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MISAL JUNIO DEL 2010 / www.laverdadcatolica.org
Intenciones del Santo Padre para el mes de Diciembre |
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GENERAL | |
Para que todas las instituciones nacionales y transnacionales se comprometan a garantizar el respeto de la vida humana, desde la concepción hasta su fin natural. |
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MISIONAL | |
Para que las Iglesias de Asía, se constituyen “un pequeño rebaño” entre los pueblos no cristianos, sepan comunicar el Evangelio y testimoniar con gozo su adhesión a Cristo. |
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Sal 118, 85. 46)
Frente a tu verdad, Señor, vano es el saber de los paganos. Por eso no he tenido miedo de confesar tu Evangelio ante los poderosos.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, tú que enseñaste a san Justino que la sabiduría verdadera consiste en conocer a Jesucristo crucificado, concédenos, por la intercesión de tu santo mártir, que nada llegue a separarnos de ti ni del amor a la cruz de Jesucristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pedro: 3, 12-15. 17-18
Hermanos: Piensen con cuánta
santidad y entrega deben ustedes vivir esperando y apresurando el advenimiento
del día del Señor, cuando desaparecerán los cielos, consumidos
por el fuego, y se derretirán los elementos. Pero nosotros confiamos
en la promesa del Señor y esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva,
en que habite la justicia. Por lo tanto, queridos hermanos, apoyados en esta
esperanza, pongan todo su empeño en que el Señor los halle en
paz con Él, sin mancha ni reproche, y consideren que la magnanimidad
de Dios es nuestra salvación.
Así pues, queridos hermanos, ya están ustedes avisados: vivan
en guardia para que no los arrastre el error de los malvados y pierdan su seguridad.
Crezcan en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.
A Él la gloria, ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El autor de la carta asegura que se viven los tiempos de la desintegración universal. Los cristianos no debernos angustiarnos porque esperamos unos cielos nuevos y una tierra nueva.
Del salmo 89 R/.
Tú eres, Señor, nuestro refugio.
Desde antes que surgieran las montañas, y la tierra y el mundo
apareciesen, existes tú, Dios mío, desde siempre y por siempre.
R/.
Tú haces volver al polvo a los humanos, diciendo a los mortales que retornen.
Mil años son para ti como un día, que ya pasó; como una
breve noche. R/.
Setenta son los años que vivimos; llegar a los ochenta es más
bien raro; pena y trabajo son los más de ellos, como suspiro pasan y
pasamos. R/.
Llénanos de tu amor por la mañana y júbilo será
la vida toda. Haz, Señor, que tus siervos y sus hijos puedan mirar tus
obras y tu gloria. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Ef 1, 17-18) R/. Aleluya, aleluya.
Que el Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine nuestras mentes,
para que podamos comprender cuál es la esperanza que nos da su llamamiento.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 12, 13-17
En aquel tiempo, los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos le enviaron a Jesús unos fariseos y unos partidarios de Herodes, para hacerle una pregunta capciosa. Se acercaron, pues, a Él y le dijeron: "Maestro, sabemos que eres sincero y que no te importa lo que diga la gente, porque no tratas de adular a los hombres, sino que enseñas con toda verdad el camino de Dios. ¿Está permitido o no, pagarle el tributo al César? ¿Se lo damos o no se lo damos?". Jesús, notando su hipocresía, les dijo: "¿Por qué me ponen una trampa? Tráiganme una moneda para que yo la vea". Se la trajeron y El les preguntó: "¿De quién es la imagen y el nombre que lleva escrito?". Le contestaron: "Del César". Entonces les respondió Jesús: "Den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios". Y los dejó admirados. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Las personas somos imagen de Dios y, como tales, no podemos ser poseídas ni instrumentalizadas por ningún poder. Dios, que nos ha creado, nos trata con completa libertad.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, celebrar dignamente este misterio de la Eucaristía, que tan valerosamente defendió el mártir san Justino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Go 2. 2)
Cuando estuve entre ustedes nunca me precié de otra cosa que de conocer a Jesucristo crucificado.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú, que nos has alimentado con el pan que da la vida, concédenos, Señor, que siguiendo las enseñanzas de san Justino, vivamos en continua acción de gracias por tus dones. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Lc 12, 42)
Éste es el siervo prudente y fiel, a quien el Señor puso al frente de su familia.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que en tu inefable providencia elegiste a san José por esposo de la santísima Madre de tu Hijo, concédenos tener como intercesor en el cielo a quien veneramos como protector en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 1,1-3. 6-12
Pablo, apóstol
de Jesucristo por voluntad de Dios, conforme la promesa de vida que hay en Cristo
Jesús, a Timoteo, hijo querido. Te deseo la gracia, la misericordia y
la paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro. Cuando
de noche y de día te recuerdo en mis oraciones, le doy gracias a Dios,
a quien sirvo con una conciencia pura, como lo aprendí de mis antepasados.
Por eso te recomiendo que reavives el don de Dios que recibiste cuando te impuse
las manos. Porque el Señor no nos ha dado un espíritu de temor,
sino de fortaleza, de amor y de moderación. No te avergüences, pues,
de dar testimonio de nuestro Señor, ni te avergüences de mí,
que estoy preso por su causa. Al contrario, comparte conmigo los sufrimientos
por la predicación del Evangelio, sostenido por la fuerza de Dios. El
nos ha salvado y nos ha llamado a llevar una vida santa, no por nuestros méritos,
sino por su propia determinación y por la gracia que nos ha sido dada,
en Cristo Jesús, desde toda la eternidad. Esta gracia es la que se ha
manifestado ahora con el advenimiento de nuestro salvador, Jesucristo, quien
ha destruido la muerte e irradiado la vida y la inmortalidad por medio del Evangelio,
del que he sido nombrado predicador, apóstol y maestro. Por este motivo
soporto esta prisión, pero no me da vergüenza, porque sé
en quién he puesto mi confianza, y estoy seguro de que Él con
su poder cuidará, hasta el último día, lo que me ha encomendado.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El apóstol exhorta a Timoteo a cumplir valerosamente su ministerio. Si nuestro Salvador ha vencido a la muerte, nada podrá atemorizarnos, puesto que Él ya nos consiguió la vida plena.
Del salmo
122 R/. En ti, Señor, tengo fijos mis ojos.
En ti, Señor, que habitas en lo alto, fijos los ojos tengo,
como fijan sus ojos en las manos de su señor, los siervos. R/.
Así como la esclava en su señora tiene fijos los ojos, fijos están
en el Señor los nuestros hasta que Dios se apiade de nosotros. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 11, 25- 26) R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor; el que
cree en mí no morirá para siempre. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 12, 18-27
En aquel tiempo,
fueron a ver a Jesús algunos de los saduceos, los cuales afirman que
los muertos no resucitan, y le dijeron: "Maestro, Moisés nos dejó
escrito que si un hombre muere dejando a su viuda sin hijos, que la tome por
mujer el hermano del que murió, para darle descendencia a su hermano.
Había una vez siete hermanos, el primero de los cuales se casó
y murió sin dejar hijos. El segundo se casó con la viuda y murió
también, sin dejar hijos; lo mismo el tercero. Los siete se casaron con
ella y ninguno de ellos dejó descendencia. Por último, después
de todos, murió también la mujer. El día de la resurrección,
cuando resuciten de entre los muertos, ¿de cuál de los siete será
mujer? Porque fue mujer de los siete".
Jesús les contestó: "Están en un error, porque no
entienden las Escrituras ni el poder de Dios. Pues cuando resuciten de entre
los muertos, ni los hombres tendrán mujer ni las mujeres marido, sino
que serán como los ángeles del cielo. Y en cuanto al hecho de
que los muertos resucitan, ¿acaso no han leído en el libro de
Moisés aquel pasaje de la zarza, en que Dios le dijo: Yo soy el Dios
de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos,
sino de vivos. Están, pues, muy equivocados". Palabra del
Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Cuando una doctrina se encierra en los límites de nuestro mundo material acaba distorsionando la realidad de Dios. El Dios de la vida no está sujeto a nuestra temporalidad.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por intercesión de san José, a quien confiaste la misión de cuidar de tu Unigénito como padre, te pedimos, Señor, que nos concedas poder ofrecerte dignamente este sacrificio de alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 25, 21)
Muy bien, siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados con este sacramento que da vida, te rogamos, Señor, que nos concedas vivir para ti en justicia y santidad, a ejemplo y por intercesión de san José, el varón justo y obediente que contribuyó con sus servicios a la realización de tus grandes misterios. Por Jesucristo nuestro Señor.
EL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO
Santos: Carlos Lwanga y compañeros, mártires; y Clotilde de Francia, reina. Solemnidad. (Blanco)
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 80, 17)
Alimentó a su pueblo con lo mejor del trigo y lo sació con miel sacada de la roca.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor nuestro Jesucristo, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión, concédenos venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Génesis: 14, 18-20
En aquellos días. Melquisedec, rey de Salem, presentó pan y vino, pues era sacerdote del Dios altísimo, y bendijo a Abram, diciendo: "Bendito sea Abram de parte del Dios altísimo, creador de cielos y tierra; y bendito sea el Dios altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos". Y Abram le dio el diezmo de todo lo que había rescatado. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Melquisedec cumple gustosamente los gestos hospitalarios con Abran; le ofrece pan y vino y le bendice en nombre de Dios. En esa acción vislumbramos una prefiguración de los gestos eucarísticos.
Del salmo
109 R/. Tú eres sacerdote para siempre.
Esto ha dicho el Señor a mi Señor: "Siéntate
a mi derecha; yo haré de tus contrarios el estrado donde pongas los pies".
R/.
Extenderá el Señor desde Sión tu cetro poderoso y tú
dominarás al enemigo. R/.
Es tuyo el señorío; el día en que naciste en los montes
sagrados, te consagró el Señor antes del alba. R/.
Juró el Señor y no ha de retractarse: "Tú eres sacerdote
para siempre, como Melquisedec". R/.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 11, 23-26
Hermanos: Yo recibí del Señor lo mismo que les he transmitido: Que el Señor Jesús, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan en sus manos, y pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: "Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía". Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: "Este cáliz es la nueva alianza que se sella con mi sangre. Hagan esto en memoria mía siempre que beban de él". Por eso cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la muerte del Señor, hasta que vuelva. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
La tradición primitiva preserva la memoria de la cena decisiva que Jesús celebra con los suyos y en la cual asocia la entrega libre de su vida con el pan y el vino compartidos.
SECUENCIA
(Puede omitirse o puede recitarse en forma abreviada, comenzando por la estrofa: *"El pan que del cielo baja").
(Puede omitirse
o puede recitarse en forma abreviada, comenzando par la estrofa: "El pan
que del cielo baja ").
Al Salvador alabemos,
que es nuestro pastor y guía.
Alabémoslo con himnos
y canciones de alegría.
Esto nuevo, siempre nuevo,
es la luz de la verdad.
que sustituye a lo viejo
con reciente claridad.
Alabémoslo sin límites
y con nuestras fuerzas todas;
pues tan grande es el Señor,
que nuestra alabanza es poca.
Gustosos hoy aclamamos
a Cristo, que es nuestro pan.
pues El es el pan de vida
que nos da vida inmortal.
Doce eran los que cenaban
y les dio pan a los doce.
Doce entonces lo comieron,
y, después, todos los hombres.
Sea plena la alabanza
y llena de alegres cantos;
que nuestra alma se desborde
en todo un concierto santo.
Hoy celebramos con gozo
la gloriosa institución
de este banquete divino,
el banquete del Señor.
Esta es la nueva Pascua,
Pascua del único Rey,
que termina con la alianza
tan pesada de la ley.
En aquella ultima cena
Cristo hizo la maravilla
de dejar a sus amigos
el memorial de su vida.
Enseñados por la
Iglesia,
consagramos pan y vino,
que a los hombres nos redimen,
y dan fuerza en el camino.
Es un dogma del cristiano
que el pan se convierte en carne,
y lo que antes era vino
queda convertido en sangre.
Hay cosas que no entendemos,
pues no alcanza la razón;
mas si las vemos con fe,
entraran al corazón.
Bajo símbolos diversos
y
en diferentes figuras,
se esconden ciertas verdades
maravillosas, profundas.
Su sangre es nuestra bebida;
su carne, nuestro alimento;
pero en el pan o en el vino
Cristo esta todo completo
Quien lo come, no lo rompe,
no lo parte ni divide;
El es el todo y la parte;
vivo esta en quien lo recibe.
Cuando parten lo exterior,
solo parten lo que has visto;
no es una disminución
de la persona de Cristo.
Puede ser tan solo uno
el que se acerca al altar,
o pueden ser multitudes:
Cristo no se acabara.
Lo comen buenos y malos,
con provecho diferente;
no es lo mismo tener vida
que ser condenado a muerte.
A los malos les da muerte
y a los buenos les da vida.
¡Que efecto tan diferente
tiene la misma comida!
El pan que del cielo baja
es comida de viajeros.
Es un pan para los hijos.
¡No hay que tirarlo a los perros!
Isaac, el inocente,
es figura de este pan,
con el cordero de Pascua
y el misterioso mana.
Ten compasión de
nosotros,
buen pastor, pan verdadero.
Apaciéntanos y cuídanos
y conducenos al cielo.
Si lo parten, no te apures
solo parten lo exterior;
en el mínimo fragmento
entero late el Señor.
Todo lo puedes y sabes,
pastor de ovejas, divino.
Concedenos en el cielo
gozar la herencia contigo. Amen.
ACLAMACIÓN
(Jn 6, 51) R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor; el que coma
de este pan vivirá para siempre. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 9, 11-17
En aquel tiempo, Jesús habló del Reino de Dios a la multitud y curó a los enfermos.
Cuando caía
la tarde, los doce apóstoles se acercaron a decirle: "Despide a
la gente para que vayan a los pueblos y caseríos a buscar alojamiento
y comida, porque aquí estamos en un lugar solitario". El les contestó:
"Denles ustedes de comer". Pero ellos le replicaron: "No tenemos
más que cinco panes y dos pescados; a no ser que vayamos nosotros mismos
a comprar víveres para toda esta gente". Eran como cinco mil varones.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: "Hagan que se sienten
en grupos como de cincuenta". Así lo hicieron, y todos se sentaron.
Después Jesús tomó en sus manos los cinco panes y los dos
pescados, y levantando su mirada al cielo, pronunció sobre ellos una
oración de acción de gracias, los partió y los fue dando
a los discípulos, para que ellos los distribuyeran entre la gente. Comieron
todos y se saciaron, y de lo que sobró se llenaron doce canastos. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Jesús no se olvida de las necesidades de sus seguidores. Los instruye y los alimenta hasta saciarlos; anticipa con esa señal el banquete de la plenitud en el Reino del Padre.
Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, concede a tu iglesia los dones de la unidad y de la paz, simbolizados en las ofrendas sacramentales que te presentamos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO I DE LA EUCARISTÍA
En verdad es justo
y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y alabarte
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
El cual, verdadero y eterno sacerdote, al instituir el sacramento del sacrificio
perdurable, se ofreció a ti como víctima salvadora, y nos mandó
que lo ofreciéramos como memorial suyo.
