MISAL DE MARZO 2025/ www.laverdadcatolica.org |
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Intenciones del Santo Padre para el mes de Marzo del 2025 |
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INTENCIÓN UNIVERSAL: Por las Familias en Cricis | |
Oremos para que las familias divididas encuentren en
el perdòn la curaciòn de sus heridas, redescubriendo incluso
en sus diferencias las riquezas de cada uno |
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JUBILEO ORDINARIO MMXXV: "PEREGRINOS DE ESPERANZA" |
El número de página del Misal Romano ha sido actualizado conforme a su última edición en 2018. El número entre paréntesis en MR ( ) corresponde al Misal Romano edición para México de Editorial BAC.
Verde/Blanco Feria o bien Santa María en sábado
ANTÍFONA
DE ENTRADA
Floreció el tronco de Jesé: la Virgen concibió a Dios
y al hombre; Dios restituyó la paz para reconciliar en sí el cielo y la tierra.
ORACIÓN
COLECTA
Te suplicamos, Dios nuestro, que nos ayude la gloriosa
intercesión de la santísima Virgen María, y, librándonos de todo peligro,
nos conceda vivir en tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos
de los siglos.
PRIMERA
LECTURA
Del
libro del Eclesiástico 17, 1-15
El Señor creó al ser humano de la tierra, y a ella lo
hará volver de nuevo. Concedió a los humanos días contados y un tiempo fijo,
y les dio autoridad sobre cuánto hay en la tierra. Los revistió de una fuerza
como la suya y los hizo a su propia imagen. Hizo que todo ser viviente los
temiese, para que dominaran sobre fieras y aves. Discernimiento, lengua y
ojos, oídos y corazón les dio para pensar. Los llenó de ciencia y entendimiento,
y les enseñó el bien y el mal. Puso su mirada en sus corazones, para mostrarles
la grandeza de sus obras, y les concedió gloriarse por siempre de sus maravillas.
Por eso alabarán su santo nombre, para contar la grandeza de sus obras. Puso
delante de ellos la ciencia, y les dejó en herencia una ley de vida. Estableció
con ellos una alianza eterna, y les enseñó sus decretos. Sus ojos vieron la
grandeza de su gloria y sus oídos oyeron su voz gloriosa. Les dijo: «Guardaos
de toda iniquidad», y les dio a cada uno preceptos
acerca del prójimo. La conducta humana está siempre ante Dios, no puede ocultarse
a sus ojos. Palabra de Dios
SALMO
RESPONSORIAL (Sal 102, 13-14. 15-16. 17-18a)
R/.
La misericordia del Señor dura siempre, para los que cumplen sus mandatos
Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el
Señor ternura por los que lo temen; porque él conoce nuestra masa, se acuerda
de que somos barro. R/.
Los días del hombre duran lo que la hierba, florecen
como flor del campo, que el viento la roza, y ya no existe, su terreno no
volverá a verla. R/.
Pero la misericordia del Señor dura desde siempre y por
siempre, para aquellos que lo temen; su justicia pasa de hijos a nietos: para
los que guardan la alianza. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 11, 25
R/.
Aleluya, aleluya.
Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R/. Aleluya.
EVANGELIO
Del
evangelio según san Marcos 10, 13-16
En aquel tiempo, le acercaban a Jesús niños para que
los tocara, pero los discípulos los regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y
les dijo: «Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de
los que son como ellos es el reino de Dios. En verdad os digo que quien no
reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él». Y tomándolos en brazos
los bendecía imponiéndoles las manos. Palabra
del Señor
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Te presentamos, Señor, estos dones de reconciliación
y de alabanza, y te pedimos humildemente que, siguiendo el ejemplo de la Virgen
María, lleguemos a ser una ofrenda santa, agradable a ti. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Prefacio
I de la Virgen María (en las Misas votivas: en la veneración), ó II - V.
ANTÍFONA
DE COMUNIÓN Sal 44, 3
La gracia se derramó sobre tus labios, por ello el Señor
te ha bendecido para siempre.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Padre, a quienes hemos recibido el alimento
celestial, que siguiendo el ejemplo de la Virgen María te sirvamos con una
vida pura y con ella cantemos tus alabanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
VERDE / DOMINGO VIII DEL TIEMPO ORDINARIO (C)
ANTÍFONA
DE ENTRADA Cfr. Sal 17, 19-20
El Señor es mi refugio, lo invoqué y me libró. Me salvó
porque me ama.
ORACIÓN
COLECTA
Concédenos, Señor, que tu poder pacificador dirija el
curso de los acontecimientos del mundo y que tu Iglesia se regocije al poder
servirte con tranquilidad. Por nuestro Señor Jesucristo...
PRIMERA
LECTURA
Del
libro del Eclesiástico 27, 4-7
Cuando se agita la criba, quedan los desechos; así, cuando
la persona habla, se descubren sus defectos.
El horno prueba las vasijas del alfarero, y la persona
es probada en su conversación.
El fruto revela el cultivo del árbol, así la palabra
revela el corazón de la persona. No elogies a nadie antes de oírlo hablar,
porque ahí es donde se prueba una persona. Palabra
de Dios
SALMO
RESPONSORIAL (Sal 91)
R/.
Es bueno darte gracias, Señor.
Es bueno dar gracias al Señor y tocar para tu nombre,
oh Altísimo; proclamar por la mañana tu misericordia y de noche tu fidelidad.
R/.
El justo crecerá como una palmera, se alzará como un
cedro del Líbano: plantado en la casa del Señor, crecerá en los atrios de
nuestro Dios. R/.
En la vejez seguirá dando fruto y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo, mi Roca, en quien no existe la maldad.
R/.
SEGUNDA
LECTURA
De
la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 54-58
Hermanos: Cuando esto corruptible se vista de incorrupción,
y esto mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que
está escrita: «La muerte ha sido absorbida en la victoria. ¿Dónde está, muerte,
tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón?».
El aguijón de la muerte es el pecado, y la fuerza del
pecado, la ley. ¡Gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro
Señor Jesucristo! De modo que, hermanos míos queridos, manteneos firmes e
inconmovibles. Entregaos siempre sin reservas a la obra del Señor, convencidos
de que vuestro esfuerzo no será vano en el Señor. Palabra de Dios
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Flp 2, 15. 16
R/.
Aleluya, aleluya.
Iluminen al mundo con la luz del Evangelio reflejada
en su vida. R/. Aleluya.
EVANGELIO
Del
evangelio según san Lucas 6, 39-45
En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola:
«¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?
No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando
termine su aprendizaje, será como su maestro.
¿Por qué te fijas en la paja que tiene tu hermano en
el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle
a tu hermano: “Hermano, déjame que te saque la paja del
ojo”, sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate
primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo
de tu hermano.
Pues no hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo
que dé fruto bueno; por ello, cada árbol se conoce por su fruto; porque no
se recogen higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos.
El hombre bueno, de la bondad que atesora en su corazón
saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque de lo que
rebosa el corazón habla la boca». Palabra
del Señor
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Señor Dios, que haces tuyas nuestras ofrendas, que tú
mismo nos das para dedicarlas a tu nombre, concédenos que también nos alcancen
la recompensa eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 12, 6
Cantaré al Señor por el bien que me ha hecho, y en-tonaré
un himno de alabanza al Dios Altísimo.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados por estos dones
de salvación, suplicamos, Señor tu misericordia, para que este sacramento
que nos nutre en nuestra vida temporal nos haga partícipes de la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Verde / Blanco De Feria o bien, Beata María Concepción Cabrera
de Armida
ANTÍFONA
DE ENTRADA Cf. Prov 14, 1-2
La mujer sabia construye su casa; y la que teme al Señor
obra con rectitud.
ORACIÓN
COLECTA
Oh Dios, que llamaste a la beata María Concepción Cabrera
a vivir en el mundo, como esposa y como madre, en íntima unión contigo y con
gran celo apostólico, concédenos, por su ejemplo e intercesión, que, siguiendo
fielmente a tu Hijo, colaboremos con él en la extensión de tu reino. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA
LECTURA
Del
libro del Eclesiástico 17, 24-29
A los que se arrepienten Dios les permite volver, y consuela
a los que han perdido la esperanza, y los hace partícipes de la suerte de
los justos. Retorna al Señor y abandona el pecado, reza ante su rostro y elimina
los obstáculos. Vuélvete al Altísimo y apártate de la injusticia y detesta
con toda el alma la abominación. Reconoce los justos juicios de Dios, permanece
en la suerte que te ha asignado y en la oración al Dios altísimo. En el abismo
¿quién alabará al Altísimo como lo hacen los vivos y quienes le dan gracias?
Para el muerto, como quien no existe, desaparece la alabanza, solo el que
está vivo y sano alaba al Señor. ¡Qué grande es la misericordia del Señor
y su perdón para los que retornan a él! Palabra
de Dios
SALMO
RESPONSORIAL (Sal 31, 1b-2. 5. 6. 7)
R/.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor
Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le
han sepultado su pecado; dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el
delito y en cuyo espíritu no hay engaño. R/.
Había pecado, lo reconocí, no te encubrí mi delito; propuse:
«Confesaré al Señor mi culpa», y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. R/.
Por eso, que todo fiel te suplique en el momento de la
desgracia: la crecida de las aguas caudalosas no lo alcanzará. R/.
Tú eres mi refugio, me libras del peligro, me rodeas
de cantos de liberación. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO 2 Cor 8, 9
R/.
Aleluya, aleluya.
Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos
con su pobreza. R/. Aleluya.
EVANGELIO
Del
evangelio según san Marcos 10, 17-27
En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le
acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó: «Maestro bueno,
¿qué haré para heredar la vida eterna?».
Jesús le contestó: «Por qué me llamas bueno? No hay nadie
bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio,
no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a
tu madre».
Él replicó: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi
juventud».
Jesús se quedó mirándolo, lo amó y le dijo: «Una cosa
te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro
en el cielo, y luego ven y sígueme».
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste
porque era muy rico. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¿Qué
difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!».
Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras.
Pero Jesús añadió: «Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! Más
fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar
en el reino de Dios».
Ellos se espantaron y comentaban: «Entonces, ¿quién puede
salvarse?». Jesús se les quedó mirando y les dijo: «Es imposible para los
hombres, no para Dios. Dios lo puede todo». Palabra del Señor.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Padre, mira con bondad las ofrendas de tu pueblo, y concédele
que, al ofrecerlas con fervor en honor de tus santos, reciba la ayuda necesaria
para alcanzar la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA
DE COMUNIÓN Mt 12, 50
El que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo,
ése es mi hermano, mi hermana y mi madre, dice el Señor.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados por la eucaristía en la celebración de la
Beata María Concepción Cabrera concédenos, Padre, que por estos dones sagrados
seamos purificados y fortalecidos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Verde De Feria Por la Evangelización de los pueblos
ANTÍFONA
DE ENTRADA Sal 66, 2-3
El Señor tenga piedad y nos bendiga, haga brillar su
rostro sobre nosotros, para que en la tierra se reconozca su dominio, y su
victoria entre las naciones.
ORACIÓN
COLECTA
Dios nuestro, que enviaste al mundo a tu Hijo, luz verdadera,
derrama el Espíritu prometido, que siembre en los corazones de los hombres
la semilla de la verdad y suscite la obediencia de la fe, para que, cuantos
han renacido a una vida nueva por el bautismo, puedan constituir tu único
pueblo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
PRIMERA
LECTURA
Del
libro del Eclesiástico 35, 1-12
Quien observa la ley multiplica las ofrendas, quien guarda
los mandamientos ofrece sacrificios de comunión. Quien devuelve un favor hace
una ofrenda de flor de harina, quien da limosna ofrece sacrificio de alabanza.
Apartarse del mal es complacer al Señor, un sacrificio de expiación es apartarse
de la injusticia. No te presentes ante el Señor con las manos vacías, pues
esto es lo que prescriben los mandamientos. La ofrenda del justo enriquece
el altar, y su perfume sube hasta el Altísimo. El sacrificio del justo es
aceptable, su memorial no se olvidará. Glorifica al Señor con generosidad
y no escatimes las primicias de tus manos. Cuando hagas tus ofrendas, pon
cara alegre y paga los diezmos de buena gana. Da al Altísimo como él te ha
dado a ti, con generosidad, según tus posibilidades. Porque el Señor sabe
recompensar y te devolverá siete veces más. No trates de sobornar al Señor,
porque no lo aceptará; no te apoyes en sacrificio injustos. Porque el Señor
es juez, y para él no cuenta el prestigio de las personas. Palabra
de Dios
SALMO
RESPONSORIAL (Sal 49,5-6.7-8.14.23)
R/.
Al que sigue buen camino le haré ver la salvación
de Dios
Congregadme a mis fieles, que sellaron mi pacto con un
sacrificio». Proclame el cielo su justicia; Dios en persona va a juzgar. R/.
«Escucha, pueblo mío, me voy a hablarte; Israel, voy
a dar testimonio contra ti; - yo, soy Dios, tu Dios -. No te reprocho tus
sacrificios, pues siempre están tus holocaustos ante mí». R/.
Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza, cumple tus votos
al Altísimo. «El que me ofrece acción de gracias, ése me honra; al que sigue
buen camino le haré ver la salvación de Dios». R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 11, 25
R/.
Aleluya, aleluya.
Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R/. Aleluya.
EVANGELIO
Del
evangelio según san Marcos 10,28-31
En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús: «Ya ves
que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido».
Jesús dijo: «En verdad os digo que no hay nadie que haya
dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por
mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más
- casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones
-, y en la edad futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos
últimos primeros». Palabra del Señor
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, a tu Hijo Jesucristo, que se entregó por
la redención de todos los hombres, para que, por él, desde la salida del sol
hasta su ocaso, tu nombre sea glorificado en todo el mundo y en todo lugar
se ofrezca el único sacrificio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA
DE COMUNIÓN Cf. Mt 28, 20
Dice el Señor: Enseñen a cumplir todo lo que yo les he
mandado. Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados por el don de nuestra redención, te pedimos,
Padre, que con este auxilio de salvación eterna se acreciente siempre en nosotros
la verdadera fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado / Miércoles de Ceniza
En la Misa de este día se bendice y se impone las cenizas
de los ramos de olivo o de otros árboles que fueron bendecidos el Domingo
de Ramos del año precedente.
ANTÍFONA
DE ENTRADA Cf.
Sb 11, 23.24.26
Señor, tú eres misericordioso con todos y no aborreces
nada de lo que has hecho, cierras los ojos a los pecados de los hombres para
que se arrepientan y los perdonas, porque tú eres el Señor, nuestro Dios.
Se omite el acto penitencial, ya que en
esta celebración es sustituido por la imposición de la ceniza.
ORACIÓN
COLECTA
Señor nuestro, concédenos iniciar con el santo ayuno
cuaresmal un camino de verdadera conversión y de afrontar con la penitencia
la lucha contra el espíritu del mal. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
PRIMERA
LECTURA
Lectura
de la profecía de Joel 2, 12-18
Esto dice el Señor: “Todavía es tiempo. Vuélvanse a mí
de todo orazón, con ayunos, con lágrimas y llanto;
enluten su corazón y no sus vestidos.
Vuélvanse al Señor Dios nuestro, porque es compasivo
y misericordioso, lento a la cólera, rico en clemencia, y se conmueve ante
la desgracia.
Quizá se arrepienta, se compadezca de nosotros y nos
deje una bendición, que haga posibles las ofrendas y libaciones al Señor,
nuestro Dios.
Toquen la trompeta en Sión,
promulguen un ayuno, convoquen la asamblea, reúnan al pueblo, santifiquen
la reunión, junten a los ancianos, convoquen a los niños, aun a los niños
de pecho. Que el recién casado deje su alcoba y su tálamo la recién casada.
Entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes,
ministros del Señor, diciendo: ‘Perdona, Señor, perdona a tu pueblo. No entregues
tu heredad a la burla de las naciones. Que no digan los paganos: ¿Dónde está
el Dios de Israel?’ ”
Y el Señor se llenó de celo por su tierra y tuvo piedad
de su pueblo. Palabra de Dios.
SALMO
RESPONSORIAL (Sal 50, 3-4. 5-6ab. 12-13. 14 y 17)
R/.
Misericordia, Señor: hemos pecado
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa
compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R/.
Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi
pecado: contra ti, contra ti sólo pequé, cometí la maldad en tu presencia.
R/.
Oh, Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro
con espíritu firme. No me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo
espíritu. R/.
Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con
espíritu generoso. Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza.
R/.
SEGUNDA
LECTURA
De
la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 20 – 6, 2
Hermanos: Somos embajadores de Cristo, y por nuestro
medio, es Dios mismo el que los exhorta a ustedes. En nombre de Cristo les
pedimos que se reconcilien con Dios. Al que nunca cometió pecado, Dios lo
hizo “pecado” por nosotros, para que, unidos a él, recibamos la salvación
de Dios y nos volvamos justos y santos.
Como colaboradores que somos de Dios, los exhortamos
a no echar su gracia en saco roto. Porque el Señor dice: En el tiempo favorable
te escuché y en el día de la salvación te socorrí. Pues bien, ahora es el
tiempo favorable; ahora es el día de la salvación. Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Sal 94, 8
R/.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan
su corazón”. R/. Honor y gloria a ti,
Señor Jesús.
EVANGELIO
[Tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.]
Del
santo Evangelio según san Mateo 6, 1-6. 16-18
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Tengan
cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres para que
los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial.
Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con
trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, para
que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa.
Tú, en cambio, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace
la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto,
te recompensará.
Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas,
a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las
plazas, para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa.
Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y
ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto,
te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos
hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note
que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en
cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa
la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre,
que ve lo secreto, te recompensará”. Palabra
del Señor.
BENDICIÓN
E IMPOSICIÓN DE LA CENIZA
Después de la homilía el sacerdote, de
pie, con las manos juntas dice:
Queridos hermanos:
Oremos a Dios, nuestro Padre, para que se digne bendecir
con su gracia estas cenizas que vamos a imponer sobre nuestras cabezas en
señal de penitencia.
Y después de una breve oración en silencio,
prosigue con las manos extendidas:
Dios nuestro, que te conmueves ante quienes se humillan
y hacen penitencia, escucha con bondad nuestra súplica y derrama la gracia
+ de tu bendición sobre estos hijos tuyos que van a recibir las cenizas, para
que sean fieles a las prácticas cuaresmales y así lleguen a celebrar, con
un corazón puro, el misterio pascual de tu Hijo. Que vive y reina por los
siglos de los siglos.
O bien:
Señor y Dios nuestro, que no quieres la muerte del pecador sino que se arrepienta, escucha con bondad nuestra
oración y bendice + estas cenizas que vamos a imponer sobre nuestras cabezas,
reconociendo que somos polvo y al polvo hemos de volver, y concédenos, por
medio de las prácticas cuaresmales, el perdón de nuestros pecados y la vida
nueva a imagen de tu Hijo resucitado. Que vive y reina por los siglos de los
siglos.
R/. Amén.
Y rocía con agua bendita las cenizas, sin
decir nada.
Seguidamente, todos los fieles se acercan
al sacerdote que impone la ceniza sobre ellos; a cada uno le dice:
Conviértete y cree en el Evangelio. Cf. Mc 1, 15
O bien:
Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás.
Cf. Gn 3, 19
Mientras tanto se puede cantarse un canto
apropiado.
Acabada la imposición de las cenizas, el
sacerdote se lava las manos; el rito concluye con la oración universal y la
Misa continúa como de costumbre.
No se dice Credo.
