Folleto EVC No. 617
LA
LIBERACIÓN FEMENINA
En Inglaterra,
hará un siglo, surgió el llamado movimiento de la "Liberación Femenina"
un grupo de mujeres tuvo la audacia, en aquella época, de protestar en contra
de la discriminación de la mujer en cuanto al sufragio; exigían el voto femenino
para elegir a los gobernantes. Este movimiento pasó rápidamente a los Estados
Unidos y las llamaban "sufragistas".
Estas
inquietudes se reflejan desde mucho tiempo antes en la siguiente anécdota:
durante la revolución francesa, cuentan que en el salón de una gran dama había
una reunión de intelectuales que discutían acaloradamente de política. Uno
de los participantes comentó impertinentemente con su anfitriona: ."que
desagradable y extraño me parece oír a una dama como usted hablar de política"
a lo que ella contestó: "señor cuando mi marido y mis hijos están en
peligro de perder la cabeza, lo menos que puedo hacer es saber el porque"
A lo largo
de la historia siempre ha habido mujeres destacadas. Nacieron para cultivar
las letras, las ciencias, las artes; ahora ganan medallas de oro en las Olimpiadas,
son capaces de reformar pueblos y regir naciones; con sus nombres se enorgullece
la humanidad y para todo esto no han
No confundamos
la "emancipación" de la mujer con esta llamada "Liberación".
La emancipación pide la eliminación de las barreras que impiden igualdad de
oportunidades, con iguales salarios y prestaciones en los innumerables terrenos
de la actividad humana. La "liberación" conduce a la mujer al desempeño
de papeles masculinos en detrimento de los femeninos.
Por, los
años de 1950, este movimiento que en su inicio fue sensato y justo, tuvo la
desgracia de ser "adoptado" por un grupo de "intelectuales",
hombres y mujeres, que hicieron de él un verdadero circo al desarrollar una
serie interminable de teorías que no resisten ningún análisis, por lo que
nos sería imposible revisar en este breve estudio tales teorías; a quienes
se interesen por conocer hasta dónde puede llegar el empeño humano por engañarse
a sí mismo, les recomendamos el libro de Arianna Stassinopoulos "LA MUJER
FEMENINA".
En el
año de 1975, proclamado por la ONU, se celebró en México el "Año Internacional
de la Mujer" que tuvo una muy amplia difusión en todos los medios de
comunicación, quedando bien clara la fuerte manipulación política socialista
que alienta la liberación sexual como un aspecto de la lucha de clases, lo
que presenta un grave conflicto, pues el sexo femenino no es una "clase"
sino la mitad de la humanidad.
Vemos
que el feminismo mal aplicado, está destruyendo la familia; nunca como ahora
ha sido más atacada por toda clase de materialismos parece que hay un concurso
internacional para ver quién puede acabar primero con este producto de "épocas
pretéritas".
En la
Unión Soviética se intentó abolir la familia y lograr que las mujeres y los
hijos fueran económicamente independientes de los hombres, creando guarderías
infantiles que arrancaban a los hijos de los brazos de sus madres y organizaron
sistemas de cuidados domésticos colectivos, para liberar a las mujeres de
las tareas hogareñas. El caos social provocado por la desintegración familiar
en el transcurso de aquellos primeros años, especialmente por la ola de delincuencia
juvenil que se registró entre los muchachos abandonados, indujo al gobierno
soviético a suprimir estas políticas.
NEGOCIO
MASCULINO
Ha pasado
mucha agua bajo el puente desde los tiempos de las sufragistas; de la batalla
por el voto, la conquista se extendió a otras muy diversas zonas de derechos;
la mujer ha conquistado el derecho al profesionalismo y a desempeñar puestos
públicos, incluyendo el de primer ministro, pero también el
"derecho" al divorcio, a la píldora anticonceptiva y al aborto;
el derecho de ir de pie en los autobuses, a que la empujen los varones sin
pedir disculpas, a que le griten majaderías cuando conduce un automóvil, el
"derecho" a que los hombres le hagan malas proposiciones y sobre
todo, el "gran derecho" a mantener una familia, con lo cual el varón
se descarga de una antiquísima responsabilidad.
