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MISAL MARZO DEL 2011 / www.laverdadcatolica.org |
Intenciones del Santo Padre para el mes de Marzo 2011 |
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GENERAL | |
Para que los países de América Latina puedan avanzar en la fidelidad al Evangelio y progresar en la justicia social y la paz. |
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MISIONAL | |
Para que el Espíritu Santo dé luz y fuerza a las comunidades cristianas y a los fieles perseguidos o discriminados a causa del Evangelio en muchos lugares del mundo. |
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Santos: David de Gales, obispo; León Lucas, abad. Beata Juana María Bonomo, abadesa. Feria (Verde)
LOS DISCÍPULOS DE LA PRIMERA HORA
Si 35, 1-15; Mc 10, 28-31
Cuando los discípulos que salieron de los poblados cercanos a Cafarnaúm se encontraron con Jesús, quedaron impactados por su oferta y su llamado y se desvincularon provisionalmente de sus responsabilidades familiares. Al proceder de esa forma realizaron una dolorosa pero necesaria ruptura con su pasado. Jesús marcó un antes y después en su vida. La fidelidad a ese llamado incluiría gozos y tribulaciones. En la visión del autor del Eclesiástico, la vida de las personas que proceden justamente ante Dios y se compadecen de los necesitados, se convierte en una ofrenda espiritual particularmente grata a los ojos del Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 104, 3-4)
Alégrese el corazón de los que buscan al Señor. Busquen la ayuda del Señor; busquen continuamente su presencia.
ORACIÓN COLECTA
Aumenta, Señor, en nosotros la fe, la esperanza y la caridad para que cumplamos con amor tus mandamientos y podamos conseguir, así, el cielo que nos tienes prometido. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
El que guarda los mandamientos ofrece un sacrificio de acción de gracias.
Lectura del libro del Sirácide (Eclesiástico): 35, 1-15
La ofrenda más grata
al Señor es la que ofrece aquel que cumple su ley. El que guarda los
mandamientos ofrece un sacrificio de acción de gracias, el que hace favores
al prójimo ofrenda el mejor trigo, el que da limosna ofrece un sacrificio
de alabanza.
Apartarse del mal es darle gusto al Señor, evitar la injusticia es sacrificio
de expiación por el pecado; no te presentes, pues, ante Dios con las
manos vacías: todo esto es mandato del Señor.
La ofrenda del justo enriquece el altar y su aroma sube hasta el Altísimo.
La ofrenda del justo es agradable a Dios y su memorial no será olvidado.
Honra al Señor con ánimo alegre y no seas tacaño al pagarle
tus primicias. Haz tu ofrenda de buena gana y santifica con gozo tus diezmos.
Dale al Altísimo según la medida en que Él te ha dado a
ti; dale tan generosamente como puedas, porque el Señor sabe recompensar
y te dará siete veces más.
No pienses en sobornar al Señor, porque Él no recibirá
tus dones, ni confíes en la ofrenda de cosas mal habidas, porque el Señor
es un juez que no se deja impresionar por apariencias. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 49 R/.
Dios salva al que cumple su voluntad.
Congreguen ante mí a los que sellaron sobre el altar mi alianza.
Es Dios quien va a juzgar y el cielo mismo lo declara. R/.
Israel, pueblo mío, escucha atento; en contra tuya yo, tu Dios, declaro:
No voy a reclamarte sacrificios, pues siempre están ante mí tus
holocaustos. R/.
Mejor ofrece a Dios tu gratitud y cumple tus promesas al Altísimo. Quien
las gracias me da, ése me honra, y yo salvaré al que cumple mi
voluntad. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Mt 11, 25) R/. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has
revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.
Recibirán cien veces más en esta vida, junto con persecuciones;
y en el otro mundo, la vida eterna.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 10, 28-31
En aquel tiempo, Pedro le dijo a Jesús: "Señor, ya ves que nosotros lo hemos dejado todo para seguirte". Jesús le respondió: "Yo les aseguro: Nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, dejará de recibir, en esta vida, el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres e hijos y tierras, junto con persecuciones, y en el otro mundo, la vida eterna. Y muchos que ahora son los primeros serán los últimos, y muchos que ahora son los últimos, serán los primeros". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, con bondad, las ofrendas que te presentamos, a fin de que esta celebración eucarística sea para tu gloria y alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 19, 6)
Llenos de júbilo porque nos ha salvado, alabemos la grandeza del Señor, nuestro Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor, que este memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo nos haga morir de veras al pecado y renacer a una nueva vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LA AUTORIDAD SE ACRECIENTA SIRVIENDO
Si 36, 1-2. 5-6. 13-18; Mc 10, 32-45
La súplica del salmista es una llamada urgente para que el Dios compasivo intervenga a favor de su pueblo. La serie de humillaciones y maltratos que Israel sufre a manos de gente violenta se ha prolongado demasiado tiempo. El orante está seguro que Dios dispone de un brazo poderoso que se desplegará con fuerza para devolver la anhelada paz a Jerusalén. En el evangelio de san Marcos el Señor Jesús establece una clara diferencia entre el proceder de los poderosos que se apropian de la fuerza para imponer un dominio arbitrario sobre las personas y su propio proceder. Jesús manifiesta una singular autoridad, nacida de su inquebrantable voluntad de servir a los más pequeños.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Lc 12, 42)
Éste es el siervo prudente y fiel, a quien el Señor puso al frente de su familia.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que en tu inefable providencia elegiste a san José por esposo de la santísima Madre de tu Hijo, concédenos tener como intercesor en el cielo a quien veneramos como protector en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Que todas las naciones reconozcan que no hay otro Dios fuera de ti.
Lectura del libro del Sirácide (Eclesiástico): 36, 1-2. 5-6. 13-19
Míranos y ten piedad
de nosotros, Señor, Dios del universo; infunde tu temor a todas las naciones,
para que ellas sepan, como nosotros lo sabemos, que no hay otro Dios fuera de
ti.
Repite tus prodigios y haz nuevos portentos; reúne a todas las tribus
de Jacob, y devuélveles la tierra que antaño poseyeron.
Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre: de Israel, a quien elegiste
por primogénito. Ten compasión de tu ciudad santa, Jerusalén,
que es el lugar de tu reposo.
Llena a Sión con la fama de tus maravillas y a tu pueblo con tu gloria;
cumple las promesas que hiciste a tus primeros hijos, realiza las profecías
pronunciadas en tu nombre. Recompensa a los que esperan en ti, para mostrar
que tus profetas son dignos de fe.
Por amor a tu pueblo escucha las súplicas de tus siervos; y que toda
la tierra reconozca que tú eres el Señor, el Dios eterno. Palabra
de Dios.Te alabamos, Señor.
Del salmo 78 R/.
Muéstranos, Señor, tu misericordia.
No recuerdes, Señor, contra nosotros las culpas de nuestros padres. Que
tu amor venga pronto a socorrernos, porque estamos totalmente abatidos. R/.
Para que sepan quién eres, socórrenos, Dios y salvador nuestro.
Para que sepan quién eres, sálvanos y perdona nuestros pecados.
R/.
Que lleguen hasta ti los gemidos del cautivo; con tu brazo poderoso salva a
los condenados a muerte. Y nosotros, pueblo tuyo y ovejas de tu rebaño,
te daremos gracias siempre y de generación en generación te alabaremos.
R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Mc 10, 45) R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo vino a servir y a dar su vida por la salvación de todos. R/.
Ya ven que nos estamos dirigiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 10, 32-45
En aquel tiempo, Jesús
y sus discípulos iban camino de Jerusalén y Jesús se les
iba adelantando. Los discípulos estaban sorprendidos y la gente que lo
seguía tenía miedo. Él se llevó aparte otra vez
a los Doce y se puso a decirles lo que le iba a suceder: "Ya ven que nos
estamos dirigiendo a Jerusalén y el Hijo del nombre va a ser entregado
a los sumos sacerdotes y a los escribas; van a condenarlo a muerte y a entregarlo
a los paganos; se van a burlar de él, van a escupirlo, a azotarlo y a
matarlo; pero al tercer día resucitará".
Entonces se acercaron a Jesús Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo,
y le dijeron: "Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte".
El les dijo: "¿Qué es lo que desean?". Le respondieron:
"Concede que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda, cuando
estés en tu gloria". Jesús les replicó: "No saben
lo que piden. ¿Podrán pasar la prueba que yo voy a pasar y recibir
el bautismo con que seré bautizado?". Le respondieron: "Sí
podemos". Y Jesús les dijo: "Ciertamente pasarán la
prueba que yo voy a pasar y recibirán el bautismo con que yo seré
bautizado; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí
concederlo; eso es para quienes está reservado".
Cuando los otros diez apóstoles oyeron esto, se indignaron contra Santiago
y Juan. Jesús reunió entonces a los Doce y les dijo: "Ya
saben que los jefes de las naciones las gobiernan como si fueran sus dueños
y los poderosos las oprimen. Pero no debe ser así entre ustedes. Al contrario:
el que quiera ser grande entre ustedes, que sea su servidor, y el que quiera
ser el primero, que sea el esclavo de todos, así como el Hijo del hombre,
que no ha venido a que lo sirvan, sino a servir y a dar su vida por la redención
de todos". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por intercesión de san José, a quien confiaste la misión de cuidar de tu Unigénito como padre, te pedimos, Señor, que nos concedas poder ofrecerte dignamente este sacrificio de alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 25, 21)
Muy bien, siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados con este sacramento que da vida, te rogamos, Señor, que nos concedas vivir para ti en justicia y santidad, a ejemplo y por intercesión de san José, el varón justo y obediente que contribuyó con sus servicios a la realización de tus grandes misterios. Por Jesucristo, nuestro Señor.
NINGUNA OBRA DE LA CREACIÓN ES INÚTIL
Si 42, 15-26; Mc 10, 48-52
Quien mantenga despierta su capacidad de asombro apreciará la grandeza de la creación. Aunque nuestra existencia sea demasiado breve nos permitirá apreciar la belleza y la incomparable y ordenada perfección de todo lo creado. En estos tiempos de retos y urgencias ambientales el autor antiguo nos recuerda una verdad tan simple como profunda: ninguna de las obras de Dios es inútil, razón suficiente para trabajar por la preservación de todo nuestro ecosistema. De alguna manera el relato del ciego de Jericó puede ser leído en clave metafórica para exhibir nuestra propia ceguera. El encuentro con Jesús es un acontecimiento que nos tiene que abrir los ojos, para asumir generosamente los retos que nuestra fe cristiana nos exige
ANTÍFONA DE ENTRADA (Hb 7, 24)
Cristo, mediador de la nueva alianza, por el hecho de permanecer para siempre, posee un sacerdocio perpetuo.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que para gloria tuya y salvación de todos los hombres constituiste Sumo y Eterno Sacerdote a tu Hijo, Jesucristo, concede a quienes Él ha elegido como ministros suyos y administradores de sus sacramentos y de su Evangelio, la gracia de ser fieles en el cumplimiento de su ministerio. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
La gloria del Señor llena la creación.
Lectura del libro del Sirácide (Eclesiástico): 42, 15-26
Voy a traer a la memoria
las obras del Señor y a contar lo que he visto. Por la palabra de Dios
ha sido hecho todo cuanto existe y el mundo entero está sometido a su
voluntad. Como la luz del sol ilumina todas las cosas de la tierra, la gloria
del Señor llena la creación.
No les concedió a sus ángeles contar todas esas maravillas, que
el Señor todopoderoso estableció firmemente como una prueba manifiesta
de su gloria.
El Señor penetra hasta el fondo de los abismos y de los corazones, y
conoce todos sus secretos, porque Él posee toda la ciencia y conoce el
movimiento de los astros; descubre lo pasado, anuncia lo futuro y revela los
más recónditos misterios. Ningún pensamiento se le oculta,
ninguna cosa se le escapa.
Aquel que existe antes que el tiempo y para todo tiempo, dio esplendor y grandeza
a las obras de su sabiduría. Nada se le puede añadir, nada se
le puede quitar y no necesita consejero.
¡Qué preciosas son las obras del Señor, y eso que apenas
una chispa es lo que vemos! En el universo todo vive y dura para siempre y obedece
al Señor en todo momento.
Todas las cosas difieren entre sí, y sin embargo, se complementan. Nada
de lo que ha hecho el Señor es inútil; cada una de ellas afirma
la excelencia de la otra. ¿Quién se cansará de contemplar
la gloria del Señor? Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 32 R/.
La palabra de Dios hizo los cielos.
Demos gracias a Dios al son del arpa, que la lira acompañe nuestros cantos;
cantemos en su honor nuevos cantares, al compás de instrumentos alabémoslo.
R/.
Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. Él
ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades. R/.
La palabra de Dios hizo los cielos y su aliento, los astros. Los mares encerró
como en un odre y como en una presa, los océanos. R/.
Que respete al Señor toda la tierra y tiemblen ante Él sus moradores;
pues el Señor habló y fue hecho todo; lo mandó con su voz
y surgió el orbe. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 8, 12) R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá
la luz de la vida. R/.
Maestro, que pueda ver.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 10, 46-52
En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó en compañía de sus discípulos y de mucha gente, un ciego, llamado Bartimeo, se hallaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que el que pasaba era Jesús Nazareno, comenzó a gritar: "¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!". Muchos lo reprendían para que se callara, pero él seguía gritando todavía más fuerte: "¡Hijo de David, ten compasión de mí!". Jesús se detuvo entonces y dijo: "Llámenlo". Y llamaron al ciego, diciéndole:"¡Ánimo! Levántate, porque Él te llama". El ciego tiró su manto; de un salto se puso en pie y se acercó a Jesús. Entonces le dijo Jesús: "¿Qué quieres que haga por ti?". El ciego le contestó: "Maestro, que pueda ver". Jesús le dijo: "Vete; tu fe te ha salvado". Al momento recobró la vista y comenzó a seguirlo por el camino. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que Jesucristo, nuestro Mediador, haga que te sean aceptables, Señor, nuestras ofrendas y que su sacrificio redentor nos haga vivir cada día más unidos a Él, para que toda nuestra vida sea grata a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 28, 20
Sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos ofrecido en el sacrificio y recibido en la comunión, sean para nosotros, Señor, el principio de una vida nueva, a fin de que, unidos a ti por el amor, demos frutos que permanezcan para siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Casimiro de Polonia, príncipe; Lucio I, Papa. Beata Placida Viel, abadesa. Feria (Verde)
LOS PIONEROS EN LA FE
Si 44, 1. 9-13; Mc 11, 11-26
El Señor Jesús subió desde Galilea a Jerusalén con la firme intención de sacudir la conciencia de los dirigentes anquilosados de Israel. Con signos y mensajes duros y exigentes les reclamó en el nombre de Dios una rendición de cuentas. El encuentro resultó desilusionante, porque los guías de Israel no entregaron el fruto esperado. Higuera estéril que tenía que ser arrancada de raíz. En contraste con la esterilidad de la generación que gobernaba a Israel en tiempos de Jesús, el autor del Eclesiástico revisa la memoria célebre de los hombres de bien, que consolidaron la libertad del pueblo durante los primeros tiempos de su larga historia. La conducta ejemplar de aquellos pioneros de la fe perdura para siempre.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 32, 11. 19)
Los proyectos de su corazón subsisten de edad en edad, para librar de la muerte la vida de sus fieles, y reanimarlos en tiempo de hambre.
ORACIÓN COLECTA
Haz, Señor, que nos revistamos con las virtudes del corazón de tu Hijo, y nos encendamos con el amor que lo inflama, para que, asemejándonos a Él, merezcamos participar de la eterna redención. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Nuestros padres fueron hombres ilustres y su gloria jamás se extinguirá.
Lectura del libro del Sirácide (Eclesiástico): 44, 1. 9-13
Hagamos el elogio de aquellos
hombres ilustres que fueron nuestros padres. Hay hombres de los que no se conserva
memoria: murieron, y es como si no hubieran existido; vivieron, y es como si
no hubieran vivido ni dejado descendencia.
¡Qué diferentes fueron aquellos hombres de bien! Sus méritos
jamás se han olvidado; han dejado una posteridad que los prolonga y su
herencia pasa de hijos a nietos.
Su linaje permanece fiel a la alianza del Señor. Para siempre existirá
su descendencia y su gloria jamás se extinguirá. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 149 R/.
El Señor es amigo de su pueblo.
Entonen al Señor un canto nuevo, en la reunión litúrgica
proclámenlo. En su creador y rey, en el Señor, alégrese
Israel, su pueblo santo. R/.
En honor de su nombre, que haya danzas, alábenlo con arpa y tamboriles.
El Señor es amigo de su pueblo y otorga la victoria a los humildes. R/.
Que se alegren los fieles en el triunfo, que inunde el regocijo sus hogares,
que alaben al Señor con sus palabras, porque en esto su pueblo se complace.
R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Jn 15, 16) R/. Aleluya, aleluya.
Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y
den fruto y su fruto permanezca. R/.
Mi casa será casa de oración para todos los pueblos. - Tengan fe en Dios.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 11, 11-26
Después de haber
sido aclamado por la multitud, Jesús entró en Jerusalén,
fue al templo y miró todo lo que en él sucedía; pero como
ya era tarde, se marchó a Betania con los Doce.
Al día siguiente, cuando salieron de Betania, sintió hambre. Viendo
a lo lejos una higuera con hojas, Jesús se acercó a ver si encontraba
higos; pero al llegar, sólo encontró hojas, pues no era tiempo
de higos. Entonces le dijo a la higuera: "Que nunca jamás coma nadie
frutos de ti". Y sus discípulos lo estaban oyendo.
Cuando llegaron a Jerusalén, entró en el templo y se puso a arrojar
de ahí a los que vendían y compraban; volcó las mesas de
los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas; y
no dejaba que nadie cruzara por el templo cargando cosas. Luego se puso a enseñar
a la gente, diciéndoles: "¿Acaso no está escrito:
Mi casa será casa de oración para todos los pueblos? Pero ustedes
la han convertido en una cueva de ladrones".
Los sumos sacerdotes y los escribas se enteraron de esto y buscaban la forma
de matarlo; pero le tenían miedo, porque todo el mundo estaba asombrado
de sus enseñanzas. Cuando atardeció, Jesús y los suyos
salieron de la ciudad.
A la mañana siguiente, cuando pasaban junto a la higuera, vieron que
estaba seca hasta la raíz. Pedro cayó en la cuenta y le dijo a
Jesús: "Maestro, mira: la higuera que maldijiste se secó".
Jesús les dijo entonces: "Tengan fe en Dios. Les aseguro que si
uno le dice a este monte: 'Quítate de ahí y arrójate al
mar', sin dudar en su corazón y creyendo que va a suceder lo que dice,
lo obtendrá. Por eso les digo: Cualquier cosa que pidan en la oración,
crean ustedes que ya se la han concedido, y la obtendrán. Y cuando se
pongan a orar, perdonen lo que tengan contra otros, para que también
el Padre, que está en el cielo, les perdone a ustedes sus ofensas; porque
si ustedes no perdonan, tampoco el Padre, que está en el cielo, les perdonará
a ustedes sus ofensas". Palabra del Señor. Gloria a
ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, Padre misericordioso, que por el inmenso amor con que nos has amado, nos diste con inefable bondad a tu Hijo único, concédenos que, identificados con Él en una perfecta unidad, te ofrezcamos una digna oblación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 7, 37-38)
Dice el Señor: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba. De aquel que cree en mí, brotarán ríos de agua viva.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo participado de tu sacramento de amor, te pedimos, Señor, la gracia de parecernos a Cristo aquí en la tierra, para merecer compartir su gloria allá en el cielo, con Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Vísperas I del domingo: la semana del Salterio Tomo III: p. 745. Para los fieles: p. 472. Edición popular: pp. 13 y 465. Feria (Verde)
LA SABIDURÍA SE BUSCA A TEMPRANA HORA
Si 51, 17-27; Mc 11, 27-33
El sabio entrega el fruto maduro de su experiencia acumulada a las nuevas generaciones. Conviene comenzar desde la primera juventud a buscar el don incomparable de la sabiduría. Quien se adhiere firmemente a los principios de la sabiduría cosecha una paz abundante. Aunque la sabiduría sea exigente, su yugo resulta llevadero y satisfactorio para quien la busca de corazón. En el evangelio presenciamos la confrontación que sostiene el Señor Jesús con las autoridades de Israel. Estos ponen en duda su autoridad y pretenden silenciarlo. Sin embargo, el Señor no se dejó impresionar y haciendo gala de su sensatez y su habilidad argumentativa, defendió su derecho a cumplir sus gestos proféticos en la casa del Padre.
MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sedulio)
Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.
ORACIÓN COLECTA
Dios y Padre nuestro, que nos has dado en la Virgen María el modelo de quien escucha tu Palabra y la pone en práctica, abre nuestro corazón al gozo de la escucha, y por medio de tu Espíritu Santo haz que seamos lugar santo en el que tu Palabra de salvación se cumpla hoy. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Le doy gracias al que me ha concedido sabiduría.
Lectura del libro del Sirácide (Eclesiástico): 51, 17-27
Te doy gracias y te alabo,
Señor, y bendeciré tu nombre para siempre.
Desde mi adolescencia, antes de que pudiera pervertirme, decidí buscar
abiertamente la sabiduría. En el templo se la pedí al Señor
y hasta el fin de mis días la seguiré buscando. Dio su flor y
maduró, como racimo de uvas, y mi corazón puso en ella su alegría.
Mi pie avanzó por el camino recto, pues desde mi juventud seguí
sus huellas; tan pronto como le presté oídos, la recibí
y obtuve una gran instrucción. La sabiduría me ha hecho progresar,
por eso glorificaré al que me la concedió.
Decidí ponerla en práctica, busqué ardorosamente el bien
y no quedé defraudado. Luché por ella con toda mi alma, cumpliendo
cuidadosamente la ley.
Levanté mis brazos hacia el cielo y deploré conocerla tan poco.
Concentré en ella mis anhelos y con un corazón puro la poseí.
Desde el principio ella me conquistó, por eso jamás la abandonaré.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 18 R/.
Los mandatos del Señor alegran el corazón.
La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables
son las palabras del Señor y hacen sabio al sencillo. R/.
En los mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón;
son luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino. R/.
La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandatos del Señor
son verdaderos y enteramente justos. R/.
Más deseables que el oro y las piedras preciosas las normas del Señor,
y más dulces que la miel de un panal que gotea. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Col 3, 16. 17) R/. Aleluya, aleluya.
Que la palabra de Cristo habite en ustedes abundantemente. Háganlo
todo dando gracias a Dios Padre, por medio de Cristo. R/.
¿Con qué autoridad haces todo esto?
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 11, 27-33
En aquel tiempo, Jesús
y sus discípulos llegaron de nuevo a Jerusalén, y mientras Jesús
caminaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y
los ancianos, y le preguntaron: "¿Con qué autoridad haces
todo esto? ¿Quién te ha dado autoridad para actuar así?".
Jesús les respondió: "Les voy a hacer una pregunta. Si me
la contestan yo les diré con qué autoridad hago todo esto. El
bautismo de Juan, ¿era cosa de Dios o de los hombres? Contéstenme".
Ellos se pusieron a razonar entre sí: "Si le decimos que de Dios,
nos dirá: 'Entonces ¿por qué no le creyeron?', y si le
decimos que de los hombres". Pero, como le tenían miedo a la multitud,
pues todos consideraban a Juan como verdadero profeta, le respondieron a Jesús:
"No lo sabemos". Entonces Jesús les replicó: "Pues
tampoco yo les diré con qué autoridad hago todo esto". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Padre lleno de bondad, que nos socorra el inmenso amor de tu Hijo unigénito para que, quien al nacer de la Virgen María, no menoscabó la integridad de la Madre, sino que la consagró, nos libre de nuestras culpas y haga acepta a ti nuestra oblación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Santa María Virgen.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Lc 11, 27)
Dichosa la Virgen María, que llevó en su seno al Hijo del eterno Padre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, al recibir el sacramento celestial en esta conmemoración de la santísima Virgen María, te pedimos que nos concedas celebrar dignamente, a imitación suya, el misterio de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
IX DOMINGO ORDINARIO
Santos: Olegario de Barcelona, obispo; Julián de Toledo, obispo; Cuarenta y dos mártires de Siria. (Verde)
EL HOMBRE PRUDENTE CONSTRUYE SOBRE ROCA
Dt 11, 18. 26-28. 32; Rm 3, 21-25; Mt 7, 21-27
El autor del libro del Deuteronomio está completamente seguro de que el corazón humano suele ser olvidadizo y malagradecido. Dios realiza numerosas señales a favor de su pueblo, pero éste tiende a envanecerse y olvidarlo. La única manera de mantenerse fiel al designio de Dios es a través de la escucha, la meditación y el recuerdo constante de las palabras del Señor. En la Carta a los Romanos resuena la firme esperanza: Dios generosamente nos rehabilita de nuestra mezquindad y nos otorga un perdón incondicionado a través de su hijo Jesús. Por eso, quien escuche las palabras del Maestro y decida ordenar su vida conforme a tales exigencias, resistirá en pie cuando sobrevengan las aguas encrespadas, las dificultades y los contratiempos.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 24, 16. 18)
Tengo los ojos puestos en el Señor, porque Él me libra de todo peligro. Mírame, Dios mío, y ten piedad de mí, que estoy solo y afligido.
ORACIÓN COLECTA
Nos acogemos, Señor, a tu providencia, que nunca se equivoca, y te pedimos humildemente que apartes de nosotros todo mal y nos concedas aquello que pueda contribuir a nuestro bien. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Hoy pongo ante ustedes la bendición y la maldición.
Lectura del libro del Deuteronomio: 11, 18. 26-28. 32
En aquellos días,
Moisés habló al pueblo y le dijo: "Pongan en su corazón
y en sus almas estas palabras mías; átenlas a su mano como una
señal, llévenlas como un signo sobre la frente.
Miren: He aquí que yo pongo hoy delante de ustedes la bendición
y la maldición. La bendición, si obedecen los mandamientos del
Señor, su Dios, que yo les promulgo hoy; la maldición, si no obedecen
los mandamientos del Señor, su Dios, y se apartan del camino que les
señalo hoy, para ir en pos de otros dioses que ustedes no conocen.
Así pues, esfuércense en cumplir todos los mandamientos y decretos
que hoy promulgo ante ustedes". Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Del salmo 30 R/.
Sé tú, Señor, mi fortaleza y mi refugio.
A ti, Señor, me acojo, que no quede yo nunca defraudado. Tú que
eres justo, ponme a salvo; escúchame y ven pronto a librarme. R/.
Sé tú, Señor, mi fortaleza y mi refugio, la muralla que
me salve. Tú, que eres mi fortaleza y mi defensa, por tu nombre, dirígeme
y guíame. R/.
Vuelve, Señor, tus ojos a tu siervo y sálvame, por tu misericordia.
Sean fuertes y valientes de corazón, ustedes, los que en el Señor
esperan. R/.
El hombre es justificado por la fe y no por cumplir la ley de Moisés.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 3, 21-25. 28
Hermanos: La actividad salvadora
de Dios, atestiguada por la ley y los profetas, se ha manifestado ahora independientemente
de la ley. Por medio de la fe en Jesucristo, la actividad salvadora de Dios
llega, sin distinción alguna, a todos los que creen en Él.
En efecto, como todos pecaron, todos están privados de la presencia salvadora
de Dios; pero todos son justificados gratuitamente por su gracia, en virtud
de la redención llevada a cabo por medio de Cristo Jesús, al cual
Dios expuso públicamente como la víctima que nos consigue el perdón
por la ofrenda de su sangre, por medio de la fe. Sostenemos, pues, que el hombre
es justificado por la fe y no por hacer lo que prescribe la ley de Moisés.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(Jn 15, 5) R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy la vid y ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en
él, ése da fruto abundante. R/.
La casa edificada sobre roca y la casa edificada sobre arena.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 7, 21-27
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos: "No todo el que me diga: `¡Señor,
Señor!', entrará en el Reino de los cielos, sino el que cumpla
la voluntad de mi Padre, que está en los cielos. Aquel día muchos
me dirán: `¡Señor, Señor!, ¿no hemos hablado
y arrojado demonios en tu nombre y no hemos hecho, en tu nombre, muchos milagros?'.
Entonces yo les diré en su cara: `Nunca los he conocido. Aléjense
de mí, ustedes, los que han hecho el mal'.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica, se
parece a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca. Vino la
lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos y dieron contra aquella
casa; pero no se cayó, porque estaba construida sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica,
se parece a un hombre imprudente, que edificó su casa sobre arena. Vino
la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos, dieron contra aquella
casa y la arrasaron completamente". Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Presentemos al Padre nuestras
plegarias, con una mirada muy amplia hacia el mundo entero.
A cada petición diremos: Escúchanos, Padre.
Para que la Iglesia sea siempre, en medio del mundo, semilla de fraternidad
y de esperanza. Oremos.
Para que crezcan entre nosotros las vocaciones a la vida sacerdotal, diaconal
y religiosa. Oremos.
Para que nuestros gobernantes, y los gobernantes de todo el mundo, tengan como
primera preocupación el bienestar de los pobres y necesitados. Oremos.
Para que los enfermos se sientan acompañados en su dolor. Oremos.
Para que todos nosotros experimentemos, cada día más, el gusto
de la oración y de la relación personal con Dios. Oremos.
Escucha, Padre, nuestra oración, haz que nuestra vida se sostenga sobre
la roca firme del Evangelio, y derrama tu amor sobre los hombres y mujeres del
mundo entero. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Confiados en tu misericordia, Señor, venimos a tu altar con nuestros dones a fin de que te dignes purificarnos por este memorial que estamos celebrando. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mc 11, 23-24)
Yo les aseguro, dice el Señor, que todo cuanto pidan en la oración, si tienen fe en obtenerlo, les será concedido.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre santo, tú que nos has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, guíanos por medio de tu Espíritu a fin de que, no sólo con palabras, sino con toda nuestra vida podamos demostrarte nuestro amor y así merezcamos entrar al Reino de los cielos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- No es fácil interiorizar por propia decisión el proyecto humanizador que nos ofrece el Señor. La soberbia y el engreimiento nos empujan a afirmar desmedidamente nuestras propias convicciones egoístas. Para resistir a ese empalagoso canto de las sirenas del hedonismo y la incongruencia necesitamos confrontar permanentemente nuestra vida y nuestras opciones con el proyecto de Dios. Recordar, meditar, reflexionar de forma transparente sobre las enseñanzas y de manera especial, sobre la vida del Señor Jesús, es nuestra tabla de salvación. En una sociedad que parece marchar sin brújula ni referente seguro, los cristianos tenemos un faro cierto a dónde voltear en las horas de duda y confusión: escuchar y poner en obra la palabra de Jesús.
UN AMOR MÁS FUERTE QUE LA MUERTE
Tb 1, 3; 2, 1-8; Mc 12, 1-12
Las amenazas de muerte vinculan de alguna manera las dos lecturas. En el relato de Tobías, el personaje principal, Tobit, es el blanco de las burlas de sus vecinos por su determinación de vivir la compasión y la solidaridad con los israelitas caídos en desgracia. Si Tobit persiste en sepultar a los hombres ejecutados su vida corre peligro. En el relato parabólico del evangelio de san Marcos, el Señor Jesús comunica un mensaje cifrado que atinadamente captan sus interlocutores. El Maestro ha descubierto anticipadamente las amenazas de muerte que los guías de Israel han tramado en su contra. Lo sabe y al igual que Tobit, decide arriesgarlo todo por amor a sus hermanos.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 33, 20-21)
Muchas tribulaciones le sobrevienen al justo, pero de todas lo librará el Señor. Él es el que cuida de todos los huesos del justo y no dejará que ninguno se le quiebre.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, por cuyo amor las santas mártires Perpetua y Felicitas fueron capaces de resistir persecuciones y tormentos, concédenos por su intercesión la gracia de amarte más cada día. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Tobit seguía el camino del bien.
Lectura del libro de Tobías: 1, 3; 2, 1-8
Yo, Tobit, seguía
el camino del bien y de la justicia todos los días de mi vida y daba
muchas limosnas a mis hermanos, los judíos que habían sido deportados
junto conmigo a la ciudad de Nínive, en Asiria.
Durante el reinado de Asaradón regresé a mi casa y me devolvieron
a mi esposa, Ana, y a mi hijo, Tobías. En Pentecostés, que es
nuestra fiesta de acción de gracias por las cosechas, me prepararon una
gran comida y me dispuse a comer. Cuando me trajeron los platillos y vi que
eran tantos, le dije a mi hijo Tobías: "Ve a buscar a alguno de
nuestros hermanos pobres, cautivos en Nínive, que tenga puesta en el
Señor toda su mente y todo su corazón, y tráelo, para que
coma conmigo. Yo te esperaré hasta que vuelvas".
Tobías se fue a buscar a alguno de nuestros hermanos pobres y al regresar,
me dijo: "¡Padre!". Yo le
respondí: "Dime, hijo". El prosiguió: "Asesinaron
a uno de nuestro pueblo: lo llevaron a la plaza, lo ahorcaron y ahí está
todavía". De un salto me levanté de la mesa, sin probar bocado,
y llevé el cadáver a una casa, hasta que el sol se ocultara y
lo pudiera sepultar.
Volví a mi casa, me lavé y comí con lágrimas mi
pan, recordando las palabras que el profeta Amós pronunció contra
Betel: "Todas las fiestas de ustedes se convertirán en llanto, y
todas sus canciones, en lamentos". Y rompí a llorar. Cuando el sol
se metió, fui, cavé una fosa y lo enterré. Mis vecinos
se burlaban de mí y me decían: "Este hombre nunca va a escarmentar.
Ya una vez lo condenaron a muerte por este mismo delito, pero se escapó,
y ahora sigue enterrando a los muertos". Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Del salmo 111 R/.
Dichosos los que temen al Señor.
Dichosos los que temen al Señor y aman de corazón sus mandamientos;
poderosos serán sus descendientes. Dios bendice a los hijos de los buenos.
R/.
Fortuna y bienestar habrá en su casa, siempre obrarán conforme
a la justicia. Quien es justo, clemente y compasivo, como una luz en las tinieblas
brilla. R/.
Quienes, compadecidos, prestan y llevan su negocio honradamente, jamás
se desviarán; vivirá su recuerdo para siempre. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Ap 1, 5) R/. Aleluya, aleluya.
Señor Jesús, testigo fiel, primogénito de entre
los muertos, tu amor por nosotros es tan grande, que has lavado nuestras culpas
con tu sangre. R/.
Se apoderaron del hijo, lo mataron y arrojaron su cuerpo fuera de la viña.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 12, 1-12
En aquel tiempo, Jesús
comenzó a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes, a los escribas
y a los ancianos y les dijo: "Un hombre plantó una viña,
la rodeó con una cerca, cavó un lagar, construyó una torre
para el vigilante, se la alquiló a unos viñadores y se fue de
viaje al extranjero.
A su tiempo, les envió a los viñadores un criado para recoger
su parte del fruto de la viña. Ellos se apoderaron de él, lo golpearon
y lo devolvieron sin nada. Les envió otro criado, pero ellos lo descalabraron
y lo insultaron. Volvió a enviarles otro y lo mataron. Les envió
otros muchos y los golpearon o los mataron.
Ya sólo le quedaba por enviar a uno, su hijo querido, y finalmente también
se lo envió, pensando: 'A mi hijo sí lo respetarán'. Pero
al verlo llegar, aquellos viñadores se dijeron: 'Éste es el heredero;
vamos a matarlo y la herencia será nuestra'. Se apoderaron de él,
lo mataron y arrojaron su cuerpo fuera de la viña.
¿Qué hará entonces el dueño de la viña? Vendrá
y acabará con esos viñadores y dará la viña a otros.
¿Acaso no han leído en las Escrituras: La piedra que desecharon
los constructores es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor,
es un milagro patente?".
Entonces los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, quisieron apoderarse
de Jesús, porque se dieron cuenta de que por ellos había dicho
aquella parábola, pero le tuvieron miedo a la multitud, dejaron a Jesús
y se fueron de ahí. Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que el sacrificio que vamos a ofrecerte, para celebrar el glorioso martirio de tus santas, sea agradable a tus ojos para que nos purifiques de nuestros pecados y escuches nuestras súplicas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 15, 13)
Nadie ama más a sus amigos que el que da la vida por ellos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Señor, que nada pueda separar del amor de Cristo a quienes hemos sido alimentados con su Cuerpo y hechos miembros suyos y que, a ejemplo de tus mártires Perpetua y Felicitas, suframos valerosamente todas las adversidades por tu Hijo que nos ama y que vive y reina por los siglos de los siglos.
LAS PREGUNTAS TRAMPOSAS
Tb 2, 9-14; Mc 12, 13-17
En el breve diálogo que sostienen Tobit y Ana aparece expuesto un problema que con frecuencia sacude a las familias. Ana y Tobit atraviesan por una etapa crítica en su vida. El se queda ciego y ella tiene que trabajar duramente para sostener a su familia. En esas circunstancias afloran las tensiones, los reproches y los malentendidos. Pareciera que al escasear el dinero, escaseara también la tolerancia y la comprensión. Desde la narración evangélica nos damos cuenta que los fariseos y los seguidores de Herodes hostigan a Jesús con preguntas capciosas. El Maestro no se deja enredar por ellos y les demuestra que la persona humana, por su condición de imagen de Dios, no puede ser poseída ni manipulada bajo ningún pretexto
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 65, 4)
Que se postre ante ti, Señor, la tierra entera; que todos canten himnos en tu honor y alabanzas a tu nombre.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que con amor gobiernas los cielos y la tierra, escucha paternalmente las súplicas de tu pueblo y haz que los días de nuestra vida transcurran en tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Estuve privado de la vista.
Lectura del libro de Tobías: 2, 9-14
Aquella noche, después
de enterrar el cadáver, me bañé, salí al patio de
mi casa y me quedé dormido junto a la pared, con la cara descubierta,
pues hacía calor. Yo no sabía que arriba, en la pared, había
unos pájaros. Su estiércol caliente me cayó en los ojos
y se me formaron unas manchas blancas.
Consulté a los médicos para que me curaran, pero mientras más
ungüentos me aplicaban, las manchas se extendían más sobre
mis ojos, hasta que me quedé completamente ciego. Estuve privado de la
vista durante cuatro años, y todos mis hermanos estaban afligidos. Ajicar
se hizo cargo de mí durante dos años, hasta que se fue a Elimaida.
Entonces mi esposa Ana se puso a hacer sobre pedido tejidos de lana, que luego
entregaba a sus dueños y ellos le pagaban. Un día, el siete del
mes doce, al terminar ella un trabajo, lo entregó a los dueños,
quienes, además de darle su paga íntegra, le regalaron un cabrito.
