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JUBILEO ORDINARIO MMXXV: "PEREGRINOS DE ESPERANZA"
El número entre paréntesis en MR ( ) corresponde al Misal Romano edición para México de Editorial BAC.
Solemnidad de Santa María, Madre de Dios
- Jornada Mundial de la Paz
Antífona de Entrada
Te aclamamos, santa Madre
de Dios, porque has dado a luz al Rey, que gobierna el cielo y la tierra por
los siglos de los siglos.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por la fecunda
virginidad de María diste al género humano el don de la salvación eterna,
concédenos sentir la intercesión de aquella por quien recibimos al autor de
la vida, Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro. Él, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
Primera Lectura
Lectura del libro de los Números (6, 22-27)
En aquel tiempo, el Señor
habló a Moisés y le dijo: “Di a Aarón y a sus hijos: ‘De esta manera bendecirán
los israelitas: El Señor te bendiga y te proteja, haga resplandecer su rostro
sobre ti y te conceda su favor. Que el Señor te mire con benevolencia y te
conceda la paz’.
Así invocarán mi nombre
sobre los israelitas y yo los bendeciré”. Palabra de Dios. R/.
Te alabamos, Señor.
SALMO 66
R/.
Ten piedad de nosotros, Señor y bendícenos.
Ten piedad de nosotros y
bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad
y los pueblos tu obra salvadora. R/.
Las naciones con júbilo
te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los
pueblos y riges en la tierra las naciones. R/.
Que te alaben, Señor, todos
los pueblos, que los pueblos te aclamen todos juntos. Que nos bendiga Dios
y que le rinda honor el mundo entero. R/.
SEGUNDA LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas (4, 4-7)
Hermanos: Al llegar la plenitud
de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la
ley, para rescatar a los que estábamos bajo la ley, a fin de hacernos hijos
suyos. Puesto que ya son ustedes hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu
de su Hijo, que clama “¡Abbá!”, es decir, ¡Padre! Así que ya no eres siervo,
sino hijo; y siendo hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.
Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor
Aclamación antes del Evangelio
R/.
Aleluya,
aleluya.
En distintas ocasiones y
de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los
profetas. Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo.
R/.
Aleluya.
EVANGELIO
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (2,
16-21)
En aquel tiempo, los pastores
fueron a toda prisa hacia Belén y encontraron a María, a José y al niño, recostado
en el pesebre.
Después de verlo, contaron
lo que se les había dicho de aquel niño y cuantos los oían, quedaban maravillados.
María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón.
Los pastores se volvieron
a sus campos, alabando y glorificando a Dios por todo cuanto habían visto
y oído, según lo que se les había anunciado.
Cumplidos los ocho días,
circuncidaron al niño y le pusieron el nombre de Jesús, aquel mismo que había
dicho el ángel, antes de que el niño fuera concebido. Palabra del Señor. R/. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Al celebrar hoy a Santa
María, Madre de Dios, oremos por nosotros y por todos los hombres y mujeres
que buscan a Dios y digamos juntos:
R/.
Mira
a la Madre de tu Hijo y escúchanos.
Para
que la sabiduría, que procede de lo alto, ilumine a nuestros sacerdotes para
que en nombre de Dios promuevan la paz y la justicia. Oremos.
Para
que el Señor bendiga a su Iglesia, la proteja, y haga que sea, como María,
Madre de los creyentes. Oremos.
Para
que el Señor tenga piedad de nuestra sociedad y manifieste su cercanía a todos
los que sufren, están tristes o viven marginados. Oremos.
Para
que María, modelo de mujer y de madre, ayude a todas las mujeres a vivir con
dignidad. Oremos.
Para
que María mantenga unidos a los cristianos y nos ayude a acoger a Jesús en
nuestra vida. Oremos.
Para
que Dios nuestro Señor nos dé un año feliz, alegrándonos con los bienes de
la tierra y enriqueciéndonos con los del cielo. Oremos.
Mira a tu Madre, Señor,
y escucha nuestras oraciones, y ya que es también nuestra Madre, haz que vivamos
siempre bajo su protección para que Ella guíe nuestros pasos hacia Ti. Que
vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios, que das origen
y plenitud a todo bien, concédenos que, al celebrar, llenos de gozo, la solemnidad
de la Santa Madre de Dios, así como nos gloriamos de las primicias de su gracia,
podamos gozar también de su plenitud. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Prefacio V
de Santa María Virgen
Antífona de la Comunión
Jesucristo es el mismo ayer,
hoy y por todos los siglos.
Oración después de la Comunión
Señor, que estos sacramentos
celestiales que hemos recibido con alegría, sean fuente de vida eterna para
nosotros, que nos gloriamos de proclamar a la siempre Virgen María como Madre
de tu Hijo y Madre de la Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Memoria de los santos Basilio Magno y Gregorio Nacianceno, obispos
y doctores de la Iglesia
Antífona de Entrada
Los pueblos proclamen la
sabiduría de los santos, y la Iglesia cante sus alabanzas; sus nombres vivirán
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que te dignaste
instruir a tu Iglesia con los ejemplos y enseñanzas de los santos obispos
Basilio Magno y Gregorio Nacianceno, haz que aprendamos humildemente tu verdad
y por la caridad la pongamos en práctica. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
Primera Lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (2, 22-28)
Hijos míos: ¿Quién es el
mentiroso, sino aquel que niega que Jesús es Cristo? Ese es el anticristo,
porque niega al Padre y al Hijo. Nadie que niegue al Hijo posee al Padre;
pero quien reconoce al Hijo, posee también al Padre. Que permanezca, pues,
en ustedes lo que desde el principio han oído. Si permanece en ustedes lo
que han oído desde el principio, también ustedes permanecerán en el Hijo y
en el Padre. Esta es la promesa que él mismo nos hizo: la vida eterna.
Les he escrito esto, pensando
en aquellos que tratan de inducirlos al error. Recuerden que la unción que
de él han recibido, permanece en ustedes y no necesitan enseñanzas de nadie;
esta unción, que es verdad y no mentira, los ilustra a través de todas las
cosas; permanezcan, pues, en él, como la unción les enseña.
Así pues, hijos míos, permanezcan
en él, para que, cuando él se manifieste, tengamos plena confianza y no nos
veamos confundidos por él en el día de su venida. Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor.
SALMO 97
R/. Cantemos la grandeza del Señor.
Cantemos al Señor un canto
nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la
victoria. R/.
El Señor ha dado a conocer
su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado
Dios su amor y su lealtad hacia Israel. R/.
La tierra entera ha contemplado
la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con
júbilo al Señor. R/.
Aclamación antes del Evangelio
R/. Aleluya, aleluya.
En distintas ocasiones y
de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los
profetas. Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo. R/. Aleluya.
EVANGELIO
† Lectura del santo Evangelio según san Juan (1, 19-28)
Este es el testimonio que
dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes
y levitas para preguntarle: “¿Quién eres tú?”
El reconoció y no negó quién
era. El afirmó: “Yo no soy el Mesías”. De nuevo le preguntaron: “¿Quién eres,
pues? ¿Eres Elías?” El les respondió: “No lo soy”. “¿Eres el profeta?” Respondió:
“No”. Le dijeron: “Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta
a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?” Juan les contestó: “Yo soy
la voz que grita en el desierto: ‘Enderecen el camino del Señor’, como anunció
el profeta Isaías”.
Los enviados, que pertenecían
a la secta de los fariseos, le preguntaron: “Entonces ¿por qué bautizas, si
no eres el Mesías, ni Elías, ni el profeta?” Juan les respondió: “Yo bautizo
con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien
que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las correas de
sus sandalias”.
Esto sucedió en Betania,
en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba.
Palabra del Señor.
R/. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Recibe, Señor, este sacrificio
que, para tu gloria, tu pueblo ofrece en honor de los santos Basilio y Gregorio,
y concédenos alcanzar la eterna salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio de
los Santos Pastores
Antífona de la Comunión
Nosotros predicamos a Cristo
crucificado: a Cristo, fuerza de Dios y sabiduría de Dios.
Oración después de la Comunión
Que esta mesa celestial,
Dios todopoderoso, robustezca y aumente el vigor espiritual de todos los que
celebramos la festividad de los santos Basilio y Gregorio, para que conservemos
íntegro el don de la fe y caminemos por el sendero de la salvación que él
nos señaló. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Feria del Tiempo de Navidad (El Santísimo Nombre de Jesús)
Antífona de Entrada
Una luz se levanta en las
tinieblas para los hombres de corazón recto: el Señor clemente, justo y compasivo.
ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Señor, que ilumines
bondadosamente a tus fieles e inflames siempre sus corazones con el resplandor
de tu gloria, para que constantemente reconozcamos a nuestro Salvador y lo
acojamos de verdad. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
Primera Lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (Jn
2, 29 – 3, 6)
Queridos hijos: Si ustedes
saben que Dios es santo, tienen que reconocer que todo el que practica la
santidad ha nacido de Dios. Miren cuánto amor nos ha tenido el Padre, pues
no sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos. Si el mundo no nos
reconoce, es porque tampoco lo ha reconocido a él.
Hermanos míos, ahora somos
hijos de Dios, pero aún no se ha manifestado cómo, seremos al fin. Y ya sabemos
que, cuando él se manifieste, vamos a ser semejantes a él, porque lo veremos
tal cual es. Y todo el que tiene puesta en él esta esperanza, procura ser
santo, como Jesucristo es santo. Todo el que comete pecado quebranta la ley,
puesto que el pecado es quebrantamiento de la ley. Y si saben ustedes que
Dios se manifestó para quitar los pecados, es porque en él no hay pecado.
Todo el que permanece en Dios, no peca. Todo el que vive pecando, es como
si no hubiera visto ni conocido a Dios. Palabra
de Dios.
R/.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
(Salmo 97)
R/.
Aclamemos con júbilo al Señor.
Cantemos al Señor un canto
nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la
victoria. R/.
La tierra entera ha contemplado
la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con
júbilo al Señor. R/.
Cantemos al Señor al son
del arpa, suenen los instrumentos. Aclamemos al son de los clarines al Señor,
nuestro rey. R/.
Aclamación antes del Evangelio
R/.
Aleluya, aleluya.
Aquel que es la Palabra
se hizo hombre y habitó entre nosotros. A todos los que lo recibieron les
concedió poder llegar a ser hijos de Dios.
R/. Aleluya.
EVANGELIO
† Lectura del santo Evangelio según san Juan (Jn
1, 29-34)
En aquel tiempo, vio Juan
el Bautista a Jesús, que venía hacía él, y exclamó: “Este es el Cordero de
Dios, el que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo he dicho:
‘El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía
antes que yo’. Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua, para
que él sea dado a conocer a Israel”. Entonces Juan dio este testimonio: “Vi
al Espíritu descender del cielo en forma de paloma y posarse sobre él. Yo
no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: ‘Aquel sobre
quien veas que baja y se posa el Espíritu Santo, ése es el que ha de bautizar
con el Espíritu Santo’. Pues bien, yo lo vi y doy testimonio de que éste es
el Hijo de Dios”. Palabra del Señor. R/.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta benignamente, Señor,
los dones de tu pueblo, para que recibamos, por este sacramento celestial,
aquello mismo que el fervor de nuestra fe nos mueve a proclamar. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
Antífona de la Comunión
En esto se manifiesta el
amor que Dios nos tiene: en que envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos
por él.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, que nos unes
a ti al permitirnos participar en tus sacramentos, realiza su poderoso efecto
en nuestros corazones, y que la misma recepción de este don tuyo nos haga
más dignos de seguirlo recibiendo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Feria del Tiempo de Navidad
ANTÍFONA DE ENTRADA
Envió Dios a su Hijo, nacido
de una mujer, para que recibiéramos la dignidad de hijos adoptivos.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno,
que con la venida de tu Unigénito has hecho resplandecer sobre el mundo una
luz nueva, concédenos, que, así como Jesucristo, al nacer de la Virgen María,
ha querido compartir nuestra condición humana, así también nosotros lleguemos
a compartir en su Reino la gloria de su divinidad. Él, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (Jn
3, 7-10)
Hijos míos: No dejen que
nadie los engañe. Quien practica la santidad es santo, como Cristo es santo.
Quien vive pecando, se deja dominar por el diablo, ya que el diablo es pecador
desde el principio. Pues
bien, para eso se encarnó el Hijo de Dios: para deshacer las obras del diablo.
Ninguno que sea hijo de
Dios sigue cometiendo pecados, porque el germen de vida que Dios le dio permanece
en él. No puede pecar, porque ha nacido de Dios.
En esto se distinguen los
hijos de Dios de los hijos del diablo: todo aquel que no practica la santidad,
no es de Dios; tampoco es de Dios el que no ama a su hermano. Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor.
SALMO 97
R/.
Toda la tierra ha visto al Salvador.
Cantemos al Señor un canto
nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la
victoria. R/.
Alégrense el mar y el mundo
submarino, el orbe y todos los que en él habitan. Que los ríos estallen en
aplausos y las montañas salten de alegría. R/.
Regocíjese todo ante el
Señor, porque ya viene a gobernar el orbe. Justicia y rectitud serán las normas
con las que rija a todas las naciones. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/.
Aleluya, aleluya.
En distintas ocasiones y
de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los
profetas. Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo.
R/.
Aleluya.
EVANGELIO
† Lectura del santo Evangelio según san Juan (Jn
1, 35-42)
En aquel tiempo, estaba
Juan el Bautista con dos de sus discípulos, y fijando los ojos en Jesús, que
pasaba, dijo: “Este es el Cordero de Dios”. Los dos discípulos, al oír estas
palabras, siguieron a Jesús. Él se volvió hacia ellos, y viendo que lo seguían,
les preguntó: “¿Qué buscan?” Ellos le contestaron: “¿Dónde vives, Rabí?” (Rabí
significa ‘maestro’). Él les dijo: “Vengan a ver”.
Fueron, pues, vieron dónde
vivía y se quedaron con él ese día. Eran como las cuatro de la tarde. Andrés,
hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron lo que Juan el Bautista
decía y siguieron a Jesús. El primero a quien encontró Andrés, fue a su hermano
Simón, y le dijo: “Hemos encontrado al Mesías” (que quiere decir ‘el ungido’).
Lo llevó a donde estaba Jesús y éste, fijando en él la mirada, le dijo: “Tú
eres Simón, hijo de Juan. Tú te llamarás Kefás” (que significa Pedro, es decir,
‘roca’). Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor Dios, fuente de toda
devoción sincera y de la paz, concédenos honrar de tal manera tu majestad
con estos dones, que, al participar en estos santos misterios, todos quedemos
unidos en un mismo sentir. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
De su plenitud todos hemos
recibido gracia sobre gracia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que tu pueblo, al
que diriges con variados auxilios, obtenga de tu misericordia la ayuda presente
y la futura, para que, recibiendo el necesario consuelo de las cosas pasajeras,
más confiadamente aspire a las eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Solemnidad de la Epifanía del Señor
ANTÍFONA DE ENTRADA
Miren que ya viene el Señor
todopoderoso; en su mano están el reino, la potestad y el imperio.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que en este
día manifestaste a tu Unigénito a las naciones, guiándolas por la estrella,
concede a los que ya te conocemos por la fe, que lleguemos a contemplar la
hermosura de tu excelsa gloria. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Isaías (Is
60, 1-6)
Levántate y resplandece,
Jerusalén, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor alborea sobre ti.
Mira: las tinieblas cubren la tierra y espesa niebla envuelve a los pueblos;
pero sobre ti resplandece el Señor y en ti se manifiesta su gloria. Caminarán
los pueblos a tu luz y los reyes, al resplandor de tu aurora.
Levanta los ojos y mira
alrededor: todos se reúnen y vienen a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus
hijas las traen en brazos. Entonces verás esto radiante de alegría; tu corazón
se alegrará, y se ensanchará, cuando se vuelquen sobre ti los tesoros del
mar y traigan las riquezas de los pueblos. Te inundará una multitud de camellos
y dromedarios, procedentes de Madián y de Efá. Vendrán todos los de Sabá trayendo
incienso y oro y proclamando las alabanzas del Señor. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Salmo 71
R/. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey
tu juicio y tu justicia, al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en
defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente. R/.
Florecerá en sus días la
justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a mar se extenderá su reino
y de un extremo al otro de la tierra.
R/.
Los reyes de occidente y
de las islas le ofrecerán sus dones. Ante él se postrarán todos los reyes
y todas las naciones. R/.
Al débil librará del poderoso
y ayudará al que se encuentra sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre
y salvará la vida al desdichado. R/.
Segunda Lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los efesios
(3, 2-3. 5-6)
Hermanos: Han oído hablar
de la distribución de la gracia de Dios, que se me ha confiado en favor de
ustedes.
Por revelación se me dio
a conocer este misterio, que no había sido manifestado a los hombres en otros
tiempos, pero que ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles
y profetas: es decir, que, por el Evangelio, también los paganos son coherederos
de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa
en Jesucristo. Palabra de Dios.
R/. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/.
Aleluya, aleluya.
Hemos visto su estrella
en el oriente y hemos venido a adorar al Señor. R/. Aleluya.
EVANGELIO
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (Mt 2, 1-12)
Jesús nació en Belén de
Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de Oriente llegaron entonces
a Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de
nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo”.
Al enterarse de esto, el
rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los
sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que
nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de Judá, porque así lo ha
escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna
la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que
será el pastor de mi pueblo, Israel”.
Entonces Herodes llamó en
secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había
aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a averiguar
cuidadosamente qué hay de ese niño, y cuando lo encuentren, avísenme para
que yo también vaya a adorarlo”.
Después de oír al rey, los
magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir,
comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño.
Al ver de nuevo la estrella,
se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María,
su madre, y postrándose, lo adoraron.
Después, abriendo sus cofres,
le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño
de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos a Dios con un espíritu
muy abierto al mundo entero.
Después de cada petición diremos: Escúchanos, Padre.
Por
todos los cristianos, por todos los que sentimos la alegría de creer en Jesús.
Oremos.
Por los hombres y mujeres de buena voluntad que no han descubierto aún el
gozo de la fe. Oremos.
Por los países de misión, y para que cada vez sean más los sacerdotes y religiosos,
hijos de aquellas tierras. Oremos.
Por los niños y niñas que hoy viven esta fiesta llenos de alegría; por los
niños y niñas que sufren la pobreza o el abandono. Oremos.
Por las enfermeras y enfermeros y por los enfermos a quienes atienden. Oremos.
Por cada uno de nosotros, por nuestras familias y nuestros amigos. Oremos.
Escucha, Padre, nuestra
oración, y derrama tú Espíritu en nuestros corazones. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, con bondad
los dones de tu Iglesia, que no consisten ya en oro, incienso y mirra, sino
en tu mismo Hijo, Jesucristo, que, bajo las apariencias de pan y de vino,
va a ofrecerse en sacrificio y a dársenos en alimento, Él, que vive y reina
por los siglos de los siglos.
PREFACIO DE LA EPIFANÍA
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y
en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque hoy
has revelado en Cristo, el misterio de nuestra salvación, para iluminar con
su luz a todos los pueblos; ya que, al manifestarse tu Hijo en nuestra carne
mortal, nos has restaurado con la gloria de su inmortalidad.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (Cfr. Mt 2, 2)
Hemos visto su estrella
en el oriente y venimos con regalos a adorar al Señor.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que tu luz, Señor, nos guíe
y nos acompañe siempre para que comprendamos, cada día más, este sacramento
en el que hemos participado y podamos recibirlo con mayor amor. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
LA POSTRACIÓN DE LOS REYES MAGOS ES EL SIGNO DE QUIENES DEJAN DE LADO
SUS IDEAS Y DAN ESPACIO A DIOS (ÁNGELUS DEL 6 DE ENERO DE 2022)
Queridos hermanos y hermanas,
¡buenos días, buena fiesta!
