MISAL FEBRERO DEL 2011 / www.laverdadcatolica.org |
Intenciones del Santo Padre para el mes de Febrero 2011 |
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GENERAL | |
Para que la familia sea respetada por todos en su identidad y sea reconocida su insustituible contribución al bien de toda la sociedad. |
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MISIONAL | |
Para que en los territorios demisión donde es urgente la lucha contra las enfermedades, las comunidades cristianas sepan testimoniar la presencia de Cristo junto a los que sufren. |
Dios nos llama desde nuestro Bautismo a todos los Cristianos a la Santidad en cualquiera de los tres Estados de Vida posibles: Casados, Solteros o Consagrados.... | ||||
LA ESPIRITUALIDAD DE LA RESISTENCIA
Hb 12, 1-4; Mc 5, 21-43
No se cansen ni pierdan el ánimo, dice el autor de la Carta a los Hebreos a unos cristianos que vivían una situación adversa. El argumento con el cual los motiva a resistir esperanzadamente ante las dificultades es sólido. Jesús alcanzó la plenitud de la vida junto al Padre porque perseveró obediente a sus designios. En el evangelio de san Marcos encontramos un par de relatos entreverados, que también nos animan a acercarnos a Jesús, aunque nuestros problemas parezcan insolubles. Él nos invita a adherirnos personalmente y con todas sus consecuencias, a su persona y su proyecto.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Ef 1, 9. 10)
Dios nos ha dado a conocer el misterio de su voluntad, que es recapitular en Cristo todas las cosas, así las del cielo como las de la tierra.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que con admirable providencia dispusiste que el Reino de Cristo se extendiera por todo el mundo y que todos los hombres participaran de la redención, haz que tu Iglesia, sacramento universal de salvación, manifieste y realice entre los hombres el misterio de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante.
Lectura de la carta a los hebreos: 12, 1-4
Hermanos: Rodeados, como
estamos, por la multitud de antepasados nuestros, que dieron prueba de su fe,
dejemos todo lo que nos estorba; librémonos del pecado que nos ata, para
correr con perseverancia la carrera que tenemos por delante, fija la mirada
en Jesús, autor y consumador de nuestra fe. Él, en vista del gozo
que se le proponía, aceptó la cruz, sin temer su ignominia, y
por eso está sentado a la derecha del trono de Dios.
Mediten, pues, en el ejemplo de aquel que quiso sufrir tanta oposición
de parte de los pecadores, y no se cansen ni pierdan el ánimo. Porque
todavía no han llegado ustedes a derramar su sangre en la lucha contra
el pecado. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 21 R/. Alaben al Señor los que lo buscan.
Le cumpliré mis promesas
al Señor delante de sus fieles. Los pobres comerán hasta saciarse
y alabarán al Señor los que lo buscan: su corazón ha de
vivir para siempre. R/.
Recordarán al Señor y volverán a Él desde los últimos
lugares del mundo; en su presencia se postrarán todas las familias de
los pueblos. Sólo ante Él se postrarán todos los que mueren.
R/.
Mi descendencia lo servirá y le contará a la siguiente generación,
al pueblo que ha de nacer, la justicia del Señor y todo lo que Él
ha hecho. R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 8, 17) R/. Aleluya, aleluya.
Cristo hizo suyas nuestras debilidades y cargó con nuestros
dolores. R/.
¡Óyeme, niña, levántate!
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 5, 21-43
En
aquel tiempo, cuando Jesús regresó en la barca al otro lado del
lago, se quedó en la orilla y ahí se le reunió mucha gente.
Entonces se acercó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo. Al
ver a Jesús, se echó a sus pies y le suplicaba con insistencia:
"Mi hija está agonizando. Ven a imponerle las manos para que se
cure y viva". Jesús se fue con él, y mucha gente lo seguía
y lo apretujaba. Entre la gente había una mujer que padecía flujo
de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a
manos de los médicos y había gastado en eso toda su fortuna, pero
en vez de mejorar, había empeorado. Oyó hablar de Jesús,
vino y se le acercó por detrás entre la gente y le tocó
el manto, pensando que, con sólo tocarle el vestido, se curaría.
Inmediatamente se le secó la fuente de su hemorragia y sintió
en su cuerpo que estaba curada.
Jesús notó al instante que una fuerza curativa había salido
de Él, se volvió hacia la gente y les preguntó: "¿Quién
ha tocado mi manto?". Sus discípulos le contestaron: "Estás
viendo cómo te empuja la gente y todavía preguntas: `¿Quién
me ha tocado?'. " Pero Él seguía mirando alrededor, para
descubrir quién había sido. Entonces se acercó la mujer,
asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado; se postró
a sus pies y le confesó la verdad. Jesús la tranquilizó,
diciendo: "Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y queda sana de tu enfermedad".
Todavía estaba hablando Jesús, cuando unos criados llegaron de
casa del jefe de la sinagoga para decirle a éste: "Ya se murió
tu hija. ¿Para qué sigues molestando al Maestro?". Jesús
alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga:
"No temas, basta que tengas fe". No permitió que lo acompañaran
más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.
Al llegar a la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús el alboroto de
la gente y oyó los llantos y los alaridos que daban. Entró y les
dijo: "¿Qué significa tanto llanto y alboroto? La niña
no está muerta, está dormida". Y se reían de Él.
Entonces Jesús echó fuera a la gente, y con los padres de la niña
y sus acompañantes, entró a donde estaba la niña. La tomó
de la mano y le dijo: "¡Talitá, kum!", que significa:
"¡Óyeme, niña, levántate!". La niña,
que tenía doce años, se levantó inmediatamente y se puso
a caminar. Todos se quedaron asombrados. Jesús les ordenó severamente
que no lo dijeran a nadie y les mandó que le dieran de comer a la niña.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Padre misericordioso, las ofrendas de esta comunidad cristiana y por el poder de este sacrificio que estamos ofreciendo, haz que la multitud de los creyentes viva cada vez más de acuerdo con su dignidad de estirpe elegida, de sacerdocio real, de nación consagrada y de pueblo redimido por ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ap 22, 17. 20)
El Espíritu y la esposa dicen: Ven. Amén. Ven, Señor Jesús.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios nuestro, que con tus sacramentos alimentas y fortaleces a tu Iglesia, concede a quienes hemos participado del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, vivir su doctrina de amor y ser así fermento de vida e instrumento de salvación en medio de la comunidad humana. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La Presentación del Señor.
Nuestra Señora de San Juan de los Lagos.
Santos: San Lorenzo de Canterbury, obispo. Fiesta (Blanco)
UN NIÑO QUE PROVOCA CONTRADICCIÓN
Mal 3, 1-4; Lc 2, 22-40
Un mensajero duro y exigente vendrá a confrontar a Israel. Las metáforas no dejan lugar a dudas. Se trata de arrancar la costra de los corazones impermeables a los llamados proféticos. Malaquías imagina la aparición de un profeta de fuego que llamaría a una renovación radical. En la tónica del evangelio de Lucas, Jesús aparece desde que es un niño pequeño, como una presencia controversial de Israel. Efectivamente el evangelio es un llamado exigente y una invitación generosa que no puede desdeñarse. Quien lo tome en serio encontrará la ruta de su propia renovación. Cuando encuentra corazones bien dispuestos, el evangelio genera el surgimiento de criaturas nuevas.
PRESENTACIÓN DEL SEÑOR
BENDICIÓN DE LAS VELAS Y PROCESIÓN
Primera forma: Procesión
1. A una
hora conveniente, se reúnen los fieles en algún lugar adecuado,
fuera del templo donde va a efectuarse la procesión. Los fieles sostienen
en sus manos las velas apagadas.
2. El sacerdote, revestido de blanco, como para la misa, se
acerca, junto con los ministros, al lugar donde el pueblo está congregado.
En lugar de la casulla, puede usar la capa pluvial durante la bendición
de las velas y la procesión.
3. Mientras encienden las velas, se canta la antífona
siguiente u otro cántico apropiado.
Nuestro Señor vendrá con gran poder, e iluminará los ojos de sus siervos, aleluya.
4. El sacerdote,
después de saludar a los fieles en la forma acostumbrada, les explica
brevemente el significado del rito y los exhorta a participar en él,
activa y conscientemente. Lo puede hacer con estas palabras u otras parecidas:
Hermanos, hace cuarenta días celebramos con júbilo el nacimiento
del Señor. Hoy también la Iglesia está de fiesta al celebrar
el día en que Jesús fue presentado en el templo por María
y José.
El Señor quiso sujetarse a este rito para cumplir con las exigencias
de la ley, pero, sobre todo, para manifestarse al pueblo que lo esperaba.
Impulsados por el Espíritu Santo, fueron al templo aquellos dos ancianos,
Simeón y Ana, e iluminados por el mismo Espíritu, reconocieron
al Señor y lo anunciaron a todos con entusiasmo.
También nosotros, que formamos el pueblo de Dios por la gracia del Espíritu
Santo, vayamos al encuentro de Cristo en la casa de Dios.
Hallaremos al Señor en la Eucaristía mientras esperamos su venida
gloriosa.
5. Después
de la exhortación, el sacerdote bendice las velas, diciendo con las manos
juntas:
Oremos:
Dios nuestro, fuente y principio de toda luz, que concediste al justo Simeón
contemplar a Cristo, luz destilada a iluminar a todas las naciones, bendice
estas velas con las que tus fieles van a ir a tu encuentro en medio de himnos
de alabanza, y escucha su oración a fin de que por el camino del bien
puedan llegar a la luz inextinguible. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R/. Amén.
Y rocía las velas con agua bendita, sin decir nada.
6. El sacerdote toma entonces la vela destinada a él
e inicia la procesión, diciendo:
Vayamos ahora alegres al encuentro del Señor.
7. Durante la procesión se canta la antífona
siguiente, o algún canto apropiado.
R/. Cristo es la luz enviada para iluminar a las naciones y para gloria de Israel.
Ahora, Señor, ya puede morir en paz tu siervo, según tu promesa.
R/.
Porque mis ojos han visto a tu salvador. R/.
Al Salvador a quien has puesto a la vista de todos los pueblos. R/.
8. Al entrar la procesión en el templo, se canta la
Antífona de entrada de la misa. Al llegar al altar, el sacerdote hace
la debida reverencia y, si se cree conveniente, lo inciensa. Luego se dirige
a la sede, en donde se quita la capa pluvial (si la usó en la procesión)
y se pone la casulla. Ahí mismo, después de que se ha cantado
el Gloria, dice la Oración Colecta como de ordinario. Prosigue luego
la misa de la manera acostumbrada.
Segunda forma: Entrada solemne
9. Los fieles se reúnen en el templo, teniendo las velas
en sus manos. El sacerdote, revestido de ornamentos blancos, va en compañía
de los ministros y de una representación de los fieles a un sitio adecuado,
ya sea ante la puerta del templo o en el interior del mismo, en donde, por lo
menos una gran parte de los fieles, puedan participar cómodamente de
la ceremonia.
10. Al llegar el sacerdote al sitio escogido para la bendición
de las velas, se encienden éstas, y se canta la antífona `Nuestro
Señor vendrá con gran poder' (cfr. n. 3, p. 27), u otro cántico
apropiado.
11. En seguida el sacerdote, después del saludo al pueblo
y de la breve exhortación, bendice las velas, como se indica en los nn.
4-5; se efectúa luego la procesión con los cánticos, como
en los nn. 6-7. Para la misa se observa lo indicado en el n. 8.
LA MISA
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 47, 10-11)
Recordaremos, Señor, los dones de tu amor en medio de tu templo. Que todos los hombres de la tierra te conozcan y te alaben, porque es infinita tu misericordia.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, mira a tus fieles reunidos hoy para celebrar la presentación en el templo de tu Hijo Jesucristo, y concédenos que podamos presentarnos ante ti plenamente renovados en el espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Entrará en el santuario el Señor, a quien ustedes buscan.
Lectura del libro del profeta Malaquías: 3, 1-4
Esto dice el Señor: "He aquí que yo envío a mi mensajero. Él preparará el camino delante de mí. De improviso entrará en el santuario el Señor, a quien ustedes buscan, el mensajero de la alianza a quien ustedes desean. Miren: Ya va entrando, dice el Señor de los ejércitos. ¿Quién podrá soportar el día de su venida? ¿Quién quedará en pie cuando aparezca? Será como fuego de fundición, como la lejía de los lavanderos. Se sentará como un fundidor que refina la plata; como a la plata y al oro, refinará a los hijos de Leví y así podrán ellos ofrecer, como es debido, las ofrendas al Señor. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 23 R/.
El Señor es el rey de la gloria.
¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos,
porque va a entrar el rey de la gloria! R/.
Y ¿quién es el rey de la gloria? Es el Señor, fuerte y
poderoso, el Señor, poderoso en la batalla. R/.
¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos,
porque va a entrar el rey de la gloria! R/.
Y ¿quién es el rey de la gloria? El Señor, Dios de los
ejércitos, es el rey de la gloria. R/.
ACLAMACIÓN
(Lc 2, 32) R/. Aleluya, aleluya.
Tú eres, Señor, la luz que alumbra a las naciones y la
gloria de tu pueblo, Israel. R/.
Mis ojos han visto al Salvador.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 2, 22-40
Transcurrido el tiempo de
la purificación de María, según la ley de Moisés,
ella y José llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo
al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley: Todo primogénito
varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer,
como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones.
Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón
justo y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él
moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no moriría
sin haber visto antes al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu,
fue al templo, y cuando José y María entraban con el niño
Jesús para cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo tomó
en brazos y bendijo a Dios, diciendo:
"Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según lo
que me habías prometido, porque mis ojos han visto a tu Salvador, al
que has preparado para bien de todos los pueblos; luz que alumbra a las naciones
y gloria de tu pueblo, Israel".
El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes palabras.
Simeón los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció:
"Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en
Israel, como signo que provocará contradicción, para que queden
al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te
atravesará el alma".
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu
de Aser. Era una mujer muy anciana. De joven, había vivido siete años
casada y tenía ya ochenta y cuatro años de edad. No se apartaba
del templo ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones.
Ana se acercó en aquel momento, dando gracias a Dios y hablando del niño
a todos los que aguardaban la liberación de Israel.
Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se
volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y
fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios estaba
con Él. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sea agradable, Señor, el sacrificio de tu Hijo único, el Cordero sin mancha que tú quieres que la Iglesia te ofrezca por la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, porque al ser presentado hoy en el
templo tu eterno Hijo, fue proclamado por el Espíritu Santo gloria de
Israel y luz de las naciones.
Por eso, nosotros, al venir hoy llenos de júbilo al encuentro del Salvador,
te alabamos con los ángeles, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 2, 30-31)
Mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has puesto ante la vista de todos los pueblos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que colmaste las esperanzas del anciano Simeón de no morir antes de ver al Mesías, completa en nosotros la obra de tu gracia por medio de esta comunión, para que sepamos buscar siempre a Cristo en esta vida y podamos llegar a contemplarlo en la eternidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LOS CRISTIANOS Y CRISTIANAS EJEMPLARES
Hb 12, 18-19. 21-24; Mc 6, 7-13
En el lenguaje predominantemente simbólico de la Carta a los Hebreos encontramos una serie de imágenes que apuntan directamente a la comunidad cristiana renovada por medio de la sangre de Jesús. Quienes han tenido la experiencia incomparable de encontrarse con testigos creíbles de Cristo Jesús han experimentado un anticipo de la Jerusalén Celeste. Sin llamar demasiado la atención, sin ocupar las pri-meras plantas, seguimos encontrando comunidades cristianas ejemplares, organizadas en el nombre de Jesús para testimoniar con toda congruencia su solidaridad con las víctimas. Esos cristianos son los con-tinuadores de la misión que Jesús encomendó a los doce, cuando los envió a curar y ungir a los enfermos de los poblados galileos.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Hb 7, 24)
Cristo, mediador de la nueva alianza, por el hecho de permanecer para siempre, posee un sacerdocio per-petuo.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que para gloria tuya y salvación de todos los hombres constituiste Sumo y Eterno Sacerdote a tu Hijo, Jesucristo, concede a quienes Él ha elegido como ministros suyos y administradores de sus sacramentos y de su Evangelio, la gracia de ser fieles en el cumplimiento de su ministerio. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Se han acercado ustedes a Sión, el monte y la ciudad del Dios viviente.
Lectura de la carta a los hebreos: 12, 18-19. 21-24
Hermanos:
Cuando ustedes se acercaron a Dios, no encontraron nada material, como en el
Sinaí: ni fuego ardiente, ni oscuridad, ni tinieblas, ni huracán,
ni estruendo de trompetas, ni palabras pronunciadas por aquella voz que los
israelitas no querían volver a oír nunca.
En efecto, tan terrible era aquel espectáculo, que el mismo Moisés
exclamó: ¡Estoy aterrorizado y tiemblo! Ustedes, en cambio, se
han acercado a Sión, el monte y la ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén
celestial, a la reunión festiva de miles y miles de ángeles, a
la asamblea de los primogénitos, cuyos nombres están escritos
en el cielo. Se han acercado a Dios, que es el juez de todos los hombres, y
a los espíritus de los justos que alcanzaron la perfección. Se
han acercado a Jesús, el mediador de la nueva alianza, cuya sangre derramada
es más elocuente que la de Abel. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Del salmo 47 R/.
Recordamos, Señor, tu gran amor.
Grande es el Señor y muy digno de alabanza, en la ciudad de nuestro Dios.
Su monte santo, altura hermosa, es la alegría de toda la tierra. R/.
El monte Sión, en el extremo norte, es la ciudad del rey supremo. Entre
sus baluartes ha surgido Dios como una fortaleza inexpugnable. R/.
Lo que habíamos oído, lo hemos visto en la ciudad del Dios de
los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios, fundada para siempre por
Dios mismo. R/.
Recordamos, Señor, tu gran amor en medio de tu templo. Tu renombre, Señor,
y tu alabanza llenan el mundo entero. R/.
ACLAMACIÓN
(Mc 1, 15) R/. Aleluya, aleluya.
El Reino de Dios está cerca, dice el Señor; conviértanse
y crean en el Evangelio. R/.
