MISAL DICIEMBRE DEL 2011 / www.laverdadcatolica.org |
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29 | ||||||
INTENCIONES
DEL SANTO PADRE PARA DICIEMBRE |
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INTENCIÓN GENERAL: | |
Para que todos los pueblos de la tierra crezcan en la concordia y la paz por medio del conocimiento y el respeto mutuos | |
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INTENCIÓN MISIONAL: |
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Para que los niños y jóvenes sean mensajeros del Evangelio, y para que su dignidad sea siempre respetada y preservada de toa violencia y explotación. |
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LOS CIMIENTOS QUE PERDURAN
Is 26, 1-6; Mt 7, 21. 24-27
Ambas lecturas recurren a la metáfora de los cimientos y las ciudades derruidas para evidenciar el fracaso de los proyectos sociales mal diseñados. El profeta Isaías celebra en tono festivo la ruina total de una anónima ciudad opresora que afligía a los hijos de Israel. El pueblo ingresa animoso a Jerusalén persuadido de su victoria. La práctica de la justicia los conducirá a la paz. En el evangelio de san Mateo, el Señor Jesús exhorta a los discípulos a recurrir a la congruencia creyente. Quien practique su fe alcanzará la felicidad y disfrutará de la paz abundante: su casa, su familia y sus bienes estarán seguros, porque se han levantado sobre cimientos perdurables.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Sal 118, 151-152)
Tú estás cerca, Señor, y todos tus caminos son derechos. Desde el principio comprendí que tu alianza la estableciste para siempre.
ORACIÓN COLECTA
Muestra, Señor, tu poder y ven en nuestra ayuda para que la abundancia de tu misericordia apresure el momento de la salvación que nuestros pecados han retardado. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
El pueblo justo se mantiene fiel al Señor.
Del libro del profeta Isaías: 26, 1-6
Aquel día se cantará este canto en el país de Judá: "Tenemos una ciudad fuerte; ha puesto el Señor, para salvarla, murallas y baluartes. Abran las puertas para que entre el pueblo justo, el que se mantiene fiel, el de ánimo firme para conservar la paz, porque en ti confió. Confíen siempre en el Señor, porque el Señor es nuestra fortaleza para siempre; porque Él doblegó a los que habitaban en la altura; a la ciudad excelsa la humilló, la humilló hasta el suelo, la arrojó hasta el polvo donde la pisan los pies, los pies de los humildes, los pasos de los pobres". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 117 R/.
Bendito el que viene en el nombre del Señor.
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es
eterna. Más vale refugiarse en el Señor, que poner en los hombres
la confianza; más vale refugiarse en el Señor, que buscar con
los fuertes una alianza. R/.
Ábranme las puertas del templo, que quiero entrar a dar gracias a Dios.
Esta es la puerta del Señor y por ella entrarán los que le viven
fieles. Te doy gradas, Señor, pues me escuchaste y fuiste para mí
la salvación. R/.
Libéranos, Señor, y danos tu victoria. Bendito el que viene en
nombre del Señor. Que Dios desde su templo nos bendiga. Que el Señor,
nuestro Dios, nos ilumine. R/.
ACLAMACIÓN
(Is 55, 6) R/. Aleluya, aleluya.
Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar, invóquenlo mientras
está cerca. R/.
El que cumple la voluntad de mi Padre entrará en el Reino de los cielos.
Del santo Evangelio según san Mateo: 7, 21. 24-27
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No todo el que
me diga '¡Señor, Señor!', entrará en el Reino de
los cielos, sino el que cumpla la voluntad de mi padre, que está en los
cielos.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica, se
parece a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca. Vino la
lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos y dieron contra aquella
casa; pero no se cayó, porque estaba construida sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica,
se parece a un hombre imprudente, que edificó su casa sobre arena. Vino
la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos, dieron contra aquella
casa y la arrasaron completamente". Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estas ofrendas que hemos tomado de tus mismos dones, y concédenos que esta Eucaristía que estamos celebrando, nos alcance la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I/A o I/B de Adviento.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Tt 2, 12-13)
Vivamos en este mundo como hombres responsables, justos y que sirven a Dios, en espera de que se cumpla la feliz esperanza: la manifestación gloriosa de Jesucristo, nuestro Dios y salvador.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por nuestra participación en esta Eucaristía, enséñanos, Señor, a no poner nuestro corazón en las cosas pasajeras, sino en los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
NO QUEDARAN TIRANOS
Is 29, 17-24; Mt 9, 27-31
Con una serie de promesas significativas, describe la salvación que está por llegar. No son esperanzas vanas las que suscita el profeta. Dentro de su mirada creyente, articula el quehacer y la participación responsable del pueblo—los que habían perdido la cabeza comprenderán con la intervención poderosa de Dios: "cuando vean lo que hace mi mano en medio de ellos". El relato evangélico presenta a Jesús misma dinámica. Para concretar el milagro, la fe de los ciegos será tan importante como la buena voluntad del Señor. La curación se realizará cuando se conjunten esas dos dimensiones: el amor compasivo de Jesús y la confianza de los ciegos.
ANTÍFONA DE ENTRADA
He aquí que el Señor vendrá con esplendor a visitar a su pueblo, para traerle la paz y la vida eterna.
ORACIÓN COLECTA
Muestra, Señor, tu poder y ven a nosotros, para que nos protejas y nos salves de los peligros que nos amenazan a causa de nuestros pecados. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
En aquel día los ojos de los ciegos se abrirán.
Del libro del profeta Isaías: 29, 17-24
Esto dice el Señor:
"¿Acaso no está el Líbano a punto de convertirse en
un vergel y el vergel en un bosque? Aquel día los sordos oirán
las palabras de un libro; los ojos de los ciegos verán sin tinieblas
ni oscuridad; los oprimidos volverán a alegrarse en el Señor y
los pobres se gozarán en el Santo de Israel; porque ya no habrá
opresores y los altaneros habrán sido exterminados. Serán aniquilados
los que traman iniquidades, los que con sus palabras echan la culpa a los demás,
los que tratan de enredar a los jueces y sin razón alguna hunden al justo".
Esto dice a la casa de Jacob el Señor que rescató a Abraham: "Ya
no se avergonzará Jacob, ya no se demudará su rostro, porque al
ver mis acciones en medio de los suyos, santificará mi nombre, santificará
al Santo de Jacob y temerá al Dios de Israel. Los extraviados de espíritu
entrarán en razón y los inconformes aceptarán la enseñanza".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 26 R/.
El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy
a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién
podrá hacerme temblar? R/.
Lo único que pido, lo único que busco, es vivir en la casa del
Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar
continuamente en su presencia. R/.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor
y fortaleza y en el Señor confía. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Ya viene el Señor, nuestro Dios, con todo su poder para iluminar
los ojos de sus hijos. R/.
Quedaron curados dos ciegos que creyeron en Jesús.
Del santo Evangelio según san Mateo: 9, 27-31
Cuando Jesús salía de Cafarnaúm, lo siguieron dos ciegos, que gritaban: "¡Hijo de David, compadécete de nosotros!”. Al entrar Jesús en la casa, se le acercaron los ciegos y Jesús les preguntó: "¿Creen que puedo hacerlo?". Ellos le contestaron: "Sí, Señor". Entonces les tocó los ojos, diciendo: "Que se haga en ustedes conforme a su fe". Y se les abrieron los ojos. Jesús les advirtió severamente: "Que nadie lo sepa". Pero ellos, al salir, divulgaron su fama por toda la región. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes ofrendas y oraciones, y que tu misericordia supla la extrema pobreza de nuestros méritos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I/A o I/B de Adviento.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Flp 3, 20-21)
Esperamos como salvador a nuestro Señor Jesucristo, el cual transformará nuestro cuerpo frágil en cuerpo glorioso como el suyo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Como fruto de nuestra participación en este sacramento de vida eterna, enséñanos, Señor, a no sobrevalorar las cosas terrenales y a estimar las del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Francisco Javier, presbítero. Sofonías profeta; Galgano de la Toscana, anacoreta.
Vísperas I del domingo: 2a semana del Salterio. Tomo I: pp. 670, 5-6 y 64. Para los fieles: pp. 555, 6-7 y 8. Edición popular: pp. 108 y 410. Memoria (Blanco)
CUANDO EL SEÑOR CURE LA FRACTURA DE SU PUEBLO
Is 30, 19-21. 23-26; Mt 9, 35-10. 1.6-8
El profeta Isaías no es un visionario iluso ni un pronosticador irresponsable de catástrofes. Tiene la información y la inteligencia suficientes para deletrear los movimientos políticos de los imperios cercanos. Por eso llama a su pueblo a actuar con decisión y confianza. Cuando los desaciertos de los monarcas y la necedad de sus conciudadanos los llevan a vivir sometidos al rey de Asiria, Isaías no pierde la esperanza. En tiempo de Isaías el agua y el pan son escasos. En el futuro, Dios bendecirá generosamente a un pueblo creyente y autocrítico. Un conflicto semejante viven los galileos en tiempos de Jesús. Él también da entrada a la esperanza e instituye a los Doce como testigos creíbles de esa esperanza, enviándolos a sanar y a aliviar las dolencias de la gente de Galilea.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Estos son los hombres santos amigos de Dios, insignes predicadores del Evangelio.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por medio de la predicación de san Francisco Javier quisiste iluminar con tu Evangelio a los pueblos de oriente, concédenos a todos los cristianos un gran entusiasmo por darte a conocer, a fin de que tu Iglesia pueda llevar a todos los hombres tu mensaje de salvación. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
El Señor se compadece de ti al oír el clamor de tu voz.
Del libro del profeta Isaías: 30, 19-21. 23-26
Esto dice el Señor
Dios de Israel: "Pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén,
ya no volverás a llorar. El Señor misericordioso, al oír
tus gemidos, se apiadará de ti y te responderá, apenas te oiga.
Aunque te dé el pan de las adversidades y el agua de la congoja, ya no
se esconderá el que te instruye; tus ojos lo verán. Con tus oídos
oirás detrás de ti una voz que te dirá: 'Este es el camino.
Síguelo sin desviarte, ni a la derecha, ni a la izquierda'.
El Señor mandará su lluvia para la semilla que siembres y el pan
que producirá la tierra será abundante y sustancioso. Aquel día,
tus ganados pastarán en dilatadas praderas. Los bueyes y los burros que
trabajan el campo, comerán forraje sabroso, aventado con pala y bieldo.
En todo monte elevado y toda colina alta, habrá arroyos y corrientes
de agua el día de la gran matanza, cuando se derrumben las torres. El
día en que el Señor vende las heridas de su pueblo y le sane las
llagas de sus golpes, la luz de la luna será como la luz del sol; será
siete veces mayor, como si fueran siete días en uno". Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 146 R/.
Alabemos al Señor, nuestro Dios.
Alabemos al Señor, nuestro Dios, porque es hermoso y justo el alabarlo.
El Señor ha reconstruido a Jerusalén y a los dispersos de Israel
los ha reunido. R/.
El Señor sana los corazones quebrantados y venda las heridas. Tiende
su mano a los humildes y humilla hasta el polvo a los malvados. R/.
El puede contar el número de estrellas y llama a cada una por su nombre.
Grande es nuestro Dios, todo lo puede; su sabiduría no tiene límites.
R/.
ACLAMACIÓN
(Is 33, 22) R/. Aleluya, aleluya.
El Señor es nuestro juez, nuestro legislador y nuestro rey; Él
vendrá a salvarnos. R/.
Al ver a la multitud se compadeció de ella.
Del santo Evangelio según san Mateo: 9, 35-10, 1. 6-8
En aquel tiempo, Jesús
recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas,
predicando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad y dolencia. Al ver
a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y
desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos:
"La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por lo tanto,
al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos".
Después, llamando a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar
a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias.
Les dijo: "Vayan en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel.
Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos. Curen
a los leprosos y demás enfermos; resuciten a los muertos y echen fuera
a los demonios. Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues,
gratuitamente". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que este sacrificio que vamos a ofrecerte en memoria de san Francisco Javier, nos infunda, Señor, su espíritu de apóstol, y nos ayude a conducir a ti, mediante el testimonio de nuestra propia vida, a quienes viven lejos de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ez 34, 15)
Yo mismo apacentaré mis ovejas, dice el Señor; yo les buscaré un lugar para su descanso.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta sagrada Eucaristía que hemos celebrado, encienda, Señor, en nosotros, el amor por Cristo y por las almas para que, a ejemplo de san Francisco Javier, podamos vivir auténticamente nuestra vocación cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor.
II DOMINGO DE ADVIENTO
LAS GRANDES NOTICIAS SACUDEN
Is 40, 1-5. 9-11; 2P 3, 8-14; Mc 1, 1-8
El capítulo cuadragésimo de Isaías transpira entusiasmo. Su autor está persuadido de la inminente llegada de tiempos mejores. Dios no se ha desentendido de su pueblo. Los tiempos adversos, llegarán a su fin. Dios sabe que los habitantes de Jerusalén han aprendido la lección. El amor de Dios reconstruye las relaciones amigables con Israel. Estas frases no son pura retórica. Como tampoco lo es el anuncio entusiasta que proclama Jesús de Nazaret por los caseríos y poblados de Galilea. Un tiempo cargado de bendiciones está por llegar. El señorío de Dios abrazará a la gente sencilla que se disponga a creerlo. No se pide algo extraordinario para ingresar a ese Reino; basta con arrancarse los temores y prejuicios egoístas y comenzar a confiar decididamente en el amor y la justicia divina.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Is 30, 19. 30)
Pueblo de Sión, mira que el Señor va a venir para salvar a todos los hombres y dejará oír la majestad de su voz para alegría del corazón de ustedes.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Que nuestras responsabilidades terrenas no nos impidan, Señor, prepararnos a la venida de tu Hijo, y que la sabiduría que viene del cielo, nos disponga a recibirlo y a participar de su propia vida. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Preparen el camino del Señor.
Del libro del profeta Isaías: 40, 1-5. 9-11
"Consuelen, consuelen
a mi pueblo, dice nuestro Dios. Hablen al corazón de Jerusalén
y díganle a gritos que ya terminó el tiempo de su servidumbre
y que ya ha satisfecho por sus iniquidades, porque ya ha recibido de manos del
Señor castigo doble por todos sus pecados".
Una voz clama: "Preparen el camino del Señor en el desierto, construyan
en el páramo una calzada para nuestro Dios. Que todo valle se eleve,
que todo monte y colina se rebajen; que lo torcido se enderece y lo escabroso
se allane. Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los
hombres la verán". Así ha hablado la boca del Señor.
Sube a lo alto del monte, mensajero de buenas nuevas para Sión; alza
con fuerza la voz, tú que anuncias noticias alegres a Jerusalén.
Alza la voz y no temas; anuncia a los ciudadanos de Judá: "Aquí
está su Dios. Aquí llega el Señor, lleno de poder, el que
con su brazo lo domina todo.
El premio de su victoria lo acompaña y sus trofeos lo anteceden. Como
pastor apacentará su rebaño; llevará en sus brazos a los
corderitos recién nacidos y atenderá solícito a sus madres".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 84 R/.
Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos al Salvador.
Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo
santo. Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor
habitará en la tierra. R/.
La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron,
la fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo. R/.
Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá
su fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo
sus pisadas. R/.
Esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva.
De la segunda carta del apóstol san Pedro: 3, 8-14
Queridos hermanos: No olviden
que para el Señor, un día es como mil años y mil años,
como un día. No es que el Señor se tarde, como algunos suponen,
en cumplir su promesa, sino que les tiene a ustedes mucha paciencia, pues no
quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan.
El día del Señor llegará como los ladrones. Entonces los
cielos desaparecerán con gran estrépito, los elementos serán
destruidos por el fuego y perecerá la tierra con todo lo que hay en ella.
Puesto que todo va a ser destruido, piensen con cuánta santidad y entrega
deben vivir ustedes esperando y apresurando el advenimiento del día del
Señor, cuando desaparecerán los cielos, consumidos por el fuego,
y se derretirán los elementos.
Pero nosotros confiamos en la promesa del Señor y esperamos un cielo
nuevo y una tierra nueva, en que habite la justicia. Por lo tanto, queridos
hermanos, apoyados en esta esperanza, pongan todo su empeño en que el
Señor los halle en paz con Él, sin mancha ni reproche. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(Lc 3, 4. 6) 12/. Aleluya, aleluya.
Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos, y todos los
hombres verán la salvación de Dios. R/.
Enderecen los senderos del Señor
Del santo Evangelio según san Marcos: 1, 1-8
Éste es el principio
del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. En el libro del profeta Isaías
está escrito:
He aquí que yo envío a mi mensajero delante de ti, a preparar
tu camino. Voz del que clama en el desierto: "Preparen el camino del Señor,
enderecen sus senderos".
En cumplimiento de esto, apareció en el desierto Juan el Bautista predicando
un bautismo de conversión, para el perdón de los pecados. A él
acudían de toda la comarca de Judea y muchos habitantes de Jerusalén;
reconocían sus pecados y él los bautizaba en el Jordán.
Juan usaba un vestido de pelo de camello, ceñido con un cinturón
de cuero y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Proclamaba: "Ya
viene detrás de mí uno que es más poderoso que yo, uno
ante quien no merezco ni siquiera inclinarme para desatarle la correa de sus
sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero Él los bautizará
con el Espíritu Santo". Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
A Jesús, luz
y esperanza de la humanidad entera, oremos. Después de cada petición
diremos:
Ven, Señor Jesús.
Por la Iglesia. Que sea portadora de la buena noticia del evangelio a los
hombres y mujeres de nuestro mundo. Oremos.
Por todos los cristianos. Que vivamos nuestra fe con autenticidad, que realmente
nuestra vida se corresponda con la esperanza que profesamos. Oremos.
Por todos los pueblos del mundo. Que podamos avanzar hacia la paz, la justicia
y el bienestar para todos. Oremos.
Por los pobres, los enfermos, los atribulados. Que encuentren la ayuda y la
fuerza para vivir con esperanza su situación. Oremos.
Por todos nosotros. Que vivamos este tiempo de Adviento con intensidad y con
el sincero compromiso de preparar los caminos del Señor en nuestra vida
y a nuestro alrededor. Oremos
Escucha, Señor, nuestras oraciones y ven a salvarnos. Tú,
que vives y reinas por los siglos...
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes ofrendas y oraciones, y que tu misericordia supla la extrema pobreza de nuestros méritos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I/A o I/B de Adviento.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ba 5, 5; 4, 36)
Levántate, Jerusalén, sube a lo alto, para que contemples la alegría que te viene de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Como fruto de nuestra participación en este sacramento de vida eterna, enséñanos, Señor, a no sobrevalorar las cosas terrenales y a estimar las del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Las buenas noticias no caen milagrosamente del cielo, ni brincan tampoco desde los despachos de los políticos. No hay un futuro positivo y duradero que no se construya con paciencia y esfuerzo. Las formulas exitosas que reparten bienestar de forma gratuita sólo caben en la mente de los gobernantes demagogos y en la de sus ingenuos seguidores. Jesús no anda repartiendo promesas para volverse popular. El llamado a transitar por los senderos del Reinado de Dios es algo exigente. Quien quiera seguir a Jesús tendrá que estar dispuesto a repensar y poner en duda algunas de las certezas que lo alienan; deberá desbaratar sus prejuicios egoístas y escuchar con apertura el ofrecimiento evangélico. En el México del 2012 no funcionarán las soluciones mágicas que pregonen los candidatos. El futuro será mejor cuando ciudadanos, instituciones y gobernantes, seamos eficientes y socialmente responsables en el desempeño de nuestras obligaciones.
