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MISAL ABRIL DEL 2013 / www.laverdadcatolica.org |
Santos. Melitón de Sardes, obispo; Hugo de Grenoble, obispo; Nuño Álvares, religioso. Feria (Blanco)
ROMPIENDO LAS ATADURAS DE LA MUERTE
Hch 2, 14. 22-33; Mt 28, 8-15
El tránsito que recorrieron las mujeres y los discípulos del resucitado no fue sencillo. No se trataba solamente de desplazarse del sitio del sepulcro a la casa donde se refugiaban los hermanos, pasando inadvertidas ante los ojos inquisidores de guardias y autoridades de Israel. Era necesario rehacer completamente sus esquemas mentales y dejarse sacudir por el hecho más significativo en la Historia de Salvación: la resurrección de Cristo. La conmoción interior cambió profundamente la vida de aquellos galileos, quienes vivieron la experiencia del resucitado, hipotecaron su pasado y encaminaron su vida entera en otra dirección: vivirían en calidad de hermanos y testigos de Jesús. Si por ahora no eran hombres de palabra elocuente, estaban más que llenos de confianza y valentía. La presencia inasible pero real del resucitado, los dinamizaba por dentro y sentían la urgencia de compartir aquella alegría.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ex 13, 5. 9)
Que la alabanza del Señor esté siempre en nuestros labios, porque el Señor nos ha introducido en la tierra pro-metida, tierra que mana leche y miel. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por medio del bautismo das nuevos hijos a tu Iglesia y la haces crecer continuamente, concédenos vivir siempre de acuerdo con la fe que recibimos en el bautismo. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
A este Jesús, Dios lo ha resucitado, y de ello somos testigos.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 2, 14. 22-33
El día de Pentecostés,
se presentó Pedro, junto con los Once, ante la multitud, y levantando
la voz, dijo: "Israelitas, escúchenme. Jesús de Nazaret fue
un hombre acreditado por Dios ante ustedes, mediante los milagros, prodigios
y señales que Dios realizó por medio de Él y que ustedes
bien conocen. Conforme al plan previsto y sancionado por Dios, Jesús
fue entregado, y ustedes utilizaron a los paganos para clavarlo en la cruz.
Pero Dios lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte, ya que no
era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio. En efecto, David dice,
refiriéndose a Él: Yo veía constantemente al Señor
delante de mí, puesto que él está a mí lado para
que yo no tropiece. Por eso se alegra mi corazón y mi lengua se alboroza;
por eso también mi cuerpo vivirá en la esperanza, porque tú,
Señor, no me abandonarás a la muerte, ni dejarás que tu
santo sufra la corrupción. Me has enseñado el sendero de la vida
y me saciarás de gozo en tu presencia.
Hermanos, que me sea permitido hablarles con toda claridad. El patriarca David
murió y lo enterraron, y su sepulcro se conserva entre nosotros hasta
el día de hoy. Pero como era profeta y sabía que Dios le había
prometido con juramento que un descendiente suyo ocuparía su trono, con
visión profética habló de la resurrección de Cristo,
el cual no fue abandonado a la muerte ni sufrió la corrupción.
Pues bien, a este Jesús Dios lo resucitó, y de ello todos nosotros
somos testigos. Llevado a los cielos por el poder de Dios, recibió del
Padre el Espíritu Santo prometido a Él y lo ha comunicado, como
ustedes lo están viendo y oyendo". Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Del salmo 15 R/.
Protege, Señor, a los que esperamos en ti. Aleluya.
Protégeme, Dios mío, pues eres mi refugio. Yo siempre he dicho
que tú eres mi Señor. El Señor es la parte que me ha tocado
en herencia; mi vida está en sus manos. R/.
Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye
internamente. Tengo siempre presente al Se-ñor y con Él a mi lado,
jamás tropezaré. R/.
Por eso se me alegran el corazón y el alma y mi cuerpo vivirá
tranquilo, porque tú no me abandonarás a la muerte ni dejarás
que sufra yo la corrupción. R/.
Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia
y de alegría perpetua junto a ti. R/.
SECUENCIA
Ofrezcan los cristianos | los ángeles testigos, | |
ofrendas de alabanza | sudarios y mortaja. | |
a gloria de la víctima | ¡Resucitó de veras | |
propicia de la Pascua. | mi amor y mi esperanza! | |
Cordero sin pecado, | Venid a Galilea, | |
que a las ovejas salva, | allí el Señor aguarda; | |
a Dios y a los culpables | allí veréis los suyos | |
unió con nueva alianza. | la gloria de la Pascua. | |
Lucharon vida y muerte | Primicia de los muertos, | |
en singular batalla, | sabemos por tu gracia | |
y, muerto el que es la vida, | que estás resucitado; | |
triunfante se levanta. | la muerte en ti no manda. | |
"¿Qué has visto de camino, | Rey vencedor, apiádate | |
María, en la mañana?". | de la miseria humana | |
A mi Señor glorioso, | y da a tus fieles parte | |
la tumba abandonada, | en tu victoria santa |
ACLAMACIÓN
(Sal 117, 24) R/. Aleluya, aleluya.
Éste es el día del triunfo del Señor, día de júbilo
y de gozo. R/.
Vayan a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea. Allá me verán.
Del santo Evangelio según san Mateo: 28, 8-15
Después de escuchar
las palabras del ángel, las mujeres se alejaron a toda prisa del sepulcro,
y llenas de temor y de gran alegría, corrieron a dar la noticia a los
discípulos. Pero de repente Jesús les salió al encuentro
y las saludó. Ellas se le acercaron, le abrazaron los pies y lo adoraron.
Entonces les dijo Jesús: "No tengan miedo. Vayan a decir a mis hermanos
que se dirijan a Galilea. Allá me verán".
Mientras las mujeres iban de camino, algunos soldados de la guardia fueron a
la ciudad y dieron parte a los sumos sacerdotes de todo lo ocurrido. Éstos
se reunieron con los ancianos, y juntos acordaron dar una fuerte suma de dinero
a los soldados, con estas instrucciones: "Digan: `Durante la noche, estando
nosotros dormidos, llegaron sus discípulos y se robaron el cuerpo'. Y
si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos arreglaremos con él
y les evitaremos cualquier complicación".
Ellos tomaron el dinero y actuaron conforme a las instrucciones recibidas. Esta
versión de los soldados se ha ido difundiendo entre los judíos
hasta el día de hoy. Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
No se dice Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, con bondad, nuestras ofrendas, y tú, que nos llamaste a la fe y nos has hecho renacer por el bautismo, guíanos a la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO I DE PASCUA
El Misterio Pascual
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y fuente de salvación glorificarte siempre, Señor,
pero más que nunca en este día, en que Cristo, nuestra Pascua,
fue inmolado.
Porque Él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo:
muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la
vida.
Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero se desborda
de alegría y también los coros celestiales, los ángeles
y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo,
Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Rm 6, 9)
Cristo resucitado, ya no puede morir; la muerte ya no tiene dominio sobre Él. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la gracia de este sacramento, memorial de la Pascua de tu Hijo, fructifique, Señor, en nuestros corazones para que podamos corresponder a los dones de tu amor, que nos abrió el camino de la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
HE VISTO AL SEÑOR
Hch 2, 36-41; Jn 20,11-18
La confesión de María Magdalena es incomparable. Las bienaventuranzas habían prometido que los limpios de corazón verían a Dios. Efectivamente es necesario limpiar el corazón de las ataduras que lo atan a las realidades mundanas para captar la presencia real del resucitado en nuestra existencia cotidiana. Magdalena llegó al sepulcro pensando encontrar los despojos mortales de su maestro. Salió con otra certeza completamente distinta. Dios había reivindicado a su Hijo Jesús, incorporándole a su diestra gloriosa. En adelante el acceso al Padre pasaría por la persona del Mesías crucificado y exaltado. De esa noticia serían voceros y testigos. La reconciliación con Dios y la existencia armoniosa entre las personas era viable; el Espíritu Santo humanizaría a cada creyente, transformando su corazón, para que viviera en sintonía con los valores que el victorioso Señor crucificado había asumido como camino hacia el Padre.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Si 15, 3-4)
El Señor les dará a beber el agua de la sabiduría; se apoyarán en Él y no vacilarán. Él los llenará de gloria eternamente. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que nos has librado del pecado por medio de la muerte y resurrección de tu Hijo, prosigue en nosotros la obra liberadora de tu gracia y concédenos el gozo de celebrar la Pascua eterna, que ya desde ahora nos llena de esperanza y alegría. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Conviértanse y bautícense en el nombre de Jesucristo.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 2, 36-41
El día de Pentecostés,
dijo Pedro a los judíos: "Sepa todo Israel, con absoluta certeza,
que Dios ha constituido Señor y Mesías al mismo Jesús,
a quien ustedes han crucificado".
Estas palabras les llegaron al corazón y preguntaron a Pedro y a los
demás apóstoles: "¿Qué tenemos que hacer, hermanos?".
Pedro les contestó: "Conviértanse y bautícense en
el nombre de Jesucristo, para el perdón de sus pecados y recibirán
el Espíritu Santo. Porque las promesas de Dios valen para ustedes y para
sus hijos y también para todos los paganos que el Señor, Dios
nuestro, quiera llamar, aunque estén lejos".
Con éstas y otras muchas razones los instaba y exhortaba, diciéndoles:
"Pónganse a salvo de este mundo corrompido". Los que aceptaron
sus palabras se bautizaron, y aquel día se les agregaron unas tres mil
personas. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 32 R/.
En el Señor está nuestra esperanza. Aleluya.
Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. Él
ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades. R/.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían;
los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida. R/.
En el Señor está nuestra esperanza, pues Él es nuestra
ayuda y nuestro amparo. Muéstrate bondadoso con nosotros, puesto que
en ti, Señor, hemos confiado. R/.
SECUENCIA opcional
ACLAMACIÓN
(Sal 117, 24) R/. Aleluya, aleluya.
Éste es el día del triunfo del Señor, día
de júbilo y de gozo. R/.
He visto al Señor y me ha dado este mensaje.
Del santo Evangelio según san Juan: 20, 11-18
El día de la resurrección,
María se había quedado llorando junto al sepulcro de Jesús.
Sin dejar de llorar, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos
de blanco, sentados en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús,
uno en la cabecera y el otro junto a los pies. Los ángeles le preguntaron:
"¿Por qué estás llorando, mujer?". Ella les contestó:
"Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo
habrán puesto".
Dicho esto, miró hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero
no sabía que era Jesús. Entonces Él le dijo: "Mujer,
¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?".
Ella, creyendo que era el jardinero, le respondió: "Señor,
si tú te lo llevaste, dime dónde lo has puesto". Jesús
le dijo: "¡María!". Ella se volvió y exclamó:
"¡Rabuní!", que en hebreo significa `maestro'. Jesús
le dijo: "Déjame ya, porque todavía no he subido al Padre.
Ve a decir a mis hermanos: 'Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios'
".
María Magdalena se fue a ver a los discípulos para decirles que
había visto al Señor y para darles su mensaje. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
No se dice Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, en tu bondad, los dones que te presentamos, y concédenos tu protección para conservar tu gracia y conseguir la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO I DE PASCUA
El Misterio Pascual
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y fuente de salvación glorificarte siempre, Señor,
pero más que nunca en este día, en que Cristo, nuestra Pascua,
fue inmolado.
Porque Él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo:
muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la
vida.
Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero se desborda
de alegría y también los coros celestiales, los ángeles
y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo,
Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Col 3, 1-2)
Puesto que ustedes han resucitado con Cristo, busquen las cosas del cielo, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aficiónense a los bienes del cielo, no a los de la tierra. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú que nos has concedido la gracia inmerecida del bautismo, purifica, Señor, y fortalece nuestros corazones, para que podamos alcanzar un día la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Ricardo de Wych, obispo; Sixto 1, Papa y mártir; Luis Scrosoppi, fundador. Feria (Blanco)
EL LENGUAJE DE LOS SIGNOS
Hch 3,1-10;
Lc 24,13-35
Tanto en el relato
evangélico como en el pasaje de los Hechos reconocemos la pluma de un
único autor: san Lucas. El narrador sabe a ciencia cierta de quién
habla puesto que en ambos textos todo gira en torno de Jesús Nazareno.
Los peregrinos que regresaron contristados a Emaús rememoran al profeta
poderoso en obras y palabras. Justamente en el desenlace del relato, ese profeta
resucitado cumplirá el signo de la fracción del pan que desvelará
el sentido genuino de su persona a partir de las Escrituras. En el nombre de
Jesús Nazareno, Pedro y Juan devuelven la soltura y la movilidad al paralítico
que pedía limosna en el templo. En adelante, ya no viviría de
la caridad y la limosna. Una vida más plena y digna tendría que
ir construyendo, con el firme apoyo de sus piernas recién fortalecidas.
Jesús le permitió caminar seguro, como seguros regresa-ron los
peregrinos de Emaús a compartir su alegría con los hermanos de
Jerusalén.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Mt 25, 34)
Vengan, benditos de mi Padre, tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que en la liturgia pascual nos concedes cada año la alegría de revivir la resurrección del Señor, haz que el júbilo de estos días alcance su plenitud en la Pascua del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Te voy a dar lo que tengo: En el nombre de Jesús, camina.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 3, 1-10
En aquel tiempo, Pedro y
Juan subieron al templo para la oración vespertina, a eso de las tres
de la tarde. Había allí un hombre lisiado de nacimiento, a quien
diariamente llevaban y ponían ante la puerta llamada la "Hermosa",
para que pidiera limosna a los que entraban en el templo. Aquel hombre, al ver
a Pedro y a Juan cuando iban a entrar, les pidió limosna. Pedro y Juan
fijaron en él los ojos, y Pedro le dijo: "Míranos".
El hombre se quedó mirándolos en espera de que le dieran algo.
Entonces Pedro le dijo: "No tengo ni oro ni plata, pero te voy a dar lo
que tengo: En el nombre de Jesucristo nazareno, levántate y camina".
Y, tomándolo de la mano, lo incorporó.
Al instante sus pies y sus tobillos adquirieron firmeza. De un salto se puso
de pie, empezó a andar y entró con ellos al templo caminando,
saltando y alabando a Dios.
Todo el pueblo lo vio caminar y alabar a Dios, y al darse cuenta de que era
el mismo que pedía limosna sentado junto a la puerta "Hermosa"
del templo, quedaron llenos de miedo y no salían de su asombro por lo
que había sucedido. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 104 R/.
Cantemos al Señor con alegría. Aleluya.
Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos.
Entonen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos. R/.
Del nombre del Señor enorgullézcanse y siéntase feliz el
que lo busca. Recurran al Señor y a su poder y a su presencia acudan.
R/.
Descendientes de Abraham, su servidor, estirpe de Jacob, su predilecto, escuchen:
el Señor es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos. R/.
Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de
sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que
un día le hiciera. R/.
SECUENCIA opcional
ACLAMACIÓN
(Sal 117, 24) R/. Aleluya, aleluya.
Éste es el
día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo.
R/.
Lo reconocieron al partir el pan.
Del santo Evangelio según san Lucas: 24, 13-35
El mismo día de la
resurrección, iban dos de los discípulos hacia un pueblo llamado
Emaús, situado a unos once kilómetros de Jerusalén, y comentaban
todo lo que había sucedido.
Mientras conversaban y discutían, Jesús se les acercó y
comenzó a caminar con ellos; pero los ojos de los dos discípulos
estaban velados y no lo reconocieron. Él les preguntó: "¿De
qué cosas vienen hablando, tan llenos de tristeza?".
Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: "¿Eres
tú el único forastero que no sabe lo que ha sucedido estos días
en Jerusalén?". Él les preguntó: "¿Qué
cosa?". Ellos le respondieron: "Lo de Jesús el nazareno, que
era un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo.
Cómo los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo
condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que Él
sería el libertador de Israel, y sin embargo, han pasado ya tres días
desde que estas cosas sucedieron. Es cierto que algunas mujeres de nuestro grupo
nos han desconcertado, pues fueron de madrugada al sepulcro, no encontraron
el cuerpo y llegaron contando que se les habían aparecido unos ángeles,
que les dijeron que estaba vivo. Algunos de nuestros compañeros fueron
al sepulcro y hallaron todo como habían dicho las mujeres, pero a Él
no lo vieron".
Entonces Jesús les dijo: "¡Qué insensatos son ustedes
y qué duros de corazón para creer todo lo anunciado por los profetas!
¿Acaso no era necesario que el Mesías padeciera todo esto y así
entrara en su gloria?". Y comenzando por Moisés y siguiendo con
todos los profetas, les explicó todos los pasajes de la Escritura que
se referían a Él.
Ya cerca del pueblo a donde se dirigían, Él hizo como que iba
más lejos; pero ellos le insistieron, diciendo: "Quédate
con nosotros, porque ya es tarde y pronto va a oscurecer". Y entró
para quedarse con ellos. Cuando estaban a la mesa, tomó un pan, pronunció
la bendición, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron
los ojos y lo reconocieron, pero Él se les desapareció. Y ellos
se decían el uno al otro: "¡Con razón nuestro corazón
ardía, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras!".
Se levantaron inmediatamente y regresaron a Jerusalén, donde encontraron
reunidos a los Once con sus compañeros, los cuales les dijeron: "De
veras ha resucitado el Señor y se le ha aparecido a Simón".
Entonces ellos contaron lo que les había pasado en el camino y cómo
lo habían reconocido al partir el pan.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
No se dice Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, este sacrificio con el que has redimido a todos los hombres, y concédenos, por medio de él, la salvación del cuerpo y del espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO I DE PASCUA
El Misterio Pascual
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y fuente de salvación glorificarte siempre, Señor,
pero más que nunca en este día, en que Cristo, nuestra Pascua,
fue inmolado.
Porque Él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo:
muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la
vida.
Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero se desborda
de alegría y también los coros celestiales, los ángeles
y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo,
Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 24, 35)
Al atardecer del día de la resurrección, los discípulos reconocieron al Señor cuando partió el pan. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Señor, que, purificados ya de nuestras pasadas culpas, la participación en este sacramento de tu Hijo nos transforme en hombres nuevos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
HASTA QUE LOS REVISTAN DE FUERZA
Hch 3,11-26; Lc 24,35-48
El grupo de los discípulos atravesó la crisis pascual con enormes dificultades. El miedo a correr la misma suerte que su Maestro los paralizaba. La muerte de quien consideraban Mesías de Israel los había llenado de temor. Vivian atrincherados con la mirada puesta en el pasado. La imprevista manifestación del resucitado los sorprendió y paulatinamente fueron descifrando el nuevo estado de cosas que se inauguraba con la victoria sobre la muerte. La fuerza y la luz del Espíritu Santo robustecieron su ánimo y quedaron habilitados) para ser portadores del nuevo camino de salvación. No solamente los discípulos de Jesús fueron fortificados en su espíritu, también lo fue el paralítico que sobrevivía de la caridad pública en la puerta del templo. La salvación integral que transforma la existencia entera de la persona había llegado con la Pascua de Jesús. El hombre no puede rehacer su vida con su pura buena voluntad, necesita ser potenciado por la fuerza de lo alto.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sb 10, 20-21)
Todos alabamos, Señor, tu poder y tu sabiduría, porque has abierto la boca de los mudos y has hecho elocuentes las lenguas de los niños. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que has reunido pueblos de toda la tierra para alabar tu nombre, concede a todos tus hijos, nacidos a una vida nueva por medio del bautismo, tener una misma fe y manifestarla en la vida con un mismo amor. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Ustedes le dieron muerte al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 3, 11-26
Como el paralítico
curado por Pedro y Juan no se les despegaba, todo el pueblo, asombrado, corrió
hacia ellos al pórtico de Salomón. Al ver a la muchedumbre, Pedro
les dirigió la palabra:
"Israelitas: ¿Por qué les causa admiración esto y
por qué nos miran de ese modo, como si por nuestro poder o nuestra virtud
hubiéramos hecho andar a este hombre? El Dios de Abraham, de Isaac y
de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús,
a quien ustedes entregaron a Pilato, y a quien rechazaron en su presencia, cuando
él ya había decidido ponerlo en libertad.