Hoy, solemnidad de la Epifanía,
contemplamos el episodio de los magos, que emprenden un largo y extenuante
viaje para ir a adorar al «Rey de los judíos». Los guía el signo prodigioso
de una estrella, y cuando al final llegaron a la meta, en lugar de encontrar
algo prodigioso, ven a un niño con su madre. Podrían haber protestado: “¿Todo
un largo camino y tantos sacrificios para ver a un niño pobre?”.
Y, sin embargo, no se escandalizan
y no se sienten defraudados. No se quejan. ¿Qué hacen? Se postran.
«Entraron en la casa —dice
el Evangelio—; vieron al niño con su madre María y, postrándose, le adoraron».
¡Pensemos en estos sabios
que llegan de lejos, ricos, cultos y famosos, y se postran, es decir, se inclinan
hasta el suelo para adorar a un niño! Parece una contradicción. Sorprende
este gesto tan humilde de hombres tan ilustres. Postrarse ante una autoridad
que se presentaba con los signos del poder y la gloria era normal en aquellos
tiempos. E incluso hoy no sería extraño. Pero frente al Niño de Belén no es
fácil. No es fácil adorar a este Dios, cuya divinidad permanece oculta y no
parece triunfante. Significa acoger la grandeza de Dios, que se manifiesta
en la pequeñez: este es el mensaje. Los magos se rebajan ante la inaudita
lógica de Dios, acogen al Señor no como lo imaginaban, sino como es, pequeño
y pobre.
Su postración es el signo
de quienes dejan de lado sus ideas y dan espacio a Dios. Se requiere humildad
para hacer esto.
El Evangelio insiste en
esto: no dice solamente que los magos adoraron, subraya que se postraron y
adoraron. Tomemos esta indicación: la adoración va junto con la postración.
Al hacer este gesto, los magos demuestran que acogen con humildad a Aquel
que se presenta en la humildad. Y así se abren a la adoración de Dios. Los
cofres que abren son imagen de su corazón abierto: su verdadera riqueza no
consiste en la fama y el éxito, sino en la humildad, en el hecho de considerarse
necesitados de salvación. Y así es el ejemplo que nos dan los magos, hoy.
Queridos hermanos y hermanas,
si en la base de todo nos ponemos siempre a nosotros con nuestras ideas y
presumimos de tener algo de qué jactarnos ante Dios, nunca lo encontraremos
plenamente, no llegaremos a adorarlo. Si no caen nuestras pretensiones y vanidades,
nuestro pundonor y deseo de sobresalir, es posible que acabemos adorando a
alguien o algo en la vida, ¡pero no será al Señor! Si, por el contrario, abandonamos
nuestra pretensión de autosuficiencia, si nos hacemos pequeños por dentro,
redescubriremos el asombro de adorar a Jesús. Porque la adoración pasa por
la humildad de corazón: quien tiene el afán de adelantar, no nota la presencia
del Señor. Jesús pasa cerca y es ignorado, como les sucedió a muchos en aquel
tiempo, pero no a los magos.
Hermanos y hermanas, fijándonos
en ellos, hoy nos preguntamos: ¿cómo está mi humildad? ¿Estoy convencido de
que el orgullo impide mi progreso espiritual? Ese orgullo, manifiesto u oculto,
que cubre siempre el impulso hacia Dios. ¿Trabajo sobre mi docilidad, para
estar disponible para Dios y los demás, o estoy siempre centrado en mí mismo,
en mis exigencias, con ese egoísmo oculto que es la soberbia? ¿Sé dejar de
lado mi punto de vista para abrazar el de Dios y el de los demás? Y finalmente,
¿rezo y adoro solo cuando necesito algo, o lo hago constantemente porque creo
que siempre necesito a Jesús? Los magos comenzaron el camino mirando una estrella
y hallaron a Jesús. Caminaron mucho. Hoy podemos seguir este consejo: mira
la estrella y camina. Nunca dejes de caminar, pero no olvides mirar la estrella.
Este es el consejo de hoy, fuerte: mira la estrella y camina, mira la estrella
y camina.
Que la Virgen María, sierva
del Señor, nos enseñe a redescubrir la necesidad vital de la humildad y el
ardiente deseo de la adoración. Nos enseñe a mirar la estrella y a caminar.
Y os deseo a todos una feliz
fiesta. Por favor, no os olvidéis de rezar por mí. Buen almuerzo y hasta pronto.
Papa Francisco
Feria del Tiempo de Navidad: Lunes después de Epifanía
ANTÍFONA
DE ENTRADA
Un día sagrado ha amanecido
para nosotros. Vengan, pueblos, y adoren al Señor, porque una gran luz ha
descendido sobre la tierra.
ORACIÓN COLECTA
Que el esplendor de tu gloria
ilumine, Señor, nuestros corazones para que, a través de las tinieblas de
este mundo podamos llegar a la patria de la eterna claridad. Por nuestro Señor
Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
De la primera carta del
apóstol san Juan: 3, 22-4, 6
Queridos hijos: Puesto que
cumplimos los mandamientos de Dios y hacemos lo que le agrada, ciertamente
obtendremos de Él todo lo que le pidamos. Ahora bien, éste es su mandamiento:
que creamos en la persona de Jesucristo, su Hijo, y nos amemos los unos a
los otros, conforme al precepto que nos dio. Quien cumple sus mandamientos
permanece en Dios y Dios en él. En esto conocemos, por el Espíritu que Él
nos ha dado, que Él permanece en nosotros.
Hermanos míos, no se dejen llevar de cualquier espíritu, sino examinen toda
inspiración para ver si viene de Dios, pues han surgido por el mundo muchos
falsos profetas. La presencia del Espíritu de Dios la pueden conocer en esto:
Todo aquel que reconoce a Jesucristo, Palabra de Dios, hecha hombre, es de
Dios. Todo aquel que no reconoce a Jesús, no es de Dios, sino que su espíritu
es del anticristo. De éste han oído decir que ha de venir; pues bien, ya está
en el mundo.
Ustedes son de Dios, hijitos míos, y han triunfado de los falsos profetas,
porque más grande es el que está en ustedes que el que está en el mundo. Ellos
son del mundo, enseñan cosas del mundo y el mundo los escucha. Pero nosotros
somos de Dios y nos escucha el que es de Dios. En cambio, aquel que no es
de Dios no nos escucha. De esta manera distinguimos entre el espíritu de la
verdad y el espíritu del error. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
SALMO 2
R/. Yo te daré en herencia
las naciones.
Anunciaré el decreto del Señor. He aquí lo que me dijo: "Hijo mío eres
tú, yo te he engendrado hoy. Te daré en herencia las naciones y como propiedad,
toda la tierra". R/.
Escuchen y comprendan estas cosas, reyes y gobernantes de la tierra. Adoren
al Señor con reverencia, sírvanlo con temor. R/.
ACLAMACIÓN (Cfr. Mt 4, 23)
R/. Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba la buena nueva del Reino y curaba a la gente de toda enfermedad.
R/.
EVANGELIO
† Lectura del santo Evangelio
según san Mateo: 4, 12-17. 23-25
Al enterarse Jesús de que
Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea, y dejando el pueblo de Nazaret,
se fue a vivir a Cafarnaúm, junto al lago, en territorio de Zabulón y Neftalí,
para que así se cumpliera lo que había anunciado el profeta Isaías: Tierra
de Zabulón y Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de
los paganos. El pueblo que yacía en tinieblas vio una gran luz. Sobre los
que vivían en tierra de sombras una luz resplandeció.
Desde entonces comenzó Jesús a predicar, diciendo: "Conviértanse, porque
ya está cerca el Reino de los cielos". Y andaba por toda Galilea, enseñando
en las sinagogas y proclamando la buena nueva del Reino de Dios y curando
a la gente de toda enfermedad y dolencia.
Su fama se extendió por toda Siria y le llevaban a todos los aquejados por
diversas enfermedades y dolencias, a los poseídos, epilépticos y paralíticos,
y Él los curaba. Lo seguían grandes muchedumbres venidas de Galilea, Decápolis,
Jerusalén, Judea y Transjordania. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, las ofrendas
que te presentamos para esta Eucaristía en la que se realiza un glorioso intercambio,
a fin de que, al ofrecerte tus propios dones, podamos recibirte a ti mismo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Navidad o de la Epifanía.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (Jn 1, 14)
Hemos contemplado su gloria,
gloria que le corresponde como a Unigénito del Padre, lleno de gracia y de
verdad.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso,
que la gracia de estos sacramentos fortalezca cada día más nuestra vida cristiana.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Feria del Tiempo de Navidad: martes después de Epifanía o memoria
libre de San Raimundo de Peñafort
ANTÍFONA
DE ENTRADA (Sal 117, 26-27)
Bendito el que viene en
el nombre del Señor. El Señor es Dios, Él nos ilumina.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, que tu
Hijo, que quiso hacerse semejante a nosotros para manifestársenos, nos vaya
haciendo, cada día, más semejantes a Él, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
De la primera carta del
apóstol san Juan: 4, 7-10
Queridos hijos: Amémonos
los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido
de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor.
El amor que Dios nos tiene se ha manifestado en que envió al mundo a su Hijo
unigénito, para que vivamos por Él.
El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en
que Él nos amó primero y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación por
nuestros pecados. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO 71
R/. Que te adoren, Señor,
todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes;
así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente.
R/.
Justicia y paz ofrecerán al pueblo las colinas y los montes. El rey hará justicia
al oprimido y salvará a los hijos de los pobres. R/.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a
mar se extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra. R/.
ACLAMACIÓN (Lc 4, 18)
R/. Aleluya, aleluya.
El Señor me ha enviado para llevar a los pobres la buena nueva y anunciar
la liberación a los cautivos. R/.
EVANGELIO
† Lectura del santo Evangelio
según san Marcos: 6, 34-44
En aquel tiempo, al desembarcar
Jesús, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando, y se compadeció
de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas
cosas.
Cuando ya atardecía, se acercaron sus discípulos y le dijeron: "Estamos
en despoblado y ya es muy tarde. Despide a la gente para que vayan por los
caseríos y poblados del contorno y compren algo de comer". Él les replicó:
"Denles ustedes de comer". Ellos le dijeron: "¿Acaso vamos
a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?" Él les
preguntó: "¿Cuántos panes tienen? Vayan a ver". Cuando lo averiguaron,
le dijeron: "Cinco panes y dos pescados".
Entonces ordenó Jesús que la gente se sentara en grupos sobre la hierba verde
y se acomodaron en grupos de cien y de cincuenta. Tomando los cinco panes
y los dos pescados, Jesús alzó los ojos al cielo, bendijo a Dios, partió los
panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran; lo mismo hizo
con los dos pescados. Comieron todos hasta saciarse, y con las sobras de pan
y de pescado que recogieron llenaron doce canastos. Los que comieron fueron
cinco mil hombres.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, con bondad
las ofrendas de tu pueblo y concédenos que, las realidades que creemos por
la fe, las consigamos por este sacramento celestial. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Prefacio de
Navidad o de la Epifanía
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (Ef 2, 4; Rm 8,
3)
Por el gran amor con que
nos amó, Dios envió a su propio Hijo a compartir nuestra condición humana
en todo, menos en el pecado.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, que nos unes
a ti por la participación de este sacramento, concédenos obtener toda su eficacia
para que así, la recepción de este don tuyo nos haga más dignos de seguirlo
recibiendo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Feria del Tiempo de Navidad: Miércoles después de Epifanía
ANTÍFONA
DE ENTRADA (Is 9, 2)
El pueblo que caminaba en
tinieblas, vio una luz intensa. Sobre los que vivían en tierra de sombras,
brilló una luz.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios nuestro, luz
del mundo, concede una paz estable a todos los pueblos de la tierra, y haz
que aquella luz resplandeciente que condujo a los Magos al conocimiento de
tu Hijo, ilumine también nuestros corazones. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
De la primera carta del
apóstol san Juan: 4, 11-18
Queridos hijos: Si Dios
nos ha amado tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros.
A Dios nadie lo ha visto nunca; pero si nos amamos los unos a los otros, Dios
permanece en nosotros y su amor en nosotros es perfecto.
En esto conocemos que permanecemos en Él, y Él en nosotros: en que nos ha
dado su Espíritu. Nosotros hemos visto, y de ello damos testimonio, que el
Padre envió a su Hijo como salvador del mundo. Quien confiesa que Jesús es
el Hijo de Dios, permanece en Dios y Dios en él.
Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en ese amor.
Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él.
En esto llega a la perfección el amor que Dios nos tiene: en que esperamos
con tranquilidad el día del juicio, porque nosotros vivimos en este mundo
en la misma forma que Jesucristo vivió.
En el amor no hay temor. Al contrario, el amor perfecto excluye el temor,
porque el que teme, mira al castigo, y el que teme no ha alcanzado la perfección
del amor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO 71
R/.Que te adoren, Señor,
todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes;
así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente.
R/.
Los reyes de occidente y de las islas le ofrecerán sus dones. Ante él se postrarán
todos los reyes y todas las naciones. R/.
Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo; se
apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado. R/.
ACLAMACIÓN (Cfr. 1 Tm 3,
16)
R/. Aleluya, aleluya.
Gloria a ti, Cristo Jesús, que has sido proclamado a las naciones. Gloria
a ti, Cristo Jesús, que has sido anunciado al mundo. R/.
EVANGELIO
† Lectura del santo Evangelio
según san Marcos: 6, 45-52
En aquel tiempo, después
de la multiplicación de los panes, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran
a la barca y se dirigieran a Betsaida, mientras Él despedía a la gente. Después
de despedirlos, se retiró al monte a orar.
Entrada la noche, la barca estaba en medio del lago y Jesús, solo, en tierra.
Viendo los trabajos con que avanzaban, pues el viento les era contrario, se
dirigió a ellos caminando sobre el agua, poco antes del amanecer, y parecía
que iba a pasar de largo. Al verlo andar sobre el agua, ellos creyeron que
era un fantasma y se pusieron a gritar, porque todos lo habían visto y estaban
espantados. Pero Él les habló enseguida y les dijo: "¡Ánimo! Soy yo;
no teman". Subió a la barca con ellos y se calmó el viento. Todos estaban
llenos de espanto y es que no habían entendido el episodio de los panes, pues
tenían la mente embotada. Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Señor y Dios nuestro, que
infundes en nosotros los sentimientos de la verdadera adoración y nos impulsas
a vivir en plena concordia con nuestros prójimos, concédenos poder tributarte
con estas ofrendas el culto que te es debido y estrechar los lazos de caridad
con nuestros hermanos, por la participación en este sacramento. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Prefacio de Navidad
o de la Epifanía.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (1 Jn 1, 2)
La Vida eterna, que estaba
junto al Padre, se manifestó a nosotros y nosotros la hemos visto.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que tu pueblo, Señor, al
que jamás has dejado de tu mano, experimente tu ayuda presente y futura a
fin de que, disfrutando de los bienes terrenos necesarios pueda buscar con
mayor confianza los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Feria del Tiempo de Navidad: Jueves después de Epifanía
ANTÍFONA
DE ENTRADA (Cfr. Jn 1, 1)
En el principio y antes
de todos los siglos, el que es la Palabra era Dios, el mismo que luego se
dignó nacer como salvador del mundo.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios nuestro, que
por medio de tu Hijo has hecho brillar la luz eterna de tu divinidad ante
todas las naciones, haz que tu pueblo descubra plenamente el misterio de Cristo,
su redentor, para que, en virtud de este misterio, pueda llegar a gozar de
aquella luz que no tiene ocaso. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
De la primera carta del
apóstol san Juan: 4, 19-5, 4
Queridos hijos: Amamos a
Dios, porque Él nos amó primero. Si alguno dice: "Amo a Dios" y
aborrece a su hermano, es un mentiroso, pues quien no ama a su hermano, a
quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve. Además, Jesús nos ha dado este
mandamiento: El que ama a Dios, que ame también a su hermano.
Todo el que cree que Jesús es el Mesías, ha nacido de Dios. Todo el que ama
a un padre, ama también a los hijos de éste. Conocemos que amamos a los hijos
de Dios en que amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos, pues el amor de
Dios consiste en que cumplamos sus preceptos. Y sus mandamientos no son pesados,
porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Y nuestra fe es la que
nos ha dado la victoria sobre el mundo. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
SALMO 71
R/. Que te adoren, Señor,
todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes;
así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente.
R/.
De la opresión rescatará a los pobres, pues estima su vida muy valiosa. Por
eso rogarán por él sin tregua y lo bendecirán a todas horas. R/.
Que bendigan al Señor eternamente, y tanto como el sol, viva su nombre. Que
él sea la bendición del mundo entero y lo aclamen dichoso las naciones. R
/.
ACLAMACIÓN (Lc 4, 18)
R/.Aleluya, aleluya.
El Señor me ha enviado para llevar a los pobres la buena nueva y anunciar
la liberación a los cautivos. R/.
EVANGELIO
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas: 4, 14-22
En aquel tiempo, con la
fuerza del Espíritu, Jesús volvió a Galilea. Iba enseñando en las sinagogas;
todos lo alababan y su fama se extendió por toda la región.
Fue también a Nazaret, donde se había criado. Entró en la sinagoga, como era
su costumbre hacerlo los sábados, y se levantó para hacer la lectura. Se le
dio el volumen del profeta Isaías, lo desenrolló y encontró el pasaje en que
estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para
llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la liberación a los cautivos
y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar
el año de gracia del Señor.
Enrolló el volumen, lo devolvió al encargado y se sentó. Los ojos de todos
los asistentes a la sinagoga estaban fijos en Él. Entonces comenzó a hablar,
diciendo: "Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban
de oír".
Todos le daban su aprobación y admiraban la sabiduría de las palabras que
salían de sus labios. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, las ofrendas, que te presentamos para esta Eucaristía, en la
que se realiza un glorioso intercambio, a fin de que, al ofrecerte tus propios
dones, podamos recibirte a ti mismo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de
Navidad o de la Epifanía.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (Jn 3, 16)
Tanto amó Dios al mundo
que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino
que tenga vida eterna.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso,
que la gracia de estos sacramentos fortalezca cada día más nuestra vida cristiana.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Feria del Tiempo de Navidad: viernes después de Epifanía
ANTÍFONA
DE ENTRADA (Sal 111, 4)
Una luz se levanta en las
tinieblas para los hombres de corazón recto: el Dios clemente, justo y compasivo.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso,
que el nacimiento del salvador del mundo, manifestado a los Magos por medio
de una estrella, sea comprendido por nosotros cada vez con mayor profundidad.
Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
De la primera carta del
apóstol san Juan: 5, 5-13
Queridos hijos: ¿Quién es
el que vence al mundo? Sólo el que cree que Jesús es el Hijo de Dios. Jesucristo
es el que vino por medio del agua y de la sangre; Él vino, no sólo con agua,
sino con agua y con sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque
el Espíritu es la verdad. Así pues, los testigos son tres: el Espíritu, el
agua y la sangre. Y los tres están de acuerdo.
Si aceptamos el testimonio de los hombres, el testimonio de Dios vale mucho
más y ese testimonio es el que Dios ha dado de su Hijo.
El que cree en el Hijo de Dios tiene en sí ese testimonio. El que no le cree
a Dios, hace de él un mentiroso, porque no cree en el testimonio que Dios
ha dado de su Hijo. Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado la vida
eterna y esa vida está en su Hijo. Quien tiene al Hijo, tiene la vida; quien
no tiene al Hijo, no tiene la vida.
A ustedes, los que creen en el nombre del Hijo de Dios, les he escrito estas
cosas para que sepan que tienen la vida eterna. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Del salmo 147
R/.Demos gracias y alabemos
al Señor.
Glorifica al Señor, Jerusalén, a Dios ríndele honores, Israel. Él refuerza
el cerrojo de tus puertas y bendice a tus hijos en tu casa. R/.
Él mantiene la paz en tus fronteras, con su trigo mejor sacia tu hambre. Él
envía a la tierra su mensaje y su palabra corre velozmente. R/.
Le muestra a Jacob su pensamiento, sus normas y designios a Israel. No ha
hecho nada igual con ningún pueblo, ni le ha confiado a otro sus proyectos.