Cuando comemos su carne, inmolada por nosotros, quedamos fortalecidos; y cuando
bebemos su sangre, derramada por nosotros, quedamos limpios de nuestros pecados.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros
celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu Gloria. Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 6, 56)
El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor, disfrutar eternamente del gozo de tu divinidad que ahora pregustamos, en la comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Santos: Emma de Gurk, viuda; Pedro de Verona, mártir y Francisco Caracciolo, fundador. Feria (Verde)
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 32, 11. 19)
Los proyectos de su corazón subsisten de edad en edad, para librar de la muerte la vida de sus fieles y reanimarlos en tiempo de hambre.
ORACIÓN COLECTA
Haz, Señor, que nos revistamos con las virtudes del corazón de tu Hijo, y nos encendamos con el amor que lo inflama, para que, asemejándonos a Él, merezcamos participar de la eterna redención. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 3, 10-17
Querido hermano:
Tú has seguido de cerca mis enseñanzas y mi modo de vivir, mis
planes, mi fe, mi paciencia, mi amor fraterno, mi constancia, mis persecuciones
y sufrimientos, como los que soporté en Antioquía, en Iconio y
en Listra. ¡Qué duras persecuciones tuve que sufrir! Pero de todas
me libró el Señor.
Todos los que quieran vivir como buenos cristianos, también serán
perseguidos. Por su parte, los malos y perversos irán de mal en peor,
engañando a otros y engañándose a sí mismos. Tú,
en cambio, permanece firme en lo que has aprendido y se te ha confiado, pues
bien sabes de quiénes lo aprendiste y desde tu infancia estás
familiarizado con la Sagrada Escritura, la cual puede darte la sabiduría
que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación. Toda la
Sagrada Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar,
para reprender, para corregir y para educar en la virtud, a fin de que el hombre
de Dios sea perfecto y esté enteramente preparado para toda obra buena.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El apego firme a la persona y el mensaje de Jesús genera serios contratiempos para los creyentes congruentes. La persecución aumenta de forma proporcional a la fidelidad evangélica.
Del salmo
118 R/. Quienes aman tus leyes, de inmensa paz disfrutan.
Muchos son mis contrarios y mis perseguidores, pero yo no me aparto,
Señor, de tus preceptos. Verdad es el compendio de todas tus palabras,
y son eternas todas tus justas decisiones. R/.
Aunque los poderosos sin razón me persiguen, sólo tus palabras
hacen temblar mi corazón. Quienes aman tus leyes, de inmensa paz disfrutan;
para ellos no hay tropiezos. R/.
Espero que me salves, pues he puesto en práctica, Señor, tus mandamientos.
Observo tus mandatos, obedezco tus órdenes; tú conoces mi vida.
R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 14, 23) R/. Aleluya, aleluya.
El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará
y haremos en él nuestra morada, dice el Señor. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 12, 35-37
Un día,
mientras enseñaba en el templo, Jesús preguntó: "¿Cómo
pueden decir los escribas que el Mesías es hijo de David? El mismo David,
inspirado por el Espíritu Santo, ha declarado: Dijo el Señor a
mi Señor: Siéntate a mí derecha y yo haré de tus
enemigos el estrado donde pongas los pies. Si el mismo David lo llama `Señor',
¿cómo puede ser hijo suyo?".
La multitud que lo rodeaba, que era mucha, lo escuchaba con agrado.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Jesús es vitoreado como Hijo de David. El título es elocuente pero a la vez insuficiente para explicar la identidad más profunda del Mesías que Jesús encarna.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, Padre misericordioso, que por el inmenso amor con que nos has amado, nos diste con inefable bondad a tu Hijo único, concédenos que, identificados con Él en una perfecta unidad, te ofrezcamos una digna oblación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 19, 34)
Uno de los soldados le abrió el costado con su lanza, y al punto salió sangre y agua.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo participado de tu sacramento de amor, te pedimos, Señor, la gracia de parecernos a Cristo aquí en la tierra, para merecer compartir su gloria allá en el cielo, con Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Santos: Bonifacio de Alemania, mártir y Doroteo de Tiro, obispo. Beato Sancho o Sancio de Córdoba mártir.
Vísperas I del domingo: 2a semana del Salterio. Memoria (Rojo)
ANTÍFONA DE ENTRADA
Este santo luchó hasta la muerte por la ley de Dios y no se aterrorizó ante la amenaza de los impíos, pues estaba afianzado sobre roca firme.
ORACIÓN COLECTA
Señor, que la intercesión de tu mártir san Bonifacio, nos ayude a mantener con firmeza y a proclamar con nuestras obras, aquella misma fe que él predicó con su palabra y atestiguó con su sangre. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 4, 1-8
Querido hermano:
En presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de venir a juzgar a los
vivos y a los muertos, te pido encarecidamente, por su advenimiento y por su
Reino, que anuncies la palabra; insiste a tiempo y a destiempo; convence, reprende
y exhorta con toda paciencia y sabiduría.
Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina
sana, sino que, arrastrados por sus propias pasiones, se rodearán de
maestros que les halaguen el oído; se harán sordos a la verdad
y sólo escucharán las fábulas.
Tú, en cambio, sé siempre prudente, soporta los sufrimientos,
cumple tu trabajo de evangelizador y desempeña a la perfección
tu ministerio. Para mí ha llegado la hora del sacrificio y se acerca
el momento de mi partida. He luchado bien en el combate, he corrido hasta la
meta, he perseverado en la fe. Ahora sólo espero la corona merecida,
con la que el Señor, justo juez, me premiará en aquel día,
y no solamente a mí, sino a todos aquellos que esperan con amor su glorioso
advenimiento. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
San Pablo intuye que vendrán tiempos difíciles en la comunidad cristiana. La desorientación y la confusión diezmaran a la Iglesia. La palabra inspirada será el referente para dirimir los desacuerdos.
Del salmo
70 R/. Mi boca, Señor, anunciará siempre tu salvación.
Mis labios no han cesado de alabarte y pregonan tu gloria todo el día.
Señor, en la vejez no me rechaces ni me abandones, falto de energías.
R/.
En ti, Señor, yo seguiré confiando, y más y más
te alabará mi boca. Yo proclamaré siempre tu justicia y a todas
horas, tu misericordia. R/.
Tus hazañas, Señor, alabaré; diré a todos que sólo
tú eres justo. Me enseñaste a alabarte desde niño y seguir
alabándote es mi orgullo. R/.
La lealtad del Señor para conmigo celebrará mi lira. Al Santo
de Israel, a ti, Dios mío, cantaré con mi cítara. R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 5. 3) R/. Aleluya, aleluya.
Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino
de los cielos. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 12, 38-44
En aquel tiempo,
enseñaba Jesús a la multitud y le decía: "¡Cuidado
con los escribas! Les encanta pasearse con amplios ropajes y recibir reverencias
en las calles; buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros
puestos en los banquetes; se echan sobre los bienes de las viudas haciendo ostentación
de largos rezos. Estos recibirán un castigo muy riguroso".
En una ocasión Jesús estaba sentado frente a las alcancías
del templo, mirando cómo la gente echaba allí sus monedas. Muchos
ricos daban en abundancia. En esto, se acercó una viuda pobre y echó
dos moneditas de muy poco valor. Llamando entonces a sus discípulos,
Jesús les dijo: "Yo les aseguro que esa pobre viuda ha echado en
la alcancía más que todos. Porque los demás han echado
de lo que les sobraba; pero ésta, en su pobreza ha echado todo lo que
tenía para vivir". Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
Quien dispone de autoridad al invocar el nombre de Dios asume una responsabilidad altamente delicada. Los abusos y la opresión religiosa ameritan una sanción severa.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que los dones que te presentamos en honor de tu santo mártir Bonifacio, te sean tan agradables como lo fue su martirio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 16, 24)
Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y que me siga, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el sacramento que hemos recibido nos dé, Señor, la misma fortaleza con la que tu santo mártir Bonifacio, fue fiel en tu servicio y generoso en el sufrimiento. Por Jesucristo, nuestro Señor.
X DOMINGO ORDINARIO
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 26, 1-2)
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? Cuando me asaltan mis enemigos, tropiezan y caen.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, de quien todo bien procede, inspíranos propósitos de justicia y santidad, y concédenos tu ayuda para poder cumplirlos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de los Reyes: 17, 17-24
En aquellos días, cayó enfermo el hijo de la dueña de la casa en la que se hospedaba Elías. La enfermedad fue tan grave, que el niño murió. Entonces la mujer le dijo a Elías: "¿Qué te he hecho yo, hombre de Dios? ¿Has venido a mi casa para que recuerde yo mis pecados y se muera mi hijo?". Elías le respondió: "Dame acá a tu hijo". Lo tomó del regazo de la madre, lo subió a la habitación donde él dormía y lo acostó sobre el lecho. Luego clamó al Señor: "Señor y Dios mío, ¿es posible que también con esta viuda que me hospeda te hayas irritado, haciendo morir a su hijo?". Luego se tendió tres veces sobre el niño y suplicó al Señor, diciendo: "Devuélvele la vida a este niño". El Señor escuchó la súplica de Elías y el niño volvió a la vida. Elías tomó al niño, lo llevó abajo y se lo entregó a su madre, diciendo: "Mira, tu hijo está vivo". Entonces la mujer dijo a Elías: "Ahora sé que eres un hombre de Dios y que tus palabras vienen del Señor". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El profeta Elías recibe la solidaridad de la viuda de Sarepta, se compadece de sus desgracias y al invocar a Dios con toda confianza, consigue devolverle sano y salvo a su único hijo.
Del salmo
29 R/. Te alabaré, Señor, eternamente.
Te alabaré. Señor, pues no dejaste que se rieran de mí
mis enemigos. Tú, Señor, me salvaste de la muerte y a punto de
morir, me reviviste. R/.
Alaben al Señor los que lo aman, den gracias a su nombre, porque su ira
dura un solo instante y su bondad, toda la vida. El llanto nos visita por la
tarde; y en la mañana, el júbilo. R/.
Escúchame, Señor, y compadécete; Señor, ven en mi
ayuda Convertiste mi duelo en alegría, te alabaré por eso eternamente.
R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 1, 11-19
Hermanos: Les hago
saber que el Evangelio que he predicado, no proviene de los hombres, pues no
lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación
de Jesucristo.
Ciertamente ustedes han oído hablar de mi conducta anterior en el judaísmo,
cuando yo perseguía encarnizadamente a la Iglesia de Dios, tratando de
destruirla; deben saber que me distinguía en el judaísmo, entre
los jóvenes de mi pueblo y de mi edad, porque los superaba en el celo
por las tradiciones paternas.
Pero Dios me había elegido desde el seno de mi madre, y por su gracia
me llamó. Un día quiso revelarme a su Hijo, para que yo lo anunciara
entre los paganos. Inmediatamente, sin solicitar ningún consejo humano
y sin ir siquiera a Jerusalén para ver a los apóstoles anteriores
a mí, me trasladé a Arabia y después regresé a Damasco.
Al cabo de tres años fui a Jerusalén, para ver a Pedro y estuve
con él quince días. No vi a ningún otro de los apóstoles,
excepto a Santiago, el pariente del Señor. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
El apóstol Pablo no es testigo de los dichos y palabras de Jesús, sin embargo, conoció por experiencia propia al Señor resucitado y abreva en la genuina fuente de la tradición apostólica.
ACLAMACIÓN
(Lc 7, 16) R/. Aleluya, aleluya.
Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 7, 11-17
En aquel tiempo,
se dirigía Jesús a una población llamada Naím, acompañado
de sus discípulos y de mucha gente. Al llegar a la entrada de la población,
se encontró con que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único
de una viuda, a la que acompañaba una gran muchedumbre.
Cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo: "No
llores". Acercándose al ataúd, lo tocó, y los que
lo llevaban se detuvieron. Entonces dijo Jesús: "Joven, yo te lo
mando: Levántate". Inmediatamente el que había muerto se
levantó y comenzó a hablar. Jesús se lo entregó
a su madre. Al ver esto, todos se llenaron de temor y comenzaron a glorificar
a Dios, diciendo: "Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado
a su pueblo".
La noticia de este hecho se divulgó por toda Judea y por las regiones
circunvecinas. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Una mujer viuda en una sociedad dominada por el poder de los varones ha perdido a su único hijo. Su situación es totalmente desesperante. Jesús decide auxiliarla y le restituye al hijo perdido.
Credo.
ORACIÓN UNIVERSAL
Jesucristo está presente en nuestra vida, yen la vida del mundo entero. La fuerza de su resurrección, el poder de su Espíritu, acompaña nuestros pasos. Por eso, confiando en su presencia salvadora, presentamos ahora nuestras plegarias por todos los hombres a nuestro Padre Dios.
A cada petición
diremos: Te rogamos, óyenos. (Las peticiones deben leerse sin prisas).
Pidamos para que la Iglesia siempre y en todo lugar pueda presentar el verdadero
rostro de Cristo con gran fe, alegría y amor. Oremos:
Pidamos para que en todo el mundo y especialmente en nuestra patria, reinen
la justicia, la paz y el bienestar de todos. Oremos:
Por nosotros, que hacemos esta celebración, por nuestra familia, nuestro
trabajo y toda nuestra comunidad. Oremos:
Por los que en torno nuestro estén sufriendo enfermedad, soledad, pobreza
y dudas. Oremos:
Por nuestros difuntos, para que sean unidos a la gloria del Resucitado. Oremos:
Dios Salvador, Dios origen y meta de nuestra vida, escucha nuestra plegaria
y haz que sea realidad lo que te pedimos con fe. Por Cristo nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor,
con bondad, estos dones que te presentamos humildemente, para que sean gratos
a tus ojos y nos hagan crecer en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 17, 3)
Señor, tú eres mi amor, mi fuerza y mi refugio mi liberación y mi ayuda Tú eres mi Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la fuerza redentora de esta Eucaristía nos proteja, Señor, de nuestras malas inclinaciones y nos guíe siempre por el camino de tus mandamientos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- La viuda de Naín, que recién perdiera a su único hijo, es el prototipo de las mujeres maltratadas y desamparadas que viven la angustia de ver que sus hijos desaparecen en los desiertos, en los ajustes de cuentas o bajo la espiral de la violencia criminal. Nadie parece oír sus reclamos ni sus quejas. Las autoridades responsables de preservar las garantías y la seguridad de los ciudadanos difunden mensajes optimistas que se desvanecen y desmienten por el clima de miedo y zozobra que asola a las pequeñas y grandes poblaciones. Reformas jurídicas, detenciones de bandas criminales se nos presentan con insistencia y la situación no parece cambiar. El relato evangélico nos ayuda a esperar la visita de Dios que vendrá a llenar de valor y esperanza a su pueblo.
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr Jn 14, 26; 15, 26)
Cuando venga el Espíritu de la verdad, Él los guiará hasta la verdad plena, dice el Señor.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que penetras el corazón y Él pensamiento de los hombres y para quien ningún secreto permanece oculto, purifica los impulsos de nuestro corazón para que merezcamos amarte y alabarte perfectamente. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de los Reyes: 17, 1-6
Por aquel tiempo,
el profeta Elías, del pueblo de Tisbé, en Galaad, le dijo al rey
Ajab: "Juro por Dios, el Señor de Israel, a quien yo sirvo, que
en estos años no habrá rocío ni lluvia, si yo no lo mando".