Envió a los discípulos de dos en dos.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 6, 7-13
En
aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce, los envió de dos
en dos y les dio poder sobre los espíritus inmundos. Les mandó
que no llevaran nada para el camino: ni pan, ni mochila, ni dinero en el cinto,
sino únicamente un bastón, sandalias y una sola túnica.
Y les dijo: "Cuando entren en una casa, quédense en ella hasta que
se vayan de ese lugar. Si en alguna parte no los reciben ni los escuchan, al
abandonar ese lugar, sacúdanse el polvo de los pies, como una advertencia
para ellos".
Los discípulos se fueron a predicar el arrepentimiento. Expulsaban a
los demonios, ungían con aceite a los enfermos y los curaban.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que Jesucristo, nuestro Mediador, haga que te sean aceptables, Señor, nuestras ofrendas y que su sacrificio redentor nos haga vivir cada día más unidos a Él, para que toda nuestra vida sea grata a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 28, 20)
Sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos ofrecido en el sacrificio y recibido en la comunión, sean para nosotros, Señor, el principio de una vida nueva, a fin de que, unidos a ti por el amor, demos frutos que permanezcan para siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Águeda de Roma, mártir; Catalina Ricci, religiosa, y Gilberto de Inglaterra, abad. Memoria (Rojo)
TESTIGOS CREIBLES QUE SOSTIENEN LA ESPERANZA
Hb 13, 1-8; Mc 6, 14-29
Acuérdense de aquellos dirigentes que les expusieron la palabra de Dios, dice el autor de la carta a sus lectores. Ejemplares debieron ser para recibir tales elogios. La fe se transmite, viviéndola. Afortunadamente podemos hacer memoria y recordar a más de algún cristiano genuinamente fiel a Jesús, que sigue fortaleciendo nuestra esperanza. El Espíritu sigue suscitando esos testigos creíbles, para confortarnos en la fe. El grupo de discípulos que acompañaron a Juan Bautista encontró creíble y congruente su vida y su prédica. La muerte martirial fue el sello definitivo que confirmó su proclama profética. En el presente, padecemos un déficit de credibilidad. Nuestros hijos y nuestros hermanos en la fe asimilarán nuestra propuesta en la medida que hagamos coincidir nuestra palabra con nuestra acción.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Celebremos con alegría la fiesta de santa Águeda, virgen, porque el Señor del universo la ha colmado de su amor.
ORACIÓN COLECTA
Que tu santa virgen y mártir Águeda, tan agradable siempre a tu corazón por la consagración de su virginidad y su valor en el martirio, nos obtenga, Señor, tu fortaleza, para superar nuestro egoísmo y nuestra cobardía. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre.
De la carta a los hebreos: 13, 1-8
Hermanos: Conserven entre
ustedes el amor fraterno y no se olviden de practicar la hospitalidad, ya que
por ella, algunos han hospedado ángeles sin saberlo. Acuérdense
de los que están presos, como si ustedes mismos estuvieran también
con ellos en la cárcel. Piensen en los que son maltratados, pues también
ustedes tienen un cuerpo que puede sufrir.
Que todos tengan gran respeto al matrimonio y lleven una vida conyugal irreprochable,
porque a los que cometen fornicación y adulterio, Dios los habrá
de juzgar.
Que no haya entre ustedes avidez de riquezas, sino que cada quien se contente
con lo que tiene. Dios ha dicho: Nunca te dejaré ni te abandonaré;
por lo tanto, nosotros podemos decir con plena confianza: El Señor cuida
de mí, ¿por qué les he de tener miedo a los hombres?
Acuérdense de sus pastores, que les predicaron la palabra de Dios. Consideren
cómo terminaron su vida e imiten su fe. Jesucristo es el mismo ayer,
hoy y siempre. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 26 R/.
El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy
a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién
podrá hacerme temblar? R/.
Aunque se lance contra mí un ejército, no temerá mi corazón;
aun cuando hagan la guerra contra mí, tendré plena confianza en
el Señor. R/.
Porque el Señor me procuró un refugio en los tiempos aciagos;
me esconderá en lo oculto de su tienda y Él me pondrá a
salvo. R/.
El corazón me dice que te busque y buscándote estoy. No me abandones
ni me dejes solo, mi Dios y salvador. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Lc 8, 15) R/. Aleluya, aleluya.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón
bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto. R/.
Es Juan, a quien yo le corté la cabeza, y que ha resucitado.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 6, 14-29
En
aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido tanto,
llegó a oídos del rey Herodes el rumor de que Juan el Bautista
había resucitado y sus poderes actuaban en Jesús. Otros decían
que era Elías; y otros, que era un profeta, comparable a los antiguos.
Pero Herodes insistía: "Es Juan, a quien yo le corté la cabeza,
y que ha resucitado". Herodes había mandado apresar a Juan y lo
había metido y encadenado en la cárcel. Herodes se había
casado con Herodías, esposa de su hermano Filipo, y Juan le decía:
"No te está permitido tener por mujer a la esposa de tu hermano".
Por eso Herodes lo mandó encarcelar.
Herodías sentía por ello gran rencor contra Juan y quería
quitarle la vida; pero no sabía cómo, porque Herodes miraba con
respeto a Juan, pues sabía que era un hombre recto y santo, y lo tenía
custodiado. Cuando lo oía hablar, quedaba desconcertado, pero le gustaba
escucharlo.
La ocasión llegó cuando Herodes dio un banquete a su corte, a
sus oficiales y a la gente principal de Ga-lilea, con motivo de su cumpleaños.
La hija de Herodías bailó durante la fiesta y su baile les gustó
mucho a Herodes y a sus invitados. El rey le dijo entonces a la joven: "Pídeme
lo que quieras y yo te lo daré". Y le juró varias veces:
"Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino".
Ella fue a preguntarle a su madre: "¿Qué le pido?".
Su madre le contestó: "La cabeza de Juan el Bautista". Volvió
ella inmediatamente junto al rey y le dijo: "Quiero que me des ahora mismo,
en una charola, la cabeza de Juan el Bautista".
El rey se puso muy triste, pero debido a su juramento y a los convidados, no
quiso desairar a la joven, y enseguida mandó a un verdugo que trajera
la cabeza de Juan. El verdugo fue, lo decapitó en la cárcel, trajo
la cabeza en una charola, se la entregó a la joven y ella se la entregó
a su madre.
Al enterarse de esto, los discípulos de Juan fueron a recoger el cadáver
y lo sepultaron. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que los dones que vamos a ofrecerte en honor de tu santa virgen Águeda te sean, Señor, tan agradables, como agradable fue a tus ojos su martirio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Mt 25, 4. 6)
Las cinco vírgenes prudentes llevaron frascos de aceite con las lámparas. A medianoche se oyó una voz: Ya viene el esposo; salgan al encuentro de Cristo, el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor y Dios nuestro, que glorificaste a santa Águeda con la doble corona de la virginidad y del martirio, concédenos que esta comunión nos ayude a superar todas las pruebas y podamos así alcanzar el Reino eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Felipe de Jesús, protomártir mexicano; Adelada de Vilich, abadesa. Beata Francisca Meziere, mártir.
En la República Mexicana, Vísperas I del domingo: la semana del Salterio. Tomo III: p. 745. Para los fieles: p. 472. Edición popular: pp. 13 y 462. En la Arquidiócesis de México, Vísperas II de la solemnidad. Tomo III: p. 1962. Para los fieles: p. 1302. Edición popular: p. 501. En la República Mexicana: Fiesta. En la Arquidiócesis de México: Solemnidad (Rojo)
LAS DOLOROSAS RUPTURAS
Sb 3,1-9; 2 Co 4, 7-15; Lc 9, 23-26
Un hilo conductor grueso y constante unifica las tres lecturas. El creyente que permanece fiel, tanto el que confiesa al Dios de Israel, y que merece el nombre de justo en el libro de la Sabiduría; lo mismo que el discípulo de Jesús que sabe que lleva un tesoro, el de la existencia cristiana, en vasijas de barro, viven algo que podríamos llamar la espiritualidad de la resistencia. El cristiano está adherido a Jesús. Esa adhesión demanda realizar una ruptura dolorosa: negarse a sí mismo. Nada más doloroso que empequeñecer la vanidosa creencia que nos hace sentirnos el centro del mundo. No se trata de operar una desintegración de nuestra identidad, sino de dejarnos plenificar por la fuerza poderosa de Cristo Jesús, que nos transforma interiormente sin destruirnos.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Flp 2, 10-11)
Que al nombre de Jesús, todo ser viviente, en el cielo, en la tierra, en el abismo, caiga de rodillas y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que te dignaste aceptar la sangre de san Felipe de Jesús como una primicia de la fe de nuestro pueblo, concédenos, por su intercesión, madurar en esa misma fe, para que demos testimonio de ella no sólo con las palabras, sino, sobre todo, con los actos de nuestra vida diaria Por nuestro Señor Jesucristo...
Fuera de la Arquidiócesis de México solamente se dice una de las dos lecturas antes del Evangelio, con el salmo responsorial.
LITURGIA DE LA PALABRA
Los aceptó como holocausto.
Lectura del libro de la Sabiduría: 3, 1-9
Las almas de los justos
están en las manos de Dios y no les alcanzará ningún tormento.
Los insensatos pensaban que los justos habían muerto, que su salida de
este mundo era una desgracia y su salida de entre nosotros, una completa destrucción.
Pero los justos están en paz.
La gente pensaba que sus sufrimientos eran un castigo, pero ellos esperaban
confiadamente la inmor-talidad. Después de breves sufrimientos recibirán
una abundante recompensa, pues Dios los puso a prueba y los halló dignos
de sí. Los probó como oro en el crisol y los aceptó como
un holocausto agradable.
En el día del juicio brillarán los justos como chispas que se
propagan en un cañaveral. Juzgarán a las naciones y dominarán
a los pueblos, y el Señor reinará eternamente sobre ellos.
Los que confían en el Señor comprenderán la verdad y los
que son fieles a su amor permanecerán a su lado, porque Dios ama a sus
elegidos y cuida de ellos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 123
R/. Nuestra ayuda es invocar al Señor.
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte cuando los hombres nos
asaltaron, nos habría devorado vivos el fuego de su cólera. R/.
Las aguas nos hubieran sepultado, un torrente nos hubiera llegado al cuello,
un torrente de aguas encres-padas. Bendito sea el Señor, porque no permitió
que nos despedazaran con sus dientes. R/.
Nuestra vida se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores.
La trampa se rompió y nosotros escapamos. Nuestra ayuda nos viene del
Señor, que hizo el cielo y la tierra. R/.
Aquel que resucitó a Jesús nos resucitará también a nosotros con Jesús y nos colocará a su lado con ustedes.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios: 4, 7-15
Hermanos: Llevamos este
tesoro en vasijas de barro, para que se vea que esta fuerza tan extraordinaria
proviene de Dios y no de nosotros mismos. Por eso sufrimos toda clase de pruebas,
pero no nos angustiamos. Nos abruman las preocupaciones, pero no nos desesperamos.
Nos vemos perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no vencidos.
Llevamos siempre y por todas partes la muerte de Jesús en nuestro cuerpo,
para que en este mismo cuerpo se manifieste también la vida de Jesús.
Nuestra vida es un continuo estar expuestos a la muerte por causa de Jesús,
para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne
mortal. De modo que la muerte actúa en nosotros, y en ustedes, la vida.
Y como poseemos el mismo espíritu de fe que se expresa en aquel texto
de la Escritura: Creo, por eso hablo, también nosotros creemos y por
eso hablamos, sabiendo que aquel que resucitó a Jesús nos resucitará
también a nosotros con Jesús y nos colocará a su lado con
ustedes. Y todo esto es para bien de ustedes, de manera que, al extenderse la
gracia a más y más personas, se multiplique la acción de
gracias para gloria de Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(Mt 5, 1 o) R/. Aleluya, aleluya.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos
es el Reino de los cielos, dice el Señor. R/.
El que pierda su vida por mí, ése la encontrará.
Lectura
(Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 9, 23-26
En aquel tiempo, Jesús le dijo a la multitud: "Si alguno quiere
acompañarme, que no se busque a sí mismo, que tome su cruz de
cada día y me siga. Pues el que quiera conservar para sí mismo
su vida, la perderá; pero el que la pierda por mi causa, ése la
encontrará. En efecto, ¿de qué le sirve al hombre ganar
todo el mundo, si se pierde a sí mismo o se destruye?
Por otra parte, si alguien se avergüenza de mí y de mi doctrina,
también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando
venga revestido de su gloria y de la del Padre y de la gloria de los santos
ángeles". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
En la Arquidiócesis de México, se dice Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica, Señor, los dones que te presentamos y, por la intercesión de san Felipe de Jesús, haz que nos sirvan de ayuda para conseguir la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO I DE LOS SANTOS MÁRTIRES
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre
y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque la sangre de san Felipe de Jesús, mártir, derramada como
la de Cristo para proclamar su fidelidad a ti, manifiesta tu admirable poder,
que convierte la fragilidad en fortaleza y al hombre débil robustece
para que sea testigo tuyo, por Cristo, Señor nuestro.
Por eso, como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros
en la tierra te aclamamos, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 16, 24)
Si alguno quiere venir en pos de mí, que no se busque a sí mismo, que tome su cruz y me siga, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te suplicamos, Señor, por los méritos de san Felipe de Jesús, que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que acabamos de recibir nos protejan siempre de todo mal. Por Jesucristo, nuestro Señor.
V DOMINGO ORDINARIO
DESCUBRIENDO EL SABER SECRETO
Is 58, 7-10; 1 Co 2, 1-15; Mt 5, 13-16
El profeta Isaías pavimenta un camino que conduce directamente a la intimidad con Dios. Quien se compadezca de los débiles y necesitados, contará con el auxilio constante del Señor. De esa sabiduría desconcertante nos hace partícipes Cristo, según atestigua la carta a los Corintios. Los cristianos que se dejan guiar por la luz del Espíritu contemplan la realidad desde otra perspectiva, son capaces de descubrir un nuevo saber divino y secreto. El cristiano que logra dejarse transformar adquiere la sabiduría. La sabiduría, dirá el Señor Jesús en el evangelio de San Mateo, empuja al cristiano a vivir como servidor. El llamado a ser sal de la tierra y ciudad sobre el monte no ha terminado. Esta forma de testimonio tiene un objetivo preciso: hacer visible la grandeza del amor de Dios en nuestra vida.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 94, 6-7)
Entremos y adoremos de rodillas al Señor, creador nuestro, porque El es nuestro Dios.
ORACIÓN COLECTA
Señor, que tu amor incansable cuide y proteja siempre a estos hijos tuyos, que han puesto en tu gracia toda su esperanza. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Entonces surgirá tu luz como la aurora.
Lectura del libro del profeta Isaías: 58, 7-10
Esto dice el Señor:
"Comparte tu pan con el hambriento, abre tu casa al pobre sin techo, viste
al desnudo y no des la espalda a tu propio hermano.
Entonces surgirá tu luz como la aurora y cicatrizarán de prisa
tus heridas; te abrirá camino la justicia y la gloria del Señor
cerrará tu marcha. Entonces clamarás al Señor y Él
te responderá; lo llamarás y Él te dirá: `Aquí
estoy'.
Cuando renuncies a oprimir a los demás y destierres de ti el gesto amenazador
y la palabra ofensiva; cuando compartas tu pan con el hambriento y sacies la
necesidad del humillado, brillará tu luz en las tinieblas y tu oscuridad
será como el mediodía". Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Del salmo 111
R/. El justo brilla como una luz en las tinieblas.
Quien es justo, clemente y compasivo, como una luz en las tinieblas brilla.
Quienes, compadecidos, pres-tan y llevan su negocio honradamente, jamás
se desviarán. R/.
El justo no vacilará; vivirá su recuerdo para siempre. No temerá
malas noticias, porque en el Señor vive confiadamente. R/.
Firme está y sin temor su corazón. Al pobre da limosna, obra siempre
conforme a la justicia; su frente se alzará llena de gloria. R/.
Les he anunciado a Cristo crucificado.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 2, 1-5
Hermanos: Cuando llegué
a la ciudad de ustedes para anunciarles el Evangelio, no busqué hacerlo
mediante la elocuencia del lenguaje o la sabiduría humana, sino que resolví
no hablarles sino de Jesucristo, más aún, de Jesucristo crucificado.
Me presenté ante ustedes débil y temblando de miedo. Cuando les
hablé y les prediqué el Evangelio, no quise convencerlos con palabras
de hombre sabio; al contrario, los convencí por medio del Espíritu
y del poder de Dios, a fin de que la fe de ustedes dependiera del poder de Dios
y no de la sabiduría de los hombres. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(Jn 8, 12) R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá
la luz de la vida. R/.
Ustedes son la luz del mundo.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 5, 13-16
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Ustedes son la
sal de la tierra. Si la sal se vuelve insípida, ¿con qué
se le devolverá el sabor? Ya no sirve para nada y se tira a la calle
para que la pise la gente.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad construida en lo
alto de un monte; y cuando se enciende una vela, no se esconde debajo de una
olla, sino que se pone sobre un candelero, para que alumbre a todos los de la
casa.
Que de igual manera brille la luz de ustedes ante los hombres, para que viendo
las buenas obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que está en
los cielos". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Nosotros, pueblo convocado por Jesucristo, presentamos al Padre las necesidades de nuestros hermanos.
A cada petición
diremos: Escúchanos, Padre.
Oremos por los más pobres en nuestra patria y el mundo, para que contribuyamos
solidariamente con ellos y puedan salir de su situación. Oremos.
Oremos por los que viven el dolor y la tristeza de la enfermedad. Para que pronto
alcancen la salud y para que los acompañe siempre la fortaleza de Dios.
Oremos.
Oremos por los que cuidan de los enfermos, en sus casas o en los hospitales,
para que lo hagan con mucha entrega y cariño, y Dios los bendiga. Oremos.
Oremos por los jóvenes que viven sin perspectivas de futuro y que pueden
caer en la delincuencia o la droga, para que encuentren ayuda en la autoridad
pública. Oremos.