Al llegar a mi casa el cabrito, comenzó a balar, y yo, al oírlo,
llamé a Ana y le pregunté: "¿De dónde ha salido
ese cabrito? ¿No será robado? Devuélveselo a sus dueños,
porque nosotros no podemos comer nada robado". Entonces ella me respondió:
"Es un regalo que me hicieron, además de mi paga". Pero yo
no le creí y le dije que lo devolviera a sus dueños y me enojé
con ella por ese motivo. Entonces ella me replicó: "¿De qué
te han servido tus limosnas? ¿De qué te han servido tus buenas
obras? ¡Dímelo tú, que todo lo sabes!". Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 111 R/.
El justo vive confiado en el Señor.
Dichosos los que temen al Señor y aman de corazón sus mandamientos;
poderosos serán sus descendientes. Dios bendice a los hijos de los buenos.
R/.
No temerán malas noticias, puesto que en el Señor viven confiados.
Firme está y sin temor su corazón, pues vencidos verán
a sus contrarios. R/.
Al pobre dan limosna, obran siempre conforme a la justicia; su frente se alzará
llena de gloria. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Ef 1, 1 7-1 8) R/. Aleluya, aleluya.
Que el Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine nuestras mentes, para
que podamos comprender cuál es la esperanza que nos da su llamamiento.
R/.
Den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 12, 13-17
En
aquel tiempo, los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos le enviaron
a Jesús unos fariseos y unos partidarios de Herodes, para hacerle una
pregunta capciosa. Se acercaron, pues, a El y le dijeron: "Maestro, sabemos
que eres sincero y que no te importa lo que diga la gente, porque no tratas
de adular a los hombres, sino que enseñas con toda verdad el camino de
Dios. ¿Está permitido o no, pagarle el tributo al César?
¿Se lo damos o no se lo damos?".
Jesús, notando su hipocresía, les dijo: "¿Por qué
me ponen una trampa? Tráiganme una moneda para que yo la vea". Se
la trajeron y Él les preguntó: "¿De quién es
la imagen y el nombre que lleva escrito?". Le contestaron: "Del César".
Entonces les respondió Jesús: "Den al César lo que
es del César, y a Dios lo que es de Dios". Y los dejó admirados.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el memorial del sacrificio de tu Hijo, se lleva a cabo la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 22, 5)
Para mí, Señor, has preparado la mesa y has llenado la copa hasta los bordes.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Infúndenos, Señor, el espíritu de tu caridad para que, alimentados del mismo pan del cielo, permanezcamos siempre unidos por el mismo amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
MIÉRCOLES DE CENIZA
Santos: Francisca Romana, viuda; Bruno de Querfurt, mártir. Beato Marcelo Callo, laico. (Morado)
RITOS INICIALES Y LITURGIA DE LA PALABRA
LAS OPORTUNIDADES NO SE PRESENTAN DOS VECES
Jl 2, 12-18; 2 Co 5, 20-6, 2; Mc 6, 1-6. 16-18
La proclama del profeta Joel resuena con toda claridad. La conversión profunda implica un verdadero cambio interior. Dicho cambio es agradable al Dios compasivo, que se complace en perdonarnos. Con tono exhortativo San Pablo anima a los cristianos de Corinto a no dejar pasar el tiempo oportuno para reconciliarse con Dios. En abierto contraste con estas invitaciones, advertimos que entre los vecinos de Nazaret no despunta ningún proceso de cambio interior. Los nazarenos menosprecian a Jesús por sus modestos orígenes y de paso, rechazan el llamado a la conversión y a acoger confiadamente el camino del Reino.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sb 11, 24-25. 27)
Señor, tú
tienes misericordia de todos y nunca odias a tus creaturas; borras los pecados
de los hombres que se arrepienten y los perdonas, porque tú, Señor,
eres nuestro Dios.
Se omite el acto penitencial, que es sustituido por el rito de la imposición
de la ceniza.
ORACIÓN COLECTA
Que el día de ayuno con el que iniciamos, Señor, esta Cuaresma, sea el principio de una verdadera conversión a ti, y que nuestros actos de penitencia nos ayuden a vencer al espíritu del mal. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Enluten su corazón y no sus vestidos.
Lectura del libro del profeta Joel: 2, 12-18
Esto dice el Señor:
"Todavía es tiempo. Vuélvanse a mí de todo corazón,
con ayunos, con lágrimas y llanto; enluten su corazón y no sus
vestidos.
Vuélvanse al Señor su Dios, porque es compasivo y misericordioso,
lento a la cólera, rico en clemencia, y se conmueve ante la desgracia".
Quizá se arrepienta, se compadezca de nosotros y nos deje una bendición,
que haga posibles las ofrendas y libaciones al Señor, nuestro Dios.
Toquen la trompeta en Sión, promulguen un ayuno, convoquen la asamblea,
reúnan al pueblo, santifiquen la reunión, junten a los ancianos,
convoquen a los niños, aun a los niños de pecho. Que el recién
casado deje su alcoba y su tálamo la recién casada.
Entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor,
diciendo: "Perdona, Señor, perdona a tu pueblo. No entregues tu
heredad a la burla de las naciones". Que no digan los paganos: "¿Dónde
está el Dios de Israel?".
Y el Señor se llenó de celo por su tierra y tuvo piedad de su
pueblo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 50 R/.
Misericordia, Señor, hemos pecado.
Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate
de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y
purifícame de mis pecados. R/.
Puesto que reconozco mis culpas, tengo siempre presentes mis pecados. Contra
ti sólo pequé, Señor, haciendo lo que a tus ojos era malo.
R/.
Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu
nuevo para cumplir tus mandamientos. No me arrojes, Señor, lejos de ti,
ni retires de mí tu santo espíritu. R/.
Devuélveme tu salvación, que regocija, y mantén en mí
un alma generosa. Señor, abre mis labios y cantará mi boca tu
alabanza. R/.
Aprovechen este tiempo favorable para reconciliarse con Dios.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios: 5, 20-6, 2
Hermanos: Somos embajadores de Cristo, y por nuestro medio, es como si Dios mismo los exhortara a ustedes. En nombre de Cristo les pedimos que se dejen reconciliar con Dios. Al que nunca cometió pecado, Dios lo hizo "pecado" por nosotros, para que, unidos a Él, recibamos la salvación de Dios y nos volvamos justos y santos. Como colaboradores que somos de Dios, los exhortamos a no echar su gracia en saco roto. Porque el Señor dice: En el tiempo favorable te escuché y en el día de la salvación te socorrí. Pues bien, ahora es el tiempo favorable; ahora es el día de la salvación. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(cfr. Sal 94, 8) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su
corazón". R/.
Tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 6, 1-6. 16-18
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos: "Tengan cuidado de no practicar sus obras
de piedad delante de los hombres para que los vean. De lo contrario, no tendrán
recompensa con su Padre celestial.
Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los
hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben los
hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio,
cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para
que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes
les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para
que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú,
en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante
tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo
secreto, te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que
descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están
ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio,
cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que
no sepa la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en
lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
BENDICIÓN DE LA CENIZA
Después de la homilía,
el sacerdote, de pie y con las manos juntas, dice:
Hermanos, pidamos humildemente a Dios Padre que bendiga con su gracia esta ceniza
que, en señal de penitencia, vamos a imponer sobre nuestras cabezas.
Y después de un breve momento de oración en silencio, prosigue:
ORACIÓN
Señor Dios, que te
apiadas de quienes se humillan y concedes tu paz a los que se arrepienten, escucha
con bondad nuestras súplicas y derrama la gracia de tu bendición
sobre estos siervos tuyos que van a recibir la ceniza, para que, fieles a las
prácticas cuaresmales puedan llegar, con un alma purificada, a celebrar
la Pascua de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. R/. Amén.
Y rocía la ceniza con agua bendita, sin decir nada.
IMPOSICIÓN DE LA CENIZA
Enseguida, el sacerdote
impone la ceniza a todos los presentes que se acercan a él, y dice a
cada uno:
Arrepiéntete y cree en el Evangelio. (Mc 1, 15) O bien:
Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver. (cfr. Gn 3, 19)
Mientras tanto, se entona un canto apropiado.
ANTÍFONA (cfr. JI 2, 13)
Renovemos nuestra vida con un espíritu de humildad y penitencia; ayunemos y lloremos delante del Señor, porque la misericordia de nuestro Dios está siempre dispuesta a perdonar nuestros pecados.
OTRA ANTÍFONA (JI 2, 17; Est 13, 17)
Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, y digan: Perdona, Señor, perdona a tu pueblo, y no cierres la boca de aquellos que te alaban.
OTRA ANTÍFONA (Sal 50, 3)
Borra, Señor, mis
pecados.
Esta antífona puede repetirse después de cada verso del Salmo
50, "Por tu inmensa compasión y misericordia".
RESPONSORIO (cfr. Ba 3, 2)
Escúchanos, Señor,
y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.
Renovémonos y reparemos los males que por ignorancia hemos cometido;
no sea que, sorprendidos por el día de la muerte, busquemos, sin poder
encontrarlo, el tiempo de hacer penitencia. R/.
(V. Sal 78, 9)
Ven en nuestra ayuda, Dios
salvador nuestro; por el honor de tu nombre, líbranos, Señor.
R/.
Terminada la imposición de la ceniza, el sacerdote se lava las manos.
La ceremonia termina con la oración universal o de los fieles.
No se dice Credo.
LITURGIA EUCARÍSTICA
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, este sacrificio con el que iniciamos solemnemente la Cuaresma, y concédenos que, por medio de las obras de caridad y penitencia, venzamos nuestros vicios y, libres de pecado, podamos unirnos mejor a la pasión de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio III o IV de Cuaresma.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 1, 2. 3)
El que medita la ley del Señor día y noche, dará fruto a su tiempo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta comunión
abra, Señor, nuestro corazón a la justicia y a la caridad, para
que observemos el único ayuno que tú quieres y que conduce a nuestra
salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La bendición e imposición de la ceniza pueden hacerse también
sin Misa. En este caso, conviene celebrar antes la liturgia de la Palabra, usando
el canto de entrada, la oración colecta y las lecturas con sus cánticos,
como en la Misa. Enseguida se tienen la homilía y la bendición
e imposición de la ceniza. La ceremonia se termina con la oración
universal.
DESPUÉS DE CENIZA
Santos: Macario de Jerusalén, obispo; Simplicio, Papa y María Eugenia de Jesús, fundadora. Feria (Morado)
LA ELECCIÓN DECISIVA
Dt 30, 15-20; Lc 9, 22-25
El cierre final del libro del Deuteronomio nos recuerda el dilema básico que enfrentamos en los momentos cruciales de la vida. Ante la disyuntiva de optar por el bien o el mal, tenemos que definirnos. No hay manera de engañarnos, ni alegar ignorancia de nuestra parte. En el exhorto que Jesús dirige a los suyos antes de emprender su viaje decisivo a Jerusalén los confronta con una elección importante: algunos tratan de adueñarse del mundo y de la vida presente aún a costa de perder la vida plena; para otros, parece mejor perder los beneficios del mundo presente para conservar la vida plena. No se puede quedar uno con todo. Una elección implica también una renuncia.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Sal 54, 17-20, 23)
Clamé al Señor, y escuchó mi voz y me libró de los que me atacaban. Encomienda a Dios tus afanes y Él te sustentará.
ORACIÓN COLECTA
Inspira, Señor, nuestras acciones y dirígelas con tu gracia, para que todo cuanto emprendamos lo iniciemos en tu nombre y podamos llevarlo a término por tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Hoy pongo delante de ti la bendición y la maldición.
Lectura del libro del Deuteronomio: 30, 15-20
Esto dice el Señor: "Mira: Hoy pongo delante de ti la vida y el bien o la muerte y el mal. Si cumples lo que yo te mando hoy, amando al Señor tu Dios, siguiendo sus caminos, cumpliendo sus preceptos, mandatos y decretos, vivirás y te multiplicarás. El Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra donde vas a entrar para poseerla. Pero si tu corazón se resiste y no obedeces, si te dejas arrastrar y te postras para dar culto a dioses extranjeros, yo te anuncio hoy que perecerás sin remedio y que, pasado el Jordán para entrar a poseer la tierra, no vivirás muchos años en ella. Hoy tomo por testigos al cielo y a la tierra de que les he propuesto la vida o la muerte, la bendición o la maldición. Elige la vida y vivirás, tú y tu descendencia, amando al Señor tu Dios, escuchando su voz, adhiriéndote a Él; pues en eso está tu vida y el que habites largos años en la tierra que el Señor prometió dar a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 1 R/.
Dichoso el hombre que confía en el Señor.
Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos
pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus
mandamientos. R/.
Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo
y nunca se marchita. En todo tendrá éxito. R/.
En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque
el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por
perderlo. R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 4, 17) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Conviértanse, dice el Señor, porque ya está cerca
el Reino de los cielos. R/.
El que pierda su vida por mí, la salvará.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 9, 22-25
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Es necesario
que el Hijo del hombre sufra mucho, que sea rechazado por los ancianos, los
sumos sacerdotes y los escribas, que sea entregado a la muerte y que resucite
al tercer día".
Luego, dirigiéndose a la multitud, les dijo: "Si alguno quiere acompañarme,
que no se busque a sí mismo, que tome su cruz de cada día y me
siga. Pues el que quiera conservar para sí mismo su vida, la perderá;
pero el que la pierda por mi causa, ése la encontrará. En efecto,
¿de qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si se pierde a
sí mismo o se destruye?". Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, con bondad estas ofrendas que te presentamos, para que nos alcancen tu perdón, y den gloria a tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 50, 12)
Señor, crea en mí un corazón puro, y renueva en mi interior un espíritu firme.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos recibido en esta comunión, sean para nosotros fuente de perdón, de santidad y de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
DESPUÉS DE CENIZA.
Santos: Eulogio de Córdoba, mártir; Vicente y Ramiro de León, mártires; Esteban de Obacina, abad. (Morado).
REAJUSTANDO LAS RELACIONES AVERIADAS
Is 58, 1-9; Mt 9, 14-15
Jesús y sus discípulos no ayunaban con la frecuencia que lo hacían otros israelitas devotos. Esa conducta suscitaba interrogantes y reclamos. Jesús los aborda de forma directa, asumiéndose como el Novio que inaugura el tiempo gozoso de las bodas: Procediendo de ese modo, nos instruye con acierto: antes que cualquier práctica o norma religiosa, conviene discernir los signos de los tiempos y deletrear con paciencia la voluntad de Dios. De esa misma voluntad se hace portavoz el profeta Isaías, que invita a sus oyentes a poner un alto a la opresión y la violencia, como requisito indispensable para realizar las prácticas penitenciales.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 29, 11)
El Señor me escuchó, tuvo piedad de mí y ha venido en mi ayuda.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, tu gracia durante estos días de penitencia cuaresmal, para que a nuestras prácticas externas corresponda una verdadera renovación del espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Éste es el ayuno que yo quiero.
Lectura del libro del profeta Isaías: 58, 1-9
Esto dice el Señor:
"Clama a voz en cuello y que nadie te detenga. Alza la voz como trompeta.
Denuncia a mi pueblo sus delitos, a la casa de Jacob sus pecados. Me buscan
día a día y quieren conocer mi voluntad, como si fuera un pueblo
que se comportara rectamente y respetara los juicios de Dios. Me piden sentencias
justas y anhelan tener cerca a Dios. Me dicen todos los días: `¿Para
qué ayunamos, si tú no nos ves? ¿Para qué nos mortificamos,
si no te das por enterado?'.
Es que el día en que ustedes ayunan encuentran la forma de hacer negocio
y oprimen a sus trabajadores. Es que ayunan, sí, para luego reñir
y disputar, para dar puñetazos sin piedad. Ése no es un ayuno
que haga oír en el cielo la voz de ustedes. ¿Acaso es éste
el ayuno que me agrada? ¿Es ésta la mortificación que yo
acepto del hombre: encorvar la cabeza como un junco y acostarse sobre saco y
ceniza? ¿A esto llaman ayuno y día agradable al Señor?
El ayuno que yo quiero de ti es éste, dice el Señor: Que rompas
las cadenas injustas y levantes los yugos opresores; que liberes a los oprimidos
y rompas todos los yugos; que compartas tu pan con el hambriento y abras tu
casa al pobre sin techo; que vistas al desnudo y no des la espalda a tu propio
hermano.
Entonces surgirá tu luz como la aurora y cicatrizarán de prisa
tus heridas; te abrirá camino la justicia y la gloria del Señor
cerrará tu marcha.
Entonces clamarás al Señor y te responderá; lo llamarás
y te dirá: 'Aquí estoy' ". Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Del salmo 50 R/.
A un corazón contrito, Señor, no lo desprecias.
Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate
de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y
purifícame de mis pecados. R/.
Puesto que reconozco mis culpas, tengo siempre presentes mis pecados. Contra
ti solo pequé, Señor, haciendo lo que a tus ojos era malo. R/.
Tú, Señor, no te complaces en los sacrificios y si te ofreciera
un holocausto, no te agradaría. Un corazón contrito te presento,
y a un corazón contrito, tú nunca lo desprecias. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Am 5, 14) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Busquen el bien y no el mal, para que vivan, y el Señor estará
con ustedes. R/.
Cuando les quiten al esposo, entonces ayunarán.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 9, 14-15
En aquel tiempo, los discípulos de Juan fueron a ver a Jesús y le preguntaron: "¿Por qué tus discípulos no ayunan, mientras nosotros y los fariseos sí ayunamos?". Jesús les respondió: "¿Cómo pueden llevar luto los amigos del esposo, mientras él está con ellos? Pero ya vendrán días en que les quitarán al esposo, y entonces sí ayunarán". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que el sacrificio que te ofrecemos en este tiempo de preparación para la Pascua nos haga agradables a tus ojos y más generosos en la práctica de la penitencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 24, 4)
Señor, enséñame tus caminos, dime cuáles son tus senderos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que nuestra participación en este sacramento nos libre, Señor, de todas nuestras culpas y nos obtenga de tu misericordia la conversión de nuestro espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.
DESPUÉS DE CENIZA
Santos: Pablo Aureliano de Lyon, obispo; Inocencio I, Papa. Beata Ángela Salawa, virgen.
Vísperas I del domingo: la semana del Salterio Tomo II: pp. 1099, 3 y 50. Para los fieles: pp. 472 y 178. Edición popular: pp. 13 y 428. Feria (morado).
LA RUPTURA QUE VIVIÓ LEVÍ
Is 58, 9-14; Lc 5, 27-32
La segunda parte de la profecía sobre el ayuno está ordenada de forma muy simple. Quien cumpla los gestos de compasión y solidaridad hacia los necesitados disfrutará de la bendición y la paz que Dios regala. Dios no abandonará a quien se compadece de sus hermanos. El recaudador de impuestos que nos presenta san Lucas, había tratado abusivamente a sus hermanos y clientes. Cuando escuchó la llamada de Jesús, se desconectó del sistema opresor que lo tenía atrapado. Leví dejó atrás el mostrador de los impuestos de Cafarnaúm, rompió con una serie de alianzas mentirosas y se atuvo a las exigencias radicalmente nuevas que le planteaba el Señor Jesús.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 68, 17)
Escúchanos, Señor, pues eres bueno y míranos conforme a tu bondad infinita.
ORACIÓN COLECTA
Dios eterno y todopoderoso, mira compasivo nuestra debilidad, y extiende tu mano para protegernos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Cuando compartas tu pan con el hambriento, brillará tu luz en las tinieblas.
Lectura del libro del profeta Isaías: 58, 9-14
Esto dice el Señor:
"Cuando renuncies a oprimir a los demás y destierres de ti el gesto
amenazador y la palabra ofensiva; cuando compartas tu pan con el hambriento
y sacies la necesidad del humillado, brillará tu luz en las tinieblas
y tu oscuridad será como el mediodía. El Señor te dará
reposo permanente; en el desierto saciará tu hambre y dará vigor
a tu cuerpo; serás como un huerto bien regado, como un manantial cuyas
aguas no se agotan.