ANTÍFONA
DE COMUNIÓN Cf. Sal 1, 2-3
El que medita la ley del Señor de día y de noche da fruto
a su debido tiempo.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Fortalécenos, Señor Dios, con los sacramentos recibidos
para que nuestro ayuno sea agradable a tus ojos y cure todos nuestros males.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN
SOBRE EL PUEBLO
El sacerdote con las manos extendidas sobre
el pueblo, dice la siguiente oración de despedida:
Infunde el espíritu de arrepentimiento sobre los que
se inclinan ante ti, Dios nuestro, para que merezcan conseguir, por tu misericordia,
los premios prometidos a los que hacen penitencia. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
La bendición e imposición de las cenizas
puede hacerse también fuera de la Misa. En este caso precede una liturgia
de la palabra, utilizando la antífona de entrada, la oración colecta, las
lecturas con sus cantos, como en la Misa. Sigue después la homilía y la bendición
e imposición de las cenizas. El rito concluye con la oración universal, la
bendición y la despedida.
Morado / jueves después de Ceniza
ANTÍFONA
DE ENTRADA Cf.
Sal 54, 17-20.23
Invoqué al Señor, y Él me escuchó; me defendió de los
que me atacaban. Confía tu suerte al Señor, y él te sostendrá.
ORACIÓN
COLECTA
Que tu gracia, Señor, inspire y acompañe todas nuestras
obras, para que siempre comiencen en ti y en ti terminen. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios, por los siglos de los siglos.
PRIMERA
LECTURA
Del
libro del Deuteronomio 30, 15-20
Moisés habló al pueblo, diciendo:
«Mira: hoy pongo delante de ti la vida y el bien, la
muerte y el mal. Pues yo te mando hoy amar al Señor, tu Dios, seguir sus caminos,
observar sus preceptos, mandatos y decretos, y así vivirás y crecerás y el
Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra donde vas a entrar para poseerla.
Pero, si tu corazón se aparta y no escuchas, si te dejas
arrastrar y te postras ante otros dioses y les sirves, yo os declaro hoy que
moriréis sin remedio; no duraréis mucho en la tierra adonde tú vas a entrar
para tomarla en posesión una vez pasado el Jordán.
Hoy cito como testigos contra vosotros al cielo y a la
tierra. Pongo delante de ti la vida y muerte, la bendición y la maldición.
Elige la vida, para que viváis tú y tu descendencia, amando al Señor, tu Dios,
escuchando su voz, adhiriéndote a él, pues él es tu vida y tus muchos años
en la tierra que juró dar a tus padres Abrahán, Isaac y Jacob». Palabra de Dios
SALMO
RESPONSORIAL (Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6)
R/.
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los
cínicos; sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche.
R/.
Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da
fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen
fin. R/.
No así los impíos, no así; serán paja que arrebata el
viento. Porque el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de
los impíos acaba mal. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 17
R/.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Conviértanse, dice el Señor; porque ya está cerca el
Reino de los cielos. R/. Honor y gloria
a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
Del
santo evangelio según san Lucas 9, 22-25
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El Hijo
del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos
sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».
Entonces decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos
de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el
que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa
la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se
arruina a sí mismo?». Palabra del Señor
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Mira con bondad, Señor, las ofrendas que presentamos
sobre tu altar, para que nos consigan tu misericordia y así glorifiquen tu
Nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Cuaresma
ANTÍFONA
DE COMUNIÓN Sal 50, 12
Crea en mí, Dios mío, un corazón puro y renueva la firmeza
de mi espíritu.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso, te pedimos que la Eucaristía que hemos
recibido como don del cielo, nos alcance siempre el perdón y la salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN
SOBRE EL PUEBLO (opcional)
Dios todopoderoso, enseñaste a tu pueblo el camino de
la vida eterna; te pedimos que nos hagas llegar a ti, luz inextinguible, por
este mismo camino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Viernes después de Ceniza
ANTÍFONA
DE ENTRADA Sal 29, 11
Escucha, Señor, ten piedad de mí; ven a ayudarme, Señor.
ORACIÓN
COLECTA
Dios nuestro, acompaña con tu benevolencia los comienzos
de nuestro camino penitencial para que nuestras prácticas exteriores expresen
la sinceridad de nuestro corazón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos
de los siglos.
PRIMERA
LECTURA
Lectura
del libro de lsaías 58, 1-9a
Esto dice el Señor Dios: «Grita a plena pulmón, no te
contengas, alza la voz como una trompeta, denuncia a mi pueblo sus delitos,
a la casa de Jacob sus pecados.
Consultan mi oráculo a diario, desean conocer mi voluntad.
Como si fuera un pueblo que practica la justicia y no descuida el mandato
de su Dios, me piden sentencias justas, quieren acercarse a Dios.
"¿Para qué ayunar, si no haces caso; mortificarnos, si no te enteras?"
En realidad, el día de ayuno hacéis vuestros negocios
y apremiáis a vuestros servidores; ayunáis para querellas y litigios, y herís
con furibundos puñetazos.
No ayunéis de este modo, si queréis que se oiga vuestra
voz en el cielo.
¿Es ése el ayuno que deseo en el día de la penitencia:
inclinar la cabeza como un junco, acostarse sobre saco y ceniza, ¿A eso lo
llamáis ayuno, día agradable al Señor?
Este es el ayuno que yo quiero: soltar las cadenas injustas,
desatar las corras del yugo, liberar a los oprimidos, quebrar todos los yugos,
partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, cubrir a
quien ves desnudo y no desentenderte de los tuyos.
Entonces surgirá tu luz como la aurora, enseguida se
curarán tus heridas, ante ti marchará la justicia, detrás de ti la gloria
del Señor.
Entonces clamarás al Señor, y te responderá; pedirás
ayuda y te dirá: "Aquí estoy"». Palabra
del Señor
SALMO
RESPONSORIAL (Sal 50, 3-4. 5-6ab. 18-19)
R/.
Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa
compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R/.
Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi
pecado. Contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad en tu presencia.
R/.
Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un
holocausto, no lo querrías. El sacrificio agradable a Dios es un espíritu
quebrantado, un corazón quebrantado y humillado, tú, oh, Dios, tú no lo desprecias.
R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Am 5, 14
R/.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Busquen el bien y no el mal, para que vivan, y el Señor
estará con ustedes. R/. Honor y gloria
a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
Del
santo evangelio según san Mateo 9, 14-15
En aquel tiempo, los discípulos de Juan se le acercan
a Jesús, preguntándole: «¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo
y, en cambio, tus discípulos no ayunan?».
Jesús les dijo: «¿Es que pueden guardar luto los amigos
del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán». Palabra del Señor
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Te ofrecemos, Padre, el sacrificio de nuestra observancia
cuaresmal; que él nos haga más gratos a tus ojos y más generosos en la práctica
de la penitencia. Por Jesucristo nuestro Señor.
Prefacio de Cuaresma
ANTÍFONA
DE COMUNIÓN Sal 24, 4
Muéstranos, Señor, tus caminos, enséñanos tus senderos.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Dios todopoderoso, que la participación en
tus misterios nos purifique de todo pecado y nos disponga a recibir los dones
de tu bondad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN
SOBRE EL PUEBLO (opcional)
Dios misericordioso, concede a tu pueblo agradecer siempre
tus beneficios y, al recordarlos en su peregrinación por la tierra, preparase
para alcanzar la visión perpetua de tu rostro. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Sábado después de Ceniza
ANTÍFONA
DE ENTRADA Cf. Sal 68, 17
Respóndeme, Señor, por tu bondad y tu amor, por tu gran
compasión, vuélvete hacia mí.
ORACIÓN
COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, mira compasivo nuestra debilidad
y, para protegernos, extiende sobre nosotros tu mano poderosa. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
PRIMERA
LECTURA
Del
libro de Isaías 58, 9b-14
Esto dice el Señor: «Cuando alejes de ti la opresión,
el dedo acusador y la calumnia, cuando ofrezcas al hambriento de lo tuyo y
sacies el alma afligida, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad como
el mediodía.
El Señor te guiará siempre, hartará tu alma en tierra
abrasada, dará vigor a tus huesos.
Serás un huerto bien regado, un manantial de aguas que
no engañan. Tu gente reconstruirá las ruinas antiguas, volverás a levantar
los cimientos de otros tiempos; te llamarán “reparador de brechas”, “restaurador
de senderos”, para hacer habitable el país.
Si detienes tus pasos el sábado, para no hacer negocios
en mi día santo, y llamas al sábado “mi delicia” y lo consagras a la gloria
del Señor; si lo honras, evitando viajes, dejando de hacer tus negocios y
de discutir tus asuntos, entonces encontrarás tu delicia en el Señor. Te conduciré
sobre las alturas del país y gozarás del patrimonio de Jacob, tu padre. Ha
hablado la boca del Señor». Palabra
de Dios
SALMO
RESPONSORIAL (Sal 85, 1-2. 3-4. 5-6)
R/.
Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad
Inclina tu oído, Señor, escúchame, que soy un pobre desamparado;
protege mi vida, que soy un fiel tuyo; salva, Dios mío, a tu siervo, que confía
en ti. R/.
Piedad de mí, Señor, que a ti te estoy llamando todo
el día; alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti, Señor.
R/.
Porque tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia
con los que te invocan. Señor, escucha mi oración, atiende a la voz de mi
súplica. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Ez 33, 11
R/.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
No quiero la muerte del pecador, sino que se arrepienta
y viva, dice el Señor. R/. Honor y
gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
Del
santo evangelio según san Lucas 5, 27-32
En aquel tiempo, vio Jesús a un publicano llamado Leví,
sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme».
Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció
en su honor un gran banquete en su casa, y estaban a la mesa con ellos un
gran número de publicanos y otros. Y murmuraban los fariseos y sus escribas
diciendo a los discípulos, de Jesús: «¿Cómo es que coméis y bebéis con publicanos
y pecadores?».
Jesús les respondió: «No necesitan médico los sanos,
sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores
a que se conviertan». Palabra del Señor
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, este sacrificio de reconciliación y de
alabanza, y concédenos que, purificados por su eficacia, te sea agradable
el amor de nuestro corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Cuaresma
ANTÍFONA
DE COMUNIÓN Cf. Mt 9, 13
Quiero misericordia y no sacrificios, dice el Señor,
porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con el Pan del cielo, te pedimos, Padre,
que este sacramento que celebramos en nuestra vida terrena nos ayude para
la eternidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN
SOBRE EL PUEBLO (opcional)
Padre, acompaña con tu bendición al pueblo, que ha celebrado
estos sagrados misterios, para que, confiando en ti, su protector, no sea
afligido por ningún peligro. Por Jesucristo, nuestro Señor.
I DOMINGO DE CUARESMA
Morado / I
Domingo De Cuaresma / MR p. 200 [210] / Lecc I p.
291. LH Semana I del Salterio.
El ilusionado «proyecto» divino… (Papa
Francisco, Homilía, 14-II-2016)
El miércoles pasado hemos
comenzado el tiempo litúrgico de la cuaresma, en el que la Iglesia nos invita
a prepararnos para celebrar la gran fiesta de la Pascua. Tiempo especial para
recordar el regalo de nuestro bautismo. Este tiempo es un buen momento para
recuperar la alegría y la esperanza que nos hace sentir miembros de una gran
familia e hijos muy amados de un mismo Padre: un Dios misericordioso que sabe
de hogar, de hermandad, y de «pan partido y compartido» … De ahí que en cada
uno de nosotros anide y viva ese sueño de Dios que en cada Pascua y en cada
Eucaristía volvemos a celebrar. Sueño con el que han vivido tantos hermanos
nuestros a lo largo y ancho de la historia.
Sueño testimoniado por la
sangre de tantos mártires de ayer y de hoy. Aleccionados por el ejemplo de
Jesús en el evangelio de hoy que nos habla de sus tentaciones, hemos de descubrir,
una vez más, la cuaresma como un tiempo privilegiado de conversión… Sí, porque
a diario hacemos experiencia de cómo nos vemos amenazados por el «padre de
la mentira». Por aquel que busca separarnos, generando una familia, una sociedad
y una humanidad dividida y enfrentada.
Rehuyendo a sus falacias
y engaños –y apoyados, como nuestro Divino Maestro tan sólo en la Palabra
de Dios– hemos de aprovecharnos de este tiempo para ajustar los sentidos,
y para abrir los ojos frente a tantas cerrazones e injusticias que atentan
directamente contra el sueño y el proyecto de Dios.
Efectivamente, la cuaresma
es el tiempo para desenmascarar, continuamente y sin tregua, esas tres grandes
tentaciones que rompen y dividen la imagen que Dios ha querido plasmar en
cada uno de nosotros.
Tres tentaciones que buscan
degradar, destruir y sacar de nuestras vidas la alegría y la frescura del
Evangelio. Estas tres tentaciones son: la «riqueza», la «vanidad» y –todavía
peor– el «orgullo» … Por eso, la Iglesia nos regala este tiempo de gracia
y nos invita a ser mejores, a partir de una sola certeza: Él nos está esperando
y quiere sanar nuestros corazones de todo lo que degrada, degradándose o degradando
a otros.
Su nombre es nuestra riqueza,
su nombre es nuestra fama, su nombre es nuestro poder y en su nombre, una
vez más, volvemos a decir con el salmo de este día: «Tú eres mi Dios y en
ti confío».
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 90, 15-16
Me invocará y yo lo escucharé;
lo libraré y lo glorificaré; prolongaré los días de su vida.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso,
que, por las prácticas anuales de esta celebración cuaresmal, progresemos
en el conocimiento del misterio de Cristo, y traduzcamos su efecto en una
conducta irreprochable. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de
los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Profesión de fe del pueblo escogido.]
Del libro del Deuteronomio 26, 4-10
En aquel tiempo, dijo Moisés
al pueblo: “Cuando presentes las primicias de tus cosechas, al sacerdote tomará
el cesto de tus manos y lo pondrá ante el altar del Señor, tu Dios. Entonces
tú dirás estas palabras ante el Señor, tu Dios: ‘Mi padre fue un arameo errante,
que bajó a Egipto y se estableció allí con muy pocas personas; pero luego
creció hasta convertirse en una gran nación, potente y numerosa.
Los egipcios nos maltrataron,
nos oprimieron y nos impusieron una dura esclavitud. Entonces clamamos al
Señor, Dios nuestro padre, y el Señor escuchó nuestra voz, miró nuestra humillación,
nuestros trabajos y nuestra angustia. El Señor nos sacó de Egipto con mano
poderosa y brazo protector, con un terror muy grande, entre señales y portentos;
nos trajo a este país y nos dio esta tierra, que mana leche y miel. Por eso
ahora yo traigo aquí las primicias de la tierra que tú, Señor, me has dado’.
Una vez que hayas dejado tus primicias ante el Señor, te postrarás ante él
para adorarlo”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 90
R/. Tú eres mi Dios y en ti confío.
Tú, que vives al amparo
del Altísimo y descansas a la sombra del todopoderoso, dile al Señor: “Tú
eres mi refugio y fortaleza; tú eres mi Dios y en ti confío”. R/.
No te sucederá desgracia
alguna, ninguna calamidad caerá sobre tu casa, pues el Señor ha dado a sus
ángeles la orden de protegerte a donde quiera que vayas. R/.
Los ángeles de Dios te llevarán
en brazos para que no te tropieces con las piedras, podrás pisar los escorpiones
y las víboras y dominaras las fieras. R/.
“Puesto que tú me conoces
y me amas, dice el Señor, yo te libraré y te pondré a salvo. Cuando tú me
invoques, yo te escucharé, y en tus angustias estaré contigo, te libraré de
ellas y te colmaré de honores”. R/.
SEGUNDA LECTURA
[Profesión de fe del que
cree en Jesucristo.]
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos 10, 8-13
Hermanos: La Escritura afirma:
Muy a tu alcance, en tu boca y en tu corazón, se encuentra la salvación, esto
es, el asunto de la fe que predicamos. Porque basta que cada uno declare con
su boca que Jesús es el Señor y que crea en su corazón que Dios lo resucitó
de entre los muertos, para que pueda salvarse.
En efecto, hay que creer
con el corazón para alcanzar la santidad y declarar con la boca para alcanzar
la salvación. Por eso dice la Escritura: Ninguno que crea en él quedará defraudado,
porque no existe diferencia entre judío y no judío, ya que uno mismo es el
Señor de todos, espléndido con todos los que lo invocan, pues todo el que
invoque al Señor como a su Dios, será salvado por él. Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 4
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
No sólo de pan vive el hombre,
sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios. R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[El Espíritu llevó a Jesús al desierto;
ahí lo tentó el demonio.]
Del santo Evangelio según san Lucas 4, 1-13
En aquel tiempo, Jesús,
lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán y conducido por el mismo Espíritu,
se internó en el desierto, donde permaneció durante cuarenta días y fue tentado
por el demonio.
No comió nada en aquellos
días, y cuando se completaron, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo:
“Si eres el Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan”. Jesús
le contestó: “Está escrito: No sólo de pan vive el hombre”.
Después lo llevó el diablo
a un monte elevado y en un instante le hizo ver todos los reinos de la tierra
y le dijo: “A mí me ha sido entregado todo el poder y la gloria de estos reinos,
y yo los doy a quien quiero. Todo esto será tuyo, si te arrodillas y me adoras”.
Jesús le respondió: “Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él sólo
servirás”.
Entonces lo llevó a Jerusalén,
lo puso en la parte más alta del templo y le dijo: “Si eres el Hijo de Dios,
arrójate desde aquí, porque está escrito: Los ángeles del Señor tienen órdenes
de cuidarte y de sostenerte en sus manos, para que tus pies no tropiecen con
las piedras”. Pero Jesús le respondió: “También está escrito: No tentarás
al Señor, tu Dios”. Concluidas las tentaciones, el diablo se retiró de él,
hasta que llegará la hora. Palabra
del Señor.
Se dice Credo.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Intercedamos ante la divina
clemencia, implorando su misericordia en favor de todos los hombres y suplicando
el perdón para cuantos hemos pecado:
Para
que, en este tiempo de Cuaresma, Dios conceda a todos los fieles la fuerza
necesaria para luchar contra el mal, convertirse de su mala conducta y retornar
al camino del bien, roguemos al Señor.
Para
que quienes abundan en bienes de la tierra sepan moderar el uso de sus propias
riquezas en provecho de los necesitados y no vivan absortos en los bienes
de este mundo, roguemos al Señor.
Para
que quienes se han alejado de la Iglesia a causa de nuestros escándalos o
de nuestra tibieza se reincorporen a la familia de Dios, y a nosotros el Señor
perdone nuestras faltas, roguemos al Señor.
Para
que nuestros corazones lleguen a ser –por medio de la penitencia cuaresmal–
aquella tierra fecunda en la que la Palabra de Dios produce fruto del ciento
por uno, roguemos al Señor.
Escucha, Señor, la voz de
tu Iglesia que, desde el desierto del mundo, te invoca y haz que –por medio
de la penitencia, la austeridad y la oración– podamos tener la fuerza para
vencer las tentaciones del Maligno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que nos
hagas dignos de estos dones que vamos a ofrecerte, ya que con ellos celebramos
el inicio de este venerable misterio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 4,4
No sólo de pan vive el hombre,
sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados, Señor, de este
pan celestial que nutre la fe, hace crecer la esperanza y fortalece la caridad,
te suplicamos la gracia de aprender a sentir hambre de aquel que es el pan
vivo y verdadero, y a vivir de toda palabra que procede de tu boca. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Derrama sobre tu pueblo,
Señor, la abundancia de tu bendición para que su esperanza crezca en la adversidad,
su virtud se fortalezca en la tentación, y alcance la redención eterna. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Feria de Cuaresma MR p. 202 y 885 [213
y 924] / Lecc. I p. 707
ANTÍFONA DE ENTRADA Cf. Sal 122, 2-3
Como los ojos de los servidores
están fijos en las manos de su señor, así miran nuestros ojos al Señor, nuestro
Dios, hasta que se apiade de nosotros. Ten piedad, Señor, ten piedad de nosotros.
ORACIÓN COLECTA
Conviértenos a ti, Dios
salvador nuestro, y, para que sean provechosas las prácticas cuaresmales,
instrúyenos con tus enseñanzas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos
de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Juzga a tu prójimo con justicia.]