DISCUTIENDO SOBRE LAS CURACIONES
Is 35, 1-10; Lc 5,17-26
En numerosas ocasiones los contemporáneos de Jesús y en particular, los líderes de la opinión pública (fariseos y escribas), se entrometieron en el proceso de sus curaciones. Alegaban un respeto absoluto a las prescripciones legales que imponían el cese de los trabajos el día del sábado. En su opinión, la mejor forma de agradar a Dios era cumpliendo escrupulosamente todas las leyes contenidas en la Torah. Más atentos a la letra que al espíritu de la ley, pasaban por alto que la ley está al servicio de la persona y no a la inversa. Jesús establece un giro total y transgrede los mandamientos menores cuando está de por medio la salud y la recuperación plena de las personas.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Jr 31, 10; Is 35, 4)
Oigan, pueblos, la palabra del Señor y anúncienla en todos los rincones de la tierra: "He aquí que vendrá nuestro salvador, ya no tengan miedo".
ORACION COLECTA
Escucha, Señor, nuestras plegarias y ayúdanos a prepararnos a celebrar con verdadera fe y pureza de corazón el gran misterio de la encarnación de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Dios mismo viene a salvarnos.
Del libro del profeta Isaías: 35, 1-10
Esto dice el Señor:
"Regocíjate, yermo sediento. Que se alegre el desierto y se cubra
de flores, que florezca como un campo de lirios, que se alegre y dé gritos
de júbilo, porque le será dada la gloria del Líbano, el
esplendor del Carmelo y del Sarón.
Ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios.
Fortalezcan las manos cansadas, afiancen las rodillas vacilantes. Digan a los
de corazón apocado: ‘¡Ánimo! No teman. He aquí
que su Dios, vengador y justiciero, viene ya para salvarlos'.
Se iluminarán entonces los ojos de los ciegos y los oídos de los
sordos se abrirán. Saltará como un venado el cojo y la lengua
del mudo cantará.
Brotarán aguas en el desierto y correrán torrentes en la estepa.
El páramo se convertirá en estanque y la tierra sedienta, en manantial.
En la guarida donde moran los chacales, verdearán la caña y el
papiro.
Habrá allí una calzada ancha, que se llamará 'Camino Santo';
los impuros no la transitarán, ni los necios vagarán por ella.
No habrá por ahí leones ni se acercarán las fieras. Por
ella caminarán los redimidos. Volverán a casa los rescatados por
el Señor, vendrán a Sión con cánticos de júbilo,
coronados de perpetua alegría; serán su escolta el gozo y la dicha,
porque la pena y la aflicción habrán terminado". Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 84 R/.
Nuestro Dios viene a salvarnos.
Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo
santo. Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor
habitará en la tierra. R/.
La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron,
la fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo. R/.
Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá
su fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo
sus pisadas. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Ya viene el rey, el Señor de la tierra; Él nos librará
de nuestra esclavitud. R/.
Hoy hemos visto maravillas.
Del santo Evangelio según san Lucas: 5, 17-26
Un día Jesús
estaba enseñando y estaban también sentados ahí algunos
fariseos y doctores de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, de Judea
y de Jerusalén. El poder del Señor estaba con Él para que
hiciera curaciones.
Llegaron unos hombres que traían en una camilla a un paralítico
y trataban de entrar, para colocarlo delante de Él; pero como no encontraban
por dónde meterlo a causa de la muchedumbre, subieron al techo y por
entre las tejas lo descolgaron en la camilla y se lo pusieron delante a Jesús.
Cuando Él vio la fe de aquellos hombres, dijo al paralítico: "Amigo
mío, se te perdonan tus pecados".
Entonces los escribas y fariseos comenzaron a pensar: "¿Quién
es este individuo que así blasfema? ¿Quién, sino sólo
Dios, puede perdonar los pecados?". Jesús, conociendo sus pensamientos,
les replicó: "¿Qué están pensando? ¿Qué
es más fácil decir: 'Se te perdonan tus pecados' o 'Levántate
y anda"? Pues para que vean que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra
para perdonar los pecados —dijo entonces al paralítico-: Yo te
lo mando: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa".
El paralítico se levantó inmediatamente, en presencia de todos,
tomó la camilla donde había estado tendido y se fue a su casa
glorificando a Dios. Todos quedaron atónitos y daban gloria a Dios, y
llenos de temor, decían: "Hoy hemos visto maravillas". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estas ofrendas que hemos tomado de tus mismos dones, y concédenos que esta Eucaristía que estamos celebrando, nos alcance la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I/A o I/B de Adviento.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Sal 105, 4-5; Is 38, 3)
Ven, Señor, a visitarnos con tu paz, para que nos alegremos delante de ti, de todo corazón.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por nuestra participación en esta Eucaristía, enséñanos, Señor, a no poner nuestro corazón en las cosas pasajeras, sino en los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
DE OVEJAS EXTRAVIADAS
Is 40, 1-11; Mt 18, 12-14
El relato evangélico tiene un aire pastoril que suena desusado para la mayoría de los creyentes que viven en grandes ciudades y que no tienen experiencia alguna del cuidado de rebaños y del pastoreo de las ovejas. Sin embargo la lógica del relato es tan llana que no hace falta cursar un diplomado en crianza de ovinos para comprenderlo. Quien haya vivido una pérdida y un reencuentro en las relaciones familiares o amorosas, lo entenderá a la primera. El profeta Isaías transita sobre el mismo tema: Dios reconquista la confianza de Israel. El tiempo de las relaciones tirantes ha terminado. Dios pavimenta el camino de la reconciliación y se muere de ganas por estrechar entre sus brazos a sus hijos queridos.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Za 14, 5-7)
Vendrá el Señor, mi Dios, y con Él, todos sus santos; y brillará en aquel día una gran luz.
ORACIÓN COLECTA
Señor y Dios nuestro, que has hecho llegar a todos los rincones de la tierra la buena nueva de la venida del salvador, concédenos esperar con sincera alegría las fiestas con que celebramos el día de su nacimiento. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Dios consuela a su pueblo.
Del libro del profeta Isaías: 40, 1-11
"Consuelen, consuelen
a mi pueblo dice nuestro Dios. Hablen al corazón de Jerusalén
y díganle a gritos que ya terminó el tiempo de su servidumbre
y que ya ha satisfecho por sus iniquidades, porque ya ha recibido de manos del
Señor castigo doble por todos sus pecados".
Una voz clama: "Preparen el camino del Señor en el desierto, construyan
en el páramo una calzada para nuestro Dios. Que todo valle se eleve,
que todo monte y colina se rebajen; que lo torcido se enderece y lo escabroso
se allane. Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los
hombres la verán". Así ha hablado la boca del Señor.
Una voz dice: "¡Griten!", y yo le respondo: "¿Qué
debo gritar?". "Todo hombre es como la hierba y su grandeza es como
flor del campo. Se seca la hierba y la flor se marchita, pero la palabra de
nuestro Dios permanece para siempre".
Sube a lo alto del monte, mensajero de buenas nuevas para Sión; alza
con fuerza la voz, tú que anuncias noticias alegres a Jerusalén.
Alza la voz y no temas; anuncia a los ciudadanos de Judá:
"Aquí está su Dios. Aquí llega el Señor, lleno
de poder, el que con su brazo lo domina todo. El premio de su victoria lo acompaña
y sus trofeos lo anteceden. Como pastor apacentará a su rebaño;
llevará en sus brazos a los corderitos recién nacidos y atenderá
solícito a sus madres". Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Del salmo 95 R/.
Ya viene el Señor a renovar el mundo.
Cantemos al Señor un nuevo canto, que le cante al Señor toda la
tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo, proclamemos su amor
día tras día. R/.
Su grandeza anunciemos a los pueblos; de nación en nación, sus
maravillas. "Reina el Señor", digamos a los pueblos, gobierna
a las naciones con justicia. R/.
Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino.
Salten de gozo el campo y cuanto encierra, manifiesten los bosques regocijo.
R/.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe.
Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones.
R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Ya está cerca el día del Señor. Ya viene el Señor
a salvarnos. R/.
Dios no quiere que se pierda uno solo de los pequeños.
Del santo Evangelio según san Maleo: 18, 12-14
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿acaso no deja las noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a la que se le perdió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se le perdieron. De igual modo, el Padre celestial no quiere que se pierda uno solo de estos pequeños". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes ofrendas y oraciones, y que tu misericordia supla la extrema pobreza de nuestros méritos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I/A o I/B de Adviento.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (2 Tm 4, 8)
El Señor, justo juez, dará la corona merecida a todos los que esperan con amor su venida gloriosa.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Como fruto de nuestra participación en este sacramento de vida eterna, enséñanos, Señor, a no sobrevalorar las cosas terrenales y a estimar las del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
CORREN SIN CANSARSE
Is 40, 25-31; Mt 11, 28-30
La finitud y la caducidad son tan obvias a los ojos de los adultos mayores que apenas aciertan a recordar los remotos años de su niñez. En la infancia se podía correr el día entero sin cansarse. En la adultez cualquier escalera nos arrebata el aliento. Tanto Isaías como el evangelio de san Mateo coinciden en hablarnos de las cargas, el agotamiento y el cansancio. El profeta enfatiza su oferta: Dios da fuerza al cansado y sostiene al desalentado. Ese mismo ofrecimiento propone el Señor Jesús a sus oyentes: quienes vivan angustiados por numerosas preocupaciones, podrán encontrar alivio a su lado. Vivir en amigable compañía con Jesús y sus discípulos multiplicará los vínculos de compasión y solidaridad. La nueva familia de Jesús nos fortalece para superar serenamente los retos cotidianos.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ez 34, 11. 23. 24)
Cuidaré de mis ovejas, dice el Señor, y les buscaré un pastor que las apaciente, y yo, el Señor, seré su Dios.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que hiciste del obispo san Ambrosio un insigne maestro de la fe católica y un valeroso sucesor de los Apóstoles, haz surgir en tu Iglesia pastores según tu corazón, que conduzcan a tu pueblo con valor y sabiduría. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
El Señor da vigor al fatigado.
Del libro del profeta Isaías: 40, 25-31
"¿Con quién me van a comparar, que pueda igualarse a mí?", dice el Dios de Israel. Alcen los ojos a lo alto y díganme quién ha creado todos aquellos astros. Él es quien cuenta y despliega su ejército de estrellas y a cada una la llama por su nombre; tanta es su omnipotencia y tan grande su vigor, que ninguna de ellas desoye su llamado. ¿Por qué dices tú, Jacob, y lo repites tú, Israel: "Mi suerte se le oculta al Señor y mi causa no le preocupa a mi Dios"? ¿Es que no lo has oído? Desde siempre el Señor es Dios, creador aun de los últimos rincones de la tierra. Él no se cansa ni se fatiga y su inteligencia es insondable. El da vigor al fatigado y al que no tiene fuerzas, energía. Hasta los jóvenes se cansan y se rinden, los más valientes tropiezan y caen; pero aquellos que ponen su esperanza en el Señor, renuevan sus fuerzas; les nacen alas como de águila, corren y no se cansan, caminan y no se fatigan. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 102 R/. Bendice al Señor, alma mía.
Bendice al Señor,
alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice al Señor,
alma mía, y no te olvides de sus beneficios. R/.
Él perdona tus pecados y cura tus enfermedades; Él rescata tu
vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura. R/.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso
para perdonar. No nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según
nuestros pecados. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Ya viene el Señor para salvar a su pueblo. Dichosos los que estén
preparados para salir a su encuentro. R/.
Vengan a mí, todos los que están fatigados.
Del santo Evangelio según san Mateo: 11, 28-30
En aquel tiempo, Jesús dijo: "Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que tu Iglesia te ofrece y haz que tu Espíritu Santo nos ilumine, para que podamos celebrar esta Eucaristía con la misma fe que infundió en san Ambrosio, para predicar sin descanso el Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 15, 16)
No son ustedes los que me han elegido dice el Señor, soy yo quien los ha elegido, para que vayan y den fruto y ese fruto perdure.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú que nos has reconfortado con este sacramento, haz, Señor, que a imitación de san Ambrosio, cumplamos con valor tu voluntad y podamos alcanzar la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor
Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María
PARA QUE FUÉRAMOS UN HIMNO A SU GLORIA
Gn 3, 9-15. 20; Ef 1, 3-6. 11-12; Lc I, 26-38
Bien lo escribió San Ireneo: "la gloria de Dios, es el hombre viviente". Desafortunadamente, en el interior del ser humano y en muchas de nuestras estructuras sociales, se agitan mecanismos mortíferos que siembran destrucción. La serpiente del Génesis sigue retorciéndose en nuestro interior, decidida a romper nuestra armonía. El apóstol san Pablo nos exhorta a sumarnos al proyecto del Padre, viviendo como personas consagradas a la construcción de una convivencia fraterna y solidaria. Como ese proyecto no se construye con buena voluntad, el Padre envía a su Hijo Jesús para que viva como manifestación de su espléndida generosidad. Toda su vida transcurrirá al servicio de ese objetivo. Algo enormemente decisivo se oculta detrás del nacimiento de Jesús.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Is 61, 10)
Con gozo intenso me gozaré en el Señor y en mi Dios se alegrará mi alma, pues me ha vestido una túnica de salvación y me ha cubierto con un manto de inocencia, como la novia se enjoya para su boda.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, que por la inmaculada concepción de la Virgen María preparaste una morada digna para tu Hijo y, en atención a los méritos de la muerte redentora de Cristo, la preservaste de toda mancha de pecado, concédenos, por su maternal intercesión, vivir en tu presencia sin pecado. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya.
Del libro del Génesis: 3, 9-15. 20
Después de que el
hombre y la mujer comieron del fruto del árbol prohibido, el Señor
Dios llamó al hombre y le preguntó: "¿Dónde
estás?". Éste le respondió: "Oí tus pasos
en el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo, y me escondí".
Entonces le dijo Dios: "¿Y quién te ha dicho que estabas
desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del que te prohibí
comer?".
Respondió Adán: "La mujer que me diste por compañera
me ofreció del fruto del árbol y comí". El Señor
Dios dijo a la mujer: "¿Por qué has hecho esto?". Repuso
la mujer: “La serpiente me engaño y comí”. Entonces
dijo el Señor Dios a la serpiente: "Porque has hecho esto, serás
maldita entre todos los animales y entre todas las bestias salvajes. Te arrastrarás
sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida. Pondré
enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya; y su descendencia
te aplastará la cabeza, mientras tú tratarás de morder
su talón". El hombre le puso a su mujer el nombre de "Eva",
porque ella fue la madre de todos los vivientes. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Del salmo 97 R/.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra
y su santo brazo le han dado la victoria. R/.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su
justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel.
R/.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos
y naciones aclamen con júbilo al Señor. R/.
Dios nos eligió en Cristo, antes de crear el mundo.
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 1, 3-6. 11-12
Bendito sea Dios, Padre
de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Él con toda
clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en Cristo,
antes de crear el mundo, para que fuéramos santos e irreprochables a
sus ojos, por el amor, y determinó, porque así lo quiso, que,
por medio de Jesucristo, fuéramos sus hijos, para que alabemos y glorifiquemos
la gracia con que nos ha favorecido, por medio de su Hijo amado.
Con Cristo somos herederos también nosotros. Para esto estábamos
destinados, por decisión del que lo hace todo según su voluntad:
para que fuéramos una alabanza continua de su gloria, nosotros, los que
ya antes esperábamos en Cristo. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
ACLAMACIÓN
(cfr. Lc 1, 28) R/. Aleluya, aleluya.
Dios te salve, María, llena de gracia, el Señor está contigo,
bendita tú entre las mujeres. R/.
Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.
Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel
Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una
virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José.
La virgen se llamaba María.
Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: "Alégrate,
llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas
palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría
decir semejante saludo. El ángel le dijo: "No temas, Maria, porque
has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás
por nombre Jesús. Él será grande y será llamado
Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David,
su padre, y Él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y
su reinado no tendrá fin". María le dijo entonces al ángel:
"¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?".
El ángel le contestó: "El Espíritu Santo descenderá
sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por
eso, el Santo, que va a nacer de ti, será llamado Hijo de Dios. Ahí
tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y
ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible
para Dios". María contestó: "Yo soy la esclava del Señor;
cúmplase en mí lo que me has dicho". Y el ángel se
retiró de su presencia. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, el sacrificio de salvación que vamos a ofrecerte en esta festividad de la santísima Virgen María, a la que, desde su concepción, preservaste de todo pecado y por su intercesión, concédenos el perdón de todas nuestras culpas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque preservaste a la Virgen María de toda mancha de pecado original
para que, enriquecida con la plenitud de tu gracia, fuese digna Madre de tu
Hijo, imagen y comienzo de la Iglesia, que es la esposa de Cristo, llena de
juventud y de limpia hermosura.
Purísima tenía que ser, Señor, la Virgen que nos diera
al Cordero inocente que quita el pecado del mundo.
Purísima la que, entre todos los hombres, es abogada de gracia y ejemplo
de santidad.
Por eso, unidos a los ángeles, te aclamamos llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Grandes cosas se cantan de ti, María, porque de ti ha nacido el Sol de justicia, Cristo nuestro Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo que hemos recibido, nos ayuden, Señor, a superar la debilidad que nos dejó el pecado original, del cual, por singular privilegio, preservaste a la santísima Virgen María en su inmaculada concepción. Por Jesucristo, nuestro Señor.
SI HUBIERAS ATENDIDO A MIS MANDATOS.
Is 48, 17-19; Mt 11, 16-19
Aunque sabemos que no podemos rehacer los acontecimientos del pasado, si podemos aprender de ellos. El hubiera no existe. Lo que existe es lo que hay y lo que habrá. Eso apreciamos un poco tardíamente gracias a nuestra capacidad de aprender y reflexionar. Las buenas o malas decisiones traen consecuencia. Quien aprende de sus errores, recompone su vida. Cuando eso no sucede, se vive en la abulia y la indefinición que denuncia el Evangelio. La generación de galileos que desairó por igual a Juan Bautista y a Jesús no supo aprender de sus errores: Fueron muy exigentes para descalificar a los demás y muy complacientes para justificar su mediocre indolencia.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Is 52, 7)
Qué hermoso es ver correr sobre los montes al mensajero que anuncia la paz, que trae buenas noticias, que anuncia la salvación.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por medio del bienaventurado Juan Diego manifestaste a tu pueblo el amor de la Santísima Virgen María, concédenos, por su intercesión, que, obedientes a las recomendaciones de nuestra Madre de Guadalupe, podamos cumplir siempre tu voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
¡Ojalá hubieras obedecido mis mandatos!
Del libro del profeta Isaías: 48, 17-19
Esto dice el Señor,
tu redentor, el Dios de Israel:
"Yo soy el Señor, tu Dios, el que te instruye en lo que es provechoso,
el que te guía por el camino que debes seguir. ¡Ojalá hubieras
obedecido mis mandatos!
Seria tu paz como un río y tu justicia, como las olas del mar.
Tu descendencia seria como la arena y como granos de arena, los frutos de tus
entrañas. Nunca tu nombre hubiera sido borrado ni arrancado de mi presencia".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 1 R/.
Dichoso el hombre que confía en el Señor.
Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no
anda en malos pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza
en cumplir sus mandamientos. R/.
Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo
y nunca se marchita. En todo tendrá éxito. R/.
En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque
el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por
perderlo. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Ya viene el Señor, salgamos a su encuentro; Él es el
príncipe de la paz. R/.
No escuchan ni a Juan ni al Hijo del hombre.
Del santo Evangelio según san Mateo: 11, 16-19
En aquel tiempo, Jesús dijo: "¿Con qué podré
comparar a esta gente? Es semejante a los niños que se sientan en las
plazas y se vuelven a sus compañeros para gritarles: 'Tocamos la flauta
y no han bailado; cantamos canciones tristes y no han llorado'.
Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dijeron: `Tiene un
demonio'. Viene el Hijo del hombre, y dicen: `Ese es un glotón y un borracho,
amigo de publicanos y gente de mal vivir'. Pero la sabiduría de Dios
se justifica a sí misma por sus obras". Palabra del Señor.
T. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que el sacrificio que vamos a ofrecerte, en memoria de tu siervo san Juan Diego, sea agradable en tu presencia como la ofrenda de su humilde y sencilla fe, para alabanza y gloria de tu nombre y para la salvación del mundo entero. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 25, 40)
Yo les aseguro que todo lo que hicieron con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te damos gracias, Padre celestial, por este memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo que hemos celebrado; concédenos, por intercesión de san Juan Diego, que, bajo la protección de la Virgen María, nos mantengamos siempre unidos en una fe sincera y en una ardiente caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Melquíades I, Papa y mártir; Eulalia de Mérida, mártir. Beata Marco Antonio Durando fundador.
Vísperas I del domingo: 3a semana del Salterio. Tomo I: pp. 770, 5-6 y 124. Para los fieles: pp. 642, 6-7 y 8. Edición popular: pp. 202 y 411 1.
En lugar de las II Vísperas del domingo se celebran las I Vísperas de la solemnidad de Ntra. Sra. de Guadalupe: Tomo I: p. 1030. Para los fieles: p. 1043. Edición popular: p. 514. Feria (Morado)
LOS PROFETAS INCÓMODOS
Si 48,1-4. 9-11; Mt 17, 10-13
Elías y Juan Bautista ocupan el espacio de cada una de las dos lecturas que nos presenta la liturgia. Ambos viven conforme a sus ideas. No se dejan encandilar por las comodidades ni por el prestigio. Prefieren mantener su libertad interior y ambos sufren incomprensiones, exilio y muerte. El Señor Jesús despeja las interrogantes de sus discípulos. El nuevo Elías no era otro que Juan Bautista Sus contemporáneos despreciaron su propuesta y lo quitaron de en medio. El fracaso y la muerte violenta de Juan Bautista alertaron a Jesús sobre su destino trágico. Entregado a la voluntad divina, se mantiene firme hasta el final, esperando que por medio de su muerte, el Padre apresure la llegada del Reino.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 79, 4. 2)
Ven, Señor, muéstranos tu rostro, y nos salvaremos.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Padre todopoderoso, que Cristo, el resplandor de tu gloria, nazca en nuestros corazones, para que su venida disipe las tinieblas del pecado y ponga de manifiesto que somos hijos de la luz. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Elías volverá.
Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 48,1-4. 9-11
En aquel tiempo, surgió
Elías, un profeta de fuego; su palabra quemaba como una llama. Él
hizo caer sobre los israelitas el hambre y con celo los diezmó. En el
nombre del Señor cerró las compuertas del cielo e hizo que descendiera
tres veces fuego de lo alto. ¡Qué glorioso eres, Elías,
por tus prodigios! ¿Quién puede jactarse de ser igual a ti? En
un torbellino de llamas fuiste arrebatado al cielo, sobre un carro tirado por
caballos de fuego. Escrito está de ti que volverás, cargado de
amenazas, en el tiempo señalado, para aplacar la cólera antes
de que estalle, para hacer que el corazón de los padres se vuelva hacia
los hijos y congregar a las tribus de Israel.
Dichosos los que te vieron y murieron gozando de tu amistad; pero más
dichosos los que estén vivos cuando vuelvas. Palabra de Dios. T. Te alabamos,
Señor.
Del salmo 79 R/.
Ven, Señor, a salvarnos.
Escúchanos, pastor de Israel; tú que estás rodeado de querubines,
manifiéstate, despierta tu poder y ven a salvarnos. R/.
Señor, Dios de los ejércitos, vuelve tus ojos, mira tu viña
y visítala; protege la cepa plantada por tu mano, el renuevo que tú
mismo cultivaste. R/.
Que tu diestra defienda al que elegiste, al hombre que has fortalecido. Ya no
nos alejaremos de ti; consérvanos la vida y alabaremos tu poder. R/.
ACLAMACIÓN
(Lc 3, 4. 6) R/. Aleluya, aleluya.
Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos, y todos los
hombres verán la salvación de Dios. R/.
Elías ha venido ya, pero no lo reconocieron.
Del santo Evangelio según san Mateo: 17, 10-13
En aquel tiempo, los discípulos
le preguntaron a Jesús: "¿Por qué dicen los escribas
que primero tiene que venir Elías?".
Él les respondió: "Ciertamente Elías ha de venir y
lo pondrá todo en orden. Es más, yo les aseguro a ustedes que
Elías ha venido ya, pero no lo reconocieron e hicieron con él
cuanto les vino en gana. Del mismo modo, el Hijo del hombre va a padecer a manos
de ellos". Entonces entendieron los discípulos que les hablaba de
Juan el Bautista. Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que este sacrificio, signo de nuestra total entrega a ti, te sea ofrecido siempre para que realice la intención que tuviste al instituir este sacramento, y lleve a cabo plenamente en nosotros tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I/A o I/B de Adviento.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ap 22, 12)
Pronto vendré y traeré conmigo la recompensa, dice el Señor, y daré a cada uno según sus obras.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta Eucaristía nos purifique, Señor, de toda mancha y nos prepare así a celebrar dignamente la Navidad ya próxima. Por Jesucristo, nuestro Señor.
III DOMINGO DE ADVIENTO
LA DISCRECIÓN DEL BAUTISTA
Is 61, 1-2. 10-11; 1 Ts 5, 16-24; Jn I, 6-8. 19-28
El enunciado es de sobra conocido para cualquiera que haya leído al profeta Isaías. Juan Bautista representa de forma por demás modesta ante sus interlocutores: "Yo soy, una voz que grita en el desierto". El trasfondo es verdadero. Juan es un profeta y como tal, vive para comunicar un mensaje oral a sus oyentes. El desierto es un espacio cargado de significado. Representa el espacio opuesto a la ciudad. No se confunde con el campo, ni las montañas. Ahí en el desierto el ser humano experimenta su desvalimiento. En el desierto puede uno descubrir su enorme fragilidad. Juan Bautista vive por anticipado un encuentro profundo consigo mismo en el desierto. Ese redescubrimiento personal le facilita vivir un encuentro decisivo con Dios.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Flp 4, 4. 5)
Estén siempre alegres en el Señor; se lo repito, estén alegres. El Señor está cerca.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Mira, Señor, a tu pueblo que espera con fe la fiesta del nacimiento de tu Hijo, y concédele celebrar el gran misterio de nuestra salvación con un corazón nuevo y una inmensa alegría. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Me alegro en el Señor con toda el alma.
Del libro del profeta Isaías: 61, 1-2. 10-11
El espíritu del Señor
está sobre mí, porque me ha ungido y me ha enviado para anunciar
la buena nueva a los pobres, a curar a los de corazón quebrantado, a
proclamar el perdón a los cautivos, la libertad a los prisioneros, y
a pregonar el año de gracia del Señor.
Me alegro en el Señor con toda el alma y me lleno de júbilo en
mi Dios, porque me revistió con vestiduras de salvación y me cubrió
con un manto de justicia, como el novio que se pone la corona, como la novia
que se adorna con sus joyas.
Así como la tierra echa sus brotes y el jardín hace germinar lo
sembrado en él, así el Señor hará brotar la justicia
y la alabanza ante todas las naciones. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Lucas 1 R/. Mi
espíritu se alegra en Dios, mi salvador.
Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo
en Dios, mi salvador, porque puso los ojos en la humildad de su esclava. R/.
Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho
en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre y su misericordia
llega, de generación en generación, a los que lo temen. R/.
A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió
sin nada. Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su
siervo. R/.
Conservémonos irreprochables en cuerpo y alma hasta la llegada del Señor.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 5, 16-24
Hermanos: Vivan siempre alegres, oren sin cesar, den gracias en toda ocasión, pues esto es lo que Dios quiere de ustedes en Cristo Jesús. No impidan la acción del Espíritu Santo, ni desprecien el don de profecía; pero sométanlo todo a prueba y quédense con lo bueno. Absténganse de toda clase de mal. Que el Dios de la paz los santifique a ustedes en todo y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, se conserve irreprochable hasta la llegada de nuestro Señor Jesucristo. El que los ha llamado es fiel y cumplirá su promesa. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
Is 61, 1 (cit. en Lc 4, 18) R/. Aleluya, aleluya.
El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha enviado
para anunciar la buena nueva a los pobres. R/.
En medio de ustedes hay uno al que ustedes no conocen.
Del santo Evangelio según san Juan: 1, 6-8. 19-28
Hubo un hombre enviado por
Dios, que se llamaba Juan. Éste vino como testigo, para dar testimonio
de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era
la luz, sino testigo de la luz.
Éste es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos
enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y levitas para preguntarle:
"¿Quién eres tú?".
Él reconoció y no negó quién era. Él afirmó:
"Yo no soy el Mesías". De nuevo le preguntaron: "¿Quién
eres, pues? ¿Eres Elías?". Él les respondió:
"No lo soy". "¿Eres el profeta?". Respondió:
"No". Le dijeron: "Entonces dinos quién eres, para poder
llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti
mismo?". Juan les contestó: "Yo soy, la voz que grita en el
desierto: 'Enderecen el camino del Señor', como anunció el profeta
Isaías". Los enviados, que pertenecían a la secta de los
fariseos, le preguntaron: "Entonces ¿por qué bautizas, si
no eres el Mesías, ni Elías, ni el profeta?". Juan les respondió:
"Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes
no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy
digno de desatarle las correas de sus sandalias". Esto sucedió en
Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
A Jesús, luz
y esperanza de la humanidad entera, oremos. Después de cada petición
diremos:
Ven, Señor Jesús.
Por la Iglesia. Que dé testimonio de la luz que es Jesús,
para que todos puedan llegar a la fe en Él. Oremos.
Por todos los cristianos. Que vivamos nuestra fe con sentimientos auténticos
de gozo, felicidad y agradecimiento. Oremos.
Por los pobres, los que sufren, los cautivos, los inmigrantes. Que puedan vivir
la buena noticia de la liberación que Dios promete. Oremos.
Por nuestra sociedad mexicana. Que se haga realidad el mensaje de paz y amor
que la Navidad trae para todos. Oremos.
Por todos nosotros. Que vivamos este tiempo de Adviento con intensidad y nos
preparemos debidamente para las fiestas que se acercan. Oremos. Escucha,
Señor, nuestras oraciones y ven a salvarnos. Tú, que vives y reinas
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que este sacrificio, signo de nuestra total entrega a ti, te sea ofrecido siempre para que realice la intención que tuviste al instituir este sacramento, y lleve a cabo plenamente en nosotros tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I/A o I/B de Adviento.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Is 35, 4)
He aquí que vendrá nuestro salvador, ya no tengan miedo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta Eucaristía nos purifique, Señor, de toda mancha y nos prepare así a celebrar dignamente la Navidad ya próxima. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- De mundos virtuales, mensajes cibernéticas y redes sociales está conformado el mundo "real" de los hombres y las mujeres del siglo veintiuno. Los contactos superficiales o profundos que se dan por esos medios y por los canales tradicionales de comunicación, acercan cotidianamente a las personas. La cantidad de contactos se multiplica, pero no siempre la intensidad de los mismos. El ruido sonoro o el virtual están presentes a todas horas en nuestra cotidianeidad. El silencio es el gran ausente en nuestra vida. La posibilidad de reflexionar serenamente sobre nuestro proyecto personal se acorta. La existencia se nos escapa sin damos cuenta. El riesgo de que seamos víctimas de algún proceso de manipulación se acrecienta. Conviene escuchar a las voces que hablan desde los desiertos de nuestro mundo actual.
NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE, PATRONA PRINCIPAL DE MÉXICO, DE AMÉRICA LATINA Y DE LAS ISLAS FILIPINAS
Santos: Girolamo Ranuzzi, religioso; Simón Hua de Vietnam, mártir. Solemnidad (Blanco)
LA MADRE DEL DIOS POR QUIEN SE VIVE
Is 7, 10-14; Si 24, 23-31; Ga 4, 4-7; Lc 1, 39-48
Las lecturas han sido engarzadas cuidadosamente por la mirada atenta de una comunidad dispuesta a celebrar la maternidad de María Virgen. Para experimentar la cercanía de Dios, el profeta Isaías anuncia el nacimiento de un descendiente del rey Ajab. Dios hace patente el amor de Dios por su pueblo, eligiendo a la familia de José y María para que acogieran a Jesús, presencia cercanísima del amor compasivo del Padre. En las dolorosas circunstancias históricas en que se confrontaron los pobladores originarios de estas tierras con los conquistadores españoles, la Virgen. Madre, asumió los gestos, el lenguaje y el color de aquella gente, para ofrecerse y revelarse como Madre de la compasión que dignifica y de la esperanza que dinamiza.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ap 12, 1)
Una gran señal apareció en el cielo: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Padre de misericordia, que has puesto a este pueblo tuyo bajo la especial protección de la siempre Virgen María de Guadalupe, Madre de tu Hijo, concédenos, por su intercesión, profundizar en nuestra fe y buscar el progreso de nuestra patria por caminos de justicia y de paz. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo.
Del libro del profeta Isaías: 7,10-14
En aquellos tiempos, el
Señor le habló a Ajaz diciendo: "Pide al Señor, tu
Dios, una señal de abajo, en lo profundo o de arriba, en lo alto".
Contestó Ajaz: "No la pediré. No tentaré al Señor".
Entonces dijo Isaías: "Oye, pues, casa de David: ¿No satisfechos
con cansar a los hombres, quieren cansar también a mi Dios? Pues bien,
el Señor mismo les dará por eso una señal: He aquí
que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán
el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
O bien:
Yo soy la madre del amor. Vengan a mí; los que me aman.
Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 24, 23-31
Yo soy como una vid de fragantes
hojas y mis flores son producto de gloria y de riqueza. Yo soy la madre amor,
del temor, del conocimiento y de la santa esperanza. En mí está
toda la gracia del camino y de la verdad, toda esperanza de vida y de virtud.
Vengan a mí, ustedes, los que me aman y aliméntense de mis frutos.
Porque mis palabras son más dulces que la miel y mi heredad, mejor que
los panales.
Los que me coman seguirán teniendo hambre de mí, los que me beban
seguirán teniendo sed de mí; los que me escuchan no tendrán
de qué avergonzarse y los que se dejan guiar por mí no pecarán.
Los que me honran tendrán una vida eterna. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Del salmo 66 R/.
Que te alaben, Señor, todos los pueblos.
Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a
nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora. R/.
Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia;
con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones.
R/.
Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos
juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero. R/.
Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer.
De la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 4, 4-7
Hermanos: Al llegar la plenitud
de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo
la ley, para rescatar a los que estábamos bajo la ley, a fin de hacernos
hijos suyos.
Puesto que ya son ustedes hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu
de su Hijo, que clama: "¡Abba!, es decir, ¡Padre! Así
que ya no eres siervo, sino hijo; y siendo hijo, eres también heredero
por voluntad de Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(Lc 1, 47) R/. Aleluya, aleluya.
Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo
en Dios, mi salvador. R/.
Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.
Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 39-48
En aquellos días,
María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas
de Judea y, entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel.
En cuanto ésta oyó el saludo de María, la criatura saltó
en su seno.
Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo y, levantando la
voz, exclamó: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito
el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi
Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos,
el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído,
porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor".
Entonces dijo María:
"Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo
en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos en esta solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe, y haz que este sacrificio nos dé fuerza para cumplir tus mandamientos como verdaderos hijos de la Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Santa María Virgen.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Sal 147, 20)
No ha hecho nada semejante con ningún otro pueblo; a ninguno le ha manifestado tan claramente su amor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos recibido en este sacramento nos ayuden, Señor, por intercesión de nuestra santísima Madre de Guadalupe, a reconocernos y a amarnos todos como verdaderos hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
DECIR SÍ, QUERIENDO DECIR NO
So 3, 1-2. 9-13 Mt 21, 28-32
La pequeña narración
que confronta a dos hijos con su padre es una radiografía exacta de las
relaciones que los humanos mantenemos con Dios. Entre el orgullo y la humildad
va discurriendo nuestra experiencia creyente. Nuestros pequeños logros
nos hacen enorgullecemos hasta querer organizar de forma autosuficiente
nuestra vida. Sordos y ciegos terminamos por dar con nuestros huesos en el desfiladero
de la ruina personal. En cambio, cuando se pisa el suelo firme y se cae en la
cuenta de la propia pequeñez, se aprende a escuchar, es decir, a obedecer
sin degradarse. Nunca ha sido fácil obedecer y ponerle un alto a nuestro
protagonismo. El hijo que reconsideró su negativa, aprendió a
dominar su orgullo y consiguió cumplir la voluntad de su padre.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Como las vírgenes prudentes, santa Lucía conserva su lámpara encendida para salir al encuentro de Cristo.
ORACIÓN COLECTA
Te pedimos, Señor, por intercesión de santa Lucía, virgen y mártir, que llenes de luz y de gozo nuestros corazones y que, quienes hoy celebramos su martirio en la tierra, lleguemos a contemplar con nuestros propios ojos tu gloria en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Se promete a todos los pobres la salvación por medio del Mesías.
Del libro del profeta Sofonías: 3, 1-2. 9-13
"¡Ay de la ciudad
rebelde y contaminada, de la ciudad potente y opresora! No ha escuchado la voz,
ni ha aceptado la corrección. No ha confiado en el Señor, ni se
ha vuelto hacia su Dios.
Pero hacia el fin daré otra vez a los pueblos labios puros, para que
todos invoquen el nombre del Señor y lo sirvan todos bajo el mismo yugo.
Desde más allá de los ríos de Etiopía, hasta las
últimas regiones del norte, los que me sirven me traerán ofrendas.
Aquel día no sentirás ya vergüenza de haberme sido infiel,
porque entonces yo quitaré de en medio de ti a los orgullosos y engreídos,
y tú no volverás a ensoberbecerte en mi monte santo.
Aquel día, dice el Señor, yo dejaré en medio de ti, pueblo
mío, un puñado de gente pobre y humilde. Este resto de Israel
confiará en el nombre del Señor.
No cometerá maldades ni dirá mentiras; no se hallará en
su boca una lengua embustera. Permanecerán tranquilos y descansarán
sin que nadie los moleste". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 33 R/.
El Señor escucha el clamor de los pobres.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi
boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su
pueblo al escucharlo. R/.
Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te
sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los
pobres y los libra de todas sus angustias. R/.
En contra del malvado está el Señor, para borrar de la tierra
su recuerdo. Escucha, en cambio, al hombre justo y lo libra de todas sus congojas.
R/.
El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas.
Salva el Señor la vida de sus siervos; no morirán quienes en Él
esperan. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Ven, Señor, no te tardes; ven a perdonar los delitos de tu pueblo. R/.
