas y beneficiarios de la alianza que Dios
hizo con sus padres, cuando le dijo a Abraham: Tu descendencia será fuente
de bendición para toda la humanidad. Para ustedes, en primer lugar, ha
resucitado Dios a su siervo y lo ha enviado para bendecirlos y ayudarlos a que
cada uno se aparte de sus iniquidades". Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 8, 2a
y 5. 6-7. 8-9.
R/. ¡Qué admirable, Señor, es tu poder! Aleluya.
¡Qué admirable
es, Señor y Dios nuestro, tu poder en toda la tierra! ¿Qué
es el hombre, para que de él te acuerdes; ese pobre ser humano, para
que de él te preocupes? R/.
Sin embargo, lo hiciste un poquito inferior a los ángeles, lo coronaste
de gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras de tus manos y todo
lo sometiste bajo sus pies. R/.
Pusiste a su servicio los rebaños y las manadas, todos los animales salvajes,
las aves del cielo y los peces del mar, que recorren los caminos de las aguas.
R/.
SECUENCIA Opcional, Lecc. I, pág. 855.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Sal 117, 24
R/. Aleluya, aleluya.
Este es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R/.
EVANGELIO
Está escrito que Cristo tenía que padecer y tenía que resucitar de entre los muertos al tercer día.
Del santo Evangelio según san Lucas: 24, 35-48
Cuando los dos discípulos
regresaron de Emaús y llegaron al sitio donde estaban reunidos los apóstoles,
les contaron lo que les había pasado en el camino y cómo habían
reconocido a Jesús al partir el pan.
Mientras hablaban de esas cosas, se presentó Jesús en medio de
ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Ellos, desconcertados
y llenos de temor, creían ver un fantasma. Pero él les dijo: "No
teman; soy yo. ¿Por qué se espantan? ¿Por qué surgen
dudas en su interior? Miren mis manos y mis pies. Soy yo en persona. Tóquenme
y convénzanse: un fantasma no tiene ni carne ni huesos, como ven que
tengo yo". Y les mostró las manos y los pies. Pero como ellos no
acababan de creer de pura alegría y seguían atónitos, les
dijo: "¿Tienen aquí algo de comer?". Le ofrecieron un
trozo de pescado asado; él lo tomó y se puso a comer delante de
ellos.
Después les dijo: "Lo que ha sucedido es aquello de que les hablaba
yo, cuando aún estaba con ustedes: que tenía que cumplirse todo
lo que estaba escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas
y en los salmos".
Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras
y les dijo: "Está escrito que el Mesías tenía Que
padecer y había de resucitar de entre los muertos al tercer día,
y que en su nombre se había de predicar a todas las naciones, comenzando
por Jerusalén, la necesidad de volverse a Dios para el perdón
de los pecados. Ustedes son testigos de esto".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, acepta bondadoso estas ofrendas que te presentamos en agradecimiento por los que han renacido en el bautismo y para apresurar los auxilios celestiales. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de Pascua (en este día), MR, p. 504 (500).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. 1 Pe 2, 9
Pueblo redimido por Dios, anuncia las maravillas del Señor, que te ha llamado de las tinieblas a su luz admirable. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor y Dios nuestro,
escucha nuestras oraciones, para que la participación en los sacramentos
de nuestra redención nos ayude en la vida presente y nos alcance las
alegrías eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La despedida se hace como en el día de Pascua.
Blanco Viernes de la Octava de Pascua MR, p. 349 (351) / Lecc. I, p. 866
LA PASCUA
Y LA IGLESIA
Hech 4, 1-12; Sal 117; Jn 21, l-14
En Juan, al hecho de la aparición se sobrepone algo que quizá el lector casual no habría esperado. Puede ser que, en la narración de un muerto que resucita, un lector esperaría una explicación de cómo se resucita o una descripción detallada del más allá. Pero el evangelista no se detiene en estos elementos un poco sensacionalistas o superficiales. En lugar de ello, introduce el interés por temas eclesiales: apostolado, acción pastoral de Pedro, fecundidad del trabajo apostólico y eucaristía. Por medio de estos temas, Juan nos recuerda que el Jesús resucitado no es una mera curiosidad, sino el Señor y el amigo cercano. El Señor no se aleja de los suyos en una remota trascendencia, al contrario, se aproxima. La Iglesia puede ser, en sus mejores momentos, el ambiente propicio para la manifestación de esta proximidad.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 77,53
El Señor liberó a su pueblo y lo llenó de esperanza, y a sus enemigos los sumergió en el mar. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que estableciste el misterio pascual como alianza de la reconciliación humana, concédenos manifestar en las obras lo que celebramos con fe. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Fuera de Jesús no hay salvación.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 4, 1-12
En aquellos días,
mientras Pedro y Juan hablaban al pueblo, se presentaron los sacerdotes, el
jefe de la guardia del templo y los saduceos, indignados porque los apóstoles
enseñaban al pueblo y anunciaban la resurrección de los muertos
por el poder de Jesús. Los aprehendieron, y como ya era tarde, los encerraron
en la cárcel hasta el día siguiente. Pero ya muchos de los que
habían escuchado sus palabras, unos cinco mil hombres, habían
abrazado la fe.
Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo,
los ancianos y los escribas, el sumo sacerdote Anás, Caifás, Juan,
Alejandro y cuantos pertenecían a las familias de los sumos sacerdotes.
Hicieron comparecer ante ellos a Pedro y a Juan y les preguntaron: "¿Con
qué poder o en nombre de quién han hecho todo esto?".
Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: "Jefes del pueblo y ancianos:
Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo,
para saber cómo fue curado, sépanlo ustedes y sépalo todo
el pueblo de Israel: este hombre ha quedado sano en el nombre de Jesús
de Nazaret, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre
los muertos. Este mismo Jesús es la piedra que ustedes, los constructores,
han desechado y que ahora es la piedra angular. Ningún otro puede salvarnos,
pues en la tierra no existe ninguna otra persona a quien Dios haya constituido
como salvador nuestro".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 117,1-2
y 4.22-24. 25-27a.
R/. La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular.
Aleluya.
Te damos gracias, Señor,
porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Diga la casa de Israel:
"Su misericordia es eterna". Digan los que temen al Señor:
"Su misericordia es eterna". R/.
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto
es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. Este es el día
del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R/.
Libéranos, Señor, y danos tu victoria. Bendito el que viene en
nombre del Señor. Que Dios desde su templo nos bendiga. Que el Señor,
nuestro Dios, nos ilumine. R/.
SECUENCIA Opcional, Lecc. I, pág. 855.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Sal 117, 24
R/. Aleluya, aleluya.
Este es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R/.
EVANGELIO
Se acercó Jesús, tomó el pan y se lo dio a sus discípulos y también el pescado.
Del santo Evangelio según san Juan: 21, 1-14
En aquel tiempo, Jesús
se les apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades.
Se les apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás
(llamado el Gemelo), Natanael (el de Cana de Galilea), los hijos de Zebedeo
y otros dos discípulos. Simón Pedro les dijo: "Voy a pescar".
Ellos le respondieron: "También nosotros vamos contigo". Salieron
y se embarcaron, pero aquella noche no pescaron nada.
Estaba amaneciendo, cuando Jesús se apareció en la orilla, pero
los discípulos no lo reconocieron. Jesús les dijo: "Muchachos,
¿han pescado algo?". Ellos contestaron: "No". Entonces
él les dijo: "Echen la red a la derecha de la barca y encontrarán
peces". Así lo hicieron, y luego ya no podían jalar la red
por tantos pescados.