Así pues,
de todo este movimiento, los verdaderamente liberados y favorecidos resultaron
ser los hombres; antes el marido tomaba en serio el mandato bíblico y se afanaba,
sudaba para sostener a la familia, pero desde que la mujer liberada puede
y quiere trabajar, él ya no se supera.
Es ya
frecuente, que en los matrimonios jóvenes ella sostenga la casa mientras él
estudia y termina su carrera como si la esposa fuera su papá y como si no
fuera posible estudiar y trabajar al mismo tiempo.
Hay casos
abundantes en que la mujer sostiene sola la casa en la que ya hay niños; cuando regresa
rendida y fastidiada del trabajo, la esperan sábanas que lavar, niños que
bañar, pilas de trastos sucios en la cocina y guisar para el día siguiente.
Dos cargas lleva: la suya y la del marido, pero él ya no sale de perico-perro;
¿para qué esforzarse, si se casó con una mujer liberada tan capaz?
Cuentan
de una maestra que un día se encontró a una de sus alumnas que se había casado
y era madre de 4 niños y seguía trabajando. ¿Y tu esposo, gana poco o qué?
- no maestra, respondió: ya nos separamos - ¡pobrecita! comentó la maestra;
mas a la alumna le brillaron los ojos de alegría y dijo: no, ahora estamos
mejor que antes, porque él era el que me salía más caro.
No son
pocos los casos en que la esposa gigantesca mantiene a toda la familia, incluyendo
al marido y los mantiene bien... sólo que ella acaba muerta. Estupendo negocio
para el hombre.
Asimismo
antes el joven se reprimía, aunque fuera un poco, ante la novia por temor
de engendrar un hijo; ahora ya no; él puede darse el gusto con ella o con
cualquiera otra, al fin, gracias a la liberación femenina, ellas toman la
píldora y evitan al hombre el meterse en conflictos, pues ahora los niños
son conflictos y si no dio resultado la química, para eso está liberada: allí
está el aborto; es verdad que ella sufrirá una experiencia y un trauma espantoso
y que corre el riesgo de morir, pero su amante sale del aprieto tan tranquilo.
Por ley
natural el padre es co-rresponsable en la educación de los hijos. Ahora está
muy ocupado y deja a la esposa que se encargue de ello. La tarea queda grande
a un solo cónyuge. La madre abrumada tiende a mimar a sus retoños y pronto
aparecen los muchachos "problema" que destrozan el corazón y desquician
la familia. Entonces el padre se enfurece y grita culpando a la madre consentidora.
Quizá la educación de los hijos es la carga más cruel que ha recaído sobre
la mujer en este movimiento que mejor debiera llamarse: "liberación masculina".
Puede
parecer benéfico el que la esposa esclava se haya emancipado de la autoridad
muchas veces tiránica del marido; ya el varón no manda en su casa pero la
esposa tampoco, pues ya se cansa de mandar y de que nadie le haga caso; la
mujer ya no obedece, pero no la obedecen a ella; su mandato que todos sabotean,
se volvió una carga más de responsabilidad, aflicciones trabajos y pesadumbre
de espíritu.
EL
AMOR LIBRE
Vemos
claramente que ahora la mujer tiene mas tribulaciones y obligaciones que antaño,
¿por qué pues siguen tantas mujeres estas corrientes de "liberación"?
puede ser que muchas de ellas por seguir la moda, otras porque se casaron
por equivocación, otras porque no se casaron, por fracasos en el matrimonio,
por venganza, etc.
