Dom |
Lun |
Mar |
Mié |
Jue |
Vie |
Sáb |
|
|
|
||||
29 |
MISAL NOVIEMBRE DEL 2007 / www.laverdadcatolica.org
Todos los Santos
Santos: San Marcelo de París, obispo. Beato Clemente Kiusjemon y compañeros, mártires.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Alegrémonos en el Señor al celebrar la solemnidad de Todos los Santos, por la cual se alegran los ángeles y alaban al Hijo de Dios.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios omnipotente y eterno, que otorgas a tu Iglesia la alegría de celebrar, en esta solemnidad, los méritos y la gloria de todos los santos, concede a tu pueblo, por intercesión de todos estos hermanos nuestros, la abundancia de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 7, 2-4. 9-14
Yo, Juan, vi a un ángel
que venía del oriente. Traía consigo el sello del Dios vivo y
gritaba con voz poderosa a los cuatro ángeles encargados de hacer daño
a la tierra y al mar. Les dijo: “¡No hagan daño a la tierra,
ni al mar, ni a los árboles, hasta que terminemos de marcar con el sello
la frente de los servidores de nuestro Dios!”. Y pude oír el número
de los que habían sido marcados: eran ciento cuarenta y cuatro mil, procedentes
de todas las tribus de Israel.
Vi luego una muchedumbre tan grande, que nadie podía contarla. Eran individuos
de todas las naciones y razas, de todos los pueblos y lenguas. Todos estaban
de pie, delante del trono y del Cordero; iban vestidos con una túnica
blanca; llevaban palmas en las manos y exclamaban con voz poderosa: “La
salvación viene de nuestro Dios, que está sentado en el trono,
y del Cordero”.
Y todos los ángeles que estaban alrededor del trono, de los ancianos
y de los cuatro seres vivientes, cayeron rostro en tierra delante del trono
y adoraron a Dios, diciendo: “Amén. La alabanza, la gloria, la
sabiduría, la acción de gracias, el honor, el poder y la fuerza,
se le deben para siempre a nuestro Dios”.
Entonces uno de los ancianos me preguntó: “¿Quienes son
y de dónde han venido los que llevan la túnica blanca?”.
Yo les respondí: “Señor mío, tú eres quien
lo sabe”. Entonces él me dijo: “Son los que han pasado por
la gran persecución y han lavado y blanqueado su túnica con la
sangre del Cordero”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Una muchedumbre inmensa
prorrumpe en exclamaciones de júbilo, la victoria está a la puerta,
Dios hizo posible que sus siervos se mantuvieran fieles hasta el final.
Del salmo 23 R/. Ésta es la clase de hombres que te buscan, Señor.
Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en
él habitan, pues Él lo edificó sobre los mares, Él
fue quien lo asentó sobre los ríos. R/.
¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién
podrá entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y manos
puras y que no jura en falso. R/.
Ése obtendrá la bendición de Dios, y Dios, su salvador,
le hará justicia. Esta es la clase de hombres que te buscan y vienen
ante ti, Dios de Jacob. R/.
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan: 3, 1-3
Queridos hijos: Miren cuánto
amor nos ha tenido el Padre, pues no sólo nos llamamos hijos de Dios,
sino que lo somos. Si el mundo no nos reconoce, es porque tampoco lo ha reconocido
a Él.
Hermanos míos, ahora somos hijos de Dios, pero aún no se ha manifestado
cómo seremos al fin. Y ya sabemos que, cuando Él se manifieste,
vamos a ser semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es.
Todo el que tenga puesta en Dios esta esperanza, se purifica a sí mismo
para ser tan puro como Él. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Los cristianos viven en el mundo, están inmersos en él, pero se rigen y se organizan de forma alternativa, por que se saben hijos de Dios y como tales, no reproducen los mecanismos mundanos.
ACLAMACIÓN
(Mt 11, 28) R/. Aleluya, aleluya.
Vengan a mí todos los que están fatigados y agobiados por la carga,
y yo les daré alivio, dice el Señor. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 5, 1-12
En
aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte
y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida
comenzó a enseñarles y les dijo:
“Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de
los cielos. Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos
los sufridos, porque heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre
y sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos los misericordiosos,
porque obtendrán misericordia. Dichosos los limpios de corazón,
porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque se
les llamará hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos serán ustedes, cuando los injurien, los persigan y digan cosas
falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento,
porque su premio será grande en los cielos”. Palabra del
Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
La sociedad tiene su propio patrón para medir la consecución de la dicha. Los bienaventurados logran resistir con alegría la adversidad, porque han aprendido a vivir solidariamente entre sí.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, el sacrificio de alabanza que vamos a ofrecerte al celebrar hoy la fiesta de todos aquellos que gozan ya de tu vida inmortal, y concédenos experimentar siempre su protección y su ayuda en nuestro camino hacia ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque hoy nos concedes celebrar la gloria de todos los santos, asamblea de
la Jerusalén celestial que eternamente te alaba.
Hacia ella, peregrinos en la tierra, nos encaminamos alegres, guiados por la
fe y animados por la gloria de nuestros hermanos; en ellos encontramos ejemplo
y ayuda para nuestra debilidad.
Por eso, unidos a los santos y a los coros de los ángeles, te glorificamos
y cantamos, diciendo: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 5, 8-10)
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios nuestro, fuente única de toda santidad y admirable en todos tus santos, haz que este sacramento nos encienda en el fuego de tu amor y nos prepare para la alegría de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos
Santos: San Ambrosio de Agauno, abad. Beato Juan Bodey, mártir.
ANTÍFONA DE ENTRADA (1 Ts 4, 14; 1 Co 15, 22)
Si creemos que Jesús murió y resucitó, así también creemos que Dios llevará con Él a los que mueren en Jesús. Y así como todos han muerto en Adán, así también todos revivirán en Cristo.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Escucha, Señor, nuestras súplicas y haz que, al proclamar nuestra fe en la resurrección de tu Hijo, se avive también nuestra esperanza en la resurrección de nuestros hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de la Sabiduría: 3, 1-9
Las almas de los justos
están en las manos de Dios y no los alcanzará ningún tormento.
Los insensatos pensaban que los justos habían muerto, que su salida de
este mundo era una desgracia y su salida de entre nosotros, una completa destrucción.
Pero los justos están en paz.
La gente pensaba que sus sufrimientos eran un castigo, pero ellos esperaban
confiadamente la inmortalidad. Después de breves sufrimientos recibirán
una abundante recompensa, pues Dios los puso a prueba y los halló dignos
de sí. Los probó como oro en el crisol y los aceptó como
un holocausto agradable.
En el día del juicio brillarán los justos como chispas que se
propagan en un cañaveral. Juzgarán a las naciones y dominarán
a los pueblos, y el Señor reinará eternamente sobre ellos. Los
que confían en el Señor comprenderán la verdad y los que
son fieles a su amor permanecerán a su lado, porque Dios ama a sus elegidos
y cuida de ellos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
La opinión pública
desestima el proceder fiel de los justos, pues éstos son incorruptibles
y viven a plenitud su libertad interior y sin dejarse manipular por la presión
social.
Del salmo 26 R/. Espero ver la bondad del Señor.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy
a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién
podrá hacerme temblar? R/.
Lo único que pido, lo único que busco es vivir en la casa del
Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar
continuamente en su presencia. R/.
Oye, Señor, mi voz y mis clamores y tenme compasión. El corazón
me dice que te busque y buscándote estoy. No rechaces con cólera
a tu siervo. R/.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Armate de valor y
fortaleza y en el Señor confía. R/.
Lectura del la primera carta del apóstol san Juan: 3,14-16
Hermanos: Nosotros estamos seguros de haber pasado de la muerte a la vida, porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte. El que odia a su hermano es un homicida y bien saben ustedes que ningún homicida tiene la vida eterna. Conocemos lo que es el amor, en que Cristo dio su vida por nosotros. Así también debemos nosotros dar la vida por nuestros hermanos. Palabra de Dios Te alabamos, Señor.
Los discípulos de Jesús se reúnen en comunidades fraternas, reorganizan su existencia, viven como humanidad nueva. No son un ghetto ni un club de privilegiados, sino una comunidad abierta y misionera.
ACLAMACIÓN
(Mt 25, 34) R/. Aleluya, aleluya.
Vengan, benditos de mi Padre, dice el Señor; tomen posesión
del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 25, 31-46
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos: “Cuando venga el Hijo del hombre, rodeado
de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará
en su trono de gloria. Entonces serán congregadas ante Él todas
las naciones, y Él apartará a los unos de los otros, como aparta
el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha
y a los cabritos a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha: ‘Vengan, benditos de
mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación
del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron
de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo
y me visitaron, encarcelado y fueron a verme’. Los justos le contestarán
entonces: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te
dimos de comer, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos
de forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo
te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a ver?’. Y el rey les dirá:
‘Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante
de mis hermanos, conmigo lo hicieron’.
Entonces dirá también a los de la izquierda: ‘Apártense
de mí, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus
ángeles; porque estuve hambriento y no me dieron de comer, sediento y
no me dieron de beber, era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no
me vistieron, enfermo y encarcelado y no me visitaron’.
Entonces ellos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo
te vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado
y no te asistimos?’. Y Él les replicará: ‘Yo les aseguro
que cuando no lo hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco
lo hicieron conmigo’. Entonces irán éstos al castigo eterno
y los justos a la vida eterna”. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Sólo a Dios le corresponde proclamar un juicio decisivo sobre cada uno de nosotros. Quienes lograron reconocerle en los rostros del necesitado serán bienvenidos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te ofrecemos en este sacramento de amor que nos une a Cristo, tu Hijo, y recibe a nuestros hermanos difuntos en la gloria de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de difuntos I-V
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 11, 25-26)
Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá y el que vive y cree en mí, no morirá para siempre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por este memorial de la muerte y resurrección de Cristo que hemos celebrado, concede, Señor, a nuestros hermanos difuntos, gozar de la paz eterna de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
SEGUNDA MISA
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. 4 Esd 2. 34. 35)
Dales, Señor, el descanso eterno y brille para ellos la luz eterna.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios de infinita misericordia, que quisiste que tu Hijo muriera para redimirnos a todos, concede a nuestros hermanos difuntos compartir con Cristo la gloria de la resurrección, en la que creyeron y esperaron. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 25, 6. 7-9
En aquel día, el Señor del universo preparará sobre este monte un festín con platillos suculentos para todos los pueblos. El arrancará en este monte el velo que cubre el rostro de todos los pueblos, el paño que oscurece a todas las naciones. Destruirá la muerte para siempre; el Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros y borrará de toda la tierra la afrenta de su pueblo. Así lo ha dicho el Señor. En aquel día se dirá: “Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara; alegrémonos y gocemos con la salvación que nos trae”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 129 R/Señor,
escucha mi oración.
Desde el abismo de mis pecados clamo a ti; Señor, escucha mi clamor;
que estén atentos tus oídos a mi voz suplicante. R/.
Si conservaras el recuerdo de las culpas, ¿quién habría,
Señor, que se salvara? Pero de ti procede el perdón, por eso con
amor te veneramos. R/.
Confío en el Señor, mi alma espera y confía en su palabra;
mi alma aguarda al Señor, mucho más que a la aurora el centinela.
R/.
Como aguarda a la aurora el centinela, aguarda Israel al Señor, porque
del Señor viene la misericordia y la abundancia de la redención,
y El redimirá a su pueblo de todas sus iniquidades. R/.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 4, 13-14. 17-18
Hermanos: No queremos que ignoren lo que pasa con los difuntos, para que no vivan tristes, como los que no tienen esperanza. Pues, si creemos que Jesús murió y resucitó, de igual manera debemos creer que, a los que murieron en Jesús, Dios los llevará con Él, y así estaremos siempre con el Señor. Consuélense, pues, unos a otros, con estas palabras. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN (Jn 3,
16) R/. Aleluya, aleluya.
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único,
para que todo el que crea en Él tenga vida eterna. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 6,51-58
En aquel tiempo, Jesús
dijo a los judíos: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo;
el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les voy
a dar es mi carne, para que el mundo tenga vida”.
Entonces los judíos se pusieron a discutir entre sí: puede éste
darnos a comer su carne?”.
Jesús les dijo: “Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo
del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El
que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré
el último día.
Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi
carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre,
que me ha enviado, posee la vida y yo vivo por El, así también
el que me come vivirá por mí.
Éste es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que
comieron sus padres, pues murieron. El que come de este pan, vivirá para
siempre”. Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios todopoderoso, que por medio de las aguas del bautismo regeneraste un día a nuestros hermanos hoy difuntos, por este sacrificio de reconciliación que la Iglesia te ofrece, purifícalos de sus pecados en la Sangre de Cristo y recíbelos en los brazos de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de difuntos I-V
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. 4 Esd 2, 35.34)
Brille, Señor, para nuestros hermanos difuntos la luz eterna y vivan para siempre en compañía de tus santos, ya que eres misericordioso. Dales, Señor, el descanso eterno y brille para ellos la luz eterna y vivan para siempre en compañía de tus santos, ya que eres misericordioso.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por medio de este sacramento con que nos has unido a tu Hijo, muerto y resucitado por nuestra salvación, perdona, Señor, las culpas de nuestros hermanos difuntos y condúcelos a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
TERCERA MISA
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Rm 8, 11)
Dios, que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos, dará también la vida a nuestros cuerpos mortales por medio de su Espíritu que habita en nosotros.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios, creador y redentor nuestro, por cuyo poder Cristo venció a la muerte y subió glorioso a tu Reino, concede a nuestros hermanos difuntos compartir su victoria y disfrutar de tu presencia eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de los Macabeos: 12, 43-46
En aquellos días,
Judas Macabeo, jefe de Israel, hizo una colecta y recogió dos mil dracmas
de plata, que envió a Jerusalén para que ofrecieran un sacrificio
de expiación por los pecados de los que habían muerto en la batalla.
Obró con gran rectitud y nobleza, pensando en la resurrección,
pues si no hubiera esperado la resurrección de sus compañeros,
habría sido completamente inútil orar por los muertos. Pero él
consideraba que, a los que habían muerto piadosamente, les estaba reservada
una magnífica recompensa. En efecto, orar por los difuntos para que se
vean libres de sus pecados es una acción santa y conveniente. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 102 R/. El Señor
es compasivo y misericordioso.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso
para perdonar. No nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según
nuestros pecados. R/.
Como un padre es compasivo con sus hijos, así es compasivo el Señor
con quien lo ama, pues bien sabe El de lo que estamos hechos y de que somos
barro, no se olvida. R/.
La vida del hombre es como la hierba, brota como una flor silvestre: tan pronto
la azota el viento, deja de existir y nadie vuelve a saber nada de ella. R/.
El amor del Señor a quien lo teme es un amor eterno, y entre aquellos
que cumplen con su alianza, pasa de hijos a nietos su justicia. R/.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 15, 20-24. 25-28
Hermanos: Cristo resucitó,
y resucitó como la primicia de todos los muertos. Porque si por un hombre
vino la muerte, también por un hombre vendrá la resurrección
de los muertos.
En efecto, así como en Adán todos mueren, así en Cristo
todos volverán a la vida; pero cada uno en su orden: primero Cristo,
como primicia; después, a la hora de su advenimiento, los que son de
Cristo.
Enseguida será la consumación, cuando Cristo entregue el Reino
a su Padre. Porque El tiene que reinar hasta que el Padre ponga bajo sus pies
a todos sus enemigos. El último de los enemigos en ser aniquilado, será
la muerte. Es claro que cuando la Escritura dice: Todo lo sometió el
Padre a los pies de Cristo, no incluye a Dios, que es quien le sometió
a Cristo todas las cosas.
Al final, cuando todo se le haya sometido, Cristo mismo se someterá al
Padre, y así Dios será todo en todas las cosas. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(Jn 11, 25. 26) R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor; el que
cree en mí, aunque haya muerto, vivirá. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 23, 44-46. 50. 52-53; 24, 1-6
Era casi el mediodía,
cuando las tinieblas invadieron toda la región y se oscureció
el sol hasta las tres de la tarde. El velo del templo se rasgó a la mitad.
Jesús, clamando con voz potente, dijo: “¡Padre, en tus manos
encomiendo mi espíritu!”. Y dicho esto, expiró.
Un hombre llamado José, consejero del sanedrín, hombre bueno y
justo, se presentó ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús.
Lo bajó de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo colocó
en un sepulcro excavado en la roca, donde no habían puesto a nadie todavía.
El primer día después del sábado, muy de mañana,
llegaron las mujeres al sepulcro, llevando los perfumes que habían preparado.
Encontraron que la piedra ya había sido retirada del sepulcro y entraron,
pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
Estando ellas todas desconcertadas por esto, se les presentaron dos varones
con vestidos resplandecientes. Como ellas se llenaron de miedo e inclinaron
el rostro a tierra, los varones les dijeron: “¿Por qué buscan
entre los muertos al que está vivo? No está aquí; ha resucitado”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, el sacrificio que vamos a ofrecerte por todos nuestros hermanos que descansan en Cristo; 1íbralos del poder de la muerte y concédeles la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de difuntos I-V
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Flp 3, 20-21)
Esperamos como Salvador a nuestro Señor Jesucristo, el cual transformará nuestro cuerpo frágil en cuerpo glorioso como el suyo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por este memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo que hemos celebrado, concede, Señor, a todos los fieles difuntos la plenitud de tu perdón y de tu paz, para que la nueva vida que un día recibieron en el bautismo florezca eternamente en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Martín de Porres religioso, y Pedro Almató, mártir. Beato Pío Campidelli, religioso.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Sal 23, 5-6)
San Martín de Porres ha recibido la bendición del Señor; ha encontrado gracia delante de Dios, su salvador, porque buscó sinceramente al Señor.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios nuestro, que condujiste a san Martín de Porres a la gloria celestial por un camino de trabajos humildes e ignorados, concédenos imitar sus ejemplos para que gocemos de tu vida en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 11, 1-2. 11-12. 25-29
Hermanos: Yo les pregunto:
¿Acaso Dios ha rechazado a su pueblo? De ninguna manera. Pues yo también
soy israelita, descendiente de Abraham y de la tribu de Benjamín. Dios
no ha rechazado a su pueblo, pues El mismo lo eligió.