R/.
ACLAMACIÓN (Cfr. Mt 4, 23)
R/. Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba la buena nueva del Reino y curaba a la gente de toda enfermedad.
R/.
EVANGELIO
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas: 5, 12-16
En aquel tiempo, estando
Jesús en un poblado, llegó un leproso, y al ver a Jesús, se postró rostro
en tierra, diciendo: "Señor, si quieres, puedes curarme". Jesús
extendió la mano y lo tocó, diciendo: "Quiero. Queda limpio". Y
al momento desapareció la lepra. Entonces Jesús le ordenó que no lo dijera
a nadie y añadió: "Ve, preséntate al sacerdote y ofrece por tu purificación
lo que Moisés prescribió. Eso les servirá de testimonio".
Y su fama se extendía más y más. Las muchedumbres acudían a oírlo y a ser
curados de sus enfermedades. Pero Jesús se retiraba a lugares solitarios para
orar.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, con bondad
las ofrendas de tu pueblo y concédenos que, las realidades que creemos por
la fe, las consigamos por este sacramento celestial. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Prefacio de
Navidad o de la Epifanía.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (1 Jn 4, 9)
Dios envió al mundo a su
Hijo único, para darnos vida por medio de Él.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, que nos unes
a ti por la participación de este sacramento, concédenos obtener toda su eficacia
para que así, la recepción de este don tuyo nos haga más dignos de seguirlo
recibiendo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Feria del Tiempo de Navidad: Sábado después de Epifanía o Bien, Misa De Santa María Virgen (Tiempo de Navidad)
ANTÍFONA
DE ENTRADA
Virgen Madre de Dios, el
que no cabe en todo el universo, quiso encerrarse en tus entrañas, hecho hombre.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por la fecunda
virginidad de María diste al género humano el don de la salvación eterna,
concédenos sentir la intercesión de aquélla por quien recibimos al autor de
la vida, Jesucristo, Señor nuestro, que vive y reina contigo...
LITURGIA DE LA PALABRA
De la primera carta del
apóstol san Juan: 5, 14-21
Queridos hijos: La confianza
que tenemos en Dios consiste en que, si le pedimos algo conforme a su voluntad,
Él nos escucha. Si estamos seguros de que escucha nuestras peticiones, también
lo estamos de poseer ya lo que le pedimos.
Si alguno ve que su hermano comete un pecado de los que no llevan a la muerte,
que pida por él y le obtendrá la vida. Esto vale para los que cometen pecados
que llevan a la muerte, porque hay un pecado que sí lleva a la muerte (por
ése no digo que se pida). Toda mala acción es pecado, pero hay pecados que
no llevan a la muerte.
Sabemos que todo el que ha nacido de Dios no peca, sino que el Hijo de Dios
lo protege, y no lo toca el demonio. Sabemos que somos de Dios, mientras que
el mundo entero yace en poder del demonio. También sabemos que el Hijo de
Dios ha venido ya y que nos ha dado inteligencia para conocer al Dios verdadero.
Nosotros permanecemos fieles al único verdadero, porque permanecemos en su
Hijo Jesucristo. Él es el verdadero Dios y la vida eterna. Hijos míos, no
adoren a los ídolos.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 149
R/. El Señor es amigo de
su pueblo.
Entonen al Señor un canto nuevo, en la reunión litúrgica proclámenlo. En su
creador y rey, en el Señor, alégrese Israel, su pueblo santo. R/.
En honor de su nombre, que haya danzas, alábenlo con arpa y tamboriles. El
Señor es amigo de su pueblo y otorga la victoria a los humildes. R/.
Que se alegren los fieles en el triunfo, que inunde el regocijo sus hogares,
que alaben al Señor con sus palabras, porque en esto su pueblo se complace.
R/.
ACLAMACIÓN (Mt 4, 16) R/.
Aleluya, aleluya.
El pueblo que yacía en tinieblas vio una gran luz. Sobre los que vivían en
tierra de sombras una luz resplandeció. R/.
EVANGELIO
† Lectura del santo Evangelio
según san Juan: 3, 22-30
En aquel tiempo, fue Jesús
con sus discípulos a Judea y permaneció allí con ellos, bautizando. También
Juan estaba bautizando en Enón, cerca de Salim, porque ahí había agua abundante.
La gente acudía y se bautizaba, pues Juan no había sido encarcelado todavía.
Surgió entonces una disputa entre algunos de los discípulos de Juan y unos
judíos, acerca de la purificación. Los discípulos fueron a decirle a Juan:
"Mira, maestro, aquel que estaba contigo en la otra orilla del Jordán
y del que tú diste testimonio, está ahora bautizando y todos acuden a Él".
Contestó Juan: "Nadie puede apropiarse nada, si no le ha sido dado del
cielo. Ustedes mismos son testigos de que yo dije: 'Yo no soy el Mesías, sino
el que ha sido enviado delante de Él'. En una boda, el que tiene a la novia
es el novio; en cambio, el amigo del novio, que lo acompaña y lo oye hablar,
se alegra mucho de oír su voz. Así también yo me lleno ahora de alegría. Es
necesario que Él crezca y que yo venga a menos".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, nuestras ofrendas y concédenos que, iluminados por el Espíritu
Santo y a ejemplo de la Virgen, busquemos siempre tu gracia y podamos conservarla.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Santa María Virgen.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (Jn 1, 14)
El Verbo se hizo hombre
y habitó entre nosotros, lleno de gracia y de verdad.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con el Cuerpo
y la Sangre de tu Hijo, te pedimos, Señor, que este divino sacramento que
hemos recibido llenos de gozo en la festividad de la Virgen María, nos haga
partícipes de la divinidad de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de
los siglos.
EL BAUTISMO DEL SEÑOR
ANTÍFONA
DE ENTRADA (Cfr. Mt 3, 16-17)
Inmediatamente después de
que Jesús se bautizó, se abrieron los cielos y el Espíritu Santo se posó sobre
Él en forma de paloma, y resonó la voz del Padre que decía: "Éste es
mi Hijo amado, en quien he puesto todo mi amor".
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, que tu
Hijo, que quiso hacerse semejante a nosotros para manifestársenos, nos vaya
haciendo, cada día, más semejantes a Él, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Del libro del profeta Isaías:
42, 1-4. 6-7
Esto dice el Señor: "Miren
a mi siervo, a quien sostengo, a mi elegido, en quien tengo mis complacencias.
En él he puesto mi espíritu para que haga brillar la justicia sobre las naciones.
No gritará, no clamará, no hará oír su voz por las calles; no romperá la caña
resquebrajada, ni apagará la mecha que aún humea. Promoverá con firmeza la
justicia, no titubeará ni se doblegará hasta haber establecido el derecho
sobre la tierra y hasta que las islas escuchen su enseñanza.
Yo, el Señor, fiel a mi designio de salvación, te llame, te tomé de la mano,
te he formado y te he constituido alianza de un pueblo, luz de las naciones,
para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión
y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas". Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 28
R/. Te alabamos, Señor.
Hijos de Dios, glorifiquen al Señor, denle la gloria que merece. Postrados
en su templo santo, alabemos al Señor. R/.
La voz del Señor se deja oír sobre las aguas torrenciales. La voz del Señor
es poderosa, la voz del Señor es imponente. R/.
El Dios de majestad hizo sonar el trueno de su voz. El Señor se manifestó
sobre las aguas desde su trono eterno. R/.
SEGUNDA LECTURA
Del libro de los Hechos
de los Apóstoles: 10, 34-38
En aquellos días, Pedro
se dirigió a Cornelio y a los que estaban en su casa, con estas palabras:
"Ahora caigo en la cuenta de que Dios no hace distinción de personas,
sino que acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que
fuere. Él envió su palabra a los hijos de Israel, para anunciarles la paz
por medio de Jesucristo, Señor de todos.
Ya saben ustedes lo sucedido en toda Judea, que tuvo principio en Galilea,
después del bautismo predicado por Juan: cómo Dios ungió con el poder del
Espíritu Santo a Jesús de Nazaret, y cómo éste pasó haciendo el bien, sanando
a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con Él". Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN (Cfr. Mc 9, 7)
R/. Aleluya, aleluya.
Se abrió el cielo y resonó la voz del Padre, que decía: "Éste es mi Hijo
amado; escúchenlo". R/.
EVANGELIO
† Lectura del santo Evangelio
según san Mateo: 3, 13-17
En aquel tiempo, como el
pueblo estaba en expectación y todos pensaban que quizá Juan el Bautista era
el Mesías, Juan los sacó de dudas, diciéndoles: “Es cierto que yo bautizo
con agua, pero ya viene otro más poderoso que yo, a quien no merezco desatarle
las correas de sus sandalias. El los bautizará con el Espíritu Santo y con
fuego”.
Sucedió que entre la gente
que se bautizaba, también Jesús fue bautizado. Mientras éste oraba, se abrió
el cielo y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma sensible, como de una
paloma, y del cielo llegó una voz que decía: “Tú eres mi Hijo, el predilecto;
en ti me complazco”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Hermanos, al celebrar hoy
la fiesta del Bautismo del Señor que fue ungido por el Espíritu de Dios, oremos
unidos a toda la Iglesia:
Para
que todos los bautizados sigamos las huellas de Jesús, escuchemos sus palabras
y las hagamos vida. Oremos.
Para
que el Señor sacie la sed que tienen de Él todos los hombres, aún sin saberlo.
Oremos.
Para
que la Iglesia no tema comprometerse en la promoción de la justicia y la paz.
Oremos.
Para
que, al recordar hoy el Bautismo del Señor en el Jordán, se renueve nuestra
fe en Él, que es el Hijo amado de Dios. Oremos.
Para
que el mensaje del Evangelio que anuncian los misioneros dé frutos de santidad
en quienes lo reciben. Oremos.
Para
que el Espíritu renueve nuestras vidas y nos haga vivir como hijos de Dios.
Oremos.
Creemos, Señor, que Tú eres
el Hijo amado del Padre: por eso te pedimos que le presentes nuestras oraciones
para que manifieste su poder y salve a la humanidad que Tú adquiriste con
tu Sangre. Que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones
que te presentamos al conmemorar el Bautismo y manifestación de tu Hijo amado,
y conviértelos en aquel mismo sacrificio con el que Cristo lavó misericordiosamente
los pecados del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque quisiste rodear el bautismo de tu Hijo en el Jordán de signos admirables
a fin de poner de manifiesto el misterio del nuevo baño bautismal. En efecto,
hiciste oír tu voz desde el cielo para que creyéramos que tu Palabra se encontraba
presente entre los hombres y, por el Espíritu, que descendió en forma de paloma,
se manifestara que tu Siervo Jesús era ungido con el óleo de la alegría y
reconociéramos en Él al Mesías, enviado a anunciar la Buena Nueva a los pobres.
Por eso, a una con los espíritus celestes te alabamos constantemente en la
tierra diciendo: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN (Jn 1, 32. 34)
Éste es aquél de quien Juan
decía: Yo lo he visto y doy testimonio de que es el Hijo de Dios.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
A cuantos hemos participado
del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos, Señor, escuchar con fe su palabra,
para que así podamos llamarnos hijos tuyos y serlo de verdad. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
LA ORACIÓN ABRE EL CIELO: DA OXÍGENO A LA VIDA (ÁNGELUS 09 DE ENERO
DE 2022)
Queridos hermanos y hermanas,
¡buenos días!
El Evangelio de la Liturgia
de hoy nos muestra la escena con la que comienza la vida pública de Jesús:
Él, que es el Hijo de Dios y el Mesías, va a las orillas del río Jordán y
se hace bautizar por Juan Bautista. Después de casi treinta años vividos en
el anonimato, Jesús no se presenta con algún milagro o subiendo a la cátedra
para enseñar. Se pone en la fila con el pueblo que iba a recibir el bautismo
de Juan. El himno litúrgico de hoy dice que el pueblo iba a hacerse bautizar
con el alma y los pies desnudos, humildemente. Hermosa actitud, con el alma
desnuda y los pies desnudos. Y Jesús comparte la suerte de nosotros, los pecadores,
desciende hacia nosotros: baja al río como en la historia herida de la humanidad,
se sumerge en nuestras aguas para sanarlas y se sumerge con nosotros, entre
nosotros. No se eleva por encima de nosotros con el alma desnuda, con los
pies desnudos, como el pueblo. No va solo, ni con un grupo de elegidos privilegiados.
No: va con el pueblo. Pertenece a aquel pueblo y va con el pueblo ha hacerse
bautizar con aquel pueblo humilde.
Detengámonos en un punto
importante: en el momento en que Jesús recibe el Bautismo, el texto dice que
“estaba orando”. Nos hace bien contemplar esto: Jesús reza. ¿Pero cómo? Él,
que es el Señor, el Hijo de Dios, ¿reza como nosotros? Sí, Jesús – lo repiten
muchas veces los Evangelios – pasa mucho tiempo en oración: al inicio de cada
día, a menudo de noche, antes de tomar decisiones importantes... Su oración
es un diálogo, una relación con el Padre. Así, en el Evangelio de hoy podemos
ver los “dos momentos” de la vida de Jesús: por una parte, desciende hacia
nosotros en las aguas del Jordán; por otra, eleva su mirada y su corazón orando
al Padre.
Es una gran enseñanza para
nosotros: todos estamos inmersos en los problemas de la vida y en muchas situaciones
intrincadas, llamados a afrontar momentos y elecciones difíciles que nos abaten.
Pero, si no queremos permanecer aplastados, tenemos necesidad de elevar todo
hacia lo alto. Y esto lo hace precisamente la oración, que no es una vía de
escape, la oración no es un rito mágico ni una repetición de cantilenas aprendidas
de memoria. No. Rezar es el modo de dejar que Dios actúe en nosotros, para
captar lo que Él quiere comunicarnos incluso en las situaciones más difíciles,
rezar es para tener la fuerza de ir adelante. Mucha gente que siente que no
puede más y reza: “Señor, dame la fuerza para ir adelante”. También nosotros,
muchas veces lo hemos hecho. La oración nos ayuda porque nos une a Dios, nos
abre al encuentro con Él. Sí, la oración es la clave que abre el corazón al
Señor. Es dialogar con Dios, es escuchar su Palabra, es adorar: estar en silencio
encomendándole lo que vivimos. Y a veces también es gritar con Él como Job,
otras veces es desahogarse con Él. Gritar como Job; Él es padre, Él nos comprende
bien. Él jamás se enoja con nosotros. Y Jesús reza.
La oración – para usar una
bella imagen del Evangelio de hoy – “abre el cielo”. La oración abre el cielo:
da oxígeno a la vida, da respiro incluso en medio de las angustias, y hace
ver las cosas de modo más amplio. Sobre todo, nos permite tener la misma experiencia
de Jesús en el Jordán: nos hace sentir hijos amados del Padre. También a nosotros,
cuando rezamos, el Padre dice, como a Jesús en el Evangelio: “Tú eres mi hijo,
Tú eres el amado”. Nuestro ser hijos comenzó el día del Bautismo, que nos
ha inmerso en Cristo y, miembros del pueblo de Dios, nos ha hecho convertirnos
en hijos amados del Padre. ¡No olvidemos la fecha de nuestro Bautismo! Si
yo preguntara ahora a cada uno de ustedes: ¿cuál es la fecha de tu Bautismo?
Tal vez algunos no lo recuerdan. Esto es algo hermoso: recordar la fecha del
Bautismo, porque es nuestro renacimiento, ¡el momento en que hemos sido hijos
de Dios con Jesús!
Y cuando regresen a casa
– si no lo saben – pregúntenle a la mamá, a la tía, a la abuela o a los abuelos:
“Pero, ¿cuándo fui bautizado o bautizada?”, y aprender esa fiesta para celebrarla,
para agradecer al Señor. Y hoy, en este momento, preguntémonos: ¿cómo va mi
oración?
¿Rezo por costumbre, rezo
desganado, sólo recitando algunas fórmulas, o mi oración es el encuentro con
Dios? Yo, pecador, siempre en el pueblo de Dios, jamás aislado. ¿Cultivo la
intimidad con Dios, dialogo con Él, escucho su Palabra? Entre las muchas cosas
que hacemos en la jornada, no descuidemos la oración: dediquémosle tiempo,
utilicemos breves invocaciones para repetir a menudo, leamos el Evangelio
cada día. La oración que abre el cielo.
Les deseo a todos un buen
domingo. Por favor, no se olviden de rezar por mí. Buen almuerzo y hasta la
vista.
PAPA FRANCISCO
ANTÍFONA DE ENTRADA
En el principio creó Dios
el cielo y la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen. Vio Dios todo lo
que había hecho y lo encontró muy bueno.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, creador de todas
las cosas, que ordenaste al ser humano cumplir con los deberes del trabajo,
concédenos que las labores que ahora iniciamos contribuyan al mejoramiento
de esta vida y sirvan, por tu bondad, a la extensión del Reino de Cristo.
Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos. Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos: 1, 1-6
En distintas ocasiones y
de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los
profetas. Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo, a
quien constituyó heredero de todas las cosas y por medio del cual hizo el
universo.
El Hijo es el resplandor
de la gloria de Dios, la imagen fiel de su ser y el sostén de todas las cosas
con su palabra poderosa. Él mismo, después de efectuar la purificación de
los pecados, se sentó a la diestra de la majestad de Dios, en las alturas,
tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más excelso es el nombre que,
como herencia, le corresponde.
Porque, ¿a cuál de los ángeles
le dijo Dios: Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy? ¿O de qué ángel dijo
Dios: Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo? Además, en otro
pasaje, cuando introduce en el mundo a su primogénito, dice: Adórenlo todos
los ángeles de Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 96
R/. Ángeles del Señor, adórenlo.
Reina el Señor, alégrese
la tierra; cante de regocijo el mundo entero. El trono del Señor se asienta
en la justicia y el derecho. R/.
Los cielos pregonan su justicia;
su inmensa gloria ven todos los pueblos. Que caigan ante Dios todos los dioses.
R/.
Tú, Señor altísimo, estás
muy por encima de la tierra y mucho más en alto que los dioses. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mc 1, 15
R/. Aleluya, aleluya.
El Reino de Dios está cerca,
dice el Señor. Conviértanse y crean en el Evangelio. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos: 1, 14-20
Después de que arrestaron
a Juan el Bautista, Jesús se fue a Galilea para predicar el Evangelio de Dios
y decía: "Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios ya está cerca.
Conviértanse y crean en el Evangelio". Caminaba Jesús por la orilla del
lago de Galilea, cuando vio a Simón y a su hermano, Andrés, echando las redes
en el lago, pues eran pescadores. Jesús les dijo: "Síganme y haré de
ustedes pescadores de hombres". Inmediatamente dejaron las redes y lo
siguieron.
Un poco más adelante, vio
a Santiago y a Juan hijos de Zebedeo, que estaban en una barca, remendando
sus redes. Los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre con los trabajadores,
se fueron con Jesús. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Tú que con este pan y este
vino que te presentamos das al género humano el alimento que lo sostiene y
el sacramento que lo renueva, concédenos, Señor, que nunca nos falte esta
ayuda para el cuerpo y el alma. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Todo lo que digan y todo
lo que hagan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dándole gracias a Dios
Padre, por medio de Cristo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo participado de
esta mesa de unidad y caridad, imploramos, Señor, de tu clemencia, que, cumpliendo
las labores que nos tienes encomendadas, hallemos sustento para nuestra vida
terrena y edifiquemos confiadamente tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Verde Feria, Misa de la I Semana del Tiempo
Ordinario MR p. 413 [411] / Lecc. I p. 485
ANTÍFONA DE ENTRADA
Vi sentado en el trono celestial
a un hombre, a quien adora la multitud de los ángeles que cantan a una sola
voz: “Éste es aquel cuyo poder permanece eternamente”.