Oremos por nosotros y por toda la Iglesia, para que seamos siempre, con nuestro
modo de actuar, luz de esperanza para el mundo. Oremos.
Escucha, Padre, nuestra oración y derrama tu amor sobre toda la humanidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, Dios nuestro, tú que nos has dado este pan y este vino para reparar nuestras fuerzas, conviértelos para nosotros en sacramento de vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 106, 8-9)
Demos gracias al Señor por su misericordia, por las maravillas que hace por su pueblo; porque da de beber al que tiene sed y les da de comer a los hambrientos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que has querido hacernos participar de un mismo pan y de un mismo cáliz, concédenos vivir de tal manera unidos en Cristo, que nuestro trabajo sea eficaz para la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA
REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Si la sal pierde el sabor no
sirve para nada. Esa imagen es inconfundible, pertenece al estilo punzante y
directo del Señor Jesús. La fe cristiana es un don para compartir.
Quien ha sido alcanzado por el amor incondicional y compasivo de Dios, aprende
a ver la vida y a tratar a los demás con otra actitud. Destierra la prepotencia
y el abuso de las relaciones cotidianas. El planteamiento parece sencillo. La
realidad conflictiva que nos rodea nos recuerda que la tarea de testimoniar
la fe es algo exigente. No podemos convertirnos en héroes súper
poderosos para librar a tantas personas lastimadas por la violencia. Sin embargo,
podemos diseñar iniciativas para ofrecer consuelo, apoyo psicológico,
amor cristiano a quienes han sido golpeados literalmente por la creciente inseguridad.
Santos: Ricardo de Inglaterra, rey; Anselmo Polanco, mártir. Beato Pío IX, Papa. Feria (Verde)
LA PRESERVACIÓN DEL ORDEN PRIMORDIAL
Gn 1, 1-19; Mc 6, 53-56
El relato del Génesis ordena a través de una narración sencilla una organización elemental. El caos primordial es rebasado por el poder creador de Dios que establece las condiciones básicas para que aparezca la vida: surge el tiempo, el espacio, la tierra y las aguas como sustrato para la aparición de las plantas. De la preservación del orden cósmico depende la sobrevivencia de todo el universo. Los seres humanos abusamos de nuestras habilidades tecnológicas y devastamos la creación. Estamos pagando las consecuencias de haber enfermado nuestro entorno. En el relato evangélico Jesús devuelve la salud a numerosos enfermos. En calidad de seguidores de Jesús, estamos llamados a reproducir su solidaridad. Si no podemos aliviar el dolor de los enfermos, sí podemos empezar a sanear la tierra, los lagos y ríos que hemos enfermado.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Rm 5, 5)
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por su Espíritu, que habita en nosotros.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo, concédenos que, guiados por este mismo Espíritu, saboreemos el bien y gocemos siempre de sus consuelos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Dios dijo y así fue.
Lectura del libro del Génesis: 1, 1-19
En el principio creó
Dios el cielo y la tierra. La tierra era soledad y caos; y las tinieblas cubrían
la faz del abismo. El espíritu de Dios se movía sobre la superficie
de las aguas.
Dijo Dios: "Que exista la luz", y la luz existió. Vio Dios
que la luz era buena, y separó la luz de las tinie-blas. Llamó
a la luz "día" y a las tinieblas, "noche". Fue la
tarde y la mañana del primer día.
Dijo Dios: "Que haya una bóveda entre las aguas, que separe unas
aguas de otras". E hizo Dios una bóveda y separó con ella
las aguas de arriba, de las aguas de abajo. Y así fue. Llamó Dios
a la bóveda "cielo". Fue la tarde y la mañana del segundo
día.
Dijo Dios: "Que se junten las aguas de debajo del cielo en un solo lugar
y que aparezca el suelo seco". Y así fue. Llamó Dios "tierra"
al suelo seco y "mar" a la masa de las aguas. Y vio Dios que era bueno.
Dijo Dios: "Verdee la tierra con plantas que den semillas y árboles
que den fruto y semilla, según su especie, sobre la tierra". Y así
fue. Brotó de la tierra hierba verde, que producía semilla, según
su especie, y árboles que daban fruto y llevaban semilla, según
su especie. Y vio Dios que era bueno. Fue la tarde y la mañana del tercer
día. Dijo Dios: "Que haya lumbreras en la bóveda del cielo,
que separen el día de la noche, señalen las estaciones, los días
y los años, y luzcan en la bóveda del cielo para iluminar la tierra".
Y así fue. Hizo Dios las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para
regir el día y la menor, para regir la noche; y también hizo las
estrellas. Dios puso las lumbreras en la bóveda del cielo para iluminar
la tierra, para regir el día y la noche, y separar la luz de las tinieblas.
Y vio Dios que era bueno. Fue la tarde y la mañana del cuarto día.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 103
R/. Bendice al Señor, alma mía.
Bendice al Señor, alma mía; Señor y Dios mío, inmensa
es tu grandeza. Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un
manto. R/.
Sobre bases inconmovibles asentaste la tierra para siempre. Con un vestido de
mares la cubriste y las aguas en los montes concentraste. R/.
En los valles haces brotar las fuentes, que van corriendo entre montañas;
junto al arroyo vienen a vivir las aves, que cantan entre las ramas. R/.
¡Qué numerosas son tus obras, Señor, y todas las hiciste
con maestría! La tierra está llena de tus creaturas. Bendice al
Señor, alma mía. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Mt 4, 23) R/. Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba el Evangelio del Reino y curaba las enfermedades
y dolencias del pueblo. R/.
Cuantos tocaban a Jesús quedaban curados.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 6, 53-56
En
aquel tiempo, Jesús y sus discípulos terminaron la travesía
del lago y tocaron tierra en Genesaret.
Apenas bajaron de la barca, la gente los reconoció y de toda aquella
región acudían a Él, a cualquier parte donde sabían
que se encontraba, y le llevaban en camillas a los enfermos.
A dondequiera que llegaba, en los poblados, ciudades o caseríos, la gente
le ponía a sus enfermos en la calle y le rogaba que por lo menos los
dejara tocar la punta de su manto; y cuantos lo tocaban, quedaban curados. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica, Señor, nuestras ofrendas y con la luz del Espíritu Santo purifica nuestros corazones. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 67, 29)
Despliega, Señor, tu poder; el poder que por nosotros desplegaste desde tu templo, en lo alto de Jerusalén.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que tu Espíritu Santo, Señor, descienda sobre nosotros, purifique nuestros corazones y los fecunde, penetrándolos con su divino rocío. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LAS NORMAS QUE PRESERVAN LA VIDA
Gn 1, 20-2, 4; Mc 7, 1-13
Siguiendo la enseñanza fundamental del Relato de Creación entendemos que los seres humanos fuimos creados a imagen y semejanza de Dios y que más allá de cualquier aspecto externo que nos diferencie, compartimos la misma dignidad. Esa universal condición humana que nos asemeja fundamenta nuestra dignidad común. En ese sentido, las normas dadas por Dios a Israel y las tradiciones humanas que las actualizan e interpretan, están subordinadas y orientadas a proteger y conservar la vida digna para todos y todas. Jesús cuestiona las tradiciones humanas porque se da cuenta que los defensores acérrimos de tales tradiciones, convierten a las personas en víctimas de ideologías manipuladoras.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 26, 1-2)
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? Cuando me asaltan mis enemigos, tropiezan y caen.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, de quien todo bien procede, inspíranos propósitos de justicia y santidad y concédenos tu ayuda para poder cumplirlos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza.
Lectura del libro del Génesis: 1, 20-2, 4
Dijo
Dios: "Agítense las aguas con un hervidero de seres vivientes y
revoloteen sobre la tierra las aves, bajo la bóveda del cielo".
Creó Dios los grandes animales marinos y los vivientes que en el agua
se deslizan y la pueblan, según su especie. Creó también
el mundo de las aves, según sus especies. Vio Dios que era bueno y los
bendijo, diciendo: "Sean fecundos y multiplíquense; llenen las aguas
del mar; que las aves se multipliquen en la tierra". Fue la tarde y la
mañana del quinto día.
Dijo Dios: "Produzca la tierra vivientes, según sus especies: animales
domésticos, reptiles y fieras, según sus especies". Y así
fue. Hizo Dios las fieras, los animales domésticos y los reptiles, cada
uno según su especie. Y vio Dios que era bueno.
Dijo Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine
a los peces del mar, a las aves del cielo, a los animales domésticos
y a todo animal que se arrastra sobre la tierra".
Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen suya lo creó; hombre
y mujer los creó.
Y los bendijo Dios y les dijo: "Sean fecundos y multiplíquense,
llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves
del cielo y a todo ser viviente que se mueve sobre la tierra".
Y dijo Dios: "He aquí que les entrego todas las plantas de semilla
que hay sobre la faz de la tierra, y todos los árboles que producen fruto
y semilla, para que les sirvan de alimento. Y a todas las fieras de la tierra,
a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, a todos los seres
que respiran, también les doy por alimento las verdes plantas".
Y así fue. Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró
muy bueno. Fue la tarde y la mañana del sexto día. Así
quedaron concluidos el cielo y la tierra con todos sus ornamentos, y terminada
su obra, descansó Dios el séptimo día de todo cuanto había
hecho. Dios bendijo el séptimo día y lo consagró, porque
ese día cesó de trabajar en la creación del universo.
Ésta es la historia de la creación del cielo y de la tierra.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 8
R/. ¡Qué admirable, Señor, es tu poder!
Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas, que has
creado, me pregunto: ¿Qué es el hombre, para que de él
te acuerdes; ese pobre ser humano, para que de él te preocupes? R/.
Sin embargo, lo hiciste un poquito inferior a los ángeles, lo coronaste
de gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras de tus manos y todo
lo sometiste bajo sus pies. R/.
Pusiste a su servicio los rebaños y las manadas, todos los animales salvajes,
las aves del cielo y los peces del mar, que recorren los caminos de las aguas.
R/.
ACLAMACIÓN
(Sal 118, 36. 29) R/. Aleluya, aleluya.
Inclina, Dios mío, mi corazón a tus preceptos y dame
la gracia de cumplir tu voluntad. R/.
Ustedes anulan la palabra de Dios con las tradiciones de los hombres.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 7, 1-13
En
aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y algunos escribas, venidos
de Jerusalén. Viendo que algunos de los discípulos de Jesús
comían con las manos impuras, es decir, sin habérselas lavado,
los fariseos y los escribas le preguntaron: "¿Por qué tus
discípulos comen con manos impuras y no siguen la tradición de
nuestros mayores?". (Los fariseos y los judíos, en general, no comen
sin lavarse antes las manos hasta el codo, siguiendo la tradición de
sus mayores; al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones,
y observan muchas otras cosas por tradición, como purificar los vasos,
las jarras y las ollas).
Jesús les contestó: "¡Qué bien profetizó
Isaías sobre ustedes, hipócritas, cuando escribió: Este
pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de
mí. Es inútil el culto que me rinden, porque enseñan doctrinas
que no son sino preceptos humanos. Ustedes dejan a un lado el mandamiento de
Dios, para aferrarse a las tradiciones de los hombres".
Después añadió: "De veras son ustedes muy hábiles
para violar el mandamiento de Dios y conservar su tradición. Porque Moisés
dijo: Honra a tu padre y a tu madre. El que maldiga a su padre o a su madre,
morirá. Pero ustedes dicen: 'Si uno dice a su padre o a su madre: Todo
aquello con que yo te podría ayudar es corbán (es decir, ofrenda
para el templo), ya no puede hacer nada por su padre o por su madre'. Así
anulan la palabra de Dios con esa tradición que se han transmitido. Y
hacen muchas cosas semejantes a ésta". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, con bondad, estos dones que te presentamos humildemente, para que sean gratos a tus ojos y nos hagan crecer en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 17, 3)
Señor, tú eres mi amor, mi fuerza y mi refugio, mi liberación y mi ayuda. Tú eres mi Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la fuerza redentora de esta Eucaristía nos proteja, Señor, de nuestras malas inclinaciones y nos guíe siempre por el camino de tus mandamientos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LA DOBLE TAREA QUE DIOS NOS ENCARGA
Gn 2, 4-9. 15-17; Mc 7, 14-23
El Segundo Relato de Creación afirma la estrecha interrelación existente entre los seres humanos y la tierra. La primera tarea que Dios asignó a los seres humanos fue el cuidado y el cultivo del jardín primordial. Desde esa perspectiva el trabajo productivo gracias al cual conseguimos nuestro sustento y el trabajo voluntario que hacemos para conservar la creación, son encomiendas básicas que Dios nos asigna para mantener la creación tan bella como Él la creara. Desde el relato del evangelio de san Marcos, el Señor Jesús nos invita a trabajar y a no dejarnos esclavizar por la codicia, la avaricia y las demás pulsiones destructoras que brotan de nuestro interior.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Mt 16, 18-19)
Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del Reino de los cielos.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que en tu providencia quisiste fundar tu Iglesia sobre la roca de Pedro, el jefe de los apóstoles, mira con bondad a nuestro Santo Padre, el Papa Benedicto XVI, y ya que lo has constituido sucesor de Pedro, concédele que sea para tu pueblo principio y fundamento visible de la unidad en la fe y de la comunión en el amor. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén.
Lectura del libro del Génesis: 2, 4-9. 15-17
Cuando el Señor
Dios hizo el cielo y la tierra, no había ningún arbusto en el
campo, ni había brotado ninguna hierba silvestre, pues el Señor
Dios no había hecho llover sobre la tierra y no había hombres
que labraran el suelo y abrieran canales para que corriera el agua y se regaran
los campos.
Un día, el Señor Dios tomó polvo del suelo y con él
formó al hombre; le sopló en la nariz un aliento de vida, y el
hombre comenzó a vivir. Después plantó el Señor
un jardín al oriente del Edén y allí puso al hombre que
había formado. El Señor Dios hizo germinar del suelo toda clase
de árboles, de hermoso aspecto y sabrosos frutos, y además, en
medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento
del bien y del mal. El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en
el jardín del Edén, para que lo cultivara y lo cuidara.
El Señor Dios le dio al hombre esta orden: "Puedes comer de todos
los árboles del jardín; pero del árbol del conocimiento
del bien y del mal te mando que no comas, porque el día en que comas
de él, morirás sin remedio". Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Del salmo 103
R/. Bendito sea el Señor, que nos ha dado la vida.
Bendice al Señor, alma mía; Señor y Dios
mío, inmensa es tu grandeza. Te vistes de belleza y majestad, la luz
te envuelve como un manto R/.
Todos los vivientes aguardan que les des de comer a su tiempo; les das el alimento
y lo recogen, abres tu mano y se sacian de bienes. R/.
Si retiras tu aliento, toda creatura muere y vuelve al polvo. Pero envías
tu espíritu, que da vida, y renue-vas el aspecto de la tierra. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Jn 17, 17) R/. Aleluya, aleluya.
Tu palabra, Señor, es la verdad; santifícanos en la verdad.
R/.
Lo que mancha al hombre es lo que sale de dentro.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 7, 14-23
En aquel tiempo, Jesús llamó de nuevo a la gente y les dijo: "Escúchenme todos y entiéndanme. Nada que entre de fuera puede manchar al hombre; lo que sí lo mancha es lo que sale de dentro". Cuando entró en una casa para alejarse de la muchedumbre, los discípulos le preguntaron qué quería decir aquella parábola. Él les dijo: "¿Ustedes también son incapaces de comprender? ¿No entienden que nada de lo que entra en el hombre desde afuera puede contaminarlo, porque no entra en su corazón, sino en el vientre y después, sale del cuerpo?". Con estas palabras declaraba limpios todos los alimentos. Luego agregó: "Lo que sí mancha al hombre es lo que sale de dentro; porque del corazón del hombre salen las intenciones malas, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, las codicias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, las envidias, la difamación, el orgullo y la frivolidad. Todas estas maldades salen de dentro y manchan al hombre". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos para el sacrificio eucarístico; protege y dirige a tu santa Iglesia en unión con nuestro Papa Benedicto XVI, a quien constituiste su pastor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 21, 15. 17)
Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?, le dijo el Señor a Pedro. Éste le respondió: Señor, tú lo conoces todo, tú sabes que te amo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por esta Eucaristía, en la que nos has permitido participar, confirma, Señor, en la unidad y en el amor a la santa Iglesia y a tu siervo, el Papa Benedicto XVI, para que juntos, rebaño y pastor, recorran con seguridad el camino de la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
EL AISLAMIENTO QUE DESHUMANIZA
Gn 2, 18-25; Mc 7, 24-30
La mujer sirofenicia se aproxima suplicante a Jesús pidiéndole que se compadezca del sufrimiento de su hija. Esta mujer extranjera comprende que Dios es Padre de todos y que más allá de las diferencias y barreras que los humanos inventamos para justificar ventajas y privilegios, está la dignidad básica que hermana a todas las personas. En sintonía con el libro del Génesis podemos destacar nuestra vocación a vivir en sociedad. El verdadero peligro mortal que nos deshumaniza es el aislamiento y la soledad. El hombre y la mujer se necesitan y auxilian recíprocamente. Es tan estrecha la comunión que experimenta Adán al conocer a Eva en la lógica del relato, que dicho encuentro es la ocasión del surgimiento de la primera expresión poética: ¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne!
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Sal 23, 5-6)
Santa Escolástica ha recibido la bendición del Señor, ha encontrado gracia delante de Dios, su salvador, porque buscó sinceramente al Señor.
ORACIÓN COLECTA
Al celebrar la fiesta de santa Escolástica, te pedimos, Señor, que, a imitación suya, aprendamos a servirte con un amor infatigable y a disfrutar profundamente tu amistad. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Serán los dos una sola carne.
Lectura del libro del Génesis: 2, 18-25
En aquel día, dijo
el Señor Dios: "No es bueno que el hombre esté solo. Voy
a hacerle a alguien como él, para que lo ayude". Entonces el Señor
Dios formó de la tierra todas las bestias del campo y todos los pájaros
del cielo, y los llevó ante Adán para que les pusiera nombre y
así todo ser viviente tuviera el nombre puesto por Adán.
Así, pues, Adán les puso nombre a todos los animales domésticos,
a los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no hubo ningún
ser semejante a Adán para ayudarlo.