Y vuelvo a preguntarles: ¿Acaso los judíos han tropezado para
no volver a levantarse? De ninguna manera, puesto que su caída ha tenido
como consecuencia que la salvación llegue a los paganos y esto provoque
la emulación de los judíos. Ahora bien, si su caída ha
sido riqueza para el mundo y su empobrecimiento ha sido riqueza para los paganos,
¿cuánto más lo será la plena aceptación de
la fe por parte de todos los judíos?
No quiero que ignoren, hermanos, el designio de Dios que se oculta en todo esto,
para que no anden presumiendo. La ceguera de una parte del pueblo de Israel
durará hasta que todos los paganos hayan aceptado la fe, y entonces todo
el pueblo de Israel se salvará, conforme a lo que dice la Escritura:
Vendrá de Sión el libertador; para alejar de Israel toda maldad
y estableceré mi alianza con ellos, cuando haya borrado sus pecados.
De manera que, por lo que toca al Evangelio, los judíos son enemigos,
para el bien de ustedes; pero, por lo que toca a la elección de Dios,
son muy amados de El, en atención a los patriarcas, porque Dios no se
arrepiente de sus dones ni de su elección. Palabra de Dios Te
alabamos, Señor.
El apóstol Pablo
siempre se sintió parte de su pueblo. Israel estuvo presente en cada
una de sus luchas y dramas. Por tal razón vivió anhelando que
su pueblo se reconciliara con Dios en Jesús.
Del salmo 93 R/. El Señor jamás rechazará a su pueblo.
Señor, dichoso aquel a quien tú educas y enseñas a cumplir
tus mandamientos; cuando lleguen las horas de desgracia, no perderá el
sosiego. R/.
Jamás rechazará Dios a su pueblo ni dejará a los suyos
sin amparo. Hará justicia al justo y dará un porvenir al hombre
honrado. R/.
Si el Señor no me hubiera ayudado, ya estaría yo habitando en
el silencio. Cuando me hallaba al borde del sepulcro, tu amor, Señor,
me conservó la vida. R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 11, 29) ). Aleluya, aleluya.
Tomen mi yugo sobre ustedes, dice el Señor, y aprende de mí
que soy manso y humilde de corazón R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 14, 1. 7-11
Un sábado, Jesús
fue a comer en casa de uno de los jefes de los fariseos, y éstos estaban
espiándolo. Mirando cómo los convidados escogían los primeros
lugares, les dijo esta parábola:
“Cuando te inviten a un banquete de bodas, no te sientes en el lugar principal,
no sea que haya algún otro invitado más importante que tú,
y el que los invitó a los dos venga a decirte: ‘Déjale el
lugar a éste’, y tengas que ir a ocupar, lleno de vergüenza,
el último asiento. Por el contrario, cuando te inviten, ocupa el último
lugar, para que, cuando venga el que te invitó, te diga: ‘Amigo,
acércate a la cabecera’.
Entonces te verás honrado en presencia de todos los convidados. Porque
el que se engrandece a sí mismo, será humillado; y el que se humilla,
será engrandecido”. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
Una vez más Jesús nos muestra que Dios no piensa como nosotros; mientras que el hombre busca el reconocimiento gratuito, el Señor nos pide que actuemos con sencillez. De esta manera, obtendremos una gran recompensa.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, con bondad los dones que tu pueblo te presenta para celebrar la memoria de san Martín de Porres, y concédenos, que libres de las ambiciones y los egoísmos de este mundo, te busquemos a ti como nuestro único bien verdadero. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 33, 9)
Prueben y vean qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se acoge a Él.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, con la luz y la fuerza de este sacramento que hemos recibido, condúcenos siempre por el camino de tu amor, a fin de que la obra de salvación que has iniciado en nosotros se vea coronada el día de la venida gloriosa de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
XXXI DOMINGO ORDINARIO
Santos: Carlos Borromeo cardenal, y Emético de Hungría, laico. Beata Elena Elsimini, religiosa.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 37, 22-23)
Señor, no me abandones; no te me alejes, Dios mío. Ven de prisa a socorrerme, Señor, mi salvador.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios omnipotente y misericordioso, de cuya mano proviene el don de servirte y de alabarte, ayúdanos a vencer en esta vida cuanto pueda separamos de ti. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de la Sabiduría: 11, 22-12, 2
Señor, delante de
ti, el mundo entero es como un grano de arena en la balanza, como gota de rocío
mañanero, que cae sobre la tierra.
Te compadeces de todos, y aunque puedes destruirlo todo, aparentas no ver los
pecados de los hombres, para darles ocasión de arrepentirse. Porque tú
amas todo cuanto existe y no aborreces nada de lo que has hecho; pues si hubieras
aborrecido alguna cosa, no la habrías creado.
¿Y cómo podrían seguir existiendo las Cosas, Si tú
no lo quisieras? ¿Cómo había podido conservarse algo basta
ahora, si tú no lo hubieras llamado a la existencia?
Tú perdonas a todos, porque todos son tuyos, Señor que amas la
vida, porque tu espíritu inmortal, está en todos los seres.
Por eso a los que caen, los vas corrigiendo poco a poco, los reprendes y les
traes a la memoria sus pecados, para que se arrepientan de sus maldades y crean
en ti, Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Dios es amigo de la vida,
por esa razón prolonga y amplía los plazos para la conversión.
Sus ofrecimientos de amistad no se terminan, siempre espera a quien se arrepiente
de corazón.
Del salmo 144 R/. Bendeciré al Señor eternamente.
Dios y rey mío, yo te alabará, bendeciré tu nombre siempre
y para siempre. Un día tras otro bendecirá tu nombre y no cesará
mi boca de alabarte. R/.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso
para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende
a todas sus creaturas. R/.
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan.
Que proclamen la gloria de tu reino y narren tus proezas a los hombres. R/.
El Señor es siempre fiel a sus palabras y lleno de bondad en sus acciones.
Da su apoyo el Señor al que tropieza y al agobiado alivia. R/.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 1, 11-2, 2
Hermanos: Oramos siempre
por ustedes, para que Dios los haga dignos de la vocación a la que los
ha llamado, y con su poder, lleve a efecto tanto los buenos propósitos
que ustedes han formado, como lo que ya han emprendido por la fe. Así
glorificarán a nuestro Señor Jesús y Él los glorificará
a ustedes, en la medida en que actúe en ustedes la gracia de nuestro
Dios y de Jesucristo, el Señor.
Por lo que toca a la venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestro encuentro
con Él, les rogamos que no se dejen perturbar tan fácilmente.
No se alarmen ni por supuestas revelaciones, ni por palabras o cartas atribuidas
a nosotros, que los induzcan a pensar que el día del Señor es
inminente. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Los cristianos damos gloria a Dios cuando vivimos de manera activa y decidida nuestra fe. Los buenos propósitos no deben quedarse atorados, hay que hacerlos realidad.
ACLAMACIÓN
(Jn 3, 16) R/. Aleluya, aleluya.
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único,
para que todo el que crea en Él, tenga vida eterna. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 19, 1-10
En aquel tiempo, Jesús
entró en Jericó, y al ir atravesando la ciudad, sucedió
que un hombre llamado Zaqueo, jefe de publícanos y rico, trataba de conocer
a Jesús, pero la gente se lo impedía, porque Zaqueo era de baja
estatura. Entonces corrió y se subió a un árbol para verlo
cuando pasara por ahí. Al llegar a ese lugar, Jesús levantó
los ojos y le dijo: “Zaqueo, bájate pronto, porque hoy tengo que
hospedarme en tu casa”.
Él bajó enseguida y lo recibió muy contento. Al ver esto,
comenzaron todos a murmurar diciendo: “Ha entrado a hospedarse en casa
de un pecador”.
Zaqueo, poniéndose de pie, dijo a Jesús: “Mira, Señor,
voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si he defraudado a alguien,
le restituiré cuatro veces más”. Jesús le dijo: “Hoy
ha llegado la salvación a esta casa, porque también él
es hijo de Abraham, y el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que
se había perdido”. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
El día que Zaqueo encontró a Jesús fue su mejor día. Dicho encuentro cambió radicalmente su vida: descubrió al Dios salvador y se reconcilió con sus hermanos.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que este sacrificio que vamos a ofrecerte en comunión con toda tu Iglesia, te sea agradable, Señor, y nos obtenga la plenitud de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio dominical
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 6, 58)
En la misma forma en que yo vivo por el Padre, que me ha enviado y que es la vida, el que me come, vivirá por mí, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Continúa, Señor, en nosotros tu obra de salvación por medio de esta Eucaristía para que, cada vez más unidos a Cristo en esta vida, merezcamos vivir con El eternamente. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- El relato evangélico que nos refiere el encuentro público de Zaqueo con Jesús es una invitación a la esperanza. Los jefes de los recaudadores eran considerados proclives al robo, es decir, que por la naturaleza de su oficio se pensaba que eran pecadores públicos incapaces de conversión. Jesús no reproduce esas visiones estrechas; al contrario, El cree que toda persona es honesta y capaz de realizar una autocrítica. Zaqueo se dispone a recibirle, lo acoge y, al hacerlo, recibe la salvación divina. A pesar que los medios de comunicación nos hagan creer que delincuentes y criminales son incapaces de cambiar y regenerarse, no podemos excluir a nadie de la salvación. Dios busca a cada hombre para atraerlo a su amistad.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Si 36, 18-19)
Señor, concede la paz a los que en ti esperan; escucha las oraciones de tus hijos y guíanos por el camino de la justicia.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que cuidas de todos los hombres con amor paternal y diste a todos un origen idéntico, concédenos formar una sola familia en la que reinen siempre el amor y la paz. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 11, 30-36
Hermanos: Así como
ustedes antes eran rebeldes contra Dios y ahora han alcanzado su misericordia
con ocasión de la rebeldía de los judíos, en la misma forma
los judíos, que ahora son los rebeldes y que fueron la ocasión
de que ustedes alcanzaran la misericordia de Dios, también ellos la alcanzarán.
En efecto, Dios ha permitido que todos cayéramos en la rebeldía,
para manifestamos a todos su misericordia.
¡Qué inmensa y rica es la sabiduría y la ciencia de Dios!
¡Qué impenetrables son sus designios e incomprensibles sus caminos!
¿Quién ha conocido jamás el pensamiento del Señor
o ha llegado a ser su consejero? ¿Quién ha podido darle algo primero,
para que Dios se lo tenga que pagar? En efecto, todo proviene de Dios, todo
ha sido hecho por El y todo está orientado hacia El. A El la gloria por
los siglos de los siglos. Amén. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
La misericordia de Dios
sorprende a los más experimentados. San Pablo se admira al descubrir
que Dios nunca deja de llamamos a participar de su amistad.
Del salmo 68 R/. A ti, Señor, elevo mi plegaria.
Mírame, Señor, enfermo y afligido; defiéndeme y ayúdame,
Dios mío. En mi cantar exaltaré tu nombre, proclamaré tu
gloria, agradecido. R/.
Se alegrarán al verlo los que sufren; quienes buscan a Dios tendrán
más ánimo, porque el Señor jamás desoye al pobre,
ni olvida al que se encuentra encadenado. R/.
Ciertamente el Señor salvará a Sión, reconstruirá
a Judá; la heredarán los hijos de sus siervos, quienes aman a
Dios la habitarán. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn, 8, 31. 32) R/. Aleluya, aleluya.
Si se mantienen fieles a mi palabra, dice el Señor, serán
verdaderamente discípulos míos y conocerán la verdad. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 14, 12-14
En aquel tiempo, Jesús
dijo al jefe de los fariseos que lo había invitado a comer:
“Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos,
ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque puede ser que ellos te inviten
a su vez, y con eso quedarías recompensado.
Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a
los cojos y a los ciegos; y así serás dichoso, porque ellos no
tienen con qué pagarte; pero ya se te pagará, cuando resuciten
los justos”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
La generosidad es auténtica cuando se otorga desinteresadamente. Dios se da sin condiciones; quien ama, como Dios ama, también se regala sin buscar ventajas.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te ofrecemos, Señor, bajo los signos sacramentales del pan y del vino, el sacrificio de tu Hijo, rey de la paz, para que este misterio de unidad y de amor reafirme la fraternidad entre todos tus hijos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 5, 9)
Bienaventurados los que procuran la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor, el espíritu de tu amor, a fin de que, alimentados con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, fomentemos entre todos los hombres la paz que El mismo nos dejó. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Leonardo de Noblat abad, y Melanio de Rennes, obispo. Beata Josefa Naval, laica.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 47, 10-11)
Recordaremos, Señor, los dones de tu amor, en medio de tu templo. Que todos los hombres de la tierra te conozcan y alaben, porque es infinita tu justicia.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por medio de la muerte de tu Hijo has redimido al mundo de la esclavitud del pecado, concédenos participar ahora de una santa alegría y, después en el cielo, de la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 12, 5-16
Hermanos: Todos nosotros,
aun siendo muchos, formamos un solo cuerpo unidos a Cristo, y todos y cada uno
somos miembros los unos de los otros. Pero tenemos dones diferentes, según
la gracia concedida a cada uno. El que tenga el don de profecía, que
lo ejerza de acuerdo con la fe; el que tenga el don de servicio, que se dedique
a servir; el que enseña, que se consagre a enseñar; el que exhorta,
que se entregue a exhortar. El que da, hágalo con sencillez; el que preside,
presida con solicitud; el que atiende a los necesitados, hágalo con alegría.
Que el amor de ustedes sea sincero. Aborrezcan el mal y practiquen el bien;
ámense cordialmente los unos a los otros, como buenos hermanos; que cada
uno estime a los otros más que a sí mismo. En el cumplimiento
de su deber, no sean negligentes y mantengan un espíritu fervoroso al
servicio del Señor. Que la esperanza los mantenga alegres; sean constantes
en la tribulación y perseverantes en la oración. Ayuden a los
hermanos en sus necesidades y esmérense en la hospitalidad.
Bendigan a los que los persiguen; bendíganlos, no los maldigan. Alégrense
con los que se alegran; lloren con los que lloran. Que reine la concordia entre
ustedes. No sean, pues, altivos; más bien pónganse al nivel de
los humildes. Palabra de Dios Te alabamos, Señor.
Los cristianos de Roma
han fincado su existencia en su adhesión a Cristo Jesús. Quien
de esa manera ha renovado su vida, está invitado a vivir de acuerdo con
los valores cristianos.
Del salmo 130 R/. Dame, Señor, la paz junto a ti.
Señor, mi corazón no es ambicioso ni mis ojos soberbios; grandezas
que superen mis alcances no pretendo. R/.
Estoy, Señor, por lo contrario, tranquilo y en silencio, como niño
recién amamantado en los brazos maternos. R/.
Que igual en el Señor esperen los hijos de Israel, ahora y siempre. R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 11, 28) R/. Aleluya, aleluya.
Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la
carga, y yo les daré alivio, dice el Señor. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 14, 15-24
En aquel tiempo, uno de
los que estaban sentados a la mesa con Jesús le dijo: “Dichoso
aquel que participe en el banquete del Reino de Dios”.
Entonces Jesús le dijo: “Un hombre preparó un gran banquete
y convidó a muchas personas. Cuando llegó la hora del banquete,
mandó un criado suyo a avisarles a los invitados que vinieran, porque
ya todo estaba listo. Pero todos, sin excepción, comenzaron a disculparse.
Uno le dijo:
‘Compré un terreno y necesito ir a verlo; te ruego que me disculpes’.
Otro le dijo: ‘Compré cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas;
te ruego que me disculpes’. Y otro más le dijo: ‘Acabo de
casarme y por eso no puedo ir’.
Volvió el criado y le contó todo al amo. Entonces el señor
se enojó y le dijo al criado: ‘Sal corriendo a las plazas y a las
calles de la ciudad y trae a mi casa a los pobres, a los lisiados, a los ciegos
y a los cojos’.
Cuando regresó el criado, le dijo: ‘Señor, hice lo que me
ordenaste, y todavía hay lugar’. Entonces el amo respondió:
‘Sal a los caminos y a las veredas; insísteles a todos para que
vengan y se llene mi casa. Yo les aseguro que ninguno de los primeros invitados
participará de mi banquete’ “. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
El Padre nos extiende una invitación general: no existen invitados de primera ni segunda categorías. Es tan grande su decisión de acoger a todos, que no duda en multiplicar los llamados.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que el sacrificio que vamos a ofrecerte nos purifique, Señor, y nos ayude a conformar cada día más nuestra vida con los ejemplos de tu Hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 33, 9)
Hagan la prueba y verán qué bueno es el Señor; dichoso el que se acoge a Él.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios omnipotente y eterno, que nos has alimentado con el sacramento de tu amor, concédenos vivir siempre en tu amistad y agradecer continuamente tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Ernesto de Zwietfalten, abad, y Engelberto de Colonia mártir. Beato Francisco Palau, fundador.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Lc 12, 42)
Este es el siervo prudente y fiel, a quien el Señor puso al frente de su familia.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que en tu inefable providencia elegiste a san José por esposo de la santísima Madre de tu Hijo, concédenos tener como intercesor en el cielo a quien veneramos como protector en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 13, 8-10
Hermanos: No tengan
con nadie otra deuda que la del amor mutuo, porque el que ama al prójimo,
ha cumplido ya toda la ley. En efecto, los mandamientos que ordenan:
“No cometerás adulterio, no robarás, no matarás,
no darás falso testimonio, no codiciarás” y todos los otros,
se resumen en éste: “Amarás a tu prójimo como a ti
mismo”, pues quien ama a su prójimo no le causa daño a nadie.
Así pues, el cumplimiento pleno de la ley consiste en amar. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
El apóstol urge
a los cristianos de Roma a no con formarse jamás con los logros realizados.
El amor fraterno es una responsabilidad permanente, que está vigente
mientras dura la vida.
Del salmo 111 R/. Dichosos los que temen al Señor.