Entonces el discípulo a quien amaba Jesús le dijo a Pedro: "Es
el Señor". Tan pronto como Simón Pedro oyó decir que
era el Señor, se anudó a la cintura la túnica, pues se
la había quitado, y se tiró al agua. Los otros discípulos
llegaron en la barca, arrastrando la red con los pescados, pues no distaban
de tierra más de cien metros.
Tan pronto como saltaron a tierra, vieron unas brasas y sobre ellas un pescado
y pan. Jesús les dijo: "Traigan algunos pescados de los que acaban
de pescar". Entonces Simón Pedro subió a la barca y arrastró
hasta la orilla la red, repleta de pescados grandes. Eran ciento cincuenta y
tres, y a pesar de que eran tantos, no se rompió la red.
Luego les dijo Jesús: "Vengan a almorzar". Y ninguno de los
discípulos se atrevía a preguntarle: '¿Quién eres?',
porque ya sabían que era el Señor. Jesús se acercó,
tomó el pan y se lo dio y también el pescado.
Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos
después de resucitar de entre los muertos. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, realiza bondadoso
en nosotros el intercambio de este sacrificio pascual, para que pasemos de los
afectos terrenos al deseo de los bienes del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de Pascua (en este día), MR, p. 504 (500).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 21, 12-13
Dijo Jesús a sus discípulos: Vengan a comer. Y tomó un pan y lo repartió entre ellos. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Protege, Señor, con
amor constante a quienes has salvado, para que, una vez redimidos por la pasión
de tu Hijo, se llenen ahora de alegría por su resurrección. El,
que vive y reina por los siglos de los siglos.
La despedida se hace como en el día de Pascua.
Blanco Sábado de la Octava de Pascua [Se omite la memoria de san Jorge, mártir] MR, p. 350 (352) / Lecc. I, p. 869 LH, Vísperas I de mañana, todo propio. T. II: p. 616; Fieles: p. 273; Popular: pp. 446 Y 443
Otros Santos: Adalberto de Praga, obispo y mártir. Beatas: Elena Valentini, terciaria agustina; Teresa María de la Cruz, virgen fundadora.
JUZGUEN SI
ES JUSTO DELANTE DE DIOS OBEDECERLES A USTEDES MÁS QUE A DIOS
Hech 4, 13-21; Sal 117; Mc 16,9-15
En Hechos, cuando el paralítico es sanado y el pueblo se muestra al lado de los acusados, los acusadores se sienten desarmados. Para no sentirse del todo desautorizados, reaccionan prohibiendo a los Apóstoles hablar en nombre de Jesús. No obstante, Pedro tiene la última palabra. Cita un dicho que proviene del relato que Platón narra acerca de la muerte de Sócrates: cuando los jueces de Atenas acusan a éste de desobediencia por sus preguntas constantes, el filósofo contesta que más vale obedecer a la autoridad divina que la humana. Este dicho ha entrado en el lenguaje común y Pedro lo usa aquí y en 5, 29 para rechazar el mandato de las autoridades. Es la defensa de todos los hombres y mujeres que, haciendo suyas las causas de los empobrecidos, se han de enfrentar a los poderes constituidos.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 104, 43
El Señor liberó a su pueblo y lo llenó de alegría; al pueblo elegido lo colmó de júbilo. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que, con la abundancia de tu gracia, no cesas de aumentar en todos los pueblos el número de los que creen en ti, mira propicio a tus elegidos y haz que, renacidos ya por el sacramento del bautismo, queden un día revestidos de gozosa inmortalidad. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
No podemos callar lo que hemos visto y oído.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 4,13-21
En aquellos días,
los sumos sacerdotes, los ancianos y los escribas, se quedaron sorprendidos
al ver el aplomo con que Pedro y Juan hablaban, pues sabían que eran
hombres del pueblo sin ninguna instrucción. Ya los habían reconocido
como pertenecientes al grupo que andaba con Jesús, pero no se atrevían
a refutados, porque ahí estaba de pie, entre ellos, el hombre paralítico
que había sido curado.
Por consiguiente, les mandaron que salieran del sanedrín, y ellos comenzaron
a deliberar entre sí: "¿Qué vamos a hacer con estos
hombres? Han hecho un milagro evidente, que todo Jerusalén conoce y que
no podemos negar; pero a fin de que todo esto no se divulgue más entre
el pueblo, hay que prohibirles con amenazas hablar en nombre de Jesús".
Entonces mandaron llamar a Pedro y a Juan y les ordenaron que por ningún
motivo hablaran ni enseñaran en nombre de Jesús. Ellos replicaron:
"Digan ustedes mismos si es justo delante de Dios obedecerlos a ustedes
antes que a Dios. Nosotros no podemos dejar de contar lo que hemos visto y oído".
Los miembros del sanedrín repitieron las amenazas y los soltaron, porque
no encontraron la manera de castigados, ya que el pueblo entero glorificaba
a Dios por lo sucedido. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo117,1.
14-15. 16ab-18. 19-21.
R/. La diestra del Señor ha hecho maravillas. Aleluya.
Te damos gracias, Señor,
porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. El Señor es mi fuerza
y mi alegría; en el Señor está mi salvación. Escuchemos
el canto de victoria que sale de la casa de los justos: R/.
"La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es
nuestro orgullo". No moriré, continuaré viviendo para contar
lo que el Señor ha hecho. Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me abandonó a la muerte. R/.
Ábranme las puertas del templo, que quiero entrar a dar gracias a Dios.
Esta es la puerta del Señor y por ella entrarán los que le viven
fieles. Te doy gracias, Señor, pues me escuchaste y fuiste para mí
la salvación. R/.
SECUENCIA OPCIONAL, Lecc. I, pág. 855.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Sal 117, 24
R/. Aleluya, aleluya.
Este es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R/.
EVANGELIO
Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio.
Del santo Evangelio según san Marcos: 16, 9-15
Habiendo resucitado al amanecer
del primer día de la semana, Jesús se apareció primero
a María Magdalena, de la que había arrojado siete demonios. Ella
fue a llevar la noticia a los discípulos, los cuales estaban llorando,
agobiados por la tristeza; pero cuando la oyeron decir que estaba vivo y que
lo había visto, no le creyeron.
Después de esto, se apareció en otra forma a dos discípulos,
que iban de camino hacia una aldea. También ellos fueron a anunciado
a los demás; pero tampoco a ellos les creyeron.
Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban
a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón,
porque no les habían creído a los que lo habían visto resucitado.
Jesús les dijo entonces: "Vayan por todo el mundo y prediquen el
Evangelio a toda creatura". Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, vivir siempre llenos de gratitud por estos misterios pascuales que celebramos, para que, continuamente renovados por su acción, se conviertan para nosotros en causa de eterna felicidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de Pascua (en este día), MR, p. 504 (500).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Gál 3, 27
Todos ustedes que han sido bautizados en Cristo, se han revestido de Cristo. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dirige, Señor, tu
mirada compasiva sobre tu pueblo, al que te has dignado renovar con estos misterios
de vida eterna, y concédele llegar un día a la gloria incorruptible
de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La despedida se hace como en el día de Pascua.