Construirás sobre tus viejas ruinas y edificarás sobre cimientos
muy antiguos; te llamarán reparador de brechas y restaurador de hogares
derruidos.
Si detienes tus pasos para no violar el sábado y no tratas tus negocios
en mi día santo, si llamas al sábado tu delicia y lo consagras
a la gloria del Señor, si lo honras absteniéndote de viajes, de
buscar tu interés, de tratar tus asuntos, entonces el Señor será
tu delicia. Te asentaré sobre mis montañas, te haré gustar
la herencia de tu padre Jacob". Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Del salmo 85 R/.
Señor, enséñame a seguir fielmente tus caminos.
Presta, Señor, oídos a mi súplica, pues soy un
pobre, lleno de desdichas. Protégeme, Señor, porque te amo; salva
a tu servidor, que en ti confía. R/.
Ten compasión de mí, pues clamo a ti, Dios mío, todo el
día, y ya que a ti, Señor, levanto el alma, llena a este siervo
tuyo de alegría. R/.
Puesto que eres, Señor, bueno y clemente y todo amor con quien tu nombre
invoca, escucha mi oración y a mi súplica da respuesta pronta.
R/.
ACLAMACIÓN
(Ez 33, 11) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
No quiero la muerte del pecador, sino que se arrepienta y viva, dice el Señor.
R/.
No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 5, 27-32
En
aquel tiempo, vio Jesús a un publicano, llamado Leví (Mateo),
sentado en su despacho de recaudador de impuestos, y le dijo: "Sígueme".
Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.
Leví ofreció en su casa un gran banquete en honor de Jesús,
y estaban a la mesa, con ellos, un gran número de publicanos y otras
personas. Los fariseos y los escribas criticaban por eso a los discípulos,
diciéndoles: "¿Por qué comen y beben con publicanos
y pecadores?". Jesús les respondió: "No son los sanos
los que necesitan al médico, sino los enfermos. No he venido a llamar
a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que este sacrificio de reconciliación y de alabanza que vamos a ofrecerte, nos purifique, Señor y nos renueve, para que todos nuestros pensamientos y acciones se apeguen a tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 9, 13)
Misericordia quiero y no sacrificios, dice el Señor; no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que este sacramento que hemos recibido, y que es fuente de vida para tu Iglesia, sea para nosotros prenda segura de salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
I DOMINGO DE CUARESMA
Santos: Rodrigo de Córdoba, mártir; Eufrasia de Turquía, religiosa; Pedro II de la Cava, abad (Morado)
DEL PRIMERO AL SEGUNDO ADÁN
Gn 2, 7-9; 3, 1-7, Rm 5, 12-19; Mt 4, 1-11
El relato del Génesis nos presenta al primer Adán, frágil y quebradizo como el barro que lo simboliza. La pareja primordial se deja deslumbrar por el resplandor del fruto prohibido y sin atender a la voz de su conciencia, sin escuchar la advertencia divina, elige el camino destructor que cancelaría su libertad. San Pablo retorna el antiguo relato y contrasta la actitud desobediente del primer Adán con la del Segundo: si el primero nos constituyó pecadores, el Segundo nos hizo justos. En sintonía estrecha con ambas lecturas, el evangelio de san Mateo nos refiere la serie de tentaciones y pruebas que el Señor Jesús aprendió a superar, no una, sino numerosas ocasiones, valiéndose de la luz y la guía de la Palabra.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 90, 15-16)
Me invocará y yo lo escucharé; lo libraré y lo glorificaré; prolongaré los días de su vida.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso, que las prácticas anuales propias de la Cuaresma nos ayuden a progresar en el conocimiento de Cristo y a llevar una vida más cristiana. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Creación y pecado de nuestros primeros padres.
Lectura del libro del Génesis: 2, 7-9; 3, 1-7
Después de haber
creado el cielo y la tierra, el Señor Dios tomó polvo del suelo
y con él formó al hombre; le sopló en la nariz un aliento
de vida, y el hombre comenzó a vivir. Después plantó el
Señor un jardín al oriente del Edén y allí puso
al hombre que había formado. El Señor Dios hizo brotar del suelo
toda clase de árboles, de hermoso aspecto y sabrosos frutos, y además,
en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol del
conocimiento del bien y del mal
La serpiente era el más astuto de los animales del campo que había
creado el Señor Dios. Un día le dijo a la mujer: "¿Es
cierto que Dios les ha prohibido comer de todos los árboles del jardín?".
La mujer respondió: "Podemos comer del fruto de todos los árboles
del jardín, pero del árbol que está en el centro, dijo
Dios: 'No comerán de él ni lo tocarán, porque de lo contrario,
habrán de morir'".
La serpiente replicó a la mujer: "De ningún modo. No morirán.
Bien sabe Dios que el día que coman de los frutos de ese árbol,
se les abrirán a ustedes los ojos y serán como Dios, que conoce
el bien y el mal".
La mujer vio que el árbol era bueno para comer, agradable a la vista
y codiciable, además, para alcanzar la sabiduría. Tomó,
pues, de su fruto, comió y le dio a su marido, que estaba junto a ella,
el cual también comió. Entonces se les abrieron los ojos a los
dos y se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entrelazaron unas hojas de higuera
y se cubrieron con ellas. Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
Del salmo 50 R/.
Misericordia, Señor, hemos pecado.
Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate
de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y
purifícame de mis pecados. R/.
Puesto que reconozco mis culpas, tengo siempre presentes mis pecados. Contra
ti solo pequé, Señor, haciendo lo que a tus ojos era malo. R/.
Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu
nuevo para cumplir tus mandamientos. No me arrojes, Señor, lejos de ti,
ni retires de mí tu santo espíritu. R/.
Devuélveme tu salvación, que regocija, mantén en mí
un alma generosa. Señor, abre mis labios y cantará mi boca tu
alabanza. R/.
El don de Dios supera con mucho al delito.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 5, 12-19
Hermanos: Así como
por un solo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado entró
la muerte, así la muerte llegó a todos los hombres, por cuanto
todos pecaron.
Antes de la ley de Moisés ya había pecado en el mundo y, si bien
es cierto que el pecado no se imputa cuando no hay ley, sin embargo, la muerte
reinó desde Adán hasta Moisés aun sobre aquellos que no
pecaron con una transgresión semejante a la de Adán, el cual es
figura del que había de venir.
Ahora bien, con el don no sucede como con el delito, porque si por el delito
de uno solo murieron todos, ¡cuánto más la gracia de Dios
y el don otorgado por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, se han desbordado
sobre todos! Y con el don no sucede como con las consecuencias del pecado de
uno solo, porque ciertamente la sentencia, partiendo de uno solo, lleva a la
condenación, pero la obra de la gracia, partiendo de muchos delitos,
se resuelve en justificación.
En efecto, si por el delito de uno solo reinó la muerte, por un solo
hombre, ¡con cuánta más razón los que reciben la
abundancia de la gracia y el don de la justicia, reinarán en la vida
por uno solo, Jesucristo!
Así pues, como el delito de uno solo atrajo sobre todos los hombres la
condenación, así también la obra de justicia de uno solo
procura para todos los hombres la justificación, que da la vida. En efecto,
así como por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos
pecadores, así también por la obediencia de uno solo todos serán
constituidos justos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(Mt 4, 4) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que
sale de la boca de Dios. R/.
El ayuno y las tentaciones de Jesús.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 4, 1-11
En
aquel tiempo, Jesús fue conducido por el Espíritu al desierto,
para ser tentado por el demonio. Pasó cuarenta días y cuarenta
noches sin comer y, al final, tuvo hambre. Entonces se le acercó el tentador
y le dijo: "Si tú eres el Hijo de Dios, manda que estas piedras
se conviertan en panes". Jesús le respondió: "Está
escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra
que sale de la boca de Dios".
Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en la parte más
alta del templo y le dijo: "Si eres el Hijo de Dios, échate para
abajo, porque está escrito: Mandará a sus ángeles que te
cuiden y ellos te tomarán en sus manos, para que no tropiece tu pie en
piedra alguna". Jesús le contestó: "También está
escrito: No tentarás al Señor, tu Dios".
Luego lo llevó el diablo a un monte muy alto y desde ahí le hizo
ver la grandeza de todos los reinos del mundo y le dijo: "Te daré
todo esto, si te postras y me adoras". Pero Jesús le replicó:
"Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás
al Señor, tu Dios, y a Él sólo servirás".
Entonces lo dejó el diablo y se acercaron los ángeles para servirle.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Presentemos ahora con
fe y confianza nuestras intenciones.
A cada petición diremos: Señor, ten piedad (o bien: Kýrie,
eléison).
Por la Iglesia, por todos los que nos disponemos en este tiempo de Cuaresma
a intensificar y mejorar nuestra vida cristiana. Oremos.
Por todos aquellos que se preparan para recibir en la próxima Pascua
los sacramentos del Bautismo, la Confirmación o la Primera Comunión.
Oremos.
Por los pobres, y por todos aquellos que, en cualquier lugar del mundo, sufren
la tragedia del hambre. Oremos.
Por todos nosotros, llamados a dar testimonio del amor de Dios hacia nuestros
hermanos. Oremos.
Escucha, Padre, nuestras plegarias, y llénanos de tu gracia transformadora.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que estos dones que vamos a ofrecerte, nos dispongan convenientemente para el santo tiempo de la Cuaresma, que estamos iniciando. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque Cristo nuestro Señor, al abstenerse durante cuarenta días
de tomar alimento, inauguró la práctica de nuestra penitencia
cuaresmal y, al rechazar las tentaciones del enemigo, nos enseñó
a sofocar la fuerza del pecado; de este modo, celebrando con sinceridad el misterio
de esta Pascua, podremos pasar un día a la Pascua que no acaba.
Por eso, con los ángeles y santos te cantamos el himno de alabanza, diciendo
sin cesar: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 4, 4)
No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que viene de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que este pan celestial alimente, Señor, en nosotros la fe, aumente la esperanza, refuerce la caridad, y nos enseñe a sentir hambre de Cristo, que es el pan vivo y verdadero, y a vivir de toda palabra que proceda de tu boca. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Estas reflexiones antiguas siguen siendo válidas para quienes tengan la honestidad suficiente para confrontar su vida con sus creencias. Los seguidores de Jesús estamos situados en una cultura que aprecia desmedidamente el éxito económico, el disfrute y el bienestar personal. Empujados por esa mentalidad podemos dejarnos arrastrar por el torbellino del egoísmo. No es fácil decir que no a los impulsos egoístas y a tantos estímulos negativos que nos presenta la publicidad. No obstante, al recordar las dificultades antes mencionadas, no pretendemos justificarnos ni buscar excusas para defender nuestra incongruencia. El cristiano sabe que su debilidad es la ocasión para confesarse necesitado del auxilio divino y que lleva un tesoro en vasijas de barro. Esa conciencia podrá servirle a la hora de la prueba.
LA AMPLIACIÓN DEL CONCEPTO DE PRÓJIMO
Lv 19, 1-2; 11-18; Mt 25, 31-46
El libro del Levítico marcaba un límite al concepto del prójimo. El pariente, el vecino y cualquier descendiente de Abrahán eran considerados prójimos. A ésos había que amar y respetar. El mandato no incluía a los extranjeros, sino en situaciones excepcionales. El Sermón final del evangelio de san Mateo ensancha desmedidamente dicho concepto. Para el Señor Jesús, cualquier necesitado, sin importar su clase social, su raza o cualquier otro aspecto externo, por el simple hecho de experimentar la carencia, se convierte en un sacramento de su presencia y en un llamado directo, para que los que nos confesamos sus discípulos, nos aproximemos solidariamente en su ayuda.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 122, 2-3)
Así como la esclava en su señora, tiene fijos los ojos, fijos en el Señor están los nuestros, hasta que Dios se apiade de nosotros. Ten piedad de nosotros, ten piedad.
ORACIÓN COLECTA
Conviértenos a ti, Dios salvador nuestro, y ayúdanos a progresar en el conocimiento de tu palabra para que esta Cuaresma nos sea provechosa. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Juzga a tu prójimo con justicia.
Lectura del libro del Levítico: 19, 1-2. 11-18
En aquellos días,
dijo el Señor a Moisés: "Habla a la asamblea de los hijos
de Israel y diles: 'Sean santos, porque yo, el Señor, soy santo. No hurtarán.
No mentirán ni engañarán a su prójimo. No jurarán
en falso por mi nombre; eso sería profanar el nombre de su Dios. Yo soy
el Señor.
No oprimas ni explotes a tu prójimo. No retengas hasta el día
siguiente el salario del que trabaja para ti. No maldigas al sordo, ni pongas
tropiezos ante el ciego. Teme a tu Dios. Yo soy el Señor.
No seas injusto en la sentencia, ni por favorecer al pobre ni por respeto al
poderoso. Juzga con justicia a tu prójimo. No andes calumniando a los
tuyos ni des testimonio contra la vida de tu prójimo. Yo soy el Señor.
No odies a tu hermano ni en lo secreto de tu corazón. Trata de corregirlo,
para que no cargues tú con su pecado. No te vengues ni guardes rencor
a los hijos de tu pueblo. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el
Señor' ". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 18 R/.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables
son las palabras del Señor y hacen sabio al sencillo. R/.
En los mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón;
son luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino. R/.
La voluntad del Señor es santa y para siempre estable; los mandatos del
Señor son verdaderos y enteramente justos. R/.
Que te sean gratas las palabras de mi boca y los anhelos de mi corazón.
Haz, Señor, que siempre te busque, pues eres mi refugio y salvación.
R/.
ACLAMACIÓN
(2 Co 6, 2) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Éste es el tiempo favorable, éste es el día de
la salvación. R/.
Cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 25, 31-46
En aquel
tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando venga el Hijo
del hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles,
se sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregadas ante
Él todas las naciones, y Él apartará a los unos de los
otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a
las ovejas a su derecha y a los cabritos a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha: 'Vengan, benditos de mi Padre;
tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación
del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron
de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo
y me visitaron, encarcelado y fueron a verme'. Los justos le contestarán
entonces: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos
de comer, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero
y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo
o encarcelado y te fuimos a ver?'. Y el rey les dirá: 'Yo les aseguro
que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo
lo hicieron'.
Entonces dirá también a los de la izquierda: 'Apártense
de mí, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus
ángeles; porque estuve hambriento y no me dieron de comer, sediento y
no me dieron de beber, era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no
me vistieron, enfermo y encarcelado y no me visitaron'.
Entonces ellos le responderán: 'Señor, ¿cuándo te
vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado y
no te asistimos?'. Y Él les replicará: 'Yo les aseguro que, cuando
no lo hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron
conmigo'. Entonces irán éstos al castigo eterno y los justos a
la vida eterna". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que estas ofrendas que te presentamos como signo de nuestra entrega a ti, santifiquen, Señor, con tu gracia, nuestra vida y nos obtengan el perdón de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 25, 40. 34)
Yo les aseguro que cuanto hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron, dice el Señor. Vengan, benditos de mi Padre, y tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor, encontrar en esta comunión fuerza para el cuerpo y para el alma a fin de que, renovados completamente, podamos gloriarnos de la plenitud de tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PADRE, PROCLÁMESE QUE TÚ ERES SANTO
Is 55, 10-11; Mt 6, 7-15
Las dos lecturas pueden complementarse perfectamente. La del profeta Isaías nos habla de la Palabra divina que con su potente fecundidad cumple su encargo en los oyentes. La de San Mateo, nos presenta la oración que el Señor Jesús nos enseñó y que es la mejor palabra que los discípulos podemos dirigir al Padre. La palabra divina expresa, llama e informa al creyente del amoroso plan de Dios. El oyente podrá escucharla o desoírla, pero no puede afirmar que Dios no le haya comunicado su voluntad. El cristiano que proclama ser hijo del Padre, está reconociendo su voluntad de abandonarse confiadamente en sus manos, superando las angustias y preocupaciones cotidianas.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 89, 1-2)
Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación. Desde siempre y por siempre tú eres Dios.
ORACIÓN COLECTA
Mira, Señor, con misericordia a tu pueblo que en estos días de Cuaresma usa con moderación de los bienes del cuerpo y aviva en su espíritu el deseo de poseerte. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Mi palabra hará mi voluntad.
Lectura del libro del profeta Isaías: 55, 10-11
Esto dice el Señor: "Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, a fin de que dé semilla para sembrar y pan para comer, así será la palabra que sale de mi boca: no volverá a mí sin resultado, sino que hará mi voluntad y cumplirá su misión". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 33 R/.
El Señor libra al justo de todas sus angustias.
Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando
acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores.
R/.
Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te
sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los
pobres y los libra de todas sus angustias. R/.
Los ojos del Señor cuidan al justo y a su clamor están atentos
sus oídos. Contra el malvado, en cambio, está el Señor,
para borrar de la tierra su recuerdo. R/.
Escucha el Señor al hombre justo y lo libra de todas sus congojas. El
Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas.
R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 4, 4) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra
que sale de la boca de Dios. R/.
Ustedes oren así.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 6, 7-15
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando ustedes
hagan oración no hablen mucho, como los paganos, que se imaginan que
a fuerza de mucho hablar, serán escuchados. No los imiten, porque el
Padre sabe lo que les hace falta, antes de que se lo pidan. Ustedes, pues, oren
así:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga
tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación
y libranos del mal.
Si ustedes perdonan las faltas a los hombres, también a ustedes los perdonará
el Padre celestial. Pero si ustedes no perdonan a los hombres, tampoco el Padre
les perdonará a ustedes sus faltas". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor y creador todopoderoso, los dones que hemos recibido de tu generosidad y convierte el pan y el vino que nos has dado para nuestra vida cotidiana en sacramento de salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 4, 2)
Tú, Dios, defensor mío, que me escuchaste cuando te invoqué y me consolaste en la tribulación, ten piedad de mí y escucha mi plegaria.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta Eucaristía nos ayude, Señor, a moderar las pasiones y los deseos terrenos y a buscar tu justicia y tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LA CONVERSIÓN EJEMPLAR DE LOS NINIVITAS
Jon 3, 1-10; Lc 11, 29-32
El evangelio de san Lucas se conecta directamente con el mensaje del profeta Jonás. Este profeta rebelde predicó a regañadientes el mensaje que Dios le ordenó dirigir a los ninivitas. En el relato antiguo se nos dice que las palabras del profeta fueron escuchadas sin vacilar por aquellos extranjeros. En contraste con lo anterior, el evangelio de san Lucas, nos refiere la cerrazón y la incredulidad de los contemporáneos del Señor. Tal como lo afirmara el mismo Señor Jesús en una de sus sentencias, "nadie es profeta en su tierra". Los israelitas que estaban más familiarizados con las palabras y el mensaje de Jesús, se resistieron a acoger su llamado. Le reclamaban evidencias y demostraciones de su autoridad que parecían excusas para justificar su incredulidad.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 24, 6, 3. 22)
Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas y no permitas que nos derrote el enemigo. Sálvanos, Dios de Israel, de todas nuestras angustias.
ORACIÓN COLECTA
Mira, Señor, con bondad a tu pueblo, que con fervor desea entregarse más a ti y concédele que la práctica de las buenas obras renueve su alma, ya que con sus privaciones se esfuerza por dominar su cuerpo. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Los habitantes de Nínive se arrepintieron de su mala conducta.