Dichosos los que temen al Señor y aman de corazón sus mandamientos;
poderosos serán sus descendientes: Dios bendice a los hijos de los buenos.
R/.
Quien es Justo, clemente y compasivo, como una luz en las tinieblas brilla.
Quienes compadecidos prestan y llevan su negocio honradamente jamás se
desviarán. R/.
Al pobre dan limosna, obran siempre conforme a la justicia; su frente se alzará
llena de gloria. R/.
ACLAMACIÓN
(1 P 4, 14) R/. Aleluya, aleluya.
Dichosos ustedes, si los injurian por ser cristianos, porque el Espíritu
de Dios descansa en ustedes. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 14, 25-33
En aquel tiempo, caminaba
con Jesús una gran muchedumbre y Él, volviéndose a sus
discípulos, les dijo:
“Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, a
su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas; más aún
a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no carga su cruz
y me sigue, no puede ser mi discípulo.
Porque, ¿quién de ustedes, si quiere construir una torre, no se
pone primero a calcular el costo, para ver si tiene con qué terminarla?
No sea que, después de haber echado los cimientos, no pueda acabarla
y todos los que se enteren comiencen a burlarse de él, diciendo: ‘Este
hombre comenzó a construir y no pudo terminar’.
¿O qué rey que va a combatir a otro rey, no se pone primero a
considerar si será capaz de salir con diez mil soldados al encuentro
del que viene contra él con veinte mil? Porque si no, cuando el otro
esté aún lejos, le enviará una embajada para proponerle
las condiciones de paz.
Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus bienes, no
puede ser mi discípulo”. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
El discipulado cristiano es una vivencia exigente. Jesús no quiere suavizar ni engañar a nadie. La llamada al seguimiento tiene que realizarse de manera libre y reflexiva.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por intercesión de san José, a quien confiaste la misión de cuidar de tu Unigénito como padre, te pedimos, Señor, que nos concedas poder ofrecerte dignamente este sacrificio de alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 25, 21)
Muy bien, siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados con este sacramento que da vida, te rogamos, Señor, que nos concedas vivir para ti en justicia y santidad, a ejemplo y por intercesión de san José, el varón justo y obediente que contribuyó con sus servicios a la realización de tus grandes misterios. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Godofredo de Amiens, obispo; Diosdado I, papa; Jacinto Castañeda y Vicente Liem mártires.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 109, 4)
El Señor lo ha jurado y el Señor no se refracta. Tú eres sacerdote para siempre, como lo es Melquisedec.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que para gloria tuya y salvación nuestra constituiste a Cristo sumo y eterno sacerdote, concede al pueblo redimido con su sangre obtener, por la participación en este memorial, los frutos de la muerte y resurrección de tu Hijo, que vive y reina contigo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 14, 7-12
Hermanos: Ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni muere para sí mismo. Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Por lo tanto, ya sea que estemos vivos o que hayamos muerto, somos del Señor. Porque Cristo murió y resucitó para ser Señor de vivos y muertos. Pero tú, ¿por qué juzgas mal a tu hermano? ¿Por qué lo desprecias? Todos vamos a comparecer ante el tribunal de Dios. Como dice la Escritura: Juro por mí mismo, dice el Señor, que todos doblarán la rodilla ante mí y todos reconocerán públicamente que yo soy Dios. En resumen: cada uno de nosotros tendrá que dar cuenta de sí mismo a Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Los cristianos somos únicos
y diferentes. Nos asemejamos por compartir una misma fe; nos diferenciamos entre
nosotros, por ser personas irrepetibles. Cada quien vive tratando de agradar
a Dios.
Del salmo 26 R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy
a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién
podrá hacerme temblar? R/.
Lo único que pido, lo único que busco es vivir en la casa del
Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar
continuamente en su presencia. R/.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Armate de valor y
fortaleza y en el Señor confía. R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 11, 28) R/. Aleluya, aleluya.
Vengan a mi, todos los que están fatigados y agobiados por la
carga, y yo les daré alivio, dice el Señor. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas 15, 1-10
En aquel tiempo, se acercaban
a Jesús los publícanos y los pecadores a escucharlo; por lo cual
los fariseos y los escribas murmuraban entre sí: “Este recibe a
los pecadores y come con ellos”.
Jesús les dijo entonces esta parábola: “¿Quien de
ustedes, si tiene cien ovejas y se le pierde una, no deja las no venta y nueve
en el campo y va en busca de la que se le perdió hasta encontrarla? Y
una vez que la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría,
y al llegar a su casa, reúne a los amigos y vecinos y les dice: ‘Alégrense
conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido’.
Yo les aseguro que también en el cielo habrá más alegría
por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos, que no necesitan
arrepentirse.
¿Y qué mujer hay, que si tiene diez monedas de plata y pierde
una, no enciende luego una lámpara y barre la casa y la busca con cuidado
hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas
y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque ya encontré la moneda
que se me había perdido’. Yo les aseguro que así también
se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se arrepiente”.
Palabra del Señor. Gloría a ti, Señor Jesús.
La experiencia de un hallazgo o un reencuentro es algo excepcional. Cuando ocurre nos produce una enorme alegría. Dios se regocija al saber que volvemos a Él.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el memorial del sacrificio de tu Hijo, se lleva a cabo la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Co 11, 24-25)
Este es mi Cuerpo, que se da por ustedes. Este cáliz es la nueva alianza establecida por mi Sangre; cuantas veces lo beban, háganlo en memoria mía, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que nos has concedido el gozo de participar en esta Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, haz que, unidos siempre a Él, vivamos como verdaderos hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Dedicación de la Basílica de Letrán
Santos: San Teodoro de Roma, mártir. Beata Isabel Catez de la Trinidad.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ap 21, 2)
Vila ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de donde estaba al lado de Dios, engalanada como una novia que se adorna para su esposo.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que edificas con piedras vivas y escogidas el templo eterno de tu gloria, derrama sobre tu Iglesia los dones del Espíritu Santo, para que tu pueblo fiel llegue un día a transformarse en la Jerusalén celestial. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Ezequiel: 47, 1-2. 8-9. 12
En aquellos tiempos, un
hombre me llevó a la entrada del templo. Por debajo del umbral manaba
agua hacia el oriente, pues el templo miraba hacia el oriente, y el agua bajaba
por el lado derecho del templo, al sur del altar.
Luego me hizo salir por el pórtico del norte y dar la vuelta hasta el
pórtico que mira hacia el oriente, y el agua corría por el lado
derecho. Aquel hombre me dijo: “Estas aguas van hacia la región
oriental; bajarán hasta el Arabá, entrarán en el mar de
aguas saladas y lo sanearán. Todo ser viviente que se mueva por donde
pasa el torrente, vivirá; habrá peces en abundancia, porque los
lugares a donde lleguen estas aguas quedarán saneados y por dondequiera
que el torrente pase, prosperará la vida. En ambas márgenes del
torrente crecerán árboles frutales de toda especie, de follaje
perenne e inagotables frutos. Darán frutos nuevos cada mes, porque los
riegan las aguas que manan del santuario. Sus frutos servirán de alimento
y sus hojas, de medicina”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El profeta Ezequiel nos
presenta un panorama estimulante. En estas horas grises para nuestro medio ambiente,
nuestra fe nos urge a favorecer la vida, antes que los intereses económicos.
Del salmo 45 R/. Un río alegra a la ciudad de Dios.
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, quien en todo peligro nos socorre.
Por eso no tememos, aunque tiemble, y aunque al fondo del mar caigan los montes.
R/.
Un río alegra a la ciudad de Dios, su morada el Altísimo hace
santa. Teniendo a Dios, Jerusalén no teme, por que Dios la protege desde
el alba. R/.
Con nosotros está Dios, el Señor; es el Dios de Israel nuestra
defensa. Vengan a ver las cosas sorprendentes que ha hecho el Señor sobre
la tierra. R/.
ACLAMACIÓN
(2 Cro 7, 16) R/. Aleluya, aleluya.
He elegido y santificado este lugar, dice el Señor, para que
siempre habite ahí mi nombre. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Juan: 2, 13-22
Cuando se acercaba la Pascua
de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró
en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas
con sus mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles y los echó
del templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó
las mesas y les tiró al suelo las monedas; y a los que vendían
palomas les dijo: “Quiten todo de aquí y no conviertan en un mercado
la casa de mi Padre”.
En ese momento, sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito:
El celo de tu casa me devora.
Después intervinieron los judíos para preguntarle: “¿Que
señal nos das de que tienes autoridad para actuar así?”.
Jesús les respondió: “Destruyan este templo y en tres días
lo reconstruiré”. Replicaron los judíos: “Cuarenta
y seis años se ha llevado la construcción del templo, ¿y
tú lo vas a levantar en tres días?”.
Pero El hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús
de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había
dicho aquello y creyeron en la Escritura y en las palabras que Jesús
había dicho. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Cuando Jesús expulsa a los traficantes de objetos religiosos, está realizando un gesto cargado de sentido. Ese régimen cultural está a punto de desaparecer. Dios iniciará una nueva relación con su pueblo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, nuestras ofrendas y concede a tu pueblo, unido en la plegaria, ser fortalecido por tus sacramentos y obtener lo que pide en sus oraciones. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque en toda casa consagrada a la oración te has dignado quedarte con
nosotros, para hacernos tú mismo templos del Espíritu Santo, que
brillen, sostenidos por tu gracia, con el esplendor de una vida santa.
Y, porque con tu acción constante, santificas a la Iglesia, esposa de
Cristo, simbolizada por estos edificios materiales, a fin de que, llena de gozo
por la multitud de sus hijos, sea presentada a ti en la gloria de tu Remo.
Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin
cesar: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 P 2, 5)
Nosotros somos piedras vivas, que sirven para construir el templo espiritual, el pueblo sacerdotal que pertenece a Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor y Dios nuestro, que has querido darnos en tu Iglesia un signo temporal de la Jerusalén celeste, concédenos, por esta comunión, ser transformados aquí en templos de tu gracia y entrar un día en el Reino de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: León I, Magno papa; Andrés Avelino, presbítero, y Justo de Canterbury, obispo.
ANTÍFONA DE ENTRADA
El Señor lo eligió sumo sacerdote de su pueblo y derramó sobre El toda clase de bendiciones.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que nos has prometido que las fuerzas del mal nunca prevalecerán contra la Iglesia, cimentada sobre la roca de Pedro, haz que, por la intercesión del Papa san León Magno, tu pueblo permanezca siempre firme en la verdad y goce de una paz estable y verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 16, 3-9. 16. 22-27
Hermanos: Saluden a Prisca
y a Aquila, colaboradores míos en el servicio de Cristo Jesús
que por salvar mi vida arriesgaron la suya. A ellos no sólo yo, sino
también todas las comunidades cristianas del mundo pagano les debemos
gratitud. Saluden también a la comunidad que se reúne en casa
de ellos.
Saluden a mi querido Epéneto, el primero que en la provincia de Asia
se hizo cristiano. Saluden a María, que ha trabajado tanto por ustedes.
Saluden a Andrónico ya Junías, mis paisanos y compañeros
de prisión, que se han distinguido en predicar el Evangelio y en el apostolado,
y que se hicieron cristianos antes que yo. Saluden a Ampliato, a quien tanto
quiero en el Señor. Saluden a Urbano, colaborador nuestro en el servicio
de Cristo, y a mi querido Estaquio. Salúdense los unos a los otros con
el saludo de paz. Todas las comunidades cristianas los saludan.
Yo, Tercio, el escribano de esta carta, también les mando un saludo en
el Señor. Los saluda Gayo, que me hospeda a mí ya esta comunidad.
Los saludan Erasto, administrador de la ciudad, y Cuarto, nuestro hermano.
Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos ustedes.
Amén. A aquel que puede darles fuerzas para cumplir el Evangelio que
yo he proclamado, predicando a Cristo, conforme a la revelación del misterio
mantenido en secreto durante siglos, y que ahora, en cumplimiento del designio
eterno de Dios, ha quedado manifestado por las Sagradas Escrituras, para atraer
a todas las naciones a la obediencia de la fe, al Dios único, infinitamente
sabio, démosle gloria, por Jesucristo, para siempre. Amén.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El apóstol dirige
saludos agradecidos a todos los cristianos que de alguna manera se solidarizaron
con la tarea evangelizadora. La gratitud es un valor imprescindible.
Del salmo 144 R/. Dichosos los que aman al Señor.
Un día tras otro bendeciré tu nombre y no cesará mi boca
de alabarle. Muy digno de alabanza es el Señor, por ser su grandeza incalculable.
R/.
Cada generación, a la que sigue anunciará tus obras y proezas.
Se hablará de tus hechos portentosos, del glorioso esplendor de tu grandeza.
R/.
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan.
Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas. R/.
ACLAMACIÓN
(2 Co 8, 9) R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 16, 9-15
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos: “Con el dinero, tan lleno de injusticias,
gánense amigos que, cuando ustedes mueran, los reciban en el cielo. El
que es fiel en las cosas pequeñas, también es fiel en las grandes;
y el que es infiel en las cosas pequeñas, también es infiel en
las grandes. Si ustedes no son fieles administradores del dinero, tan lleno
de injusticias, ¿quién les confiará los bienes verdaderos?
Y si no han sido fieles en lo que no s de ustedes, ¿quién les
confiará lo que sí es de ustedes?
No hay criado que pueda servir a dos amos, pues odiará a uno y amará
al otro, o se apegará al primero y despreciará al segundo. En
resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero”. Al oír todas
estas cosas, los fariseos, que son amantes del dinero, se burlaban de Jesús.
Pero El les dijo: “Ustedes pretenden pasar por justos delante de los hombres;
pero Dios conoce sus corazones, y lo que es muy estimable para los hombres es
detestable para Dios”. Palabra del Señor. Gloria a
ti, Señor Jesús.
La experiencia propia nos confirma que el dinero crea confianza, genera seguridades y produce adicción; quien se descuida, termina por convertirse en su esclavo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por este sacrificio eucarístico que vamos a ofrecerte, ilumina, Señor, a tu Iglesia, para que nuestros pastores, guiados siempre por tu amor, puedan conducimos por el camino del bien. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Jn 10, 11)
El Buen Pastor da la vida por sus ovejas.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que alimentas a tu Iglesia con el pan de la vida, guíala con la fuerza de tu amor, para que pueda vivir y crecer en libertad y mantenerse fiel a tu Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
XXXII DOMINGO ORDINARIO.
Santos: Martin de Tours, obispo, y Juan el Limosnero de Alejandría, patriarca.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 87. 3)
Que llegue hasta ti mi súplica, Señor, y encuentren acogida mis plegarias.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Ayúdanos, Señor, a dejar en tus manos paternales todas nuestras preocupaciones, a fin de que podamos entregarnos con mayor libertad a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de los Macabeos: 7, 1-2. 9-14
En aquellos días,
arrestaron a siete hermanos junto con su madre. El rey Antioco Epifanes los
hizo azotar para obligarlos a comer carne de puerco, prohibida por la ley. Uno
de ellos, hablando en nombre de todos, dijo: “¿Que quieres saber
de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que quebrantar la ley de nuestros
padres”.
El rey se enfureció y lo mandó matar. Cuando el segundo de ellos
estaba para morir, le dijo al rey: “Asesino, tú nos arrancas la
vida presente, pero el rey del universo nos resucitará a una vida eterna,
puesto que morimos por fidelidad a sus leyes”. Después comenzaron
a burlarse del tercero. Presentó la lengua como se lo exigieron, extendió
las manos con firmeza y declaró confiadamente: “De Dios recibí
estos miembros y por amor a su ley los desprecio, y de El espero recobrarlos”.
El rey y sus acompañantes quedaron impresionados por el valor con que
aquel muchacho despreciaba los tormentos. Una vez muerto éste, sometieron
al cuarto a torturas semejantes. Estando ya para expirar, dijo: “Vale
la pena morir a manos de los hombres, cuando se tiene la firme esperanza de
que Dios nos resucitará. Tú, en cambio, no resucitarás
para la vida”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Los israelitas fieles a
Dios lograron sobreponerse a las amenazas y asumir la experiencia misma del
martirio porque creyeron firmemente que Dios nunca los abandonaría.
Del salmo 16 R/. Al despertar, Señor, contemplaré tu rostro.
Señor, hazme justicia y a mi clamor atiende; presta oído a mi
súplica, pues mis labios no mienten. R/.
Mis pies en tus caminos se mantuvieron firmes; no tembló mi pisada. A
ti mi voz elevo, pues sé que me respondes. Atiéndeme, Dios mío,
y escucha mis palabras. R/.
Protégeme, Señor, como a las niñas de tus ojos, bajo la
sombra de tus alas escóndeme, pues yo, por serte fiel, contemplaré
tu rostro y al despertarme, espero saciarme de tu vista. R/.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 2, 16 - 3, 5
Hermanos: Que el mismo Señor
nuestro, Jesucristo, y nuestro Padre Dios, que nos ha amado y nos ha dado gratuitamente
un consuelo eterno y una feliz esperanza, conformen los corazones de ustedes
y los dispongan a toda clase de obras buenas y de buenas palabras.
Por lo demás, hermanos, oren por nosotros para que la palabra del Señor
se propague con rapidez y sea recibida con honor, como aconteció entre
ustedes. Oren también para que Dios nos libre de los hombres perversos
y malvados que nos acosan, porque no todos aceptan la fe.
Pero el Señor, que es fiel, les dará fuerza a ustedes y los librará
del maligno. Tengo confianza en el Señor de que ya hacen ustedes y continuarán
haciendo cuanto les he mandado. Que el Señor dirija su corazón
para que amen a Dios y esperen pacientemente la venida de Cristo. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Con estas exhortaciones, san Pablo pretende establecer nexos de comunión solidaria con la comunidad de Tesalónica. Unos y otros interceden por las necesidades de cada hermano.
ACLAMACIÓN
(Apoc 1, 5. 6) R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo es el primogénito de los muertos; a El sea dada la
gloria y el poder por siempre. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 20, 27-38
En aquel tiempo, se acercaron
a Jesús algunos saduceos. Como los saduceos niegan la resurrección
de los muertos, le preguntaron: “Maestro, Moisés nos dejó
escrito que si alguno tiene un hermano casado que muere sin haber tenido hijos,
se case con la viuda para dar descendencia a su hermano. Hubo una vez siete
hermanos, el mayor de los cuales se casó y murió sin dejar hijos.