ORACIÓN COLECTA
Acompaña, Señor, con celestial
piedad, los anhelos y súplicas de tu pueblo, para que conozca lo que debe
poner por obra y lleve a cabo con firmeza lo que ha conocido. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 2, 5-12
Hermanos: Dios no ha sometido
a los ángeles el nuevo orden de la salvación, del cual estamos hablando. Un
salmo lo atestigua solemnemente diciendo: ¿Qué es el hombre, para que de él
te acuerdes, ese pobre ser humano, para que de él te preocupes? Sin embargo,
lo hiciste un poquito inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad.
Todo lo sometiste bajo sus pies.
Al decir aquí la Escritura
que Dios le sometió todo, no se hace ninguna excepción. Es verdad que ahora
todavía no vemos el universo entero sometido al hombre; pero sí vemos ya al
que por un momento Dios hizo inferior a los ángeles, a Jesús, que por haber
sufrido la muerte, está coronado de gloria y honor. Así, por la gracia de
Dios, la muerte que él sufrió redunda en bien de todos.
En efecto, el creador y
Señor de todas las cosas, quiere que todos sus hijos tengan parte en su gloria.
Por eso convenía que Dios consumara en la perfección, mediante el sufrimiento,
a Jesucristo, autor y guía de nuestra salvación.
El santificador y los santificados
tienen la misma condición humana. Por eso no se avergüenza de llamar hermanos
a los hombres, cuando dice: Hablaré de ti a mis hermanos; en medio de la asamblea
te alabaré. Palabra de Dios.
SALMO 8
R/. Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos.
¡Qué admirable es, Señor
y Dios nuestro, tu poder en toda la tierra! ¿Qué es el hombre, para que de
él te acuerdes; ese pobre ser humano, para que de él te preocupes? R/.
Sin embargo, lo hiciste
un poquito inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad; le diste
el mando sobre las obras de tus manos y todo lo sometiste bajo sus pies. R/.
Pusiste a su servicio los
rebaños y las manadas, todos los animales salvajes, las aves del cielo y los
peces del mar, que recorren los caminos de las aguas. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. 1 Tes 2, 13
R/. Aleluya, aleluya.
Reciban la palabra de Dios,
no como palabra humana, sino como palabra divina, tal como es en realidad.
R/. Aleluya.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 1, 21-28
En aquel tiempo, se hallaba
Jesús en Cafarnaúm y el sábado fue a la sinagoga y se puso a enseñar. Los
oyentes quedaron asombrados de sus palabras, pues enseñaba como quien tiene
autoridad y no como los escribas.
Había en la sinagoga un
hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: “¿Qué quieres
tú con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a acabar con nosotros? Ya sé
quién eres: el Santo de Dios”. Jesús le ordenó: “¡Cállate y sal de él!” El
espíritu inmundo, sacudiendo al hombre con violencia y dando un alarido, salió
de él. Todos quedaron estupefactos y se preguntaban: “¿Qué es esto? ¿Qué nueva
doctrina es ésta? Este hombre tiene autoridad para mandar hasta a los espíritus
inmundos y lo obedecen”. Y muy pronto se extendió su fama por toda Galilea.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: Jesús
se impone a sus contemporáneos por la forma nueva y autorizada de enseñar.
Se impone, además, por la manera de incursionar, victorioso, aun en el intrincado
reino de Satanás. Definitivamente, nada podrá resistir a la poderosa intervención
de quien –al ser reconocido casi con insolencia como un simple «Nazareno»–
es también “reverenciado”, nada menos que como «el Santo de Dios». Algo que
han de confesar explícitamente y, a más no poder, incluso los mismos espíritus
inmundos, contra los que luchará denodadamente.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que te
sea agradable la ofrenda de tu pueblo por la cual recibimos la santificación
y obtenemos lo que piadosamente pedimos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 35, 10
Señor, en ti está la fuente
de la vida y tu luz nos hace ver la luz.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados por tus sacramentos,
te suplicamos, Dios todopoderoso, que te sirvamos dignamente con una vida
que te sea agradable. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Verde Feria o Misa al comienzo del Año
civil MR p. 1080 [1125] / Lecc. I p. 489
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 64, 12
Con tu bondad, Señor, bendices
este año y tus campos se llenarán de frutos.
ORACIÓN COLECTA
Dios eterno, principio de
todo lo creado, concédenos durante este año, que desde hoy te dedicamos, no
carecer de lo necesario para la vida y dar testimonio de ti con nuestras buenas
obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 2, 14-18
Hermanos: Todos los hijos
de una familia tienen la misma sangre; por eso Jesús quiso ser de nuestra
misma sangre, para destruir con su muerte al diablo, que, mediante la muerte,
dominaba a los hombres, y para liberar a aquellos, que por temor a la muerte,
vivían como esclavos toda su vida.
Pues como bien saben ustedes,
Jesús no vino a ayudar a los ángeles, sino a los descendientes de Abraham;
por eso tuvo que hacerse semejante a sus hermanos en todo, a fin de llegar
a ser sumo sacerdote, misericordioso con ellos y fiel en las relaciones que
median entre Dios y los hombres, y expiar así los pecados del pueblo. Como
él mismo fue probado por medio del sufrimiento, puede ahora ayudar a los que
están sometidos a la prueba. Palabra de Dios.
SALMO 104
R/. El Señor nunca olvida sus promesas.
Aclamen al Señor y denle
gracias, relaten sus prodigios a los pueblos. Entonen en su honor himnos y
cantos, celebren sus portentos. R/.
Del nombre del Señor enorgullézcanse
y siéntase feliz el que lo busca. Recurran al Señor y a su poder y a su presencia
acudan. R/.
Descendientes de Abraham,
su servidor, estirpe de Jacob, su predilecto, escuchen: el Señor es nuestro
Dios y gobiernan la tierra sus decretos. R/.
Ni aunque transcurran mil
generaciones se olvidará el Señor de sus promesas, de la alianza pactada con
Abraham, del juramento a Isaac, que un día le hiciera. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 27
R/. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz,
dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. R/. Aleluya.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos l, 29-39
En aquel tiempo, al salir
Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La
suegra de Simón estaba en cama, con fiebre, y enseguida le avisaron a Jesús.
Él se le acercó, y tomándola de la mano, la levantó. En ese momento se le
quitó la fiebre y se puso a servirles.
Al atardecer, cuando el
sol se ponía, le llevaron a todos los enfermos y poseídos del demonio, y todo
el pueblo se apiñó junto a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males
y expulsó a muchos demonios, pero no dejó que los demonios hablaran, porque
sabían quién era él.
De madrugada, cuando todavía
estaba muy oscuro, Jesús se levantó, salió y se fue a un lugar solitario,
donde se puso a orar. Simón y sus compañeros lo fueron a buscar, y al encontrarlo,
le dijeron: “Todos te andan buscando”. Él les dijo: “Vamos a los pueblos cercanos
para predicar también allá el Evangelio, pues para eso he venido”. Y recorrió
toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando a los demonios. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: Jesús
realiza muchas curaciones y libera a muchos endemoniados, pero no quiere que
esto, de momento, se difunda abiertamente. Él se inclinó continuamente hacia
las miserias y necesidades de los demás, cuidando no sólo de las de orden
espiritual sino también físico, como nos lo pone de manifieste –entre otros
muchos milagros– la curación de la agradecida y servicial suegra de Pedro.
Esta es la razón por la que la gente acudía tan espontáneamente a Él. Pero
la verdadera fuerza de Jesús residía en su constante e íntima unión con su
Padre en la oración.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean gratas, Señor,
las ofrendas que te presentamos, para que todos los que celebramos con alegría
el comienzo de este año, merezcamos que transcurra íntegro en tu amor. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Heb 13, 8
Jesucristo es el mismo ayer,
hoy y siempre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Acompaña, Señor, al pueblo
que participó en este santo sacramento, para que durante todo este año ningún
peligro lo aflija, ya que siempre está confiando en tu protección. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Verde / Blanco Feria o Misa de la Sagrada
Eucaristía MR p. 1119 [1164] / Lecc. I p. 494
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 77, 23-25
Abrió Dios las compuertas
del cielo e hizo llover sobre ellos el maná para que lo comieran; les dio
un trigo celeste, y el hombre comió pan de ángeles.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que llevaste
a cabo la obra de la redención humana por el misterio pascual de tu Unigénito,
concede, benigno, que quienes anunciamos llenos de fe por medio de los signos
sacramentales, su muerte y resurrección, experimentemos un continuo aumento
de tu salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 3, 7-14
Hermanos: Oigamos lo que
dice el Espíritu Santo en un salmo: Ojalá escuchen ustedes la voz del Señor,
hoy. No endurezcan su corazón, como el día de la rebelión y el de la prueba
en el desierto, cuando sus padres me pusieron a prueba y dudaron de mí, aunque
habían visto mis obras durante cuarenta años. Por eso me indigné contra aquella
generación y dije: “Es un pueblo de corazón extraviado, que no ha conocido
mis caminos”.
Por eso juré en mi cólera
que no entrarían en mi descanso. Procuren, hermanos, que ninguno de ustedes
tenga un corazón malo, que se aparte del Dios vivo por no creer en él. Más
bien anímense mutuamente cada día, mientras dura este “hoy”, para que ninguno
de ustedes, seducido por el pecado, endurezca su corazón; pues si nos ha sido
dado el participar de Cristo, es a condición de que mantengamos hasta el fin
nuestra firmeza inicial. Palabra de Dios.
SALMO 94
R/. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Vengan, y puestos de rodillas,
adoremos y bendigamos al Señor, que nos hizo, pues él es nuestro Dios y nosotros,
su pueblo; él es nuestro pastor y nosotros, sus ovejas. R/.
Hagámosle caso al Señor,
que nos dice: “No endurezcan su corazón, como el día de la rebelión en el
desierto, cuando sus padres dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
R/.
Durante cuarenta años sentí
hastío de esta generación. Entonces dije: ‘Este es un pueblo de corazón extraviado
que no ha conocido mis caminos’. Por eso juré, lleno de cólera, que no entrarían
en mi descanso”. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 4, 23
R/. Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba el Evangelio
del Reino y curaba toda clase de enfermedades en el pueblo. R/. Aleluya.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 1, 40-45
En aquel tiempo, se le acercó
a Jesús un leproso para suplicarle de rodillas: “¡Si tú quieres, puedes curarme”.
Jesús se compadeció de él, y extendiendo la mano, lo tocó y le dijo: “¡Sí
quiero: sana!” Inmediatamente se le quitó la lepra y quedó limpio.
Al despedirlo, Jesús le
mandó con severidad: “No se lo cuentes a nadie; pero para que conste, ve a
presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo prescrito por Moisés”.
Pero aquel hombre comenzó
a divulgar tanto el hecho, que Jesús no podía ya entrar abiertamente en la
ciudad, sino que se quedaba fuera, en lugares solitarios, a donde acudían
a él de todas partes. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN:
Entre todas las enfermedades en tiempos de Jesús, la lepra era una de las
más devastadoras, pues se interpretaba como signo evidente del pecado. Ella
hacía del enfermo un «impuro», un marginado social y religiosamente. Jesús
El Señor –sin preocuparse de las prescripciones de la Ley mosaica– toca con
su mano al leproso y lo sana. Tal afortunado encuentro pone en contraste la
mezquindad de los prejuicios con la libertad de Alguien que, no buscando ningún
género de reconocimiento, no duda en ordenarle con severidad: «No se lo cuentes
a nadie».
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, al celebrar el memorial
de nuestra salvación, imploramos humildemente tu clemencia, a fin de que este
sacramento de amor sea para nosotros signo de unidad y vínculo de caridad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 6, 51-52
Yo soy el pan vivo que ha
bajado del cielo, dice el Señor. El que coma de este pan vivirá eternamente.
Y el pan que yo les voy a dar es mi carne, para que el mundo tenga vida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios nuestro, que la participación
en este banquete celestial nos santifique, de modo que, por la recepción del
Cuerpo y la Sangre de Cristo, se estreche entre nosotros la unión fraterna.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Blanco Memoria, SAN ANTONIO ABAD, MR p. 664 [678] / Lecc. I p. 498
Tenía veinte años cuando
escuchó aquel pasaje del Evangelio: “Si quieres ser perfecto, ve a vender
todo lo que tienes, reparte el dinero entre los pobres y ven y sígueme”. Entonces
se fue al desierto. Es considerado como el padre de los monjes de Egipto,
en donde vivió casi durante un siglo (+ 356). En aquella vida solitaria lo
siguieron muchos discípulos, que en la austeridad buscaban el acercamiento
al Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 91, 13-14
El justo florecerá como
palmera, y se multiplicará como cedro del Líbano, plantado en la casa del
Señor, en los atrios de la casa de nuestro Dios.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que otorgaste
a san Antonio, abad, el don de servirte en el desierto con una vida admirable,
concédenos, por su intercesión, que, negándonos a nosotros mismos, te amemos
siempre sobre todas las cosas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos
de los siglos.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 4, 1-5. 11
Hermanos: Mientras está
en pie la promesa de entrar en el descanso de Dios, tengamos cuidado, no sea
que alguno se quede fuera. Porque a nosotros también se nos ha anunciado este
mensaje de salvación, lo mismo que a los israelitas en el desierto; pero a
ellos no les sirvió de nada oírlo, porque no lo recibieron con fe.
En cambio, nosotros, que
hemos creído, ciertamente entraremos en aquel descanso, al que se refería
el Señor, cuando dijo: Por eso juré en mi cólera que no entrarían en mi descanso.
Los trabajos de Dios terminaron
con la creación del mundo, ya que al hablar del séptimo día, la Escritura
dice que Dios descansó de todos sus trabajos el día séptimo; y en el pasaje
de que estamos hablando, afirma que no entrarían en su descanso.
Apresurémonos, pues, a entrar
en ese descanso; no sea que alguno caiga en la infidelidad, como les sucedió
a los israelitas. Palabra de Dios.
SALMO 77
R/. No olvidemos las hazañas del Señor.
Cuanto hemos escuchado y
conocemos del poder del Señor y de su gloria, cuanto nos han narrado nuestros
padres, nuestros hijos lo oirán de nuestra boca. R/.
Que ellos también lo cuenten
a sus hijos para que en Dios coloquen su esperanza, cumplan los mandamientos
del Señor y no echen al olvido sus hazañas. R/.
Que no vayan a ser, como
sus padres, generación rebelde y obstinada, inconstante de corazón e infiel
a Dios, de alma. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 7, 16
R/. Aleluya, aleluya.
Un gran profeta ha surgido
entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo. R/. Aleluya.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 2, 1-12
Cuando Jesús volvió a Cafarnaúm,
corrió la voz de que estaba en casa, y muy pronto se aglomeró tanta gente,
que ya no había sitio frente a la puerta. Mientras él enseñaba su doctrina,
le quisieron presentar a un paralítico, que iban cargando entre cuatro. Pero
como no podían acercarse a Jesús por la cantidad de gente, quitaron parte
del techo, encima de donde estaba Jesús, y por el agujero bajaron al enfermo
en una camilla. Viendo Jesús la fe de aquellos hombres, le dijo al paralítico:
“Hijo, tus pecados te quedan perdonados”. Algunos escribas que estaban allí
sentados comenzaron a pensar: “¿Por qué habla éste así? Eso es una blasfemia.
¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?”
Conociendo Jesús lo que
estaban pensando, les dijo: “¿Por qué piensan así? ¿Qué es más fácil, decirle
al paralítico:‘Tus pecados te son perdonados’ o decirle: ‘Levántate, recoge
tu camilla y vete a tu casa?’ Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene
poder en la tierra para perdonar los pecados – le dijo al paralítico –: Yo
te lo mando: Levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa”.
El hombre se levantó inmediatamente,
recogió su camilla y salió de allí a la vista de todos, que se quedaron atónitos
y daban gloria a Dios, diciendo: “¡Nunca habíamos visto cosa igual!” Palabra del Señor.
REFLEXIÓN:
La milagrosa intervención de Jesús sobre el paralítico combina armoniosamente
su interés por la situación espiritual del pecador y por la salud física del
enfermo. La idea de una salvación “integral” se expresa así en plenitud. La
prioridad dada a la remisión de los pecados pone de manifiesto que no basta
el bienestar material si éste no va acompañado, además, de una auténtica «vida
en el Espíritu». Esto es, de una relación con Dios que, en Cristo, se hace
real y presente. Después de su Resurrección Cristo transmitirá a los suyos
este poder de perdonar los pecados (Cfr. Jn 20, 23).
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, las ofrendas
de nuestro servicio, que presentamos en tu altar en la conmemoración de san
Antonio, y concédenos que, libres de las ataduras de este mundo, seas tú nuestra
única riqueza. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 19, 21
Si quieres ser perfecto,
ve y vende lo que tienes, dales el dinero a los pobres, y sígueme, dice el
Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con el sacramento
de la salvación, concédenos, Dios nuestro, que siempre superemos todas las
insidias del enemigo, tú que le concediste a san Antonio lograr tan ilustres
victorias contra el poder de las tinieblas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Verde Feria o Misa por la unidad de los
cristianos “A” MR p. 1067 [1112] / Lecc. I p. 502
ANTÍFONA DE ENTRADA Jn 10, 14-15
Yo soy el buen pastor, porque
conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, dice el Señor. Así como el Padre
me conoce a mí, yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno,
que reúnes a los que están dispersos y los mantienes en la unidad, mira benignamente
la grey de tu Hijo, para que, a cuantos están consagrados por el único bautismo,
también los una la integridad de la fe y los asocie el vínculo de la caridad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 4, 12-16
Hermanos: La palabra de
Dios es viva, eficaz y más penetrante que una espada de dos filos. Llega hasta
lo más íntimo del alma, hasta la médula de los huesos y descubre los pensamientos
e intenciones del corazón. Toda creatura es transparente para ella. Todo queda
al desnudo y al descubierto ante los ojos de aquel a quien debemos rendir
cuentas.
Puesto que Jesús, el Hijo
de Dios, es nuestro sumo sacerdote, que ha entrado en el cielo, mantengamos
firme la profesión de nuestra fe. En efecto, no tenemos un sumo sacerdote
que no sea capaz de compadecerse de nuestros sufrimientos, puesto que él mismo
ha pasado por las mismas pruebas que nosotros, excepto el pecado.
Acerquémonos, por tanto,
con plena confianza, al trono de la gracia, para recibir misericordia, hallar
la gracia y obtener ayuda en el momento oportuno. Palabra de Dios.
SALMO 18
R/. Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
La ley del Señor es perfecta
del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del Señor y hacen
sabio al sencillo. R/.
En los mandamientos del
Señor hay rectitud y alegría para el corazón; son luz los preceptos del Señor
para alumbrarel camino. R/.
La voluntad de Dios es santa
y para siempre estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente
justos. R/.
Que te sean gratas las palabras
de mi boca y los anhelos de mi corazón. Haz, Señor, que siempre te busque,
pues eres mi refugio y salvación. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 4, 18
R/. Aleluya, aleluya.
El Señor me ha enviado para
anunciar a los pobres la buena nueva y proclamar la liberación a los cautivos.
R/. Aleluya.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 2, 13-17
En aquel tiempo, Jesús salió
de nuevo a caminar por la orilla del lago; toda la muchedumbre lo seguía y
él les hablaba. Al pasar, vio a Leví (Mateo), el hijo de Alfeo, sentado en
el banco de los impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Él se levantó y lo siguió.
Mientras Jesús estaba a
la mesa en casa de Leví, muchos publícanos y pecadores se sentaron a la mesa
junto con Jesús y sus discípulos, porque eran muchos los que lo seguían. Entonces
unos escribas de la secta de los fariseos, viéndolo comer con los pecadores
y publicanos, preguntaron a sus discípulos: “¿Por qué su maestro come y bebe
en compañía de publícanos y pecadores?”
Habiendo oído esto, Jesús
les dijo: “No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los
enfermos. Yo no he venido para llamar a los justos, sino a los pecadores”.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN:
La vocación del publicano Leví y un banquete en compañía de muchos de los
etiquetados como «pecadores», suscitan el escándalo de los letrados. La hipocresía
es refractaria a la misericordia de Dios y a sus múltiples formas de revelación.
