MISAL JULIO DEL 2011 / www.laverdadcatolica.org |
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28 | ||||||
Intenciones del Santo Padre para el mes de Julio del 2011 |
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GENERAL | |
Para que los cristianos contribuyan a aliviar el sufrimiento físico y espiritual de los enfermos de sida, especialmente en los países más pobres. |
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MISIONAL | |
Por que las religiosas que trabajan en tierras de misión, para que sean testigos del gozo del Evangelio y signo viviente del amor de Cristo. |
El Sagrado Corazón de Jesús
Santos: Servando de Culross, obispo; Oliverio Plunket, mártir. Solemnidad (Blanco)
EL AMOR VISIBILIZA A DIOS
Dt 7, 6-11; 1 Jn 4, 7-16; Mt 11, 25-30
Efectivamente, a Dios nadie lo ha visto jamás, nos dice la Primera Carta de san Juan. Dios no existe como las demás realidades materiales. No lo percibimos de forma sensible. Su misteriosa presencia se manifiesta en la amorosa cercanía de su Hijo. El primer evangelista nos permite acercarnos al lenguaje cálido de Jesús que habla con tanta familiaridad del Padre amoroso, que persiste en amar a los pequeños. Esa y no otra fue la intuición capital que Dios reveló a su pueblo Israel. Así lo asienta el Deuteronomio. Por puro amor fue que Dios eligió al más pequeño de todos los pueblos del antiguo cercano Oriente.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 32, 11. 19)
Los proyectos de su corazón subsisten de edad en edad, para librar de la muerte la vida de sus fieles y reanimarlos en tiempo de hambre.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que has depositado infinitos tesoros de misericordia en el corazón de tu amado Hijo, herido por nuestros pecados, concédenos que, al rendirle nuestro homenaje de amor, logremos también tributarle una debida reparación. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
El Señor te ha elegido por el amor que te tiene.
Del libro del Deuteronomio: 7, 6-11
En aquel tiempo,
habló Moisés al pueblo y le dijo: "Eres un pueblo consagrado
al Señor, tu Dios; El te ha elegido a ti para que seas pueblo suyo entre
todos los pueblos de la tierra.
El Señor se ha comprometido contigo y te ha elegido, no por ser tú
el más numeroso de todos los pueblos, ya que al contrario, eres el menos
numeroso; más bien te ha elegido por el amor que te tiene y para cumplir
el juramento hecho a tus padres. Por eso, el Señor, con mano firme, te
sacó de la esclavitud y del poder del faraón, rey de Egipto.
Reconoce, pues, que el Señor, tu Dios, es el Dios verdadero y fiel. Él
guarda su alianza y su misericordia hasta mil generaciones para los que lo aman
y cumplen sus mandamientos; pero castiga a quienes lo odian, y los hace perecer
sin demora.
Guarda, pues, los mandamientos, preceptos y leyes que yo te mando hoy poner
en práctica". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 102
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre.
Bendice al Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios.
R/.
El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; Él rescata
tu vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura. R/.
El Señor hace justicia y le da la razón al oprimido. A Moisés
le mostró su bondad y sus prodigios al pueblo de Israel. R/.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso
para perdonar. No nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según
nuestros pecados. R/.
Dios nos amó.
De la primera carta del apóstol san Juan: 4, 7-16
Queridos hijos:
Amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios y todo el
que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no conoce a Dios,
porque Dios es amor. El amor que Dios nos tiene, se ha manifestado en que envió
al mundo a su Hijo unigénito para que vivamos por Él.
El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que
Él nos amó primero y nos envió a su Hijo, como víctima
de expiación por nuestros pecados.
Si Dios nos ha amado tanto, también nosotros debemos amarnos los unos
a los otros. A Dios nadie lo ha visto nunca; pero si nos amamos los unos a los
otros, Dios permanece en nosotros y su amor en nosotros es perfecto. En esto
conocemos que permanecemos en El, y Él en nosotros: en que nos ha dado
su Espíritu. Nosotros hemos visto, y de ello damos testimonio, que el
Padre envió a su Hijo como Salvador del mundo. Quien confiesa que Jesús
es el Hijo de Dios, permanece en Dios y Dios en él.
Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en
ese amor. Dios es amor y quien permanece en el amor, permanece en Dios y Dios
en él. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(Mt 11, 29) R/. Aleluya, aleluya.
Tomen mi yugo sobre ustedes, dice el Señor, y aprendan de mí,
que soy manso y humilde de corazón. R/.
Aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón.
Del santo Evangelio según san Mateo: 11, 25-30
En
aquel tiempo, Jesús exclamó: "¡Yo te alabo, Padre,
Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los
sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre,
porque así te ha parecido bien.
El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el
Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera
revelar.
Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la
carga, y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de
mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso,
porque mi yugo es suave y mi carga ligera". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Ten en cuenta, Señor, el inefable amor del corazón de tu Hijo, para que este don que te ofrecemos, sea agradable a tus ojos y sirva como expiación de nuestros pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo
y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en
todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo,
Señor nuestro.
El cual, con inmenso amor, se entregó por nosotros en la cruz e hizo
salir sangre y agua de su costado herido, de donde habrían de brotar
los sacramentos de la Iglesia, para que todos, atraídos hacia el corazón
abierto del Salvador, pudieran beber siempre, con gozo, de la fuente de la salvación.
Por eso, con los ángeles y con todos los santos te alabamos, diciendo
sin cesar: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 19, 34)
Uno de los soldados le abrió el costado con su lanza, y al punto salió sangre y agua.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que este sacramento de caridad nos haga arder en un santo amor que, atrayéndonos siempre hacia tu Hijo, nos enseñe a reconocerlo en cada uno de nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
El Corazón Inmaculado de María
Santos: San Otón de Bamberg, obispo. Beata Eugenia Joubert, religiosa.
Vísperas I del domingo: 2a semana del Salterio. Tomo III: p. 880. Para los fieles: p. 555. Edición Popular: pp. 108 y 470. Memoria (Blanco)
LAS PREFERENCIAS DE JESÚS
Gn 27, 1-5. 15-29; Lc 2, 41-51
La escena del libro del Génesis exhibe los escabrosos caminos que recorre la historia humana. Rebeca prefiere a su hijo Jacob y se alía con él para engañar a su marido y apoderarse de la bendición divina. Isaac bendice a Jacob y convalida el dominio de un hermano sobre otro. En el relato del Evangelio de San Lucas apreciamos una relación muy diferente entre Jesús y sus padres. Él se conduce con plena autonomía y decide ocuparse de los asuntos que más importan: Jesús opta por servir libremente a su Padre.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 12, 6)
Mi corazón se llena de alegría por el Salvador y entona al Señor un himno de acción de gracias por los bienes que me ha concedido.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que formaste en el corazón de la santísima Virgen María una digna morada al Espíritu Santo, ayúdanos, por su maternal intercesión, para que seamos cada vez menos indignos de que habites en nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Jacob suplantó a su hermano y le robó la bendición de su padre.
Del libro del Génesis: 27, 1-5. 15-29
Isaac había
envejecido y ya no veía por tener debilitados los ojos. Un día
llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo: ¡Hijo mío!".
Esaú le respondió: "Aquí estoy". Isaac le dijo:
"Mira, ya soy viejo y no sé cuándo voy a morir. Así
pues, toma tus flechas, tu aljaba y tu arco, sal al campo y caza algo para mí.
Luego me preparas un buen guiso, como a mí me gusta, y me lo traes para
que me lo coma y te bendiga antes de morir".
Pero Rebeca estaba escuchando la conversación de Isaac con Esaú.
Cuando Esaú se fue al campo a cazar algo para su padre, Rebeca tomó
la ropa más fina de Esaú, su hijo mayor, y se la puso a Jacob,
su hijo menor. Luego, con la piel de unos cabritos, le cubrió a Jacob
los brazos y la parte lampiña del cuello y le entregó el guisado
y el pan que había preparado.
Jacob entró a donde estaba su padre y le dijo: "¡Padre!"
Isaac le respondió: "Aquí estoy. ¿Quién eres,
hijo?". Jacob le dijo a su padre: "Soy tu primogénito, Esaú.
Ya hice lo que me dijiste. Levántate, siéntate y come de lo que
he cazado, para que me bendigas".
Isaac le dijo: "¡Qué pronto encontraste algo para cazar, hijo!".
Respondió Jacob: "Sí; es que el Señor, tu Dios, me
lo puso delante". Isaac le dijo a Jacob: "Acércate, hijo, para
que te toque y vea si realmente eres o no mi hijo Esaú". Jacob se
acercó a su padre, Isaac, el cual lo palpó y dijo: "La voz
es de Jacob, pero los brazos son de Esaú". Y no reconoció
a Jacob porque sus brazos estaban velludos como los de su hermano mayor, y se
dispuso Isaac a bendecirlo.
Entonces le dijo: "¿Eres tú de veras mi hijo Esaú?".
Respondió Jacob: "Sí, yo soy". Le dijo Isaac: "Acércame
lo que has cazado para que coma y después te bendiga". Jacob le
acercó el guisado y el padre comió; también le trajo vino
y bebió. Entonces le dijo Isaac a Jacob: "Hijo, acércate
y bésame". Él se acercó y lo besó; y al aspirar
Isaac el olor de su ropa, lo bendijo, diciendo:
"El aroma de mi hijo es como el aroma de un campo, bendecido por el Señor.
Que Dios te conceda la lluvia del cielo y la fertilidad de la tierra, y trigo
y vino en abundancia. Que los pueblos te sirvan y las naciones se postren ante
ti; que seas señor de tus hermanos y que se postren ante ti los hijos
de tu madre. Maldito sea el que te maldiga y bendito el que te bendiga".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo
134 R/. Te alabamos, Señor, porque eres bueno.
Alaben el nombre del Señor, alábenlo, siervos del Señor,
los que están en la casa del Señor, en los atrios de la casa de
nuestro Dios. R/.
Alaben al Señor, porque es bueno; alaben su nombre, porque es amable.
Él escogió a Jacob, a Israel como posesión suya. R/.
Yo sé que el Señor es grande, nuestro Dios, más que todos
los dioses. El Señor hace todo lo que quiere en el cielo y en la tierra,
en los mares y en los océanos. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Lc 2, 19) R/. Aleluya, aleluya.
Dichosa la Virgen María, que guardaba la palabra de Dios y la
meditaba en su corazón. R/.
María conservaba en su corazón todas aquellas cosas.
Del santo Evangelio según san Lucas: 2, 41-51
Los padres de Jesús
solían ir cada año a Jerusalén para las festividades de
la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, fueron a la
fiesta, según la costumbre. Pasados aquellos días, se volvieron,
pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que
sus padres lo supieran. Creyendo que iba en la caravana, hicieron un día
de camino; entonces lo buscaron, y al no encontrarlo, regresaron a Jerusalén
en su busca.
Al tercer día lo encontraron en el templo, sentado en medio de los doctores,
escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que lo oían
se admiraban de su inteligencia y de sus respuestas. Al verlo, sus padres se
quedaron atónitos y su madre le dijo: "Hijo mío, ¿por
qué te has portado así con nosotros? Tu padre y yo te hemos estado
buscando llenos de angustia". Él les respondió: "¿Por
qué me andaban buscando? ¿No sabían que debo ocuparme en
las cosas de mi Padre?". Ellos no entendieron la respuesta que les dio.
Entonces volvió con ellos a Nazaret y siguió sujeto a su autoridad.
Su madre conservaba en su corazón todas aquellas cosas. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que el sacrificio que vamos a ofrecerte en esta festividad de la Virgen María, sea agradable a tus ojos y nos alcance tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Santa María Virgen.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 2, 19)
María conservaba todas aquellas palabras y las meditaba en su corazón.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que nos has hecho partícipes del memorial de nuestra redención, concédenos, por intercesión de María, la Madre de tu Hijo, participar más profundamente de tu vida y alegrarnos con la abundancia de tus bendiciones. Por Jesucristo, nuestro Señor.
XIV DOMINGO ORDINARIO
Santos: Tomás, apóstol; León II, Papa; Anatolio de Constantinopla, patriarca. (Verde)
EL REY MANSO Y HUMILDE
Zc 9, 9-10; Rm 8, 9, 11-13; Mt 11, 25-30
El ser humano aspira a conseguir el poder y cuando lo obtiene, no lo quiere soltar. La profecía de Zacarías presenta a un gobernante alternativo dispuesto a prescindir de las armas y la violencia a fin de establecer la paz entre las naciones. En la carta a los Romanos el apóstol ensancha la visión de sus lectores y de paso, invita a los cristianos de hoy y de ayer, a despojarnos de los bajos instintos para vivir en la perspectiva del Espíritu, que nos anima a pensar en los demás. Ese y no otro es el yugo ligero que el Señor Jesús nos invita a sobrellevar. El evangelio nos anima a servir gustosamente al Rey manso y humilde que nos persuade al seguimiento, sin violentar nuestra libertad.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 47, 10-11)
Recordaremos, Señor, los dones de tu amor, en medio de tu templo. Que todos los hombres de la tierra te conozcan y alaben, porque es infinita tu justicia.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por medio de la muerte de tu Hijo has redimido al mundo de la esclavitud del pecado, concédenos participar ahora de una santa alegría y, después en el cielo, de la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Mira a tu rey que viene humilde hacia ti.
Del libro del profeta Zacarías: 9, 9-10
Esto dice el Señor:
"Alégrate sobremanera, hija de Sión; da gritos de júbilo,
hija de Jerusalén; mira a tu rey que viene a ti, justo y victorioso,
humilde y montado en un burrito.
Él hará desaparecer de la tierra de Efraín los carros de
guerra, y de Jerusalén, los caballos de combate. Romperá el arco
del guerrero y anunciará la paz a las naciones. Su poder se extenderá
de mar a mar y desde el gran río hasta los últimos rincones de
la tierra". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 144 R/. Acuérdate, Señor, de tu misericordia.
Dios y rey mío,
yo te alabaré, bendeciré tu nombre siempre y para siempre. Un
día tras otro bendeciré tu nombre, y no cesará mi boca
de alabarte. R/.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso
para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende
a todas sus creaturas. R/.
El Señor es siempre fiel a sus palabras, y lleno de bondad en sus acciones.
Da su apoyo el Señor al que tropieza y al agobiado alivia. R/.
Que te alaben, Señor, todas tus obras, y que todos tus fieles te bendigan.
Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas. R/.
Si con la ayuda del Espíritu dan muerte a los bajos deseos del cuerpo, vivirán.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 8, 9. 11-13
Hermanos: Ustedes
no viven conforme al desorden egoísta del hombre, sino conforme al Espíritu,
puesto que el Espíritu de Dios habita verdaderamente en ustedes. Quien
no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Si el Espíritu
del Padre, que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en
ustedes, entonces el Padre, que resucitó a Jesús de entre los
muertos, también les dará vida a sus cuerpos mortales, por obra
de su Espíritu, que habita en ustedes.
Por lo tanto, hermanos, no estamos sujetos al desorden egoísta del hombre,
para hacer de ese desorden nuestra regla de conducta. Pues si ustedes viven
de ese modo, ciertamente serán destruidos. Por el contrario, si con la
ayuda del Espíritu destruyen sus malas acciones, entonces vivirán.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(cfr. Mt 11, 25) R/. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado
los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.
Soy manso y humilde de corazón
Del santo Evangelio según san Mateo: 11, 25-30
En aquel tiempo,
Jesús exclamó: "¡Yo te alabo, Padre, Señor del
cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos,
y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te
ha parecido bien.
El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el
Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera
revelar. Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados
por la carga y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan
de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán
descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Llenos de confianza
en el amor de Dios hacia los pobres y los sencillos, presentémosle nuestras
súplicas confiados.
Después de cada petición diremos: Escúchanos, Padre.
1. Para que la Iglesia sea un hogar acogedor para todos aquellos que se sienten
rechazados y maltratados. Oremos.
2. Para que haya cada vez más jóvenes dispuestos a seguir a Jesús
en el ministerio sacerdotal y en la vida religiosa. Oremos.
3. Para que los padres y madres de familia puedan vivir con paz y alegría
su misión educadora. Oremos.
4. Para que la riqueza sea mejor distribuida y así todo el mundo pueda
vivir dignamente. Oremos.
5. Para que los que fabrican armas y hacen negocio con el dolor y la muerte
se conviertan. Oremos.
6. Para que en los estados donde hoy se realizan elecciones, éstas se
desarrollen en paz y se respete la voluntad popular. Oremos.
7. Para que todos nosotros seamos portadores de la paz de Jesús a nuestros
hermanos. Oremos.
Escucha, Padre, nuestra oración, y haznos fieles seguidores de tu
Hijo Jesucristo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que el sacrificio
que vamos a ofrecerte nos purifique, Señor, y nos ayude a conformar cada
día más nuestra vida con los ejemplos de tu Hijo Jesucristo, que
vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 11, 28)
Vengan a mí todos los que están agobiados y oprimidos y yo les daré alivio, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios omnipotente y eterno, que nos has alimentado con el sacramento de tu amor, concédenos vivir siempre en tu amistad y agradecer continuamente tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- En la cultura individualista que hemos conformado en estas últimas décadas nos resulta cada vez más difícil sobrepasar los límites de los intereses personales. Oídos sordos es lo que encuentran en la mayoría de los casos quienes nos alientan a desbordar la perspectiva egoísta. Para que los seguidores de Jesús implementemos otro tipo de relaciones sociales y familiares, fincadas en la justicia y la fraternidad, ingresó el profeta de Nazaret en una montura tan modesta como lo era un borrico prestado. Las instituciones públicas, incluida nuestra comunidad eclesial, encuentran su razón de ser cuando se constituyen como espacios de promoción humana y de crecimiento espiritual para sus miembros. De no hacerlo, se van convirtiendo lenta, pero eficazmente, en una opción degradada. Opción degrada que Jesús designaba con un nombre preciso: sepulcros blanqueados.
Nuestra Señora del Refugio.
Santos: Isabel de Portugal, reina. Beato Pedro Jorge Frassati, laico. Memoria libre (Blanco o verde)
LOS PADRES QUE BUSCAN LA SALUD DE SUS HIJOS
Gn 28, 10-22; Mt 9, 18-26
Jacob descubre en la bruma del sueño la presencia confortante de Dios. Promesas y bendiciones se multiplican en sus oídos y despiertan su vacilante confianza. El patriarca no esconde sus legítimos anhelos: Si el Señor continúa bendiciéndole, lo reconocerá siempre como su Dios. En el, relato del Evangelio un padre y una madre de familia exponen de distintas maneras sus aflicciones ante Jesús. Él atiende de inmediato a su llamado, porque entiende que la confianza genuina de los creyentes, espera sinceramente en la compasión divina.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Jdt 13, 18-19)
María, el Altísimo te ha bendecido más que a todas las mujeres de la tierra, y de tal manera te ha glorificado, que los hombres no cesan de alabarte.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que has constituido a la santísima Virgen María como refugio y auxilio de los pecadores, concédenos su poderosa ayuda, para que, arrepentidos de nuestros pecados, alcancemos de tu misericordia la eterna felicidad. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Vio una escalera por la que subían y bajaban los ángeles de Dios y vio a Dios, que le hablaba.
Del libro del Génesis: 28, 10-22
En aquel tiempo,
Jacob salió de Berseba y se dirigió a Jarán. Al llegar
a cierto lugar, se dispuso a pasar ahí la noche, porque ya se había
puesto el sol. Tomó entonces una piedra, se la puso de almohada y se
acostó en aquel sitio.
Y tuvo un sueño: Soñó una escalera que se apoyaba en tierra
y con la punta tocaba el cielo, y los ángeles de Dios subían y
bajaban por ella. Vio que el Señor estaba en lo alto de la escalera y
oyó que le decía: "Yo soy el señor, el Dios de tu
padre Abraham, y el Dios de Isaac. Te voy a dar a ti y a tus descendientes la
tierra en que estás acostado. Tus descendientes van a ser tan numerosos
como el polvo de la tierra y te extenderás hacia el oriente y el poniente,
hacia el norte y hacia el sur; por ti y por tus descendientes serán bendecidos
todos los pueblos de la tierra. Yo estoy contigo, te cuidaré por dondequiera
que vayas, te haré regresar a esta tierra y no te abandonaré ni
dejaré de cumplir lo que te he prometido".