El segundo, el tercero y los demás, hasta el séptimo, tomaron
por esposa a la viuda y todos murieron sin dejar sucesión. Por fin murió
también la viuda. Ahora bien, cuando llegue la resurrección, ¿de
cuál de ellos será esposa la mujer, pues los siete estuvieron
casados con ella?”.
Jesús les dijo: “En esta vida, hombres y mujeres se casan, pero
en la vida futura, los que sean juzgados dignos de ella y de la resurrección
de los muertos, no se casarán ni podrán ya morir, porque serán
como los ángeles e hijos de Dios, pues El los habrá resucitado.
Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo indica en el episodio
de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios
de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para El todos
viven”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
El buen samaritano se ha convertido en el prototipo del amor al prójimo. Acercarse al necesitado, es la actitud básica de la caridad cristiana.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, con bondad los dones que te presentamos, a fin de que el sacramento de la muerte y resurrección de tu Hijo, nos alcance de ti la vida verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio dominical
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 22, 1-2)
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar; me conduce hacia fuentes tranquilas para reparar mis fuerzas.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te damos gracias, Señor, por habernos alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y te rogamos que la fuerza del Espíritu Santo, que nos has comunicado en este sacramento, permanezca en nosotros y transforme toda nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Por encima de la retorcida hipótesis planteada por los saduceos, aparece la explicación de Jesús que fundamenta la fe bíblica en la resurrección: la creencia en una fidelidad divina que nada puede romper. Dios ha hecho una alianza con nosotros y El permanece fiel a ella. Aun en la vida futura, el matrimonio como tal no tendrá lugar, este pasaje nos recuerda, al respecto, la importancia de la unión de la Iglesia, humanidad, con Jesucristo. Cuando ésta se lleve a cabo, la realidad como la conocemos dejará de generamos preocupación, pues todos gozaremos con Él de la plenitud de la Gloria con Dios. Mientras tanto, la fidelidad del matrimonio, tan devaluado en estos días, nos vivifica y alienta a continuar firmes en la fe.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ez 34, 11. 23. 24)
Cuidaré de mis ovejas, dice el Señor, y les buscaré un pastor que las apaciente, y yo, el Señor, seré su Dios.
ORACIÓN COLECTA
Aviva, Señor, en tu Iglesia, el espíritu de amor, que dio valor a san Josafat para morir por su pueblo, a fin de que, fortalecidos por tu amor, no dudemos en sacrificar ninguno de nuestros intereses por el bien de nuestros hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de la Sabiduría: 1, 1-7
Amen la justicia, ustedes,
los que gobiernan la tierra, piensen bien del Señor y con sencillez de
corazón búsquenlo. Él se deja hallar por los que no dudan
de Él y se manifiesta a los que en Él confían.
Los pensamientos perversos apartan de Dios, y los insensatos, que quieren poner
a prueba el poder divino, quedan en ridículo. La sabiduría no
entra en un alma malvada, ni habita en un cuerpo sometido al pecado. El santo
espíritu, que nos educa y huye de la hipocresía, se aleja de la
insensatez y es rechazado por la injusticia.
La sabiduría es un espíritu amigo de los hombres, pero no dejará
sin castigo al que blasfema, porque Dios conoce lo más íntimo
del alma, observa atentamente el corazón y escucha cuanto dice la lengua.
El espíritu del Señor llena toda la tierra, le da consistencia
al universo y sabe todo lo que el hombre dice. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
La discreción y
la prudencia son expresiones de la sabiduría. La lengua es un órgano
pequeño; quien sabe controlarla, consigue vivir sabiamente.
Del salmo 138 R/. Condúceme, Señor, por tu camino.
Tú me conoces, Señor, profundamente: tú conoces cuándo
me siento y me levanto, desde lejos sabes mis pensamientos, tú observas
mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares. R/.
Apenas la palabra está en mi boca y ya, Señor, te la sabes completa.
Me envuelves por todas partes y tienes puesta sobre mí tu mano. Esta
es una ciencia misteriosa para mí, tan sublime, que no la alcanzo. R/.
¿A dónde iré yo lejos de ti? ¿Dónde escaparé
de tu mirada? Si subo hasta el cielo, allí estás tú; si
bajo al abismo, allí te encuentras. R/.
Si voy en alas de la aurora o me alejo hasta el extremo del mar, también
allí tu mano me conduce y tu diestra me sostiene. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Flp 2, 15. 16) R/. Aleluya, aleluya.
Iluminen al mundo con la luz del Evangelio reflejada en su vida. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 17, 1-6
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos: “No es posible evitar que existan ocasiones
de pecado, pero ¡ay de aquel que las provoca! Más le valdría
ser arrojado al mar con una piedra de molino sujeta al cuello, que ser ocasión
de pecado para la gente sencilla. Tengan, pues, cuidado.
Si tu hermano te ofende, trata de corregirlo; y si se arrepiente, perdónalo.
Y si te ofende siete veces al día, y siete veces viene a ti para decirte
que se arrepiente, perdónalo”.
Los apóstoles dijeron entonces al Señor: “Auméntanos
la fe”. El Señor les contestó: “Si tuvieran fe, aunque
fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle
a ese árbol frondoso: ‘Arráncate de raíz y plántate
en el mar’, y los obedecería”. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Las personas se cansan de perdonar no sólo a los extraños, también a los tuyos. Por esa razón, los discípulos suplican a Jesús que les aumente la fe para perdonar una y otra vez.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Bendice y acepta, Señor, los dones que te presentamos y haz que esta Eucaristía nos confirme en la misma fe que san Josafat atestiguó con su sangre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 15, 16)
No son ustedes los que me han elegido, dice el Señor, soy yo quien los ha elegido, para que vayan y den fruto y ese fruto perdure.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que este sacramento que hemos recibido nos comunique, Señor, tus dones de fortaleza y de paz, para que, a ejemplo de san Josafat, trabajemos sin descanso por la unidad y la santificación de la Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Diego de Alcalá, religioso; Nicolás I el Magno, papa, y Estanislao de Kostka religioso.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Lc 4, 18. 19)
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido, para llevar la Buena Nueva a los pobres y anunciar su liberación a los cautivos, dice el Señor.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios nuestro, que para guiar y gobernar a tu pueblo, has querido servirte del ministerio de los sacerdotes, concédeles cumplir incansablemente tu voluntad, para que, con su trabajo y su vida, busquen sólo tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de la Sabiduría: 2, 23-3, 9
Dios creó al hombre
para que fuera inmortal, lo hizo a imagen y semejanza de sí mismo; mas,
por envidia del diablo, entró la muerte en el mundo, y la experimentan
quienes le pertenecen.
En cambio, las almas de los justos están en las manos de Dios y no los
alcanzará ningún tormento. Los insensatos pensaban que los justos
habían muerto, que su salida de este mundo era una desgracia y su salida
de entre nosotros, una completa destrucción. Pero los justos están
en paz. La gente pensaba que sus sufrimientos eran un castigo, pero ellos esperaban
confiadamente la inmortalidad. Después de breves sufrimientos recibirán
una abundante recompensa, pues Dios los puso a prueba y los halló dignos
de sí. Los probó como oro en el crisol y los aceptó como
un holocausto agradable. En el día del juicio brillarán los justos
como chispas que se propagan en un cañaveral. Juzgarán a las naciones
y dominarán a los pueblos, y el Señor reinará eternamente
sobre ellos.
Los que confían en el Señor comprenderán la verdad y los
que son fieles a su amor permanecerán a su lado, porque Dios ama a sus
elegidos y cuida de ellos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Nada de lo que conseguimos
en esta vida puede dar nos la plenitud. Nuestro corazón sigue inconforme.
Dios nos ha creado para sí y sólo la plenitud de su vida nos dará
la paz.
Del salmo 33 R/. Bendigamos al Señor a todas horas.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de
alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al
escucharlo. R/.
Los ojos del Señor cuidan al justo ya su clamor están atentos
sus oídos. Contra el malvado, en cambio, está el Señor,
para borrar de la tierra su recuerdo. R/.
Escucha el Señor al hombre justo y lo libra de todas sus congojas. El
Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas.
R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 14, 23) R/. Aleluya, aleluya.
El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y haremos
en él nuestra morada, dice el Señor. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 17, 7-10
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “¿Quién de ustedes, si tiene un siervo que labra la tierra o pastorea los rebaños, le dice cuando éste regresa del campo: ‘Entra enseguida y ponte a comer’? ¿No le dirá más bien: ‘Prepárame de comer y disponte a servirme, para que yo coma y beba; después comerás y beberás tú?’ ¿Tendrá acaso que mostrarse agradecido con el siervo, porque éste cumplió con su obligación? Así también ustedes, cuando hayan cumplido todo lo que se les mandó, digan: ‘No somos más que siervos; sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer’ “. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Los cristianos se reconocen por su capacidad de servir a todo mundo, a iguales, a superiores y subordinados. La dignidad de cada persona es suficiente para que nos dispongamos a servirlas.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Tú que has querido que los sacerdotes estén al servicio del altar y de tu pueblo, concédeles, Señor, por la fuerza de este sacrificio, que su ministerio te sea siempre grato y rinda frutos permanentes para tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 17, 17-18)
Padre santo, santifícalos en la verdad. Como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que este sacrificio eucarístico que te hemos ofrecido y del cual hemos participado, santifique, Señor, a tus sacerdotes y a todos tus fieles, para que, en plena comunión contigo, colaboren con todas sus fuerzas a la edificación de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Lorenzo O ‘Toole obispo, y José Pignatelli, presbítero. Beata Magdalena Morano.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 16, 15)
Yo quiero acercarme a ti, Señor, y saciarme de gozo en tu presencia.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que iluminas a los extraviados con la luz de tu Evangelio para que vuelvan al camino de la verdad, concede a cuantos nos llamamos cristianos imitar fielmente a Cristo y rechazar lo que pueda alejarnos de El. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de la Sabiduría: 6, 1-11
Escuchen, reyes, y entiendan;
aprendan, soberanos de todas las naciones de la tierra; estén atentos,
los que gobiernan a los pueblos y están orgullosos del gran número
de sus súbditos: El Señor les ha dado a ustedes el poder; el Altísimo,
la soberanía; El va a examinar las obras de ustedes y a escudriñar
sus intenciones.
Ustedes son ministros de su reino y no han gobernado rectamente, ni han cumplido
la ley, ni han vivido de acuerdo con la voluntad de Dios. El caerá sobre
ustedes en forma terrible y repentina, porque un juicio implacable espera a
los que mandan. Al pequeño, por compasión se le perdona, pero
a los poderosos se les castigará severamente. El Señor de todos
ante nadie retrocede y no hay grandeza que lo asuste; El hizo al grande y al
pequeño y cuida de todos con igual solicitud; pero un examen muy severo
les espera a los poderosos.
A ustedes, pues, soberanos, se dirigen mis palabras, para que aprendan a ser
sabios y no pequen; porque los que cumplen fielmente la voluntad del Señor
serán reconocidos como justos, y los que aprenden a cumplir su voluntad
encontrarán defensa. Pongan, pues, atención a mis palabras, búsquenlas
con interés y ellas los instruirán. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Quienes ejercen algún
cargo público, disponen de una gran autoridad y, por lo tanto, su responsabilidad
es mayor que la del ciudadano común.
Del salmo 81 R/. Ven, Señor, y haz justicia.
Protejan al pobre y al huérfano, hagan justicia al humilde y al necesitado,
defiendan al desvalido y al pobre y líbrenlos de las manos del malvado.
R/.
Yo declaro: “Aunque todos ustedes sean dioses e hijos del Altísimo,
morirán como cualquier hombre, caerán como cualquier príncipe”.
R/.
ACLAMACIÓN
(1 Ts 5, 18) R/. Aleluya, aleluya.
Den gracias siempre, unidos a Cristo Jesús, pues esto es lo
que Dios quiere que ustedes hagan. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 17, 11-19
En aquel tiempo, cuando
Jesús iba de camino a Jerusalén, pasó entre Samaria y Galilea.
Estaba cerca de un pueblo, cuando le salieron al encuentro diez leprosos, los
cuales se detuvieron a lo lejos y a gritos le decían: “¡Jesús
maestro, ten compasión de nosotros!”.
Al verlos, Jesús les dijo: “Vayan a presentarse a los sacerdotes”.
Mientras iban de camino, quedaron limpios de la lepra. Uno de ellos, al ver
que estaba curado, regresó, alabando a Dios en voz alta, se postró
a los pies de Jesús y le dio las gracias. Ese era un samaritano. Entonces
dijo Jesús: “¿No eran diez los que quedaron limpios? ¿Dónde
están los otros nueve? ¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero,
que volviera para dar gloria a Dios?”. Después le dijo al samaritano:
“Levántate y vete. Tu fe te ha salvado”. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Nuevamente el protagonista de este relato es un samaritano. El único leproso, que al ser curado, se volvió para agradecer a Jesús, nos invita a revisar de qué tamaño es nuestra gratitud.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira bondadosamente, Señor, las ofrendas de tu Iglesia suplicante, y conviértelas en alimento espiritual que ayude a crecer en santidad a todos tus fieles. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 83, 4-5)
Dichosos los que se acercan a tu altar, Señor. Dichosos los que viven en tu casa y pueden alabarte siempre, Rey mío y Dios mío.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te suplicamos, Señor, que esta Eucaristía que hemos recibido nos ayude a amarte más y a servirte mejor cada día. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 77, 23-25)
Abrió Dios las compuertas del cielo e hizo llover sobre ellos el maná para que comiesen; les dio un trigo celeste, y el hombre comió pan de ángeles.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que llevaste a cabo la obra de la redención humana por el misterio pascual de tu Hijo, concédenos que, al anunciar llenos de fe por medio de los signos sacramentales su muerte y resurrección, recibamos cada vez con mayor abundancia los frutos de la salvación. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de la Sabiduría: 7, 22-8, 1
La sabiduría es un
espíritu inteligente, santo, único y múltiple, sutil, ágil
y penetrante, inmaculado, lúcido e invulnerable, amante del bien, agudo
y libre, bienhechor, amigo del hombre y amable, firme, seguro y sereno, que
todo lo puede y todo lo ve, que penetra en todos los espíritus: los inteligentes,
los puros y los más sutiles.
La sabiduría es más ágil que cualquier movimiento y, por
ser inmaterial, lo atraviesa y lo penetra todo. La sabiduría es un resplandor
del poder de Dios, una emanación purísima de la gloria del omnipotente,
por eso nada sucio la puede contaminar. Es un reflejo de la luz eterna, un espejo
inmaculado de la actividad de Dios y una imagen de su bondad.
Ella sola lo puede todo; sin cambiar en nada, todo lo renueva; entra en las
almas de los buenos de cada generación; hace de ellos amigos de Dios
y profetas, porque Dios ama sólo a quienes conviven con la sabiduría.
La sabiduría es más brillante que el sol y que todas las constelaciones;
si se la compara con la luz del día, la sabiduría sale ganando,
porque al día lo vence la noche, pero contra la sabiduría, la
maldad no puede nada. Ella se extiende poderosa de un extremo al otro del mundo
y con suavidad gobierna todo el universo. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Este himno es un elogio
directo a la sabiduría. Los dones materiales suelen ser muy estimados
por los humanos, solamente los sabios aprecian el valor de la sabiduría.
Del salmo 118 R/. Enséñanos, Señor, tus leyes.
Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo. Tu fidelidad
permanece de generación en generación, como la tierra, que tú
cimentaste. R/.
Todo subsiste hasta hoy por orden tuya y todo está a tu servicio. La
explicación de tu palabra da luz y entendimiento a los humildes. R/.
Mira benignamente a tu siervo y enséñame a cumplir tus mandamientos;
que sólo viva yo, Señor, para alabarte y que tu ley me ayude.
R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 15, 5) R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy la vid y ustedes los sarmientos; el que permanece en mí
y yo en él, ese da fruto abundante. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según Lucas: 17, 20-25
En aquel tiempo, los fariseos
le preguntaron a Jesús: “¿Cuando llegará el Reino
de Dios?”. Jesús les respondió: “El Reino de Dios
no llega aparatosamente. No se podrá decir: ‘Está aquí’
o ‘Está allá’, porque el Reino de Dios ya está
entre ustedes”.
Les dijo entonces a sus discípulos: “Llegará un tiempo en
que ustedes desearán disfrutar siquiera un solo día de la presencia
del Hijo del hombre y no podrán. Entonces les dirán: ‘Está
aquí’ o ‘Está allá’, pero no vayan corriendo
a ver, pues así como el fulgor del relámpago brilla de un extremo
a otro del cielo, así será la venida del Hijo del hombre en su
día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser rechazado por los hombres
de esta generación”. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
Jesús nos subraya, por medio de estas imágenes de los fenómenos naturales, que su regreso ocurrirá de manera inesperada y sorprendente. Conviene vigilar y estar preparados.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, al celebrar el memorial de nuestra salvación, te pedimos humildemente nos concedas que este sacramento de amor sea siempre para nosotros un signo de unidad y un vínculo de amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 6, 51-52)
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor. El que coma de este pan, vivirá eternamente; pues el pan que voy a dar, es mi carne, y lo doy para vida del mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que la participación en este banquete celestial nos santifique, de modo que, por la recepción del Cuerpo y la Sangre de Cristo, se estreche entre nosotros la unión fraterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Margarita de Escocia, reina; Gertrudis la Magna religiosa, y José Moscatti, laico.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ap 5, 9-10)
Sin distinción de raza, lengua, pueblo o nación, nos compraste, Señor, con tu Sangre e hiciste de nosotros un Reino para Dios.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que has redimido a todos los hombres con la preciosa Sangre de tu Hijo, protege en nosotros la obra de tu misericordia, para que, celebrando siempre el misterio de nuestra salvación, merezcamos alcanzar sus frutos eternos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de la Sabiduría: 13, 1-9
Insensatos han sido todos
los hombres que no han conocido a Dios y no han sido capaces de descubrir, a
través de las cosas buenas que se ven a “Aquel-que-es” y
que no han reconocido al artífice, fijándose en sus obras, sino
que han considerado como dioses al fuego, al viento, al aire sutil, al cielo
estrellado, al agua impetuosa o al sol y a la luna, que rigen el mundo.