La adhesión
a este movimiento oculta muchos resortes subconscientes y puede ser uno de
ellos la promesa velada del amor libre. No serán pocas las mujeres que rechacen
indignadas tal aseveración, pero veamos:
Leemos
en alguna revista destinada a la mujer: "avanzamos" ya se nos concedió
el divorcio en Italia; asunto sexual, en Costa Rica ya se legalizaron los
anticonceptivos; asunto sexual, en Estados Unidos ya conquistamos el derecho
al aborto.
Divorcio,
pastillas y aborto: una trilogía formidable. Lo de esposa y madre, va a pasar
a la historia; la familia desaparecerá como una institución opresora; lo moderno
será la prostitución como hecho normal.
Cuántas
jóvenes se casan llevando en la mente el evitar la familia y la posibilidad
del divorcio, pensando en que si el hombre al que hoy juran fidelidad en solemne
ceremonia, un día ya no les gusta pueden cambiarlo por otro y luego a ese
otro por un tercero "hasta que encuentran la felicidad". No tienen
que comprometerse interiormente de por vida ante Dios y llevan hecho el ánimo
de que no deberán importarles los hijos que por "descuido" puedan
haber engendrado.
La liberación
sexual también compensa a la que no ha elegido esposo todavía, pues podrá
probar con muchos siempre que no descuide la pastilla; así
pues, tanto a solteras como a casadas les vinieron de perlas los anticonceptivos
pues las eximen de la "molestia" de un hijo.
Sumemos
todos los elementos que forman la liberación sexual y tendremos a la prostituta
hecha y derecha; podemos titular estas ideas como el "movimiento pro-abolición
de esposa y madre"; una legión de mujeres ofrece a otras el amor libre,
como el bien mas preciado.
No podemos
terminar este capítulo sin mencionar a las más entusiastas partidarias de
este movimiento: las lesbianas que por no estar en condiciones de establecer
relaciones humanas satisfactorias para ellas no es la liberación femenina
un lujo intelectual o emocional, sino un imperativo personal y tratan de destruir
un estilo de vida aceptado y apreciado por la inmensa mayoría de las mujeres
con el fin de complacer los gustos sexuales de una minoría.
Cada mujer tendrá que elegir qué quiere para sí misma: prostitución o espíritu para reclamar sus verdaderos derechos; ser respetada como mujer, esposa o madre.
LA
MADRE SOLTERA
Ultimamente
estamos oyendo a mujeres que llegan a los 30 o 35 años y dicen: yo no quiero
el matrimonio, pero sí un hijo. Esto puede parecer "muy humano"
como dicen ahora, pero indudablemente se ha juzgado a la ligera sin tener
datos suficientes sobre las consecuencias de tales situaciones.
En primer
lugar fácilmente podemos apreciar que esto significa para el niño un problema
formidable, que se manifiesta en un desarrollo completamente anormal de lo
que debe ser la vida de un niño común y corriente; desde luego es un hecho
que el hijo de madre soltera voluntaria, tiene serias dificultades en la escuela
con su aprendizaje, son mucho más distraídos y tienen dificultades de disciplina;
en secundaria presentan más problemas de salud que los demás niños.
La ausencia
de un padre es muy nociva en los pequeños y se traduce muchas veces en terribles
pesadillas. Manifiestan una especial agresividad y mayorcitos, tanto niños
como niñas, caen en grandes depresiones. En ausencia del padre los niños se
vuelven tristes, sufren sentimientos de pérdida, aparecen aburridos y sin
motivación en la escuela.
Para la
madre soltera que trabaja y ve por su hijo, la cuestión económica es muy pesada.
Gasta toda su energía en resolver problemas en vez de ser feliz; cae además
en un error capital: toma al niño como adulto, exigiendo de él que sea compañero
y confidente; el niño escucha con estupor las penas de su madre, quien tiene
la necesidad de comunicárselas, lo que desde luego no contribuye en nada a
la felicidad del niño.
El mayor
problema del hijo de madre soltera es que el niño se ve forzado a crecer demasiado
aprisa; hay niños que a los 8 años han manifestado nostalgia de su niñez;
un niño de 3 años al ir a jugar a la pieza contigua le dice a su madre: si
me necesitas, me llamas.