Rechazaron al santo, al justo, y pidieron el indulto de un asesino; han dado
muerte al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos
y de ello nosotros somos testigos. El nombre de Jesús y la fe en Él
es lo que ha robustecido los miembros de este hombre al que están viendo
y todos conocen. Esta fe es la que le ha restituido completamente la salud,
como pueden observar.
Ahora bien, hermanos, yo sé que ustedes han obrado por ignorancia, de
la misma manera que sus jefes; pero Dios cumplió así lo que había
predicho por boca de los profetas: que su Mesías tenía que padecer.
Por lo tanto, arrepiéntanse y conviértanse, para que se les perdonen
sus pecados y el Señor les mande el tiempo de la consolación y
les envíe de nuevo a Jesús, el Mesías que les estaba destinado;
aunque Él tiene que quedarse en el cielo hasta la restauración
universal, de la que habló Dios por boca de su profeta desde muy antiguo.
En efecto, Moisés dijo: El Señor Dios hará surgir de entre
sus hermanos un profeta como yo. Escuchen todo cuanto les diga; quien no escuche
al profeta, será expulsado del pueblo. Y todos los profetas, a partir
de Samuel, anunciaron igualmente estos días.
Ustedes son herederos de los profetas y beneficiarios de la alianza que Dios
hizo con sus padres, cuando le dijo a Abraham: Tu descendencia será fuente
de bendición para toda la humanidad. Para ustedes, en primer lugar, ha
resucitado Dios a su siervo y lo ha enviado para bendecirlos y ayudarlos a que
cada uno se aparte de sus iniquidades". Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Del salmo 8 R/.
¡Que admirable, Señor, es tu poder! Aleluya.
¡Qué admirable es, Señor y Dios nuestro, tu poder en toda
la tierra! ¿Qué es el hombre, para que de él te acuerdes;
ese pobre ser humano, para que de él te preocupes? R/.
Sin embargo, lo hiciste un poquito inferior a los ángeles, lo coronaste
de gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras de tus manos y todo
lo sometiste bajo sus pies. R/.
Pusiste a su servicio los rebaños y las manadas, todos los animales salvajes,
las aves del cielo y los peces del mar, que recorren los caminos de las aguas.
R/.
SECUENCIA opcional
ACLAMACIÓN
(Sal 117, 24) R/. Aleluya, aleluya.
Éste es el día del triunfo del Señor, día de júbilo
y de gozo. R/.
Está escrito que Cristo tenía que padecer y tenía que resucitar de entre los muertos al tercer día.
Del santo Evangelio según san Lucas: 24, 35-48
Cuando los dos discípulos
regresaron de Emaús y llegaron al sitio donde estaban reunidos los apóstoles,
les contaron lo que les había pasado en el camino y cómo habían
reconocido a Jesús al partir el pan.
Mientras hablaban de esas cosas, se presentó Jesús en medio de
ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Ellos, desconcertados
y llenos de temor, creían ver un fantasma. Pero Él les dijo: "No
teman; soy yo. ¿Por qué se espantan? ¿Por qué surgen
dudas en su interior? Miren mis manos y mis pies. Soy yo en persona. Tóquenme
y convénzanse: un fantasma no tiene ni carne ni huesos, como ven que
tengo yo". Y les mostró las manos y los pies. Pero como ellos no
acababan de creer de pura alegría y seguían atónitos, les
dijo: "¿Tienen aquí algo de comer?". Le ofrecieron un
trozo de pescado asado; Él lo tomó y se puso a comer delante de
ellos.
Después les dijo: "Lo que ha sucedido es aquello de que les hablaba
yo, cuando aún estaba con ustedes: que tenía que cumplirse todo
lo que estaba escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas
y en los salmos".
Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras
y les dijo: "Está escrito que el Mesías tenía que
padecer y había de resucitar de entre los muertos al tercer día,
y que en su nombre se había de predicar a todas las naciones, comenzando
por Jerusalén, la necesidad de volverse a Dios para el perdón
de los pecados. Ustedes son testigos de esto".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
No se dice Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, con
bondad, el sacrificio que vamos a ofrecerte, para darte gracias por los nuevos
bautizados y pedirte para ellos tu constante ayuda.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO I DE PASCUA
El Misterio Pascual
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y fuente de salvación glorificarte siempre, Señor,
pero más que nunca en este día, en que Cristo, nuestra Pascua,
fue inmolado.
Porque Él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo:
muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la
vida.
Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero se desborda
de alegría y también los coros celestiales, los ángeles
y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo,
Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 P 2, 9)
Nosotros somos el pueblo redimido por Dios; anunciemos las maravillas del Señor, que nos ha llamado de las tinieblas a su luz admirable. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el Cuerpo y la Sangre
de tu Hijo, precio de nuestra redención, nos ayuden, Señor, a
cumplir tus mandamientos y a obtener, así, nuestra felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Vicente Ferrer, presbítero; María Crescencia Hoss, laica; Irene de Grecia, mártir. Feria (Blanco)
LA SALVACIÓN NO ESTÁ EN NINGÚN OTRO
Hch 4, 1-12; Jn 21, 1-14
Podría sonar como una frase excluyente y poco ecuménica, pero no lo es. Como toda confesión es un acto de amor y confianza, es una declaración libre y personal. Una persona confiesa su amor por alguien único y por nadie más. Nadie se molesta porque un joven diga que no tiene interés, ni afecto entrañable sino por una sola mujer. Los discípulos y primeros seguidores de Jesús comparecen ante el Sanedrín y testimonian su exclusiva confianza y fidelidad a Jesús. Otros y otras en Israel transitarían por otros caminos de salvación. Los galileos que habían subido con Él a Jerusalén habían quedado persuadidos de que el Padre había librado a su Maestro de la muerte y que no había necesidad de seguir buscando alternativas. El Señor había sorprendido a los siete pescadores después de una noche desastrosa. Regresaban del lago con las manos vacías, e interiormente también estaban aterrados. Habían regresado asustados y a toda prisa de Jerusalén a Galilea, sacudidos y conmocionados por la repentina y brutal ejecución de su Maestro. Luego de varios encuentros, la esperanza renacería para nunca más decaer.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 77, 53)
El Señor liberó a su pueblo y lo llenó de esperanza, y a sus enemigos los sumergió en el mar. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que en el sacramento de la muerte y resurrección de tu Hijo ofreces a los hombres el pacto de la reconciliación y de la paz, concédenos realizar en nuestra vida este misterio que proclamamos con la fe. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Ningún otro puede salvarnos.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 4, 1-12
En aquellos días,
mientras Pedro y Juan hablaban al pueblo, se presentaron los sacerdotes, el
jefe de la guardia del templo y los saduceos, indignados porque los apóstoles
enseñaban al pueblo y anunciaban que la resurrección de los muertos
se había verificado en la persona de Jesús. Los aprehendieron,
y como ya era tarde, los encerraron en la cárcel hasta el día
siguiente. Pero ya muchos de los que habían escuchado sus palabras, unos
cinco mil hombres, habían abrazado la fe.
Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo,
los ancianos y los escribas, el sumo sacerdote Anás, Caifás, Juan,
Alejandro y cuantos pertenecían a las familias de los sumos sacerdotes.
Hicieron comparecer ante ellos a Pedro y a Juan y les preguntaron: "¿Con
qué poder o en nombre de quién han hecho todo esto?".
Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: "Jefes del pueblo y ancianos,
puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo,
para saber cómo fue curado, sépanlo ustedes y sépalo todo
el pueblo de Israel: este hombre ha quedado sano en el nombre de Jesús
de Nazaret, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre
los muertos. Este mismo Jesús es la piedra que ustedes, los constructores,
han desechado y que ahora es la piedra angular. Ningún otro puede salvarnos,
porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros
debamos salvarnos". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 117 R/.
La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Aleluya.
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es
eterna. Diga la casa de Israel: "Su misericordia es eterna". Digan
los que temen al Señor: "Su misericordia es eterna". R/.
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto
es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. Éste es el
día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo.
R/.
Libéranos, Señor, y danos tu victoria. Bendito el que viene en
nombre del Señor. Que Dios desde su templo nos bendiga. Que el Señor,
nuestro Dios, nos ilumine. R/.
SECUENCIA opcional
ACLAMACIÓN
(Sal 117, 24) R/. Aleluya, aleluya.
Éste es el
día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo.
R/.
Se acercó Jesús, tomó el pan y se lo dio a sus discípulos y también el pescado.
Del santo Evangelio según san Juan: 21, 1-14
En aquel tiempo, Jesús
se les apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades.
Se les apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás
(llamado el Gemelo), Natanael (el de Caná de Galilea), los hijos de Zebedeo
y otros dos discípulos. Simón Pedro les dijo: "Voy a pescar".
Ellos le respondieron: "También nosotros vamos contigo". Salieron
y se embarcaron, pero aquella noche no pescaron nada.
Estaba amaneciendo, cuando Jesús se apareció en la orilla, pero
los discípulos no lo reconocieron. Jesús les dijo: "Muchachos,
¿han pescado algo?". Ellos contestaron: "No". Entonces
Él les dijo: "Echen la red a la derecha de la barca y encontrarán
peces". Así lo hicieron, y luego ya no podían jalar la red
por tantos pescados.
Entonces el discípulo a quien amaba Jesús le dijo a Pedro: "Es
el Señor". Tan pronto como Simón Pedro oyó decir que
era el Señor, se anudó a la cintura la túnica, pues se
la había quitado, y se tiró al agua. Los otros discípulos
llegaron en la barca, arrastrando la red con los pescados, pues no distaban
de tierra más de cien metros.
Tan pronto como saltaron a tierra, vieron unas brasas y sobre ellas un pescado
y pan. Jesús les dijo: "Traigan algunos pescados de los que acaban
de pescar". Entonces Simón Pedro subió a la barca y arrastró
hasta la orilla la red, repleta de pescados grandes. Eran ciento cincuenta y
tres, y a pesar de que eran tantos, no se rompió la red. Luego les dijo
Jesús: "Vengan a almorzar". Y ninguno de los discípulos
se atrevía a preguntarle: `¿Quién eres?', porque ya sabían
que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y
se lo dio y también el pescado.
Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos
después de resucitar de entre los muertos. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
No se dice Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estos dones que te presentamos, para que nos los conviertas en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo resucitado, y transfórmanos a nosotros, para que, de las alegrías y trabajos de la tierra, podamos elevarnos al deseo de ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO I DE PASCUA
El Misterio Pascual
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y fuente de salvación glorificarte siempre, Señor,
pero más que nunca en este día, en que Cristo, nuestra Pascua,
fue inmolado.
Porque Él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo:
muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la
vida.
Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero se desborda
de alegría y también los coros celestiales, los ángeles
y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo,
Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Jn 21, 12-13)
Dijo Jesús a sus discípulos: Vengan y coman. Y tomó un pan y lo repartió entre ellos. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que tu amor paterno proteja siempre a quienes has salvado por medio de la pasión de tu Hijo, y que Cristo resucitado sea la fuente de todas nuestras alegrías. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Marcelino de Roma, mártir; Pablo Leo Bao-Tinh, mártir. Beata Cristina Pallancia, religiosa.
Vísperas I de mañana: todo propio. Tomo II: p. 616. Para los fieles: p. 273. Edición popular: pp. 446 y 443. Feria (Blanco).
TAMPOCO ELLOS LE CREYERON
Hch 4, 13-21; Mc 16, 9-15
El encabezado de este comentario sirve por igual para describir tanto la obtusa cerrazón de los dirigentes judíos que rechazaron el testimonio de Pedro y Juan, como la inflexible falta de fe de los Doce que no daban crédito al testimonio de Magdalena. Las autoridades de Jerusalén y los discípulos tenían algo en común: eran israelitas que conocían la Ley de Moisés y veneraban a Dios en el templo. También tenían claras diferencias: unos eran seguidores y otros oponentes de Jesús de Nazaret. En los días inmediatos al evento pascual de Jesús parecían formar parte de un mismo grupo de incrédulos. La experiencia de la resurrección de Jesús no podía ventilarse ni compartirse de manera creíble a las primeras de cambio. Objeciones de uno y otro tipo podían adelantar para desautorizar el mensaje sobre Jesús resucitado. Paulatinamente los discípulos irían rindiéndose ante las señales de la nueva presencia del Señor; en cambio los jefes del pueblo continuarían sus castigos y amenazas.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 104, 43)
El Señor liberó a su pueblo y lo llenó de alegría; al pueblo elegido lo colmó de júbilo. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que en tu bondad sin límites aumentas cada día el número de los que creen en ti, mira con amor a tus elegidos, que han nacido a una nueva vida por medio del bautismo y concédeles alcanzar la resurrección gloriosa. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
No podemos callar lo que hemos visto y oído.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 4, 13-21
En aquellos días,
los sumos sacerdotes, los ancianos y los escribas, se quedaron sorprendidos
al ver el aplomo con que Pedro y Juan hablaban, pues sabían que eran
hombres del pueblo sin ninguna instrucción. Ya los habían reconocido
como pertenecientes al grupo que andaba con Jesús, pero no se atrevían
a refutarlos, porque ahí estaba de pie, entre ellos, el hombre paralítico
que había sido curado.
Por consiguiente, les mandaron que salieran del sanedrín, y ellos comenzaron
a deliberar entre sí: "¿Qué vamos a hacer con estos
hombres? Han hecho un milagro evidente, que todo Jerusalén conoce y que
no podemos negar; pero a fin de que todo esto no se divulgue más entre
el pueblo, hay que prohibirles con amenazas hablar en nombre de Jesús".
Entonces mandaron llamar a Pedro y a Juan y les ordenaron que por ningún
motivo hablaran ni enseñaran en nombre de Jesús. Ellos replicaron:
"Digan ustedes mismos si es justo delante de Dios obedecerlos a ustedes
antes que a Dios. Nosotros no podemos dejar de contar lo que hemos visto y oído".
Los miembros del sanedrín repitieron las amenazas y los soltaron, porque
no encontraron la manera de castigarlos, ya que el pueblo entero glorificaba
a Dios por lo sucedido. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 117 R/.
La diestra del Señor ha hecho maravillas. Aleluya.
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es
eterna. El Señor es mi fuerza y mi ale-gría; en el Señor
está mi salvación. Escuchemos el canto de victoria que sale de
la casa de los justos: R/.
"La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es
nuestro orgullo". No moriré, continuaré viviendo para contar
lo que el Señor ha hecho. Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me abandonó a la muerte. R/.
Ábranme las puertas del templo, que quiero entrar a dar gracias a Dios.
Ésta es la puerta del Señor y por ella entrarán los que
le viven fieles. Te doy gracias, Señor, pues me escuchaste y fuiste para
mí la salvación. R/.
SECUENCIA opcional
ACLAMACIÓN
(Sal 117, 24) R/. Aleluya, aleluya.
Éste es el
día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo.
R/.
Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio.
Del santo Evangelio según san Marcos: 16, 9-15
Habiendo resucitado al amanecer
del primer día de la semana, Jesús se apareció primero
a María Magdalena, de la que había arrojado siete demonios. Ella
fue a llevar la noticia a los discípulos, los cuales estaban llorando,
agobiados por la tristeza; pero cuando la oyeron decir que estaba vivo y que
lo había visto, no le creyeron.
Después de esto, se apareció en otra forma a dos discípulos,
que iban de camino hacia una aldea. También ellos fueron a anunciarlo
a los demás; pero tampoco a ellos les creyeron. Por último, se
apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó
en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no les habían
creído a los que lo habían visto resucitado. Jesús les
dijo entonces: "Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda
creatura". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
No se dice Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, que este sacrificio pascual que vamos a ofrecerte, nos llene siempre de alegría, prosiga en nosotros tu obra redentora y nos obtenga de ti la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO I DE PASCUA
El Misterio Pascual
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y fuente de salvación glorificarte siempre, Señor,
pero más que nunca en este día, en que Cristo, nuestra Pascua,
fue inmolado.
Porque Él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo:
muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la
vida.
Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero se desborda
de alegría y también los coros celestiales, los ángeles
y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo,
Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ga 3, 27)
Todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Mira, Señor, con bondad, a estos hijos tuyos que has renovado por medio de los sacramentos, y condúcelos al gozo eterno de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
II DOMINGO DE PASCUA O "DE LA DIVINA MISERICORDIA"
Santos: San Juan Bautista de La Salle, fundador. Beata Josaphata Jordashevsca, fundadora. (Blanco)
OTRAS MUCHAS SEÑALES
Hch 5,12-16; Ap 1,9-11. 12-13. 17-19; Jn 20, 19-31
Una idea reaparece de manera constante en los tres fragmentos que nos comparte la Liturgia. La urgencia y la necesidad de las señales. El sumario de los Hechos de los Apóstoles muestra a la primera comunidad de creyentes en Jerusalén como portadora y beneficiaria de las señales que el Espíritu realizaba a favor de enfermos y afligidos. Autentificando de esa manera el carácter liberador del mensaje cristiano: Jesús había venido a dar vida en abundancia. La misma noticia refiere el cierre del cuarto Evangelio: Jesús permanece atento al proceso creyente de sus discípulos y sostiene su esperanza realizando numerosas señales. Los testimonios de fe que recogían esas señales debían preservarse, para que ayudasen a propagar la vida nueva dada por Jesús. En el libro del Apocalipsis el profeta recibe el mismo encargo: tendrá que registrar y mantener su testimonio creyente y compartirlo con las Iglesias que atravesaban situaciones de persecución y debilitamiento de la fe.
ANTÍFONA DE ENTRADA (1 P 2, 2)
Como niños recién nacidos, deseen una leche pura y espiritual que los haga crecer hacia la salvación. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios de eterna misericordia, que reavivas la fe de tu pueblo con la celebración anual de las fiestas pascuales, aumenta en nosotros tu gracia, para que comprendamos a fondo la inestimable riqueza del bautismo que nos ha purificado, del Espíritu que nos ha dado una vida nueva y de la Sangre que nos ha redimido. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Crecía el número de los creyentes en el Señor.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 5, 12-16
En aquellos días,
los apóstoles realizaban muchos signos y prodigios en medio del pueblo.
Todos los creyentes solían reunirse, por común acuerdo, en el
pórtico de Salomón. Los demás no se atrevían a juntárseles,
aunque la gente los tenía en gran estima.
El número de hombres y mujeres que creían en el Señor iba
creciendo de día en día, hasta el punto de que tenían que
sacar en literas y camillas a los enfermos y ponerlos en las plazas, para que,
cuando Pedro pasara, al menos su sombra cayera sobre alguno de ellos.
Mucha gente de los alrededores acudía a Jerusalén y llevaba a
los enfermos y a los atormentados por espíritus malignos, y todos quedaban
curados. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 117 R/.
La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.
Diga la casa de Israel: "Su misericordia es eterna". Diga la casa
de Aarón: "Su misericordia es eterna". Digan los que temen
al Señor: "Su misericordia es eterna". R/.
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto
es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. Éste es el
día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo.
R/.
Libéranos, Señor, y danos tu victoria. Bendito el que viene en
nombre del Señor. Que Dios desde su templo nos bendiga. Que el Señor,
nuestro Dios, nos ilumine. R/.
Estuve muerto y ahora, como ves, estoy vivo para siempre.
Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 1, 9-11. 12-13. 17-19
Yo, Juan, hermano y compañero
de ustedes en la tribulación, en el Reino y en la perseverancia en Jesús,
esta-ba desterrado en la isla de Patmos, por haber predicado la palabra de Dios
y haber dado testimonio de Jesús.
Un domingo caí en éxtasis y oí a mis espaldas una voz potente,
como de trompeta, que decía: "Escribe en un libro lo que veas y
envíalo a las siete comunidades cristianas de Asia". Me volví
para ver quién me hablaba, y al volverme, vi siete lámparas de
oro, y en medio de ellas, un hombre vestido de larga túnica, ceñida
a la altura del pecho, con una franja de oro.
Al contemplarlo, caí a sus pies como muerto; pero Él, poniendo
sobre mí la mano derecha, me dijo: "No temas. Yo soy el primero
y el último; yo soy el que vive. Estuve muerto y ahora, como ves, estoy
vivo por los siglos de los siglos. Yo tengo las llaves de la muerte y del más
allá. Escribe lo que has visto, tanto sobre las cosas que están
sucediendo, como sobre las que sucederán después".