Jesús aprovecha la oportunidad para dejar en claro que entre Él y los pecadores
no se da la relación inhumana del dictador con unos súbditos esclavizados,
sino la tierna condescendencia del médico con sus pacientes. Por eso los “excluidos”
lograrán abrirse gozosamente a la Buena Nueva de la salvación.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que con un mismo
y único sacrificio adquiriste para ti un pueblo de adopción, concede, propicio,
a tu Iglesia, los dones de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. 1Cor 10, 17
Todos los que participamos
de un mismo pan y de un mismo cáliz, somos un solo cuerpo como uno solo es
el pan.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que esta santa comunión,
que acabamos de recibir, así como significa la unión de los fieles en ti,
así también lleve a efecto la unidad en tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
II DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, MR p.
414 [412] / Lecc. I p. 265. LH Semana II del Salterio.
110ª Jornada
Mundial del Migrante y del Refugiado: «Dios camina con su pueblo»
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 65, 4
Que se postre ante ti, Señor,
la tierra entera; que todos canten himnos en tu honor y alabanzas a tu nombre.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno,
que gobiernas los cielos y la tierra, escucha con amor las súplicas de tu
pueblo y haz que los días de nuestra vida transcurran en tu paz. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Isaías 62, 1-5
Por amor a Sión no me callaré
y por amor a Jerusalén no me daré reposo, hasta que surja en ella esplendoroso
el justo y brille su salvación como una antorcha.
Entonces las naciones verán
tu justicia, y tu gloria todos los reyes. Te llamarán con un nombre nuevo,
pronunciado por la boca del Señor. Serás corona de gloria en la mano del Señor
y diadema real en la palma de su mano.
Ya no te llamarán “Abandonada”,
ni a tu tierra, “Desolada”; a ti te llamarán “Mi complacencia” y a tu tierra,
“Desposada”, porque el Señor se ha complacido en ti y se ha desposado con
tu tierra.
Como un joven se desposa
con una doncella, se desposará contigo tu hacedor; como el esposo se alegra
con la esposa, así se alegrará tu Dios contigo. Palabra de Dios.
SALMO 95
R/. Cantemos la grandeza del Señor.
Cantemos al Señor un nuevo
canto, que le cante al Señor toda la tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo.
R/.
Proclamemos su amor día
tras día, su grandeza anunciemos a los pueblos; de nación en nación, sus maravillas.
R/.
Alaben al Señor, pueblos
del orbe, reconozcan su gloria y su poder y tribútenle honores a su nombre.
R/.
Caigamos en su templo de
rodillas. Tiemblen ante el Señor los atrevidos. “Reina el Señor”, digamos
a los pueblos, gobierna a las naciones con justicia. R/.
SEGUNDA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios
12, 4-11
Hermanos: Hay diferentes
dones, pero el Espíritu es el mismo. Hay diferentes servicios, pero el Señor
es el mismo. Hay diferentes actividades, pero Dios, que hace todo en todos,
es el mismo.
En cada uno se manifiesta
el Espíritu para el bien común. Uno recibe el don de la sabiduría; otro, el
don de la ciencia. A uno se le concede el don de la fe; a otro, la gracia
de hacer curaciones, y a otro más, poderes milagrosos. Uno recibe el don de
profecía, y otro, el de discernir los espíritus. A uno se le concede el don
de lenguas, y a otro, el de interpretarlas. Pero es uno solo y el mismo Espíritu
el que hace todo eso, distribuyendo a cada uno sus dones, según su voluntad.
Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. 2 Tes 2, 14
R/. Aleluya, aleluya.
Dios nos ha llamado, por
medio del Evangelio, a participar de la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
R/. Aleluya.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Juan 2, 1-11
En aquel tiempo, hubo una
boda en Cana de Galilea, a la cual asistió la madre de Jesús. Este y sus discípulos
también fueron invitados. Como llegara a faltar el vino, María le dijo a Jesús:
“Ya no tienen vino”. Jesús le contestó: “Mujer, ¿qué podemos hacer tú y yo?
Todavía no llega mi hora”. Pero ella dijo a los que servían: “Hagan lo que
él les diga”.
Había allí seis tinajas
de piedra, de unos cien litros cada una, que servían para las purificaciones
de los judíos. Jesús dijo a los que servían: “Llenen de agua esas tinajas”.
Y las llenaron hasta el borde. Entonces les dijo: “Saquen ahora un poco y
llévenselo
al mayordomo”.
Así lo hicieron, y en cuanto
el mayordomo probó el agua convertida en vino, sin saber su procedencia, porque
sólo los sirvientes la sabían, llamó al novio y le dijo: “Todo el mundo sirve
primero el vino mejor, y cuando los invitados ya han bebido bastante, se sirve
el corriente. Tú, en cambio, has guardado el vino mejor hasta ahora”.
Esto que Jesús hizo en Cana
de Galilea fue la primera de sus señales milagrosas. Así mostró su gloria
y sus discípulos creyeron en él. Palabra
del Señor.
Se dice Credo.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Oremos con gran confianza
al Señor y pidámosle que escuche compasivamente nuestras plegarias:
Por
la santa Iglesia de Dios, para que el Señor, le conceda la paz y la unidad
y la proteja en todo el mundo, roguemos al Señor.
Por
los gobernantes de nuestra patria y de todas las naciones, para que Dios dirija
sus pensamientos y decisiones hacia una auténtica promoción del bien común,
roguemos al Señor.
Por
los que están en camino de conversión y por los que se preparan a recibir
el bautismo, paraque Dios les abra la puerta de su misericordia y les dé parte
en la vida nueva en Cristo Jesús, roguemos al Señor.
Por
nuestros familiares y amigos que no están ahora aquí con nosotros, para que
Dios escuche sus oraciones y lleve a la realidad sus legítimos deseos, roguemos
al Señor.
Dios nuestro, que en la
hora de la cruz invitaste a la humanidad a unirse a Cristo, Esposo y Señor,
haz que la Iglesia experimente en el convite dominical la fuerza transformadora
del su amor y sepa pregustar en este banquete fraterno la esperanza de las
bodas eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, participar
dignamente en estos misterios, porque cada vez que se celebra el memorial
de este sacrificio, se realiza la obra de nuestra redención. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Jn 4, 16
Nosotros hemos conocido
el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Infúndenos, Señor, el espíritu
de tu caridad, para que, saciados con el pan del cielo, vivamos siempre unidos
en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
DIOS QUIERE LO MEJOR PARA
NOSOTROS (ÁNGELUS DEL 16 DE ENERO DE 2022)
Queridos hermanos y hermanas,
¡buenos días!
El Evangelio de la liturgia
de hoy narra el episodio de las bodas de Caná, donde Jesús transforma el agua
en vino para la alegría de los esposos. Y concluye así: «Este fue el primero
de los signos de Jesús… Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron
en Él» (Jn 2, 11). Notamos que el evangelista Juan no habla de milagro, es
decir, de un hecho potente y extraordinario que genera maravilla. Escribe
que en Caná tuvo lugar un signo que suscita la fe de los discípulos. Podemos
entonces preguntarnos: ¿qué es un “signo” según el Evangelio?
Un signo es un indicio que
revela el amor de Dios, que no reclama atención sobre la potencia del gesto,
sino sobre el amor que lo ha provocado. Nos enseña algo del amor de Dios,
que es siempre cercano, tierno y compasivo. El primer signo sucede mientras
dos esposos están en dificultad en el día más importante de sus vidas. En
mitad de la fiesta falta un elemento esencial, el vino, y se corre el riesgo
de que la alegría se apague entre las críticas y la insatisfacción de los
invitados. Figurémonos cómo puede continuar una fiesta de boda solo con agua.
¡Es terrible, los esposos quedan muy mal!
La Virgen se da cuenta del
problema y lo señala con discreción a Jesús. Y Él interviene sin clamor, casi
sin que se note. Todo se desarrolla reservadamente, “detrás del telón”: Jesús
dice a los servidores que llenen las ánforas de agua, que se convierte en
vino. Así actúa Dios, con cercanía, con discreción. Los discípulos de Jesús
captan esto: ven que gracias a Él la fiesta de boda es aún más hermosa. Y
ven también el modo de actuar de Jesús, su servir sin ser visto —así es Jesús:
nos ayuda, nos sirve de modo escondido— tanto que los cumplidos por el vino
se dirigen luego al esposo, nadie se da cuenta de lo sucedido, solamente los
servidores. Así comienza a desarrollarse en los discípulos el germen de la
fe, esto es, creen que en Jesús está presente Dios, el amor de Dios.
Es bello pensar que el primer
signo que Jesús cumple no es una curación extraordinaria o un prodigio en
el templo de Jerusalén, sino un gesto que sale al encuentro de una necesidad
simple y concreta de gente común, un gesto doméstico, un milagro —digámoslo
así— “de puntillas”, discreto, silencioso. Él está dispuesto para ayudarnos,
para levantarnos. Y entonces, si estamos atentos a estos “signos”, su amor
nos conquista y nos hacemos discípulos suyos.
Pero hay otro rasgo distintivo
del signo de Caná. Generalmente, el vino que se daba al final de la fiesta
era el menos bueno; también hoy en día se hace esto, la gente en ese momento
no distingue muy bien si un vino es bueno o si está un poco aguado. Jesús,
en cambio, hace que la fiesta termine con el mejor vino. Simbólicamente esto
nos dice que Dios quiere lo mejor para nosotros, nos quiere felices. No se
pone límites y no nos pide intereses. En el signo de Jesús no hay espacio
para segundos fines, para pretensiones con respecto a los esposos. No, la
alegría que Jesús deja en el corazón es alegría plena y desinteresada. ¡No
es una alegría aguada!
Os sugiero un ejercicio
que puede hacernos mucho bien. Probemos hoy a buscar entre nuestros recuerdos
los signos que el Señor ha realizado en nuestra vida. Que cada uno diga: en
mi vida, ¿qué signos ha realizado el Señor? ¿Qué indicios veo de su presencia?
Son signos que ha llevado a cabo para mostrarnos que nos ama; pensemos en
ese momento difícil en el que Dios me hizo experimentar su amor… Y preguntémonos:
¿con qué signos, discretos y premurosos, me ha hecho sentir su ternura? ¿Cuándo
he sentido más cercano al Señor, cuándo he sentido su ternura, su compasión?
Cada uno de nosotros ha vivido estos momentos en su historia. Vayamos a buscar
esos signos, hagamos memoria. ¿Cómo he descubierto su cercanía? ¿Cómo me ha
quedado en el corazón una gran alegría?
Revivamos los momentos en
los que hemos experimentado su presencia y la intercesión de María. Que ella,
la Madre, que como en Caná está siempre atenta, nos ayude a atesorar los signos
de Dios en nuestra vida.
PAPA FRANCISCO
Verde / Rojo Feria o SAN FABIÁN, Papa y
Mártir o SAN SEBASTIÁN, Mártir MR pp. 665 y 885 [680 y 924] / Lecc. I p. 506
De 236-250 fue Papa. Fueron
unos años de paz, organización y de despliegue misional. Durante la persecución
del emperador Decio, fue una de las primeras víctimas.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Este es un verdadero mártir,
ya que derramó su sangre por Cristo; no temió las amenazas de quienes lo juzgaron
y mereció así el Reino de los cielos.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, gloria de
tus sacerdotes, concédenos que, mediante la intercesión de tu mártir san Fabián,
nos esforcemos en compartir su misma fe y en servirte dignamente. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 5, 1-10
Hermanos: Todo sumo sacerdote
es un hombre escogido entre los hombres y está constituido para intervenir
en favor de ellos ante Dios, para ofrecer dones y sacrificios por los pecados.
Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto
en debilidades. Por eso, así como debe ofrecer sacrificios por los pecados
del pueblo, debe ofrecerlos también por los suyos propios.
Nadie puede apropiarse ese
honor, sino sólo aquel que es llamado por Dios, como lo fue Aarón. De igual
manera, Cristo no se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote; se
la otorgó quien le había dicho: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy.
O como dice otro pasaje de la Escritura: Tú eres sacerdote eterno, como Melquisedec.
Precisamente por eso, durante
su vida mortal, ofreció oraciones y súplicas, con fuertes voces y lágrimas,
a aquel que podía librarlo de la muerte, y fue escuchado por su piedad. A
pesar de que era el Hijo, aprendió a obedecer padeciendo, y llegado a su perfección,
se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los que lo obedecen
y fue proclamado por Dios sumo sacerdote, como Melquisedec. Palabra de Dios.
SALMO 109
R/. Tú eres sacerdote para siempre.
Esto ha dicho el Señor a
mi Señor: “Siéntate a mi derecha; yo haré de tus contrarios el estrado donde
pongas los pies”. R/.
Extenderá el Señor desde
Sión tu cetro poderoso y tú dominarás al enemigo. R/.
Es tuyo el señorío; el día
en que naciste, en los montes sagrados, te consagró el Señor antes del alba.
R/.
Juró el Señor y no ha de
retractarse: “Tú eres sacerdote para siempre, como Melquisedec”. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Heb 4, 12
R/. Aleluya, aleluya.
La palabra de Dios es viva
y eficaz y descubre los pensamientos e intenciones del corazón. R/. Aleluya.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 2, 18-22
En una ocasión en que los
discípulos de Juan el Bautista y los fariseos ayunaban, algunos de ellos se
acercaron a Jesús y le preguntaron: “¿Por qué los discípulos de Juan y los
discípulos de los fariseos ayunan, y los tuyos no?” Jesús les contestó: “¿Cómo
van a ayunar los invitados a una boda, mientras el novio está con ellos? Mientras
está con ellos el novio, no pueden ayunar. Pero llegará el día en que el novio
les será quitado y entonces sí ayunarán.
Nadie le pone un parche
de tela nueva a un vestido viejo, porque el remiendo encoge y rompe la tela
vieja y se hace peor la rotura. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque
el vino rompe los odres, se perdería el vino y se echarían a perder los odres.
A vino nuevo, odres nuevos”. Palabra
del Señor.
REFLEXIÓN:
El mensaje de Jesús no es una especie de “parche mal pegado”, cuya finalidad
es enmendar los estropicios de la corrupción humana. Su originalidad no se
puede reducir a cubrir las formas de la religiosidad tradicional. Jesús es
nada menos que el «Esposo»: Él posee, por eso, una fuerza capaz de formar
un hombre enteramente nuevo. Él ofrece a los convidados al banquete una dimensión
festiva que –superando la simple penitencia exterior– ha de desembocar luego,
con gran naturalidad, en la preocupación por el hermano.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios clementísimo, derrama
tu bendición sobre estos dones y afiánzanos en la fe que san Fabián atestiguó
con la efusión de su sangre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 15, 1. 5
Yo soy la vid verdadera
y ustedes, los sarmientos, dice el Señor; el que permanece en mí y yo en él,
ése dará fruto abundante.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados por estos sagrados
misterios, te rogamos, Señor, que, imitando la admirable constancia de san
Fabián, merezcamos, por nuestra perseverancia, conseguir el premio eterno.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Rojo Memoria, SANTA INÉS, Virgen y Mártir,
MR pp. 666 y 891 [681 y 931] / Lecc. I p. 510
La jovencita romana, Inés,
tendría entre 12 y 15 años, cuando espontáneamente se ofreció a morir por
su fe cristiana, en el tiempo que arreciaba la persecución de Diocleciano
(305). San Ambrosio nos ha conservado el relato del martirio de santa Inés,
a quien la Iglesia le ha tenido una especial devoción.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Ya sigue al Cordero crucificado
por nosotros, la virgen llena de valor, ofrenda de pudor y víctima de castidad.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno,
que escoges lo débil del mundo para confundir a los fuertes, concede propicio,
a quienes celebramos el martirio de santa Inés, que imitemos su firmeza en
la fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 6, 10-20
Hermanos: Dios no es injusto
para olvidar los trabajos de ustedes y el amor que le han mostrado al servir
a sus hermanos en la fe, como lo siguen haciendo hasta hoy. Deseamos, sin
embargo, que todos y cada uno de ustedes mantenga hasta el fin el mismo fervor
y diligencia, para alcanzar la plenitud de su esperanza. Así, lejos de volverse
negligentes, serán ustedes imitadores de aquellos que, por la fe y la paciencia,
heredan lo prometido por Dios.
En efecto, cuando Dios hizo
la promesa a Abraham, como no había nada superior por lo cual jurar, juró
por sí mismo, diciendo: Te colmaré de bendiciones y te daré una descendencia
innumerable. Por este motivo, Abraham perseveró en la paciencia y alcanzó
lo prometido por Dios. Cuando los hombres juran, lo hacen por alguien superior
a ellos, y el juramento pone fin a toda discusión. También Dios, cuando quiso
mostrar con plenitud a los herederos de la promesa lo irrevocable de su decisión,
se comprometió con un juramento.
Así pues, mediante estos
dos actos irrevocables, promesa y juramento, en los cuales Dios no puede mentir,
tenemos un consuelo poderoso los que buscamos un refugio en la esperanza de
lo prometido. Esta esperanza nos mantiene firmes y seguros, porque está anclada
en el interior del santuario, ahí donde Jesús entró, precediéndonos, constituido
sumo sacerdote, como Melquisedec. Palabra
de Dios.
SALMO 110
R/. El Señor se acuerda siempre de su alianza.
Quiero alabar a Dios, de
corazón, en las reuniones de los justos. Grandiosas son las obras del Señor
y para todo fiel, dignas de estudio. R/.
Ha hecho inolvidables sus
prodigios. El Señor es piadoso y es clemente. Acordándose siempre de su alianza,
él le da de comer al que lo teme. R/.
Él redimió a su pueblo y
estableció su alianza para siempre. Dios es santo y terrible y su gloria perdura
eternamente. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Ef 1, 17-18
R/. Aleluya, aleluya.
Que el Padre de nuestro
Señor Jesucristo ilumine nuestras mentes, para que podamos comprender cuál
es la esperanza que nos da su llamamiento. R/.
Aleluya.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 2, 23-28
En sábado Jesús iba caminando
entre los sembrados, y sus discípulos comenzaron a arrancar espigas al pasar.
Entonces
los fariseos le preguntaron:
“¿Por qué hacen tus discípulos algo que no está permitido hacer en sábado?”
Él les respondió: “¿No han leído acaso lo que hizo David una vez que tuvo
necesidad y padecían hambre él y sus compañeros? Entró en la casa de Dios,
en tiempos del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes sagrados, que sólo
podían comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros”.
Luego añadió Jesús: “El
sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado. Y el Hijo del
hombre también es dueño del sábado”. Palabra
del Señor.
REFLEXIÓN:
En una de sus más célebres frases, Jesús proclama la superioridad del hombre
sobre cualquier forma de legislación mortificante, incluso de índole religiosa.
El valor supremo no está, finalmente, en lo abstracto de una norma o en lo
convincente de una ideología, sino en la persona humana concreta. Este principio
nos revela, además, a Jesús como libre «Señor», frente a cualquier clase de
instituciones o tradiciones humanas. De ahí que Él tenga –como auténtico «dueño
del sábado»– el poder de otorgarle su auténtico sentido (Cfr. Mc 2, 28).