Cuando Jacob despertó de su sueño, dijo: "Realmente el Señor
está en este lugar y yo no lo sabía". Y exclamó asustado:
"¡Qué terrible es este lugar! Es nada menos que la casa de
Dios y la puerta del cielo".
Jacob se levantó de madrugada, y tomando la piedra que se había
puesto de almohada, la colocó como un memorial y derramó aceite
sobre ella. Y a aquella ciudad le puso por nombre Betel, aunque su nombre primitivo
era Luz.
Jacob hizo una promesa, diciendo: "Si Dios está conmigo, si me cuida
en el viaje que estoy haciendo, si me da pan para comer y ropa para vestirme,
si vuelvo sano y salvo a la casa de mi padre, entonces el Señor será
mi Dios y esta piedra que he colocado como memorial, será casa de Dios.
Y de todo lo que el Señor me dé, le pagaré el diezmo".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo
90 R/. Señor, en ti confío.
Tú, que vives al amparo del Altísimo y descansas a la sombra del
todopoderoso, dile al Señor: "Tú eres mi refugio y fortaleza;
tú eres mi Dios y en ti confío". R/.
El te librará de la red del cazador y de la peste funesta. Te cubrirá
con sus alas y te refugiarás bajo sus plumas. R/.
"Puesto que tú me conoces y me amas, dice el Señor, yo te
libraré y te pondré a salvo. Cuando tú me invoques, yo
te escucharé; en tus angustias estaré contigo". R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. 2 Tm 1, 10) R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer
la vida por medio del Evangelio. R/.
Mi hija acaba de morir; pero ven tú y volverá a vivir.
Del santo Evangelio según san Mateo: 9, 18-26
En aquel tiempo,
mientras Jesús hablaba, se le acercó un jefe de la sinagoga, se
postró ante Él y le dijo: "Señor, mi hija acaba de
morir; pero ven tú a imponerle las manos y volverá a vivir".
Jesús se levantó y lo siguió, acompañado de sus
discípulos. Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde
hacía doce años, se le acercó por detrás y le tocó
la orilla del manto, pues pensaba: "Con sólo tocar su manto, me
curaré". Jesús, volviéndose, la miró y le dijo:
"Hija, ten confianza; tu fe te ha curado". Y en aquel mismo instante
quedó curada la mujer.
Cuando llegó a la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús a los
flautistas, y el tumulto de la gente y les dijo: "Retírense de aquí.
La niña no está muerta; está dormida". Y todos se
burlaron de Él. En cuanto hicieron salir a la gente, entró Jesús,
tomó a la niña de la mano y ésta se levantó. La
noticia se difundió por toda aquella región. Palabra del
Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Jubilosos de poder celebrar la festividad de la Madre de tu Hijo, te presentamos, Señor, estas ofrendas de alabanza, y te pedimos que por este santo intercambio de dones, se acrecienten en nosotros los frutos de la redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Lc 1, 48)
Me llamarán bienaventurada todas las generaciones, porque ha puesto Dios sus ojos en la humildad de su esclava.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido el sacramento celestial, te pedimos, Señor, que cuantos hemos celebrado con veneración la memoria de la santísima Virgen María, merezcamos participar del banquete eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
HE VISTO A DIOS CARA A CARA
Gn 32, 22-32; Mt 9, 32-38
Las experiencias íntimas que los grandes creyentes han vivido son intransferibles. Jacob o mejor dicho Israel, enfrentó una lucha consigo mismo y se animó a confrontarse con el Dios de su Padre. El encuentro dejó huellas indelebles en su vida y lo marcó para siempre. Quien se deja encontrar por Dios queda transfigurado. Esta convicción también se hizo patente en la existencia de cientos de personas que dejaron sus aldeas en Galilea para salir al encuentro de Jesús. Cuando dichas personas regresaron a casa, no solamente habían recuperado, algunos de ellos la salud, sino que habían asumido la experiencia del Reinado de Dios como su opción fundamental y su razón de vivir.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Est 13, 9. 10-11)
Todo depende de tu voluntad, Señor, y nadie puede resistirse a ella. Tú has hecho los cielos y la tierra y las maravillas que contienen. Tú eres el Señor del universo.
ORACIÓN COLECTA
Padre lleno de amor, que nos concedes siempre más de lo que merecemos y deseamos, perdona misericordiosamente nuestras ofensas y otórganos aquellas gracias que no hemos sabido pedirte y tú sabes que necesitamos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
En adelante te llamarás Israel porque has luchado con Dios y has salido victorioso.
Del libro del Génesis: 32, 22-32
En aquel tiempo, se levantó Jacob, tomó a sus dos mujeres con sus dos siervas y sus once hijos y cruzó el arroyo de Yaboc. Los hizo cruzar el torrente junto con todo lo que poseía. Jacob se quedó solo y un hombre estuvo luchando con él hasta el amanecer. Pero, viendo que no podía vencerlo, el hombre hirió a Jacob en la articulación femoral y le dislocó el fémur, mientras luchaban. El hombre le dijo: "Suéltame, pues ya está amaneciendo". Jacob le respondió: "No te soltaré hasta que me bendigas". El otro le preguntó: "¿Cómo te llamas?". Él le dijo: "Jacob". El otro prosiguió: "En adelante ya no te llamarás Jacob sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres y has salido victorioso". Jacob le dijo: "Dime cómo te llamas". El otro le respondió: "¿Por qué me preguntas mi nombre?". Y ahí mismo bendijo a Jacob. Jacob llamó a aquel lugar Penuel, pues se dijo: "He visto a Dios cara a cara y he quedado con vida". El sol salió después de que Jacob y los suyos pasaron Penuel, y Jacob iba cojeando, por haber sido herido en el nervio del muslo. Por eso los israelitas no comen, hasta el día de hoy, el nervio del muslo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo
16 R/. Señor, escucha nuestra súplica.
Señor, hazme justicia y a mi clamor atiende; presta oídos a mi
súplica, pues mis labios no mienten. R/.
Júzgame tú, Señor, pues tus ojos miran al que es honrado.
Examina mi corazón, revísalo de noche, pruébame a fuego
y no hallarás malicia en mí. R/.
A ti mi voz elevo, pues sé que me respondes. Atiéndeme, Dios mío,
y escucha mis palabras; muéstrame los prodigios de tu misericordia, pues
a quien acude a ti, de sus contrarios salvas. R/.
Protégeme, Señor, como a las niñas de tus ojos, bajo la
sombra de tus alas escóndeme, pues yo, por serte fiel, contemplaré
tu rostro y al despertarme, espero saciarme de tu vista. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 10, 14) R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy el buen pastor dice el Señor; yo conozco a mis ovejas
y ellas me conocen a mí. R/.
La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos.
Del santo Evangelio según san Mateo: 9, 32-38.
En aquel tiempo,
llevaron ante Jesús a un hombre mudo, que estaba poseído por el
demonio. Jesús expulsó al demonio y el mudo habló. La multitud,
maravillada, decía:
"Nunca se había visto nada semejante en Israel". Pero los fariseos
decían: "Expulsa a los demonios por autoridad del príncipe
de los demonios".
Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando
en las sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad
y dolencia. Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban
extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos:
"La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por lo tanto,
al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDA
Acepta, Señor, este sacrificio de alabanza que tú mismo instituiste, y realiza en nosotros la obra de santificación que con su muerte nos mereció tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lm 3, 25)
Bueno es el Señor con los que en Él confían, con aquellos que no cesan de buscarlo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta comunión, Señor, sacie nuestra hambre y nuestra sed de ti y nos transforme en tu Hijo, Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Santos: María Goretti, mártir; Isaías, Profeta y Alberto de Génova, monje. Feria (Verde)
LA REUNIFICACIÓN DE LOS HIJOS DE ISRAEL
Gn 41, 55-57; 42, 5-7. 17-24; Mt 10, 1-7
Entre la primera y la segunda lectura hay más de alguna conexión directa. Jesús llama a doce apóstoles y en el relato del Génesis, se congregan en Egipto los doce hijos de Jacob. Las relaciones entre los hijos de Jacob no eran fáciles, puesto que estaban urgidos de reconciliarse con su hermano José, a quien habían vendido sin compasión alguna. Los doce discípulos de Jesús provenían de sectores y mentalidades diferentes y en ese sentido, estaban llamados a vivir en pequeña escala, la gran reconciliación que Dios esperaba de todo Israel. La misión eclesial sigue siendo la misma: ser un pueblo con cohesión social y con armonía espiritual, para poder construir un proyecto duradero y perdurable.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Lc 12, 42)
Éste es el siervo prudente y fiel, a quien el Señor puso al frente de su familia.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que en tu inefable providencia elegiste a san José por esposo de la santísima Madre de tu Hijo, concédenos tener como intercesor en el cielo a quien veneramos como protector en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Con razón estamos sufriendo ahora, porque pecamos contra nuestro hermano.
Del libro del Génesis: 41, 55-57; 42, 5-7. 17-24
En aquellos días,
en todo el país de Egipto hubo hambre, y el pueblo clamó al faraón,
pidiéndole pan. El faraón le respondió al pueblo: "Vayan
a José y hagan lo que él les diga". Entonces José
mandó abrir todas las bodegas y abasteció de víveres a
los egipcios. Y como el hambre se extendiera por toda la tierra, de todos los
países iban a Egipto para comprar víveres a José y remediar
la carestía.
Los hijos de Jacob, junto con otros, fueron también a Egipto a comprar
víveres, pues había hambre en el país de Canaán.
José gobernaba en todo Egipto y los víveres se distribuían
a todo el mundo, según sus indicaciones. Llegaron los hermanos de José
y se postraron en su presencia. Al verlos, José los reconoció,
y sin embargo, como a desconocidos, les preguntó con severidad: "¿De
dónde vienen?". Ellos respondieron: "Venimos de Canaán
a comprar provisiones". José los acusó de ser espías
y durante tres días los metió en la cárcel.
Al tercer día José los mandó sacar y les dijo: "Yo
también temo a Dios. Si hacen lo que les voy a decir, salvarán
su vida. Si son gente de bien, uno de ustedes se quedará detenido en
la prisión, mientras los demás van a llevar a sus casas las provisiones
que han comprado. Luego me traen a su hermano menor, para que pueda yo comprobar
si me han dicho la verdad. Así no morirán".
Ellos estuvieron de acuerdo y se decían los unos a los otros: "Con
razón estamos sufriendo ahora, porque pecamos contra nuestro hermano
José, cuya angustia veíamos, cuando nos pedía que tuviéramos
compasión de él, y no le hicimos caso. Por eso ha caído
sobre nosotros esta desgracia". Rubén añadió: "¿No
les decía yo que no le hiciéramos daño al niño y
no me hicieron caso? Ahora nos están pidiendo cuentas de su vida".
Como estaban hablando por medio de un intérprete, ellos ignoraban que
José les entendía. Entonces José se alejó de ellos
y rompió a llorar. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo
32 R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Demos gracias a Dios al son del arpa, que la lira acompañe nuestros cantos;
cantemos en su honor nuevos cantares, al compás de instrumentos alabémoslo.
R/.
Frustra el Señor los planes de los pueblos y hace que se malogren sus
designios. Los proyectos de Dios duran por siempre; los planes de su amor, todos
los siglos. R/.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían;
los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida. R/.
ACLAMACIÓN
(Mc 1, 15) R/. Aleluya, aleluya.
El Reino de Dios ya está cerca, dice el Señor. Conviértanse
y crean en el Evangelio. R/.
Vayan en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel.
Del santo Evangelio según san Mateo: 10, 1-7
En aquel tiempo,
llamando Jesús a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar
a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias.
Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero de todos, Simón,
llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y su hermano Juan, hijos
del Zebedeo; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano;
Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el cananeo, y Judas Iscariote,
que fue el traidor.
A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: "No
vayan a tierra de paganos, ni entren en ciudades de samaritanos. Vayan más
bien en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen
por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por intercesión de san José, a quien confiaste la misión de cuidar de tu Unigénito como padre, te pedimos, Señor, que nos concedas poder ofrecerte dignamente este sacrificio de alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 25, 21)
Muy bien, siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados con este sacramento que da vida, te rogamos, Señor, que nos concedas vivir para ti en justicia y santidad, a ejemplo y por intercesión de san José, el varón justo y obediente que contribuyó con sus servicios a la realización de tus grandes misterios. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Fermín de Pamplona, mártir; Willebaldo de Eichstadt, obispo. Beato Benedicto XI, Papa. Feria (Verde)
EL MENSAJERO QUE ANUNCIA LA PAZ
Gn 44, 18-21. 23-29; 45,1-5; Mt 10, 7-15
La escena que nos presenta a José al momento de revelar su verdadera identidad a sus hermanos, culmina con un mensaje noble y esperanzador. José reinterpreta con mirada creyente la traición y la crueldad de sus hermanos y no toma represalia alguna en su contra. El primer evangelio retrata al Señor Jesús al momento de enviar a los Doce como portadores de un mensaje de paz y reconciliación para los pueblos de Galilea. Las familias y las sociedades seguimos padeciendo divisiones y luchas. La paz seguirá construyéndose a partir de relaciones fincadas en la justicia y el perdón. Ni una, ni otro, salen sobrando.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Hb 7, 24)
Cristo, mediador de la nueva alianza, por el hecho de permanecer para siempre, posee un sacerdocio perpetuo.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que para gloria tuya y salvación de todos los hombres constituiste Sumo y Eterno Sacerdote a tu Hijo, Jesucristo, concede a quienes Él ha elegido como ministros suyos y administradores de sus sacramentos y de su Evangelio, la gracia de ser fieles en el cumplimiento de su ministerio. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Dios me mandó a Egipto para salvarles la vida.
Del libro del Génesis: 44, 18-21. 23-29; 45, 1-5
En aquellos días,
se acercó Judá a José y le dijo: "Con tu permiso,
señor, tu siervo va a pronunciar algunas palabras a tu oído; no
te enojes con tu siervo, pues tú eres como un segundo faraón.
Tú, señor, nos preguntaste: `¿Tienen padre o algún
hermano?'. Nosotros te respondimos: 'Sí, tenemos un padre anciano, con
un hijo pequeño, que le nació en su vejez. Como es el único
que le queda de su madre, pues el otro hermano ya murió, su padre lo
ama tiernamente'. Entonces tú dijiste a tus siervos: 'Tráiganmelo
para que yo lo vea con mis propios ojos, pues si no viene su hermano menor con
ustedes, no los volveré a recibir'.
Cuando regresamos a donde está nuestro padre, tu siervo, le referimos
lo que nos habías dicho. Nuestro padre nos dijo: 'Vuelvan a Egipto y
cómprennos víveres'. Nosotros le dijimos: `No podemos volver,
a menos que nuestro hermano menor vaya con nosotros. Sólo así
volveríamos, porque no podemos presentarnos ante el ministro del faraón,
si no va con nosotros nuestro hermano menor'. Nuestro padre, tu siervo, nos
dijo entonces: Ya saben que mi mujer me dio dos hijos: uno desapareció
y ustedes me dijeron que una fiera se lo había comido y ya no lo he vuelto
a ver. Ahora se llevan también a éste; si le ocurre una desgracia,
me van a matar de dolor' ".
Entonces José ya no pudo aguantarse más y ordenó a todos
los que lo acompañaban que salieran de ahí. Nadie se quedó
con él cuando se dio a conocer a sus hermanos. José se puso a
llorar a gritos; lo oyeron los egipcios y llegó la noticia hasta la casa
del faraón.
Después les dijo a sus hermanos: "Yo soy José. ¿Vive
todavía mi padre?". Sus hermanos no podían contestarle, porque
el miedo se había apoderado de ellos. José les dijo:
"Acérquense". Se acercaron y él continuó: "Yo
soy su hermano José, a quien ustedes vendieron a los egipcios. Pero no
se asusten ni se aflijan por haberme vendido, pues Dios me mandó a Egipto
antes que a ustedes para salvarles la vida". Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Del salmo
104 R/. Recordemos los prodigios del Señor.
Cuando el Señor mandó el hambre sobre el país y acabó
con todas las cosechas, ya había enviado por delante a un hombre: a José,
vendido como esclavo. R/.
Le trabaron los pies con grilletes y rodearon su cuerpo con cadenas, hasta que
se cumplió su predicción y Dios lo acreditó con su palabra.
R/.
El rey mandó que lo soltaran, el jefe de esos pueblos lo libró,
lo nombró administrador de su casa y señor de todas sus posesiones.
R/.
ACLAMACIÓN
(Mc 1, 15) R/. Aleluya, aleluya.
El Reino de Dios ya está cerca, dice el Señor. Conviértanse
y crean en el Evangelio. R/.
Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues, gratuitamente.
Del santo Evangelio según san Mateo: 10, 7-15
En aquel tiempo,
envió Jesús a los Doce con estas instrucciones: "Vayan y
proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos. Curen a los
leprosos y demás enfermos; resuciten a los muertos y echen fuera a los
demonios. Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues, gratuitamente.
No lleven con ustedes, en su cinturón, monedas de oro, de plata o de
cobre. No lleven morral para el camino ni dos túnicas ni sandalias ni
bordón, porque el trabajador tiene derecho a su sustento.
Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, pregunten por alguien respetable
y hospédense en su casa hasta que se vayan. Al entrar, saluden así:
'Que haya paz en esta casa'. Y si aquella casa es digna, la paz de ustedes reinará
en ella; si no es digna, el saludo de paz de ustedes no les aprovechará.
Y si no los reciben o no escuchan sus palabras, al salir de aquella casa o de
aquella ciudad, sacúdanse el polvo de los pies. Yo les aseguro que el
día del juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas con menos rigor
que esa ciudad". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que Jesucristo, nuestro Mediador, haga que te sean aceptables, Señor, nuestras ofrendas y que su sacrificio redentor nos haga vivir cada día más unidos a Él, para que toda nuestra vida sea grata a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 28, 20)
Sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos ofrecido en el sacrificio y recibido en la comunión, sean para nosotros, Señor, el principio de una vida nueva, a fin de que, unidos a ti por el amor, demos frutos que permanezcan para siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
MISIONEROS Y EMIGRANTES
Gn 46, 1-7. 28-30; Mt 10, 16-23
Jacob emigra a Egipto para aprovechar la hospitalidad que le ofrece el faraón a él y a toda su familia. En tierra de Gosén sus hijos crecerán en paz y prosperarán. El relato idealizado de las andanzas de José nos recuerda que el derecho a la vida plena empuja a las personas a buscar el pan en países distantes. Los discípulos de Jesús también dejaron la relativa seguridad de sus viviendas en Galilea para marchar por pueblos y aldeas de la región, regalando la salud y la alegría del Reino a las personas dispuestas a recibirlos con las puertas abiertas.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Sb 11, 24. 25. 27)
Señor, tú tienes misericordia de todos y nunca odias a tus creaturas; borras los pecados de los hombres que se arrepienten, y los perdonas, porque tú, Señor, eres nuestro Dios.
ORACIÓN COLECTA
Escucha, Señor, nuestra oración y perdona nuestros pecados, para que recibamos, juntamente, tu perdón y tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Ya puedo morir tranquilo, pues te he vuelto a ver.
Del libro del Génesis: 46, 1-7. 28-30
En aquellos días, partió Jacob con todas sus pertenencias y llegó a Berseba, donde hizo sacrificios al Dios de su padre Isaac. Por la noche, Dios se le apareció y le dijo: "¡Jacob, Jacob!". Él respondió: "Aquí estoy". El Señor le dijo: "Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No tengas miedo de ir a Egipto, porque ahí te convertiré en un gran pueblo. Yo iré contigo allá, José te cerrará los ojos y después de muerto, yo mismo te haré volver aquí". Al partir de Berseba, los hijos de Jacob hicieron subir a su padre, a sus pequeños y a sus mujeres en las carretas que había mandado el faraón para transportarlos. Tomaron el ganado y cuanto habían adquirido en la tierra de Canaán y se fueron a Egipto, Jacob y todos sus descendientes, sus hijos y nietos, sus hijas y nietas. Jacob mandó a Judá por delante para que le avisara a José y le preparara un sitio en la región de Gosén. Cuando ya estaban por llegar, José enganchó su carroza y se fue a Gosén para recibir a su padre. Apenas lo vio, corrió a su encuentro y, abrazándolo largamente, se puso a llorar. Jacob le dijo a José: "Ya puedo morir tranquilo, pues te he vuelto a ver y vives todavía". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo
36 R/. La salvación del justo es el Señor.
Pon tu esperanza en Dios, practica el bien y vivirás tranquilo en esta
tierra. Busca en Él tu alegría y te dará el Señor
cuanto deseas. R/.