Entonces el Señor Dios hizo caer al hombre en un profundo sueño,
y mientras dormía, le sacó una costi-lla y cerró la carne
sobre el lugar vacío. Y de la costilla que le había sacado al
hombre, Dios formó una mujer. Se la llevó al hombre y éste
exclamó: "Ésta sí es hueso de mis huesos y carne de
mi carne. Ésta será llamada mujer, porque ha sido formada del
hombre".
Por eso el hombre abandonará a su padre y a su madre, y se unirá
a su mujer y serán los dos una sola carne. Por entonces los dos estaban
desnudos, el hombre y su mujer, pero no sentían vergüenza por ello.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 127
R/. Dichoso el que teme al Señor.
Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos: comerá del fruto
de su trabajo, será dichoso, le irá bien. R/.
Su mujer, como vid fecunda, en medio de su casa; sus hijos, como renuevos de
olivo, alrededor de su mesa. R/.
Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor: "Que
el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida". R/.
ACLAMACIÓN
(St 1, 21) R/. Aleluya, aleluya.
Acepten dócilmente la palabra que ha sido sembrada en ustedes
y es capaz de salvarlos. R/.
Los perritos, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 7, 24-30
En
aquel tiempo, Jesús salió de Genesaret y se fue a la región
donde se encuentra Tiro. Entró en una casa, pues no quería que
nadie se enterara de que estaba ahí, pero no pudo pasar inadvertido.
Una mujer, que tenía una niña poseída por un espíritu
impuro, se enteró enseguida, fue a buscarlo y se postró a sus
pies.
Cuando aquella mujer, una siria de Fenicia y pagana, le rogaba a Jesús
que le sacara el demonio a su hija, Él le respondió: "Deja
que coman primero los hijos. No está bien quitarles el pan a los hijos
para echárselo a los perritos". La mujer le replicó: "Sí,
Señor; pero también es cierto que los perritos, debajo de la mesa,
comen las migajas que tiran los niños".
Entonces Jesús le contestó: "Anda, vete; por eso que has
dicho, el demonio ha salido ya de tu hija". Al llegar a su casa, la mujer
encontró a su hija recostada en la cama, y ya el demonio había
salido de ella. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, con bondad, los dones que tu pueblo te presenta para celebrar la memoria de santa Escolás-tica, y concédenos, que libres de las ambiciones y egoísmos de este mundo, te busquemos a ti, como nuestro único bien verdadero. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 33, 9)
Hagan la prueba y verán qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se acoge a Él.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, con la luz y la fuerza de este sacramento que hemos recibido, condúcenos siempre por el camino de tu amor, a fin de que la obra de salvación que has iniciado en nosotros, se vea coronada el día de la venida gloriosa de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Nuestra Señora de Lourdes
Santos: San Pascual I. papa. Beato Tobías, Borrás, mártir. Memoria libre (Blanco)
CUANDO RENUNCIAMOS A ELEGIR
Gn 3, 1-8; Mc 7, 31-37
El relato que personifica a la serpiente como la tentadora que deslumbra a Eva es de sobra conocido. La narración ilustra un acontecimiento que se verifica cada vez que cualquiera de nosotros nos dejamos deslumbrar por el mal y terminamos engañándonos, pensando que al escoger el mal, optamos por el bien. Los humanos permitimos que nuestra dimensión instintiva, que de por sí es inhábil para elegir, sea la que tome las decisiones. Renunciamos a escoger. Nos quedamos sordos ante el reclamo de las voces incómodas –la voz de Dios que resuena en la conciencia, la voz de la esposa o de nuestros amigos, etcétera— que nos podrían abrir a la otra cara de la realidad. En el evangelio el Señor Jesús libera al hombre de la sordera que le impide captar de forma completa la realidad.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sedulio)
Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.
ORACIÓN COLECTA
Padre misericordioso, ven en ayuda de nuestra debilidad y, por intercesión de María, Madre inmaculada de tu Hijo, haz que podamos resurgir del pecado a una vida nueva. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Ustedes serán como dioses, pues conocerán el bien y el mal.
Lectura del libro del Génesis: 3, 1-8
La serpiente era el más
astuto de los animales del campo que había creado el Señor Dios.
Un día le dijo a la mujer: "¿Es cierto que Dios les ha prohibido
comer de todos los árboles del jardín?".
La mujer respondió: "Podemos comer del fruto de todos los árboles
del jardín, pero del árbol que está en el centro, dijo
Dios: 'No comerán de él ni lo tocarán, porque de lo contrario,
habrán de morir' ".
La serpiente replicó a la mujer: "De ningún modo. No morirán.
Bien sabe Dios que el día que coman de los frutos de ese árbol,
se les abrirán a ustedes los ojos y serán como Dios, que conoce
el bien y el mal".
La mujer vio que el árbol era bueno para comer, agradable a la vista
y codiciable, además, para alcanzar la sabiduría. Tomó,
pues, de su fruto, comió y le dio a su marido, que estaba junto a ella,
el cual también comió. Entonces se les abrieron los ojos a los
dos y se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entrelazaron unas hojas de higuera
y se cubrieron con ellas.
Oyeron luego los pasos del Señor Dios, que se paseaba por el jardín
a la hora de la brisa, y se ocultaron de su vista entre los árboles del
jardín. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 31
R/. Perdona, Señor, nuestros pecados.
Dichoso aquel que ha sido absuelto de su culpa y su pecado. Dichoso
aquel en el que Dios no encuentra ni delito ni engaño. R/.
Ante el Señor reconocí mi culpa, no oculté mi pecado. Te
confesé, Señor, mi gran delito y tú me has perdonado. R/.
Por eso, en el momento de la angustia, que todo fiel te invoque y no lo alcanzarán
las grandes aguas, aunque éstas se desborden. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Hch 16, 14) R/. Aleluya, aleluya.
Abre, Señor, nuestros corazones, para que comprendamos las palabras
de tu Hijo. R/.
Hace oír a los sordos y hablar a los mudos.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 7, 31-37
En
aquel tiempo, salió Jesús de la región de Tiro y vino de
nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la región de
Decápolis. Le llevaron entonces a un hombre sordo y tartamudo, y le suplicaban
que le impusiera las manos. Él lo apartó a un lado de la gente,
le metió los dedos en los oídos y le tocó la lengua con
saliva. Después, mirando al cielo, suspiró y le dijo: "¡Effetá!"
(que quiere decir "¡Ábrete!"). Al momento se le abrieron
los oídos, se le soltó la traba de la lengua y empezó a
hablar sin dificultad.
El les mandó que no lo dijeran a nadie; pero cuanto más se lo
mandaba, ellos con más insistencia lo proclamaban; y todos estaban asombrados
y decían: "¡Qué bien lo hace todo! Hace oír
a los sordos y hablar a los mudos". Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Padre lleno de bondad, que nos socorra el inmenso amor de tu Hijo unigénito para que, quien al nacer de la Virgen María, no menoscabó la integridad de la Madre, sino que la consagró, nos libre de nuestras culpas y haga acepta a ti nuestra oblación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Santa María Virgen.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Lc 11, 27)
Dichosa la Virgen María, que llevó en su seno al Hijo del eterno Padre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, al recibir el sacramento celestial en esta conmemoración de la santísima Virgen María, te pedimos que nos concedas celebrar dignamente, a imitación suya, el misterio de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Vísperas I del domingo: 2a semana del Salterio. Tomo III: p. 880. Para los fieles: p. 555. Edición popular: pp. 108 y 463. Feria (Verde).
MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO
LA DINÁMICA DE LA SOLIDARIDAD
Gn 3, 9-24; Mc 8, 1-10
La narración de la multiplicación de los panes culmina presentándonos a una multitud que come hasta saciarse. Jesús está inaugurando los tiempos nuevos. Es el Reino que llega con fuerza e implanta la dinámica de la solidaridad, la gratuidad y el don. En la nueva familia que se organiza alrededor de la alegre noticia del Reino, los recursos se administran en clave de generosa solidaridad. El Nosotros no está en pleito constante con el Yo. Se complementan ingeniosamente. En el relato del Génesis, se nos relata la situación desastrosa que vive la pareja primordial. Cada cual solamente tuvo ojos para buscar el propio beneficio personal. Ese desequilibrio abrió la puerta a la codicia, la desarmonía y las enemistades entre los humanos y entre éstos y la creación. Dos mundos diferentes. Dos maneras de ser y vivir que producen lo peor y lo mejor del ser humano.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Dichosa tú, Virgen María, que llevaste en tu seno al creador del universo; diste a luz al que te creó, y permaneces virgen para siempre.
ORACIÓN COLECTA
Dios de eterna gloria, Padre santo, que has introducido en el mundo la verdadera alegría, Cristo, tu Hijo, sol de justicia nacido de la Virgen Madre, libranos del peso del pecado, que entristece y extingue tu Espíritu en nosotros, y recíbenos en la mesa de tu Reino, para saciarnos con el pan que contiene en sí todo deleite. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
El Señor expulsó al hombre del jardín del Edén para que trabajara la tierra.
Lectura del libro del Génesis: 3, 9-24
Después de que el
hombre y la mujer comieron del fruto del árbol prohibido, el Señor
Dios llamó al hombre y le preguntó: "¿Dónde
estás?". Éste le respondió: "Oí tus pasos
en el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo, y me escondí".
Entonces le dijo Dios: "¿Y quién te ha dicho que estabas
desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del que te prohibí
comer?".
Respondió Adán: "La mujer que me diste por compañera
me ofreció del fruto del árbol y comí". El Señor
Dios dijo a la mujer: "¿Por qué has hecho esto?". Repuso
la mujer: "La serpiente me engañó y comí".
Entonces dijo el Señor Dios a la serpiente: "Porque has hecho esto,
serás maldita entre todos los animales y entre todas las bestias salvajes.
Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días
de tu vida. Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia
y la suya; y su descendencia te aplastará la cabeza, mientras tú
tratarás de morder su talón".
A la mujer le dijo: "Multiplicaré las fatigas de tus embarazos y
con dolores darás a luz a tus hijos. Tus impulsos te llevarán
hacia tu marido y él te dominará".
Al hombre le dijo: "Por haberle hecho caso a tu mujer y por haber comido
del árbol del que te prohibí comer, maldito sea el suelo por tu
culpa. Con fatiga sacarás de él tus alimentos todos los días
de tu vida. Te producirá cardos y espinas y comerás de las hierbas
del campo. Ganarás tu pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas
a la tierra, porque de ella te saqué: eres polvo y en polvo te convertirás".
El hombre le puso a su mujer el nombre de "Eva", porque ella fue la
madre de todos los vivientes.
El Señor Dios les hizo al hombre y a la mujer unas túnicas de
pieles para que se las pusieran. El Señor Dios dijo: "Aquí
está el hombre ya casi convertido en uno de nosotros, por el conocimiento
del bien y del mal. Que no vaya ahora a extender la mano para tomar de los frutos
del árbol de la vida, se los coma y viva para siempre". Entonces,
el Señor Dios lo expulsó del jardín del Edén, para
que trabajara el suelo, de donde había sido hecho. Y expulsado el hombre,
colocó al oriente del jardín del Edén a unos querubines
con unas espadas de fuego ardiente, para impedir la entrada hacia el árbol
de la vida. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 89
R/. Tú eres, Señor, nuestro refugio.
Desde antes que surgieran las montañas, y la tierra y el mundo apareciesen,
existes tú, Dios mío, desde siempre y por siempre. R/.
Tú haces volver al polvo a los humanos, diciendo a los mortales que retornen.
Mil años para ti son como un día, que ya pasó; como una
breve noche. R/.
Nuestra vida es tan breve como un sueño; semejante a la hierba, que despunta
y florece en la mañana y por la tarde se marchita y se seca. R/.
Enséñanos a ver lo que es la vida y seremos sensatos. ¿Hasta
cuándo, Señor, vas a tener compasión de tus siervos? ¿Hasta
cuándo? R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 4, 4) R/. Aleluya, aleluya.
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra
que sale de la boca de Dios. R/.
La gente comió hasta quedar satisfecha.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 8, 1-10
En
aquellos días, vio Jesús que lo seguía mucha gente y no
tenían qué comer. Entonces llamó a sus discípulos
y les dijo: "Me da lástima esta gente: ya llevan tres días
conmigo y no tienen qué comer. Si los mando a sus casas en ayunas, se
van a desmayar en el camino. Además, algunos han venido de lejos".
Sus discípulos le respondieron: "¿Y dónde se puede
conseguir pan, aquí en despoblado, para que coma esta gente?". El
les preguntó: "¿Cuántos panes tienen?". Ellos
le contestaron: "Siete".
Jesús mandó a la gente que se sentara en el suelo; tomó
los siete panes, pronunció la acción de gracias, los partió
y se los fue dando a sus discípulos, para que los distribuyeran. Y ellos
los fueron distribuyendo entre la gente.
Tenían, además, unos cuantos pescados. Jesús los bendijo
también y mandó que los distribuyeran. La gente comió hasta
quedar satisfecha, y todavía se recogieron siete canastos de sobras.
Eran unos cuatro mil. Jesús los despidió y luego se embarcó
con sus discípulos y llegó a la región de Dalmanuta.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, te rogamos, Señor, que la ofrenda que te presentamos nos transforme, por tu gracia, en oblación viva y continua. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de santa María Virgen.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 49)
Ha hecho en mí maravillas el Todopoderoso, cuyo nombre es santo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Ya que participamos de la redención eterna, te pedimos, Señor, que al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, nos gloriemos de la plenitud de tu gracia y sintamos los efectos de tu obra redentora. Por Jesucristo, nuestro Señor.
VI DOMINGO ORDINARIO
LAS ELECCIONES ACERTADAS
Si 15, 16-21; 1 Co 2, 6-10; Mt 5, 17-37
Para el sabio judío que nos comparte sus reflexiones en la primera lectura, la disyuntiva es clara: gracias a su libre albedrío el ser humano puede optar. Las decisiones humanas acarrean resultados favorables o desfavorables. Antes de actuar conviene pensar dos veces en el desenlace, que tarde o temprano llegará. Para el apóstol san Pablo el dilema de la libertad no se resuelve solamente ateniéndonos a nuestra dimensión racional. La razón humana se deja guiar por la búsqueda del beneficio personal. Estamos urgidos de recibir la verdadera sabiduría que nos ayudará a desentrañar los retos vitales, con la luz y la fuerza del Espíritu. De no hacerlo, terminamos por llamar bien al mal y viceversa. En el evangelio de San Mateo el Señor Jesús reflexiona sobre las normas antiguas y exhibe los valores profundos que las sustentan y las llenan de valor y sentido.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 30, 3-4)
Sírveme de defensa, Dios mío, de roca y fortaleza salvadoras; y pues eres mi baluarte y mi refugio, acompáñame y guíame
ORACIÓN COLECTA
Señor nuestro, que prometiste venir y hacer tu morada en los corazones rectos y sinceros, concédenos la rectitud y sinceridad de vida que nos hagan dignos de esa presencia tuya. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Dios no ha dado a nadie permiso de pecar.
Lectura del libro del Sirácide (Eclesiástico): 15, 16-21
Si tú lo quieres,
puedes guardar los mandamientos; permanecer fiel a ellos es cosa tuya. El Señor
ha puesto delante de ti fuego y agua; extiende la mano a lo que quieras. Delante
del hombre están la muerte y la vida; le será dado lo que él
escoja.
Es infinita la sabiduría del Señor; es inmenso su poder y Él
lo ve todo. Los ojos del Señor ven con agrado a quienes lo temen; el
Señor conoce todas las obras del hombre. A nadie le ha mandado ser impío
y a nadie le ha dado permiso de pecar. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor
Del salmo 118
R/. Dichoso el que cumple la voluntad del Señor.
Dichoso el hombre de conducta intachable, que cumple la ley del Señor.
Dichoso el que es fiel a sus enseñanzas y lo busca de todo corazón.
R/.
Tú, Señor, has dado tus preceptos para que se observen exactamente.
Ojalá que mis pasos se encaminen al cumplimiento de tus mandamientos.
R/.
Favorece a tu siervo para que viva y observe tus palabras. Ábreme los
ojos para ver las maravillas de tu voluntad. R/.
Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes y yo lo seguiré
con cuidado. Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo
corazón. R/.
Predicamos una sabiduría misteriosa prevista por Dios antes de los siglos, para conducirnos a la gloria.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 2, 6-10
Hermanos:
Es cierto que a los adultos en la fe les predicamos la sabiduría, pero
no la sabiduría de este mundo ni la de aquellos que dominan al mundo,
los cuales van a quedar aniquilados. Por el contrario, predicamos una sabiduría
divina, misteriosa, que ha permanecido oculta y que fue prevista por Dios desde
antes de los siglos, para conducirnos a la gloria. Ninguno de los que dominan
este mundo la conoció, porque, de haberla conocido, nunca hubieran crucificado
al Señor de la gloria.
Pero lo que nosotros predicamos es, como dice la Escritura, que lo que Dios
ha preparado para los que lo aman, ni el ojo lo ha visto, ni el oído
lo ha escuchado, ni la mente del hombre pudo siquiera haberlo imaginado. A nosotros,
en cambio, Dios nos lo ha revelado por el Espíritu que conoce perfectamente
todo, hasta lo más profundo de Dios. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(cfr. Mt 11, 25) R/. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has
revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.
Han oído lo que se dijo a los antiguos; pero yo les digo.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 5, 17-37
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No crean que
he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles
plenitud. Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra,
que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la
ley. Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe
eso a los hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que
los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los cielos.
Les aseguro que si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos,
ciertamente no entrarán ustedes en el Reino de los cielos.
Han oído que se dijo a los antiguos: No matarás y el que mate
será llevado ante el tribunal. Pero yo les digo: Todo el que se enoje
con su hermano, será llevado también ante el tribunal; el que
insulte a su hermano, será llevado ante el tribunal supremo, y el que
lo desprecie, será llevado al fuego del lugar de castigo. Por lo tanto,
si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo
de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al altar
y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar tu ofrenda.
Arréglate pronto con tu adversario, mientras vas con él por el
camino; no sea que te entregue al juez, el juez al policía y te metan
a la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que
hayas pagado el último centavo.
