MISAL JULIO DEL 2005
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Santos: Servando de Culross, obispo y Simeón el Simple, monje. Beato Fernando Baccilieri, fundador.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sa 32, 11, 19)
Los proyectos de su corazón subsisten de edad en edad, para librar de la muerte la vida de sus fieles, y reanimarlos en tiempo de hambre.
ORACIÓN COLECTA
Haz, Señor, que nos revistamos con las virtudes del corazón de tu Hijo, y nos encendamos con el amor que lo inflama, para que, asemejándonos a él, merezcamos participar de la eterna redención. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Génesis: 23, 1-4. 19; 24, 1-8. 62-67
Sara vivió ciento
veintisiete años y murió en Quiryat Arbá, hoy Hebrón,
en el país de Canaán, y Abraham lloró e hizo duelo por
ella. Cuando terminó su duelo, Abraham se levantó y dijo a los
hititas: “Yo soy un simple forastero que reside entre ustedes. Denme en
propiedad un sepulcro en su tierra para enterrar a mi esposa”. Y Abraham
sepultó a Sara en la cueva del campo de Makpelá, que está
frente a Mambré, es decir, Hebrón, en Canaán.
Abraham era ya muy anciano y el Señor lo había bendecido en todo.
Abraham dijo al criado más viejo de su casa, que era mayordomo de todas
sus posesiones: “Pon tu mano debajo de mi muslo y júrame por el
Señor, Dios del cielo y de la tierra, que no tomarás por esposa
para mi hijo a una mujer de los cananeos, con los que vivo, sino que irás
a mi tierra a buscar, entre mi parentela, una mujer para mi hijo Isaac”.
El criado le dijo: “Y en caso de que la mujer no quisiera venir conmigo
a este país, ¿tendré que llevar a tu hijo hasta la tierra
de donde saliste?”.
Respondió Abraham: “No vayas a llevar allá a mi hijo. El
Señor, Dios del cielo y de la tierra, que me sacó de mi casa paterna
y de mi país, y que juró dar a mi descendencia esta tierra, él
te enviará a su ángel para que puedas tomar de allá una
mujer para mi hijo. Y si la mujer no quiere venir contigo, quedarás libre
de este juramento. Pero, por ningún motivo lleves allá a mi hijo”.
[El criado fue a la tierra de Abraham y volvió con Rebeca, hija de Betuel,
pariente de Abraham].
Isaac acababa de regresar del pozo de Lajay-Roí, pues vivía en
las tierras del sur. Una tarde Isaac andaba paseando por el campo, y al levantar
la vista, vio venir unos camellos. Cuando Rebeca lo vio, se bajó del
camello y le preguntó al criado: “Quien es aquel hombre que viene
por el campo hacia nosotros?”. El criado le respondió: “Es
mi señor”. Entonces ella tomó su velo y se cubrió
el rostro.
El criado le contó a Isaac todo lo que había hecho. Isaac llevó
a Rebeca a la tienda que había sido de Sara, su madre, y la tomó
por esposa, y con su amor se consoló de la muerte de su madre. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Isaac y Rebeca contrajeron
matrimonio por decisión de sus padres. El matrimonio entre personas con
las mismas tradiciones religiosas y culturales es garantía de entendimiento
y amor.
Del salmo 105 R/. Demos gracias al Señor, porque es bueno.
Demos gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
¿Quién podrá contar las hazañas del Señor
y alabarlo como él merece? R/.
Dichosos los que cumplen la ley y obran siempre conforme a la justicia. Por
el amor que tienes a tu pueblo, acuérdate de nosotros, Señor,
y sálvanos. R/.
Sálvanos, Señor, para que veamos la dicha de tus escogidos y nos
alegremos y nos gloriemos junto con el pueblo que te pertenece. R/.
ACLAMACIÓN (Mt 11,
28) R/. Aleluya, aleluya.
Vengan a mí todos los que están fatigados y agobiados por la carga,
y yo les daré alivio, dice el Señor. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 9, 9-13
En aquel tiempo, Jesús
vio a un hombre llamado Mateo, sentado a su mesa de recaudador de impuestos,
y le dijo:
“Sígueme”. El se levantó y lo siguió.
Después, cuando estaba la mesa en casa de Mateo, muchos publícanos
y pecadores se sentaron también a comer con Jesús y sus discípulos.
Viendo esto, los fariseos preguntaron a los discípulos: “Por qué
su Maestro come con publícanos y pecadores?”. Jesús los
oyó y les dijo: “No son los sanos los que necesitan de médico,
sino los enfermos. Vayan, pues, y aprendan lo que significa Yo quiero misericordia
y no sacrificios. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
El banquete en casa de Mateo aproxima a los recaudadores a Jesús. La
mesa compartida es un símbolo ambiguo que suscita malentendidos entre
los fariseos, quienes cuestionan el proceder incluyente de Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, Padre misericordioso, que, por el inmenso amor con que nos has amado, nos diste con inefable bondad a tu Hijo único, concédenos que, identificados con él en una perfecta unidad, te ofrezcamos una digna oblación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 19. 34)
Uno de los soldados le abrió el costado con su lanza, y al punto salió sangre y agua.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo participado de tu sacramento de amor, te pedimos, Señor, la gracia de parecernos a Cristo aquí en la tierra, para merecer compartir su gloria allá en el cielo, con él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Santos: Otón de Bamberg, obispo; Proceso y Martiniano de Roma, mártires. Beata Eugenia Joubert, religiosa.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Dichosa tú, Virgen María, que llevaste en tu seno al creador del universo; diste a luz al que te creó, y permaneces virgen para siempre.
ORACIÓN COLECTA
Dios santo y misericordioso, que te complaces en los humildes y cumples en ellos, por medio de tu Espíritu, las maravillas de la salvación, mira la inocencia de la Virgen María y danos un corazón sencillo y humilde, que sepa responder positivamente a todo signo de tu voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Génesis: 27, 1-5. 15-29
Isaac había envejecido
y ya no veía por tener debilitados los ojos. Un día llamó
a Esaú, su hijo mayor, y le dijo: “¡Hijo mío!”.
Esaú le respondió: “Aquí estoy”. Isaac le dijo:
“Mira, ya soy viejo y no sé cuándo voy a morir. Así
pues, toma tus flechas, tu aljaba y tu arco, sal al campo y caza algo para mí.
Luego me preparas un buen guiso, como a mí me gusta, y me lo traes para
que me lo coma y te bendiga antes de morir”.
Pero Rebeca estaba escuchando la conversación de Isaac con Esaú.
Cuando Esaú se fue al campo a cazar algo para su padre, Rebeca tomó
la ropa más fina de Esaú, su hijo mayor, y se la puso a Jacob,
su hijo menor. Luego, con la piel de unos cabritos, le cubrió a Jacob
los brazos y la parte lampiña del cuello y le entregó el guisado
y el pan que había preparado.
Jacob entró a donde estaba su padre y le dijo: “¡Padre!”.
Isaac le respondió: “Aquí estoy. ¿Quién eres,
hijo?”. Jacob le dijo a su padre: “Soy tu primogénito, Esaú.
Ya hice lo que me dijiste. Levántate, siéntate y come de lo que
he cazado, para que me bendigas”.
Isaac le dijo: “¡Que pronto encontraste algo para cazar, hijo!”.
Respondió Jacob: “Sí; es que el Señor, tu Dios, me
lo puso delante”. Isaac le dijo a Jacob: “Acércate, hijo,
para que te toque y vea si realmente eres o no mi hijo Esaú”. Jacob
se acercó a su padre, Isaac, el cual lo palpó y dijo: “La
voz es de Jacob, pero los brazos son de Esaú”. Y no reconoció
a Jacob porque sus brazos estaban velludos como los de su hermano mayor, y se
dispuso Isaac a bendecirlo.
Entonces le dijo: “Eres tú de veras mi hijo Esaú?”.
Respondió Jacob: “Sí, yo soy”. Le dijo Isaac: “Acércame
lo que has cazado para que coma y después te bendiga”. Jacob le
acercó el guisado y el padre comió; también le trajo vino
y bebió. Entonces le dijo Isaac a Jacob: “Hijo, acércate
y bésame”. El se acercó y lo besó; y al aspirar Isaac
el olor de su ropa, lo bendijo, diciendo:
“El aroma de mi hijo es como el aroma de un campo, bendecido por el Señor.
Que Dios te conceda la lluvia del cielo y la fertilidad de la tierra, y trigo
y vino en abundancia. Que los pueblos te sirvan y las naciones se postren ante
ti; que seas señor de tus hermanos y que se postren ante ti los hijos
de tu madre. Maldito sea el que te maldiga y bendito el que te bendiga”.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Procediendo con premura
y ventaja, Rebeca se asocia con su hijo Jacob para arrancarle la bendición
de primogenitura al decrépito Isaac, que ya no puede defenderse de la
astucia de los suyos.
Del salmo 34 R/. Te alabamos, Señor, porque eres bueno.
Alaben el nombre del Señor, alábenlo, siervos del Señor,
los que están en la casa del Señor, en los atrios de la casa de
nuestro Dios. R/.
Alaben al Señor, porque es bueno; alaben su nombre, por que es amable.
El escogió a Jacob, a Israel como posesión suya. R/.
Yo sé que el Señor es grande, nuestro Dios, más que todos
los dioses, El Señor hace todo lo que quiere en el cielo y en la tierra,
en los mares y en los océanos. R/.
ACLAMACIÓN (Jn 10
27) R/. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me
siguen. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 9, 14-17
En aquel tiempo, los discípulos
de Juan fueron a ver a Jesús y le preguntaron: “Por qué
tus discípulos no ayunan, mientras nosotros y los fariseos sí
ayunamos?” Jesús les respondió: “pueden llevar luto
los amigos del esposo mientras él está con ellos? Pero ya vendrán
días en que les quitarán al esposo, y entonces sí ayunarán.
Nadie remienda un vestido viejo con un parche de tela nueva, porque el remiendo
nuevo encoge, rompe la tela vieja y así se hace luego más grande
la rotura. Nadie echa el vino nuevo en odres viejos, porque los odres se rasgan,
se tira el vino y se echan a perder los odres. El vino nuevo se echa en odres
nuevos y así las dos cosas se conservan”. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
En el atardecer de un día cualquiera, Jesús realiza numerosas curaciones en Cafarnaúm, asumiendo su existencia a la luz de la figura profética del siervo que sana a su pueblo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, te rogamos, Señor, que la ofrenda que te presentamos nos transforme, por tu gracia, en oblación viva y continua. Por Jesucristo, nuestro Señor
Prefacio de La santísima Virgen Maria
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 49)
Ha hecho en mí maravillas el Todopoderoso, cuyo nombre es santo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Ya que participamos de la redención eterna, te pedimos, Señor, que, al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, nos gloriemos de la plenitud de tu gracia y sintamos los efectos de tu obra redentora. Por Jesucristo, nuestro Señor.
XIV DOMINGO ORDINARIO
Santos: Tomás, apóstol; León I papa y Felipe Phan de Tonkín, mártir.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 47. 10-11)
Recordaremos, Señor, los dones de tu amor, en medio de tu templo. Que todos los hombres de la tierra te conozcan y alaben, porque es infinita tu justicia.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por medio de la muerte de tu Hijo has redimido al mundo de
la esclavitud del pecado, concédenos participar ahora de una santa alegría
y, después en el cielo, de la felicidad eterna. Por nuestro Señor
Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Zacarías: 9; 9-10
Esto dice el Señor:
“Alégrate sobremanera, hija de Sión; da gritos de júbilo,
hija de Jerusalén; mira a tu rey que viene a ti, justo y victorioso,
humilde y montado en un burrito.
El hará desaparecer de la tierra de Efraín los carros de guerra,
y de Jerusalén, los caballos de combate. Romperá el arco del guerrero
y anunciará la paz a las naciones. Su poder se extenderá de mar
a mar y desde el gran río hasta los últimos rincones de la tierra”.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El rey anunciado se aproxima
a la ciudad de Sión como el mensajero de la paz. Tendrá un nuevo
estilo de gobernar, el cual no se apoyará ni en la estrategia ni en la
destreza militar:
Del salmo 144. R/Acuérdate, Señor, de tu misericordia.
Dios y rey mío, yo te alabaré, bendeciré tu nombre siempre
y para siempre. Un día tras otro bendeciré tu nombre y no cesará
mi boca de alabarte. R/.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso
para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende
a todas sus creaturas. R/.
El Señor es siempre fiel a sus palabras y lleno de bondad en sus acciones.
Da su apoyo el Señor al que tropieza, y al agobiado alivia. R/.
Que te alaben, Señor, todas tus obras, y que todos tus fieles te bendigan.
Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 8, 9. 11-13
Hermanos: Ustedes no viven
conforme al desorden egoísta del hombre, sino conforme al Espíritu,
puesto que el Espíritu de Dios habita verdaderamente en ustedes. Quien
no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Si el Espíritu
del Padre, que resucitó a Jesús de entre los muertos, habita en
ustedes, entonces el Padre, que resucitó a Jesús de entre los
muertos, también les dará vida a sus cuerpos mortales, por obra
de su Espíritu, que habita en ustedes.
Por lo tanto, hermanos, no estamos sujetos al desorden egoísta del hombre,
para hacer de ese desorden nuestra regla de conducta. Pues si ustedes viven
de ese modo, ciertamente serán destruidos. Por el contrario, si con la
ayuda del Espíritu destruyen sus malas acciones, entonces vivirán.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El Espíritu liberó a los bautizados de la subordinación ciega a las pulsiones egoístas. Los cristianos fuimos llamados a la libertad y la vida nueva en el Espíritu.
ACLAMACIÓN (cfr.
Mt 11, 25) R/. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado
los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 11, 25-30
En aquel tiempo, Jesús
exclamó: “doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado
a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien.
El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el
Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera
revelar.
Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la
carga, y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de
mi, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso,
porque mi yugo es suave y mi carga ligera”. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
La predilección de Dios Padre por los sencillos se traduce en una iluminación interior que les permite desentrañar y descubrir los misterios del Reino en el acontecer cotidiano.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que el sacrificio que vamos a ofrecerte nos purifique, Señor, y nos ayude a conformar cada día más nuestra vida con los ejemplos de tu Hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio dominical
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 11, 28)
Vengan a mi todos los que están agobiados y oprimidos y yo les daré alivio, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios omnipotente y eterno, que nos has alimentado con el sacramento de tu amor, concédenos vivir siempre en tu amistad y agradecer continuamente tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA
REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- La
propuesta del cristianismo se concreta al seguir a Cristo. Este camino se les
apareció con claridad a muchas generaciones antiguas; sin embargo, para
ciertas sociedades embriagadas por su poderío científico y su
mentalidad autónoma, hoy surge como una vereda estrecha e intransitable.
Jesús se dirige a los cristianos de la hora actual, como a las multitudes
de la antigua Galilea, con el mismo discurso nítido y exigente. Su oferta
es clara: cargar un yugo que puede volverse ligero y suave si se asume con libertad
y alegría. El camino del cristiano es sin duda y emancipatorio. Cristo
nos permite seguirle como servidores libres y felices.
Santos: Isabel de Portugal, reina; y Óseas, profeta.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Jdt 13, 23. 25)
María, el Altísimo te ha bendecido más que a todas las mujeres de la tierra, y de tal manera te ha glorificado, que los hombres no cesan de alabarte.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que has constituido a la santísima Virgen María como refugio y auxilio de los pecadores, concédenos su poderosa ayuda, para que, arrepentidos de nuestros pecados, alcancemos de tu misericordia la eterna felicidad. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Génesis: 28, 10-22
En aquel tiempo, Jacob salió
de Bersebá y se dirigió a Jarán. Al llegar a cierto lugar,
se dispuso a pasar ahí la noche, porque ya se había puesto el
sol. Tomó entonces una piedra, se la puso de almohada y se acostó
en aquel sitio.
Y tuvo un sueño: Soñó una escalera que se apoyaba en tierra
y con la punta tocaba el cielo, y los ángeles de Dios subían y
bajaban por ella. Vio que el Señor estaba en lo alto de la escalera y
oyó que le decía: “Yo soy el Señor, el Dios de tu
padre, Abraham, y el Dios de Isaac. Te voy a dar a ti y a tus descendientes
la tierra en que estás acostado. Tus descendientes van a ser tan numerosos
como el polvo de la tierra y te extenderás hacia el oriente y el poniente,
hacia el norte y hacia el sur; por ti y por tus descendientes serán bendecidos
todos los pueblos de la tierra. Yo estoy contigo, te cuidará por dondequiera
que vayas, te haré regresar a esta tierra y no te abandonará ni
dejaré de cumplir lo que te he prometido”.
Cuando Jacob despertó de su sueño, dijo: “Realmente el Señor
está en este lugar y yo no lo sabía”. Y exclamó asustado:
“¡Qué terrible es este lugar! Es nada menos que la casa de
Dios y la puerta del cielo”.
Jacob se levantó de madrugada, y tomando la piedra que se había
puesto de almohada, la colocó como un memorial y derramó aceite
sobre ella. Y a aquella ciudad le puso por nombre Betel, aunque su nombre primitivo
era Luz.
Jacob hizo una promesa, diciendo: “Si Dios está conmigo, si me
cuida en el viaje que estoy haciendo, si me da pan para comer y ropa para vestirme,
si vuelvo sano y salvo a la casa de mi padre, entonces el Señor será
mi Dios y esta piedra que he colocado como memorial, será casa de Dios.
Y de todo lo que el Señor me dé, le pagaré el diezmo”.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Jacob escucha entre sueños
una promesa divina, por lo que, al despertar; expresa al Señor su promesa:
lo acogerá como su Dios si lo protege y lo bendice dándole vestido
y sustento.
Del salmo 90 R/. Señor, en ti confío.