Palabra de Dios. Te alabarnos, Señor.
SECUENCIA opcional
ACLAMACIÓN
(Jn 20, 29) R/. Aleluya, aleluya.
Tomás, tú crees, porque me has visto. Dichosos los que creen sin
haberme visto, dice el Señor. R/.
Ocho días después, se les apareció Jesús.
Del santo Evangelio según san Juan: 20, 19-31
Al anochecer del día
de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se
hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó
Jesús en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes".
Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos
vieron al Señor, se llenaron de alegría.
De nuevo les dijo Jesús: "La paz esté con ustedes. Como el
Padre me ha enviado, así también los envío yo". Después
de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: "Reciban el Espíritu
Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y
a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar".
Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos
cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: "Hemos
visto al Señor". Pero él les contestó: "Si no
veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros
de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré".
Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta
cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de
nuevo en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes".
Luego le dijo a Tomás: "Aquí están mis manos; acerca
tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no sigas dudando,
sino cree". Tomás le respondió: "¡Señor
mío y Dios mío!". Jesús añadió: "Tú
crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto".
Otros muchos signos hizo Jesús en presencia de sus discípulos,
pero no están escritos en este libro. Se escribieron éstos para
que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para
que, creyendo, tengan vida en su nombre.Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos a Jesús
resucitado, vida y esperanza de toda la humanidad.
Después de cada petición diremos: Jesús resucitado, escúchanos
y aumenta nuestra fe.
Por todos los que, en el mundo entero, creemos en la Buena Noticia del
Evangelio. Oremos.
Por los cristianos que viven en países en los que son discriminados o
perseguidos. Oremos.
Por los obispos mexicanos que se reunirán en asamblea esta semana. Oremos.
Por los niños, los jóvenes y los adultos que recibirán
el Bautismo o la Confirmación en este Tiempo de Pascua. Oremos.
Por los pobres, por los enfermos, por los que se sienten solos, por todos los
que sufren. Oremos.
Por los que en este domingo nos hemos reunido para compartir la mesa de la Palabra
y de la Eucaristía. Oremos.
Escucha, Jesús resucitado, nuestra oración. Y haz que cada
día te conozcamos más profundamente y te amemos de todo corazón.
Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, las ofrendas que (junto con los recién bautizados) te presentamos; tú que nos llamaste a la fe y nos has hecho renacer por el bautismo, guíanos a la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO I DE PASCUA
El Misterio Pascual
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y fuente de salvación glorificarte siempre, Señor,
pero más que nunca en este día, en que Cristo, nuestra Pascua,
fue inmolado.
Porque Él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo:
muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la
vida.
Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero se desborda
de alegría y también los coros celestiales, los ángeles
y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo,
Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Jn 20, 27)
Jesús dijo a Tomás: acerca tu mano, toca las cicatrices dejadas por los clavos y no seas incrédulo, sino creyente. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso, que la gracia recibida en este sacramento nos impulse siempre a servirte mejor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- La conciencia de que el desamor y la incongruencia de los creyentes genera la incredulidad de los que no confiesan a Jesús como Señor ya era patente para el apóstol san Pablo, que lo escribía con todas sus letras a sus hermanos judíos: "por culpa de ustedes maldicen los paganos el Nombre de Dios". Los pasajes referidos por la liturgia ponderan la importancia de las señales. Santo Tomás se las reclama al resto de los Doce y los habitantes de Jerusalén las acogen de manos de los apóstoles. La comunidad en donde los cristianos vivamos y donde nos reunamos a celebrar la fe, tiene derecho a exigirnos congruencia y fidelidad al mensaje que profesamos. No se trata de multiplicar las prédicas, ni los discursos. Es algo menos sonoro pero más persuasivo: se trata de vivir haciendo el bien y curando, en la medida de nuestras posibilidades, las enfermedades que afligen el cuerpo y el espíritu de nosotros mismos y de nuestros parientes y vecinos.
Anunciación del Señor
Santos: Dionisio de Corinto, obispo; Walter o Walterio de Pontoise, Abad. Solemnidad (Blanco)
VICTORIAS CONSEGUIDAS POR LA MUJER
Ap 12,7-12; Hb 10,4-10; Lc 1,26-38
El libro del Apocalipsis recurre al lenguaje simbólico para presentar la lucha intensa que afrontan los discípulos de Jesús. El dragón encarna los poderes destructores que amenazan la vida de las personas de bien, que no se someten a su imperio despótico. La confrontación no es pura fantasía. Es una lucha frontal. El Señor que custodia a sus fieles despliega también su poder para vencer a la bestia. La figura femenina aparece en el relato encarnando el amor fiel y maternal. De ese amor siempre disponible a asumir riesgos para auxiliar a Dios en sus proyectos de salvación nos habla el Evangelio de san Lucas. Los inconvenientes y desventajas que acarrearía la maternidad a una joven apenas desposada nos resultan conocidas. María, la Madre del Señor, no se deja paralizar por el temor a mancillar su imagen pública. Subordina sus legítimos intereses y asume como propio el designio salvador que se abriría paso en su propio vientre con la fuerza del Espíritu.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Hb 10, 5. 7)
Cuando Jesús vino al mundo, dijo: Padre mío, he venido para cumplir tu voluntad. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quisiste que tu Hijo, al encarnarse en el seno de la Virgen María participara en toda nuestra condición humana, concede a quienes lo reconocemos como Dios y hombre verdadero, participar, por medio de la gracia, de su vida divina. Por nuestro Señor Jesucristo...
Cuando la Anunciación se celebra en el Tiempo Pascual:
LITURGIA DE LA PALABRA
Miguel y sus ángeles pelearon contra el dragón.
Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 12, 7-12
En el cielo se trabó una gran batalla: Miguel y sus ángeles pelearon
contra el dragón. El dragón y sus ángeles lucharon ferozmente,
pero fueron vencidos y arrojados del cielo para siempre. Así, el dragón,
que es la antigua serpiente, la que se llama Diablo y Satanás, la que
engaña al mundo entero, fue precipitado a la tierra, junto con sus ángeles.
Entonces yo, Juan, oí en el cielo una voz poderosa, que decía:
"Ha sonado la hora de la victoria de nuestro Dios, de su dominio y de su
reinado, y del poder de su Mesías, porque ha sido reducido a la impotencia
el que de día y de noche acusaba a nuestros hermanos, delante de Dios.
Pero ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y por el testimonio
que dieron, pues su amor a la vida no les impidió aceptar la muerte.
Por eso, alégrense los cielos y todos los que en ellos habitan".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 137 R/.
De todo corazón te damos gracias, Señor. Aleluya.
De todo corazón te damos gracias, Señor, porque escuchaste nuestros
ruegos. Te cantaremos delante de tus ángeles, te adoraremos en tu templo.
R/.
Señor, te damos gracias por tu lealtad y por tu amor: siempre que te
invocamos nos oíste y nos llenaste de valor. R/.
Que todos los reyes de la tierra te reconozcan, al escuchar tus prodigios. Que
alaben tus caminos, porque tu gloria es inmensa. R/.
En tu libro se me ordena hacer tu voluntad.
De la carta a los hebreos: 10, 4-10
Hermanos: Es imposible que
la sangre de toros y machos cabríos pueda borrar los pecados. Por eso,
al entrar al mundo, Cristo dijo, conforme al salmo: No quisiste víctimas
ni ofrendas; en cambio, me has dado un cuerpo. No te agradaron los holocaustos
ni los sacrificios por el pecado; entonces dije —porque a mí se
refiere la Escritura—: "Aquí estoy, Dios mío; vengo
para hacer tu voluntad".
Comienza por decir: No quisiste víctimas ni ofrendas, no te agradaron
los holocaustos ni los sacrificios por el pecado —siendo así que
es lo que pedía la ley—; y luego añade: "Aquí
estoy, Dios mío; vengo para hacer tu voluntad".
Con esto, Cristo suprime los antiguos sacrificios, para establecer el nuevo.
Y en virtud de esta voluntad, todos quedamos santificados por la ofrenda del
cuerpo de Jesucristo, hecha una vez por todas. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(Jn 1, 14) R/. Aleluya, aleluya.
Aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros y hemos
visto su gloria. R/.
Concebirás y darás a luz un hijo.
Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel
Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una
virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José.
La virgen se llamaba María.
Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: "Alégrate,
llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas
palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría
decir semejante saludo.
El ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia
ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre
Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo;
el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y Él
reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá
fin".
María le dijo entonces al ángel: "¿Cómo podrá
ser esto, puesto que yo permanezco virgen?". El ángel le contestó:
"El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo
te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será
llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de
su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril,
porque no hay nada imposible para Dios". María contestó:
"Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que
me has dicho". Y el ángel se retiró de su presencia.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
A las palabras del Credo: "y por obra...", hay que arrodillarse.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, con bondad, los dones de tu Iglesia, que reconoce haber tenido su origen en la encarnación de tu Hijo, y concédele celebrar llena de gozo este memorial de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
A quien primero acogió la Virgen santísima por la fe cuando el
ángel le anunció que por obra del Espíritu Santo habría
de nacer entre los hombres, para que los hombres se salvaran, y a quien luego
llevó, llena de amor, en sus purísimas entrañas.
Así la verdad divina colmaba las promesas hechas a Israel y comenzaba
a ser realidad la expectación de todos los pueblos.
Por eso, como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros
en la tierra te aclamamos, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ap 12, 10)
Ha sonado la hora de la victoria de nuestro Dios, de su dominio y de su reinado, y del poder de su Mesías. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por medio de esta comunión, fortalece, Señor, nuestra fe y esperanza en Jesucristo, Dios y hombre verdadero, concebido en el seno de la Virgen María, y, por su gloriosa resurrección, condúcenos a la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
RENACIDOS POR EL ESPÍRITU
Hch 4, 32-37; Jn 3,7-15
El sumario de la vida de la comunidad cristiana de Jerusalén siempre ha resultado fascinante y a la vez incómodo. Los creyentes que buscan y se esfuerzan por renovar su vida y abonar al cambio de las instituciones y estructuras sociales, se entusiasman con dicho cuadro y sustentan su esperanza. Los que reducen la vida de fe a prácticas cultuales, lo consideran utopía pura e intromisión indebida de la fe en cuestiones sociales y políticas. La transformación profunda de personas y sociedades no puede imponerse bajo ningún argumento. Las donaciones y la puesta en común de los bienes no era una obligación, sino una decisión asumida de manera voluntaria. El caso ejemplar de Bernabé así lo ilustra. La voluntad del creyente es redimensionada por la fuerza del Espíritu, que ensancha el horizonte y acrecienta la capacidad de amar y confiar en el amor providente de Dios. La buena voluntad del cristiano se ensambla misteriosamente con la moción generosa del Espíritu.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ap 19, 7. 6)
Alegrémonos, regocijémonos y demos gracias, porque el Señor, nuestro Dios omnipotente, ha empezado a reinar. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Haz, Señor, que nuestra vida toda sea testimonio vivo del poder de Cristo resucitado, que nos ha hecho morir con Él al pecado, para que podamos resucitar con Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Tenían un solo corazón y una sola alma.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 4, 32-37
La multitud de los que habían
creído tenía un solo corazón y una sola alma; todo lo poseían
en común y nadie consideraba suyo nada de lo que tenía.
Con grandes muestras de poder, los apóstoles daban testimonio de la resurrección
del Señor Jesús y todos gozaban de gran estimación entre
el pueblo. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían terrenos o
casas, los vendían, llevaban el dinero y lo ponían a disposición
de los apóstoles, y luego se distribuía según lo que necesitaba
cada uno.
José, levita nacido en Chipre, a quien los apóstoles llamaban
Bernabé (que significa hábil para exhortar), tenía un campo;
lo vendió y puso el dinero a disposición de los apóstoles.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 92 R/.
El Señor es un rey magnífico. Aleluya.
Tú eres, Señor, el rey de todos los reyes. Estás revestido
de poder y majestad. Tú mantienes el orbe y no vacila. Eres eterno, y
para siempre está firme tu trono. R/.
Muy dignas de confianza son tus leyes y desde hoy y para siempre, Señor,
la santidad adorna tu templo. R/.
ACLAMACIÓN
(Cfr. Jn 3, 15) R/. Aleluya, aleluya.
El Hijo del hombre debe ser levantado en la cruz, para que los que creen en
Él tengan vida eterna. R/.
Nadie ha subido al cielo sino el Hijo del hombre, que bajó del cielo.
Del santo Evangelio según san Juan: 3, 7-15
En aquel tiempo, Jesús
dijo a Nicodemo: "No te extrañes de que te haya dicho: 'Tienen que
renacer de lo alto'. El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes
de dónde viene ni a dónde va. Así pasa con quien ha nacido
del Espíritu". Nicodemo le preguntó entonces: "¿Cómo
puede ser esto?".
Jesús le respondió: "Tú eres maestro de Israel, ¿y
no sabes esto? Yo te aseguro que nosotros hablamos de lo que sabemos y damos
testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio.
Si no creen cuando les hablo de las cosas de la tierra, ¿cómo
creerán si les hablo de las celestiales? Nadie ha subido al cielo sino
el Hijo del hombre, que bajó del cielo y está en el cielo. Así
como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene
que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en Él
tenga vida eterna".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, que este sacrificio pascual que vamos a ofrecerte, nos llene siempre de alegría, prosiga en nosotros tu obra redentora y nos obtenga de ti la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Pascua.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Lc 24, 46. 26)
Era necesario que Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos y así, entrara luego en su gloria. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, precio de nuestra redención, nos ayuden, Señor, a cumplir tus mandamientos y a obtener, así, nuestra felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ESTA MANERA DE VIVIR
Hch 5,17-26; Jn 3,16-21
La vieja conseja que descalifica a la religión motejándola como opio del pueblo no se sustenta desde la perspectiva de estas lecturas. El camino cristiano no es un consuelo remoto, tampoco es un salvoconducto que libre de castigos eternos. Esa forma de ver la relación con Dios es insuficiente. Ésa una manera de vivir, tal como lo indica el Ángel del Señor a los apóstoles. Los que se adhieren voluntariamente a Jesús, están dispuestos a reordenar sus actitudes, usos y prácticas cotidianas porque es la manera de comenzar a participar desde ahora, de la vida verdaderamente plena que no termina. La existencia egoísta es la que verdaderamente aliena y enajena a sus practicantes, sumiéndolos en una burbuja de artificialidad narcisista. De ese opio cada vez más difundido y presente en esta sociedad hedonista es del que urge liberarse. Para que alcanzáramos la vida eterna es que Dios envió a su Hijo Jesús, paradigma del hombre nuevo y libre, que no alienado, como afirman los así llamados maestros de la sospecha.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 17, 50; 21, 23)
Te alabaré, Señor, ante los hombres y hablaré a mis hermanos de tu poder y tu misericordia. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que con la Pascua de tu Hijo has devuelto al hombre su dignidad perdida y le has dado la esperanza de la resurrección, concédenos agradecerte siempre, con amor, este misterio de fe que estamos celebrando. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Los hombres que habían metido en la cárcel están en el templo, enseñando al pueblo.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 5, 17-26
En aquellos días,
el sumo sacerdote y los de su partido, que eran los saduceos, llenos de ira
contra los apóstoles, los mandaron aprehender y los metieron en la cárcel.
Pero durante la noche, un ángel del Señor les abrió las
puertas, los sacó de ahí y les dijo: "Vayan al templo y pónganse
a enseñar al pueblo todo lo referente a esta nueva vida". Para obedecer
la orden, se fueron de madrugada al templo y ahí se pusieron a enseñar.
Cuando llegó el sumo sacerdote con los de su partido convocaron al sanedrín,
es decir, a todo el senado de los hijos de Israel, y mandaron traer de la cárcel
a los presos. Al llegar los guardias a la cárcel, no los hallaron y regresaron
a informar: "Encontramos la cárcel bien cerrada y a los centinelas
en sus puestos, pero al abrir no encontramos a nadie adentro".
Al oír estas palabras, el jefe de la guardia del templo y los sumos sacerdotes
se quedaron sin saber qué pensar; pero en ese momento llegó uno
y les dijo: "Los hombres que habían metido en la cárcel están
en el templo, enseñando al pueblo".
Entonces el jefe de la guardia, con sus hombres, trajo a los apóstoles,
pero sin violencia, porque temían ser apedreados por el pueblo.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 33 R/.
Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Aleluya.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi
boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su
pueblo al escucharlo. R/.
Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando
acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores.
R/.
Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te
sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los
pobres y los libra de todas sus angustias. R/.
Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor
acampa y los protege. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Dichoso el hombre que se refugia en Él. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 3, 16) R/. Aleluya, aleluya.
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único,
para que todo el que crea en Él tenga vida eterna. R/.
Dios envió a su Hijo al mundo para que el mundo se salve por Él.
Del santo Evangelio
según san Juan: 3, 16-21
"Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único,
para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que
el mundo se salvara por Él. El que cree en Él no será condenado;
pero el que no cree ya está condenado por no haber creído en el
Hijo único de Dios.
La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al
mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran
malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para
que sus obras no se descubran. En cambio, el que obra el bien conforme a la
verdad, se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas
según Dios".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, que por medio de estos dones que vas a convertir en el Cuerpo
y la Sangre de tu Hijo, nos haces participar de tu misma vida divina, concédenos
que nuestra conducta ponga de manifiesto las verdades que nos has revelado.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Pascua.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Jn 15, 16. 19)
Soy yo quien los ha elegido del mundo, dice el Señor, y los ha destinado para que vayan y produzcan fruto, y su fruto perdure. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que nos has concedido participar en esta Eucaristía, míranos con bondad y ayúdanos a vencer nuestra fragilidad humana, para poder vivir como hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
QUIEN ES DEL SUELO
Hch 5, 27-33; Jn 3, 31-36
El cuarto Evangelio mantiene una oposición constante entre el cielo y el suelo. Entre las acciones del Espíritu que viene de lo alto y las obras que proceden del suelo. Para Jesús sus oponentes tenían una perspectiva a ras de suelo y por eso no podían entender el alcance profundo de su Palabra. La misma imposibilidad afectaba a los dirigentes de Israel que se empecinaban en silenciar la enseñanza de los misioneros cristianos. Los apóstoles no se dejaban impresionar, sino que realizaban un discernimiento sensato, advirtiendo que la fidelidad a Dios, está por encima de la obediencia a las autoridades que pretendían representarlo. Cuando se genera un conflicto de lealtades como el que testimonia el libro de los Hechos de los Apóstoles, el cristiano sabe que la voluntad de Dios, manifiesta de forma peculiar en la vida, la obra y la persona de Jesús, es el referente decisivo al momento de asumir cualquier decisión.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. 4 Esd 2, 35)
Una luz eterna, Señor, brillará para tus mártires y vivirán para siempre. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios nuestro,
tú que otorgaste al obispo san Estanislao la gracia de morir por la fe,
concédenos, por su intercesión, la gracia de vivir conforme al
Evangelio.
Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Nosotros somos testigos de todo esto, y también lo es el Espíritu Santo.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 5, 27-33
En aquellos días,
los guardias condujeron a los apóstoles ante el sanedrín, y el
sumo sacerdote los reprendió, diciéndoles: "Les hemos prohibido
enseñar en nombre de ese Jesús; sin embargo, ustedes han llenado
a Jerusalén con sus enseñanzas y quieren hacernos responsables
de la sangre de ese hombre".
Pedro y los otros apóstoles replicaron: "Primero hay que obedecer
a Dios y luego a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús,
a quien ustedes dieron muerte colgándolo de la cruz. La mano de Dios
lo exaltó y lo ha hecho Jefe y Salvador, para dar a Israel la gracia
de la conversión y el perdón de los pecados. Nosotros somos testigos
de todo esto y también lo es el Espíritu Santo, que Dios ha dado
a los que lo obedecen".
Esta respuesta los exasperó y decidieron matarlos. Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 33 R/.
Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Aleluya.