Del libro del Levítico 19, 1-2. 11-18
En aquellos días, dijo el
Señor a Moisés: “Habla a la asamblea de los hijos de Israel y diles: ‘Sean
santos, porque yo, el Señor, soy santo. No hurtarán. No mentirán ni engañarán
a su prójimo. No jurarán en falso por mi nombre; eso sería profanar el nombre
de su Dios. Yo soy el Señor.
No oprimas ni explotes a
tu prójimo. No retengas hasta el día siguiente el salario del que trabaja
para ti. No maldigas al sordo, ni pongas tropiezos ante el ciego. Teme a tu
Dios. Yo soy el Señor. No seas injusto en la sentencia, ni por favorecer al
pobre ni por respeto al poderoso. Juzga con justicia a tu prójimo. No andes
calumniando a los tuyos ni des testimonio contra la vida de tu prójimo. Yo
soy el Señor.
No odies a tu hermano ni
en lo secreto de tu corazón. Trata de corregirlo, para que no cargues tú con
su pecado. No te vengues ni guardes rencor a los hijos de tu pueblo. Ama a
tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor’ “. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 18
R/. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
La ley del Señor es perfecta
del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del Señor y hacen
sabio al sencillo. R/.
En los mandamientos del
Señor hay rectitud y alegría para el corazón; son luz los preceptos del Señor
para alumbrar el camino. R/.
La voluntad del Señor es
santa y para siempre estable; los mandatos del Señor son verdaderos y enteramente
justos. R/.
Que te sean gratas las palabras
de mi boca y los anhelos de mi corazón. Haz, Señor, que siempre te busque,
pues eres mi refugio y salvación. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 2 Cor
6, 2
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Este es el tiempo favorable,
este es el día de la salvación. R/.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Cuando lo hicieron con el más insignificante
de mis hermanos, conmigo lo hicieron.]
Del santo Evangelio según san Mateo 25, 31-46
En aquel tiempo, Jesús dijo
a sus discípulos: “Cuando venga el Hijo del hombre, rodeado de su gloria,
acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Entonces
serán congregadas ante él todas las naciones, y él apartará a los unos de
los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a
las ovejas a su derecha y a los cabritos a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los
de su derecha: ‘Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado
para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron
de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve
desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme’.
Los justos le contestarán entonces: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y
te dimos de comer, sediento y
te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o desnudo
y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a ver?’
Y el rey les dirá: ‘Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante
de mis hermanos, conmigo lo hicieron’. Entonces dirá también a los de su izquierda:
‘Apártense de mí, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo
y sus ángeles; porque estuve hambriento y no me dieron de comer, sediento
y no me dieron de beber, era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo
y no me vistieron, enfermo y encarcelado y no me visitaron’.
Entonces ellos le responderán:
‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo
o encarcelado y no te asistimos?’ Y él les replicará: ‘Yo les aseguro que,
cuando no lo hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo
hicieron conmigo’. Entonces irán estos al castigo eterno y los justos a la
vida eterna”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: El “discurso escatológico” en el Evangelio de san Mateo
se concluye con la imponente descripción del Juicio Universal. En este ineludible
dictamen final los hombres serán juzgados de acuerdo a la Ley de Dios y, principalmente,
de acuerdo al «gran mandamiento del amor». El ayuno cuaresmal, al que estamos
todos invitados durante este tiempo de gracia, ha de ser una denuncia profética
de las inequidades que nacen del egoísmo. Este ayuno ha de expresar la inaplazable
solidaridad para con los prójimos, privilegiando a los más pobres y necesitados.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, las ofrendas
que te presentamos; que por obra de tu gracia, ellas
santifiquen nuestra vida y nos obtengan el perdón de nuestras culpas. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Cuaresma
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cf. Mt 25, 40.34
Les aseguro que cada vez
que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo, dice
el Señor. Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el reino que
les fue preparado desde el comienzo del mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre Santo, por la Eucaristía
que hemos recibido, concédenos experimentar la ayuda para el alma y el cuerpo;
y así, restaurado todo nuestro ser, alcancemos la plenitud de tu salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Te rogamos, Padre, que ilumines
la inteligencia de tu pueblo con la luz de tu gloria, para que veamos lo que
debemos hacer, y obremos siempre con rectitud. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado / Feria
De Cuaresma MR pp. 203 [214] / Lecc. I p. 710
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 89, 1-2
Señor, tú has sido nuestro
refugio de generación en generación. Desde siempre y para siempre tú eres
Dios.
ORACIÓN COLECTA
Mira, Señor, a tu familia
y concede que mientras afligimos nuestro cuerpo con la penitencia, nuestro
espíritu se vea iluminado por el deseo de estar cerca de ti. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Mi palabra hará mi voluntad.]
Del libro del profeta Isaías 55, 10-11
Esto dice el Señor: “Como
bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven allá, sino después de empapar
la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, a fin de que dé semilla para
sembrar y pan para comer, así será la palabra que sale de mi boca: no volverá
a mí sin resultado, sino que hará mi voluntad y cumplirá su misión”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 33
R/. El Señor libra al justo de todas sus angustias.
Proclamemos la grandeza
del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo
caso y me libró de todos mis temores. R/.
Confía en el Señor y saltarás
de gusto, jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor
de los pobres y los libra de todas sus angustias.
R/.
Los ojos del Señor cuidan
al justo y a su clamor están atentos sus oídos. Contra el malvado, en cambio,
está el Señor, para borrar de la tierra su recuerdo. R/.
Escucha el Señor al hombre
justo y lo libra de todas sus congojas. El Señor no está lejos de sus fieles
y levanta a las almas abatidas. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 4
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
No sólo de pan vive el hombre,
sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios. R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Ustedes oren así.]
Del santo Evangelio según san Mateo 6, 7-15
En aquel tiempo, Jesús dijo
a sus discípulos: “Cuando ustedes hagan oración no hablen mucho, como los
paganos, que se imaginan que a fuerza de mucho hablar,
serán escuchados. No los imiten, porque el Padre sabe lo que les hace falta,
antes de que se lo pidan. Ustedes, pues, oren así: Padre nuestro, que estás
en el cielo, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona
nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Si ustedes perdonan las
faltas a los hombres, también a ustedes los perdonará el Padre celestial.
Pero si ustedes no perdonan a los hombres, tampoco el Padre les perdonará
a ustedes sus faltas”. Palabra del Seño.
REFLEXIÓN: La palabra «Padre» –tan evidentemente familiar y confiada–
ilumina todo el estilo de orar de Jesús. Es la misma palabra que brotaba de
las infinitas profundidades del corazón del «Hijo», y que debe manifestar
la nueva realidad y el corazón renovado de los «hijos de Dios» por adopción.
Sabemos que cada vez que nos dirigimos a Dios Él es feliz de escucharnos.
La condición indispensable para ser atendidos es precisamente esta real e
insustituible confianza filial en el Señor. Confianza indisolublemente unida
al sincero deseo de vivir en paz con todos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Dios creador todopoderoso,
estos dones que hemos recibido de tu generosidad, y concédenos que los auxilios
temporales que nos das nos sirvan para la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 4, 2
Cuando te invoqué me escuchaste,
tú, Dios, defensor mío, y en la tribulación me consolaste; ten piedad de mí
y escucha mi oración.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor, por la
celebración de estos misterios, que, al esforzarnos por dominar los deseos
terrenales, aprendamos a amar las realidades celestiales. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Señor Dios, que tu bendición
fortalezca a tus fieles; que sea consuelo en su aflicción, paciencia en las
adversidades y protección en los peligros. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado / Feria
De Cuaresma MR p. 204 [215] / Lecc. I p. 712
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 24, 6. 3. 22
Recuerda, Señor, que tu
ternura y tu misericordia son eternas, y no permitas que nos derrote el enemigo.
Sálvanos, Dios de Israel, de todas nuestras angustias.
ORACIÓN COLECTA
Mira con bondad, Señor,
la devota entrega de tu pueblo y ya que con sus privaciones se empeña en dominar
su cuerpo, haz que con el fruto de sus buenas obras se fortalezca su alma.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Los habitantes de Nínive se arrepintieron
de su mala conducta.]
Del libro del profeta Jonás 3, 1-10
En aquellos días, el Señor
volvió a hablar a Jonás y le dijo: “Levántate
y vete a Nínive, la gran capital, para anunciar ahí el mensaje que te voy
a indicar”.
Se levantó Jonás y se fue
a Nínive, como le había mandado el Señor. Nínive era una ciudad enorme: hacían
falta tres días para recorrerla. Jonás caminó por la ciudad durante un día,
pregonando: “Dentro de cuarenta días Nínive será destruida”. Los ninivitas
creyeron en Dios, ordenaron un ayuno y se vistieron de sayal, grandes y pequeños.
Llegó la noticia al rey de Nínive, que se levantó del trono, se quitó el manto,
se vistió de sayal, se sentó sobre ceniza y en nombre suyo y de sus ministros,
mandó proclamar en Nínive el siguiente decreto: “Que hombres y animales, vacas
y ovejas, no prueben bocado, que no pasten ni beban; que todos se vistan de
sayal e invoquen con fervor a Dios y que cada uno se arrepienta de su mala
vida y deje de cometer injusticias. Quizá Dios se arrepienta y nos perdone,
aplaque el incendio de su ira y así no moriremos”.
Cuando Dios vio sus obras
y cómo se convertían de su mala vida, cambió de parecer y no les mandó el
castigo que había determinado imponerles. Palabra
de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 50
R/. A un corazón contrito, Señor, no lo desprecias.
Por tu inmensa compasión
y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de
todos mis delitos y purifícame de mis pecados. R/.
Crea en mí, Señor, un corazón
puro, un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos. No me arrojes, Señor,
lejos de ti, ni retires de mí tu santo espíritu. R/.
Tú, Señor, no te complaces
en los sacrificios y si te ofreciera un holocausto, no te agradaría. Un corazón
contrito te presento y a un corazón contrito, tú nunca lo desprecias. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Joel 2, 12-13
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Todavía es tiempo, dice
el Señor. Arrepiéntanse de todo corazón y vuélvanse a mí, que soy compasivo
y misericordioso. R/. Honor y gloria
a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[A la gente de este tiempo no se le dará
otra señal que la del profeta Jonás.]
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 29-32
En aquel tiempo, la multitud
se apiñaba alrededor de Jesús y éste comenzó a decirles: “La gente de este
tiempo es una gente perversa. Pide una señal, pero no se le dará más señal
que la de Jonás.
Pues así como Jonás fue una señal para los habitantes de
Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para la gente de este tiempo.
Cuando sean juzgados los
hombres de este tiempo, la reina del sur se levantará el día del juicio para
condenarlos, porque ella vino desde los últimos rincones de la tierra para
escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.
Cuando sea juzgada la gente
de este tiempo, los hombres de Nínive se levantarán el día del juicio para
condenarla, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí
hay uno que es más que Jonás”. Palabra
del Señor.
REFLEXIÓN: En su momento el profeta Jonás exhorta a Israel a no
replegarse en sí mismo, a no cerrarse en su propia historia o tradición, creyéndose
la única y exclusiva comunidad de los salvados. Como con su predicación Jonás
fue una elocuente «señal» los habitantes de Nínive, así Jesús proclama ser
«signo» supremo de la acción misericordiosa de Dios para quienes se abran
a su mensaje. El exigir milagros aparatosos por parte de sus adversarios para
aceptar la verdad de la fe, no es sino un pretexto más para, permanecer irremediablemente
anclados en su incredulidad.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te ofrecemos, Señor, estos
dones que tú mismo nos has dado, para consagrarlos a ti; y concede que, así
como los vas a convertir para nuestro bien en sacramento, así también se conviertan
para nosotros en remedio de eternidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 5, 12
Que se alegren, Señor, cuantos
en ti confían, que se regocijen eternamente porque tú estás con ellos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, que no cesas
de nutrirnos con tus sacramentos, concédenos que al permitir que los recibamos
como alimento, nos obtengan la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Protege, Señor, a tu pueblo
y purifícalo bondadosamente de todos sus pecados, porque ninguna adversidad
podrá hacerle daño, si ninguna maldad llega a dominarlo. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Morado Feria
De Cuaresma MR p. 205 [216] / Lecc. I p. 714
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 5, 2-3
Señor, escucha mis palabras,
atiende mi lamento, haz caso de mi voz suplicante, Rey mío y Dios mío.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, una constante
disposición a pensar con rectitud y a practicar el bien con mayor diligencia;
y puesto que no podemos existir sin ti, haz que vivamos como fieles discípulos
tuyos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[No tengo otro defensor más que tú, Señor.]
Del libro de Ester 4, 17
En aquellos días, la reina
Ester, ante el mortal peligro que amenazaba a su pueblo, buscó refugio en
el Señor y se postró en tierra con sus esclavas, desde la mañana hasta el
atardecer. Entonces suplicó al Señor, diciendo: “Dios de Abraham, Dios de
Isaac, Dios de Jacob, ¡bendito seas! Protégeme, porque estoy sola y no tengo
más defensor que tú, Señor, y voy a jugarme la vida. Señor, yo sé, por los
libros que nos dejaron nuestros padres, que tú siempre salvas a los que te
son fieles. Ayúdame ahora a mí, porque no tengo a nadie más que a ti, Señor
y Dios mío. Ayúdame, Señor, pues estoy desamparada. Pon en mis labios palabras
acertadas, cuando esté en presencia del león y haz que yo le agrade, para
que su corazón se vuelva en contra de nuestro enemigo, para ruina de éste
y de sus cómplices. Con tu poder, Señor, líbranos de nuestros enemigos. Convierte
nuestro llanto en alegría y haz que nuestros sufrimientos nos obtengan la
vida”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 137
R/. De todo corazón te damos gracias, Señor.
De todo corazón te damos
gracias, Señor, porque escuchaste nuestros ruegos. Te cantaremos delante de
tus ángeles, te adoraremos en tu templo. R/.
Señor, te damos gracias
por tu lealtad y por tu amor: siempre que te invocamos nos oíste y nos llenaste
de valor. R/.
Que todos los reyes de la
tierra te reconozcan, al escuchar tus prodigios. Que alaben tus caminos, porque
tu gloria es inmensa. R/.
Tu mano, Señor, nos pondrá
a salvo, y así concluirás en nosotros tu obra. Señor, tu amor perdura eternamente;
obra tuya soy, no me abandones. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 50, 12. 14
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Crea en mí, Señor, un corazón
puro y devuélveme tu salvación, que regocija. R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Todo el que pide, recibe.]
Del santo Evangelio según san Mateo 7, 7-12
En aquel tiempo, Jesús dijo
a sus discípulos: “Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; toquen y se
les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al
que toca, se le abre.
¿Hay acaso entre ustedes
alguno que le dé una piedra a su hijo, si éste le pide pan? Y si le pide pescado,
¿le dará una serpiente? Si ustedes, a pesar de ser malos, saben dar cosas
buenas a sus hijos, con cuanto mayor razón el Padre, que está en los cielos,
dará cosas buenas a quienes se las pidan.
Traten a los demás como
quieren que ellos los traten a ustedes. En esto se resumen la ley y los profetas”.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: Jesús hace una sorprendente promesa: toda plegaria será
escuchada en el momento oportuno. Él nos invita luego a orar al Padre «que
está en los cielos» creyendo firmemente en Él y poniéndonos en sus manos con
ilimitada confianza. Si un niño pide con sencillez a su padre y obtiene lo
que necesita, con mayor razón lo conseguiremos nosotros, si nos dirigimos
a quien es infinitamente poderoso y bueno para con quienes lo invocan con
sinceridad. Esta bondad suya es una invitación a ser tan buenos como Él, poniendo
en práctica la “regla de oro” en el trato con nuestros semejantes.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Muéstrate propicio, Señor,
a los deseos de quienes te invocan y, al tiempo en que recibes las ofrendas
y súplicas de tu pueblo, convierte hacia ti nuestros corazones. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 7, 8
Todo el que pide, recibe;
el que busca, encuentra; y al que
toca, se le abre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Señor Dios nuestro,
que este santo sacramento, que nos has concedido recibir para afianzar nuestra
conversión, nos sirva de remedio, ahora y siempre. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Descienda tu anhelada misericordia,
Señor, sobre quienes te invocan, y concédeles con generosidad divina la gracia
de saber lo que deben pedir para obtener lo que imploran. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Morado / Feria
De Cuaresma MR p. 206 [217] / Lecc. I p. 717
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal
24, 17-18
Sálvame, Señor, de todas
mis angustias. Mira mi pequeñez y mis fatigas, y perdona todos mis pecados.
ORACIÓN COLECTA
Concede, Señor, a tus fieles
cumplir debidamente las prácticas de preparación a la Pascua, para que la
mortificación corporal, a la que solemnemente nos comprometimos, nos sirva
a todos para provecho de nuestras almas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[¿Acaso quiero yo la muerte del pecador
y no más bien que enmiende su conducta y viva?]
Del libro del profeta Ezequiel 18, 21-28
Esto dice el Señor: “Si
el pecador se arrepiente de los pecados cometidos, guarda mis preceptos y
practica la rectitud y la justicia, ciertamente vivirá y no morirá; no me
acordaré de los delitos que cometió; vivirá a causa de la justicia que practicó.
¿Acaso quiero yo la muerte del pecador, dice el Señor, y no más bien que enmiende
su conducta y viva?
Si el justo se aparta de
su justicia y comete maldad, no se recordará la justicia que hizo. Por la
iniquidad que perpetró, por el pecado que cometió, morirá. Y si dice: ‘No
es justo el proceder del Señor’, escucha, casa de Israel: ¿Conque es injusto
mi proceder?
¿No es más bien el proceder
de ustedes el injusto? Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la
maldad y muere; muere por la maldad que cometió. Cuando el pecador se arrepiente
del mal que hizo y practica la rectitud y la justicia, él mismo salva su vida.
Si recapacita y se aparta de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no
morirá”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 129
R/. Perdónanos, Señor, y viviremos.
Desde el abismo de mis pecados
clamo a ti; Señor, escucha mi clamor; que estén atentos tus oídos a mi voz
suplicante. R/.
Si conservaras el recuerdo
de las culpas, ¿quién habría, Señor, que se salvara? Pero de ti procede el
perdón, por eso con amor te veneramos. R/.
Confío en el Señor, mi alma
espera y confía en su palabra; mi alma aguarda al Señor, mucho más que a la
aurora el centinela. R/.
Como aguarda a la aurora
el centinela, aguarde Israel al Señor, porque del Señor viene la misericordia
y la abundancia de la redención, y él redimirá a su pueblo de todas sus iniquidades.
R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Ez 18, 31
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Purifíquense de todas sus
iniquidades; renueven su corazón y su espíritu, dice el Señor. R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Ve primero a reconciliarte con tu hermano.]
Del santo Evangelio según san Mateo 5, 20-26
En aquel tiempo, Jesús dijo
a sus discípulos: “Les aseguro que si su justicia
no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente no entrarán ustedes
en el Reino de los cielos.
Han oído ustedes que se
dijo a los antiguos: No matarás y el que mate será llevado ante el tribunal.
Pero yo les digo: Todo el que se enoje con su hermano, será llevado también
ante el tribunal; el que insulte a su hermano, será llevado ante el tribunal
supremo, y el que lo desprecie, será llevado al fuego del lugar de castigo.
Por lo tanto, si cuando
vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano
tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al altar y ve primero
a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar tu ofrenda.
Arréglate pronto con tu
adversario, mientras vas con él por el camino; no sea que te entregue al juez,
el juez al policía y te metan a la cárcel. Te aseguro que no saldrás de ahí
hasta que hayas pagado el último centavo”. Palabra
del Señor.