Tú, que vives al amparo del Altísimo y descansas a la sombra del
Todopoderoso, dile al Señor: “Tú eres mi refugio y fortaleza;
tú eres mi Dios y en ti confió”. R/.
Él te librará de la red del cazador y de la peste funesta. Te
cubrirá con sus alas y te refugiarás bajo sus plumas. R/.
“Puesto que tú me conoces y me amas, dice el Señor, yo te
libraré y te pondré a salvo. Cuando tú me invoques, yo
te escucharé; en tus angustias estaré contigo”. R/.
ACLAMACIÓN (cfr.
2 Tm l0) R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la
vida por medio del Evangelio. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 9, 18-26
En aquel tiempo, mientras
Jesús hablaba, se le acercó un jefe de la sinagoga, se postró
ante él y le dijo: “Señor, mi hija acaba de morir; pero
ven tú a imponerle las manos y volverá a vivir”.
Jesús se levantó y lo siguió, acompañado de sus
discípulos. Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde
hacía doce años, se le acercó por detrás y le tocó
la orilla del manto, pues pensaba: “Con sólo tocar su manto, me
curaré”. Jesús, volviéndose, la miró y le
dijo: “Hija, ten confianza; tu fe te ha curado”. Y en aquel mismo
instante quedó curada la mujer.
Cuando llegó a la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús a los
flautistas, y el tumulto de la gente y les dijo: “Retírense de
aquí. La niña no está muerta; está dormida”.
Y todos se burlaron de él. En cuanto hicieron salir a la gente, entró
Jesús, tomó a la niña de la mano y ésta se levantó.
La noticia se difundió por toda aquella región. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Jesús enseña a guardar el vino nuevo en odres nuevos. Es decir
ofrece vida nueva a enfermos y moribundos sin espantarse por la existencia de
reglas de pureza que le impedían interactuar con los “impuros”.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Jubilosos de poder celebrar la festividad de la Madre de tu Hijo, te presentamos, Señor, estas ofrendas de alabanza, y te pedimos que por este santo intercambio de dones, se acrecienten en nosotros los frutos de la redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Lc 1, 48)
Me llamarán bienaventurada todas las generaciones, por que ha puesto Dios sus ojos en la humildad de su esclava.
ORACIÓN DESPUES DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido el sacramento celestial, te pedimos, Señor, que cuantos hemos celebrado con veneración la memoria de la santísima Virgen María, merezcamos participar del banquete eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Antonio María Zacaría, fundador; Atanasio el Athonita, mártir; Teresa, y Rosa Chen de China.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 30, 3-4)
Sírveme de defensa, Dios mío, de roca y fortaleza salvadoras; y pues eres mi baluarte y mi refugio, acompáñame y guíame.
ORACIÓN COLECTA
Señor nuestro, que prometiste venir y hacer tu morada en los corazones rectos y sinceros, concédenos la rectitud y sinceridad de vida que nos hagan dignos de esa presencia tuya. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Génesis: 32 22-32
En aquel tiempo, se levantó
Jacob, tomó a sus dos mujeres con sus dos siervas y sus once hijos y
cruzó el arroyo de Yaboc. Los hizo cruzar el torrente junto con todo
lo que poseía.
Jacob se quedó solo y un hombre estuvo luchando con él hasta el
amanecer. Pero, viendo que no podía vencerlo, el hombre hirió
a Jacob en la articulación femoral y le dislocó el fémur,
mientras luchaban. El hombre le dijo: “Suéltame, pues ya está
amaneciendo”. Jacob le respondió: “No te soltaré hasta
que me bendigas”. El otro le preguntó: “¿Cómo
te llamas?”. El le dijo: “Jacob”. El otro prosiguió:
“En adelante ya no te llamarás Jacob sino Israel, porque has luchado
con Dios y con los hombres y has salido victorioso”. Jacob te dijo: “Dime
cómo te llamas”. El otro le respondió: “¿Por
qué me preguntas mi nombre?” .Y ahí mismo bendijo a Jacob.
Jacob llamó a aquel lugar Penuet, pues se dijo: “He visto a Dios
cara a cara y he quedado con vida”. El sol salió después
de que Jacob y los suyos pasaron Penuel, y Jacob iba cojeando, por haber sido
herido en el nervio del muslo. Por eso los israelitas no comen, hasta el día
de hoy, el nervio del muslo. Palabra de Dios. Te alabamos. Señor.
En este extraño
relato, el patriarca Jacob lucha para conseguir la bendición de manos
del extraño combatiente. La narración nos enseña el alto
valor que los hombres llamados por Dios le asignaban a la bendición divina.
Del salmo 16 R/. Señor, escucha nuestra súplica.
Señor, hazme justicia y a mi clamor atiende; presta oídos a mi
súplica, pues mis labios no mienten. R/.
Júzgame tú, Señor, pues tus ojos miran al que es honrado.
Examina mi corazón, revísalo de noche, pruébame a fuego
y no hallarás malicia en mí. R/.
A ti mi voz elevo, pues sé que me respondes. Atiéndeme. Dios mío,
y escucha mis palabras; muéstrame los prodigios de tu misericordia, pues
a quien acude a ti, de sus contrarios salvas. R/.
Protégeme, Señor, como a las niñas de tus ojos, bajo la
sombra de tus alas escóndeme, pues yo, por serte fiel, contemplaré
tu rostro y al despertarme, espero saciarme de tu vista. R/.
ACLAMACIÓN (Jn 10,
14) R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy el buen pastor, dice el Señor; yo conozco a mis ovejas y ellas
me conocen a mí. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 9, 32-38
En aquel tiempo, llevaron
ante Jesús a un hombre mudo, que estaba poseído por el demonio.
Jesús expulsó al demonio y el mudo habló. La multitud,
maravillada, decía: “Nunca se había visto nada semejante
en Israel”. Pero los fariseos decían: “Expulsa a los demonios
por autoridad del príncipe de los demonios”.
Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando
en las sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad
y dolencia, Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban
extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos:
“La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por tanto, al
dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos”. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Los males y problemas de Israel fueron un desafió para Jesús. El no se considera alguien todopoderoso que pudiera prescindir del auxilio humano, por eso llama a otros para trabajar en la viña del Padre.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que este sacrificio, Señor, que vamos a ofrecerte, nos purifique. nos renueve y nos ayude a obtener la recompensa eterna, prometida a quienes cumplen tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 3, 16)
Tanto amó Dios al mundo, que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga la vida eterna.
ORACIÓN DESPUES DE LA COMUNIÓN
Señor, aviva cada vez más en nosotros el deseo de recibir este pan eucarístico, por medio del cual nos comunicas tú la vida verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: María Goretti, mártir; Isaías, profeta, y Alberto de Liguria, monje.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Lo 12. 42)
Este es el siervo prudente y fiel, a quien el Señor puso al frente de su familia.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que en tu inefable providencia elegiste a san José por esposo de la santísima Madre de tu Hijo, concédenos tener como intercesor en el cielo a quien veneramos como protector en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Génesis: 41, 55-57; 42, 5-7. 17-24
En aquellos días,
en todo el país de Egipto hubo hambre, y el pueblo clamó al faraón,
pidiéndole pan. El faraón le respondió al pueblo: “Vayan
a José y hagan lo que él les diga”. Entonces José
mandó abrir todas las bodegas y abasteció de víveres a
los egipcios. Y como el hambre se extendiera por toda la tierra, de todos los
países iban a Egipto para comprar víveres a José y remediar
la carestía.
Los hijos de Jacob, junto con otros, fueron también a Egipto a comprar
víveres, pues había hambre en el país de Canaán.
José gobernaba en todo Egipto y los víveres se distribuían
a todo el mundo, según sus indicaciones. Llegaron los hermanos de José
y se postraron en su presencia. Al verlos, José los reconoció,
y sin embargo, como a desconocidos, les preguntó con severidad: “¿De
dónde vienen?”. Ellos respondieron: “Venimos de Canaán
a comprar provisiones”. José los acusó de ser espías
y durante tres días los metió en la cárcel.
Al tercer día José los mandó sacar y les dijo: “Yo
también temo a Dios. Si hacen lo que les voy a decir, salvarán
su vida. Si son gente de bien, uno de ustedes se quedará detenido en
la prisión, mientras los demás van a llevar a sus casas las provisiones
que han comprado. Luego me traen a su hermano menor, para que pueda yo comprobar
si me han dicho la verdad. Así no morirán”.
Ellos estuvieron de acuerdo y se decían los unos a los otros: “Con
razón estamos sufriendo ahora, porque pecamos contra nuestro hermano
José, cuya angustia veíamos, cuando nos pedía que tuviéramos
compasión de él, y no le hicimos caso. Por eso ha caído
sobre nosotros esta desgracia”. Rubén añadió: “¿No
les decía yo que no le hiciéramos daño al niño y
no me hicieron caso? Ahora nos están pidiendo cuentas de su vida”.
Como estaban hablando por medio de un intérprete, ellos ignoraban que
José les entendía. Entonces José se alejó de ellos
y rompió a llorar. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Esta escena dramática
muestra el encuentro de José con sus hermanos, quienes pagan las consecuencias
de faltar a la fraternidad, y aprenden la lección.
Del salmo 32 R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Demos gracias a Dios al son del arpa, que la lira acompañe nuestros cantos;
cantemos en su honor nuevos cantares, al compás de instrumentos alabémoslo.
R/.
Frustra el Señor los planes de los pueblos y hace que se malogren sus
designios. Los proyectos de Dios duran por siempre; los planes de su amor, todos
los siglos. R/.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían;
los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida. R/.
ACLAMAC1ÓN (Mc 1
15) R/. Aleluya, aleluya.
El Reino de Dios esta cerca dice el Señor; arrepiéntanse y crean
en el Evangelio;
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según San Mateo: 10, 1-7
En aquel tiempo, llamando
Jesús a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar a los
espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias.
Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero de todos, Simón,
llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y su hermano Juan, hijos
del Zebedeo; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano;
Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el cananeo, y Judas Iscariote,
que fue el traidor.
A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: “No
vayan a tierra de paganos, ni entren en ciudades de samaritanos. Vayan más
bien en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen
por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos”. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Jesús eligió a los Doce con la intención de simbolizar su decisión y su misión principal: el había sido enviado por su Padre para reunificar al Israel disperso y confundido.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por intercesión de san José, a quien confiaste la misión de cuidar de tu Unigénito como padre, te pedimos, Señor, que nos concedas poder ofrecerte dignamente este sacrificio de alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 25, 21)
Muy bien, siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados con este sacramento que da vida, te rogamos, Señor, que nos concedas vivir para ti en justicia y santidad, a ejemplo y por intercesión de san José, el varón justo y obediente que contribuyó con sus servicios a la realización de tus grandes misterios. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Fermín mártir; Odón de Urgel, obispo; y Guilebaldo de Eichstatt obispo.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Hb 7. 24)
Cristo, mediador de la nueva alianza, por el hecho de permanecer para siempre, posee un sacerdocio perpetuo.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que para gloria tuya y salvación de todos los hombres constituiste Sumo y Eterno Sacerdote a tu Hijo, Jesucristo, concede a quienes él ha elegido como ministros suyos y administradores de sus sacramentos y de su Evangelio, la gracia de ser fieles en el cumplimiento de su ministerio. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Génesis: 44, 18-21. 23-29; 45, 1-5
En aquellos días,
se acercó Judá a José y le dijo: “Con tu permiso,
señor, tu siervo va a pronunciar algunas palabras a tu oído; no
te enojes con tu siervo, pues tú eres como un segundo faraón.
Tú, señor, nos preguntaste: ‘¿Tienen padre o algún
hermano?’. Nosotros te respondimos: ‘Sí, tenemos un padre
anciano, con un hijo pequeño, que le nació en su vejez. Como es
el único que le queda de su madre, pues el otro hermano ya murió,
su padre lo ama tiernamente’. Entonces tú dijiste a tus siervos:
‘Tráigamnelo para que yo lo vea con mis propios ojos, pues si no
viene su hermano menor con ustedes, no los volveré a recibir’.
“Cuando regresamos a donde está nuestro padre, tu siervo, le referimos
lo que nos habías dicho. Nuestro padre nos dijo: ‘Vuelvan a Egipto
y cómprennos víveres’. Nosotros le dijimos: ‘No podemos
volver, a menos que nuestro hermano menor vaya con nosotros. Sólo así
volveríamos, porque no podemos presentarnos ante el ministro del faraón,
si no va con nosotros nuestro hermano menor’. Nuestro padre, tu siervo,
nos dijo entonces: ‘Ya saben que mi mujer me dio dos hijos: uno desapareció
y ustedes me dijeron que una fiera se lo había comido y ya no lo he vuelto
a ver. Ahora se llevan también a éste; si le ocurre una desgracia,
me van a matar de dolor’
Entonces José ya no pudo aguantarse más y ordenó a todos
los que lo acompañaban que salieran de ahí. Nadie se quedó
con él cuando se dio a conocer a sus hermanos. José se puso a
llorar a gritos; lo oyeron los egipcios y llegó la noticia hasta la casa
del faraón.
Después les dijo a sus hermanos: “Yo soy José. ¿Vive
todavía mi padre?”. Sus hermanos no podían contestarle,
porque el miedo se había apoderado de ellos. José les dijo: “Acérquense”.
Se acercaron y él continuó: “Yo soy su hermano José,
a quien ustedes vendieron a los egipcios. Pero no se asusten ni se aflijan por
haberme vendido, pues Dios me mandó a Egipto antes que a ustedes para
salvarles la vida”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
José toma la iniciativa
en el camino de la reconciliación. Perdona a sus hermanos y los anima
a mirar el lado positivo de su desatinada acción.
Del salmo 104 R/. Recordemos los prodigios del Señor.
Cuando el Señor mandó el hambre sobre el país y acabó
con todas las cosechas, ya había enviado por delante a un hombre: a José,
vendido como esclavo. R/.
Le trabaron tos pies con grilletes y rodearon su cuerpo con cadenas, hasta que
se cumplió su predicción y Dios lo acreditó con su palabra.
R/.
El rey mandó que lo soltaran, el jefe de esos pueblos lo libró,
lo nombró administrador de su casa y señor de todas sus posesiones.
R/.
ACLAMACIÓN (Mc 1,
15) R/ Aleluya, aleluya.
El Reino de Dios está cerca, dice el Señor; arrepiéntanse
y crean en el Evangelio. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 10, 7-l1
En aquel tiempo, envió
Jesús a los Doce con estas instrucciones: “Vayan y proclamen por
el camino que ya se acerca el Reino de los cielos. Curen a los leprosos y demás
enfermos; resuciten a los muertos y echen fuera a los demonios. Gratuitamente
han recibido este poder; ejérzanlo, pues, gratuitamente.
No lleven con ustedes, en su cinturón, monedas de oro, de plata o de
cobre. No lleven morral para el camino ni dos túnicas ni sandalias ni
bordón, porque el trabajador tiene derecho a su sustento.
Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, pregunten por alguien respetable
y hospédense en su casa hasta que se vayan. Al entrar, saluden así:
‘Que haya paz en esta casa’. Y si aquella casa es digna, la paz
de ustedes reinará en ella; si no es digna, el saludo de paz de ustedes
no les aprovechará. Y si no los reciben o no escuchan sus palabras, al
salir de aquella casa o de aquella ciudad, sacúdanse el polvo de los
pies. Yo les aseguro que el día del juicio, Sodoma y Gomorra serán
tratadas con menos rigor que esa ciudad”. Palabra del Señor. T.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Los misioneros enviados por Jesús desarrollan un ministerio liberador
y pacificatorio. No procedieron como los agitadores ni como los soldados romanos
que sembraban el terror por doquier.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que Jesucristo, nuestro Mediador, haga que te sean aceptables, Señor, nuestras ofrendas y que su sacrificio redentor nos haga vivir cada día más unidos a él, para que toda nuestra vida sea grata a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 28. 20)
Sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos ofrecido en el sacrificio y recibido en la comunión, sean para nosotros, Señor, el principio de una vida nueva, a fin de que, unidos a ti por el amor, demos frutos que permanezcan para siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Adrián III, papa; Gregorio Grassi y compañeros, mártires y Joaquín Hao, catequista.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr Sb 11, 24. 25-27)
Señor, tú tienes misericordia de todos y nunca odias a tus creaturas; borras los pecados de los hombres que se arrepienten, y los perdonas, porque tú, Señor, eres nuestro Dios.
ORACIÓN COLECTA
Escucha, Señor, nuestra oración y perdona nuestros pecados, para que recibamos, juntamente, tu perdón y tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Génesis: 46, 1-7. 28-30
En aquellos días,
partió Jacob con todas sus pertenencias y llegó a Bersebá,
donde hizo sacrificios al Dios de su padre Isaac. Por la noche, Dios se le apareció
y le dijo: “Él respondió: “Aquí estoy”.
El Señor le dijo: “Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No tengas
miedo de ir a Egipto, porque ahí te convertiré en un gran pueblo.
Yo iré contigo allá, José te cerrará los ojos y
después de muerto, yo mismo te haré volver aquí”.
Al partir de Berseba, los hijos de Jacob hicieron subir a su padre, a sus pequeños
y a sus mujeres en las carretas que había mandado el faraón para
transportarlos. Tomaron el ganado y cuanto habían adquirido en la tierra
de Canaán y se fueron a Egipto, Jacob y todos sus descendientes, sus
hijos y nietos, sus hijas y nietas.
Jacob mandó a Judá por delante para que le avisara a José
y le preparara un sitio en la región de Gosén. Cuando ya estaban
por llegar, José enganchó su carroza y se fue a Gosén para
recibir a su padre. Apenas lo vio, corrió a su encuentro y, abrazándolo
largamente, se puso a llorar. Jacob le dijo a José: “Ya puedo morir
tranquilo, pues te he vuelto a ver y vives todavía”. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Jacob se reencuentra con
José. El hijo que “estaba muerto volvió a la vida”.