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que los
dones que te presentamos en la celebración de santa Inés, por tu gracia, te
sean agradables, así como te fue grato el combate de su martirio. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Apoc 7, 17
El Cordero, que está en
el trono, los conducirá a las fuentes del agua de la vida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, que coronaste
entre los santos a la bienaventurada Inés por la doble victoria de su virginidad
y de su martirio, concédenos, por la eficacia de este sacramento, que, venciendo
valerosamente todo mal, consigamos la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Verde / Rojo Feria o SAN VICENTE, Diácono
y Mártir MR pp. 666 y 883 [681 y 922] / Lecc. I p. 514
Era diácono de Zaragoza,
cuando lo condenaron a morir, en Valencia, junto con su obispo, Valerio (304
o 305). Igual que Lorenzo de Roma, Vicente representa un modelo completo de
servicio en la Iglesia: el diácono era un auxiliar del obispo para ofrecen
sacrificio y para gobernar a la comunidad. Además, Vicente acompañó a su obispo
en la hora suprema de la verdad.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Este santo luchó hasta la
muerte por la ley de Dios y no se aterrorizó ante la amenaza de los impíos,
pues estaba afianzado sobre roca firme.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno,
infunde bondadosamente tu Espíritu en nosotros, para que nuestros corazones
sean fortalecidos por aquel amor invencible con el que tu santo mártir Vicente
venció todos los tormentos corporales. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 7, 1-3. 15-17
Hermanos: Melquisedec, rey
de Salem y sacerdote del Dios altísimo, salió al encuentro de Abraham, cuando
éste volvía de derrotar a los reyes, y lo bendijo. Abraham le dio entonces
la décima parte de todo el botín. El nombre de Melquisedec, significa rey
de justicia y el título rey de Salem, significa rey de paz. No se mencionan
ni su padre ni su madre, y aparece sin antepasados. Tampoco se encuentra el
principio ni el fin de su vida. Es la figura del Hijo de Dios, y como él,
permanece sacerdote para siempre. En efecto, como Melquisedec, Jesucristo
ha sido constituido sacerdote, en virtud de su propia vida indestructible
y no por la ley, que señalaba que los sacerdotes fueran de la tribu de Leví.
La palabra misma de Dios lo atestigua, cuando dice: Tú eres sacerdote para
siempre, como Melquisedec. Palabra de Dios.
SALMO 109
R/. Tú eres sacerdote para siempre.
Esto ha dicho el Señor a
mi Señor: “Siéntate a mi derecha; yo haré de tus contrarios el estrado donde
pongas los pies”. R/.
Extenderá el Señor desde
Sión tu cetro poderoso y tú dominarás al enemigo. R/.
Es tuyo el señorío; el día
en que naciste, en los montes sagrados, te consagró el Señor antes del alba.
R/.
Juró el Señor y no ha de
retractarse: “Tú eres sacerdote para siempre, como Melquisedec”. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 4, 23
R/. Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba el Evangelio
del Reino y curaba las enfermedades y dolencias del pueblo. R/. Aleluya.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 3, 1-6
En aquel tiempo, Jesús entró
en la sinagoga, donde había un hombre que tenía tullida una mano. Los fariseos
estaban espiando a Jesús para ver si curaba en sábado y poderlo acusar. Jesús
le dijo al tullido: “Levántate y ponte allí en medio”.
Después les preguntó: “¿Qué
es lo que está permitido hacer en sábado, el bien o el mal? ¿Se le puede salvar
la vida a un hombre en sábado o hay que dejarlo morir?” Ellos se quedaron
callados. Entonces, mirándolos con ira y con tristeza, porque no querían entender,
le dijo al hombre: “Extiende tu mano”. La extendió, y su mano quedó sana.
Entonces se fueron los fariseos y comenzaron a hacer planes con los del partido
de Herodes para matar a Jesús. Palabra
del Señor.
REFLEXIÓN: El
pasaje evangélico concluye una serie de ríspidas controversias con sus habituales
adversarios que, obstinados en su cerrazón ante la verdad, deciden abiertamente
darle muerte. Se nos ofrece aquí, además, una elocuente aplicación de lo enunciado
anteriormente por Jesús en relación al «reposo sabático». A enfrentarse están
ahora la actitud rigorista de los insensibles letrados –y, en general, de
la “opinión pública” de su tiempo– con la actitud compasiva de Jesús. Él se
declara abiertamente a favor del enfermo y de que vuelva a llevar una vida
en plenitud.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica, Señor, con tu
bendición, los dones que te presentamos, para que, por tu gracia, nos inflamen
en aquel fuego de tu amor con el que san Vicente venció en su cuerpo todos
los tormentos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Mt 16, 24
El que me sigue no caminará
en la oscuridad y tendrá la luz de la vida, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el santo sacramento
que recibimos, Señor, nos comunique aquella fortaleza de espíritu que hizo
a tu mártir san Vicente fiel en tu servicio y victorioso en su pasión. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Feria del Tiempo Ordinario: Jueves de la
2a. semana
ANTÍFONA DE ENTRADA
El Señor es mi refugio,
lo invoqué y me libró. Me salvó porque me ama.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, que tu
poder pacificador dirija el curso de los acontecimientos del mundo y que tu
Iglesia se regocije al poder servirte con tranquilidad. Por nuestro Señor
Jesucristo… Amén.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 7, 23-8, 6
Hermanos: Durante la antigua
alianza hubo muchos sacerdotes, porque la muerte les impedía permanecer en
su oficio. En cambio, Jesucristo tiene un sacerdocio eterno, porque él permanece
para siempre. De ahí que sea capaz de salvar, para siempre, a los que por
su medio se acercan a Dios, ya que vive eternamente para interceder por nosotros.
Ciertamente que un sumo
sacerdote como éste era el que nos convenía: santo, inocente, inmaculado,
separado de los pecadores y elevado por encima de los cielos; que no necesita,
como los demás sacerdotes, ofrecer diariamente víctimas, primero por sus pecados
y después por los del pueblo, porque esto lo hizo de una vez para siempre,
ofreciéndose a sí mismo. Porque los sacerdotes constituidos por la ley eran
hombres llenos de fragilidades; pero el sacerdote constituido por las palabras
del juramento posterior a la ley, es el Hijo eternamente perfecto.
Ahora bien, lo más importante
de lo que estamos diciendo es que tenemos en Jesús a un sumo sacerdote tan
excelente, que está sentado a la derecha del trono de Dios en el cielo, como
ministro del santuario y del verdadero tabernáculo, levantado por el Señor
y no por los hombres.
Todo sumo sacerdote es nombrado
para que ofrezca dones y sacrificios; por eso era también indispensable que
él tuviera algo que ofrecer. Si él se hubiera quedado en la tierra, ni siquiera
sería sacerdote, habiendo ya quienes ofrecieran los dones prescritos por la
ley. Pero éstos son ministros de un culto que es figura y sombra del culto
celestial, según lo reveló Dios a Moisés, cuando le mandó que construyera
el tabernáculo: Mira, le dijo, lo harás todo según el modelo que te mostré
en el monte. En cambio, el ministerio de Cristo es tanto más excelente, cuanto
que él es el mediador de una mejor alianza, fundada en mejores promesas. Palabra de Dios.
SALMO 39
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Sacrificios y ofrendas no
quisiste, abriste, en cambio, mis oídos a tu voz. No exigiste holocaustos
por la culpa, así que dije: “Aquí estoy”. R/.
En tus libros se me ordena
hacer tu voluntad; esto es, Señor, lo que deseo: tu ley en medio de mi corazón.
R/.
He anunciado tu justicia
en la gran asamblea; no he cerrado mis labios, tú lo sabes, Señor. R/.
Que se gocen en ti y que
se alegren todos los que te buscan. Cuantos quieren de ti la salvación repiten
sin cesar: “¡Qué grande es Dios!” R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. 2 Tim 1, 10
R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro Salvador,
ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio.
R/. Aleluya.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 3, 7-12
En aquel tiempo, Jesús se
retiró con sus discípulos a la orilla del mar, seguido por una muchedumbre
de galileos. Una gran multitud, procedente de Judea y Jerusalén, de Idumea
y Transjordania y de la parte de Tiro y Sidón, habiendo tenido noticias de
lo que Jesús hacía, se trasladó a donde él estaba.
Entonces rogó Jesús a sus
discípulos que le consiguieran una barca para subir en ella, porque era tanta
la multitud, que estaba a punto de aplastarlo. En efecto, Jesús había curado
a muchos, de manera que todos los que padecían algún mal, se le echaban encima
para tocarlo. Cuando los poseídos por espíritus inmundos lo veían, se echaban
a sus pies y gritaban: “Tú eres el Hijo de Dios”. Pero Jesús les prohibía
que lo manifestaran. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN:
El texto nos reporta una de las incontables y muy intensas jornadas de la
vida de Jesús. La tarea del «Mesías» es la de revelar –más que nada con sus
obras– el rostro paterno de Dios.
San Marcos nos presenta
al Señor profundamente arraigado en el contexto humano. Son especialmente
los enfermos, los endemoniados y, sobre todo, las grandes multitudes las que
lo rodean y no le dan tregua. El secreto de esta capacidad de atracción radica
en su condición de Hijo de Dios, reconocida, sorpresivamente, incluso por
los mismos «espíritus inmundos».
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Cantaré al Señor por el
bien que me ha hecho, y entonaré un himno de alabanza al Dios Altísimo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados por estos dones
de salvación, suplicamos, Señor, tu misericordia, para que este sacramento
que nos nutre en nuestra vida temporal nos haga partícipes de la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Blanco Memoria de SAN FRANCISCO DE SALES, Obispo y Doctor de la Iglesia
MR pp. 667 y 896 [682 y 935] / Lecc. I p. 518
Fue esencialmente un pastor
de almas (1567-1622). Fue misionero y después obispo de Ginebra (residente
en Annecy), fundó la orden de las religiosas de la Visitación junto con santa
Juana Francisca Fremiot de Chantal. Se hizo todo a todos por medio de la palabra
hablada y escrita, y mantuvo conversaciones teológicas con los protestantes.
Se preocupaba de todos, pequeños y grandes, y puso al alcance de todos ellos
la vida espiritual.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Ez 34, 11. 23-24
Buscaré a mis ovejas, dice
el Señor, y les daré un pastor que las apaciente, y yo, el Señor, seré su
Dios.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que para la
salvación de las almas quisiste que el obispo san Francisco de Sales se hiciera
todo para todos, concédenos que, a ejemplo suyo, mostremos siempre la mansedumbre
de tu amor en el servicio a los hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 8, 6-13
Hermanos: Jesucristo, nuestro
sumo sacerdote, ha obtenido un ministerio tanto más excelente, cuanto que
él es el mediador de una mejor alianza, fundada en mejores promesas. Si aquella
primera alianza hubiera sido perfecta, no habría habido lugar para una segunda.
Pero, de hecho, Dios la encuentra imperfecta, cuando reprendiendo a los israelitas,
les dice: Se acerca el tiempo en que haré con la casa de Israel y con la casa
de Judá una alianza nueva, dice el Señor. No será como la alianza que hice
con los padres de ustedes cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto,
porque ellos rompieron mi alianza y yo tuve que hacer un escarmiento con ellos.
Esta es la alianza nueva que voy a hacer con la casa de Israel: Voy a poner
mi ley en lo más profundo de su mente y voy a grabarla en sus corazones. Yo
seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Ya nadie tendrá que instruir a su prójimo
ni a su hermano, diciéndole:
“Conoce al Señor”, porque
todos me van a conocer, desde el más pequeño hasta el mayor de todos, cuando
yo les perdone sus culpas y olvide para siempre sus pecados. Conforme a esto,
al hablar de una alianza nueva, Dios declara anticuada la primera, y lo que
es anticuado y envejecido está próximo a la desaparición. Palabra de Dios.
SALMO 84
R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación. Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor
habitará en la tierra. R/.
La misericordia y la verdad
se encontraron, la justicia y la paz se besaron, la fidelidad brotó en la
tierra y la justicia vino del cielo. R/.
Cuando el Señor nos muestre
su bondad, nuestra tierraproducirá su fruto. La justicia le abrirá camino
al Señor e irá siguiendo sus pisadas. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 2 Cor 5, 19
R/. Aleluya, aleluya.
Dios ha reconciliado consigo
al mundo, por medio de Cristo, y nos ha encomendado a nosotros el mensaje
de la reconciliación. R/. Aleluya.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 3, 13-19
En aquel tiempo, Jesús subió
al monte, llamó a los que él quiso, y ellos lo siguieron. Constituyó a doce
para que se quedaran con él, para mandarlos a predicar y para que tuvieran
el poder de expulsar a los demonios.
Constituyó entonces a los
Doce: a Simón, al cual le impuso el nombre de Pedro; después, a Santiago y
a Juan, hijos de Zebedeo, a quienes dio el nombre de Boanergues, es decir
“hijos del trueno”; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el
de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y a Judas Iscariote, que después lo traicionó.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN:
Para la noble y exigente tarea que habría de encomendarles, Jesús escogió
a “los suyos” con absoluta libertad. Los «Doce» serán de ahora en adelante
el fundamento de la Iglesia, como las doce tribus fueron la base del antiguo
Israel. La característica de los llamados ha de ser, por tanto, doble: la
indispensable intimidad con Jesús, de la que luego brotará, en forma natural
y espontánea, la urgencia de la misión. Él escogió personas con cualidades
diversas: no todos grandes, no todos perfectos, pero sí todos decididos a
ser sus «amigos»
(Cfr. Jn 15, 15; Mt 26,
50).
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por esta ofrenda de salvación
que te presentamos, Señor, enciende nuestro corazón con aquel divino fuego
del Espíritu Santo con el que de manera admirable inflamaste el corazón lleno
de mansedumbre de san Francisco de Sales. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 15, 16
No son ustedes los que me
han elegido, dice el Señor, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado
para que vayan y den fruto y su fruto permanezca.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso,
que, por este sacramento que acabamos de recibir, imitando en la tierra la
caridad y la mansedumbre de san Francisco de Sales, consigamos también la
gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Blanco Fiesta, LA CONVERSIÓN DE SAN PABLO MR p. 668 [683] / Lecc.
I p. 987
En su camino hacia Damasco,
Saulo de Tarso descubrió que Jesús de Nazaret era el Mesías, que había resucitado
el domingo de Pascua y que él formaba una sola cosa con sus hermanos, los
cristianos. Este maravilloso descubrimiento marcaría toda la vida de Pablo.
ANTÍFONA DE ENTRADA 2 Tim 1, 12; 4, 8
Yo sé bien en quién tengo
puesta toda mi confianza y estoy convencido de que él es poderoso; el Señor,
justo juez, me dará la recompensa el día de su venida.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que adoctrinaste
al mundo entero con la predicación del apóstol san Pablo, concédenos que,
caminando hacia ti siguiendo el ejemplo de aquel cuya conversión hoy celebramos,
seamos testigos de tu verdad en el mundo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 22, 3-16
En aquellos días, Pablo
dijo al pueblo: “Yo soy judío, nací en Tarso de Cilicia, pero me crié aquí,
en Jerusalén; fui alumno de Gamaliel y aprendí a observar en todo su rigor
la ley de nuestros padres y estaba tan lleno de fervor religioso, como lo
están ustedes ahora. Perseguí a muerte a la religión cristiana, encadenando
y metiendo en la cárcel a hombres y mujeres, como pueden atestiguarlo el sumo
sacerdote y todo el consejo de los ancianos.
Ellos me dieron cartas para
los hermanos de Damasco y me dirigí hacia allá en busca de creyentes para
traerlos presos a Jerusalén
Allí, un hombre llamado
Ananías, varón piadoso y observante de la ley, muy respetado por todos los
judíos que vivían en Damasco, fue a verme, se me acercó y me dijo: ‘Saulo,
hermano, recobra la vista’. Inmediatamente recobré la vista y pude verlo.
Él me dijo: ‘El Dios de nuestros padres te ha elegido para que conocieras
su voluntad, vieras al Justo y escucharas sus palabras, porque deberás atestiguar
ante todos los hombres lo que has visto y oído. Y ahora, ¿qué esperas? Levántate,
recibe el bautismo, reconoce que Jesús es el Señor y queda limpio de tus pecados’
”. Palabra de Dios.
SALMO 116
R/. Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio.
Que alaben al Señor todas
las naciones, que lo aclamen todos los pueblos. R/.
Porque grande es su amor
hacia nosotros y su fidelidad dura por siempre. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 15, 16
R/. Aleluya, aleluya.
Yo los he elegido del mundo,
dice el Señor, para que vayan y den fruto y su fruto permanezca. R/. Aleluya.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 16, 15-18
En aquel tiempo, se apareció
Jesús a los Once y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio
a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a
creer, será condenado. Estos son los milagros que acompañarán a los que hayan
creído: arrojarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán
serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal, no les hará daño; impondrán
las manos a los enfermos y éstos quedarán sanos”. Palabra
del Señor.
REFLEXIÓN:
Esta fiesta –instituida en las Galias en el siglo VI, con ocasión del traslado
de algunas supuestas reliquias del Apóstol– entró en el calendario romano
sólo hacia el siglo IX… Ella nos recuerda la aparición de Cristo a san Pablo
en el camino de Damasco, narrada en tres pasajes de los Hechos de los Apóstoles
(9, 1-30; 22, 3-21; 26, 9-20). A esta sorpresiva y extraordinaria visión está
vinculado el tránsito de una mentalidad de intransigente fanático de la Ley
de Moisés y acérrimo perseguidor de los cristianos, a infatigable Apóstol
de Jesucristo… Él –al recibir y desarrollar la intuición universalista del
diácono Esteban, de cuya muerte fue testigo y casi cómplice– se transforma
por eso en intrépido heraldo del Evangelio y en difusor incansable de esta
Buena Nueva. Tal «conversión» ha de situarse en la base de muchos e importantes
elementos de su doctrina, en particular del tema del poder de la gracia que
opera de parte de Dios por medio de Cristo y con la fuerza del Espíritu Santo.
Esta conversión es, por cierto, uno de los más importantes acontecimientos
de la historia de la Iglesia, que a él le debe su arrojo misionero entre los
paganos y la primera reflexión teológica global acerca del mensaje cristiano.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al celebrar estos divinos
misterios, te suplicamos, Señor, que el Espíritu Santo derrame sobre nosotros
la luz de la fe que iluminó al apóstol san Pablo para propagar tu gloria sin
descanso. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I
de los Apóstoles, p. 531 [149].
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Gal 2, 20
Vivo de la fe en el Hijo
de Dios, que me amó y se entregó a la muerte por mí.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, Dios nuestro, los
sacramentos que hemos recibido fortalezcan en nosotros el fuego de la caridad
que encendió con ímpetu al apóstol san Pablo, para tomar sobre sí el cuidado
de todas las Iglesias. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición
solemne, p. 602 [611].
III DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO; «Domingo
de la Palabra de Dios». MR p. 415 [413] / Lecc. I p. 268. LH Semana III del
Salterio.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 95, 1. 6
Canten al Señor un cántico
nuevo, hombres de toda la tierra, canten al Señor. Hay brillo y esplendor
en su presencia, y en su templo, belleza y majestad.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno,
dirige nuestros pasos de manera que podamos agradarte en todo y así merezcamos,
en nombre de tu Hijo amado, abundar en toda clase de obras buenas. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Del libro de Nehemías 8, 2-4a. 5-6. 8-10
En aquellos días, Esdras,
el sacerdote, trajo el libro de la ley ante la asamblea, formada por los hombres,
las mujeres y todos los que tenían uso de razón.
Era el día primero del mes
séptimo, y Esdras leyó desde el amanecer hasta el mediodía, en la plaza que
está frente a la puerta del Agua, en presencia de los hombres, las mujeres
y todos los que tenían uso de razón. Todo el pueblo estaba atento a la lectura
del libro de la ley. Esdras estaba de pie sobre un estrado de madera, levantado
para esta ocasión. Esdras abrió el libro a la vista del pueblo, pues estaba
en un sitio más alto que todos, y cuando lo abrió, el pueblo entero se puso
de pie. Esdras bendijo entonces al Señor, el gran Dios, y todo el pueblo,
levantando las manos, respondió: “¡Amén!”, e inclinándose, se postraron rostro
en tierra.
Los levitas leían el libro
de la ley de Dios con claridad y explicaban el sentido, de suerte que el pueblo
comprendía la lectura.
Entonces Nehemías, el gobernador,
Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que instruían a la gente, dijeron
a todo el pueblo: “Este es un día consagrado al Señor, nuestro Dios. No estén
ustedes tristes ni lloren (porque todos lloraban al escucharlas palabras de
la ley). Vayan a comer espléndidamente, tomen bebidas dulces y manden algo
a los que nada tienen, pues hoy es un día consagrado al Señor, nuestro Dios.
No estén tristes, porque celebrar al Señor es nuestra fuerza”. Palabra de
Dios.