Luego, el Señor le dijo a Elías: "Vete de aquí; dirígete
hacia el oriente y escóndete en el torrente de Kerit, que queda al este
del Jordán. Bebe del torrente y yo les encargaré a los cuervos
que te lleven de comer".
Elías hizo lo que le mandó el Señor, y se fue a vivir en
el torrente de Kerit, que queda al este del Jordán Los cuervos le llevaban
pan y carne por la mañana y por la tarde, y bebía del torrente.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
La sequía y la escasez de pan asolan a Israel en tiempos del profeta Elías. El Señor asiste al hombre de Dios y le provee de lo indispensable para que viva en completa sobriedad.
Del salmo
120 R/. Siempre me cuidará el Señor.
La mirada dirijo hacia la altura de donde ha de venirme todo auxilio.
El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. R/.
No dejará que des un paso en falso, pues es tu guardián y nunca
duerme. No, jamás se dormirá o descuidará el guardián
de Israel. R/.
El Señor te protege y te da sombra, está siempre a tu lado. No
te hará daño el sol durante el día ni la luna, de noche.
R/.
Te guardará el Señor en los peligros y cuidará tu vida;
protegerá tus ires y venires, ahora y para siempre. R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 5, 12) R/. Aleluya, aleluya.
Alégrense y salten de contento, porque su premio será
grande en los cielos. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 5, 1-12
En aquel tiempo,
cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó.
Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles
y les dijo:
"Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de
los cielos. Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos
los sufridos, porque heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre
y sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos los misericordiosos,
porque obtendrán misericordia. Dichosos los limpios de corazón,
porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque se
les llamará hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos serán ustedes cuando
los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía.
Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en
los cielos, puesto que de la misma manera persiguieron a los profetas que vivieron
antes que ustedes". Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
Bienaventurados los impotentes que no cuentan con riquezas, influencias ni diplomas, porque saben poner su confianza en Dios. Él no los defraudará. Nuestro amor solidario habrá de acompañarles.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, con agrado, la ofrenda espiritual que traemos a tu altar, en nuestro deseo filial de servirte, y concédenos vivir conforme a tu espíritu para que la fe y la humildad de tus hijos te hagan aceptables estos dones. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 15, 26; 16, 14)
El Espíritu que procede del Padre, me glorificará, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, Dios nuestro, que te has dignado alimentarnos con este pan celestial, infunde tu Espíritu en lo más íntimo de nuestros corazones, para que se nos convierta en don eterno lo que hemos recibido en el altar. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 83, 10-11)
Dios nuestro y protector nuestro, un solo día en tu casa es más valioso para tus elegidos, que mil días en cualquier otra parte.
ORACIÓN COLECTA
Enciende, Señor, nuestros corazones con el fuego de tu amor a fin de que, amándote en todo y sobre todo, podamos obtener aquellos bienes que no podemos nosotros ni siquiera imaginar y has prometido tú a los que te aman. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de los Reyes: 17, 7-16
Al cabo de algún
tiempo, el torrente donde el profeta Elías estaba escondido se secó,
porque no había llovido en la región. Entonces el Señor
le dijo a Elías: Anda y vete a Sarepta de Sidón y quédate
ahí, pues le he ordenado a una viuda de esa ciudad que te dé de
comer".
El profeta Elías se levantó y se puso en camino hacia Sarepta.
Al llegar a la puerta de la ciudad, encontró allí a una viuda
que recogía leña. La llamó y le dijo: "Tráeme,
por favor, un poco de agua para beber". Cuando ella se alejaba, el profeta
le gritó: "Por favor, tráeme también un poco de pan".
Ella le respondió: "Te juro por el Señor, tu Dios, que no
me queda ni un pedazo de pan; tan sólo me queda un puñado de harina
en la tinaja y un poco de aceite en la vasija. Ya ves que estaba recogiendo
unos cuantos leños. Voy a preparar un pan para mí y para mi hijo.
Nos lo comeremos y luego moriremos".
Elías le dijo: "No temas. Anda y prepáralo como has dicho;
pero primero haz un panecillo para mí y tráemelo. Después
lo harás para ti y para tu hijo, porque así dice el Señor
de Israel: `La tinaja de harina no se vaciará, la vasija de aceite no
se agotará, hasta el día en que el Señor envíe la
lluvia sobre la tierra' ".
Entonces ella se fue, hizo lo que el profeta le había dicho y comieron
él, ella y el niño. Y tal como había dicho el Señor
por medio de Elías, a partir de ese momento ni la tinaja de harina se
vació, ni la vasija de aceite se agotó. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Las exigencias de Elías parecen desmedidas. La viuda no se desalienta, sino que acoge las promesas esperanzadoras del profeta, comparte sus escasos bienes y sobrevive a la crisis.
Del salmo
4 R/. Señor, no te alejes de nosotros.
Tú que conoces lo justo de mi causa, Señor, responde
a mi clamor. Tú que me has sacado con bien de mis angustias, apiádate
y escucha mi oración. R/.
Y ustedes, humanos, ¿hasta cuándo ultrajarán mi honor?
¿Hasta cuándo amarán lo que es engaño y se irán
tras lo falso con ardor? R/.
Admirable en bondad ha sido el Señor para conmigo y siempre que lo invoco
me ha escuchado, por eso en Él confío. Así que tiemblen
y no pequen; mediten en silencio en su lecho. R/.
¿Quién nos hará dichosos, dicen muchos, si has querido,
Señor, darnos la espalda? En cambio a mí, Señor, me has
alegrado más que con trigo y vino en abundancia. R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 5, 16) R/. Aleluya, aleluya.
Que brille la luz de ustedes ante los hombres, dice el Señor,
para que viendo las buenas obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que
está en los cielos. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 5, 13-16
En aquel tiempo,
Jesús dijo a sus discípulos: "Ustedes son la sal de la tierra.
Si la sal se vuelve insípida, ¿con qué se le devolverá
el sabor? Ya no sirve para nada y se tira a la calle para que la pise la gente.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad construida en lo
alto de un monte; y cuando se enciende una vela, no se esconde debajo de una
olla, sino que se pone sobre un candelero para que alumbre a todos los de la
casa.
Que de igual manera brille la luz de ustedes ante los hombres, para que viendo
las buenas obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que está en
los cielos". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Los cristianos hemos recibido una misión que nos encamina a desafiar positivamente a la sociedad. Una iglesia volcada sobre si misma no tiene justificación desde la tradición evangélica.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos para esta Eucaristía a fin de que, a cambio de ofrecerte lo que tú nos has dado, podamos recibir de ti, tu misma vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 6, 51)
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo dice el Señor; el que coma de este pan, vivirá eternamente.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú, que nos has hecho participes de la vida de Cristo en este sacramento, transfórmanos, Señor, a imagen de tu Hijo, para que participemos también de su gloria en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Lc 4, 18, 19)
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido, para llevar la Buena Nueva a los pobres y anunciar su liberación a los cautivos, dice el Señor.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que constituiste a tu Hijo como Sumo y Eterno Sacerdote, concede a cuantos Él eligió como ministros y dispensadores de tus sacramentos, permanecer fieles en el cumplimiento de su ministerio. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de los Reyes: 18, 20-39
En aquellos días,
el rey Ajab envió mensajeros a todo Israel y reunió a los profetas
de Baal en el monte Carmelo. Elías se acercó al pueblo y le dijo:
"¿Hasta cuándo van a andar indecisos? Si el Señor
es el verdadero Dios, síganlo; y si lo es Baal, sigan a Baal".
Pero el pueblo no supo qué responderle. Entonces Elías les dijo:
"Yo soy el único sobreviviente de los profetas del Señor;
en cambio, los profetas de Baal son cuatrocientos cincuenta. Que nos den dos
novillos; que ellos escojan uno, que lo descuarticen y lo pongan sobre la leña
sin prenderle fuego. Yo prepararé el otro novillo y lo pondré
sobre la leña sin prenderle fuego.
Ustedes invocarán a su dios y yo invocaré al Señor: y el
Dios que responda enviando fuego, ése es el verdadero Dios".
Todo el pueblo respondió: "Está bien". Elías
dijo entonces a los profetas de Baal: "Escojan un novillo y comiencen ustedes
primero, pues son más numerosos. Invoquen a su dios, pero sin prender
fuego".
Ellos tomaron el novillo que les dieron, lo prepararon e invocaron a Baal desde
la mañana hasta el mediodía, diciendo: "Baal, respóndenos".
Pero no se oyó ninguna respuesta, y ellos seguían danzando y brincando
junto al altar que habían hecho. Llegado el medio día, Elías
comenzó a reírse de ellos, diciéndoles: "Griten más
fuerte, porque a lo mejor Baal, su dios, está muy entretenido conversando
o tiene algún negocio o está de viaje. A lo mejor está
dormido y así lo despiertan". Ellos gritaron más fuerte y
empezaron a sangrarse, según su costumbre, con cuchillos y punzones,
hasta que la sangre les chorreaba por todo el cuerpo. Cuando pasó el
mediodía, se pusieron en trance hasta la hora de la ofrenda, pero no
se escuchó respuesta alguna ni hubo nadie que atendiera sus ruegos.
Entonces Elías le dijo al pueblo: "Acérquense a mí".
Y todo el pueblo se le acercó. Preparó el altar del Señor,
que había sido demolido. Tomó doce piedras, según el número
de las tribus de los hijos de Jacob (a quien el Señor había dicho:
Tú te llamarás Israel). Con las piedras levantó un altar
en honor del Señor e hizo alrededor del altar una zanja, del ancho de
un surco. Acomodó la leña, descuartizó el novillo y lo
puso sobre la leña.
Después dijo: "Llenen cuatro cántaros de agua y derrámenla
sobre el holocausto y sobre la leña". Y lo hicieron así.
Volvió a decirles: "Háganlo otra vez”. Y lo repitieron.
De nuevo les dijo: "Háganlo por tercera vez". Y así
lo hicieron. El agua corrió alrededor del altar y llenó la zanja
por completo.
A la hora de la ofrenda se acercó el profeta Elías y dijo: "Señor.
Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob; que se vea hoy que tú eres el Dios
de Israel, que yo soy tu servidor y que por orden tuya he ejecutado todas estas
cosas. Respóndeme, Señor, respóndeme, para que todo este
pueblo sepa que tú, Señor, eres el Dios verdadero, que puede cambiar
los corazones".
Entonces bajó el fuego del Señor y consumió la víctima
destinada al holocausto y la leña, y secó el agua de la zanja.
Al ver esto, todo el pueblo tuvo miedo, y postrándose en tierra, dijo:
"El Señor es el Dios verdadero El Señor es el Dios verdadero".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Elías confía decididamente en Dios y desafía a los sacerdotes de Baal. Dios responde a su profeta y envía la señal precisa para convencer a su pueblo de su fuerza y su poder.
Del salmo
15 R/. Protégeme, Dios mío, pues eres mi refugio.
Protégeme, Dios mío, pues eres mi refugio. Yo siempre
he dicho que tú eres mi Señor. R/.
Los ídolos abundan y tras ellos se van todos corriendo; más yo
no he de ofrecerles sacrificios, jamás invocaré sus nombres. R/.
El Señor es la parte que me ha tocado en herencia: mi vida está
en sus manos. Tengo siempre presente al Señor y con Él a mi lado
jamás tropezaré. R/.
Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia
y de alegría perpetua junto a ti. R/.
ACLAMACIÓN
(Sal 24, 4. 5) R/. Aleluya, aleluya.
Descúbrenos, Señor, tus caminos y guíanos con
la verdad de tu doctrina. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 5, 17-19
En aquel tiempo,
Jesús dijo a sus discípulos: "No crean que he venido a abolir
la ley o los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles plenitud. Yo
les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse
hasta la más pequeña letra o coma de la ley.
Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe
eso a los hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que
los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los cielos".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
La voluntad de Dios mediada en los mandamientos no puede desatenderse. En última instancia. Jesús se considera el intérprete atento de esa voluntad y la actualiza de forma radical.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Tú que has querido que los sacerdotes estén al servicio del altar y de tu pueblo, concédeles, Señor, por la fuerza de este sacrificio, que su ministerio te sea siempre grato y rinda frutos permanentes para tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 17, 17-18)
Padre santo, santifícalos en la verdad. Como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo, dice el Señor
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que este sacrificio eucarístico que te hemos ofrecido y del cual hemos participado, santifique, Señor, a tus sacerdotes y a todos tus fieles, para que, en plena comunión contigo, colaboren con todas sus fuerzas a la edificación de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 109, 4)
El Señor lo ha jurado y el Señor no se retracta. Tú eres sacerdote para siempre, como lo es Melquisedec.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que para gloria tuya y salvación nuestra constituiste a Cristo sumo y eterno sacerdote, concede al pueblo redimido con su sangre obtener, por la participación en este memorial, los frutos de la muerte y resurrección de tu Hijo, que vive y reina contigo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de los Reyes: 18, 41-46
En aquellos días,
dijo Elías a Ajab: "Vete a comer y a beber, pues ya se oye el ruido
de la lluvia". Ajab se fue a comer y a beber. Elías, mientras tanto,
subió a la cumbre del monte Carmelo, se arrodilló y con su cabeza
tocó la tierra. Entonces le dijo a su criado: "Ve a divisar el mar".
El criado fue a ver y le dijo: "No se ve nada". Elías insistió:
"Ve otra vez. El criado volvió siete veces, y a la séptima
le dijo: "Una nubecilla, como la palma de la mano, sube del mar".
Entonces Elías le dijo: "Ve a decirle a Ajab que enganche su carro
y se vaya, para que no lo detenga la lluvia". Y en un instante el cielo
se oscureció de nubes, empezó a soplar el viento y cayó
un fuerte aguacero.
Ajab montó en su carro y se fue a Yezrael, y Elías, por inspiración
y con la fuerza del Señor, se ciñó la túnica y fue
corriendo delante del carro de Ajab hasta la entrada de Yezrael. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
El sirviente del profeta otea con atención el horizonte, Elías anuncia la llegada de la lluvia y manifiesta así que es el confidente y visionario que deletrea los signos del poder divino.
Del salmo
64 R/. Señor, danos siempre de tu agua.
Señor, tú cuidas de la tierra; la riegas y la colmas
de riquezas. Las nubes del Señor van por los campos, rebosantes de agua,
como acequias. R/.
Tú preparas las tierras para el trigo: riegas los surcos, aplanas los
terrenos, reblandeces el suelo con la lluvia, bendices los renuevos. R/.
Tú coronas el año con tus bienes, tus senderos derraman abundancia,
están verdes los pastos del desierto, las colinas con flores adornadas.
R/.
Los prados se visten de rebaños, de trigales los valles se engalanan.
Todo aclama al Señor. Todo le canta. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 13, 34) R/. Aleluya, aleluya.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los
unos a los otros, como yo los he amado. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 5, 20-26
En aquel tiempo,
Jesús dijo a sus discípulos: "Les aseguro que si su justicia
no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente no entrarán
ustedes en el Reino de los cielos. Han oído ustedes que se dijo a los
antiguos: No matarás y el que mate será llevado ante el tribunal.