La escena es un preludio profético del singular encuentro entre padre
e hijo que describe Jesús en la parabola del hijo pródigo.
Del salmo 36 R/. La salvación del justo es el Señor.
Pon tu esperanza en Dios, practica el bien y vivirás tranquilo en esta
tierra. Busca en él tu alegría y te dará el Señor
cuanto deseas. R/.
Cuida el Señor la vida de los buenos y su herencia perdura; no se marchitarán
en la sequía y en tiempos de escasez tendrán hartura. R/.
Apártate del mal, practica el bien y tendrás una casa eternamente;
porque al Señor le agrada lo que es justo y vela por sus fieles. R/.
ACLAMACIÓN (Jn 16,
13; 14, 26) R/. Aleluya, aleluya.
Cuando venga el Espíritu de verdad, él les enseñará
toda la verdad y les recordará todo cuanto yo les he dicho, dice el Señor.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 10, 16-23
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus apóstoles: “Yo los envío como ovejas entre lobos.
Sean, pues, precavidos como las serpientes y sencillos como las palomas.
Cuídense de la gente, porque los llevarán a los tribunales, los
azotarán en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes
por mi causa; así darán testimonio de mí ante ellos y ante
los paganos. Pero, cuando los enjuicien, no se preocupen por lo que van a decir
o por la forma de decirlo, porque en ese momento se les inspirará lo
que han de decir. Pues no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu
de su Padre el que hablará por ustedes.
El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre a su hijo;
los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos
los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin,
se salvará.
Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Yo les aseguro que no alcanzarán
a recorrer todas las ciudades de Israel, antes de que venga el Hijo del hombre”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
La misión del cristiano siempre está marcada por el conflicto y la hostilidad. Los misioneros, no obstante, tendrán que actuar con prudencia y sensatez para no provocar enfrentamientos estériles.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza, para que perdones nuestros pecados y dirijas hacia ti nuestro vacilante corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 15, 10)
Por un solo pecador que se convierta, dice el Señor, habrá gran alegría entre los ángeles del cielo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por nuestra participación en el sacramento del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nos has perdonado, Señor, nuestros pecados, concédenos tu gracia para evitarlos de ahora en adelante y servirte con sincero corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Jdt 13, 23.25)
María, el Altísimo te ha bendecido más que a todas las mujeres de la tierra, y de tal manera te ha glorificado, que los hombres no cesan de alabarte.
ORACIÓN COLECTA
Oh Dios, Padre de Jesucristo, nuestro Salvador, que en Santa María, Virgen y Madre, nos has dado la imagen de la Iglesia, envía tu Espíritu en ayuda de nuestra debilidad para que, perseverando en la fe, crezcamos en el amor y caminemos juntos hasta la meta de la bienaventurada esperanza. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Génesis: 49, 29-32; 50, 15-26
En aquellos días,
Jacob llamó a sus hijos y les dio estas instrucciones: “Yo voy
a reunirme con los míos. Sepúltenme junto a mis padres, en la
cueva del campo de Makpelá, frente a Mambré, en Canaán.
Es el campo que Abraham le compró a Efrén, el hitita, para que
lo enterraran. Ahí sepultaron a Abraham y a su esposa Sara, a Isaac y
a su esposa Rebeca, y ahí sepulté yo a Lía”. Cuando
terminó de dar este encargo a sus hijos, Jacob expiró y fue a
reunirse con los suyos.
Los hermanos de José, al ver que había muerto su padre, dijeron:
“A ver si José no nos guarda rencor y no nos hace pagar todo el
daño que le hicimos”. Por eso le mandaron este recado: “Antes
de morir, tu padre nos encargó que te dijéramos esto: ‘Perdona,
por favor, a tus hermanos su crimen, su pecado y el daño que te hicieron’.
También nosotros, siervos del Dios de tu padre, te pedimos que nos perdones”.
Cuando José oyó el recado se puso a llorar.
Fueron después sus hermanos personalmente a verlo y, postrados ante él,
le dijeron: “Aquí nos tienes. Somos esclavos tuyos”. José
les replicó: “No tengan miedo. ¿Podemos acaso oponemos a
los designios de Dios? Ustedes quisieron hacerme daño, pero Dios lo convirtió
en un bien para hacer sobrevivir a un pueblo numeroso, como pueden ver. Así
que no tengan miedo; yo los mantendré a ustedes y a sus pequeñuelos”.
Y los consoló y les habló con mucho cariño.
José permaneció en Egipto junto con la familia de su padre y vivió
hasta los ciento diez años; vio a los bisnietos de Efraín y en
sus brazos nacieron los hijos de Makir, hijo de Manasés. Finalmente José
les dijo a sus hermanos: “Yo voy a morir ya, pero ciertamente Dios cuidará
de ustedes y los hará salir de este país a la tierra que juré
dar a Abraham, a Isaac y a Jacob”. José los hizo jurar diciendo:
“Cuando Dios los haga salir de esta tierra, se llevarán mis huesos
de aquí”. Y luego murió José. Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
Los otros hijos de Jacob
temen que su hermano José tome represalias a la muerte de su padre. Pero
José les ratifica su perdón, los consuela y les promete protección.
De salmo 104 R/. Cantemos la grandeza del Señor.
Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos.
Entonen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos. R/.
Del nombre del Señor enorgullézcanse, y siéntase feliz
el que lo busca. Recurran al Señor y a su poder, y a su presencia acudan.
R/.
Descendientes de Abraham, su servidor; estirpe de Jacob, su predilecto, escuchen:
El Señor es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos. R/.
ACLAMACIÓN (1 P
4, 14) R/. Aleluya, aleluya.
Dichosos ustedes, si los injurian por ser cristianos, por que el Espíritu
de Dios descansa en ustedes. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 10, 24-33
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus apóstoles: “El discípulo no es más que
el maestro, ni el criado más que su señor. Le basta al discípulo
ser como su maestro y a criado ser como su señor. Si al señor
de la casa lo han llamado Satanás, ¡qué no dirán
de sus servidores!
No teman a los hombres. No hay nada oculto que no llegue a descubrirse; no hay
nada secreto que no llegue a saberse. Lo que les digo de noche, repítanlo
en pleno día y lo que les digo al oído, pregónenlo desde
las azoteas.
No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman,
más bien, a quien puede arrojar al lugar de castigo el alma y el cuerpo.
¿No es verdad que se venden dos pajarillos por una moneda? Sin embargo,
ni uno solo de ellos cae por tierra si no lo permite el Padre. En cuanto a ustedes,
hasta los cabellos de su cabeza están contados. Por lo tanto, no tengan
miedo, porque ustedes valen mucho más que todos los pájaros del
mundo.
A quien me reconozca delante de tos hombres, yo también lo reconoceré
ante mi Padre, que está en los cielos; pero al que me niegue delante
de los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre, que está
en los cielos”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
El evangelista advierte a los misioneros cristianos del riesgo y la posibilidad de sufrir fracasos, pero también los anima a sentirse custodiados por la amorosa presencia del Padre.
ORACIÒN SOBRE LAS OFRENDAS
Jubilosos de poder celebrar la memoria de la Madre de tu Hijo, te presentamos, Señor, estas ofrendas de alabanza, y te pedimos que por este santo intercambio de dones, se acrecienten en nosotros los frutos de la redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de la Santísima Virgen María.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Lc 1, 48)
Me llamarán bienaventurada todas las generaciones, por que ha puesto Dios sus ojos en la humildad de su esclava.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido el sacramento celestial, te pedimos, Señor, que cuantos hemos celebrado con veneración la memoria de la santísima Virgen María, merezcamos participar del banquete eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
XV DOMINGO ORDINARIO
Santos: Amelia, viuda; y Apolonio de Sardes, mártir. Beato Manuel Ruiz y compañeros, mártires.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 16,15)
Yo quiero acercarme a ti, Señor, y saciarme de gozo en tu presencia.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que iluminas a los extraviados con la luz de tu Evangelio para que vuelvan al camino de la verdad, concede a cuantos nos llamamos cristianos imitar fielmente a Cristo y rechazar lo que pueda alejamos de él. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 55, 10-11
Esto dice el Señor: “Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, a fin de que dé semilla para sembrar y pan para comer, así será la palabra que sale de mi boca: no volverá a mí sin resultado, sino que hará mi voluntad y cumplirá su misión”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
La palabra de Dios es poderosa,
pero no violenta; es eficaz, pero no agresiva. Si encuentra personas dispuestas
y decididas arroja frutos personales, a la vez que produce transformaciones
sociales profundas.
Del salmo 64 R/. Señor, danos siempre de tu agua.
Señor, tú cuidas de la tierra, la riegas y la colmas de riqueza.
Las nubes del Señor van por los campos, rebosantes de agua, como acequias.
R/.
Tú preparas las tierras para el trigo: riegas los surcos, aplanas los
terrenos, reblandeces el suelo con la lluvia, bendices los renuevos. R/.
Tú coronas el año con tus bienes, tus senderos derraman abundancia,
están verdes los pastos del desierto, las colinas con flores adornadas
R/.
Los prados se visten de rebaños, de trigales los valles se engalanan.
Todo aclama al Señor. Todo le canta. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 8, 18-23
Hermanos: Considero que
los sufrimientos de esta vida no se pueden comparar con la gloria que un día
se manifestará en nosotros; porque toda la creación espera, con
seguridad e impaciencia, la revelación de esa gloria de los hijos de
Dios.
La creación está ahora sometida al desorden, no por su querer,
sino por voluntad de aquel que la sometió. Pero dándole al mismo
tiempo esta esperanza: que también ella misma va a ser liberada de la
esclavitud de la corrupción, para compartir la gloriosa libertad de los
hijos de Dios.
Sabemos, en efecto, que la creación entera gime hasta el presente y sufre
dolores de parto; y no sólo ella, sino también nosotros, los que
poseemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, anhelando
que se realice plenamente nuestra condición de hijos de Dios, la redención
de nuestro cuerpo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Las modestas declaraciones del apóstol Pablo traslucen esperanza y sencillez. Los hijos de Dios tergiversamos la figura del Hijo, pero caminamos en pos de la total identificación con El.
ACLAMACIÓN R/. Aleluya,
aleluya.
La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquel que lo
encuentra vivirá para siempre. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 13, 1-23
Un día salió
Jesús de la casa donde se hospedaba y se sentó a la orilla del
mar. Se reunió en tomo suyo tanta gente, que él se vio obligado
a subir a una barca, donde se sentó, mientras la gente permanecía
en la orilla. Entonces Jesús les habló de muchas cosas en parábolas
y les dijo:
“Una vez salió un sembrador a sembrar, y al ir arrojando la semilla,
unos granos cayeron a lo largo del camino; vinieron los pájaros y se
los comieron, Otros granos cayeron en terreno pedregoso, que tenía poca
tierra; ahí germinaron pronto, porque la tierra no era gruesa; pero cuando
subió el sol, los brotes se marchitaron y, como no tenían raíces,
se secaron. Otros cayeron entre espinos, y cuando los espinos crecieron, sofocaron
las plantitas. Otros granos cayeron en tierra buena y dieron fruto: unos, ciento
por uno; otros, sesenta; y otros, treinta. El que tenga oídos que oiga”.
Después se le acercaron sus discípulos y le preguntaron: “Por
qué les hablas en parábolas?”. El les respondió:
“A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los
cielos, pero a ellos no. Al que tiene se le dará más y nadará
en la abundancia; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará.
Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven y oyendo no oyen
ni entienden.
En ellos se cumple aquella profecía de Isaías, que dice: Oirán
una y otra vez y no entenderán; mirarán y volverán a mirar,
pero no verán; porque este pueblo ha endurecido su corazón, ha
cerrado sus ojos y tapado sus oídos con el fin de no ver con los ojos
ni oír con los oídos, ni comprender con el corazón. Porque
no quieren convertirse ni que yo los salve.
Pero dichosos ustedes, porque sus ojos ven y sus oídos oyen. Yo les aseguro
que muchos profetas y muchos justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo
vieron, y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron.
Escuchen, pues, ustedes, lo que significa la parábola del sembrador.
A todo hombre que oye la palabra del Reino y no la en tiende, le llega el diablo
y le arrebata lo sembrado en su corazón. Esto es lo que significan los
granos que cayeron a lo largo del camino.
Lo sembrado sobre terreno pedregoso significa al que oye la palabra y la acepta
inmediatamente con alegría; pero, como es inconstante, no la deja echar
raíces, y apenas le viene una tribulación o una persecución
por causa de la palabra, sucumbe.
Lo sembrado entre los espinos representa a aquel que oye la palabra, pero las
preocupaciones de la vida y la seducción de las riquezas la sofocan y
queda sin fruto.
En cambio, lo sembrado en tierra buena representa a quienes oyen la palabra,
la entienden y dan fruto: unos el ciento por uno; otros, el sesenta, y otros,
el treinta’. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Los interlocutores de Jesús son bienaventurados porque vieron y oyeron lo que tantas generaciones de israelitas fieles ansiaron: la palabra hecha carne en Jesús en medio de Israel.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira bondadosamente, Señor, las ofrendas de tu Iglesia suplicante, y conviértelas en alimento espiritual que ayude a crecer en santidad a todos tus fieles. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio dominical
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 83, 4-5)
Dichosos los que se acercan a tu altar, Señor. Dichosos los que viven en tu casa y pueden alabarte siempre, Rey mío y Dios mío.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te suplicamos, Señor, que esta Eucaristía que hemos recibido, nos ayude a amarte más y a servirte mejor cada día. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO
Procedimientos violentos
como la leva, el lavado de cerebro, el adoctrinamiento forzoso, las conquistas
culturales o ideológicas han sido constantes en la historia humana. No
pocos conquistadores, revolucionarios y gobernantes han recurrido a tales estrategias
dominadoras, camufladas de transformación civilizadora.
Ideales sociales y políticos han querido imponer una y otra vez por la
fuerza, minorías dictatoriales. Muchas de las leyes que rigen cualquier
país han seguido esa dinámica impositiva. El evangelio es un gran
ideal humanitario, pues no confunde el fin con los medios. En este sentido,
el misionero cristiano llama, invita, propone y siembra el ideal evangélico,
jamás lo impone por la fuerza o la violencia.
Santos: Benito de Nursia, abad papa y mártir, y Ana Xin de China, mártir.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 15, 5-6)
El Señor es la parte que me ha tocado en herencia; la parte que he recibido es la más hermosa. El mismo Señor es mi recompensa.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que nos has dado en san Benito un maestro admirable de vida consagrada a ti, haz que, según sus enseñanzas, antepongamos tu amor a todas las cosas y procuremos el bien de los demás antes que el nuestro. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Éxodo: 1, 8-14. 22
En aquel tiempo, subió
al poder en Egipto un nuevo faraón, que no había conocido a José,
y le dijo a su pueblo: “Los hijos de Israel forman un pueblo más
numeroso y fuerte que nosotros. Tomemos precauciones contra ellos para que no
sigan multiplicándose, no sea que, en caso de guerra, se unan a nuestros
enemigos, para luchar contra nosotros y se escapen del país”
Les pusieron, pues, capataces a los israelitas para que los oprimieran con trabajos
pesados; y así construyeron para el faraón las ciudades de Pitom
y Ramsés, como lugares de almacenamiento. Pero mientras más los
oprimían, más crecían y se multiplicaban.
Los egipcios llegaron a temer a los hijos de Israel y los redujeron a una cruel
esclavitud; les hicieron pesada la vida, sometiéndolos a rudos trabajos
de albañilería y a toda clase de tareas serviles en el campo.
Además, el faraón dio esta orden a su pueblo: “Echen al
río a todos los niños que les nazcan a los hebreos; pero si son
niñas, déjenlas vivir”. Palabra de Dios. Te
alabamos Señor.
El faraón se atemoriza
porque no consigue frenar la fertilidad de los israelitas. Recurre a la opresión
y la esclavitud pensando que de ese modo agotará las fuerzas de aquéllos.
Del salmo 123 R/. Nuestra ayuda es invocar al Señor.
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte cuando los hombres nos
asaltaron, nos habría devorado vivos el fuego de su cólera. R/.
Las aguas nos hubieran sepultado, un torrente nos hubiera llegado al cuello,
un torrente de aguas encrespadas. Bendito sea el Señor, porque no permitió
que nos despedazaran con sus dientes. R/
Nuestra vida se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores.
La trampa se rompió y nosotros escapamos. Nuestra ayuda nos viene del
Señor, que hizo el cielo y la tierra. R/.
ACLAMACIÓN (Mt 5,
lO) R/. Aleluya, aleluya.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino
de los cielos, dice el Señor. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 10, 34-11, 1
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus apóstoles: “No piensen que he venido a traer la paz
a la tierra; no he venido a traer la paz, sino la guerra. He venido a enfrentar
al hijo con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra y los
enemigos de cada uno serán los de su propia familia.
El que ama a su padre o a su madre más que a mi, no es digno de mí;
el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de
mi; y el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.
El que salve su vida, la perderá y el que la pierda por mi, la salvará.
Quien los recibe a ustedes, me recibe a mí; y quien me recibe a mí,
recibe al que me ha enviado.
El que recibe a un profeta por ser profeta, recibirá recompensa de profeta;
el que recibe a un justo por ser justo, recibirá recompensa de justo.
Quien diere, aunque no sea más que un vaso de agua fría a uno
de estos pequeños, por ser discípulo mío, yo les aseguro
que no perderá su recompensa”.