Blanco Domingo II de Pascua o de la Divina Misericordia [Se omite la Memoria de san Fidel de Sigmaringa, presbítero y mártir] MR, p. 351 (353) / Lecc. I, p. 329 LH, del Domingo de Pascua. Vísperas del domingo II de Pascua
EL SEÑOR
JESÚS, FUENTE DE LA VIDA
Hech 5,12-16; Sal 117; Apoc 1,9-11.12-13. 17-19; Jn 20, 19-31
En Juan, se destaca una marcada insistencia cristológica. No es así simplemente por el mero hecho de que un evangelio es un género literario que se focaliza en la vida de Jesús. Es así porque Juan escribió su evangelio "para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios y para que, creyendo, tengan vida en su nombre" (v. 31). En otras palabras, no es suficiente que escuchemos que Jesús ha resucitado, como hemos escuchado en casi todos los evangelios en todas las liturgias empezando por el domingo pasado. Tenemos que creer en este Jesús resucitado. Por eso, el Evangelio narra el relato del apóstol Tomás y sus dificultades para creer. Sólo si nos abrimos a Jesús (y tal apertura es la fe) podremos gozar de los beneficios que manan de la fuente de la vida eterna.
ANTÍFONA DE ENTRADA 1 Pe 2, 2
Como niños recién nacidos, anhelen una leche pura y espiritual que los haga crecer hacia la salvación. Aleluya.
O bien: 4 Esd 2, 36-37
Abran el corazón con alegría, y den gracias a Dios, que los ha llamado al Reino de los cielos. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios de eterna misericordia, que reanimas la fe de este pueblo a ti consagrado con la celebración anual de las fiestas pascuales, aumenta en nosotros los dones de tu gracia, para que todos comprendamos mejor la excelencia del bautismo que nos ha purificado, la grandeza del Espíritu que nos ha regenerado y el precio de la Sangre que nos ha redimido. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Crecía el número de los creyentes en el Señor.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 5, 12-16
En aquellos días,
los apóstoles realizaban muchos signos y prodigios en medio del pueblo.
Todos los creyentes solían reunirse, por común acuerdo, en el
pórtico de Salomón. Los demás no se atrevían a juntárseles,
aunque la gente los tenía en gran estima.
El número de hombres y mujeres que creían en el Señor iba
creciendo de día en día, hasta el punto de que tenían que
sacar en literas y camillas a los enfermos y ponerlos en las plazas, para que,
cuando Pedro pasara, al menos su sombra cayera sobre alguno de ellos.
Mucha gente de los alrededores acudía a Jerusalén y llevaba a
los enfermos y a los atormentados por espíritus malignos, y todos quedaban
curados. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 117,2-4.22-24.
25-27a.
R/. La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.
Diga la casa de Israel:
"Su misericordia es eterna". Diga la casa de Aarón: "Su
misericordia es eterna". Digan los que temen al Señor: "Su
misericordia es eterna". R/.
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto
es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. Éste es el
día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo.
R/.
Libéranos, Señor, y danos tu victoria. Bendito el que viene en
nombre del Señor. Que Dios desde su templo nos bendiga. Que el Señor,
nuestro Dios, nos ilumine. R/.
SEGUNDA LECTURA
Estuve muerto y ahora, como ves, estoy vivo para siempre.
Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 1, 9-11. 12 13.17-19
Yo, Juan, hermano y compañero
de ustedes en la tribulación, en el Reino y en la perseverancia en Jesús,
estaba desterrado en la isla de Patmos, por haber predicado la palabra de Dios
y haber dado testimonio de Jesús. Un domingo caí en éxtasis
y oí a mis espaldas una voz potente, como de trompeta, que decía:
"Escribe en un libro lo que veas y envíalo a las siete comunidades
cristianas de Asia". Me volví para ver quién me hablaba,
y al volverme, vi siete lámparas de oro, y en medio de ellas, un hombre
vestido de larga túnica, ceñida a la altura del pecho, con una
franja de oro.
Al contemplarlo, caí a sus pies como muerto; pero él, poniendo
sobre mí la mano derecha, me dijo: "No temas. Yo soy el primero
y el último; yo soy el que vive. Estuve muerto y ahora, como ves, estoy
vivo por los siglos de los siglos. Yo tengo las llaves de la muerte y del más
allá. Escribe lo que has visto, tanto sobre las cosas que están
sucediendo, como sobre las que sucederán después". Palabra
de Dios. Te alabamos Señor
SECUENCIA Opcional.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Jn 20, 29
R/. Aleluya, aleluya.
Tomás, tú crees, porque me has visto. Dichosos los que creen sin haberme visto, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
Ocho días después, se les apareció Jesús.
Del santo Evangelio según san Juan: 20, 19-31
Al anochecer del día
de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se
hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó
Jesús en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes".
Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos
vieron al Señor, se llenaron de alegría. De nuevo les dijo Jesús:
"La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así
también los envío yo". Después de decir esto, sopló
sobre ellos y les dijo: "Reciban el Espíritu Santo. A los que les
perdonen los pecados, les quedarán perdonados; ya los que no se los perdonen,
les quedarán sin perdonar".
Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos
cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: "Hemos
visto al Señor". Pero él les contestó: "Si no
veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros
de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré".
Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta
cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de
nuevo en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes".
Luego le dijo a Tomás: "Aquí están mis manos; acerca
tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no sigas dudando,
sino cree". Tomás le respondió: "¡Señor
mío y Dios mío!". Jesús añadió: "Tú
crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto". Otros
muchos signos hizo Jesús en presencia de sus discípulos, pero
no están escritos en este libro. Se escribieron éstos para que
ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para
que, creyendo, tengan vida en su nombre. Palabra del Señor. Gloria
a ti Señor Jesús.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Llenos de gozo por la
santa resurrección del Señor, purificados nuestros sentimientos
y renovado nuestro espíritu, supliquemos al Señor, diciendo: Rey
vencedor, escúchanos. R. Rey vencedor, escúchanos.
A Cristo que, con su gloriosa resurrección ha vencido la muerte
y ha destruido el pecado, pidámosle que todos los cristianos sean siempre
fieles a las promesas del bautismo que renovaron en la noche santa de Pascua.
A Cristo que, con su santa resurrección, ha otorgado el perdón
y la paz a los pecadores, supliquémosle que quienes han regresado al
camino de la vida conserven los dones que la misericordia del Padre les ha restituido.
A Cristo que, con su gloriosa resurrección, ha dado al mundo la vida
verdadera y ha renovado toda la creación, pidámosle por los que,
por no creer en su triunfo, viven sin esperanza.
A Cristo que, con su santa resurrección, ha colmado de alegría
a los pueblos y los ha enriquecido con sus dones y ha hecho vibrar nuestros
corazones, pidámosle que renueve la esperanza de los que sufren y lloran.
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, anunció la alegría
a las mujeres, y por medio de las mujeres a los apóstoles, y por medio
de los apóstoles al mundo entero, pidámosle por los que nos hemos
reunido para celebrar su triunfo.
Señor, Dios nuestro, que cada domingo reúnes a tu pueblo para
que celebre el triunfo de tu Hijo, el primero y el último, el que estaba
muerto y ahora vive por los siglos de los siglos, escucha nuestra oración
y danos la fuerza de tu Espíritu, para que, destruidas las fuerzas del
mal, te ofrezcamos, juntamente con nuestro amor, el obsequio de nuestra obediencia
libre. Por Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina, inmortal y glorioso,
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, las ofrendas de tu pueblo (y de los recién bautizados), para que, renovados por la confesión de tu nombre y por el bautismo, consigamos la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de Pascua (en este día), MR, p. 504 (500).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 20, 27
Jesús dijo a Tomás: Acerca tu mano, toca los agujeros que dejaron los clavos y no seas incrédulo, sino creyente. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso, concédenos que la gracia recibida en este sacramento pascual permanezca siempre en nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne, p. 341 (602).