Pero yo les digo: Todo el que se enoje con su hermano, será llevado también
ante el tribunal; el que insulte a su hermano, será llevado ante el tribunal
supremo, y el que lo desprecie, será llevado al fuego del lugar de castigo.
Por lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí
mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto
al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar
tu ofrenda.
Arréglate pronto con tu adversario, mientras vas con él por el
camino; no sea que te entregue al juez, el juez al policía y te metan
a la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que
hayas pagado el último centavo". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
El respeto a la vida y a la dignidad de cada persona debe ser total. Ese es el tenor del mandamiento original: no matarás. Jesús nos alienta a tratar con extremo respeto a toda persona.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el memorial del sacrificio de tu Hijo, se lleva a cabo la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Co 11, 24-25)
Éste es mi Cuerpo, que se da por ustedes. Éste cáliz es la nueva alianza establecida por mi Sangre; cuantas veces lo beban, háganlo en memoria mía, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que nos has concedido el gozo de participar en esta Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, haz que, unidos siempre a Él, vivamos como verdaderos hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
El Sagrado Corazón de Jesús
Santos: Bernabé, apóstol y María Rosa Molas, fundadora. Solemnidad (Blanco)
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 32, 11. 19)
Los proyectos de su corazón subsisten de edad en edad, para librar de la muerte la vida de sus fieles y reanimarlos en tiempo de hambre.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Al celebrarse hoy la solemnidad del Corazón de Jesús, en la que recordamos el inmenso amor de tu Hijo hacia nosotros, te suplicamos, Padre todopoderoso, que nos concedas alcanzar de esa fuente inagotable la abundancia de tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Ezequiel: 34, 11-16
Esto dice el Señor
Dios: "Yo mismo iré a buscar a mis ovejas y velaré por ellas.
Así como un pastor vela por su rebaño cuando las ovejas se encuentran
dispersas, así velaré yo por mis ovejas e iré por ellas
a todos los lugares por donde se dispersaron un día de niebla y de oscuridad.
Las sacaré de en medio de los pueblos, las congregaré de entre
las naciones, las traeré a su tierra y las apacentaré por los
montes de Israel, por las cañadas y por los poblados del país.
Las apacentaré en pastizales escogidos, y en lo alto de los montes de
Israel tendrán su aprisco; allí reposarán en buenos prados,
y en pastos suculentos serán apacentadas sobre los montes de Israel.
Yo mismo apacentaré a mis ovejas; yo mismo las haré reposar, dice
el Señor Dios. Buscaré a la oveja perdida y haré volver
a la descarriada; curaré a la herida, robusteceré a la débil,
y a la que está gorda y fuerte, la cuidaré. Yo las apacentaré
en la justicia". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Un pastor modelo, un pastor excepcional cuidará de las ovejas de Israel. La atención de ese pastor estará preferentemente puesta sobre las personas más vulnerables y necesitadas.
Del salmo
22 R/. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me
hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas.
R/.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así,
aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás
conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R/.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges
la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes. R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días
de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin
término. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 5, 5-11
Hermanos: Dios ha infundido su amor en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo, que Él mismo nos ha dado. En efecto, cuando todavía no teníamos fuerzas para salir del pecado, Cristo murió por los pecadores en el tiempo señalado. Difícilmente habrá alguien que quiera morir por un justo, aunque puede haber alguno que esté dispuesto a morir por una persona sumamente buena. Y la prueba de que Dios nos ama está en que Cristo murió por nosotros, cuando aún éramos pecadores. Con mayor razón, ahora que ya hemos sido justificados por su sangre, seremos salvados por Él del castigo final. Porque, si cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con Él por la muerte de su Hijo, con mucho más razón, estando ya reconciliados, recibiremos la salvación participando de la vida de su Hijo. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido ahora la reconciliación. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El razonamiento es impecable. Si Dios nos mostró su amor incondicional cuando estábamos alejados de su amistad, nos acogerá con mayor afecto ahora que somos sus amigos.
ACLAMACIÓN
(Jn 10, 14) R/. Aleluya, aleluya
Yo soy el buen pastor, dice el Señor, yo conozco a mis ovejas y ellas
me conocen a mí. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 15, 3-7
En aquel tiempo,
Jesús dijo a los fariseos y a los escribas esta parábola: "¿Quién
de ustedes, si tiene cien ovejas y se le pierde una, no deja las noventa y nueve
en el campo y va en busca de la que se le perdió hasta encontrarla? Y
una vez que la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría,
y al llegar a su casa, reúne a los amigos y vecinos y les dice: Alégrense
conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido'.
Yo les aseguro que también en el cielo habrá más alegría
por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos, que no necesitan
arrepentirse". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Este pastor desconcertante sólo puede representar a Dios y a su lógica excepcional. Para El no cuentan las estadísticas, sino las situaciones de desamparo que viven las personas.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Ten en cuenta, Señor, el inefable amor del corazón de tu Hijo, para que este don que te ofrecemos, sea agradable a tus ojos y sirva como expiación de nuestros pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo
y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en
todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo,
Señor nuestro.
El cual, con inmenso amor, se entregó por nosotros en la cruz e hizo
salir sangre y agua de su costado herido, de donde habrían de brotar
los sacramentos de la Iglesia, para que todos, atraídos hacia el corazón
abierto del Salvador, pudieran beber siempre, con gozo, de la fuente de la salvación.
Por eso, con los ángeles y con todos los santos te alabamos, diciendo
sin cesar: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 7, 37-38)
Dice el Señor: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba. De aquel que cree en mi, brotarán ríos de agua viva.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que este sacramento de caridad nos haga arder en un santo amor que, atrayéndonos siempre hacia tu Hijo, nos enseñe a reconocerlo en cada uno de nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
El Corazón Inmaculado de María.
Santos: Nabor y Nazario de Milán, mártires. Beata Mercedes de Jesús Molina, fundadora.
Vísperas I del Domingo: 3ª. semana del Salterio. Memoria (Blanco)
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 12, 6)
Mi corazón se llena de alegría por el Salvador y entona al Señor un himno de acción de gracias por los bienes que me ha concedido.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que formaste en el corazón de la santísima Virgen María una digna morada al Espíritu Santo, ayúdanos, por su maternal intercesión, para que seamos cada vez menos indignos de que habites en nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de los Reyes: 19, 19-21
Por aquel entonces,
Elías partió luego y encontró a Eliseo, hijo de Safat,
que estaba arando. Delante de él trabajaban doce yuntas de bueyes y él
trabajaba con la última. Elías pasó junto a él y
le echó encima su manto. Entonces Eliseo abandonó sus bueyes,
corrió detrás de Elías y le dijo: "Déjame dar
a mis padres el beso de despedida y te seguiré". Elías le
contestó: "Ve y vuelve, porque bien sabes lo que ha hecho el Señor
contigo".
Se fue Eliseo, se llevó los dos bueyes de la yunta, los sacrificó,
asó la carne en la hoguera que hizo con la madera del arado y la repartió
a su gente para que se la comieran. Luego se levantó, siguió a
Elías y se puso a su servicio. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
Eliseo es un campesino atento a la presencia profética de Elías. En el momento oportuno sabe despojarse de su oficio para consagrarse al servicio de su padre y Maestro.
Del salmo
15 R/. Señor, mi vida está en tus manos.
Protégeme, Dios mío, pues eres mi refugio. Yo siempre
he dicho que tú eres mi Señor. El Señor es la parte que
me ha tocado en herencia: mi vida está en sus manos. R/.
Bendeciré al Señor, que me aconseja; hasta de noche me instruye
internamente. Tengo siempre presente al Señor y con El a mi lado, jamás
tropezaré. R/.
Por eso se me alegran el corazón y el alma y mi cuerpo vivirá
tranquilo, porque tú no me abandonarás a la muerte ni dejarás
que sufra yo la corrupción. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Lc 2, 19) R/. Aleluya, Aleluya.
Dichosa la virgen María, que guardaba la palabra de Dios y la
meditaba en su corazón. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 2, 41-51
Los padres de Jesús
solían ir cada año a Jerusalén para las festividades de
la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, fueron a la
fiesta, según la costumbre. Pasados aquellos días, se volvieron;
pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que
sus padres lo supieran. Creyendo que iba en la caravana, hicieron un día
de camino; entonces lo buscaron, y al no encontrarlo, regresaron a Jerusalén
en su busca.
Al tercer día lo encontraron en el templo, sentado en medio de los doctores,
escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que lo oían
se admiraban de su inteligencia y de sus respuestas. Al verlo, sus padres se
quedaron atónitos y su madre le dijo: "Hijo mío, ¿por
qué te has portado así con nosotros? Tu padre y yo te hemos estado
buscando llenos de angustia". Él les respondió: "¿Por
qué me andaban buscando? ¿No sabían que debo ocuparme en
las cosas de mi Padre?". Ellos no entendieron la respuesta que les dio.
Entonces volvió con ellos a Nazaret y siguió sujeto a su autoridad.
Su madre conservaba en su corazón todas aquellas cosas. Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Este relato nos alecciona acerca de las opciones extraordinarias e importantes. Jesús respeta a sus padres y se mantiene particularmente atento a los reclamos del Padre celestial.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que el sacrificio que vamos a ofrecerte en esta festividad de la Virgen María, sea agradable a tus ojos y nos alcance tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de santa María Virgen.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 2, 19)
María conservaba todas aquellas palabras y las meditaba en su corazón.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que nos has hecho partícipes del memorial de nuestra redención, concédenos, por intercesión de María, la Madre de tu Hijo, participar más profundamente de tu vida y alegrarnos con la abundancia de tus bendiciones. Por Jesucristo, nuestro Señor.
XI DOMINGO ORDINARIO.
Santos: Antonio de Padua Doctor de la Iglesia; y Aventino de los Pirineos, mártir. (Verde)
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 26, 7. 9)
Escucha, Señor, mi voz y mis clamores y ven en mi ayuda; no me rechaces, ni me abandones, Dios, salvador mío.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, fuerza de todos los que en ti confían, ayúdanos con tu gracia, sin la cual nada puede nuestra humana debilidad, para que podamos serte fieles en la observancia de tus mandamientos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de Samuel: 12, 7-10. 13
En aquellos días,
dijo el profeta Natán al rey David: "Así dice el Dios de
Israel: 'Yo te consagré rey de Israel y te libré de las manos
de Saúl, te confié la casa de tu señor y puse sus mujeres
en tus brazos; te di poder sobre Judá e Israel, y si todo esto te parece
poco, estoy dispuesto a darte todavía más.
¿Por qué, pues, has despreciado el mandato del Señor, haciendo
lo que es malo a sus ojos? Mataste a Urías, el hitita, y tomaste a su
esposa por mujer. A él lo hiciste morir por la espada de los amonitas.
Pues bien, la muerte por espada no se apartará nunca de tu casa, pues
me has despreciado, al apoderarte de la esposa de Urías, el hitita, y
hacerla tu mujer' ". David le dijo a Natán: "¡He pecado
contra el Señor!". Natán le respondió: “El Señor
te perdona tu pecado. No morirás". Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
El profeta Natán desenmascara los abusos cometidos por el rey David. Exhibe su prepotencia y su rebeldía ante el mandato de Dios. El rey recapacita y confiesa humildemente su pecado.
Del salmo 31 R/.
Perdona, Señor, nuestros pecados.
Dichoso aquel que ha sido absuelto de su culpa y su pecado. Dichoso
aquel en el que Dios no encuentra ni delito ni engaño. R/.
Ante el Señor reconocí mi culpa, no oculté mi pecado. Te
confesé, Señor, mi gran delito y tú me has perdonado. R/.
Por eso, en el momento de la angustia, que todo fiel te invoque, y no lo alcanzarán
las grandes aguas, aunque éstas se desborden. R/.
Alégrense con el Señor y regocíjense los justos todos,
y todos los hombres de corazón sincero canten de gozo. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 2, 16. 19-21
Hermanos: Sabemos que el
hombre no llega a ser justo por cumplir la ley, sino por creer en Jesucristo.
Por eso también nosotros hemos creído en Cristo Jesús,
para ser justificados por la fe en Cristo y no por cumplir la ley. Porque nadie
queda justificado por el cumplimiento de la ley.
Por la ley estoy muerto a la ley, a fin de vivir para Dios. Estoy crucificado
con Cristo. Vivo, pero ya no soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mí.
Pues mi vida en este mundo la vivo en la fe que tengo en el Hijo de Dios, que
me amó y se entregó a sí mismo por mí. Así
no vuelvo inútil la gracia de Dios, pues si uno pudiera ser justificado
por cumplir la ley, Cristo habría muerto en vano. Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
Pablo ha operado en su vida una doble muerte: muerte a su propio yo y también al imperio de la ley mosaica. Desde esa libertad puede acoger la presencia de Cristo Jesús.
ACLAMACIÓN
(cfr. 1 Jn 4, 10) R/. Aleluya, aleluya.
Dios nos amó y nos envió a su Hijo, como víctima
de expiación por nuestros pecados. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 7, 36-8, 3
En
aquel tiempo, un fariseo invitó a Jesús a comer con él.
Jesús fue a la casa del fariseo y se sentó a la mesa. Una mujer
de mala vida en aquella ciudad, cuando supo que Jesús iba a comer ese
día en casa del fariseo, tomó consigo un frasco de alabastro con
perfume, fue y se puso detrás de Jesús, y comenzó a llorar,
y con sus lágrimas bañaba sus pies, los enjugó con su cabellera,
los besó y los ungió con el perfume.
Viendo esto, el fariseo que lo había invitado comenzó a pensar:
"Si este hombre fuera profeta, sabría qué clase de mujer
es la que lo está tocando; sabría que es una pecadora".
Entonces Jesús le dijo: "Simón, tengo algo que decirte".
El fariseo contestó: "Dímelo, Maestro". Él le
dijo: "Dos hombres le debían dinero a un prestamista. Uno le debía
quinientos denarios y el otro, cincuenta. Como no tenían con qué
pagarle, les perdonó la deuda a los dos. ¿Cuál de ellos
lo amará más?". Simón le respondió: "Supongo
que aquel a quien le perdonó más". Entonces Jesús
le dijo: "Has juzgado bien". Luego, señalando a la mujer, dijo
a Simón: "¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y tú
no me ofreciste agua para los pies, mientras que ella me los ha bañado
con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos. Tú no
me diste el beso de saludo; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado
de besar mis pies. Tú no ungiste con aceite mi cabeza; ella, en cambio,
me ha ungido los pies con perfume. Por lo cual, yo te digo: sus pecados, que
son muchos, le han quedado perdonados, porque ha amado mucho. En cambio, al
que poco se le perdona, poco ama". Luego le dijo a la mujer: "Tus
pecados te han quedado perdonados".
Los invitados empezaron a preguntarse a sí mismos: ¿Quién
es éste, que hasta los pecados perdona?". Jesús le dijo a
la mujer: "Tu fe te ha salvado; vete en paz". Después de esto,
Jesús comenzó a recorrer ciudades y poblados predicando la buena
nueva del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que
habían sido libradas de espíritus malignos y curadas de varias
enfermedades. Entre ellas iban María, llamada Magdalena, de la que habían
salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, el administrador de Herodes; Susana
y otras muchas, que los ayudaban con sus propios bienes. Palabra del
Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Esta anónima mujer, no es de ninguna manera Magdalena. Es una mujer que ama mucho porque reconoce que Jesús es la manifestación patente del amor compasivo de Dios hacia ella.