Cuando acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, Jesús
partió de ahí para enseñar y predicar en otras ciudades.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Unas máximas se dirigen a los discípulos que parten en misión y otras a las comunidades que habrán de acogerlos. Todos somos iglesia evangelizadora y, a la vez, iglesia evangelizada.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, con bondad los dones que te presentamos en esta festividad de san Benito y haz que, a ejemplo suyo, te busquemos a ti únicamente a fin de que podamos obtener en tu servicio el don de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Mt 19, 27-29)
Yo les aseguro, dice el Señor, que los que han dejado todo para seguirme recibirán cien veces más y alcanzarán la vida eterna.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú, que nos has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de
Cristo, haz que, según el espíritu de san Benito abad, te sirvamos
fielmente y pongamos en práctica un sincero amor fraterno. Por Jesucristo,
nuestro Señor
Santos: Nabor y Félix, mártires; Juan Gualberto, abad, y Juan Jones, y Juan Wall mártires.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Mt 19. 21)
Si quieres ser perfecto, anda y vende todo lo que tienes, reparte el dinero entre los pobres y después ven y sígueme, dice el Señor.
ORACIÓN COLECTA
Padre santo, que llamas a todos tus hijos a la perfección de la caridad e invitas a algunos a seguir más de cerca los ejemplos de Cristo, concede a quienes has elegido para esta vocación especial vivir de tal manera, que sean para la Iglesia y para el mundo un signo elocuente de tu Reino. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Éxodo: 2, 1-15
En aquellos días,
un hombre de la tribu de Leví se casó con una mujer de su misma
tribu. La mujer concibió y dio a luz un hijo; y viendo que era hermoso,
lo tuvo escondido tres meses. Pero como ya no podía ocultarlo por más
tiempo, tomó una canastilla de mimbre, la embadurnó con betún
y con brea, metió en ella al niño y la dejó entre los juncos,
a la orilla del río. Entre tanto, la hermana del niño se quedó
a cierta distancia para ver lo que sucedía.
Bajó la hija del faraón a bañarse en el río, y mientras
sus doncellas se paseaban por la orilla, vio la canastilla entre los juncos
y envió a una criada para que se la trajera. La abrió y encontró
en ella a un niño que lloraba. Se compadeció de él y exclamó:
“Es un niño hebreo”.
Entonces se acercó la hermana del niño y le dijo a la hija del
faraón: “Quieres que vaya a llamar a una nodriza hebrea para que
te críe al niño?” La hija del faraón le dijo que
sí. Entonces la joven fue a llamar a la madre del niño. La hija
del faraón le dijo a ésta: “Toma a este niño; críamelo
y yo te pagaré”. Tomó la mujer al niño y lo crió.
El niño creció y ella se lo llevó entonces a la hija del
faraón, que lo adoptó como hijo y lo llamó Moisés,
que significa: “De las aguas lo he sacado”.
Cuando Moisés creció, fue a visitar a sus hermanos y se dio cuenta
de sus penosos trabajos; vio también cómo un egipcio maltrataba
a uno de sus hermanos hebreos. Entonces Moisés miró para todas
partes, no vio a nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena.
Al día siguiente salió y vio que dos hebreos se estaban peleando.
Le dijo entonces al culpable: “Por qué le pegas a tu compañero?”
Pero él le contestó: “Quién te ha nombrado jefe y
juez de nosotros? ¿Acaso piensas matarme como al egipcio?” Lleno
de temor, Moisés pensó: “Sin duda que ya todo el mundo lo
sabe”. Se enteró el faraón de lo sucedido y buscó
a Moisés para matarlo, pero él huyó lejos del faraón
y se fue a vivir al país de Madián. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Moisés nació
en pleno momento crítico, por ello su nacimiento es narrado de acuerdo
con el estilo tradicional al de todos los héroes. Al llegar a la juventud,
el héroe mostrará sus ansias por liberar a sus hermanos.
Del salmo 68 R/. Busquen al Señor y vivirán.
Me estoy hundiendo en un lodo profundo y no puedo apoyar los pies; he llegado
hasta el fondo de las aguas y me arrastra la corriente. R/.
A ti, Señor, elevo mi plegaria, ven en mi ayuda pronto; escúchame
conforme a tu clemencia, Dios fiel en el socorro. R/.
Mírame enfermo y afligido; defiéndeme y ayúdame, Dios mío.
En mi cantar exaltaré tu nombre; proclamaré tu gloria, agradecido.
R/.
Se alegrarán al verlo los que sufren; quienes buscan a Dios tendrán
más ánimo, porque el Señor jamás desoye al pobre
ni olvida al que se encuentra encadenado. R/.
ACLAMACIÓN (cfr.
Sal 94, 8) R/. Aleluya, aleluya.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su
corazón”. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 11, 20-24
En aquel tiempo, Jesús
se puso a reprender a las ciudades que habían visto sus numerosos milagros,
por no haberse arrepentido. Les decía:
“¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si
en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros que se han hecho
en ustedes, hace tiempo que hubieran hecho penitencia, cubiertas de sayal y
de ceniza. Pero yo les aseguro que el día del juicio será menos
riguroso para Tiro y Sidón que para ustedes.
Y tú, Cafarnaúm, ¿crees que serás encumbrada hasta
el cielo? No. Serás precipitada en el abismo, porque si en Sodoma se
hubieran realizado los milagros que en ti se han hecho, quizá estaría
en pie hasta el día de hoy. Pero yo te digo que será menos riguroso
el día del juicio para Sodoma que para ti”. Palabra del
Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Los habitantes de las ciudades de Galilea que contemplaron las señales de Jesús contrajeron una delicada responsabilidad: responder con libertad y decisión al llamado de su Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Padre santo, los dones que te presentamos y con cede a cuantos se han propuesto seguir con entusiasmo a tu Hijo por el camino estrecho de la perfección evangélica, servirle con libertad de espíritu y en fraternidad verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Mt 19. 27. 28. 29)
Yo les aseguro que ustedes, los que han abandonado todo por seguirme, recibirán cien veces más y obtendrán la vida eterna, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Fortalece, Señor, con este sacramento, a las comunidades religiosas a fin de que, permaneciendo fieles a su vocación, muestren al mundo una imagen viva de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 12,6)
Confió, Señor, en tu misericordia; alegra mi corazón con tu auxilio. Cantaré al Señor por el bien que me ha hecho.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, ser dóciles a las inspiraciones de tu Espíritu para que realicemos siempre en nuestra vida tu santa voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Éxodo: 3, 1-6. 9-12
En aquellos días,
Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro, Jetró, sacerdote
de Madián. En cierta ocasión llevó el rebaño más
allá del desierto, hasta el Horeb, el monte de Dios, y el Señor
se le apareció en una llama que salía de un zarzal. Moisés
observó con gran asombro que la zarza ardía sin consumirse y se
dijo: “Voy a ver de cerca esa cosa tan extraña, por qué
la zarza no se quema”.
Viendo el Señor que Moisés se había desviado para mirar,
lo llamó desde la zarza: “¡Moisés, Moisés!”
Él respondió: “Aquí estoy”. Le dijo Dios: “¡No
te acerques! Quítate las sandalias, porque el lugar que pisas es tierra
sagrada”. Y añadió: “Yo soy el Dios de tus padres,
el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”.
Entonces Moisés se tapó la cara, porque tuvo miedo de mirar a
Dios. Pero el Señor le dijo: “El clamor de los hijos de Israel
ha llegado hasta mí y he visto cómo los oprimen los egipcios.
Ahora, ve a ver al faraón, porque yo te envío para que saques
de Egipto a mi pueblo, a los hijos de Israel”.
Moisés le dijo entonces a Dios: “¿Quien soy yo para presentarme
ante el faraón y sacar de Egipto a los hijos de Israel?” El Señor
respondió: “Yo estaré contigo y ésta será
la señal de que yo te envío: Cuando hayas sacado de Egipto a mi
pueblo, ustedes darán culto a Dios en este monte”. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Moisés intenta por
iniciativa propia liberar a sus hermanos, pero fracasa y se desentiende de su
suerte. Cuando su vida transcurre cómoda y monótona, Dios lo llama
para que rescate de la esclavitud a su pueblo.
Del salmo 102 R/. EL Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre.
Bendice al Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios.
R/.
El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; él rescata
tu vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura. R/.
El Señor hace justicia y le da la razón al oprimido. A Moisés
le mostró su bondad y sus prodigios al pueblo de Israel. R/.
ACLAMACIÓN (cfr.
Mt. 11 25) R/. Aleluya, aleluya.
Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado
los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 11, 25-27
En aquel tiempo, Jesús
exclamó: “¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo
y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos,
y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te
ha parecido bien.
El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el
Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera
revelar”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
La respuesta del creyente no está reñida con la inteligencia, sino con la soberbia. Los sencillos tienen disponibilidad y abertura para dejarse cuestionar por el anuncio del evangelio.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que este sacrificio de acción de gracias y de alabanza que vamos a ofrecerte nos ayude, Señor, a conseguir nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 11, 27)
Señor, yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo, que ha venido a este mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el Cuerpo y la Sangre de Cristo que nos has dado, Señor, en este sacramento, sean para todos nosotros una prenda segura de vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 109, 4)
El Señor lo ha jurado y el Señor no se retracta. Tú eres sacerdote para siempre, como lo es Melquisedec.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que para gloria tuya y salvación nuestra constituiste a Cristo sumo y eterno sacerdote, concede al pueblo redimido con su sangre obtener, por la participación en este memorial, los frutos de la muerte y resurrección de tu Hijo, que vive y reina contigo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Éxodo: 3, 13-20
En aquel tiempo, Moisés
(Después de oír la voz del Señor en medio de la zarza)
le dijo: “Está bien. Me presentaré a los hijos de Israel
y les diré: ‘El Dios de sus padres me envía a ustedes’;
pero cuando me pregunten cuál es su nombre, ¿qué les voy
a responder?”
Dios le contestó a Moisés: “Mi nombre es Yo-soy”;
y añadió: “Esto les dirás a los israelitas: ‘Yo-soy
me envía a ustedes’. También les dirás: ‘El
Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el
Dios de Jacob, me envía a ustedes. Este es mi nombre para siempre. Con
este nombre me han de recordar de generación en generación’.
Ve a reunir a los ancianos de Israel y diles: El Señor, el Dios de sus
padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me
dijo: ‘Yo he venido a ustedes porque he visto cómo los maltratan
en Egipto. He decidido sacarlos de la esclavitud de Egipto para llevarlos al
país de los cananeos, hititas, amorreos, perezeos, jiveos y yebuseos,
a una tierra que mana leche y miel’.
Los ancianos de Israel escucharán tu voz y tú irás con
ellos a ver al faraón y le dirán: ‘El Señor, el Dios
de los hebreos, se nos ha aparecido. Permítenos caminar tres días
por el desierto, para ofrecer sacrificios al Señor, nuestro Dios’.
Ya sé que el faraón no los dejará ir, si no se ve obligado.
Por eso yo extenderé mi brazo y azotaré a los egipcios con toda
clase de males, y finalmente el faraón los dejará salir”
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Moisés le exige
a Dios que le proporcione alguna señal que lo acredite ante su pueblo.
Dios le revela su nombre: “Yo soy el que soy”, y le anticipa que
cumplirá una misión como libertador.
Del salmo 104 R/. El Señor nunca olvida sus promesas.
Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos.
Entonen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos. R/.
Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de
sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que
un día le hiciera. R/.
Dios hizo a su pueblo muy fecundo, más poderoso que sus enemigos. A éstos
les endureció el corazón para que odiaran a su pueblo y le pusieran
asechanzas a sus siervos. R/.
Pero envió a su siervo, Moisés, y a Aarón, su elegido,
a que hicieran contra ellos sus señales anunciadas, sus prodigios en
la tierra de Egipto. R/.
ACLAMACIÓN (Mt 11,
28) R/. Aleluya, aleluya.
Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la
carga, y yo les daré alivio, dice el Señor. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 11, 28-30
En aquel tiempo, Jesús dijo: “Vengan a mí todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
La misión y la predicación de Jesús nos llaman con exigencia, por eso se les compara con un yugo que conviene cargar. El yugo se suaviza cuando se asume por convicción.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el memorial del sacrificio de tu Hijo, se lleva a cabo la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Co 11, 24-25)
Este es mi Cuerpo, que se da por ustedes. Este cáliz es la nueva alianza establecida por mi Sangre; cuantas veces lo beban, háganlo en memoria mía, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que nos has concedido el gozo de participar en esta Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, haz que, unidos siempre a él, vivamos como verdaderos hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Dn 12, 3)
Los sabios brillarán como el fulgor del firmamento; y los que enseñaron a muchos la justicia serán como estrellas eternas.
ORACIÓN COLECTA
Te suplicamos, Dios nuestro, que quienes estamos reunidos aquí para celebrar la fiesta de san Buenaventura, podamos, por su intercesión y a ejemplo suyo, ir profundizando cada día más en tu conocimiento y en tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Éxodo: 11, 10-22, 14
En aquellos días,
Moisés y Aarón hicieron muchos prodigios ante el faraón,
pero el Señor endureció el corazón del faraón, que
no dejó salir de su país a los hijos de Israel.
El Señor les dijo a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto:
“Este mes será para ustedes el primero de todos los meses y el
principal del año. Díganle a toda la comunidad de Israel: ‘El
día diez de este mes tomará cada uno un cordero por familia, uno
por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que
se junte con los vecinos y elija un cordero adecuado al número de personas
y a la cantidad que cada cual pueda comer Será un animal sin defecto,
macho, de un año, cordero o cabrito.
Lo guardarán hasta el día catorce del mes, cuando toda la comunidad
de los hijos de Israel lo inmolará al atardecer. Tomarán la sangre
y rociarán las dos jambas y el dintel de la puerta de la casa donde vayan
a comer el cordero. Esa noche comerán la carne, asada a fuego; comerán
panes sin levadura y hierbas amargas. No comerán el cordero crudo o cocido,
sino asado; lo comerán todo, también la cabeza, las patas y las
entrañas. No dejarán nada de él para la mañana;
lo que sobre lo quemarán.
Y comerán así: con la cintura ceñida, las sandalias en
los pies, un bastón en la mano y a toda prisa, porque es la Pascua, es
decir, el paso del Señor.
Yo pasaré esa noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los
primogénitos del país de Egipto, desde los hombres hasta los ganados.
Castigaré a todos los dioses de Egipto, yo, el Señor. La sangre
les servirá de señal en las casas donde habitan ustedes. Cuando
yo vea la sangre, pasaré de largo y no habrá entre ustedes plaga
exterminadora, cuando hiera yo la tierra de Egipto.
Ese día será para ustedes un memorial y lo celebrarán como
fiesta en honor del Señor. De generación en generación
celebrarán esta festividad, como institución perpetua. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Moisés y Aarón
hicieron diversos milagros para persuadir al faraón de que dejara salir
a Israel. Todo en vano. Por esa razón, Dios golpeará duramente
a Egipto con la finalidad de mostrar que es el único Señor.
Del salmo 115 R/. Cumpliré mis promesas al Señor.
¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha
hecho? Levantará el cáliz de salvación e invocará
el nombre del Señor, R/.
A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos. De la muerte,
Señor, me has librado, a mi, tu esclavo e hijo de tu esclava. R/.
Te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocará tu nombre. Cumpliré
mis promesas al Señor ante todo su pueblo. R/.
ACLAMACIÓN (Jn 10,
27) R/. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me
siguen. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 12, 1-8
Un sábado, atravesaba
Jesús por los sembrados. Los discípulos, que iban con él,
tenían hambre y se pusieron a arrancar espigas y a comerse los granos.
Cuando los fariseos los vieron, le dijeron a Jesús: “Tus discípulos
están haciendo algo que no está permitido hacer en sábado”.
El les contestó: “No han leído ustedes lo que hizo David
una vez que sintieron hambre él y sus compañeros? ¿No recuerdan
cómo entraron en la casa de Dios y comieron los panes consagrados, de
los cuales ni él ni sus compañeros podían comer, sino tan
sólo tos sacerdotes?
¿Tampoco han leído en la ley que los sacerdotes violan el sábado
porque ofician en el templo y no por eso cometen pecado? Pues yo digo que aquí
hay alguien más grande que el templo.
Si ustedes comprendieran el sentido de las palabras: Misericordia quiero y no
sacrificios, no condenarían a quienes no tienen ninguna culpa. Por lo
demás, el Hijo del hombre también es dueño del sábado”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
El Señor Jesús no sigue mecánicamente los dictados legales; va más lejos: relativiza el valor de las leyes y ejerce su poder soberano para humanizar aún más a la persona.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que la participación en esta Eucaristía nos llene, Señor, de la luz de tu espíritu que iluminó a san Buenaventura, y lo hizo instrumento de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Co 1, 23-24)
Nosotros proclamamos a Cristo crucificado: fuerza de Dios y sabiduría de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con este sacramento, te pedimos, Señor, que fieles a las enseñanzas de san Buenaventura, te demos gracias sin cesar por los dones recibidos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sedulio)
Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.
ORACIÓN COLECTA
Padre todopoderoso, te suplicamos que la santísima Virgen Maria nos proteja siempre con su maternal intercesión y nos ayude a conocer y a amar a tu Hijo Jesucristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Éxodo: 12, 3 7-42
En aquellos días,
los hijos de Israel partieron de Ramsés hacia Sukot; eran unos seiscientos
mil hombres, sin contar a los niños. Salió también con
ellos una enorme y abigarrada muchedumbre con grandes rebaños de ovejas,
vacas y otros animales. De la masa que habían sacado de Egipto cocieron
piezas de pan ázimo, no fermentado, pues los egipcios, al arrojarlos
del país, no les dieron tiempo de dejar fermentar la masa, ni de tomar
provisiones para el camino.
Los hijos de Israel estuvieron en Egipto cuatrocientos treinta años.
El mismo día que se cumplían los cuatrocientos treinta años,
salieron de la tierra de Egipto todos los ejércitos del Señor.