Gran número
de niños se ven sobrecargados; no es posible que comprendan los problemas
de los adultos ni es justo que los compartan. Estas presiones provocan en
ellos serios desajustes de falta de propia estima por sentimientos conscientes
o inconscientes de fracaso; ningún niño merece vivir en semejantes circunstancias.
No es
difícil caer en cuenta de que la madre soltera voluntaria, es la persona más
egoísta que darse pueda; tiene al niño para su propia satisfacción, es su
dueña; cuelga de él todas sus frustraciones y fracasos que disfraza de grandes
sentimientos de amor; la verdad es que un niño tiene derecho a un padre y
nada ni nadie podrá suplir tan grande falta.
Parecidos
problemas y aún mayores, tienen los hijos de divorciados que se ven desgarrados
entre dos voluntades que luchan por conquistarlos eliminando al "contrario"
cuando el niño ama y necesita a los dos.
Otro aspecto
del problema de la madre soltera, es aquél que se debe, como en el caso de
México, a una falta total de responsabilidad sexual. Parece ser que el 60%
de los niños que nacen en México son ilegítimos. Esto trae como consecuencia
dos problemas principales: la delincuencia infantil y juvenil y la tan famosa
"explosión demográfica".
Vemos
en las calles a todas horas del día y de la noche, parvadas de niños haciendo
toda clase de malabarismos, para sobrevivir, muchos de ellos drogados, futuros
idiotas y otras que en la calle aprenden a ser hábiles delincuentes.
La famosa
explosión demográfica; ¿cómo es posible que traten de abrumarnos con propagandas
de "pocos hijos para darles mucho", dentro de matrimonios, de familias
establecidas y no atacan la verdadera explosión de los hijos sin padre de
las madres solteras por irresponsables?
Los hijos
de matrimonios tienen mayores posibilidades de ser ciudadanos útiles, sean
pocos o muchos, pues no hay mejor escuela para la vida que una familia numerosa;
desde el principio de los tiempos, la bendición de un hogar son los hijos,
¿cómo es posible que ahora sean los "enemigos "?
Familia:
sé lo que eres.
Y
EL HOMBRE: ¿PUEDE SER LIBERTINO?
No faltan
mujeres con vocación más que dudosa que expresan: ¿por qué no hemos de gozar
nosotras de los mismos derechos sexuales que el hombre? él puede de soltero
tener cuantas aventuras quiera y de casado ser infiel. La respuesta es: tampoco
el hombre tiene esos derechos; se ha tomado esas libertades ilícitamente.
La ley moral es pareja, las almas no tienen sexo.
Exija
pues, fidelidad la esposa; adviértalo de antemano la novia; igualdad ética
si; no igualdad en lo sucio, sino iguales en lo limpio. Más vale que el hombre
se componga, a que la mujer se descomponga.
EL
HOMBRE: ¿UN OBSTACULO?
Ciertamente
que el esposo no puede estar de acuerdo conque su cónyuge se inscriba en la
universidad tiempo completo o que se vaya a Europa de gira a cantar ópera
o a bailar, que establezca un negocio que la absorba por completo, etc. El
marido está en lo justo pues no es tolerable el que ella abandone demasiado
tiempo el hogar, pero no debe culparse al esposo el que obstaculice una brillante
"carrera" sino al matrimonio mismo.
No puede
la mujer casada hacer a un lado el camino que libremente ha elegido. Al formar
una familia se comprometió por su propia voluntad a cumplir con tal responsabilidad
por encima de cualquier otra cosa; entregó su vida a cambio del amor ¿qué
mejor carrera?