Para despedir al pueblo se canta o se dice Pueden ir en paz, aleluya, aleluya. A lo cual se responde Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO .- La fe es como un diamante con muchas facetas distintas y hermosas. Por un lado, es una virtud, una gracia otorgada libremente a las personas por Dios. Por el otro, es también el resultado del trabajo y de las luchas de personas que sinceramente la anhelan y se esfuerzan para conseguirla y preservarla a pesar de duros obstáculos. La fe no es racional, porque no se puede explicar y justificar plenamente, pero es razonable porque cada uno tiene sus razones para creer. Al mismo tiempo, es individual, ya que una persona debe hace su propia decisión de creer, y también es social, ya que es la fe de toda la Iglesia. La fe es una especie de yugo que lleva consigo muchos retos, pero también es una fuente de libertad y alivio. La fe es una joya de gran valor.
Fiesta de san Marcos, Evangelista
Rojo [Se milite la Memoria de los beatos Andrés Solá Molist, José Trinidad Rangel Montaño, presbíteros y Leonardo Pérez Larios, laico, mártires mexicanos *] MR, p. 732 (719) / Lecc. I, p. 1011
Por sus lazos familiares Marcos pertenecía a la comunidad cristiana de Jerusalén. Inicialmente acompañó a san Pablo en sus misiones y después a san Pedro, quien lo llamaba "su hijo". La tradición enseña que Marcos recogió en su Evangelio la predicación de Pedro a los cristianos romanos y que fundó la Iglesia de Alejandría.
ACTUALIZANDO
LA RESURRECCIÓN DE CRISTO
1 Pe 5, 5-14; Sal 88; Mc 16,15-20
En el capítulo 5 de su carta, san Pedro se dirige a todos los miembros de las comunidades cristianas, a quienes escribe, tanto a los jóvenes como a los viejos, y les pide que presenten atención especialmente a su comportamiento. Enfatiza la importancia de la humildad y de la vigilancia en sus vidas, mostrando así una verdad que a veces se olvida. La verdad es que la resurrección de Cristo, celebrada con tanta alegría y tanto esmero, no es una solución mágica para nuestros problemas. Tenemos que actualizar esta resurrección en nuestras vidas siguiendo a Jesús. El seguimiento de Cristo nos abre al poder del resucitado. En el caso del momento cuando Pedro escribe a las comunidades de Asia Menor, la humildad y la vigilancia son los elementos más importantes de ese seguimiento. ¿Cuáles son los más importantes para nuestra comunidad hoy?
ANTÍFONA DE ENTRADA Mc 16, 15
Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que enalteciste a tu evangelista san Marcos con la gracia de la predicación evangélica, concédenos aprovechar de tal manera sus enseñanzas, que podamos seguir fielmente las huellas de Jesucristo. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Los saluda mi hijo Marcos.
De la primera carta del apóstol san Pedro: 5, 5b-14
Queridos hermanos: Que en
su trato mutuo la humildad esté siempre presente, pues Dios es enemigo
de los soberbios, y en cambio, a los humildes les concede su gracia. Humíllense,
pues, ante la mano poderosa de Dios, para que él los levante y encumbre
en el momento oportuno. Dejen en sus manos todas sus preocupaciones, pues él
cuida de ustedes.
Estén alerta y no se dejen sorprender, porque su enemigo, el diablo,
como un león rugiente, anda buscando a quien devorar. Resístanle
con la firmeza de la fe, sabiendo que sus hermanos, dispersos por el mundo,
soportan los mismos sufrimientos que ustedes.
Dios, que es la fuente de todos los bienes, nos ha llamado a participar de su
gloria eterna en unión con Cristo, y después de estos sufrimientos
tan breves, los restaurará a ustedes, los afianzará, fortalecerá
y hará inconmovibles. Suyos son la gloria y el poder para siempre. Amén.
Por medio de Silvano, a quien considero hermano digno de toda confianza, les
he escrito esta breve carta para que sepan cuál es la verdadera gracia
de Dios y animarlos a permanecer firmes en ella.
Los saluda la comunidad de Babilonia, a la que Dios ha elegido, lo mismo que
a ustedes. También los saluda mi hijo Marcos. Salúdense los unos
a los otros con el beso fraterno. Les deseo la paz a todos ustedes, los que
son de Cristo.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo
88, 2-3. 6-7. 16-17.
R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor. (T.P.
Aleluya.)
Proclamaré sin cesar
la misericordia del Señor y daré a conocer que su fidelidad es
eterna, pues el Señor ha dicho: "Mi amor es para siempre y mi lealtad,
más firme que los cielos". R/.
El cielo, Señor, proclama tus maravillas, Y tu lealtad, la asamblea de
los santos ¿Quién se compara a Dios sobre las nubes? ¿Quién
es como el Señor entre los dioses? R/.
Señor, feliz el pueblo que te alaba y que a tu luz camina, que en tu
nombre se alegra a todas horas y al que llena de orgullo tu justicia.
R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO 1 Cor 1, 23. 24
R/. Aleluya, aleluya.
Nosotros predicamos a Cristo crucificado, que es la fuerza y la sabiduría de Dios. R/.
EVANGELIO
Prediquen el Evangelio a todas las creaturas.
Del santo Evangelio según san Marcos: 16,15-20
En aquel tiempo, se apareció
Jesús a los Once y les dijo: "Vayan por todo el mundo y prediquen
el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el
que se resista a creer, será condenado. Estos son los milagros que acompañarán
a los que hayan creído: arrojarán demonios en mi nombre, hablarán
lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben un veneno
mortal, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos
y éstos quedarán sanos".
El Señor Jesús, después de hablarles, subió al cielo
y está sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron y proclamaron el Evangelio
por todas partes, y el Señor actuaba con ellos y confirmaba su predicación
con los milagros que hacían.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al celebrar la glorificación de san Marcos, te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza, y te suplicamos humildemente que la predicación evangélica se mantenga siempre firme en tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II de los Apóstoles, MR, p. 537 (533).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 28, 20
Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo, dice el Señor. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso, que los dones recibidos de tu santo altar nos santifiquen y nos fortalezcan en la fe del Evangelio, que san Marcos predicó. Por Jesucristo, nuestro Señor.
* Andrés
Solá Molist, C.M.F.
Nació en Can Vilarrasa, municipio de Taradell, Barcelona, España,
en 1895. Sintió la vocación misionera e ingresó con los
claretianos de Vich; fue ordenado presbítero el 23 de septiembre de 1922
y fue enviado a México, donde puso su ministerio bajo la protección
de la Virgen de Guadalupe. Trabajó en Toluca, León, San Luis Potosí,
y de nuevo en León. Ordenada la expulsión de los sacerdotes extranjeros,
prefirió confiar en la Providencia y quedarse con los fieles para celebrar
la Eucaristía y los demás sacramentos, catequizar y visitar a
los pobres; se refugió con las señoritas Josefina y Jovita Alba;
allí confesaba y llevaba hasta 300 comuniones a los enfermos. Habiéndose
enterado de la detención del Padre Rangel, él organizó
una hora santa; la policía secreta lo encontró y fue condenado
a muerte junto con el Padre Rangel y el seglar Leonardo Pérez, en San
Joaquín, municipio de Lagos de Moreno; testificó durante su agonía
que moría por Jesús.