Esa noche veló el Señor para sacarlos de Egipto. Por eso, esta
noche será noche de vela en honor del Señor para todos los hijos
de Israel, de generación en generación. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Los egipcios expulsan a
los israelitas de Egipto. En esa noche, Dios vela por los suyos y los saca con
mano fuerte. La vigilia será celebrada en lo sucesivo como la pascua
del Señor.
Del salmo 135 R/. Demos gracias al Señor, porque él es bueno,
Demos gracias al Señor, porque él es bueno; él se acordó
de nosotros en nuestra humillación y nos libró de nuestros enemigos.
R/.
Demos gracias al que hirió a los primogénitos egipcios y sacó
a Israel de aquel país con mano poderosa, con brazo extendido. R/.
Demos gracias al que en dos partió el mar Rojo, condujo a Israel entre
las aguas y arrojó en el mar Rojo al faraón y a su ejército.
R/.
ACLAMACIÓN (2 Co
5, 19) R/. Aleluya, aleluya.
Dios ha reconciliado consigo al mundo, por medio de Cristo, y nos ha encomendado
a nosotros el mensaje de la reconciliación.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 12, 14-21
En aquel tiempo, los fariseos
se confabularon contra Jesús para acabar con él. Al saberlo, Jesús
se retiró de ahí. Muchos lo siguieron y él curó
a todos los enfermos y les mandó enérgicamente que no lo publicaran,
para que se cumplieran las palabras del profeta Isaías:
Miren a mi siervo, a quien sostengo; a mi elegido, en quien tengo mis complacencias.
En él he puesto mi Espíritu, para que haga brillar la justicia
sobre las naciones. No gritará ni clamará, no hará oír
su voz en las plazas, no romperá la caña resquebrajada, ni apagará
la mecha que aún humea, hasta que haga triunfar la justicia sobre la
tierra; y en él pondrán todas las naciones su esperanza. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Mateo contempla la labor de Jesús como el cumplimiento discreto de la misión profética del Servidor de Yavhé, quien, guiado por el Espíritu, hará triunfar el derecho y la esperanza.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Padre lleno de bondad, que nos socorra el inmenso amor de tu Hijo unigénito para que, quien al nacer de la Virgen María no menoscabó la integridad de la Madre, sino que la consagró, nos libre de nuestras culpas y haga aceptable a ti nuestra oblación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr Lc 11, 27)
Dichosa la Virgen María, que llevó en su seno al Hijo del eterno Padre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, al recibir el sacramento celestial en esta festividad de la santísima Virgen María, te pedimos que nos concedas celebrar dignamente, a imitación suya, el misterio de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor
XVI DOMINGO ORDINARIO
Santos: Alejo de Roma, penitente, y Eduviges de Polonia, reina. Beatas Carmelitas de Compiegne, màrtires.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 53, 6. 8)
Señor Dios, tú eres mi auxilio y el único apoyo de mi vida; te ofreceré de corazón un sacrificio y te daré gracias, Señor, porque eres bueno.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Míranos, Señor, con amor y multiplica en nosotros los dones de tu gracia para que, llenos de fe, esperanza y caridad, permanezcamos siempre fieles en el cumplimiento de tus mandatos. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de la Sabiduría: 12, 13. 16-19
No hay más Dios que
tú, Señor, que cuidas de todas las cosas. No hay nadie a quien
tengas que rendirle cuentas de la justicia de tus sentencias. Tu poder es el
fundamento de tu justicia, y por ser el Señor de todos, eres misericordioso
con todos.
Tú muestras tu fuerza a los que dudan de tu poder soberano y castigas
a quienes, conociéndolo, te desafían. Siendo tú el dueño
de la fuerza, juzgas con misericordia y nos gobiernas con delicadeza, porque
tienes el poder y lo usas cuando quieres.
Con todo esto has enseñado a tu pueblo que el justo debe ser humano,
y has llenado a tus hijos de una dulce esperanza, ya que al pecador le das tiempo
para que se arrepienta. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
En este repaso histórico,
el autor celebra la misericordia con la cual Dios mostró su indulgente
paciencia a los extraviados cananeos: El Dios justo se mostró paciente
con los pecadores.
Del salmo 85 R/. Tú, Señor, eres bueno y clemente.
Puesto que eres, Señor, bueno y clemente y todo amor con quien tu nombre
invoca, escucha mi oración y a mi súplica da respuesta pronta.
R/.
Señor, todos los pueblos vendrán para adorarte y darte gloria,
pues sólo tú eres Dios, y tus obras, Señor, son portentosas.
R/.
Dios entrañablemente compasivo, todo amor y lealtad, lento a la cólera,
ten compasión de mí, pues clamo a ti, Señor, a toda hora.
R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 8, 26-27
Hermanos: El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que conoce profundamente los corazones, sabe lo que el Espíritu quiere decir, porque el Espíritu ruega conforme a la voluntad de Dios, por los que le pertenecen. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El cristiano que vive entregado a los designios del Espíritu se deja conducir con docilidad. La oración es un susurro amoroso en los oídos del Padre que el Espíritu alienta en nosotros.
ACLAMACION (cfr. Mt 11,
25) R/. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado
los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 13, 24-43
En aquel tiempo, Jesús
propuso esta parábola a la muchedumbre: “El Reino de los cielos
se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras
los trabajadores dormían, llegó un enemigo del dueño, sembró
cizaña entre el trigo y se marchó. Cuando crecieron las plantas
y se empezaba a formar la espiga, apareció también la cizaña.
Entonces los trabajadores fueron a decirle al amo: ‘Señor, ¿qué
no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, salió
esta cizaña?’ El amo les respondió: ‘De seguro lo
hizo un enemigo mío’. Ellos le dijeron: ‘Quieres que vayamos
a arrancarla?’ Pero él les contestó: ‘No. No sea que
al arrancar la cizaña, arranquen también el trigo. Dejen que crezcan
juntos hasta el tiempo de la cosecha y, cuando llegue la cosecha, diré
a los segadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en gavillas
para quemarla; y luego almacenen el trigo en mi granero’
Luego les propuso esta otra parábola: “El Reino de los cielos es
semejante a la semilla de mostaza que un hombre siembra en un huerto. Ciertamente
es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece, llega
a ser más grande que las hortalizas y se convierte en un arbusto, de
manera que los pájaros vienen y hacen su nido en las ramas”.
Les dijo también otra parábola: “El Reino de los cielos
se parece a un poco de levadura que tomó una mujer y la mezclo con tres
medidas de harina, y toda la masa acabó por fermentar”.
Jesús decía a la muchedumbre todas estas cosas con parábolas,
y sin parábolas nada les decía, para que se cumpliera lo que dijo
el profeta: Abriré mi boca y les hablaré con parábolas;
anunciaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo.
Luego despidió a la multitud y se fue a su casa. Entonces se le acercaron
sus discípulos y le dijeron: “Explícanos la parábola
de la cizaña sembrada en el campo”.
Jesús les contestó: “El sembrador de la buena semilla es
el Hijo del hombre, el campo es el mundo, la buena semilla son los ciudadanos
del Reino, la cizaña son los partidarios del maligno, el enemigo que
la siembra es el diablo, el tiempo de la cosecha es el fin del mundo, y los
segadores son los ángeles.
Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así
sucederá al fin del mundo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles
para que arranquen de su Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a
todos los malvados, y los arrojen en el horno encendido. Allí será
el llanto y la desesperación. Entonces los justos brillarán como
el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
La parábola de la cizaña es una amonestación dirigida a los impacientes y acelerados. La comunidad eclesial tiene conciencia de su doble dimensión misteriosa: es santa y pecadora.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, que con la muerte de tu Hijo llevaste a término y perfección los sacrificios de la antigua alianza, acepta y bendice estos dones, como aceptaste y bendijiste los de Abel, para que lo que cada uno te ofrece sea de provecho para la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio dominical
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 110. 4-5)
Para perpetuar su amor, el Señor nos ha dejado el memorial de sus prodigios y ha dado a sus amigos el signo de un banquete que les recuerde para siempre su alianza.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNJÓN
Señor, tú que nos has concedido participar en esta Eucaristía, míranos con bondad y ayúdanos a vencer nuestra fragilidad humana para poder vivir como hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA
REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Dice
un conocido refrán: “Dios siempre perdona, los hombres a veces,
la naturaleza nunca”. Efectivamente, a los humanos siempre nos ha costado
mucho trabajo otorgar el perdón y la compasión a los violentos
y egoístas. En cambio, Dios extiende y administra su perdón en
forma sabia, sin excesos ni abaratamientos.
Los humanos nos vamos a los extremos; algunas ocasiones queremos formar una
iglesia muy espiritual, llena de puros y santos; en otras, abrimos tanto las
fronteras que confundimos el perdón con la tolerancia y el desorden.
La cizaña se disfraza de trigo. Aunque sólo Dios conoce el interior
de cada persona, tengamos cuidado, pues nos hemos vuelto indulgentes a grado
tal que hemos entibiado la fidelidad y nuestro testimonio como cristianos.
Santos: Arnulfo de Metz y Federico de Utrecht obispos. Beato Simeón de Lípnica, presbítero.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 89, 17)
Señor, muéstrate bondadoso con nosotros y haz fecundo el trabajo de nuestras manos.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que has querido que por medio de su trabajo el hombre llegue a dominar las fuerzas de la naturaleza, concédenos desempeñar nuestras labores con verdadero espíritu cristiano; así seremos colaboradores tuyos en el perfeccionamiento de la creación y proclamaremos, con nuestros hermanos, una caridad realmente eficaz. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Éxodo: 14, 5-18
En aquellos días,
cuando le avisaron al faraón que los israelitas habían escapado,
el faraón y sus servidores cambiaron de parecer con respecto al pueblo
de Israel y exclamaron: “¿Qué hemos hecho? Hemos dejado
escapar a nuestros esclavos israelitas”. Entonces el faraón mandó
enganchar su carro y llevó consigo sus tropas: seiscientos carros escogidos
y todos los carros de Egipto, cada uno con sus respectivos guerreros.
El Señor endureció el corazón del faraón, rey de
Egipto, para que persiguiera a los hijos de Israel, mientras éstos se
alejaban jubilosos. Los egipcios los persiguieron con todo un ejército
de caballos, carros y guerreros, y les dieron alcance, mientras acampaban junto
al mar, cerca de Pi-ha-Jirot, frente a Baal-Sefón.
Al acercarse el faraón, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y viendo
que los egipcios los perseguían, tuvieron miedo, clamaron al Señor
y le dijeron a Moisés: “¿Acaso no había sepulturas
en Egipto, para que nos trajeras a morir en el desierto? ¿Para qué
nos sacaste de Egipto? ¿No te dijimos claramente allá: ‘Déjanos
en paz; queremos servir a los egipcios’? Pues más vale servir a
los egipcios que morir en el desierto”.
Moisés le contestó al pueblo: “No teman; permanezcan firmes
y verán la victoria que el Señor les va a conceder hoy. Los egipcios
que ven ahora, no los volverán a ver nunca. El Señor peleará
por ustedes, y ustedes no tendrán que preocuparse por nada”.
Entonces el Señor le dijo a Moisés: “Por qué sigues
clamando a mí? Diles a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú,
alza tu bastón, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para
que los israelitas entren en el mar sin mojarse. Yo voy a endurecer el corazón
de los egipcios para que los persigan, y me cubriré de gloria a expensas
del faraón y de todo su ejército, de sus carros y jinetes. Cuando
me haya cubierto de gloria a expensas del faraón, de sus carros y jinetes,
los egipcios sabrán que yo soy el Señor”. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
En las cercanías
del mar Rojo, los israelitas se espantan ante la proximidad del ejército
egipcio. Pero antes que ocurra el desastre inminente, Dios da órdenes
precisas a Moisés para que haga avanzar a su pueblo y de ese modo les
muestre su gloria.
Éxodo 15 R/. Alabemos al Señor por su victoria.
Cantemos al Señor, sublime es su victoria: caballos y jinetes arrojó
en el mar. Mi fortaleza y mi canto es el Señor, él es mi salvación;
él es mi Dios, y yo lo alabaré, es el Dios de mis padres, y yo
le cantaré. R/.
El Señor es un guerrero, su nombre es el Señor. Precipitó
en el mar los carros del faraón y a sus guerreros; ahogó en el
mar Rojo a sus mejores capitanes. R/.
Las olas los cubrieron, cayeron hasta el fondo, como piedras. Señor,
tu diestra brilla por su fuerza; tu diestra, Señor, tritura al enemigo.
R/.
ACLAMACIÓN (cfr.
Sal 94, 8) R/. Aleluya, aleluya.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su
corazón”. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 12, 38-42
En aquel tiempo, le dijeron
a Jesús algunos escribas y fariseos: “Maestro, queremos verte hacer
una señal prodigiosa”. El les respondió: “Esta gente
malvada e infiel está reclamando una señal, pero la única
señal que se le dará, será la del profeta Jonás.
Pues de la misma manera que Jonás estuvo tres días y tres noches
en el vientre de la ballena, así también el Hijo del hombre estará
tres días y tres noches en el seno de la tierra.
Los habitantes de Ninive se levantarán el día del juicio contra
esta gente y la condenarán, porque ellos se convirtieron con la predicación
de Jonás, y aquí hay alguien más grande que Jonás.
La reina del sur se levantará el día del juicio contra esta gente
y la condenará, porque ella vino de los últimos rincones de la
tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay
alguien más grande que Salomón”. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Los contemporáneos del Señor Jesús reclamaban signos patentes y vistosos, pues no sabían interpretar las señales provocadoras y elocuentes que Dios cumplía en la persona de su Hijo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones de tu Iglesia y concédenos que, por medio de nuestro trabajo, simbolizado en este pan y este vino que te presentamos, cooperemos a la obra redentora de Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Col 3, 17)
Todo lo que hagan de palabra o de obra, háganlo en el nombre de Jesús, el Señor, dando gracias por su medio a Dios Padre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú que nos has alimentado con el pan eterno, concédenos también, Señor, lo necesario para la vida temporal. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Justa y Rutina, mártires y Símaco, papa. Beata María Vicenta de Santa Dorotea, fundadora.
ANTÍFONA DE ENTRADA (1 Co 12. 4-6)
Los carismas son diferentes, pero el Espíritu es el mismo. Son diferentes los ministerios, pero el Señor es el mismo. Las actividades son diferentes, pero el Dios que obra todo en todos es el mismo.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que enseñaste a los ministros de tu Iglesia, a no buscar que alguien los sirva, sino a servir a todos, concédeles ser infatigables en el don de sí mismos, constantes en la oración, alegres y bondadosos en el ejercicio de su ministerio. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Éxodo: 14, 21-15, 1
En aquellos días,
Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar
durante toda la noche un fuerte viento del este, que secó el mar, y dividió
las aguas. Los israelitas entraron en el mar y no se mojaban, mientras las aguas
formaban una muralla a su derecha y a su izquierda. Los egipcios se lanzaron
en su persecución y toda la caballería del faraón, sus
carros y jinetes, entraron tras ellos en el mar.
Hacia el amanecer, el Señor miró desde la columna de fuego y humo
al ejército de los egipcios y sembró entre ellos el pánico.
Trabó las ruedas de sus carros, de suerte que no avanzaban sino pesadamente.
Dijeron entonces los egipcios: “Huyamos de Israel, porque el Señor
lucha en su favor contra Egipto”.
Entonces el Señor le dijo a Moisés: “Extiende tu mano sobre
el mar, para que vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes”.
Y extendió Moisés su mano sobre el mar, y al amanecer, las aguas
volvieron a su sitio, de suerte que al huir los egipcios se encontraron con
ellas, y el Señor los derribó en medio del mar. Volvieron las
aguas y cubrieron los carros, a los jinetes y a todo el ejército del
faraón, que se había metido en el mar para perseguir a Israel.
Ni uno solo se salvó.
Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del mar. Las aguas les
hacían muralla a derecha e izquierda. Aquel día salvó el
Señor a Israel de las manos de Egipto. Israel vio a los egipcios muertos
en la orilla del mar. Israel vio la mano fuerte del Señor sobre los egipcios,
y el pueblo temió al Señor y creyó en el Señor y
en Moisés, su siervo. Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron
este cántico al Señor: Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Un suceso extraordinario
hizo que los egipcios perecieran en el mar. Los israelitas consideraron ese
signo como la acción decisiva de su liberación.
Éxodo 15 R/. Alabemos al Señor por su victoria.
Al soplo de tu ira las aguas se agolparon, el oleaje se irguió como un
gran dique y el mar quedó cuajado. R/.
El enemigo dijo: “Iré tras ellos a alcanzarlos, repartirá
el botín, saciará mi codicia, empuñaré la espada,
los matará mi mano”. R/.
Pero soplé tu aliento y el mar cayó sobre ellos; en las temibles
aguas como plomo se hundieron. Extendiste tu diestra y se los tragó la
tierra. R/.
Tú llevas a tu pueblo para plantarlo en el monte que le diste en herencia,
en el lugar que convertiste en tu morada, en el santuario que construyeron tus
manos. R/.
ACLAMACIÓN (Jn 123)
R/. Aleluya, aleluya.
El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y haremos
en él nuestra morada, dice el Señor. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 12, 46-50
En aquel tiempo, Jesús
estaba hablando a la muchedumbre, cuando su madre y sus parientes se acercaron
y trataban de hablar con él. Alguien le dijo entonces a Jesús:
“Oye, ahí fuera están tu madre y tus hermanos, y quieren
hablar contigo”.
Pero él respondió al que se lo decía: “¿Quién
es mi madre y quiénes son mis hermanos?”. Y señalando con
la mano a sus discípulos, dijo: “Estos son mi madre y mis hermanos.