Cuida el Señor la vida de los buenos y su herencia perdura; no se marchitarán
en la sequía y en tiempos de escasez tendrán hartura. R/.
Apártate del mal, practica el bien y tendrás una casa eternamente;
porque al Señor le agrada lo que es justo y vela por sus fieles. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 16, 13; 14, 26) R/. Aleluya, aleluya.
Cuando venga el Espíritu de verdad, Él les enseñará
toda la verdad y les recordará todo cuanto yo les he dicho, dice el Señor.
R/.
No serán ustedes los que hablarán, sino el Espíritu de su Padre.
Del santo Evangelio según san Mateo: 10, 16-23
En aquel tiempo,
Jesús dijo a sus apóstoles: "Yo los envío como ovejas
entre lobos. Sean, pues, precavidos como las serpientes y sencillos como las
palomas. Cuídense de la gente, porque los llevarán a los tribunales,
los azotarán en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores
y reyes por mi causa; así darán testimonio de mí ante ellos
y ante los paganos. Pero, cuando los enjuicien, no se preocupen por lo que van
a decir o por la forma de decirlo, porque en ese momento se les inspirará
lo que han de decir. Pues no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu
de su Padre el que hablará por ustedes.
El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre a su hijo;
los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos
los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin,
se salvará.
Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Yo les aseguro que no alcanzarán
a recorrer todas las ciudades de Israel, antes de que venga el Hijo del hombre".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza, para que perdones nuestros pecados y dirijas hacia ti nuestro vacilante corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 15, 10)
Por un solo pecador que se convierta, dice el Señor, habrá gran alegría entre los ángeles del cielo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por nuestra participación en el sacramento del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nos has perdonado, Señor, nuestros pecados, concédenos tu gracia para evitarlos de ahora en adelante y servirte con sincero corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Agustín Zhao Rong y compañeros, mártires; Verónica Giuliani, abadesa; Nicolás de Gorkum, mártir.
Vísperas I del domingo: 3a semana del Salterio. Tomo p. 1019. Para los fieles: p. 642. Edición popular: pp. 202 y 471. Feria (Verde)
LA MUERTE Y LAS PERSECUCIONES
Gn 49, 29-32; 50, 15-26; Mt 10, 24-33
El relato patriarcal que pone punto final al libro del Génesis relata los últimos días de Jacob y José, dos vidas fecundas y plenas de bendiciones. Uno y otro vivieron largos años, superaron sus respectivos conflictos y terminaron sus días rodeados del afecto familiar y de la bendición divina. La suya fue una vida larga que trascendió de forma significativa. Los discípulos que encontramos en el Evangelio de san Mateo reciben un mensaje transparente y animoso de parte del Señor. Él les advierte que el miedo no habrá de paralizarlos. La misión se las confía Dios y con su ayuda se sobrepondrán a los desafíos y problemas futuros. Basta que confíen plenamente en Él.
MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sedulio)
Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.
ORACIÓN COLECTA
Dios y Padre nuestro, como de una raíz plantada en tierra fértil has hecho brotar de la Virgen María el renuevo santo, que es Cristo, tu Hijo; haz que todo cristiano, injertado en Él por medio del Bautismo y el don del Espíritu Santo, pueda renovar su juventud y dar frutos de gracia para alabanza de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Dios cuidará de ustedes y los sacará de este país.
Del libro del Génesis: 49, 29-32; 50, 15-26
En aquellos días,
Jacob llamó a sus hijos y les dio estas instrucciones: "Yo voy a
reunirme con los míos. Sepúltenme junto a mis padres, en la cueva
del campo de Makpelá, frente a Mambré, en Canaán. Es el
campo que Abraham le compró a Efrón, el hitita, para que lo enterraran.
Ahí sepultaron a Abraham y a su esposa Sara, a Isaac y a su esposa Rebeca,
y ahí sepulté yo a Lía". Cuando terminó de
dar este encargo a sus hijos, Jacob expiró y fue a reunirse con los suyos.
Los hermanos de José, al ver que había muerto su padre, dijeron:
"A ver si José no nos guarda rencor y no nos hace pagar todo el
daño que le hicimos". Por eso le mandaron este recado: "Antes
de morir, tu padre nos encargó que te dijéramos esto: 'Perdona,
por favor, a tus hermanos su crimen, su pecado y el daño que te hicieron'.
También nosotros, siervos del Dios de tu padre, te pedimos que nos perdones".
Cuando José oyó el recado se puso a llorar.
Fueron después sus hermanos personalmente a verlo y, postrados ante él,
le dijeron: "Aquí nos tienes. Somos esclavos tuyos". José
les replicó: "No tengan miedo. ¿Podemos acaso oponernos a
los designios de Dios? Ustedes quisieron hacerme daño, pero Dios lo convirtió
en un bien para hacer sobrevivir a un pueblo numeroso, como pueden ver. Así
que no tengan miedo; yo los mantendré a ustedes y a sus pequeñuelos".
Y los consoló y les habló con mucho cariño.
José permaneció en Egipto junto con la familia de su padre y vivió
hasta los ciento diez años; vio a los bisnietos de Efraín y en
sus brazos nacieron los hijos de Makir, hijo de Manasés. Finalmente José
les dijo a sus hermanos: "Yo voy a morir ya, pero ciertamente Dios cuidará
de ustedes y los hará salir de este país a la tierra que juró
dar a Abraham, a Isaac y a Jacob". José los hizo jurar diciendo:
"Cuando Dios los haga salir de esta tierra, se llevarán mis huesos
de aquí". Y luego murió José. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo
104 R/. Cantemos la grandeza del Señor.
Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos.
Entonen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos. R/.
Del nombre del Señor enorgullézcanse, y siéntase feliz
el que lo busca. Recurran al Señor y a su poder, y a su presencia acudan.
R/.
Descendientes de Abraham, su servidor; estirpe de Jacob, su predilecto, escuchen:
El Señor es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos. R/.
ACLAMACIÓN
(1 P 4, 14) R/. Aleluya, aleluya.
Dichosos ustedes, si los injurian por ser cristianos; porque el Espíritu
de Dios descansa en ustedes. R/.
No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma.
Del santo Evangelio según san Mateo: 10, 24-33
En aquel tiempo,
Jesús dijo a sus apóstoles:
"El discípulo no es más que el maestro, ni el criado más
que su señor. Le basta al discípulo ser como su maestro y al criado
ser como su señor. Si al señor de la casa lo han llamado Satanás,
¡qué no dirán de sus servidores!
No teman a los hombres. No hay nada oculto que no llegue a descubrirse; no hay
nada secreto que no llegue a saberse. Lo que les digo de noche, repítanlo
en pleno día y lo que les digo al oído, pregónenlo desde
las azoteas.
No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman,
más bien, a quien puede arrojar al lugar de castigo el alma y el cuerpo.
¿No es verdad que se venden dos pajarillos por una moneda? Sin embargo,
ni uno solo de ellos cae por tierra si no lo permite el Padre. En cuanto a ustedes,
hasta los cabellos de su cabeza están contados. Por lo tanto, no tengan
miedo, porque ustedes valen mucho más que todos los pájaros del
mundo.
A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré
ante mi Padre, que está en los cielos; pero al que me niegue delante
de los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre, que está
en los cielos". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Padre lleno de bondad, que nos socorra el inmenso amor de tu Hijo unigénito para que, quien al nacer de la Virgen María, no menoscabó la integridad de la Madre, sino que la consagró, nos libre de nuestras culpas y haga acepta a ti nuestra oblación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Santa María Virgen.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Lc 11, 27)
Dichosa la Virgen María, que llevó en su seno al Hijo del eterno Padre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, al recibir el sacramento celestial en esta conmemoración de la santísima Virgen María, te pedimos que nos concedas celebrar dignamente, a imitación suya, el misterio de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
XV DOMINGO ORDINARIO
LA PALABRA SIGUE SIENDO EFICAZ
Is 55, 10-11; Rm 8, 18-23; Mt 13, 1-23
El tiempo de la espera suele ser angustiante. En el "entretanto" no hay certidumbre de alcanzar los resultados esperados. San Pablo en la carta a los Romanos, nos anima a sobreponernos al desaliento y a la angustia de la espera, considerando la inminente manifestación de nuestra filiación divina. En el libro del profeta Isaías y en el relato de las parábolas, encontramos una coincidencia precisa: la palabra de Dios es una palabra cargada de fuerza y autoridad. Cada vez que el corazón humano se dispone a recibirla con apertura, produce frutos tangibles que mejoran la vida de las personas, acrecientan la armonía familiar y cohesionan la sociedad.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 16, 15)
Yo quiero acercarme a ti, Señor, y saciarme de gozo en tu presencia.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que iluminas a los extraviados con la luz de tu Evangelio para que vuelvan al camino de la verdad, concede a cuantos nos llamamos cristianos imitar fielmente a Cristo y rechazar lo que pueda alejarnos de Él. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
La lluvia hará germinar la tierra.
Del libro del profeta Isaías: 55, 10-11
Esto dice el Señor: "Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, a fin de que dé semilla para sembrar y pan para comer, así será la palabra que sale de mi boca: no volverá a mí sin resultado, sino que hará mi voluntad y cumplirá su misión". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo
64 R/. Señor, danos siempre de tu agua.
Señor, tú cuidas de la tierra, la riegas y la colmas de riqueza.
Las nubes del Señor van por los campos, rebosantes de agua, como acequias.
R/.
Tú preparas las tierras para el trigo: riegas los surcos, aplanas los
terrenos, reblandeces el suelo con la lluvia, bendices los renuevos. R/.
Tú coronas el año con tus bienes, tus senderos derraman abundancia;
están verdes los pastos del desierto las colinas con flores adornadas.
R/.
Los prados se visten de rebaños, de trigales los valles se engalanan.
Todo aclama al Señor. Todo le canta. R/.
Toda la creación espera la revelación de la gloria de los hijos de Dios.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 8, 18-23
Hermanos: Considero
que los sufrimientos de esta vida no se pueden comparar con la gloria que un
día se manifestará en nosotros; porque toda la creación
espera, con seguridad e impaciencia, la revelación de esa gloria de los
hijos de Dios.
La creación está ahora sometida al desorden, no por su querer,
sino por voluntad de aquel que la sometió. Pero dándole al mismo
tiempo esta esperanza: que también ella misma, va a ser liberada de la
esclavitud de la corrupción, para compartir la gloriosa libertad de los
hijos de Dios.
Sabemos, en efecto, que la creación entera gime hasta el presente y sufre
dolores de parto; y no sólo ella, sino también nosotros, los que
poseemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, anhelando
que se realice plenamente nuestra condición de hijos de Dios, la redención
de nuestro cuerpo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquel que lo
encuentra vivirá para siempre. R/.
Una vez salió un sembrador a sembrar.
Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 1-23
Un día salió
Jesús de la casa donde se hospedaba y se sentó a la orilla del
mar. Se reunió en torno suyo tanta gente, que Él se vio obligado
a subir a una barca, donde se sentó, mientras la gente permanecía
en la orilla. Entonces Jesús les habló de muchas cosas en parábolas
y les dijo:
"Una vez salió un sembrador a sembrar, y al ir arrojando la semilla,
unos granos cayeron a lo largo del camino; vinieron los pájaros y se
los comieron. Otros granos cayeron en terreno pedregoso, que tenía poca
tierra; ahí germinaron pronto, porque la tierra no era gruesa; pero cuando
subió el sol, los brotes se marchitaron, y como no tenían raíces,
se secaron. Otros cayeron entre espinos, y cuando los espinos crecieron, sofocaron
las plantitas. Otros granos cayeron en tierra buena y dieron fruto: unos, ciento
por uno; otros, sesenta; y otros, treinta. El que tenga oídos, que oiga".
Después se le acercaron sus discípulos y le preguntaron: "¿Por
qué les hablas en parábolas?". Él les respondió:
"A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los cielos;
pero a ellos no. Al que tiene, se le dará más y nadará
en la abundancia; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará.
Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven y oyendo no oyen
ni entienden.
En ellos se cumple aquella profecía de Isaías que dice: Oirán
una y otra vez y no entenderán; mirarán y volverán a mirar,
pero no verán; porque este pueblo ha endurecido su corazón, ha
cerrado sus ojos y tapado sus oídos, con el fin de no ver con los ojos,
ni oír con los oídos, ni comprender con el corazón. Porque
no quieren convertirse ni que yo los salve.
Pero, dichosos ustedes, porque sus ojos ven y sus oídos oyen. Yo les
aseguro que muchos profetas y muchos justos desearon ver lo que ustedes ven
y no lo vieron y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron.
Escuchen, pues, ustedes lo que significa la parábola del sembrador. A
todo hombre que oye la palabra del Reino y no la entiende le llena el diablo
y le arrebata lo sembrado en su corazón. Esto es lo que significan los
granos que cayeron a lo largo del camino.
Lo sembrado sobre terreno pedregoso significa al que oye la palabra y la acepta
inmediatamente con alegría; pero, como es inconstante, no la deja echar
raíces, y apenas le viene una tribulación o una persecución
por causa de la palabra, sucumbe.
Lo sembrado entre los espinos representa a aquel que oye la palabra, pero las
preocupaciones de la vida y la seducción de las riquezas la sofocan y
queda sin fruto. En cambio, lo sembrado en tierra buena, representa a quienes
oyen la palabra, la entienden y dan fruto: unos, el ciento por uno; otros, el
sesenta; y otros, el treinta". Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús. Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos a Dios
por el mundo entero, por toda la Iglesia, y por nuestras necesidades.
A cada petición diremos: te lo pedimos, Señor.
1. Por los cristianos: para que vivamos profundamente nuestra fe y nuestra
esperanza, y sepamos comunicarla a los demás. Oremos.
2. Por los que se han consagrado a sembrar la Palabra de Dios en países
de misión: para que el Señor les dé ánimos y les
conceda numerosos colaboradores. Oremos.
3. Por los enfermos: para que sepan mantener la esperanza y la confianza en
medio del dolor. Oremos.
4. Por los niños y jóvenes que empiezan las vacaciones: que durante
estos días también sepan encontrarse con Dios y servir al prójimo.
Oremos.
5. Por los abogados de México: que en su ejercicio profesional siempre
busquen la justicia y el bien. Oremos.
6. Por nuestra comunidad: que la Palabra de Dios que hemos escuchado nos mueva
a la conversión, a la transformación constante de nuestras vidas.
Oremos.
Escucha, Padre, estas oraciones que suben a ti como respuesta a tu Palabra.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira bondadosamente, Señor, las ofrendas de tu Iglesia suplicante, y conviértelas en alimento espiritual que ayude a crecer en santidad a todos tus fieles. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 83, 4-5)
Dichosos los que se acercan a tu altar, Señor. Dichosos los que viven en tu casa y pueden alabarte siempre, Rey mío y Dios mío.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te suplicamos, Señor, que esta Eucaristía que hemos recibido, nos ayude a amarte más y a servirte mejor cada día. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA
REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.-
La fuerza de la palabra en el corazón de los creyentes no se puede contabilizar
ni medir con precisión. La experiencia de la fe no puede ser medida por
los censores del INEGI. Esto, no se aduce para deslegitimar el descenso reciente
del número de los católicos nominales (83.9%). Si los católicos
de nombre somos menos, no importa tanto. Lo verdaderamente decisivo es la conexión
que establezcamos entre la profesión de fe y las opciones y actitudes
éticas que asumamos en nuestra condición de ciudadanos o padres
de familia. Una fe católica que impulse el desarraigo de la corrupción,
el aumento de las oportunidades sociales, que fomente la cohesión familiar
y social, es algo para celebrar y agradecer. En ese caso estaremos acrecentado
la credibilidad de nuestra pertenencia creyente, pues el ejemplo arrastra. Seremos
sal que sala, ciudad en lo alto. De no serlo, seremos ocasión de que
por nuestra causa algunos hasta "maldigan" el nombre de Dios.
Santos: Benito de Nursia, abad; Olga de Kiev, reina y Drostan, abad. Memoria (Blanco)
MISIONEROS Y EMIGRANTES
Ex 1, 8-14; Mt 10, 34-11, 1
Los pueblos antiguos han guardado celosamente la memoria de sus raíces. Los israelitas sabían que su vida como pueblo había quedado marcada por la emigración de sus antepasados a Egipto. Como todos los migrantes, sufrieron vejaciones y maltratos que superaron con paciencia y decisión. El Evangelio nos relata las últimas instrucciones de Jesús a sus discípulos. Ellos también tendrían que emigrar de alguna manera. Animados por el proyecto del Reino dejarían las modestas condiciones de comodidad de sus viviendas, para llamar a las puertas de sus vecinos con la intención de entusiasmarlos a que transitaran por el camino de gracia que Jesucristo les había trazado.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 15, 5-6)
El Señor es la parte que me ha tocado en herencia; la parte que he recibido es la más hermosa. El mismo Señor es mi recompensa.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que nos has dado en san Benito un maestro admirable de vida consagrada a ti, haz que, según sus enseñanzas, antepongamos tu amor a todas las cosas y procuremos el bien de los demás antes que el nuestro. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Tomemos precauciones contra Israel para que no siga multiplicándose.
Del libro del Éxodo: 1, 8-14. 22
En aquel tiempo,
subió al poder en Egipto un nuevo faraón, que no había
conocido a José, y le dijo a su pueblo:
"Los hijos de Israel forman un pueblo más numeroso y fuerte que
nosotros. Tomemos precauciones contra ellos para que no sigan multiplicándose,
no sea que, en caso de guerra, se unan a nuestros enemigos, para luchar contra
nosotros y se escapen del país".
Les pusieron, pues, capataces a los israelitas para que los oprimieran con trabajos
pesados; y así construyeron para el faraón las ciudades de Pitom
y Ramsés, como lugares de almacenamiento. Pero mientras más los
oprimían, más crecían y se multiplicaban.
Los egipcios llegaron a temer a los hijos de Israel y los redujeron a una cruel
esclavitud; les hicieron pesada la vida, sometiéndolos a rudos trabajos
de albañilería y a toda clase de tareas serviles en el campo.
Además, el faraón dio esta orden a su pueblo: "Echen al río
a todos los niños que les nazcan a los hebreos; pero si son niñas,
déjenlas vivir". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo
123 R/. Nuestra ayuda es invocar al Señor.
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte cuando los hombres nos
asaltaron, nos habría devorado vivos el fuego de su cólera. R/.
Las aguas nos hubieran sepultado, un torrente nos hubiera llegado al cuello,
un torrente de aguas encrespadas. Bendito sea el Señor, porque no permitió
que nos despedazaran con sus dientes. R/.
Nuestra vida se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores.
La trampa se rompió y nosotros escapamos. Nuestra ayuda nos viene del
Señor, que hizo el cielo y la tierra. R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 5. 10) R/. Aleluya, aleluya.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos
es el Reino de los cielos, dice el Señor. R/.
No he venido a traer la paz, sino la guerra.
Del santo Evangelio según san Mateo: 10, 34-11, 1
En aquel tiempo,
Jesús dijo a sus apóstoles: "No piensen que he venido a traer
la paz a la tierra; no he venido a traer la paz, sino la guerra. He venido a
enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra;
y los enemigos de cada uno serán los de su propia familia. El que ama
a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí;
el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de
mí; y el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.
El que salve su vida, la perderá y el que la pierda por mí, la
salvará. Quien los recibe a ustedes, me recibe a mí; y quien me
recibe a mí, recibe al que me ha enviado. El que recibe a un profeta
por ser profeta, recibirá recompensa de profeta; el que recibe a un justo
por ser justo, recibirá recompensa de justo.
Quien diere, aunque no sea más que un vaso de agua fría a uno
de estos pequeños, por ser discípulo mío, yo les aseguro
que no perderá su recompensa".