Vino Juan y los pecadores sí le creyeron.
Del santo Evangelio según san Mateo: 21, 28-32
En aquel tiempo, Jesús
dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "¿Qué
opinan de esto? Un hombre que tenía dos hijos fue a ver al primero y
le ordenó:
`Hijo, ve a trabajar hoy en la viña'. Él le contestó: `Ya
voy, señor', pero no fue. El padre se dirigió al segundo y le
dijo lo mismo. Éste le respondió: 'No quiero ir', pero se arrepintió
y fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?". Ellos
le respondieron: "El segundo".
Entonces Jesús les dijo: "Yo les aseguro que los publicanos y las
prostitutas se les han adelantado en el camino del Reino de Dios. Porque vino
a ustedes Juan, predicó el camino de la justicia y no le creyeron; en
cambio, los publicanos y las prostitutas sí le creyeron; ustedes, ni
siquiera después de haber visto, se han arrepentido ni han creído
en él". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que los dones que vamos a ofrecerte en honor de tu santa virgen Lucía te sean, Señor, tan agradables, como agradable fue a tus ojos su martirio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 25, 6)
Ya viene el esposo; salgamos al encuentro de Cristo, el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor y Dios nuestro, que glorificaste a santa Lucía con la doble corona de la virginidad y del martirio, concédenos que esta comunión nos ayude a superar todas las pruebas y podamos así alcanzar el Reino eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LAS OBRAS AUTENTIFICAN A JESÚS
Is 45, 6-8. 18. 21-25; Lc 7, 19-23
El argumento fundamental que expone el profeta Isaías para afirmar la existencia de un único Dios es muy sencillo. Gira en torno del cumplimiento de las profecías. Si Dios anuncia, por mediación de sus profetas, algún acontecimiento histórico y éste se cumple, queda confirmada la solvencia y la confiabilidad de Díos. A esa misma argumentación se atiene Jesús cuando lo interrogan los discípulos del Bautista. ¿Cómo saber si el profeta de Nazaret es el esperado o no? Jesús no articula razonamientos complejos ni abstractos. No desarrolla argumentaciones teóricas. Apela a la experiencia de sus interlocutores: vean lo que está pasando en torno de su persona y saquen las conclusiones pertinentes. Las evidencias están a la vista. La humanización que comienza a despuntar autentifica a Jesús.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ga 6, 14)
No permita Dios que yo me gloríe en algo que no sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual, el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que inspiraste a san Juan de la Cruz un espíritu de total abnegación por amor a Cristo crucificado, concédenos, por su intercesión, el valor de renunciar a nuestro egoísmo, para compartir la gloria de tu Hijo, que vive y reina contigo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Dejen, cielos, caer su rocío.
Del libro del profeta Isaías: 45, 6-8. 18. 21-25
"Yo soy el Señor
y no hay otro. Yo soy el artífice de la luz y el creador de las tinieblas,
el autor de la felicidad y el hacedor de la desgracia; yo, el Señor,
hago todo esto. Dejen, cielos, caer su rocío y que las nubes lluevan
la justicia; que la tierra se abra y haga germinar la salvación y que
brote juntamente la justicia. Yo, el Señor, he creado todo esto".
Esto dice el Señor, el que creó los cielos, el mismo Dios que
plasmó y consolidó la tierra; Él no la hizo para que quedara
vacía, sino para que fuera habitada: "Yo soy el Señor y no
hay otro. ¿Quién fue el que anunció esto desde antiguo?
¿Quién lo predijo entonces? ¿No fui yo, el Señor?
Fuera de mí no hay otro Dios. Soy un Dios justo y salvador y no hay otro
fuera de mí.
Vuélvanse a mí y serán salvados, pueblos todos de la tierra,
porque yo soy Dios y no hay otro. Lo juro por mí mismo, de mi boca sale
la verdad, las palabras irrevocables: ante mí se doblará toda
rodilla y por mí jurará toda lengua, diciendo: 'Sólo el
Señor es justo y poderoso'.
A Él se volverán avergonzados todos los que lo combatían
con rabia. Gracias al Señor, triunfarán gloriosamente todos los
descendientes de Israel". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 84 R/.
¡Dejen, cielos caer su rocío y que las nubes lluevan al justo!
Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo
santo. Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor
habitará en la tierra. R/.
La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron,
la fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo. R/.
Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá
su fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo
sus pisadas. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Is 40, 9. 10) R/. Aleluya, aleluya.
Levanta tu voz para anunciar la buena nueva: ya viene el Señor, nuestro
Dios, con todo su poder. R/.
Vayan a contarle a Juan lo que han visto y oído.
Del santo Evangelio según san Lucas: 7, 19-23
En aquel tiempo, Juan envió
a dos de sus discípulos a preguntar a Jesús: "¿Eres
tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?". Cuando llegaron
a donde estaba Jesús, le dijeron: "Juan el Bautista nos ha mandado
a preguntarte si eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro".
En aquel momento, Jesús curó a muchos de varias enfermedades y
dolencias y de espíritus malignos, y a muchos ciegos les concedió
la vista. Después contestó a los enviados: "Vayan a contarle
a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los
leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres
se les anuncia el Evangelio. Dichoso el que no se escandalice de mí".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, con bondad, los dones que te presentamos en esta festividad de san Juan de la Cruz, y concede a quienes celebramos hoy el memorial de la pasión de Cristo, aprender a sacrificarnos por nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 16, 24)
Si alguno quiere venir en pos de mí, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y que me siga, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que ayudaste a san Juan de la Cruz a vivir el misterio de la pasión de tu Hijo, concédenos que este sacrificio que hemos celebrado nos impulse a seguir con fidelidad a Cristo y a trabajar en la Iglesia por la salvación de todos los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LA ESPERANZA CRECIENTE
Is 54, 1-10; Lc 7, 24-30
Las palabras de Isaías afirman la vuelta decisiva que Dios imprimirá a las relaciones con Israel. El tiempo del ajuste de cuentas ha terminado. El futuro estará marcado por sucesos favorables y positivos. Descendencia numerosa y prosperidad fortalecerán a Israel, que además gozará del cariño y la lealtad de su Dios. Al tiempo del castigo sucede la salvación. En el discurso que el Señor Jesús dirige a la gente, aparece el mismo dilema: Juan Bautista enfatizó la importancia de la justicia divina y la vida rigurosamente renovada. En cambio el Hijo del Hombre subrayó la importancia del gozo y la alegría del perdón divino. Sus contemporáneos se excusaron de atender dichos llamados y terminaron invocando pretextos ingenuos para descalificar la llamada que Dios les lanzaba.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Sal 118, 151-152)
Tú estás cerca, Señor, y todos tus caminos son derechos. Desde el principio comprendí que tu alianza la estableciste para siempre.
ORACIÓN COLECTA
Con el nacimiento de tu Hijo, que viene a salvarnos, llena, Señor, de alegría nuestros corazones, entristecidos por haber pecado e indignos de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Como a mujer abandonada y abatida, vuelve a llamarte tu Señor.
Del libro del profeta Isaías: 54, 1-10
"Alégrate, tú,
la estéril, que no dabas a luz; rompe a cantar de júbilo, tú
que no habías sentido los dolores de parto; porque la abandonada tendrá
más hijos que la casada, dice el Señor.
Ensancha el espacio de tu tienda, despliega sin miedo las lonas, alarga las
cuerdas, clava bien las estacas, porque te extenderás a derecha y a izquierda:
tu estirpe heredará las naciones y poblará las ciudades desiertas.
No temas, porque ya no tendrás que avergonzarte; no te sonrojes, pues
ya no te afrentarán; antes bien, olvidarás la vergüenza de
tus años jóvenes y no volverás a recordar el deshonor de
tu viudez. El que te creó, te tomará por esposa; su nombre es
'Señor de los ejércitos'. Tu redentor es el Santo de Israel; será
llamado `Dios de toda la tierra'.
Como a una mujer abandonada y abatida te vuelve a llamar el Señor. ¿Acaso
repudia uno a la esposa de la juventud?, dice tu Dios.
Por un instante te abandoné, pero con inmensa misericordia te volveré
a tomar. En un arrebato de ira te oculté un instante mi rostro, pero
con amor eterno me he apiadado de ti, dice el Señor, tu redentor.
Me pasa ahora como en los días de Noé: entonces juré que
las aguas del diluvio no volverían a cubrir la tierra; ahora juro no
enojarme ya contra ti ni volver a amenazarte. Podrán desaparecer los
montes y hundirse las colinas, pero mi amor por ti no desaparecerá y
mi alianza de paz quedará firme para siempre. Lo dice el Señor,
el que se apiada de ti". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 29 R/.
Te alabaré, Señor, eternamente.
Te alabaré, Señor, pues no dejaste que se rieran de mí
mis enemigos. Tú, Señor, me salvaste de la muerte y a punto de
morir, me reviviste. R/.
Alaben al Señor quienes lo aman, den gracias a su nombre, porque su ira
dura un solo instante y su bondad, toda la vida. El llanto nos visita por la
tarde; por la mañana, el júbilo. R/.
Escúchame, Señor, y compadécete; Señor, ven en mi
ayuda. Convertiste mi duelo en alegría, te alabaré por eso eternamente.
R/.
ACLAMACIÓN
(Lc 3, 4. 6) R/. Aleluya, aleluya.
Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos, y todos los
hombres verán la salvación de Dios. R/.
Juan es el mensajero que prepara el camino del Señor.
Del santo Evangelio según san Lucas: 7, 24-30
Cuando se fueron los mensajeros
de Juan, Jesús comenzó a hablar de él a la gente, diciendo:
"¿Qué salieron a ver en el desierto? ¿Una caña
sacudida por el viento? ¿O qué salieron a ver? ¿Un hombre
vestido con telas preciosas? Los que visten fastuosamente y viven entre placeres,
están en los palacios. Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿Un
profeta? Sí, y yo les aseguro que es más que profeta. Es aquel
de quien está escrito: Yo envío mi mensajero delante de ti para
que te prepare el camino. Yo les digo que no hay nadie más grande que
Juan entre todos los que han nacido de una mujer. Y con todo, el más
pequeño en el Reino de Dios es mayor que él".
Todo el pueblo que lo escuchó, incluso los publicanos, aceptaron el designio
de justicia de Dios, haciéndose bautizar por el bautismo de Juan. Pero
los fariseos y los escribas no aceptaron ese bautismo y frustraron, en su propio
daño, el plan de Dios. Palabra del Señor. Gloria a
ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estas ofrendas que hemos tomado de tus mismos dones, y concédenos que esta Eucaristía que estamos celebrando, nos alcance la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I/A o I/B de Adviento.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Tit 2, 12-13)
Vivamos en este mundo como hombres responsables, justos y que sirven a Dios, en espera de que se cumpla la feliz esperanza: la manifestación gloriosa de Jesucristo, nuestro Dios y salvador.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por nuestra participación en esta Eucaristía, enséñanos, Señor, a no poner nuestro corazón en las cosas pasajeras, sino en los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
GUARDEN EL DERECHO PRACTIQUEN LA JUSTICIA
Is 56, 1-3. 6-8; Jn 5, 33-36
Esas dos invitaciones siempre serán válidas. Lo complicado será aplicarlas sin vacilar, ni intimidarse. Uno va adquiriendo compromisos, o como luego se dice "va vendiendo su alma al diablo" y ya no puede dar un paso en firme en la dirección correcta. Tanto el profeta Isaías como el Señor Jesús defendieron su libertad interior y su independencia. Hablaron, actuaron y callaron como y cuando lo juzgaron pertinente. No dejaron que les acortaran su libertad. Sería tanto como perder parte de su vida. Jesús obró con la transparencia y la rectitud que creyó oportuno; por esa razón cuando fue sometido a interrogatorios y cuestionamientos, tuvo la posibilidad de poner sus obras sobre la mesa para que las escrutara quien decidiera hacerlo.
ANTÍFONA DE ENTRADA
He aquí que el Señor vendrá con esplendor a visitar a su pueblo, para traerle la paz y la vida eterna.
ORACIÓN COLECTA
Que tu gracia, Señor, nos disponga y nos acompañe siempre a fin de que la venida de tu Hijo, que esperamos con ardiente deseo, nos ayude para la vida presente y la vida futura. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Mi templo será casa de oración para todos los pueblos.
Del libro del profeta Isaías: 56, 1-3. 6-8
Esto dice el Señor:
"Velen por los derechos de los demás, practiquen la justicia, porque
mi salvación está a punto de llegar y mi justicia a punto de manifestarse.
Dichoso el hombre que hace esto y en ello persevera, el que se abstiene de profanar
el sábado, el que aparta su mano de todo mal. No diga el extranjero que
ha dado su adhesión al Señor: Sin duda que el Señor me
excluirá de su pueblo'. A los extranjeros que se han adherido al Señor
para servirlo, amarlo y darle culto, a los que guardan el sábado sin
profanarlo y se mantienen fieles a mi alianza, los conduciré a mi monte
santo y los llenaré de alegría en mi casa de oración.
Sus holocaustos y sacrificios serán gratos a mi altar, porque mi casa
será casa de oración para todos los pueblos". Esto dice el
Señor Dios, que reúne a los dispersos de Israel: "A los ya
reunidos, todavía añadiré otros". Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 66 R/.
Bendigamos a Dios, nuestro Señor.
Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a
nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora. R/.
Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia;
con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones.
R/.
La tierra ha producido ya sus frutos, Dios nos ha bendecido. Que nos bendiga
Dios y que le rinda honor el mundo entero. R/.
ACLAMACION R/. Aleluya,
aleluya.
Ven, Señor, y concédenos tu paz para que nuestro corazón
se alegre en ti con alegría perfecta. R/.
Juan era la lámpara que ardía y brillaba.
Del santo Evangelio según san Juan: 5, 33-36
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Ustedes enviaron mensajeros a Juan el Bautista y él dio testimonio de la verdad No es que yo quiera apoyarme en el testimonio de un hombre. Si digo esto, es para que ustedes se salven. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y ustedes quisieron alegrarse un instante con su luz. Pero yo tengo un testimonio mejor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido realizar y que son las que yo hago, dan testimonio de mí y me acreditan como enviado del Padre". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes ofrendas y oraciones, y que tu misericordia supla la extrema pobreza de nuestros méritos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I/A o I/B de Adviento.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Flp 3, 20-21)
Esperamos como salvador a nuestro Señor Jesucristo, el cual transformará nuestro cuerpo frágil en cuerpo glorioso como el suyo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Como fruto de nuestra participación en este sacramento de vida eterna, enséñanos, Señor, a no sobrevalorar las cosas terrenales y a estimar las del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Vísperas I del domingo: 4a semana del Salterio. Tomo 11: pp. 869, 184 y 203. Para los fieles: pp. 722, 45 y 51. Edición popular: pp. 289 y 412. 'La antífona del cántico evangélico es del día 18 para I y II Vísperas. Feria (Morado)
LA BIOGRAFÍA QUE NOS PRECEDIÓ
Gn 49, 2. 8-10; Mt 1, 1-17
Los descendientes de Jacob conformaron una numerosa descendencia. Unos consolidaron proyectos políticos exitosos para los suyos, mientras que otros, apenas lograron sobreponerse a los desafíos de sus vecinos. El pasado sin duda afecta nuestra historia personal. Somos hijos de una familia y una cultura que nos dio la vida, las esperanzas y las pautas de comportamiento. La genealogía de Jesús es presentada de forma realista por san Mateo. Al lado de personajes de primer nivel intercala también a gente menuda y a alguno que otro de dudosa reputación. Jesús llegó a ser hijo de David, por caminos no convencionales, al igual que lo fueron algunos de sus antepasados. En ese israelita de pura cepa se cumplen las promesas que Dios hizo a los patriarcas.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Is 49, 13)
Alégrense lo cielos y regocíjese la tierra, porque vendrá el Señor y tendrá misericordia de sus pobres.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, creador y redentor de los hombres, que quisiste que tu Verbo eterno tomara carne en el seno de la siempre Virgen María, escucha nuestras súplicas y concédenos que tu Hijo, que ha tomado nuestra naturaleza humana, nos haga participantes de su naturaleza divina. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
No se apartará de Judá el cetro.
Del libro del Génesis: 49, 2. 8-10
En aquellos días,
Jacob llamó a sus hijos y les habló así: "Acérquense
y escúchenme, hijos de Jacob; escuchen a su padre, Israel. A ti, Judá,
te alabarán tus hermanos; pondrás la mano sobre la cabeza de tus
enemigos; se postrarán ante ti los hijos de tu padre.
Cachorro de león eres, Judá: has vuelto de matar la presa, hijo
mío, y te has echado a reposar, como un león. ¿Quién
se atreverá a provocarte?
No se apartará de Judá el cetro, ni de sus descendientes, el bastón
de mando, hasta que venga aquel a quien pertenece y a quien los pueblos le deben
obediencia". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 71 R/.
Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes;
así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá
a tu pueblo justamente. R/.
Justicia y paz ofrecerán al pueblo las colinas y los montes. El rey hará
justicia al oprimido y salvará a los hijos de los pobres. R/.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era
tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro
de la tierra. R/.
Que bendigan al Señor eternamente, y tanto como el sol, viva su nombre.
Que él sea la bendición del mundo entero y lo aclamen dichoso
las naciones. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Sabiduría del Altísimo, que dispones todas las cosas con fortaleza
y con suavidad, ven a enseñarnos el camino de la vida. R/.
Genealogía de Jesucristo, hijo de David
Del santo Evangelio según san Mateo: 1, 1-17
Genealogía de Jesucristo,
hijo de David, hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob,
Jacob a Judá y a sus hermanos; Judá engendró de Tamar a
Fares y a Zará; Fares a Esrom, Esrom a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab
a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró
de Rajab a Booz; Booz engendró de Rut a Obed, Obed a Jesé, y Jesé
al rey David.
David engendró de la mujer de Urías a Salomón, Salomón
a Roboam, Roboam a Abiá, Abiá a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat
a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatam, Joatam a Acaz, Acaz a
Ezequías, Ezequías a Manasés, Manasés a Amón,
Amón a Josías, Josías engendró a Jeconías
y a sus hermanos durante el destierro en Babilonia.
Después del destierro en Babilonia, Jeconías engendró a
Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquim, Eliaquim
a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar
a Matán, Matán a Jacob, y Jacob engendró a José,
el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
De modo que el total de generaciones, desde Abraham hasta David, es de catorce;
desde David hasta la deportación a Babilonia, es de catorce, y desde
la deportación a Babilonia hasta Cristo, es de catorce.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica, Señor, los dones de tu Iglesia y concédenos en esta Eucaristía el pan del cielo que renueva nuestras fuerzas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II/A o II/B de Adviento.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Ag 2, 8)
He aquí que vendrá el deseado de todas las naciones, y la casa del Señor se llenará de gloria.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú que nos has concedido participar en esta Eucaristía, enciende, Señor, nuestros corazones con el fuego de tu Espíritu, a fin de que podamos brillar, por nuestras buenas obras, cuando venga Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
IV DOMINGO DE ADVIENTO
Santos: Winebaldo de Eichstat; abad Miguel Sincelly, monje. Beata Nemesia Valle religiosa.