Pues todo el que cumple la voluntad de mi Padre, que está en los cielos,
ése es mí hermano, mi hermana y mi madre”. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Jesús mantuvo posturas atrevidas en relación con la institución familiar. Desafié el honor de las familias de Galilea e instituyó con sus discípulos un nuevo modelo de relaciones humanas.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Padre santo, nuestros dones y concédenos seguir el ejemplo de humildad y servicio a los demás que nos dejó tu Hijo Jesucristo al lavar los pies de los apóstoles. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 12, 37)
Dichosos aquellos criados a quienes el Señor, al llegar, encuentre en vela. Los hará sentar a la mesa y él mismo les servirá.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concede, Señor, a tus hijos alimentados con esta Eucaristía, ser fieles ministros del Evangelio, de los sacramentos y de la caridad, para bien de tu pueblo y gloria de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Bulmaro de Bolonia, Margarita de Antioquia, mártir y José María Díaz, mártir.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 17, 19-20)
El Señor es mi protector; él me libró de las manos de mis enemigos y me salvó, porque me ama.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, que el curso de los acontecimientos del mundo se desenvuelva, según tu voluntad, en la justicia y en la paz, y que tu Iglesia pueda servirte con tranquilidad y alegría. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Éxodo: 16, 1-5. 9-15
El día quince del
segundo mes, después de salir de Egipto, toda la comunidad de Israel
partió de Elim y llegó al desierto de Sin, entre Elim y el Sinaí.
Toda la comunidad de los hijos de Israel murmuró contra Moisés
y Aarón en el desierto, diciendo: “Ojalá hubiéramos
muerto a manos del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos junto
a las ollas de carne y comíamos pan hasta saciarnos. Ustedes nos han
traído a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud”.
Entonces dijo el Señor a Moisés: “Voy a hacer que llueva
pan del cielo. Que el pueblo salga a recoger cada día lo que necesita,
pues quiero probar si guarda mi ley o no. El día sexto recogerán
el doble de lo que suelen recoger cada día y guardarán una parte
para el día siguiente”.
Moisés le dijo a Aarón: “Di a la comunidad de los israelitas:
‘Vengan ante las presencia del Señor, porque él ha escuchado
las quejas de ustedes’”. Mientras Aarón hablaba a toda la
asamblea, ellos se volvieron hacia el desierto y vieron la gloria del Señor,
que aparecía en una nube.
El Señor le dijo a Moisés: “He oído las murmuraciones
de los hijos de Israel. Diles de parte mía: ‘Por la tarde comerán
carne y por la mañana se hartarán de pan, para que sepan que yo
soy el Señor, su Dios’
Aquella misma tarde, una bandada de codornices cubrió el campamento.
A la mañana siguiente había en torno a él una capa de rocío
que, al evaporarse, dejó el suelo cubierto con una especie de polvo blanco
semejante a la escarcha. Al ver eso, los israelitas se dijeron unos a otros:
“Que es esto?”, pues no sabían lo que era. Moisés
les dijo: “Este es el pan que el Señor les da por alimento”.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
A las primeras de cambio
el pueblo recién salido de Egipto se desmoraliza. Sin embargo, Dios los
sigue tratando con paciencia, sacia su hambre y continúa dándoles
muestras de su benevolencia.
Del salmo 77 R/. El Señor les dio pan del cielo.
Quisieron poner a prueba a Dios pidiéndole comida a su capricho y murmuraban
contra él diciendo: ¿Podrá Dios prepararnos un banquete
en el desierto? R/.
Entonces el Señor mandó a las nubes que abrieran las compuertas
de los cielos; hizo llover maná sobre su pueblo, trigo celeste envió
como alimento. Así el hombre comió pan de ángeles. Dios
les dio de comer en abundancia, R/.
Hizo soplar desde el cielo el viento Este y dirigió con su fuerza el
viento Sur. Hizo llover carne como una polvareda y que llovieran aves como arena
del mar. Dios las hizo caer en medio del campamento, en torno a sus tiendas
de campaña. R/.
ACLAMACIÓN R/. Aleluya,
aleluya.
La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquel que lo
encuentra vivirá para siempre. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 13, 1-9
Un día salió
Jesús de la casa donde se hospedaba y se sentó a la orilla del
mar. Se reunió en tomo suyo tanta gente, que él se vio obligado
a subir a una barca, donde se sentó, mientras la gente permanecía
en la orilla, Entonces Jesús les habló de muchas cosas en parábolas
y les dijo:
“Una vez salió un sembrador a sembrar, y al ir arrojando la semilla,
unos granos cayeron a lo largo del camino; vinieron los pájaros y se
los comieron. Otros granos cayeron en terreno pedregoso, que tenía poca
tierra; ahí germinaron pronto, porque la tierra no en gruesa; pero cuando
subió el sol, los brotes se marchitaron, y como no tenían raíces,
se secaron. Otros cayeron entre espinos, y cuando los espinos crecieron, sofocaron
las plantitas. Otros granos cayeron en tierra buena y dieron fruto: unos, ciento
por uno; otros sesenta; y otros, treinta. El que tenga oídos, que oiga”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
El sembrador lanza la semilla a la gente animado por la esperanza. No desespera ante la inercia y la cerrazón obstinada de sus oyentes. El sigue, a pesar de todo, lanzando su proclama.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que este pan y este vino que tú mismo nos das para ofrecértelos nos ayuden, Señor, convertidos en el Cuerpo y Sangre de tu Hijo, a conseguir el premio de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 28. 20)
Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Padre misericordioso, que por este sacramento con que ahora nos fortaleces, nos hagas algún día, participar de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Lorenzo de Brindisi, doctor de Iglesia; Daniel profeta, y Alberico Crescitelli, mártir.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sa 77, 23-25)
Abrió Dios las compuertas del cielo e hizo llover sobre ellos el maná para que comiesen; les dio un trigo celeste, y el hombre comió pan de ángeles.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que llevaste a cabo la obra de la redención humana por el misterio pascual de tu Hijo, concédenos que, al anunciar llenos de fe por medio de los signos sacramentales, su muerte y resurrección, recibamos cada vez con mayor abundancia los frutos de la salvación. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Éxodo: 19, 1-2. 9-l1. 16-20
Aquel día, a los
tres meses de haber salido de Egipto, los israelitas, que habían partido
de Refidim, llegaron al desierto de Sinaí y acamparon frente al monte.
Entonces el Señor le dijo a Moisés: “Voy a acercarme a ti
en una nube espesa, para que el pueblo pueda escuchar lo que te digo y tenga
siempre fe en ti”.
Moisés comunicó al Señor lo que el pueblo le había
dicho. Y el Señor le dijo: “Vuelve a donde está el pueblo
y ordénales que se purifiquen hoy y mañana; que laven su ropa
y estén preparados para pasado mañana, pues el Señor bajará
al monte Sinaí a la vista del pueblo”.
Al rayar el alba del tercer día, hubo truenos y relámpagos; una
densa nube cubrió el monte y se escuchó un fragoroso resonar de
trompetas. Esto hizo temblar al pueblo, que estaba en el campamento. Moisés
hizo salir al pueblo para ir al encuentro de Dios; pero la gente se detuvo al
pie del monte. Todo el monte Sinaí humeaba, porque el Señor había
descendido sobre él en medio del fuego. Salía humo como de un
horno y todo el monte retemblaba con violencia. El sonido de las trompetas se
hacía cada vez más fuerte. Moisés hablaba y Dios le respondía
con truenos. El Señor bajó a la cumbre del monte y le dijo a Moisés
que subiera. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
La teofanía del
Sinaí es la constatación patente de la creencia de un pueblo.
El hombre no puede acercarse a Dios y seguir con vida. Cuando Dios se aproxima,
la tierra tiembla.
Daniel 3 R/. Bendito seas, Señor, santo y glorioso.
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres. Bendito sea tu nombre santo
y glorioso. R/.
Bendito seas en el templo santo y glorioso. Bendito seas en el trono de tu reino.
R/.
Bendito eres tú, Señor, que penetras con tu mirada los abismos
y te sientas en un trono rodeado de querubines. Bendito seas, Señor,
en la bóveda del cielo. R/.
ACLAMACIÓN (cfr.
Mt 11, 25) R/. Aleluya, aleluya.
Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado
los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 13, 10-17
En aquel tiempo, se acercaron
a Jesús sus discípulos y le preguntaron: “Por qué
les hablas en parábolas?”. El les respondió: “A ustedes
se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los cielos; pero a ellos
no. Al que tiene se le dará más y nadará en la abundancia;
pero al que tiene poco, aun ese poco se le quitará. Por eso les hablo
en parábolas, porque viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden.
En ellos se cumple aquella profecía de Isaías que dice:
Ustedes oirán una y otra vez y no entenderán; mirarán y
volverán a mirar; pero no verán; porque este pueblo ha endurecido
su corazón, ha cerrado sus ojos y tapado sus oídos, con el fin
de no ver con los ojos ni oír con los oídos, ni comprender con
el corazón. Porque no quieren convertirse ni que yo los salve.
Pero, dichosos ustedes, porque sus ojos ven y sus oídos oyen. Yo les
aseguro que muchos profetas y muchos justos desearon ver lo que ustedes ven
y no lo vieron y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Para comprender el mensaje parabólico de Jesús, no bastan la inteligencia y la habilidad interpretativa, es más indispensable compartir la vida con Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, al celebrar el memorial de nuestra salvación, te pedimos humildemente nos concedas que este sacramento de amor sea siempre para nosotros un signo de unidad y un vínculo de amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 6, 51-52)
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor. El que coma de este pan, vivirá eternamente; pues el pan que voy a dar, es mi carne, y lo doy para vida del mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que la participación en este banquete celestial nos santifique, de modo que, por la recepción del Cuerpo y Sangre de Cristo, se estreche entre nosotros la unión fraterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Maria Magdalena, penitente; Domingo de Carracedo, ermitaño, Agustín Fangi, obispo.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Jn 20, 17)
Jesús dijo a María Magdalena: Ve y diles a mis hermanos: Subo a mi Padre y a su Padre, a mi Dios y a su Dios.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quisiste que santa María Magdalena fuera la primera en recibir de tu Hijo Unigénito el encargo de anunciar el gozo de la resurrección, concédenos, que siguiendo su ejemplo, demos a conocer a todos que Cristo vive y nos está esperando en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Éxodo: 20, 1-17
En aquellos días,
el Señor promulgó estos preceptos para su pueblo en el monte Sinaí,
diciendo: “Yo soy el Señor, tu Dios, que te sacó de la tierra
de Egipto y de la esclavitud. No tendrás otros dioses fuera de mí;
no te fabricarás ídolos ni imagen alguna de lo que hay arriba,
en el cielo, o abajo, en la tierra, o en el agua, y debajo de la tierra. No
adorarás nada de eso ni le rendirás culto, porque yo, el Señor,
tu Dios, soy un Dios celoso, que castiga la maldad de los padres en los hijos
hasta la tercera y cuarta generación de aquellos que me odian; pero soy
misericordioso hasta la milésima generación de aquellos que me
aman y cumplen mis mandamientos.
No harás mal uso del nombre del Señor, tu Dios, por que no dejará
el Señor sin castigo a quien haga mal uso de su nombre.
Acuérdate de santificar el sábado. Seis días trabajarás
y en ellos harás todos tus quehaceres; pero el día séptimo
es día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios. No harás
en él trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo,
ni tu esclava, ni tus animales, ni el forastero que viva contigo. Porque en
seis días hizo el Señor el cielo, la tierra, el mar y cuanto hay
en ellos, pero el séptimo, descansé. Por eso bendijo el Señor
el sábado y lo santificó.
Honra a tu padre y a tu madre para que vivas largos años en la tierra
que el Señor, tu Dios, te va a dar. No matarás. No cometerás
adulterio. No robarás. No darás falso testimonio contra tu prójimo.
No codiciarás la casa de tu prójimo, ni a su mujer, ni a su esclavo,
ni a su esclava, ni su buey, ni su burro, ni cosa alguna que le pertenezca”.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Las diez palabras dadas
en el Sinaí son las referencias y los ordenamientos básicos que
regulan las relaciones de los hijos de Israel con Dios y con los demás
hermanos.
Del salmo 18 R/. Ayúdanos, Señor, a cumplir tu voluntad.
La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables
son las palabras del Señor y hacen sabio al sencillo. R/.
En los mandamientos de Dios hay rectitud y alegría para el corazón;
son luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino. R/.
La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandamientos del Señor
son verdaderos y enteramente justos. R/.
Más deseables que el oro y las piedras preciosas son las normas del Señor,
y más dulces que la miel de un panal que gotea. R/.
ACLAMACIÓN R/. Aleluya,
aleluya.
¿Qué has visto de camino, María, en la mañana? A
mi Señor glorioso, la tumba abandonada. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 20, 1-2. 11-18
El primer día después
del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena
al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr, llegó
a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien
Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor
y no sabemos dónde lo habrán puesto”.
María se había quedado llorando junto al sepulcro de Jesús.
Sin dejar de llorar, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos
de blanco, sentados en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús,
uno en la cabecera y el otro junto a los pies. Los ángeles le preguntaron:
“¿Por qué estás llorando, mujer?”. Ella les
contestó: “Porque se han llevado a mi Señor y no sé
dónde lo habrán puesto”.
Dicho esto, miró hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero
no sabía que era Jesús. Entonces él le dijo: “Mujer,
¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?”.
Ella, creyendo que era el jardinero, le respondió: “Señor,
si tú te lo llevaste, dime dónde lo has puesto”. Jesús
le dijo: “¡María!” Ella se volvió y exclamó:
“Rabbuní!”, que en hebreo significa ‘maestro’.
Jesús le dijo: “Déjame ya, porque todavía no he subido
al Padre. Ve a decir a mis hermanos: ‘Subo a mi Padre y su Padre, a mi
Dios y su Dios’
María Magdalena se fue a ver a los discípulos para decir les que
había visto al Señor y para darles su mensaje. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Maria Magdalena sirvió durante su vida pública a Jesús y luego de la resurrección, se convirtió en testigo y portavoz autorizada del mensaje pascual.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, los dones que te presentamos y acéptalos con el mismo agrado con que tu Hijo Jesucristo aceptó el homenaje de amor de María Magdalena. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (2 Co 5, 14-15)
El amor de Cristo nos compromete a vivir, no para nosotros mismos, sino para él, que murió y resucitó por nosotros.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el sacramento que hemos recibido encienda, Señor, en nosotros aquel mismo amor ardiente y fiel de santa María Magdalena a Cristo, su maestro, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Santos: Brígida de Suecia, fundadora, y Juan Casiano, abad. Beato Pedro Ruiz y compañeros, mártires.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sedulio)
Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.
ORACIÓN COLECTA
Padre eterno, que has puesto en María, la Virgen, el trono real de tu Sabiduría; ilumina a la Iglesia con la luz de la Palabra de la vida, para que en el resplandor de la verdad caminemos hasta el pleno conocimiento de tu misterio de amor. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Éxodo: 24, 3-8
En aquellos días,
Moisés bajó del monte Sinaí y refirió al pueblo
todo lo que el Señor le había dicho y los mandamientos que le
había dado. Y el pueblo contestó a una voz: “Haremos todo
lo que dice el Señor”.
Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor. Se levantó
temprano, construyó un altar al pie del monte y puso al lado del altar
doce piedras conmemorativas, en representación de las doce tribus de
Israel.
Después mandó a algunos jóvenes israelitas a ofrecer holocaustos
e inmolar novillos, como sacrificios pacíficos en honor del Señor.
Tomó la mitad de la sangre, la puso en vasijas y derramó sobre
el altar la otra mitad.
Entonces tomó el libro de la alianza y lo leyó al pueblo, y el
pueblo respondió: “Obedeceremos; haremos todo lo que manda el Señor”.
Luego Moisés roció al pueblo con la sangre, diciendo:
“Esta es la sangre de la alianza que el Señor ha hecho con ustedes,
conforme a las palabras que han oído”. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
La celebración de
la alianza es el establecimiento de un compromiso recíproco de fidelidad.
Israel acepta vivir en adelante reconociendo el señorío exclusivo
de Dios.
Del salmo 49 R/. Ofrécele al Señor tu gratitud.
Habla el Dios de los dioses, el Señor, y convoca a cuantos viven en la
tierra. En Jerusalén, dechado de hermosura, el Señor se ha manifestado.
R/.
Congreguen ante mí a los que sellaron sobre el altar mi alianza. Es Dios
quien va a juzgar y el cielo mismo lo declara R/.
Mejor ofrece a Dios tu gratitud y cumple tus promesas al Altísimo, pues
yo te libraré cuando me invoques y tú me darás gloria,
agradecido. R/.
ACLAMACIÓN (St 21)
R/. Aleluya, aleluya.
Acepten dócilmente la palabra que ha sido sembrada en ustedes y es capaz
de salvarlos. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 13, 24-30
En aquel tiempo, Jesús
propuso esta otra parábola a la muchedumbre: “El Reino de los cielos
se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras
los trabajadores dormían, llegó un enemigo del dueño, sembró
cizaña entre el trigo y se marchó. Cuando crecieron las plantas
y se empezaba a formar la espiga, apareció también la cizaña.