* José
Trinidad Rangel Montaño
Nació en el rancho El Durazno, en Dolores Hidalgo, Guanajuato, en 1887;
muchacho devoto e inteligente, debió realizar considerables esfuerzos
para conseguir entrar al seminario de León, donde fue ordenado presbítero
el 13 de abril de 1919. Enviado a San Francisco del Rincón, fue reconocido
como sacerdote y detenido; fue condenado por el general Amarillas y fusilado
y sepultado en el rancho de San Joaquín el 25 de abril de 1927, al lado
de la vía del ferrocarril México Ciudad Juárez.
*Leonardo Pérez
Larios
Nació en Lagos de Moreno, Jalisco, en 1883; vivió cerca de Encarnación
de Díaz y posteriormente en León, Gto., donde trabajó como
dependiente de una tienda de ropa; joven piadoso, guiaba y cantaba el rosario
en su casa y ayudaba en el arreglo de los templos. En León ingresó
a una asociación mariana de jóvenes en que se hacía un
voto privado y temporal de castidad, una hora semanal de adoración al
Santísimo, rezar vísperas, cultivar vocaciones y solemnizar las
festividades. Fue detenido mientras estaba en oración ante el Santísimo,
el 24 de abril de 1927 en el oratorio de la casa de las señoritas Alba.
Se le acusó de ser sacerdote y de estarse preparando para celebrar la
misa. Fue fusilado y sepultado en San Joaquín e1 25 de abril de 1927.
Los fieles le tuvieron devoción junto con los otros dos mártires
con quienes murió.
Nuestra Señora del Buen Consejo
Blanco Martes II de Pascua MR, p. 354 (355) / Lecc. I p. 875
Otros santos: Cleto y Marcelino, pontífices y mártires; Rafael Arnaíz Barón, místico trapense.
TIENEN QUE RENACER
Hech 4,32-37; Sal 92; Jn 3,7-15
En el celebrado Evangelio de hoy, Jesús declara con solemnidad: es necesario nacer de nuevo. No se trata de un cambio superficial, sino de hacerse alguien nuevo, una persona distinta. Nicodemo no puede entenderlo porque lo interpreta de manera biológica. Jesús le aclara: nacer de nuevo significa creer en él. El Espíritu es el agente de este nuevo nacimiento o génesis mediante la fe; produce una vida nueva dotando de unos ojos nuevos; y hace ver la gloria de Jesús como Unigénito del Padre y del reino de Dios. En contra de los cristianos fundamentalistas, quienes lo entienden como un momento especialmente emocional y dramático en la vida de una persona, hemos aprendido que este nuevo nacimiento empieza con el bautismo, pero se desarrolla a través de la vida. La existencia cristiana es un proceso continuo de un nuevo nacimiento.
ANTÍFONA DE ENTRADA Apoc 19, 7. 6
Alegrémonos, regocijémonos y demos gracias, porque el Señor, nuestro Dios omnipotente, ha empezado a reinar. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Te pedimos, Dios todopoderoso, que nos concedas anunciar la victoria de Cristo, resucitado, para que alcancemos en plenitud los bienes eternos, cuyo anticipo hemos recibido. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Tenían un solo corazón y una sola alma.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 4, 32-37
La multitud de los que habían
creído tenía un solo corazón y una sola alma; todo lo poseían
en común y nadie consideraba suyo nada de lo que tenía.
Con grandes muestras de poder, los apóstoles daban testimonio de la resurrección
del Señor Jesús y todos gozaban de gran estimación entre
el pueblo. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían terrenos o
casas, los vendían, llevaban el dinero y lo ponían a disposición
de los apóstoles, y luego se distribuía según lo que necesitaba
cada uno.
José, levita nacido en Chipre, a quien los apóstoles llamaban
Bernabé (que significa hábil para exhortar), tenía un campo;
lo vendió y puso el dinero a disposición de los apóstoles.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 92, 1
ab. 1 c-2. 5.
R/. El Señor es un rey magnífico. Aleluya.
Tú
eres, Señor, el rey de todos los reyes. Estás revestido de poder
y majestad. Tú mantienes el orbe y no vacila. Eres eterno, y para siempre
está firme tu trono. R/.
Muy dignas de confianza son tus leyes y desde hoy y para siempre, Señor,
la santidad adorna tu templo. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 3, 15
R/. Aleluya, aleluya.
El Hijo del hombre debe ser levantado en la cruz, para que los que creen en él tengan vida eterna. R/.
EVANGELIO
Nadie ha subido al cielo sino el Hijo del hombre, que bajo del cielo.
Del santo Evangelio según san Juan: 3, 7-15
En
aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: "No te extrañes de que
te haya dicho: Tienen que renacer de lo alto'. El viento sopla donde quiere
y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así
pasa con quien ha nacido del Espíritu". Nicodemo le preguntó
entonces: "¿Cómo puede ser esto?".
Jesús le respondió: "Tú eres maestro de Israel, ¿y
no sabes esto? Yo te aseguro que nosotros hablamos de lo que sabemos y damos
testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio.
Si no creen cuando les hablo de las cosas de la tierra, ¿cómo
creerán si les hablo de las celestiales? Nadie ha subido al cielo sino
el Hijo del hombre, que bajó del cielo y está en el cielo.
Así como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así
tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él
tenga vida eterna". Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, vivir siempre llenos de gratitud por estos misterios pascuales que celebramos, para que, continuamente renovados por su acción, se conviertan para nosotros en causa de eterna felicidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio IV de Pascua, MR, pp. 504-508 (500-504).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Lc 24, 46. 26
Era necesario que Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos, y así entrara luego en su gloria. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor y Dios nuestro, escucha nuestras oraciones, para que la participación en los sacramentos de nuestra redención nos ayude en la vida presente y nos alcance las alegrías eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Nuestra Señora de Monserrat
Blanco Miércoles II de Pascua o Memoria de santa María Guadalupe García Zavala, virgen* MR, p. 355 (356) / Lecc. I, p. 877 LH, Semana II del Salterio
Otros Santos: Zita de Lucca, terciaria franciscana.
LA ESCATOLOGÍA
REALIZADA
Hech 5,17-26; Sal 33; Jn 3,16-21
En el Evangelio de hoy, somos testigos de lo que el estudioso C. H. Dodd ha llamado la escatología realizada de Juan. Se trata de párrafos escatológicos (esos versos que hablan del destino del mundo) que conciben tal destino como una realidad que inicia ahora. Por eso, Jesús habla de una vida eterna que la humanidad empieza a experimentar en el presente; discute un mundo salvado no sólo al final de los tiempos, sino empezando en la actualidad. Aunque ha habido controversias en torno a esta interpretación de Juan, sugiere una verdad que es importante para la evangelización: hay que proclamar que la existencia resucitada está ya presente entre nosotros. ¿Quién va a creer en una fe que exige que una persona espere hasta la muerte para conocer la alegría, la satisfacción y la paz?
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 17, 50; 21, 23
Te alabaré, Señor, ante las naciones y anunciaré tu nombre a mis hermanos. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Al conmemorar cada año los misterios por los que devolviste a la naturaleza humana su dignidad original y le infundiste la esperanza de la resurrección, te suplicamos, Señor, confiadamente, que en tu clemencia nos concedas recibir con perpetuo amor lo que conmemoramos llenos de fe. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Los hombres que habían metido en la cárcel están en el templo, enseñando al pueblo.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 5,17-26
En aquellos días,
el sumo sacerdote y los de su partido, que eran los saduceos, llenos de ira
contra los apóstoles, los mandaron aprehender y los metieron en la cárcel.