Credo
ORACIÓN UNIVERSAL
Presentémosle
al Padre nuestras peticiones.
A cada petición diremos: Escúchanos Padre.
Por todos los cristianos. Que no busquemos nunca la venganza ni la muerte
de los que hacen el mal, sino que deseemos de todo corazón que se conviertan.
Oremos:
Por los gobernantes. Que trabajen por la paz y hagan posible que las riquezas
de este mundo lleguen a todos. Oremos:
Por los que se dedican a la educación de los niños y de los jóvenes.
Que les ayuden a formarse en los valores que realmente merecen la pena. Oremos:
Por los abuelos y abuelas. Que puedan ver crecer con alegría a sus nietos,
y sean para ellos ejemplo de fe y de amor. Oremos:
Por nosotros. Que estemos siempre agradecidos a Dios, que nunca deja de darnos
su perdón. Oremos:
Escucha, Padre, nuestra oración, y danos tu Espíritu Santo. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, que en estos dones que te presentamos has otorgado al hombre el pan que lo alimenta y el sacramento que le da nueva vida, has que nunca llegue a faltarnos este sustento del cuerpo y del espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor
Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 26. 4)
Una sola cosa he pedido al Señor y es lo único que busco: habitar en su casa todos los días de mi vida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que nuestra participación en este sacramento signo de la unión de los fieles en ti, contribuya, Señor, a la unidad de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Mientras permitamos que el impulso de la autoafirmación prevalezca como eje central en nuestra vida acabaremos lastimando la dignidad propia y ajena. El hombre que se concentra exclusivamente en satisfacer sus deseos y pasiones vive desorientado. El pecado es un desacierto que nos impide mantener relaciones justas y armoniosas con nosotros mismos, con los demás y con nuestro entorno. Los seres humanos vivimos en una condición pecadora, que se redime por muerte y resurrección de Cristo. Si aceptamos humildemente nuestra impotencia y nos dejamos auxiliar por la gracia de Dios, podremos aprender a vivir en sobriedad, respetando el entorno y la dignidad de las personas que interactúan cotidianamente con nosotros.
Santos: Eliseo Profeta; y Francisco de Bruselas, mártir. Beato Gerardo de Claraval, monje. Feria (Verde),
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 89, 17)
Señor, muéstrate bondadoso con nosotros y haz fecundo el trabajo de nuestras manos.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por medio del trabajo del hombre diriges y perfeccionas constantemente la obra inmensa de tu creación, haz que todos los hombres encuentren trabajo digno en el que se realicen a sí mismos y, en un esfuerzo común, contribuyan al progreso de todos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de los Reyes: 21, 1-16
Nabot de Yezrael tenía
una viña junto al palacio de Ajab, rey de Samaria, y Ajab le dijo a Nabot:
"Dame tu viña para plantar ahí una huerta, ya que está
pegada a mi casa; yo te doy por ella una viña mejor o si prefieres, te
pago con dinero". Nabot le respondió a Ajab: "Dios me libre
de darte la herencia de mis padres".
Ajab se fue a su casa, triste y enfurecido, porque Nabot le había dicho:
"No te daré la herencia de mis padres". Se acostó en
su cama, se volvió de cara a la pared y no quiso comer. Entonces se le
acercó su esposa, Jezabel, y le dijo: "¿Por qué estás
de mal humor y no quieres comer?". Él respondió: "Es
que hablé con Nabot de Yezrael y le dije que me vendiera su viña
o que, si prefería, yo se la cambiaría por otra mejor; pero él
me respondió que no me daría su viña".
Su esposa Jezabel, le dijo: "¿No que tú eres el rey poderoso
que manda en Israel? Levántate, come y alégrate. Yo te daré
la viña de Nabot".
Entonces ella escribió unas cartas en nombre de Ajab, las selló
con el sello del rey y las envió a los ancianos y hombres principales
de la ciudad en que vivía Nabot. Las cartas decían: "Promulguen
un ayuno, convoquen una asamblea y sienten a Nabot en primera fila.
Pongan frente a él a dos malvados que lo acusen, diciendo: 'Ha maldecido
a Dios y al rey'. Luego lo sacan fuera de la ciudad y lo apedrean hasta que
muera".
Los habitantes de la ciudad, los ancianos y los hombres principales que vivían
cerca de Nabot, hicieron lo que Jezabel les había mandado, de acuerdo
con lo escrito en las cartas que les había remitido. Promulgaron un ayuno
y en la asamblea sentaron a Nabot en primera fila. Llegaron los dos malvados,
se sentaron frente a él y lo acusaron delante del pueblo, diciendo: "Nabot
ha maldecido a Dios y al rey". Luego lo sacaron fuera de la ciudad y lo
apedrearon hasta que murió. En seguida le mandaron avisar a Jezabel que
Nabot había muerto apedreado. Cuando Jezabel supo que Nabot había
muerto apedreado, le dijo a Ajab: "Ve a tomar posesión de la viña
de Nabot de Yezrael, que no quiso vendértela, pues Nabot ya no vive:
ha muerto". Apenas oyó Ajab que Nabot había muerto, fue a
tomar posesión de la viña de Nabot de Yezrael. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
El rey Ajab dejó que la codicia y la prepotencia de su esposa avasallaran
su corazón. Se ensoberbeció y acabó por renunciar a su
autoridad, pasando por encima de la vida de inocentes como Nabot.
Del salmo 5 R/.
Señor, atiende a mis gemidos.
Señor, oye mi voz, atiende a mis gemidos, haz caso de mis súplicas,
rey y Dios mío. R/..
Pues tú no eres un Dios al que pudiera la maldad agradarle, ni el malvado
es tu huésped ni ante ti puede estar el arrogante. R/.
Al malhechor detestas, y destruyes, Señor, al embustero; aborreces al
hombre sanguinario y a quien es traicionero. R/.
ACLAMACIÓN
(Sal 118, 105) R/. Aleluya, aleluya.
Tus palabras, Señor, son una antorcha para mis pasos y una luz
en mi sendero. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 5, 38-42
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Ustedes han oído
que se dijo:
Ojo por ojo, diente por diente; pero yo les digo que no hagan resistencia al
hombre malo. Si alguno te golpea en la mejilla derecha, preséntale también
la izquierda; al que te quiera demandar en juicio para quitarte la túnica,
cédele también el manto. Si alguno te obliga a caminar mil pasos
en su servicio, camina con él dos mil. Al que te pide, dale; y al que
quiere que le prestes, no le vuelvas la espalda". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
El principal fundamento es la renuncia al ejercicio de la violencia para resolver los conflictos. Los cuatro casos señalados ilustran la aplicación de dicho principio en el contexto galileo de la época.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Tú que con este pan y este vino que te presentamos das al hombre el alimento que lo sostiene y el sacramento que lo renueva, concédenos, Señor, no carecer nunca de esta ayuda del cuerpo y del espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Col 3, 17)
Todo lo que hagan de palabra o de obra, háganlo en el nombre de Jesús, el Señor, dando gracias por su medio a Dios Padre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que nos has alimentado con el sacramento de la unidad y del amor, concédenos desempeñar con fe el trabajo que nos has encomendado para obtener nuestro diario sustento y cooperar a la edificación de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 85, 3. 5)
Dios mío, ten piedad de mí, pues sin cesar te invoco. Tú eres bueno y clemente y no niegas tu amor al que te invoca.
ORACIÓN COLECTA
Dios misericordioso, de quien procede todo lo bueno, inflámanos con tu amor y acércanos más a ti a fin de que podamos crecer en tu gracia y perseveremos en ella. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de los Reyes: 21, 17-29
Después de la muerte
de Nabot, el Señor le dirigió la palabra al profeta Elías
y le dijo: "Levántate y ve al encuentro de Ajab, rey de Israel,
que vive en Samaria. Se encuentra en la viña de Nabot, a donde ha ido
para apropiársela. Dile lo siguiente: 'Esto dice el Señor: ¿Así
que, además de asesinar, estás robando?'. Dile también:
`Por eso, dice el Señor, en el mismo lugar en que los perros han lamido
la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu propia sangre'
".
Ajab le dijo a Elías: "¿Has vuelto a encontrarme, enemigo
mío?". Le respondió Elías: "Sí, te he
vuelto a encontrar. 'Porque te has prestado para hacer el mal ante mis ojos,
dice el Señor, yo mismo voy a castigarte: voy a barrer a tu posteridad
y a exterminar en Israel a todo varón de tu casa, libre o esclavo. Haré
con tu casa lo que hice con la de Jeroboam, hijo de Nebat, y con la de Basa,
hijo de Ajías, porque has provocado mi cólera y has hecho pecar
a Israel. A los hijos de Ajab que mueran en la ciudad, los devorarán
los perros; y a los que mueran en el campo, se los comerán los buitres'.
También contra Jezabel ha hablado el Señor y ha dicho: los perros
devorarán a Jezabel en el campo de Yezrael' ". (Y es que en realidad
no hubo otro que se prestara tanto como Ajab para hacer el mal ante los ojos
del Señor, instigado por su esposa Jezabel. Su proceder fue abominable,
porque adoró a los ídolos que habían hecho los amorreos,
a quienes el Señor expulsó del país para dárselo
a los hijos de Israel).
Cuando Ajab oyó estas palabras, desgarró sus vestiduras, se puso
un vestido de sayal y ayunó; se acostaba con el sayal puesto y andaba
cabizbajo. Entonces el Señor le habló al profeta Elías
y le dijo: "¿Has visto cómo se ha humillado Ajab en mi presencia?
Por eso, no lo castigaré a él durante su vida, pero en vida de
su hijo castigaré a su casa". Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
El profeta Elías no se acobarda ante los abusos de la casa real de Israel. Levanta la voz con decisión, conmina al rey Ajab a reconocer su pecado y lo encamina a la senda del bien.
Del salmo 50 R/.
Misericordia, Señor, hemos pecado.
Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate
de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y
purifícame de mis pecados. R/.
Puesto que reconozco mis culpas, tengo siempre presentes mis pecados. Contra
ti solo pequé, Señor, haciendo lo que a tus ojos era malo. R/.
Aleja de tu vista mis maldades y olvídate de todos mis pecados. Líbrame
de la sangre, Dios, salvador mío, y aclamará mi lengua tu justicia.
R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 13, 34) R/. Aleluya, aleluya.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los
unos a los otros, como yo los he amado. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 5, 43-48
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Han oído
ustedes que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo; yo, en cambio,
les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian y rueguen por
los que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de su Padre celestial,
que hace salir su sol sobre los buenos y los malos, y manda su lluvia sobre
los justos y los injustos. Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿qué
recompensa merecen? ¿No hacen eso mismo los publicanos?
Y si saludan tan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario?
¿No hacen eso mismo los paganos?
Ustedes, pues, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Un Dios imparcial que no se mide para derramar sus bendiciones, que no práctica costumbres clientelares es un reto para nuestra generosidad interesada. Hay que ser buenos con todos para asemejarnos al Padre.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos y realiza en nosotros con el poder de tu Espíritu, la obra redentora que se actualiza en esta Eucaristía. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 5, 9-10)
Bienaventurados los que procuran la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque suyo es el Reino de los cielos, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Señor, que este sacramento con que nos has alimentado, nos haga crecer en tu amor y nos impulse a servirte en nuestros prójimos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ap 7, 9)
Vi una muchedumbre innumerable de toda nación y raza pueblo y lengua.
ORACIÓN COLECTA
Señor y Dios nuestro, que en la nueva alianza instituida por Cristo continúas formándote, sin distinción de razas ni fronteras, un pueblo que tu Espíritu Santo congrega en la unidad, haz que tu Iglesia, fiel a la misión que le confiaste, comparta siempre las alegrías y las esperanzas de la humanidad y sea como su fermento y su alma, para convertir a todos los hombres a Cristo y hacerlos hijos de Dios. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de los Reyes: 2, 1. 6-14
Esto fue lo que sucedió
cuando el Señor iba a arrebatar a Elías en un remolino hacia el
cielo. Ese día Elías y Eliseo habían salido de Guilgal.
Al llegar a Jericó, Elías le dijo a Eliseo: "Quédate
aquí, porque el Señor me envía al Jordán”
Respondió Eliseo: "Por Dios y por tu vida que no te dejaré
ir solo". Y se fueron los dos juntos. Los acompañaban cincuenta
hombres de la comunidad de los profetas, los cuales, al llegar Elías
y Eliseo a la orilla del Jordán, se detuvieron a cierta distancia de
ellos. Elías tomó su manto, lo enrolló y con él
golpeó las aguas; éstas se separaron a un lado y a otro, y ambos
pasaron el río sin mojarse.
Después de cruzar, Elías le dijo a Eliseo: "Pídeme
lo que quieras que haga por ti, antes de que sea arrebatado de tu lado".
Respondió Eliseo: "Que sea el heredero principal de tu espíritu".
Le dijo Elías: "Es difícil lo que pides: pero si alcanzas
a verme, cuando sea arrebatado de tu lado, lo obtendrás; si no, no lo
obtendrás".
Siguieron caminando y conversando, cuando un carro de fuego, con caballos de
fuego, se interpuso entre ellos, y Elías subió al cielo en un
remolino. Eliseo lo veía alejarse y le gritaba: "¡Padre mío,
padre mio, carro y auriga de Israel!". Y ya no lo volvió a ver.
Entonces se rasgó las vestiduras, recogió el manto que se le había
caído a Elías, regresó y se detuvo en la orilla del Jordán.
Tomó el manto de Elías y golpeó con él las aguas,
y no se separaron. Entonces dijo: "¿Dónde está el
Señor, el Dios de Elías?". Volvió a golpear las aguas
y entonces se separaron a un lado y a otro, y pasó Eliseo. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Eliseo se mantiene permanentemente al servicio de Dios, asiste a su maestro y padre Elías. Al momento de la partida, demanda que el Señor le otorgue la sensatez del espíritu profético.
Del salmo 30 R/.
Amemos al Señor todos sus fieles.
¡Qué grande es la bondad que has reservado, Señor,
para tus fieles! Con quien se acoge a ti, Señor, ¡qué bueno
eres! R/.
Tu presencia lo ampara de todas las intrigas de los hombres, y lo pone a resguardo
de las burlas y las murmuraciones. R/.
Que amen al Señor todos sus fieles, pues protege a los leales y a los
soberbios da lo que merecen. R/.
ACLAMACIÓN
(Jr) 14, 23) R/. Aleluya, aleluya.
El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará
y haremos en él nuestra morada, dice el Señor. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 6, 1-6 16-18
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Tengan cuidado
de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres para que los vean.
De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial.
Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los
hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben los
hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio,
cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para
que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes
les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para
que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú,
en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante
tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo
secreto, te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que
descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están
ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio,
cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que
no sepa la gente que estás ayunando sino tu Padre, que está en
lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Las llamadas obras de misericordia expresan nuestra voluntad de reorientar nuestra relación con Dios. No se trata de llamar la atención de nadie más, sino de comunicarnos con el Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos y concede a tu Iglesia, nacida del costado de Cristo en la cruz, encontrar en la participación de este sacrificio la santidad de vida que la haga más digna de su autor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ap 7, 12)
La alabanza, la gloria, la sabiduría, las gracias, el honor, la potencia y la fuerza se deben a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con el sacramento de tu Hijo, te pedimos, Señor, que hagas fecunda la actividad de tu Iglesia, para que no cese de revelar a los pobres la inagotable riqueza del Evangelio, puesto que tú los has llamado a formar la parte escogida de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Ismael, patriarca; Teresa de Portugal, religiosa y Emilia de Vialar, fundadora. Feria (Verde)
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 77, 23-25)
Abrió Dios las compuertas del cielo e hizo llover sobre ellos el maná para que comiesen; les dio un trigo celeste, y el hombre comió pan de ángeles.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que llevaste a cabo la obra de la redención humana por el misterio pascual de tu Hijo, concédenos que, al anunciar llenos de fe por medio de los signos sacramentales, su muerte y resurrección, recibamos cada vez con mayor abundancia los frutos de la salvación. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Eclesiástico (Sirácide): 48, 1-15
En aquel tiempo, surgió
Elías, un profeta de fuego; su palabra quemaba como una llama. El hizo
caer sobre los israelitas el hambre y con celo los diezmó. En el nombre
del Señor cerró las compuertas del cielo e hizo que descendiera
tres veces fuego de lo alto.
¡Qué glorioso eres, Elías, por tus prodigios! ¿Quién
puede jactarse de ser igual a ti? Tú resucitaste del sepulcro a un muerto,
lo arrancaste de la muerte por la palabra del Altísimo. Tú llevaste
la ruina a los reyes y la muerte a los príncipes en su lecho. Tú
escuchaste las amenazas de Dios en el Sinaí y sus palabras de castigo
en el Horeb. Tú ungiste a reyes vengadores y nombraste como sucesor tuyo
a un profeta.
En un torbellino de llamas fuiste arrebatado al cielo, sobre un carro tirado
por caballos de fuego. Escrito está de ti que volverás, cargado
de amenazas, en el tiempo señalado, para aplacar la cólera antes
de que estalle, para hacer que el corazón de los padres se vuelva hacia
los hijos y congregar a las tribus de Israel. Dichosos los que te vieron y murieron
gozando de tu amistad; pero más dichosos los que estén vivos,
cuando vuelvas. Cuando Elías fue arrebatado por el torbellino, Eliseo
quedó lleno de su espíritu. Ningún príncipe lo intimidó,
nadie lo pudo dominar. Ninguna cosa le era imposible y aun estando en el sepulcro,
resucitó a un muerto. En vida hizo prodigios y después de muerto,
obras admirables. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
En la tradición sapiencial de Israel resalta la figura profética de Elías. Personaje glorioso y respetado por intimar con Dios y servir como intercesor fiel a favor de su pueblo.
Del salmo 96 R/.
Que se alegren los justos con el Señor.
Reina el Señor, alégrese la tierra; cante de regocijo
el mundo entero. El trono del Señor se asienta en la justicia y el derecho.
R/.
Un fuego que devora a sus contrarios a nuestro Dios precede; deslumbran sus
relámpagos el orbe y viéndolos, la tierra se estremece. R/.
Los montes se derriten como cera ante el Señor de toda la tierra. Los
cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven todos los pueblos. R/.
Los que adoran estatuas que se llenen de pena y se sonrojen, lo mismo el que
se jacta de sus ídolos. Que caigan ante Dios todos los dioses. R/.
ACLAMACIÓN
(Rm 8, 15) R/. Aleluya, aleluya.
Hemos recibido un espíritu de hijos, que nos hace exclamar:
¡Padre! R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 6, 7-15
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando ustedes
hagan oración, no hablen mucho, como los paganos, que se imaginan que
a fuerza de mucho hablar serán escuchados. No los imiten, porque el Padre
sabe lo que les hace falta, antes de que se lo pidan. Ustedes pues, oren así:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga
tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal. Si ustedes perdonan las faltas a los hombres, también
a ustedes los perdonará el Padre celestial. Pero si ustedes no perdonan
a los hombres, tampoco el Padre les perdonará a ustedes sus faltas".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Ni la verbosidad ni la retórica nos acercan al corazón de Dios. La sencillez y la confianza filial son las actitudes idóneas para presentar al Señor nuestras más hondas inquietudes.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, al celebrar el memorial de nuestra salvación, te pedimos humildemente nos concedas que este sacramento de amor sea siempre para nosotros un signo de unidad y un vínculo de amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 6, 51-52)
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor. El que coma de este pan, vivirá eternamente; pues el pan que voy a dar, es mi carne, y lo doy para vida del mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que la participación en este banquete celestial nos santifique, de modo que, por la recepción del no Cuerpo y Sangre de Cristo, se estreche entre nosotros la unión fraterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Ap 5, 9-10)
Sin distinción de raza, lengua, pueblo o nación, nos compraste, Señor, con tu Sangre e hiciste de nosotros un Reino para Dios.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que has redimido a todos los hombres con la preciosa Sangre de tu Hijo, protege en nosotros la obra de tu misericordia, para que, celebrando siempre el misterio de nuestra salvación merezcamos alcanzar sus frutos eternos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de los Reyes: 11, 1-4. 9-18. 20
Por aquel entonces, Atalía,
madre del rey Ocozías, viendo que había muerto su hijo, decidió
exterminar a toda la familia real. Pero Yehosebá, hija del rey Joram
y hermana de Ocozías, tomó a su sobrino Joás y lo sacó
a escondidas de entre los hijos del rey, cuando los estaban asesinando, para
ocultarlo de Atalía. Escondió al niño y a su nodriza, y
así el niño pudo escapar de la muerte. Seis años estuvo
oculto con ella en el templo del Señor, y entre tanto Atalía reinó
en el país.
El año séptimo, el sacerdote Yehoyadá mandó llamar
a los oficiales del ejército y a los soldados de éstos, los introdujo
en el templo del Señor, les mostró al hijo del rey e hizo con
ellos un pacto con juramento, de cuidar al hijo del rey.
Los oficiales cumplieron el pacto que habían hecho con el sacerdote Yehoyadá.
Cada cual se puso al frente de sus hombres, que entraban de guardia el sábado
o terminaban su guardia el sábado, y se presentaron ante el sacerdote
Yehoyadá. Este les entregó las lanzas y los escudos del rey David,
que estaban en el templo del Señor. Cuando los soldados de la guardia,
con las armas en la mano, se pusieron en fila desde el lado sur hasta el lado
norte del templo, rodeando el altar, Yehoyadá sacó al hijo del
rey, le puso la diadema y las insignias reales y lo ungió. Entonces todos
aplaudieron y gritaron: "¡Viva el rey!".
Cuando Atalía escuchó el clamor popular, fue al templo del Señor,
donde estaba reunida la gente. Entonces vio al rey, que estaba de pie sobre
el estrado, según la costumbre, a los oficiales del ejército y
a los heraldos en torno al rey, y a todo el pueblo que daba muestras de gran
alegría, mientras sonaban las trompetas. Entonces Atalía rasgó
sus vestiduras y gritó: "¡Traición, traición!".
El sacerdote Yehoyadá dio esta orden a los oficiales: "Sáquenla
del templo y maten al que la siga" El sacerdote les había dicho:
"No podemos matarla en el templo del Señor". Así pues,
los guardias la llevaron hasta el palacio real y le dieron muerte en la puerta
de los caballos.
Entonces el sacerdote Yehoyadá renovó la alianza entre el Señor,
el rey y el pueblo, por la cual ellos serían el pueblo del Señor.
Todo el pueblo penetró en el templo de Baal y lo destrozaron; destruyeron
completamente el altar y sus estatuas, y a Matán, sacerdote de Baal le
dieron muerte delante del altar.
El sacerdote Yehoyadá puso centinelas en el templo del Señor.
Todo el pueblo se llenó de alegría y la ciudad quedó tranquila.
Atalía había sido muerta en el palacio real. Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
Atalía, reina madre, usurpa el poder en Judá. El sacerdote Yehoyadá, hace honor a su nombre: "Dios conoce", se mantiene en la resistencia y preserva la dinastía de David.
Del salmo 131 R/.
Dios le dará el trono de su padre David.
Dios prometió a David y el Señor no revoca sus promesas—:
"Pondré sobre tu trono a uno de tu propia descendencia. R/.
Si tus hijos son fieles a mi alianza y cumplen los mandatos que yo enseñe,
también ocuparán sus hijos tu trono para siempre". R/.
Esto es así, porque el Señor ha elegido a Sión como morada:
"Aquí está mi reposo para siempre; porque así me agradó,
será mi casa. R/.
Aquí haré renacer el poder de David y encenderé una lámpara
a mi ungido; pondré sobre su frente mi diadema, ignominia daré
a sus enemigos". R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 5, 3) R/. Aleluya, aleluya.
Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino
de los cielos. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 6, 19-23
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No acumulen ustedes
tesoros en la tierra, donde la polilla y el moho los destruyen, donde los ladrones
perforan las paredes y se los roban. Más bien acumulen tesoros en el
cielo, donde ni la polilla ni el moho los destruyen, ni hay ladrones que perforen
las paredes y se los roben; porque donde está tu tesoro, ahí también
está tu corazón.
Tus ojos son la luz de tu cuerpo; de manera que, si tus ojos están sanos,
todo tu cuerpo tendrá luz. Pero si tus ojos están enfermos, todo
tu cuerpo tendrá oscuridad. Y si lo que en ti debería ser luz,
no es más que oscuridad, ¡qué negra no será tu propia
oscuridad!". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
El axioma es verdadero, el corazón se clava en el baúl donde guardamos nuestros tesoros. Las riquezas no deben adueñarse de nuestra voluntad. Son ídolos vanos que no aseguran una vida plena.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al presentarte nuestras ofrendas, te suplicamos, Señor, que por medio de estos misterios, nos acerquemos a Jesús, y renovemos la acción salvadora de su Sangre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. 1 Co 10. 16)
El cáliz de nuestra acción de gracias, nos une a todos en la Sangre de Cristo; y el pan que partimos, nos une a todos en el Cuerpo del Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso, habiendo sido confortados con el alimento y bebida celestiales, te pedimos que defiendas del temor del enemigo a quienes has redimido con la preciosa Sangre de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Santos: Romualdo de Ravena, abad y Gervasio y Protasio de Milán mártires. Beata Michelena de Pesaro, laica.
Vísperas I del domingo: 4a semana del Salterio. Feria (Verde)
Misa de Santa María en Sábado
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Jdt 13, 18-19)
María, el Altísimo te ha bendecido más que a todas las mujeres de la tierra, y de tal manera te ha glorificado, que los hombres no cesan de alabarte.
ORACIÓN COLECTA
Padre bueno, Dios nuestro, que en Maria, primicia de la redención, nos has dado una madre de inmensa ternura, abre nuestros corazones a la alegría del Espíritu Santo y haz que, a imitación de la Virgen, sepamos alabarte por las maravillas realizadas en Cristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de las Crónicas: 24, 17-25
Después de la muerte
del sacerdote Yehoyadá, vinieron los jefes de Judá a postrarse
ante el rey; a éste, sobornado por sus regalos, le pareció bien
lo que le propusieron. Entonces abandonaron el templo del Señor, Dios
de sus padres, y dieron culto a los bosques sagrados y a los ídolos.
Este pecado provocó la ira de Dios sobre Judá y Jerusalén.
El Señor les envió profetas para que se arrepintieran, pero no
hicieron caso a sus amonestaciones.
Entonces el espíritu de Dios inspiró a Zacarías, hijo del
sacerdote Yehoyadá, para que se presentara ante el pueblo y le dijera:
"Esto dice el Señor Dios: ‘¿Por qué quebrantan
los preceptos de Dios? Van al fracaso. Han abandonado al Señor y él
los abandonará a ustedes' ".
Pero el pueblo conspiró contra él y, por orden del rey, lo apedrearon
en el atrio del templo. El rey Joás no tuvo en cuenta el bien que le
había hecho Yehoyadá y mató a su hijo, Zacarías,
quien exclamó al morir: "Que el Señor te juzgue y te pida
cuentas".
Al cabo de un año, el ejército sirio se dirigió contra
Joás y penetró en Judá y en Jerusalén; mataron a
todos los jefes del pueblo y enviaron todo el botín al rey de Damasco.
Aunque no era muy numeroso el ejército sirio, el Señor le dio
la victoria sobre el enorme ejército de los judíos, porque el
pueblo había abandonado al Señor, Dios de sus padres. Así
fue como se hizo justicia contra Joás. Al retirarse los sirios, lo dejaron
gravemente herido y entonces sus cortesanos conspiraron contra él para
vengar al hijo del sacerdote Yehoyadá, y lo asesinaron en su cama. Lo
enterraron en la ciudad de David, pero no le dieron sepultura en las tumbas
de los reyes. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Zacarías es un sacerdote fiel a la tradición de la alianza, que persevera en la fidelidad al Señor y que sella con la entrega martirial de su vida, una existencia profética.
Del salmo 88 R/.
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
"Un juramento hice a David, mi servidor, dice el Señor,
una alianza pacté con mi elegido: 'Consolidaré tu dinastía
para siempre y afianzaré tu trono eternamente'. R/.
Yo jamás le retiraré mi amor ni violaré el juramento que
le hice. Nunca se extinguirá su descendencia y su trono durará
igual que el cielo. R/.
Pero, si sus hijos abandonan mi ley y no cumplen mis mandatos, si violan mis
preceptos y no guardan mi alianza, castigaré con la vara sus pecados
y con el látigo sus culpas, pero no les retiraré mi favor. R/.
No desmentiré mi fidelidad, no violaré mi alianza ni cambiaré
mis promesas". R/.
ACLAMACIÓN
(2 Co 8, 9) R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 6, 24-34
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos: "Nadie puede servir a dos amos, porque odiará
a uno y amará al otro, o bien obedecerá al primero y no hará
caso al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero.
Por eso les digo que no se preocupen por su vida, pensando qué comerán
o con qué se vestirán. ¿Acaso no vale más la vida
que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del cielo,
que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros y, sin embargo, el Padre
celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes más que ellas?
¿Quién de ustedes, a fuerza de preocuparse, puede prolongar su
vida siquiera un momento? ¿Y por qué se preocupan del vestido?
Miren cómo crecen los lirios del campo, que no trabajan ni hilan. Pues
bien, yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se
vestía como uno de ellos. Y si Dios viste así a la hierba del
campo, que hoy florece y mañana es echada al horno, ¿no hará
mucho más por ustedes, hombres de poca fe?