Si fascinados por la belleza de las cosas, pensaron que éstos eran dioses,
sepan cuánto las aventaja el Señor de todas ellas, pues fue el
autor mismo de la belleza quien las creó. Y si fue su poder y actividad
lo que los impresionó, deduzcan de ahí cuánto más
poderoso es aquel que las hizo; pues reflexionando sobre la grandeza y hermosura
de las creaturas se puede llegar a contemplar a su creador. Sin embargo, no
son éstos tan dignos de reprensión, pues tal vez andan desorientados,
buscando y queriendo encontrar a Dios. Como viven entre sus obras, se esfuerzan
por conocerlas y se dejan fascinar por la belleza de las cosas que ven. Pero
no por eso tienen excusa, pues si llegaron a ser tan sabios para investigar
el universo, ¿cómo no llegaron a descubrir fácilmente a
su creador? Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El sabio consigue desentrañar
las señales de la presencia de Dios en el universo. Los que no consiguen
hacerlo terminan por divinizar otras realidades
Del salmo 18 R/. Los cielos proclaman la gloria de Dios.
Los cielos proclaman la gloria de Dios y el Firmamento anuncia la obra de sus
manos. Un día comunica su mensaje al otro día y una noche se lo
transmite a la otra noche. R/.
Sin que pronuncien una palabra, sin que resuene su voz, a toda la tierra llega
su sonido y su mensaje, hasta el fin del mundo. R/.
ACLAMACIÓN
(Lc 21, 28) R/. Aleluya, aleluya.
Estén atentos y levanten la cabeza, porque se acerca la hora
de su liberación, dice el Señor, R/
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según Lucas: 17, 26-37
En aquellos días,
Jesús dijo a sus discípulos: “Lo que sucedió en el
tiempo de Noé también sucederá en el tiempo del Hijo del
hombre: comían y bebían, se casaban hombres y mujeres, hasta el
día en que Noé entró en el arca; entonces vino el diluvio
y los hizo perecer a todos.
Lo mismo sucedió en el tiempo de Lot: comían y bebían,
compraban y vendían, sembraban y construían, pero el día
en que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y
los hizo perecer a todos. Pues lo mismo sucederá el día en que
el Hijo del hombre se manifieste.
Aquel día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en la casa,
que no baje a recogerlas; y el que esté en el campo, que no mire hacia
atrás. Acuérdense de la mujer de Lot. Quien intente conservar
su vida, la perderá; y quien la pierda, la conservará.
Yo les digo: aquella noche habrá dos en un mismo lecho: uno será
tomado y el otro abandonado; habrá dos mujeres moliendo juntas: una será
tomada y la otra abandonada”. Entonces, los discípulos le dijeron:
“¿Donde sucederá eso, Señor?”. Y El les respondió:
“Donde hay un cadáver, se juntan los buitres”. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Perder la vida presente para alcanzar la definitiva, parece, a primera vista una declaración carente de lógica. Es una afirmación provocadora al más puro estilo de Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al presentarte nuestras ofrendas, te suplicamos, Señor, que por medio de estos misterios nos acerquemos a Jesús, y renovemos la acción salvadora de su Sangre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. 1 Co 10, 16)
El cáliz de nuestra acción de gracias, nos une a todos en la Sangre de Cristo; y el pan que partimos, nos une a todos en el Cuerpo del Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo sido reconfortados con el alimento y la bebida de salvación, te pedimos, Señor, que nos purifiques siempre con la Sangre de nuestro Salvador, y que la conviertas en fuente de agua que brote para damos vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Isabel de Hungría duquesa; Gregorio de Tours, obispo, y Dionisio de Alejandría, obispo.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Mt 25, 34. 36.40)
Vengan, benditos de mi Padre, dice el Señor, porque estuve enfermo y me visitaron. Yo les aseguro que cuanto hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo han hecho.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que concediste a santa Isabel de Hungría el don de reconocer y venerar a Cristo en los pobres, concédenos, por su intercesión, servir siempre con amor incansable a los necesitados y afligidos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de la Sabiduría: 18, 14-16; 19, 6-9
Cuando un profundo silencio
envolvía todas las cosas y la noche estaba a la mitad de su camino, tu
palabra todopoderosa, Señor, como implacable guerrero, se lanzó
desde tu trono real del cielo hacia la región condenada al exterminio.
Blandiendo como espada tu decreto irrevocable, sembró la muerte por dondequiera;
tocaba el cielo con la mano y al mismo tiempo pisaba la tierra.
La creación entera, obediente a tus órdenes, actuó de manera
diversa a su modo de proceder para librar a tus hijas de todo daño. Una
nube protegió con su oscuridad el campamento israelita y donde antes
había agua, surgió la tierra firme; en el mar Rojo apareció
un camino despejado y en las olas impetuosas, una verde llanura. Por ahí,
protegido por tu mano, pasó todo el pueblo, mientras contemplaba tus
prodigios admirables. Corrían como potros y brincaban como corderos,
dándote gracias, Señor, por haberlos liberado. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Este repaso histórico
es una lección magnífica para los jóvenes deseosos de obtener
sabiduría. Dios siempre acompaña a su pueblo; nunca se desentiende
de su suerte.
Del salmo 104 R/. Recordemos los prodigios del Señor.
Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos.
Entonen en su honor himnos y cantos; celebren sus portentos. R/.
El Señor hirió de muerte a los primogénitos de los egipcios,
primicias de su virilidad. Sacó a su pueblo, cargado de oro y plata,
y entre sus tribus nadie tropezó. R/.
Se acordó de la palabra sagrada que había dado a su siervo, Abraham,
y sacó a su pueblo con alegría, a sus escogidos, con gritos de
triunfo. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. 2 Ts 2, 14) R/. Aleluya, aleluya.
Dios nos ha llamado, por medio del Evangelio, a participar de la gloria
de nuestro Señor Jesucristo. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 18, 1-8
En aquel tiempo, para enseñar
a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin desfallecer, Jesús
les propuso esta parábola:
“En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba
a los hombres. Vivía en aquella misma ciudad una viuda que acudía
a él con frecuencia para decirle: ‘Hazme justicia contra mi adversario’.
Por mucho tiempo, el juez no le hizo caso, pero después se dijo: ‘Aunque
no temo a Dios ni respeto a los hombres; sin embargo, por la insistencia de
esta viuda, voy a hacerle justicia para que no me siga molestando’ “.
Dicho esto, Jesús comentó: “Si así pensaba el juez
injusto, ¿creen acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos,
que claman a El día y noche, y que lo hará esperar? Yo les digo
que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre,
¿creen que encontrará fe sobre la tierra?” Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
A partir de esta comparación, Jesús nos anima a dirigimos con insistencia y confianza al Padre. De ninguna manera se asemeja Dios al juez injusto; en ese aspecto, la comparación falla.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos y haz que el memorial del amor infinito de tu Hijo, que estamos celebrando, aumente en nosotros, a ejemplo de tus santos, nuestra generosidad contigo y con el prójimo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 15. 13)
Nadie tiene mayor amor por sus amigos que el que da la vida por ellos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú que nos has hecho partícipes de este sacramento, concédenos, Señor, imitar aquí en la tierra el amor servicial de santa Isabel de Hungría, para que podamos participar de su gloria en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
XXXIII DOMINGO ORDINARIO
Dedicación da las basílicas de San Pedro y San Pablo
Santos: Santa Filipippina Rosa Duchesne religiosa.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Jr 29. 11. 12. 14)
Yo tengo designios de paz, no de aflicción, dice el Señor. Me invocarán y yo los escucharé y los libraré de su esclavitud donde quiera que se encuentren.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, tu ayuda para entregamos fielmente a tu servicio porque sólo en el cumplimiento de tu voluntad podremos encontrar la felicidad verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Malaquías: 3, 19-20
“Ya viene el día del Señor, ardiente como un horno, y todos los soberbios y malvados serán como la paja. El día que viene los consumirá, dice el Señor de los ejércitos, basta no dejarles ni raíz ni rama. Pero para ustedes, los que temen al Señor, brillará el sol de justicia, que les traerá la salvación en sus rayos”. Palabra de Dios, Te alabamos, Señor.
Con un lenguaje crudo,
el profeta Malaquías se refiere a la destrucción de los malvados.
Es una forma desconcertante de aseguramos que Dios es justo con todos.
Del salmo 97 R/. Toda la tierra ha visto al Salvador.
Cantemos al Señor al son del arpa, aclamemos al son de los clarines al
Señor, nuestro Rey. R/.
Alégrense el mar y el mundo submarino, el orbe y todos los que en él
habitan. Que los ríos estallen en aplausos y las montañas salten
de alegría. R/.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe.
Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones.
R/.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 3, 7-12
Hermanos: Ya saben cómo deben vivir para imitar mi ejemplo, puesto que, cuando estuve entre ustedes, supe ganarme la vida y no dependí de nadie para comer; antes bien, de día y de noche trabajé hasta agotarme, para no serles gravoso. Y no porque no tuviera yo derecho a pedirles el sustento, sino para darles un ejemplo que imitar. Así, cuando estaba entre ustedes, les decía una y otra vez: “El que no quiera trabajar, que no coma”. Y ahora vengo a saber que algunos de ustedes viven como holgazanes, sin hacer nada, y además, entrometiéndose en todo. Les suplicamos a esos tales y les ordenamos, de parte del Señor Jesús, que se pongan a trabajar en paz para ganarse con sus propias manos la comida. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El primer encargo que Dios le asignó a la humanidad, al menos en el segundo relato de la creación, es trabajar. Quien no trabaja, se aparta del camino de la humanización plena.
ACLAMACIÓN
(Lc 21, 28) R/. Aleluya, aleluya.
Estén atentos y levanten la cabeza, porque se acerca la hora
de su liberación, dice el Señor. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 21, 5-19
En aquel tiempo, como algunos
ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza de las
ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo: “Días vendrán
en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando;
todo será destruido”. Entonces le preguntaron:
“Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será
la señal de que ya está a punto de suceder?”. El les respondió:
“Cuídense de que nadie los engañe, porque muchos vendrán
usurpando mi nombre y dirán: ‘Yo soy el Mesías. El tiempo
ha llegado’. Pero no les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y
revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer,
pero todavía no es el fin”.
Luego les dijo: “Se levantará una nación contra otra y un
reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias
y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles.
Pero antes de todo esto los perseguirán a ustedes y los apresarán;
los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán
comparecer ante reyes y gobernadores por causa mía. Con esto darán
testimonio de mí. Grábense bien que no tienen que preparar de
antemano su defensa, porque yo les daré palabras sabias, a las que no
podrá resistir ni contradecir ningún adversario de ustedes. Los
traicionarán hasta sus propios padres, hermanos, parientes y amigos.
Matarán a algunos de ustedes y todos los odiarán por causa mía.
Sin embargo, no caerá ningún cabello de la cabeza de ustedes.
Si se mantienen firmes, conseguirán la vida”. Palabra del
Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Jesús advierte a sus discípulos que la fidelidad al evangelio incluye costos dolorosos. Aun los parientes y familiares se convertirán en adversarios en tiempo de persecución.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Que estos dones traídos a tu altar nos obtengan de ti, Señor
y Dios nuestro, la gracia de servirte con amor y la felicidad eterna. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Prefacio dominical
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 72, 28)
Mi felicidad consiste en estar cerca de Dios y en poner sólo en Él mis esperanzas.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que nuestra participación en esta Eucaristía que tu Hijo nos mandó celebrar como memorial suyo, nos una siempre con el vínculo de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- El último discurso de Jesús que nos presenta el evangelio de san Lucas es una llamada de atención a la sensatez y la cordura. Durante diferentes épocas los cristianos han sido confundidos por revelaciones y profecías que supuestamente anunciaban el fin del mundo. Al desencadenarse períodos de crisis, es más difícil mantener la esperanza. Nuestro país atraviesa situaciones complejas, las viejas certezas, las instituciones y creencias se revisan y cuestionan; los cristianos podemos extraviarnos. Es el momento de dialogar, de orar y de mantener viva la esperanza y la alegría que nos da Jesús resucitado.
Santos: Ponciano I papa y mártir; Inés de Asís, religiosa, y Rafael Kalinonowsky, presbítero.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Eclo 36, 18-19)
Señor, concede la paz a los que en ti esperan; escucha las oraciones de tus hijos y guíanos por el camino de la justicia.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, tú que creaste el universo y diriges la historia, escucha nuestras oraciones y concede a nuestro mundo inquieto la paz verdadera, para que podamos reconocer y alabar, llenos de gozo, tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de los Macabeos: 1, 10-15. 41- 43. 54-57. 62-64
En aquellos días,
surgió un hombre perverso, Antíoco Epifanes, hijo del rey Antíoco,
que había estado como rehén en Roma. Subió al trono el
año ciento treinta y siete del imperio de los griegos.
Hubo por entonces unos israelitas apostatas, que convencieron a muchos diciéndoles:
“Vamos a hacer un pacto con los pueblos vecinos, pues desde que hemos
vivido aislados, nos han sobrevenido muchas desgracias”.
Esta proposición fue bien recibida y algunos del pueblo decidieron acudir
al rey y obtuvieron de Él autorización para seguir las costumbres
de los paganos. Entonces, conforme al uso de los paganos, construyeron en Jerusalén
un gimnasio, simularon que no estaban circuncidados, renegaron de la alianza
santa, se casaron con gente pagana y se vendieron para hacer el mal.
Por su parte, el rey publicó un edicto en todo su reino y ordenó
que todos sus súbditos formaran un solo pueblo y abandonaran su legislación
particular. Todos los paganos acataron el edicto real y muchos israelitas aceptaron
la religión oficial, ofrecieron sacrificios a los ídolos y profanaron
el sábado.
El día quince de diciembre del año ciento cuarenta y cinco, el
rey Antíoco mandó poner sobre el altar de Dios un altar pagano,
y se fueron construyendo altares en todas las ciudades de Judá. Quemaban
incienso ante las puertas de las casas y en las plazas; rompían y echaban
al fuego los libros de la ley que encontraban; a quienes se les descubría
en su casa un ejemplar de la alianza y a los que sorprendían observando
los preceptos de la ley, los condenaban a muerte en virtud del decreto real.
A pesar de todo esto, muchos israelitas permanecieron firmes y resueltos a no
comer alimentos impuros. Prefirieron la muerte antes que contaminarse con aquellos
alimentos que violaban la santa alianza. Muy grande fue la prueba que soportó
Israel. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Los gobernantes griegos
de Siria intentaron forzar a Israel para que adoptara la cultura griega. Los
israelitas fieles se resistieron a tal imposición.
Del salmo 118 R/. Ayúdame, Señor, a cumplir tus mandamientos.
Me indigno, Señor, porque los pecadores no cumplen tu ley. Las redes
de los pecadores me aprisionan, pero yo no olvido tu voluntad. R/.
Líbrame de la opresión
de los hombres y cumpliré tus mandamientos. Se acercan a mí los
malvados que me persiguen y están lejos de tu ley. R/.
Los malvados están lejos de la salvación, porque no han cumplido
tus mandamientos. Cuando veo a los pecadores, siento disgusto, porque no cumplen
tus palabras. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 8, 12) R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá
la luz de la vida. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 18, 35-43
En aquel tiempo, cuando
Jesús se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado a un lado
del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntó
qué era aquello, y le explicaron que era Jesús el Nazareno, que
iba de camino.
Entonces él comenzó a gritar: “¡Jesús, hijo
de David, ten compasión de mí!”. Los que iban adelante lo
regañaban para que se callara, pero él se puso a gritar más
fuerte: “¡Hijo de David ten compasión de mí!”.
Entonces Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo
cerca, le preguntó: “¿Qué quieres que haga por ti?”.
El le contestó: “Señor, que vea”. Jesús le
dijo: “Recobra la vista; tu fe te ha curado”.
En seguida el ciego recobró la vista y lo siguió, bendiciendo
a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
El ciego de Jericó había perdido la vista, pero no la esperanza. Esta lo mantenía vivo. Cuando tuvo noticias de Jesús, cayó en la cuenta de que su esperanza empezaría a cumplirse.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te ofrecemos, Señor, bajo los signos sacramentales del pan y del vino, el sacrificio de tu Hijo, rey de la paz, para que este misterio de unidad y de amor reafirme la fraternidad entre todos tus hijos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 5, 9)
Bienaventurados los que procuran la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor, el espíritu de tu amor, a fin de que,
alimentados con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, fomentemos entre todos los
hombres la paz que El mismo nos dejó. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Beato José Anacleto González Flores y compañeros mártires. San Félix de Valois, abad.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Si 36, 15-16)
A los que esperan en ti, Señor, concédeles tu paz, y cumple así las palabras de tus profetas; escúchame, Señor, y atiende a las plegarias de tu pueblo.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, en cuyas manos están las esperanzas de los hombres y los derechos de los pueblos, ilumina a quienes nos gobiernan para que, con tu ayuda, promuevan en todas partes la prosperidad, la paz y la libertad. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de los Macabeos: 6, 18-31
Había un hombre llamado
Eleazar, de edad avanzada y aspecto muy digno. Era uno de los principales maestros
de la ley. Querían obligarlo a comer carne de puerco y para ello le abrían
a la fuerza la boca. Pero él, prefiriendo una muerte honrosa a una vida
de infamia, escupió la carne y avanzó voluntariamente hacia el
suplicio, como deben hacer los que son constantes en rechazar manjares prohibidos,
aun a costa de la vida.
Los que presidían aquel sacrificio pagano, en atención a la antigua
amistad que los unía con Eleazar, lo llevaron aparte y le propusieron
que mandara traer carne permitida y que la comiera, simulando que comía
la carne del sacrificio ordenada por el rey. Así se podría librar
de la muerte y encontrar benevolencia, por la antigua amistad que los unía.