Pero no
sólo a los esposos, sino también a los hombres en general se les achaca que
estorban el buen éxito de la mujer que lidia en el plano profesional. Esto
no siempre es así ¡cuántas mujeres han escalado los más altos puestos alentadas
y sostenidas por los hombres y cuántas otras cuando hay verdadero talento,
se han sobrepuesto a los contratiempos de la envidia, que muchas veces en
el terreno profesional o artístico, no repara en sexos!
En pocos
terrenos como en los del arte o las letras, han desarrollado las mujeres una
extraordinaria actividad y han brillado con luz propia. Que no se justifiquen
pues aquéllas que no alcanzaron un sitio de relieve diciendo que fue discolería
de los hombres; la causa está en ellas mismas: falta de talento, de perseverancia,
negligencia, etc. La mujer bien dotada y con amor a la actividad que ha elegido,
tiene el mundo por conquistar al parejo de los hombres.
Es muy
necesario el que la mujer que desea en serio entregarse a una profesión considere
no solamente la posibilidad, sino la necesidad de permanecer soltera.
La formidable
mujer soltera que tiene la libertad íntima y personal, dueña de su tiempo,
de su mente y de su cuerpo; que liberada del sexo y con un profundo respeto
de sí misma, encontrará las raíces de las más altas virtudes que la harán
amar a su prójimo como a sí misma.
AMA
A TU PROJIMO COMO A TI MISMO.
Es asunto
de primordial importancia, el que la mujer se respete a sí misma, se ame a
sí misma.
La mujer
debe pensar en su alto destino, en los intereses eternos de los que forma
parte, en el intelecto de que ha sido dotada, en la capacidad de amar que
le ha sido dada.
El propio
respeto se origina en el amor a nosotros mismos, motiva el primer paso hacia
nuestro desarrollo, nos estimula a elevarnos, a ver hacia lo alto, a acrecentar
nuestra inteligencia, a mejorar nuestras condiciones de vida. El respeto propio
es la raíz de la mayoría de las virtudes: la castidad, la honradez, el cumplimiento
de nuestras obligaciones, la limpieza y el orden etc. El menosprecio es hundirnos
en un precipicio en cuyo fondo no hay sino infamia.
Todos
podemos elevarnos en la escala de entes morales, podemos albergar pensamientos
puros, ejecutar buenas acciones, leer libros buenos, escuchar buenos consejos,
vivir sobria y fugasmente, vivir con los propósitos y las metas que consideremos
más altos.
El amarnos
a nosotros mismos equivale a amar a nuestro prójimo; la persona que se desarrolla
para el bien, está mejorando al mundo pues la sociedad no es sino un reflejo
de las condiciones de los individuos que la forman.
Al cumplir
las obligaciones que tenemos con nosotros mismos, podemos con más autoridad
hacer que otros vean la necesidad de cumplir a su vez con sus obligaciones
personales ¿cómo podemos elevar a otros si caminamos en el pantano de nuestras
propias pasiones?, ¿cómo podríamos aconsejar pureza si caemos en la terrible
trampa del amor libre, los anticonceptivos, el aborto y el divorcio?, ¿cómo
podemos hablar de modestia si por estar "a la moda" aceptamos las
"modas" actuales cada más impúdicas, andando casi desnudas en las
playas haciendo del cuerpo un objeto?
No debemos
olvidar que nuestra felicidad en esta vida y en la otra, depende de las decisiones
que a todo lo largo de ella vayamos tomando. Es ley natural que nadie pueda
rehuir las consecuencias de sus propios actos. La mujer "moderna"
que ni cuenta se da de que se menosprecia, ¿cómo podrá amar a su prójimo si
no se ama a sí misma?
"Tú
formaste mis entrañas; tejiste mi cuerpo en el seno de mi madre" Salmo
139-13
Quién
me formó a mí en el seno de mi madre, ¿no formó también a los demás? Job,
31, 15
"Desde
mi infancia Dios me crió como un padre y desde el seno materno fue mi guía"
Job 313 18
Regalo
del Señor son los hijos, una recompensa "el fruto de las entrañas"
Salmo 127-3
BIBLIOGRAFIA
LA
LIBERACION FEMENINA.