REFLEXIÓN: Jesús
afirma que, para ser parte de la verdadera y nueva «justicia» que Él nos exige,
es necesario trascender la de los escribas y fariseos. Para entrar en el Reino
de Dios es indispensable una más plena probidad. El mandamiento: «No matarás»,
viene confirmado e interiorizado por medio de la condena de la ira y el deber
de la reconciliación antes de acercarnos al altar. Como cristianos hemos de
buscar conformar siempre a la Ley de Dios nuestra vida exterior, pero sin
desentenderse de lo interior, es decir, de nuestros pensamientos, sentimientos
y deseos más íntimos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe con agrado, Señor,
las ofrendas con que tú quisiste reconciliarnos contigo, y con la fuerza de
tu amor devuélvenos la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Ez 33, 11
Tan cierto como que yo vivo,
dice el Señor, no quiero la muerte del pecador, sino que se convierta y viva.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la santa recepción de
tu sacramento, Señor, nos renueve y, purificados de las antiguas culpas, nos
lleve a tomar parte en el misterio de la salvación. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Mira, Señor, con benevolencia
a tu pueblo, y concédele que las prácticas cuaresmales exteriores realicen
su transformación interior. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado / Feria
De Cuaresma MR p. 207 [218] / Lecc. I p. 719
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal
18, 8
La ley del Señor es perfecta
y reconforta los corazones; el testimonio del Señor es veraz y vuelve sabios
a los sencillos.
ORACIÓN COLECTA
Convierte a ti, Padre eterno,
nuestros corazones, para que, buscando siempre lo único necesario y poniendo
en práctica las obras de caridad, nos concedas permanecer dedicados a tu servicio.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Serás un pueblo consagrado al Señor, tu
Dios.]
Del libro del Deuteronomio 26, 16-19
En aquel tiempo, habló Moisés
al pueblo y le dijo: “El Señor, tu Dios, te manda hoy que cumplas estas leyes
y decretos; guárdalos, por lo tanto, y ponlos en práctica con todo tu corazón
y con toda tu alma.
Hoy has oído al Señor declarar
que él será tu Dios, pero sólo si tú caminas por sus sendas, guardas sus leyes,
mandatos y decretos, y escuchas su voz.
Hoy el Señor te ha oído
declarar que tú serás el pueblo de su propiedad, como él te lo ha prometido,
pero sólo si guardas sus mandamientos. Por eso él te elevará en gloria, renombre
y esplendor, por encima de todas las naciones que ha hecho y tú serás un pueblo
consagrado al Señor, tu Dios, como él te lo ha prometido”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 118
R/. Dichoso el que cumple la voluntad del Señor.
Dichoso el hombre de conducta
intachable, que cumple la ley del Señor. Dichoso el que es fiel a sus enseñanzas
y lo busca de todo corazón. R/.
Tú, Señor, has dado tus
preceptos para que se observen exactamente. Ojalá que mis pasos se encaminen
al cumplimiento de tus mandamientos. R/.
Te alabaré con sincero corazón,
cuando haya aprendido tus justos mandamientos. Quiero cumplir tu ley exactamente.
Tú, Señor, no me abandones. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 2 Cor
6, 2
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Este es el tiempo favorable,
este es el día de la salvación. R/.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Sean perfectos, como su Padre celestial
es perfecto.]
Del santo Evangelio según san Mateo 5, 43-48
En aquel tiempo, Jesús dijo
a sus discípulos: “Han oído ustedes que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a
tu enemigo. Yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a
los que los odian y rueguen por los que los persiguen y calumnian, para que
sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol sobre los buenos y
los malos, y manda su lluvia sobre los justos y los injustos.
Porque, si ustedes aman
a los que los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen eso mismo los publicanos?
Y si saludan tan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen
eso mismo los paganos? Sean, pues, perfectos como su Padre celestial es perfecto”.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: El
amor cristiano revela aquí su más alta y exigente dimensión. Jesús nos invita
a superar los límites de la mera «justicia» para elevarnos a la inalcanzable
imitación del Padre celestial, que nos ama sin distinciones ni medidas. El
ejercicio de la caridad evangélica no es algo fácil y, en realidad, requiere
un verdadero heroísmo. En la práctica llega al extremo de amar, de hacer el
bien e incluso de orar por quienes nos odian, nos persiguen o dicen ser nuestros
enemigos. Es este el más meritorio de los ayunos, el «ayuno del corazón» (Cfr.
Jl 2, 12; Jon 3, 7).
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Señor, que,
por la gracia de este santo sacramento, seamos dignos de alcanzar la conversión.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 5, 48
Sean perfectos, como su
Padre celestial es perfecto, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Acompaña, Señor, con eterna
benevolencia a tu pueblo, al que fortaleces con estos divinos misterios, y,
ya iluminado con tus celestiales enseñanzas, acompáñalo con el consuelo de
tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Fortalezca, Señor Dios,
a tus fieles tu anhelada bendición, para que nunca nos apartemos de tu voluntad
y nos alegremos siempre de tus beneficios. Por Jesucristo, nuestro Señor.
II DOMINGO DE CUARESMA
Una «experiencia» transformadora…
El contexto que precede
a la Transfiguración del Señor – al igual que en san Mateo y en san Marcos–
es, por supuesto, el escándalo y el desánimo que produce en el grupo de los
Apóstoles el anuncio que Jesús les hace de su pasión y de su muerte, así como
las condiciones que les propone para seguirlo. Pero el relato en san Lucas
tiene un matiz peculiar y exclusivo: el ambiente de oración personal de Cristo
en su comunicación con el Padre… En ese singular contacto filial con Dios
sobreviene su inusitada transformación, que hace brillar en su rostro la gloria
de su divinidad y en su destino su categoría de «Elegido», de «Hijo amado
del Padre», presagiando con ello la luz de su inminente resurrección. Al bajar
del monte una nueva energía inundaría sin duda su porte, así como el corazón
de sus discípulos, para seguirlo en esa demandante marcha hacia Jerusalén,
la ciudad que «mataba a los profetas».
La oración, como la fe,
no puede quedar en el plano meramente conceptual, sino que ha de convertirse
en vivencia personal. Solamente ejercitándola se posee, y viviéndola se comprende.
Por eso debemos crecer siempre en la oración, al igual que en la fe… Para
captar el misterio de lo indecible y después testimoniarlo a los hombres,
nuestros hermanos, necesitamos saber «subir a la montaña», sin querer por
eso –como lo quería Pedro– instalarnos en nuestra propia y egoísta comodidad…
Necesitamos el contacto con Dios para responder satisfactoriamente a nuestra
vocación y para realizarnos como seguidores de Jesús, a quien demostramos
«haber escuchado» primero en lo profundo de nuestro ser. Igual que en la vida
de Jesús, la oración lo ha de ser todo en nuestra vida: comunicación personal
con Dios, experiencia de nuestra identidad y de nuestra condición filial.
No hay cristiano, no hay
apóstol, no hay testigo, sin oración personal y comunitaria. Hemos de aprender
el equilibrio y la unión entre la acción y la contemplación… Para que Cristo
«transforme nuestro cuerpo miserable en un cuerpo glorioso, semejante al suyo»
(segunda lectura) hemos de estar atentos a su escucha y unidos a Él por la
oración… La Transfiguración del Señor nos impulsa en una doble dirección:
mostrar su rostro a los demás, superando nuestros muchos y enquistados egoísmos,
y –al mismo tiempo– descubrirlo en nuestros hermanos necesitados con un amor
comprometido y solidario, mientras caminamos hacia la Pascua por la renovación
de nuestra Alianza con Dios por el bautismo y los demás sacramentos.
MR p. 208 [220] / Lecc.
I p. 294. LH Semana II del Salterio.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 26, 8-9
Mi corazón me habla de ti
diciendo: “Busca su rostro”. Tu faz estoy buscando, Señor; no me escondas
tu rostro.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que nos mandaste
escuchar a tu Hijo muy amado, dígnate alimentarnos íntimamente con tu palabra,
para que, ya purificada nuestra mirada interior, nos alegremos en la contemplación
de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Dios hace una alianza con Abram.]
Del libro del Génesis 15, 5-12. 17-18
En aquellos días, Dios sacó
a Abram de su casa y le dijo: “Mira el cielo y cuenta las estrellas, si puedes”.
Luego añadió: “Así será tu descendencia”.
Abram creyó lo que el Señor
le decía y, por esa fe, el Señor lo tuvo por justo. Entonces le dijo: “Yo
soy el Señor, el que te sacó de Ur, ciudad de los
caldeos, para entregarte en posesión esta tierra”. Abram replicó: “Señor Dios,
¿cómo sabré que voy a poseerla?” Dios le dijo: “Tráeme una ternera, una cabra
y un carnero, todos de tres años; una tórtola y un pichón”.
Tomó Abram aquellos animales,
los partió por la mitad y puso las mitades una enfrente de la otra, pero no
partió las aves.
Pronto comenzaron los buitres
a descender sobre los cadáveres y Abram los ahuyentaba.
Estando ya para ponerse
el sol, Abram cayó en un profundo letargo, y un terror intenso y misterioso
se apoderó de él.
Cuando se puso el sol, hubo
densa oscuridad y sucedió que un brasero humeante y una antorcha encendida,
pasaron por entre aquellos animales partidos.
De esta manera hizo el Señor,
aquel día, una alianza con Abram, diciendo: “A tus descendientes doy esta
tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río Éufrates”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 26
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi
salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién podrá hacerme temblar? R/.
Oye, Señor, mi voz y mis
clamores y tenme compasión; el corazón me dice que te busque y buscándote
estoy. R/.
No rechaces con cólera a
tu siervo, tú eres mi único auxilio; no me abandones ni me dejes solo, Dios
y salvador mío. R/.
La bondad del Señor espero
ver en esta misma vida. Ármate de valor y fortaleza y en el Señor confía.
R/.
Lo que va
entre [ ] puede ser omitido por motivos pastorales
SEGUNDA LECTURA
[Cristo transformará nuestro cuerpo miserable
en un cuerpo glorioso, semejante al suyo.]
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses 3,
17–4, 1
Hermanos: [Sean todos ustedes
imitadores míos y observen la conducta de aquellos que siguen el ejemplo que
les he dado a ustedes. Porque, como muchas veces se lo he dicho a ustedes,
y ahora se lo repito llorando, hay muchos que viven como enemigos de la cruz
de Cristo. Esos tales acabarán en la perdición, porque su dios es el vientre,
se enorgullecen de lo que deberían avergonzarse y sólo piensan en cosas de
la tierra.]
Nosotros, [en cambio,] somos
ciudadanos del cielo, de donde esperamos que venga nuestro salvador, Jesucristo.
Él transformará nuestro cuerpo miserable en un cuerpo glorioso, semejante
al suyo, en virtud del poder que tiene para someter a su dominio todas las
cosas.
Hermanos míos, a quienes
tanto quiero y extraño: ustedes, hermanos míos amadísimos, que son mi alegría
y mi corona, manténganse fieles al Señor. Palabra
de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mc 9, 7
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
En el esplendor de la nube
se oyó la voz del Padre, que decía: “Este es mi Hijo amado: escúchenlo”. R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto.]
Del santo Evangelio según san Lucas 9, 28b-36
En aquel tiempo, Jesús se
hizo acompañar de Pedro, Santiago y Juan, y subió a un monte para hacer oración.
Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se hicieron blancas
y relampagueantes. De pronto aparecieron conversando con él dos personajes,
rodeados de esplendor: eran Moisés y Elías. Y hablaban de la muerte que le
esperaba en Jerusalén.
Pedro y sus compañeros estaban
rendidos de sueño; pero, despertándose, vieron la gloria de Jesús y de los
que estaban con él. Cuando éstos se retiraban, Pedro le dijo a Jesús: “Maestro,
sería bueno que nos quedáramos aquí y que hiciéramos tres chozas: una para
ti, una para Moisés y otra para Elías”, sin saber lo que decía.
No había terminado de hablar,
cuando se formó una nube que los cubrió; y ellos, al verse envueltos por la
nube, se llenaron de miedo.
De la nube salió una voz
que decía: “Este es mi Hijo, mi escogido; escúchenlo”. Cuando cesó la voz,
se quedó Jesús solo.
Los discípulos guardaron
silencio y por entonces no dijeron a nadie nada de lo que habían visto. Palabra del Señor.
Se dice Credo.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Oremos al Padre de la misericordia
–árbitro de nuestros actos y Dios que escudriña lo profundo de nuestros corazones–
y pidámosle que escuche la oración de su pueblo:
Para
que Dios conceda a sus fieles vivir estos días de Cuaresma con verdadero espíritu
de penitencia y prepararse a celebrar con fruto el sacramento del perdón,
roguemos al Señor.
Para
que quienes se han apartado del camino del bien y han muerto a causa del pecado
escuchen en estos días la voz del Hijo de Dios y vivan, roguemos al Señor.
Para
que Dios inspire sentimientos de caridad a los que tienen riquezas y multiplique
los bienes de la tierra en bien de todos, roguemos al Señor.
Para
que la penitencia cuaresmal aleje de nosotros el amor desordenado a los bienes
visibles y sane nuestra aridez espiritual con el deseo de los bienes del cielo,
roguemos al Señor.
Dios grande y fiel, que
muestras tu rostro a los que te buscan con sincero corazón, fortalece nuestra
fe en el misterio de la cruz y concédenos un corazón dócil, para que –adhiriéndonos
a tu voluntad– escuchemos siempre la voz de tu Hijo. Él, que vive y reina
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Señor, que estos
dones borren nuestros pecados y santifiquen el cuerpo y el alma de tus fieles,
para celebrar dignamente las fiestas pascuales. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 17, 5
Éste es mi Hijo muy amado,
en quien tengo puestas mis complacencias; escúchenlo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al recibir, Señor, este
glorioso sacramento, queremos darte gracias de todo corazón porque así nos
permites, desde este mundo, participar ya de los bienes del cielo. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Bendice, Señor, a tus fieles
con una bendición perpetua, y haz que de tal manera acojan el Evangelio de
tu Hijo, que puedan debida y felizmente desear y alcanzar la gloria que él
manifestó a los apóstoles. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado / Feria
De Cuaresma o Conmemoración de SAN PATRICIO, Obispo MR p. 210 y 699 [222 y
706] / Lecc. I p. 721
Nació en Inglaterra hacia
el 385. Consagró su vida a la evangelización de Irlanda. Su oración y penitencia
eran asombrosas, y a ellas juntaba un sentido grande de la realidad, que lo
capacitó para adaptar su apostolado a las condiciones sociales y políticas
de los celtas. Ya consagrado obispo, plantó en forma definitiva la Iglesia
en toda la isla (+ hacia 461).
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal
25, 11-12
Sálvame, Señor, y ten misericordia
de mí. Mi pie se mantiene en el camino recto, en la asamblea bendeciré al
Señor.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que enviaste
al obispo san Patricio para evangelizar a los pueblos de Irlanda, por sus
méritos e intercesión concede, a quienes nos gloriamos del nombre cristiano,
anunciar siempre tus maravillas a los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Hemos pecado, Señor, hemos cometido iniquidades.]
Del libro del profeta Daniel 9, 4b-10
En aquellos días, imploré
al Señor, mi Dios, y le hice esta confesión: “Señor Dios, grande y temible,
que guardas la alianza y el amor a los que te aman y observan tus mandamientos.
Nosotros hemos pecado, hemos cometido iniquidades, hemos sido malos, nos hemos
rebelado y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus normas. No hemos
hecho caso a los profetas, tus siervos, que hablaban a nuestros reyes, a nuestros
príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo.
Tuya es, Señor, la justicia,
y nuestra la vergüenza en el rostro, que ahora soportan los hombres de Judá,
los habitantes de Jerusalén y de todo Israel, próximos y lejanos, en todos
los países donde tú los dispersaste, a causa de las infidelidades que cometieron
contra ti.
Señor, la vergüenza es nuestra,
de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres, porque hemos
pecado contra ti.
De nuestro Dios, en cambio,
es el tener misericordia y perdonar, aunque nos hemos rebelado contra él,
y al no seguir las leyes que él nos había dado por medio de sus siervos, los
profetas, no hemos obedecido su voz”. Palabra
de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 78
R/. No nos trates, Señor, como merecen nuestros pecados.
No recuerdes, Señor, contra
nosotros las culpas de nuestros padres. Que tu amor venga pronto a socorrernos,
porque estamos totalmente abatidos. R/.
Para que sepan quién eres,
socórrenos, Dios y salvador nuestro. Para que sepan quién eres, sálvanos y
perdona nuestros pecados. R/.
Que lleguen hasta ti los
gemidos del cautivo; con tu brazo poderoso salva a los condenados a muerte.
Y nosotros, pueblo tuyo y ovejas de tu rebaño, te daremos gracias siempre
y de generación en generación te alabaremos. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 6, 63. 68
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Tus palabras, Señor, son
espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna. R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Perdonen y serán perdonados.]
Del santo Evangelio según san Lucas 6, 36-38
En aquel tiempo, Jesús dijo
a sus discípulos: “Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso.
No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen
y serán perdonados.
Den y se les dará: recibirán
una medida buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los pliegues de su
túnica. Porque con la misma medida con que midan, serán medidos”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: El
Reino de Dios inicia el día en que se anuncia que Dios es Padre misericordioso.
Esta misericordia hecha cercana en la persona de Jesús, nos exige lo mismo
a sus seguidores. La vida cristiana consiste, esencialmente, en la imitación
de la infinita e inagotable generosidad de este Padre. En la medida en que
practiquemos con quienes nos rodean este perdón misericordioso, en esa misma
nosotros también seremos perdonados. De la relación que seamos capaces de
establecer con Dios, vendrá luego la fuerza para estar disponibles al servicio
de nuestros semejantes.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe benignamente, Señor,
nuestras plegarias y libra de las seducciones terrenas a quienes has llamado
a servirte en estos celestiales misterios. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc
6, 36
Sean misericordiosos, como
su Padre es misericordioso, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta comunión, Señor,
nos limpie de pecado y nos haga
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Fortalece, Señor, los corazones
de tus fieles y afiánzalos con
Morado Feria
De Cuaresma MR p. 211 y 690 [223 y 706] / Lecc.
I p. 723
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal
12, 4-5
Da luz a mis ojos, Señor,
para que no caiga en el sueño de la
muerte; para que no diga
el enemigo: He triunfado sobre él.
ORACIÓN COLECTA
Señor, guarda con amor constante
a tu Iglesia, y ya que la naturaleza humana es frágil sin ti, presérvanos
siempre del mal y llévanos por las sendas de la salvación. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Aprendan a hacer el bien; busquen la justicia.]
Del libro del profeta Isaías 1, 10. 16-20
Oigan la palabra del Señor,
príncipes de Sodoma; escucha la enseñanza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra:
“Lávense y purifíquense; aparten de mi vista sus malas acciones. Dejen de
hacer el mal, aprendan a hacer el bien, busquen la justicia, auxilien al oprimido,
defiendan los derechos del huérfano y la causa de la viuda.
Vengan, pues, y discutamos,
dice el Señor. Aunque sus pecados sean rojos como la sangre, quedarán blancos
como la nieve. Aunque sean encendidos como la púrpura, vendrán a ser como
blanca lana. Si son ustedes dóciles y obedecen, comerán los frutos de la tierra.
Pero si se obstinan en la rebeldía, la espada los devorará”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 49
R/. Muéstranos, Señor, el camino de la salvación.
No voy a reclamarte sacrificios,
dice el Señor, pues siempre están ante mí tus holocaustos. Pero ya no aceptaré
becerros de tu casa, ni cabritos de tus rebaños. R/.
¿Por qué citas mis preceptos
y hablas a toda hora de mi pacto, tú que detestas la obediencia y echas en
saco roto mis mandatos? R/.
Tú haces esto, ¿y yo tengo
que callarme? ¿Crees acaso que yo soy como tú? No, yo te reprenderé y te echaré
en cara tus pecados. Quien las gracias me da, ése me honra y yo salvaré al
que cumple mi voluntad. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Ez 18, 31
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Purifíquense de todas sus
iniquidades; renueven su corazón y su espíritu, dice el Señor. R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Los fariseos dicen una cosa y hacen otra.]