Bendeciré al Señor a todas horas; no cesará mi boca de
alabarlo. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Dichoso el hombre que se refugia en Él. R/.
En contra del malvado está el Señor para borrar de la tierra su
recuerdo; escucha, en cambio, al hombre justo y lo libra de todas sus congojas.
R/.
El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas.
Muchas tribulaciones pasa el justo, pero de todas ellas Dios lo libra. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 20, 29) R/. Aleluya, aleluya.
Tomás, tú crees, porque me has visto; dichosos los que creen sin
haberme visto, dice el Señor. R/.
El Padre ama a su Hijo y todo lo ha puesto en sus manos.
Del santo Evangelio según san Juan: 3, 31-36
"El que viene de lo
alto está por encima de todos; pero el que viene de la tierra pertenece
a la tierra y habla de las cosas de la tierra. El que viene del cielo está
por encima de todos. Da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie
acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz.
Aquel a quien Dios envió habla las palabras de Dios, porque Dios le ha
concedido sin medida su Espíritu.
El Padre ama a su Hijo y todo lo ha puesto en sus manos. El que cree en el Hijo
tiene vida eterna. Pero el que es rebelde al Hijo no verá la vida, porque
la cólera divina perdura en contra de él".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sea grato, Señor, este sacrificio de expiación y de alabanza, que te ofrecemos en honor de tu santo mártir Estanislao, para que nos obtenga tu perdón y transforme nuestra vida en una continua acción de gracias. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 12, 24-25)
Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da fruto abundante. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Ya que en la festividad que celebramos hoy nos has permitido participar en este sagrado banquete, que es el memorial de la muerte de tu Hijo, concédenos, Señor, participar también de su gloriosa resurrección, en compañía de tus mártires. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Julio I, Papa; Zenón de Verona, obispo; Teresa de Jesús de los Andes, religiosa. Feria (Blanco)
LA SENSATEZ DE GAMALIEL
Hch 5, 34-42; Jn 6, 1-15
El Sanedrín deliberaba sobre la sanción que impondrían a los predicadores "rebeldes" que pregonaban por todas partes el nombre de Jesús. La postura intransigente tuvo que replegarse, cediendo paso a la recomendación tolerante de un fariseo llamado Gamaliel. Este hombre recomendaba dejar que el tiempo pusiese a cada predicador en su sitio. Los profetas sociales que no contaban con el auxilio divino terminaban siendo aplastados; si tal fuera el caso de los seguidores del profeta de Nazaret, no habría por qué preocuparse demasiado. La desbandada sobrevendría más temprano que tarde. Si Dios estaba alentando aquel movimiento, nada lo podría frenar. De esa misma sensatez es poseedor el Señor Jesús que anima a Felipe y a los otros discípulos, a confiar en la generosidad de las personas y en la bendición del Padre. El pan compartido se multiplica y todos comen hasta saciarse. Nada tiene que desperdiciarse, a fin de mantener abierta la posibilidad de reavivar el signo del pan compartido cuantas veces sea necesario.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ap 5, 9-10)
Señor, con tu sangre has rescatado a hombres de todas las razas, lenguas, pueblos y naciones y has hecho de nosotros un reino de sacerdotes para Dios. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Padre misericordioso, que para librarnos del poder del enemigo quisiste que tu Hijo sufriera por nosotros el suplicio de la cruz, concédenos llegar con El a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Los apóstoles se retiraron del sanedrín, felices de haber padecido ultrajes por el nombre de Jesús.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 5, 34-42
En aquellos días,
un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley y respetado por todo el pueblo,
se levantó en el sanedrín, mandó que hicieran salir por
un momento a los apóstoles y dijo a la asamblea:
"Israelitas, piensen bien lo que van a hacer con esos hombres. No hace
mucho surgió un tal Teudas, que pretendía ser un caudillo, y reunió
unos cuatrocientos hombres. Fue ejecutado, dispersaron a sus secuaces y todo
quedó en nada. Más tarde, en la época del censo, se levantó
Judas el Galileo y muchos lo siguieron. Pero también Judas pereció
y se desbandaron todos sus seguidores. En el caso presente, yo les aconsejo
que no se metan con esos hombres; suéltenlos. Porque si lo que se proponen
y están haciendo es de origen humano, se acabará por sí
mismo. Pero si es cosa de Dios, no podrán ustedes deshacerlo. No se expongan
a luchar contra Dios".
Los demás siguieron su consejo: mandaron traer a los apóstoles,
los azotaron, les prohibieron hablar en nombre de Jesús y los soltaron.
Ellos se retiraron del sanedrín, felices de haber padecido aquellos ultrajes
por el nombre de Jesús.
Y todos los días enseñaban sin cesar y anunciaban el Evangelio
de Cristo Jesús, tanto en el templo como en las casas. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 26 R/.
El Señor es mi luz y mi salvación. Aleluya.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy
a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién
podrá hacerme temblar? R/.
Lo único que pido, lo único que busco, es vivir en la casa del
Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar
continuamente en su presencia. R/.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor
y fortaleza y en el Señor confía. R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 4, 4) R/. Aleluya, aleluya.
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que
sale de la boca de Dios. R/.
Jesús distribuyó el pan a los que estaban sentados, hasta que se saciaron.
Del santo Evangelio según san Juan: 6, 1-15
En aquel tiempo, Jesús
se fue a la otra orilla del mar de Galilea o lago de Tiberíades. Lo seguía
mucha gente, porque habían visto los signos que hacía curando
a los enfermos. Jesús subió al monte y se sentó allí
con sus discípulos.
Estaba cerca la Pascua, festividad de los judíos. Viendo Jesús
que mucha gente lo seguía, le dijo a Felipe: "¿Cómo
compraremos pan para que coman éstos?". Le hizo esta pregunta para
ponerlo a prueba, pues Él bien sabía lo que iba a hacer. Felipe
le respondió: "Ni doscientos denarios de pan bastarían para
que a cada uno le tocara un pedazo de pan". Otro de sus discípulos,
Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: "Aquí
hay un muchacho que trae cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué
es eso para tanta gente?". Jesús le respondió: "Díganle
a la gente que se siente". En aquel lugar había mucha hierba. Todos,
pues, se sentaron ahí; y tan sólo los hombres eran unos cinco
mil.
Enseguida tomó Jesús los panes, y después de dar gracias
a Dios, se los fue repartiendo a los que se habían sentado a comer. Igualmente
les fue dando de los pescados todo lo que quisieron. Después de que todos
se saciaron, dijo a sus discípulos: "Recojan los pedazos sobrantes,
para que no se desperdicien". Los recogieron y con los pedazos que sobraron
de los cinco panes llenaron doce canastos.
Entonces la gente, al ver el signo que Jesús había hecho, decía:
"Éste es, en verdad, el profeta que habría de venir al mundo".
Pero Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey,
se retiró de nuevo a la montaña, Él solo. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, con bondad, las ofrendas que te presentamos, y ayúdanos a conservar tu gracia para alcanzar un día la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Pascua.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Rm 4, 25)
Cristo fue condenado a muerte por nuestros pecados, y resucitó para nuestra justificación. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que tu amor paterno proteja siempre a quienes has salvado por medio de la pasión de tu Hijo, y que Cristo resucitado sea la fuente de todas nuestras alegrías. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Martín I, Papa y Hermenegildo de Sevilla, mártir. Beata Margarita de Castello, laica.
Vísperas 1 del domingo: 3a semana del Salterio. Tomo II: pp. 1312, 516 y 682. Para los fieles: pp. 642 y 274. Edición popular: pp. 202 y 446.
DIFICULTADES DIVERSAS
Hch 6,1-7; Jn 6,16-21
Las dos narraciones que nos ocupan, presentan a un grupo de seguidores de Jesús afligidos por una situación difícil. Los pescadores acostumbrados a remar por el lago de Galilea enfrentan dificultades para resistir a la fuerza del oleaje y llegar a salvo a Cafarnaúm. Jesús les da alcance, los anima y los invita percibir su presencia y su auxilio. La noche con todos sus riesgos y peligros no será tan oscura como para alejar a los discípulos de su maestro: juntos arribarán a puerto seguro en Cafarnaúm. De otro género eran los contratiempos que enfrentaba la comunidad helenista de Jerusalén. La desorganización en la atención de sus viudas ponía en riesgo la comunión fraterna entre los discípulos. El diferendo se ventiló con sencillez de corazón y con ac-titudes de corresponsabilidad solidaria. El ministerio diaconal fortalecería a la comunidad y la mantendría unida y fiel al ejemplo de su Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (1 P 2, 9)
Nosotros somos el pueblo redimido por Dios; anunciemos las maravillas del Señor, que nos ha llamado de las tinieblas a su luz admirable. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que te has dignado redimirnos y has querido hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de Padre y haz que, cuantos creemos en Cristo, obtengamos la verdadera libertad y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Eligieron siete hombres llenos del Espíritu Santo.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 6, 1-7
En aquellos días,
como aumentaba mucho el número de los discípulos, hubo ciertas
quejas de los judíos griegos contra los hebreos, de que no se atendía
bien a sus viudas en el servicio de caridad de todos los días.
Los Doce convocaron entonces a la multitud de los discípulos y les dijeron:
"No es justo que, dejando el ministerio de la palabra de Dios, nos dediquemos
a administrar los bienes. Escojan entre ustedes a siete hombres de buena reputación,
llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a los cuales encargaremos
este servicio. Nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de
la palabra".
Todos estuvieron de acuerdo y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del
Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Pármenas
y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron a
los apóstoles, y éstos, después de haber orado, les impusieron
las manos.
Mientras tanto, la palabra de Dios iba cundiendo. En Jerusalén se multiplicaba
grandemente el número de los discípulos. Incluso un grupo numeroso
de sacerdotes había aceptado la fe. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Del salmo 32 R/.
El Señor cuida de aquellos que lo temen. Aleluya.
Que los justos aclamen al Señor; es propio de los justos alabarlo. Demos
gracias a Dios al son del arpa; que la lira acompañe nuestros cantos.
R/.
Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. Él
ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades. R/.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían;
los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Resucitó Cristo, que creó todas las cosas y se compadeció
de todos los hombres. R/.
Vieron a Jesús caminando sobre las aguas.
Del santo Evangelio según san Juan: 6, 16-21
Al atardecer del día
de la multiplicación de los panes, los discípulos de Jesús
bajaron al lago, se embarcaron y empezaron a atravesar hacia Cafarnaúm.
Ya había caído la noche y Jesús todavía no los había
alcanzado. Soplaba un viento fuerte y las aguas del lago se iban encrespando.
Cuando habían avanzado unos cinco o seis kilómetros, vieron a
Jesús caminando sobre las aguas, acercándose a la barca, y se
asustaron. Pero Él les dijo: "Soy yo, no tengan miedo". Ellos
quisieron recogerlo a bordo y rápidamente la barca tocó tierra
en el lugar a donde se dirigían. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estos dones que hemos preparado para el sacrificio eucarístico y transforma toda nuestra vida en una continua ofrenda. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Pascua.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 17, 24)
Padre, quiero que donde yo esté, estén también conmigo los que tú me has dado, para que contemplen la gloria que me diste, dice el Señor. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te suplicamos, Señor, que esta Eucaristía, que tu Hijo nos mandó celebrar en memoria suya y en la cual hemos participado, nos una cada vez más con el vínculo de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
III DOMINGO DE PASCUA
TÚ SABES QUE TE QUIERO
Hch 5, 27-32. 40-41; Ap 5, 11-14; Jn 21, 1-19
La figura de Pedro reaparece tanto en el relato evangélico como en la narración del libro de los Hechos de los Apóstoles aunque en el cierre del cuarto Evangelio, queda un tanto desautorizada su figura. El triple interrogante evoca indudablemente su triple negación. Si la pasión de Jesús exhibió la fragilidad de la condición humana del pescador de Betsaida, también hizo patente la compasión y la acogida del Señor Jesús. Reanimado por esa mano tendida, Pedro recomenzó su servicio como testigo del resucitado, luchando ya no con las tempestades del lago de Galilea, sino contra las amenazas, la cárcel y la intimidación de parte del Sanedrín. El que había flaqueado en la noche pascual, negando a su Maestro, estaba ahora lleno de entereza. El encuentro vivo con el Señor resucitado le había enseñado a discernir y obedecer el camino de la fidelidad, en medio de la prueba.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 65, 1-2)
Aclamen al Señor, habitantes todos de la tierra, canten un himno a su nombre, denle gracias y alábenlo. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que nos has renovado en el espíritu al devolvernos la dignidad de hijos tuyos, concédenos aguardar, llenos de júbilo y esperanza, el día glorioso de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Nosotros somos testigos de todo esto y también lo es el Espíritu Santo.
Del libro de los Hechos de los apóstoles: 5, 27-32. 40-41
En aquellos días,
el sumo sacerdote reprendió a los apóstoles y les dijo: "Les
hemos prohibido enseñar en nombre de ese Jesús; sin embargo, ustedes
han llenado a Jerusalén con sus enseñanzas y quieren hacernos
responsables de la sangre de ese hombre".
Pedro y los otros apóstoles replicaron: "Primero hay que obedecer
a Dios y luego a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús,
a quien ustedes dieron muerte colgándolo de la cruz. La mano de Dios
lo exaltó y lo ha hecho Jefe y Salvador, para dar a Israel la gracia
de la conversión y el perdón de los pecados. Nosotros somos testigos
de todo esto y también lo es el Espíritu Santo, que Dios ha dado
a los que lo obedecen".
Los miembros del sanedrín mandaron azotar a los apóstoles, les
prohibieron hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Ellos se retiraron
del sanedrín, felices de haber padecido aquellos ultrajes por el nombre
de Jesús. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 29 R/.
Te alabaré, Señor, eternamente. Aleluya.
Te alabaré, Señor, pues no dejaste que se rieran de mí
mis enemigos. Tú, Señor, me salvaste de la muerte y a punto de
morir, me reviviste. R/.
Alaben al Señor quienes lo aman, den gracias a su nombre, porque su ira
dura un solo instante y su bondad, toda la vida. El llanto nos visita por la
tarde; por la mañana, el júbilo. R/.
Escúchame, Señor, y compadécete; Señor, ven en mi
ayuda. Convertiste mi duelo en alegría, te alabaré por eso eternamente.
R/.
Digno es el Cordero, que fue inmolado, de recibir el poder y la riqueza.
Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 5, 11-14
Yo, Juan, tuve una visión,
en la cual oí alrededor del trono de los vivientes y los ancianos, la
voz de millones y millones de ángeles, que cantaban con voz potente:
"Digno es el Cordero, que fue inmolado, de recibir el poder y la riqueza,
la sabiduría y la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza".
Oí a todas las creaturas que hay en el cielo, en la tierra, debajo de
la tierra y en el mar —todo cuanto existe—, que decían:
"Al que está sentado en el trono y al Cordero, la alabanza, el honor,
la gloria y el poder, por los siglos de los siglos". Y los cuatro vivientes
respondían: "Amén". Los veinticuatro ancianos se postraron
en tierra y adoraron al que vive por los siglos de los siglos.Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Resucitó Cristo, que creó todas las cosas y se compadeció
de todos los hombres. R/.
Jesús tomó el pan y el pescado y se los dio a los discípulos.
Del santo Evangelio según san Juan: 21, 1-19
En aquel tiempo, Jesús
se les apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades.
Se les apareció de esta manera:
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás (llamado el Gemelo), Natanael
(el de Caná de Galilea), los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos.
Simón Pedro les dijo: "Voy a pescar". Ellos le respondieron:
"También nosotros vamos contigo". Salieron y se embarcaron,
pero aquella noche no pescaron nada.
Estaba amaneciendo, cuando Jesús se apareció en la orilla, pero
los discípulos no lo reconocieron. Jesús les dijo: "Muchachos,
¿han pescado algo?". Ellos contestaron: "No". Entonces
Él les dijo: "Echen la red a la derecha de la barca y encontrarán
peces". Así lo hicieron, y luego ya no podían jalar la red
por tantos pescados.
Entonces el discípulo a quien amaba Jesús le dijo a Pedro: "Es
el Señor". Tan pronto como Simón Pedro oyó decir que
era el Señor, se anudó a la cintura la túnica, pues se
la había quitado, y se tiró al agua. Los otros discípulos
llegaron en la barca, arrastrando la red con los pescados, pues no distaban
de tierra más de cien metros.
Tan pronto como saltaron a tierra vieron unas brasas y sobre ellas un pescado
y pan. Jesús les dijo: "Traigan algunos pescados de los que acaban
de pescar". Entonces Simón Pedro subió a la barca y arrastró
hasta la orilla la red, repleta de pescados grandes. Eran ciento cincuenta y
tres y a pesar de que eran tantos, no se rompió la red. Luego les dijo
Jesús: "Vengan a almorzar". Y ninguno de los discípulos
se atrevía a preguntarle: ¿Quién eres?, porque ya sabían
que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y
se lo dio y también el pescado.
Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos
después de resucitar de entre los muertos.
Después de almorzar le preguntó Jesús a Simón Pedro:
"Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?".
Él le contestó: "Sí, Señor, tú sabes
que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos".
Por segunda vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me
amas?". Él le respondió: "Sí, Señor, tú
sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Pastorea mis ovejas".
Por tercera vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me
quieres?". Pedro se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado
por tercera vez si lo quería y le contestó: "Señor,
tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero". Jesús
le dijo: "Apacienta mis ovejas.
Yo te aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías la
ropa e ibas a donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás
los brazos y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras".
Esto se lo dijo para indicarle con qué género de muerte habría
de glorificar a Dios. Después le dijo: "Sígueme".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos a Jesús
resucitado, vida y esperanza para la humanidad entera.
Después de cada petición diremos: Jesús resucitado, escúchanos
y aumenta nuestra fe.
Por las Iglesias de Oriente y Occidente, por todos los bautizados en la
vida nueva de Jesús resucitado. Oremos.
Por el Papa Benedicto, por su próximo cumpleaños. Oremos.
Por los sacerdotes de nuestra parroquia y de nuestra diócesis. Oremos.
Por los niños que durante esta Pascua nacerán a la vida nueva
por el Bautismo; por los que participarán de la Comunión por primera
vez y por los que serán confirmados con el don del Espíritu Santo.
Oremos.
Por los adultos, jóvenes y niños que sufren y lloran en el dolor,
en el hambre, en la guerra, en la miseria o en la soledad. Oremos.
Por los que nos hemos reunido aquí en torno al Señor resucitado,
por nuestros vecinos, amigos y familiares, y por nuestros compañeros
de trabajo o de estudio. Oremos.
Jesús resucitado, envíanos tu Espíritu para que seamos
signos transparentes de tu amor en el mundo. Tú que vives y reinas por
los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos llenos de júbilo por la resurrección de tu Hijo, y concédenos participar con El, un día, de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Pascua.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Jn 21, 12-13)
Dijo Jesús a sus discípulos: Vengan y coman. Y tomó un pan y lo repartió entre ellos. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Mira, Señor, con bondad a estos hijos tuyos que has renovado por medio de los sacramentos, y condúcelos al gozo eterno de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Los testigos inquebrantables de Jesús resucitado que no se dejan amilanar por la represión, la intimidación o cualquier tipo de incomprensión, no se encuentran solamente en las páginas de los textos del Nuevo Testamento. El Espíritu de Jesús resucitado sigue operando en el corazón de hombres y mujeres de buen corazón. A su mente seguramente vendrán los nombres de laicos, sacerdotes y obispos que han empeñado su tiempo, su vida o su bienestar personal para atender y servir a migrantes, personas maltratadas o vejadas en sus derechos y su dignidad. No siempre encuentran el respaldo en la sociedad, ni en la comunidad eclesial, pero ellos siguen adelante, testimoniando el mismo ánimo que los apóstoles. Viven contentos por haber sido considerados dignos de sufrir ultrajes y maltratos por causa de Jesús, su Señor. Con su testimonio Dios sigue apelando a nuestra responsabilidad de discípulos y bautizados.