Lectura del libro del profeta Jonás: 3, 1-10
En aquellos días,
el Señor volvió a hablar a Jonás y le dijo: "Levántate
y vete a Nínive, la gran capital, para anunciar ahí el mensaje
que te voy a indicar".
Se levantó Jonás y se fue a Nínive, como le había
mandado el Señor. Nínive era una ciudad enorme: hacían
falta tres días para recorrerla. Jonás caminó por la ciudad
durante un día, pregonando: "Dentro de cuarenta días Nínive
será destruida".
Los ninivitas creyeron en Dios, ordenaron un ayuno y se vistieron de sayal,
grandes y pequeños. Llegó la noticia al rey de Nínive,
que se levantó del trono, se quitó el manto, se vistió
de sayal, se sentó sobre ceniza y en nombre suyo y de sus ministros,
mandó proclamar en Nínive el siguiente decreto: "Que hombres
y animales, vacas y ovejas, no prueben bocado, que no pasten ni beban; que todos
se vistan de sayal e invoquen con fervor a Dios y que cada uno se arrepienta
de su mala vida y deje de cometer injusticias. Quizá Dios se arrepienta
y nos perdone, aplaque el incendio de su ira y así no moriremos".
Cuando Dios vio sus obras y cómo se convertían de su mala vida,
cambió de parecer y no les mandó el castigo que había determinado
imponerles. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 50 R/.
A un corazón contrito, Señor, no lo desprecias.
Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate
de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y
purifícame de mis pecados. R/.
Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu
nuevo para cumplir tus mandamientos. No me arrojes, Señor, lejos de ti,
ni retires de mí tu santo espíritu. R/.
Tú, Señor, no te complaces en los sacrificios y si te ofreciera
un holocausto, no te agradaría. Un corazón contrito te presento,
y a un corazón contrito, tú nunca lo desprecias. R/.
ACLAMACIÓN
(JI 2, 12-13) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Todavía es tiempo, dice el Señor, arrepiéntanse
de todo corazón y vuélvanse a mí, que soy compasivo y misericordioso.
R/.
A la gente de este tiempo no se le dará otra señal que la del profeta Jonás.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 11, 29-32
En aquel tiempo, la multitud
se apiñaba alrededor de Jesús y éste comenzó a decirles:
"La gente de este tiempo es una gente perversa. Pide una señal,
pero no se le dará más señal que la de Jonás. Pues
así como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive,
lo mismo será el Hijo del hombre para la gente de este tiempo. Cuando
sean juzgados los hombres de este tiempo, la reina del sur se levantará
el día del juicio para condenarlos, porque ella vino desde los últimos
rincones de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y
aquí hay uno que es más que Salomón.
Cuando sea juzgada la gente de este tiempo, los hombres de Nínive se
levantarán el día del juicio para condenarla, porque ellos se
convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno
que es más que Jonás". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te presentamos, Señor, este pan y este vino que tú mismo nos has dado para que te los ofreciéramos, a fin de que, al convertirlos tú en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nos obtengan la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 5, 12)
Que se alegren, Señor, cuantos en ti confían, que se regocijen eternamente porque tú estás con ellos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú, Señor, que no cesas de invitarnos a tu mesa, concédenos que la recepción de este sacramento sea para nosotros fuente de vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Patricio de Irlanda, obispo; Gertrudis de Nivelles, abadesa; Mártires de Alejandría.Feria (Morado)
LA RESISTENCIA DE MARDOQUEO
Est 4, 17 n. p. r; Mt 7, 7-12
El razonamiento perfectamente lógico que utiliza el Señor Jesús apela al valor de la experiencia. Si los seres humanos que estamos afectados por el mal, sabemos responder a los reclamos y peticiones de nuestros hijos, con mayor razón, el Padre Celestial acogerá las súplicas de sus fieles. Esta exhortación es una invitación a vivir nuestra relación con Dios en clave de confianza plena. En el relato del libro de Ester, Mardoqueo hace una amplia confesión de fe, reconociendo el poder soberano del Señor. El reconocimiento del señorío exclusivo de Dios anima a este israelita a resistir y no doblegarse ante las medidas opresoras que pretendían aniquilar a los judíos por defender su legítimo derecho a expresar sus creencias.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 5, 2-3)
Señor, oye mis palabras, escucha mi lamento, haz caso de mi voz suplicante, Rey mío y Dios mío.
ORACIÓN COLECTA
Puesto que sin ti nada podemos, concédenos, Señor, luz para distinguir siempre el bien y valor para ponerlo en práctica, a fin de que podamos vivir según tu voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
No tengo otro defensor más que tú, Señor.
Lectura del libro de Ester: 4, 17n. p-r. aa-bb. gg-hh
En aquellos días,
la reina Ester, ante el mortal peligro que amenazaba a su pueblo, buscó
refugio en el Señor y se postró en tierra con sus esclavas, desde
la mañana hasta el atardecer. Entonces suplicó al Señor,
diciendo: "Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob, ¡bendito
seas! Protégeme, porque estoy sola y no tengo más defensor que
tú, Señor, y voy a jugarme la vida. Señor, yo sé,
por los libros que nos dejaron nuestros padres, que tú siempre salvas
a los que te son fieles. Ayúdame ahora a mí, porque no tengo a
nadie más que a ti, Señor y Dios mío. Ayúdame, Señor,
pues estoy desamparada. Pon en mis labios palabras acertadas cuando esté
en presencia del león y haz que yo le agrade, para que su corazón
se vuelva en contra de nuestro enemigo, para ruina de éste y de sus cómplices.
Con tu poder, Señor, líbranos de nuestros enemigos. Convierte
nuestro llanto en alegría y haz que nuestros sufrimientos nos obtengan
la vida". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 137 R/.
De todo corazón te damos gracias, Señor.
De todo corazón te damos gracias, Señor, porque escuchaste nuestros
ruegos. Te cantaremos delante de tus ángeles, te adoraremos en tu templo.
R/.
Señor, te damos gracias por tu lealtad y por tu amor: siempre que te
invocamos nos oíste y nos llenaste de valor. R/.
Que todos los reyes de la tierra te reconozcan al escuchar tus prodigios. Que
alaben tus caminos, porque tu gloria es inmensa. R/.
Tu mano, Señor, nos pondrá a salvo, y así concluirás
en nosotros tu obra. Señor, tu amor perdura eternamente; obra tuya soy,
no me abandones. R/.
ACLAMACIÓN
(Sal 50, 12. 14) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Crea en mí, Señor, un corazón puro y devuélveme
tu salvación, que regocija. R/.
Todo el que pide, recibe.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 7, 7-12
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos: "Pidan y se les dará; busquen y encontrarán;
toquen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca,
encuentra; y al que toca, se le abre.
¿Hay acaso entre ustedes alguno que le dé una piedra a su hijo,
si éste le pide pan? Y si le pide pescado, ¿le dará una
serpiente? Si ustedes, a pesar de ser malos, saben dar cosas buenas a sus hijos,
con cuánta mayor razón el Padre, que está en los cielos,
dará cosas buenas a quienes se las pidan.
Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes. En esto
se resumen la ley y los profetas". Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, en tu bondad las ofrendas y súplicas que te presentamos, y convierte a ti nuestros corazones. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 7, 8)
Todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que toca, se le abrirá.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor Dios nuestro, que el sacramento que nos has dado como ayuda para nuestra salvación, nos sirva de auxilio tanto para esta vida como para la futura. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LA RECONCILIACIÓN ANTECEDE A LA OFRENDA
Ez 18, 21-28; Mt 5, 20-26
Bien dice el dicho que "más vale un mal arreglo que un buen pleito". El pasaje evangélico recoge una serie de exhortaciones que el Señor Jesús nos ofrece para regular los conflictos y dificultades entre quienes nos reconocemos hijos de un mismo Padre. Es incongruente presentarse a una celebración litúrgica para proclamar que Dios es el Padre común, si estamos distanciados o enemistados con otros hermanos que confiesan la misma creencia. El profeta Ezequiel rebate las acusaciones de los israelitas que se sentían injustamente castigados por los delitos que habían cometido sus antepasados. El profeta responde en nombre de Dios estableciendo el principio de la responsabilidad personal y afirmando la voluntad compasiva del Señor hacia sus hijos.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 24, 17-18)
Sálvame, Señor, de todas mis angustias. Mira mis trabajos y mis penas, y perdona todos mis pecados.
ORACIÓN COLECTA
Concede, Señor, a tus hijos prepararse interiormente a la celebración de la Pascua, para que la mortificación corporal, propia de este tiempo, dé en cada uno de nosotros frutos espirituales. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
¿Acaso quiero yo la muerte del pecador y no más bien que enmiende su conducta y viva?
Lectura del libro del profeta Ezequiel: 18, 21-28
Esto dice el Señor:
"Si el pecador se arrepiente de los pecados cometidos, guarda mis preceptos
y practica la rectitud y la justicia, ciertamente vivirá y no morirá;
no me acordaré de los delitos que cometió; vivirá a causa
de la justicia que practicó. ¿Acaso quiero yo la muerte del pecador,
dice el Señor, y no más bien que enmiende su conducta y viva?
Si el justo se aparta de su justicia y comete maldad, no se recordará
la justicia que hizo. Por la iniquidad que perpetró, por el pecado que
cometió, morirá. Y si dice: 'No es justo el proceder del Señor',
escucha, casa de Israel: ¿Conque es injusto mi proceder? ¿No es
más bien el proceder de ustedes el injusto?
Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere; muere por
la maldad que cometió. Cuando el pecador se arrepiente del mal que hizo
y practica la rectitud y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita
y se aparta de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 129 R/.
Perdónanos, Señor, y viviremos.
Desde el abismo de mis pecados clamo a ti; Señor, escucha mi clamor;
que estén atentos tus oídos a mi voz suplicante. R/.
Si conservaras el recuerdo de las culpas, ¿quién habría,
Señor, que se salvara? Pero de ti procede el perdón, por eso con
amor te veneramos. R/.
Confío en el Señor, mi alma espera y confía en su palabra;
mi alma aguarda al Señor, mucho más que a la aurora el centinela.
R/.
Como aguarda a la aurora el centinela, aguarde Israel al Señor, porque
del Señor viene la misericordia y la abundancia de la redención,
y Él redimirá a su pueblo de todas sus iniquidades. R/.
ACLAMACIÓN
(Ez 18, 31) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Purifíquense de todas sus iniquidades; renueven su corazón
y su espíritu, dice el Señor. R/.
Ve primero a reconciliarte con tu hermano.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 5, 20-26
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Les aseguro que
si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente no
entrarán ustedes en el Reino de los cielos.
Han oído que se dijo a los antiguos: No matarás y el que mate
será llevado ante el tribunal. Pero yo les digo: Todo el que se enoje
con su hermano, será llevado también ante el tribunal; el que
insulte a su hermano, será llevado ante el tribunal supremo, y el que
lo desprecie, será llevado al fuego del lugar de castigo.
Por lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí
mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto
al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar
tu ofrenda.
Arréglate pronto con tu adversario, mientras vas con él por el
camino; no sea que te entregue al juez, el juez al policía y te metan
a la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que
hayas pagado el último centavo". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estas ofrendas por medio de las cuales has querido misericordiosamente devolvernos tu amistad y darnos la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ez 33, 11)
Tan cierto como que vivo, dice el Señor, no quiero la muerte del pecador, sino que se convierta y viva.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la recepción de tu sacramento nos renueve, Señor, y purificados de toda maldad, nos haga participar de los bienes de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
San José, esposo de la Santísima Virgen María
Santos: San Juan de Pina, abad. Beata Sibilina Biscossi, laica.
Vísperas I del domingo: 2a semana del Salterio Tomo II: pp. 1021, 3 y 116. Para los fieles: pp. 555 y 178. Ed. popular: pp. 108 y 430. Solemnidad (Blanco)
EL VERDADERO EMMANUEL
2 S 7, 4-5; 12-14; Rm 4, 13. 16-18. 22; Mt 1, 16. 18-21. 24
El llamado Oráculo de Natán es la promesa solemne que Dios hace a David, asegurándole que uno de sus descendientes permanecerá siempre al frente de la casa de Judá. Esas promesas antiguas serán revisadas y revaloradas por san Pablo en la carta a los Romanos. Desde la perspectiva cristiana, todos los que creemos en Cristo nos hemos convertido por la fe, en descendientes de Abrahán. En el anuncio del nacimiento de Jesús, san Mateo proclama la creencia de la condición mesiánica de Jesús, hijo de David. Los cristianos afirmamos que no ha habido mayor acercamiento de Dios hacia nosotros, que el ocurrido en la persona de su hijo Jesús, verdadero Emmanuel.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Lc 12, 42)
Celebremos con alegría la fiesta de san José, el siervo prudente y fiel, a quien el Señor puso al frente de su familia.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, que quisiste poner bajo la protección de san José el nacimiento y la infancia de nuestro Redentor, concédele a tu Iglesia proseguir y llevar a término, bajo su patrocinio, la obra de la redención humana. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
El Señor Dios le dará el trono de David, su padre.
Lectura del segundo libro de Samuel: 7, 4-5. 12-14. 16
En aquellos días, el Señor le habló al profeta Natán y le dijo: "Ve y dile a mi siervo David que el Señor le manda decir esto: 'Cuando tus días se hayan cumplido y descanses para siempre con tus padres, engrandeceré a tu hijo, sangre de tu sangre, y consolidaré su reino. Él me construirá una casa y yo consolidaré su trono para siempre. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí, y tu trono será estable eternamente' ". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 88 R/.
Su descendencia perdurará eternamente.
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor y daré a
conocer que su fidelidad es eterna, pues el Señor ha dicho: "Mi
amor es para siempre y mi lealtad, más firme que los cielos. R/.
Un juramento hice a David, mi servidor, una alianza pacté con mi elegido:
'Consolidaré tu dinastía para siempre y afianzaré tu trono
eternamente'. R/.
El me podrá decir: 'Tú eres mi padre, el Dios que me protege y
que me salva'. Yo jamás le retiraré mi amor ni violaré
el juramento que le hice". R/.
Esperando contra toda esperanza, Abraham creyó.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 4, 13. 16-18. 22
Hermanos: La promesa que
Dios hizo a Abraham y a sus descendientes, de que ellos heredarían el
mundo, no dependía de la observancia de la ley, sino de la justificación
obtenida mediante la fe.
En esta forma, por medio de la fe, que es gratuita, queda asegurada la promesa
para todos sus descendientes, no sólo para aquellos que cumplen la ley,
sino también para todos los que tienen la fe de Abraham. Entonces, él
es padre de todos nosotros, como dice la Escritura: Te he constituido padre
de todos los pueblos.
Así pues, Abraham es nuestro padre delante de aquel Dios en quien creyó
y que da la vida a los muertos y llama a la existencia a las cosas que todavía
no existen. Él, esperando contra toda esperanza, creyó que habría
de ser padre de muchos pueblos, conforme a lo que Dios le había prometido:
Así de numerosa será tu descendencia. Por eso, Dios le acreditó
esta fe como justicia. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
Sal 83, 5 R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que viven en tu casa; siempre, Señor, te alabarán.
R/.
José hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 1, 16. 18-21. 24
Jacob
engendró a José, el esposo de María, de la cual nació
Jesús, llamado Cristo.
Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre,
desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que
ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José,
su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó
dejarla en secreto.
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en
sueños: "José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa
a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu
Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de
Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados".
Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había
mandado el ángel del Señor. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, celebrar esta Eucaristía con el mismo amor y pureza de corazón con que se entregó san José a servir a tu Hijo unigénito, nacido de la Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO DE SAN JOSÉ
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias siempre y en todo
lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la solemnidad de san José,
el hombre justo que diste por esposo a la Virgen Madre de Dios, el fiel y prudente
servidor a quien constituiste jefe de tu familia para que, haciendo las veces
de padre, cuidara a tu Hijo unigénito, concebido por obra del Espíritu
Santo, Jesucristo, Señor nuestro.
Por Él, los ángeles y los arcángeles, y todos los coros
celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos
asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 25, 21)
Alégrate siervo bueno y fiel. Entra a compartir el gozo de tu Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, protege sin cesar a esta familia tuya que se alegra hoy al celebrar la festividad de san José, y conserva en ella la vida de la gracia que le has comunicado por medio de la Eucaristía. Por Jesucristo, nuestro Señor.
II DOMINGO DE CUARESMA
EL PRIMERO DE TODOS LOS CREYENTES
Gn 12, 1-4; 2 Tm 1, 8-10; Mt 17, 1-9
Abrahán escucha asombrado el mandato divino y se deja invadir por la esperanza. No le aflige su avanzada edad ni le asusta el riesgo que implicaba para un anciano como él, abandonar tierra y parentela, para marcharse a la aventura en busca de una tierra prometida; rompe con su pasado y se pone en camino confiándose plenamente en Dios. En el evangelio y en la Carta de Timoteo se nos recuerda la experiencia de la transfiguración de Jesús. Esa participación fugaz de la gloria de Jesús resucitado fortaleció a los discípulos para sobreponerse a las pruebas y dificultades que suponía seguir a Jesús hasta Jerusalén. Abrahán obedeció a Dios confiando solamente en la palabra divina. Los apóstoles recibieron señales numerosas como un auxilio que habría de sostener su fe vacilante.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 26, 8-9)
De ti mi corazón me habla diciendo: "Busca su rostro". Tu rostro estoy buscando, Señor; no me lo escondas.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Padre santo, que nos mandaste escuchar a tu amado Hijo, alimenta nuestra fe con tu palabra y purifica los ojos de nuestro espíritu, para que podamos alegrarnos en la contemplación de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Vocación de Abraham, padre del pueblo de Dios.
Lectura del libro del Génesis: 12, 1-4
En aquellos días, dijo el Señor a Abram: "Deja tu país, a tu parentela y la casa de tu padre, para ir a la tierra que yo te mostraré. Haré nacer de ti un gran pueblo y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre y tú mismo serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan. En ti serán bendecidos todos los pueblos de la tierra". Abram partió, como se lo había ordenado el Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 32 R/.
Señor, ten misericordia de nosotros.
Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. Él
ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades. R/.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían;
los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida. R/.
En el Señor está nuestra esperanza, pues Él es nuestra
ayuda y nuestro amparo. Muéstrate bondadoso con nosotros, puesto que
en ti, Señor, hemos confiado. R/.
Dios nos llama y nos ilumina.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 1, 8-10
Querido hermano: Comparte
conmigo los sufrimientos por la predicación del Evangelio, sostenido
por la fuerza de Dios. Pues Dios es quien nos ha salvado y nos ha llamado a
que le consagremos nuestra vida, no porque lo merecieran nuestras buenas obras,
sino porque así lo dispuso Él gratuitamente.
Este don, que Dios nos ha concedido por medio de Cristo Jesús desde toda
la eternidad, ahora se ha manifestado con la venida del mismo Cristo Jesús,
nuestro
Salvador, que destruyó la muerte y ha hecho brillar la luz de la vida
y de la inmortalidad, por medio del Evangelio. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(cfr. Mt 17, 5) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre, que decía:
"Este es mi Hijo amado; escúchenlo". R/.
Su rostro se puso resplandeciente como el sol.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 17, 1-9
En
aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan,
el hermano de éste, y los hizo subir a solas con Él a un monte
elevado. Ahí se transfiguró en su presencia: su rostro se puso
resplandeciente como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la nieve.
De pronto aparecieron ante ellos Moisés y Elías, conversando con
Jesús.
Entonces Pedro le dijo a Jesús: "Señor, ¡qué
bueno sería quedarnos aquí! Si quieres, haremos aquí tres
chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías".