Del santo Evangelio según san Mateo 23, 1-12
En aquel tiempo, Jesús dijo
a las multitudes y a sus discípulos: “En la cátedra de Moisés se han sentado
los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten
sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y
difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos
ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente.
Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros
lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta
que los saluden en las plazas y que la gente los llame ‘maestros’.
Ustedes, en cambio, no dejen
que los llamen ‘maestros’, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes
son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen ‘padre’, porque el
Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar ‘guías’, porque
el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea
su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla
será enaltecido”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: La
tensión que se ha creado entre Jesús y los líderes del pueblo –en especial
con los escribas y fariseos– prepara la inminente historia de su dolorosa
pasión. San Mateo nos reporta aquí este enfrentamiento como una incisiva catequesis
acerca de la «hipocresía». Ella seguirá siendo siempre una poderosa y sutil
tentación para los humanos. Todos corremos el peligro de la vanidad, de la
ostentación y de la pretensión de querer observar la Ley de Dios para ser
vistos y alabados. El Señor, sin embargo, reserva su recompensa a los que
hacen el bien por amor y sin buscar engañosos reconocimientos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Reconciliados contigo por
estos misterios, Señor, realiza a favor nuestro tu obra santificadora, que
nos purifique de nuestras pasiones terrenas y nos lleve a disfrutar los bienes
celestiales. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 9, 2-3
Proclamaré todas tus maravillas;
me alegraré y exultaré contigo y entonaré salmos a tu nombre, Dios Altísimo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la participación en
tu mesa sagrada, Señor, nos conceda crecer en santidad, y nos obtenga el auxilio
continuo de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Favorece, Señor, los ruegos
de tus fieles y sana las debilidades de su alma, para que, recibido tu perdón,
se alegren siempre con tu bendición. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Solemnidad de San José, Esposo de la Virgen María
Blanco MR p. 690 [707] / Lecc. I p. 1002
Su misión en esta vida consistió
en velar por Jesús “haciendo las veces de padre” (prefacio). Pero el Señor
ha querido que la cabeza de la Sagrada Familia siga cumpliendo la misma función
con la Iglesia, que es el cuerpo de Cristo. María es madre de la Iglesia;
san José, el protector.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr.
Lc 12, 42
Éste es el siervo fiel y
prudente, a quien el Señor puso al frente de su familia.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, que quisiste
poner bajo la protección de san José el nacimiento y la infancia de nuestro
Redentor, concédele a tu Iglesia proseguir y llevar a término, bajo su patrocinio,
la obra de la redención humana. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos
de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[El Señor Dios le dará el trono de David, su padre.]
Del segundo libro de Samuel 7, 4-5. 12-14. 16
En aquellos días, el Señor
le habló al profeta Natán y le dijo: “Ve y dile a mi siervo David que el Señor
le manda decir esto: ‘Cuando tus días se hayan cumplido y descanses para siempre
con tus padres, engrandeceré a tu hijo, sangre de tu sangre, y consolidaré
su reino.
Él me construirá una casa
y yo consolidaré su trono para siempre. Yo seré para él un padre y él será
para mí un hijo. Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí, y tu
trono será estable eternamente’”. Palabra
de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 88
R/. Su descendencia perdurará eternamente.
Proclamaré sin cesar la
misericordia del Señor y daré a conocer que su fidelidad es eterna, pues el
Señor ha dicho: “Mi amor es para siempre y mi lealtad, más firme que los cielos.
R/.
Un juramento hice a David,
mi servidor, una alianza pacté con mi elegido: ‘Consolidaré tu dinastía para
siempre y afianzaré tu trono eternamente’. R/.
Él me podrá decir: ‘Tú eres
mi padre, el Dios que me protege y que me salva’. Yo jamás le retiraré mi
amor ni violaré el juramento que le hice”. R/.
SEGUNDA LECTURA
[Esperando contra toda esperanza, Abraham creyó.]
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos 4, 13.
1618. 22
Hermanos: La promesa que
Dios hizo a Abraham y a sus descendientes, de que ellos heredarían el mundo,
no dependía de la observancia de la ley, sino de la justificación obtenida
mediante la fe.
En esta forma, por medio
de la fe, que es gratuita, queda asegurada la promesa para todos sus descendientes,
no sólo para aquellos que cumplen la ley, sino también para todos los que
tienen la fe de Abraham. Entonces, él es padre de todos nosotros, como dice
la Escritura: Te he constituido padre de todos los pueblos.
Así pues, Abraham es nuestro
padre delante de aquel Dios en quien creyó y que da la vida a los muertos
y llama a la existencia a las cosas que todavía no existen. Él, esperando
contra toda esperanza, creyó que habría de ser padre de muchos pueblos, conforme
a lo que Dios le había prometido: Así de numerosa será tu descendencia. Por
eso, Dios le acreditó esta fe como justicia. Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 83, 5
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que viven en
tu casa; siempre, Señor, te alabarán. R/.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[José hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.]
Del santo Evangelio según san Mateo 1, 16. 18-21. 24
Jacob engendró a José, el
esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. Cristo vino al mundo
de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José y antes
de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba
esperando un hijo.
José, su esposo, que era
hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: “José,
hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella
ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás
el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.
Cuando José despertó de
aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor. Palabra del Señor.
Se dice Credo.
REFLEXIÓN: Celebramos
la solemnidad de San José, esposo de la Virgen María y patrono de la Iglesia
universal. Recordemos, a este respecto, lo que nos decía el ahora san Juan
Pablo II: «Al igual que san José cuidó amorosamente a María y se dedicó con
gozoso empeño a la educación de Jesucristo, también ahora continúa custodiando
y protegiendo su cuerpo místico, la Iglesia, de la que la Virgen Santa es
figura y modelo» (Redemptoris Custos,
1). ¿Cómo vive José su vocación como «custodio» de María, de Jesús, de la
Iglesia? Con la atención constante a Dios, abierto a sus signos, disponible
a su proyecto, y no tanto al propio, como hemos escuchado en la primera Lectura:
Dios –le dice a David– no quiere una casa construida por el hombre, sino la
fidelidad a su palabra, a su designio. Entonces será Él mismo quien construya
la casa, pero de «piedras vivas», marcadas por su Espíritu… En los Evangelios
san José aparece como un hombre fuerte y valiente, trabajador y discreto,
pero en su alma se percibe una gran ternura, que no es la virtud de los débiles,
sino más bien todo lo contrario: denota fortaleza de ánimo y capacidad de
atención, de compasión, de verdadera apertura al otro, de amor servicial.
En la segunda Lectura, san Pablo nos habla de Abraham, que creyó «esperando
contra toda esperanza» (Rm 4, 18). También hoy –ante
tantos nubarrones y cielos grises– hemos de ver y ofrecer la luz de la esperanza.
Custodiar la creación, cada
hombre y cada mujer, con una mirada de ternura y de amor. Para nosotros los
cristianos, como para Abraham, como para san José, la esperanza que llevamos
tiene el horizonte de Dios, que se nos ha abierto en Cristo. Custodiar a Jesús
con María, custodiar toda la creación, custodiar a todos, especialmente a
los más pobres, custodiarnos a nosotros mismos: he aquí un servicio al que
todos estamos llamados (Tomado de Papa Francisco, Homilía, 19-III-2013).
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Señor, que,
así como san José sirvió con amorosa entrega a tu Unigénito, nacido de la
Virgen María, así también nosotros, con un corazón limpio, merezcamos servirte
en tu altar. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 25, 21
Alégrate, siervo bueno y
fiel. Entra a compartir el gozo de tu Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, protege siempre a esta familia tuya que, alimentada con el sacramento del altar, se alegra hoy al celebrar la solemnidad de san José, y conserva en ella los dones que con tanta bondad le concedes. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado / Feria
de Cuaresma MR p. 213 [225] / Lecc. I p. 728
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal
138, 23-24
Examíname, Dios mío, y conoce
mi corazón; mira si voy por mal camino y condúceme por la senda de la salvación.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que amas la
inocencia y la devuelves a quienes la han perdido, dirige hacia ti los corazones
de tus siervos, para que, inflamados con el fuego de tu Espíritu, permanezcan
firmes en la fe y sean diligentes para hacer el bien. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Maldito el que confía en el hombre; bendito
el que confía en el Señor.]
Del libro del profeta Jeremías 17, 5-10
Esto dice el Señor: “Maldito
el hombre que confía en el hombre, que en él pone su fuerza y aparta del Señor
su corazón. Será como un cardo en la estepa, que no disfruta del agua cuando
llueve; vivirá en la aridez del desierto, en una tierra salobre e inhabitable.
Bendito el hombre que confía
en el Señor y en él pone su esperanza. Será como un árbol plantado junto al
agua, que hunde en la corriente sus raíces; cuando llegue el calor, no lo
sentirá y sus hojas se conservarán siempre verdes; en año de sequía no se
marchitará ni dejará de dar frutos.
El corazón del hombre es
la cosa más traicionera y difícil de curar. ¿Quién lo podrá entender? Yo,
el Señor, sondeo la mente y penetro el corazón, para dar a cada uno según
sus acciones, según el fruto de sus obras”. Palabra
de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 1
R/. Dichoso el hombre que confía en el Señor.
Dichoso aquel que no se
guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno,
que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos. R/.
Es como un árbol plantado
junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá
éxito. R/.
En cambio, los malvados
serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino
del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 8, 15
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que cumplen
la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y perseveran hasta dar
fruto. R/. Honor y gloria a ti,
Señor Jesús.
EVANGELIO
[Recibiste bienes en tu vida y Lázaro,
males; ahora él goza del consuelo, mientras que tú sufres tormentos.]
Del santo Evangelio según san Lucas 16, 19-31
En aquel tiempo, Jesús dijo
a los fariseos: “Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y telas finas
y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo, llamado Lázaro, yacía
a la entrada de su casa, cubierto de llagas y ansiando llenarse con las sobras
que caían de la mesa del rico. Y hasta los perros se acercaban a lamerle las
llagas.
Sucedió, pues, que murió
el mendigo y los ángeles lo llevaron al seno de Abraham. Murió también el
rico y lo enterraron. Estaba éste en el lugar de castigo, en medio de tormentos,
cuando levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro junto a él.
Entonces gritó: ‘Padre Abraham,
ten piedad de mí. Manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me
refresque la lengua, porque me torturan estas llamas’. Pero Abraham le contestó:
‘Hijo, recuerda que en tu en vida recibiste bienes y Lázaro, en cambio, males.
Por eso él goza ahora de consuelo, mientras que tú sufres tormentos. Además,
entre ustedes y nosotros se abre un abismo inmenso, que nadie puede cruzar,
ni hacia allá ni hacia acá’.
El rico insistió: ‘Te ruego,
entonces, padre Abraham, que mandes a Lázaro a mi casa, pues me quedan allá
cinco hermanos, para que les advierta y no acaben también ellos en este lugar
de tormentos’. Abraham le dijo: ‘Tienen a Moisés y a los profetas; que los
escuchen’. Pero el rico replicó: ‘No, padre Abraham. Si un muerto va a decírselo,
entonces sí se arrepentirán’. Abraham repuso: ‘Si no escuchan a Moisés y a
los profetas, no harán caso, ni aunque resucite un muerto’”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: San
Lucas –que, como bien lo sabemos, gusta de insistir en el tema de la «pobreza»
(Cfr. Lc 6, 30; 18, 22; 21, 4)– nos la presenta ahora como medio revelador
de las “realidades últimas”. Riqueza y orgullo fácilmente tienden a endurecernos
el corazón. Algo que constatamos aquí en quien «banqueteaba espléndidamente
cada día», negándole incluso las migajas al mendigo que muere de hambre a
su puerta. Demasiado tarde se dará cuenta de haber sido víctima de su refinado
egoísmo y de haberse desentendido culpablemente del hermano.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por el presente sacrificio,
santifica, Señor, nuestro esfuerzo, para que mediante el testimonio externo
de nuestras prácticas cuaresmales, obtengamos interiormente su fruto. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 118, 1
Dichosos los que, con vida
intachable, caminan haciendo la voluntad del Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que este sacramento, Señor
Dios, continúe actuando en nosotros, y su acción sea cada vez más vigorosa.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Ayuda, Señor, a tus siervos,
que imploran el auxilio de tu gracia, para que obtengan el amparo de tu protección
y de tu guía. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado / Feria
de Cuaresma MR p. 214 [226] / Lecc. I p. 731
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal
30, 2. 5
En ti, Señor, he puesto
mi confianza, que no quede yo nunca defraudado; sácame de la trampa que me
han tendido, porque tú eres mi amparo.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso,
que, purificados por la práctica de la sagrada penitencia, nos hagas llegar,
con alma limpia, a los santos misterios que se aproximan. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Ahí viene ese soñador; démosle muerte.]
Del libro del Génesis 37, 3-4. 12-13a. 17-28
Jacob amaba a José más que
a todos sus demás hijos, porque lo había engendrado en la ancianidad. A él
le había hecho una túnica de amplias mangas. Sus hermanos, viendo que lo amaba
más que a todos ellos, llegaron a odiarlo, al grado de negarle la palabra.
Un día en que los hermanos
de José llevaron a Siquem los rebaños de su padre, Jacob le dijo a José: “Tus
hermanos apacientan mis rebaños en Siquem. Te voy a enviar allá”. José fue
entonces en busca de sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron
de lejos, y antes de que se les acercara, conspiraron contra él para matarlo
y se decían unos a otros: “Ahí viene ese soñador. Démosle muerte; lo arrojaremos
en un pozo y diremos que una fiera lo devoró. Vamos a ver de qué le sirven
sus sueños”.
Rubén oyó esto y trató de
liberarlo de manos de sus hermanos, diciendo: “No le quiten la vida, ni derramen
su sangre. Mejor arrójenlo en ese pozo que está en el desierto y no se manchen
las manos”. Eso lo decía para salvar a José y devolverlo a su padre.
Cuando llegó José a donde
estaban sus hermanos, éstos lo despojaron de su túnica y lo arrojaron a un
pozo sin agua. Luego se sentaron a comer, y levantando los ojos, vieron a
lo lejos una caravana de ismaelitas, que venían de Galaad, con los camellos
cargados de especias, resinas, bálsamo y láudano, y se dirigían a Egipto.
Judá dijo entonces a sus hermanos: “¿Qué ganamos con matar a nuestro hermano
y ocultar su muerte? Vendámoslo a los ismaelitas y no mancharemos nuestras
manos. Después de todo, es nuestro hermano y de nuestra misma sangre”. Y sus
hermanos le hicieron caso. Sacaron a José del pozo y se lo vendieron a los
mercaderes por veinticinco monedas de plata. Los mercaderes se llevaron a
José a Egipto. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 104
R/. Recordemos las maravillas que hizo el Señor.
Cuando el Señor mandó el
hambre sobre el país y acabó con todas las cosechas, ya había enviado por
delante a un hombre: a José, vendido como esclavo. R/.
Le trabaron los pies con
grilletes y rodearon su cuerpo con cadenas, hasta que se cumplió su predicción
y Dios lo acreditó con su palabra. R/.
El rey mandó que lo soltaran,
el jefe de esos pueblos lo libró, lo nombró administrador de su casa y señor
de todas sus posesiones. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 3, 16
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Tanto amó Dios al mundo,
que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él tenga vida
eterna. R/. Honor y gloria a ti,
Señor Jesús.
EVANGELIO
[Este es el heredero, vamos a matarlo.]
Del santo Evangelio según san Mateo 21, 33-43. 45-46
En aquel tiempo, Jesús dijo
a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo esta parábola: “Había una
vez un propietario que plantó un viñedo, lo rodeó con una cerca, cavó un lagar
en él, construyó una torre para el vigilante y luego la alquiló a unos viñadores
y se fue de viaje.
Llegado el tiempo de la
vendimia, envió a sus criados para pedir su parte de los frutos a los viñadores;
pero éstos se apoderaron de los criados, golpearon a uno, mataron a otro,
y a otro más lo apedrearon. Envió de nuevo a otros criados, en mayor número
que los primeros, y los trataron del mismo modo.
Por último, les mandó a
su propio hijo, pensando: ‘A mi hijo lo respetarán’. Pero cuando los viñadores
lo vieron, se dijeron unos a otros: ‘Este es el heredero. Vamos a matarlo
y nos quedaremos con su herencia’. Le echaron mano, lo sacaron del viñedo
y lo mataron.
Ahora díganme: Cuando vuelva
el dueño del viñedo, ¿qué hará con esos viñadores?” Ellos le respondieron:
“Dará muerte terrible a esos desalmados y arrendará el viñedo a otros viñadores,
que le entreguen los frutos a su tiempo”.
Entonces Jesús les dijo:
“¿No han leído nunca en la Escritura: La piedra que desecharon los constructores,
es ahora la piedra angular. Esto es obra del Señor y es un prodigio admirable?
Por esta razón les digo que les será quitado a ustedes el Reino de Dios y
se le dará a un pueblo que produzca sus frutos”. Al oír estas palabras, los
sumos sacerdotes y los fariseos comprendieron que Jesús las decía por ellos
y quisieron aprehenderlo, pero tuvieron miedo a la multitud, pues era tenido
por un profeta. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: El
símbolo de la viña se remonta a Isaías (capítulo 5) y es muy utilizado para
indicar el destino del pueblo elegido (Cfr. Os 10, 1). Bajo forma de parábola
–cuyo epicentro son los viñadores que matan al Hijo– Jesús traza un compendio
de toda la historia de la salvación. San Mateo insiste mucho en esto: precisamente
cuando este «Hijo» es “descartado” por los notables, es entonces cuando es
aceptado por los pobres, los pecadores y los paganos (Cfr. Sal 117, 22). Es
así como Él se convierte en «piedra angular» de la Iglesia. Esta Buena Nueva,
también podría ser rechazada por cada uno de nosotros.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que tu misericordia, Dios
de bondad, disponga debidamente a tus siervos para celebrar este sacramento
y nos impulse a vivir fervorosamente entregados a ti. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Jn 4, 10
Dios nos amó primero y nos
envió a su Hijo, como víctima de expiación por nuestros pecados.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido esta prenda
de eterna salvación, te rogamos, Señor, que nos hagas dirigirnos con tanta
decisión hacia ella, que la podamos un día alcanzar. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Concede a tu pueblo, Señor,
salud de alma y cuerpo, para que, dedicados a las buenas obras, merezcamos
el amparo de tu protección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado / Feria
de Cuaresma MR p. 215 [227] / Lecc. I p. 734
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal
144, 8-9
El Señor es compasivo y
misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. Bueno es el
Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus creaturas.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que gracias
a tus celestiales remedios, nos haces participar, ya desde este mundo, de
los bienes eternos, dirige nuestra vida presente para que, conducidos por
ti, lleguemos a la luz en que tú habitas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Arrojará a lo hondo del mar nuestros delitos.]
Del libro del profeta Miqueas 7, 14-15. 18-20
Señor, Dios nuestro, pastorea
a tu pueblo con tu cayado, a las ovejas de tu heredad, que permanecen aisladas
en la maleza, en medio de campos feraces. Pastarán en Bazán y en Galaad, como
en los días de antaño, como cuando salimos de Egipto y nos mostrabas tus prodigios.
¿Qué dios hay como tú, que
quitas la iniquidad y pasas por alto la rebeldía de los sobrevivientes de
Israel? No mantendrás por siempre tu cólera, pues te complaces en ser misericordioso.
Volverás a compadecerte
de nosotros, aplastarás con tus pies nuestras iniquidades, arrojarás a lo
hondo del mar nuestros delitos.
Serás fiel con Jacob y compasivo
con Abraham, como juraste a nuestros padres en tiempos remotos, Señor, Dios
nuestro. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 102
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice al Señor, alma mía,
que todo mi ser bendiga su santo nombre.
Morado Feria
de Cuaresma MR p. 215 [227] / Lecc. I p. 734
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal
144, 8-9
El Señor es compasivo y
misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. Bueno es el
Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus creaturas.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que gracias
a tus celestiales remedios, nos haces participar, ya desde este mundo, de
los bienes eternos, dirige nuestra vida presente para que, conducidos por
ti, lleguemos a la luz en que tú habitas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Arrojará a lo hondo del mar nuestros delitos.]