Entonces los trabajadores fueron a decirle al amo: ‘Señor, ¿qué
no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, -pues, salió
esta cizaña?’. El amo les respondió: ‘De seguro lo
hizo un enemigo mío’. Ellos le dijeron: ‘Quieres que vayamos
a arrancarla?’. Pero él les contestó: ‘No. No sea
que al arrancar la cizaña, arranquen también el trigo. Dejen que
crezcan juntos hasta el tiempo de la cosecha y, cuando llegue la cosecha, diré
a los segadores: Arranquen primero la cizaña y atenla en gavillas para
quemarla; y luego almacenen el trigo en mi granero’“. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Esta parábola es una llamada a la cautela y la prudencia. Los juicios temerarios acerca de las personas que componen una comunidad eclesial frecuentemente son injustos y parciales.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Padre lleno de bondad, que nos socorra el inmenso amor de tu Hijo unigénito para que, quien al nacer de la Virgen María, no menoscabó la integridad de la Madre, sino que la consagró, nos libre de nuestras culpas y haga acepta a ti nuestra oblación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de la Santísima Virgen María
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Lo 11, 27)
Dichosa la Virgen María, que llevó en su seno al Hijo del eterno Padre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, al recibir el sacramento celestial en esta conmemoración de la santísima Virgen María, te pedimos que nos concedas celebrar dignamente, a imitación suya, el misterio de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
XVII DOMINGO ORDINARIO
Santos: Charbel Majluf presbítero; Cristina de Bolsena, mártir, y José Fernández, mártir.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sa 67, 6, 7, 36)
Adoremos a Dios en su santo templo. El nos hace habitar juntos en su casa. El es la fuerza y el poder de su pueblo.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Padre santo y todopoderoso, protector de los que en ti confian, ten misericordia de nosotros y enséñanos a usar con sabiduría los bienes de la tierra, a fin de que no nos impidan alcanzar los del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de los Reyes: 3, 5-13
En aquellos días,
el Señor se le apareció al rey Salomón en sueños
y le dijo: “Salomón, pídeme lo que quieras, y yo te lo daré”.
Salomón le respondió: “Señor, tú trataste
con misericordia a tu siervo David, mi padre, porque se portó contigo
con lealtad, con justicia y rectitud de corazón. Más aún,
también ahora lo sigues tratando con misericordia, porque has hecho que
un hijo suyo lo suceda en el trono. Sí, tú quisiste, Señor
y Dios mío, que yo, tu siervo, sucediera en el trono a mi padre, David.
Pero yo no soy más que un muchacho y no sé cómo actuar.
Soy tu siervo y me encuentro perdido en medio de este pueblo tuyo, tan numeroso,
que es imposible contarlo. Por eso te pido que me concedas sabiduría
de corazón, para que sepa gobernar a tu pueblo y distinguir entre el
bien y el mal. Pues sin ella, ¿quién será capaz de gobernar
a este pueblo tuyo tan grande?”.
Al Señor le agradó que Salomón le hubiera pedido sabiduría
y le dijo: “Por haberme pedido esto, y no una larga vida, ni riquezas,
ni la muerte de tus enemigos, sino sabiduría para gobernar, yo te concedo
lo que me has pedido. Te doy un corazón sabio y prudente, como no lo
ha habido antes, ni lo habrá después de ti. Te voy a conceder,
además, lo que no me has pedido: tanta gloría y riqueza, que no
habrá rey que se pueda comparar contigo”. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
La sabiduría que
Dios regalara a Salomón se manifestó en su disponibilidad para
escuchar a su pueblo y en su capacidad para distinguir el bien del mal.
Del salmo 118 R/. Yo amo, Señor, tus mandamientos.
A mi, Señor, lo que me toca es cumplir tus preceptos. Para mí
valen más tus enseñanzas que miles de monedas de oro y plata.
R/.
Señor, que tu amor me consuele, conforme a las promesas que me has hecho.
Muéstrame tu ternura y viviré, porque en tu ley he puesto mi contento.
R/.
Amo, Señor, tus mandamientos más que el oro purísimo; por
eso tus preceptos son mi guía y odio toda mentira. R/.
Tus preceptos, Señor, son admirables, por eso yo los sigo. La explicación
de tu palabra da luz y entendimiento a los sencillos. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 8, 28-30.
Hermanos: ya sabemos que
todo contribuye para bien de los que aman a Dios, de aquellos que han sido llamados
por él, según su designio salvador.
En efecto, a quienes conoce de antemano, los predestina para que reproduzcan
en si mismos la imagen de su propio Hijo, a fin de que él sea el primogénito
entre muchos hermanos. A quienes predestina, los llama; a quienes llama, los
justifica; y a quienes justifica, los glorifica. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
La vocación cristiana es enorme: cada bautizado está llamado a configurar su existencia al estilo de vida de Jesús, el Hijo que nos enseña a vivir como hermanos.
ACLAMACIÓN (cfr.
Mt 11, 25) R/. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado
los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 13, 44-52
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos: “El Reino de los cielos se parece a un tesoro
escondido en un campo. El que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de
alegría, va y vende cuanto tiene y compra aquel campo.
El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas
que, al encontrar una perla muy valiosa, va y vende cuanto tiene y la compra.
También se parece el Reino de los cielos a la red que los pescadores
echan en el mar y recoge toda clase de peces. Cuando se llena la red, los pescadores
la sacan a la playa y se sientan a escoger los pescados; ponen los buenos en
canastos y tiran los malos. Lo mismo sucederá al final de los tiempos:
vendrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos
y los arrojarán al horno encendido. Allí será el llanto
y la desesperación.
¿Han entendido todo esto?”. Ellos le contestaron: “Si”.
Entonces él les dijo: “Por eso, todo escriba instruido en las cosas
del Reino de los cielos es semejante al padre de familia, que va sacando de
su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas”. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Esta serie de parábolas subraya dos aspectos fundamentales del reinado de Dios: su carácter novedoso y original, así como su perspectiva enfocada hacia la plenitud.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estos dones que tu generosidad ha puesto en nuestras manos, y concédenos que este sacrificio santifique toda nuestra vida y nos conduzca a la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio dominical
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 102, 2)
Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus muchos beneficios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que esta Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, nos ayude a corresponder al don inefable de su amor y a procurar cada día nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA
REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Los
cambios que sacuden vertiginosamente al mundo han acortado nuestra capacidad
de asombro. Vemos tantas novedades de continuo que aquéllas en verdad
nuevas y originales, las juzgamos arcaicas y pasadas de moda. El caminar del
cristiano, junto con el anuncio y el testimonio del reinado de Dios, es realmente
nuevo, pero a la vez antiguo.
La Iglesia personaliza la figura de ese letrado experto en las cosas del reino,
que como un padre de familia va entresacando sus tesoros de humanidad y de Evangelio
para el servicio de sus hijos. Por esa razón, cuando la iglesia ha querido
renovarse ha vuelto a sus orígenes y desenterrado sus viejos tesoros.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr Mt 4, 18. 21)
Caminando Jesús por la ribera del mar de Galilea, vio a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que estaban remendando sus redes, y los llamó.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que Santiago fuera el primero de entre los apóstoles en derramar su sangre por el Evangelio, fortalece a tu Iglesia con el testimonio de su martirio y defiéndela con su valiosa protección. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios: 4, 7-15
Hermanos: Llevamos este
tesoro en vasijas de barro, para que se vea que esta fuerza tan extraordinaria
proviene de Dios y no de nosotros mismos. Por eso sufrimos toda clase de pruebas,
pero no nos angustiarnos. Nos abruman las preocupaciones, pero no nos desesperamos.
Nos vemos perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no vencidos.
Llevamos siempre y por todas partes la muerte de Jesús en nuestro cuerpo,
para que en este mismo cuerpo se manifieste también la vida de Jesús.
Nuestra vida es un continuo estar expuestos a la muerte por causa de Jesús,
para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne
mortal. De modo que la muerte actúa en nosotros, y en ustedes, la vida.
Y como poseemos el mismo espíritu de fe que se expresa en aquel texto
de la Escritura: Creo, por eso hablo, también nosotros creemos y por
eso hablamos, sabiendo que aquel que resucitó a Jesús nos resucitará
también a nosotros con Jesús y nos colocará a su lado con
ustedes. Y todo esto es para bien de ustedes de manera que, al extenderse la
gracia a más y más personas, se multiplique la acción de
gracias para gloria de Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Los cristianos de Corinto
están confundidos, con la manera en que san Pablo ejerce su labor apostólica.
El responde y les llama la atención como un padre amoroso y justo.
Del salmo 125 R/. Entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que
siembran con dolor.
Cuando el Señor nos hizo volver del cautiverio, creíamos soñar;
entonces no cesaba de reír nuestra boca, ni se cansaba entonces la lengua
de cantar. R/.
Aun los mismos paganos con asombro decían: “¡Grandes cosas
ha hecho por ellos el Señor!”. Y estábamos alegres, pues
ha hecho grandes cosas por su pueblo el Señor. R/.
Como cambian los ríos la suerte del desierto, cambia también ahora
nuestra suerte, Señor, y entre gritos de júbilo cosecharán
aquellos que siembran con dolor R/.
Al ir, iban llorando, cargando la semilla; al regresar, cantando vendrán
con sus gavillas. R/.
ACLAMACIÓN (cfr.
Jn 15. 16) R/. Aleluya, aleluya.
Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y den fruto
y su fruto permanezca. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según San Mateo: 20, 20-28
En aquel tiempo, se acercó
a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo, junto con ellos, y se postró
para hacerle una petición. El le preguntó: “¿Que
deseas?”. Ella respondió: “Concédeme que estos dos
hijos míos se sienten, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, en
tu Reino”. Pero Jesús replicó: “No saben ustedes lo
que piden. ¿Podrán beber el cáliz que yo he de beber?”.
Ellos contestaron: “Sí podemos”. Y él les dijo: “Beberán
mi cáliz; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca
a mí concederlo; es para quien mi Padre lo tiene reservado”.
Al oír aquello, los otros diez discípulos se indignaron contra
los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: “Ya saben
que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. Que
no sea así entre ustedes. El que quiera ser grande entre ustedes, que
sea el que los sirva, y el que quiera ser primero, que sea su esclavo; así
como el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar la
vida por la redención de todos”. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Jesús inauguró un modo de ejercer la autoridad. De igual manera, sus apóstoles y discípulos tendrán que asumir, con un nuevo espíritu, su ministerio de conducción.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos y por intercesión del apóstol Santiago, purifica nuestros corazones para que podamos participar dignamente del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio de los apóstoles I o II
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Mt 20, 22-23)
Quienes participan del cáliz del Señor se convierten en amigos de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por intercesión del
apóstol Santiago, en cuya festividad hemos recibido con alegría
tus santos sacramentos, concédenos, Señor, tu protección
y ayuda. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Benditos sean san Joaquín y santa Ana, porque fueron los padres de la Virgen María; por ella nos ha venido la salvación prometida a todas las naciones.
ORACIÓN COLECTA
Dios de nuestros padres, que concediste a san Joaquín y a santa Ana el privilegio de ser los padres de María, la madre del Salvador, ayúdanos, por su intercesión, a alcanzar la salvación eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Éxodo: 33, 7-11; 34, 5-9. 28
En aquellos días,
Moisés tomó la tienda que había llamado “de la reunión”
y la colocó a cierta distancia, fuera del campamento, de modo que todo
el que deseaba consultar al Señor, tenía que salir fuera del campamento.
Cuando Moisés iba hacia la tienda, todo el pueblo se levantaba, se quedaba
de pie a la entrada de sus tiendas y seguía con la vista a Moisés,
hasta que entraba en la tienda de la reunión. Una vez que Moisés
entraba en ella, la columna de nube bajaba y se detenía a la puerta,
mientras el Señor hablaba con Moisés. Todo el pueblo, al ver la
columna de nube detenida en la puerta de la tienda de la reunión, se
levantaba y cada uno se postraba junto a la entrada de su tienda.
El Señor hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre
con su amigo. Luego volvía Moisés al campamento, pero su ayudante,
el joven Josué, hijo de Nun, no se alejaba de la tienda de la reunión.
Moisés invocó el nombre del Señor, y entonces el Señor
pasó delante de él y exclamó: “¡El Señor
todopoderoso es un Dios misericordioso y clemente, lento para enojarse y rico
en amor y fidelidad; él mantiene su amor por mil generaciones y perdona
la maldad, la rebeldía y el pecado, pero no los deja impunes, pues castiga
la maldad de los padres en los hijos, nietos y bisnietos!”.
Al instante Moisés cayó de rodillas y se postró ante él,
diciendo: “Si de veras gozo de tu favor, te suplico, Señor, que
vengas con nosotros, aunque seamos un pueblo de cabeza dura. Perdona nuestras
maldades y pecados, y recíbenos como herencia tuya”.
Moisés estuvo con el Señor cuarenta días y cuarenta noches,
sin comer pan ni beber agua. Y escribió en las tablas las palabras de
la alianza, los diez mandamientos. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Moisés es presentado
como el amigo íntimo que conversa con Dios sin ningún temor. Moisés
vive “en cuarentena” tratando de entender y discernir la voluntad
divina.
Del salmo 102 R/. El Señor es compasivo y misericordioso.
El Señor hace justicia y le da la razón al oprimido. A Moisés
le mostró su bondad y sus prodigios al pueblo de Israel. R/.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso
para perdonar. El Señor no estará siempre enojado, ni durará
para siempre su rencor. R/.
No nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según nuestros
pecados. Como un padre es compasivo con sus hijos, así es de grande su
misericordia. R/.
Así como un padre es compasivo con sus hijos, así es compasivo
el Señor con quien lo ama, pues bien sabe él de lo que estamos
hechos y de que somos barro, no se olvida. R/.
ACLAMACIÓN R/. Aleluya,
aleluya.
La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquél
que lo encuentra vivirá para siempre. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 13, 36-43
En aquel tiempo, Jesús
despidió a la multitud y se fue a su casa. Entonces se le acercaron sus
discípulos y le dijeron: “Explícanos la parábola
de la cizaña sembrada en el campo”.
Jesús les contestó: “El sembrador de la buena semilla es
el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos
del Reino; la cizaña son los partidarios del demonio; el enemigo que
la siembra es el demonio; el tiempo de la cosecha es el fin del mundo, y los
segadores son los ángeles.
Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así
sucederá al fin del mundo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles
para que arranquen de su Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a
todos los malvados, y los arrojen en el horno encendido. Allí será
el llanto y la desesperación. Entonces los justos brillarán como
el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Dios es paciente y justo. Por su paciencia nos otorga el perdón y continúa regalándonos la vida y sus numerosas bendiciones. Su justicia resplandecerá al final de la historia.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, el sacrificio que vamos a ofrecerte y concédenos participar por él de la salvación prometida en Cristo a Abraham y a su descendencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Sal 25)
Dichosos los corazones limpios porque han recibido la bendición del Señor y han encontrado gracia delante de Dios, su salvador.
ORACIÒN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre santo, que quisiste que tu Unigénito se hiciera hermano nuestro para convertimos en hijos tuyos, concede a quienes has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de Cristo un verdadero espíritu filial y una sincera caridad fraterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Aurelio, Natalia y compañeros, mártires; Celestino 1 papa, y Clemente de Iliria, obispo.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 24, 16. 18)
Tengo los ojos puestos en el Señor, porque él me libra de todo peligro. Mírame, Dios mío, y ten piedad de mi, que estoy solo y afligido.
ORACIÓN COLECTA
Nos acogemos, Señor, a tu providencia, que nunca se equivoca, y te pedimos humildemente que apartes de nosotros todo mal y nos concedas aquello que pueda contribuir a nuestro bien. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Éxodo: 34, 29-35
Cuando Moisés bajó
del monte Sinaí con las dos tablas de la alianza, no sabía que
tenía el rostro resplandeciente por haber hablado con el Señor.
Aarón y todos los hijos de Israel miraron a Moisés, y al ver que
su rostro resplandecía, tuvieron miedo de acercársele. Pero Moisés
los llamó, y entonces Aarón y todos los jefes del pueblo se acercaron
y Moisés habló con ellos. A continuación se le acercaron
también todos los israelitas y él les comunicó todo lo
que el Señor le había ordenado en el monte Sinaí. Cuando
Moisés acabó de hablar con ellos, se cubrió el rostro con
un velo.
Siempre que Moisés se presentaba ante el Señor para hablar con
él, se quitaba el velo de su rostro, y al salir, comunicaba a los israelitas
lo que el Señor le había ordenado.
Ellos veían entonces que el rostro de Moisés resplandecía,
y Moisés cubría de nuevo su rostro, hasta que entraba a hablar
otra vez con el Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El velo de Moisés
es un símbolo que afirma la singularidad del mediador. Moisés
ha disfrutado de la intimidad con el Señor y tiene que velar esa gloria
a los ojos de sus hermanos.
Del salmo 98 R/. Santo es el Señor, nuestro Dios.
Alaben al Señor, nuestro Dios, y póstrense a sus pies, pues el
Señor es santo, R/.
Moisés y Aarón, entre sus sacerdotes, y Samuel, entre aquellos
que lo honraban, clamaron al Señor y él los oyó. R/.
Desde la columna de nubes les hablaba y ellos oyeron sus preceptos y la ley
que les dio. R/.
Alaben al Señor, a nuestro Dios, póstrense ante su monte santo,
pues santo es nuestro Dios. R/.
ACLAMACIÓN (Jn 15,
15) R/. Aleluya, aleluya.
A ustedes los llamo amigos, dice el Señor, porque les he dado a conocer
todo lo que le he oído a mi Padre. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 13, 44-46
En aquel tiempo, Jesús
dijo a la multitud: “El Reino de los cielos se parece a un tesoro escondido
en un campo. El que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría,
va y vende cuanto tiene y compra aquel campo.