EL ALIMENTO QUE DURA
Hch 6,8-15; Jn 6,22-29
El Evangelio expone un contraste claro sobre los intereses y las motivaciones de las multitudes que seguían y escuchaban a Jesús. El Maestro advierte que detrás del aparente fervor popular por su persona, subyace el deseo de saciarse a costa suya. Llenarse la barriga sin necesidad de esforzarse por conseguir el pan es un deseo que suele afectar a nuestro corazón. No pocos críticos de la religión han puesto de manifiesto algunas desviaciones de tipo narcisista que deforman el genuino proceso de fe. Nada semejante a una instrumentalización de la religión podemos advertir en la vida de Esteban, miembro del grupo de los siete diáconos y primero de los mártires cristianos. La libertad de espíritu con que afronta a sus adversarios, la disponibilidad para entregar su vida y la congruencia con que asume sus convicciones de fe, excluyen la posibilidad de juzgarlo como un creyente mal intencionado. Los mismos que lo acusaban de atacar la sacralidad del Templo y la Ley quedaron asombrados por la trascendencia de su persona y su mensaje.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Ha resucitado Jesús, el Buen Pastor, que dio la vida por sus ovejas y que se dignó morir para salvarnos. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que iluminas a los extraviados con la luz de tu Evangelio para que vuelvan al camino de la verdad, concede a cuantos nos llamamos cristianos, imitar fielmente a Cristo y rechazar lo que pueda alejarnos de Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
No podían refutar la sabiduría y el Espíritu con que hablaba Esteban.
Del libro de los
Hechos de los apóstoles: 6, 8-15
En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y de poder, realizaba grandes
prodigios y signos entre la gente.
Algunos judíos de la sinagoga llamada "de los Libertos", procedentes
de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban;
pero no podían refutar la sabiduría y el Espíritu con que
hablaba.
Entonces sobornaron a algunos hombres para que dijeran: "Nosotros hemos
oído a este hombre blasfemar contra Moisés y contra Dios".
Alborotaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas; cayeron sobre Esteban,
se apoderaron de él por sorpresa y lo llevaron ante el sanedrín.
Allí presentaron testigos falsos, que dijeron: "Este hombre no deja
de hablar contra el lugar santo del templo y contra la ley. Lo hemos oído
decir que ese Jesús de Nazaret va a destruir el lugar santo y a cambiar
las tradiciones que recibimos de Moisés".
Los miembros del sanedrín miraron a Esteban y su rostro les pareció
tan imponente como el de un ángel. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Del salmo 118 R/.
Dichoso el que cumple la voluntad del Señor. Aleluya.
Aunque los poderosos se burlen de mí, yo seguiré observando fielmente
tu ley. Tus mandamientos, Señor, son mi alegría; ellos son también
mis consejeros. R/.
Te conté mis necesidades y me escuchaste; enséñame, Señor,
tu voluntad. Dame nueva luz para conocer tu ley y para meditar las maravillas
de tu amor. R/.
Apártame de los caminos falsos y dame la gracia de cumplir tu voluntad.
He escogido el camino de la lealtad a tu voluntad y a tus mandamientos. R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 4, 4) R/. Aleluya, aleluya.
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que
sale de la boca de Dios. R/.
No trabajen por el alimento que se acaba, sino por el que dura para la vida eterna.
Del santo Evangelio según san Juan: 6, 22-29
Después de la multiplicación
de los panes, cuando Jesús dio de comer a cinco mil hombres, sus discípulos
lo vieron caminando sobre el lago. Al día siguiente, la multitud, que
estaba en la otra orilla del lago, se dio cuenta de que allí no había
más que una sola barca y de que Jesús no se había embarcado
con sus discípulos, sino que éstos habían partido solos.
En eso llegaron otras barcas desde Tiberíades al lugar donde la multitud
había comido el pan. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos
estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaúm para buscar a
Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: "Maestro,
¿cuándo llegaste acá?". Jesús les contestó:
"Yo les aseguro que ustedes no me andan buscando por haber visto signos,
sino por haber comido de aquellos panes hasta saciarse. No trabajen por ese
alimento que se acaba, sino por el alimento que dura para la vida eterna y que
les dará el Hijo del hombre; porque a éste, el Padre Dios lo ha
marcado con su sello".
Ellos le dijeron: "¿Qué debemos hacer para realizar las obras
de Dios?". Respondió Jesús: "La obra de Dios consiste
en que crean en aquel a quien Él ha enviado". Palabra del
Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos, y purifica nuestros corazones, para que podamos participar dignamente en este sacramento de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Pascua.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 14, 27)
La paz les dejo, mi paz les doy; pero yo no se la doy como la da el mundo, dice el Señor. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo resucitado nos has hecho renacer a la vida eterna, haz que este misterio pascual, en el que acabamos de participar por medio de la Eucaristía, dé en nosotros abundantes frutos de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
YO SOY EL PAN DE LA VIDA
Hch 7, 51-8, 1; Jn 6, 30-35
Cuando el cuarto Evangelio nos presenta el amplio discurso sobre el pan de vida, resurgen de inmediato los recuerdos del maná. El que alimentó a los israelitas durante su travesía en el desierto era apenas una figura que apuntaba al verdadero dador del pan de vida: Jesús. Cuando escuchamos hablar del pan de vida podemos decodificar dicha frase en dos sentidos, como referencia al mensaje de Jesús y como imagen que designa la Eucaristía. El primero de los sentidos es el que podemos apreciar en el relato del martirio de Esteban. El primero de los diáconos experimentó un cambio fundamental en su vida a partir de que adhirió su corazón al mensaje de Jesús. De ese mensaje fue servidor y testigo. Con la certidumbre de que el mensaje del Señor Jesús tenía un alcance profético, Esteban lo acogió y reordenó sus opciones y su forma de llevar adelante su relación personal con Dios.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ap 19, 5; 12, 10)
Alabemos a nuestro Dios todos cuantos lo tememos, pequeños y grandes, porque ha llegado ya la salvación, el poder y el reinado de su Cristo. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que abres las puertas de tu Reino a quienes renacen del agua y del Espíritu Santo, haz fructificar en nosotros la gracia del bautismo para que, libres de toda culpa, podamos alcanzar la herencia que nos has prometido. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Señor Jesús, recibe mi espíritu.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 7, 51-8, 1
En aquellos días,
habló Esteban ante el sanedrín, diciendo: "Hombres de cabeza
dura, cerrados de corazón y de oídos. Ustedes resisten siempre
al Espíritu Santo; ustedes son iguales a sus padres. ¿A qué
profeta no persiguieron sus padres? Ellos mataron a los que anunciaban la venida
del Justo, al que ahora ustedes han traicionado y dado muerte. Recibieron la
ley por medio de los ángeles y no la han observado".
Al oír estas cosas, los miembros del sanedrín se enfurecieron
y rechinaban los dientes de rabia contra él.
Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo, vio la
gloria de Dios y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios, y dijo:
"Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha
de Dios".
Entonces los miembros del sanedrín gritaron con fuerza, se taparon los
oídos y todos a una se precipitaron sobre él. Lo sacaron fuera
de la ciudad y empezaron a apedrearlo. Los falsos testigos depositaron sus mantos
a los pies de un joven, llamado Saulo.
Mientras lo apedreaban, Esteban repetía esta oración: "Señor
Jesús, recibe mi espíritu". Después se puso de rodillas
y dijo con fuerte voz: "Señor, no les tomes en cuenta este pecado".
Diciendo esto, se durmió en el Señor. Y Saulo estuvo de acuerdo
en que mataran a Esteban.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 30 R/.
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya.
Sé tú, Señor, mi fortaleza y mi refugio, la muralla que
me salve. Tú, que eres mi fortaleza y mi defensa, por tu nombre, dirígeme
y guíame. R/.
En tus manos encomiendo mi espíritu y tú, mi Dios leal, me librarás.
En ti, Señor, deposito mi confianza y tu misericordia me llenará
de alegría. R/.
Vuelve, Señor, tus ojos a tu siervo y sálvame, por tu misericordia; cuídame, Señor, y escóndeme junto a ti, le-jos de las intrigas de los hombres.
ACLAMACIÓN
(Jn 6, 35) R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy el pan de la vida, dice el Señor; el que viene a mí
no tendrá hambre. R/.
No fue Moisés, sino mi Padre, quien les da el verdadero pan del cielo.
Del santo Evangelio según san Juan: 6, 30-35
En aquel tiempo, la gente
le preguntó a Jesús: "¿Qué signo vas a realizar
tú, para que lo veamos y podamos creerte? ¿Cuáles son tus
obras? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está
escrito: Les dio a comer pan del cielo". Jesús les respondió:
"Yo les aseguro: No fue Moisés quien les dio pan del cielo; es mi
Padre quien les da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel
que baja del cielo y da la vida al mundo".
Entonces le dijeron: "Señor, danos siempre de ese pan". Jesús
les contestó: "Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí
no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos llenos de júbilo por la resurrección de tu Hijo, y concédenos participar con Él, un día, de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Pascua.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Rm 6, 8)
Si hemos muerto con Cristo, también viviremos con Él; ésta es nuestra fe. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Mira, Señor, con bondad, a estos hijos tuyos que has renovado por medio de los sacramentos, y condúcelos al gozo eterno de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LA CIUDAD SE LLENÓ DE ALEGRÍA
Hch 8, 1-8; Jn 6, 35-40
Las palabras de Jesús a propósito del pan de vida reciben dos lecturas diferentes por parte de sus oyentes. Unos se mantienen a nivel superficial y no alcanzan a creer en Jesús; ésos, permanecen fuera de la comunidad creyente porque se excluyen por decisión personal. Ellos ven a Jesús de acuerdo a su origen nazareno y a sus apariencias: es un laico sin credenciales ni linaje que lo acredite. De otra parte, encontramos a los que se acercan a Jesús, atraídos por la lectura profunda y contemplativa que hacen de su vida y su mensaje. Estos han comenzado a participar de la vida que perdura. Esa misma alternativa podemos advertir en la relato de la predicación misionera que realizó Felipe en Samaria. El anuncio cristiano es una indisoluble unión de hechos y palabras. Las palabras que proclaman a Jesús como mesías, son confirmadas por los signos y los gestos de sanación que mejoran las condiciones de vida de los afligidos. Con razón el narrador cierra su relato diciéndonos que "la ciudad se llenó de alegría".
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 70, 8. 23)
Que mi boca, Señor, se llene de alabanzas para poder cantarte; entonces mis labios se estremecerán de júbilo. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Ayuda, Señor, con generosidad, a estos hijos tuyos a quienes has concedido el don de la fe, para que puedan, un día, alcanzar la felicidad eterna con tu Hijo resucitado, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Al pasar de un lugar a otro, iban difundiendo el Evangelio.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 8, 1-8
El mismo día de la
muerte de Esteban, se desató una violenta persecución contra la
Iglesia de Jerusalén, y todos, menos los apóstoles, se dispersaron
por Judea y por Samaria.
Unos hombres piadosos sepultaron a Esteban e hicieron gran duelo por él.
Entre tanto, Saulo hacía estragos en la Iglesia: entraba en las casas
para llevarse a hombres y mujeres y meterlos en la cárcel.
Los que se habían dispersado, al pasar de un lugar a otro, iban difundiendo
el Evangelio. Felipe bajó a la ciudad de Samaria y predicaba ahí
a Cristo. La multitud escuchaba con atención lo que decía Felipe,
porque habían oído hablar de los milagros que hacía y los
estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus
inmundos, lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados quedaban curados.
Esto despertó gran alegría en aquella ciudad. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 65 R/.
Las obras del Señor son admirables. Aleluya.
Que aclame al Señor toda la tierra. Celebremos su gloria y su poder,
cantemos un himno de alabanza, digamos al Señor: "Tu obra es admirable".
R/.
Que se postre ante ti la tierra entera y celebre con cánticos tu nombre.
Admiremos las obras del Señor, los prodigios que ha hecho por los hombres.
R/.
El transformó el Mar Rojo en tierra firme y los hizo cruzar el Jordán
a pie enjuto. Llenémonos por eso de gozo y gratitud: el Señor
es eterno y poderoso. R/.
ACLAMACIÓN
(Cfr. Jn 6, 40) R/. Aleluya, aleluya.
El que cree en mí tiene vida eterna, dice el Señor, y yo lo resucitaré
en el último día. R/.
La voluntad de mi Padre consiste en que todo el que vea al Hijo y crea en El,
tenga vida eterna.
Del santo Evangelio según san Juan: 6, 35-40
En aquel tiempo, Jesús
dijo a la multitud: "Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí
no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed.
Pero como ya les he dicho: me han visto y no creen. Todo aquel que me da el
Padre viene hacia mí; y al que viene a mí yo no lo echaré
fuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad
del que me envió.
Y la voluntad del que me envió es que yo no pierda nada de lo que él
me ha dado, sino que lo resucite en el último día. La voluntad
de mi Padre consiste en que todo el que vea al Hijo y crea en Él, tenga
vida eterna y yo lo resucite en el último día". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, que este sacrificio pascual que vamos a ofrecerte, nos llene siempre de alegría, prosiga en nosotros tu obra redentora y nos obtenga de ti la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Pascua.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
El Señor, que nos redimió con su sangre, ha resucitado y ha hecho resplandecer su luz sobre nosotros. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, precio de nuestra redención, nos ayuden, Señor, a cumplir tus mandamientos y a obtener, así, nuestra felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Perfecto de Córdoba, mártir, Apolonio de Roma, mártir y Juan Isauro de Grecia, monje.Feria (Blanco)
BAUTISMO Y EUCARISTÍA
Hch 8,26-40; Jn 6,44-51
Son dos pilares de la vida cristina. No es posible conformar la propia vida con el estilo de vida de Jesús sin adherirse a Él sacramentalmente a través del Bautismo y la Eucaristía. El episodio de Felipe y el eunuco así lo atestiguan. El funcionario etíope recién ha recibido la buena noticia sobre Jesús y él mismo concluye que no puede acoger la palabra recién predicada, sin la fuerza y el sostén del bautismo. Para vivir en calidad de hombre nuevo, es imprescindible ser renovado por la fuerza del Espíritu. El cierre de este fragmento evangélico retomará el término carne que aparece como un hilo conductor de todo el discurso. De esta manera san Juan nos está introduciendo al misterio de la Eucaristía. Jesús dará su vida y entregará su sangre y su carne por los suyos. Es decir su existencia completa y cabal asumirá una dimensión sacrificial que será puesta al servicio de la vida que el Padre participa a sus hijos. La comunión de vida que crea la Eucaristía, mantiene a los discípulos en íntima sintonía con el proyecto del Padre.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ex 15, 1-2)
Cantemos al Señor, pues su victoria es grande. Alabemos al Señor, porque Él es nuestra fortaleza y salvación. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Señor, muéstranos siempre ese amor que en estos días de Pascua nos has revelado con mayor claridad, y concédenos que, libres del error y del pecado, sigamos con fidelidad tus enseñanzas. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Aquí hay agua. ¿Hay alguna dificultad para que me bautices?
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 8, 26-40
En aquellos días,
un ángel del Señor le dijo a Felipe: "Levántate y
toma el camino del sur, que va de Jerusalén a Gaza y que es poco transitado".
Felipe se puso en camino. Y sucedió que un etíope, alto funcionario
de Candaces, reina de Etiopía, y administrador de sus tesoros, que había
venido a Jerusalén para adorar a Dios, regresaba en su carro, leyendo
al profeta Isaías.
Entonces el Espíritu le dijo a Felipe: "Acércate y camina
junto a ese carro". Corrió Felipe, y oyendo que el hombre leía
al profeta Isaías, le preguntó: "¿Entiendes lo que
estás leyendo?". Él le contestó: "¿Cómo
voy a entenderlo, si nadie me lo explica?". Entonces invitó a Felipe
a subir y a sentarse junto a él.
El pasaje de la Escritura que estaba leyendo, era éste: Como oveja fue
llevado a la muerte; como cordero que no se queja frente al que lo trasquila,
así él no abrió la boca. En su humillación no se
le hizo justicia. ¿Quién podrá hablar de su descendencia,
puesto que su vida ha sido arrancada de la tierra?
El etíope le preguntó a Felipe: "Dime, por favor: ¿De
quién dice esto el profeta, de sí mismo o de otro?". Felipe
comenzó a hablarle y partiendo de aquel pasaje, le anunció el
Evangelio de Jesús. Siguieron adelante, llegaron a un sitio donde había
agua y dijo el etíope: "Aquí hay agua. ¿Hay alguna
dificultad para que me bautices?". Felipe le contestó: "Ninguna,
si crees de todo corazón". Respondió el etíope: "Creo
que Jesús es el Hijo de Dios". Mandó parar el carro, bajaron
los dos al agua y Felipe lo bautizó.
Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató
a Felipe. El etíope ya no lo vio más y prosiguió su viaje,
lleno de alegría. En cuanto a Felipe, se encontró en la ciudad
de Azoto y evangelizaba los poblados que encontraba a su paso, hasta que llegó
a Cesarea. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 65 R/.
Tu salvación, Señor, es para todos. Aleluya.
Naciones, bendigan a nuestro Dios, hagan resonar sus alabanzas, porque Él
nos ha devuelto la vida y no dejó que tropezaran nuestros pies. R/.
Cuantos temen a Dios, vengan y escuchen, y les diré lo que ha hecho por
mí; a Él dirigí mis oraciones y mi lengua le cantó
alabanzas. R/.
Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica, ni me retiró
su gracia. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 6, 51) R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor; el que coma
de este pan vivirá para siempre. R/.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo.
Del santo Evangelio según san Juan: 6, 44-51
En aquel tiempo, Jesús
dijo a los judíos: "Nadie puede venir a mí, si no lo atrae
el Padre, que me ha enviado; y a ése yo lo resucitaré el último
día. Está escrito en los profetas: Todos serán discípulos
de Dios. Todo aquel que escucha al Padre y aprende de él, se acerca a
mí. No es que alguien haya visto al Padre, fuera de aquel que procede
de Dios. Ése sí ha visto al Padre.
Yo les aseguro: el que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de
la vida. Sus padres comieron el maná en el desierto y sin embargo, murieron.
Éste es el pan que ha bajado del cielo para que, quien lo coma, no muera.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá
para siempre, y el pan que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga
vida".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, que por medio de estos dones, que vas a convertir en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nos haces participar de tu misma vida divina, concédenos que nuestra conducta ponga de manifiesto las verdades que nos has revelado. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Pascua.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (2 Co 5, 15)
Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para El, que murió y resucitó por ellos. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que nos has concedido participar en esta Eucaristía, míranos con bondad y ayúdanos a vencer nuestra fragilidad humana, para poder vivir como hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: León IX, Papa; Emma de Bremen, viuda; Vicente de Colibre, mártir. Feria (Blanco)
LA INTENSIDAD DEL APÓSTOL PABLO
Hch 9,1-20; Jn 6,52-59
La vida que Jesús comunica a los que creen en Él está al alcance de todos. Basta escuchar su Palabra, asumir con fe su invitación a amar con el amor que el Padre nos ama y dejarse penetrar por la fuerza regeneradora de su Espíritu. Estas palabras tan densas sobre la vida eterna no son excesos retóricos. La vida de numerosos testigos cristianos es la confirmación que las autentifica. Podíamos citar tantos testimonios de vida, pero basta con asociar el que nos ofrece el libro de los Hechos de los Apóstoles. La narración de la conversión de san Pablo es ilustración de la enseñanza del Evangelio de san Juan. Ese hombre intenso, congruente, que no sabía hacer diferencia entre mensaje y mensajero acogió con todas sus consecuencias el llamado del Señor Jesús. Su experiencia cristiana lo conmocionó tan profundamente que evidenció la veracidad de la oferta de vida que Jesús nos propone el Evangelio de san Juan.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ap 5, 12)
Digno es el Cordero que fue sacrificado, de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza y el honor. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, que nos has dado la gracia de conocer la resurrección de tu Hijo, haz que resucitemos a una vida nueva por medio de tu Espíritu de amor. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Es el instrumento escogido por mí, para que me dé a conocer a las naciones.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 9, 1-20
En aquellos días,
Saulo, amenazando todavía de muerte a los discípulos del Señor,
fue a ver al sumo sacerdote y le pidió, para las sinagogas de Damasco,
cartas que lo autorizaran para traer presos a Jerusalén a todos aquellos
hombres y mujeres seguidores del Camino.