Cuando aún estaba hablando, una nube luminosa los cubrió y de
ella salió una voz que decía: "Éste es mi Hijo muy
amado, en quien tengo puestas mis complacencias; escúchenlo". Al
oír esto, los discípulos cayeron rostro en tierra, llenos de un
gran temor. Jesús se acercó a ellos, los tocó y les dijo:
"Levántense y no teman". Alzando entonces los ojos, ya no vieron
a nadie más que a Jesús.
Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: "No le cuenten
a nadie lo que han visto, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre
los muertos". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Imploremos, hermanos,
la misericordia de Dios sobre todos los hombres y mujeres del mundo.
Unámonos a cada petición cantando: Señor, ten piedad (o
bien: Kýrie, eléison).
Por los que formamos la Iglesia: que esta Cuaresma sea para nosotros una
oportunidad provechosa para volver a Dios. Oremos.
Por los pastores de las comunidades: que muestren siempre la misericordia del
Señor. Oremos.
Por los pobres, los desvalidos, los enfermos, los ancianos desamparados: que
se sientan asistidos con dignidad. Oremos.
Por nosotros: que el uso moderado de los bienes materiales nos haga más
sensibles a los valores del espíritu. Oremos.
Señor, has sido nuestro protector a lo largo de las generaciones.
Acoge ahora las súplicas que te dirigimos y sé propicio con tus
siervos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que esta ofrenda, Señor, nos obtenga el perdón de nuestros pecados y nos santifique en el cuerpo y en el alma para que podamos celebrar dignamente las festividades de la Pascua. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque Cristo, nuestro Señor, después de anunciar su muerte a
los discípulos, les mostró en el monte santo el esplendor de su
gloria, para testimoniar, de acuerdo con la ley y los profetas, que la pasión
es el camino de la resurrección.
Por eso, como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros
en la tierra te aclamamos, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 17, 5)
Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco; escúchenlo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te damos gracias, Señor, porque al darnos en este sacramento el Cuerpo glorioso de tu Hijo, nos permites participar ya, desde este mundo, de los bienes eternos de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- En una sociedad que casi siempre exige pruebas y demostraciones evidentes para confiar, resulta difícil presentar estos relatos que hablan de hombres que arriesgan su vida, sin exigir demasiado. Abrahán, al igual que Pedro, Santiago, Juan y Moisés escucharon un llamado decisivo en su vida y respondieron con prontitud. Arriesgaron su libertad personal y sus bienes para atender el llamado urgente que Dios les dirigía. No recibieron demostraciones contundentes. Deletrearon algunas señales sencillas y a sabiendas de que Dios era fiel a sus promesas, se jugaron el todo por el todo. Aunque no ocupen los titulares de los periódicos, siguen existiendo personas emprendedoras y llenas de esperanza que sacrifican parte de sus ingresos y de su tiempo libre, para dedicarse a aliviar alguno de los graves problemas sociales que nos afligen. Ellos son los herederos de nuestros padres en la fe.
EL DIOS COMPASIVO CON LOS MALAGRADECIDOS
Dn 9, 4-10; Lc 6, 36-38
Dos actitudes convergentes: el libro de Daniel nos habla de una comunidad arrepentida que confiesa sin ambigüedad su pecado. Los que recitan esta súplica tienen la convicción de haber desatendido una y otra vez la voluntad de Dios. En la sección del evangelio de San Lucas el Señor Jesús nos alienta a reproducir los gestos magnánimos del Padre Celestial que está pronto a perdonar a todos, incluyendo de manera especial a los malos y desagradecidos. Quien haya experimentado la compasión divina podrá disponerse más gustosamente a compadecer y perdonar a quien sea necesario.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 25, 11-12)
Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí. Mi pie se mantiene en el camino recto, en la asamblea bendeciré al Señor.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que para nuestro progreso espiritual nos mandas dominar nuestro cuerpo mediante la austeridad, ayúdanos a huir también de todo pecado y a entregarnos, con amor filial, al cumplimiento de tus mandamientos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Hemos pecado, Señor, hemos cometido iniquidades.
Lectura del libro del profeta Daniel: 9, 4-10
En aquellos días,
imploré al Señor, mi Dios, y le hice esta confesión: "Señor
Dios, grande y temible, que guardas la alianza y el amor a los que te aman y
observan tus mandamientos. Nosotros hemos pecado, hemos cometido iniquidades,
hemos sido malos, nos hemos rebelado y nos hemos apartado de tus mandamientos
y de tus normas. No hemos hecho caso a los profetas, tus siervos, que hablaban
a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el
pueblo.
Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la vergüenza en el rostro,
que ahora soportan los hombres de Judá, los habitantes de Jerusalén
y de todo Israel, próximos y lejanos, en todos los países donde
tú los dispersaste, a causa de las infidelidades que cometieron contra
ti.
Señor, la vergüenza es nuestra, de nuestros reyes, de nuestros príncipes
y de nuestros padres, porque hemos pecado contra ti. De nuestro Dios, en cambio,
es el tener misericordia y perdonar, aunque nos hemos rebelado contra Él,
y al no seguir las leyes que Él nos había dado por medio de sus
siervos, los profetas, no hemos obedecido su voz". Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 78 R/.
No nos trates, Señor, como merecen nuestros pecados.
No recuerdes, Señor, contra nosotros las culpas de nuestros padres. Que
tu amor venga pronto a socorrernos, porque estamos totalmente abatidos. R/.
Para que sepan quién eres, socórrenos, Dios y salvador nuestro.
Para que sepan quién eres, sálvanos y perdona nuestros pecados.
R/.
Que lleguen hasta ti los gemidos del cautivo; con tu brazo poderoso salva a
los condenados a muerte. Y nosotros, pueblo tuyo y ovejas de tu rebaño,
te daremos gracias siempre y de generación en generación te alabaremos.
R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Jn 6, 63. 68) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras
de vida eterna. R/.
Perdonen y serán perdonados.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 6, 36-38
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Sean misericordiosos,
como su Padre es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen
y no serán condenados; perdonen y serán perdonados.
Den y se les dará: recibirán una medida buena, bien sacudida,
apretada y rebosante en los pliegues de su túnica. Porque con la misma
medida con que midan, serán medidos". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, favorablemente nuestras oraciones, y tú, que nos concedes participar en esta Eucaristía, líbranos de las seducciones del pecado. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 6, 36)
Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que esta comunión nos purifique de toda culpa y nos haga partícipes de las alegrías del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Zacarías, Papa; Lea de Roma, viuda; Nicolás Owen, religioso. Feria (Morado)
DEL ROJO PÚRPURA AL BLANCO
Is 1, 10.16-20; Mt 23, 1-12
El libro del profeta Isaías se abre con una invitación generosa y abierta a la reconciliación con Dios. Por más graves que sean los delitos y pecados de cualquier persona, Dios siempre estará dispuesto a ofrecernos una segunda oportunidad. Quien se disponga a reajustar su vida de acuerdo a los criterios de Dios, encontrará abiertas de par en par las puertas de la misericordia. En el discurso que el Señor Jesús dirige a los dirigentes cristianos, los amonesta para que no reproduzcan los comportamientos mezquinos de los líderes judíos que buscaban los honores y alabanzas de los demás. Quien esté convencido que todos los discípulos de Jesús formamos una familia de hermanos se dispondrá a tratarlos como tales.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 12, 4-5)
Da luz a mis ojos, Señor, para que no caiga en el sueño de la muerte; para que no diga el enemigo: He triunfado sobre él.
ORACIÓN COLECTA
Señor, vela con amor constante sobre tu Iglesia y ya que sin ti no puede sostenerse lo que se cimienta en la debilidad humana, protégela en los peligros y guíala a la salvación eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Aprendan a hacer el bien; busquen la justicia.
Lectura del libro del profeta Isaías: 1, 10. 16-20
Oigan la palabra del Señor, príncipes de Sodoma; escucha la enseñanza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra: "Lávense y purifíquense; aparten de mi vista sus malas acciones. Dejen de hacer el mal, aprendan a hacer el bien, busquen la justicia, auxilien al oprimido, defiendan los derechos del huérfano y la causa de la viuda. Vengan, pues, y discutamos, dice el Señor. Aunque sus pecados sean rojos como la sangre, quedarán blancos como la nieve. Aunque sean encendidos como la púrpura, vendrán a ser como blanca lana. Si son ustedes dóciles y obedecen, comerán los frutos de la tierra. Pero si se obstinan en la rebeldía, la espada los devorará". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 49 R/.
Muéstranos, Señor, el camino de la salvación.
No voy a reclamarte sacrificios, dice el Señor, pues siempre están
ante mí tus holocaustos. Pero ya no aceptaré becerros de tu casa,
ni cabritos de tus rebaños. R/.
¿Por qué citas mis preceptos y hablas a toda hora de mi pacto,
tú que detestas la obediencia y echas en saco roto mis mandatos? R/.
Tú haces esto, ¿y yo tengo que callarme? ¿Crees acaso que
yo soy como tú? No, yo te reprenderé y te echaré en cara
tus pecados. Quien las gracias me da, ése me honra y yo salvaré
al que cumple mi voluntad. R/.
ACLAMACIÓN
(Ez 18, 31) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Purifíquense de todas sus iniquidades; renueven su corazón
y su espíritu, dice el Señor. R/.
Los fariseos dicen una cosa y hacen otra.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 23, 1-12
En aquel tiempo, Jesús
dijo a las multitudes y a sus discípulos: "En la cátedra
de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo
que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra.
Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las
espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo
hacen para que los vea la gente. Ensanchan las filacterias y las franjas del
manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos
de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la
gente los llame 'maestros'.
Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen 'maestros', porque no tienen más
que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la
tierra lo llamen 'padre', porque el Padre de ustedes es sólo el Padre
celestial. No se dejen llamar 'guías', porque el guía de ustedes
es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el
que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que este sacrificio que vamos a ofrecerte Señor, nos santifique, nos cure de nuestro egoísmo y nos haga partícipes de los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 9, 2-3)
Proclamaré, Señor, todas tus maravillas; me alegraré en ti y entonaré salmos a tu nombre, Dios Altísimo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que esta comunión nos ayude a vivir más cristianamente y nos obtenga el auxilio continuo de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
EL QUE NO VINO A SER SERVIDO
Jr 18, 18-20; Mt 20, 17-28
Los hijos del Zebedeo siguen pensando conforme a los viejos criterios vigentes en su tiempo, según los cuales, quien disponga de mayores ingresos o de un apellido célebre, merecerá mayor honor y reconocimiento público. Santiago y Juan se dejaron influenciar por ese prejuicio y quisieron asegurarse los cargos que les parecían más relevantes. Jesús les aclaró el tamaño de su error y los animó a descubrir su oferta: el más grande está más obligado a servir a sus hermanos pequeños. El profeta Jeremías nos comparte las persecuciones y maltratos que sufrió por mantenerse lúcido y denunciar las infidelidades de Israel. El servicio profético siempre provoca rechazo y hostilidad.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 37, 22-23)
Señor, no me abandones, no te me alejes, Dios mío. Ven de prisa a socorrerme, Señor, mi salvador.
ORACIÓN COLECTA
Conserva, Señor, a tu pueblo en el camino del bien que tú le has señalado, y ayúdalo en sus necesidades temporales para que, sin angustias, pueda buscar los bienes eternos. Por nuestro Señor Jesucristo...}
LITURGIA DE LA PALABRA
Vengan, ataquemos al justo.
Lectura del libro del profeta Jeremías: 18, 18-20
En aquellos días,
los enemigos del profeta se dijeron entre sí: "Vengan, tendamos
un lazo a Jeremías, porque no le va a faltar doctrina al sacerdote, consejo
al sabio, ni inspiración al profeta. Vengan, ataquémoslo de palabra
y no hagamos caso de sus oráculos".
Jeremías le dijo entonces a Dios: "Señor, atiéndeme.
Oye lo que dicen mis adversarios. ¿Acaso se paga bien con mal? Porque
ellos han cavado una fosa para mí. Recuerda cómo he insistido
ante ti, intercediendo en su favor, para apartar de ellos tu cólera".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 30 R/.
Sálvame, Señor, por tu misericordia.
Sácame, Señor, de la trampa que me han tendido, porque
tú eres mi amparo. En tus manos encomiendo mi espíritu y tú,
mi Dios leal, me librarás. R/.
Oigo las burlas de la gente y todo me da miedo; se conjuran contra mí
y tratan de quitarme la vida. R/.
Pero yo, Señor, en ti confío. Tú eres mi Dios y en tus
manos está mi destino. Líbrame de los enemigos que me persiguen.
R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 8, 12) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá
la luz de la vida. R/.
Lo condenarán a muerte.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 20, 17-28
En
aquel tiempo, mientras iba de camino a Jerusalén, Jesús llamó
aparte a los Doce y les dijo: "Ya vamos camino de Jerusalén y el
Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas,
que lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos para
que se burlen de Él, lo azoten y lo crucifiquen; pero al tercer día,
resucitará".
Entonces se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo, junto
con ellos, y se postró para hacerle una petición. Él le
preguntó: "¿Qué deseas?". Ella respondió:
"Concédeme que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu
derecha y el otro a tu izquierda, en tu Reino". Pero Jesús replicó:
"No saben ustedes lo que piden. ¿Podrán beber el cáliz
que yo he de beber?". Ellos contestaron: "Sí podemos".
Y Él les dijo: "Beberán mi cáliz; pero eso de sentarse
a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; es para quien
mi Padre lo tiene reservado".
Al oír aquello, los otros diez discípulos se indignaron contra
los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: "Ya saben
que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. Que
no sea así entre ustedes. El que quiera ser grande entre ustedes, que
sea el que los sirva, y el que quiera ser primero, que sea su esclavo; así
como el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar la
vida por la redención de todos". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, con bondad las ofrendas que te presentamos y por este santo intercambio de dones, líbranos de la esclavitud del pecado. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 20, 28)
El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida para redención de todos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que este sacramento que nos has dado, Señor, como prenda de inmortalidad, sea para nosotros una firme ayuda para alcanzar la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
DIOS SONDEA Y PENETRA EL CORAZÓN
Jr 17, 5-10; Lc 16, 19-31
Nada más falso y engañoso que el corazón del hombre, dice Jeremías. Efectivamente, los seres humanos vamos asimilando criterios equivocados, puesto que asignamos mayor valor al tener que al ser, al poder que al servicio. Confundidos por ese equívoco, nos sentimos seguros cuando vemos que aumentan nuestros bienes materiales y nuestro poder sobre los demás. El relato del rico y Lázaro son la ilustración palpable de la necedad y la insensibilidad que produce el enriquecimiento en el corazón de muchas personas. Abrahán nos recuerda que las palabras de los profetas, son una llamada de atención que conviene atender en el momento oportuno.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 138, 23-24)
Ponme a prueba, Dios mío, y conocerás mi corazón; mira si es que voy por mal camino y condúceme tú por el camino recto.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que amas la inocencia y la devuelves a quienes la han perdido, orienta hacia ti nuestros corazones y enciéndelos en el fuego de tu Espíritu, para que permanezcamos firmes en la fe y seamos diligentes en el amor fraterno. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Maldito el que confía en el hombre; bendito el que confía en el Señor.
Lectura del libro del profeta Jeremías: 17, 5-10
Esto dice el Señor: "Maldito el hombre que confía en el hombre, que en él pone su fuerza y aparta del Señor su corazón. Será como un cardo en la estepa, que nunca disfrutará de la lluvia. Vivirá en la aridez del desierto, en una tierra salobre e inhabitable. Bendito el hombre que confía en el Señor y en Él pone su esperanza. Será como un árbol plantado junto al agua, que hunde en la corriente sus raíces; cuando llegue el calor, no lo sentirá y sus hojas se conservarán siempre verdes; en año de sequía no se marchitará ni dejará de dar frutos. El corazón del hombre es la cosa más traicionera y difícil de curar. ¿Quién lo podrá entender? Yo, el Señor, sondeo la mente y penetro el corazón, para dar a cada uno según sus acciones, según el fruto de sus obras". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 1 R/.
Dichoso el hombre que confía en el Señor.
Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos
pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus
mandamientos. R/.
Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo
y nunca se marchita. En todo tendrá éxito. R/.
En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque
el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por
perderlo. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Lc 8, 15) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón
bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto. R/.
Recibiste bienes en tu vida y Lázaro, males; ahora él goza del consuelo, mientras que tú sufres tormentos.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 16, 19-31
En aquel
tiempo, Jesús dijo a los fariseos: "Había un hombre rico,
que se vestía de púrpura y telas finas y banqueteaba espléndidamente
cada día. Y un mendigo, llamado Lázaro, yacía a la entrada
de su casa, cubierto de llagas y ansiando llenarse con las sobras que caían
de la mesa del rico. Y hasta los perros se acercaban a lamerle las llagas.
Sucedió, pues, que murió el mendigo y los ángeles lo llevaron
al seno de Abraham. Murió también el rico y lo enterraron. Estaba
éste en el lugar de castigo, en medio de tormentos, cuando levantó
los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro junto a él.
Entonces gritó: 'Padre Abraham, ten piedad de mí. Manda a Lázaro
que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque me torturan
estas llamas'. Pero Abraham le contestó: 'Hijo, recuerda que en tu vida
recibiste bienes y Lázaro, en cambio, males. Por eso él goza ahora
de consuelo, mientras que tú sufres tormentos. Además, entre ustedes
y nosotros se abre un abismo inmenso, que nadie puede cruzar, ni hacia allá
ni hacia acá'.
El rico insistió: 'Te ruego, entonces, padre Abraham, que mandes a Lázaro
a mi casa, pues me quedan allá cinco hermanos, para que les advierta
y no acaben también ellos en este lugar de tormentos'. Abraham le dijo:
'Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen'. Pero el rico replicó:
'No, padre Abraham. Si un muerto va a decírselo, entonces sí se
arrepentirán'. Abraham repuso: 'Si no escuchan a Moisés y a los
profetas, no harán caso, ni aunque resucite un muerto' ". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por este sacrificio eucarístico, santifica, Señor, nuestras privaciones cuaresmales, para que a las prácticas externas corresponda una verdadera conversión interior. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 118, 1)
Dichoso el que, con vida intachable, hace la voluntad del Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la gracia que hemos recibido en este sacramento permanezca, Señor, en nosotros y aumente por nuestras buenas obras. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La Anunciación del Señor
Santos: Santa Lucía Filippini, fundadora; Quirino de Roma, mártir. Solemnidad (Blanco)
Y SU REINO NO TENDRÁ FIN
Is 7, 10-14; Hb 10, 4-10; Lc 1, 26-38
El relato que anuncia el nacimiento de Jesús está cargado de una enorme esperanza. Dios no se ha desentendido jamás de su pueblo, Israel. Las promesas que les había hecho en el pasado, están por cumplirse. En el Hijo del Altísimo que nacerá de la Virgen María Dios comenzará a señorear y reinar sobre Israel, su pueblo. Esa promesa había sido anunciada muchos siglos antes por el profeta Isaías. Dios salvaría a Israel de la amenaza de los reyes vecinos, la señal de esa salvación estaba asociada al nacimiento del Emmanuel, sacramento modesto y eficaz de un Dios cercano que jamás abandonaría a su pueblo. Ahora bien, esa salvación no caería del cielo, era necesario afianzarla a través de la confianza y la resistencia activa.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Hb 10, 5. 7)
Cuando Jesús vino al mundo, dijo: Padre mío, he venido para cumplir tu voluntad.
No dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quisiste que tu Hijo, al encarnarse en el seno de la Virgen María participara en toda nuestra condición humana, concede a quienes lo reconocemos como Dios y hombre verdadero, participar, por medio de la gracia, de su vida divina. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
He aquí que la virgen concebirá.