Pero durante la noche, un ángel del Señor les abrió las
puertas, los sacó de ahí y les dijo: "Vayan al templo y pónganse
a enseñar al pueblo todo lo referente a esta nueva vida". Para obedecer
la orden, se fueron de madrugada al templo y ahí se pusieron a enseñar.
Cuando llegó el sumo sacerdote con los de su partido convocaron al sanedrín,
es decir, a todo el senado de los hijos de Israel, y mandaron traer de la cárcel
a los presos. Al llegar los guardias a la cárcel, no los hallaron y regresaron
a informar: "Encontramos la cárcel bien cerrada y a los centinelas
en sus puestos, pero al abrir no encontramos a nadie adentro".
Al oír estas palabras, el jefe de la guardia del templo y los sumos sacerdotes
se quedaron sin saber qué pensar; pero en ese momento llegó uno
y les dijo: "Los hombres que habían metido en la cárcel están
en el templo, enseñando al pueblo".
Entonces el jefe de la guardia, con sus hombres, trajo a los apóstoles,
pero sin violencia, porque temían ser apedreados por el pueblo. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 33, 2-3.
4-5. 6-7. 8-9.
R/. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Aleluya.
Bendeciré al Señor
a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso
del Señor que se alegre su pueblo al escucharlo. R/.
Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando
acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores.
R/.
Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te
sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los
pobres y los libra de todas sus angustias. R/.
Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor
acampa y los protege. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Dichoso el hombre que se refugia en él. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Jn 3, 16
R/. Aleluya, aleluya.
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él, tenga vida eterna. R/.
EVANGELIO
Dios envió a su Hijo al mundo para que el mundo se salve por él.
Del santo Evangelio según san Juan: 3, 16-21
"Tanto
amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para
que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga la vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que
el mundo se salvara por él. El que cree en él no será condenado;
pero el que no cree ya está condenado por no haber creído en el
Hijo único de Dios.
La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al
mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran
malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para
que sus obras no se descubran. En cambio, el que obra el bien conforme a la
verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas
según Dios". Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, que por el
santo valor de este sacrificio nos hiciste participar de tu misma y gloriosa
vida divina, concédenos que, así como hemos conocido tu verdad,
de igual manera vivamos de acuerdo con ella.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio IV de Pascua, MR, pp. 504-508 (500-504).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 15, 16. 19
Yo los elegí del mundo, dice el Señor, y los destiné para que vayan y den fruto, y su fruto permanezca. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, muéstrate benigno con tu pueblo, y, ya que te dignaste alimentarlo con los misterios celestiales, hazlo pasar de su antigua condición de pecado a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro, Señor.
O bien:
*Santa María
Guadalupe García Zavala, Virgen MR, p. 733 (720)
Nació
en 1878 en Zapopan, México, la "Madre Lupita” fue una religiosa
que con una fe profunda y una esperanza sin límites, buscó la
propia santificación desde el amor al Corazón de Jesús
y la fidelidad a la Iglesia. Cofundadora de la Congregación de las Siervas
de Santa Margarita María y de los Pobres, se distinguió por sus
obras a favor de los necesitados y de los enfermos. Fue llamada a la casa de
Padre celestial el 24 de junio de 1963, y canonizada el 12 de mayo de 2013.
Del Común de vírgenes: para una virgen p. 960 (952), o del Común
de santos y santas: para los que hicieron obras de misericordia, p. 976 (968).
ORACIÓN COLECTA
Señor y Dios nuestro, que en el amor a ti y al prójimo has querido resumir tus mandamientos, concédenos que, a ejemplo de santa María Guadalupe García Zavala, no neguemos a nadie nuestra ayuda y merezcamos ser llamados con ella a compartir el Reino de tu Hijo, que vive y reina contigo ...
Blanco Jueves II de Pascua o Memoria de san Pedro Chanel, presbítero y mártir* o san Luis María Grignion de Monfort, presbítero** MR, p. 356 (357) / Lecc. I, p. 879
Otros Santos: Beata Maria Felicia de Jesús Sacramentado "Chiquitunga", religiosa de la Orden de Carmelitas Descalzas.
GAMALIEL, ESPERANZA
PARA EL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO
Hech 5, 27-33; Sal 33; Jn 3, 31-36
Entre las reacciones violentas de los saduceos contra la predicación de los apóstoles y las curaciones de los enfermos, aparece sorprendentemente un personaje de paz. Se llama Gamaliel, el Viejo. Fue discípulo y descendiente de Hilel, uno de los maestros más famosos de la religión judía en el primer siglo, y llegó a ser casi tan celebrado como su maestro. Fue el primero a quien se otorgó el título "rabí." Aunque no fue cristiano, Gamaliel representó un modo pacífico y razonable, por parte de los judíos, de apreciar a los cristianos. Aborda la cuestión del valor de la fe cristiana de una manera pragmática y poco ideológica: si esta fe es cosa de seres humanos, fracasará; si es cosa de Dios, no podría destruirse. Ese fariseo es un signo de esperanza para las relaciones entre el judaísmo y el cristianismo.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 67, 8-9. 20
Cuando saliste, Señor, al frente de tu pueblo, y le abriste camino a través del desierto, la tierra se estremeció y hasta los cielos dejaron caer su lluvia. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que llevaste a cabo el sacrificio pascual para que el mundo obtuviera la salvación, escucha las súplicas de tu pueblo, y haz que, intercediendo por nosotros Cristo, nuestro Pontífice, por su humanidad, que comparte con nosotros, nos reconcilie, y por su divinidad, que lo hace igual a ti, nos perdone. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Nosotros somos testigos de todo esto, y también lo es el Espíritu Santo.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 5,27-33
En aquellos días,
los guardias condujeron a los apóstoles ante el sanedrín, y el
sumo sacerdote los reprendió, diciéndoles: "Les hemos prohibido
enseñar en nombre de ese Jesús; sin embargo, ustedes han llenado
a Jerusalén con sus enseñanzas y quieren hacernos responsables
de la sangre de ese hombre".
Pedro y los otros apóstoles replicaron: "Primero hay que obedecer
a Dios y luego a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús,
a quien ustedes dieron muerte colgándolo de la cruz. La mano de Dios
lo exaltó y lo ha hecho jefe y salvador, para dar a Israel la gracia
de la conversión y el perdón de los pecados. Nosotros somos testigos
de todo esto y también lo es el Espíritu Santo, que Dios ha dado
a los que lo obedecen".
Esta respuesta los exasperó y decidieron matarlos. Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 33, 2.
9.17-18.19-20.
R/. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Aleluya.
Bendeciré al Señor
a todas horas; no cesará mi boca de alabarlo. Haz la prueba y verás
qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se refugia en él.
R/.
En contra del malvado está el Señor para borrar de la tierra su
recuerdo; escucha, en cambio, al hombre justo y lo libra de todas sus congojas.
R/.
El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas.
Muchas tribulaciones pasa el justo, pero de todas ellas Dios lo libra. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Jn 20, 29
R/. Aleluya, aleluya.