Pero sucedió que, cuando se aproximaba a Damasco, una luz del cielo lo
envolvió de repente con su resplandor. Cayó por tierra y oyó
una voz que le decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?".
Preguntó él: "¿Quién eres, Señor?".
La respuesta fue: "Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate.
Entra en la ciudad y allí se te dirá lo que tienes que hacer".
Los hombres que lo acompañaban en el viaje se habían detenido,
mudos de asombro, pues oyeron la voz, pero no vieron a nadie. Saulo se levantó
del suelo, y aunque tenía abiertos los ojos, no podía ver. Lo
llevaron de la mano hasta Damasco y allí estuvo tres días ciego,
sin comer ni beber.
Había en Damasco un discípulo que se llamaba Ananías, a
quien se le apareció el Señor y le dijo: "Ananías".
Él respondió: "Aquí estoy, Señor". El
Señor le dijo: "Ve a la calle principal y busca en casa de Judas
a un hombre de Tarso, llamado Saulo, que está orando. Saulo tuvo también
la visión de un hombre llamado Ananías, que entraba y le imponía
las manos para que recobrara la vista.
Ananías contestó: "Señor, he oído a muchos
hablar de ese individuo y del daño que ha hecho, a tus fieles en Jerusalén.
Además, trae autorización de los sumos sacerdotes para poner presos
a todos los que invocan tu nombre". Pero el Señor le dijo: "No
importa. Tú ve allá, porque yo lo he escogido como instrumento,
para que me dé a conocer a las naciones, a los reyes y a los hijos de
Israel. Yo le mostraré cuánto tendrá que padecer por mi
causa",
Ananías fue allá, entró en la casa, le impuso las manos
a Saulo y le dijo: "Saulo, hermano, el Señor Jesús, que se
te apareció en el camino, me envía para que recobres la vista
y quedes lleno del Espíritu Santo". Al instante, algo como escamas
se le desprendió de los ojos y recobró la vista. Se levantó
y lo bautizaron. Luego comió y recuperó las fuerzas. Se quedó
unos días con los discípulos en Damasco y se puso a predicar en
las sinagogas, afirmando que Jesús era el Hijo de Dios.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 116 R/.
Que aclamen al Señor todos los pueblos. Aleluya.
Que alaben al Señor todas las naciones, que lo aclamen todos los pueblos.
R/.
Porque grande es su amor hacia nosotros y su fidelidad dura por siempre. R/,
ACLAMACIÓN
(Jn 6, 56) R/. Aleluya, aleluya.
El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él,
dice el Señor. R/.
Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.
Del santo Evangelio según san Juan: 6, 52-59
En aquel tiempo, los judíos
se pusieron a discutir entre sí: "¿Cómo puede éste
darnos a comer su carne?".
Jesús les dijo: "Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del
hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que
come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré
el último día.
Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi
carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre,
que me ha enviado, posee la vida y yo vivo por Él, así también
el que me come vivirá por mí.
Éste es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que
comieron sus padres, pues murieron. El que come de este pan vivirá para
siempre". Esto lo dijo Jesús enseñando en la sinagoga de
Cafarnaúm. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estos dones que hemos preparado para el sacrificio eucarístico, y transforma toda nuestra vida en una continua ofrenda. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Pascua.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Cristo, que murió en la cruz, ha resucitado ya y nos ha redimido. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te suplicamos, Señor, que esta Eucaristía que tu Hijo nos mandó celebrar en memoria suya y en la cual hemos participado, nos una cada vez más con el vínculo de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Vísperas I del domingo: 4a semana del Salterio. Tomo II: pp. 1412, 516 y 747. Para los fieles: pp. 722 y 274. Edición popular: 289 y 447. Feria (Blanco)
SEÑOR, ¿A QUIÉN IREMOS?
Hch 9,31-42; Jn 6, 60-69
Al concluir el Señor Jesús su discurso del pan de vida, planteó la urgencia de definirse por Él con todas sus consecuencias. El malentendido, que surge se deriva de que numerosos oyentes pretenden descifrar la invitación de Jesús en el plano meramente humano. Por donde quiera que se le vea el planteamiento destaca la centralidad de la persona de Jesús. Los oyentes creen que la demanda de adherirse tan vitalmente a Él es demasiado pretenciosa. Desde la lógica de la razón muchos discípulos la rechazaron. En cambio Pedro, que se sintió atraído por la fuerza del Espíritu, la acogió. Lleno de esa vida lo encontramos realizando su misión en las ciudades de la costa de Israel. Eneas y Tabita son dos discípulos que advirtieron en carne propia la fuerza vivificante del evangelio anunciado por Pedro. El evangelio de la vida que Jesús prometió se revela con toda su fuerza en el ministerio realizado por el antiguo pescador de Betsaida.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Col 2, 12)
Por el bautismo, ustedes han sido sepultados con Cristo y con Él han sido resucitados, porque han creído en el poder de Dios, que lo resucitó de entre los muertos. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por medio del bautismo haces participar de la vida de Cristo a los que creen en ti, protégenos de los engaños del enemigo, para que podamos conservar fielmente el don de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
La comunidad cristiana crecía, animada por el Espíritu Santo.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 9, 31-42
En aquellos días,
las comunidades cristianas gozaban de paz en toda Judea, Galilea y Samaria,
con lo cual se iban consolidando, progresaban en la fidelidad a Dios y se multiplicaban,
animadas por el Espíritu Santo.
Pedro recorría toda la región y una vez fue a visitar a los fieles
que vivían en Lida. Ahí encontró a un hombre, llamado Eneas,
que tenía ya ocho años de estar en cama, paralítico. Pedro
le dijo: "Eneas, Jesucristo te da la salud. Levántate y tiende tu
cama". Eneas se levantó inmediatamente; y todos los habitantes de
Lida y de la llanura de Sarón que lo vieron, se convirtieron al Señor.
Había en Jafa, entre los discípulos, una mujer llamada Tabitá
(que significa "gacela"), la cual hacía infinidad de obras
buenas y repartía limosnas. En aquellos días cayó enferma
y murió. Lavaron su cadáver y lo tendieron en una habitación
del segundo piso. Como Lida está cerca de Jafa, los discípulos,
sabiendo que Pedro estaba allá, enviaron dos hombres para suplicarle
que fuera a Jafa sin tardar. Pedro fue con ellos. Tan pronto como llegó,
lo condujeron a la habitación del segundo piso. Allí lo rodearon
todas las viudas, llorando y mostrándole las túnicas y los vestidos
que Tabitá les había hecho, cuando aún vivía.
Pedro mandó salir a todos, se postró de rodillas y se puso a orar;
luego, dirigiéndose a la muerta, dijo: "Tabitá, levántate".
Ella abrió los ojos y al ver a Pedro, se incorporó. Él
la tomó de la mano y la levantó; llamó a los fieles y a
las viudas y se la entregó viva. Esto se supo por toda Jafa y muchos
creyeron en el Señor.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 115 R/.
¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha
hecho? Aleluya.
¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que
me ha hecho? Levantaré el cáliz de salvación e invocaré
el nombre del Señor. R/.
Cumpliré mis promesas al Señor ante todo su pueblo. A los ojos
de Dios es muy penoso que mueran sus amigos. R/.
De la muerte, Señor, me has librado, a mí, tu esclavo e hijo de
tu esclava. Te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré
tu nombre. R/.
ACLAMACIÓN
(Cfr. Jn 6, 63. 68) R/. Aleluya, aleluya.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras
de vida eterna. R/.
Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.
Del santo Evangelio según san Juan: 6, 60-69
En aquel tiempo, muchos
discípulos de Jesús dijeron al oír sus palabras: "Este
modo de hablar es intolerable, ¿quién puede admitir eso?".
Dándose cuenta Jesús de que sus discípulos murmuraban,
les dijo: "¿Esto los escandaliza? ¿Qué sería
si vieran al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu
es quien da la vida; la carne para nada aprovecha. Las palabras que les he dicho
son espíritu y vida, y a pesar de esto, algunos de ustedes no creen".
(En efecto, Jesús sabía desde el principio quienes no creían
y quién lo habría de traicionar). Después añadió:
"Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no
se lo concede".
Desde entonces, muchos de sus discípulos se echaron para atrás
y ya no querían andar con Él. Entonces Jesús les dijo a
los Doce: "¿También ustedes quieren dejarme?". Simón
Pedro le respondió: "Señor, ¿a quién iremos?
Tú tienes palabras de vida eterna; y nosotros creemos y sabemos que tú
eres el Santo de Dios".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, en tu bondad, los dones que te presentamos y concédenos tu protección para conservar tu gracia y conseguir la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Pascua.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 17, 20-21)
Padre, te ruego por aquellos que creerán en mí, para que sean uno en nosotros y el mundo pueda creer que tú me has enviado, dice el Señor. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que tu amor paterno proteja siempre a quienes has salvado por medio de la pasión de tu Hijo, y que Cristo resucitado sea la fuente de todas nuestras alegrías. Por Jesucristo, nuestro Señor.
IV DOMINGO DE PASCUA
LA DIFÍCIL TAREA DE LA ESCUCHA
Hch 13,14.43-52; Ap 7, 9. 14-17: Jn 10,27-30
La conocida analogía del pastor y las ovejas que nos presenta el Señor Jesús en el cuarto Evangelio no implica en manera alguna afirmar una relación degradante entre el discípulo y su Señor. Al contrario, siguiendo el hilo de la narración advertimos que la capacidad de distinguir y obedecer la voz del pastor es resultado de una decisión personal. Unas personas (ovejas) hacen el proceso activo de la escucha y se disponen a ordenar su vida por la ruta que Jesús les marca, otras deciden seguir su propio sendero. Ni el pastor se impone arbitrariamente, ni las ovejas actúan en este caso, como suelen hacerlo en la vida real: de manera gregaria. Jesús es quien propone, por mediación de sus apóstoles, tal como lo vemos en la predicación de san Pablo en Antioquía. La decisión definitiva de creer o rechazar el mensaje cristiano compete a cada persona: los judíos llenan de insultos a san Pablo, mientras que los habitantes originarios de aquellas ciudades lo acogieron con alegría.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 32, 5-6)
Alabemos al Señor llenos de gozo, porque la tierra está llena de su amor y su palabra hizo los cielos. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios omnipotente y misericordioso, guíanos a la felicidad eterna de tu Reino, a fin de que el pequeño rebaño de tu Hijo pueda llegar seguro a donde ya está su Pastor, resucitado, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Ahora nos dirigiremos a los paganos.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 13, 14. 43-52
En aquellos días,
Pablo y Bernabé prosiguieron su camino desde Perge hasta Antioquía
de Pisidia, y el sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento. Cuando
se disolvió la asamblea, muchos judíos y prosélitos piadosos
acompañaron a Pablo y a Bernabé, quienes siguieron exhortándolos
a permanecer fieles a la gracia de Dios.
El sábado siguiente casi toda la ciudad de Antioquía acudió
a oír la palabra de Dios. Cuando los judíos vieron una concurrencia
tan grande, se llenaron de envidia y comenzaron a contradecir a Pablo con palabras
injuriosas. Entonces Pablo y Bernabé dijeron con valentía: "La
palabra de Dios debía ser predicada primero a ustedes; pero como la rechazan
y no se juzgan dignos de la vida eterna, nos dirigiremos a los paganos. Así
nos lo ha ordenado el Señor, cuando dijo: Yo te he puesto como luz de
los paganos, para que lleves la salvación hasta los últimos rincones
de la tierra". Al enterarse de esto, los paganos se regocijaban y glorificaban
la palabra de Dios, y abrazaron la fe todos aquellos que estaban destinados
a la vida eterna.
La palabra de Dios se iba propagando por toda la región. Pero los judíos
azuzaron a las mujeres devotas de la alta sociedad y a los ciudadanos principales,
y provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé, hasta expulsarlos
de su territorio.
Pablo y Bernabé se sacudieron el polvo de los pies, como señal
de protesta, y se marcharon a Iconio, mientras los discípulos se quedaron
llenos de alegría y del Espíritu Santo. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 99 R/.
El Señor es nuestro Dios y nosotros su pueblo. Aleluya.
Alabemos a Dios todos los hombres, sirvamos al Señor con alegría
y con júbilo entremos en su templo. R/.
Reconozcamos que el Señor es Dios, que Él fue quien nos hizo y
somos suyos, que somos su pueblo y su rebaño. R/.
Porque el Señor es bueno, bendigámoslo, porque es eterna su misericordia
y su fidelidad nunca se acaba. R/.
El Cordero será su pastor y los conducirá a las fuentes del agua de la vida.
Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 7, 9. 14-17
Yo, Juan, vi una muchedumbre
tan grande, que nadie podía contarla. Eran individuos de todas las naciones
y razas, de todos los pueblos y lenguas. Todos estaban de pie, delante del trono
y del Cordero; iban vestidos con una túnica blanca y llevaban palmas
en las manos.
Uno de los ancianos que estaban junto al trono, me dijo: "Éstos
son los que han pasado por la gran tribulación y han lavado y blanqueado
su túnica con la sangre del Cordero. Por eso están ante el trono
de Dios y le sirven día y noche en su templo, y el que está sentado
en el trono los protegerá continuamente.
Ya no sufrirán hambre ni sed, no los quemará el sol ni los agobiará
el calor. Porque el Cordero, que está en medio del trono, será
su pastor y los conducirá a las fuentes del agua de la vida, y Dios enjugará
de sus ojos toda lágrima". Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
ACLAMACIÓN
(Jn 10, 14) R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy el buen pastor, dice el Señor; yo conozco a mis ovejas, y ellas
me conocen a mí. R/.
Yo les doy la vida eterna a mis ovejas.
Del santo Evangelio según san Juan: 10, 27-30
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi Padre, y Él es superior a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. El Padre y yo somos uno". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos a Jesús
resucitado, nuestro pastor y nuestro guía.
Después de cada petición diremos: Jesús resucitado, escúchanos
y aumenta nuestra fe.
Para que la Iglesia sea siempre luz de esperanza y de amor para los pobres
y los débiles. Oremos.
Para que aumenten entre nosotros las vocaciones sacerdotales y religiosas. Oremos.
Para que todos los que se sienten llamados a la vida sacerdotal o religiosa
respondan con generosidad y con un espíritu de servicio como el de Jesús.
Oremos.
Para que nuestros gobernantes trabajen con toda su voluntad para que los que
se están quedando sin trabajo encuentren salidas dignas a su situación.
Oremos.
Para que aprendamos a respetar la Tierra, que nos has dado con todo cuanto contiene,
en beneficio de todos. Oremos.
Para que estas fiestas de Pascua nos ayuden a crecer y reafirmen en la fe y
en la esperanza. Oremos.
Escucha, Jesús resucitado, nuestra oración, y derrama sobre
nosotros tú Espíritu Santo. Tú, que vives y reinas por
los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, que este sacrificio pascual que vamos a ofrecerte, nos llene siempre de alegría, prosiga en nosotros tu obra redentora y nos obtenga de ti la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Pascua.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Ha resucitado Jesús, el Buen Pastor, que dio la vida por sus ovejas, y que se dignó morir para salvarnos. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Vela, Señor, con solicitud, por las ovejas que rescataste con la Sangre preciosa de tu Hijo, para que puedan alcanzar, un día, la felicidad eterna de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- La capacidad de escuchar se desarrolla paulatinamente. Ciertas personas reconocen con mayor facilidad su condición de carencia y necesidad y se abren al punto de vista de otras personas. Se conciben a sí mismas como personas urgidas de auxilio y complementación. Viven abiertas al diálogo, consideran que el intercambio de opiniones con las personas que tienen otras creencias o convicciones políticas, es enriquecedor. En cambio, quien vive absolutamente seguro de poseer la verdad, difícilmente acoge los puntos de vista de otra cultura u otro camino religioso. En la perspectiva del Evangelio podemos decir que los cristianos nos movemos dentro de las coordenadas que nos ofrece el Evangelio de Jesús y estamos dispuestos a integrar y acoger los valores o ideas que puedan congeniar con dicho mensaje. Hay certezas que no se negocian: la dignidad de las personas, el valor de la justicia, la condición de hermanos común a toda persona. Desde la óptica de nuestra incuestionable dignidad personal podemos dialogar judíos y cristianos, gentes de buena voluntad, agnósticos y no creyentes, en el entendido que no somos moralmente superiores a nadie.
Santos: Agapito 1, Papa; Cayo y Sotero, pontífices mártires; Mariább de Persia, obispo. Feria (Blanco)
DE PASTORES A PASTORES
Hch 11,1-18; Jn 10,1-10
El pastor modelo, Jesús, se distingue por varios detalles. Antes que nada resalta su entrega total. No es un asalariado, no cuida las ovejas buscando la paga, sino pensando preservar la vida de los suyos. Mantiene por tanto una relación personal y única con sus ovejas, ellas lo conocen y Él también las identifica por su nombre. La genuina vocación del pastor se transparenta en la entrega sin reservas que Jesús hace de su propia vida. En los Hechos de los Apóstoles, san Pedro sigue las huellas del pastor modelo y vive pendiente de los reclamos y demandas de personas de diferentes procedencias y condiciones. Reacio como todo israelita de su tiempo a interactuar con paganos, se resistía a entrar y comer en casa de un incircunciso. La voz del Espíritu le ensanchó su espíritu, traspuso el umbral de la casa del centurión romano y comiendo de lo que le servían, aprendió la lección: no conviene llamar profano o impuro a ningún hombre.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Rm 6, 9)
Cristo resucitado, ya no puede morir; la muerte ya no tiene dominio sobre Él. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por medio de la muerte de tu Hijo has redimido al mundo de la esclavitud del pecado, concédenos participar ahora de la santa alegría pascual y, después en el cielo, de la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
También a los paganos les ha concedido Dios la conversión que lleva a la vida.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 11, 1-18
En aquellos días,
los apóstoles y los hermanos que vivían en Judea se enteraron
de que también los paganos habían recibido la palabra de Dios.
Cuando Pedro regresó a Jerusalén, los circuncidados le hicieron
reproches, diciendo: "Has entrado en la casa de unos incircuncisos y has
comido con ellos".
Entonces Pedro les contó desde el principio lo que le había pasado:
"Estaba yo en la ciudad de Jafa, en oración, cuando tuve una visión
y vi algo semejante a un gran mantel, que sostenido por las cuatro puntas, bajaba
del cielo hasta donde yo me encontraba. Miré con atención aquella
cosa y descubrí que había en ella toda clase de cuadrúpedos,
fieras, reptiles y aves. Oí luego una voz que me decía: 'Levántate,
Pedro. Mata el animal que quieras y come'. Pero yo le respondí: 'Ni pensarlo,
Señor. Jamás he comido nada profano o impuro'. La voz del cielo
me habló de nuevo: `No tengas tú por impuro lo que Dios ha hecho
puro'. Esto se repitió tres veces y luego todo fue recogido hacia el
cielo.
En aquel instante, se presentaron en la casa donde yo estaba tres hombres, que
venían de Cesarea, con un recado para mí. El Espíritu me
dijo entonces que me fuera con ellos sin dudar. También fueron conmigo
estos seis hermanos y todos entramos en casa de aquel hombre. Él nos
contó cómo había visto de pie, ante él, a un ángel
que le dijo: 'Manda a buscar en Jafa a Simón, llamado Pedro. Lo que él
te diga, te traerá la salvación a ti y a toda tu familia'. En
cuanto empecé a hablar, el Espíritu Santo descendió sobre
ellos, como había descendido al principio sobre nosotros. Entonces me
acordé de lo que había dicho el Señor: 'Juan bautizó
con agua; pero ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo'.
Por lo tanto, si Dios les ha dado a ellos el mismo don que a nosotros, por haber
creído en el Señor Jesús, ¿quién soy yo para
oponerme a Dios?".
Con esto se apaciguaron y alabaron a Dios, diciendo: "Por lo visto, también
a los paganos les ha concedido Dios la conversión que lleva a la vida".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
De los salmos 41
y 42 R/. Estoy sediento del Dios que da la vida. Aleluya.