SALMO 18
R/. Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
La ley del Señor es perfecta
del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del Señor y hacen
sabio al sencillo. R/.
En los mandamientos del
Señor hay rectitud y alegría para el corazón; son luz los preceptos del Señor
para alumbrar
el camino. R/.
La voluntad de Dios es santa
y para siempre estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente
justos. R/.
Que sean gratas las palabras
de mi boca y los anhelos de mi corazón. Haz, Señor, que siempre te busque,
pues eres mi refugio y salvación. R/.
Lo que va entre [ ] se pude suprimir por
motivos pastorales.
SEGUNDA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios
12, 12-30
Hermanos: Así como el cuerpo
es uno y tiene muchos miembros y todos ellos, a pesar de ser muchos, forman
un solo cuerpo, así también es Cristo. Porque todos nosotros, seamos judíos
o no judíos, esclavos o libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu,
para formar un solo cuerpo, y a todos se nos ha dado a beber del mismo Espíritu.
[El cuerpo no se compone
de un solo miembro, sino de muchos. Si el pie dijera: “No soy mano, entonces
no formo parte del cuerpo”, ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Y si
el oído dijera: “Puesto que no soy ojo, no soy del cuerpo”, ¿dejaría por eso
de ser parte del cuerpo? Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿con qué oiríamos? Y
si todo el cuerpo fuera oído, ¿con qué oleríamos? Ahora bien, Dios ha puesto
los miembros del cuerpo cada uno en su lugar, según lo quiso. Si todos fueran
un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?
Cierto que los miembros
son muchos, pero el cuerpo es uno solo. El ojo no puede decirle a la mano:
“No te necesito”; ni la cabeza, a los pies: “Ustedes no me hacen falta”. Por
el contrario, los miembros que parecen más débiles son los más necesarios.
Y a los más íntimos los tratamos con mayor decoro, porque los demás no lo
necesitan. Así formó Dios el cuerpo, dando más honor a los miembros que carecían
de él, para que no haya división en el cuerpo y para que cada miembro se preocupe
de los demás. Cuando un miembro sufre, todos sufren con él; y cuando recibe
honores, todos se alegran con él.
Pues bien,] ustedes son
el cuerpo de Cristo y cada uno es un miembro de él. [En la Iglesia, Dios ha
puesto en primer lugar a los apóstoles; en segundo lugar, a los profetas;
en tercer lugar, a los maestros; luego, a los que hacen milagros, a los que
tienen el don de curar a los enfermos, a los que ayudan, a los que administran,
a los que tienen el don de lenguas y el de interpretarlas. ¿Acaso son todos
apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Son todos maestros? ¿Hacen todos milagros?
¿Tienen todos el don de curar? ¿Tienen todos el don de lenguas y todos las
interpretan?] Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 4, 18.
R/. Aleluya, Aleluya.
El Señor me ha enviado para
anunciar a los pobres la buena nueva y proclamar la liberación a los cautivos.
R/. Aleluya.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Lucas 1, 1-4; 4, 14-21
Muchos han tratado de escribir
la historia de las cosas que pasaron entre nosotros, tal y como nos las trasmitieron
los que las vieron desde el principio y que ayudaron en la predicación.
Yo también, ilustre Teófilo,
después de haberme informado minuciosamente de todo, desde sus principios,
pensé escribírtelo por orden, para que veas la verdad de lo que se te ha enseñado.
(Después de que Jesús fue tentado por el demonio en el desierto), impulsado
por el Espíritu, volvió a Galilea. Iba enseñando en las sinagogas; todos lo
alababan y su fama se extendió por toda la región. Fue también a Názaret,
donde se había criado. Entró en la sinagoga, como era su costumbre hacerlo
los sábados, y se levantó para hacer la lectura. Se le dio el volumen del
profeta Isaías, lo desenrolló y encontró el pasaje en que estaba escrito:
El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los
pobres la buena nueva, para anunciar la liberación a los cautivos y la curación
a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia
del Señor. Enrolló el volumen, lo devolvió al encargado y se sentó. Los ojos
de todos los asistentes a la sinagoga estaban fijos en él. Entonces comenzó
a hablar, diciendo: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura
que acaban de oír”. Palabra del Señor.
Se dice Credo.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Oremos a Dios Padre todopoderoso,
en cuyas manos está el destino del universo, y pidámosle confiadamente que
escuche las oraciones de su pueblo:
Por
la santa Iglesia de Dios, para que busque cada día con mayor afán el rostro
de su Señor, y sus fieles se esfuercen en purificarse de todas sus faltas
y pecados, roguemos al Señor.
Por
los que gobiernan las naciones, para que trabajen con interés y constancia
por el bienestar de sus conciudadanos, a fin de que reine entre los pueblos
la justicia y la paz, roguemos al Señor.
Por
lo enfermos, los encarcelados y por todos los que sufren, para que Dios, Padre
de misericordia, venga en auxilio de sus necesidades, roguemos al Señor.
Por
todos los que estamos aquí reunidos, para que el Señor nos conceda perseverar
en la fe y progresar en el mutuo amor, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que has enviado
a tu Hijo para anunciar el Evangelio a los pobres, la libertad a los cautivos
y a los ciegos la vista, haz que tu palabra resuene con fuerza en el mundo,
y que a nosotros nos transforme en instrumentos eficaces de libertad y salvación
para todos los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, benignamente,
nuestros dones, y santifícalos, a fin de que nos sirvan para nuestra salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 33, 6
Acudan al Señor; quedarán
radiantes y sus rostros no se avergonzarán.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso
que, al experimentar el efecto vivificante de tu gracia, nos sintamos siempre
dichosos por este don tuyo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
DOMINGO DE LA PALABRA DE DIOS (HOMILÍA, DOMINGO 23 DE ENERO DE 2022)
En la primera Lectura y
en el Evangelio encontramos dos gestos paralelos: el sacerdote Esdras tomó
el libro de la ley de Dios, lo abrió y lo proclamó delante de todo el pueblo;
Jesús, en la sinagoga de Nazaret, abrió el volumen de la Sagrada Escritura
y leyó un pasaje del profeta Isaías delante de todos. Son dos escenas que
nos comunican una realidad fundamental: en el centro de la vida del pueblo
santo de Dios y del camino de la fe no estamos nosotros, con nuestras palabras;
en el centro está Dios con su Palabra.
Todo comenzó con la Palabra
que Dios nos dirigió. En Cristo, su Palabra eterna, el Padre «nos eligió antes
de la creación del mundo» (Ef 1,4). Con su Palabra creó el universo: «Él lo
dijo y así sucedió» (Sal 33,9). Desde la antigüedad nos habló por medio de
los profetas (cf. Hb 1,1); por último, en la plenitud del tiempo, nos envió
su misma Palabra, el Hijo unigénito (cf. Ga 4,4). Por esto, al finalizar la
lectura de Isaías, Jesús en el Evangelio anuncia algo inaudito: «Esta lectura
se ha cumplido hoy» (Lc 4,21). Se ha cumplido; la Palabra de Dios ya no es
una promesa, sino que se ha realizado. En Jesús se hizo carne. Por obra del
Espíritu Santo habitó entre nosotros y quiere hacernos su morada, para colmar
nuestras expectativas y sanar nuestras heridas.
Hermanas y hermanos, tengamos
la mirada fija en Jesús, como la gente en la sinagoga de Nazaret (cf. v. 20),
—lo miraban, era uno de ellos: ¿qué novedad? ¿qué hará éste, del que tanto
se habla?— y acojamos su Palabra. Meditemos
hoy dos aspectos de ella que están unidos entre sí: la Palabra revela a Dios
y la Palabra nos lleva al hombre. Ella esta al centro, revela a Dios y nos
lleva al hombre.
En primer lugar, la Palabra
revela a Dios. Jesús, al comienzo de su misión, comentando ese pasaje específico
del profeta Isaías, anuncia una opción concreta: ha venido para liberar a
los pobres y oprimidos (cf. v. 18). De este modo, precisamente por medio de
las Escrituras, nos revela el rostro de Dios como el de Aquel que se hace
cargo de nuestra pobreza y le preocupa nuestro destino. No es un tirano que
se encierra en el cielo, esa es una fea imagen de Dios, sino un Padre que
sigue nuestros pasos. No es un frío observador indiferente e imperturbable,
un Dios “matemático”. Es el Dios con nosotros, que se apasiona con nuestra
vida y se identifica hasta llorar nuestras mismas lágrimas. No es un dios
neutral e indiferente, sino el Espíritu amante del hombre, que nos defiende,
nos aconseja, toma partido a nuestro favor, se involucra y se compromete con
nuestro dolor. Siempre está presente allí. Esta es «la buena noticia» (v.
18) que Jesús proclama ante la mirada sorprendida de todos: Dios es cercano
y quiere cuidar de mí, de ti, de todos. Y este es el modo de tratar de Dios:
la cercanía. Él se define a sí mismo de esta manera; dice al pueblo, en Deuteronomio:
«¿Cuál es la gran nación que tenga dioses tan cercanos como el Señor, nuestro
Dios, cuando lo invocamos?» (cf. Dt 4,7). Él es un Dios cercano, compasivo
y tierno, quiere aliviarte de las cargas que te aplastan, quiere caldear el
frío de tus inviernos, quiere iluminar tus días oscuros, quiere sostener tus
pasos inciertos. Y lo hace con su Palabra, con la que te habla para volver
a encender la esperanza en medio de las cenizas de tus miedos, para hacer
que vuelvas a encontrar la alegría en los laberintos de tus tristezas, para
llenar de esperanza la amargura de tus soledades. Él te hace caminar, no dentro
de un laberinto, más bien por el camino, para encontrarlo cada día.
Hermanos, hermanas, preguntémonos:
¿llevamos en el corazón esta imagen liberadora de Dios, del Dios cercano,
compasivo y tierno o pensamos que sea un juez riguroso, un rígido aduanero
de nuestra vida? ¿Nuestra fe genera esperanza y alegría o me pregunto si entre
nosotros está todavía determinada por el miedo? ¿Qué rostro de Dios anunciamos
en la Iglesia, el Salvador que libera y cura o el Dios Temible que aplasta
bajo los sentimientos de culpa? Para convertirnos al Dios verdadero, Jesús
nos indica de dónde debemos partir: de la Palabra. Ella, contándonos la historia
del amor que Dios tiene por nosotros, nos libera de los miedos y de los conceptos
erróneos sobre Él, que apagan la alegría de la fe. La Palabra derriba los
falsos ídolos, desenmascara nuestras proyecciones, destruye las representaciones
demasiado humanas de Dios y nos muestra su rostro verdadero, su misericordia.
La Palabra de Dios nutre y renueva la fe, ¡volvamos a ponerla en el centro
de la oración y de la vida espiritual! Al centro la Palabra que nos revela
como es Dios y nos hace cercanos a Él.
Y ahora, el segundo aspecto:
la Palabra nos lleva al hombre. Justamente cuando descubrimos que Dios es
amor compasivo, vencemos la tentación de encerrarnos en una religiosidad sacra,
que se reduce a un culto exterior, que no toca ni transforma la vida. Esta
es idolatría, escondida y refinada, pero idolatría al fin. La Palabra nos
impulsa a salir fuera de nosotros mismos para ponernos en camino al encuentro
de los hermanos con la única fuerza humilde del amor liberador de Dios. En
la sinagoga de Nazaret Jesús nos revela precisamente esto: Él es enviado para
ir al encuentro de los pobres - que somos todos nosotros - y liberarlos. No
vino a entregar una serie de normas o a oficiar alguna ceremonia religiosa,
sino que descendió a las calles del mundo para encontrarse con la humanidad
herida, para acariciar los rostros marcados por el sufrimiento, para sanar
los corazones quebrantados, para liberarnos de las cadenas que nos aprisionan
el alma. De este modo nos revela cuál es el culto que más agrada a Dios: hacernos
cargo del prójimo. Volvamos sobre esto. En el momento en el que en la Iglesia
están las tentaciones de la rigidez, que es una perversión, y se cree que
encontrar a Dios es hacerse más rígido, con más normas, las cosas justas,
las cosas claras… no es así. Cuando nosotros veremos propuestas rígidas, inmediatamente
pensemos: esto es un ídolo, no es Dios, nuestro Dios no es así.
Hermanas y hermanos, la
rigidez no nos cambia solo nos esconde, la Palabra de Dios nos cambia. Y lo
hace penetrando en el alma como una espada (cf. Hb 4,12). Porque, si por una
parte consuela, revelándonos el rostro de Dios, por otra parte provoca y sacude,
mostrándonos nuestras contradicciones y poniéndonos en crisis. No nos deja
tranquilos, si quien paga el precio de esta tranquilidad es un mundo desgarrado
por la injusticia y el hambre, y quienes sufren las consecuencias son siempre
los más débiles. Siempre pagan los más débiles. La Palabra pone en crisis
esas justificaciones nuestras que siempre hacen depender aquello que no funciona
del otro o de los otros. Cuánto dolor sentimos al ver morir en el mar a nuestros
hermanos y hermanas porque no los dejan desembarcar. Y esto lo hacen algunos
en nombre de Dios. La Palabra de Dios nos invita a salir al descubierto, a
no escondernos detrás de la complejidad de los problemas, detrás del “no hay
nada que hacer” o del “¿qué puedo hacer yo?” o del “es un problema de ellos
o de él”. Nos exhorta a actuar, a unir el culto a Dios y el cuidado del hombre.
Porque la Sagrada Escritura no nos ha sido dada para entretenernos, para mimarnos
en una espiritualidad angélica, sino para salir al encuentro de los demás
y acercarnos a sus heridas. Hablé de rigidez, de ese pelagianismo moderno,
que es una de las tentaciones de la Iglesia. Y buscar una espiritualidad angélica,
es la otra tentación de hoy: los movimientos espirituales gnósticos, el gnosticismo,
que te ofrece una Palabra de Dios que te pone “en órbita” y no te deja tocar
la realidad. La Palabra que se ha hecho carne (cf. Jn 1,14) quiere encarnarse
en nosotros. No nos aleja de la vida, sino que nos introduce en la vida, en
las situaciones de todos los días, en la escucha de los sufrimientos de los
hermanos, del grito de los pobres, de la violencia y las injusticias que hieren
la sociedad y el planeta, para no ser cristianos indiferentes sino laboriosos,
cristianos creativos, cristianos proféticos.
«Esta lectura que acaban
de oír - dice Jesús - se ha cumplido hoy» (Lc 4,21). La Palabra quiere encarnarse
hoy, en el tiempo que vivimos, no en un futuro ideal. Una mística francesa
del siglo pasado, que eligió vivir el Evangelio en las periferias, escribió
que la Palabra del Señor no es «“letra muerta”, sino espíritu y vida. […]
Las condiciones de la escucha que reclama de nosotros la Palabra del Señor
son las de nuestro “hoy”: las circunstancias de nuestra vida cotidiana y las
necesidades de nuestro prójimo» (M. Delbrêl, La alegría de creer, Sal Terrae,
Santander 1997, 242-243). Entonces, preguntémonos: ¿queremos imitar a Jesús,
ser ministros de liberación y de consolación para los demás poniendo en práctica
la Palabra? ¿Somos una Iglesia dócil a la Palabra; una Iglesia con capacidad
de escuchar a los demás, que se compromete a tender la mano para aliviar a
los hermanos y las hermanas de aquello que los oprime, para desatar los nudos
de los temores, liberar a los más frágiles de las prisiones de la pobreza,
del cansancio interior y de la tristeza que apaga la vida? ¿Queremos esto?
En esta celebración, algunos
de nuestros hermanos y hermanas son instituidos lectores y catequistas. Están
llamados a la tarea importante de servir el Evangelio de Jesús, de anunciarlo
para que su consuelo, su alegría y su liberación lleguen a todos. Esta es
también la misión de cada uno de nosotros: ser anunciadores creíbles, ser
profetas de la Palabra en el mundo. Por eso, apasionémonos por la Sagrada
Escritura. Dejémonos escrutar interiormente por la Palabra de Dios, que revela
la novedad de Dios y nos lleva a amar a los demás sin cansarse. ¡Volvamos
a poner la Palabra de Dios en el centro de la pastoral y de la vida de la
Iglesia! Así nos libraremos de todo pelagianismo rígido, de toda rigidez,
y nos libraremos también de la ilusión de una espiritualidad que nos pone
"en órbita" sin cuidar de nuestros hermanos y hermanas. Volvamos
a poner la Palabra de Dios en el centro de la pastoral y de la vida de la
Iglesia. Escuchémosla, recemos con ella, pongámosla en práctica.
PAPA FRANCISCO
Verde / blanco Feria o SANTA ANGELA DE
MERICI, Virgen, MR pp. 670 y 913 [685 y 913] / Lecc. I p. 531
Fundó en Italia la orden
de las Ursulinas para la educación de las jovencitas y para misiones. Estableció
unas reglas que no prescribían ni clausura ni muchas devociones, sino que
insistían en la búsqueda de contactos humanos, guiados por la prudencia y
el amor (1470-1540).
ANTÍFONA DE ENTRADA
Esta virgen sabia y prudente
salió al encuentro de Cristo con la lámpara encendida.
ORACIÓN COLECTA
Te pedimos, Señor, que santa
Ángela Mérici, virgen, no deje de encomendarnos a tu bondad, para que, imitando
el testimonio de su caridad y prudencia, podamos conservar tus enseñanzas
y proclamarlas con nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos
de los siglos.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 9, 15. 24-28
Hermanos: Cristo es el mediador
de una alianza nueva. Con su muerte hizo que fueran perdonados los delitos
cometidos durante la antigua alianza, para que los llamados por Dios pudieran
recibir la herencia eterna que él les había prometido.
Porque no entró Cristo en
el santuario de la antigua alianza, construido por mano de hombres y que sólo
era figura del verdadero, sino en el cielo mismo, para estar ahora en la presencia
de Dios, intercediendo por nosotros.
En la antigua alianza, el
sumo sacerdote entraba cada año en el santuario para ofrecer una sangre que
no era la suya; pero Cristo no tuvo que ofrecerse una y otra vez a sí mismo
en sacrificio, porque en tal caso habría tenido que padecer muchas veces desde
la creación del mundo. De hecho, él se manifestó una sola vez, en el momento
culminante de la historia, para destruir el pecado con el sacrificio de sí
mismo.
Y así como está determinado
que los hombres mueran una sola vez y que después de la muerte venga el juicio,
así también Cristo se ofreció una sola vez para quitar los pecados de todos.
Al final se manifestará por segunda vez, pero ya no para quitar el pecado,
sino para salvación de aquellos que lo aguardan y en él tienen puesta su esperanza.
Palabra de Dios.
SALMO 97
R/. Cantemos al Señor un canto nuevo.
Cantemos al Señor un canto
huevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la
victoria. R/.
El Señor ha dado a conocer
su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado
Dios su amor y su lealtad hacia Israel. R/.
La tierra entera ha contemplado
la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con
júbilo al Señor. R/.
Cantemos al Señor al son
del arpa, suenen los instrumentos. Aclamemos al son de los clarines al Señor,
nuestro rey. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. 2 Tim 1, 10
R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro Salvador,
ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio.
R/. Aleluya.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 3, 22-30
En aquel tiempo, los escribas
que habían venido de Jerusalén, decían acerca de Jesús: “Este hombre está
poseído por Satanás, príncipe de los demonios, y por eso los echa fuera”.
Jesús llamó entonces a los
escribas y les dijo en parábolas: “¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás?
Porque si un reino está dividido en bandos opuestos no puede subsistir. Una
familia dividida tampoco puede subsistir. De la misma manera, si Satanás se
rebela contra sí mismo y se divide, no podrá subsistir, pues ha llegado su
fin. Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y llevarse sus cosas,
si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa.