Tomás, tú crees, porque me has visto. Dichosos los que creen sin haberme visto, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
El Padre ama a su Hijo y todo lo ha puesto en sus manos.
Del santo Evangelio según san Juan: 3, 31-36
"El que viene de lo
alto está por encima de todos; pero el que viene de la tierra pertenece
a la tierra y habla de las cosas de la tierra. El que viene del cielo está
por encima de todos. Da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie
acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz.
Aquel a quien Dios envió habla las palabras de Dios, porque Dios le ha
concedido sin medida su Espíritu.'
El Padre ama a su Hijo y todo lo ha puesto en sus manos. El que cree en el Hijo
tiene vida eterna. Pero el que es rebelde al Hijo no verá la vida, porque
la cólera divina perdura en contra de él". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN Mt 28, 20
Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin
del mundo. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso y eterno, que, por la resurrección de Cristo, nos has hecho renacer a la vida eterna, multiplica en nosotros el efecto de este sacramento pascual, e infunde en nuestros corazones el vigor que comunica este alimento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Suba hasta ti, Señor, nuestra oración, acompañada por estas ofrendas, para que, purificados por tu bondad, nos dispongas para celebrar el sacramento de tu inmenso amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio IV de Pascua, MR, pp. 504-508 (500-504).
O bien:
*San Pedro Chanel,
presbítero y mártir MR, p. 733 (721)
Religioso Marista francés, fue enviado a Oceanía
para predicar el Evangelio. Enfrentó muchas dificultades, provenientes
tanto de los autóctonos paganos, como de los misioneros metodistas. Logró
convertir a la fe al hijo del rey Futuna, por lo cual el soberano lo mandó
matar inmediatamente.
Del Común de mártires: para un mártir en Tiempo Pascual
p. 935 (927), o del Común de pastores: para los misioneros, p. 952 (944).
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que para crecimiento de tu Iglesia coronaste a san Pedro Chanel con el martirio, concédenos, en estos días de gozo pascual, celebrar de tal modo los misterios de la muerte y resurrección de Cristo, que merezcamos ser testigos de la vida nueva. Él, que vive y reina contigo ...
O bien:
**San Luis María
Grignion de Montfort, presbítero MR, p. 734 (721)
Nació en Montfort-sur-Meu, Francia, en 1673. Fue un sacerdote
que evangelizó las regiones occidentales de su país, anunciando
el misterio de la Sabiduría eterna. Fundador de dos congregaciones, predicó
y escribió acerca de la Cruz de Cristo y de la verdadera devoción
a la Santísima Virgen. Después de convertir a muchos, descansó
de su peregrinación terrena el 28 de abril de 1716, a los cuarenta y
tres años de edad, en la aldea de Sain-Laurent-sur-Sévre. Fue
canonizado por el Papa Pío XII en 1947.
Del Común de pastores: para un pastor, MR, p. 947 (939).
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quisiste dirigir los pasos de san Luis María Grignion de Montfort, presbítero, por el camino de la salvación y del amor a Cristo, acompañado por la santísima Virgen, concédenos que, siguiendo su ejemplo y meditando los misterios de tu amor, trabajemos incansablemente en la edificación de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo ...
Blanco Memoria de santa Catalina de Siena, virgen y doctora de la Iglesia MR, p. 735 (722) / Lecc. I, p. 881
Otros santos: Beatas: Itala Mela, oblata benedictina; Hanna Helena Chrzanowska, enfermera laica.
Su vida estuvo repartida entre la contemplación de Jesús crucificado y el servicio de la Iglesia, desgarrada por facciones. Plenamente imbuida en el espíritu de santo Domingo, encontró en el amor a Dios todas las energías necesarias para hacer regresar al Papa de Aviñón a Roma, y para hacer comprender a los pecadores lo que significa el llamamiento de la sangre redentora (1347-1380).
¿POR QUÉ
SEGUIMOS A JESÚS?
Hech 5, 34-42; Sal 26; Jn 6, 1-15
Diferentes personas siguen a Jesús por diversos motivos. En el Evangelio de Mateo, por ejemplo, la muchedumbre está fascinada con Jesús porque sana a los enfermos (Mt 4,23-25). En cambio, en el Evangelio de Juan, como vemos hoy, la muchedumbre parece movida más bien por un cierto entusiasmo mesiánico. El que Jesús suba a la montaña y se siente, concede a la escena un carácter solemne, que indudablemente alude a la subida de Moisés al Sinaí (Ex 19,20). El que Jesús da de comer a la muchedumbre como también al festín escatológico, aduce a la promesa de que Dios prepara para todos los pueblos un gran banquete (Is 25, 6-10). La muchedumbre entiende bien el carácter mesiánico de estos signos, aun cuando entiende mal la misión del mesías. ¿Qué es lo que nos atrae a Jesús? ¿Por cuál motivo seguimos nosotros a Jesús?
ANTÍFONA DE ENTRADA
Esta virgen sabia y prudente salió al encuentro de Cristo con la lámpara encendida. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que hiciste arder en amor divino a santa Catalina de Siena, al contemplar la pasión de tu Hijo y al servir a tu Iglesia, concede, por su intercesión, que tu pueblo, asociado al misterio de Cristo, se alegre siempre en la manifestación de su gloria. El, que vive y reina contigo ...
LITURGIA DE LA
PALABRA
PRIMERA LECTURA
Los apóstoles se retiraron del sanedrín, felices de haber padecido ultrajes por el nombre de Jesús.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 5, 34-42
En aquellos días,
un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley y respetado por todo el pueblo,
se levantó en el sanedrín, mandó que hicieran salir por
un momento a los apóstoles y dijo a la asamblea:
"Israelitas, piensen bien lo que van a hacer con esos hombres. No hace
mucho surgió un tal Teudas, que pretendía ser un caudillo, y reunió
unos cuatrocientos hombres. Fue ejecutado, dispersaron a sus secuaces y todo
quedó en nada. Más tarde, en la época del censo, se levantó
Judas el Galileo y muchos lo siguieron. Pero también Judas pereció
y se desbandaron todos sus seguidores. En el caso presente, yo les aconsejo
que no se metan con esos hombres; suéltenlos. Porque si lo que se proponen
y están haciendo es de origen humano, se acabará por sí
mismo. Pero si es cosa de Dios, no podrán ustedes deshacerlo. No se expongan
a luchar contra Dios".
Los demás siguieron su consejo: mandaron traer a los apóstoles,
los azotaron, les prohibieron hablar en nombre de Jesús y los soltaron.
Ellos se retiraron del sanedrín, felices de haber padecido aquellos ultrajes
por el nombre de Jesús.
Y todos los días enseñaban sin cesar y anunciaban el Evangelio
de Cristo Jesús, tanto en el templo como en las casas. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 26, 1.
4.13-14.
R/. El Señor es mi luz y mi salvación. Aleluya.
El Señor es mi luz
y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor
es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar?
R/.
Lo único que pido, lo único que busco, es vivir en la casa del
Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar
continuamente en su presencia. R/.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor
y fortaleza y en el Señor confía. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 4
R/. Aleluya, aleluya.
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios. R/.
EVANGELIO
Jesús distribuyó el pan a los que estaban sentados, hasta que se saciaron.
Del santo Evangelio según san Juan: 6, 1-15
En
aquel tiempo, Jesús se fue a la otra orilla del mar de Galilea o lago
de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto
las señales milagrosas que hacía curando a los enfermos. Jesús
subió al monte y se sentó allí con sus discípulos.