Como el venado busca el agua de los ríos, así, cansada, mi alma
te busca a ti, Dios mío. R/.
Del Dios que da la vida está mi ser sediento. ¿Cuándo será
posible ver de nuevo su templo? R/.
Envíame, Señor, tu luz y tu verdad; que ellas se conviertan en
mi guía y hasta tu monte santo me conduzcan, allí donde tú
habitas. R/.
Al altar del Señor me acercaré, al Dios que es mi alegría,
y a mi Dios, el Señor, le daré gracias al compás de la
cítara. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 10, 14) R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy el buen pastor, dice el Señor; yo conozco a mis ovejas y ellas
me conocen a mí. R/.
Yo soy la puerta de las ovejas.
Del santo Evangelio según san Juan: 10, 1-10
En aquel tiempo, Jesús
dijo a los fariseos: "Yo les aseguro que el que no entra por la puerta
del redil de las ovejas, sino que salta por otro lado, es un ladrón,
un bandido; pero el que entra por la puerta, ése es el pastor de las
ovejas. A ése le abre el que cuida la puerta, y las ovejas reconocen
su voz; él llama a cada una por su nombre y las conduce afuera. Y cuando
ha sacado a todas sus ovejas, camina delante de ellas, y ellas lo siguen, porque
conocen su voz. Pero a un extraño no lo seguirán, sino que huirán
de él, porque no conocen la voz de los extraños".
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo
que les quería decir. Por eso añadió: "Les asegu-ro
que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes que yo, son
ladrones y bandidos; pero mis ovejas no los han escuchado.
Yo soy la puerta; quien entre por mí se salvará, podrá
entrar y salir y encontrará pastos. El ladrón sólo viene
a robar, a matar y a destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan
en abundancia".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos llenos de júbilo por la resurrección de tu Hijo, y concédenos participar con Él, un día, de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Pascua.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 20, 19)
Jesús se presentó en medio de sus discípulos y les dijo: "La paz sea con ustedes". Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Mira, Señor, con bondad, a estos hijos tuyos que has renovado por medio de los sacramentos, y condúcelos al gozo eterno de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Jorge de Turquía y Adalberto de Praga, mártires. Beato Gil de Asís, religioso. Feria (Blanco)
MI PADRE Y YO SOMOS UNO
Hch 11,19-26; Jn 10,22-30
La discusión entre los judíos y Jesús versa acerca de su verdadera y más profunda misión e identidad. El Señor Jesús no pretende obtener títulos de manera gratuita. Sabe que su autoridad viene del Padre y que tal pretensión debe hacerse manifiesta a través de las señales que realice. En la medida que el Padre y el Hijo transparentaran acciones que generaran mejores condiciones de vida para las personas, los hijos de Israel acogerían el mensaje de vida eterna. En el texto de los Hechos de los Apóstoles encontramos el relato de la ejemplar comunidad cristiana de Antioquía. Fundada por el impulso de los cristianos helenistas, es decir, por los partidarios de la apertura misionera a gentes de toda raza y condición, fue convirtiéndose en modelo de vida comunitaria y de amor fraterno. Con sobrada razón, los discípulos se merecieron el nombre de cristianos por vivir conforme a la unción de Jesús Mesías.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ap 19, 7. 6)
Alegrémonos, regocijémonos y demos gracias, porque el Señor, nuestro Dios omnipotente, ha empezado a reinar. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios Padre todopoderoso, concede a quienes celebramos la resurrección de Cristo, vivir plenamente la alegría de nuestra salvación. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Comenzaron a predicar a los griegos el Evangelio del Señor Jesús.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 11, 19-26
En aquellos días,
algunos de los que se habían dispersado, huyendo de la persecución
desatada después de la muerte de Esteban, llegaron hasta Fenicia, Chipre
y Antioquía; pero predicaban el Evangelio solamente a los judíos.
Sin embargo, hubo entre ellos algunos chipriotas y cirenenses, que al llegar
a Antioquía, comenzaron a dirigirse también a los griegos y a
predicarles el Evangelio del Señor Jesús. Y como la mano del Señor
estaba con ellos, muchos se convirtieron y abrazaron la fe.
Cuando llegaron estas noticias a la comunidad cristiana de Jerusalén,
Bernabé fue enviado a Antioquía. Llegó Bernabé,
y viendo la acción de la gracia de Dios, se alegró mucho; y como
era hombre bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe, exhortó a
todos a que, firmes en su propósito, permanecieran fieles al Señor.
Así se ganó para el Señor una gran muchedumbre.
Entonces Bernabé partió hacia Tarso, en busca de Saulo; y cuando
lo encontró, lo llevó consigo a Antioquía. Ambos vivieron
durante todo un año en esa comunidad y enseñaron a mucha gente.
Allí, en Antioquía, fue donde por primera vez los discípulos
recibieron el nombre de "cristianos". Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 86 R/.
Alaben al Señor todos los pueblos. Aleluya.
Jerusalén gloriosa, el Señor ha puesto en ti su templo. Tú
eres más querida para Dios que todos los santuarios de Israel. R/.
De ti, Jerusalén, ciudad del Señor, se dirán maravillas.
Egipto y Babilonia adorarán al Señor; los filisteos, con Tiro
y Etiopía, serán como tus hijos. R/.
Y de ti, Jerusalén, afirmarán: "Todos los pueblos han nacido
en ti y el Altísimo es tu fortaleza". R/.
El Señor registrará en el libro de la vida a cada pueblo, convertido
en ciudadano tuyo; y todos los pueblos te cantarán, bailando: "Tú
eres la fuente de nuestra salvación". R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 10, 27) R/. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y
ellas me siguen. R/.
El Padre y yo somos uno.
Del santo Evangelio según san Juan: 10, 22-30
Por aquellos días,
se celebraba en Jerusalén la fiesta de la dedicación del templo.
Era invierno. Jesús se pasea-ba por el templo, bajo el pórtico
de Salomón.
Entonces lo rodearon los judíos y le preguntaron: "¿Hasta
cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías,
dínoslo claramente".
Jesús les respondió: "Ya se lo he dicho y no me creen. Las
obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí, pero ustedes
no creen, porque no son de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco
y ellas me siguen. Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás;
nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi Padre, y Él
es superior a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. El Padre
y yo somos uno". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, que este sacrificio pascual que vamos a ofrecerte, nos llene siempre de alegría, prosiga en nosotros tu obra redentora y nos obtenga de ti la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Pascua.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Lc 24, 46. 26)
Era necesario que Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos y así entrara luego en su gloria. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, precio de nuestra redención, nos ayuden, Señor, a cumplir tus mandamientos y a obtener, así, nuestra felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
YO HE VENIDO AL MUNDO COMO LUZ
Hch 12, 24-13, 5; Jn 12, 44-50
La declaración que
encabeza este comentario no es desmedida. Jesús de Nazaret no era uno
más de los numerosos predicadores que habían aparecido en Israel.
Era el enviado definitivo de Dios a su pueblo. Los malentendidos y equívocos
acumulados por la fuerza e inercia de la tradición centenaria habían
marcado una honda huella en la conciencia colectiva de Israel. El aprecio excesivo
por la pureza externa y el cumplimiento escrupuloso de las obras de la ley,
había llenado de autosuficiencia el corazón de israelitas devotos.
Esa manera de vivir equivalía a vivir en las tinieblas, es decir, en
una errónea relación con Dios. Como seguidores genuinos de Jesús,
verdadera luz del mundo, san Pablo y san Bernabé emprendieron el primero
de sus viajes misioneros, visitando las ciudades del Mediterráneo, con
la intención de ofertar el camino de salvación establecido por
la muerte y resurrección de Jesús. Ellos mismos habían
sido beneficiarios de la luz de la verdad desvelada por su Señor y Maestro.
VIII Aniversario de la Solemne Inauguración del Ministerio Petrino del
Papa Benedicto XVI (2005)
ANTÍFONA DE ENTRADA (Mt 16, 18-19)
Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del Reino de los cielos. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que en tu providencia quisiste fundar tu Iglesia sobre la roca de Pedro, el jefe de los apóstoles, mira con bondad a nuestro Santo Padre, el Papa Benedicto, y ya que lo has constituido sucesor de Pedro, concédele que sea para tu pueblo principio y fundamento visible de la unidad en la fe y de la comunión en el amor. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Resérvenme a Saulo y a Bernabé.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 12, 24-13, 5
En aquel tiempo, la palabra del Señor cundía y se propagaba. Cumplida su misión en Jerusalén, Saulo y Bernabé regresaron a Antioquía, llevando consigo a Juan Marcos. Había en la comunidad cristiana de Antioquía algunos profetas y maestros, como Bernabé, Simón (apodado el "Negro"), Lucio el de Cirene, Manahén (que se crió junto con el tetrarca Herodes) y Saulo. Un día estaban ellos ayunando y dando culto al Señor, y el Espíritu Santo les dijo: "Resérvenme a Saulo y a Bernabé para la misión que les tengo destinada". Todos volvieron a ayunar y a orar; después les impusieron las manos y los despidieron. Así, enviados por el Espíritu Santo, Saulo y Bernabé fueron a Seleucia y zarparon para Chipre. Al llegar a Salamina, anunciaron la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 66 R/.
Que te alaben, Señor, todos los pueblos. Aleluya.
Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a
nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora. R/.
Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia;
con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones.
R/.
Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos
juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero. R/.
ACLAMACIÓN (Jn 8, 12) R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá
la luz de la vida. R/.
Yo he venido al mundo como luz.
Del santo Evangelio según san Juan: 12, 44-50
En aquel tiempo, exclamó
Jesús con fuerte voz: "El que cree en mí, no cree en mí,
sino en aquel que me ha enviado; el que me ve a mí, ve a aquel que me
ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, para que todo el que crea en mí
no siga en tinieblas.
Si alguno oye mis palabras y no las pone en práctica, yo no lo voy a
condenar; porque no he venido al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo.
El que me rechaza y no acepta mis palabras, tiene ya quien lo condene: las palabras
que yo he hablado lo condenarán en el último día. Porque
yo no he hablado por mi cuenta, sino que mi Padre, que me envió, me ha
mandado lo que tengo que decir y hablar. Y yo sé que su mandamiento es
vida eterna. Así, pues, lo que hablo, lo digo como el Padre me lo ha
dicho".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos para el sacrificio eucarístico; protege y dirige a tu santa Iglesia en unión con nuestro Papa Benedicto, a quien constituiste su pastor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Pascua
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 21, 15. 17)
Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?, le dijo el Señor a Pedro. Éste le respondió: Señor, tú lo conoces todo, tú sabes que te amo. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por esta Eucaristía, en la que nos has permitido participar, confirma, Señor, en la unidad y en el amor a la santa Iglesia y a tu siervo, el Papa Benedicto, para que juntos, rebaño y pastor, recorran con seguridad el camino de la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ESTÁN PASANDO POR IDÉNTICOS SUFRIMIENTOS
1 P 5, 5-14; Mc 16, 15-20
La misión cristiana comenzó en Galilea multiplicando las oportunidades de bienestar y alegría para los enfermos y oprimidos por algún tipo de aflicción. En manera alguna los primeros discípulos de Jesús anunciaban una esperanza meramente ultraterrena. La buena nueva de Jesús transformaba de inmediato el corazón y la situación de la persona. La liberación del pecado y el egoísmo renovaba interna y externamente a los creyentes. Los recién convertidos se adherían a comunidades de bautizados que establecían relaciones de solidaridad y ayuda mutua. Esa nueva socialización despertaba asombro en algunos y rechazo y hostilidad por parte de otros. En ciertos periodos las pequeñas comunidades cristianas asentadas en las grandes ciudades del imperio padecían persecuciones. La firme confianza en el triunfo de Jesús resucitado los alentaba a resistir sin dejarse dominar por el miedo y el desaliento.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Mc 16, 15)
Vayan por todo el mundo, dice el Señor, y proclamen el Evangelio a todos los hombres. Aleluya
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que confiaste a san Marcos la misión de proclamar el Evangelio, concédenos aprovechar sus enseñanzas para seguir fielmente el ejemplo de Jesucristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Los saluda mi hijo Marcos.
De la primera carta del apóstol san Pedro: 5, 5-14
Queridos hermanos: Que en
su trato mutuo la humildad esté siempre presente, pues Dios es enemigo
de los soberbios, y en cambio, a los humildes les concede su gracia. Humíllense,
pues, ante la mano poderosa de Dios, para que Él los levante y encumbre
en el momento oportuno. Dejen en sus manos todas sus preocupaciones, pues Él
cuida de ustedes.
Estén alerta y no se dejen sorprender, porque su enemigo, el diablo,
como un león rugiente, anda buscando a quien devorar. Resístanle
con la firmeza de la fe, sabiendo que sus hermanos, dispersos por el mundo,
soportan los mismos sufrimientos que ustedes.
Dios, que es la fuente de todos los bienes, nos ha llamado a participar de su
gloria eterna en unión con Cristo, y después de estos sufrimientos
tan breves, los restaurará a ustedes, los afianzará, fortalecerá
y hará inconmovibles. Suyos son la gloria y el poder para siempre. Amén.
Por medio de Silvano, a quien considero hermano digno de toda confianza, les
he escrito esta breve carta para que sepan cuál es la verdadera gracia
de Dios y animarlos a permanecer firmes en ella.
Los saluda la comunidad de Babilonia, a la que Dios ha elegido, lo mismo que
a ustedes. También los saluda mi hijo Marcos. Salúdense los unos
a los otros con el beso fraterno. Les deseo la paz a todos ustedes, los que
son de Cristo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 88 R/.
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor. Aleluya.
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor y daré a
conocer que su fidelidad es eterna, pues el Señor ha dicho: "Mi
amor es para siempre y mi lealtad, más firme que los cielos". R/.
El cielo, Señor, proclama tus maravillas, y tu lealtad, la asamblea de
los santos. ¿Quién se compara a Dios sobre las nubes? ¿Quién
es como el Señor entre los dioses? R/.
Señor, feliz el pueblo que te alaba y que a tu luz camina, que en tu
nombre se alegra a todas horas y al que llena de orgullo tu justicia. R/.
ACLAMACIÓN
(1 Co 1, 23. 24) R/. Aleluya, aleluya.
Nosotros predicamos a Cristo crucificado, que es la fuerza y la sabiduría
de Dios. R/.
Prediquen el Evangelio a todas las creaturas.
Del santo Evangelio según san Marcos: 16, 15-20
En aquel tiempo, se apareció
Jesús a los Once y les dijo: "Vayan por todo el mundo y prediquen
el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el
que se resista a creer, será condenado. Éstos son los milagros
que acompañarán a los que hayan creído: arrojarán
demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes
en sus manos, y si beben un veneno mortal, no les hará daño; impondrán
las manos a los enfermos y éstos quedarán sanos".
El Señor Jesús, después de hablarles, subió al cielo
y está sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron y procla-maron el Evangelio
por todas partes, y el Señor actuaba con ellos y confirmaba su predicación
con los milagros que hacían. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, el sacrificio de alabanza que vamos a ofrecerte y, por intercesión del evangelista san Marcos, concede a tu Iglesia permanecer siempre fiel a la misión de anunciar el Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II de los Apóstoles.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 28, 20)
Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo, dice el Señor. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso, que la comunión que hemos recibido, nos santifique y nos dé fortaleza para vivir conforme al Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
YO SOY EL CAMINO LA VERDAD Y LA VIDA
Hch 13,26-33; Jn 14,1-6
La imagen del camino tiene una larga tradición en los relatos bíblicos. Israel aprendió a descubrir las señales de la presencia orientadora de Dios desde que salió de Egipto. Moisés era un estratega experimentado que supo conducir a su pueblo por la ruta de la libertad. Su palabra fue sometida a la prueba por sus hermanos, que una vez que disfrutaron de la vida del otro lado del mar, se dieron cuenta que su oferta era verdadera. El Señor Jesús se apropia de esas imágenes y se presenta como el camino verdadero que conduce a la vida que el Padre oferta a su pueblo. La existencia plena de Jesús lo autentifica como el experto revelador del Padre. Dentro de esa misma esperanza vivieron los primeros cristianos, herederos de las promesas hecha por Dios a Israel. Con la certidumbre de haber alcanzado el premio prometido, Pablo y Bernabé visitaban las sinagogas ofertando la vida a los hijos de Israel.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ap 5, 9-10)
Señor, con tu sangre has rescatado a hombres de todas las razas, lenguas, pueblos y naciones y has hecho de nosotros un reino de sacerdotes para Dios. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Señor nuestro, que nos has dado la libertad y la salvación por medio de la Sangre de tu Hijo, concédenos vivir siempre para ti y en ti encontrar la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Resucitando a Jesús, Dios ha cumplido la promesa que nos hizo.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 13, 26-33
En aquellos días,
Pablo continuó su predicación en la sinagoga de Antioquía
de Pisidia con estas palabras:
"Hermanos míos, descendientes de Abraham, y cuantos temen a Dios:
Este mensaje de salvación les ha sido enviado a ustedes. Los habitantes
de Jerusalén y sus autoridades no reconocieron a Jesús, y al condenarlo,
cumplieron las palabras de los profetas que se leen cada sábado: no hallaron
en Jesús nada que mereciera la muerte, y sin embargo, le pidieron a Pilato
que lo mandara ejecutar. Y después de cumplir todo lo que de Él
estaba escrito, lo bajaron de la cruz y lo pusieron en el sepulcro.
Pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y Él, ya resucitado,
se apareció durante muchos días a los que lo habían seguido
de Galilea a Jerusalén. Ellos son ahora sus testigos ante el pueblo.
Nosotros les damos la buena nueva de que la promesa hecha a nuestros padres
nos la ha cumplido Dios a nosotros, los hijos, resucitando a Jesús, como
está escrito en el salmo segundo: Tú eres mi hijo, yo te he engendrado
hoy". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 2 R/.
Jesucristo es el rey de las naciones. Aleluya.
El Señor me ha consagrado como rey de Sión, su ciudad santa. Anunciaré
el decreto del Señor. He aquí lo que me dijo: R/.
"Hijo mío eres tú, yo te he engendrado hoy. Te daré
en herencia las naciones y como propiedad, toda la tierra. Podrás gobernarlas
con cetro de hierro, y despedazarlas como jarros". R/.
Escuchen y comprendan estas cosas, reyes y gobernantes de la tierra. Adoren
al Señor con reverencia, sírvan-lo con temor. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 14, 6) R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre si no es por mí,
dice el Señor. R/.
Yo soy el camino, la verdad y la vida.
Del santo Evangelio según san Juan: 14, 1-6
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos: "No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean
también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones.
Si no fuera así, yo se lo habría dicho a ustedes, porque ahora
voy a prepararles un lugar. Cuando me haya ido y les haya preparado un lugar,
volveré y los llevaré conmigo, para que donde yo esté,
estén también ustedes. Y ya saben el camino para llegar al lugar
a donde voy".
Entonces Tomás le dijo: "Señor, no sabemos a dónde
vas, ¿cómo podemos saber el camino?". Jesús le respon-dió:
"Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por
mí".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, con bondad, las ofrendas que te presentamos, y ayúdanos a conservar tu gracia para alcanzar un día la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Pascua.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Rm 4, 25)
Cristo fue condenado a muerte por nuestros pecados, y resucitó para nuestra justificación. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que tu amor paterno proteja siempre a quienes has salvado por medio de la pasión de tu Hijo, y que Cristo resucitado sea la fuente de todas nuestras alegrías. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Vísperas I del domingo: 1a semana del Salterio. Tomo II: pp. 1099, 516 y 814. Para los fieles: pp. 472 y 274. Edición popular: 13 y 448. Feria (Blanco)
MEDIADOR EFICAZ ANTE EL PADRE
Hch 13, 44-52; Jn 14, 7-14
Los primeros discípulos eran asiduos a las oraciones y celebraciones de culto que se realizaban en el templo de Jerusalén. Así lo documenta el libro de los Hechos de los Apóstoles. Como todos los demás hijos de Israel invocaban con suficiente respeto y no poco temor, el nombre misterioso de Dios. Dentro de la tradición del respeto reverente al nombre santo de Dios, fueron animándose a invocar el nombre de Jesús para dirigirse confiadamente y por su medio al Padre. Ese es el ofrecimiento que el mismo Señor plantea delante de sus discípulos en el cuarto Evangelio: "Si piden algo alegando mi nombre, yo lo haré". De la eficacia del nombre y la persona de Jesús serán testigos san Pablo y san Bernabé entre sus hermanos de raza y entre las personas de buena voluntad de numerosas ciudades de la provincia de Asia.