Yo les aseguro que a los
hombres se les perdonarán todos sus pecados y todas sus blasfemias. Pero el
que blasfeme contra el Espíritu Santo nunca tendrá perdón; será reo de un
pecado eterno”. Jesús dijo esto, porque lo acusaban de estar poseído por un
espíritu inmundo. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN:
Jesús rechaza estar endemoniado, a partir del principio lógico de que Satanás
no puede estar en contra de sí mismo. Nuestro Salvador, efectivamente, está
contra el demonio, es más fuerte que él y por eso puede vencerlo. Al cerrarse
a aceptar lo evidente, esto se convierte en una imperdonable «blasfemia contra
el Espíritu Santo». En ella incurren aquellos que se obstinan en no reconocerlo
como el «Enviado» del Padre. Este Espíritu del Resucitado – con sus multiformes
dones de gracia– es principio irremplazable de cohesión y unidad en toda auténtica
comunidad de creyentes.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones
que la Iglesia te ofrece en memoria de tus santos y haz que este sacrificio
impregne de tu amor todas nuestras actividades. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 8, 12
Yo soy la luz del mundo,
dice el Señor; el que me sigue no camina en tinieblas, porque tiene la luz
de la vida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el Cuerpo y la Sangre
de Cristo que hemos recibido en este sacramento, nos den fuerza, Señor, para
que, a ejemplo de santa Ángela, podamos comunicar a los demás la luz de la
verdad y el fuego de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Blanco, Memoria, SANTO TOMÁS DE AQUINO, Presbítero y Doctor de La
Iglesia, MR pp. 670 y 909 [686 y 948] / Lecc. I p. 536
Realiza espléndidamente
el ideal dominicano: contemplar y transmitir el fruto de la contemplación.
Fue filósofo y teólogo y maestro de ambas disciplinas. Tuvo una capacidad
inmensa para reflexionar, para enseñar y para escribir. Pero, más que nada,
se entregó a la contemplación y a la oración y se sujetó a un reglamente inflexible
para llegar a aquel que es la luz (1225-1274).
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sir 15, 5
En medio de la Iglesia abrió
su boca, y el Señor lo llenó del espíritu de sabiduría e inteligencia, y lo
revistió de gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios maestro, que hiciste
insigne a santo Tomas de Aquino por el anhelo de santidad y la dedicación
a las ciencias sagradas, concédenos comprender sus enseñanzas e imitar el
ejemplo de su vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 10, 1-10
Hermanos: Puesto que la
ley de la antigua alianza no contiene la imagen real de los bienes definitivos,
sino solamente una sombra de ellos, es absolutamente incapaz, por medio de
los sacrificios, siempre iguales y ofrecidos sin cesar año tras año, de hacer
perfectos a quienes intentan acercarse a Dios. Porque si la ley fuera capaz
de ello, ciertamente tales sacrificios hubieran dejado de ofrecerse, puesto
que los que practican ese culto, de haber sido purificados para siempre, no
tendrían ya conciencia de pecado. Por el contrario, con esos sacrificios se
renueva cada año la conciencia de los pecados, porque es imposible que pueda
borrarlos la sangre de toros y machos cabríos.
Por eso, al entrar al mundo,
Cristo dijo, conforme al salmo: No quisiste víctimas ni ofrendas; en cambio,
me has dado un cuerpo. No te agradaron los holocaustos ni los sacrificios
por el pecado; entonces dije –porque a mí se refiere la Escritura–: “Aquí
estoy, Dios mío; vengo para cumplir tu voluntad”.
Comienza por decir: No quisiste
víctimas ni ofrendas, no te agradaron los holocaustos ni los sacrificios por
el pecado – siendo así que eso es lo que pedía la ley–; y luego añade: “Aquí
estoy, Dios mío; vengo para cumplir tu voluntad”.
Con esto, Cristo suprime
los antiguos sacrificios, para establecer el nuevo. Y en virtud de esta voluntad,
todos quedamos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo, hecha
de una vez por todas. Palabra de Dios.
SALMO 39
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Esperé en el Señor con gran
confianza; él se inclinó hacia mí y escuchó mis plegarias. El me puso en la
boca un canto nuevo, un himno a nuestro Dios. R/.
Sacrificios y ofrendas no
quisiste, abriste, en cambio, mis oídos a tu voz. No exigiste holocaustos
por la culpa, así que dije: “Aquí estoy”. R/.
He anunciado tu justicia
en la gran asamblea; no he cerrado mis labios, tú lo sabes, Señor. R/.
No callé tu justicia, antes
bien, proclamé tu lealtad y tu auxilio. Tu amor y tu lealtad no los he ocultado
a la gran asamblea. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 11, 25
R/. Aleluya, aleluya.
Te doy gracias, Padre, Señor
del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la
gente sencilla. R/. Aleluya.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 3, 31-35
En aquel tiempo, llegaron
a donde estaba Jesús, su madre y sus parientes; se quedaron fuera y lo mandaron
llamar. En torno a él estaba sentada una multitud, cuando le dijeron: “Ahí
fuera están tu madre y tus hermanos, que te buscan”.
Él les respondió: “¿Quién
es mi madre y quiénes son mis hermanos?” Luego, mirando a los que estaban
sentados a su alrededor, dijo: “Estos son mi madre y mis hermanos. Porque
el que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre”.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN:
La llegada inesperada de la madre y de los familiares más próximos, mientras
Jesús se está dirigiendo a la multitud, le permite hablar –en forma abierta,
aunque no inmediatamente inteligible– de otro “parentesco” real, que de ahora
en adelante Él tendrá en gran aprecio. Haciendo fielmente la voluntad de Dios,
cualquiera de sus discípulos puede llegar a ser «hermano» o «hermana» de Jesús.
Los lazos de sangre, incluso los maternos, se ven así superados por los de
la dinámica y universal “identidad espiritual” en Cristo (Cfr. Gal 3, 28 y
4, 19).
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te agrade, Dios nuestro,
el sacrificio que alegres te presentamos en la fiesta de santo Tomás de Aquino,
por cuyas enseñanzas te alabamos y nos entregamos enteramente a ti. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Lc 12, 42
Éste es el siervo fiel y
prudente, a quien el Señor puso al frente de su familia, para darles a su
tiempo la ración de trigo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
A quienes alimentas con
Cristo, pan de vida, instrúyenos, Señor, por Cristo, verdadero maestro, para
que, en la festividad de santo Tomás de Aquino, aprendamos tu verdad y la
llevemos a la práctica en la caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Verde / Blanco Feria o Misa de San José,
MR p. 1146 [1197] / Lecc. I p. 540
ANTÍFONA DE ENTRADA Lc 12, 42
Este es el siervo fiel y
prudente a quien el Señor puso al frente de su familia.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que en tu inefable
providencia te dignaste elegir a san José como esposo de la santísima Madre
de tu Hijo, concédenos que merezcamos tener como intercesor en el cielo a
quien veneramos como protector en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 10, 11-18
Hermanos: En la antigua
alianza los sacerdotes ofrecían en el templo, diariamente y de pie, los mismos
sacrificios, que no podían perdonar los pecados. Cristo, en cambio, ofreció
un solo sacrificio por los pecados y se sentó para siempre a la derecha de
Dios; no le queda sino aguardar a que sus enemigos sean puestos bajo sus pies.
Así, con una sola ofrenda, hizo perfectos para siempre a los que ha santificado.
Lo mismo atestigua el Espíritu
Santo, que dice en un pasaje de la Escritura: La alianza que yo estableceré
con ellos, cuando lleguen esos días, palabra del Señor, es ésta: Voy a poner
mi ley en lo más profundo de su mente y voy a grabarla en sus corazones. Y
prosigue después: Yo les perdonaré sus culpas y olvidaré para siempre sus
pecados.
Ahora bien, cuando los pecados
han sido perdonados, ya no hacen falta más ofrendas por ellos. Palabra de
Dios.
SALMO 109
R/. Tú eres sacerdote para siempre.
Esto ha dicho el Señor a
mi Señor: “Siéntate a mi derecha; yo haré de tus contrarios el estrado donde
pongas los pies”. R/.
Extenderá el Señor desde
Sión tu cetro poderoso y tú dominarás al enemigo. R/.
Es tuyo el señorío; el día
en que naciste, en los montes sagrados, te consagró el Señor antes del alba.
R/.
Juró el Señor y no ha de
retractarse: “Tú eres sacerdote para siempre, como Melquisedec”. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya.
La semilla es la palabra
de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquel que lo encuentra vivirá para
siempre. R/. Aleluya.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 4, 1-20
En aquel tiempo, Jesús se
puso a enseñar otra vez junto al lago, y se reunió una muchedumbre tan grande,
que Jesús tuvo que subir en una barca; ahí se sentó, mientras la gente estaba
en tierra, junto a la orilla. Les estuvo enseñando muchas cosas con parábolas
y les decía: “Escuchen. Salió el sembrador a sembrar. Cuando iba sembrando,
unos granos cayeron en la vereda; vinieron los pájaros y se los comieron.
Otros cayeron en terreno pedregoso, donde apenas había tierra; como la tierra
no era profunda, las plantas brotaron enseguida; pero cuando salió el sol,
se quemaron, y por falta de raíz, se secaron. Otros granos cayeron entre espinas;
las espinas crecieron, ahogaron las plantas y no las dejaron madurar. Finalmente,
los otros granos cayeron en tierra buena; las plantas fueron brotando y creciendo
y produjeron el treinta, el sesenta o el ciento por uno”. Y añadió Jesús:
“El que tenga oídos para oír, que oiga”.
Cuando se quedaron solos,
sus acompañantes y los Doce le preguntaron qué quería decir la parábola. Entonces
Jesús les dijo: “A ustedes se les ha confiado el secreto del Reino de Dios;
en cambio, a los que están fuera, todo les queda oscuro; así, por más que
miren, no verán; por más que oigan, no entenderán; a menos que se arrepientan
y sean perdonados”.
Y les dijo a continuación:
“Si no entienden esta parábola, ¿cómo van a comprender todas las demás? ‘El
sembrador’ siembra la palabra. ‘Los granos de la vereda’ son aquellos en quienes
se siembra la palabra, pero cuando la acaban de escuchar, viene Satanás y
se lleva la palabra sembrada en ellos. ‘Los que reciben la semilla en terreno
pedregoso’, son los que, al escuchar la palabra, de momento la reciben con
alegría; pero no tienen raíces, son inconstantes, y en cuanto surge un problema
o una contrariedad por causa de la palabra, se dan por vencidos. ‘Los que
reciben la semilla entre espinas’ son los que escuchan la palabra; pero por
las preocupaciones de esta vida, la seducción de las riquezas y el deseo de
todo lo demás, que los invade, ahogan la palabra y la hacen estéril. Por fin,
‘los que reciben la semilla en tierra buena’ son aquellos que escuchan la
palabra, la aceptan y dan una cosecha: unos, de treinta; otros, de sesenta;
y otros, de ciento por uno”. Palabra
del Señor.
REFLEXIÓN:
San Marcos nos presenta una colección de cinco parábolas, la primera de las
cuales es la del «sembrador». Ésta encuentra una explicación inmediata por
parte del mismo Jesús. Él prevé diversas reacciones ante la Palabra de Dios,
según el tipo de «terreno» y de acuerdo al mucho o poco empeño en cultivar
tan preciosa «semilla». Luego –y evocando a Isaías 6, 9-10– parece hacer un
sereno balance sobre el resultado de su predicación, al exhortar a los suyos
a no perder la confianza. Efectivamente: el Reino de Dios tendrá, al final
de cuentas, un éxito insospechado.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al prepararnos a ofrecerte,
Padre santo, este sacrificio de alabanza, te suplicamos que para cumplir la
misión que nos has confiado nos ayude la intercesión de san José, a quien
concediste cuidar en la tierra, haciendo las veces de padre, a tu Unigénito.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 25, 21
Alégrate, siervo bueno y
fiel. Entra a compartir el gozo de tu Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados con este sacramento
que da vida, te rogamos, Señor, que nos concedas vivir para ti en justicia
y santidad, a ejemplo y por intercesión de san José, el varón justo y obediente
que contribuyó con sus servicios a la realización de tus grandes misterios.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Feria del Tiempo Ordinario: Jueves de la
3a. semana
ANTÍFONA DE ENTRADA
Oye, Señor, mi voz y mis
clamores. Ven en mi ayuda, no me rechaces, ni me abandones, Dios, salvador
mío.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, fortaleza de
los que en ti esperan, acude, bondadoso, a nuestro llamado y puesto que sin
ti nada puede nuestra humana debilidad, danos siempre la ayuda de tu gracia,
para que, en el cumplimiento de tu voluntad, te agrademos siempre con nuestros
deseos y acciones. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 10, 19-25
Hermanos: En virtud de la
sangre de Jesucristo, tenemos la seguridad de poder entrar en el santuario,
porque él nos abrió un camino nuevo y viviente a través del velo, que es su
propio cuerpo. Asimismo, en Cristo tenemos un sacerdote incomparable al frente
de la casa de Dios. Acerquémonos, pues, con sinceridad de corazón, con una
fe total, limpia la conciencia de toda mancha y purificado el cuerpo por el
agua saludable. Mantengámonos inconmovibles en la profesión de nuestra esperanza,
porque el que nos hizo las promesas es fiel a su palabra. Estimulémonos mutuamente
con el ejemplo al ejercicio de la caridad y las buenas obras.
No abandonemos, como suelen
hacerlo algunos, la costumbre de asistir a nuestras asambleas; al contrario,
animémonos los unos a los otros, tanto más, cuanto que vemos que el día del
Señor se acerca. Palabra de Dios.
SALMO 23
R/. Busquemos a Dios, nuestro Señor.
Del Señor es la tierra y
lo que ella tiene, el orbe todo y los que en él habitan, pues él lo edificó
sobre los mares, él fue quien lo asentó sobre los ríos. R/.
¿Quién subirá hasta el monte
del Señor? ¿Quién podrá entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y
manos puras y que no jura en falso. R/.
Ese obtendrá la bendición
de Dios, y Dios, su salvador, le hará justicia. Esta es la clase de hombres
que te buscan y vienen ante ti, Dios de Jacob. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 118, 105
R/. Aleluya, aleluya.
Tus palabras, Señor, son
una antorcha para mis pasos y una luz en mi sendero. R/. Aleluya.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 4, 21-25
En aquel tiempo, Jesús dijo
a la multitud: “¿Acaso se enciende una vela para meterla debajo de una olla
o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? Porque si algo está
escondido, es para que se descubra; y si algo se ha ocultado, es para que
salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga”.
Siguió habiéndoles y les
dijo: “Pongan atención a lo que están oyendo. La misma medida que utilicen
para tratar a los demás, esa misma se usará para tratarlos a ustedes, y con
creces.
Al que tiene, se le dará;
pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN:
El pasaje evangélico gira en torno a lo que podríamos llamar dos “parábolas-proverbio”:
la de la «lámpara» que ha de iluminar toda la casa y la de la «medida» con
la que medimos y seremos medidos. Estas tan ilustrativas imágenes ponen así
de manifiesto la natural contraposición entre la luz y las tinieblas, entre
la fe y la incredulidad. En este sentido, toda nuestra vida, con sus criterios
y valores –y sobre todo con nuestro propio comportamiento– se convierte en
una realidad paradójica y desconcertante acerca de lo que quiere decir “tener
mucho” o “tener poco”.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Tú que con este pan y este
vino que te presentamos das al género humano el alimento que lo sostiene y
el sacramento que lo renueva, concédenos, Señor, que nunca nos falte esta
ayuda para el cuerpo y el alma. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Una sola cosa he pedido
y es lo único que busco, habitar en la casa del Señor todos los días de mi
vida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que esta santa comunión,
que acabamos de recibir, así como significa la unión de los fieles en ti,
así también lleve a efecto la unidad en tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
Blanco, Memoria, SAN JUAN BOSCO, Presbítero, MR pp. 671 y 900 [686
y 939] / Lecc. I p. 549
En Turín, Italia, siendo
sacerdote, dedicó toda su vida a los jóvenes del pueblo, aunque sus aspiraciones
se extendieron más allá de esa región italiana. Fundó la congregación de los
salesianos y la de María Auxiliadora, que se pondrían al servicio de la juventud
del mundo entero (1815-1888).
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 131, 9
Que tus sacerdotes, Señor,
se revistan de justicia, y tus fieles se llenen de júbilo.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que suscitaste
a san Juan Bosco, presbítero, como padre y maestro de la juventud, concédenos
que, inflamados por un amor semejante al suyo, busquemos el bien de las almas
y vivamos entregados a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 10, 32-39
Hermanos: Recuerden aquellos
primeros días en que, recién iluminados por el bautismo, tuvieron ustedes
que afrontar duros y dolorosos combates. Unas veces fueron expuestos públicamente
a los insultos y tormentos. Otras, compartieron los sufrimientos de los hermanos
que eran maltratados, se compadecieron de los que estaban en la cárcel y aceptaron
con alegría que los despojaran de sus propios bienes, sabiendo ustedes que
están en posesión de otros, mejores y perdurables. Por lo tanto no pierdan
la confianza, pues la recompensa es grande. Lo que ahora necesitan es la perseverancia,
para que, cumpliendo la voluntad de Dios, alcancen lo prometido.
Atiendan a lo que dice la
Escritura: Pronto, muy pronto, el que ha de venir vendrá y no tardará; y mi
justo, si permanece fiel, vivirá; pero si desconfía, dejará de agradarme.
Ahora bien, nosotros no somos de los que desconfían y perecen, sino hombres
de fe, destinados a salvarnos. Palabra
de Dios.
SALMO 36
R/. La salvación del justo es el Señor
Pon tu esperanza en Dios,
practica el bien y vivirás tranquilo en esta tierra. Busca en él tu alegría
y te dará el Señor cuanto deseas. R/.
Pon tu vida en las manos
del Señor, en él confía, y hará que tu virtud y tus derechos brillen igual
que el sol de mediodía. R/.
Porque aprueba el camino
de los justos, asegura el Señor todos sus pasos; no quedarán por tierra cuando
caigan, porque el Señor los tiene de su mano. R/.
La salvación del justo es
el Señor; en la tribulación él es su amparo. A quien en él confía, Dios lo
salva de los hombres malvados. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 11, 25
R/. Aleluya, aleluya.
Te doy gracias, Padre, Señor
del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la
gente sencilla. R/. Aleluya.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 4, 26-34
En aquel tiempo, Jesús dijo
a la multitud: “El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre
siembra la semilla en la tierra; que pasan las noches y los días, y sin que
él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por si sola, va produciendo
el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las
espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz,
pues ha llegado el tiempo de cosecha”.
Les dijo también: “¿Con
qué compararemos el reino de Dios? ¿Con qué parábola lo podremos representar?
Es como una semilla de mostaza que, cuando se siembra, es la más pequeña de
las semillas; pero una vez sembrada, crece y se convierte en el mayor de los
arbustos y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra”.
Y con otras muchas parábolas
semejantes les estuvo exponiendo su mensaje, de acuerdo con lo que ellos podían
entender. Y no les hablaba sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba
todo en privado. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: La
parábola de la semilla que crece por sí misma –exclusiva de san Marcos– junto
con la del granito de mostaza ponen en evidencia que el Reino de Dios tiene
una íntima fuerza interior.
Este dinamismo madurador
ha de ser humilde y gozosamente reconocido por cada uno de nosotros. En los
orígenes de nuestra salvación no es un proyecto nuestro lo que más cuenta,
sino la insondable e imprescindible «gracia de Dios», que normalmente alcanza
sus metas valiéndose de medios pobres y, por lo mismo, absolutamente insuficientes.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Contempla, Señor, los dones
que presentamos en tu altar en la conmemoración de san Juan Bosco, y del mismo
modo que, por estos santos misterios, le diste a él la gloria, concédenos
también a nosotros tu perdón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Mt 24, 46-47
Dichoso el servidor a quien
su amo, al volver, lo encuentre cumpliendo con su deber; yo les aseguro que
le confiará todos sus bienes.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta mesa celestial,
Dios todopoderoso, robustezca y aumente el vigor espiritual de todos los que
celebramos la festividad de san Juan Bosco, para que conservemos íntegro el
don de la fe y caminemos por el sendero de la salvación que él nos señaló.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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