TRONOS QUE SE ASIENTAN EN LA JUSTICIA
2 Sm 7, 1-5. 8-12. 14. 16; Rm 16, 25-27, Lc 1, 26-38
Hablar de tronos y dinastías suena anacrónico en una cultura democrática. Sin embargo, los autores que escribieron estos textos sagrados recurrieron a esas imágenes porque eran las que prevalecían en aquellos tiempos. En la literatura bíblica pocas figuras resaltan de forma tan clara y constante como el rey David. El suyo no es un retrato retocado, sino realista. Un guerrero victorioso, un rey longevo y sagaz Un hombre frágil, afectado por las miserias humanas. Después de todo, ese rey es un hijo de Adán y un israelita creyente y convencido. Vive queriendo servir a Dios. Es un pecador y un creyente a la vez. Dios lo escoge para que sus descendientes conduzcan los destinos de Israel por caminos de paz y justicia.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Is 45, 8)
Destilen, cielos, el rocío, y que las nubes lluevan al justo; que la tierra se abra y haga germinar al salvador.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que hemos conocido por el anuncio del ángel la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos, por su pasión y su cruz, a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
El reino de David permanecerá para siempre en presencia del Señor.
Del segundo libro de Samuel: 7, 1-5. 8-12. 14. 16
Tan pronto como el rey David
se instaló en su palacio y el Señor le concedió descansar
de todos los enemigos que lo rodeaban, el rey dijo al profeta Natán:
"¿Te has dado cuenta de que yo vivo en una mansión de cedro,
mientras el arca de Dios sigue alojada en una tienda de campaña?".
Natán le respondió: "Anda y haz todo lo que te dicte el corazón,
porque el Señor está contigo".
Aquella misma noche habló el Señor a Natán y le dijo: "Ve
y dile a mi siervo David que el Señor le manda decir esto: `¿Piensas
que vas a ser tú el que me construya una casa, para que yo habite en
ella? Yo te saqué de los apriscos y de andar tras las ovejas, para que
fueras el jefe de mi pueblo, Israel. Yo estaré contigo en todo lo que
emprendas, acabaré con tus enemigos y te haré tan famoso como
los hombres más famosos de la tierra.
Le asignaré un lugar a mi pueblo, Israel; lo plantaré allí
para que habite en su propia tierra. Vivirá tranquilo y sus enemigos
ya no lo oprimirán más, como lo han venido haciendo desde los
tiempos en que establecí jueces para gobernar a mi pueblo, Israel. Y
a ti, David, te haré descansar de todos tus enemigos.
Además, yo, el Señor, te hago saber que te daré una dinastía;
y cuando tus días se hayan cumplido y descanses para siempre con tus
padres, engrandeceré a tu hijo, sangre de tu sangre, y consolidaré
su reino. Yo seré para él un padre y él será para
mí un hijo. Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante
mí, y tu trono será estable eternamente' ". Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 88 R/.
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor y daré a
conocer que su fidelidad es eterna, pues el Señor ha dicho: "Mi
amor es para siempre y mi lealtad, más firme que los cielos. R/.
Un juramento hice a David, mi servidor, una alianza pacté con mi elegido:
'Consolidaré tu dinastía para siempre y afianzaré tu trono
eternamente'. R/.
El me podrá decir: 'Tú eres mi padre, el Dios que me protege y
que me salva'. Yo jamás le retiraré mi amor, ni violaré
el juramento que le hice". R/.
Se ha revelado el misterio oculto durante siglos.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 16, 25-27
Hermanos: A aquel que puede darles fuerzas para cumplir el Evangelio que yo he proclamado, predicando a Cristo, conforme a la revelación del misterio, mantenido en secreto durante siglos, y que ahora, en cumplimiento del designio eterno de Dios, ha quedado manifestado por las Sagradas Escrituras, para atraer a todas las naciones a la obediencia de la fe, al Dios único, infinitamente sabio, démosle gloria, por Jesucristo, para siempre. Amén. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(Lc 1, 38) R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo
que me has dicho. R/.
Concebirás y darás a luz un hijo.
Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel
Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una
virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José.
La virgen se llamaba María.
Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: "Alégrate,
llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas
palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría
decir semejante saludo.
El ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia
ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre
Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo;
el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y Él
reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá
fin".
Maria le dijo entonces al ángel: "¿Cómo podrá
ser esto, puesto que yo permanezco virgen?". El ángel le contestó:
"El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo
te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será
llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de
su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril,
porque no hay nada imposible para Dios". María contestó:
"Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mi lo que me has
dicho". Y el ángel se retiró de su presencia. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Unidos a Jesús,
luz y esperanza de la humanidad entera, oremos al Padre. Después de cada
petición diremos: Ven, Señor, Jesús.
Por la Iglesia, por todos los cristianos. Que vivamos la venida de Jesús
con un corazón abierto y disponible, como María. Oremos.
Por las madres y los padres que esperan el nacimiento de un hijo. Que vivan
este momento con ilusión y con el compromiso de educarlo según
los valores del Evangelio. Oremos.
Por todos los países del mundo, especialmente por la tierra donde nació
Jesús. Que estas fiestas de Navidad sean ocasión de avanzar por
los caminos de la paz, la justicia, la libertad. Oremos.
Por los pobres y necesitados. Que la preparación de la Navidad nos estimule
a intensificar nuestra solidaridad con ellos. Oremos.
Por los niños y jóvenes que inician las vacaciones. Que en estos
días se encuentren con Dios, y lo sirvan en los más pobres. Oremos.
Por todos nosotros. Que esta celebración nos ayude a prepararnos debidamente
para el misterio del nacimiento del Hijo de Dios. Oremos.
Escucha, Señor, nuestra oración y ven a salvarnos. Tú,
que vives y reinas por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que el mismo Espíritu que cubrió con su sombra y fecundó con su poder el seno de la Virgen María, santifique, Señor, estas ofrendas que hemos depositado sobre tu altar. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II/A o II/B de Adviento.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Is 7, 14)
He aquí que la Virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú, que nos has dado en este sacramento la prenda de nuestra salvación, concédenos, Padre todopoderoso, prepararnos cada día con mayor fervor para celebrar dignamente el nacimiento de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Para Dios ciertamente, como dice el libro del Génesis, no hay nada imposible. Sin embargo, la historia humana no se construye recurriendo a hazañas sobrenaturales e imposibles. Dios no suplanta la responsabilidad histórica de las personas. Dios llama a una joven mujer, María de Nazaret, desposada con José, para apuntalar el advenimiento del Reinado de Dios. María no quiso cruzarse de brazos. Acoge el extraño llamado y arriesga su vida y su honor. Sus opciones son trascendentes porque apresuraron la renovación espiritual de Israel. La historia de Israel, de todo el mundo occidental y de la humanidad, es alcanzada por el doble si que dieron Jesús y Maria. Ya no tenemos necesidad de ciudadanos omisos o de padres de familia ausentes. El sí de María acrecienta la firmeza de nuestro compromiso cristiano.
Santos: Rufo y Zósimo de Filipo, mártires; Anastasio I, Papa; Nemesio de Alejandría, mártir. Feria (Morado)
LA GENTE QUE SABE DECIR SÍ
Jc 13, 2-7 24-25; Lc 1, 5-25
Zacarías es un sacerdote de escasa importancia, apenas tiene ocasión de participar unas cuantas veces en toda su vida en acciones de culto realmente decisivas. Zacarías es un sacerdote de provincia que no figura por realizar un oficio relevante. El Evangelio de san Lucas nos recuerda además que es prácticamente un anciano al momento que Dios le solicita su colaboración. La familia de Sansón atraviesa circunstancias parecidas a las de Zacarías. Dios tiene sus razones para escoger a gente menuda para echar adelante sus proyectos. A nosotros los creyentes, nos ha sido dicho que Dios elige a los pequeños para que ningún mortal pueda gloriarse ante Él. Quienes viven como amigos de Dios, saben que Él acostumbra realizar maravillas con gente sencilla.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Hb 10, 37)
El que ha de venir, vendrá sin tardanza y ya no tendremos nada que temer, porque él es nuestro salvador.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que te dignaste manifestar al mundo el esplendor de tu gloria por medio del parto de la santísima Virgen María, concédenos venerar con fe íntegra y celebrar con sincera piedad el gran misterio de la encarnación de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
El nacimiento de Sansón es anunciado por un ángel.
Del libro de los Jueces: 13, 2-7.24-25
En aquellos días,
había en Sorá un hombre de la tribu de Dan, llamado Manoa. Su
mujer era estéril y no había tenido hijos. A esa mujer se le apareció
un ángel del Señor y le dijo: "Eres estéril y no has
tenido hijos; pero de hoy en adelante, no bebas vino, ni bebida fermentada,
ni comas nada impuro, porque vas a concebir y a dar a luz un hijo. No dejes
que la navaja toque su cabello, porque el niño estará consagrado
a Dios desde el seno de su madre y él comenzará a salvar a Israel
de manos de los filisteos". La mujer fue a contarle a su marido:
"Un hombre de Dios ha venido a visitarme. Su aspecto era como el del ángel
de Dios, terrible en extremo. Yo no le pregunté de dónde venía
y él no me manifestó su nombre, pero me dijo: 'Vas a concebir
y a dar a luz un hijo. De ahora en adelante, no bebas vino ni bebida fermentada,
no comas nada impuro, porque el niño estará consagrado a Dios
desde el seno de su madre hasta su muerte'".
La mujer dio a luz un hijo y lo llamó Sansón. El niño creció
y el Señor lo bendijo y el espíritu del Señor empezó
a manifestarse en él. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 70 R/.
Que mi boca, Señor, no deje de alabarte.
Señor, sé para mí un refugio, ciudad fortificada en que
me salves. Y pues eres mi auxilio y mi defensa, líbrame, Señor,
de los malvados. R/.
Señor, tú eres mi esperanza; desde mi juventud en ti confío.
Desde que estaba en el seno de mi madre, yo me apoyaba en ti y tú me
sostenías. R/.
Tus hazañas, Señor, alabaré, diré a todos que sólo
tú eres justo. Me enseñaste a alabarte desde niño y seguir
alabándote es mi orgullo. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Retoño de Jesé, que brotaste como señal para los pueblos,
ven a librarnos y no te tardes. R/.
El nacimiento de Juan es anunciado por un ángel
Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 5-25
Hubo en tiempo de Herodes,
rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías,
casado con una descendiente de Aarón, llamada Isabel. Ambos eran justos
a los ojos de Dios, pues vivían irreprochablemente, cumpliendo los mandamientos
y disposiciones del Señor. Pero no tenían hijos, porque Isabel
era estéril y los dos, de avanzada edad.
Un día en que le correspondía a su grupo desempeñar ante
Dios los oficios sacerdotales, le tocó a Zacarías, según
la costumbre de los sacerdotes, entrar al santuario del Señor para ofrecer
el incienso, mientras todo el pueblo estaba afuera, en oración, a la
hora de la incensación.
Se le apareció entonces un ángel del Señor, de pie, a la
derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó
y un gran temor se apoderó de él. Pero el ángel le dijo:
"No temas, Zacarías, porque tu súplica ha sido escuchada.
Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien le pondrás el nombre
de Juan. Tú te llenarás de alegría y regocijo, y otros
muchos se alegrarán también de su nacimiento, pues él será
grande a los ojos del Señor; no beberá vino ni licor y estará
lleno del Espíritu Santo, ya desde el seno de su madre. Convertirá
a muchos israelitas al Señor; irá delante del Señor con
el espíritu y el poder de Elías, para convertir los corazones
de los padres hacia sus hijos, dar a los rebeldes la cordura de los justos y
prepararle así al Señor un pueblo dispuesto a recibirlo".
Pero Zacarías replicó: "¿Cómo podré
estar seguro de esto? Porque yo ya soy viejo y mi mujer también es de
edad avanzada". El ángel le contestó: "Yo soy Gabriel,
el que asiste delante de Dios. He sido enviado para hablar contigo y darte esta
buena noticia. Ahora tú quedarás mudo y no podrás hablar
hasta el día en que todo esto suceda, por no haber creído en mis
palabras, que se cumplirán a su debido tiempo".
Mientras tanto, el pueblo estaba aguardando a Zacarías y se extrañaba
de que tardara tanto en el santuario.
Al salir no pudo hablar y en esto conocieron que había tenido una visión
en el santuario. Entonces trató de hacerse entender por señas
y permaneció mudo.
Al terminar los días de su ministerio, volvió a su casa. Poco
después concibió Isabel, su mujer, y durante cinco meses no se
dejó ver, pues decía: "Esto es obra del Señor. Por
fin se dignó quitar el oprobio que pesaba sobre mí". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira con bondad, Señor, las ofrendas que te presentamos, para que tu poder consagre los dones de nuestra pobreza. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II/A o II/B de Adviento.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 78-79)
Vendrá a visitarnos de lo alto un sol naciente, Cristo el Señor, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te damos gracias, Señor, por los bienes que nos has dado, y te rogamos que enciendas en nosotros el deseo de lo que nos has prometido, para que, con un espíritu renovado, podamos celebrar dignamente el nacimiento de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
EL CÁLCULO Y LA CONFIANZA
Is 7, 10-14 Lc 1, 26-38
El profeta Isaías exhibe la desconfianza del rey Acaz quien no aprende a deletrear en su vida cotidiana las señales del auxilio divino. El rey quiere resultados notables y rápidos. No sabe conducir su vida conforme al ritmo de la fe y la esperanza. Quiere tener siempre "la sartén por el mango"; más aun, quiere que Dios marche al ritmo de sus demandas. No consigue vivir como hombre de fe y cede en cambio a las tentaciones del pragmatismo. Por su parte, el Evangelio, nos presenta la figura de María, una joven originaria de un modesto pueblo de Galilea que descifra a tientas y confiadamente, el camino de la salvación María pregunta, ora, reflexiona y finalmente se dispone a dar y sostener un sí rotundo y definitivo: "Aquí está la esclava del Señor".
ANTIFONA DE ENTRADA (Cfr. Is 11, 1; 40, S; Lc 3. 6)
Un retoño brotará del tronco de Jesé, la gloria del Señor llenará la tierra y toda creatura verá la salvación de Dios.
ORACIÓN COLECTA
A ejemplo de la Virgen Inmaculada que, al aceptar tu voluntad, anunciada por el ángel, recibió en su seno a tu Hijo, fue llena de la gracia del Espíritu Santo y se convirtió en templo de la divinidad, concédenos, Padre todopoderoso, la gracia de aceptar tus designios con humildad de corazón. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
He aquí que la virgen concebirá.
Del libro del profeta Isaías: 7, 10-14
En aquellos tiempos, el Señor le habló a Ajaz diciendo: "Pide al Señor, tu Dios, una señal de abajo, en lo profundo o de arriba, en lo alto". Contestó Ajaz: "No la pediré. No tentaré al Señor". Entonces dijo Isaías: "Oye, pues, casa de David: ¿No satisfechos con cansar a los hombres, quieren cansar también a mi Dios? Pues bien, el Señor mismo les dará por eso una señal: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 23 R/.
Ya llega el Señor, el rey de la gloria.
Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en
él habitan, pues él lo edificó sobre los mares, él
fue quien lo asentó sobre los ríos. R/.
¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién
podrá entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y manos
puras y que no jura en falso. R/.
Ése obtendrá la bendición de Dios y Dios, su salvador,
le hará justicia. Ésta es la clase de hombres que te buscan y
vienen ante ti, Dios de Jacob. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Llave de David, que abres las puertas del Reino eterno, ven a librar a los que
yacen oprimidos por las tinieblas del mal. R/.
Concebirás y darás a luz un hijo.
Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel
Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una
virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José.
La virgen se llamaba María.
Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo:
"Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo".
Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba
qué querría decir semejante saludo.
El ángel le dijo:
"No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir
y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él
será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor
Dios le dará el trono de David, su padre, y Él reinará
sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin".
María le dijo entonces al ángel:
"¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?".
El ángel le contestó:
"El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo
te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será
llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de
su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril,
porque no hay nada imposible para Dios". María contestó:
"Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que
me has dicho". Y el ángel se retiró de su presencia. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, el único sacrificio que puede agradarte y, por nuestra participación en este sacramento, concédenos los bienes que la fe nos invita a esperar.Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II/A o II/B de Adviento.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 31)
Dijo el ángel a María: Has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir y a dar a luz un hijo, y será llamado Hijo del Altísimo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Protege, Señor, con tu poder a cuantos has alimentado con esta Eucaristía, y haz que encuentren en este sacramento la fuente de la paz verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor.
EL TIEMPO DE LAS B ODAS
Ct 2-14; Lc 1, 39-45
El Cantar de los Cantares registra el diálogo intenso de un par de novios que anhelan vivir permanentemente el una para el otro. Ella y él se expresan recíprocamente su gran amor. Los que se aman, quieren tocarse, hablarse, entregarse por entero. El autor de estos cantos amorosos nos descifra el secreto de un amor intenso: el amor genuino es llamarada divina que jamás se apaga. María e Isabel experimentaron el amor intenso, por eso se desposaron cada cual con su prometido. De ese amor pleno y total, Dios hizo surgir dos figuras proféticas de enorme estatura: Juan Bautista y Jesús de Nazaret salieron del vientre de sus madres para servir a Dios. Con la fuerza del Espíritu se constituyeron en mediadores de salvación para Israel.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Is 7, 14; 8, 10)
Pronto llegará el Señor que domina los pueblos, y será llamado Emmanuel, es decir, Dios-con-nosotros.
ORACIÓN COLECTA
Escucha, Señor, las súplicas de tu pueblo, que se alegra por la venida de tu Hijo en nuestra carne mortal; y concédenos que, cuando vuelva Él revestido de gloria y majestad, nos llenemos también de alegría al recibir de sus manos la recompensa de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Aquí viene mi amado saltando por los montes.
Del libro del Cantar de los Cantares: 2, 8-14
Aquí viene mi amado
saltando por los montes, retozando por las colinas. Mi amado es como una gacela,
es como un venadito, que se detiene detrás de nuestra tapia, espía
por las ventanas y mira a través del enrejado. Mi amado me habla así:
"Levántate, amada mía, hermosa mía, y ven. Mira que
el invierno ya pasó; han terminado las lluvias y se han ido.
Las flores brotan ya sobre la tierra; ha llegado la estación de los cantos;
el arrullo de las tórtolas se escucha en el campo; ya apuntan los frutos
en la higuera y las viñas en flor exhalan su fragancia.
Levántate, amada mía, hermosa mía, y ven. Paloma mía,
que anidas en las hendiduras de las rocas, en las grietas de las peñas
escarpadas, déjame ver tu rostro y hazme oír tu voz, porque tu
voz es dulce y tu rostro encantador". Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Del salmo 32 R/.
Demos gracias a Dios, al son del arpa.
Demos gracias a Dios al son del arpa, que la lira acompañe nuestros cantos;
cantemos en su honor nuevos cantares, al compás de instrumentos alabémoslo.
R/.
Los proyectos de Dios duran por siempre; los planes de su amor, todos los siglos.
Feliz la nación cuyo Dios es el Señor; dichoso el pueblo que escogió
por suyo. R/.
En el Señor está nuestra esperanza, pues Él es nuestra
ayuda y nuestro amparo; en el Señor se alegra el corazón y en
Él hemos confiado. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Emmanuel, rey y legislador nuestro, ven, Señor, a salvarnos. R/.
¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme?
Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 39-45
En aquellos días,
María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas
de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel.
En cuanto ésta oyó el saludo de María, la criatura saltó
en su seno.
Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la
voz, exclamó: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito
el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi
Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos,
el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído,
porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, de tu Iglesia las ofrendas que tú mismo has puesto en nuestras manos y que tu poder convierte en sacramento de nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II/A o II/B de Adviento.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 45)
Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta comunión, Señor, proteja siempre a tu pueblo a fin de que, entregados plenamente a tu servicio, alcancemos la salvación del alma y del cuerpo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
MUJERES ALABANDO AGRADECIDAS
2 Sm 1, 24-28; Lc 1, 46-56
Un trío de mujeres sobresalen en estas lecturas. De entre ellas, Ana es la protagonista de la primera lectura. Una mujer afligida durante años por su esterilidad, suplica a Dios pidiéndole un hijo. Cuando su ruego es atendido, queda tan agradecida con el Señor que se desprende de él y lo entrega para el servicio de Dios en el templo de Siló. Ana responde con la misma generosidad con la que es atendida. En el evangelio de san Lucas, María proclama un cántico de acción de gracias que ha perdurado en la fe todos los creyentes. Su oración ensancha nuestro horizonte porque nos anima a vincular nuestra experiencia creyente con los anhelos y esperanzas más profundas de Israel. María, la madre del Señor, vive una fe anclada en las vivencias significativas de su pueblo.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 23, 7)
Puertas, ábranse de par en par; agrándense portones eternos, porque va a entrar el rey de la gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que al ver al hombre caído y condenado a la muerte, quisiste rescatarlo con la venida de tu Hijo, concede a cuantos creemos en el misterio de su encarnación, participar algún día de su vida inmortal. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Ana dio gracias por el nacimiento de Samuel.
Del primer libro de Samuel: 1, 24-28
En aquellos días,
Ana llevó a Samuel, que todavía era muy pequeño, a la casa
del Señor, en Siló, y llevó también un novillo de
tres años, un costal de harina y un odre de vino.
Una vez sacrificado el novillo, Ana presentó el niño a Elí
y le dijo:
"Escúchame, señor: te juro por mi vida que yo soy aquella
mujer que estuvo junto a ti, en este lugar, orando al Señor. Éste
es el niño que yo le pedía al Señor y que Él me
ha concedido. Por eso, ahora yo se lo ofrezco al Señor, para que le quede
consagrado de por vida". Y adoraron al Señor. Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
1 Samuel 2 R/.
Mi corazón se alegra en Dios, mi salvador.
Mi corazón se alegra en el Señor, en Dios me siento yo
fuerte y seguro. Ya puedo responder a mis contrarios, pues eres tú, Señor,
el que me ayuda. R/.
El arco de los fuertes se ha quebrado, los débiles se ven de fuerza llenos.
Se ponen a servir por un mendrugo los antes satisfechos; y sin tener que trabajar,
pueden saciar su hambre los hambrientos. Siete veces da a luz la que era estéril
y la fecunda ya dejó de serlo. R/.
Da el Señor muerte y vida, deja morir y salva de la tumba; Él
es quien empobrece y enriquece, quien abate y encumbra. R/.
Él levanta del polvo al humillado, al oprimido saca de su oprobio, para
hacerlo sentar entre los príncipes en un trono glorioso. R/.
ACLAMACIÓN R/. Aleluya, aleluya.
Rey de las naciones y piedra angular de la Iglesia, ven a salvar al hombre,
que modelaste del barro. R/.
Ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede.
Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 46-56
En aquel tiempo, dijo María:
"Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo
en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava. Desde
ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en
mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre, y su misericordia
llega de generación en generación a los que lo temen.
Ha hecho sentir el poder de su brazo: dispersó a los de corazón
altanero, destronó a los potentados y exaltó a los humildes. A
los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió
sin nada. Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su
siervo, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia,
para siempre".
María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó
a su casa. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Confiados, Señor, en tu misericordia, venimos a tu altar con nuestros dones, a fin de que la celebración de esta Eucaristía nos purifique de nuestros pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II/A o II/B de Adviento.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 46. 49)
Proclama mi alma la grandeza del Señor, porque ha hecho en mí maravillas el Todopoderoso.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la recepción de este sacramento nos dé fuerza, Señor, para prepararnos a la venida de nuestro salvador con la práctica de las buenas obras, y podamos así, alcanzar el premio de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Pío de Pietrelcina, presbítero; Lino I, Papa. Beata Emilia Tavernier, fundadora. Feria (Morado)
LA RECONCILIACIÓN ENTRE PADRES E HIJOS
Ml 3, 1-123-24; Lc I, 57-66
El profeta Malaquías hace honor a su nombre —mensajero— y vive pendiente de esa esperanza. Un día Dios enviaría a un mensajero con una misión precisa: reconciliar a Israel, acercando a los padres con los hijos, para que juntos y en armonía, decidieran transitar por los caminos del Señor Es claro que la convivencia entre personas de diferentes edades se complica cuando se mantienen visiones de valor contrastantes. Juan Bautista aparece en el Evangelio de san Lucas en la senectud de sus padres. El profeta nace en una familia de ancianos y tal como lo anunciaba Malaquías, se dedica a llamar a Israel a la renovación total. Su nombre— el Señor es compasivo—también se convierte en la razón de su vida.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Is 9, 6; Sal 71, 17)
Un niño nos nacerá y será llamado Dios todopoderoso, en él serán bendecidos todos los pueblos de la tierra.
ORACIÓN COLECTA
Al acercarse las fiestas de la Navidad, te rogamos, Dios eterno y todopoderoso, que tu Verbo, que se hizo carne en el seno de la Virgen María y habitó entre nosotros, nos haga sentir su amor y su misericordia. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Les enviaré al profeta Elías, antes de que llegue el día del Señor.
Del libro del profeta Malaquías: 3, 1-4. 23-24
Esto dice el Señor: "He aquí que yo envío a mi mensajero. El preparará el camino delante de mí. De improviso entrará en el santuario el Señor, a quien ustedes buscan, el mensajero de la alianza a quien ustedes desean. Miren: Ya va entrando, dice el Señor de los ejércitos. ¿Quién podrá soportar el día de su venida? ¿Quién quedará en pie cuando aparezca? Será como fuego de fundición, como la lejía de los lavanderos. Se sentará como un fundidor que refina la plata; como a la plata y al oro, refinará a los hijos de Leví y así podrán ellos ofrecer, como es debido, las ofrendas al Señor. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos. He aquí que yo les enviaré al profeta Elías, antes de que llegue el día del Señor, día grande y terrible. El reconciliará a los padres con los hijos y a los hijos con los padres, para que no tenga yo que venir a destruir la tierra". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 24 R/.
Descúbrenos, Señor, al Salvador.
Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad
de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra
esperanza. R/
Porque el Señor es recto y bondadoso, indica a los pecadores el sendero,
guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos.
R/.
Con quien guarda su alianza y sus mandatos, el Señor es leal y bondadoso.
El Señor se descubre a quien lo teme y le enseña el sentido de
su alianza. R/
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Rey de las naciones y piedra angular de la Iglesia, ven a salvar al hombre,
que modelaste del barro. R/.
Nacimiento de Juan el Bautista.
Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 57-66
Por aquellos días,
le llegó a Isabel la hora de dar a luz y tuvo un hijo. Cuando sus vecinos
y parientes se enteraron de que el Señor le había manifestado
tan grande misericordia, se regocijaron con ella.
A los ocho días fueron a circuncidar al niño y le querían
poner Zacarías, como su padre; pero la madre se opuso, diciéndoles:
"No. Su nombre será Juan". Ellos le decían: "Pero
si ninguno de tus parientes se llama así". Entonces le preguntaron
por señas al padre cómo quería que se llamara el niño.
Él pidió una tablilla y escribió: “Juan es su nombre".
Todos se quedaron extrañados. En ese momento a Zacarías se le
soltó la lengua, recobró el habla y empezó a bendecir a
Dios.
Un sentimiento de temor se apoderó de los vecinos, y en toda la región
montañosa de Judea se comentaba este suceso. Cuantos se enteraban de
ello se preguntaban impresionados: "¿Qué va a ser de este
niño?". Esto lo decían, porque realmente la mano de Dios
estaba con él. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que el sacrificio de tu
Hijo, que es el acto de culto más perfecto que podemos ofrecerte, nos
devuelva,
Señor, tu amistad para que podamos celebrar con un corazón puro
el nacimiento de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio II/A o II/B de Adviento.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ap 3, 20)
Miren que estoy a la puerta y llamo: dice el Señor; si alguno oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
A quienes hemos participado de esta Eucaristía, concédenos, Señor, tu perdón y tu paz, para que estemos siempre preparados a recibir dignamente a tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Vísperas I de mañana: todo propio. Tomo I: p. 257. Para los fieles: p. 77. Edición popular: pp. 415 y 13. Feria (Morado)
LA MIRADA CONTEMPLATIVA DE ZACARÍAS
2 Sm 7, 1-5. 8-12. 14. 16; Lc 1, 67-79
El Cántico de Zacarías intercala con simétrica proporción el pasado con el futuro, las promesas hechas a los antepasados con las esperanzas de la generación subsiguiente. Israel ha sido un pueblo que ha sabido moverse en sus circunstancias históricas. Ha puesto un pie firme en los sucesos antiguos y otro en las metas futuras. El texto de Samuel vincula el pasado glorioso de David con la consolidación figura de su dinastía en los tiempos futuros. El padre de Juan Bautista procede con la misma lógica, engarzando las promesas hechas a Abrahán con las ansias de independencia de su generación. A unos y otros los anima la certidumbre creyente de una fe y una esperanza que comienzan a concretarse en los proyectos históricos actuales.
Misa matutina
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Ga 4, 4)
He aquí que llega ya la plenitud de los tiempos, cuando Dios envió a su Hijo a la tierra.
ORACIÓN COLECTA
Apresúrate, Señor Jesús, no tardes ya, para que tu venida dé nuevas fuerzas y ánimo a quienes hemos puesto nuestra confianza en tu misericordia. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
El reino de David permanecerá para siempre en presencia del Señor
Del segundo libro de Samuel: 7, 1-5. 8-12. 14. 16
Tan pronto como el rey David
se instaló en su palacio y el Señor le concedió descansar
de todos los enemigos que lo rodeaban, el rey dijo al profeta Natán:
"¿Te has dado cuenta de que yo vivo en una mansión de cedro
mientras el arca de Dios sigue alojada en una tienda de campaña?".
Natán le respondió: "Anda y haz todo lo que te dicte el corazón,
porque el Señor está contigo".
Aquella misma noche habló el Señor a Natán y le dijo: "Ve
y dile a mi siervo David que el Señor le manda decir esto: 'Piensas que
vas a ser tú el que me construya una casa para que yo habite en ella?
Yo te saqué de los apriscos y de andar tras las ovejas, para que fueras
el jefe de mi pueblo, Israel. Yo estaré contigo en todo lo que emprendas,
acabaré con tus enemigos y te haré tan famoso como los hombres
más famosos de la tierra.
Le asignaré un lugar a mi pueblo, Israel; lo plantaré allí
para que habite en su propia tierra. Vivirá tranquilo y sus enemigos
ya no lo oprimirán más, como lo han venido haciendo desde los
tiempos en que establecí jueces para gobernar a mi pueblo, Israel. Y
a ti, David, te haré descansar de todos tus enemigos.
Además, yo, el Señor, te hago saber que te daré una dinastía;
y cuando tus días se hayan cumplido y descanses para siempre con tus
padres, engrandeceré a tu hijo, sangre de tu sangre, y consolidaré
su reino. Yo seré para él un padre y él será para
mí un hijo. Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante
mí, y tu trono será estable eternamente' ". Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 88 R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
Proclamaré sin cesar
la misericordia del Señor y daré a conocer que su fidelidad es
eterna, pues el Señor ha dicho: "Mi amor es para siempre y mi lealtad,
más firme que los cielos. R/.
Un juramento hice a David, mi servidor, una alianza pacté con mi elegido:
'Consolidaré tu dinastía para siempre y afianzaré tu trono
eternamente'. R/.
Él me podrá decir: 'Tú eres mi padre, el Dios que me protege
y que me salva'. Yo jamás le retiraré mi amor, ni violaré
el juramento que le hice". R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Sol refulgente de justicia y esplendor de la luz eterna, ven a iluminar a los
que yacen en las tinieblas y en las sombras de la muerte. R/.
Nos visitará el sol que nace de lo alto.
Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 67-79
En aquel tiempo, Zacarías,
padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo:
"Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido
a su pueblo, y ha hecho surgir en favor nuestro un poderoso salvador en la casa
de David, su siervo. Así lo había anunciado desde antiguo, por
boca de sus santos profetas: que nos salvaría de nuestros enemigos y
de las manos de todos los que nos aborrecen, para mostrar su misericordia a
nuestros padres y acordarse de su santa alianza.
El Señor juró a nuestro padre Abraham concedernos que, libres
ya de nuestros enemigos, lo sirvamos sin temor, en santidad y justicia delante
de Él, todos los días de nuestra vida.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque
irás delante del Señor a preparar sus caminos y a anunciar a su
pueblo la salvación, mediante el perdón de los pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el
sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras
de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, con bondad estas ofrendas, a fin de que se conviertan en el alimento que nos libre de nuestros pecados y prepare nuestros corazones a la venida gloriosa de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio II/A o II/B de Adviento.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 68)
Bendito sea el Señor Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú que nos has renovado con esta Eucaristía concédenos, Señor, que el nacimiento adorable de tu Hijo, que hemos anticipado en la fe, nos llene de gozo y nos haga partícipes de los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
NATIVIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Santos: : Santa Anastasia de Sirmio, mártir. Beato Jacobo de Todi, religioso. Solemnidad (Blanco)
ALEGRÍA, PAZ Y ESPERANZA EN JESÚS
Is 9, 1-3. 5-6; Tt 2, 11-14; Lc 2, 1-14
Mientras más adversas son las circunstancias económicas y sociales que viven los israelitas, más atentos están los profetas a sustentar su esperanza. El profeta Isaías conoce en carne propia la desilusión por los pésimos gobernantes que abusan de su poder, pero no se deja robar la esperanza. Sigue alimentándola con tenacidad. Mantiene las miras altas: paz, justicia y libertad para todos y en particular para los desvalidos. El Evangelio de san Lucas se mantiene en la misma óptica: el nacimiento de Jesús devolverá la alegría a la gente menuda. Los pastores lo saben, la gente de buena voluntad disfrutará de una paz perdurable.
Misa vespertina de la vigilia
Esta Misa se dice en la tarde del 24 de diciembre, antes o después de las primeras vísperas de la Navidad.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Ex 16, 6-7)
Esta noche sabrán que el Señor vendrá a salvarnos y por la mañana contemplarán su gloria.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que cada año revives en nosotros la gozosa esperanza de la salvación, concédenos que, así como ahora acogemos a tu Hijo, llenos de júbilo, como a nuestro redentor, así también cuando venga como juez, podamos recibirlo llenos de confianza. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
El Señor se ha complacido en ti.
Del libro del profeta Isaías: 62, 1-5
Por amor a Sión no
me callaré y por amor a Jerusalén no me daré reposo, hasta
que surja en ella esplendoroso el justo y brille su salvación como una
antorcha.
Entonces las naciones verán tu justicia, y tu gloria todos los reyes.
Te llamarán con un nombre nuevo, pronunciado por la boca del Señor.
Serás corona de gloria en la mano del Señor y diadema real en
la palma de su mano.
Ya no te llamarán "Abandonada", ni a tu tierra, "Desolada";
a ti te llamarán "Mi complacencia" y a tu tierra, "Desposada",
porque el Señor se ha complacido en ti y se ha desposado con tu tierra.
Como un joven se desposa con una doncella, se desposará contigo tu hacedor;
como el esposo se alegra con la esposa, así se alegrará tu Dios
contigo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 88 R/.
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
"Un juramento hice a David mi servidor una alianza pacté
con mi elegido:
`Consolidaré tu dinastía para siempre y afianzaré tu trono
eternamente'. R/.
Él me podrá decir. Tú eres mi padre, el Dios que me protege
y que me salva'. Yo jamás le retiraré mi amor ni violaré
el juramento que le hice". R/.
Señor, feliz el pueblo que te alaba y que a tu luz camina, que en tu
nombre se alegra a todas horas y al que llena de orgullo tu justicia. R/.
Testimonio de Pablo acerca de Cristo, hijo de David.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 13, 16-17. 22-25
Al llegar Pablo a Antioquía
de Pisidia, se puso de pie en la sinagoga y haciendo una señal para que
se callaran, dijo:
"Israelitas y cuantos temen a Dios, escuchen: El Dios del pueblo de Israel
eligió a nuestros padres, engrandeció al pueblo cuando éste
vivía como forastero en Egipto y lo sacó de allí con todo
su poder. Les dio por rey a David, de quien hizo esta alabanza: He hallado a
David, hijo de Jesé, hombre según mi corazón, quien realizará
todos mis designios.
Del linaje de David, conforme a la promesa, Dios hizo nacer para Israel un Salvador,
Jesús. Juan preparó su venida, predicando a todo el pueblo de
Israel un bautismo de penitencia, y hacia el final de su vida, Juan decía:
'Yo no soy el que ustedes piensan. Después de mí viene uno a quien
no merezco desatarle las sandalias' ". Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Mañana será destruida la maldad en la tierra y reinará
sobre nosotros el Salvador del mundo. R/.
Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús.
Del santo Evangelio según san Mateo: 1, 18-25
Cristo vino al mundo de
la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José,
y antes
de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu
Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo,
no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en
sueños: "José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa
a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu
Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de
Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados".
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el
Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen
concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre
de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.
Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había
mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa. Y sin
que él hubiera tenido relaciones con ella, María dio a luz un
hijo y él le puso por nombre Jesús. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo. A las palabras: "y por obra..." hay que arrodillarse.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, iniciar la celebración de las fiestas de la Navidad con un fervor digno del misterio que es el principio de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Is 40, 5)
Se manifestará la gloria del Señor y todo el mundo verá la salvación que viene de nuestro Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor, sacar nuevas fuerzas de esta celebración anual del nacimiento de tu Hijo, que se ha hecho nuestro alimento y bebida en este sacramento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Misa de medianoche
ANTÍFONA DE ENTRADA
Alegrémonos todos en el Señor, porque nuestro salvador ha nacido en el mundo. Del cielo ha descendido hoy para nosotros la paz verdadera.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que hiciste resplandecer esta noche santísima con el nacimiento de Cristo, verdadera luz del mundo, concédenos que, iluminados en la tierra por la luz de este misterio, podamos también disfrutar de la gloria de tu Hijo, que vive y reina contigo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Un hijo se nos ha dado.
Del libro del profeta Isaías: 9, 1-3. 5-6
El pueblo que caminaba en
tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en tierra de sombras,
una luz resplandeció.
Engrandeciste a tu pueblo e hiciste grande su alegría. Se gozan en tu
presencia como gozan al cosechar, como se alegran al repartirse el botín.
Porque tú quebrantaste su pesado yugo, la barra que oprimía sus
hombros y el cetro de su tirano, como en el día de Madián.
Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; lleva sobre sus
hombros el signo del imperio y su nombre será: "Consejero admirable",
"Dios poderoso", "Padre sempiterno", "Príncipe
de la paz"; para extender el principado con una paz sin límites
sobre el trono de David y sobre su reino; para establecerlo y consolidarlo con
la justicia y el derecho, desde ahora y para siempre. El celo del Señor
lo realizará. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 95 R/.
Hoy nos ha nacido el Salvador.
Cantemos al Señor un canto nuevo, que le cante al Señor toda la
tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo. R/.