Estaba cerca la Pascua, festividad de los judíos. Viendo Jesús
que mucha gente lo seguía, le dijo a Felipe: "¿Cómo
compraremos pan para que coman éstos?". Le hizo esta pregunta para
ponerlo a prueba, pues él bien sabía lo que iba a hacer. Felipe
le respondió: "Ni doscientos denarios de pan bastarían para
que a cada uno le tocara un pedazo de pan". Otro de sus discípulos,
Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: "Aquí
hay un muchacho que trae cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué
es eso para tanta gente?". Jesús le respondió: "Díganle
a la gente que se siente". En aquel lugar había mucha hierba. Todos,
pues, se sentaron ahí; y tan sólo los hombres eran unos cinco
mil.
Enseguida tomó Jesús los panes, y después de dar gracias
a Dios, se los fue repartiendo a los que se habían sentado a comer. Igualmente
les fue dando de los pescados todo lo que quisieron. Después de que todos
se saciaron, dijo a sus discípulos: "Recojan los pedazos sobrantes,
para que no se desperdicien". Los recogieron y con los pedazos que sobraron
de los cinco panes llenaron doce canastos.
Entonces la gente, al ver la señal milagrosa que Jesús había
hecho, decía: "Este es, en verdad, el profeta que habría
de venir al mundo". Pero Jesús, sabiendo que iban a llevárselo
para proclamarlo rey, se retiró de nuevo a la montaña, él
solo. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, este
sacrificio de salvación que te ofrecemos en la conmemoración de
santa Catalina, para que, instruidos por sus enseñanzas, podamos darte
gracias con mayor fervor a ti, único Dios verdadero.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de santas vírgenes y santos religiosos, MR, p. 543 (539).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. 1 Jn 1, 7
Si caminamos en la luz, como Dios es luz, estamos unidos unos con otros, y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos purifica de todo pecado. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concede, Señor, la vida eterna a quienes has alimentado en esta mesa celestial, la cual sostuvo la vida temporal de santa Catalina. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Blanco Sábado II de Pascua o san Pío V, Papa MR, p. 358 (359) / Lecc. I, p. 884 LH, Vísperas I del domingo: Semana III del Salterio. T. II: pp. 1312,516 y 682; Fieles: pp. 642 y 274; Popular: pp. 202 y 446
Otros Santos: María de la Encarnación (Guyart Martín), religiosa de la Orden de Santa Úrsula; José Benito Cottolengo, presbítero y fundador.
HUBO QUEJAS DE
LOS HELENISTAS CONTRA LOS HEBREOS
Hech 6,1-7; Sal 32; Jn 6,16-21
Con el capítulo seis, comienza otra parte del libro de los Hechos, en la que aparece un nuevo grupo en la Iglesia de Jerusalén llamado "los helenistas". No sabemos mucho sobre este grupo: tal vez fue distinguido por su uso de la lengua griega en contraste con el uso del hebreo por los demás. Fuese lo que fuese, la aparición de los helenistas y la insinuación de que hay divisiones en la iglesia son los elementos más importantes. Aunque en los capítulos anteriores la comunidad quizá ha sido idealizada por Lucas, en realidad tenía problemas. No podía ser menos porque se trataba de una comunidad compleja. La formaban personas de distintas mentalidades, culturas y posiciones sociales; la división no podía tardar en llegar y llegó. Todavía existen divisiones en la Iglesia y, por eso, la unidad sigue siendo una tarea pendiente.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. 1 Pe 2, 9
Pueblo redimido por Dios, anuncia las maravillas del Señor, que te llamó de las tinieblas a su luz admirable. Aleluya
ORACIÓN COLECTA
Aparta, Señor, de nosotros la sentencia condenatoria escrita en virtud de la ley del pecado, que ya anulaste en el misterio pascual por la resurrección de Jesucristo, tu Hijo. Él, que vive y reina contigo ...
O bien:
Dios de piedad, que por medio de estos misterios pascuales abriste para tus fieles la puerta de tu misericordia, míranos y apiádate de nosotros, para que, siguiendo con tu gracia, el camino de tu voluntad, nunca nos desviemos del sendero de la vida. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Eligieron siete hombres llenos del Espíritu Santo.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 6,1-7
En aquellos días,
como aumentaba mucho el número de los discípulos, hubo ciertas
quejas de los judíos griegos contra los hebreos, de que no se atendía
bien a sus viudas en el servicio de caridad de todos los días.
Los Doce convocaron entonces a la multitud de los discípulos y les dijeron:
"No es justo que, dejando el ministerio de la palabra de Dios, nos dediquemos
a administrar los bienes. Escojan entre ustedes a siete hombres de buena reputación,
llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a los cuales encargaremos
este servicio. Nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de
la palabra".
Todos estuvieron de acuerdo y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del
Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Pármenas
y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron a
los apóstoles y éstos, después de haber orado, les impusieron
las manos.
Mientras tanto, la palabra de Dios iba cundiendo; en Jerusalén se multiplicaba
grandemente el número de los discípulos. Incluso un grupo numeroso
de sacerdotes había aceptado la fe. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 32,1-2.4-5.18-19.
R/. El Señor cuida de aquellos que lo temen. Aleluya.
Que los justos aclamen al
Señor; es propio de los justos alabado. Demos gracias a Dios, al son
del arpa, que la lira acompañe nuestros cantos. R/.
Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. Él
ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades. R/.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían;
los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya.
Resucitó Cristo, que creó todas las cosas y se compadeció de todos los hombres, R/.
EVANGELIO
Vieron a Jesús caminando sobre las aguas.
Del santo Evangelio según san Juan: 6, 16-21
Al
atardecer del día de la multiplicación de los panes, los discípulos
de Jesús bajaron al lago, se embarcaron y empezaron a atravesar hacia
Cafarnaúm. Ya había caído la noche y Jesús todavía
no los había alcanzado.
Soplaba un viento fuerte y las aguas del lago se iban encrespando.
Cuando habían avanzado unos cinco o seis kilómetros, vieron a
Jesús caminando sobre las aguas, acercándose a la barca, y se
asustaron. Pero él les dijo: "Soy yo, no tengan miedo". Ellos
quisieron recogerlo a bordo y rápidamente la barca tocó tierra
en el lugar adonde se dirigían. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica, Señor, por tu piedad, estos dones y al recibir en oblación este sacrificio espiritual, conviértenos para ti en una perenne ofrenda. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio IV de Pascua, MR, pp. 504-508 (500-504).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 17,24
Padre, quiero que donde yo esté, estén también conmigo los que tú me has dado, para que contemplen la gloria que me diste, dice el Señor. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al recibir, Señor, el don de estos sagrados misterios, te suplicamos humildemente que lo que tu Hijo nos mandó celebrar en memoria suya, nos aproveche para crecer en nuestra caridad fraterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
O bien:
*Memoria de
san Pío V, Papa MR, p. 736 (723)
Durante
los seis años de su pontificado (1566-1572), se dedicó a llevar
a la práctica la reforma decretada por el Concilio de Trento. Promulgó
el Catecismo del Concilio, el Breviario y el Misal Romanos. Reglamentó
el rezo del rosario y se esmeró en propagar esta devoción.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que en tu providencia elegiste al Papa san Pío quinto para defender en tu Iglesia la fe y para darte culto dignamente, concédenos, por su intercesión, que podamos participar en tus santos misterios con fe viva y una caridad operante. Por nuestro Señor Jesucristo ...
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