Lectura del libro del profeta Isaías: 7, 10-14
En aquellos tiempos, el
Señor le habló a Ajaz diciendo: "Pide al Señor, tu
Dios, una señal de abajo, en lo profundo o de arriba, en lo alto".
Contestó Ajaz: "No la pediré. No tentaré al Señor".
Entonces dijo Isaías: "Oye, pues, casa de David: ¿No satisfechos
con cansar a los hombres, quieren cansar también a mi Dios? Pues bien,
el Señor mismo les dará por eso una señal: He aquí
que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán
el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros". Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 39 R/.
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Sacrificios, Señor, tú no quisiste, abriste, en cambio, mis oídos
a tu voz. No exigiste holocaustos por la culpa, así que dije: "Aquí
estoy". R/.
En tus libros se me ordena hacer tu voluntad; esto es, Señor, lo que
deseo: tu ley en medio de mi corazón. R/.
He anunciado tu justicia en la gran asamblea; no he cerrado mis labios, tú
lo sabes, Señor. R/.
No callé tu justicia, antes bien, proclamé tu lealtad y tu auxilio.
Tu amor y tu lealtad no los he ocultado a la gran asamblea. R/.
En tu libro se me ordena cumplir tu voluntad.
Lectura de la carta a los hebreos: 10, 4-10
Hermanos: Es imposible que
la sangre de toros y machos cabríos pueda borrar los pecados. Por eso,
al entrar al mundo, Cristo dijo, conforme al salmo: No quisiste víctimas
ni ofrendas; en cambio, me has dado un cuerpo. No te agradaron los holocaustos
ni los sacrificios por el pecado; entonces dije —porque a mí se
refiere la Escritura—: 'Aquí estoy, Dios mío; vengo para
hacer tu voluntad". Comienza por decir: No quisiste víctimas ni
ofrendas, no te agradaron los holocaustos ni los sacrificios por el pecado —siendo
así que es lo que pedía la ley—; y luego añade: 'Aquí
estoy, Dios mío; vengo para hacer tu voluntad".
Con esto, Cristo suprime los antiguos sacrificios, para establecer el nuevo.
Y en virtud de esta voluntad, todos quedamos santificados por la ofrenda del
cuerpo de Jesucristo, hecha una vez por todas. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(Jn 1, 14) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros y hemos
visto su gloria. R/.
Concebirás y darás a luz un hijo.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 1, 26-38
En
aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea,
llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de
David, llamado José. La virgen se llamaba María.
Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: "Alégrate,
llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas
palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría
decir semejante saludo. El ángel le dijo: "No temas, María,
porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y
le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será
llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono
de David, su padre, y Él reinará sobre la casa de Jacob por los
siglos y su reinado no tendrá fin". María le dijo entonces
al ángel: "¿Cómo podrá ser esto, puesto que
yo permanezco virgen?". El ángel le contestó: "El Espíritu
Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá
con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será llamado
Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez,
ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril,
porque no hay nada imposible para Dios". María contestó:
"Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que
me has dicho". Y el ángel se retiró de su presencia. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
A las palabras del Credo: "y por obra...", hay que arrodillarse.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, con bondad, los dones de tu Iglesia, que reconoce haber tenido su origen en la encarnación de tu Hijo, y concédele celebrar llena de gozo este memorial de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
A quien primero acogió la Virgen santísima por la fe cuando el
ángel le anunció que por obra del Espíritu Santo, habría
de nacer entre los hombres, para que los hombres se salvaran, y a quien luego
llevó, llena de amor, en sus purísimas entrañas.
Así la verdad divina colmaba las promesas hechas a Israel y comenzaba
a ser realidad la expectación de todos los pueblos.
Por eso, como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros
en la tierra te aclamamos, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Is 7, 14)
He aquí que la Virgen concebirá y dará a luz un Hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por medio de esta comunión, fortalece, Señor, nuestra fe y esperanza en Jesucristo, Dios y hombre verdadero, concebido en el seno de la Virgen María, y, por su gloriosa resurrección, condúcenos a la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Braulio de Zaragoza, obispo; Pedro de Sebaste, obispo; Ludgero de Munster, obispo.
Vísperas I del domingo: 3a semana del Salterio Tomo II: pp. 1312, 3 y 183. Para los fieles:
pp. 642 y 178 Edición popular: pp. 202 y 431. Feria (Morado)
LA MÁS BELLA DE TODAS LAS PARÁBOLAS
Mi 7, 14-15. 18-20; Lc 15, 1-3. 11-32
El profeta Miqueas está convencido de una certeza que brilla con peculiar fuerza en el capítulo décimo quinto del Evangelio de san Lucas: La misericordia de Dios es nuestra más grande esperanza. Para el profeta está más que claro que Dios ama la misericordia y que por lo mismo, está dispuesto a perdonar y por eso lanza al fondo del mar nuestros pecados. La más hermosa de las parábolas, la joya de las parábolas, es decir, el relato del Hijo Pródigo, que más bien habríamos de llamar la parábola del Padre compasivo, es una cálida y vigorosa lección sobre la inquebrantable voluntad misericordiosa de Dios, que acoge gustosamente en su amistad a todos sus hijos, cuando éstos se deciden a reencontrase con Él.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Hb 10, 5. 7)
El Señor es compasivo y misericordioso, lleno de paciencia y amor; el Señor es bueno con todos y su bondad se extiende a todas sus creaturas.
ORACIÓN COLECTA
Tú, Señor, que por medio de los sacramentos nos haces partícipes, ya desde este mundo, de los bienes celestiales, dirige nuestra vida y condúcenos a la luz donde habitas. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Arrojará a lo hondo del mar nuestros delitos.
Lectura del libro del profeta Miqueas: 7, 14-15. 18-20
Señor, Dios nuestro,
pastorea a tu pueblo con tu cayado, al rebaño de tu heredad, que vive
solitario entre malezas y matorrales silvestres. Pastarán en Basán
y en Galaad, como en los días de antaño, como cuando salimos de
Egipto y nos mostrabas tus prodigios.
¿Qué Dios hay como tú, que quitas la iniquidad y pasas
por alto la rebeldía de los sobrevivientes de Israel? No mantendrás
por siempre tu cólera, pues te complaces en ser misericordioso.
Volverás a compadecerte de nosotros, aplastarás con tus pies nuestras
iniquidades, arrojarás a lo hondo del mar nuestros delitos. Serás
fiel con Jacob y compasivo con Abraham, como juraste a nuestros padres en tiempos
remotos, Señor, Dios nuestro. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Del salmo 102 R/.
El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre.
Bendice al Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios.
R/.
El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; Él rescata
tu vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura. R/.
El Señor no estará siempre enojado, ni durara para siempre su
rencor. No nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según
nuestros pecados. R/.
Como desde la tierra hasta el cielo, así es de grande su misericordia;
como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos.
R/.
ACLAMACIÓN
(Lc 15, 18) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Me levantaré, volveré a mi padre y le diré: Padre,
he pecado contra el cielo y contra ti. R/.
Tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 15, 1-3. 11-32
En
aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores para
escucharlo. Por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí:
"Éste recibe a los pecadores y come con ellos".
Jesús les dijo entonces esta parábola: "Un hombre tenía
dos hijos, y el menor de ellos le dijo a su padre: `Padre, dame la parte de
la herencia que me toca'. Y él les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo,
se fue a un país lejano y allá derrochó su fortuna, viviendo
de una manera disoluta. Después de malgastarlo todo, sobrevino en aquella
región una gran hambre y él empezó a pasar necesidad. Entonces
fue a pedirle trabajo a un habitante de aquel país, el cual lo mandó
a sus campos a cuidar cerdos. Tenía ganas de hartarse con las bellotas
que comían los cerdos, pero no lo dejaban que se las comiera.
Se puso entonces a reflexionar y se dijo: `¡Cuántos trabajadores
en casa de mi padre tienen pan de sobra, y yo, aquí, me estoy muriendo
de hambre! Me levantaré, volveré a mi padre y le diré:
Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo.
Recíbeme como a uno de tus trabajadores'. Enseguida se puso en camino
hacia la casa de su padre. Estaba todavía lejos, cuando su padre lo vio
y se enterneció profundamente. Corrió hacia él, y echándole
los brazos al cuello, lo cubrió de besos. El muchacho le dijo: 'Padre,
he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo'.
Pero el padre les dijo a sus criados: '¡Pronto!, traigan la túnica
más rica y vístansela; pónganle un anillo en el dedo y
sandalias en los pies; traigan el becerro gordo y mátenlo. Comamos y
hagamos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a
la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado'. Y empezó el banquete.
El hijo mayor estaba en el campo y al volver, cuando se acercó a la casa,
oyó la música y los cantos. Entonces llamó a uno de los
criados y le preguntó qué pasaba. Éste le contestó:
'Tu hermano ha regresado y tu padre mandó matar el becerro gordo, por
haberlo recobrado sano y salvo'. El hermano mayor se enojó y no quería
entrar. Salió entonces el padre y le rogó que entrara; pero él
replicó: '¡Hace tanto tiempo que te sirvo, sin desobedecer jamás
una orden tuya, y tú no me has dado nunca ni un cabrito para comérmelo
con mis amigos! Pero eso sí, viene ese hijo tuyo, que despilfarró
tus bienes con malas mujeres, y tú mandas matar el becerro gordo'.
El padre repuso: 'Hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío
es tuyo. Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este hermano
tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado'
". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por medio de este sacrificio que vamos a ofrecerte, comunícanos, Señor, los frutos de la redención para que nunca se desvíe de ti nuestra vida y podamos alcanzar los bienes del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 15, 32)
Alégrate, hijo mío, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la gracia de este sacramento llegue a lo más íntimo de nuestro corazón y nos comunique su fuerza divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.
III DOMINGO DE CUARESMA
Santos: San Ruperto de Salzburgo, obispo; Augusta Serravalle, mártir. Juan de Egipto, ermitaño. (Morado)
LAS SEÑALES DE LA PRESENCIA DE DIOS
Ex 17, 3-7; Rin 5, 1-2. 5-8; Jn 4, 5-42
El relato de la samaritana se vincula directamente con el relato del libro del Éxodo a través del tema de la sed. En la marcha por el desierto los israelitas se sentían desesperados por no tener la certidumbre de contar con agua y provisiones suficientes y seguras. En el desierto el hombre experimenta su indigencia y es ahí donde aprende a confiar verdaderamente en Dios. Esa fue la gran tentación de Israel en el desierto, cuando dudó y murmuró diciendo: "¿Está o no está con nosotros el Señor?". El evangelio de san Juan es un relato encantador, que por medio de un diálogo emotivo va conduciendo a la mujer samaritana al descubrimiento de la verdadera identidad de Jesús. El judío que le pidió de beber no era simplemente un aguador maravilloso, sino el Mesías y el Salvador que le develaría la verdad que conduce al Padre.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 24, 15-16)
Tengo los ojos puestos en el Señor, porque Él me libra de todo peligro. Mírame, Dios mío y ten piedad de mí, que estoy solo y afligido.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios misericordioso, fuente de toda bondad, que nos has propuesto como remedio del pecado el ayuno, la oración y las obras de misericordia, mira con piedad a quienes reconocemos nuestras miserias y estamos agobiados por nuestras culpas, y reconfórtanos con tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Tenemos sed: danos agua para beber.
Lectura del libro del Éxodo: 17, 3-7
En aquellos días,
el pueblo, torturado por la sed, fue a protestar contra Moisés, diciéndole:
"¿Nos has hecho salir de Egipto para hacernos morir de sed a nosotros,
a nuestros hijos y a nuestro ganado?".
Moisés clamó al Señor y le dijo: "¿Qué
puedo hacer con este pueblo? Sólo falta que me apedreen". Respondió
el Señor a Moisés: "Preséntate al pueblo, llevando
contigo a algunos de los ancianos de Israel, toma en tu mano el cayado con que
golpeaste el Nilo y vete. Yo estaré ante ti, sobre la peña, en
Horeb. Golpea la peña y saldrá de ella agua para que beba el pueblo".
Así lo hizo Moisés a la vista de los ancianos de Israel y puso
por nombre a aquel lugar Masá y Meribá, por la rebelión
de los hijos de Israel y porque habían tentado al Señor, diciendo:
"¿Está o no está el Señor en medio de nosotros?".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 94 R/.
Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Vengan, lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios que nos salva. Acerquémonos
a Él, llenos de júbilo, y démosle gracias. R/.
Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Señor, que nos
hizo, pues Él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo; Él es nuestro
pastor y nosotros, sus ovejas. R/.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su
corazón, como el día de la rebelión en el desierto, cuando
sus padres dudaron de mí, aunque habían visto mis obras".
R/.
Dios ha infundido su amor en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 5, 1-2. 5-8
Hermanos: Ya que hemos sido
justificados por la fe, mantengámonos en paz con Dios, por mediación
de nuestro Señor Jesucristo. Por Él hemos obtenido, con la fe,
la entrada al mundo de la gracia, en el cual nos encontramos; por Él,
podemos gloriamos de tener la esperanza de participar en la gloria de Dios.
La esperanza no defrauda, porque Dios ha infundido su amor en nuestros corazones
por medio del Espíritu Santo, que Él mismo nos ha dado. En efecto,
cuando todavía no teníamos fuerzas para salir del pecado, Cristo
murió por los pecadores en el tiempo señalado. Difícilmente
habrá alguien que quiera morir por un justo, aunque puede haber alguno
que esté dispuesto a morir por una persona sumamente buena. Y la prueba
de que Dios nos ama está en que Cristo murió por nosotros, cuando
aun éramos pecadores. Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN
(cfr. Jn 4, 42. 15) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Señor, tú eres el Salvador del mundo. Dame de tu agua viva para
que no vuelva a tener sed. R/.
Un manantial capaz de dar la vida eterna.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 4, 5-42
En
aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaria, llamado Sicar,
cerca del campo que dio Jacob a su hijo José. Ahí estaba el pozo
de Jacob. Jesús, que venía cansado del camino, se sentó
sin más en el brocal del pozo. Era cerca del mediodía.
Entonces llegó una mujer de Samaria a sacar agua y Jesús le dijo:
"Dame de beber". (Sus discípulos habían ido al pueblo
a comprar comida). La samaritana le contestó: "¿Cómo
es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy
samaritana?". (Porque los judíos no tratan a los samaritanos). Jesús
le dijo: "Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide
de beber, tú le pedirías a Él, y Él te daría
agua viva".
La mujer le respondió: "Señor, ni siquiera tienes con qué
sacar agua y el pozo es profundo, ¿cómo vas a darme agua viva?
¿Acaso eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio
este pozo, del que bebieron él, sus hijos y sus ganados?". Jesús
le contestó: "El que bebe de esta agua vuelve a tener sed. Pero
el que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed;
el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un
manantial capaz de dar la vida eterna".
La mujer le dijo: "Señor, dame de esa agua para que no vuelva a
tener sed ni tenga que venir hasta aquí a sacarla". Él le
dijo: "Ve a llamar a tu marido y vuelve". La mujer le contestó:
"No tengo marido". Jesús le dijo: "Tienes razón
en decir: 'No tengo marido'. Has tenido cinco, y el de ahora no es tu marido.
En eso has dicho la verdad".
La mujer le dijo: "Señor, ya veo que eres profeta. Nuestros padres
dieron culto en este monte y ustedes dicen que el sitio donde se debe dar culto
está en Jerusalén". Jesús le dijo: "Créeme,
mujer, que se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén
adorarán al Padre. Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos
lo que conocemos. Porque la salvación viene de los judíos. Pero
se acerca la hora, y ya está aquí, en que los que quieran dar
culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque
así es como el Padre quiere que se le dé culto. Dios es espíritu,
y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad".
La mujer le dijo: "Ya sé que va a venir el Mesías (es decir,
Cristo). Cuando venga, Él nos dará razón de todo".
Jesús le dijo: "Soy yo, el que habla contigo".
En esto llegaron los discípulos y se sorprendieron de que estuviera conversando
con una mujer; sin embargo, ninguno le dijo: `¿Qué le preguntas
o de qué hablas con ella?'. Entonces la mujer dejó su cántaro,
se fue al pueblo y comenzó a decir a la gente: "Vengan a ver a un
hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será éste
el Mesías?". Salieron del pueblo y se pusieron en camino hacia donde
Él estaba.
Mientras tanto, sus discípulos le insistían: "Maestro, come".
Él les dijo: "Yo tengo por comida un alimento que ustedes no conocen".
Los discípulos comentaban entre sí: "¿Le habrá
traído alguien de comer?". Jesús les dijo: "Mi alimento
es hacer la voluntad del que me envió y llevar a término su obra.
¿Acaso no dicen ustedes que todavía faltan cuatro meses para la
siega? Pues bien, yo les digo: Levanten los ojos y contemplen los campos, que
ya están dorados para la siega. Ya el segador recibe su jornal y almacena
frutos para la vida eterna. De este modo se alegran por igual el sembrador y
el segador. Aquí se cumple el dicho: 'Uno es el que siembra y otro el
que cosecha'. Yo los envié a cosechar lo que no habían trabajado.
Otros trabajaron y ustedes recogieron su fruto".
Muchos samaritanos de aquel poblado creyeron en Jesús por el testimonio
de la mujer: 'Me dijo todo lo que he hecho'. Cuando los samaritanos llegaron
a donde Él estaba, le rogaban que se quedara con ellos, y se quedó
allí dos días. Muchos más creyeron en Él al oír
su palabra. Y decían a la mujer: "Ya no creemos por lo que tú
nos has contado, pues nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que Él
es, de veras, el Salvador del mundo". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Unidos a Jesús,
que es la fuente de agua viva, pidámosle al Padre por nosotros y por
toda la humanidad.
Oremos diciendo (cantando): Señor, ten piedad (o bien: Kýrie,
eléison).
Por la Iglesia, por todos los que la formamos. Que vivamos con fe y sinceridad
este tiempo de conversión. Oremos.
Por los que viven alejados de la fe y de la comunidad cristiana. Que encuentren
en Jesús la fuente de agua que sacie su sed de valores auténticos.
Oremos.
Por todos aquellos que en el próximo Tiempo de Pascua recibirán
el Bautismo, la Confirmación o la Primera Comunión. Que vivan
cada día con mayor profundidad su adhesión a Jesucristo. Oremos.
Por los inmigrantes que viven entre nosotros. Que puedan encontrar la vida digna
que todo ser humano merece. Oremos.
Por nosotros. Que nos preparemos de verdad para poder celebrar con mucha alegría
la Pascua del Señor. Oremos.
Escúchanos, Señor, y derrama tu amor sobre nosotros. Tú,
que vives y reinas por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que esta Eucaristía, Señor, nos obtenga a quienes imploramos tu perdón, la gracia de saber perdonar a nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque Cristo, nuestro Señor, cuando pidió de beber a la samaritana,
ya había infundido en ella la gracia de la fe, y si quiso estar sediento
de la fe de aquella mujer, fue para encender en ella el fuego del amor divino.