Pero Eleazar, adoptando una actitud cortés, digna de sus años
y de su noble ancianidad, de sus canas honradas e ilustres, de su conducta intachable
desde niño y, sobre todo, digna de la ley santa, dada por Dios, respondió
en seguida: “Envíenme al sepulcro, pues no es digno de mi edad
ese engaño. Van a creer los jóvenes que Eleazar, a los noventa
años, se ha pasado al paganismo. Y si por miedo a perder el poco tiempo
de vida que me queda, finjo apartarme de la ley, se van a extraviar con mi mal
ejemplo. Eso seria manchar y deshonrar mi vejez. Y aunque por el momento me
librara del castigo de los hombres, ni vivo ni muerto me libraría de
la mano del Omnipotente. En cambio, si muero ahora como un valiente, me mostraré
digno de mis años y dejaré a los jóvenes un gran ejemplo,
para que aprendan a arrostrar voluntariamente una muerte noble por amor a nuestra
santa y venerable ley”.
Dicho esto, se fue en seguida hacia el suplicio. Los que lo conducían,
considerando arrogantes las palabras que acababa de pronunciar, cambiaron en
dureza su actitud benévola.
Cuando Eleazar estaba a punto de morir a causa de los golpes, dijo entre suspiros:
“Tú, Señor, que todo lo conoces, bien sabes que pude librarme
de la muerte; pero, por respeto a ti, sufro con paciencia y con gusto, crueles
dolores en mi cuerpo y en mi alma”. De esta manera, Eleazar terminó
su vida y dejó no sólo a los jóvenes, sino a toda la nación,
un ejemplo memorable de virtud y heroísmo. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Eleazar resistió
al acoso violento de sus perseguidores. No aceptó negociar ni claudicar.
Como hombre sabio, prefirió mantenerse fiel a sus convicciones, aun a
costa de su vida.
Del salmo 3 R/. El Señor es mi defensa.
Mira, Señor, cuántos contrarios tengo, y cuántos contra
mí se han levantado; cuántos dicen de mí: “Ni Dios
podrá salvarlo”. R/.
Mas tú, Señor, eres mi escudo, mi gloria y mi victoria; desde
tu monte santo me respondes cuando mi voz te invoca. R/.
En paz me acuesto, duermo y me despierto, porque el Señor es mi defensa.
No temeré a la enorme muchedumbre que se acerca y me acecha. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. 1 Jn 4, 10) R/. Aleluya, aleluya.
Dios nos amó y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación
por nuestros pecados. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 19, 1-10
En aquel tiempo, Jesús
entró en Jericó, y al ir atravesando la ciudad, sucedió
que un hombre llamado Zaqueo, jefe de publícanos y rico, trataba de conocer
a Jesús, pero la gente se lo impedía, porque Zaqueo era de baja
estatura. Entonces corrió y se subió a un árbol para verlo
cuando pasara por ahí. Al llegar a ese lugar, Jesús levantó
los ojos y le dijo: “Zaqueo, bájate pronto, porque hoy tengo que
hospedarme en tu casa”.
El bajó enseguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, comenzaron
todos a murmurar diciendo: “Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador”.
Zaqueo, poniéndose de pie, dijo a Jesús: “Mira, Señor,
voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si he defraudado a alguien,
le restituiré cuatro veces más”. Jesús le dijo: “Hoy
ha llegado la salvación a esta casa, porque también él
es hijo de Abraham, y el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que
se había perdido”. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
Zaqueo tiene la lucidez suficiente para reconocer la dimensión de sus faltas. No se engaña, ni escamotea su responsabilidad. Repara con generosidad de los daños causados.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, con bondad los dones y plegarias de tu pueblo y haz que lo que cada uno ofrece en tu honor, ayude a la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 35, 8)
Señor Dios, qué valioso es tu amor. Por eso los hombres se acogen a la sombra de tus alas.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la gracia de esta comunión nos transforme, Señor, tan plenamente, que no sea ya nuestro egoísmo, sino tu amor el que impulse, de ahora en adelante, nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La Presentación de la Santísima Virgen María
Santos: Gelasio I, papa; Demetrio y Honorio de Ostia, mártires.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Dichosa tú, Virgen María, que llevaste en tu seno al creador del universo; diste a luz al que te creó, y permaneces virgen para siempre.
ORACIÓN COLECTA
Al celebrar hoy la festividad de la presentación de la santísima Virgen María, te suplicamos, Señor, que, por intercesión suya, podamos participar de la plenitud de tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de los Macabeos: 7, 1. 20-31
En aquellos días,
arrestaron a siete hermanos junto con su madre. El rey Antíoco Epifanes
los hizo azotar para obligarlos a comer carne de puerco, prohibida por la ley.
Muy digna de admiración y de glorioso recuerdo fue aquella madre que,
viendo morir a sus siete hijos en el espacio de un solo día, lo soportó
con entereza, porque tenían puesta su esperanza en el Señor. Llena
de generosos sentimientos y uniendo un temple viril a la ternura femenina, animaba
a cada uno de ellos en su lengua materna, diciéndoles:
“Yo no sé cómo han aparecido ustedes en mi seno; no he sido
yo quien les ha dado el aliento y la vida, ni he unido yo los miembros que componen
su cuerpo. Ha sido Dios, creador del mundo, el mismo que formó el género
humano y creó cuanto existe. Por su misericordia, El les dará
de nuevo el aliento y la vida, ya que por obedecer sus santas leyes, ustedes
la sacrifican ahora”. Antíoco pensó que la mujer lo estaba
despreciando e insultando.
Aún quedaba con vida el más pequeño de los hermanos y Antíoco
trataba de ganárselo, no sólo con palabras, sino hasta con juramentos;
le prometía hacerlo rico y feliz, con tal de que renegara de las tradiciones
de sus padres; lo haría su amigo y le daría un cargo. Pero como
el muchacho no le hacía el menor caso, el rey mandó llamar a la
madre y le pidió que convenciera a su hijo de que aceptara, por su propio
bien. El rey se lo pidió varias veces, y la madre aceptó. Se acercó
entonces a su hijo, y burlándose del cruel tirano, le dijo en su lengua
materna: “Hijo mío, ten compasión de mí, que te llevé
en mi seno nueve meses, te amamanté tres años y te he criado y
educado hasta la edad que tienes. Te ruego, hijo mío, que mires el cielo
y la tierra, y te fijes en todo lo que hay en ellos, así sabrás
que Dios lo ha hecho todo de la nada y que en la misma forma ha hecho a los
hombres. Así, pues, no le tengas miedo al verdugo, sigue el buen ejemplo
de tus hermanos y acepta la muerte, para que, por la misericordia de Dios, te
vuelva yo a encontrar con ellos”.
Cuando la madre terminó de hablar, el muchacho dijo a los verdugos: “¿Que
esperan? No voy a obedecer la orden del rey; yo obedezco los mandamientos de
la ley dada a nuestros padres por medio de Moisés. Y tú, rey,
que eres el causante de tantas desgracias para los hebreos, no escaparás
de las manos de Dios”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Esta familia tenía
una certeza inconmovible en el Rey del universo. La madre se sostuvo hasta el
final, superó el martirio psicológico al que fue expuesta y rindió
su máximo testimonio.
Del salmo 16 R/. Escóndeme, Señor, bajo la sombra de tus alas.
Señor, hazme justicia y a mi clamor atiende; presta oído a mi
súplica, pues mis labios no mienten. R/.
Mis pies en tus caminos se mantuvieron firmes, no tembló mi pisada. A
ti mi voz elevo, pues sé que me respondes. Atiéndeme, Dios mío,
y escucha mis palabras. R/.
Protégeme, Señor, como a las niñas de tus ojos, bajo la
sombra de tus alas escóndeme, pues yo, por serte fiel, contemplaré
tu rostro y al despertarme, espero saciarme de tu vista. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Jn 15, 16) R/. Aleluya, aleluya.
Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y
den fruto y su fruto permanezca. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 19, 11-28
En aquel tiempo, como ya
se acercaba Jesús a Jerusalén y la gente pensaba que el Reino
de Dios iba a manifestarse de un momento a otro, El les dijo esta parábola:
“Había un hombre de la nobleza que se fue a un país lejano
para ser nombrado rey y volver como tal. Antes de irse, mandó llamar
a diez empleados suyos, les entregó una moneda de mucho valor a cada
uno y les dijo: ‘Inviertan este dinero mientras regreso’. Pero sus
compatriotas lo aborrecían y enviaron detrás de él a unos
delegados que dijeran: ‘No queremos que éste sea nuestro rey’.
Pero fue nombrado rey, y cuando regresó a su país, mandó
llamar a los empleados a quienes había entregado el dinero, para saber
cuánto había ganado cada uno.
Se presentó el primero y le dijo: ‘Señor, tu moneda ha producido
otras diez monedas’. El le contestó: ‘Muy bien. Eres un buen
empleado. Puesto que has sido fiel en una cosa pequeña, serás
gobernador de diez ciudades’.
Se presentó el segundo y le dijo: ‘Señor, tu moneda ha producido
otras cinco monedas’. Y el señor le respondió: ‘Tú
serás gobernador de cinco ciudades’.
Se presentó el tercero y le dijo: ‘Señor, aquí está
tu moneda. La he tenido guardada en un pañuelo, pues te tuve miedo, porque
eres un hombre exigente, que reclama lo que no ha invertido y cosecha lo que
no ha sembrado’. El señor le contestó: ‘Eres un mal
empleado. Por tu propia boca te condeno. Tú sabías que yo soy
un hombre exigente, que reclamo lo que no he invertido y que cosecho lo que
no he sembrado, ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco
para que yo, al volver, lo hubiera recobrado con intereses?’.
Después les dijo a los presentes: ‘Quítenle a éste
la moneda y dénsela al que tiene diez’. Le respondieron:
‘Señor, ya tiene diez monedas’. Él les dijo: ‘Les
aseguro que a todo el que tenga se le dará con abundancia, y al que no
tenga, aun lo que tiene se le quitará. En cuanto a mis enemigos, que
no querían tenerme como rey, tráiganlos aquí y mátenlos
en mi presencia’ “.
Dicho esto, Jesús prosiguió su camino hacia Jerusalén al
frente de sus discípulos. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
Jesús nos anima a empeñarnos activamente poniendo nuestros dones y talentos al servicio de la comunidad. En realidad, somos administradores de dones que no nos pertenecen.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, te rogamos, Señor, que la ofrenda que te presentamos nos transforme, por tu gracia, en oblación viva y continua. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de la Santísima Virgen María
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 49)
Ha hecho en mí maravillas el Todopoderoso, cuyo nombre es santo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Ya que participamos de la redención eterna, te pedimos, Señor, que al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, nos gloriemos de la plenitud de tu gracia y sintamos los efectos de tu obra redentora. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Cecilia de Roma y Marcos y Esteban de Antioquía, mártires. Beato Tomás Regio, obispo.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Esta santa luchó hasta la muerte por la ley de Dios y no se aterrorizó ante la amenaza de los impíos, pues estaba afianzada sobre roca firme.
ORACIÓN COLECTA
Que la intercesión de santa Cecilia, virgen y mártir, nos obtenga, Señor, de tu misericordia, la gracia de vivir con alegría nuestra fe para que merezcamos cantar tus alabanzas en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de los Macabeos: 2, 15-29
En aquellos días,
los enviados del rey Antíoco, encargados de hacer apostatar a los israelitas,
llegaron a la ciudad de Modín para obligarlos a sacrificar a los ídolos.
Muchos israelitas se les sometieron; en cambio, Matatías y sus hijos
se les opusieron tenazmente.
Los enviados del rey se dirigieron entonces a Matatías y le dijeron:
“Tú eres un hombre ilustre y poderoso en esta ciudad y cuentas
con el apoyo de tus hijos y de tus hermanos. Acércate, pues, tú
primero y cumple la orden del rey, como la han cumplido todas las naciones,
los hombres de Judea y los que han quedado en Jerusalén. Así,
tú y tus hijos serán contados entre los amigos del rey y serán
recompensados con oro, plata y muchos regalos”.
Matatías les contestó con voz firme: “Aunque todas las naciones
que forman los dominios del rey obedezcan sus órdenes y apostaten de
la religión de sus padres, mis hijos, mis hermanos y yo nos mantendremos
fieles a la alianza de nuestros padres. ¡Dios nos libre de abandonar nuestra
ley y nuestras costumbres! No obedeceremos las órdenes del rey ni ofreceremos
sacrificios a los ídolos, porque así quebrantaríamos los
mandamientos de nuestra ley y seguiríamos un camino equivocado”.
Apenas había acabado de hablar Matatías, un judío se adelantó,
a la vista de todos, para ofrecer sacrificios a los ídolos en el altar,
conforme al decreto del rey. Al verlo, Matatías se indignó, tembló
de cólera y en un arrebato de ira santa, corrió hasta el judío
y lo degolló sobre el altar. Mató, además, al enviado del
rey, que obligaba a hacer sacrificios, y destruyó el altar. En su celo
por la ley, imitó lo que hizo Pinjás contra Zimrí, el hijo
de Salú.
Luego empezó a gritar por la ciudad: “Todo aquel que sienta celo
por la ley y quiera mantener la alianza, que me siga”. Y, dejando en la
ciudad cuanto poseían, huyeron él y sus hijos a las montañas.
Por entonces, muchos judíos que buscaban la justicia y querían
ser fieles a la ley, se fueron a vivir al desierto. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Matías es presionado
para que abandone la ley. Se mantiene firme y encabeza el movimiento de resistencia
de los israelitas que prefirieron arriesgar su vida a claudicar.
Del salmo 49 R/. Dios salva al que cumple su voluntad.
Habla el Dios de los dioses, el Señor, y convoca a cuantos viven en la
tierra. En Jerusalén, dechado de hermosura, el Señor se ha manifestado.
R/.
Congreguen ante mí a los que sellaron sobre el altar mi alianza. Es Dios
quien va a juzgar y el cielo mismo lo declara. R/.
Mejor ofrece a Dios tu gratitud y cumple tus promesas al Altísimo, pues
yo te libraré cuando me invoques y tú me darás gloria,
agradecido. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Sal 94, 8) R/. Aleluya, aleluya.
No endurezcan su corazón, como el día de la rebelión
en el desierto, dice el Señor. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 19, 41-44
En aquel tiempo, cuando
Jesús estuvo cerca de Jerusalén y contempló la ciudad,
lloró por ella y exclamó:
“¡Si en este día comprendieras tú lo que puede conducirte
a la paz! Pero eso está oculto a tus ojos. Ya vendrán días
en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán y te
atacarán por todas partes y te arrasarán. Matarán a todos
tus habitantes y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no aprovechaste
la oportunidad que Dios te daba”. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
Jesús fue descubriendo las señales del rechazo. Los dirigentes de su pueblo se habían obcecado hasta el extremo. La suerte de Jerusalén dependería de la actitud que asumiera hacia Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que los dones que vamos a ofrecerte en honor de tu santa virgen Cecilia te sean, Señor, tan agradables, como agradable fue a tus ojos su martirio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 16, 24)
Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y que me siga, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor y Dios nuestro, que glorificaste a santa Cecilia con la doble corona de la virginidad y del martirio, concédenos que esta comunión nos ayude a superar todas las pruebas y podamos así alcanzar el Reino eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Este hombre es un verdadero mártir, ya que derramó su sangre por Cristo; no temió las amenazas de quienes lo juzgaron y mereció así el Reino de los cielos.
ORACIÓN COLECTA
Dios y Padre nuestro, que concediste a tu siervo Miguel Agustín, en su vida y en su martirio, buscar ardientemente tu mayor gloria y la salvación de los hombres, concédenos, a ejemplo suyo, servirte y glorificarte cumpliendo nuestras obligaciones diarias con fidelidad y alegría, y ayudando eficazmente a nuestros prójimos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de los Macabeos: 4, 36-3 7. 52-59
En aquellos días,
Judas y sus hermanos se dijeron: “Nuestros enemigos están vencidos;
vamos, pues, a purificar el templo para consagrarlo de nuevo”. Entonces
se reunió todo el ejército y subieron al monte Sión.
El día veinticinco de diciembre del año ciento cuarenta y ocho,
se levantaron al romper el día y ofrecieron sobre el nuevo altar de los
holocaustos que habían construido, un sacrificio conforme a la ley. El
altar fue inaugurado con cánticos, cítaras, arpas y platillos,
precisamente en el aniversario del día en que los paganos lo habían
profanado. El pueblo entero se postró en tierra y adoró y bendijo
al Señor, que los había conducido al triunfo.
Durante ocho días celebraron la consagración del altar y ofrecieron
con alegría holocaustos y sacrificios de comunión y de alabanza.
Adornaron la fachada del templo con coronas de oro y pequeños escudos,
restauraron los pórticos y las salas, y les pusieron puertas. La alegría
del pueblo fue grandísima y el ultraje inferido por los paganos quedó
borrado.
Judas, de acuerdo con sus hermanos y con toda la asamblea de Israel, determinó
que cada año, a partir del veinticinco de diciembre, se celebrara durante
ocho días, con solemnes festejos, el aniversario de la consagración
del altar. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Judas Macabeo junto con
sus hermanos puso en riesgo su vida para mantener a salvo la identidad de su
pueblo. Sus esfuerzos fructificaron y recuperaron el corazón de su vida:
el templo.
1 Crónicas 29 R/. Bendito seas, Señor, Dios nuestro.
Bendito seas, Señor, Dios de nuestro padre Jacob, desde siempre y para
siempre. R/.
Tuya es la grandeza y el poder, el honor, la majestad y la gloria, pues tuyo
es cuanto hay en el cielo y en la tierra. R/.
Tuyo, Señor, es el reino, tú estás por encima de todos
los reyes. De ti provienen las riquezas y la gloria. R/.