Cuando acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, Jesús
partió de ahí para enseñar y predicar en otras ciudades.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, con bondad los dones que te presentamos en esta festividad de san Benito y haz que, a ejemplo suyo, te busquemos a ti únicamente a fin de que podamos obtener en tu servicio el don de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Mt 19, 27-29)
Yo les aseguro, dice el Señor, que los que han dejado todo para seguirme, recibirán cien veces más y alcanzarán la vida eterna.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú, que nos has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de Cristo, haz que, según el espíritu de san Benito abad, te sirvamos fielmente y pongamos en práctica un sincero amor fraterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
NADIE ES PROFETA EN SU TIERRA
Ex 2, 1-15; Mt 11, 20-24
Moisés rompe con la ambigüedad del palacio. Supera su crisis de identidad, deja de ser adolescente. Ya no se dejará envolver por la comodidad de la burbuja confortable en que lo mantenían encerrado. Sale a conocer el mundo implacable y feroz donde viven sus hermanos y se define. El grito de la sangre es más fuerte que el adoctrinamiento de los criados del faraón. Moisés comenzará a solidarizarse con sus hermanos y a hacer justicia a pesar de que cuestionen su autoridad. Jesús, cientos de años más tarde, se solidarizará también con los habitantes de Galilea, sacudirá su conciencia con gestos y palabras proféticas, que serán desoídas por los habitantes de Corazaín y Betsaida y acogidas por un pequeño resto de discípulos y pescadores fieles.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 90, 11)
El Señor ha mandado a sus ángeles que te cuiden donde quiera que vayas.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que a nadie ves como a un extraño y a nadie dejas sin tu protección, apiádate de los prófugos y de los exiliados y de cuantos se encuentran lejos del hogar; concédeles a ellos volver a la patria y al calor familiar y danos a nosotros un amor como el tuyo para con los necesitados y los forasteros. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Le puso por nombre Moisés, porque fue sacado del agua. -Cuando Moisés creció, fue a visitar a sus hermanos.
Del libro del Éxodo: 2, 1-15
En aquellos
días, un hombre de la tribu de Leví se casó con una mujer
de su misma tribu. La mujer concibió y dio a luz un hijo; y viendo que
era hermoso, lo tuvo escondido tres meses. Pero como ya no podía ocultarlo
por más tiempo, tomó una canastilla de mimbre, la embadurnó
con betún y con brea, metió en ella al niño y la dejó
entre los juncos, a la orilla del río. Entre tanto, la hermana del niño
se quedó a cierta distancia para ver lo que sucedía.
Bajó la hija del faraón a bañarse en el río, y mientras
sus doncellas se paseaban por la orilla, vio la canastilla entre los juncos
y envió a una criada para que se la trajera. La abrió y encontró
en ella un niño que lloraba. Se compadeció de él y exclamó:
"Es un niño hebreo". Entonces se acercó la hermana del
niño y le dijo a la hija del faraón: "¿Quieres que
vaya a llamar a una nodriza hebrea para que te críe al niño?".
La hija del faraón le dijo que sí. Entonces la joven fue a llamar
a la madre del niño. La hija del faraón le dijo a ésta:
"Toma a este niño; críamelo y yo te pagaré".
Tomó la mujer al niño y lo crió.
El niño creció y ella se lo llevó entonces a la hija del
faraón, que lo adoptó como hijo y lo llamó Moisés,
que significa: "De las aguas lo he sacado".
Cuando Moisés creció, fue a visitar a sus hermanos y se dio cuenta
de sus penosos trabajos; vio también cómo un egipcio maltrataba
a uno de sus hermanos hebreos. Entonces Moisés miró para todas
partes, no vio a nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena.
Al día siguiente salió y vio que dos hebreos se estaban peleando.
Le dijo entonces al culpable: "¿Por qué le pegas a tu compañero?".
Pero él le contestó: "¿Quién te ha nombrado
jefe y juez de nosotros? ¿Acaso piensas matarme como al egipcio?".
Lleno de temor, Moisés pensó:
"Sin duda que ya todo el mundo lo sabe". Se enteró el faraón
de lo sucedido y buscó a Moisés para matarlo, pero él huyó
lejos del faraón y se fue a vivir al país de Madián. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo
68 R/. Busquen al Señor y vivirán.
Me estoy hundiendo en un lodo profundo y no puedo apoyar los pies; he llegado
hasta el fondo de las aguas y me arrastra la corriente. R/.
A ti, Señor, elevo mi plegaria, ven en mi ayuda pronto; escúchame
conforme a tu clemencia, Dios fiel en el socorro. R/.
Mírame enfermo y afligido; defiéndeme y ayúdame, Dios mío.
En mi cantar exaltaré tu nombre; proclamaré tu gloria, agradecido.
R/.
Se alegrarán al verlo los que sufren; quienes buscan a Dios tendrán
más ánimo, porque el Señor jamás desoye al pobre
ni olvida al que se encuentra encadenado. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Sal 94, 8) R/. Aleluya, aleluya.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan
su corazón". R/.
El día del juicio será menos riguroso para Tiro, Sidón y Sodoma que para otras ciudades.
Del santo Evangelio según san Mateo: 11, 20-24
En aquel tiempo,
Jesús se puso a reprender a las ciudades que habían visto sus
numerosos milagros, por no haberse convertido. Les decía:
"¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si
en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros que se han hecho
en ustedes, hace tiempo que hubieran hecho penitencia, cubiertas de sayal y
de ceniza. Pero yo les aseguro que el día del juicio será menos
riguroso para Tiro y Sidón, que para ustedes.
Y tú, Cafarnaúm, ¿crees que serás encumbrada hasta
el cielo? No. Serás precipitada en el abismo, porque si en Sodoma se
hubieran realizado los milagros que en ti se han hecho, quizás estaría
en pie hasta el día de hoy. Pero yo te digo que será menos riguroso
el día del juicio para Sodoma que para ti". Palabra del
Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, tú que quisiste que tu Hijo muriera para reunir en una sola familia a todos los hombres dispersos por el mundo, concédenos que este sacrificio eucarístico, signo de unidad y de paz, haga que todos nos reconozcamos como hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 90, 2)
Dios mío, tú eres mi refugio y mi fortaleza, en ti he puesto mi esperanza.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú, Señor, que nos has alimentado con un mismo pan y un mismo cáliz, suscita en nosotros un espíritu nuevo de comprensión humana y de hospitalidad evangélica para cuantos se encuentran lejos de su familia y su patria, a fin de que algún día, tú nos reúnas a todos en tu casa y para siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
DE LA SERVIDUMBRE AL SERVICIO
Ex 3, 1-6. 9-12; Mt 11, 25-27
La narración del Éxodo recoge los primeros trazos del sueño liberador que entusiasmó a una generación de israelitas decididos y resueltos a vivir en libertad. El sueño no se concretaría de un día para otro. Todas las grandes transformaciones sociales se van tejiendo en medio de dificultades y altibajos. Quienes viven convencidos de la solidaria presencia de Dios con los débiles, se ponen en actitud de peregrinos. Los pequeños, dice Jesús en esta jubilosa proclama, se anticipan a descubrir los sonidos y señales del Reino e hipotecan, sin dudarlo, sus pocas pertenencias, para arriesgarse a seguir al profeta venido de Nazaret.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Dn 3, 31.29. 30. 43. 42)
Podrías hacer recaer sobre nosotros, Señor, todo el rigor de tu justicia, porque hemos pecado contra ti y hemos desobedecido tus mandatos; pero haz honor a tu nombre y trátanos conforme a tu inmensa misericordia.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que con tu perdón y tu misericordia, nos das la prueba más delicada de tu omnipotencia, apiádate de nosotros, pecadores, para que no desfallezcamos en la lucha por obtener el cielo que nos has prometido. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Se le apareció el Señor en una llama que salía de un zarzal.
Del libro del Éxodo: 3, 1-6. 9-12
En aquellos días,
Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro, Jetró, sacerdote
de Madián. En cierta ocasión llevó el rebaño más
allá del desierto, hasta el Horeb, el monte de Dios, y el Señor
se le apareció en una llama que salía de un zarzal. Moisés
observó con gran asombro que la zarza ardía sin consumirse y se
dijo: "Voy a ver de cerca esa cosa tan extraña, por qué la
zarza no se quema".
Viendo el Señor que Moisés se había desviado para mirar,
lo llamó desde la zarza: "¡Moisés, Moisés!".
El respondió: "Aquí estoy". Le dijo Dios: "¡No
te acerques! Quítate las sandalias, porque el lugar que pisas es tierra
sagrada". Y añadió: "Yo soy el Dios de tus padres, el
Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob".
Entonces Moisés se tapó la cara, porque tuvo miedo de mirar a
Dios. Pero el Señor le dijo: "El clamor de los hijos de Israel ha
llegado hasta mí y he visto cómo los oprimen los egipcios. Ahora,
ve a ver al faraón, porque yo te envío para que saques de Egipto
a mi pueblo, a los hijos de Israel".
Moisés le dijo entonces a Dios: "¿Quién soy yo para
presentarme ante el faraón y sacar de Egipto a los hijos de Israel?".
El Señor respondió: "Yo estaré contigo y ésta
será la señal de que yo te envío: Cuando hayas sacado de
Egipto a mi pueblo, ustedes darán culto a Dios en este monte". Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo
102 R/. El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre.
Bendice al Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios.
R/.
El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; Él rescata
tu vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura. R/.
El Señor hace justicia y le da la razón al oprimido. A Moisés
le mostró su bondad, y sus prodigios al pueblo de Israel. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Mt 11, 25) R/. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado
los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.
Escondiste estas cosas a los sabios y las revelaste a la gente sencilla.
Del santo Evangelio según san Mateo: 11, 25-27
En aquel tiempo,
Jesús exclamó: "¡Yo te alabo, Padre, Señor del
cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos,
y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te
ha parecido bien.
El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el
Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera
revelar". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Padre misericordioso, nuestros dones y conviértelos en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, fuente de toda bendición para tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 118, 49-50)
Recuerda, Señor, la promesa que le hiciste a tu siervo; en ella he puesto toda mi esperanza y ha sido ella mi consuelo en la aflicción.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta Eucaristía renueve, Señor, nuestro cuerpo y nuestro espíritu a fin de que podamos participar de la herencia gloriosa de tu Hijo, cuya muerte hemos anunciado y compartido. Por Jesucristo, nuestro Señor.
MI YUGO ES SUAVE
Ex 3, 13-20; Mt 11, 28-30
Moisés no quiere marchar a negociar la liberación de sus hermanos. Sabe que el faraón no cederá ante sus demandas y se resiste una y otra vez. El Señor le anticipa que su movimiento alcanzará un desenlace favorable y que hasta las mujeres de los egipcios, se congratularán por su partida. Los esclavos se marcharán con las manos llenas porque el Señor moverá el corazón de sus vecinos. La espiritualidad del Éxodo revive en el mensaje de Jesús que recupera el motivo del yugo, asociado tradicionalmente con la esclavitud egipcia, y lo reivindica y revalora, al proponernos asumir voluntariamente una opción de servicio exclusivo a favor del Reinado de Dios.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 109, 4)
El Señor lo ha jurado y el Señor no se retracta. Tú eres sacerdote para siempre, como lo es Melquisedec.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que para gloria tuya y salvación nuestra constituiste a Cristo sumo y eterno sacerdote, concede al pueblo redimido con su sangre obtener, por la participación en este memorial, los frutos de la muerte y resurrección de tu Hijo, que vive y reina contigo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Mi nombre es "Yo-soy". - "Yo-soy" me envía a ustedes.
Del libro del Éxodo: 3, 13-20
En aquel tiempo,
Moisés [después de oír la voz del Señor en medio
de la zarza] le dijo: "Está bien. Me presentaré a los hijos
de Israel y les diré: 'El Dios de sus padres me envía a ustedes';
pero cuando me pregunten cuál es su nombre, ¿qué les voy
a responder?".
Dios le contestó a Moisés: "Mi nombre es Yo-soy"; y
añadió: "Esto les dirás a los israelitas: 'Yo-soy
me envía a ustedes'. También les dirás: 'El Señor,
el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob,
me envía a ustedes. Éste es mi nombre para siempre. Con este nombre
me han de recordar de generación en generación'. Ve a reunir a
los ancianos de Israel y diles: El Señor, el Dios de sus padres, el Dios
de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo: 'Yo he venido
a ustedes porque he visto cómo los maltratan en Egipto. He decidido sacarlos
de la esclavitud de Egipto para llevarlos al país de los cananeos, hititas,
amorreos, perezeos, jiveos y yebuseos, a una tierra que mana leche y miel'.
Los ancianos de Israel escucharán tu voz y tú irás con
ellos a ver al faraón y le dirán: 'El Señor, el Dios de
los hebreos, se nos ha aparecido. Permítenos caminar tres días
por el desierto, para ofrecer sacrificios al Señor, nuestro Dios'.
Ya sé que el faraón no los dejará ir, si no se ve obligado.
Por eso yo extenderé mi brazo y azotaré a los egipcios con toda
clase de males, y finalmente el faraón los dejará salir".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo
104 R/. El Señor nunca olvida sus promesas.
Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos.
Entonen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos. R/.
Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de
sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que
un día le hiciera. R/.
Dios hizo a su pueblo muy fecundo, más poderoso que sus enemigos. A éstos
les endureció el corazón para que odiaran a su pueblo y le pusieran
asechanzas a sus siervos. R/.
Pero envió a su siervo, Moisés, y a Aarón, su elegido,
a que hicieran contra ellos sus señales anunciadas, sus prodigios en
la tierra de Egipto. R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 11, 28) R/. Aleluya, aleluya.
Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados
por la carga, y yo les daré alivio, dice el Señor. R/.
Soy manso y humilde de corazón.
Del santo Evangelio según san Mateo: 11, 28-30
En aquel tiempo, Jesús dijo: "Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el memorial del sacrificio de tu Hijo, se lleva a cabo la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Co 11, 24-25)
Éste es mi Cuerpo, que se da por ustedes. Este cáliz es la nueva alianza establecida por mi Sangre; cuantas veces lo beban, háganlo en memoria mía, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que nos has concedido el gozo de participar en esta Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, haz que, unidos siempre a El, vivamos como verdaderos hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
SEÑOR DEL SÁBADO, SEÑOR DE EGIPTO
Ex 11, 10-12,14; Mt 12, 1-8
Cuando los hijos de Israel se convencen que sus miedos y temores no tienen sustento, celebran anticipadamente su victoria sobre el faraón opresor. El cordero que comen deprisa es la señal profética de la jubilosa partida. La tierra de la esclavitud quedará a sus espaldas. El Señor se ha puesto de su lado y ni los carros, ni los soldados del faraón, los detendrán. La fe los ha fortalecido. Jesús, un israelita educado en la confianza en el Dios que defiende amorosamente a su pueblo, entierra sus miedos y angustias, desafía el estrecho orden impuesto por los escrupulosos fariseos y comienza a ejercer su señorío, disponiendo soberanamente de su propia libertad. El mensaje es elocuente: el sábado está al servicio del hombre y no viceversa.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ez 34, 11. 23-24)
Cuidaré de mis ovejas, dice el Señor, y les buscaré un pastor que las apaciente, y yo, el Señor, seré su Dios.
ORACIÓN COLECTA
Te suplicamos, Dios nuestro, que quienes estamos reunidos aquí para celebrar la fiesta de san Buenaventura, podamos, por su intercesión y a ejemplo suyo, ir profundizando cada día más en tu conocimiento y en tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Al atardecer inmolarán un cordero. - Yo veré su sangre y pasaré de largo.
Del libro del Éxodo: 11, 10-12, 14
En aquellos días,
Moisés y Aarón hicieron muchos prodigios ante el faraón,
pero el Señor endureció el corazón del faraón, que
no dejó salir de su país a los hijos de Israel.
El Señor les dijo a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto:
"Este mes será para ustedes el primero de todos los meses y el principal
del año. Díganle a toda la comunidad de Israel: 'El día
diez de este mes tomará cada uno un cordero por familia, uno por casa.
Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte
con los vecinos y elija un cordero adecuado al número de personas y a
la cantidad que cada cual pueda comer. Será un animal sin defecto, macho,
de un año, cordero o cabrito.
Lo guardarán hasta el día catorce del mes, cuando toda la comunidad
de los hijos de Israel, lo inmolará al atardecer. Tomarán la sangre
y rociarán las dos jambas y el dintel de la puerta de la casa donde vayan
a comer el cordero. Esa noche comerán la carne, asada a fuego; comerán
panes sin levadura y hierbas amargas. No comerán el cordero crudo o cocido,
sino asado; lo comerán todo, también la cabeza, las patas y las
entrañas. No dejarán nada de él para la mañana;
lo que sobre lo quemarán.
Y comerán así: Con la cintura ceñida, las sandalias en
los pies, un bastón en la mano y a toda prisa, porque es la Pascua, es
decir, el paso del Señor.
Yo pasaré esa noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los
primogénitos del país de Egipto, desde los hombres hasta los ganados.
Castigaré a todos los dioses de Egipto, yo, el Señor. La sangre
les servirá de señal en las casas donde habitan ustedes. Cuando
yo vea la sangre, pasaré de largo y no habrá entre ustedes plaga
exterminadora, cuando hiera yo la tierra de Egipto.
Ese día será para ustedes un memorial y lo celebrarán como
fiesta en honor del Señor. De generación en generación
celebrarán esta festividad, como institución perpetua' ".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo
115 R/. Cumpliré mis promesas al Señor.
¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha
hecho? Levantaré el cáliz de salvación e invocaré
el nombre del Señor. R/.
A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos. De la muerte,
Señor, me has librado, a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava.
R/.
Te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré tu nombre. Cumpliré
mis promesas al Señor ante todo su pueblo. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 10, 27) R/. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me
siguen. R/.
El Hijo del hombre también es dueño del sábado.
Del santo Evangelio según san Mateo: 12, 1-8
Un sábado,
atravesaba Jesús por los sembrados. Los discípulos, que iban con
Él, tenían hambre y se pusieron a arrancar espigas y a comerse
los granos. Cuando los fariseos los vieron, le dijeron a Jesús: "Tus
discípulos están haciendo algo que no está permitido hacer
en sábado". Él les contestó: "¿No han
leído ustedes lo que hizo David una vez que sintieron hambre él
y sus compañeros? ¿No recuerdan cómo entraron en la casa
de Dios y comieron los panes consagrados, de los cuales ni él ni sus
compañeros podían comer, sino tan sólo los sacerdotes?
¿Tampoco han leído en la ley que los sacerdotes violan el sábado
porque ofician en el templo y no por eso cometen pecado? Pues yo digo que aquí
hay alguien más grande que el templo.
Si ustedes comprendieran el sentido de las palabras: Misericordia quiero y no
sacrificios, no condenarían a quienes no tienen ninguna culpa. Por lo
demás, el Hijo del hombre también es dueño del sábado".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, con bondad las ofrendas que te presentamos en la fiesta del obispo san Buenaventura, para que nos obtengan tu perdón y glorifiquen así tu santo nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 15, 16)
No son ustedes los que me han elegido, dice el Señor, soy yo quien los ha elegido, para que vayan y den fruto y ese fruto perdure.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Reanimados por este sacramento, te pedimos, Señor, que, a ejemplo de san Buenaventura, nos esforcemos en dar testimonio de la fe que él tuvo y en llevar a la práctica sus enseñanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Nuestra Señora del Carmen
Santos: Santa María Magdalena Postel, fundadora. Beato Bartolomé de los Mártires, obispo.
Vísperas I del domingo: 4a semana del Salterio. Tomo III: p. 1150. Para los fieles: p. 722. Edición popular: pp. 289 y 472.Memoria (Blanco)
REAVIVANDO LA ESPERANZA
Ex 12, 37-42; Mt 12, 14-21
El relato, ciertamente salpicado de cifras sorprendentes, conserva el recuerdo de una escapatoria o una huída que marcó el parteaguas en la vida de aquella generación. El Señor velaba por su pueblo, sus escuadrones se habían llenado de coraje y confianza las alforjas y en el nombre del Señor cruzarían el mar para buscar la libertad. De esa memoria se iría nutriendo la esperanza de Israel. Un profeta fortalecería la esperanza de los israelitas desterrados presentando la figura de un Siervo que no descansaría hasta implantar la justicia. De esa esperanza se apropió el Señor Jesús cuando se decidió a vivir como el Hijo predilecto del Dios que, reanimaría la esperanza de la gente desalentada de Galilea.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sedulio)
Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.
ORACIÓN COLECTA
Padre todopoderoso, te suplicamos que la santísima Virgen María nos proteja siempre con su maternal intercesión y nos ayude a conocer y a amar a tu Hijo Jesucristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Esa noche veló el Señor para sacarlos de la tierra de Egipto.