Por eso, Señor, te damos gracias y proclamamos tu grandeza cantando con
los ángeles. Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 4, 13-14)
El que beba del agua que yo le daré, dice el Señor, nunca más tendrá sed; el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en una fuente que salta hasta la vida eterna.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú que nos has alimentado, ya desde esta vida, con el pan del cielo, prenda de nuestra salvación, concédenos, Señor, manifestar en todos nuestros actos el misterio de tu Eucaristía. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Los seres humanos experimentamos numerosas necesidades y carencias, tanto materiales como espirituales. Somos seres indigentes, necesitados de alimento, ternura, reconocimiento y otros tantos satisfactores. Por más que estemos urgidos de todos esos bienes, no podemos dejar que esas necesidades afecten excesivamente nuestra relación con Dios. Quien busca a Dios para que le resuelva sus problemas personales, está desvirtuando la calidad de su relación como creyente. Dios sabe de antemano lo que necesitamos y sí estamos seguros de su amor desmedido por nosotros, no hace falta que nos desesperemos, ni que intentemos sobornarlo, ofreciéndole algo a cambio de sus favores. La gratuidad es el rasgo distintivo del Dios que Jesús nos ha venido a revelar en su vida y sus acciones.
Santos: Gontrán de Borgoña, rey; Sixto III, Papa. Beata Renata María Feillatreae, mártir. Feria (Morado)
EL DIOS INCLUYENTE Y COMPASIVO
2 R 5, 1-15; Lc 4, 24-30
Naamán es el protagonista de una narración ejemplar. Su lepra no le robó su esperanza. Animado por ella marchó hacia Samaria a buscar al profeta Eliseo. Aunque de pronto menospreció las órdenes del profeta, finalmente recapacitó, se bañó en el Jordán y recuperó la salud perdida. Esa experiencia le abrió el camino para descubrir el amor benevolente del Dios de Israel. En el comienzo de su ministerio Jesús desafió a sus paisanos de Nazaret, recordándoles que el amor incluyente y generoso de Dios no se agota en las fronteras de Israel, sino que acoge compasivamente a todos los hombres y mujeres bien dispuestos, que lo buscan de corazón.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 83, 3)
Mi alma desfallece y suspira por los atrios del Señor; mi corazón y todo mi ser se han regocijado en el Dios vivo.
ORACIÓN COLECTA
Señor, que tu continua misericordia purifique a tu Iglesia y la proteja; y ya que sin ti no puede encontrar la salvación, dirígela siempre con tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Muchos leprosos había en Israel, pero ninguno fue curado, sino Naamán, el sirio.
Lectura del segundo libro de los Reyes: 5, 1-15
En aquellos días,
Naamán, general del ejército de Siria, gozaba de la estima y del
favor de su rey, pues por su medio había dado el Señor la victoria
a Siria. Pero este gran guerrero era leproso.
Sucedió que una banda de sirios, en una de sus correrías, trajo
cautiva a una jovencita, que pasó luego al servicio de la mujer de Naamán.
Ella le dijo a su señora: "Si mi señor fuera a ver al profeta
que hay en Samaria, ciertamente él lo curaría de su lepra".
Entonces fue Naamán a contarle al rey, su señor: "Esto y
esto dice la muchacha israelita". El rey de Siria le respondió:
"Anda, pues, que yo te daré una carta para el rey de Israel".
Naamán se puso en camino, llevando de regalo diez barras de plata, seis
mil monedas de oro, diez vestidos nuevos y una carta para el rey de Israel que
decía: "Al recibir ésta, sabrás que te envío
a mi siervo Naamán, para que lo cures de la lepra".
Cuando el rey de Israel leyó la carta, rasgó sus vestiduras exclamando:
"¿Soy yo acaso Dios, capaz de dar vida o muerte, para que éste
me pida que cure a un hombre de su lepra? Es evidente que lo que anda buscando
es un pretexto para hacerme la guerra".
Cuando Eliseo, el hombre de Dios, se enteró de que el rey había
rasgado sus vestiduras, le envió este recado: "¿Por qué
rasgaste tus vestiduras? Envíamelo y sabrá que hay un profeta
en Israel". Llegó, pues, Naamán con sus caballos y su carroza,
y se detuvo a la puerta de la casa de Eliseo. Éste le mandó decir
con un mensajero: "Ve y báñate siete veces en el río
Jordán, y tu carne quedará limpia". Naamán se alejó
enojado, diciendo:
"Yo había pensado que saldría en persona a mi encuentro y
que, invocando el nombre del Señor, su Dios, pasaría la mano sobre
la parte enferma y me curaría de la lepra. ¿Acaso los ríos
de Damasco, como el Abaná y el Farfar, no valen más que todas
las aguas de Israel? ¿No podría bañarme en ellos y quedar
limpio?". Dio media vuelta y ya se marchaba, furioso, cuando sus criados
se acercaron a él y le dijeron: "Padre mío, si el profeta
te hubiera mandado una cosa muy difícil, ciertamente la habrías
hecho; cuanto más, si sólo te dijo que te bañaras y quedarías
sano".
Entonces Naamán bajó, se bañó siete veces en el
Jordán, como le había dicho el hombre de Dios, y su carne quedó
limpia como la de un niño. Volvió con su comitiva a donde estaba
el hombre de Dios y se le presentó, diciendo: "Ahora sé que
no hay más Dios que el de Israel". Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
De los salmos 41
y 42 R/. Estoy sediento del Dios queda la vida.
Como el venado busca el agua de los ríos, así, cansada, mi alma
te busca a ti, Dios mío.
Del Dios que da la vida está mi ser sediento. ¿Cuándo será
posible ver de nuevo su templo? R/.
Envíame, Señor, tu luz y tu verdad; que ellas se conviertan en
mi guía y hasta tu monte santo me conduzcan, allí donde tú
habitas. R/.
Al altar del Señor me acercaré, al Dios que es mi alegría,
y a mi Dios, el Señor, le daré gracias al compás de la
cítara. R/.
ACLAMACIÓN
(Sal 129, 5. 7)R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Confío en el Señor y en sus palabras, porque del Señor
viene la misericordia y la redención. R/.
Como Elías y Eliseo, Jesús no ha sido enviado sólo a los judíos.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 4, 24-30
En aquel tiempo, Jesús
llegó a Nazaret, entró a la sinagoga y dijo al pueblo:
"Yo les aseguro que nadie es profeta en su tierra. Había ciertamente
en Israel muchas viudas en los tiempos de Elías, cuando faltó
la lluvia durante tres años y medio, y hubo un hambre terrible en todo
el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino
a una viuda que vivía en Sarepta, ciudad de Sidón. Había
muchos leprosos en Israel, en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno
de ellos fue curado, sino Naamán, que era de Siria".
Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira,
y levantándose, lo sacaron de la ciudad y lo llevaron hasta un precipicio
de la montaña sobre la que estaba construida la ciudad, para despeñarlo.
Pero Él, pasando por en medio de ellos, se alejó de allí.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, esta ofrenda que te presentamos como signo de nuestra entrega a ti y conviértela en el sacramento que ha de darnos la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 116, 1-2)
Alaben al Señor todas las naciones, aclámenlo todos los pueblos, porque grande es su amor hacia nosotros y su fidelidad dura por siempre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el sacramento que hemos recibido nos purifique, Señor, y realice nuestra unidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LA ENTREGA OBEDIENTE DE JESÚS
Dn 3, 25. 34-43; Mt 18, 21-35
Pocos relatos transparentan de forma tan clara la condición humana como esta parábola del administrador malagradecido. Quienes hemos sido perdonados una y otra vez por Dios o por las personas con quienes convivimos a diario, adquirimos una responsabilidad, ser congruentes con el perdón recibido. La mejor forma de complacer al Padre compasivo es presentando nuestra existencia como ofrenda espiritual. El himno del libro de Daniel así lo afirma en la primera lectura. Israel no tiene mejor cosa que ofrecer a Dios que un corazón fiel y un espíritu humillado. El Señor Jesús reivindicó esa enseñanza entregando su existencia como muestra de confianza obediente a su Padre.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 16, 6. 8)
Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío; atiéndeme y escucha mis palabras. Cuídame como a la niña de tus ojos y cúbreme bajo la sombra de tus alas.
ORACIÓN COLECTA
Que tu gracia, Señor, nos acompañe, para que nos impulse a entregarnos a tu servicio y nos obtenga siempre tu ayuda. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Acepta, Señor, nuestro corazón adolorido y nuestro espíritu humillado.
Lectura del libro del profeta Daniel: 3, 25. 34-43
En aquel tiempo, Azarías
oró al Señor, diciendo: "Señor, Dios nuestro, no nos
abandones nunca; por el honor de tu nombre no rompas tu alianza; no apartes
de nosotros tu misericordia, por Abraham, tu amigo, por Isaac, tu siervo, por
Jacob, tu santo, a quienes prometiste multiplicar su descendencia, como las
estrellas del cielo y las arenas de la playa.
Pero ahora, Señor, nos vemos empequeñecidos frente a los demás
pueblos y estamos humillados por toda la tierra, a causa de nuestros pecados.
Ahora no tenemos príncipe ni jefe ni profeta; ni holocausto ni sacrificio
ni ofrenda ni incienso; ni lugar donde ofrecerte las primicias y alcanzar misericordia.
Por eso, acepta nuestro corazón adolorido y nuestro espíritu humillado,
como un sacrificio de carneros y toros, como un millar de corderos cebados.
Que ése sea hoy nuestro sacrificio y que sea perfecto en tu presencia,
porque los que en ti confían no quedan defraudados. Ahora te seguiremos
de todo corazón; te respetamos y queremos encontrarte; no nos dejes defraudados.
Trátanos según tu clemencia y tu abundante misericordia. Sálvanos
con tus prodigios y da gloria a tu nombre". Palabra de Dios. T. Te alabamos,
Señor.
Del salmo 24 R/.
Sálvanos, Señor, tú que eres misericordioso.
Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la
verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti
nuestra esperanza. R/.
Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según
ese amor y esa ternura, acuérdate de nosotros. R/.
Porque el Señor es recto y bondadoso, indica a los pecadores el sendero,
guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos.
R/.
ACLAMACIÓN
(JI 2, 12-13) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Todavía es tiempo, dice el Señor, conviértanse a mí
de todo corazón, porque soy compasivo y misericordioso. R/.
Si no perdonan de corazón a su hermano, tampoco el Padre celestial los
perdonará a ustedes.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 18, 21-35
En
aquel tiempo, Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: "Si
mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta
siete veces?". Jesús le contestó: "No sólo hasta
siete, sino hasta setenta veces siete".
Entonces Jesús les dijo: "El Reino de los cielos es semejante a
un rey que quiso ajustar cuentas con sus servidores. El primero que le presentaron
le debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar,
el señor mandó que lo vendieran a él, a su mujer, a sus
hijos y todas sus posesiones, para saldar la deuda. El servidor, arrojándose
a sus pies, le suplicaba diciendo: 'Ten paciencia conmigo y te lo pagaré
todo'. El rey tuvo lástima de aquel servidor, lo soltó y hasta
le perdonó la deuda.
Pero, apenas había salido aquel servidor, se encontró con uno
de sus compañeros, que le debía poco dinero. Entonces lo agarró
por el cuello y casi lo estrangulaba, mientras le decía: 'Págame
lo que me debes'. El compañero se le arrodilló y le rogaba: 'Ten
paciencia conmigo y te lo pagaré todo'. Pero el otro no quiso escucharlo,
sino que fue y lo metió en la cárcel hasta que le pagara la deuda.
Al ver lo ocurrido, sus compañeros se llenaron de indignación
y fueron a contar al rey lo sucedido. Entonces el señor lo llamó
y le dijo: 'Siervo malvado. Te perdoné toda aquella deuda porque me lo
suplicaste. ¿No debías tú también haber tenido compasión
de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?'. Y el señor,
encolerizado, lo entregó a los verdugos para que no lo soltaran hasta
que pagara lo que debía.
Pues lo mismo hará mi Padre celestial con ustedes, si cada cual no perdona
de corazón a su hermano". Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que este sacrificio que vamos a ofrecerte nos purifique, Señor, de nuestros pecados y nos obtenga la ayuda de tu poder. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 14, 1-2)
Señor ¿quién puede hospedarse en tu casa y descansar en tu monte santo? El que procede honradamente y practica la justicia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que nuestra participación en este misterio, renueve, Señor, toda nuestra vida y nos alcance tu perdón y tu ayuda. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UN PUEBLO SABIO Y JUSTO
Dt 4, 1. 5-9; Mt 5, 17-19
Jesús mantuvo una relación particularmente sensata con las exigencias de la ley mosaica. Se subordinó a cada una de las grandes exigencias éticas, descubrió el verdadero significado de dichos mandatos y vivió pendiente de cumplir la voluntad de Dios, practicando la justicia y la compasión con los más necesitados. A la vez, supo relativizar los mandatos relacionados con cuestiones de pureza, porque sabía que por encima de dichas normas estaba el valor supremo de la vida y la dignidad de las personas. El Deuteronomio nos recuerda el valor pedagógico de los mandamientos divinos, como un instrumento que nos ayuda a convivir de forma justa con nuestros hermanos. Israel vivirá como un pueblo justo y fraterno si practica la voluntad del Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 118, 133)
Haz, Señor, que siga con firmeza tu palabra, para que no se apodere de mí ningún pecado.
ORACIÓN COLECTA
Te pedimos, Señor, que purificados por las prácticas cuaresmales y alimentados con tu palabra, podamos entregarnos enteramente a tu servicio y perseverar unidos en la oración. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Guarden mis mandamientos y pónganlos en práctica.
Lectura del libro del Deuteronomio: 4, 1. 5-9
En
aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo: "Ahora,
Israel, escucha los mandatos y preceptos que te enseño, para que los
pongas en práctica y puedas así vivir y entrar a tomar posesión
de la tierra que el Señor, Dios de tus padres, te va a dar.
Yo les enseño mandatos y preceptos, como me ordena el Señor, mi
Dios, para que se ajusten a ellos en la tierra en que van a entrar y que van
a tomar en posesión.
Guárdenlos y cúmplanlos, porque ellos son su sabiduría
y su prudencia a los ojos de los pueblos. Cuando tengan noticia de todos estos
preceptos, se dirán: 'En verdad esta gran nación es un pueblo
sabio y prudente'. Porque, ¿cuál otra nación hay tan grande
que tenga dioses tan cercanos como lo está nuestro Dios, siempre que
lo invocamos? ¿Cuál es la gran nación cuyos mandatos y
preceptos sean tan justos como toda esta ley que ahora les doy? Pero ten cuidado
y atiende bien: No vayas a olvidarte de estos hechos que tus ojos han visto,
ni dejes que se aparten de tu corazón en todos los días de tu
vida; al contrario, transmíteselos a tus hijos y a los hijos de tus hijos".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 147 R/.
Demos gloria a nuestro Dios.
Glorifica al Señor, Jerusalén, a Dios ríndele honores,
Israel. Él refuerza el cerrojo de tus puertas y bendice a tus hijos en
tu casa. R/.
Él mantiene la paz en tus fronteras, con su trigo mejor sacia tu hambre.
Él envía a la tierra su mensaje y su palabra corre velozmente.
R/.
Le muestra a Jacob su pensamiento, sus normas y designios a Israel. No ha hecho
nada igual con ningún pueblo, ni le ha confiado a otro sus proyectos.
R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Jn 6, 63. 68) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes
palabras de vida eterna. R/.
El que cumpla y enseñe mis mandamientos, será grande en el Reino de los cielos.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 5, 17-19
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No crean que
he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles
plenitud. Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra,
que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la
ley.
Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe
eso a los hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que
los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los cielos".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, las ofrendas y oraciones que te presentamos y protege de todo mal a quienes celebramos tu Eucaristía. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 15, 11)
Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Santifícanos, Señor, con el pan del cielo que acabamos de recibir para que, libres de nuestras faltas, podamos alcanzar tus promesas eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
EL RECHAZO A JEREMÍAS Y AL SEÑOR JESÚS
Jr 7, 23-28; Lc 11, 14-23
El Señor Jesús realizó indudablemente numerosos exorcismos y curaciones. Eso no lo ponían en duda ni siquiera sus adversarios. Ellos no podían negar la existencia misma de tales acciones, lo que ponían en duda era la fuerza que movía a Jesús para cumplirlos. Pretendían, siguiendo una extraña lógica, desacreditarlo presentándolo como aliado de Satanás y los israelitas desoyeron las señales que Dios les comunicaba a través de su Hijo Jesús; en otro tiempo, los contemporáneos del profeta Jeremías, semejante en algunos rasgos al Señor, se mantuvieron sordos e impenetrables al llamado exigente que Dios les dirigía a través del profeta de Anatot. Ambas historias confirman la afirmación del Maestro: nadie es profeta en su tierra.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor. Los escucharé en cualquier tribulación en que me llamen y seré siempre su Dios.
ORACIÓN COLECTA
Te pedimos, Señor, humildemente, que conforme se acerca la fiesta de nuestra redención, crezca en nosotros el fervor para celebrar santamente la Pascua de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Éste es el pueblo que no escuchó la voz del Señor, su Dios.
Lectura del libro del profeta Jeremías: 7, 23-28
Esto dice el Señor:
"Esta es la orden que di a mi pueblo: 'Escuchen mi voz, y yo seré
su Dios y ustedes serán mi pueblo; caminen siempre por el camino que
yo les mostraré, para que les vaya bien'.
Pero ellos no escucharon ni prestaron oído. Caminaron según sus
ideas, según la maldad de su corazón obstinado, y en vez de darme
la cara, me dieron la espalda, desde que sus padres salieron del país
de Egipto hasta hoy.
Yo les envié a mis siervos, los profetas, un día y otro día;
pero ellos no los escucharon ni les prestaron oído. Endurecieron su cabeza
y fueron peores que sus padres. Tú les dirás, pues, todas estas
palabras, pero no te escucharán; los llamarás y no te responderán.
Entonces les dirás: 'Éste es el pueblo que no escuchó la
voz del Señor, su Dios, ni aceptó la corrección. Ya no
existe fidelidad en Israel; ha desaparecido de su misma boca' ". Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 94 R/.
Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Vengan, lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios que nos salva. Acerquémonos
a Él, llenos de júbilo, y démosle gracias. R/.
Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Señor, que nos
hizo, porque Él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo; Él es nuestro
pastor y nosotros, sus ovejas. R/.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su
corazón, como el día de la rebelión en el desierto, cuando
sus padres dudaron de mí, aunque habían visto mis obras".R/.
ACLAMACIÓN
(JI 2, 12-13) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Todavía es tiempo, dice el Señor, arrepiéntanse
de todo corazón y vuélvanse a mí, que soy compasivo y misericordioso.
R/.
El que no esta conmigo, esta contra mi.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 11, 14-23
En
aquel tiempo, Jesús expulsó a un demonio, que era mudo. Apenas
salió el demonio, habló el mudo y la multitud quedó maravillada.
Pero algunos decían: "Éste expulsa a los demonios con el
poder de Belzebú, el príncipe de los demonios". Otros, para
ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa.
Pero Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo: "Todo
reino dividido por luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa.
Si Satanás también está dividido contra sí mismo,
¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo arrojo a
los demonios con el poder de Belzebú. Entonces, ¿con el poder
de quién los arrojan los hijos de ustedes? Por eso, ellos mismos serán
sus jueces. Pero si yo arrojo a los demonios con el dedo de Dios, eso significa
que ha llegado a ustedes el Reino de Dios.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están
seguros; pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, entonces le quita
las armas en que confiaba y después dispone de sus bienes. El que no
está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo,
desparrama". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Preserva, Señor, a tu pueblo de toda maldad para que sus ofrendas te sean agradables; no permitas que nos entreguemos a los falsos placeres, para que podamos alcanzar la recompensa prometida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 118, 4-5)
Tú promulgas, Señor, tus preceptos para que se observen con exactitud. Que mi conducta se ajuste siempre al cumplimiento de tu voluntad.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la gracia de tu salvación,
que hemos recibido en este sacramento, transforme, Señor, toda nuestra
vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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