Proclamemos su amor día tras día, su grandeza anunciemos a los
pueblos; de nación en nación, sus maravillas. R/.
Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino.
Salten de gozo el campo y cuanto encierra, manifiesten los bosques regocijo.
R/.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe.
Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones.
R/.
La gracia de Dios se ha manifestado a todos los hombres.
De la carta del apóstol san Pablo a Tito: 2, 11-14
Querido hermano: La gracia de Dios se ha manifestado para salvar a todos los hombres y nos ha enseñado a renunciar a la vida sin religión y a los deseos mundanos, para que vivamos, ya desde ahora, de una manera sobria, justa y fiel a Dios, en espera de la gloriosa venida del gran Dios y Salvador, Cristo Jesús, nuestra esperanza. Él se entregó por nosotros para redimirnos de todo pecado y purificarnos, a fin de convertirnos en pueblo suyo, fervorosamente entregado a practicar el bien. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(cfr. Lc 2, 10-11) R/. Aleluya, aleluya.
Les anuncio una gran alegría: Hoy nos ha nacido el Salvador, que es Cristo,
el Señor. R/.
Hoy nos ha nacido el Salvador
Del santo Evangelio según san Lucas: 2, 1-14
Por aquellos días,
se promulgó un edicto de César Augusto, que ordenaba un censo
de todo el imperio.
Este primer censo se hizo cuando Quirino era gobernador de Siria. Todos iban
a empadronarse, cada uno en su propia ciudad; así es que también
José, perteneciente a la casa y familia de David, se dirigió desde
la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, llamada Belén,
para empadronarse, juntamente con María, su esposa, que estaba encinta.
Mientras estaban ahí, le llegó a María el tiempo de dar
a luz y tuvo a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales
y lo recostó en un pesebre, porque no hubo lugar para ellos en la posada.
En aquella región había unos pastores que pasaban la noche en
el campo, vigilando por turno sus rebaños. Un ángel del Señor
se les apareció y la gloria de Dios los envolvió con su luz y
se llenaron de temor. El ángel les dijo:
"No teman. Les traigo una buena noticia, que causará gran alegría
a todo el pueblo: hoy les ha nacido, en la ciudad de David, un Salvador, que
es el Mesías, el Señor. Esto les servirá de señal:
encontrarán al niño envuelto en pañales y recostado en
un pesebre". De pronto se le unió al ángel una multitud del
ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: "¡Gloria
a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad!".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo. A las palabras: "y por obra..." hay que arrodillarse.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos esta noche de Navidad, a fin de que, al recibirlas nosotros convertidas en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nos transformes en Él, en quien nuestra naturaleza está unida a la tuya. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 1, 14)
El Verbo se hizo hombre y hemos visto su gloria.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú, Señor, que nos has concedido el gozo de celebrar esta noche el nacimiento de tu Hijo, ayúdanos a vivir según su ejemplo para llegar a compartir algún día con Él la gloria de su Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Misa de la aurora
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Is 9, 2. 6; Lc 1, 33)
Hoy brillará una luz sobre nosotros, porque nos ha nacido el Señor; se le llamará Admirable, Dios, Príncipe de la paz, Padre del mundo futuro, y su Reino no tendrá fin.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios todopoderoso, que has querido iluminarnos con la luz nueva de tu Verbo hecho carne, concédenos que nuestras obras concuerden siempre con la fe que ha iluminado nuestro espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Mira a tu salvador que llega.
Del libro del profeta Isaías: 62, 11-12
Escuchen lo que el Señor hace oír hasta el último rincón de la tierra:
"Digan a la hija de Sión: Mira que ya llega tu salvador. El premio de su victoria lo acompaña y su recompensa lo precede. Tus hijos serán llamados 'Pueblo santo', 'Redimidos del Señor', y a ti te llamarán 'Ciudad deseada', 'Ciudad no abandonada' ". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 96 R/.
Reina el Señor, alégrese la tierra.
Reina el Señor, alégrese la tierra; cante de regocijo el mundo
entero. Los cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven todos los pueblos.
R/.
Amanece la luz para el justo y la alegría para los rectos de corazón.
Alégrense, justos, con el Señor y bendigan su santo nombre. R/.
Nos ha salvado por su misericordia.
De la carta del apóstol san Pablo a Tito: 3, 4-7
Hermano: Al manifestarse la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor a los hombres, Él nos salvó, no porque nosotros hubiéramos hecho algo digno de merecerlo, sino por su misericordia. Lo hizo mediante el bautismo, que nos regenera y nos renueva, por la acción del Espíritu Santo, a quien Dios derramó abundantemente sobre nosotros, por Cristo, nuestro Salvador. Así, justificados por su gracia, nos convertiremos en herederos, cuando se realice la esperanza de la vida eterna. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(Lc 2, 14) R/. Aleluya, aleluya.
Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad.
R/.
Los pastores encontraron a María, a José y al niño.
Del santo Evangelio según san Lucas: 2, 15-20
Cuando los ángeles
los dejaron para volver al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: "Vayamos
hasta Belén, para ver eso que el Señor nos ha anunciado".
Se fueron, pues, a toda prisa y encontraron a María, a José y
al niño, recostado en el pesebre. Después de verlo, contaron lo
que se les había dicho de aquel niño, y cuantos los oían
quedaban maravillados. María, por su parte, guardaba todas estas cosas
y las meditaba en su corazón.
Los pastores se volvieron a sus campos, alabando y glorificando a Dios por todo
cuanto habían visto y oído, según lo que se les había
anunciado. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo. A las palabras: "y por obra..." hay que arrodillarse.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que nuestras ofrendas, Señor, sean dignas del misterio de Navidad que estamos celebrando, para que tú, que nos has revelado a Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, nos hagas participar, por este pan y este vino, de su vida inmortal. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I/III de Navidad.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Za 9, 9)
¡Salta de alegría, hija de Sión! ¡Lanza gritos de gozo, hija de Jerusalén! He aquí que viene tu Rey, el Santo, el Salvador del mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios nuestro, que nos has reunido para celebrar, llenos de júbilo, el nacimiento de tu Hijo, concédenos penetrar con fe profunda en este misterio y encontrar en Él la fuente de un amor cada vez más generoso. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Misa del día
SE ACERCA LA GLORIA DE DIOS
Is 52, 7-10; Hb 1, 1-6; Jn 1, 1-18
El profeta Isaías está tan cierto de que "Ya reina tu Dios", que aún cuando las evidencias de dicho anuncio no sean patentes, lo pregona a los cuatro vientos. Dios reinará en medio de su pueblo, para salvaguardar la dignidad de los débiles, para preservar la armonía que resultará de la paz y la justicia El profeta no es un vendedor de sueños, es un creyente lúcido que le apuesta a la fe responsable de sus hermanos y a la amorosa compasión divina. El prólogo del Evangelio de san Juan tiene la mirada puesta en el pasado reciente: el futuro se aproxima. La gloria de Dios se acerca discretamente en la Palabra hecha carne. De su íntima experiencia nos hará participar. Es un testigo que conoce las entrañas del Padre y en adelante será su portavoz transparente y fiel.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Is 9, 6)
Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. La insignia del poder está sobre sus hombros y se le llamará Angel del Gran Consejo.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que de modo admirable creaste al hombre a tu imagen y semejanza, y de modo más admirable lo elevaste con el nacimiento de tu Hijo, concédenos participar de la vida divina de aquel que ha querido participar de nuestra humanidad. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
La tierra entera verá la salvación que viene de nuestro Dios.
Del libro del profeta Isaías: 52, 7-10
¡Qué hermoso
es ver correr sobre los montes al mensajero que anuncia la paz, al mensajero
que trae la buena nueva, que pregona la salvación, que dice a Sión:
"Tu Dios es rey"!
Escucha: Tus centinelas alzan la voz y todos a una gritan alborozados, porque
ven con sus propios ojos al Señor, que retorna a Sión.
Prorrumpan en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén, porque el
Señor rescata a su pueblo, consuela a Jerusalén. Descubre el Señor
su santo brazo a la vista de todas las naciones. Verá la tierra entera
la salvación que viene de nuestro Dios. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Del salmo 97 R/.
Toda la tierra ha visto al Salvador.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra
y su santo brazo le han dado la victoria. R/.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su
justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel.
R/.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos
y naciones aclamen con júbilo al Señor. R/.
Cantemos al Señor al son del arpa, suenen los instrumentos. Aclamemos
al son de los clarines al Señor, nuestro rey. R/.
Dios nos ha hablado por medio de su Hijo.
De la carta a los hebreos: 1, 1-6
En distintas ocasiones y
de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca
de los profetas. Ahora, en estos tiempos, que son los últimos, nos ha
hablado por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las
cosas y por medio del cual hizo el universo.
El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, la imagen fiel de su ser y el
sostén de todas las cosas con su palabra poderosa. El mismo, después
de efectuar la purificación de los pecados, se sentó a la diestra
de la majestad de Dios, en las alturas, tanto más encumbrado sobre los
ángeles, cuanto más excelso es el nombre que, como herencia, le
corresponde.
Porque ¿a cuál de los ángeles le dijo Dios: Tú eres
mi Hijo; yo te he engendrado hoy? ¿O de qué ángel dijo
Dios: Yo seré para él un padre y él será para mí
un hijo? Además, en otro pasaje, cuando introduce en el mundo a su primogénito,
dice: Adórenlo todos los ángeles de Dios. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN R/. Aleluya, aleluya.
Un día sagrado ha
brillado para nosotros. Vengan, naciones, y adoren al Señor, porque hoy
ha descendido una gran luz sobre la tierra. R/.
Aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros.
Del santo Evangelio según san Juan: 1, 1-18
En el principio ya existía
aquel que es la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios.
Ya en el principio Él estaba con Dios. Todas las cosas vinieron a la
existencia por Él y sin Él nada empezó de cuanto existe.
Él era la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en
las tinieblas y las tinieblas no la recibieron.
Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Éste vino como
testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de
él. Él no era la luz, sino testigo de la luz.
Aquel que es la Palabra era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre que
viene a este mundo. En el mundo estaba; el mundo había sido hecho por
Él y, sin embargo, el mundo no lo conoció.
Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron; pero a todos los que lo recibieron
les concedió poder llegar a ser hijos de Dios, a los que creen en su
nombre, los cuales no nacieron de la sangre, ni del deseo de la carne, ni por
voluntad del hombre, sino que nacieron de Dios.
Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos
visto su gloria, gloria que le corresponde como a Unigénito del Padre,
lleno de gracia y de verdad.
Juan el Bautista dio testimonio de Él, clamando: "A éste
me refería cuando dije: 'El que viene después de mí, tiene
precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo' ".
De su plenitud hemos recibido todos gracia sobre gracia. Porque la ley fue dada
por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad vinieron por
Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás. El Hijo unigénito,
que está en el seno del Padre, es quien lo ha revelado. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo. A las palabras: "y por obra..." hay que arrodillarse.
PLEGARIA UNIVERSAL
Hoy ha aparecido la
bondad de Dios, hoy hemos conocido su amor. Por ello, confiadamente, oremos
para que todas las personas puedan conocer y experimentar este amor. Oremos.
Después de cada petición diremos:
Padre, escúchanos.
Que nuestra mirada alcance hoy al mundo entero. Oremos por todos los hombres
y mujeres de todas las naciones de la tierra. Oremos unidos.
De un modo especial, oremos por los que tienen su vida marcada por el dolor
y la tristeza, sea cual sea el motivo. Oremos unidos.
Contemplando a Dios que tanto nos ama, pidamos de todo corazón por aquellos
a quienes más nos cuesta amar; por las personas concretas que nos han
herido o perjudicado. Oremos unidos.
Hoy, las comunidades cristianas de todo el mundo nos reunimos para celebrar
al Dios hecho hombre.
Oremos para que toda la Iglesia, y cada uno de los cristianos, seamos siempre
un signo transparente del amor y la bondad de Dios. Oremos unidos.
Y finalmente, oremos por nosotros mismos, y por nuestras familias, por nuestros
amigos y conocidos. Oremos unidos.
Escucha, Padre, nuestra oración. Por Jesucristo, tu Hijo, que hoy nace
en nuestra familia humana y vive y reina contigo por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, en la fiesta solemne de la Navidad, esta ofrenda que nos reconcilia contigo de un modo perfecto, y encierra en sí la plenitud del culto que los hombres podemos tributarte. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 97, 3)
Sobre toda la superficie de la tierra se ha contemplado la salvación que viene de nuestro Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios misericordioso, que el salvador del mundo, que hoy nos ha nacido para comunicarnos su vida divina, nos dé también el don de su inmortalidad. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- En una cultura que privilegia el bienestar económico y que además enfrenta enormes desafíos para disponer ordenadamente de sus recursos naturales, no resulta sencillo valorar la multiplicación de los nacimientos. Si en otras épocas se celebraba cualquier nacimiento como un acontecimiento prometedor, ahora no pasa lo mismo. Los dos textos bíblicos que nos comparte la liturgia coinciden en resaltar la esperanza que suscita un recién nacido. Isaías celebra el futuro nacimiento de un niño, que gobernará a su pueblo en paz y justicia. El Evangelio presenta a los pastores y a un Niño que acarreará la paz a los hombres y mujeres bien dispuestos. Parece increíble para una sociedad desencantada, reavivar la esperanza en una sola persona. Para los cristianos, el nacimiento de Jesús es un parteaguas decisivo que mantiene viva nuestra esperanza. Esperanza que nos demanda participar generosamente como ciudadanos y creyentes, en el cumplimiento de nuestras responsabilidades sociales.
Santos: Esteban de Roma, protomártir; Nicodemo de Serbia, abad; Zósimo, Papa. Fiesta (Rojo)
NO LES TOMES EN CUENTA ESE PECADO
Hch 6, 8-10; 7, 54-60; Mt 10, 17-22
Esteban no se retrae de anunciar la profunda experiencia que renovó sustancialmente su vida: la resurrección de Jesús. El ingreso de Jesús a la plenitud de la vida abre un camino y una vía de acceso para todos sus discípulos. Esa es la noticia que comunica el protomártir: la apertura de los cielos muestra la estrecha intimidad entre el Padre y el Hito. El templo de Jerusalén quedará en adelante relativizado. El encuentro con Dios pasará ahora a través de Jesucristo. Las advertencias que lanza el Señor Jesús y que registra el Evangelio de san Mateo en su discurso misionero, han quedado cumplidas. El Espíritu Santo llena de su presencia a Esteban para que rinda su testimonio con decisión.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Las puertas del cielo se abrieron para san Esteban, el primero de los mártires, y por esto ha recibido el premio de la gloria.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que concediste a san Esteban, protomártir, fortaleza para orar por sus verdugos, haz que, a imitación suya, sepamos perdonar de corazón a cuantos nos hayan ofendido o causado algún mal. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Estoy viendo los cielos abiertos.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 6, 8-10; 7, 54-60
En aquellos días,
Esteban, lleno de gracia y de poder, realizaba grandes prodigios y signos entre
la gente.
Algunos judíos de la sinagoga llamada "de los Libertos", procedentes
de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban;
pero no podían refutar la sabiduría y el Espíritu con que
hablaba.
Al oír estas cosas, los miembros del sanedrín se enfurecieron
y rechinaban los dientes de rabia contra él.
Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo, vio la
gloria de Dios y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios, y dijo:
"Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha
de Dios".
Entonces los miembros del sanedrín gritaron con fuerza, se taparon los
oídos y todos a una se precipitaron sobre él. Lo sacaron fuera
de la ciudad y empezaron a apedrearlo. Los falsos testigos depositaron sus mantos
a los pies de un joven, llamado Saulo.
Mientras lo apedreaban, Esteban repetía esta oración: "Señor
Jesús, recibe mi espíritu". Después se puso de rodillas
y dijo con fuerte voz: "Señor, no les tomes en cuenta este pecado".
Diciendo esto, se durmió en el Señor. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 30 R/.
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
Sé tú, Señor, mi fortaleza y mi refugio, la muralla que
me salve. Tú, que eres mi fortaleza y mi defensa, por tu nombre, dirígeme
y guíame. R/.
En tus manos encomiendo mi espíritu y tú, mi Dios leal, me librarás.
Tu misericordia me llenará de alegría, porque has visto las angustias
de mi alma. R/.
Líbrame de la mano de mis enemigos y de aquellos que me persiguen. Vuelve,
Señor, tus ojos a tu siervo y sálvame, por tu misericordia. R/.
ACLAMACIÓN
(Sal 117, 26. 27) R/. Aleluya, aleluya
¡Bendito el que viene en nombre del Señor! Que el Señor,
nuestro Dios, nos ilumine. R/.
No serán ustedes los que hablarán, sino el Espíritu de su Padre.
Del santo Evangelio según san Mateo: 10,17-22
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus apóstoles: "Cuídense de la gente, porque los llevarán
a los tribunales, los azotarán en las sinagogas, los llevarán
ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán testimonio de
mí ante ellos y ante los paganos.
Pero, cuando los entreguen, no se preocupen por lo que van a decir o por la
forma de decirlo, porque, en ese momento se les inspirará lo que han
de decir. Pues no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu
de su Padre el que hablará por ustedes.
El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre a su hijo;
los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos
los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin
se salvará". Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, el sacrificio de alabanza que vamos a ofrecerte en memoria del glorioso mártir san Esteban, y confírmanos en la fe que él atestiguó con su propia sangre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Hch 7, 58)
Mientras lo apedreaban, Esteban oraba así: Señor Jesús recibe mi espíritu.
ORACION DESPUÉS DE LA COMUNION
Que esta sagrada Eucaristía que hemos recibido, al celebrar hoy a san Esteban, el primero de sus mártires, nos llene, Señor, de alegría y de gratitud por el nacimiento de Cristo, nuestro salvado; que vive y reina por los siglos de los siglos.
EXPERIENCIA DE PRIMERA MANO
1 Jn 1, 1-4; Jn 20, 2-9
El prólogo de la Carta de san Juan transpira certidumbre. Una comunidad de discípulos comparte; experiencia más trascendente. Han tenido acceso en Jesús a la experiencia de la vida eterna. Los creyentes se han encontrado con la Palabra que comunica la vida divina. Esa vivencia los ha llenado de alegría y por lo mismo, la comparten con sus hermanas. De ese mensaje es evangelista y heraldo el apóstol Juan. La plenitud de esa experiencia se hizo patente en la resurrección de Jesús, El hallazgo, de la tumba vacía ilumina la inteligencia de Juan, quien descifra de manera creyente la muerte y sepultura de Jesús. Ante su mirada creyente se desvela el misterio. El Padre hace pasar a su Hijo de la muerte a la vida Al servicio de esa vida vivirá Juan, hijo de Zebedeo.
ANTÍFONA DE ENTRADA
En la última cena, Juan reclinó su cabeza sobre el pecho del Señor. Éste es el Apóstol a quien fueron revelados secretos celestiales y a quien fue concedido difundir palabras de vida por toda la tierra.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por medio del Apóstol san Juan, has querido descubrirnos la profundidad de la vida y del amor de tu Hijo, haz que seamos capaces de conocer y de amar cada día más a Jesucristo, nuestro redentor, que vive y reina contigo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Les anunciamos lo que hemos visto y oído.
De la primera carta del apóstol san Juan: 1, 1-4
Queridos hermanos: Les anunciamos
lo que ya existía desde el principio, lo que hemos oído y hemos
visto con nuestros propios ojos, lo que hemos contemplado y hemos tocado con
nuestras propias manos. Nos referimos a aquel que es la Palabra de la vida.