Del libro del profeta Miqueas 7, 14-15. 18-20
Señor, Dios nuestro, pastorea
a tu pueblo con tu cayado, a las ovejas de tu heredad, que permanecen aisladas
en la maleza, en medio de campos feraces. Pastarán en Basán y en Galaad, como
en los días de antaño, como cuando salimos de Egipto y nos mostrabas tus prodigios.
¿Qué dios hay como tú, que
quitas la iniquidad y pasas por alto la rebeldía de los sobrevivientes de
Israel? No mantendrás por siempre tu cólera, pues te complaces en ser misericordioso.
Volverás a compadecerte
de nosotros, aplastarás con tus pies nuestras iniquidades, arrojarás a lo
hondo del mar nuestros delitos. Serás fiel con Jacob y compasivo con Abraham,
como juraste a nuestros padres en tiempos remotos, Señor, Dios nuestro. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 102
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice al Señor, alma mía,
que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice
al Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios. R/.
El Señor perdona tus pecados
y cura tus enfermedades; él rescata tu vida del sepulcro y te colma de amor
y de ternura. R/.
El Señor no estará siempre
enojado, ni durará para siempre su rencor. No nos trata como merecen nuestras
culpas, ni nos paga según nuestros pecados. R/.
Como desde la tierra hasta
el cielo, así es de grande su misericordia; como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 15, 18
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Me levantaré, volveré a
mi padre y le diré: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti”. R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Tu hermano estaba muerto y ha vuelto a
la vida.]
Del santo Evangelio según san Lucas 15, 1-3. 11-32
En aquel tiempo, se acercaban
a Jesús los publícanos y los pecadores para escucharlo. Por lo cual los fariseos
y los escribas murmuraban entre sí: “Este recibe a los pecadores y come con
ellos”.
Jesús les dijo entonces
esta parábola: “Un hombre tenía dos hijos, y el menor de ellos le dijo a su
padre: ‘Padre, dame la parte de la herencia que me toca’. Y él les repartió
los bienes.
No muchos días después,
el hijo menor, juntando todo lo suyo, se fue a un país lejano y allá derrochó
su fortuna, viviendo de una manera disoluta. Después de malgastarlo todo,
sobrevino en aquella región una gran hambre y él empezó a padecer necesidad.
Entonces fue a pedirle trabajo
a un habitante de aquel país, el cual lo mandó a sus campos a cuidar cerdos.
Tenía ganas de hartarse con las bellotas que comían los cerdos, pero no lo
dejaban que se las comiera.
Se puso entonces a reflexionar
y se dijo: ‘¡Cuántos trabajadores en casa de mi padre tienen pan de sobra,
y yo, aquí, me estoy muriendo de hambre! Me levantaré, volveré a mi padre
y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme
hijo tuyo. Recíbeme como a uno de tus trabajadores’. Enseguida se puso en
camino hacia la casa de su padre.
Estaba todavía lejos, cuando
su padre lo vio y se enterneció profundamente. Corrió hacia él, y echándole
los brazos al cuello, lo cubrió de besos. El muchacho le dijo: ‘Padre, he
pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo’.
Pero el padre les dijo a
sus criados: ‘¡Pronto!, traigan la túnica más rica y vístansela; pónganle
un anillo en el dedo y sandalias en los pies; traigan el becerro gordo y mátenlo.
Comamos y hagamos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto
a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’. Y empezó el banquete.
El hijo mayor estaba en
el campo y al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y los cantos.
Entonces llamó a uno de los criados y le preguntó qué pasaba. Este le contestó:
‘Tu hermano ha regresado y tu padre mandó matar el becerro gordo, por haberlo
recobrado sano y salvo’. El hermano mayor se enojó y no quería entrar.
Salió entonces el padre
y le rogó que entrara; pero él replicó: ‘¡Hace tanto tiempo que te sirvo,
sin desobedecer jamás una orden tuya, y tú no me has dado nunca ni un cabrito
para comérmelo con mis amigos! Pero eso sí, viene ese hijo tuyo, que despilfarró
tus bienes con malas mujeres, y tú mandas matar el becerro gordo’.
El padre repuso: ‘Hijo,
tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo. Pero era necesario hacer fiesta
y regocijarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida,
estaba perdido y lo hemos encontrado’ ”. Palabra
del Señor.
REFLEXIÓN: La
parábola del «hijo pródigo» –o, mejor, del «padre misericordioso»– revela
la magnanimidad de Dios hacia todos sus hijos. Indica, además, las etapas
de un buen retorno a la casa paterna: “se pone a reflexionar”, “se levanta”
e “invoca el perdón”. El Padre acoge con amor al hijo ingrato que se ha alejado
de Él y perdona a quien le ha dado transitoria e irreflexivamente la espalda.
Un abierto contraste con el insensible y supuestamente muy “cumplido” hermano
mayor, incapaz de hacer fiesta por el que «estaba perdido y ha vuelto a la
vida».
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que tu misericordia, Dios
de bondad, disponga debidamente a tus siervos para celebrar este sacramento
y nos impulse a vivir fervorosamente entregados a ti. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Jn 4, 10
Dios nos amó primero y nos
envió a su Hijo, como víctima de expiación por nuestros pecados.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido esta prenda
de eterna salvación, te rogamos, Señor, que nos hagas dirigirnos con tanta
decisión hacia ella, que la podamos un día alcanzar. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Concede a tu pueblo, Señor,
salud de alma y cuerpo, para que, dedicados a las buenas obras, merezcamos
el amparo de tu protección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
III Domingo de Cuaresma
La «inconmensurable» paciencia divina…
En el pasaje evangélico
de hoy, Jesús se refiere a dos hechos trágicos que en ese tiempo habían suscitado
gran impacto: una represión cruenta realizada por los soldados romanos en
el templo y el derrumbe de la torre de Siloé, también en Jerusalén, que había
causado dieciocho víctimas… Por supuesto que Jesús conoce la mentalidad supersticiosa
de su auditorio y sabe muy bien que ellos interpretan de modo equivocado ese
tipo de hechos. En efecto, piensan que, si esos hombres murieron cruelmente,
esto es signo de que Dios los castigó por alguna culpa grave que de seguro
habrían cometido. O dicho de otra manera: «se lo merecían». Y, en cambio,
el hecho de salvarse de la desgracia equivalía, en la práctica, a sentirse
«sin falta».
Jesús rechaza completamente
esta visión, porque Dios no permite las tragedias para castigar las culpas,
y afirma que esas pobres víctimas no eran de ninguna manera peores que las
demás. Más bien, Él invita a sacar de estos hechos dolorosos una advertencia
referida a todos, porque todos somos pecadores. En efecto, así lo dice a quienes
lo habían interrogado: «Y si ustedes no se arrepienten, perecerán de manera
semejante» … También hoy, ante ciertas desgracias, podemos ser tentados de
«descargar» la responsabilidad sobre las víctimas, o –es más– sobre Dios mismo.
Pero Jesús, al contrario, nos llama a cambiar el corazón, a hacer un cambio
radical en el camino de nuestra vida, abandonando las “componendas” con el
mal y nuestras muchas hipocresías, para emprender con firmeza el camino del
Evangelio.
Lamentablemente, cada uno
de nosotros se parece mucho a un árbol que, durante años, ha dado múltiples
pruebas de su esterilidad. Pero, afortunadamente, Jesús se parece a ese campesino
que, con una paciencia sin límites, obtiene una vez más una prórroga para
la higuera infecunda: «Déjala todavía este año –dijo al dueño– […] Por si
da fruto en adelante» …
Nunca es demasiado tarde
para convertirnos y abrirnos a la inconmensurable paciencia de un Dios que
nos espera. Nunca es tarde para convertirnos, pero es urgente, ¡es ahora!
Comencemos hoy… Que la Virgen María nos sostenga, para que podamos abrir el
corazón a la gracia de Dios, a su misericordia. Que Ella nos ayude a nunca
juzgar irreflexivamente a los
demás, sino a dejarnos provocar
por las desgracias de cada día para hacer un serio examen de conciencia y
poder arrepentirnos. [Sintetizado de: Papa Francisco, Ángelus, 28-II-2016].
MR p. 216
[228] / Lecc. I p. 298. LH Semana III del Salterio.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr.
Sal 24, 15-16
Mis ojos están siempre fijos
en el Señor, pues él libra mis pies de toda trampa. Mírame, Señor, y ten piedad
de mí, que estoy solo y afligido.
No se dice
Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, fuente de misericordia
y de toda bondad, que enseñaste que el remedio contra el pecado está en el
ayuno, la oración y la limosna, mira con agrado nuestra humilde confesión,
para que a quienes agobia la propia conciencia nos reconforte siempre tu misericordia.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[“Yo-soy” me envía a ustedes.]
Del libro del Éxodo 3, 1-8a. 13-15
En aquellos días, Moisés
pastoreaba el rebaño de su suegro, Jetró, sacerdote de Madián. En cierta ocasión
llevó el rebaño más allá del desierto, hasta el Horeb, el monte de Dios, y
el Señor se le apareció en una llama que salía de un zarzal. Moisés observó
con gran asombro que la zarza ardía sin consumirse y se dijo: “Voy a ver de
cerca esa cosa tan extraña, por qué la zarza no se quema”.
Viendo el Señor que Moisés
se había desviado para mirar, lo llamó desde la zarza: “¡Moisés, Moisés!”
Él respondió: “Aquí estoy”. Le dijo Dios: “¡No te acerques! Quítate las sandalias,
porque el lugar que pisas es tierra sagrada”. Y añadió: “Yo soy el Dios de
tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”.
Entonces Moisés se tapó
la cara, porque tuvo miedo de mirar a Dios. Pero el Señor le dijo: “He visto
la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído sus quejas contra los opresores
y conozco bien sus sufrimientos. He descendido para librar a mi pueblo de
la opresión de los egipcios, para sacarlo de aquellas tierras y llevarlo a
una tierra buena y espaciosa, una tierra que mana leche y miel”.
Moisés le dijo a Dios: “Está
bien. Me presentaré a los hijos de Israel y les diré: ‘El Dios de sus padres
me envía a ustedes’; pero cuando me pregunten cuál es su nombre, ¿qué les
voy a responder?” Dios le contestó a Moisés: “Mi nombre es Yo-soy”; y añadió:
“Esto les dirás a los israelitas: ‘Yo-soy me envía a ustedes’.
También les dirás: ‘El Señor,
el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob,
me envía a ustedes’. Este es mi nombre para siempre. Con este nombre me han
de recordar de generación en generación”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 102
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice al Señor, alma mía,
que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice al Señor, alma mía, y no
te olvides de sus beneficios. R/.
El Señor perdona tus pecados
y cura tus enfermedades; él rescata tu vida del sepulcro y te colma de amor
y de ternura. R/.
El Señor hace justicia y
le da la razón al oprimido. A Moisés le mostró su bondad, y sus prodigios
al pueblo de Israel. R/.
El Señor es compasivo y
misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. Como desde la
tierra hasta el cielo, así es de grande su misericordia. R/.
SEGUNDA LECTURA
[La vida del pueblo escogido, con Moisés,
en el desierto, es una advertencia para nosotros.]
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios
10, 1-6. 10-12
Hermanos: No quiero que
olviden que en el desierto nuestros padres estuvieron todos bajo la nube,
todos cruzaron el mar Rojo y todos se sometieron a Moisés, por una especie
de bautismo en la nube y en el mar. Todos comieron el mismo alimento milagroso
y todos bebieron de la misma bebida espiritual, porque bebían de una roca
espiritual que los acompañaba, y la roca era Cristo. Sin embargo, la mayoría
de ellos desagradaron a Dios y murieron en el desierto.
Todo esto sucedió como advertencia
para nosotros, a fin de que no codiciemos cosas malas como ellos lo hicieron.
No murmuren ustedes como algunos de ellos murmuraron y perecieron a manos
del ángel exterminador. Todas estas cosas les sucedieron a nuestros antepasados
como un ejemplo para nosotros y fueron puestas en las Escrituras como advertencia
para los que vivimos en los últimos tiempos. Así pues, el que crea estar firme,
tenga cuidado de no caer. Palabra de
Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 17
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Conviértanse, dice el Señor,
porque ya está cerca el Reino de los cielos. R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Sí no se arrepienten, perecerán de manera
semejante.]
Del santo Evangelio según san Lucas 13, 1-9
En aquel tiempo, algunos
hombres fueron a ver a Jesús y le contaron que Pilato había mandado matar
a unos galileos, mientras estaban ofreciendo sus sacrificios. Jesús les hizo
este comentario: “¿Piensan ustedes que aquellos galileos, porque les sucedió
esto, eran más pecadores que todos los demás galileos?
Ciertamente que no; y si
ustedes no se arrepienten, perecerán de manera semejante. Y aquellos dieciocho
que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿piensan acaso que eran más
culpables que todos los demás habitantes de Jerusalén? Ciertamente que no;
y si ustedes no se arrepienten, perecerán de manera semejante”.
Entonces les dijo esta parábola:
“Un hombre tenía una higuera plantada en su viñedo; fue a buscar higos y no
los encontró. Dijo entonces al viñador: ‘Mira, durante tres años seguidos
he venido a buscar higos en esta higuera y no los he encontrado. Córtala.
¿Para qué ocupa la tierra inútilmente?’ El viñador le contestó: ‘Señor, déjala
todavía este año; voy a aflojar la tierra alrededor y a echarle abono, para
ver si da fruto. Si no, el año que viene la cortaré’ ”. Palabra del Señor.
Se dice Credo.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Instruidos por el ejemplo
de Jesús, el Señor, que en el desierto se entregaba a la oración, oremos también
nosotros con insistencia a nuestro Dios:
Para
que todos los fieles –por medio de las penitencias y prácticas cuaresmales–
sean purificados de sus culpas y vean fortalecida su vida cristiana, roguemos
al Señor.
Para
que todos los pueblos alcancen la paz y el bienestar necesario y puedan así
buscar más fácilmente los bienes del cielo, roguemos al Señor.
Para
que el Señor conceda su fuerza a los que se ven tentados, infunda el deseo
de la conversión a los pecadores y otorgue el consuelo del cielo a los que
están tristes, roguemos al Señor.
Para
que infunda en todos nosotros el deseo de un verdadero cambio de vida, a fin
de que nos preparemos a celebrar debidamente el sacramento pascual de la penitencia,
roguemos al Señor.
Padre santo y misericordioso,
que nunca abandonas a tus hijos, sino que les revelas la gloria de tu nombre,
haz que sepamos acoger tus enseñanzas con sencillez y demos frutos de verdadera
y continua conversión. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por estas ofrendas, Señor,
concédenos benigno el perdón de nuestras ofensas, y ayúdanos a perdonar a
nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO:
I o II de Cuaresma, pp. 492-493 [493-494].
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 83, 4-5
El gorrión ha encontrado
una casa, y la golondrina un nido donde poner sus polluelos: junto a tus altares,
Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío. Dichosos los que viven en tu casa
y pueden alabarte siempre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados en la tierra
con el pan del cielo, prenda de eterna salvación, te suplicamos, Señor, que
lleves a su plenitud en nuestra vida la gracia recibida en este sacramento.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Dirige, Señor, los corazones
de tus fieles y da en tu bondad a tus siervos una gracia tan grande que, cumpliendo
en plenitud tus mandamientos, nos haga permanecer en tu amor y en el de nuestro
prójimo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado / Feria
de Cuaresma MR pp. 218 y [231] / Lecc. I p. 741
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal
83, 3
Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor; mi corazón y todo mi ser se regocijan por el Dios vivo.
ORACIÓN COLECTA
Que tu constante misericordia,
Señor, purifique y defienda a tu Iglesia y, ya que sin ti no puede permanecer
segura, guíala siempre con tu protección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Muchos leprosos había en Israel, pero
ninguno fue curado, sino Naamán, el sirio.]
Del segundo libro de los Reyes 5, 1-15a
En aquellos días, Naamán,
general del ejército de Siria, gozaba de la estima y del favor de su rey,
pues por su medio había dado el Señor la victoria a Siria. Pero este gran
guerrero era leproso.
Sucedió que una banda de
sirios, en una de sus correrías, trajo cautiva a una jovencita, que pasó luego
al servicio de la mujer de Naamán. Ella le dijo a su señora: “Si mi señor
fuera a ver al profeta que hay en Samaría, ciertamente él lo curaría de su
lepra”.
Entonces fue Naamán a contarle
al rey, su señor: “Esto y esto dice la muchacha israelita”. El rey de Siria
le respondió: “Anda, pues, que yo te daré una carta para el rey de Israel”.
Naamán se puso en camino, llevando de regalo diez barras de plata, seis mil
monedas de oro, diez vestidos nuevos y una carta para el rey de Israel que
decía: “Al recibir ésta, sabrás que te envío a mi siervo Naamán, para que
lo cures de la lepra”.
Cuando el rey de Israel
leyó la carta, rasgó sus vestiduras exclamando: “¿Soy yo acaso Dios, capaz
de dar vida o muerte, para que éste me pida que cure a un hombre de su lepra?
Es evidente que lo que anda buscando es un pretexto para hacerme la guerra”.
Cuando Elíseo, el hombre
de Dios, se enteró de que el rey había rasgado sus vestiduras, le envió este
recado: “¿Por qué rasgaste tus vestiduras? Envíamelo y sabrá que hay un profeta
en Israel”.
Llegó, pues, Naamán con
sus caballos y su carroza, y se detuvo a la puerta de la casa de Elíseo. Este
le mandó decir con un mensajero: “Ve y báñate siete veces en el río Jordán,
y tu carne quedará limpia”. Naamán se alejó enojado, diciendo: “Yo había pensado
que saldría en persona a mi encuentro y que, invocando el nombre del Señor,
su Dios, pasaría la mano sobre la parte enferma y me curaría de la lepra.
¿Acaso los ríos de Damasco, como el Abaná y el Farfar, no valen más que todas
las aguas de Israel? ¿No podría bañarme en ellos y quedar limpio?” Dio media
vuelta y ya se marchaba, furioso, cuando sus criados se acercaron a él y le
dijeron: “Padre mío, si el profeta te hubiera mandado una cosa muy difícil,
ciertamente la habrías hecho; cuanto más, si sólo te dijo que te bañaras y
quedarías sano”.
Entonces Naamán bajó, se
bañó siete veces en el Jordán, como le había dicho el hombre de Dios, y su
carne quedó limpia como la de un niño. Volvió con su comitiva a donde estaba
el hombre de Dios y se le presentó, diciendo: “Ahora sé que no hay más Dios
que el de Israel”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL de los salmos 41 y 42
R/. Estoy sediento del Dios que da la vida.
Como el venado busca el
agua de los ríos, así, cansada, mi alma te busca a ti, Dios mío. R/.
Del Dios que da la vida
está mi ser sediento. ¿Cuándo será posible ver de nuevo su templo? R/.
Envíame, Señor, tu luz y
tu verdad; que ellas se conviertan en mi guía y hasta tu monte santo me conduzcan,
allí donde tú habitas. R/.
Al altar del Señor me acercaré,
al Dios que es mi alegría, y a mi Dios, el Señor, le daré gracias al compás
de la cítara. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 129, 5. 7
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Confío en el Señor y en
sus palabras, porque del Señor viene la misericordia y la redención. R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Como Elías y Eliseo, Jesús no ha sido
enviado sólo a los judíos.]
Del santo Evangelio según san Lucas 4, 24-30
En aquel tiempo, Jesús llegó
a Nazaret, entró a la sinagoga y dijo al pueblo: “Yo les aseguro que nadie
es profeta en su tierra. Había ciertamente en Israel muchas viudas en los
tiempos de Elías, cuando faltó la lluvia durante tres años y medio, y hubo
un hambre terrible en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado
Elías, sino a una viuda que vivía en Sarepta, ciudad de Sidón. Había muchos
leprosos en Israel, en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de
ellos fue curado, sino Naamán, que era de Siria”.