Del libro del Éxodo: 12, 37-42
En aquellos días, los hijos de Israel partieron de Ramsés hacia Sukot; eran unos seiscientos mil hombres, sin contar a los niños. Salió también con ellos una enorme y abigarrada muchedumbre con grandes rebaños de ovejas, vacas y otros animales. De la masa que habían sacado de Egipto cocieron piezas de pan ázimo, no fermentado; pues los egipcios, al arrojarlos del país, no les dieron tiempo de dejar fermentar la masa, ni de tomar provisiones para el camino. Los hijos de Israel estuvieron en Egipto cuatrocientos treinta años. El mismo día que se cumplían los cuatrocientos treinta años, salieron de la tierra de Egipto todos los ejércitos del Señor. Esa noche veló el Señor, para sacarlos de Egipto. Por eso, esta noche será noche de vela en honor del Señor para todos los hijos de Israel, de generación en generación. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo
135 R/. Demos gracias al Señor, porque Él es bueno.
Demos gracias al Señor, porque Él es bueno; Él se acordó
de nosotros en nuestra humillación y nos libró de nuestros enemigos.
R/.
Demos gracias al que hirió a los primogénitos egipcios y sacó
a Israel de aquel país con mano poderosa, con brazo extendido. R/.
Demos gracias al que en dos partió el mar Rojo, condujo a Israel entre
las aguas y arrojó en el mar Rojo al faraón y a su ejército.
R/.
ACLAMACIÓN
(2 Co 5, 19) R/. Aleluya, aleluya.
Dios reconcilió al mundo consigo por medio de Cristo, y a nosotros
nos confió el mensaje de la reconciliación. R/.
Les mandó que no lo publicaran, para que se cumplieran las palabras del profeta.
Del santo Evangelio según san Mateo: 12, 14-21
En aquel tiempo,
los fariseos se confabularon contra Jesús para acabar con Él.
Al saberlo, Jesús se retiró de ahí. Muchos lo siguieron
y Él curó a todos los enfermos y les mandó enérgicamente
que no lo publicaran, para que se cumplieran las palabras del profeta Isaías:
Miren a mi siervo, a quien sostengo; a mi elegido, en quien tengo mis complacencias.
En él he puesto mi Espíritu, para que haga brillar la justicia
sobre las naciones. No gritará ni clamará, no hará oír
su voz en las plazas, no romperá la caña resquebrajada, ni apagará
la mecha que aún humea, hasta que haga triunfar la justicia sobre la
tierra; y en él pondrán todas las naciones su esperanza. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Padre lleno de bondad, que nos socorra el inmenso amor de tu Hijo unigénito para que, quien al nacer de la Virgen María, no menoscabó la integridad de la Madre, sino que la consagró, nos libre de nuestras culpas y haga acepta a ti nuestra oblación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Lc 11, 27)
Dichosa la Virgen María, que llevó en su seno al Hijo del eterno Padre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, al recibir el sacramento celestial en esta festividad de la santísima Virgen María, te pedimos que nos concedas celebrar dignamente, a imitación suya, el misterio de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
XVI DOMINGO ORDINARIO
Santos: Alejo de Roma, penitente; León IV, Papa. Beatas Carmelitas de Compiégne, mártires. (Verde)
LAS APARIENCIAS ENGAÑAN
Sb 12, 13. 16-19; Rm 8, 26-27; Mt 13, 24-43
El sabio que reflexionó en la historia de Israel tenía más que clara una lección: la paciencia de Dios es inagotable. Jamás se desentiende de los suyos, antes bien, los sigue invitando a participar de su amistad. Esa es la certidumbre que resplandece en la parábola de la cizaña. Jesús exhibe la mezquina impaciencia de los simples mortales que queremos juzgar severamente las fallas y desaciertos de nuestros hermanos. El dueño del campo sigue otro ritmo y espera la llegada de los frutos. De esa misma sabiduría está llena la carta de san Pablo a los Romanos, cuando afirma que Dios es el único que examina el corazón y descubre las intenciones de nuestro espíritu.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 53, 6. 8)
Señor Dios, tú eres mi auxilio y el único apoyo de mi vida; te ofreceré de corazón un sacrificio y te daré gracias, Señor, porque eres bueno.
ORACIÓN COLECTA
Míranos, Señor, con amor y multiplica en nosotros los dones de tu gracia para que, llenos de fe, esperanza y caridad, permanezcamos siempre fieles en el cumplimiento de tus mandatos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Al pecador le das tiempo para que se arrepienta.
Del libro de la Sabiduría: 12, 13. 16-19
No hay más
Dios que tú, Señor, que cuidas de todas las cosas. No hay nadie
a quien tengas que rendirle cuentas de la justicia de tus sentencias. Tu poder
es el fundamento de tu justicia, y por ser el Señor de todos, eres misericordioso
con todos.
Tú muestras tu fuerza a los que dudan de tu poder soberano y castigas
a quienes, conociéndolo, te desafían. Siendo tú el dueño
de la fuerza, juzgas con misericordia y nos gobiernas con delicadeza, porque
tienes el poder y lo usas cuando quieres.
Con todo esto has enseñado a tu pueblo que el justo debe ser humano,
y has llenado a tus hijos de una dulce esperanza, ya que al pecador le das tiempo
para que se arrepienta. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo
85 R/. Tú, Señor, eres bueno y clemente.
Puesto que eres, Señor, bueno y clemente y todo amor con quien tu nombre
invoca, escucha mi oración y a mi súplica da respuesta pronta.
R/.
Señor, todos los pueblos vendrán para adorarte y darte gloria,
pues sólo tú eres Dios, y tus obras, Señor, son portentosas.
R/.
Dios entrañablemente compasivo, todo amor y lealtad, lento a la cólera,
ten compasión de mí, pues clamo a ti, Señor, a toda hora.
R/.
El Espíritu intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 8, 26-27
Hermanos: El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que conoce profundamente los corazones, sabe lo que el Espíritu quiere decir, porque el Espíritu ruega, conforme a la voluntad de Dios, por los que le pertenecen. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(cfr. Mt 11, 25) R/. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado
los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.
Dejen que crezcan juntos hasta el tiempo de la cosecha.
Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 24-43
En aquel tiempo,
Jesús propuso esta parábola a la muchedumbre: "El Reino de
los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo;
pero mientras los trabajadores dormían, llegó un enemigo del dueño,
sembró cizaña entre el trigo y se marchó. Cuando crecieron
las plantas y se empezaba a formar la espiga, apareció también
la cizaña.
Entonces los trabajadores fueron a decirle al amo: 'Señor, ¿qué
no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, salió
esta cizaña?'. El amo les respondió: 'De seguro lo hizo un enemigo
mío'. Ellos le dijeron: `¿Quieres que vayamos a arrancarla?'.
Pero él les contestó: 'No. No sea que al arrancar la cizaña,
arranquen también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta el tiempo
de la cosecha y, cuando llegue la cosecha, diré a los segadores: Arranquen
primero la cizaña y átenla en gavillas para quemarla, y luego
almacenen el trigo en mi granero' ".
Luego les propuso esta otra parábola: "El Reino de los cielos es
semejante a la semilla de mostaza que un hombre siembra en un huerto. Ciertamente
es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece, llega
a ser más grande que las hortalizas y se convierte en un arbusto, de
manera que los pájaros vienen y hacen su nido en las ramas".
Les dijo también otra parábola: "El Reino de los cielos se
parece a un poco de levadura que tomó una mujer y la mezcló con
tres medidas de harina, y toda la masa acabó por fermentar".
Jesús decía a la muchedumbre todas estas cosas con parábolas,
y sin parábolas nada les decía, para que se cumpliera lo que dijo
el profeta: Abriré mi boca y les hablaré con parábolas;
anunciaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo.
Luego despidió a la multitud y se fue a su casa. Entonces se le acercaron
sus discípulos y le dijeron:
"Explícanos la parábola de la cizaña sembrada en el
campo". Jesús les contestó: "El sembrador de la buena
semilla es el Hijo del hombre, el campo es el mundo, la buena semilla son los
ciudadanos del Reino, la cizaña son los partidarios del maligno, el enemigo
que la siembra es el diablo, el tiempo de la cosecha es el fin del mundo, y
los segadores son los ángeles.
Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así
sucederá al fin del mundo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles
para que arranquen de su Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a
todos los malvados, y los arrojen en el horno encendido. Allí será
el llanto y la desesperación. Entonces los justos brillarán como
el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Presentemos
nuestras peticiones a Dios, el Padre de todos.
Después de cada petición diremos: te rogamos, óyenos.
1. Por todas la
Iglesias cristianas: por los católicos, por los protestantes, por los
ortodoxos, por los anglicanos. Oremos.
2. Por los que dudan de su fe. Oremos.
3. Por los enfermos de nuestra parroquia (comunidad); por los ancianos que se
sienten abandonados. Oremos.
4. Por los que han tenido que dejar su tierra y han abandonado nuestro país
en busca de una vida digna. Oremos.
5. Por los países que están en guerra y sufren por la violencia;
por los responsables de estos desastres. Oremos.
6. Por los que nos hemos reunido en esta Eucaristía para alimentarnos
de la Palabra, del Cuerpo y Sangre del Señor. Oremos.
Escucha, Padre,
nuestras peticiones, y derrama tu amor sobre toda la humanidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, que con la muerte de tu Hijo llevaste a término y perfección los sacrificios de la antigua alianza, acepta y bendice estos dones, como aceptaste y bendijiste los de Abel, para que lo que cada uno te ofrece, sea de provecho para la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ap 3, 20)
Miren que estoy a la puerta y llamo, dice el Señor; si alguno oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaré con él, y él conmigo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que nos has concedido participar en esta Eucaristía, míranos con bondad y ayúdanos a vencer nuestra fragilidad humana para poder vivir como hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA
REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- No
deja de ser pertinente invocar al economista aquel que dijera que "en el
largo plazo todos estaremos muertos", para demandar un tránsito
más rápido del grueso de la población a la seguridad y
el bienestar colectivo. Nadie nos podrá obligar a extender algún
cheque en blanco a líder político alguno. Tenemos el deber de
participar corresponsablemente en la construcción de
mejores condiciones sociales para todos. Nuestra paciencia y nuestra indiferencia
ciudadana deben tener un es la anchura y la hondura de la paciencia y la compasión
divinas. El sabernos y sentirnos perdonados habrá de hacernos generosos
y tolerantes con los demás.
Santos: Arnulfo de Metz, obispo; Simeón de Lípnica, presbítero, Federico de Utrech, obispo. Feria (Verde)
EL MIEDO A LA LIBERTAD
Ex 14, 5-18; Mt 12, 38-42
A las primeras de cambio los israelitas se desesperan y reclaman airadamente a Moisés. El fatigoso camino de la libertad los asusta. Se acobardan añorando las engañosas migajas de la esclavitud. Moisés los confronta y los anima a resistir y a confiar en la pronta victoria del Señor. En el relato del primer evangelio el Señor Jesús reprocha la indiferencia de sus contemporáneos, incapaces de deletrear los llamados que Dios les dirige a través de su vida y sus obras. La necedad de Israel y de los oyentes de Jesús reafirma que "no hay peor ciego que el que no quiere ver”.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor. Los escucharé en cualquier tribulación en que me llamen, y seré siempre su Dios.
ORACIÓN COLECTA
Dios de clemencia y de reconciliación, que concedes a los hombres días especiales de gracia para que te reconozcan como creador y Padre de todos, mira con bondad a tus hijos y ayúdanos a aceptar de corazón tu mensaje de paz, para que podamos cumplir tu voluntad de hacer reinar en todos a tu Hijo Jesucristo, que vive y reina contigo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Cuando me haya cubierto de gloria a expensas del faraón, sabrán que yo soy el Señor.
Del libro del Éxodo: 14, 5-18
En aquellos días,
cuando le avisaron al faraón que los israelitas habían escapado,
el faraón y sus servidores cambiaron de parecer con respecto al pueblo
de Israel y exclamaron: "¿Qué hemos hecho? Hemos dejado escapar
a nuestros esclavos israelitas". Entonces el faraón mandó
enganchar su carro y llevó consigo sus tropas: seiscientos carros escogidos
y todos los carros de Egipto, cada uno con sus respectivos guerreros.
El Señor endureció el corazón del faraón, rey de
Egipto, para que persiguiera a los hijos de Israel, mientras éstos se
alejaban jubilosos. Los egipcios los persiguieron con todo un ejército
de caballos, carros y guerreros, y les dieron alcance, mientras acampaban junto
al mar, cerca de Pi-ha-Jirot, frente a Baal-Sefón.
Al acercarse el faraón, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y viendo
que los egipcios los perseguían, tuvieron miedo, clamaron al Señor
y le dijeron a Moisés: "¿Acaso no había sepulturas
en Egipto, para que nos trajeras a morir en el desierto? ¿Para qué
nos sacaste de Egipto? ¿No te dijimos claramente allá:
`Déjanos en paz; queremos servir a los egipcios'? Pues más vale
servir a los egipcios que morir en el desierto".
Moisés le contestó al pueblo:
"No teman; permanezcan firmes y verán la victoria que el Señor
les va a conceder hoy. Los egipcios que ven ahora, no los volverán a
ver nunca. El Señor peleará por ustedes, y ustedes no tendrán
que preocuparse por nada".
Entonces el Señor le dijo a Moisés:
"¿Por qué sigues clamando a mí? Diles a los israelitas
que se pongan en marcha. Y tú, alza tu bastón, extiende tu mano
sobre el mar y divídelo, para que los israelitas entren en el mar sin
mojarse. Yo voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los persigan,
y me cubriré de gloria a expensas del faraón y de todo su ejército,
de sus carros y jinetes. Cuando me haya cubierto de gloria a expensas del faraón,
de sus carros y jinetes, los egipcios sabrán que yo soy el Señor".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Éxodo
15 R/. Alabemos al Señor por su victoria.
Cantemos al Señor, sublime es su victoria: caballos y jinetes arrojó
en el mar. Mi fortaleza y mi canto es el Señor, Él es mi salvación;
Él es mi Dios, y yo lo alabaré, es el Dios de mis padres, y yo
le cantaré. R/.
El Señor es un guerrero, su nombre es el Señor. Precipitó
en el mar los carros del faraón y a sus guerreros; ahogó en el
mar Rojo a sus mejores capitanes. R/.
Las olas los cubrieron, cayeron hasta el fondo, como piedras. Señor,
tu diestra brilla por su fuerza, tu diestra, Señor, tritura al enemigo.
R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Sal 94, 8) R/. Aleluya, aleluya.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan
su corazón". R/.
La reina del sur se levantará el día del juicio contra esta generación.
Del santo Evangelio según san Mateo: 12, 38-42
En aquel tiempo,
le dijeron a Jesús algunos escribas y fariseos: "Maestro, queremos
verte hacer una señal prodigiosa". Él les respondió:
"Esta gente malvada e infiel está reclamando una señal, pero
la única señal que se le dará, será la del profeta
Jonás. Pues de la misma manera que Jonás estuvo tres días
y tres noches en el vientre de la ballena, así también el Hijo
del hombre estará tres días y tres noches en el seno de la tierra.
Los habitantes de Nínive se levantarán el día del juicio
contra esta gente y la condenarán, porque ellos se convirtieron con la
predicación de Jonás, y aquí hay alguien más grande
que Jonás.
La reina del sur se levantará el día del juicio contra esta gente
y la condenará, porque ella vino de los últimos rincones de la
tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay
alguien más grande que Salomón". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, con bondad, los dones que tu Iglesia te presenta y, por este memorial de la muerte de tu Hijo, que con su sangre borro nuestros pecados y nos reconcilió contigo, concédenos que podamos hacer partícipes a todos de la paz de Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 11, 28)
Vengan a mí todos los que están agobiados y oprimidos, y yo les daré alivio, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos recibido en este sacramento de unidad, nos llene de tu amor, para que podamos ser en todas partes, instrumentos de tu paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LOS QUE PONEN POR OBRA EL DESIGNIO DEL PADRE
Ex 14, 21-15,1; Mt 12, 46-50
Moisés estaba delante de un enorme desafio. Por delante y por detrás había peligros y amenazas tangibles. El mar y el ejército del faraón no les permitían ni avanzar ni retroceder. En esa hora no era fácil abandonarse confiadamente en Dios. Cuando escuchó la orden de levantar su mano sobre el mar, obedeció de inmediato, mostrando su enorme confianza en Dios. En el episodio evangélico se nos refiere el elogio final que Jesús hace a sus discípulos: todos los que se animan a cumplir generosamente la voluntad de Dios, pasan a formar parte de la verdadera familia de Jesús.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor. Los escucharé en cualquier tribulación en que me llamen y seré siempre su Dios.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que en el amor a ti y a nuestro prójimo has Querido resumir toda tu ley, concédenos descubrirte y amarte en nuestros Hermanos para que podamos alcanzar la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Los israelitas entraron en el mar sin mojarse.
Del libro del Éxodo: 14, 21-15, 1
En aquellos días,
Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar
durante toda la noche un fuerte viento del este, que secó el mar, y dividió
las aguas. Los israelitas entraron en el mar y no se mojaban, mientras las aguas
formaban una muralla a su derecha y a su izquierda. Los egipcios se lanzaron
en su persecución y toda la caballería del faraón, sus
carros y jinetes, entraron tras ellos en el mar.
Hacia el amanecer, el Señor miró desde la columna de fuego y humo
al ejército de los egipcios y sembró entre ellos el pánico.
Trabó las ruedas de sus carros, de suerte que no avanzaban sino pesadamente.
Dijeron entonces los egipcios: "Huyamos de Israel, porque el Señor
lucha en su favor contra Egipto".
Entonces el Señor le dijo a Moisés: "Extiende tu mano sobre
el mar, para que vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes".
Y extendió Moisés su mano sobre el mar, y al amanecer, las aguas
volvieron a su sitio, de suerte que al huir los egipcios se encontraron con
ellas, y el Señor los derribó en medio del mar. Volvieron las
aguas y cubrieron los carros, a los jinetes y a todo el ejército del
faraón, que se había metido en el mar para perseguir a Israel.
Ni uno solo se salvó.
Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del mar. Las aguas les
hacían muralla a derecha e izquierda. Aquel día salvó el
Señor a Israel de las manos de Egipto. Israel vio a los egipcios muertos
en la orilla del mar. Israel vio la mano fuerte del Señor sobre los egipcios,
y el pueblo temió al Señor y creyó en el Señor y
en Moisés, su siervo. Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron
este cántico al Señor:
Éxodo
15 IV. Alabemos al Señor por su victoria.
Al soplo de tu ira las aguas se agolparon, el oleaje se irguió como un
gran dique y el mar quedó cuajado. R/.
El enemigo dijo: "Iré tras ellos a alcanzarlos, repartiré
el botín, saciaré mi codicia, empuñaré la espada,
los matará mi mano". R/.
Pero sopló tu aliento y el mar cayó sobre ellos; en las temibles
aguas como plomo se hundieron. Extendiste tu diestra y se los tragó la
tierra. R/.
Tú llevas a tu pueblo para plantarlo en el monte que le diste en herencia,
en el lugar que convertiste en tu morada, en el santuario que construyeron tus
manos. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 14, 23) R/. Aleluya, aleluya.
El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará
y haremos en él nuestra morada, dice el Señor. R/.
Señalando a sus discípulos, dijo: Estos son mi madre y mis hermanos.
Del santo Evangelio según san Mateo: 12, 46-50
En aquel tiempo,
Jesús estaba hablando a la muchedumbre, cuando su madre y sus parientes
se acercaron y trataban de hablar con El. Alguien le dijo entonces a Jesús:
"Oye, ahí fuera están tu madre y tus hermanos, y quieren
hablar contigo".