Esta vida se ha hecho visible y nosotros la hemos visto y somos testigos de
ella. Les anunciamos esta vida, que es eterna, y estaba con el Padre y se nos
ha manifestado a nosotros.
Les anunciamos, pues, lo que hemos visto y oído, para que ustedes estén
unidos con nosotros, y juntos estemos unidos con el Padre y su Hijo, Jesucristo.
Les escribimos esto para que se alegren y su alegría sea completa. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 96 R/.
Alégrense, justos, con el Señor.
Reina el Señor, alégrese la tierra; cante de regocijo el mundo
entero. Tinieblas y nubes rodean el trono del Señor, que se asienta en
la justicia y el derecho. R/.
Los montes se derriten como cera ante el Señor de toda la tierra. Los
cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven todos los pueblos. R/.
Amanece la luz para el justo y la alegría para los rectos de corazón.
Alégrense, justos, con el Señor y bendigan su santo nombre. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Señor, Dios eterno, alegres te cantamos, a ti nuestra alabanza. A ti,
Señor, te alaba el coro celestial de los apóstoles. R/.
El otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro.
Del santo Evangelio según san Juan: 20, 2-9
El primer día después
del sábado, María Magdalena vino corriendo a la casa donde estaban
Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y
les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde
lo habrán puesto".
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban
corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa
que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró
los lienzos puestos en el suelo, pero no entró. En eso llegó también
Simón Pedro, que lo venía siguiendo, y entró en el sepulcro.
Contempló los lienzos puestos en el suelo y el sudario, que había
estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos en el suelo,
sino doblado en sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo,
el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó, porque
hasta entonces no habían entendido las Escrituras, según las cuales
Jesús debía resucitar de entre los muertos. Palabra del
Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica, Señor, los dones que te presentamos, y haz que, por esta Eucaristía, participemos del conocimiento profundo de tu Hijo que concediste a san Juan en la última cena. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 1, 14. 16)
El Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros, y de su plenitud todos participamos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por medio de este sacramento que hemos recibido en la fiesta de san Juan Evangelista, concédenos, Señor, que habite siempre en nosotros tu Hijo, Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Los Santos Inocentes, mártires.
Santos: San Gaspar del búfalo, fundador. Beata Mattia Nazareno, abadesa. Fiesta (Rojo)
TENEMOS UN DEFENSOR ANTE EL PADRE
1 Jn 1, 5-2, 2; Mt 2, 13-18
Los discípulos que forman la comunidad creyente que redacta la Primera Carta de San Juan se sienten eufóricos. Ellos han ido liberándose de su condición pecadora, ateniéndose al auxilio de la Palabra. La luz de la Palabra les ha permitido superar las tinieblas del pecado. Ahora viven como una comunidad fraterna que resiste a lo viejos impulsos egoístas. Cuando la fragilidad los orilla a lastimar a sus hermanos no se desesperan. Jesús los perdona y les anima a buscar la reconciliación. El relato que san Mateo nos comparte, describe la brutalidad de Herodes, quien sintiéndose amenazado pro el anuncio del nacimiento del rey de los judíos, se desquita violentamente, segando la vida de numerosos niños inocentes en Belén. El pecado lo mantiene ciego y no se deja ablandar el corazón.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Los vinos inocentes murieron por Cristo; ahora siguen al Cordero sin mancha, cantando: Gloria a ti, Señor.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que concediste a los Santos Inocentes dar testimonio de Cristo, no de palabra, sino con su sangre, ayúdanos a poner de manifiesto nuestra fe, no sólo con nuestros labios, sino, más bien, con nuestra conducta diaria. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
La sangre de Cristo nos purifica de todo pecado.
De la primera carta del apóstol san Juan: 1, 5-2, 2
Queridos hermanos:
Este es el mensaje que hemos escuchado de labios de Jesucristo y que ahora les
anunciamos: Dios es luz y en Él no hay nada de oscuridad.
Si decimos que estamos con Dios, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no
vivimos conforme a la verdad. Pero, si vivimos en la luz, como Él vive
en la luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús
nos purifica de todo secado. Si decimos que no tenemos ningún pecado,
nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros.
Si, por el contrario, confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo,
nos los perdonará y nos purificará de toda maldad. Si decimos
que no hemos pecado, hacemos pasar a Dios por mentiroso y no hemos aceptado
verdaderamente su palabra. Hijitos míos, les escribo esto para que no
pequen. Pero, si alguien peca, tenemos como intercesor ante el Padre, a Jesucristo,
el justo. Porque Él se ofreció como víctima de expiación
por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino por los del mundo
entero. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 123 R/.
Nuestra vida se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores.
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte cuando los hombres nos
asaltaron, nos habría devorado vivos el fuego de su cólera. R/.
Las aguas nos hubieran sepultado, un torrente nos hubiera llegado al cuello,
un torrente de aguas encrespadas. Bendito sea el Señor, porque no permitió
que nos despedazaran con sus dientes. R/.
Nuestra vida se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores.
La trampa se rompió y nosotros escapamos. Nuestra ayuda nos viene del
Señor, que hizo el cielo y la tierra. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
Señor, Dios eterno, alegres te cantamos, a ti nuestra alabanza. A ti,
Señor, el ejército glorioso de los mártires te aclama.
R/.
Herodes mandó matar a todos los niños menores de dos años en la comarca de Belén.
Del santo Evangelio según san Mateo: 2, 13-18
Después de que los
magos partieron de Belén, el ángel del Señor se le apareció
en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño
y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te avise,
porque Herodes va a buscar al niño para matarlo".
José se levantó y esa misma noche tomó al niño y
a su madre y partió para Egipto, donde permaneció hasta la muerte
de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por medio
del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.
Cuando Herodes se dio cuenta de que los magos lo habían engañado,
se puso furioso y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos
los niños menores de dos años, conforme a la fecha que los magos
le habían indicado.
Así se cumplieron las palabras del profeta Jeremías: En Rama se
ha escuchado un grito, se oyen llantos y lamentos: es Raquel que llora por sus
hijos y no quiere que la consuelen, porque ya están muertos.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos con amor y, por este sacrificio de salvación, con el que redimes aun a los que no te conocen, purifícanos de nuestros pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ap 14, 4)
Ellos son los rescatados como primicias de la humanidad para Dios y el Cordero; ellos son el cortejo del Cordero adondequiera que vaya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios nuestro, que en virtud del nacimiento de Cristo otorgaste a los Santos Inocentes el premio de la gloria, concédenos, por el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos recibido, participar abundantemente de tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Tomás Becket, mártir; David, Profeta y rey. Beato Guillermo Howard, mártir. Feria (Blanco)
EL ODIO CIEGA LOS OJOS
1 Jn 2, 3-11; Lc 2, 22-35
Entre el amor y el odio caben muchas opciones. Sin embargo, la Primera Carta de san Juan considera que el odio al hermano es el principal obstáculo para mantenernos en el camino de la vida. Efectivamente, quien se obsesiona en el rechazo y la venganza contra su hermano, va perdiendo la capacidad de mirarse con transparencia. Justifica todo su proceder y juzga con excesiva severidad el comportamiento ajeno. En otro sentido muy diferente el Evangelio de san Lucas no narra la lucidez de Ana y Simeón, un par de ancianos, que mantienen su clarividencia para descifrar el sentido profundo de los acontecimientos. La esperanza preserva su corazón de todo desencanto y en el momento que María y José se presentan en el templo, descubren que la luz del Salvador, ilumina a Israel.
Quinto día dentro de la octava de Navidad
ANTÍFONA DE ENTRADA (Jn 3, 16)
Tanto amó Dios al mundo, que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que con la venida de tu Hijo, luz verdadera, has disipado las tinieblas del mundo, míranos con amor y ayúdanos a celebrar con cantos y alabanzas la gloria del nacimiento de tu Hijo, que vive y reina contigo...
LITURGIA DE LA PALABRA
El que ama a su hermano permanece en la luz.
De la primera carta del apóstol san Juan: 2, 3-11
Queridos hermanos: En esto
tenemos una prueba de que conocemos a Dios, en que cumplimos sus mandamientos.
El que dice: "Yo lo conozco", pero no cumple sus mandamientos, es
un mentiroso y la verdad no está en él. Pero en aquel que cumple
su palabra, el amor de Dios ha llegado a su plenitud, y precisamente en esto
conocemos que estamos unidos a Él. El que afirma que permanece en Cristo
debe de vivir como Él vivió.
Hermanos míos, no les escribo un mandamiento nuevo, sino un mandamiento
antiguo, que ustedes tenían desde el principio. Este mandamiento antiguo
es la palabra que han escuchado, y sin embargo, es un mandamiento nuevo éste
que les escribo; nuevo en él y en ustedes, porque las tinieblas pasan
y la luz verdadera alumbra ya.
Quien afirma que está en la luz y odia a su hermano, está todavía
en las tinieblas. Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza.
Pero quien odia a su hermano está en las tinieblas, camina en las tinieblas
y no sabe a dónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 95 R/.
Cantemos la grandeza del Señor.
Cantemos al Señor un nuevo canto, que le cante al Señor toda la
tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo. R/.
Proclamemos su amor día tras día, su grandeza anunciemos a los
pueblos; de nación en nación, sus maravillas. R/.
Ha sido el Señor quien hizo el cielo; hay gran esplendor en su presencia
y lleno de poder está su templo. R/.
ACLAMACIÓN
(Lc 2, 32) R/. Aleluya, aleluya.
Cristo es la luz que alumbra a las naciones y la gloria de tu pueblo, Israel.
R/.
Cristo es lo luz que alumbra a las naciones.
Del santo Evangelio según san Lucas: 2, 22-35
Transcurrido el tiempo
de la purificación de María, según la ley de Moisés,
ella y José llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo
al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley: Todo primogénito
varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer,
como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones. Vivía en
Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón justo y temeroso
de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él moraba el Espíritu
Santo, el cual le había revelado que no moriría sin haber visto
antes al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu, fue
al templo, y cuando José y María entraban con el niño Jesús
para cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo tomó en brazos
y bendijo a Dios, diciendo:
"Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según lo
que me habías prometido, porque mis ojos han visto a tu Salvador, al
que has preparado para bien de todos los pueblos, luz que alumbra a las naciones
y gloria de tu pueblo, Israel".
El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes palabras,
Simeón los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció:
"Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en
Israel, como signo que provocará contradicción, para que queden
al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te
atravesará el alma". Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
No se dice Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos para esta Eucaristía, en la que se realiza un glorioso intercambio, a fin de que, al ofrecerte tus propios dones, podamos recibirte a ti mismo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 78)
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos ha visitado Cristo, el Sol que nace de lo alto.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso que la gracia de estos sacramentos fortalezca cada día más nuestra vida cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LA SAGRADA FAMILIA
Santos: Sabino de Espoleto y compañeros, mártires. Beata Margarita de Colonna, religiosa. Fiesta (Blanco)
LA SAGRADA FAMILIA
Si 3, 3-7. 14-17: Lc 2, 22-40
El autor del libro del Eclesiástico se dirige a los jóvenes que aspiran vivir sensatamente y les amonesta sobre la importancia del trato respetuoso a los Padres de familia. Numerosas recompensas alcanzará quien respete a sus progenitores: la escucha divina, la expiación de los pecados y la vida longeva son para los hijos amorosos que honran y cuidan responsablemente de sus padres. De padres ejemplares, como José y María que conforman la Sagrada Familia, nos habla el Evangelio de san Lucas. Las relaciones basadas en el respeto, el amor y la fidelidad siempre serán exigentes y difíciles de construir. Sin embargo, solamente a partir de tales actitudes se conseguirá crear un clima adecuado para el crecimiento y la realización plena de las familias.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Lc 2, 16)
Fueron los pastores a toda prisa y encontraron a María y a José y, recostado en un pesebre, al niño.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor y Dios nuestro, tú que nos has dado en la Sagrada Familia de tu Hijo, el modelo perfecto para nuestras familias, concédenos practicar sus virtudes domésticas y estar unidos por los lazos de tu amor, para que podamos ir a gozar con ella eternamente de la alegría de tu casa. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
El que teme al Señor, honra a sus padres.
Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 3, 3-7. 14-17
El Señor honra al
padre en los hijos y respalda la autoridad de la madre sobre ellos. El que honra
a su padre queda limpio de pecado; y acumula tesoros, el que respeta a su madre.
Quien honra a su padre, encontrará alegría en sus hijos y su oración
será escuchada; el que enaltece a su padre, tendrá larga vida
y el que obedece al Señor, es consuelo de su madre.
Hijo, cuida de tu padre en la vejez y en su vida no le causes tristeza; aunque
se debilite su razón, ten paciencia con él y no lo menosprecies
por estar tú en pleno vigor. El bien hecho al padre no quedará
en el olvido y se tomará a cuenta de tus pecados. Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 127 R/.
Dichoso el que teme al Señor.
Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos: comerá del fruto
de su trabajo, será dichoso, le irá bien. R/.
Su mujer, como vid fecunda, en medio de su casa; sus hijos, como renuevos de
olivo, alrededor de su mesa. R/.
Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor: "Que
el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida". R/.
ACLAMACIÓN
(Col 3, 15. 16) R/. Aleluya, aleluya.
Que en sus corazones reine la paz de Cristo; que la palabra de Cristo habite
en ustedes con toda su riqueza. R/.
El niño iba creciendo y se llenaba de sabiduría.
Del santo Evangelio según san Lucas: 2, 22-40
Transcurrido el tiempo de
la purificación de María, según la ley de Moisés,
ella y José llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo
al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley: Todo primogénito
varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer,
como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones.
Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón
justo y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él
moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no moriría
sin haber visto antes al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu,
fue al templo, y cuando José y María entraban con el niño
Jesús para cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo tomó
en brazos y bendijo a Dios, diciendo:
"Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según lo
que me habías prometido, porque mis ojos han visto a tu Salvador, al
que has preparado para bien de todos los pueblos; luz que alumbra a las naciones
y gloria de tu pueblo, Israel".
El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes palabras.
Simeón los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció:
"Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en
Israel, como signo que provocará contradicción, para que queden
al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te
atravesará el alma".
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu
de Aser. Era una mujer muy anciana. De joven, había vivido siete años
casada y tenía ya ochenta y cuatro años de edad. No se apartaba
del templo ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones.
Ana se acercó en aquel momento, dando gracias a Dios y hablando del niño
a todos los que aguardaban la liberación de Israel.
Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se
volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y
fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios estaba
con Él. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
No se dice Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, este sacrificio de reconciliación y, por intercesión de la Virgen Madre de Dios y de san José, concede a nuestras familias vivir siempre en tu amistad y en tu paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ba 3, 38)
Nuestro Dios apareció en el mundo y convivió con los hombres.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre lleno de amor, concede a los que acabamos de alimentarnos con este sacramento celestial, imitar siempre los ejemplos de la Sagrada Familia, para que, después de las pruebas de esta vida, podamos gozar eternamente con ellos en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Papa Melania "la joven", viuda; Columba de Sens, mártir. Feria (Blanco)
LOS ANTICRISTOS Y LOS TESTIGOS
1 Jn 2, 18-21; Jn 1, 1-18
Mientras que el Evangelio de San Juan comienza proclamando el testimonio fecundo de Juan Bautista y de los discípulos que se dejaron renovar por la fuerza de la Palabra, la Primera Carta de Juan exhibe a los discípulos que conociendo la Verdad, optaron por el camino equivocado. A esos cristianos que prefirieron amarse a sí mismos, antes que a Jesús y a sus hermanos, el autor los considera anticristos. El epíteto no tiene que quedar reservado para algún cruel perseguidor de los cristianos o para un personaje histórico sobresaliente. Cada vez que los discípulos contrarrestamos con nuestras opciones injustas el proyecto que el. Espíritu impulsa en nuestro interior, vivimos en calidad de anticristos.
Séptimo día dentro de la octava de Navidad
ANTÍFONA DE ENTRADA (Is 9, 6)
Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. La insignia del poder está sobre sus hombros y se le llamará Angel del Gran Consejo.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que has querido que todo esfuerzo del hombre por ir a tu encuentro tenga su origen y su plenitud en el nacimiento de tu Hijo, concédenos contarnos siempre entre el número de los que siguen a Cristo, en quien está la salvación de todo el género humano. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Han recibido ustedes la unción del Espíritu Santo.
De la primera carta del apóstol san Juan: 2, 18-21
Hijos míos: Ésta
es la última hora. Han oído ustedes que iba a venir el anticristo;
pues bien, muchos anticristos han aparecido ya, por lo cual nos damos cuenta
de que es la última hora.
De entre ustedes salieron, pero no eran de los nuestros; pues si hubieran sido
de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió
así para que se pusiera de manifiesto que ninguno de ellos es de los
nuestros.
Por lo que a ustedes toca, han recibido la unción del Espíritu
Santo y tienen así el verdadero conocimiento.
Les he escrito, no porque ignoren la verdad, sino porque la conocen y porque
ninguna mentira viene de la verdad. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Del salmo 95 R/
Alégrense los cielos y la tierra.
Cantemos al Señor un nuevo canto, que le cante al Señor toda la
tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo, proclamemos su amor
día tras día. R/.
Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino.
Salten de gozo el campo y cuanto encierra, manifiesten los bosques regocijo.
R/.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe.
Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones.
R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 1, 14. 12) R/. Aleluya, aleluya.
Aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. A todos
los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios.
R/.
Aquel que es la Palabra se hizo hombre.
Del santo Evangelio según san Juan: 1, 1-18
En el principio ya existía
aquel que es la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios.
Ya en el principio El estaba con Dios. Todas las cosas vinieron a la existencia
por Él y sin Él nada empezó de cuanto existe. Él
era la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas
y las tinieblas no la recibieron.
Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Este vino como testigo,
para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.
El no era la luz, sino testigo de la luz.
Aquel que es la Palabra era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre que
viene a este mundo. En el mundo estaba; el mundo había sido hecho por
Él y, sin embargo, el mundo no lo conoció. Vino a los suyos y
los suyos no lo recibieron; pero a todos los que lo recibieron les concedió
poder llegar a ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre, los cuales no
nacieron de la sangre, ni del deseo de la carne, ni por voluntad del hombre,
sino que nacieron de Dios.
Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos
visto su gloria, gloria que le corresponde como a Unigénito del Padre,
lleno de gracia y de verdad.
Juan el Bautista dio testimonio de Él, clamando: "A éste
me refería cuando dije: 'El que viene después de mí, tiene
precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo' ".
De su plenitud hemos recibido todos gracia sobre gracia. Porque la ley fue dada
por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad vinieron por
Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás. El Hijo unigénito,
que está en el seno del Padre, es quien lo ha revelado.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
No se dice Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor y Dios nuestro, que infundes en nosotros los sentimientos de la verdadera adoración y nos impulsas a vivir en plena concordia con nuestros prójimos, concédenos poder tributarte con estas ofrendas el culto que te es debido y estrechar los lazos de caridad con nuestros hermanos, por la participación en este sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Jn 4, 9)
Dios envió al mundo a su Hijo único, para darnos vida por medio de Él. ....
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que tu pueblo, Señor, al que jamás has dejado de tu mano, experimente tu ayuda presente y futura a fin de que, disfrutando de los bienes terrenos necesarios, pueda buscar con mayor confianza los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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