ANTÍFONA DE ENTRADA (1 P 2, 9)
Nosotros somos el pueblo redimido por Dios; anunciemos las maravillas del Señor, que nos ha llamado de las tinieblas a su luz admirable. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que nos has hecho partícipes de la muerte y resurrección de tu Hijo por medio del bautismo, concédenos vivir de tal manera nuestros compromisos bautismales, que demos frutos abundantes de vida cristiana y podamos llegar a la plenitud del gozo eterno. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Ahora nos dirigiremos a los paganos.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 13, 44-52
El sábado siguiente
casi toda la ciudad de Antioquía acudió a oír la palabra
de Dios. Cuando los judíos vieron una concurrencia tan grande, se llenaron
de envidia y comenzaron a contradecir a Pablo con palabras injuriosas. Entonces
Pablo y Bernabé dijeron con valentía: "La palabra de Dios
debía ser predicada primero a ustedes; pero como la rechazan y no se
juzgan dignos de la vida eterna, nos dirigiremos a los paganos. Así nos
lo ha ordenado el Señor, cuando dijo: Yo te he puesto como luz de los
paganos, para que lleves la salvación hasta los últimos rincones
de la tierra". Al enterarse de esto, los paganos se regocijaban y glorificaban
la palabra de Dios, y abrazaron la fe todos aquellos que estaban destinados
a la vida eterna.
La palabra de Dios se iba propagando por toda la región. Pero los judíos
azuzaron a las mujeres devotas de la alta sociedad y a los ciudadanos principales,
y provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé, hasta expulsarlos
de su territorio. Pablo y Bernabé se sacudieron el polvo de los pies,
como señal de protesta, y se marcharon a Iconio, mientras los discípulos
se quedaron llenos de alegría y del Espíritu Santo. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 97 R/.
Cantemos las maravillas del Señor. Aleluya.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra
y su santo brazo le han dado la victoria. R/.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su
justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel.
R/.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos
y naciones aclamen con júbilo al Señor. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 8, 31. 32) R/. Aleluya, aleluya.
Si se mantienen fieles a mi palabra, dice el Señor, serán verdaderamente
discípulos míos y conocerán la verdad. R/.
Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre.
Del santo Evangelio según san Juan: 14, 7-14
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos: "Si ustedes me conocen a mí, conocen
también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto".
Le dijo Felipe: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta".
Jesús le replicó: "Felipe, tanto tiempo hace que estoy con
ustedes, ¿y todavía no me conoces? Quien me ve a mí, ve
al Padre. ¿Entonces por qué dices: 'Muéstranos al Padre'?
¿O no crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí?
Las palabras que yo les digo, no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre,
que permanece en mí, quien hace las obras. Créanme: yo estoy en
el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a mí, créanlo
por las obras. Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las obras
que hago yo y las hará aún mayores, porque yo me voy al Padre;
y cualquier cosa que pidan en mi nombre, yo la haré para que el Padre
sea glorificado en el Hijo. Yo haré cualquier cosa que me pidan en mi
nombre". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estos dones que hemos preparado para el sacrificio eucarístico,
y transforma toda nuestra vida en una continua ofrenda. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Prefacio I-V de Pascua.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 17, 24)
Padre, quiero que donde yo esté, estén también conmigo los que tú me has dado, para que contemplen la gloria que me diste, dice el Señor. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te suplicamos, Señor, que esta Eucaristía que tu Hijo nos mandó celebrar en memoria suya y en la cual hemos participado, nos una cada vez más con el vínculo de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN COLECTA
Señor y Dios nuestro, que en el amor a ti y al prójimo has querido resumir tus mandamientos, concédenos que, a ejemplo de la beata María Guadalupe García Zavala, no neguemos a nadie nuestra ayuda y merezcamos ser llamados con ella a compartir el Reino de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos y haz que el memorial del amor infinito de tu Hijo, que estamos celebrando, aumente en nosotros, a ejemplo de tus santos, nuestra generosidad contigo y con el prójimo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que este sacramento de tu amor que hemos recibido, nos dé fuerza para imitar el ejemplo de la beata María Guadalupe, que se consagró a ti de todo corazón y se prodigó sin descanso por el bien de tu pueblo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
V DOMINGO DE PASCUA
IGUAL QUE YO LOS HE AMADO
Hch 14,21-27; Ap 21,1-5; Jn 13,31-33. 34-35
Jesús sabe que su partida de este mundo es inminente. Su oferta de vida será menospreciada por los dirigentes de Israel que lo condenarán a muerte. La ausencia de Jesús no deberá sembrar el desaliento entre los discípulos. Al contrario, tendrán que acreditar con la vivencia del amor fraterno vivido intensa y eficazmente, que Jesús está vivo. Las comunidades cristianas surgían de manera modesta en numerosas ciudades, despertando con frecuencia el rechazo de sus conciudadanos. La vida cristiana despertaba consuelo y amor mutuo entre los recién convertidos. Las relaciones al interior de la comunidad cristiana eran satisfactorias y estimulantes. Sin embargo, de cara a la sociedad tenían que enfrentar rechazos e incomprensiones. Toda esa situación de prueba –como expone el Apocalipsis—llegaría a su fin. Terminaría el tiempo de la prueba y como una novia a punto de desposarse, la comunidad de los fieles se convertiría en morada de Dios.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 97, 1-2)
Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas y todos los pueblos han presenciado su victoria. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que te has dignado redimirnos y has querido hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de Padre y haz que cuantos creemos en Cristo obtengamos la verdadera libertad y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Contaban a la comunidad cristiana lo que había hecho Dios por medio de ellos.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 14, 21-27
En aquellos días,
volvieron Pablo y Bernabé a Listra, Iconio y Antioquía, y ahí
animaban a los discípulos y los exhortaban a perseverar en la fe, diciéndoles
que hay que pasar por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios.
En cada comunidad designaban presbíteros, y con oraciones y ayunos los
encomendaban al Señor, en quien habían creído.
Atravesaron luego Pisidia y llegaron a Panfilia; predicaron en Perge y llegaron
a Atalía. De ahí se embarcaron para Antioquía, de donde
habían salido, con la gracia de Dios, para la misión que acababan
de cumplir.
Al llegar, reunieron a la comunidad y les contaron lo que había hecho
Dios por medio de ellos y cómo les había abierto a los paganos
las puertas de la fe.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 144 R/.
Bendeciré al Señor eternamente. Aleluya.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso
para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende
a todas sus creaturas. R/.
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan.
Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas. R/.
Que muestren a los hombres tus proezas, el esplendor y la gloria de tu reino.
Tu reino, Señor, es para siempre, y tu imperio, por todas las generaciones.
R/.
Dios les enjugará todas sus lágrimas.
Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 21, 1-5
Yo, Juan, vi un cielo nuevo
y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían
desaparecido y el mar ya no existía.
También vi que descendía del cielo, desde donde está Dios,
la ciudad santa, la nueva Jerusalén, engalanada como una novia, que va
a desposarse con su prometido. Oí una gran voz, que venía del
cielo, que decía:
"Ésta es la morada de Dios con los hombres; vivirá con ellos
como su Dios y ellos serán su pueblo. Dios les enjugará todas
sus lágrimas y ya no habrá muerte ni duelo, ni penas ni llantos,
porque ya todo lo antiguo terminó".
Entonces el que estaba sentado en el trono, dijo: "Ahora yo voy a hacer
nuevas todas las cosas". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(Jn 13, 34) R/. Aleluya, aleluya.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los
otros, como yo los he amado. R/.
Un mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros.
Del santo Evangelio según san Juan: 13, 31-33.34-35
Cuando Judas salió
del cenáculo, Jesús dijo: "Ahora ha sido glorificado el Hijo
del hombre y Dios ha sido glorificado en Él. Si Dios ha sido glorificado
en Él, también Dios lo glorificará en sí mismo y
pronto lo glorificará.
Hijitos, todavía estaré un poco con ustedes. Les doy un mandamiento
nuevo: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado; y por este amor
reconocerán todos que ustedes son mis discípulos".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos a Jesús
resucitado, vida y esperanza para la humanidad entera.
Después de cada petición diremos: Jesús resucitado, escúchanos
y aumenta nuestra fe.
Por todos los cristianos. Que sepamos amarnos unos a otros como Jesús
nos ha amado. Oremos.
Por los niños y niñas que se preparan para recibir por primera
vez la Eucaristía. Que conozcan y amen a Jesús cada día
más. Oremos.
Por los trabajadores y el mundo del trabajo. Que en la actual situación
de crisis los responsables económicos y políticos hagan lo necesario
para que toda persona pueda vivir dignamente. Oremos.
Por todos nosotros. Que la Pascua de Jesucristo nos llene de profunda alegría
y seamos, de palabra y de obra, testigos de su resurrección. Oremos.
Escucha, Jesús resucitado, nuestra oración, y danos tu Espíritu
Santo. Tú que vives y reinas...
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, que por medio de estos dones que vas a convertir en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nos haces participar de tu misma vida divina, concédenos que nuestra conducta ponga de manifiesto las verdades que nos has revelado. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Pascua.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 15, 1. 5)
Yo soy la vid verdadera y ustedes los sarmientos, dice el Señor; si permanecen en mí y yo en ustedes darán fruto abundante. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que nos has concedido participar en esta Eucaristía, míranos con bondad y ayúdanos a vencer nuestra fragilidad humana, para poder vivir como hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.-
El apóstol san Pablo se despide de los discípulos y responsables
de las iglesias recién fundadas, exhortándoles a mantenerse firmes,
en el entendido que por causa de su fe, enfrentarían hostilidades y sufrimiento.
Si esa fuese la única realidad derivada de la vida cristiana, sería
motivo de escándalo y desencanto. Nadie estaría convencido de
ser cristiano si tal opción desencadenara puras contrariedades. La vida
fraterna, el amor recíproco, el trato digno y cariñoso que prevalecía
en las comunidades era el gran estímulo para adherirse a la comunidad
creyente. En una sociedad violenta y excluyente como era la del primer siglo,
el cristianismo se posicionó como una alternativa que aseguraba unas
relaciones dignificantes para hombres y mujeres de toda raza y condición.
El discipulado cristiano se convierte en una opción atractiva cuando
la comunidad de los creyentes se constituye en un espacio que facilita las relaciones
interpersonales dignas, justas y fraternas.
MEDIADORES SIN PRIVILEGIOS
Hch 14,5-18; Jn 14,21-28
El episodio de los Hechos de los Apóstoles sirve para desarraigar malentendidos y cualquier tipo de confusión sobre la condición de los dirigentes cristianos. Los apóstoles Pablo y Bernabé iban a ser reverenciados como si fuesen semidioses por los habitantes de Listra. Ellos se resisten, afirmando su condición de servidores del único Dios vivo. El mensaje cristiano no justifica ningún tipo de discriminación ni fomenta el culto a la persona de los dirigentes. El cumplimiento obediente del mandamiento del amor fraterno es lo único que nos acredita como verdaderos discípulos de Jesús. Quien capta el significado profundo de la muerte y resurrección de Jesús descubre que el amor de Dios incluye la donación y la entrega total.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Celebremos con alegría la fiesta de santa Catalina de Siena, virgen sabia y prudente que conservó su lámpara encendida para salir al encuentro del Señor. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que otorgaste a santa Catalina de Siena un amor profundo a Cristo crucificado y una filial solicitud por la unificación de la Iglesia, concédenos, por su intercesión, vivir siempre unidos por el amor a tu Hijo y la obediencia a su Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Les predicamos el Evangelio para que dejando los falsos dioses, se conviertan al Dios vivo.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 14, 5-18
En aquellos días,
los paganos y los judíos de Iconio, apoyados por las autoridades, comenzaron
a agitarse con la intención de maltratar y apedrear a Pablo y a Bernabé.
Pero ellos se dieron cuenta de la situación y huyeron a Listra y Derbe,
ciudades de Licaonia, y predicaron el Evangelio en toda la región.
Había en Listra un hombre tullido de los pies desde su nacimiento que
se pasaba la vida sentado y nunca había podido andar. El tullido escuchaba
el discurso de Pablo, y éste, mirándolo fijamente, advirtió
que aquel hombre tenía fe suficiente como para ser curado, y le ordenó
en voz alta:
"Levántate y ponte derecho sobre tus pies". De un salto el
hombre se puso en pie y comenzó a caminar. Cuan-do la gente vio lo que
Pablo había hecho, empezaron a gritar en la lengua de Licaonia: "¡Dioses
en figura de hombres han bajado a visitarnos!". Decían que Bernabé
era el dios Júpiter y Pablo el dios Mercurio, porque éste era
el que hablaba. El sacerdote del templo de Júpiter, situado a la entrada
de la ciudad, llevó a las puertas unos toros adornados con guirnaldas,
y junto con la muchedumbre, quería ofrecerles un sacrificio. Al darse
cuenta de todo esto, los apóstoles Bernabé y Pablo se rasgaron
las vestiduras e irrumpieron por entre la multitud, gritando:
"Ciudadanos, ¿por qué hacen semejante cosa? Nosotros somos
hombres mortales, lo mismo que ustedes. Les predicamos el Evangelio que los
hará dejar los falsos dioses y convertirse al Dios vivo, que hizo el
cielo, la tierra, el mar y todo cuanto contienen. En épocas pasadas,
Dios dejó que cada pueblo siguiera su camino, aunque siempre se dio a
conocer por sus beneficios, mandando la lluvia y la cosecha a su tiempo, dándoles
así comida y alegría en abundancia". Y diciendo estas palabras,
consiguieron impedir, a duras penas, que la multitud les ofreciera un sacrificio.
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
Del salmo 113B
R/. Que todos te alaben sólo a ti, Señor. Aleluya.
No por nosotros, Señor, no por nosotros, sino por ti mismo, manifiesta
tu grandeza, porque eres fiel y bondadoso. Que no nos pregunten los paganos:
"¿Dónde está el Dios de Israel?". R/.
Nuestro Dios está en el cielo y Él ha hecho todo lo que quiso.
En cambio, los ídolos de los paganos son oro y plata, son dioses hechos
por artesanos. R/.
Que los llene de bendiciones el Señor, que hizo el cielo y la tierra.
El Señor se ha reservado para sí el cielo y a los hombres les
ha entregado la tierra. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 14, 26) R/. Aleluya, aleluya.
El Espíritu Santo les enseñará todas las cosas y les recordará
todo cuanto yo les he dicho, dice el Señor. R/.
El Espíritu Santo, que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas.
Del santo Evangelio según san Juan: 14, 21-26
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "El que acepta mis mandamientos y los cumple, ése me ama. Al que me ama a mí, lo amará mi Padre, yo también lo amaré y me manifestaré a él". Entonces le dijo Judas (no el Iscariote): "Señor, ¿por qué razón a nosotros sí te nos vas a manifestar y al mundo no?". Le respondió Jesús: "El que me ama, cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos en él nuestra morada. El que no me ama no cumplirá mis palabras. Y la palabra que están oyendo no es mía, sino del Padre, que me envió. Les he hablado de esto ahora que estoy con ustedes; pero el Paráclito, el Espíritu Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo cuanto yo les he dicho". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, el sacrificio de salvación que te ofrecemos en esta festividad de santa Catalina, y ayúdanos a imitar sus ejemplos, a fin de que toda nuestra vida sea una continua alabanza a ti, fuente de todo bien. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Jn 1, 7)
Dios es luz; si caminamos en la luz, estaremos unidos unos con otros, y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos purificará de todo pecado. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que este sacramento, en el que santa Catalina encontró un alimento capaz de sostener la vida de su cuerpo, nos comunique la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Pío V, Papa; Donato de Epiro, obispo. Beata Paulina Mallinckrotd, fundadora. Feria (Blanco)
LA VICTORIA DE JESÚS
Hch 14, 19-28; Jn 14,27-31
Tanto el libro de Los Hechos como el Evangelio de san Juan nos transmiten una misma situación co-municativa. Jesús se despide de sus discípulos y les advierte de su muerte inminente, que no deberá ser entendida en manera alguna como victoria de Satanás, príncipe de este mundo, sino como prueba de su amor obediente al Padre, en medio de un mundo hostil y violento. El apóstol Pablo convoca a los discípulos y pres-bíteros de las iglesias recién fundadas para amonestarlos a permanecer firmes en la fe, a sabiendas de que se aproximan dificultades y persecuciones para todos los que sigan a Jesús. Lo afirma, porque lo ha sufrido en carne propia en repetidas ocasiones. El entusiasmo con el que cierra el Señor Jesús su discurso se aprecia también en la despedida del apóstol. La victoria de Cristo llena de esperanza al predicador del mensaje del resucitado.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ap 19, 5; 12, 10)
Alabemos a nuestro Dios todos cuantos lo tememos, pequeños y grandes, porque ha llegado ya la salvación, el poder y el reinado de su Cristo. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por medio de la resurrección de tu Hijo nos has abierto las puertas de la vida eterna, concédenos creer fielmente en ti y esperar confiadamente el cumplimiento de tus promesas. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Contaban a la comunidad cristiana lo que había hecho Dios por medio de ellos.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 14, 19-28
En aquellos días,
llegaron a Listra, procedentes de Antioquía y de Iconio, unos judíos,
que se ganaron a la multitud y apedrearon a Pablo; lo dieron por muerto y lo
arrastraron fuera de la ciudad. Cuando lo rodearon los discípulos, Pablo
se levantó y regresó a la ciudad. Pero al día siguiente,
salió con Bernabé hacia Derbe.
Después de predicar el Evangelio y de hacer muchos discípulos
en aquella ciudad, volvieron a Listra, Iconio y Antioquía, y ahí
animaban a los discípulos y los exhortaban a perseverar en la fe, diciéndoles
que hay que pasar por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios.
En cada comunidad designaban presbíteros, y con oraciones y ayunos los
encomendaban al Señor, en quien habían creído.
Atravesaron luego Pisidia y llegaron a Panfilia; predicaron en Perge y llegaron
a Atalía. De allí se embarcaron para Antioquía, de donde
habían salido, con la gracia de Dios, para la misión que acababan
de cumplir.
Al llegar, reunieron a la comunidad y les contaron lo que había hecho
Dios por medio de ellos y cómo les había abierto a los paganos
las puertas de la fe. Ahí se quedaron bastante tiempo con los discípulos.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 144 R/.
Bendigamos al Señor eternamente. Aleluya.
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan.
Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas. R/.
Que muestren a los hombres tus proezas, el esplendor y la gloria de tu reino.
Tu reino, Señor, es para siempre y tu imperio, para todas las generaciones.
R/.
Que mis labios alaben al Señor, que todos los seres lo bendigan ahora
y para siempre. R/.
ACLAMACIÓN
(Cfr. Lc 24, 46. 26) R/. Aleluya, aleluya.
Cristo tenía que morir y resucitar de entre los muertos, para entrar
así en su gloria. R/.
Les doy mi paz.
Del santo Evangelio según san Juan: 14, 27-31
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos: "La paz les dejo, mi paz les doy. No se la
doy como la da el mundo. No pierdan la paz ni se acobarden. Me han oído
decir: 'Me voy, pero volveré a su lado'. Si me amaran, se alegrarían
de que me vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Se lo he dicho
ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, crean.
Ya no hablaré muchas cosas con ustedes, porque se acerca el príncipe
de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario
que el mundo sepa que amo al Padre y que cumplo exactamente lo que el Padre
me ha mandado".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos, llenos de júbilo por la resurrección de tu Hijo, y concédenos participar con Él, un día, de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Pascua.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Rm 6, 8)
Si hemos muerto con Cristo, también viviremos con Él; ésta es nuestra fe. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Mira, Señor, con bondad, a estos hijos tuyos que has renovado por medio de los sacramentos, y condúcelos al gozo eterno de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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