Pero Él respondió al que se lo decía: "¿Quién
es mi madre y quiénes son mis hermanos?" .Y señalando con
la mano a sus discípulos, dijo: "Éstos son mi madre y mis
hermanos. Pues todo el que cumple la voluntad de mi Padre, que está en
los cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos a fin de que, por medio de esta Eucaristía, podamos obtener las gracias de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 118, 4-5)
Tú promulgas, Señor, tus preceptos para que se observen con exactitud. Que mi conducta se ajuste siempre, al cumplimiento de tu voluntad.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concede siempre tu ayuda, Señor, a quienes has alimentado con la Eucaristía, a fin de que la gracia recibida en este sacramento, transforme continuamente nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Bulmaro de Bolonia, abad; Margarita o Marina de Antioquia, mártir; Elías, Profeta. Feria (Verde)
DIOS QUE SIEMBRA Y RESIEMBRA
Ex 16, 1-5. 9-15; Mt 13, 1-9
De sembradores y gente aventada están repletos las parábolas y relatos de Jesús. No es fácil sembrar y tirar la semilla una y otra vez, cuando la incertidumbre del clima y la inseguridad social echan al suelo los esfuerzos de los campesinos. El Señor Jesús conocía la firme esperanza de los labradores. De esa metáfora parte para explicarnos la paciencia de Dios que sigue sembrando pacientemente en nuestro corazón. El relato del Éxodo exhibe la tozudez del corazón humano que reclama incesantemente signos para confiar en los planes y proyectos de Dios.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ap 7, 9)
Vi una muchedumbre innumerable de toda nación y raza, pueblo y lengua. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Señor y Dios nuestro, que en la nueva alianza instituida por Cristo continúas formándote, sin distinción de razas ni fronteras, un pueblo que tu Espíritu Santo congrega en la unidad, haz que tu Iglesia, fiel a la misión que le confiaste, comparta siempre las alegrías y las esperanzas de la humanidad y sea como su fermento y su alma, para convertir a todos los hombres a Cristo y hacerlos hijos de Dios. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Voy a hacer que llueva pan del cielo.
Del libro del Éxodo: 16, 1-5. 9-15
El día quince
del segundo mes, después de salir de Egipto, toda la comunidad de Israel
partió de Elim y llegó al desierto de Sin, entre Elim y el Sinaí.
Toda la comunidad de los hijos de Israel murmuró contra Moisés
y Aarón en el desierto, diciendo: "Ojalá hubiéramos
muerto a manos del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos junto
a las ollas de carne y comíamos pan hasta saciarnos. Ustedes nos han
traído a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud".
Entonces dijo el Señor a Moisés: "Voy a hacer que llueva
pan del cielo. Que el pueblo salga a recoger cada día lo que necesita,
pues quiero probar si guarda mi ley o no. El día sexto recogerán
el doble de lo que suelen recoger cada día y guardarán una parte
para el día siguiente".
Moisés le dijo a Aarón: "Di a la comunidad de los israelitas:
'Vengan ante la presencia del Señor, porque Él ha escuchado las
quejas de ustedes' ". Mientras Aarón hablaba a toda la asamblea,
ellos se volvieron hacia el desierto y vieron la gloria del Señor, que
aparecía en una nube.
El Señor le dijo a Moisés: "He oído las murmuraciones
de los hijos de Israel. Diles de parte mía: Por la tarde comerán
carne y por la mañana se hartarán de pan, para que sepan que yo
soy el Señor, su Dios' ".
Aquella misma tarde, una bandada de codornices cubrió el campamento.
A la mañana siguiente había en torno a él una capa de rocío
que, al evaporarse, dejó el suelo cubierto con una especie de polvo blanco,
semejante a la escarcha. Al ver eso, los israelitas se dijeron unos a otros:
"¿Qué es esto?", pues no sabían lo que era. Moisés
les dijo: "Éste es el pan que el Señor les da por alimento".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo
77 R/. El Señor les dio pan del cielo.
Quisieron poner a prueba a Dios pidiéndole comida a su capricho y murmuraban
contra El diciendo: ¿Podrá Dios prepararnos un banquete en el
desierto? R/.
Entonces el Señor mandó a las nubes que abrieran las compuertas
de los cielos; hizo llover maná sobre su pueblo, trigo celeste envió
como alimento. Así el hombre comió pan de ángeles. Dios
les dio de comer en abundancia. R/.
Hizo soplar desde el cielo el viento Este y dirigió con su fuerza el
viento Sur. Hizo llover carne como una polvareda y que llovieran aves como arena
del mar.
Dios las hizo caer en medio del campamento, en torno a sus tiendas de campaña.
R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquel que lo
encuentra vivirá para siempre. R/.
Algunos granos dieron el ciento por uno
Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 1-9
Un día
salió Jesús de la casa donde se hospedaba y se sentó a
la orilla del mar. Se reunió en torno suyo tanta gente, que Él
se vio obligado a subir a una barca, donde se sentó, mientras la gente
permanecía en la orilla. Entonces Jesús les habló de muchas
cosas en parábolas y les dijo:
"Una vez salió un sembrador a sembrar, y al ir arrojando la semilla,
unos granos cayeron a lo largo del camino; vinieron los pájaros y se
los comieron. Otros granos cayeron en terreno pedregoso, que tenía poca
tierra; ahí germinaron pronto, porque la tierra no era gruesa; pero cuando
subió el sol, los brotes se marchitaron, y como no tenían raíces,
se secaron. Otros cayeron entre espinos, y cuando los espinos crecieron, sofocaron
las plantitas.
Otros granos cayeron en tierra buena y dieron fruto: unos, ciento por uno; otros,
sesenta; y otros, treinta. El que tenga oídos, que oiga".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos y concede a tu Iglesia, nacida del costado de Cristo en la cruz, encontrar en la participación de este sacrificio la santidad de vida que la haga más digna de su autor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 19, 34)
Uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza e inmediatamente salió sangre y agua.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con el sacramento de tu Hijo, te pedimos, Señor, que hagas fecunda la actividad de tu Iglesia, para que no cese de revelar a los pobres la inagotable riqueza del Evangelio, puesto que tú los has llamado a formar la parte escogida de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
EL INDESCIFRABLE MISTERIO DIVINO
Ex 19, 1-2. 9-11. 16-20; Mt 13, 10-17
La naturaleza queda sacudida ante la imponente manifestación divina. El relato de la teofanía plasma una certeza: la realidad mundana no puede soportar la grandiosidad de Dios. El totalmente otro, el trascendente, no puede ser visto como miramos cualquier objeto. Israel percibe las señales fulgurantes del relámpago y deletrea con dificultad la misteriosa e impenetrable presencia de Dios. El Señor Jesús continúa hablando en parábolas y ratifica lo dicho anteriormente. De la grandeza del reino solamente se puede hablar a través de comparaciones. Las parábolas no pueden ser descifradas por los curiosos, hace falta estar en sintonía con la persona de Jesús para entrever su misterio.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 77, 23-25)
Abrió Dios las compuertas del cielo e hizo llover sobre ellos el maná para que comiesen; les dio un trigo celeste, y el hombre comió pan de ángeles.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que llevaste a cabo la obra de la redención humana por el misterio pascual de tu Hijo, concédenos que, al anunciar llenos de fe por medio de los signos sacramentales, su muerte y resurrección, recibamos cada vez con mayor abundancia los frutos de la salvación. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
El Señor bajará al monte Sinaí a la vista del pueblo.
Del libro del Éxodo: 19, 1-2. 9-11. 16-20
Aquel día,
a los tres meses de haber salido de Egipto, los israelitas, que habían
partido de Refidim, llegaron al desierto de Sinaí y acamparon frente
al monte. Entonces el Señor le dijo a Moisés:
"Voy a acercarme a ti en una nube espesa, para que el pueblo pueda escuchar
lo que te digo y tenga siempre fe en ti".
Moisés comunicó al Señor lo que el pueblo le había
dicho. Y el Señor le dijo:
"Vuelve a donde está el pueblo y ordénales que se purifiquen
hoy y mañana; que laven su ropa y estén preparados para pasado
mañana, pues el Señor bajará al monte Sinaí a la
vista del pueblo".
Al rayar el alba del tercer día, hubo truenos y relámpagos; una
densa nube cubrió el monte y se escuchó un fragoroso resonar de
trompetas. Esto hizo temblar al pueblo, que estaba en el campamento. Moisés
hizo salir al pueblo para ir al encuentro de Dios; pero la gente se detuvo al
pie del monte. Todo el monte Sinaí humeaba, porque el Señor había
descendido sobre él en medio del fuego. Salía humo como de un
horno y todo el monte retemblaba con violencia. El sonido de las trompetas se
hacía cada vez más fuerte. Moisés hablaba y Dios le respondía
con truenos. El Señor bajó a la cumbre del monte y le dijo a Moisés
que subiera. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Daniel
3 R/. Bendito seas, Señor, santo y glorioso.
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres. Bendito sea tu nombre santo
y glorioso. R/.
Bendito seas en el templo santo y glorioso. Bendito seas en el trono de tu reino.
R/.
Bendito eres tú, Señor, que penetras con tu mirada los abismos
y te sientas en un trono rodeado de querubines. Bendito seas, Señor,
en la bóveda del cielo. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Mt 11, 25) R/. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado
los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.
A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los cielos;
pero a ellos no.
Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 10-17
En aquel tiempo,
se acercaron a Jesús sus discípulos y le preguntaron: "¿Porqué
les hablas en parábolas?". Él les respondió: "A
ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los cielos; pero
a ellos no. Al que tiene se le dará más y nadará en la
abundancia; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará. Por eso
les hablo en parábolas, porque viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden.
En ellos se cumple aquella profecía de Isaías que dice:
Ustedes oirán una y otra vez y no entenderán; mirarán y
volverán a mirar, pero no verán; porque este pueblo ha endurecido
su corazón, ha cerrado sus ojos y tapado sus oídos, con el fin
de no ver con los ojos ni oír con los oídos, ni comprender con
el corazón. Porque no quieren convertirse ni que yo los salve.
Pero, dichosos ustedes, porque sus ojos ven y sus oídos oyen. Yo les
aseguro que muchos profetas y muchos justos desearon ver lo que ustedes ven
y no lo vieron y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, al celebrar el memorial de nuestra salvación, te pedimos humildemente nos concedas que este sacramento de amor sea siempre para nosotros un signo de unidad y un vínculo de amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 6, 51-52)
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor. El que coma de este pan, vivirá eternamente; pues el pan que voy a dar, es mi carne, y lo doy para vida del mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que la participación en este banquete celestial nos santifique, de modo que, por la recepción del Cuerpo y Sangre de Cristo, se estreche entre nosotros la unión fraterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LA PALABRA PROFÉTICA DE MARÍA MAGDALENA
Ex 20, 1-17; Jn 20, 1-2. 11-18
Las personas religiosas solemos transgredir con frecuencia el mandato que prohíbe profanar el nombre de Dios. Cuando queremos afianzar nuestros intereses mezquinos utilizamos el nombre santo a nuestra conveniencia. Los relatos de la resurrección nos presentan a María Magdalena como testigo predilecto del resucitado. Ella aprendió a conocer de cerca al Señor Jesús en los días de su vida mortal, lo sirvió con generosa entrega y supo reconocer su presencia discreta como resucitado. De esa alegre noticia fue portavoz decidida. Su palabra clarividente la convirtió en intérprete autorizada de la Pascua de Jesús.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Jn 20, 17)
Jesús dijo a María Magdalena: Ve y diles a mis hermanos: Subo a mi Padre y a su Padre, a mi Dios y a su Dios.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quisiste que santa María Magdalena fuera la primera en recibir de tu Hijo Unigénito el encargo de anunciar el gozo de la resurrección, concédenos, que siguiendo su ejemplo, demos a conocer a todos que Cristo vive y nos está esperando en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
La ley fue dada por Dios a Moisés.
Del libro del Éxodo: 20, 1-17
En aquellos días,
el Señor promulgó estos preceptos para su pueblo en el monte Sinaí,
diciendo: "Yo soy el Señor, tu Dios, que te sacó de la tierra
de Egipto y de la esclavitud. No tendrás otros dioses fuera de mí;
no te fabricarás ídolos ni imagen alguna de lo que hay arriba,
en el cielo, o abajo, en la tierra, o en el agua, y debajo de la tierra. No
adorarás nada de eso ni le rendirás culto, porque yo, el Señor,
tu Dios, soy un Dios celoso, que castiga la maldad de los padres en los hijos
hasta la tercera y cuarta generación de aquellos que me odian; pero soy
misericordioso hasta la milésima generación de aquellos que me
aman y cumplen mis mandamientos.
No harás mal uso del nombre del Señor, tu Dios, porque no dejará
el Señor sin castigo a quien haga mal uso de su nombre.
Acuérdate de santificar el sábado. Seis días trabajarás
y en ellos harás todos tus quehaceres; pero el día séptimo
es día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios. No harás
en él trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo,
ni tu esclava, ni tus animales, ni el forastero que viva contigo. Porque en
seis días hizo el Señor el cielo, la tierra, el mar y cuanto hay
en ellos, pero el séptimo, descansó. Por eso bendijo el Señor
el sábado y lo santificó.
Honra a tu padre y a tu madre para que vivas largos años en la tierra
que el Señor, tu Dios, te va a dar. No matarás. No cometerás
adulterio. No robarás.
No darás falso testimonio contra tu prójimo. No codiciarás
la casa de tu prójimo, ni a su mujer, ni a su esclavo, ni a su esclava,
ni su buey, ni su burro ni cosa alguna que le pertenezca". Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo
18 R/. Ayúdanos, Señor, a cumplir tu voluntad.
La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables
son las palabras del Señor y hacen sabio al sencillo. R/.
En los mandamientos de Dios hay rectitud y alegría para el corazón;
son luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino. R/.
La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandamientos del Señor
son verdaderos y enteramente justos. R/.
Más deseables que el oro y las piedras preciosas las normas del Señor,
y más dulces que la miel de un panal que gotea. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
¿Qué has visto de camino, María, en la mañana? A
mi Señor glorioso, la tumba abandonada. R/.
Mujer, ¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?
Del santo Evangelio según san Juan: 20, 1-2. 11-18
El primer día
después del sábado, estando todavía oscuro, fue María
Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a
correr, llegó a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo,
a quien Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al
Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto".
María se había quedado llorando junto al sepulcro de Jesús.
Sin dejar de llorar, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos
de blanco, sentados en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús,
uno en la cabecera y el otro junto a los pies. Los ángeles le preguntaron:
"¿Por qué estás llorando, mujer?". Ella les contestó:
"Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo
habrán puesto".
Dicho esto, miró hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero
no sabía que era Jesús. Entonces Él le dijo: "Mujer,
¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?".
Ella, creyendo que era el jardinero, le respondió: "Señor,
si tú te lo llevaste, dime dónde lo has puesto". Jesús
le dijo: "¡María!". Ella se volvió y exclamó:
"¡Rabbuní!", que en hebreo significa 'maestro'. Jesús
le dijo: "Déjame ya, porque todavía no he subido al Padre.
Ve a decir a mis hermanos: 'Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios'
".
María Magdalena se fue a ver a los discípulos para decirles que
había visto al Señor y para darles su mensaje. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, los dones que te presentamos y acéptalos con el mismo agrado con que tu Hijo Jesucristo aceptó el homenaje de amor de María Magdalena. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (2 Co 5, 14-15)
El amor de Cristo nos compromete a vivir, no para nosotros mismos, sino para Él, que murió y resucitó por nosotros.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el sacramento que hemos recibido encienda, Señor, en nosotros aquel mismo amor ardiente y fiel de santa María Magdalena a Cristo, su maestro, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Santos: Brígida de Suecia, fundadora y Juan Casiano, abad. Beata Margarita María López, fundadora.
Vísperas I del domingo: la semana del Salterio. Tomo III: p. 745. Para los fieles: p. 472. Edición popular: pp. 13 y 473. Feria (Verde)
MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO
VIVIR EN ACTITUD DE ALIANZA
Ex 24, 3-8; Mt 13, 24-30
Israel ha visto las señales y manifestaciones de poder que Dios realizó para rescatarlo de Egipto. La experiencia salvadora le ha permitido acrecentar su confianza en Dios. Alentado por esa vivencia, decide sellar un pacto prometedor. Vivirá pendiente de la voluntad de Dios y el Señor asumirá la misión de bendecir y proteger a su pueblo. La parábola de la cizaña gira en torno de un motivo y una enseñanza principal: Dios espera pacientemente la decisión de su pueblo. Israel dispone de un plazo suficiente para cumplir los compromisos derivados de la alianza. Jesús, como nuevo Moisés, es el profeta que sacude e interpela la conciencia de Israel.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Dichosa tú, Virgen María, que llevaste en tu seno al creador del universo; diste a luz al que te creó, y permaneces virgen para siempre.
ORACIÓN COLECTA
Dios santo, Padre de nuestro Señor Jesucristo, mira a la Virgen María, cuya existencia terrena se ha desarrollado bajo el signo de la gratitud y de la alabanza; concédenos también a nosotros el don de la plegaria incesante y del silencio, para que toda nuestra vida cotidiana se transfigure con la presencia de tu Santo Espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Ésta es la sangre de la alianza que el Señor ha hecho con ustedes.
Del libro del Éxodo: 24, 3-8
En aquellos días,
Moisés bajó del monte Sinaí y refirió al pueblo
todo lo que el Señor le había dicho y los mandamientos que le
había dado. Y el pueblo contestó a una voz: "Haremos todo
lo que dice el Señor". Moisés puso por escrito todas las
palabras del Señor. Se levantó temprano, construyó un altar
al pie del monte y puso al lado del altar doce piedras conmemorativas, en representación
de las doce tribus de Israel.
Después mandó a algunos jóvenes israelitas a ofrecer holocaustos
e inmolar novillos, como sacrificios pacíficos en honor del Señor.
Tomó la mitad de la sangre, la puso en vasijas y derramó sobre
el altar la otra mitad. Entonces tomó el libro de la alianza y lo leyó
al pueblo, y el pueblo respondió: "Obedeceremos. Haremos todo lo
que manda el Señor".
Luego Moisés roció al pueblo con la sangre, diciendo: "Esta
es la sangre de la alianza que el Señor ha hecho con ustedes, conforme
a las palabras que han oído". Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Del salmo
49 R/. Ofrécele al Señor tu gratitud.
Habla el Dios de los dioses, el Señor, y convoca a cuantos viven en la
tierra. En Jerusalén, dechado de hermosura, el Señor se ha manifestado.
R/.
Congreguen ante mí a los que sellaron sobre el altar mi alianza. Es Dios
quien va a juzgar y el cielo mismo lo declara. R/.
Mejor ofrece a Dios tu gratitud y cumple tus promesas al Altísimo, pues
yo te libraré cuando me invoques y tú me darás gloria,
agradecido. R/.
ACLAMACIÓN
(St 1, 21) R/. Aleluya, aleluya.
Acepten dócilmente la palabra que ha sido sembrada en ustedes y es capaz
de salvarlos. R/.
Dejen que crezcan juntos hasta el tiempo de la cosecha.
Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 24-30
En aquel tiempo,
Jesús propuso esta otra parábola a la muchedumbre: "El Reino
de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo;
pero mientras los trabajadores dormían, llegó un enemigo del dueño,
sembró cizaña entre el trigo y se marchó. Cuando crecieron
las plantas y se empezaba a formar la espiga, apareció también
la cizaña.
Entonces los trabajadores fueron a decirle al amo: `Señor, ¿qué
no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, salió
esta cizaña?'. El amo les respondió: 'De seguro lo hizo un enemigo
mío'. Ellos le dijeron: `¿Quieres que vayamos a arrancarla?'.
Pero él les contestó: 'No. No sea que al arrancar la cizaña,
arranquen también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta el tiempo
de la cosecha y, cuando llegue la cosecha, diré a los segadores: Arranquen
primero la cizaña y átenla en gavillas para quemarla, y luego
almacenen el trigo en mi granero' ". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, te rogamos, Señor, que la ofrenda que te presentamos nos transforme, por tu gracia, en oblación viva y continua. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Santa María Virgen.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 49)
Ha hecho en mí maravillas el Todopoderoso, cuyo nombre es santo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Ya que participamos de la redención eterna, te pedimos, Señor, que al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, nos gloriemos de la plenitud de tu gracia y sintamos los efectos de tu obra redentora. Por Jesucristo, nuestro Señor.
XVII DOMINGO ORDINARIO
DE TESOROS Y PERLAS PRECIOSAS
1 R 3, 5-13; Rm 8, 28-30; Mt 13, 44-52
¿Qué vender y qué comprar? ¿Cuándo vender y cuándo comprar? Pareciera el juego complicado de la Bolsa de valores o los consejos de un corredor de bienes raíces. Pero no es así. El Señor Jesús, observador cuidadoso de la vida, relata una parábola donde plantea la urgencia de despojarnos de lo accesorio, para adquirir lo sustancial. Eso, en lenguaje tradicional se llama sabiduría: saber vivir. El Primer libro de los Reyes refiere la oración de Salomón, heredero inexperto del prestigiado trono del rey David, quien pide sensatamente la sabiduría para gobernar. Para san Pablo la sabiduría cristiana consiste en reproducir en la propia biografía los rasgos de Jesucristo.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 67, 6. 7. 36)
Adoremos a Dios en su santo templo. Él nos hace habitar juntos en su casa. Él es la fuerza y el poder de su pueblo.