Tú lo gobiernas todo, en tu mano están la fuerza y el poder y
de tu mano proceden la gloria y la fortaleza. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 10, 27) R/. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y
ellas me siguen. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 19, 45-48
Aquel día, Jesús
entró en el templo y comenzó a echar fuera a los que vendían
y compraban allí, diciéndoles:
“Está escrito: Mi casa es casa de oración; pero ustedes
la han convertido en cueva de ladrones”.
Jesús enseñaba todos los días en el templo. Por su parte,
los sumos sacerdotes, los escribas y los jefes del pueblo intentaban matarlo,
pero no encontraban cómo hacerlo, porque todo el pueblo estaba pendiente
de sus palabras. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
San Lucas no detalla la expulsión de los vendedores. En su lugar, nos refiere la decisión de los sacerdotes para eliminar a Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Padre nuestro, que al presentarte este pan y este vino para el sacrificio eucarístico, te presentemos también nuestra vida para que, por intercesión de tu mártir Miguel Agustín, merezcamos un día ser asociados plenamente como él a la oblación de tu Hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 12, 24-25)
Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da fruto abundante.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre, que esta Eucaristía nos purifique de todo egoísmo, y nos dé fuerza para vivir cada día, a ejemplo de tu mártir Miguel Agustín, al servicio de nuestros hermanos, con los sentimientos del Corazón de tu Hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ga 6, 14; 1 Co 1, 18)
No permita Dios que yo me gloríe en algo que no sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo, pues la cruz es fuerza de Dios para los que vamos por el camino de la salvación.
ORACIÓN COLECTA
Dios y Padre nuestro, fuente y origen de toda paternidad, que a los bienaventurados mártires Andrés y sus compañeros les concediste ser fieles a la cruz de tu Hijo, por su intercesión te pedimos que también nosotros propaguemos tu amor entre nuestros hermanos y seamos dignos de contarnos entre tus hijos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de los Macabeos: 6, 1-13
Cuando recorría las
regiones altas de Persia, el rey Antíoco se enteró de que había
una ciudad llamada Elimaida, famosa por sus riquezas de oro y plata. En su riquísimo
templo se guardaban los yelmos de oro, las corazas y las armas dejadas ahí
por Alejandro, hijo de Filipo y rey de Macedonia, que fue el primero que reinó
sobre los griegos.
Antíoco se dirigió a Elimaida, con intención de apoderarse
de la ciudad y de saquearla. Pero no lo consiguió, por que al conocer
sus propósitos, los habitantes le opusieron resistencia y tuvo que salir
huyendo y marcharse de ahí con gran tristeza, para volverse a Babilonia.
Todavía se hallaba en Persia, cuando llegó un mensajero que le
anunció la derrota de las tropas enviadas a la tierra de Judá.
Lisias, que había ido al frente de un poderoso ejército, había
sido derrotado por los judíos. Estos se habían fortalecido con
las armas, las tropas y el botín capturado al enemigo. Además,
habían destruido el altar pagano levantado por él sobre el altar
de Jerusalén. Habían vuelto a construir una muralla alta en torno
al santuario y a la ciudad de Bet-Sur. Ante tales noticias, el rey se impresionó
y se quedó consternado, a tal grado, que cayó en cama, enfermo
de tristeza, por no haberle salido las cosas como él había querido.
Permaneció ahí muchos días, cada vez más triste
y pensando que se iba a morir. Entonces mandó llamar a todos sus amigos
y les dijo: “El sueño ha huido de mis ojos y me siento abrumado
de preocupación. Y me pregunto: ‘Por qué estoy tan afligido
ahora y tan agobiado por la tristeza, si me sentía tan feliz y amado,
cuando era poderoso? Pero ahora me doy cuenta del daño que hice en Jerusalén,
cuando me llevé los objetos de oro y plata que en ella había,
y mandé exterminar sin motivo a los habitantes de Judea. Reconozco que
por esta causa me han sobrevenido estas desgracias y que muero en tierra extraña,
lleno de tristeza’ “. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Este relato presenta de
forma idealizada el final de Antíoco, quien se arrepiente de sus abusos.
El autor expresa así su confianza en las posibilidades humanas de conversión.
Del salmo 9 R/. Cantemos al Señor, nuestro salvador.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón y proclamaré todas
tus maravillas; me alegro y me regocijo contigo y toco en tu honor, Altísimo.
R/.
Porque mis enemigos retrocedieron, cayeron y perecieron ante ti. Reprendiste
a los pueblos, destruiste al malvado y borraste para siempre su recuerdo. R/.
Los pueblos se han hundido en la tumba que hicieron, su pie quedó atrapado
en la red que escondieron. Tú, Señor, jamás olvidas al
pobre y la esperanza del humilde jamás perecerá. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. 2 Tim 1, 10) R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro salvador, ha vencido a la muerte y ha hecho resplandecer
la vida por medio del Evangelio. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 20, 27-40
En aquel tiempo, se acercaron
a Jesús algunos saduceos. Como los saduceos niegan la resurrección
de los muertos, le preguntaron: “Maestro, Moisés nos dejó
escrito que si alguno tiene un hermano casado que muere sin haber tenido hijos,
se case con la viuda para dar descendencia a su hermano. Hubo una vez siete
hermanos, el mayor de los cuales se casó y murió sin dejar hijos.
El segundo, el tercero y los demás, hasta el séptimo, tomaron
por esposa a la viuda y todos murieron sin dejar sucesión. Por fin murió
también la viuda. Ahora bien, cuando llegue la resurrección, ¿de
cuál de ellos será esposa la mujer, pues los siete estuvieron
casados con ella?”.
Jesús les dijo: “En esta vida, hombres y mujeres se casan, pero
en la vida futura, los que sean juzgados dignos de ella y de la resurrección
de los muertos, no se casarán ni podrán ya morir, porque serán
como los ángeles e hijos de Dios, pues El los habrá resucitado.
Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo indica en el episodio
de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios
de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para El todos
viven”.
Entonces, unos escribas le dijeron: “Maestro, has hablado bien”.
Y a partir de ese momento ya no se atrevieron a preguntarle nada. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
La plenitud de la vida futura es tal que no será necesario que hombres y mujeres se desposen, por la simple razón de que ya no habrá carencia alguna; será una existencia verdaderamente plena.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Padre santo, los dones que te presentamos al venerar la pasión de los santos mártires vietnamitas y concédenos que, en medio de las adversidades de esta vida, permanezcamos siempre fieles a ti y nos convirtamos en ofrendas agradables a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 5, 10)
Dichosos los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Fortalecidos con esta Eucaristía, te suplicamos, Señor, al conmemorar a tus santos mártires, que permanezcamos unidos en tu amor y podamos conseguir el premio eterno de nuestros sufrimientos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEÑOR DEL UNIVERSO
Santa: Catalina de Alejandría, mártir. Beata Isabel de Reute, laica.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ap 5, 12; 1. 6)
Digno es el Cordero que fue inmolado, de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza y el honor. A Él la gloria y el imperio por los siglos de los siglos.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que quisiste fundar todas las cosas en tu Hijo muy amado, Rey del universo, haz que toda creatura, liberada de la esclavitud, sirva a tu majestad y te alabe eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de Samuel: 5, 1-3
En aquellos días,
todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a ver a David, de la tribu
de Judá, y le dijeron:
“Somos de tu misma sangre. Ya desde antes, aunque Saúl reinaba
sobre nosotros, tú eras el que conducía a Israel, pues ya el Señor
te había dicho: ‘Tú serás el pastor de Israel, mi
pueblo; tú serás su guía’ “. Así pues,
los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver a David, rey de Judá.
David hizo con ellos un pacto en presencia del Señor y ellos lo ungieron
como rey de todas las tribus de Israel. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Las tribus de Israel reconocen
los méritos y el liderazgo de David. Más aún, consiguen
darse cuenta de que Dios lo había elegido para pastorear a su pueblo,
Israel.
Del salmo 121 R/. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.
¡Qué alegría sentí cuando me dijeron: “Vayamos
a la casa del Señor”! Y hoy estamos aquí, Jerusalén,
jubilosos, delante de tus puertas. R/.
A ti, Jerusalén, suben las tribus, las tribus del Señor, según
lo que a Israel se le ha ordenado, para alabar el nombre del Señor. R/.
Por el amor que tengo a mis hermanos, voy a decir: “La paz sea contigo”.
Y por la casa del Señor, mi Dios, pediré para ti todos los bienes.
R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los colosenses: 1, 12-20
Hermanos: Demos gracias
a Dios Padre, el cual nos ha hecho capaces de participar en la herencia de su
pueblo santo, en el reino de la luz.
El nos ha liberado del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al Reino de
su Hijo amado, por cuya sangre recibimos la redención, esto es, el perdón
de los pecados.
Cristo es la imagen de Dios invisible, el primogénito de toda la creación,
porque en El tienen su fundamento todas las cosas creadas, del cielo y de la
tierra, las visibles y las invisibles, sin excluir a los tronos y dominaciones,
a los principados y potestades. Todo fue creado por medio de El y para El.
El existe antes que todas las cosas, y todas tienen su consistencia en El. El
es también la cabeza del cuerpo, que es la Iglesia. El es el principio,
el primogénito de entre los muertos, para que sea el primero de todo.
Porque Dios quiso que en Cristo habitara toda plenitud y por El quiso reconciliar
consigo todas las cosas, del cielo y de la tierra, y darles la paz por medio
de su sangre, derramada en la cruz. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Este himno rinde una alabanza a Dios por la victoria de Jesucristo. El primogénito
que venció a la muerte, reconcilió al universo entero y nos consiguió
la paz verdadera.
ACLAMACIÓN
(Mc 11, 9. 10) R/. Aleluya, aleluya.
¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito
el reino que llega, el reino de nuestro padre David! R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 23, 35-43
Cuando Jesús estaba
ya crucificado, las autoridades le hacían muecas, diciendo: “A
otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si El es el Mesías
de Dios, el elegido”.
También los soldados se burlaban de Jesús, y acercándose
a El, le ofrecían vinagre y le decían: “Si tú eres
el rey de los judíos, sálvate a ti mismo”: Había,
en efecto, sobre la cruz, un letrero en griego, latín y hebreo, que decía:
“Este es el rey de los judíos”. Uno de los malhechores crucificados
insultaba a Jesús, diciéndole: “Si tú eres el Mesías,
sálvate a ti mismo y a nosotros”. Pero el otro le reclamaba, indignado:
“¿Ni siquiera temes tú a Dios estando en el mismo suplicio?
Nosotros justamente recibimos el pago de lo que hicimos. Pero éste ningún
mal ha hecho”. Y le decía a Jesús: “Señor,
cuando llegues a tu Reino, acuérdate de mí”. Jesús
le respondió: “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en
el paraíso”. Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
Con esta escena, el evangelista nos transmite una última lección sobre la misericordia y la conversión. El así llamado “buen ladrón” mira a Jesús con ojos de fe y consigue el perdón.
Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al ofrecerte el sacrificio de la reconciliación humana, te rogamos, Señor, que Jesucristo, tu Hijo, conceda a todos los pueblos los bienes de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque consagraste Sacerdote eterno y Rey del universo a tu Hijo unigénito,
nuestro Señor Jesucristo, para que, ofreciéndose a sí mismo
como víctima perfecta y pacificadora en el altar de la cruz, consumara
el misterio de la redención humana; y sometiendo a su poder la creación
entera, entregara a tu majestad infinita un Reino eterno y universal: Reino
de la verdad y de la vida; Reino de la santidad y de la gracia; Reino de la
justicia, del amor y de la paz.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros
celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 28, 10-11)
En su trono reinará el Señor para siempre y le dará a su pueblo la bendición de la paz.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con el pan que da la vida eterna, te pedimos, Señor, que quienes nos gloriamos en obedecer aquí los mandatos de Cristo, Rey del universo, podamos vivir con El eternamente en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Esta escena del llamado “buen ladrón” ha conocido interpretaciones incompletas. Algunos han pensado que este pasaje nos estaría alentando a posponer la conversión para el último momento de la vida. Esa seria una lectura abusiva. La intención es otra, persuadirnos de la enorme misericordia de Dios, a fin de realizar la conversión sin temor ni desconfianza. No tiene caso posponer las decisiones importantes. Quien vive reconciliado con Dios, rehace por entero su vida; de esa manera, su familia, sus compañeros de trabajo y, en una palabra, todo mundo, se hace partícipe de la salvación.
Santos: Conrado de Constanza obispo; Siricio I, papa, y Leonardo de Puerto.
Mauricio, presbítero.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 22, 4)
Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo, Señor y Dios mío, tu vara y tu cayado me dan seguridad.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que nos creaste a tu imagen y quisiste que tu Hijo muriera por nosotros, concédenos vivir siempre vigilantes en oración, a fin de que, libres de pecado cuando tú nos llames, podamos ir a reposar gozosos en brazos de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Daniel: 1, 1-6. 8-20
El año tercero del
reinado de Joaquín, rey de Judá, vino a Jerusalén Nabucodonosor,
rey de Babilonia, y la sitió. El Señor entregó en sus manos
a Joaquín, rey de Judá, así como parte de los objetos del
templo, que él se llevó al país de Senaar y los guardó
en el tesoro de sus dioses. El rey mandó a Aspenaz, jefe de sus oficiales,
que seleccionara de entre los israelitas de sangre real y de la nobleza, algunos
jóvenes, sin defectos físicos, de buena apariencia, sobrios, cultos
e inteligentes y aptos para servir en la corte del rey, con el fin de enseñarles
la lengua y la literatura de los caldeos.
El rey les asignó una ración diaria de alimentos y de vino de
su propia mesa. Deberían ser educados durante tres años y después
entrarían al servicio del rey. Entre ellos se encontraban Daniel, Ananías,
Misael y Azarías, que eran de la tribu de Judá. Daniel hizo el
propósito de no contaminarse compartiendo los alimentos y el vino de
la mesa del rey, y le suplicó al jefe de los oficiales que no lo obligara
a contaminarse. Dios le concedió a Daniel hallar favor y gracia ante
el jefe de los oficiales. Sin embargo, éste le dijo a Daniel: “Le
tengo miedo al rey, mi señor, por que él les ha asignado a ustedes
su comida y su bebida, y si llega a verlos más delgados que a los demás,
estará en peligro mi vida”. Daniel le dijo entonces a Malasar,
a quien el jefe de los oficiales había confiado el cuidado de Daniel,
Ananías, Misael y Azarías: “Por favor, haz la prueba con
tus siervos durante diez días; que nos den de comer legumbres, y de beber,
agua; entonces podrás comparar nuestro aspecto con el de los jóvenes
que comen de la mesa del rey y podrás tratamos según el resultado”.
Aceptó él la propuesta e hizo la prueba durante diez días.
Al cabo de ellos, los jóvenes judíos tenían mejor aspecto
y estaban más robustos que todos los que comían de la mesa del
rey. Desde entonces Malasar les suprimió la ración de comida y
de vino, y les dio sólo legumbres. A estos cuatro jóvenes les
concedió Dios sabiduría e inteligencia en toda clase de ciencia.
A Daniel, además, el don de interpretar visiones y sueños. Al
cabo del tiempo establecido, el jefe de los oficiales llevó a todos los
jóvenes ante Nabucodonosor y se los presentó. El rey conversó
con ellos y entre todos no encontró a nadie como Daniel, Ananías,
Misael y Azarías. Quedaron entonces al servicio del rey. Y en todas las
cosas de sabiduría, inteligencia y experiencia que el rey les propuso,
los encontró diez veces superiores a todos los magos y adivinos de su
reino. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Daniel es presentado como
ejemplo de fidelidad para los jóvenes en busca de la sabiduría.
El autor nos anima así a decir sí a la fidelidad y no al pragmatismo
oportunista.
Daniel 3 R/. Bendito seas, para siempre, Señor.
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres. Que tu nombre santo y glorioso
sea bendito. R/.
Bendito seas en el templo santo y glorioso. Que en el trono de tu reino seas
bendito. R/.
Bendito eres tú, Señor, que penetras con tu mirada los abismos
y te sientas en un trono rodeado de querubines. Bendito seas, Señor,
en la bóveda del cielo. R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 24, 42. 44) R/. Aleluya, aleluya.
Estén preparados, porque no saben a qué hora va a venir
el Hijo del hombre. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 21, 1-4
En aquel tiempo, levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que echaban sus donativos en las alcancías del templo. Vio también a una viuda pobre, que echaba allí dos moneditas, y dijo: “Yo les aseguro que esa pobre viuda ha dado más que todos. Porque éstos dan a Dios de lo que les sobra; pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Los pobres han desarrollado una capacidad especial: tienen confianza en la providencia de Dios. Como han vivido en las manos de Dios, aprenden a desprenderse de sus bienes.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Tú, que con la muerte de tu Hijo venciste nuestra muerte, concédenos, Señor, por los méritos de este sacramento, ser obedientes a tu voluntad hasta el fin, para que, llenos de confianza y de paz, salgamos de este mundo y podamos participar de la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Rm 14, 7-8)
Nadie vive para sí mismo, como nadie muere para sí mismo; ya sea que vivamos o que hayamos muerto, somos siempre del Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú, Señor, que en este sacramento nos has dado la prenda de la vida inmortal, ayúdanos a vencer en la hora de la muerte las insidias del enemigo y recíbenos en la gloria eterna de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (1 Co 12, 4-6)
Los carismas son diferentes, pero el Espíritu es el mismo. Son diferentes los ministerios, pero el Señor es el mismo. Las actividades son diferentes, pero el Dios que obra todo en todos es el mismo.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que enseñaste a los ministros de tu Iglesia, a no buscar que alguien los sirva, sino a servir a todos, concédeles ser infatigables en el don de sí mismos, constantes en la oración, alegres y bondadosos en el ejercicio de su ministerio. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Daniel: 2, 31-45
En aquellos días,
Daniel le dijo al rey Nabucodonosor: “Tú, rey, has tenido esta
visión: viste delante de ti una estatua, una estatua gigantesca, de un
brillo extraordinario y de aspecto imponente. La cabeza de la estatua era de
oro puro; el pecho y los brazos, de plata; el vientre y los muslos, de bronce;
las piernas, de hierro; y los pies, de hierro mezclado con barro.