También han oído que se dijo a los antiguos: No cometerás
adulterio. Pero yo les digo que quien mire con malos deseos a una mujer, ya
cometió adulterio con ella en su corazón. Por eso, si tu ojo derecho
es para ti ocasión de pecado, arráncatelo y tíralo lejos,
porque más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él
sea arrojado al lugar de castigo. Y si tu mano derecha es para ti ocasión
de pecado, córtatela y arrójala lejos de ti, porque más
te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al
lugar de castigo. También se dijo antes: El que se divorcie, que le dé
a su mujer un certificado de divorcio; pero yo les digo que el que se divorcia,
salvo el caso de que vivan en unión ilegítima, expone a su mujer
al adulterio, y el que se casa con una divorciada comete adulterio.
Han oído que se dijo a los antiguos: No jurarás en falso y le
cumplirás al Señor lo que le hayas prometido con juramento. Pero
yo les digo: No juren de ninguna manera, ni por el cielo, que es el trono de
Dios; ni por la tierra, porque es donde Él pone los pies; ni por Jerusalén,
que es la ciudad del gran Rey.
Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro uno solo
de tus cabellos. Digan simplemente sí, cuando es sí; y no, cuando
es no. Lo que se diga de más, viene del maligno". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Con fe, oremos confiadamente
a Dios, nuestro Padre, por nosotros y por todos los hombres.
Después de cada petición diremos: Escúchanos, Padre.
Oremos por el Papa,
los obispos y los sacerdotes. Para que ejerzan fielmente su ministerio. Oremos.
Oremos por tantos hermanos que en cualquier lugar del mundo pasan hambre. Para
que decididamente y con eficacia se haga todo lo posible para remediar su situación.
Oremos.
Oremos también por los que cada día tenemos con qué comer.
Para que seamos solidarios con los que sufren hambre y les aportemos una ayuda
constante. Oremos.
Oremos también por los enfermos. Para que no les falte nuestra compañía
y comprensión. Oremos.
Oremos por los miembros de nuestra comunidad que cuidan especialmente de la
catequesis. Para que sepan comunicar la enseñanza de Jesús. Oremos.
Escucha, Padre, nuestras plegarias y derrama tu amor sobre los pobres sobre aquellos a los que nuestro mundo no tiene en cuenta. Por Jesucristo, nuestro hermano y Señor, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que este sacrificio, Señor, que vamos a ofrecerte, nos purifique y nos renueve y nos ayude a obtener la recompensa eterna, prometida a quienes cumplen tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 3, 16)
Tanto amó Dios al mundo, que le dio a su Hijo único para que todo el que crea en El no perezca, sino que tenga la vida eterna.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, aviva cada vez más en nosotros el deseo de recibir este pan eucarístico, por medio del cual nos comunicas tú la vida verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- En la perspectiva de algún analista de nuestra sociedad, el país se nos fue de las manos y se nos degradó, entre otras razones, cuando los padres de familia, dejamos de educar a nuestros hijos en los valores, creyendo que era suficiente que los maestros trajeran para arriba y para abajo, los discursos valorales y los abracadabra: los niños y adolescentes terminarían por volverse virtuosos. ¡Nada más falso y engañoso que esa ilusión! El sermón evangélico nos presenta a Jesús, ahondando en la raíz más profunda de las normas bíblicas. Los mandatos y prohibiciones del decálogo resultan eficaces, cuando descubrimos y asimilamos convencidos, los valores que los sustentan.
Nuestra Señora de la Esperanza
Santos: Cirilo, monje y Metodio de Tesalónica obispo y Valentín de Roma, mártir. Memoria (Blanco)
LOS CIEGOS QUE NO QUIEREN VER
Gn 4, 1-15. 25; Mc 8, 11-13
Jesús rechaza ofrecer señales a sus esquivos adversarios, porque descubre que carecen de la mínima actitud de receptividad. Son ciegos que no quieren ver lo evidente. Los gestos proféticos, las actitudes ejemplares y las acciones poderosas que Jesús realizó mostraban diáfanamente un mensaje transparente. No hacía falta añadir más señales, bastaba con interpretar las ya existentes. En el relato del Génesis, Caín no logró desentrañar las señales del amor compasivo de Dios en su vida. Se quedó encandilado pensando que el bienestar material era la única señal de bendición divina. Ciego por la codicia y la ira asesinó a su hermano. Dios lo castigó y a la vez lo marcó, poniéndole una señal protectora que lo preservaría de la furia vengadora.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Estos son los hombres santos amigos de Dios, insignes predicadores del Evangelio.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por medio de los santos Cirilo y Metodio iluminaste con la luz del Evangelio a los pueblos eslavos, abre nuestro corazón para que aceptemos tu palabra y ayúdanos a vivir de acuerdo con la fe que profesamos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Caín se lanzó contra su hermano y lo mató.
Lectura del libro del Génesis: 4, 1-15. 25
En aquel tiempo, Adán
se unió con Eva, su mujer; ella concibió y dio a luz a Caín,
pues decía: "Con el favor de Dios he engendrado un hijo". Después
de algún tiempo dio a luz al hermano de Caín, Abel. Abel fue pastor
de ovejas, y Caín labrador.
Sucedió en una ocasión, que Caín presentó como ofrenda
al Señor los productos de la tierra. También Abel le hizo una
ofrenda: sacrificó las primeras crías de sus ovejas y quemó
su grasa. Al Señor le agradaron las ofrendas de Abel, pero no le agradaron
las de Caín; por lo cual, Caín se enfureció y andaba resentido.
El Señor le dijo entonces a Caín: "¿Por qué
te enfureces tanto y andas resentido? Si hicieras el bien, te sentirías
feliz; pero si haces el mal, el pecado estará a tu puerta, acechándote
como fiera; pero tú debes dominarlo".
Un día Caín le dijo a su hermano Abel: "Vamos al campo".
Y cuando estaban en el campo, Caín se lanzó contra su hermano
y lo mató. Entonces el Señor le preguntó a Caín:
"¿Dónde está Abel, tu hermano?". Caín
le respondió: "No lo sé. ¿Acaso soy yo el guardián
de mi hermano?". El Señor le dijo: "¿Qué es lo
que has hecho? ¿No oyes cómo la sangre de tu hermano está
clamando a mí desde la tierra? Por eso serás maldito y tendrás
que vivir lejos de la tierra que recibió de ti la sangre de tu hermano;
y aunque cultives la tierra, ella no volverá a darte frutos abundantes.
Tú andarás por el mundo errante y fugitivo".
Caín le contestó al Señor: "Mi castigo es demasiado
grande para soportarlo. Puesto que tú me arrojas de esta tierra fértil,
tendré que ocultarme de ti y andar errante y fugitivo por el mundo, y
cualquiera que me encuentre, me matará". El Señor le dijo:
"De ninguna manera. El que te mate a ti será castigado siete veces".
Y el Señor le puso una señal a Caín para que, si alguien
lo encontraba, no lo matara. Adán se unió otra vez a su mujer,
y ella dio a luz un hijo, a quien llamó Set, pues decía: "El
Señor me ha dado otro hijo en lugar de Abel, asesinado por Caín".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 49 R/. Te
ofreceremos, Señor, sacrificios de alabanza.
Habla el Dios de los dioses, el Señor, y convoca a cuantos viven en la
tierra del oriente al poniente: "No voy a reclamarte sacrificios, pues
siempre están ante mí tus holocaustos. R/.
¿Por qué citas mis preceptos y hablas a toda hora de mi pacto,
tú que detestas la obediencia y echas en saco roto mis mandatos? R/.
Te pones a insultar a tu hermano y deshonras al hijo de tu madre. Tú
haces esto, ¿y yo tengo que callarme? ¿Crees acaso que yo soy
como tú? No, yo te reprenderé y te echaré en cara tus pecados".
R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 14, 6) R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre si no es por
mí, dice el Señor. R/.
¿Por qué esta gente busca una señal?
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 8, 11-13
En
aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y se pusieron a discutir
con Él, y para ponerlo a prueba, le pedían una señal del
cielo. Jesús suspiró profundamente y dijo: "¿Por qué
esta gente busca una señal? Les aseguro que a esta gente no se le dará
ninguna señal".
Entonces los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor todopoderoso, el sacrificio que vamos a ofrecerte en honor de los santos Cirilo y Metodio, y a cuantos celebramos los misterios de la pasión de tu Hijo, concédenos imitarlos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ez 34, 15)
Yo mismo apacentaré mis ovejas, dice el Señor; yo les buscaré un lugar para su descanso.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por la gracia de este sacramento, confirma, Señor, a tus hijos en la verdad de la fe, para que den testimonio de ella con las palabras y las obras, a ejemplo de los santos Cirilo y Metodio, que consagraron su vida a propagarla. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LA DEGRADACIÓN DE LA HUMANIDAD
Gn 6, 5-8; 7, 1-5. 10; Mc 8, 14-21
Los discípulos de Jesús fueron los directos beneficiarios de sus señales y prodigios. Hacía falta tener memoria y sensatez para extraer las lecciones de sabiduría que Jesús les regalaba. Al confrontarse unos con otros por haberse olvidado de traer pan para el camino, se mostraban como gente desconfiada y mezquina. En el relato del diluvio se nos presenta el deterioro y la degradación de la humanidad. El ciclo de la maldad creciente no parece tener otra salida que la catástrofe. Cuando las relaciones humanas se fundamentan en la búsqueda desmedida del propio beneficio, se envenena la convivencia y el más fuerte termina por abusar y aplastar al más débil. Los creyentes tenemos que encontrar alguna ruta que nos estimule a respetar la dignidad de toda persona.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 16, 6. 8)
Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío; atiéndeme y escucha mis palabras. Cuídame como a la niña de tus ojos y cúbreme bajo la sombra de tus alas.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, haz que nuestra voluntad sea siempre dócil a la tuya y que te sirvamos con un corazón sincero. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Borraré de la superficie de la tierra al hombre que he creado.
Lectura del libro del Génesis: 6, 5-8; 7, 1-5. 10
En aquel tiempo, viendo
el Señor que en la tierra la maldad del hombre era muy grande y que sus
actitudes eran siempre perversas, se arrepintió de haber creado al hombre,
y lleno de profundo pesar, dijo: "Borraré de la superficie de la
tierra al hombre que he creado, y con el hombre, también a los cuadrúpedos,
reptiles y aves, pues estoy arrepentido de haberlos creado".
Pero Noé encontró gracia ante el Señor. Así pues,
el Señor le dijo a Noé: "Entra en el arca con toda tu familia,
pues tú eres el único hombre justo que he encontrado en esta generación.
De todos los animales puros toma siete parejas, macho y hembra; de los no puros,
una pareja, macho y hembra; y lo mismo de las aves, siete parejas, macho y hembra,
para que se conserve su especie en la tierra. Pasados siete días, haré
llover sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches, y borraré
de la superficie de la tierra a todos los vivientes que he creado".
Noé hizo todo lo que le mandó el Señor, y siete días
después, cayó el diluvio sobre la tierra. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 28
R/. Dios bendice a su pueblo con la paz.
Hijos de Dios, glorifiquen al Señor, denle la gloria que merece. Postrados
en su templo santo, alabemos al Señor. R/.
La voz del Señor se deja oír sobre las aguas torrenciales. La
voz del Señor es poderosa, la voz del Señor es imponente. R/.
El Dios de majestad hizo sonar el trueno de su voz. El Señor se manifestó
sobre las aguas desde su trono eterno. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 14, 23) R/. Aleluya, aleluya.
El que me ama, cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará
y vendremos a él, dice el Señor. R/.
Cuídense de la levadura de los fariseos y de la de Herodes.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 8, 14-21
En
aquel tiempo, cuando los discípulos iban con Jesús en la barca,
se dieron cuenta de que se les había olvidado llevar pan; sólo
tenían uno. Jesús les hizo esta advertencia: "Fíjense
bien y cuídense de la levadura de los fariseos y de la de Herodes".
Entonces ellos comentaban entre sí: "Es que no tenemos panes".
Dándose cuenta de ello, Jesús les dijo: "¿Por qué
están comentando que no trajeron panes? ¿Todavía no entienden
ni acaban de comprender? ¿Tan embotada está su mente? ¿Para
qué tienen ustedes ojos, si no ven, y oídos, si no oyen? ¿No
recuerdan cuántos canastos de sobras recogieron, cuando repartí
cinco panes entre cinco mil hombres?". Ellos le contestaron: "Doce".
Y añadió: "¿Y cuántos canastos de sobras recogieron
cuando repartí siete panes entre cuatro mil?". Le respondieron:
"Siete". Entonces Él dijo: "¿Y todavía no
acaban de comprender?". Palabra del Señor. Gloria a
ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica, Señor, estos dones tuyos que con sincera voluntad te presentamos, y por medio de esta Eucaristía, dígnate purificarnos y renovarnos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 32, 18-19)
Los ojos del Señor están puestos en sus hijos, en los que esperan en su misericordia, para librarlos de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta celebración eucarística nos comunique, Señor, nuevas fuerzas para cumplir tu voluntad en esta vida y nos confirme en la esperanza de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Onésimo de Éfeso, obispo; Pedro de Castelnau, mártir. Beato José Allamano, fundador. Feria (Verde)
NO VOLVERÉ A DESTRUIR LA TIERRA
Gn 8, 6-13. 20-22; Mc 8, 22-26
El colofón del relato del diluvio sienta las bases de una esperanza rotunda. Dios se autoimpone el compromiso de no volver a destruir jamás a la humanidad. A sabiendas de que desde la temprana juventud el hombre deja que se pervierta el corazón, Dios no cederá al afán justiciero. Mientras haya tierra, habrá vida sobre la misma. El evangelio de san Marcos nos presenta a Jesús devolviéndole a un ciego la capacidad de mirar y contemplar la belleza de la creación. La preservación del universo es un deber que nos reclama. Ciegos y sordos estamos si no reaccionamos ante los reclamos urgentes que una tierra con fiebres y calenturas nos lanza. Dios no volverá a destruir su obra. Los malos administradores parecemos dispuestos a hacerlo.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Si 36, 18-19)
Señor, concede la paz a los que en ti esperan; escucha las oraciones de tus hijos y guíanos por el camino de la justicia.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que llamas hijos tuyos a los que promueven la paz, concédenos trabajar incansablemente por establecer la justicia, sin la cual es imposible garantizar una paz auténtica y duradera. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Vio Noé que la tierra estaba ya seca.
Lectura del libro del Génesis: 8, 6-13. 20-22
Cuarenta días después
de que las aguas del diluvio habían ido bajando y ya se veían
las cimas de los montes, Noé abrió la ventana que había
hecho en el arca y soltó un cuervo. Éste anduvo yendo y viniendo,
hasta que se secó el agua en la tierra. Después soltó Noé
una paloma, para ver si ya se había secado el agua sobre la superficie
de la tierra. La paloma no encontró en dónde posarse y volvió
al arca, porque aún había agua sobre la superficie de la tierra.
Noé estiró el brazo, la tomó y la metió en el arca.
Esperó otros siete días y volvió a soltar la paloma, que
regresó al atardecer con una hoja de olivo en el pico. Noé comprendió
que el agua sobre la tierra era ya muy poca. Esperó otros siete días
y soltó otra vez la paloma, la cual ya no regresó.
El primer día del primer mes del año seiscientos uno se secó
el agua en la tierra. Noé levantó la cubierta del arca y vio que
la tierra estaba ya seca.
Entonces salió del arca y construyó un altar al Señor;
tomó animales y aves de toda especie pura y los ofreció en holocausto
sobre el altar. Cuando el Señor aspiró la suave fragancia de las
ofrendas, se dijo: "No volveré a maldecir la tierra a causa del
hombre. Es cierto que el corazón humano se inclina al mal desde su infancia,
pero yo no volveré a exterminar a los vivientes, como acabo de hacerlo.
Mientras dure la tierra, no han de faltar siembra y cosecha, frío y calor,
verano e invierno, día y noche". Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Del salmo 115
R/. Daré gracias al Señor toda mi vida.
¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha
hecho? Levantaré el cáliz de salvación e invocaré
el nombre del Señor. R/.
A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos. De la muerte,
Señor, me has librado, a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava.
R/.
Cumpliré mis promesas al Señor ante todo su pueblo, en medio de
su templo santo, que está en Jerusalén. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Ef 1, 17-18) R/. Aleluya, aleluya.
Que el Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine nuestras mentes, para
que podamos comprender cuál es la esperanza que nos da su llamamiento.
R/.
El ciego quedó curado y veía todo con claridad.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 8, 22-26
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a Betsaida y enseguida le llevaron a Jesús un ciego y le pedían que lo tocara. Tomándolo de la mano, Jesús lo sacó del pueblo, le puso saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó: "¿Ves algo?". El ciego, empezando a ver, le dijo: "Veo a la gente, como si fueran árboles que caminan". Jesús le volvió a imponer las manos en los ojos y el hombre comenzó a ver perfectamente bien: estaba curado y veía todo con claridad. Jesús lo mandó a su casa, diciéndole: "Vete a tu casa, y si pasas por el pueblo, no se lo digas a nadie". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te ofrecemos, Señor, bajo los signos sacramentales del pan y del vino, el sacrificio de tu Hijo, rey de la paz, para que este misterio de unidad y de amor, reafirme la fraternidad entre todos tus hijos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 5, 9)
Bienaventurados los que procuran la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor, el espíritu de tu amor, a fin de que, alimentados con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, fomentemos entre todos los hombres la paz que Él mismo nos dejó. Por Jesucristo, nuestro Señor.