ORACIÓN COLECTA
Padre santo y todopoderoso, protector de los que en ti confían, ten misericordia de nosotros y enséñanos a usar con sabiduría de los bienes de la tierra, a fin de que no nos impidan alcanzar los del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Por haberme pedido sabiduría.
Del primer libro de los Reyes: 3, 5-13
En aquellos días,
el Señor se le apareció al rey Salomón en sueños
y le dijo: "Salomón, pídeme lo que quieras, y yo te lo daré".
Salomón le respondió: "Señor, tú trataste con
misericordia a tu siervo David, mi padre, porque se portó contigo con
lealtad, con justicia y rectitud de corazón. Más aún, también
ahora lo sigues tratando con misericordia, porque has hecho que un hijo suyo
lo suceda en el trono. Sí, tú quisiste, Señor y Dios mío,
que yo, tu siervo, sucediera en el trono a mi padre, David. Pero yo no soy más
que un muchacho y no sé cómo actuar. Soy tu siervo y me encuentro
perdido en medio de este pueblo tuyo, tan numeroso, que es imposible contarlo.
Por eso te pido que me concedas sabiduría de corazón para que
sepa gobernar a tu pueblo y distinguir entre el bien y el mal. Pues sin ella,
¿quién será capaz de gobernar a este pueblo tuyo tan grande?".
Al Señor le agradó que Salomón le hubiera pedido sabiduría
y le dijo: "Por haberme pedido esto, y no una larga vida, ni riquezas,
ni la muerte de tus enemigos, sino sabiduría para gobernar, yo te concedo
lo que me has pedido. Te doy un corazón sabio y prudente, como no lo
ha habido antes ni lo habrá después de ti. Te voy a conceder,
además, lo que no me has pedido: tanta gloria y riqueza, que no habrá
rey que se pueda comparar contigo". Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Del salmo
118 R/. Yo amo, Señor, tus mandamientos.
A mí, Señor, lo que me toca es cumplir tus preceptos. Para mí
valen más tus enseñanzas que miles de monedas de oro y plata.
R/.
Señor, que tu amor me consuele, conforme a las promesas que me has hecho.
Muéstrame tu ternura y viviré, porque en tu ley he puesto mi contento.
R/.
Amo, Señor, tus mandamientos más que el oro purísimo: por
eso tus preceptos son mi guía y odio toda mentira. R/.
Tus preceptos, Señor, son admirables, por eso yo los sigo. La explicación
de tu palabra da luz y entendimiento a los sencillos. R/.
Nos predestina para que reproduzcamos en nosotros mismos la imagen de su Hijo.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 8, 28-30
Hermanos: Ya sabemos
que todo contribuye para bien de los que aman a Dios, de aquellos que han sido
llamados por Él según su designio salvador.
En efecto, a quienes conoce de antemano, los predestina para que reproduzcan
en sí mismos la imagen de su propio Hijo, a fin de que Él sea
el primogénito entre muchos hermanos. A quienes predestina, los llama;
a quienes llama, los justifica; y a quienes justifica, los glorifica. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(cfr. Mt 11, 25) R/. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado
los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.
Vende cuanto tiene y compra aquel campo.
Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 44-52
En aquel tiempo,
Jesús dijo a sus discípulos: "El Reino de los cielos se parece
a un tesoro escondido en un campo. El que lo encuentra lo vuelve a esconder,
y lleno de alegría, va y vende cuanto tiene y compra aquel campo.
El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas
que, al encontrar una perla muy valiosa, va y vende cuanto tiene y la compra.
También se parece el Reino de los cielos a la red que los pescadores
echan en el mar y recoge toda clase de peces. Cuando se llena la red, los pescadores
la sacan a la playa y se sientan a escoger los pescados; ponen los buenos en
canastos y tiran los malos. Lo mismo sucederá al final de los tiempos:
vendrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos
y los arrojarán al horno encendido. Allí será el llanto
y la desesperación.
¿Han entendido todo esto?". Ellos le contestaron: "Sí".
Entonces Él les dijo: "Por eso, todo escriba instruido en las cosas
del Reino de los cielos es semejante al padre de familia, que va sacando de
su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos a nuestro
Padre del cielo, que desea la salvación de todo lo creado.
Después de cada petición diremos: Te lo pedimos, Señor.
1. Por la Iglesia.
Para que sea signo de esperanza en medio de los sufrimientos que nos rodean.
Oremos.
2. Por el Papa, por nuestro obispo, por los presbíteros y los diáconos.
Para que sean mensajeros del gozo y la esperanza que Cristo nos trae. Oremos.
3. Por todos los pueblos del mundo. Oremos especialmente por los que están
en guerra o sufren la violencia. Para que nazcan iniciativas en favor de la
paz, la justicia y el respeto entre todos los ciudadanos. Oremos.
4. Por los enfermos, por los prisioneros, por los angustiados, por los marginados
de toda clase. Para que se vean consolados en su soledad y en su sufrimiento.
Oremos.
5. Por los difuntos, en especial los de nuestra comunidad. Para que el Señor
les conceda ver cumplidas todas sus esperanzas. Oremos.
6. Por todos nosotros. Para que, con nuestra vida, seamos testigos de la santidad
y la misericordia de Dios. Oremos.
Dios todopoderoso, acoge nuestras oraciones, pon remedio a las necesidades de esta vida, y concédenos la recompensa eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estos dones que tu generosidad ha puesto en nuestras manos, y concédenos que este sacrificio santifique toda nuestra vida y nos conduzca a la felicitad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 102, 2)
Bendice, alma mía, al Señor y no olvides sus muchos beneficios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que esta Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, nos ayude a corresponder al don inefable de su amor y a procurar cada día nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Los gambusinos y los inexpertos aficionados a los juegos de azar lo saben mejor que nadie y sin embargo siguen persiguiendo ilusiones: los tesoros fabulosos y los premios gordos no son sino excepcionales coincidencias el Señor Jesús para explicarnos la enorme sacudida que provoca en nuestra vida la experiencia del encuentro con el Reinado de Dios. Quien haya interactuado, aunque sea por corto tiempo, con comunidades o proyectos que transpiran la fuerza de la gracia de Dios, saben que no hay otra experiencia más transformadora y decisiva que conocer en cuerpo y alma a quienes concretan en el día a día, el proyecto del Reino: es un parteaguas que marca de forma definitiva nuestra vida.
DEL BARRO Y LOS HONORES
2 Co 4, 7-15; Mt 20, 20-28
La voluntad de poder y el deseo de imponer la propia voluntad a los demás, encandiló a Santiago y a Juan, que querían adueñarse con astucia de los primeros puestos en el grupo de Jesús. El Señor Jesús desairó su petición y les aleccionó sobre el nuevo modelo de autoridad que recién inauguraba: la autoridad como servicio. En el caso de Jesús no era frase retórica ni declaración altisonante, sino actitud vivida cotidianamente. San Pablo plantea con toda transparencia su condición de apóstol ante los cristianos polémicos de Corinto. En vasijas de barro lleva la grandeza de su vocación cristiana. El apóstol "no perdió piso", siguió comprendiendo su fragilidad a pesar de la enorme autoridad que ejercía en aquellas iglesias.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Mt 4, 18. 21)
Caminando Jesús por la ribera del mar de Galilea, vio a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que estaban remendando sus redes, y los llamó.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que Santiago fuera el primero de entre los apóstoles en derramar su sangre por el Evangelio, fortalece a tu Iglesia con el testimonio de su martirio y defiéndela con su valiosa protección. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Llevamos siempre la muerte de Jesús en nuestro cuerpo.
De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios: 4, 7-15
Hermanos: Llevamos
este tesoro en vasijas de barro, para que se vea que esta fuerza tan extraordinaria
proviene de Dios y no de nosotros mismos. Por eso sufrimos toda clase de pruebas,
pero no nos angustiamos. Nos abruman las preocupaciones, pero no nos desesperamos.
Nos vemos perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no vencidos.
Llevamos siempre y por todas partes la muerte de Jesús en nuestro cuerpo,
para que en este mismo cuerpo se manifieste también la vida de Jesús.
Nuestra vida es un continuo estar expuestos a la muerte por causa de Jesús,
para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne
mortal. De modo que la muerte actúa en nosotros, y en ustedes, la vida.
Y como poseemos el mismo espíritu de fe que se expresa en aquel texto
de la Escritura:
Creo, por eso hablo, también nosotros creemos y por eso hablamos, sabiendo
que aquel que resucitó a Jesús nos resucitará también
a nosotros con Jesús y nos colocará a su lado con ustedes. Y todo
esto es para bien de ustedes de manera que, al extenderse la gracia a más
y más personas, se multiplique la acción de gracias para gloria
de Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo
125 R/. Entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que siembran
con dolor.
Cuando el Señor nos hizo volver del cautiverio, creíamos soñar;
entonces no cesaba de reír nuestra boca, ni se cansaba entonces la lengua
de cantar. R/.
Aun los mismos paganos con asombro decían: "¡Grandes cosas
ha hecho por ellos el Señor!". Y estábamos alegres, pues
ha hecho grandes cosas por su pueblo el Señor. R/.
Como cambian los ríos la suerte del desierto, cambia también ahora
nuestra suerte, Señor, y entre gritos de júbilo cosecharán
aquellos que siembran con dolor. R/.
Al ir, iban llorando, cargando la semilla; al regresar, cantando vendrán
con sus gavillas. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Jn 15, 16) R/. Aleluya, aleluya.
Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y
den fruto y su fruto permanezca. R/.
Del santo Evangelio según san Mateo: 20, 20-28
En aquel tiempo,
se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo, junto con
ellos, y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó:
"¿Qué deseas?". Ella respondió: "Concédeme
que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y el otro a tu
izquierda, en tu Reino". Pero Jesús replicó: "No saben
ustedes lo que piden. ¿Podrán beber el cáliz que yo he
de beber?". Ellos contestaron: "Sí podemos". Y Él
les dijo: "Beberán mi cáliz; pero eso de sentarse a mi derecha
o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; es para quien mi Padre lo
tiene reservado".
Al oír aquello, los otros diez discípulos se indignaron contra
los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: "Ya saben
que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. Que
no sea así entre ustedes. El que quiera ser grande entre ustedes, que
sea el que los sirva, y el que quiera ser primero, que sea su esclavo; así
como el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar la
vida por la redención de todos". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos y por intercesión del apóstol Santiago, purifica nuestros corazones para que podamos participar dignamente del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio I o II de los Apóstoles.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Mt 20, 22-23)
Quienes participan del cáliz del Señor se convierten en amigos de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por intercesión del apóstol Santiago, en cuya festividad hemos recibido con alegría tus santos sacramentos, concédenos, Señor, tu protección y ayuda. Por Jesucristo, nuestro Señor.
EL JARDINERO INVISIBLE
Ex 33, 7-11; 34, 5-9. 28; Mt 13, 36-43
La magnanimidad y la inconmensurable compasión divina resplandecen en el relato del Éxodo. Dios se manifiesta con aquello que más lo transparenta: su clemencia y su misericordia desbordante que traspasa a una y otra generación. Moisés experimentó en reiteradas ocasiones la compasión divina. En el fondo del relato alegórico de la cizaña emerge el mismo mensaje: Dios espera pacientemente que nuestras decisiones se apeguen al proyecto del Reino. Cuando en vez de fructificar como trigo, vivimos como la parasitaria cizaña, Él no nos arranca, sino que nos sigue podando y buscando, para que rindamos buenas cuentas al tiempo de la cosecha.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Benditos sean san Joaquín y santa Ana, porque fueron los padres de la Virgen María; por ella nos ha venido la salvación prometida a todas las naciones.
ORACIÓN COLECTA
Dios de nuestros padres, que concediste a san Joaquín y a santa Ana el privilegio de ser los padres de María, la madre del Salvador, ayúdanos, por su intercesión, a alcanzar la salvación eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
El Señor hablaba con Moisés cara a cara.
Del libro del Éxodo: 33, 7-11; 34, 5-9. 28
En aquellos días,
Moisés tomó la tienda que había llamado "de la reunión"
y la colocó a cierta distancia, fuera del campamento, de modo que todo
el que deseaba consultar al Señor, tenía que salir fuera del campamento.
Cuando Moisés iba hacia la tienda, todo el pueblo se levantaba, se quedaba
de pie a la entrada de sus tiendas y seguía con la vista a Moisés,
hasta que entraba en la tienda de la reunión. Una vez que Moisés
entraba en ella, la columna de nube bajaba y se detenía a la puerta,
mientras el Señor hablaba con Moisés. Todo el pueblo, al ver la
columna de nube detenida en la puerta de la tienda de la reunión, se
levantaba y cada uno se postraba junto a la entrada de su tienda.
El Señor hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre
con su amigo. Luego volvía Moisés al campamento, pero su ayudante,
el joven Josué, hijo de Nun, no se alejaba de la tienda de la reunión.
Moisés invocó el nombre del Señor, y entonces el Señor
pasó delante de él y exclamó: "¡El Señor
todopoderoso es un Dios misericordioso y clemente, lento para enojarse y rico
en amor y fidelidad; Él mantiene su amor por mil generaciones y perdona
la maldad, la rebeldía y el pecado, pero no los deja impunes, pues castiga
la maldad de los padres en los hijos, nietos y bisnietos!".
Al instante Moisés cayó de rodillas y se postró ante Él,
diciendo: "Si de veras gozo de tu favor, te suplico, Señor, que
vengas con nosotros, aunque seamos un pueblo de cabeza dura. Perdona nuestras
maldades y pecados, y recíbenos como herencia tuya".
Moisés estuvo con el Señor cuarenta días y cuarenta noches,
sin comer pan ni beber agua. Y escribió en las tablas las palabras de
la alianza, los diez mandamientos. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Del salmo
102 R/. El Señor es compasivo y misericordioso.
El Señor hace justicia y le da la razón al oprimido. A Moisés
le mostró su bondad y sus prodigios al pueblo de Israel. R/.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso
para perdonar. El Señor no estará siempre enojado, ni durará
para siempre su rencor. R/.
No nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según nuestros
pecados. Como un padre es compasivo con sus hijos, así es de grande su
misericordia. R/.
Así como un padre es compasivo con sus hijos, así es compasivo
el Señor con quien lo ama, pues bien sabe Él de lo que estamos
hechos y de que somos barro, no se olvida. R/.
ACLAMACIÓN
R/. Aleluya, aleluya.
La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquel
que lo encuentra vivirá para siempre. R/.
Así como recogen la cizaña y la queman, así será el fin del mundo.
Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 36-43
En aquel tiempo,
Jesús despidió a la multitud y se fue a su casa. Entonces se le
acercaron sus discípulos y le dijeron: "Explícanos la parábola
de la cizaña sembrada en el campo".
Jesús les contestó: "El sembrador de la buena semilla es
el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos
del Reino; la cizaña son los partidarios del maligno; el enemigo que
la siembra es el diablo, el tiempo de la cosecha es el fin del mundo, y los
segadores son los ángeles.
Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así
sucederá al fin del mundo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles
para que arranquen de su Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a
todos los malvados, y los arrojen en el horno encendido. Allí será
el llanto y la desesperación. Entonces los justos brillarán como
el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, el sacrificio que vamos a ofrecerte y concédenos participar por él de la salvación prometida en Cristo a Abraham y a su descendencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Sal 23, 5)
Dichosos los corazones limpios porque han recibido la bendición del Señor y han encontrado gracia delante de Dios, su salvador.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre santo, que quisiste que tu Unigénito se hiciera hermano nuestro para convertirnos en hijos tuyos, concede a quienes has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de Cristo un verdadero espíritu filial y una sincera caridad fraterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LOS ISRAELITAS VEÍAN LA CARA RADIANTE
Ex 34, 29-35; Mt 13, 44-46
Moisés no podía disimular la hondura de su experiencia creyente. El "amigo de Dios" no podía esconder sus afectos y sus vivencias. El rostro le resplandecía después que salía de la tienda del encuentro. El enamorado no puede ocultar el brillo peculiar que el rostro de la amada suscita en sus ojos. En ese tenor se expresa el Señor Jesús en el relato del tesoro y la perla. Quienes han vivido una experiencia amorosa con el Dios y Padre de Jesús, viven y transparentan una paz interior que no pueden esconder. Se nota que el hallazgo del tesoro los ha colmado de felicidad. Lo demás es apenas memorización de frases banales y demagógicas.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Si 36, 15-16)
A los que esperan en ti, Señor, concédeles tu paz, y cumple así las palabras de tus profetas; escúchame, Señor, y atiende a las plegarias de tu pueblo.
ORACIÓN COLECTA
Míranos, Señor, con ojos de misericordia y haz que experimentemos vivamente tu amor para que podamos servirte con todas nuestras fuerzas. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Al ver el rostro de Moisés, tuvieron miedo de acercarse.
Del libro del Éxodo: 34, 29-35
Cuando Moisés
bajó del monte Sinaí con las dos tablas de la alianza en las manos,
no sabía que tenía el rostro resplandeciente por haber hablado
con el Señor. Aarón y todos los hijos de Israel miraron a Moisés,
y al ver que su rostro resplandecía, tuvieron miedo de acercársele.
Pero Moisés los llamó, y entonces Aarón y todos los jefes
del pueblo se acercaron y Moisés habló con ellos. A continuación
se le acercaron también todos los israelitas y él les comunicó
todo lo que el Señor le había ordenado en el monte Sinaí.
Cuando Moisés acabó de hablar con ellos, se cubrió el rostro
con un velo. Siempre que Moisés se presentaba ante el Señor para
hablar con Él, se quitaba el velo de su rostro, y al salir, comunicaba
a los israelitas lo que el Señor le había ordenado.
Ellos veían entonces que el rostro de Moisés resplandecía,
y Moisés cubría de nuevo su rostro, hasta que entraba a hablar
otra vez con el Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo
98 R/. Santo es el Señor, nuestro Dios.
Alaben al Señor, nuestro Dios, y póstrense a sus pies, pues el
Señor es santo. R/.
Moisés y Aarón, entre sus sacerdotes, y Samuel, entre aquellos
que lo honraban, clamaron al Señor y Él los oyó. R/.
Desde la columna de nubes les hablaba y ellos oyeron sus preceptos y la ley
que les dio. R/.
Alaben al Señor, a nuestro Dios, póstrense ante su monte santo,
pues santo es nuestro Dios. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 15, 15) R/. Aleluya, aleluya.
A ustedes los llamo amigos, dice el Señor, porque les he dado
a conocer todo lo que le he oído a mi Padre. R/.
El que encuentra un tesoro en un campo, vende cuanto tiene y compra aquel campo.
Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 44-46
En aquel tiempo,
Jesús dijo a la multitud: "El Reino de los cielos se parece a un
tesoro escondido en un campo. El que lo encuentra lo vuelve a esconder, y lleno
de alegría, va y vende cuanto tiene y compra aquel campo.
El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas
que, al encontrar una perla muy valiosa, va y vende cuanto tiene y la compra”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, con bondad los dones y plegarias de tu pueblo y haz que lo que cada uno ofrece en tu honor, ayude a la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 35, 8)
Señor Dios, qué valioso es tu amor. Por eso los hombres se acogen a la sombra de tus alas.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la gracia de esta comunión nos transforme, Señor, tan plenamente, que no sea ya nuestro egoísmo, sino tu amor, el que impulse, de ahora en adelante, nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Víctor I, Papa; Sansón de Gales, obispo; Pedro Poveda, fundador. Feria (Verde)
EL ENCUENTRO DECISIVO
Ex 40, 16-21. 34-38; Mt 13, 47-53
El relato del libro del Éxodo llega a su punto culminante cuando el pueblo que ha salido de la esclavitud de Egipto, ratifica su alianza con Dios y va dejándose guiar por el Señor, hacia la tierra donde vivirá en libertad. Cuando la asamblea termina de tejer la tienda del encuentro, el que los sacó de Egipto señorea finalmente sobre su pueblo. En la última de las parábolas del capítulo décimo tercero de San Mateo se llega también al momento más intenso del relato: la rendición de cuentas ante el generoso Señor que derramó sus bendiciones sin límite alguno.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 109, 4)
El Señor lo ha jurado y el Señor no se retracta. Tú eres sacerdote para siempre, como lo es Mequisedec.