Al oír esto, todos los que
estaban en la sinagoga se llenaron de ira, y levantándose, lo sacaron de la
ciudad y lo llevaron hasta una barranca del monte, sobre el que estaba construida
la ciudad, para despeñarlo. Pero él, pasando por en medio de ellos, se alejó
de allí. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: Jesús
se nos revela como aquel en el que las profecías se hacen plenamente realidad.
Él invita a sus paisanos de Nazaret a reflexionar sobre el hecho de que Dios
distribuye sus dones a quien muestra tener un corazón sincero y disponible,
no importa a qué raza o nación pertenezca. Naamán y la viuda de Sarepta son
un buen ejemplo de ello. Pero los recalcitrantes oyentes de Jesús –en lugar
de aceptar la invitación a la conversión– reaccionan con violencia. La fe
que sólo pretende fundarse en milagros no es, en realidad, una fe verdadera.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Convierte, Señor, en sacramento
de salvación, los dones que te ofrecemos como expresión de nuestro servicio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 116, 1-2
Que alaben al Señor todos
los pueblos, porque grande es su
amor hacia nosotros.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la comunión de tu sacramento,
Señor, nos obtenga limpieza de alma y nos congregue en la unidad. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Te rogamos, Señor, que tu
diestra proteja al pueblo que te invoca y, una vez purificado, dígnate llenarlo
de sabiduría, para que, por medio de los consuelos presentes, se encamine
hacia los bienes futuros. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Blanco / Solemnidad de La Anunciación Del Señor, MR
p. 693 [711] / Lecc. I p. 1006
Nueve meses antes de Navidad
celebramos la encarnación del Hijo de Dios, que san Lucas describe en el anuncio
del ángel a la santísima Virgen. Toda la liturgia del día de hoy está coloreada
por las palabras del salmista, que la Carta a los hebreos pone en labios de
Cristo al llegar al mundo: “Aquí estoy, Dios mío; vengo para cumplir tu voluntad”.
ANTÍFONA DE ENTRADA Heb
10, 5. 7
Cristo dijo, al entrar en
el mundo: Aquí estoy, Dios mío; vengo para cumplir tu voluntad.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quisiste
que tu Palabra asumiera la realidad de nuestra carne en el seno de la Virgen
María, concede, a quienes proclamamos a nuestro Redentor como verdadero Dios
y verdadero hombre, que merezcamos participar de su naturaleza divina. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[He aquí que la virgen concebirá y dará
a luz un hijo.]
Del libro del profeta Isaías 7, 10-14; 8, 10
En aquellos tiempos, el
Señor le habló a Ajaz diciendo: “Pide al Señor, tu Dios, una señal de abajo,
en lo profundo o de arriba, en lo alto”. Contestó Ajaz: “No la pediré. No
tentaré al Señor”.
Entonces dijo Isaías: “Oye,
pues, casa de David: ¿No satisfechos con cansar a los hombres, quieren cansar
también a mi Dios? Pues bien, el Señor mismo les dará por eso una señal: He
aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán el nombre de
Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros”. Palabra
de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 39
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Sacrificios, Señor, tú no
quisiste, abriste, en cambio, mis oídos a tu voz. No exigiste holocaustos
por la culpa, así que dije: “Aquí estoy”. R/.
En tus libros se me ordena
hacer tu voluntad; esto es, Señor, lo que deseo: tu ley en medio de mi corazón.
R/.
He anunciado tu justicia
en la gran asamblea; no he cerrado mis labios, tú lo sabes, Señor. R/.
No callé tu justicia, antes
bien, proclamé tu lealtad y tu auxilio. Tu amor y tu lealtad no los he ocultado
a la gran asamblea. R/.
SEGUNDA LECTURA
[En tu libro se me ordena cumplir tu voluntad.]
De la carta a los hebreos 10, 4-10
Hermanos: Es imposible que
la sangre de toros y machos cabríos pueda borrar los pecados. Por eso, al
entrar al mundo, Cristo dijo conforme al salmo: No quisiste víctimas ni ofrendas;
en cambio, me has dado un cuerpo. No te agradaron los holocaustos ni los sacrificios
por el pecado; entonces dije –porque a mí se refiere la Escritura–: “Aquí
estoy, Dios mío; vengo para cumplir tu voluntad”.
Comienza por decir: No quisiste
víctimas ni ofrendas, no te agradaron los holocaustos ni los sacrificios por
el pecado –siendo así que es lo que pedía la ley–; y luego añade: Aquí estoy,
Dios
mío; vengo para cumplir
tu voluntad.
Con esto, Cristo suprime
los antiguos sacrificios, para establecer el nuevo. Y en virtud de esta voluntad,
todos quedamos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo, hecha
de una vez por todas. Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 1, 14
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Aquel que es la Palabra
se hizo hombre y habitó entre nosotros y hemos visto su gloria. R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Concebirás y darás a luz un hijo.]
Del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel
Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una
virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José. La virgen
se llamaba María.
Entró el ángel a donde ella
estaba y le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. Al oír
estas palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría decir semejante
saludo.
El ángel le dijo: “No temas,
María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un
hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del
Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y él reinará
sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin”.
María le dijo entonces al
ángel: “¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?” El ángel le
contestó: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te
cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será llamado
Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que, a pesar de su vejez, ha
concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque
no hay nada imposible para Dios”. María contestó: “Yo soy la esclava del Señor;
cúmplase en mí lo que me has dicho”. Y el ángel se retiró de su presencia.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: En
el pasaje evangélico de la Anunciación (Lc 1, 26-38) podemos encontrar un
gran contraste entre las promesas del ángel y la respuesta de María. Ante
la tan amplia, detallada y asombrosa revelación del mensajero divino, su respuesta
es una frase breve que no habla de gloria, no habla de privilegio, sino sólo
de disponibilidad y de servicio: «He aquí la esclava del Señor; hágase en
mí según tu palabra». También el contenido es diferente. María no se exalta
frente a la posibilidad de convertirse incluso en la madre del Mesías, sino
que permanece modesta y expresa la propia adhesión al plan del Señor… En esta
circunstancia, María se presenta con una actitud que corresponde perfectamente
a la del Hijo de Dios cuando viene al mundo: Él quiere convertirse en el Siervo
del Señor, ponerse al servicio de la humanidad para cumplir el proyecto del
Padre. María dice: «He aquí la esclava del Señor»; y el Hijo de Dios, entrando
en el mundo dice: «He aquí que vengo a hacer, oh Dios, tu voluntad» (Heb 10,
7- 9). La actitud de María refleja plenamente esta declaración del Hijo de
Dios, que se convierte también en hijo de María… Por algo en el canto del
«Magnificat» –con mucha verdad y sobrada razón– podrá proclamar que el Señor
«exaltó a los humildes» (Lc 1, 52), porque con esta respuesta suya ha obtenido
una indescriptible alegría y una altísima gloria. Mientras admiramos a nuestra
Madre por su respuesta a esta llamada y a esta misión, le pedimos que nos
ayude a cada uno de nosotros a acoger el proyecto de Dios en nuestra vida,
con humildad sincera y generosidad valiente. [Sintetizado de: Papa Francisco,
Ángelus, 24-XII-2017].
Se dice Credo. Todos se arrodillan a las palabras
y por obra...
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios todopoderoso, dígnate
aceptar los dones de tu Iglesia, que reconoce su origen en la encarnación
de tu Unigénito, y concédele celebrar con gozo sus misterios en esta solemnidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO: El misterio de la Encarnación.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Is 7, 14
Miren: la Virgen concebirá
y dará a luz un hijo, a quien le pondrá el nombre de Emmanuel.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, por esta comunión
fortalece en nosotros la verdadera fe, para que, cuantos proclamamos que el
Hijo de la Virgen María es verdadero Dios y verdadero hombre, lleguemos a
la alegría eterna por el poder salvador de su resurrección. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Morado / Feria
de Cuaresma MR p. 220 [233] / Lecc. I p. 747
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal
118, 133
Asegura mis pasos conforme
a tu promesa, que la maldad no se apodere de mí.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, que,
ejercitados por las prácticas cuaresmales y alimentados por tu palabra, con
santa templanza nos de todo corazón entregados a ti y estemos siempre unidos,
perseverando en oración. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de
los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Guarden mis mandamientos y pónganlos en
práctica.]
Del libro del Deuteronomio 4, 1. 5-9
En aquellos días, habló
Moisés al pueblo, diciendo: “Ahora, Israel, escucha los mandatos y preceptos
que te enseño, para que los pongas en práctica y puedas así vivir y entrar
a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de tus padres, te va a dar.
Yo les enseño mandatos y
preceptos, como me ordena el Señor, mi Dios, para que se ajusten a ellos en
la tierra en que van a entrar y que van a tomar en posesión. Guárdenlos y
cúmplanlos, porque ellos son su sabiduría y su prudencia a los ojos de los
pueblos.
Cuando tengan noticia de
todos estos preceptos, se dirán: ‘En verdad esta gran nación es un pueblo
sabio y prudente’. Porque, ¿cuál otra nación hay tan grande que tenga dioses
tan cercanos como lo está nuestro Dios, siempre que lo invocamos? ¿Cuál es
la gran nación cuyos mandatos y preceptos sean tan justos como toda esta ley
que ahora les doy?
Pero ten cuidado y atiende
bien: No vayas a olvidarte de estos hechos que tus ojos han visto, ni dejes
que se aparten de tu corazón en todos los días de tu vida; al contrario, transmíteselos
a tus hijos y a los hijos de tus hijos”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 147
R/. Demos gloria a nuestro Dios.
Glorifica al Señor, Jerusalén,
a Dios ríndele honores, Israel. Él refuerza el cerrojo de tus puertas y bendice
a tus hijos en tu casa. R/.
Él mantiene la paz en tus
fronteras, con su trigo mejor sacia tu hambre. Él envía a la tierra su mensaje
y su palabra corre velozmente. R/.
Le muestra a Jacob su pensamiento,
sus normas y designios a Israel. No ha hecho nada igual con ningún pueblo,
ni le ha confiado a otro sus proyectos. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 6, 63. 68
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Tus palabras, Señor, son
espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna. R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[El que cumpla y enseñe mis mandamientos,
será grande en el Reino de los cielos.]
Del santo Evangelio según san Mateo 5, 17-19
En aquel tiempo, Jesús dijo
a sus discípulos: “No crean que he venido a abolir la ley o los profetas;
no he venido a abolirlos, sino a darles plenitud. Yo les aseguro que antes
se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más pequeña
letra o coma de la ley.
Por lo tanto, el que quebrante
uno de estos preceptos menores y enseñe eso a los hombres, será el menor en
el Reino de los cielos; pero el que los cumpla y los enseñe, será grande en
el Reino de los cielos”. Palabra del
Señor.
REFLEXIÓN: El
Antiguo y el Nuevo Testamento forman una unidad inseparable, ya que nos ofrecen,
en su totalidad, el «plan divino» de salvación. Jesús se presenta aquí como
el Nuevo Legislador y proclama una Ley superior a la de Moisés. Esta Buena
Noticia no puede ser aceptada o rechazada “en parte”: se acepta o se rechaza
“en bloque”. Quien hace distinción entre mandamiento y mandamiento o quien
–rechazando las otras– está inclinado a seguir sólo una parte del Evangelio,
muestra una evidente falta de amor. Tal actitud terminaría en una observancia
meramente servil, indigna de un verdadero discípulo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, las súplicas
de tu pueblo juntamente con la población de estas ofrendas; y a quienes celebramos
tus sacramentos, defiéndenos de todo peligro. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal, 15, 11
Me has enseñado el sendero
de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Santifica, Señor, a quienes
hemos sido alimentados con los manjares de la mesa celestial, para que, perdonados
de todo pecado, podamos alcanzar las promesas eternas. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Concede, Señor, a tu pueblo
el deseo de agradarte, porque sólo le darás todo lo que lo favorece si lo
haces dócil a lo que tú mismo le enseñas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado / Feria
de Cuaresma MR p. 221 [234] / Lecc. I p. 749
ANTÍFONA DE ENTRADA
Yo soy la salvación de mi
pueblo, dice el Señor. Los escucharé cuando me llamen en cualquier tribulación,
y siempre seré su Dios.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, te pedimos
humildemente que, cuanto más se acerca el día de la fiesta que nos trae la
salvación, con tanto mayor fervor nos preparemos para celebrar debidamente
el misterio pascual. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Este es el pueblo que no escuchó la voz
del Señor, su Dios.]
Del libro del profeta Jeremías 7, 23-28
Esto dice el Señor: “Esta
es la orden que di a mi pueblo: ‘Escuchen mi voz, y yo seré su Dios y ustedes
serán mi pueblo; caminen siempre por el camino que yo les mostraré, para que
les vaya bien’.
Pero ellos no escucharon
ni prestaron oído. Caminaron según sus ideas, según la maldad de su corazón
obstinado, y en vez de darme la cara, me dieron la espalda, desde que sus
padres salieron del país de Egipto hasta hoy.
Yo les envié a mis siervos,
los profetas, un día y otro día; pero ellos no los escucharon ni les prestaron
oído. Endurecieron su cabeza y fueron peores que sus padres. Tú les dirás,
pues, todas estas palabras, pero no te escucharán; los llamarás y no te responderán.
Entonces les dirás: ‘Este es el pueblo que no escuchó la voz del Señor, su
Dios, ni aceptó la corrección. Ya no existe fidelidad en Israel; ha desaparecido
de su misma boca’”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 94
R/. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Vengan, lancemos vivas al
Señor, aclamemos al Dios que nos salva. Acerquémonos a él, llenos de júbilo,
y démosle gracias. R/.
Vengan, y puestos de rodillas,
adoremos y bendigamos al Señor, que nos hizo, porque él es nuestro Dios y
nosotros, su pueblo; él es nuestro pastor y nosotros, sus ovejas. R/.
Hagámosle caso al Señor,
que nos dice: “No endurezcan su corazón, como el día de la rebelión en el
desierto, cuando sus padres dudaron de mí, aunque habían visto mis obras”.
R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Joel 2, 12-13
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Todavía es tiempo, dice
el Señor. Arrepiéntanse de todo corazón y vuélvanse a mí, que soy compasivo
y misericordioso. R/. Honor y gloria
a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[El que no está conmigo, está contra mí.]
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 14-23
En aquel tiempo, Jesús expulsó
a un demonio, que era mudo. Apenas salió el demonio, habló el mudo y la multitud
quedó maravillada. Pero algunos decían: “Este expulsa a los demonios con el
poder de Satanás, el príncipe de los demonios”. Otros, para ponerlo a prueba,
le pedían una señal milagrosa.
Pero Jesús, que conocía
sus malas intenciones, les dijo: “Todo reino dividido por luchas internas
va a la ruina y se derrumba casa por casa. Si Satanás también está dividido
contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo arrojo a los
demonios con el poder de Satanás. Entonces, ¿con el poder de quién los arrojan
los hijos de ustedes? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero si yo arrojo
a los demonios por el poder de Dios, eso significa que ha llegado a ustedes
el Reino de Dios.
Cuando un hombre fuerte
y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros; pero si otro más
fuerte lo asalta y lo vence, entonces le quita las armas en que confiaba y
después dispone de sus bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el
que no recoge conmigo, desparrama”. Palabra
del Señor.
REFLEXIÓN: Los
excepcionales milagros realizados por Jesús le atraen, de forma casi espontánea,
la admiración de los sencillos y la ira de los pretenciosos. Éstos –al no
reconocerlo como el enviado del Padre– llegan incluso a atribuir tales prodigios
a la sagaz intervención del diablo.
De ahí que osen pedirle
acciones todavía más portentosas e incluso más extraordinarias. Jesús desenmascara
su hipocresía y los invita a hacer una opción radical: el que no está con
Él, comprometido en la lucha contra el mal, estará simple y llanamente bajo
el dominio del Maligno.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Para que te agraden, Señor,
las ofrendas de tu pueblo, te pedimos que nos purifiques de todo contagio
de mal y no permitas que nos entreguemos a falsos placeres ya que nos prometes
el premio verdadero. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 118, 4-5
Tú promulgas tus preceptos
para que se observen con exactitud. Ojalá que mi conducta se ajuste siempre
al cumplimiento de tu voluntad.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Acompaña, Señor, con tu
bondadosa protección a quienes vivificas con tus sacramentos, para que recibamos,
en la celebración de estos misterios y en nuestra vida, los frutos de tu salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional]
Imploramos, Señor, tu clemencia,
confiados en tu misericordia, y ya que de ti recibimos todo lo que somos,
haz que por tu gracia podamos querer lo que es bueno, y realizar lo que queremos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado / Feria
De Cuaresma MR p. 223 [235] / Lecc. I p. 751
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal
85, 8. 10
No existe ningún otro dios
igual a ti, porque tú eres grande y haces maravillas; tú eres el único Dios.
ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Señor bondadoso,
que infundas tu gracia en nuestros corazones, para que, apartándonos siempre
de todo humano extravío, podamos acoger, con tu ayuda, las inspiraciones que
nos vienen de ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Nunca llamaremos ya “dios nuestro” a las
obras de nuestras manos.]
Del libro del profeta Oseas 14, 2-10
Esto dice el Señor Dios:
“Israel, conviértete al Señor, Dios tuyo, pues tu maldad te ha hecho sucumbir.
Arrepiéntanse y acérquense al Señor para decirle: ‘Perdona todas nuestras
maldades, acepta nuestro arrepentimiento sincero, que solemnemente te prometemos.
Ya no nos salvará Asiria,
ya no confiaremos en nuestro ejército, ni volveremos a llamar «dios nuestro»
a las obras de nuestras manos, pues sólo en ti encuentra piedad el huérfano’.
Yo perdonaré sus infidelidades,
dice el Señor; los amaré, aunque no lo merezcan, porque mi cólera se ha apartado
de ellos. Seré para Israel como rocío; mi pueblo florecerá como el lirio,
hundirá profundamente sus raíces, como el álamo, y sus renuevos se propagarán;
su esplendor será como el del olivo y tendrá la fragancia de los cedros del
Líbano.
Volverán a vivir bajo mi
sombra, cultivarán los trigales y las viñas, que serán tan famosas como las
del Líbano. Ya nada tendrá que ver Efraín con los ídolos. Yo te he castigado,
pero yo también te voy a restaurar, pues soy como un ciprés, siempre verde,
y gracias a mí, tú das frutos.
Quien sea sabio, que comprenda
estas cosas y quien sea prudente, que las conozca. Los mandamientos del Señor
son rectos y los justos los cumplen; los pecadores, en cambio, tropiezan en
ellos y caen”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 80
R/. Yo soy tu Dios, escúchame.
Oyó Israel palabras nunca
oídas: “He quitado la carga de tus hombros y el pesado canasto de tus manos.
Clamaste en la aflicción y te libré. R/.
Te respondí, oculto entre
los truenos, y te probé en Meribá, junto a la fuente. Escucha, pueblo mío,
mi advertencia. ¡Israel, si quisieras escucharme! R/.
No tendrás otro Dios, fuera
de mí, ni adorarás a dioses extranjeros, porque yo el Señor, soy el Dios tuyo,
que te sacó de Egipto, tu destierro. R/.
¡Ojalá que mi pueblo me
escuchara y cumpliera Israel mis mandamientos! Comería de lo mejor de mi trigo
y yo lo saciaría con miel silvestre”. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 17
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Conviértanse, dice el Señor,
porque ya está cerca el Reino de los cielos. R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[El Señor tu Dios es el único Dios: ámalo.]
Del santo Evangelio según san Marcos 12, 28b-34
En aquel tiempo, uno de
los escribas se acercó a Jesús y le preguntó: “¿Cuál es el primero de todos
los mandamientos?” Jesús le respondió: “El primero es: Escucha, Israel: El
Señor, nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor, tu Dios, con todo
tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El
segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento
mayor que éstos”.