EL GUARDIÁN Y DEFENSOR DE LA VIDA
Gn 9, 1-13; Mc 8, 27-33
En este diálogo, Jesús tantea el pulso de la opinión pública galilea. Al maestro le interesa saber qué imagen se ha hecho la gente de su obra y su misión. Pedro y los doce responden con prontitud, reconociendo su condición mesiánica. En seguida, Pedro pretende imponer su propia perspectiva triunfalista y Jesús lo reprende con firmeza. El relato pone en evidencia que los humanos intentamos subordinar a Dios a la obtención de nuestros intereses particulares. El Señor Jesús no se deja manipular por Pedro. En el relato del diluvio el Señor reasume su compromiso de preservar la vida y se convierte en guardián y defensor de la vida de toda criatura hecha a su imagen y semejanza.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 77, 23-25)
Abrió Dios las compuertas del cielo e hizo llover sobre ellos el maná para que comiesen; les dio un trigo celeste, y el hombre comió pan de ángeles.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que llevaste a cabo la obra de la redención humana por el misterio pascual de tu Hijo, concédenos que, al anunciar llenos de fe por medio de los signos sacramentales, su muerte y resurrección, recibamos cada vez con mayor abundancia los frutos de la salvación. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Pondré mi arco iris en el cielo, como señal de mi alianza con la tierra.
Lectura del libro del Génesis: 9, 1-13
En aquel tiempo, Dios bendijo
a Noé y a sus hijos, diciéndoles: "Crezcan y multiplíquense
y llenen la tierra. Todos los animales los temerán y los respetarán
a ustedes; las aves del cielo, los reptiles de la tierra, los peces del mar
están sujetos a ustedes. Todo lo que vive y se mueve les servirá
a ustedes de alimento; se lo entrego a ustedes, lo mismo que los vegetales.
Pero no coman carne con sangre, pues en la sangre está la vida. Por eso
yo pediré cuentas de la sangre de ustedes, que es su vida; se las pediré
a cualquier animal; y al hombre también le pediré cuentas de la
vida de su hermano. Si alguien derrama la sangre de un hombre, otro derramará
la suya; porque Dios hizo al hombre a su imagen. Ustedes crezcan y multiplíquense,
extiéndanse por la tierra y domínenla".
También dijo Dios a Noé y a sus hijos: "Ahora establezco
una alianza con ustedes y con sus descendientes, con todos los animales que
los acompañaron, aves, ganados y fieras, con todos los que salieron del
arca, con todo ser viviente sobre la tierra. Ésta es la alianza que establezco
con ustedes: No volveré a exterminar la vida con el diluvio, ni habrá
otro diluvio que destruya la tierra". Y añadió: "Ésta
es la señal de la alianza perpetua que yo establezco con ustedes y con
todo ser viviente que esté con ustedes: pondré mi arco iris en
el cielo como señal de mi alianza con la tierra". Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 101 R/. El Señor ha mirado a la tierra desde el cielo.
Cuando el Señor reedifique
a Sión y aparezca glorioso; cuando oiga el clamor del oprimido y no se
muestre a sus plegarias sordo, entonces al Señor temerán todos
los pueblos, y su gloria verán los poderosos. R/.
Esto se escribirá para el futuro y alabará al Señor el
pueblo nuevo, porque el Señor, desde su altura santa, ha mirado a la
tierra desde el cielo, para oír los gemidos del cautivo y librar de la
muerte al prisionero. R/.
Bajo tu protección, Señor, habitarán los hijos de tus siervos
y se establecerán sus descendientes. Tu nombre en Sión alabarán
por eso, cuando en Jerusalén, a darte culto, se reúnan, Señor,
todos los pueblos. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Jn 6, 63. 68) R/. Aleluya, aleluya.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes
palabras de vida eterna. R/.
Dijo Pedro: "Tú eres el Mesías". - Es necesario que el Hijo del hombre padezca mucho.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 8, 27-33
En
aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a los poblados
de Cesarea de Filipo. Por el camino les hizo esta pregunta: "¿Quién
dice la gente que soy yo?". Ellos le contestaron: "Algunos dicen que
eres Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros, que alguno de los profetas".
Entonces Él les preguntó: "Y ustedes, ¿quién
dicen que soy yo?". Pedro le respondió: "Tú eres el
Mesías". Y Él les ordenó que no se lo dijeran a nadie.
Luego se puso a explicarles que era necesario que el Hijo del hombre padeciera
mucho, que fuera recha-zado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas,
que fuera entregado a la muerte y resucitara al tercer día.
Todo esto lo dijo con entera claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte
y trataba de disuadirlo. Jesús se volvió, y mirando a sus discípulos,
reprendió a Pedro con estas palabras: "¡Apártate de
mí, Satanás! Porque tú no juzgas según Dios, sino
según los hombres". Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, al celebrar el memorial de nuestra salvación, te pedimos humildemente nos concedas que este sacramento de amor sea siempre para nosotros un signo de unidad y un vínculo de amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 6, 51-52)
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor. El que coma de este pan, vivirá eternamente; pues el pan que voy a dar, es mi carne, y lo doy para vida del mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que la participación en este banquete celestial nos santifique, de modo que, por la recepción del Cuerpo y Sangre de Cristo, se estreche entre nosotros la unión fraterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LA AUTORESTRICCIÓN INTELIGENTE
Gn 11, 1-9; Mc 8, 34-9, 1
El camino cristiano para recuperar el equilibrio interior implica descentrar y subordinar nuestro yo. El yo suele ser pretenciosamente protagónico, puesto que siempre quiere señorear sobre el resto de las per-sonas. Jesús nos invita a negarnos a nosotros mismos para poder iniciar el camino del seguimiento. En la sociedad marcadamente individualista en que vivimos esta exigencia adquiere una urgencia relevante. El ilusorio proyecto de los constructores de la Torre de Babel que nos comparte la primera lectura no era otra cosa, sino la suma de los afanes protagónicos de una serie de individuos, que pretendían trascender y saciar su sed de infinito construyendo obras fastuosas, a costillas del dolor y el sufrimiento de los inocentes. Dios que defiende a las víctimas, detiene aquel proyecto prepotente.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ap 5, 9-1-0)
Sin distinción de raza, lengua, pueblo o nación, nos compraste, Señor, con tu Sangre e hiciste de nosotros un Reino para Dios.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que has redimido a todos los hombres con la preciosa Sangre de tu Hijo, protege en nosotros la obra de tu misericordia, para que, celebrando siempre el misterio de nuestra salvación merezcamos alcanzar sus frutos eternos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Se llamó Babel, porque ahí confundió el Señor las lenguas de todos los hombres.
Lectura del libro del Génesis: 11, 1-9
En aquel tiempo, toda la
tierra tenía una sola lengua y unas mismas palabras. Al emigrar los hombres
desde el oriente, encontraron una llanura en la región de Sinaar y allí
se establecieron.
Entonces se dijeron unos a otros: "Vamos a fabricar ladrillos y a cocerlos".
Utilizaron, pues, ladrillos en vez de piedras, y asfalto en vez de mezcla. Luego
dijeron: "Construyamos una ciudad y una torre que llegue hasta el cielo,
para hacernos famosos antes de dispersarnos por la tierra". El Señor
bajó a ver la ciudad y la torre que los hombres estaban construyendo
y se dijo: "Son un solo pueblo y hablan una sola lengua. Si ya empezaron
esta obra, en adelante ningún proyecto les parecerá imposible.
Vayamos, pues, y confundamos su lengua, para que no se entiendan unos con otros".
Entonces el Señor los dispersó por toda la tierra y dejaron de
construir su ciudad; por eso, la ciudad se llamó Babel, porque ahí
confundió el Señor la lengua de todos los hombres y desde ahí
los dispersó por la superficie de la tierra. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 32
R/. Dichoso el pueblo escogido por Dios.
Frustra el Señor los planes de los pueblos y hace que se malogren sus
designios. Los proyectos del Señor duran por siempre; los planes de su
amor, todos los siglos. Feliz la nación cuyo Dios es el Señor,
dichoso el pueblo que escogió por suyo. R/.
Desde el cielo el Señor, atentamente, mira a todos los hombres; desde
el lugar de su morada observa a todos los que habitan en el orbe. Él
formó el corazón de cada uno y entiende sus acciones. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 15, 15) R/. Aleluya, aleluya.
A ustedes los llamo amigos, dice el Señor, porque les he dado
a conocer todo lo que le he oído a mi Padre. R/.
El que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 8, 34-9, 1
En
aquel tiempo, Jesús llamó a la multitud y a sus discípulos,
y les dijo: "El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo,
que cargue con su cruz y que me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la
perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio,
la salvará.
¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida?
¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla? Si alguien
se avergüenza de mí y de mis palabras ante esta gente, idólatra
y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él,
cuando venga con la gloria de su Padre, entre los santos ángeles".
Y añadió: "Yo les aseguro que algunos de los aquí
presentes no morirán sin haber visto primero que el Reino de Dios ha
llegado ya con todo su poder". Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al presentarte nuestras ofrendas, te suplicamos, Señor, que por medio de estos misterios, nos acerquemos a Jesús, y renovemos la acción salvadora de su Sangre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. 1 Co 10, 16)
El cáliz de nuestra acción de gracias, nos une a todos en la Sangre de Cristo; y el pan que partimos, nos une a todos en el Cuerpo del Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo sido reconfortados con el alimento y la bebida de salvación, te pedimos, Señor, que nos purifiques siempre con la Sangre de nuestro Salvador, y que la conviertas en fuente de agua que brote para darnos vida eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.
Santos: Álvaro de Córdoba, presbítero; Bonifacio de Lausana, obispo. Beata Isabel Picenardi, virgen.
Vísperas I del domingo: 3a semana del Salterio. Tomo III: p. 1019. Para los fieles: p. 642. Edición popular: pp. 202 y 464. Feria (Verde)
MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO
LAS PRIMICIAS DE LA VIDA PLENA
Hb 11, 1-7; Mc 9, 2-13
La última parte de la Carta a los Hebreos nos presenta una semblanza sucinta de los grandes antepasados de Israel —Abel, Henoc, Noé— que tuvieron la confianza suficiente en las promesas divinas, al punto que arriesgaron su vida, con la esperanza de alcanzar la salvación. En el relato del evangelio de san Marcos, leemos la experiencia singular de la transfiguración de Jesús. Los apóstoles escogidos participan de alguna manera de la realidad trascendente y plena del Maestro. Con esa fortaleza podrían afrontar los sucesos dolorosos de la pasión, y mantenerse firmes y fieles al lado de Jesús.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Jdt 13, 18-19)
María, el Altísimo te ha bendecido más que a todas las mujeres de la tierra, y de tal manera te ha glorificado, que los hombres no cesan de alabarte.
ORACIÓN COLECTA
Padre bueno, Dios nuestro, que en María, primicia de la redención, nos has dado una madre de inmensa ternura, abre nuestros corazones a la alegría del Espíritu Santo y haz que, a imitación de la Virgen, sepamos alabarte por las maravillas realizadas en Cristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Por la fe sabemos que el universo fue hecho por la palabra de Dios.
Lectura de la carta a los hebreos: 11, 1-7
Hermanos: La fe es la forma
de poseer, ya desde ahora, lo que se espera y de conocer las realidades que
no se ven. Por ella fueron alabados nuestros mayores.
Por la fe, sabemos que el universo fue hecho por la palabra de Dios, de suerte
que aquello que vemos, surgió de lo que no vemos.
Por la fe, Abel ofreció un sacrificio más excelente que el de
Caín, y por ella fue declarado justo, pues Dios mismo aceptó sus
ofrendas; y por su fe nos sigue hablando después de muerto.
Por su fe, Henoc fue trasladado sin pasar por la muerte: Desapareció,
porque Dios se lo llevó. La Escritura da testimonio a su favor de que,
ya antes de ser trasladado, era agradable a Dios. Ahora bien, sin fe es imposible
agradarlo, pues quien se acerca a Dios debe creer que Él existe y que
recompensa a quienes lo buscan.
Por la fe, Noé aceptó el aviso de Dios sobre lo que aún
no sucedía y con religioso temor construyó un arca para salvarse
con su familia; su fe se constituyó en condena para el mundo incrédulo
y él quedó establecido como heredero de la justicia que proviene
de la fe. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 144
R/. No cesara, Señor, mi boca de alabarte.
Un día tras otro bendeciré tu nombre y no cesará mi boca
de alabarte. Muy digno de alabanza es el Señor, por ser su grandeza incalculable.
R/.
Cada generación, a la que sigue anunciará tus obras y proezas.
Se hablará de tus hechos portentosos, del glorioso esplendor de tu grandeza.
R/.
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan.
Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Mc 9, 7) R/. Aleluya, aleluya.
En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre, que decía:
"Este es mi Hijo amado; escúchenlo". R/.
Se transfiguró en presencia de ellos.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 9, 2-13
En
aquel tiempo, Jesús tomó aparte a Pedro, a Santiago y a Juan,
subió con ellos a un monte alto y se transfiguró en su presencia.
Sus vestiduras se pusieron esplendorosamente blancas, con una blancura que nadie
puede lograr sobre la tierra. Después se les aparecieron Elías
y Moisés, conversando con Jesús.
Entonces Pedro le dijo a Jesús: "Maestro, ¡qué a gusto
estamos aquí! Hagamos tres chozas, una para ti, otra para Moisés
y otra para Elías". En realidad no sabía lo que decía,
porque estaban asustados.
Se formó entonces una nube, que los cubrió con su sombra, y de
esta nube salió una voz que decía: "Éste es mi Hijo
amado; escúchenlo". En ese momento miraron alrededor y no vieron
a nadie sino a Jesús, que estaba solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó que no contaran
a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara
de entre los muertos. Ellos guardaron esto en secreto, pero discutían
entre sí qué querría decir eso de 'resucitar de entre los
muertos'.
Le preguntaron a Jesús: "¿Por qué dicen los escribas
que primero tiene que venir Elías?". Él les contestó:
"Si fuera cierto que Elías tiene que venir primero y tiene que poner
todo en orden, entonces ¿cómo es que está escrito que el
Hijo del hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado? Por lo demás,
yo les aseguro que Elías ha venido ya y lo trataron a su antojo, como
estaba escrito de él". Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Jubilosos de poder celebrar la festividad de la Madre de tu Hijo, te presentamos, Señor, estas ofrendas de alabanza, y te pedimos que por este santo intercambio de dones, se acrecienten en nosotros los frutos de la redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Santa María Virgen.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Lc 1, 48)
Me llamarán bienaventurada todas las generaciones, porque ha puesto Dios sus ojos en la humildad de su esclava.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido el sacramento celestial, te pedimos, Señor, que cuantos hemos celebrado con veneración, la memoria de la santísima Virgen María, merezcamos participar del banquete eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
VII DOMINGO ORDINARIO
LA FUERZA DESTRUCTORA DEL ODIO
Lv 19, 1-2. 17-18; 1 Co 3, 16-23; Mt 5, 38-48
El mandato del Levítico pretende asegurar relaciones pacíficas entre los israelitas. La prohibición es reiterada una y otra vez: no es adecuado dejar que el odio y el rencor perduren en el corazón humano. Quien odia o guarda rencor es el primero que sufre las consecuencias de esa actitud destructiva. El problema de las rencillas también reapareció en la comunidad de Corinto, surgieron bandos que fragmentaron la comunión y la unidad del único Cuerpo de Cristo. En el Sermón de la Montaña encontramos la solemne invitación a afrontar a los violentos con estrategias y actitudes no violentas.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 12, 6)
Confío, Señor, en tu misericordia; alegra mi corazón con tu auxilio. Cantaré al Señor por el bien que me ha hecho.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, ser dóciles a las inspiraciones de tu Espíritu para que realicemos siempre en nuestra vida tu santa voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Lectura del libro del Levítico: 19, 1-2. 17-18
En aquellos días,
dijo el Señor a Moisés: "Habla a la asamblea de los hijos
de Israel y diles: 'Sean santos, porque yo, el Señor, soy santo.
No odies a tu hermano ni en lo secreto de tu corazón. Trata de corregirlo,
para que no cargues tú con su pecado. No te vengues ni guardes rencor
a los hijos de tu pueblo. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el
Señor' ". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 102
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre.
Bendice al Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios.
R/.
El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; Él rescata
tu vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura. R/.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso
para perdonar. No nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según
nuestros pecados. R/.
Como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos;
como un padre es compasivo con sus hijos, así es compasivo el Señor
con quien lo ama. R/.
Todo es de ustedes, ustedes son de Cristo y Cristo es de Dios.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 3, 16-23
Hermanos: ¿No saben
ustedes que son el templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en
ustedes? Quien destruye el templo de Dios, será destruido por Dios, porque
el templo de Dios es santo y ustedes son ese templo.
Que nadie se engañe: si alguno de ustedes se tiene a sí mismo
por sabio según los criterios de este mundo, que se haga ignorante para
llegar a ser verdaderamente sabio. Porque la sabiduría de este mundo
es ignorancia ante Dios, como dice la Escritura: Dios hace que los sabios caigan
en la trampa de su propia astucia. También dice: El Señor conoce
los pensamientos de los sabios y los tiene por vanos.
Así pues, que nadie se gloríe de pertenecer a ningún hombre,
ya que todo les pertenece a ustedes: Pablo, Apolo y Pedro, el mundo, la vida
y la muerte, lo presente y lo futuro: todo es de ustedes; ustedes son de Cristo,
y Cristo es de Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(1 Jn 2, 5) R/. Aleluya, aleluya.
En aquel que cumple la palabra de Cristo, el amor de Dios ha llegado
a su plenitud. R/.
Amen a sus enemigos.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 5, 38-48
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Ustedes han oído
que se dijo: Ojo por ojo, diente por diente; pero yo les digo que no hagan resistencia
al hombre malo. Si alguno te golpea en la mejilla derecha, preséntale
también la izquierda; al que te quiera demandar en juicio para quitarte
la túnica, cédele también el manto. Si alguno te obliga
a caminar mil pasos en su servicio, camina con él dos mil. Al que te
pide, dale; y al que quiere que le prestes, no le vuelvas la espalda.
Han oído que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Yo,
en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian
y rueguen por los que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de su Padre
celestial, que hace salir su sol sobre los buenos y los malos, y manda su lluvia
sobre los justos y los injustos.
Porque, si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa merecen?
¿No hacen eso mismo los publicanos? Y si saludan tan sólo a sus
hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen eso mismo
los paganos? Ustedes, pues, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Como expresión de
nuestra voluntad de amar a todos, elevemos nuestra oración por las necesidades
de la humanidad entera.
Después de cada petición responderemos: Escúchanos, Padre.