No se inquieten, pues, pensando: ¿Qué comeremos o qué beberemos
o con qué nos vestiremos? Los que no conocen a Dios se desviven por todas
estas cosas; pero el Padre celestial ya sabe que ustedes tienen necesidad de
ellas. Por consiguiente, busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas
estas cosas se les darán por añadidura. No se preocupen por el
día de mañana, porque el día de mañana traerá
ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Si vivirnos con la mente despierta comprenderemos que la existencia es inagotable fuente de bendiciones. Dios nos ama y jamás nos desampara, no vale la pena angustiarse.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Jubilosos de poder celebrar la festividad de la Madre de tu Hijo, te presentamos, Señor, estas ofrendas de alabanza, y te pedimos que por este santo intercambio de dones, se acrecienten en nosotros los frutos de la redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de santa María Virgen.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr, Lc 1, 48)
Me llamarán bienaventurada todas las generaciones, porque ha puesto Dios sus ojos en la humildad de su esclava.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido el sacramento celestial, te pedimos. Señor, que cuantos hemos celebrado con veneración, la memoria de la santísima Virgen María, merezcamos participar del banquete eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
XII DOMINGO ORDINARIO
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 27, 8-9)
Firmeza es el Señor para su pueblo, defensa y salvación para sus fieles. Sálvanos, Señor, vela sobre nosotros y guíanos siempre.
ORACIÓN COLECTA
Padre misericordioso, que nunca dejas de tu mano a quienes has hecho arraigar en tu amistad, concédenos vivir siempre movidos por tu amor y un filial temor de ofenderte. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Zacarías: 12, 10-11; 13, 1
Esto
dice el Señor: "Derramaré sobre la descendencia de David
y sobre los habitantes de Jerusalén, un espíritu de piedad y de
compasión y ellos volverán sus ojos hacia mí, a quien traspasaron
con la lanza. Harán duelo, como se hace duelo por el hijo único
y llorarán por él amargamente, como se llora por la muerte del
primogénito. En ese día será grande el llanto en Jerusalén,
como el llanto en la aldea de Hadad-Rimón, en el valle de Meguido".
En aquel día brotará una fuente para la casa de David y los habitantes
de Jerusalén, que los purificará de sus pecados e inmundicias.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
La profecía de Zacarías presenta a un hombre agobiado por las culpas de su pueblo. Los cristianos de la primera hora vuelven su mirada a este texto y lo leen a la luz de la pasión de Jesús.
Del salmo 62 R/.
Señor, mi alma tiene sed de ti.
Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco; de ti sedienta
está mi alma. Señor, todo mi ser te añora como el suelo
reseco añora el agua. R/.
Para admirar tu gloria y tu poder, con este afán te busco en tu santuario.
Pues mejor es tu amor que la existencia; siempre, Señor, te alabarán
mis labios. R/.
Podré así bendecirte mientras viva y levantar en oración
mis manos. De lo mejor se saciará mi alma. Te alabaré con jubilosos
labios. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 3, 26-29
Hermanos: Todos ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús, pues, cuantos han sido incorporados a Cristo por medio del bautismo, se han revestido de Cristo. Ya no existe diferencia entre judíos y no judíos, entre esclavos y libres, entre varón y mujer, porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús. Y si ustedes son de Cristo, son también descendientes de Abraham y la herencia que Dios le prometió les corresponde a ustedes. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Quienes voluntariamente confiesan a Jesús muerto y resucitado como su Salvador, se apegan a su vida y se constituyen en cuerpo Místico de Cristo, que no conoce ruptura ni división alguna.
ACLAMACIÓN
(Jn 10, 27) R/. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y
ellas me siguen. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 9,18-24
Un
día en que Jesús, acompañado de sus discípulos,
había ido a un lugar solitario para orar, les preguntó: "¿Quién
dice la gente que soy yo?". Ellos contestaron: "Unos dicen que eres
Juan el Bautista; otros, que Elías, y otros, que alguno de los antiguos
profetas que ha resucitado".
Él les dijo: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?".
Respondió Pedro: "El Mesías de Dios". El les ordenó
severamente que no lo dijeran a nadie.
Después les dijo: "Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho,
que sea rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que
sea entregado a la muerte y que resucite al tercer día".
Luego, dirigiéndose a la multitud, les dijo: "Si alguno quiere acompañarme,
que no se busque a sí mismo, que tome su cruz de cada día y me
siga. Pues el que quiera conservar para sí mismo su vida, la perderá;
pero el que la pierda por mi causa, ése la encontrará".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Jesús declara abiertamente sus intenciones. El no pretende fundar un reino poderoso, tincado en la acumulación de poder. Su llamado se consolida a partir del apego voluntario de las personas.
Credo
ORACIÓN UNIVERSAL
Siguiendo el ejemplo
de Jesús, a quien el evangelio nos ha presentado en oración, dirijamos
también nuestras peticiones confiadas a nuestro Padre Dios.
A cada petición diremos: Escúchanos, Padre.
Por nuestra diócesis de..., por nuestro obispo N., y por nuestros
presbíteros (y diáconos). Oremos:
Por todas las actividades que se realizan en nuestra parroquia (comunidad) y
por los que colaboran en ellas: catequistas, equipo de liturgia, acogedores
de familias que preparan el Bautismo o los que preparan a los novios, monitores,
etcétera. Oremos:
Por los presbíteros, religiosos y laicos de nuestra diócesis que
dedican su vida a la acción misionera en países lejanos. Oremos.
Por los que viajan por carretera, para que los conductores sean prudentes y
lleguen así felizmente a su destino. Oremos:
Por cada uno de nosotros y por los que no han podido acudir a la celebración.
Y por nuestros familiares, amigos y vecinos. Oremos:
Escucha, Padre, nuestra oración, y derrama tu amor sobre el mundo entero.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza que vamos a ofrecerte, a fin de que purifique nuestros corazones y podamos corresponder a tu amor con nuestro amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prelado para los domingos del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 144, 15)
Los ojos de todos los hombres te miran, Señor, llenos de esperanza, y tú das a cada uno su alimento.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que nos has renovado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos que la participación en esta Eucaristía nos ayude a obtener la plenitud de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Vivimos en una cultura que valora excesivamente el bienestar personal y la comodidad. La capacidad de enfrentar privaciones, sacrificios y sufrimientos disminuyen aceleradamente. El altruismo, la Filantropía y el servicio desinteresado a la sociedad también sufren una merma notable. El cristianismo se distingue por la confesión creyente que presenta a Jesús como el Siervo que entrega voluntariamente su existencia para rescatar a los suyos. Entregarse hasta dar la vida no resulta atractivo; sin embargo, la sabiduría de la cruz nos recuerda que no hay amor genuino que no incluya la renuncia a la propia vida y la disposición a servir a quienes lo necesiten. ¡Un mensaje que necesitamos documentar con nuestras actitudes cotidianas!
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Sal 23. 4. 3)
El que tiene manos inocentes y puro el corazón, subirá al monte del Señor y permanecerá en su recinto sagrado.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que en la vida de san Luis Gonzaga quisiste dejarnos un modelo de pureza y en su muerte, un ejemplo heroico de servicio al prójimo, por sus méritos e intercesión, concede a quienes no hemos sabido imitar su inocencia, que podamos imitar su caridad. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de los Reyes: 17, 5-8. 13-15.18
En aquellos días,
Salmanasar, rey de Asiria, invadió el país, llegó a Samaria
y la sitió durante tres años. En el año noveno de Oseas,
el rey de Asiria ocupó Samaria y deportó a los israelitas a Asiria.
Los instaló en Jalaj, junto al Jabor, río de Gozan, y en las ciudades
de Media.
Esto sucedió porque los hijos de Israel habían pecado contra el
Señor, su Dios, que los sacó de la tierra de Egipto, y habían
adorado a otros dioses, siguiendo las costumbres de las naciones que el Señor
había exterminado a su llegada y que sus mismos reyes habían introducido.
El Señor había advertido a Israel y a Judá, por boca de
todos los profetas y videntes, diciendo: "Enderecen sus malos caminos y
cumplan mis mandamientos y preceptos, conforme a la ley que impuse a sus padres
y que les manifesté por medio de mis siervos, los profetas". Pero
ellos no escucharon y endurecieron su corazón como lo habían hecho
sus padres, que no quisieron obedecer al Señor, su Dios. Despreciaron
sus decretos, la alianza que estableció con sus padres y las advertencias
que les hizo.
El Señor se enojó mucho contra Israel y lo arrojó de su
presencia, y solamente quedó la tribu de Judá. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
El reino del norte se adelantó al del sur en probar la copa de la ira. La caída de Samaria fue una lección para el reino del sur, que pronto fue olvidada y desoída.
Del salmo 59 R/.
Escúchanos, Señor, y sálvanos.
Dios nuestro, nos has rechazado y nos has deshecho. Estabas enojado,
pero ahora vuélvete a nosotros. R/.
Has sacudido la tierra, la has agrietado; repara sus grietas, porque se desmorona.
Hiciste sufrir un desastre a tu pueblo, nos diste a beber un vino que nos hace
temblar. R/.
Tú, Señor, nos has rechazado y no acompañas ya a nuestras
tropas. Ayúdanos contra el enemigo, porque la ayuda del hombre es inútil.
Con Dios haremos maravillas, porque Él vencerá a nuestros enemigos.
R/.
ACLAMACIÓN
(Hb 4, 12) 12/. Aleluya, aleluya.
La palabra de Dios es viva y eficaz, y descubre los pensamientos e
intenciones del corazón.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 7, 1-5
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No juzguen y
no serán juzgados; porque así como juzguen los juzgarán
y con la medida que midan los medirán.
¿Por qué miras la paja en el ojo de tu hermano y no te das cuenta
de la viga que tienes en el tuyo? ¿Con qué cara le dices a tu
hermano: ‘Déjame quitarte la paja que llevas en el ojo', cuando
tú llevas una viga en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate
primero la viga que tienes en el ojo, y luego podrás ver bien para sacarle
a tu hermano la paja que lleva en el suyo". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Dios es quien sabe juzgar con acierto la conducta humana. Los mortales somos siempre jueces impacientes y severos de los demás y demasiado complacientes con nuestros yerros.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, que a ejemplo de san Luis Gonzaga, participemos en esta Eucaristía con un corazón libre de pecado, a fin de que recibamos la abundancia de tus dones. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 77, 24-25)
El Señor les envió pan del cielo y les dio a comer el pan de los fuertes.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú, que nos has alimentado con el pan de los fuertes, haz, Señor, que a ejemplo de san Luis Gonzaga, te sirvamos con pureza y caridad y vivamos en continua acción de gracias. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 66, 2-3)
Que el Señor se apiade de nosotros y nos bendiga; que haga brillar su rostro sobre nosotros, para que se conozca en la tierra su camino y entre todos los pueblos, su salvación.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quieres que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, mira la abundancia de tu mies y envíale operarios para que se anuncie el Evangelio a toda creatura; y tu pueblo, congregado por la palabra que da vida y sostenido con la fuerza de los sacramentos, avance por el camino de la salvación y del amor. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de los Reyes: 19, 9-11. 14-21. 31-35. 36
En aquellos días,
Senaquerib, rey de Asiria, envió mensajeros para decir a Ezequías:
"Díganle esto a Ezequías, rey de Judá. 'Que no te
engañe tu Dios, en el que confías, pensando que no será
entregada Jerusalén en manos del rey de Asiria. Sabes bien que los reyes
de Asiria han exterminado a todos los países, ¿y crees que sólo
tú te vas a librar de mí?' ".
Ezequías tomó la carta de manos de los mensajeros y la leyó.
Luego se fue al templo, y desenrollando la carta delante del Señor, hizo
esta oración:
"Señor, Dios de Israel, que estás sobre los querubines, tú
eres el único Dios de todas las naciones del mundo, tú has hecho
los cielos y la tierra. Acerca,
Señor, tus oídos y escucha; abre, Señor, tus ojos y mira.
Oye las palabras con que Senaquerib te ha insultado a ti, Dios vivo. Es cierto,
Señor, que los reyes de Asiria han exterminado a todas las naciones y
han entregado sus dioses al fuego, porque ésos no son dioses, sino objetos
de madera y de piedra, hechos por hombres, y por eso han sido aniquilados. Pero
tú, Señor, Dios nuestro, sálvanos de su mano para que sepan
todas las naciones que sólo tú, Señor, eres Dios".
Entonces el profeta Isaías, hijo de Amós, mandó decir a
Ezequías: "Esto dice el Señor, Dios de Israel: 'He escuchado
tu oración'. Ésta es la palabra que el Señor pronuncia
contra Senaquerib, rey de Asiria:
'Te desprecia y se burla de ti la doncella, la ciudad de Sión; a tus
espaldas se ríe de ti la ciudad de Jerusalén.
De Jerusalén saldrá un pequeño grupo y del monte Sión
unos sobrevivientes. El celo del Señor de los ejércitos lo cumplirá'.
Por eso, esto dice el Señor contra el rey de Asiria: `No entrará
en esta ciudad. No lanzará sus flechas contra ella. No se le acercará
con escudos ni levantará terraplenes frente a ella. Por el camino por
donde vino se volverá. No entrará en esta ciudad', lo dice el
Señor. `La protegeré y la salvaré por ser yo quien soy
y por David, mi siervo'".
Aquella misma noche salió el ángel del Señor e hirió
a ciento ochenta y cinco mil hombres en el campamento asirio. Por la mañana,
al contemplar los cadáveres, Senaquerib, rey de Asiria, levantó
su campamento y regresó a Nínive. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Ezequías e Isaías estaban persuadidos del poder soberano del Señor. Por eso sacaron fuerzas de flaqueza y se sobrepusieron con firmeza al cerco militar impuesto por Senaquerib.
Del salmo 47 R/.
Recordamos, Señor, tu gran amor.
Grande es el Señor y muy digno de alabanza, en la ciudad de
nuestro Dios. Su monte santo, altura hermosa, es la alegría de toda la
tierra. R/.
El monte Sión, en el extremo norte, es la ciudad del rey supremo. Entre
sus baluartes ha surgido Dios como una fortaleza inexpugnable. R/.
Recordamos, Señor, tu gran amor en medio de tu templo. Tu renombre, Señor,
y tu alabanza, llenan el mundo entero. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 8, 12) R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá
la luz de la vida. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 7, 6. 12-14
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No den a los
perros las cosas santas ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen
y después se vuelvan contra ustedes y los despedacen.
Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes. En esto
se resumen la ley y los profetas.
Entren por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y amplio el camino
que conduce a la perdición, y son muchos los que entran por él.
Pero ¡qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino
que conduce a la vida, y qué pocos son los que lo encuentran!".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Un cristianismo con exigencias a la baja es un burdo remedo. La propuesta cristiana nos motiva a tomar la iniciativa para tributarle a los demás el trato respetuoso y digno que anhelamos recibir.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, el rostro de tu ungido, que se entregó a la muerte para salvación de todos y haz que, por mediación suya, tu nombre sea glorificado entre los hombres y en todas las partes de la tierra te sea ofrecido el único y perfecto sacrificio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 28, 20)
Enseñen a todos los pueblos a observar lo que yo les he mandado, dice el Señor. Y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Con el auxilio de este sacramento de salvación eterna, del que acabamos de participar, haz, Señor, que la verdadera fe se extienda por todo el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Santos: Alicia de Alemania, emperatriz; y José Cafasso, presbítero. Beato Inocencio V, Papa. Feria (Verde)
Misa matutina
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Ef 1, 9. 10)
Dios nos ha dado a conocer el misterio de su voluntad, que es recapitular en Cristo todas las cosas, así las del cielo como las de la tierra.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que con admirable providencia dispusiste que el Reino de Cristo se extendiera por todo el mundo y que todos los hombres participaran de la redención, haz que tu Iglesia, sacramento universal de salvación, manifieste y realice entre los hombres el misterio de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de los Reyes: 22, 8-13; 23, 1-3
Por aquel entonces, el sumo
sacerdote Jilquias dijo a Safán, delegado del rey Josias: "He hallado
en el templo el libro de la ley". Jilquías entregó el libro
a Safán, quien lo leyó. Luego, Safán fue a ver al rey y
le rindió cuentas, diciendo: "Tus siervos han fundido el dinero
del templo y se lo han entregado a los encargados de las obras". Y añadió:
"El sacerdote Jilquías me ha entregado un Ebro". Y lo leyó
en presencia del rey.