Tú la estabas mirando, cuando de pronto una piedra que se desprendió
del monte, sin intervención de mano alguna, vino a chocar con los pies
de hierro y barro de la estatua y los hizo pedazos. Entonces todo se hizo añicos:
el hierro, el barro, el bronce, la plata y el oro; todo quedó como el
polvo que se desprende cuando se trilla el grano en el verano y el viento se
lo lleva sin dejar rastro. Y la piedra que había golpeado la estatua
se convirtió en un gran monte, que llenó toda la tierra.
Este fue tu sueño y ahora te lo voy a interpretar. Tú, rey de
reyes, a quien el Dios del cielo ha dado el reino y el poder, el dominio y la
gloria, pues te ha dado poder sobre todos los hombres, sobre las bestias del
campo y las aves del cielo, para que reines sobre ellos, tú eres la cabeza
de oro.
Después de ti surgirá un reino de plata, menos poderoso que el
tuyo. Después vendrá un tercer reino, de bronce, que dominará
toda la tierra. Y habrá un cuarto reino, fuerte como el hierro; así
como el hierro destroza y machaca todo, así él destrozará
y aplastará a todos.
Los pies y los dedos de hierro mezclado con barro que viste, representan un
reino dividido; tendrá algo de la solidez del hierro, porque viste el
hierro mezclado con el barro. Los dedos de los pies, de hierro y de barro, significan
un reino al mismo tiempo poderoso y débil. Y el hierro mezclado con el
barro quiere decir que los linajes se mezclarán, pero no llegarán
a fundirse, de la misma manera que el hierro no se mezcla con el barro.
En tiempo de estos reyes, el Dios del cielo hará surgir un reino que
jamás será destruido, ni dominado por ninguna otra nación.
Destruirá y aniquilará a todos estos reinos y él durará
para siempre. Eso significa la piedra que has visto desprenderse del monte,
sin intervención de mano humana, y que redujo a polvo el barro, el hierro,
el bronce, la plata y l oro.
El Dios grande ha manifestado al rey lo que va a su ceder. El sueño es
verdadero, y su interpretación, digna de crédito”. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Esta alegoría nos
transmite una certeza contundente: los reinos terrestres, fundamentados en los
pies de barro de la opresión, serán destruidos y surgirá
un reinado de paz y justicia.
Daniel 3 R/. Bendito seas para siempre, Señor.
Todas sus obras, bendigan al Señor. Todos sus ángeles, bendigan
al Señor. R/.
Cielos, bendigan al Señor. Todas las aguas del cielo, bendigan al Señor.
R/.
Todos sus ejércitos, bendigan al Señor. R/.
ACLAMACIÓN
(Ap 2, 10) R/. Aleluya, aleluya.
Sé fiel hasta la muerte y te daré como premio la vida, dice el
Señor. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 21, 5-11
En aquel tiempo, como algunos
ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza de las
ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo: “Días vendrán
en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando;
todo será destruido”.
Entonces le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo va a ocurrir
esto y cuál será la señal de que ya está a punto
de suceder?”.
El les respondió: “Cuídense de que nadie los engañe,
porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: ‘Yo soy
el Mesías. El tiempo ha llegado’. Pero no les hagan caso. Cuando
oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico,
porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin”.
Luego les dijo: “Se levantará una nación contra otra y un
reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias
y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
La historia es enigmática y compleja. No es posible anticiparse al futuro ni dar predicciones simplistas. Es necesario contemplar los acontecimientos con una mirada atenta y creyente.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Padre santo, nuestros dones y concédenos seguir el ejemplo de humildad y servicio a los demás que nos dejó tu Hijo Jesucristo al lavar los pies de los Apóstoles. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 12, 37)
Dichosos aquellos criados a quienes el Señor, al llegar, encuentre en vela. Los hará sentar a la mesa y El mismo les servirá.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concede, Señor, a tus hijos alimentados con esta Eucaristía, ser fieles ministros del Evangelio, de los sacramentos y de la caridad, para bien de tu pueblo y gloria de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Catalina Labouré, religiosa; Jácome de la Marca presbítero, y Esteban el Joven, abad.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Rm 14, 7-8)
Ninguno de nosotros vive para sí mismo ni muere para sí mismo. Si vivimos, vivimos para el Señor, y si morimos, morimos para el Señor. Así que, tanto en la vida cómo en la muerte, somos del Señor.
ORACIÓN COLECTA
Señor omnipotente y misericordioso, que continua mente demuestras tu amor a tus hijos, escucha nuestras oraciones por los que hoy van a morir, a fin de que la sangre preciosa de tu Hijo, nuestro redentor, los purifique de todo pecado y los haga descansar para siempre en tus brazos, llenos de misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Daniel: 5, 1-6. 13-14. 16- 17. 23-28
En aquellos días,
el rey Baltasar dio un gran banquete en honor de mil funcionarios suyos y se
puso a beber con ellos. Animado por el vino, Baltasar mandó traer los
vasos de oro y de plata que su padre, Nabucodonosor, había robado del
templo de Jerusalén, para que bebieran en ellos el rey y sus funcionarios,
sus mujeres y sus concubinas. Trajeron, pues, los vasos de oro y de plata robados
del templo de Jerusalén, y en ellos bebieron el rey y sus funcionarios,
sus mujeres y sus concubinas. Bebieron y comenzaron a alabar a sus dioses de
oro y plata, de bronce y de hierro, de madera y de piedra.
De repente aparecieron los dedos de una mano, que se pusieron a escribir en
la pared del palacio, detrás del candelabro, y el rey veía cómo
iban escribiendo los dedos. Entonces el rey se demudó, la mente se le
turbó, le faltaron las fuerzas y las rodillas le empezaron a temblar.
Trajeron a Daniel y el rey le dijo: “¿Eres tú Daniel, uno
de los judíos desterrados, que mi padre Nabucodonosor trajo de Judea?
Me han dicho que posees el espíritu de Dios, inteligencia, prudencia
y sabiduría extraordinarias. Me han dicho que puedes interpretar los
sueños y resolver los problemas. Si logras leer estas palabras y me las
interpretas, te pondrán un vestido de púrpura y un collar de oro
y serás el tercero en mi reino”.
Daniel le respondió al rey: “Puedes quedarte con tus regalos y
darle a otro tus obsequios. Yo te voy a leer esas palabras y te las voy a interpretar.
Tú te has rebelado contra el Señor del cielo: has mandado traer
los vasos de su casa, y tú y tus funcionarios, tus mujeres y tus concubinas
han bebido en ellos; has alabado a dioses de plata y de oro, de bronce y de
hierro, de madera y de piedra, que no ven ni oyen ni entienden, pero no has
glorificado al Dios que tiene en sus manos tu vida y tu actividad. Por eso Dios
ha enviado esa mano para que escribiera.
Las palabras escritas son: ‘Contado, Pesado, Dividido’ y ésta
es su interpretación. ‘Contado’: Dios ha contado los días
de tu reinado y les ha puesto límite. ‘Pesado’: Dios te ha
pesado en la balanza y te falta peso. ‘Dividido’: Tu reino se ha
dividido y se lo entregarán a los medos y a los persas”.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Daniel interpreta el sueño
del rey Baltasar, quien, como todos los soberanos, se ensoberbeció con
el poder y dispuso de pueblos y naciones como si fuera Dios.
Daniel 3 R/. Bendito seas para siempre, Señor.
Sol y luna, bendigan al Señor. Estrellas del cielo, bendigan al Señor.
R/.
Lluvia y rocío, bendigan al Señor. Todos los vientos, bendigan
al Señor. R/.
Fuego y calor, bendigan al Señor. Fríos y heladas, bendigan al
Señor. R/.
ACLAMACIÓN
(Ap 2, 10) R/. Aleluya, aleluya.
Sé fiel hasta la muerte y te daré como premio la vida,
dice el Señor. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 21, 12-19
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos: “Los perseguirán y los apresarán,
los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán
comparecer ante reyes y gobernantes por causa mía. Con esto ustedes darán
testimonio de mí.
Grabense bien que no tienen que preparar de antemano su defensa, porque yo les
daré palabras sabias, a las que no podrá resistir ni contradecir
ningún adversario de ustedes.
Los traicionarán hasta sus padres y hermanos, sus parientes y amigos.
Matarán a algunos de ustedes, y todos los odiarán por causa mía.
Sin embargo, ni un cabello de su cabeza perecerá. Si se mantienen firmes,
conseguirán la vida”. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
La decisión de seguir a Jesús conlleva sufrimientos y adversidades. El Espíritu fortalecerá a los testigos para resistir y sobreponerse a las acusaciones de sus adversarios.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que el sacrificio que vamos a ofrecerte por nuestros hermanos, cuya vida terrena se está extinguiendo, los purifique, Señor, de toda culpa, a fin de que, después de haber soportado aquí los sufrimientos que tu voluntad dispuso, entren en el descanso eterno que tú les has preparado. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Col 1,24)
Completo en mi carne lo que falta a la pasión de Cristo por el bien de su cuerpo, que es la Iglesia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por esta Eucaristía, conforta, Señor, con tu gracia a nuestros hermanos que hoy van a morir para que en la hora de su muerte no sean vencidos por el enemigo y merezcan llegar a la vida eterna en compañía de tus ángeles. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 109, 4)
El Señor lo ha jurado y el Señor no se retracta. Tú eres sacerdote para siempre, como lo es Melquisedec.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que para gloria tuya y salvación nuestra constituiste a Cristo sumo y eterno sacerdote, concede al pueblo redimido con su sangre obtener, por la participación en este memorial, los frutos de la muerte y resurrección de tu Hijo, que vive y reina contigo...
Lectura del libro del profeta Daniel: 6, 12-28
En aquellos días,
unos hombres fueron a espiar a Daniel y lo sorprendieron haciendo oración
a su Dios. Entonces fueron a decirle al rey Darío: “Señor,
¿no has firmado tú un decreto, que prohíbe, durante treinta
días, hacer oración a cualquier dios u hombre que no seas tú,
bajo pena de ser arrojado al foso de los leones?”.
El rey contestó: “El decreto está en vigor, como ley irrevocable
para medos y persas”. Ellos le replicaron:
“Pues Daniel, uno de los desterrados de Judea, no ha obedecido el decreto
que firmaste, porque tres veces al día hace oración a su Dios”.
Al oír estas palabras, el rey se afligió mucho, se propuso salvar
a Daniel y hasta la puesta del sol estuvo buscando el modo de librarlo. Pero
aquellos hombres, comprendiendo que el rey quería salvar a Daniel, le
urgían diciéndole:
“Señor, tú sabes que, según la ley de medos y persas,
un decreto real es irrevocable”.
Entonces el rey ordenó que trajeran a Daniel y lo arrojaran al foso de
los leones. Pero le dijo a Daniel: “Tu Dios, a quien sirves con perseverancia,
te va a librar”.
Trajeron una piedra, taparon con ella la entrada del foso y el rey la selló
con su sello y con el de sus funcionarios, para que nadie pudiera modificar
la sentencia dada en contra de Daniel. Después el rey se volvió
a su palacio y se pasó la noche sin probar bocado y sin poder dormir.
Al amanecer, se levantó y se dirigió a toda prisa al foso de los
leones. Ya cerca del foso le gritó angustiado a Daniel: “Daniel,
siervo del Dios vivo, ¿ha podido salvarte de los leones tu Dios, a quien
veneras fielmente?”. Daniel le contestó: “Viva siempre el
rey. Mi Dios envió a sus ángeles para cerrar las fauces de los
leones y no me han hecho nada, porque ante Él soy inocente, como lo soy
también ante ti”.
El rey se alegro mucho y mandó que sacaran a Daniel del foso; al sacarlo,
vieron que no tenía ni un rasguño, porque había confiado
en su Dios. Luego ordenó que trajeran a los que habían acusado
a Daniel y los arrojaran al foso de los leones con sus hijos y sus esposas.
No habían llegado al suelo y ya los leones los habían atrapado
y despedazado.
Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y
lenguas de la tierra: “Paz y bienestar. Ordeno y mando que en mi imperio,
todos respeten y teman al Dios de Daniel.
Él es el Dios vivo, que permanece para siempre. Su reino no será
destruido, su imperio durará hasta el fin. El salva y libra, obra prodigios
y señales en el cielo y en la tierra. El salvó a Daniel de los
leones”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Este relato es una muestra
de la fidelidad de Dios. Los autores están ciertos que Dios no abandona
a quienes le son fieles. Daniel se jugó la vida por Dios y fue rescatado.
Daniel 3 R/. Bendito seas para siempre, Señor.
Rocíos y nevadas, bendigan al Señor. Hielo y frío, bendigan
al Señor. Heladas y nieves, bendigan al Señor. R/.
Noches y días, bendigan al Señor. Luz y tinieblas, bendigan al
Señor. R/.
Rayos y nubes, bendigan al Señor. Tierra, bendice al Señor. R/.
ACLAMACIÓN
(Lc 21, 28) R/. Aleluya, aleluya.
Estén atentos y levanten la cabeza, porque se acerca la hora
de su liberación, dice el Señor. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 21, 20-28
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos: “Cuando vean a Jerusalén sitiada
por un ejército, sepan que se aproxima su destrucción. entonces,
Dios que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén
en la ciudad, que se alejen de ella; los que estén en el campo, que no
vuelvan a la ciudad; porque esos días serán de castigo para que
se cumpla todo lo que está escrito.
¡Pobres de las que estén embarazadas y de las que estén
criando en aquellos días! Porque vendrá una gran calamidad sobre
el país y el castigo de Dios se descargará contra este pueblo.
Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las
naciones y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que
se cumpla el plazo que Dios les ha señalado. Habrá señales
prodigiosas en el sol, en la luna y en las estrellas. En la tierra las naciones
se llenarán de angustia y de miedo por el estruendo de las olas del mar;
la gente se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que
vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán.
Entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y
majestad. Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten
la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación”. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Si bien para otras personas el final puede resultar ominoso, Para los cristianos, el final es el comienzo de la gran liberación; Dios viene a glorificar a sus fieles.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el memorial del sacrificio de tu Hijo se lleva a cabo la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Co 11, 24-25)
Éste es mi Cuerpo, que se da por ustedes. Este cáliz es la nueva alianza establecida por mi Sangre; cuantas veces lo beban, háganlo en memoria mía, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que nos has concedido el gozo de participar en esta Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, haz que, unidos siempre a Él, vivamos como verdaderos hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Andrés apóstol; José Merchant, presbítero y Maura de Constantinopla, mártir.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Mt 4, 18-19)
En la orilla del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos, Pedro y Andrés, y los llamó: Vengan conmigo y yo los haré pescadores de hombres.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, tú que llamaste al apóstol san Andrés para que fuera, aquí en la tierra, predicador del Evangelio y pastor de tu Iglesia, haz que sea siempre ante ti nuestro poderoso intercesor en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 10, 9-18
Hermanos: Basta que cada
uno declare con su boca que Jesús es el Señor y que crea en su
corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, para que pueda
salvarse. En efecto, hay que creer con el corazón para alcanzar la santidad
y declarar con la boca para alcanzar la salvación.
Por eso dice la Escritura: Ninguno que crea en Él quedará defraudado,
porque no existe diferencia entre judío y no judío, ya que uno
mismo es el Señor de todos, espléndido con todos los que lo invocan,
pues todo el que invoque al Señor como a su Dios, será salvado
por Él.
Ahora bien, ¿cómo van a invocar al Señor, sino creen en
Él? Y cómo van a creer en Él, si no han oído hablar
de Él? ¿Y cómo van a oír hablar de Él, si
no hay nadie que se lo anuncie? Y cómo va a haber quienes lo anuncien,
si no son enviados? Por eso dice la Escritura: ¡Qué hermoso es
ver correr sobre los montes al mensajero que trae buenas noticias!
Sin embargo, no todos han creído en el Evangelio. Ya lo dijo Isaías:
Señor, ¿quién ha creído en nuestra predicación?
Por lo tanto, la fe viene de la predicación y la predicación consiste
en anunciar la palabra de Cristo.
Entonces yo pregunto: ¿Acaso no habrán oído la predicación?
¡Claro que la han oído!, pues la Escritura dice:
La voz de los mensajeros ha resonado en todo el mundo y sus palabras han llegado
hasta el último rincón de la tierra. Palabra de Dios. T. Te alabamos,
Señor.
Quien se adhiera de todo corazón a Jesucristo y viva convencido de su
condición de nueva criatura, empieza a vivir desde ahora la salvación.
Del salmo 18 R/. El mensaje del Señor resuena en toda la tierra.
Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus
manos. Un día comunica su mensaje al otro día y una noche se lo
transmite a la otra noche. R/.
Sin que pronuncien una palabra, sin que resuene su voz, a toda la tierra llega
su sonido y su mensaje hasta el fin del mundo. R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 4, 19) R/. Aleluya, aleluya.
Síganme, dice el Señor, y yo los haré pescadores
de hombres. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 4, 18-22
Una vez que Jesús
caminaba por la ribera del mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón,
llamado después Pedro, y Andrés, los cuales estaban echando las
redes al mar, porque eran pescadores. Jesús les dijo: “Síganme
y los haré pescadores de hombres”. Ellos inmediatamente dejaron
las redes y lo siguieron.
Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago y Juan, hijos
de Zebedeo, que estaban con su padre en la barca, remendando las redes, y los
llamó también. Ellos, dejando en seguida la barca y a su padre,
lo siguieron. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Los cuatro primeros discípulos de Jesús podrán testimoniar las señales y comunicar las palabras que realice su Señor. De esa manera serán pescadores de hombres.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, con bondad, los dones que te presentamos en la festividad de san Andrés, apóstol, y haz que esta Eucaristía sea para nosotros fuente de vida y salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de los Apóstoles I o II
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 1, 41-42)
Andrés dijo a su hermano Simón: Hemos encontrado al Mesías, y lo llevó a donde estaba Jesús.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta sagrada Eucaristía nos fortalezca, Señor, para que, a ejemplo de san Andrés, participemos con nuestros sufrimientos en la pasión de Cristo y podamos participar también en su gloriosa resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor
www.laverdadcatolica.org |