El escriba replicó: “Muy
bien, Maestro. Tienes razón, cuando dices que el Señor es único y que no hay
otro fuera de él, y amarlo con todo el corazón, con toda el alma, con todas
las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos
y sacrificios”.
Jesús, viendo que había
hablado muy sensatamente, le dijo: “No estás lejos del Reino de Dios”. Y ya
nadie se atrevió a hacerle más preguntas. Palabra
del Señor.
REFLEXIÓN: Jesús,
a instancias de un escriba y citando Deuteronomio 6, 4, respondió que el mayor
de los mandamientos es el amor de Dios. Y luego –sin que se le hubiera preguntado–
Él añade una segunda cita tomada de Levítico 19, 18, acerca del amor al prójimo:
«No hay ningún mandamiento mayor que éstos». Así, Jesús unifica muy original
y creativamente toda la Ley en el único mandamiento del amor a Dios y al prójimo.
De esta forma le restituye
al amor su función originaria: provocar el encuentro de Dios con los hombres
y el encuentro de los hombres entre sí y con Dios.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira benignamente, Señor,
los dones que te consagramos, para que sean gratos a tus ojos y sirvan siempre
para nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Mc 12, 33
Amar a Dios con todo el
corazón y al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los sacrificios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Señor, que la
acción de tu gracia penetre nuestras mentes y nuestros cuerpos, para que el
sacramento recibido realice plenamente nuestra redención. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Mira, propicio, Señor, a
tus fieles, que imploran tu misericordia, para que, llenos de confianza en
tu bondad, puedan difundir por todas partes los dones de tu amor. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Morado Feria
De Cuaresma MR p. 224 [236] / Lecc. I p. 754
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal
102, 2-3
Bendice, alma mía, al Señor,
y no te olvides de sus beneficios, pues él perdona todas tus culpas.
ORACIÓN COLECTA
Llenos de alegría por la
celebración anual de esta Cuaresma, te rogamos, Señor, que, frecuentando los
sacramentos pascuales, gocemos de la plenitud de sus frutos. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Yo quiero misericordia y no sacrificios.]
Del libro del profeta Oseas 6, 1-6
Esto dice el Señor: “En
su aflicción, mi pueblo me buscará y se dirán unos a otros: ‘Vengan, volvámonos
al Señor; él nos ha desgarrado y él nos curará; él nos ha herido y él nos
vendará. En dos días nos devolverá la vida, y al tercero, nos levantará y
viviremos en su presencia.
Esforcémonos por conocer
al Señor; tan cierta como la aurora es su aparición y su juicio surge como
la luz; bajará sobre nosotros como lluvia temprana, como lluvia de primavera
que empapa la tierra’.
¿Qué voy a hacer contigo,
Efraín? ¿Qué voy a hacer contigo, Judá? Su amor es nube mañanera, es rocío
matinal que se evapora. Por eso los he azotado por medio de los profetas y
les he dado muerte con mis palabras. Porque yo quiero misericordia y no sacrificios,
conocimiento de Dios, más que holocaustos”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 50
R/. Misericordia quiero, no sacrificios, dice el Señor.
Por tu inmensa compasión
y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de
todos mis delitos, y purifícame de mis pecados. R/.
Tú, Señor, no te complaces
en los sacrificios y si te ofreciera un holocausto, no te agradaría. Un corazón
contrito te presento, y a un corazón contrito, tú nunca lo desprecias. R/.
Señor, por tu bondad, apiádate
de Sión, edifica de nuevo sus murallas. Te agradarán entonces los sacrificios
justos, ofrendas y holocaustos. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Sal 94, 8
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Hagámosle caso al Señor
que nos dice: “No endurezcan su corazón”. R/.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[El publicano regresó a su casa justificado,
el fariseo no.]
Del santo Evangelio según san Lucas 18, 9-14
En aquel tiempo, Jesús dijo
esta parábola sobre algunos que se tenían por buenos y despreciaban a los
demás: “Dos hombres subieron al templo para orar: uno era fariseo y el otro,
publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: ‘Dios mío, te doy
gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos y adúlteros;
tampoco soy como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo
de todas mis ganancias’.
El publicano, en cambio,
se quedó lejos y no se atrevía a levantar los ojos al cielo. Lo único que
hacía era golpearse el pecho, diciendo: ‘Dios mío, apiádate de mí, que soy
un pecador’. Pues bien, yo les aseguro que éste bajó a su casa justificado
y aquél no; porque todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla
será enaltecido”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN Con la parábola
del publicano y del fariseo san Luca nos presenta, de manera muy clara, dos
actitudes contrapuestas de hacer oración. Prepara así, de algún modo, lo que
luego será la teología paulina acerca de la justificación del hombre por medio
de la fe, sin necesidad de las obras de la Ley (Cfr. Rom 3, 28, 9, 32; Gal
2, 16; Ef 2, 8-10). La oración humilde que parte del corazón, como la del
publicano, justifica y santifica. La oración del engreído fariseo –tan “condimentada”
por la complacencia en sus propios méritos– lo hace, en cambio, odioso a los
ojos de Dios.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor Dios, de cuya gracia
nos viene que podamos, contritos de corazón, acercarnos a tus sacramentos,
concédenos que, al celebrarlos dignamente, podamos rendirte una alabanza perfecta.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 18, 13
El publicano, en cambio,
se quedó lejos, se golpeaba el pecho y decía: Dios mío, apiádate de mí, que
soy un pecador.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios misericordioso,
tributar digno homenaje a estos santos misterios, con los que sin cesar nos
alimentas, y recibirlos siempre con espíritu de fe. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Despliega, Señor, sobre
tus fieles el auxilio de tu mano poderosa, para que podamos buscarte de todo
corazón y merezcamos recibir lo que dignamente te pedimos. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
IV DOMINGO
DE CUARESMA,
DOMINGO «LAETARE»
Un Padre que «sale al encuentro»…
Dentro del itinerario cuaresmal, el pasaje evangélico de este día nos presenta
la última de las tres parábolas del capítulo quince de san Lucas que nos hablan,
cada una a su modo, del «padre misericordioso». Las otras dos, lo sabemos,
son las de la «oveja perdida» y la de la «moneda encontrada»… Este incomparable
relato –más comúnmente conocido como la parábola del «hijo pródigo»– tiene
como protagonista a un padre con sus dos hijos. De Él lo que más nos sorprende
es su tolerancia ante la decisión del hijo más joven de irse de casa. Pero
la separación de ese hijo es sólo física. El padre lo lleva siempre en el
corazón, escrutando día a día el camino con la esperanza de volver a verlo,
hasta que un día por fin retorna y, sin ningún reproche, Él hace una gran
fiesta.
La misma actitud reserva
el padre al hijo mayor –que siempre ha permanecido en casa– y ahora está indignado
y protesta porque no entiende toda la bondad hacia el hermano que se había
equivocado. El padre también «sale al encuentro» de este hijo y le recuerda
que ellos han estado siempre juntos, que tienen todo en común, pero que era
necesario acoger con alegría al hermano que finalmente ha vuelto a casa… En
esta parábola, además, se puede entrever a un tercer hijo: Es el que «siendo
de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se
despojó de sí mismo tomando condición de siervo» (Fil 2, 6-7). ¡Este Hijo-Siervo
es Jesús! Es la extensión de los brazos y del corazón del Padre: Él, Jesús,
nos enseña a ser «misericordiosos como el Padre». La figura del padre de la
parábola desvela el corazón de Dios. Él es el Padre que, en Jesús, nos ama
más allá de cualquier medida y espera siempre nuestra conversión… Como el
padre del evangelio, también Dios continúa considerándonos sus hijos aun cuando
nos hemos perdido y sale a nuestro encuentro con ternura cuando volvemos a
Él. Los errores que cometemos –aunque sean muy grandes– no rompen la fidelidad
de su amor. En el sacramento de la Reconciliación podemos siempre comenzar
de nuevo: Él nos acoge, nos restituye la dignidad de hijos suyos... ¡Dejémonos
alcanzar por la mirada llena de amor de nuestro Padre, y volvamos a Él con
todo el corazón, rechazando cualquier compromiso con el pecado! [Sintetizado
de: Papa Francisco, Ángelus, 28-II-2016].
MR p. 225 [238] / Lecc. I p. 301. LH Semana
IV del Salterio.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr.
Is 66, 10-11
Alégrate, Jerusalén, y que
se reúnan cuantos la aman. Compartan su alegría los que estaban tristes, vengan
a saciarse con su felicidad.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por tu Palabra
realizas admirablemente la reconciliación del género humano, concede al pueblo
cristiano prepararse con generosa entrega y fe viva a celebrar las próximas
fiestas de la Pascua. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[El pueblo de Dios celebró la Pascua al
entrar en la tierra prometida.]
Del libro de Josué 5, 9a. 10-12
En aquellos días, el Señor
dijo a Josué: “Hoy he quitado de encima de ustedes el oprobio de Egipto”.
Los israelitas acamparon
en Guilgal, donde celebraron la Pascua, al atardecer del día catorce del mes,
en la llanura desértica de Jericó.
El día siguiente a la Pascua,
comieron del fruto de la tierra, panes ázimos y granos de trigo tostados.
A partir de aquel día, cesó el maná. Los israelitas ya no volvieron a tener
maná, y desde aquel año comieron de los frutos que producía la tierra de Canaán.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 33
R/. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Bendeciré al Señor a todas
horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que
se alegre su pueblo al escucharlo. R/.
Proclamemos la grandeza
del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo
caso y me libró de todos mis temores. R/.
Confía en el Señor y saltarás
de gusto, jamás te sentirás decepcionado, porque él Señor escucha el clamor
de los pobres y los libra de todas sus angustias. R/.
SEGUNDA LECTURA
[Dios nos reconcilió consigo por medio
de Cristo.]
De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios
5, 17-21
Hermanos: El que vive según
Cristo es una creatura nueva; para él todo lo viejo ha pasado. Ya todo es
nuevo.
Todo esto proviene de Dios,
que nos reconcilió consigo por medio de Cristo y que nos confirió el ministerio
de la reconciliación. Porque, efectivamente, en Cristo, Dios reconcilió al
mundo consigo y renunció a tomar en cuenta los pecados de los hombres, y a
nosotros nos confió el mensaje de la reconciliación.
Por eso, nosotros somos
embajadores de Cristo, y por nuestro medio, es Dios mismo el que los exhorta
a ustedes. En nombre de Cristo les pedimos que se reconcilien con Dios.
Al que nunca cometió pecado,
Dios lo hizo “pecado” por nosotros, para que, unidos a él, recibamos la salvación
de Dios y nos volvamos justos y santos. Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 15, 18
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Me levantaré, volveré a
mi padre y le diré: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti”. R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Tu hermano estaba muerto y ha vuelto a
la vida.]
Del santo Evangelio según san Lucas 15, 1-3. 11-32
En aquel tiempo, se acercaban
a Jesús los publícanos y los pecadores para escucharlo. Por lo cual los fariseos
y los escribas murmuraban entre sí: “Este recibe a los pecadores y come con
ellos”.
Jesús les dijo entonces
esta parábola: “Un hombre tenía dos hijos, y el menor de ellos le dijo a su
padre: ‘Padre, dame la parte de la herencia que me toca’. Y él les repartió
los bienes.
No muchos días después,
el hijo menor, juntando todo lo suyo, se fue a un país lejano y allá derrochó
su fortuna, viviendo de una manera disoluta. Después de malgastarlo todo,
sobrevino en aquella región una gran hambre y él empezó a padecer necesidad.
Entonces fue a pedirle trabajo
a un habitante de aquel país, el cual lo mandó a sus campos a cuidar cerdos.
Tenía ganas de hartarse con las bellotas que comían los cerdos, pero no lo
dejaban que se las comiera. Se puso entonces a reflexionar y se dijo: ‘¡Cuántos
trabajadores en casa de mi padre tienen pan de sobra, y yo, aquí, me estoy
muriendo de hambre! Me levantaré, volveré a mi padre y le diré: Padre, he
pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo. Recíbeme
como a uno de tus trabajadores’. Enseguida se puso en camino hacia la casa
de su padre.
Estaba todavía lejos, cuando
su padre lo vio y se enterneció profundamente. Corrió hacia él, y echándole
los brazos al cuello, lo cubrió de besos. El muchacho le dijo: ‘Padre, he
pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo’. Pero
el padre les dijo a sus criados: ‘¡Pronto!, traigan la túnica más rica y vístansela;
pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies; traigan el becerro
gordo y mátenlo. Comamos y hagamos una fiesta, porque este hijo mío estaba
muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’. Y empezó
el banquete.
El hijo mayor estaba en
el campo y al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y los cantos.
Entonces llamó a uno de los criados y le preguntó qué pasaba. Este le contestó:
‘Tu hermano ha regresado y tu padre mandó matar el becerro gordo, por haberlo
recobrado sano y salvo’. El hermano mayor se enojó y no quería entrar.
Salió entonces el padre
y le rogó que entrara; pero él replicó: ‘¡Hace tanto tiempo que te sirvo,
sin desobedecer jamás una orden tuya, y tú no me has dado nunca ni un cabrito
para comérmelo con mis amigos! Pero eso sí, viene ese hijo tuyo, que despilfarró
tus bienes con malas mujeres, y tú mandas matar el becerro gordo’.
El padre repuso: ‘Hijo,
tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo. Pero era necesario hacer fiesta
y regocijarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida,
estaba perdido y lo hemos encontrado’ ”. Palabra
del Señor.
Se dice Credo.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Oremos al Señor, que no
desea la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, y pidámosle que
tenga misericordia de su pueblo:
Para
que Dios fortalezca la voluntad de los que se preparan a recibir en estos
días cuaresmales el sacramento de la penitencia y les conceda un verdadero
arrepentimiento de sus culpas, roguemos al Señor.
Para
que el Señor abra la inteligencia y el corazón de los incrédulos, de manera
que lleguen al conocimiento de la verdad, y –en la fe– encuentren aquel descanso
que sin saberlo desean, roguemos al Señor.
Para
que Dios conceda su ayuda a los que se sienten tentados y a todos aquellos
que con su sufrimiento participan de la Cruz de Cristo, roguemos al Señor.
Para
que todos nosotros perseveremos en el esfuerzo cuaresmal y lleguemos, purificados,
a las fiestas de Pascua que se acercan, roguemos al Señor.
Dios, rico en misericordia,
que recibes con el abrazo del perdón a tus hijos que, arrepentidos, retornan
a ti. Perdona nuestras culpas y revístenos con vestiduras de fiesta, para
que podamos participar en el banquete eterno de tu gloria. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te presentamos, Señor, llenos
de alegría, estas ofrendas para el sacrificio redentor, y pedimos tu ayuda
para celebrarlo con fe sincera y ofrecerlo dignamente por la salvación del
mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I
o II de Cuaresma pp. 492-493 [493-494].
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 15, 32
Alégrate, hijo mío, porque
tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos
encontrado.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, luz que alumbra
a todo hombre que viene a este mundo, ilumina nuestros corazones con el resplandor
de tu gracia, para que podamos siempre pensar lo que es digno y grato a tus
ojos y amarte con sincero corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Protege, Señor, a quienes
te invocan, ayuda a los débiles y reaviva siempre con tu luz a quienes caminan
en medio de las tinieblas de la muerte; concédeles que, liberados por tu bondad
de todos los males, alcancen los bienes supremos. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Morado / Feria
De Cuaresma MR pp. 228 [241] / Lecc. I p. 761
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 30, 7-8
Confío en ti, Señor. Me
gozaré y me alegraré en tu misericordia, porque te has fijado en mi aflicción.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que renuevas
el mundo por medio de tus admirables sacramentos, concede que tu Iglesia progrese
gracias a tus designios eternos y que no le falten los auxilios temporales.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Ya no se
oirán gemidos ni llantos.]
Del libro del profeta Isaías 65, 17-21
Esto dice el Señor: “Voy
a crear un cielo nuevo y una tierra nueva; ya no recordaré lo pasado, lo olvidaré
de corazón.
Se llenarán ustedes de gozo
y de perpetua alegría por lo que voy a crear: Convertiré a Jerusalén en júbilo
y a mi pueblo en alegría. Me alegraré por Jerusalén y me gozaré por mi pueblo.
Ya no se oirán en ella gemidos
ni llantos. Ya no habrá niños que vivan pocos días, ni viejos que no colmen
sus años y al que no los alcance se le tendrá por maldito.
Construirán casas y vivirán
en ellas, plantarán viñas y comerán sus frutos”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 29
R/. Te alabaré, Señor, eternamente.
Te alabaré, Señor, pues
no dejaste que se rieran de mí mis enemigos. Tú, Señor, me salvaste de la
muerte y a punto de morir, me reviviste. R/.
Alaben al Señor quienes
lo aman, den gracias a su nombre, porque su ira dura un solo instante y su
bondad, toda la vida. El llanto nos visita por la tarde; por la mañana, el
júbilo. R/.
Escúchame, Señor, y compadécete;
Señor, ven en mi ayuda. Convertiste mi duelo en alegría, te alabaré por eso
eternamente. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Am 5, 14
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Busquen el bien y no el
mal, para que vivan, y el Señor estará con ustedes. R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Vete, tu
hijo ya está sano.]
Del santo Evangelio según san Juan 4, 43-54
En aquel tiempo, Jesús salió
de Samaria y se fue a Galilea. Jesús mismo había declarado que a ningún profeta
se le honra en su propia patria. Cuando llegó, los galileos lo recibieron
bien, porque habían visto todo lo que él había hecho en Jerusalén durante
la fiesta, pues también ellos habían estado allí.
Volvió entonces a Cana de
Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había allí un funcionario
real, que tenía un hijo enfermo en Cafarnaúm. Al oír éste que Jesús había
venido de Judea a Galilea, fue a verlo y le rogó que fuera a curar a su hijo,
que se estaba muriendo. Jesús le dijo: “Si no ven ustedes señales y prodigios,
no creen”. Pero el funcionario del rey insistió: “Señor, ven antes de que
mi muchachito muera”. Jesús le contestó: “Vete, tu hijo ya está sano”.
Aquel hombre creyó en la
palabra de Jesús y se puso en camino. Cuando iba llegando, sus criados le
salieron al encuentro para decirle que su hijo ya estaba sano. Él les preguntó
a qué hora había empezado la mejoría. Le contestaron: “Ayer, a la una de la
tarde, se le quitó la fiebre”. El padre reconoció que a esa misma hora Jesús
le había dicho: ‘Tu hijo ya está sano’, y creyó con todos los de su casa.
Esta fue la segunda señal milagrosa que hizo Jesús al volver de Judea a Galilea.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: La
curación del hijo del funcionario real, en Caná de Galilea, nos es reportada
por san Juan como el segundo «signo» realizado por Jesús. Es este el tercer
ejemplo típico –junto a los de Nicodemo y de la Samaritana– de alguien que
decide ir en busca de la fe, y en esta ocasión se trata precisamente de un
pagano. La fe sincera nos hace aceptar lo que no vemos. En este caso, este
hombre creyó que Jesús podía sanar a su hijo sin siquiera ir a su casa. Su
fe es confirmada por el milagro, anunciado por los criados que salen a su
encuentro para hacérselo saber.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Señor, que podamos
alcanzar el fruto de la ofrenda que te presentamos, para que, purificados
de la antigua situación de pecado, nos renueve la participación en la vida
divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Ez 36, 27
Infundiré mi Espíritu en
ustedes, y los haré vivir según mis preceptos y cumplir mis mandamientos,
dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Señor, que tus
santos misterios, renovándonos, nos vivifiquen nos reanimen con su vigorosa
fuerza y, santificándonos, nos conduzcan a la vida eterna. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO [Opcional].
Renueva, Señor, interior
y exteriormente a tu pueblo, y ya que no quieres que lo frenen los placeres
carnales, afiánzalo en su anhelo de los bienes espirituales. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
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