Para que la Iglesia,
en sus palabras y en sus hechos, sea testimonio, anuncio y realización
del amor que Dios quiere que reine entre los hombres. Oremos.
Para que trabajemos por hacer desaparecer las diferencias entre los países
y entre todos luchemos por la justicia en nuestra patria. Oremos.
Para que todos los que buscan a Dios lo descubran en el corazón de la
vida, en el servicio, en la solidaridad con los más pobres y en la lucha
por la justicia. Oremos.
Para que en nuestra convivencia familiar, de amistad, de vecindad, de trabajo,
tenga cada vez más fuerza el deseo de fraternidad, ayuda, y desaparezcan
las enemistades, las rencillas, el rencor. Oremos.
Para que los que estamos aquí reunidos celebrando la Eucaristía
progresemos en la fe, la esperanza y el amor de Dios. Oremos.
Escucha, Padre, estas plegarias. Y derrama tu amor sobre tus hijos. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que este sacrificio de acción de gracias y de alabanza que vamos a ofrecerte, nos ayude, Señor, a conseguir nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 11, 27)
Señor, yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo, que ha venido a este mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que nos has dado, Señor, en este sacramento, sean para todos nosotros una prenda segura de vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Algún intelectual recién fallecido decía que "el mexicano perdona todo, menos el éxito ajeno". Probablemente estamos ante un diagnóstico acertado. Quien se entristece y se incomoda por la prosperidad y el éxito de vecinos o compañeros, va permitiendo que su corazón se vaya carcomiendo por la envidia. Si ese sentimiento negativo se deja crecer, se convierte en un impulso destructor, que termina generando odios y rivalidades homicidas. La ola violenta que desestabiliza al país no es pretexto para dejarnos salpicar, ni mucho menos envenenar el corazón por el resentimiento y el odio. El Señor Jesús resistió al mal, con actitudes firmes y conciliadoras, discerniendo en cada ocasión, la mejor forma de enfrentar a los violentos.
LA CONFIANZA EN EL PODER DE DIOS
Si 1, 1-10; Mc 9, 14-29
Para Jesús Ben Sirá no existe otro tesoro más preciado que la sabiduría. El Señor que manifiesta su sabiduría a través de sus designios sensatos, regala ese don singular a quienes lo aman. Solamente quien aprecia la singular riqueza de la sabiduría, aprende a vivir serenamente alegre, respetando al Señor y a sus hermanos. El relato del niño epiléptico nos recuerda una enseñanza esencial: los discípulos de Jesús estamos urgidos de crecer en sabiduría. Esta no se aprende a las primeras de cambio. Los discípulos habían visto numerosas señales de Jesús y todavía no aprendían a confiar plenamente en el poder del Padre.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 129, 3-4)
Si conservaras el recuerdo de nuestras faltas, ¿quién habría, Señor, que se salvara? Pero tú, Dios de Israel, eres Dios de perdón.
ORACIÓN COLECTA
Te pedimos, Señor, que tu gracia nos inspire y acompañe siempre para que podamos descubrirte en todos y amarte y servirte en cada uno. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Antes que cualquier otra cosa fue creada la sabiduría.
Lectura del libro del Sirácide (Eclesiástico): 1, 1-10
Toda sabiduría proviene
del Señor y está con Él eternamente. ¿Quién
puede contar las arenas de la playa, las gotas de la lluvia o los días
de los siglos? ¿Quién puede explorar la altura del cielo, la extensión
de la tierra y la profundidad de los abismos?
Antes que cualquier otra cosa fue creada la sabiduría; y la luz de la
inteligencia, desde la eternidad. ¿A quién se le ha revelado la
fuente de la sabiduría? ¿Quién ha conocido sus recursos
inagotables? Uno solo es sabio, temible en extremo: el que está sentado
en su trono, el Señor. Él creó la sabiduría, la
contempló y la midió; la ha derramado sobre todas sus obras y
sobre todos los hombres, según su generosidad; la ha derrochado entre
aquellos que lo aman. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 92
R/. El Señor es un rey magnífico.
Tú eres, Señor, el rey de todos los reyes. Estás revestido
de poder y majestad. Tú mantienes el orbe y no vacila. Eres eterno, y
para siempre está firme tu trono. R/.
Muy dignas de confianza son tus leyes y desde hoy y para siempre, Señor,
la santidad adorna tu templo. R/.
ACLAMACIÓN
(2 Tm 1, 10) R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer
la vida por medio del Evangelio. R/.
Creo, Señor, pero dame tú la fe que me falta.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 9, 14-29
En aquel tiempo, cuando
Jesús bajó del monte y llegó al sitio donde estaban sus
discípulos, vio que mucha gente los rodeaba y que algunos escribas discutían
con ellos. Cuando la gente vio a Jesús, se impresionó mucho y
corrió a saludarlo.
Él les preguntó: "¿De qué están discutiendo?".
De entre la gente, uno le contestó: "Maestro, te he traído
a mi hijo, que tiene un espíritu que no lo deja hablar; cada vez que
se apodera de él, lo tira al suelo y el muchacho echa espumarajos, rechina
los dientes y se queda tieso. Les he pedido a tus discípulos que lo expulsen,
pero no han podido".
Jesús les contestó: "¡Gente incrédula! ¿Hasta
cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo
tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho". Y se lo trajeron.
En cuanto el espíritu vio a Jesús, se puso a retorcer al muchacho;
lo derribó por tierra y lo revolcó, haciéndolo echar espumarajos.
Jesús le preguntó al padre: "¿Cuánto tiempo
hace que le pasa esto?". Contestó el padre: "Desde pequeño.
Y muchas veces lo ha arrojado al fuego y al agua para acabar con él.
Por eso, si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos".
Jesús le replicó: "¿Qué quiere decir eso de
'si puedes'? Todo es posible para el que tiene fe". Entonces el padre del
muchacho exclamó entre lágrimas: "Creo, Señor; pero
dame tú la fe que me falta". Jesús, al ver que la gente acudía
corriendo, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: "Espíritu
mudo y sordo, yo te lo mando: Sal de él y no vuelvas a entrar en él".
Entre gritos y convulsiones violentas salió el espíritu. El muchacho
se quedó como muerto, de modo que la mayoría decía que
estaba muerto. Pero Jesús lo tomó de la mano, lo levantó
y el muchacho se puso de pie.
Al entrar en una casa con sus discípulos, éstos le preguntaron
a Jesús en privado: "¿Por qué nosotros no pudimos
expulsarlo?". El les respondió: "Esta clase de demonios no
sale sino a fuerza de oración y de ayuno". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, nuestras ofrendas y concédenos que esta Eucaristía nos ayude a conseguir la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 33, 11)
Los que buscan riquezas, sufren pobreza y hambre; los que buscan al Señor, no carecen de nada.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Señor, humildemente, que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo que hemos recibido en alimento, nos comuniquen su misma vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Cátedra de san Pedro apóstol
Santos: Maximiano de Ravena, obispo. Beato Diego Carvalho, mártir. Fiesta (Blanco)
LOS RESPONSABLES DE LAS COMUNIDADES
1 P 5, 1-4; Mt 16, 13-19
Pedro dejó atrás los afanes que había arreado durante muchos años en las riberas del lago de Galilea. Jesús atisbó en la interioridad del impulsivo pescador y descubrió su talante generoso y atrevido. Cuando Pedro consiguió entrever la mesianidad de Jesús, recibió el encargo de consolidar en su calidad de testigo, a la comunidad eclesial que surgiría a partir de la pascua. La Primera carta que lleva su nombre, amplía detalladamente los rasgos del pastor que dirige responsablemente a la comunidad. Con la experiencia y el auxilio del Señor, san Pedro aprendió a servir de forma ejemplar a sus hermanos. Por eso podía exhortarlos a cuidar de forma ejemplar al rebaño.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Lc 22, 32)
Dijo el Señor a Simón Pedro: Yo he rogado por ti para que tu fe no desfallezca; y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Que nada pueda perturbar, Señor, la fe que profesamos y que tú quisiste cimentar sobre la roca firme de san Pedro. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Me dirijo a ustedes como pastor y testigo de los sufrimientos de Cristo.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro: 5, 1-4
Hermanos: Me dirijo ahora
a los pastores de las comunidades de ustedes, yo, que también soy pastor
como ellos y además he sido testigo de los sufrimientos de Cristo y participante
de la gloria que se va a manifestar.
Apacienten el rebaño que Dios les ha confiado y cuiden de él no
como obligados por la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por ambición
de dinero, sino con entrega generosa; no como si ustedes fueran los dueños
de las comunidades que se les han confiado, sino dando buen ejemplo. Y cuando
aparezca el Pastor supremo, recibirán el premio inmortal de la gloria.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 22
R/. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar
y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas. R/.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así,
aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás
conmigo Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R/.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges
la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes. R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días
de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin
término. R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 16, 18) R/. Aleluya, aleluya.
Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y los
poderes del infierno no prevalecerán sobre ella, dice el Señor.
R/.
Tú eres Pedro y yo te daré las llaves del Reino de los cielos.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 16, 13-19
En
aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea
de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: "¿Quién
dice la gente que es el Hijo del hombre?". Ellos le respondieron: "Unos
dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías
o alguno de los profetas".
Luego les preguntó: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy
yo?". Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: "Tú
eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".
Jesús le dijo entonces: "¡Dichoso tú, Simón,
hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi
Padre, que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro
y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no
prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los
cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo
lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, con bondad los dones que tu Iglesia te presenta, y concédele fidelidad a la fe del apóstol san Pedro y docilidad a su magisterio para que pueda llegar a la patria eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de los Apóstoles.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 16, 16. 18)
Dijo Pedro a Jesús: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Jesús le respondió: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor, que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo que hemos recibido hoy al celebrar la cátedra de san Pedro, sean para nosotros sacramento de unidad y de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LOS SABIOS AMAN LA VIDA
Si 4, 12-22; Mc 9, 38-40
En la primera lectura, la Sabiduría personificada, pondera la serie de beneficios que otorga a quienes la buscan. Bendiciones, juicio recto, vida serena. El sabio disfruta de la serenidad interior puesto que sabe que ha tomado decisiones sensatas. Dios se complace al ver que los que buscan la sabiduría aprenden a amar la vida plena. En el relato evangélico el Señor Jesús expone a sus discípulos una lección de sabiduría. Nadie puede apropiarse del nombre de Jesús como si fuera una franquicia negociable. Los verdaderos seguidores de Jesús se reconocen de inmediato por su capacidad de mostrar compasión a los enfermos y desvalidos.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Este santo luchó hasta la muerte por la ley de Dios y no se aterrorizó ante la amenaza de los impíos, pues estaba afianzado sobre roca firme.
ORACIÓN COLECTA
Dios y Señor de todo lo creado, que quisiste contar entre tus mártires al santo obispo Policarpo, concédenos, por su intercesión, participar como él en los sufrimientos de Cristo, para que resucitemos también a la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
El Señor ama a aquellos que aman la sabiduría.
Lectura del libro del Sirácide (Eclesiástico): 4, 12-22
La
sabiduría instruye a sus hijos y cuida de aquellos que la buscan. El
que ama la sabiduría, ama la vida; el que madruga para encontrarla, será
colmado de gozo; el que la abraza, heredará la gloria y recibirá
la bendición del Señor en todo lo que emprenda.
Los que sirven a la sabiduría, sirven al Señor, que es santo,
y el Señor ama a aquellos que la aman. Quien la escucha, juzgará
con rectitud; quien le hace caso, vivirá tranquilo. El que confía
en ella, llegará a poseerla y la dejará en herencia a sus descendientes.
Al principio, la sabiduría lo llevará por caminos sin rumbo y
lo atormentará con sustos y temores, lo hará sufrir con la conducta
que le impone, y lo pondrá a prueba con sus órdenes. Pero, una
vez que la acepte de corazón, la sabiduría lo conducirá
gozoso por el camino recto y le revelará sus secretos; pero si él
no le hace caso, ella lo abandonará y lo dejará seguir su camino
de perdición. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 118
R/. Quienes aman tus leyes, de inmensa paz disfrutan.
Quienes aman tus leyes, de inmensa paz disfrutan; para ellos no hay tropiezos.
Observo tus mandatos, obedezco tus órdenes; tú conoces mi vida.
R/.
Brotarán de mis labios, Señor, tus alabanzas, pues tu ley me enseñaste.
En honor de tus leyes entonaré cantares, porque todas son justas. R/.
De ti, Señor, con ansias deseo mi salvación; tu ley es mi deleite.
Que sólo viva yo, Señor, para alabarte y que tu ley me ayude.
R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 14, 6) R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre si no es por
mí, dice el Señor. R/.
El que no está contra nosotros, está a nuestro favor.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 9, 38-40
En aquel tiempo, Juan le dijo a Jesús: "Hemos visto a uno que expulsaba a los demonios en tu nombre, y como no es de los nuestros, se lo prohibimos". Pero Jesús le respondió: "No se lo prohíban, porque no hay ninguno que haga milagros en mi nombre, que luego sea capaz de hablar mal de mí. Todo aquel que no está contra nosotros, está a nuestro favor". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica, Señor, con tu bendición estas ofrendas y enciende en nosotros ese amor a ti, por el que tu santo mártir Policarpo fue capaz de soportar todos los tormentos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 16, 24)
Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y que me siga, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el sacramento que hemos recibido nos dé, Señor, la misma fortaleza con la que tu santo mártir Policarpo fue fiel en tu servicio y generoso en el sufrimiento. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LOS ESCÁNDALOS QUE DESGARRAN A LOS PEQUEÑOS
Si 5,1-10; Mc 9, 41-50
La paciencia de Dios es infinita. Al descubrirlo podemos abusar de su magnanimidad. El autor del Ecle-siástico nos invita a ser sensatos y humildes. Nuestros yerros y pecados nos van deteriorando interiormente. Nos volvemos cínicos e incongruentes, carentes de autoridad moral y de honestidad. Ese es el primer daño que sobreviene a quien escoge practicar el mal. El lenguaje que el Señor Jesús utiliza en el evangelio es más cortante y directo. Quien lastima la buena fe de la gente sencilla no puede quedarse tranquilo. Los cristianos que nos desentendemos de nuestra responsabilidad social, haciendo el mal a los pequeños, somos llamados a pensarlo dos veces.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 109, 4)
El Señor lo ha jurado y el Señor no se retracta. Tú eres sacerdote para siempre, como lo es Melquisedec.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que para gloria tuya y salvación nuestra constituiste a Cristo sumo y eterno sacerdote, concede al pueblo redimido con su sangre obtener, por la participación en este memorial, los frutos de la muerte y resurrección de tu Hijo, que vive y reina contigo...
LITURGIA DE LA PALABRA
No tardes en volverte al Señor.
Lectura del libro del Sirácide (Eclesiástico): 5, 1-10
No confíes en tus
riquezas ni digas: "Con ellas todo lo tengo". No te dejes arrastrar
por tus instintos y pasiones, ni sigas tus antojos y caprichos.
No digas: "Yo a nadie me someto", porque el Señor te pedirá
cuentas. No digas: "He pecado y nada me ha sucedido", porque el Señor
es paciente para castigar.
No confíes en el perdón de Dios para amontonar pecado tras pecado,
diciendo: "Su misericordia es grande y Él perdonará todas
mis culpas", porque en Él hay misericordia, pero también
hay cólera, y descarga su ira sobre los malvados.
No tardes en volverte al Señor, ni lo dejes de un día para otro,
porque su furor estalla de repente y perecerás en el día del castigo.
No confíes en el engañoso dinero, que de nada te servirá
en el día del juicio. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 1
R/. Dichoso el hombre que confía en el Señor.
Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos
pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus
mandamientos. R/.
Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo
y nunca se marchita. En todo tendrá éxito. R/.
En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque
el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por
perderlo. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. 1 Ts 2, 13) R/. Aleluya, aleluya.
Reciban la palabra de Dios, no como palabra humana, sino como palabra
divina, tal como es en realidad. R/.
Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al lugar de castigo.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 9, 41-50
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Todo aquel que
les dé a beber un vaso de agua por el hecho de que son de Cristo, les
aseguro que no se quedará sin recompensa.
Al que sea ocasión de pecado para esta gente sencilla que cree en mí,
más le valdría que le pusieran al cuello una de esas enormes piedras
de molino y lo arrojaran al mar.
Si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela; pues más
te vale entrar manco en la vida eterna, que ir con tus dos manos al lugar de
castigo, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecado,
córtatelo; pues más te vale entrar cojo en la vida eterna, que
con tus dos pies ser arrojado al lugar de castigo. Y si tu ojo te es ocasión
de pecado, sácatelo; pues mas te vate entrar tuerto en el Reino de Dios,
que ser arrojado con tus dos ojos al lugar de castigo, donde el gusano no muere
y el fuego no se apaga.
Todos serán salados con fuego. La sal es cosa buena; pero si pierde su
sabor, ¿con qué se lo volverán a dar? Tengan sal en ustedes
y tengan paz los unos con los otros". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el memo-rial del sacrificio de tu Hijo, se lleva a cabo la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Co 11, 24-25)
Éste es mi Cuerpo, que se da por ustedes. Este cáliz es la nueva alianza establecida por mi Sangre; cuantas veces lo beban, háganlo en memoria mía, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que nos has concedido el gozo de participar en esta Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, haz que, unidos siempre a Él, vivamos como verdaderos hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UN AMIGO FIEL ES UN TESORO
Si 6, 5-17; Mc 10, 1-12
La amistad es una de las experiencias más hermosas e incomparables. El sabio que compuso este elogio a los amigos fieles, debió disfrutar de la lealtad y la transparencia de amigos excepcionales. Tres veces insiste en comparar con tesoros y talismanes a los amigos leales. Los que se nombran amigo sin serlo realmente, son numerosos. Los amigos verdaderamente fieles y leales se consiguen de vez en cuando. En el evangelio Jesús anima a los discípulos a consolidar las relaciones amorosas. Quien ama sin fisuras aprende a ser leal a su compromiso amoroso. Perdona, tolera, es paciente y mantiene el sí del amor primero a pesar de los obstáculos y dificultades.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Ga 6, 14)
Que nuestra única gloria sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo, en quien está nuestra salvación, nuestra vida y resurrección y por quien hemos sido redimidos y liberados.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quisiste que tu Hijo muriera en la Cruz para salvar a todos los hombres, concédenos aceptar por su amor la cruz del sufrimiento aquí en la tierra, para poder gozar en el cielo los frutos de su redención. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
El amigo fiel no tiene precio
Lectura del libro del Sirácide (Eclesiástico): 6, 5-17
Las palabras amistosas multiplican
el número de amigos, los labios amables aumentan los saludos. Es bueno
que te saluden muchos; pero que uno solo entre mil sea tu amigo íntimo.