ORACIÓN COLECTA.
Señor Dios, que para gloria tuya y salvación nuestra constituiste a Cristo sumo y eterno sacerdote, concede al pueblo redimido con su sangre obtener, por la participación en este memorial, los frutos de la muerte y resurrección de tu Hijo, que vive y reina contigo...
LITURGIA DE LA PALABRA
La nube cubrió la tienda de la reunión y la gloria del Señor llenó el santuario.
Del libro del Éxodo: 40, 16-21. 34-38
En aquellos días,
Moisés hizo todo lo que el Señor le había ordenado. El
día primero del primer mes del año segundo, se construyó
el santuario. Moisés lo construyó: colocó los pedestales
y los tableros, puso los travesaños y levantó las columnas. Después
desplegó la tienda por encima del santuario y sobre ella puso, además,
un toldo, como el Señor se lo había ordenado.
Colocó las tablas de la alianza en el arca; puso debajo de ella los travesaños
y por encima la cubrió con el propiciatorio.
Llevó entonces el arca al santuario y colgó delante de ella un
velo para ocultarla, como el Señor se lo había ordenado. Entonces
la nube cubrió la tienda de la reunión y la gloria del Señor
llenó el santuario. Moisés no podía entrar en la tienda
de la reunión, pues la nube se había posado sobre ella y la gloria
del Señor llenaba el santuario.
Y en todas las etapas, cuando la nube se quitaba de encima del santuario, los
hijos de Israel levantaban el campamento, y cuando la nube no se quitaba, se
quedaban en el mismo sitio. Durante el día la nube del Señor se
posaba sobre el santuario y durante la noche había un fuego que podían
ver todos los israelitas desde sus tiendas. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Del salmo
83 R/ Qué agradable, Señor, es tu morada.
Anhelando los atrios del Señor se consume mi alma. Todo mi ser de gozo
se estremece y el Dios vivo es la causa. R/.
Hasta el gorrión encuentra casa y la golondrina un lugar para su nido,
cerca de tus altares, Señor de los ejércitos, Dios mío.
R/.
Dichosos los que viven en tu casa, te alabarán para siempre; dichosos
los que encuentran en ti su fuerza, pues caminarán cada vez con más
vigor. R/.
Pues un día en tus atrios vale más que mil fuera de ellos, y yo
prefiero el umbral de la casa de mi Dios, al lujoso palacio del perverso. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Hch 16, 14) R/. Aleluya, aleluya.
Abre, Señor, nuestros corazones, para que aceptemos las palabras
de tu Hijo. R/.
Los pescadores ponen los pescados buenos en canastos y tiran los malos.
Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 47-53
En aquel tiempo,
Jesús dijo a la multitud: "El Reino de los cielos se parece también
a la red que los pescadores echan en el mar y recoge toda clase de peces. Cuando
se llena la red, los pescadores la sacan a la playa y se sientan a escoger los
pescados; ponen los buenos en canastos y tiran los malos. Lo mismo sucederá
al final de los tiempos: vendrán los ángeles, separarán
a los malos de los buenos y los arrojarán al horno encendido. Allí
será el llanto y la desesperación.
¿Han entendido todo esto?". Ellos le contestaron: "Sí".
Entonces Él les dijo: "Por eso, todo escriba instruido en las cosas
del Reino de los cielos es semejante al padre de familia, que va sacando de
su tesoro cosas. Y cuando acabó de decir estas parábolas, Jesús
se marchó de allí. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el memorial del sacrificio de tu Hijo, se lleva a cabo la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Co 11, 24-25)
Éste es mi Cuerpo, que se da por ustedes. Este cáliz es la nueva alianza establecida por mi Sangre; cuantas veces lo beban, háganlo en memoria mía, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que nos has concedido el gozo de participar en esta Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, haz que, unidos siempre a Él, vivamos como verdaderos hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LA FIESTA Y LA EXPIACIÓN
Lv 23, 1. 4-11. 15-16. 27. 34-37; Jn 11, 19-27
El ciclo anual de aquellas comunidades campesinas estaba salpicado de momentos festivos. La cosecha del trigo, la vendimia de las uvas, el esquileo del rebaño eran momentos para subir a agradecer las bendiciones divinas. Los conflictos, las rebeliones y pleitos entre hermanos, también eran ocasión de proclamar un nuevo comienzo. La ceremonia de la expiación como voluntad de recomenzar en serio la vida fraterna. El relato de la revivificación de Lázaro es una interpelación a nuestra aquietada conciencia. No podemos enredarnos en esta chaparra existencia de consumismo banal. La plenitud de la vida no está en los compradores frenéticos, ni en los desmedidos placeres fugaces.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Lc 10, 38)
Cuando Jesús llegó a Betania una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que concediste a santa Marta el privilegio de hospedar y servir en su casa a tu Hijo, Jesucristo, concédenos, por su intercesión, no cerrar nunca nuestras puertas a los que nos necesitan, y ser recibidos por ti en tu casa del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
En las festividades del Señor se reunirán en asamblea litúrgica.
Del libro del Levítico: 23, 1. 4-11. 15-16. 27. 34-37
El Señor
habló a Moisés y le dijo: "Éstas son las festividades
del Señor, en las que convocarán a asambleas litúrgicas.
El día catorce del primer mes, al atardecer, es la fiesta de la Pascua
del Señor. El día quince del mismo mes es la fiesta de los panes
Ázimos, dedicada al Señor. Comerán panes sin levadura durante
siete días. El primer día de éstos se reunirán en
asamblea litúrgica y no harán trabajos serviles. Los siete días
harán ofrendas al Señor. El séptimo día se volverán
a reunir en asamblea litúrgica y no harán trabajos serviles".
El Señor volvió a hablar a Moisés y le dijo: "Di a
los hijos de Israel: 'Cuando entren en la tierra que yo les voy a dar y recojan
la cosecha, le llevarán la primera gavilla al sacerdote, quien la agitará
ritualmente en presencia del Señor el día siguiente al sábado,
para que sea aceptada. Pasadas siete semanas completas, contando desde el día
siguiente al sábado en que lleven la gavilla para la agitación
ritual, hasta el día siguiente al séptimo sábado, es decir,
a los cincuenta días, harán una nueva ofrenda al Señor.
El día diez del séptimo mes es el día de la Expiación.
Se reunirán en asamblea litúrgica, harán penitencia y presentarán
una ofrenda al Señor. El día quince de este séptimo mes
comienza la fiesta de los Campamentos, dedicada al Señor, y dura siete
días. El primer día se reunirán en asamblea litúrgica.
No harán trabajos serviles. Los siete días harán ofrendas
al Señor. El octavo día volverán a reunirse en asamblea
litúrgica y a hacer una ofrenda al Señor. Es día de reunión
religiosa solemne. No harán trabajos serviles.
Éstas son las festividades del Señor, en las que se reunirán
en asamblea litúrgica y ofrecerán al Señor oblaciones,
holocaustos y ofrendas, sacrificios de comunión y libaciones, según
corresponde a cada día' ". Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Del salmo
80 R/. Aclamemos al Señor, nuestro Dios.
Entonemos un canto al son de las guitarras y del arpa. Que suene la trompeta
en esta fiesta que conmemora nuestra alianza. R/.
Porque ésta es una ley en Israel, es un precepto que el Dios de Jacob
estableció para su pueblo, cuando lo rescató de Egipto. R/.
"No tendrás otro Dios fuera de mí ni adorarás a dioses
extranjeros. Pues yo, el Señor, soy el Dios tuyo, el que te sacó
de Egipto, tu destierro". R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 8, 12) R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá
la luz de la vida. R/.
Creo firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.
Del santo Evangelio según san Juan: 11, 19-27
En aquel tiempo,
muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María para consolarlas
por la muerte de su hermano Lázaro. Apenas oyó Marta que Jesús
llegaba, salió a su encuentro; pero María se quedó en casa.
Le dijo Marta a Jesús: "Señor, si hubieras estado aquí,
no habría muerto mi hermano. Pero aun ahora estoy segura de que Dios
te concederá cuanto le pidas".
Jesús le dijo: "Tu hermano resucitará". Marta respondió:
"Ya sé que resucitará en la resurrección del último
día". Jesús le dijo: "Yo soy la resurrección
y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo
aquel que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre.
¿Crees tú esto?". Ella le contestó: "Sí,
Señor. Creo firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo de
Dios, el que tenía que venir al mundo". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, al proclamar las maravillas que realizaste en santa Marta, te pedimos humildemente que, así como te fue grato el homenaje de su amor, también te sean agradables las ofrendas con que te manifestamos nuestra sumisión. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 11, 27)
Marta dijo a Jesús: Sí, Señor, yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, que ha venido al mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la recepción del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo nos ayude, Señor, a comprender, por intercesión de santa Marta, que muchas cosas nos preocupan e inquietan, pero una sola es necesaria: amarte y servirte aquí en la tierra. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: María de Jesús Sacramentado Venegas, fundadora; Pedro Crisólogo, Doctor de la Iglesia.
Vísperas 1 del domingo: 2a semana del Salterio. Tomo IV: p. 806. Para los fieles: p. 555. Edición popular: pp. 108 y 474. Feria (Verde)
LA INTOLERANCIA HERODIANA
Lv 25,1. 8-17; Mt 14, 1-12
La renivelación social que traía consigo el año del jubileo en Israel ofrecía una segunda oportunidad a los venidos a menos. El infortunio de la mala cosecha o de una invasión destructora, multiplicaba el número de los desposeídos que perdían tierras y casas. Al perder sus bienes, perdían sus derechos y quedaban en situación de vulnerabilidad. El Padre del único Israel no podía legitimar ese despojo. La ley ordenaba restablecer de alguna manera el acceso de todos y todas a la vida plena. De ese mensaje será portavoz implacable Juan Bautista, que urgía a restablecer las redes de solidaridad y justicia en tiempos de la opresora política herodiana. Esa voz resultó demasiado molesta para Herodes Antipas que, aprovechó la primera coyuntura propicia para quitarlo de en medio.
MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Jdt 13, 18-19)
María, el Altísimo te ha bendecido más que a todas las mujeres de la tierra, y de tal manera te ha glorificado, que los hombres no cesan de alabarte.
ORACIÓN COLECTA
Padre santo, Dios nuestro, que en el camino de la Iglesia, peregrina en la tierra, has puesto como signo luminoso a la Virgen María, por su intercesión aumenta nuestra fe, y reaviva nuestra esperanza, para que ningún obstáculo nos desvíe del sendero que nos lleva a la salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
En el año jubilar todos recobrarán sus propiedades.
Del libro del Levítico: 25, 1. 8-17
El Señor
habló a Moisés en el monte Sinaí y le dijo: "Contarás
siete semanas de años, siete por siete, o sea, cuarenta y nueve años.
El día diez del séptimo mes, es decir, el día de la Expiación,
harán sonar las trompetas y las harán sonar por todo el país.
Declararán santo el año cincuenta y proclamarán la liberación
para todos los habitantes del país. Será para ustedes un año
de jubileo; cada uno de ustedes recobrará sus propiedades y volverá
a su familia. El año cincuenta será para ustedes un año
de jubileo; no sembraran ni cosecharan lo que los campos produzcan por sí
mismos; no harán la vendimia de las viñas sin cultivar. Puesto
que es el año del jubileo, será sagrado para ustedes. Comerán
de los productos de la cosecha anterior.
En este año jubilar todos recobrarán sus propiedades. Cuando le
vendas o le compres alguna cosa a tu prójimo, no lo engañes. Ponle
precio a lo que le compres a tu prójimo, atendiendo al número
de años transcurridos desde el último jubileo; él te venderá
a ti atendiendo a las cosechas anuales. Mientras más años falten
para el jubileo, más aumentará el precio; mientras menos tiempo
falte, más rebajarás el precio; porque lo que tu prójimo
te vende son las cosechas que faltan.
Ninguno de ustedes haga daño a su hermano; antes bien, teman a su Dios,
porque yo soy el Señor, Dios de ustedes". Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo
66 R/. Que te alaben, Señor, todos los pueblos.
Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a
nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora. R/.
Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia;
con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones.
R/.
La tierra ha producido ya sus frutos, Dios nos ha bendecido. Que nos bendiga
Dios y que le rinda honor el mundo entero. R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 5, 10) R/. Aleluya, aleluya.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, por que de ellos
es el Reino de los cielos, dice el Señor. R/.
Herodes mandó degollar a Juan. Los discípulos de Juan fueron a avisarle a Jesús.
Del santo Evangelio según san Mateo: 14, 1-12
En aquel tiempo
el rey Herodes oyó lo que contaban de Jesús y les dijo a sus cortesanos:
"Es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos y por eso
actúan en él fuerzas milagrosas".
Herodes había apresado a Juan y lo había encadenado en la cárcel
por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, pues Juan le decía
a Herodes que no le estaba permitido tenerla por mujer. Y aunque quería
quitarle la vida, le tenía miedo a la gente, porque creían que
Juan era un profeta.
Pero llegó el cumpleaños de Herodes, y la hija de Herodías
bailó delante de todos y le gustó tanto a Herodes, que juró
darle lo que le pidiera. Ella, aconsejada por su madre, le dijo:
"Dame, sobre esta bandeja, la cabeza de Juan el Bautista".
El rey se entristeció, pero a causa de su juramento por no quedar mal
con los invitados, ordenó que se la dieran; y entonces mandó degollar
a Juan en la cárcel. Trajeron, pues, la cabeza en una bandeja, se la
entregaron a la joven y ella se la llevó a su madre.
Después vinieron los discípulos de Juan, recogieron el cuerpo,
lo sepultaron, y luego fueron a avisarle a Jesús. Palabra del
Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Jubilosos de poder celebrar la festividad de la Madre de tu Hijo, te presentamos, Señor, estas ofrendas de alabanza, y te pedimos que por este santo intercambio de dones, se acrecienten en nosotros los frutos de la redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Santa María Virgen
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Lc 1, 48)
Me llamarán bienaventurada todas las generaciones, porque ha puesto Dios sus ojos en la humildad de su esclava.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido el sacramento celestial, te pedimos, Señor, que cuantos hemos celebrado con veneración la memoria de la santísima Virgen María, merezcamos panticipar del banquete eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
XVIII DOMINGO ORDINARIO
Santos: Ignacio de Loyola, fundador; Justino de Jacobis, obispo; Elena de Skövde, mártir (Verde)
LA FE CAMINA PEGADA A LA VIDA
Is 55, 1-3; Rm 8, 35. 37. 39; Mt 14, 13-21
Los sedientos y los hambrientos lo entenderán bien. El Dios que escoge el simbolismo del pan y la experiencia de las comidas gratuitas y abiertas para manifestar su amor plenamente generoso, sabe que la fe y la vida no se pueden disociar jamás. Una salvación que comience solamente en el amanecer de la otra, como bien diría aquel certero proverbio, alienaría al creyente. Las comidas incluyentes que el Señor Jesús realizó, lo ratifican. Jesucristo mantiene la determinación de ofertamos vida plena en el aquí y el ahora, en el mañana y para siempre. De esa esperanza se hace eco San Pablo cuando ratifica que ninguna carencia o dificultad nos distraerá de anhelar y buscar la plenitud del amor: el amor del Mesías.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 69, 2. 6)
Dios mío, ven en mi ayuda; Señor, date prisa en socorrerme. Tú eres mi auxilio y mi salvación; Señor, no tardes.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que eres nuestro creador y quien amorosamente dispone toda nuestra vida, renuévanos conforme a la imagen de tu Hijo y ayúdanos a conservar siempre tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Vengan a comer.
Del libro del profeta Isaías: 55, 1-3
Esto dice el Señor: "Todos ustedes, los que tienen sed, vengan por agua; y los que no tienen dinero, vengan, tomen trigo y coman; tomen vino y leche sin pagar. ¿Por qué gastar el dinero en lo que no es pan y el salario, en lo que no alimenta? Escúchenme atentos y comerán bien, saborearán platillos sustanciosos. Préstenme atención, vengan a mí, escúchenme y vivirán. Sellaré con ustedes una alianza perpetua, cumpliré las promesas que hice a David". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo
144 R/. Abres, Señor, tu mano y nos sacias de favores.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso
para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende
a todas sus creaturas. R/.
A ti, Señor, sus ojos vuelven todos y tú los alimentas a su tiempo.
Abres, Señor, tus manos generosas y cuantos viven quedan satisfechos.
R/.
Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor
todas sus obras. No está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está
el Señor, de quien lo invoca. R/.
Nada podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 8, 35. 37-39
Hermanos: ¿Qué
cosa podrá apartarnos del amor con que nos ama Cristo? ¿Las tribulaciones?
¿Las angustias? ¿La persecución? ¿El hambre? ¿La
desnudez? ¿El peligro? ¿La espada?
Ciertamente de todo esto salimos más que victoriosos, gracias a aquel
que nos ha amado; pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los
ángeles ni los demonios, ni el presente ni el futuro, ni los poderes
de este mundo, ni lo alto ni lo bajo, ni creatura alguna podrá apartarnos
del amor que nos ha manifestado Dios en Cristo Jesús. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(Mt 4, 4) R/. Aleluya, aleluya.
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra
que sale de la boca de Dios. R/.
Comieron todos hasta saciarse.
Del santo Evangelio según san Mateo: 14, 13-21
En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, subió a una barca y se dirigió a un lugar apartado y solitario. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Cuando Jesús desembarcó, vio aquella muchedumbre, se compadeció de ella y curó a los enfermos. Como ya se hacía tarde, se acercaron sus discípulos a decirle: "Estamos en despoblado y empieza a oscurecer. Despide a la gente para que vayan a los caseríos y compren algo de comer". Pero Jesús les replicó: "No hace falta que vayan. Denles ustedes de comer". Ellos le contestaron: "No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados". Él les dijo: "Tráiganmelos". Luego mandó que la gente se sentara sobre el pasto. Tomó los cinco panes y los dos pescados, y mirando al cielo, pronunció una bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran a la gente. Todos comieron hasta saciarse, y con los pedazos que habían sobrado, se llenaron doce canastos. Los que comieron eran unos cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Jesús sentía lástima por la gente, curaba a los enfermos, ayudaba a los necesitados. Presentemos también nosotros a Dios nuestras necesidades, las de la Iglesia y las del mundo entero.
Después de cada petición diremos: Escúchanos, Padre.
1. Por la Iglesia,
por todos los cristianos. Que sepamos ofrecer al mundo el alimento que sacia
el hambre más profunda de las personas, que es la fe en Jesús.
Oremos.
2. Por los lugares que viven en situación de sequía y falta de
agua. Que baje del cielo el don de la lluvia, como una bendición de Dios,
providente y bueno. Oremos.
3. Por nuestros gobernantes. Que Dios les inspire decisiones que promuevan el
bien común, la justicia, la libertad y la paz para todos. Oremos.
4. Por los catequistas de nuestra comunidad. Que sepan comunicar la enseñanza
de Jesús. Oremos.
5. Por todos nosotros, reunidos para celebrar la Eucaristía. Que nuestra
celebración alimente nuestra vida de fe y nos empuje al testimonio.
Oremos. Santifica, Señor, estos dones, acepta la ofrenda de este sacrificio espiritual y a nosotros transfórmanos en oblación permanente. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica, Señor, estos dones y por medio del sacrificio de tu Hijo, transforma toda nuestra vida en una continua ofrenda. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 6, 35)
Yo soy el pan de vida, dice el Señor; el que venga a mí, no tendrá hambre; y el que crea en mí, no tendrá sed.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Protege, Señor, continuamente a quienes renuevas y fortaleces con esta Eucaristía y hazlos dignos de alcanzar la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA
REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- No
se puede mirar a otro lado cuando se confronta uno con las señales de
los tiempos que nuestras estadísticas nos ponen enfrente. ¿Cómo
mirar cara a cara a quienes educamos en la fe, cuando ellos descubren que 83.9%
de católicos no hemos podido durante años disminuir las cifras
de pobres extremos en este país? ¿Pregunta demagógica?
Probablemente sí, en caso de que el que
la plantea, no se exija mover un dedo, cuando termine de dar el último
teclazo a este párrafo. Las comidas de Jesús nos recuerdan que
la fe no está desconectada del asunto de la comida, la salud y la educación
de los que comen el pan de la Eucaristía y el pan de la Palabra en la
misma mesa que nosotros comemos. La comunión espiritual se prolonga en
la comunión de bienes.
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