El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas
que, al encontrar una perla muy valiosa, va y vende cuanto tiene y la compra”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Hallazgos maravillosos no ocurren a diario, son esporádicos. El encuentro de cada cristiano con Jesús es un hallazgo incomparable pues transforma profundamente nuestra vida.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Confiados en tu misericordia, Señor, venimos a tu altar con nuestros dones a fin de que te dignes purificarnos por este memorial que estamos celebrando. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mc 123-24)
Yo les aseguro, dice el Señor, que todo cuanto pidan en la oración, si tienen fe en obtenerlo, les será concedido.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre santo, tú que nos has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, guíanos por medio de tu Espíritu a fin de que, no sólo con palabras, sino con toda nuestra vida, podamos demostrarte nuestro amor y así merezcamos entrar al Reino de los cielos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Victor I, papa; Pedro Poveda, mártir y Sansón de Gales, obispo.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 109, 4)
El Señor lo ha jurado y el Señor no se retracta. Tú eres sacerdote para siempre, como lo es Melquisedec.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que para gloria tuya y salvación nuestra constituiste a Cristo sumo y eterno sacerdote, concede al pueblo redimido con su sangre obtener, por la participación en este memorial, los frutos de la muerte y resurrección de tu Hijo, que vive y reina contigo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Éxodo: 40, 16-21. 34-38
En aquellos días,
Moisés hizo todo lo que el Señor le había ordenado. El
día primero del primer mes del año segundo, se construyó
el santuario. Moisés lo construyó: colocó los pedestales
y los tableros, puso los travesaños y levantó las columnas. Después
desplegó la tienda por encima del santuario y sobre ella puso, además,
un toldo, como el Señor se lo había ordenado.
Colocó las tablas de la alianza en el arca; puso debajo de ella los travesaños
y por encima la cubrió con el propiciatorio. Llevó entonces el
arca al santuario y colgó delante de ella un velo para ocultarla, como
el Señor se lo había ordenado.
Entonces la nube cubrió la tienda de la reunión y la gloria del
Señor llenó el santuario. Moisés no podía entrar
en la tienda de la reunión, pues la nube se había posado sobre
ella y la gloria del Señor llenaba el santuario.
Y en todas las etapas, cuando la nube se quitaba de encima del santuario, los
hijos de Israel levantaban el campamento, y cuando la nube no se quitaba, se
quedaban en el mismo sitio. Durante el día la nube del Señor se
posaba sobre el santuario y durante la noche había un fuego que podían
ver todos los israelitas desde sus tiendas. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Esta escena es la culminación del libro del Éxodo. La tienda se
llena de la gloria del Señor. Dios reside en su santuario y ejerce su
poder soberano sobre Israel.
Del salmo 83 R/. Qué agradable, Señor, es tu morada.
Anhelando los atrios del Señor se consume mi alma. Todo mi ser de gozo
se estremece y el Dios vivo es la causa. R/.
Hasta el gorrión encuentra casa y la golondrina un lugar para su nido,
cerca de tus altares, Señor de los ejércitos, Dios mío.
R/.
Dichosos los que viven en tu casa: te alabarán para siempre; dichosos
los que encuentran en ti su fuerza, pues caminarán cada vez con más
vigor. R/.
Pues un día en tus atrios vale más que mil fuera de ellos, y yo
prefiero el umbral de la casa de mi Dios, al lujoso palacio del perverso. R/.
ACLAMACIÓN (cfr.
Hch 16, 14) R/. Aleluya, aleluya.
Abre, Señor, nuestros corazones para que comprendamos las palabras de
tu Hijo. R/.
Lectura
(Proclamación) del santo Evangelio según son Mateo: 13, 47-53
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “El Reino de los cielos
se parece también a la red que los pescadores echan en el mar y recoge
toda clase de peces. Cuando se llena la red, los pescadores la sacan a la playa
y se sientan a escoger los pescados; ponen los buenos en canastos y tiran los
malos. Lo mismo sucederá al final de los tiempos: vendrán los
ángeles, separarán a los malos de los buenos y los arrojarán
al horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación.
¿Han entendido todo esto?”. Ellos le contestaron: “Sí”.
Entonces él les dijo: “Por eso, todo escriba instruido en las cosas
del Reino de los cielos es semejante al padre de familia, que va sacando de
su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas”.
Y cuando acabó de decir estas parábolas, Jesús se marchó
de allí. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
La esperanza en el juicio final sostiene la fe de los inocentes que sufren injusticias y urge a vivir en rectitud a los abusivos y opresores que olvidan las exigencias de la fe.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el memorial del sacrificio de tu Hijo, se lleva a cabo la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Co 11 24-25)
Éste es mi Cuerpo, que se da por ustedes. Este cáliz es la nueva alianza establecida por mi Sangre; cuantas veces lo beban, háganlo en memoria mía, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que nos has concedido el gozo de participar en esta Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, haz que, unidos siempre a él, vivamos como verdaderos hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Maria de Betanía, ama de casa; Urbano I papa; Faustino, Beatriz y Rulo, mártires.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Lc 10, 38)
Cuando Jesús llegó a Betania una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que concediste a santa Maria el privilegio de hospedar y servir en su casa a tu Hijo, Jesucristo, concedenos, por su intercesión, no cerrar nunca nuestras puertas a los que nos necesitan, y ser recibidos por ti en tu casa del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Levítico: 23, 1. 4-11. 15-16. 27. 34-37
El Señor habló
a Moisés y le dijo: “Éstas son las festividades del Señor,
en las que convocarán a asambleas litúrgicas.
El día catorce del primer mes, al atardecer, es la fiesta de la Pascua
del Señor. El día quince del mismo mes es la fiesta de los panes
ázimos, dedicada al Señor Comerán panes sin levadura durante
siete días. El primer día de éstos se reunirán en
asamblea litúrgica y no harán trabajos serviles. Los siete días
harán ofrendas al Señor. El séptimo día se volverán
a reunir en asamblea litúrgica y no harán trabajos serviles”.
El Señor volvió a hablar a Moisés y le dijo: “Di
a los hijos de Israel: ‘Cuando entren en la tierra que yo les voy a dar
y recojan la cosecha, le llevarán la primera gavilla al sacerdote, quien
la agitará ritualmente en presencia del Señor el día siguiente
al sábado, para que sea aceptada.
Pasadas siete semanas completas, contando desde el día siguiente al sábado
en que lleven la gavilla para la agitación ritual, hasta el día
siguiente al séptimo sábado, es decir, a los cincuenta días,
harán una nueva ofrenda al Señor.
El día diez del séptimo mes es el día de la expiación.
Se reunirán en asamblea litúrgica, harán penitencia y presentarán
una ofrenda al Señor.
El día quince de este séptimo mes comienza la fiesta de los campamentos,
dedicada al Señor, y dura siete días. El primer día se
reunirán en asamblea litúrgica. No harán trabajos serviles.
Los siete días harán ofrendas al Señor. El octavo día
volverán a reunirse en asamblea litúrgica y a hacer una ofrenda
al Señor. Es día de reunión religiosa solemne. No harán
trabajos serviles.
Éstas son las festividades del Señor, en las que se reunirán
en asamblea litúrgica y ofrecerán al Señor oblaciones,
holocaustos y ofrendas, sacrificios de comunión y libaciones, según
corresponde a cada día’”. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Israel celebra numerosas
fiestas de acción de gracias para reconocer que todas las bendiciones
y todos los dones han salido de las manos del Padre.
Del salmo 80 R/. Aclamemos al Señor, nuestro Dios.
Entonemos un canto al son de las guitarras y del arpa. Que suene la trompeta
en esta fiesta que conmemora nuestra alianza. R/.
Porque ésta es una ley en Israel, es un precepto que el Dios de Jacob
estableció para su pueblo, cuando lo rescaté de Egipto. R/.
“No tendrás otro Dios fuera de mí ni adorarás a dioses
extranjeros. Pues yo, el Señor, soy el Dios tuyo, el que te sacó
de Egipto, tu destierro”. R/.
ACLAMACIÓN (Jn 8,
12) R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá
la luz de la vida. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 11, 19-27
En aquel tiempo, muchos
judíos habían ido a ver a Marta y a María para consolarlas
por la muerte de su hermano Lázaro.
Apenas oyó Marta que Jesús llegaba, salió a su encuentro;
pero María se quedó en casa. Le dijo Marta a Jesús: “Señor,
si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero aún
ahora estoy segura de que Dios te concederá cuanto le pidas”.
Jesús le dijo: “Tu hermano resucitará”. Marta respondió:
“Ya sé que resucitará en la resurrección del último
día”. Jesús le dijo: “Yo soy la resurrección
y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo
aquel que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre.
¿Crees tú esto?”. Ella le con testó: “Sí,
Señor. Creo firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo de
Dios, el que tenía que venir al mundo”. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
En este diálogo, el Maestro aclara algo importante: la victoria sobre la muerte no es una realidad remota o distante, es algo próximo para quienes creen en Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, al proclamar las maravillas que realizaste en santa Marta, te pedimos humildemente que, así como te fue grato el homenaje de su amor, también te sean agradables las ofrendas con que te manifestamos nuestra sumisión. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 11,27)
Marta dijo a Jesús: Sí, Señor, yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, que ha venido al mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la recepción del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo nos ayude, Señor, a comprender, por intercesión de santa Marta, que muchas cosas nos preocupan e inquietan, pero una sola es necesaria: amarte y servirte aquí en la tierra. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Dichosa tú, Virgen María, que llevaste en tu seno al creador del universo; diste a luz al que te creó, y permaneces virgen para siempre.
ORACIÓN COLECTA
Padre santo, que en el camino de la Iglesia peregrina en la tierra, has puesto como signo luminoso a la Virgen María; por su intercesión aumenta nuestra fe y reaviva nuestra esperanza, para que ningún obstáculo nos desvíe del sendero que nos lleva a la salvación. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Levítico: 25, 1. 8-17
El Señor habló
a Moisés en el monte Sinaí y le dijo: “Contarás siete
semanas de años, siete por siete, o sea, cuarenta y nueve años.
El día diez del séptimo mes, es decir, el día de la expiación,
harán sonar las trompetas y las harán sonar por todo el país.
Declararán santo el año cincuenta y proclamarán la liberación
para todos los habitantes del país. Será para ustedes un año
de jubileo; cada uno de ustedes recobrará sus propiedades y volverá
a su familia.
El año cincuenta será para ustedes un año de jubileo; no
sembrarán ni cosecharán lo que los campos produzcan por sí
mismos; no harán la vendimia de las viñas sin cultivar. Puesto
que es el año del jubileo, será sagrado para ustedes. Comerán
de los productos de la cosecha anterior.
En este año jubilar todos recobrarán sus propiedades. Cuando le
vendas o le compres alguna cosa a tu prójimo, no lo engañes. Ponle
precio a lo que le compres a tu prójimo, atendiendo al número
de años transcurridos desde el último jubileo; él te venderá
a ti atendiendo a las cosechas anuales. Mientras más años falten
para el jubileo, más aumentará el precio; mientras menos tiempo
falte, más rebajarás el precio; porque lo que tu prójimo
te vende son las cosechas que faltan,
Ninguno de ustedes haga daño a su hermano; antes bien, teman a su Dios,
porque yo soy el Señor, Dios de ustedes”. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
El año jubilar es
una celebración de la gracia de Dios. En el jubileo se condonaban las
deudas, se liberaba a los prisioneros y se reconocía el señorío
de Dios.
Del salmo 66 R/. Que te alaben, Señor, todos los pueblos.
Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a
nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora. R/.
Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia;
con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones.
R/.
La tierra ha producido y a sus frutos, Dios nos ha bendecido. Que nos bendiga
Dios y que le rinda honor el mundo entero. R/.
ACLAMACIÓN (Mt 5,
lo) R Aleluya, aleluya.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino
de los cielos, dice el Señor.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 14, 1-12
En aquel tiempo, el rey
Herodes oyó lo que contaban de Jesús y les dijo a sus cortesanos:
“Es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos y por eso
actúan en él fuerzas milagrosas”.
Herodes había apresado a Juan y lo había encadenado en la cárcel
por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, pues Juan le decía
a Herodes que no le estaba permitido tenerla por mujer Y aunque quería
quitarle la vida, le tenía miedo a la gente, porque creían que
Juan era un profeta.
Pero llegó el cumpleaños de Herodes, y la hija de Herodías
bailó delante de todos y le gustó tanto a Herodes, que juró
darle lo que le pidiera. Ella, aconsejada por su madre, le dijo: “Dame,
sobre esta bandeja, la cabeza de Juan el Bautista”.
El rey se entristeció, pero a causa de su juramento y por no quedar mal
con los invitados, ordenó que se la dieran; y entonces mandó degollar
a Juan en la cárcel. Trajeron, pues, la cabeza en una bandeja, se la
entregaron a la joven y ella se la llevó a su madre.
Después vinieron los discípulos de Juan, recogieron el cuerpo,
lo sepultaron, y luego fueron a avisarle a Jesús. Palabra del
Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Herodes Antipas se siente incómodo por las denuncias del profeta del Jordán. La cortesana Herodías aprovecha su habilidad verbal para tomar venganza del crítico proceder del Bautista.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, te rogamos, Señor, que la ofrenda que te presentamos nos transforme, por tu gracia, en oblación viva y continua. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de la Santa Virgen María
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1. 49)
Ha hecho en mí maravillas el Todopoderoso, cuyo nombre es santo.
ORACIÓN DESPUES DE LA COMUNIÓN
Ya que participamos de la redención eterna, te pedimos, Señor, que al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, nos gloriemos de la plenitud de tu gracia y sintamos los efectos de tu obra redentora. Por Jesucristo, nuestro Señor.
XVIII DOMINGO ORDINARIO
Santos: Ignacio de Loyola, fundador, y Justino de Jacobis, obispo. Beato Juan Colombino, fundador.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 69, 2, 6)
Dios mío, ven en mi ayuda; Señor, date prisa en socorrerme. Tú eres mi auxilio y mi salvación; Señor, no tardes.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que eres nuestro creador y quien amorosamente dispone toda nuestra vida, renuévanos conforme a la imagen de tu Hijo y ayúdanos a conservar siempre tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 55, 1-3
Esto dice el Señor:
“Todos ustedes, los que tienen sed, vengan por agua; y los que no tienen
dinero, vengan, tomen trigo y coman; tomen vino y leche sin pagar.
¿Por qué gastar el dinero en lo que no es pan y el salario, en
lo que no alimenta?
Escúchenme atentos y comerán bien, saborearán platillos
sustanciosos. Préstenme atención, vengan a mí, escúchenme
y vivirán.
Sellaré con ustedes una alianza perpetua, cumpliré las promesas
que hice a David”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El consumo de bienes caducos
agota los recursos de las personas. Por esa razón, Dios invita a sus
hijos a disfrutar del alimento más sustancioso: su palabra amigable y
oportuna.
Del salmo 144 R/. Abres, Señor, tu mano y nos sacias de favores.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso
para perdonar Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende
a todas sus creaturas. R/.
A ti, Señor, tus ojos vuelven a todos y tú los alimentas a su
tiempo. Abres, Señor, tus manos generosas y cuantos viven quedan satisfechos.
R/.
Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor
todas sus obras. No está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está
el Señor, de quien lo invoca. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 8, 35. 37-39
Hermanos: ¿Qué
cosa podrá apartarnos del amor con que nos ama Cristo? ¿Las tribulaciones?
¿Las angustias? ¿La persecución? ¿El hombre? ¿La
desnudez? ¿El peligro? ¿La espada?
Ciertamente de todo esto salimos más que victoriosos, gracias a aquél
que nos ha amado; pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los
ángeles ni los demonios, ni el presente ni el futuro, ni los poderes
de este mundo, ni lo alto ni lo bajo, ni creatura alguna podrá apartarnos
del amor que nos ha manifestado Dios en Cristo Jesús. Palabra
de Dios. . Te alabamos, Señor.
En tono desafiante, el apóstol reafirma su amor por Cristo y exhorta a los cristianos de Roma a robustecer su esperanza, sobreponiéndose a conflictos y dificultades.
ACLAMACIÓN (Mt 4)
R/. Aleluya, aleluya.
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que
sale de la boca de Dios. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 14, 13-21
En aquel tiempo, al enterarse
Jesús de la muerte de Juan el Bautista, subió a una barca y se
dirigió a un lugar apartado y solitario. Al saberlo, la gente lo siguió
por tierra desde los pueblos. Cuando Jesús desembarcó, vio aquella
muchedumbre, se compadeció de ella y curó a los enfermos.
Como ya se hacía tarde, se acercaron sus discípulos a decirle:
“Estamos en despoblado y empieza a oscurecer. Despide a la gente para
que vayan a los caseríos y compren algo de comer”. Pero Jesús
les replicó: “No hace falta que vayan Denles ustedes de comer’.
Ellos le contestaron: “No tenemos aquí más que cinco panes
y dos pescados”. Él les dijo: “Tráiganmelos”.
Luego mandó que la gente se sentara sobre el pasto. Tomó los cinco
panes y los dos pescados, y mirando al cielo, pronunció una bendición,
partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran
a la gente. Todos comieron hasta saciarse y con los pedazos que habían
sobrado, se llenaron doce canastos. Los que comieron eran unos cinco mil hombres,
sin contar a las mujeres y a los niños. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Cuando los discípulos escuchan la palabra de Jesús, se organizan en comunidad y ponen sus recursos a disposición de todos. Dios los bendice y acrecienta el pan hasta saciados.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica, Señor, estos dones y por medio del sacrificio de tu Hijo, transforma toda nuestra vida en una continua ofrenda. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio dominical
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 6, 35)
Yo soy el pan de vida, dice el Señor; el que venga a mí, no tendrá hambre; y el que crea en mí, no tendrá sed.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Protege, Señor, continuamente a quienes renuevas y fortaleces con esta Eucaristía y haz dignos de alcanzar la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA
REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.-
Las desgracias provocadas por terremotos, huracanes o tsunamis nos espantan
y a la vez nos hermanan con los afectados. Al solidarizarnos con hombres y mujeres
probados en el dolor y la adversidad respondemos como lo que somos: seres humanos
con dignidad e hijos de un Padre amoroso.
Los discípulos de Jesús, al releer el relato de la multiplicación
de los panes encontramos un firme llamado a poner nuestros recursos materiales
y espirituales al servicio de los necesitados. Una Iglesia que atienda con prontitud
al llamado de los necesitados, en situaciones ordinarias y extraordinarias,
retomará el mandato de Jesús: “Denles ustedes de comer”.