Cuando hagas una nueva amistad, vete con tiento; no te le confíes tan
fácilmente, pues hay amigos que lo son por conveniencia y no son fieles
en el día de la desgracia. Hay amigos que se vuelven enemigos y descubren
con afrenta los motivos del pleito. Hay amigos que te acompañan a comer,
pero nunca se aparecen en la hora de las penas: cuando te va bien, están
contigo, cuando te va mal, huyen de ti; si te ocurre una desgracia, cambian
de actitud y se esconden de tu vista. Aléjate de tus enemigos y sé
precavido con tus amigos.
El amigo fiel es un refugio que da seguridad; el que lo encuentra, ha encontrado
un tesoro. El amigo fiel no tiene precio: ningún dinero ajusta para comprarlo.
El amigo fiel es un tónico de vida. Los que aman al Señor lo encontrarán;
el que teme al Señor sabe ser fiel amigo y hace a sus amigos como él.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 118
R/. Señor, guíame por la senda de tu ley.
Señor, bendito seas; enséñame tus leyes. En tus preceptos
tengo mis delicias, jamás me olvidaré de tus palabras. R/.
Ábreme los ojos para ver las maravillas de tu voluntad. Dame nueva luz
para conocer tu ley y para meditar las maravillas de tu amor. R/.
Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón.
Guíame por la senda de tu ley, que es lo que quiero. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Jn 17, 17) R/. Aleluya, aleluya.
Tu palabra, Señor, es la verdad; santifícanos en la verdad.
R/.
Lo que Dios unió, que no lo separe el hombre.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 10, 1-12
En aquel tiempo, se fue Jesús al territorio de Judea y Transjordania, y de nuevo se le fue acercando la gente; Él los estuvo enseñando, como era su costumbre. Se acercaron también unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: "¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su esposa?". El les respondió: "¿Qué les prescribió Moisés?". Ellos contestaron: "Moisés nos permitió el divorcio mediante la entrega de un acta de divorcio a la esposa". Jesús les dijo: "Moisés prescribió esto, debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio, al crearlos, Dios los hizo hombre y mujer. Por eso dejara el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su esposa y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Por eso, lo que Dios unió, que no lo separe el hombre". Ya en casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre el asunto. Jesús les dijo: "Si uno se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que este sacrificio que Cristo te ofreció sobre la Cruz para borrar los pecados del mundo, nos pu-rifique ahora de todas nuestras culpas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 12, 32)
Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor nuestro Jesucristo, tú que nos has redimido por medio de tu Cruz y nos has hecho partícipes de tu Cuerpo y de tu Sangre, concédenos participar también de la gloria de tu resurrección. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Santos: Leandro de Sevilla, obispo; Paula Montal, fundadora; Andrés de Florencia, obispo.
Vísperas I del domingo: 4a semana del Salterio. Tomo III: p. 1151. Para los fieles: p. 722. Edición popular: pp. 289 y 465. Feria (Verde)
MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO
LA CONFIANZA DE LOS PEQUEÑOS
Si 17, 1-13; Mc 10, 13-16
El Señor Jesús revalorizó a los niños y presentó su actitud como símbolo de la pertenencia al Reinado de Dios. Por encima de todo, destacó su enorme confianza y su capacidad de abandonarse sin temor, en los brazos de sus padres. Quien aprende a confiar aprende a vivir pendiente de la voluntad de Dios. La confianza y la franca sencillez de los pequeños son un rasgo que necesitamos preservar para vivir en sintonía con el proyecto del Reino de Dios. El texto sapiencial que leemos en el Eclesiástico, nos recuerda que el ser humano alcanza su verdadera estatura y su plenitud, cuando se deja guiar por la sabiduría divina.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Hch 1, 14)
Con un mismo espíritu, los discípulos perseveraban en la oración junto con María, la Madre de Jesús.
ORACIÓN COLECTA
Dios misericordioso, que quisiste que tu Hijo unigénito proclamara desde la cruz como Madre nuestra a su propia Madre, haz que tu Iglesia, por la mediación y cooperación maternal de la Virgen María, crezca cada día en santidad y atraiga a su seno a todas las naciones. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
El Señor hizo a los hombres conforme a su propia imagen.
Lectura del libro del Sirácide (Eclesiástico): 17, 1-13
El Señor formó
de tierra a los hombres y los hace retornar a ella. Les señaló
un número contado de días y les dio dominio sobre las cosas de
la tierra. Les concedió un poder semejante al suyo y los hizo conforme
a su propia imagen. A todo viviente le infundió el temor a los hombres,
para que éstos dominaran a las bestias y a las aves. Les formó
lengua, boca, ojos y oídos, y les concedió la mente para que pudieran
razonar. Los colmó de ciencia y sabiduría y les mostró
el bien y el mal. Con la luz de su mirada iluminó sus corazones, para
hacerles ver la grandeza de sus obras y así alabaran su santo nombre
y proclamaran sus maravillas.
Mayor sabiduría les concedió al darles en herencia la ley de la
vida. Estableció con ellos una alianza eterna y les dio a conocer sus
mandamientos.
Los hombres contemplaron con sus ojos la grandeza del Señor y oyeron
la majestad de su voz con sus oídos. Les ordenó evitar toda injusticia
y les dio preceptos acerca del prójimo.
La conducta de los hombres es patente a la vista del Señor, no puede
ocultarse a su mirada. El Señor le puso un jefe a cada nación,
pero Israel es su pueblo predilecto. Para el Señor, todas las acciones
del hombre son tan claras como la luz del sol; sus ojos siempre están
observando la conducta del hombre. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Del salmo 102
R/. La misericordia del Señor dura por siempre.
Como un padre es compasivo con sus hijos, así es compasivo el Señor
con quien lo ama; pues bien sabe Él de lo que estamos hechos y de que
somos barro, no se olvida. R/.
La vida del hombre es como la hierba, brota como una flor silvestre: tan pronto
la azota el viento, deja de existir y nadie vuelve a saber nada de ella. R/.
El amor del Señor a quien lo teme es un amor eterno, y entre aquellos
que cumplen con su alianza, pasa de hijos a nietos su justicia. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Mt 11, 25) R/. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has
revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.
El que no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 10, 13-16
En
aquel tiempo, la gente le llevó a Jesús unos niños para
que los tocara, pero los discípulos trataban de impedirlo. Al ver aquello,
Jesús se disgustó y les dijo: "Dejen que los niños
se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios es de los
que son como ellos. Les aseguro que el que no reciba el Reino de Dios como un
niño, no entrará en él".
Después tomó en brazos a los niños y los bendijo imponiéndoles
las manos. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Convierte, Señor, en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, estos dones que te presentamos, y haz que este memorial de nuestra redención, nos inflame en el amor a la Virgen María, Madre de la Iglesia, y nos asocie íntimamente a ella en la obra de la salvación de los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Jn 2, 1. 11)
Hubo unas bodas en Caná de Galilea a las que asistió María, la Madre de Jesús. En esa ocasión, Jesús dio principio a sus milagros, manifestó su poder y sus discípulos creyeron en Él.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú que nos has concedido en este sacramento la prenda de nuestra vida eterna, haz, Señor, que tu Iglesia, por la intercesión maternal de la Virgen María, ilumine a todas las naciones con la luz del Evangelio y las santifique con los dones de tu Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.
VIII DOMINGO ORDINARIO.
EL AMOR QUE VIENE DE DIOS
Is 49, 14-15; 1 Co 4, 1-5; Mt 6, 24-34
Ninguna comparación tan cálida y sugestiva como la que utilizara el profeta Isaías para describir la hondura del amor divino. El amor de una madre es el referente más cercano a la misericordia de Dios. Es un amor que jamás se olvida de los suyos. El evangelio de san Mateo nos recuerda con variadas ilustraciones esa experiencia fundamental. Dios es un padre bueno y amoroso que jamás se desentiende de los suyos. Quien haya experimentado en carne propia la bendición divina, no conocerá la mezquindad ni la angustia. Los pobres saben confiar en Dios, porque cotidianamente experimentan carencias y privaciones, que consiguen resolver con su esfuerzo y con la ayuda providente de Dios.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 17, 19-20)
El Señor es mi protector; Él me libró de las manos de mis enemigos y me salvó, porque me ama.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, que el curso de los acontecimientos del mundo se desenvuelva, según tu voluntad, en la justicia y en la paz, y que tu Iglesia pueda servirte con tranquilidad y alegría. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Yo nunca me olvidaré de ti.
Lectura del libro del profeta Isaías: 49, 14-15
"Sión había dicho: 'El Señor me ha abandonado, el Señor me tiene en el olvido'. ¿Puede acaso una madre olvidarse de su creatura hasta dejar de enternecerse por el hijo de sus entrañas? Aunque hubiera una madre que se olvidara, yo nunca me olvidaré de ti", dice el Señor todopoderoso. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 61
R/. Sólo en Dios he puesto mi confianza.
Sólo en Dios he puesto mi confianza, porque de Él vendrá
el bien que espero. Él es mi refugio y mi defensa, ya nada me inquietará.
R/.
Sólo Dios es mi esperanza, mi confianza es el Señor: es mi baluarte
y firmeza, es mi Dios y salvador. R/.
De Dios viene mi salvación y mi gloria; Él es mi roca firme y
mi refugio. Confía siempre en El, pueblo mío, y desahoga tu corazón
en su presencia. R/.
El Señor pondrá al descubierto las intenciones del corazón.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 4, 1-5
Hermanos: Procuren que todos
nos consideren como servidores de Cristo y administradores de los misterios
de Dios.
Ahora bien, lo que se busca en un administrador es que sea fiel. Por eso, lo
que menos me preocupa es que me juzguen ustedes o un tribunal humano; pues ni
siquiera yo me juzgo a mí mismo. Es cierto que mi conciencia no me reprocha
nada, pero no por eso he sido declarado inocente. El Señor es quien habrá
de juzgarme. Por lo tanto, no juzguen antes de tiempo; esperen a que venga el
Señor. Entonces Él sacará a la luz lo que está oculto
en las tinieblas, pondrá al descubierto las intenciones del corazón
y dará a cada uno la alabanza que merezca. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(Hb 4, 12) R/. Aleluya, aleluya.
La palabra de Dios es viva y eficaz y descubre los pensamientos e intenciones
del corazón. R/.
No se preocupen por el día de mañana.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 6, 24-34
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Nadie puede servir
a dos amos, porque odiará a uno y amará al otro, o bien obedecerá
al primero y no le hará caso al segundo. En resumen, no pueden ustedes
servir a Dios y al dinero.
Por eso les digo que no se preocupen por su vida, pensando qué comerán
o con qué se vestirán. ¿Acaso no vale más la vida
que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del cielo,
que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros y, sin embargo, el Padre
celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes más que ellas?
¿Quién de ustedes, a fuerza de preocuparse, puede prolongar su
vida siquiera un momento?
¿Y por qué se preocupan del vestido? Miren cómo crecen
los lirios del campo, que no trabajan ni hilan. Pues bien, yo les aseguro que
ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vestía como uno de
ellos. Y si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy florece y mañana
es echada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres
de poca fe?
No se inquieten, pues, pensando: ¿Qué comeremos o qué beberemos
o con qué nos vestiremos? Los que no conocen a Dios se desviven por todas
estas cosas; pero el Padre celestial ya sabe que ustedes tienen necesidad de
ellas. Por consiguiente, busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas
estas cosas se les darán por añadidura. No se preocupen por el
día de mañana, porque el día de mañana traerá
ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Presentemos al Padre nuestras
peticiones. Oremos por la Iglesia universal y por toda la humanidad.
Después de cada petición responderemos: Escúchanos, Padre.
Por la Iglesia: para
que sea un hogar abierto a cuantos buscan sinceramente y tienen sed de Dios.
Oremos al Señor.
Por los obispos: para que ejerzan fielmente su ministerio en bien del pueblo
cristiano y de todos los ciudadanos. Oremos al Señor.
Por todas las naciones de la tierra: para que exista una justa distribución
de los bienes y se promuevan la cultura y el trabajo. Oremos al Señor.
Por nosotros, discípulos de Jesús: para que sepamos dar testimonio
de fe y de solicitud por los pobres. Oremos al Señor.
Por nuestros hermanos difuntos: para que descansen en Dios, nuestra roca y nuestra
salvación. Oremos al Señor.
Dios y Padre nuestro, tú que sabes bien lo que necesitamos, escucha nuestras peticiones y concédenos aquello que nos conviene según tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que este pan y este vino que tú mismo nos das para ofrecértelos nos ayuden, Señor, convertidos en el Cuerpo y Sangre de tu Hijo, a conseguir el premio de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 28, 20)
Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Padre misericordioso, que por este sacramento con que ahora nos fortaleces, nos hagas algún día, participar de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Las imágenes poéticas de los lirios y los pájaros que nos conserva el evangelio de san Mateo han sido malinterpretadas en más de una ocasión. Quienes las rechazan por ingenuas o irresponsables no entienden su verdadero significado. El Señor Jesús ha conocido la benevolencia de su Padre por eso aprende a vivir sin angustias, confiando en la generosidad de sus discípulos y sus amigos. En una sociedad marcadamente consumista, que considera que la felicidad se consigue con tarjetas de crédito y compras excesivas, las palabras de Jesús parecen desfasadas y obsoletas. Si consideramos el valor de las riquezas en la perspectiva de la muerte que nos las arrebata, entendemos el significado de esta enseñanza del Señor.
LAS EXIGENCIAS DEL ARREPENTIMIENTO
Si 17, 20-28; Mc 10, 17-27
El sabio exhorta a sus lectores al arrepentimiento. Quien se arrepiente sinceramente de sus pecados descubre la inagotable compasión divina. El arrepentimiento es una ocasión para recomenzar una relación y para reorientar nuestro proyecto vital. Quien se arrepiente de verdad, reajusta sus criterios y su escala de valores. El arrepentimiento es un proceso exigente, porque implica romper con nuestras con-ductas egoístas. El evangelio de San Marcos ilustra, a través del relato del rico, la enorme dificultad que experimentamos al querer liberarnos de las ataduras que nos esclavizan. Detrás de todos nuestros peca-dos está un deseo enfermizo de procurar a toda costa nuestro propio bienestar personal.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Mt 9, 38)
Rueguen al dueño de la mies que mande operarios a sus campos, dice el Señor a sus discípulos.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que eres quien provee de pastores a la comunidad cristiana, haz que tu Espíritu suscite en ella sacerdotes dignos del altar y los llene de piedad y fortaleza para anunciar tu Evangelio. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Vuélvete al Señor y deja ya de pecar.
Lectura del libro del Sirácide (Eclesiástico): 17, 20-28
A los que se arrepienten, el Señor los ayuda a volver, y Él reanima a los que pierden la esperanza. Vuél-vete al Señor y deja ya de pecar, póstrate en su presencia y quita los obstáculos. Aléjate de la injusticia y vuélvete al Altísimo, aborrece con toda el alma lo que Él aborrece. ¿Quién alabará al Altísimo en el sepulcro, como aquellos que le dan gloria mientras viven? El muerto ya no alaba al Señor, pues ya no existe; es el bueno y sano quien le da gloria. Cuán grande es la misericordia del Señor y su perdón para los que se vuelven a Él. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 31
R/. Perdona, Señor, nuestros pecados.
Dichoso aquel que ha sido absuelto de su culpa y su pecado. Dichoso aquel en
el que Dios no encuentra ni delito ni engaño. R/.
Ante el Señor reconocí mi culpa, no oculté mi pecado. Te
confesé, Señor, mi gran delito y tú me has perdonado. R/.
Por eso, en el momento de la angustia, que todo fiel te invoque, y no lo alcanzarán
las grandes aguas, aunque éstas se desborden. R/.
ACLAMACIÓN
(2 Co 8, 9) R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza.
R/.
Ve y vende lo que tienes y sígueme.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 10, 17-27
En
aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó
corriendo un hombre, se arrodilló ante Él y le preguntó:
"Maestro bueno, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?".
Jesús le contestó: "¿Por qué me llamas bueno?
Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No matarás,
no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso
testimonio, no cometerás fraudes, honrarás a tu padre y a tu madre".
Entonces él le contestó: "Maestro, todo eso lo he cumplido
desde muy joven". Jesús lo miró con amor y le dijo: "Sólo
una cosa te falta: Ve y vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así
tendrás un tesoro en los cielos. Después, ven y sígueme".
Pero al oír estas palabras, el hombre se entristeció y se fue
apesadumbrado, porque tenía muchos bienes.
Jesús, mirando a su alrededor, dijo entonces a sus discípulos:
"¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el
Reino de Dios!". Los discípulos quedaron sorprendidos ante estas
palabras; pero Jesús insistió: "Hijitos, ¡qué
difícil es para los que confían en las riquezas, entrar en el
Reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de
una aguja, que a un rico entrar en el Reino de Dios". Ellos se asombraron
todavía más y comentaban entre sí: "Entonces, ¿quién
puede salvarse?". Jesús, mirándolos fijamente, les dijo:
"Es imposible para los hombres, mas no para Dios. Para Dios todo es posible".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, con bondad, los dones y oraciones de tu pueblo; multiplica en él las vocaciones sacerdotales y hazlas perseverar en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Jn 3, 16)
En esto hemos conocido lo que es el amor de Dios: en que dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Con la fuerza de este sacramento de amor que hoy hemos celebrado, haz, Señor, madurar las vocaciones que a manos llenas sembraste en el campo de la Iglesia, a fin de que sean muchos los que elijan servirte en sus hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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