THE FREEMAN
Self-improvement. Samuel Smiles.
El Decálogo
es el conjunto de reglas de conducta que guían al hombre para que pueda cumplir
con sus deberes para con Dios, con el prójimo y consigo mismo.
No hay
ni ha habido en la historia de la humanidad, otro código moral tan simple
y tan perfecto como el Decálogo; es una Ley antiquísima, aparece en la Santa
Biblia en el libro del Éxodo y ha permanecido inalterable a través de los
milenios; es una ley Divina que no puede ser violada por los hombres sin consecuencias
y ninguna ley humana puede romperla o alterarla.
Los 10
Mandamientos son el "manual” de la conducta humana, son la raíz de los
Derechos Humanos.
El amasiato
viola directamente el 6o mandamiento de la Ley de Dios que dice NO FORNICARAS.
Comencemos
por precisar a qué se llama amasiato: a que un hombre y una mujer vivan
juntos sin estar casados por la Iglesia.
Empecemos
por entender bien que este lamentable estado no deja de existir porque ellos
se unan por la ley civil, pues el matrimonio civil es NULO entre bautizados,
cuyo verdadero matrimonio es el religioso, por lo que todo cristiano que vive
sin casarse por la Iglesia, vive en amasiato y si se casa por lo civil, cae
en lo que S.S. Pio XII llama "concubinato legal".
Las razones
principales por las que no debe vivir en amasiato, son las tremendas consecuencias
que tal estado trae bajo los puntos de vista religioso y social, pues aún
para el hombre o la mujer indiferentes en religión, el estado de amasiato
resulta insoportable por la poca estimación propia que esto refleja.
No hay
mujer que no se sienta avergonzada cuando en cualquier gestión que tenga que
hacer y le pregunten su estado civil, tenga que contestar: unión libre.
Es un
hecho que la mujer amancebada, no podrá obtener para su persona el mismo respeto
y estimación que una espesa, ni del "compañero" con el que vive,
ni de los hijos, ni mucho menos de la sociedad aunque ésta se haya vuelto
tan "permisiva", pues en el fondo no será tratada igual una mujer
de bien, que una a la que le resultan indiferentes lo que llamamos "las
buenas costumbres" que tienen como raíz, los preceptos morales del Decálogo.
Pero todos
los males sociales, por grandes que sean, que ciertamente lo son, no tienen
comparación con los que trae consigo el amasiato bajo el punto de vista religioso.
El amasiato fija a la pareja continuamente en estado de pecado con todas sus
fatales consecuencias; los aparta de los sacramentos y privados de la gracia,
ninguna de las buenas obras que hagan, merecerán recompensa eterna y permaneciendo
en ese estado, no podrán recuperar la gracia, pues no encontrarán ningún sacerdote
católico en todo el mundo, que les dé la absolución mientras no se aparten
uno del otro o se casen por la Iglesia.
Y ¿qué
pasará en caso de muerte?, y ¿qué pasará con los hijos?, ¿qué puede esperarse
de ellos cuando sean grandes, habiendo recibido de sus padres semejante ejemplo?
No hay
que olvidar que el ejemplo de los padres es decisivo en la vida y el futuro
de los hijos.
DIVORCIO
= INFIDELIDAD
Entre bautizados, si quien está casado por la Iglesia se divorcia y se une civilmente con otra persona, además de vivir en amasiato, vive en ADULTERIO.
El
divorcio viola los 10 Mandamientos de la Ley de Dios
Debemos
comprender que las leyes humanas no pueden alterar ni romper las leyes divinas
y es una LEY DIVINA la indisolubilidad del matrimonio, "desde el principio"
Dios los creo hombre y mujer y de su unión vienen los hijos, los que no pueden
tener otro papá y otra mamá que los suyos, lo que hace a la familia INDESTRUCTIBLE.
"LO
QUE DIOS HA UNIDO,
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