Cuando el rey oyó las palabras del libro de la ley, rasgó sus
vestiduras y ordenó al sacerdote Jilquias; a Ajicam, hijo de Safán;
a Akbor, hijo de Miqueas; al delegado Safán y a Asaías, ministro
suyo: "Vayan a consultar lo que dice el Señor acerca de mi, del
pueblo y de todo luda en este libro que se ha encontrado, pues el Señor
está enfurecido con nosotros, porque nuestros padres no escucharon las
palabras de este libro y no cumplieron lo que en él está escrito".
Cuando ellos trajeron la respuesta, el rey convocó a todos los ancianos
de Judá y de Jerusalén y se dirigió hacia el templo, acompañado
por los hombres de Judá y todos los habitantes de Jerusalén, los
sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, desde el más pequeño
hasta el más grande, y les leyó el libro de la alianza hallado
en el templo.
Después, de pie sobre el estrado y en presencia del Señor, renovó
la alianza, comprometiéndose a seguir al Señor y a cumplir sus
preceptos, normas y mandatos, con todo el corazón y toda el alma, y a
poner en vigor las palabras de esta alianza, escritas en el libro. Y todo el
pueblo renovó también la alianza. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
El joven rey Josías intenta reorientar a su pueblo por el camino de la fidelidad a la alianza. Impulsa una reforma profunda, que su muerte precoz dejar inconclusa.
Del salmo 118 R/.
Muéstranos, Señor, el camino de tus leyes.
Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes y yo lo seguiré
con cuidado. Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo
corazón. R/.
Guíame por la senda de tu ley, que es lo que quiero. Inclina mi corazón
a tus preceptos, y no a la avaricia. R/.
Aparta mis ojos de las vanidades, dame vida con tu palabra. Mira cómo
anhelo tus decretos: dame vida con tu justicia. R/.
ACLAMACIÓN
(Jn 15, 4.5) R/. Aleluya, aleluya.
Permanezcan en mí y yo en ustedes, dice el Señor; el
que permanece en mí da fruto abundante. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 7, 15-20
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuidado con los
falsos profetas Se acercan a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro
son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen
uvas de los espinos o higos de los cardos?
Todo árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos.
Un árbol bueno no puede producir frutos malos y un árbol malo
no puede producir frutos buenos. Todo árbol que no produce frutos Buenos
es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los conocerán".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Si somos dirigentes cristianos debemos aceptar esta exhortación. Si estamos bajo la guía de ministros que nos orientan también lo hemos de hacer. La congruencia es el referente obligado.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Padre misericordioso, las ofrendas de esta comunidad cristiana y por el poder de este sacrificio que estamos ofreciendo, haz que la multitud de los creyentes viva cada vez más de acuerdo con su dignidad de estirpe elegida, de sacerdocio real, de nación consagrada y de pueblo redimido por ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ap 22, 17. 20)
El Espíritu y la esposa dicen: Ven. Amén. Ven, Señor Jesús.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios nuestro, que con tus sacramentos alimentas y fortaleces a tu Iglesia, concede a quienes hemos participado del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, vivir su doctrina de amor y ser así fermento de vida e instrumento de salvación en medio de la comunidad humana. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La Natividad de San Juan Bautista, profeta precursor.
Santos: Juan y Festo de Roma, mártires y Simplicio de Autum, obispo. Solemnidad (Blanco)
Misa vespertina de la vigilia
Esta misa se utiliza en la tarde del 23 de junio, antes o después de
las primeras vísperas de la solemnidad.
ANTÍFONA DE ENTRADA (Lc 1, 15. 14)
El ángel dijo a Zacarías: Tu hijo será grande ante el Señor y desde el seno de su madre quedará lleno del Espíritu Santo y muchos se alegrarán con su nacimiento.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Conduce, Señor, a tu pueblo por el camino del arrepentimiento y de la rectitud que predicó san Juan Bautista, a fin de que pueda llegar con seguridad al encuentro de tu Hijo, Jesucristo, que vive y reina contigo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Jeremías: 1, 4-10
En tiempo de Josias, el
Señor me dirigió estas palabras: "Desde antes de formarte
en el seno materno, te conozco; desde antes de que nacieras, te consagré
profeta para las naciones".
Yo le contesté: "Pero, Señor mío, yo no sé
expresarme, porque apenas soy un muchacho".
El Señor me dijo: "No digas que eres un muchacho, pues irás
a donde yo te envíe y dirás lo que yo te mande. No tengas miedo,
porque yo estoy contigo para protegerte", lo dice el Señor. El Señor
extendió entonces su brazo, con su mano me tocó la boca y dijo:
"Desde hoy pongo mis palabras en tu boca y te doy autoridad sobre los pueblos
y reyes, para que arranques y derribes, para que destruyas y deshagas, para
que edifiques y plantes". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del Salmo 70 R/.
Desde el seno de mi madre tú eres mi apoyo.
Señor, tú eres mi esperanza, que no quede yo jamás defraudado.
Tú, que eres justo, ayúdame y defiéndeme; escucha mi oración
y ponme a salvo. R/.
Sé para mí un refugio, ciudad fortificada en que me salves. Y
pues eres mi auxilio y mi defensa, líbrame, Señor, de los malvados.
R/.
Señor, tú eres mi esperanza; desde mi juventud en ti confío.
Desde que estaba en el seno de mi madre, yo me apoyaba en ti y tú me
sostenías. R/.
Yo proclamaré siempre tu justicia y a todas horas, tu misericordia. Me
enseñaste a alabarte desde niño y seguir alabándote es
mi orgullo. R/.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro: 1, 8-12
Hermanos: Ustedes no han visto a Cristo Jesús y, sin embargo, lo aman; al creer en Él ahora, sin verlo, se llenan de una alegría radiante e indescriptible, seguros de alcanzar la salvación de sus almas, que es la meta de la fe. Los profetas, cuando predijeron la gracia destinada a ustedes, investigaron también profundamente acerca de la salvación de ustedes. Ellos trataron de descubrir en qué tiempo y en qué circunstancias se habrían de verificar las indicaciones que el Espíritu de Cristo, que moraba en ellos, les había revelado sobre los sufrimientos de Cristo y el triunfo glorioso que los seguiría. Pero se les dio a conocer que ellos no verían lo que profetizaban, sino que estaba reservado para nosotros. Todo esto les ha sido anunciado ahora a ustedes, por medio de aquellos que les han predicado el Evangelio con la fuerza del Espíritu Santo, enviado del cielo, y ciertamente es algo que los ángeles anhelan contemplar. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(cfr. Jn 1, 7; Lc 1, 17) R/. Aleluya, aleluya.
El vino para dar testimonio de la luz y prepararle al Señor
un pueblo dispuesto a recibirlo. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 1, 5-17
Hubo
en tiempo de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, del
grupo de Abías, casado con una descendiente de Aarón, llamada
Isabel. Ambos eran justos a los ojos de Dios, pues vivían irreprochablemente,
cumpliendo los mandamientos y disposiciones del Señor. Pero no tenían
hijos, porque Isabel era estéril y los dos, de avanzada edad.
Un día en que le correspondía a su grupo desempeñar ante
Dios los oficios sacerdotales, les tocó a Zacarías, según
la costumbre de los sacerdotes, entrar al santuario del Señor para ofrecer
el incienso, mientras todo el pueblo estaba afuera, en oración, a la
hora de la incensación.
Se le apareció entonces un ángel del Señor, de pie, a la
derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresalió
y un gran temor se apoderó de él. Pero en ángel le dijo:
"No temas, Zacarías, porque tu súplica ha sido escuchada.
Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien le pondrás el nombre
de Juan. Tú te llenarás de alegría y regocijo, y otros
muchos se alegrarán también de su nacimiento, pues él será
grande a los ojos del Señor; no beberá vino ni licor, y estará
lleno del Espíritu Santo, ya desde el seno de su madre. Convertirá
a muchos israelitas al Señor; irá delante del Señor con
el espíritu y el poder de Elías, para convertir los corazones
de los padres hacia sus hijos, dar a los rebeldes la cordura de los justos y
prepararle así al Señor un pueblo dispuesto a recibirlo".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, que vamos a celebrar en esta festividad de san Juan Bautista, nos impulse y nos ayude, Señor, a morir a nuestros pecados y a vivir renovados por tu gracia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias, siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor
nuestro.
Ya que en la persona de su precursor, Juan el Bautista, podemos alabar tu magnificencia,
que lo distinguió con particular honor entre todos los hombres.
El fue, en su nacimiento, ocasión de gran júbilo y aun antes de
nacer, saltó de gozo por la visita del Salvador.
Sólo a él fue dado entre todos los profetas presentar al Cordero,
Redentor del mundo.
Bautizó con el agua, que habría de quedar santificada, al mismo
autor del bautismo, por quien mereció dar el testimonio supremo de su
sangre.
Por eso, unidos a los ángeles, te aclamamos llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 68)
Bendito sea el Señor Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por intercesión de san Juan Bautista que nos anunció al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, haz, Señor, que esta Eucaristía nos obtenga tu perdón y tu paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Misa del Día
ANTÍFONA DE ENTRADA (Jn 1. 6-7; Lc 1, 17)
Vino un hombre enviado por Dios y su nombre era Juan. Vino para dar testimonio de la luz, y prepararle al Señor un pueblo dispuesto a recibirlo.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que enviaste a san Juan Bautista para prepararle a Cristo, el Señor, un pueblo dispuesto a recibirlo, alegra ahora a tu Iglesia con la abundancia de los dones del Espíritu y guíala por el camino de la salvación y de la paz. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Isaías: 49, 1-6
Escúchenme, islas;
pueblos lejanos, atiéndanme. El Señor me llamó desde el
vientre de mi madre; cuando aún estaba yo en el seno materno, Él
pronunció mi nombre.
Hizo de mi boca una espada filosa, me escondió en la sombra de su mano,
me hizo flecha puntiaguda, me guardó en su aljaba y me dijo: "Tú
eres mi siervo, Israel; en ti manifestaré mi gloria". Entonces yo
pensé: "En vano me he cansado, inútilmente he gastado mis
fuerzas: en realidad mi causa estaba en manos del Señor, mi recompensa
la tenía mi Dios".
Ahora habla el Señor, el que me formó desde el seno materno, para
que fuera su servidor, para que Jacob volviera a El y congregar a Israel en
torno suyo —tanto así me honró el Señor y mi Dios
fue mi fuerza- . Ahora, pues, dice el Señor: "Es poco que seas mi
siervo sólo para restablecer a las tribus de Jacob y reunir a los sobrevivientes
de Israel; te voy a convertir en luz de las naciones, para que mi salvación
llegue hasta los últimos rincones de la tierra". Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
El Siervo de Yahvé ha ido aprendiendo a deletrear en su propia vida y en la historia de su pueblo el designio de Dios. Israel no puede vivir encerrado, sino abierto a la mirada escrutadora de las naciones.
Del salmo 138 R/.
Te doy gracias, Señor, porque me has formado maravillosamente.
Tú me conoces, Señor, profundamente: tú conoces
cuándo me siento y me levanto, desde lejos sabes mis pensamientos, tú
observas mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares. R/.
Tú formaste mis entrañas, me tejiste en el seno materno. Te doy
gracias por tan grandes maravillas; soy un prodigio y tus obras son prodigiosas.
R/.
Conocías plenamente mi alma; no se te escondía mi organismo, cuando
en lo oculto me iba formando y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R/.
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles: 13, 22-26
En aquellos días,
Pablo les dijo a los judíos: "Hermanos: Dios les dio a nuestros
padres como rey a David, de quien hizo esta alabanza: He hallado a David, hijo
de Jesé, hombre según mi corazón, quien realizará
todos mis designios. Del linaje de David, conforme a la promesa, Dios hizo nacer
para Israel un salvador: Jesús.
Juan preparó su venida, predicando a todo el pueblo de Israel un bautismo
de penitencia, y hacia el final de su vida, Juan decía: 'Yo no soy el
que ustedes piensan. Después de mí viene uno a quien no merezco
desatarle las sandalias'.
Hermanos míos, descendientes de Abraham, y cuantos temen a Dios: Este
mensaje de salvación les ha sido enviado a ustedes". Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Juan Bautista conoce claramente los límites y alcances de su misión. Es un subordinado que habrá de disponer del corazón de Israel para que acoja convenientemente al enviado de Dios.
ACLAMACIÓN
(Lc 1, 76) R/. Aleluya, aleluya.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor a preparar sus caminos. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 1, 57-66. 80
Por
aquellos días, le llegó a Isabel la hora de dar a luz y tuvo un
hijo. Cuando sus vecinos y parientes se enteraron de que el Señor le
había manifestado tan grande misericordia, se regocijaron con ella.
A los ocho días fueron a circuncidar al niño y le querían
poner Zacarías, como su padre; pero la madre se opuso, diciéndoles:
"No. Su nombre será Juan". Ellos le decían: "Pero
si ninguno de tus parientes se llama así".
Entonces le preguntaron por señas al padre cómo quería
que se llamara el niño. Él pidió una tablilla y escribió:
"Juan es nombre". Todos se quedaron extrañados. En ese momento
a Zacarías se le soltó la lengua, recobró el habla y empezó
a bendecir a Dios".
Un sentimiento de temor se apoderó de los vecinos y en toda la región
montañosa de Judea se comentaba este suceso. Cuantos se enteraban de
ello se preguntaban impresionados: "¿Qué va ser de este niño?".
Esto lo decían, porque realmente la mano de Dios estaba en él.
El niño se iba desarrollando físicamente y su espíritu
se iba fortaleciendo, y vivió en el desierto hasta el día en que
se dio a conocer al pueblo de Israel. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
Dios acompañaba desde el principio al pequeño Juan, hijo de Zacarías. Esa existencia tan singular siempre inquietó y desafió a propios y extraños. Era un signo divino que nadie podía ignoran
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, este sacrificio que vamos a ofrecerte para celebrar el nacimiento de san Juan Bautista, quien anunció la venida de nuestro Salvador y señaló su presencia entre los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias, siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor
nuestro.
Ya que en la persona de su precursor, Juan el Bautista, podemos alabar tu magnificencia,
que lo distinguió con particular honor entre todos los hombres.
El fue, en su nacimiento, ocasión de gran júbilo y aun antes de
nacer, saltó de gozo por la visita del Salvador.
Sólo a él fue dado entre todos los profetas presentar al Cordero,
Redentor del mundo.
Bautizó con el agua, que habría de quedar santificada, al mismo
autor del bautismo, por quien mereció dar el testimonio supremo de su
sangre.
Por eso, unidos a los ángeles, te aclamamos llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 1, 78)
Por la misericordia entrañable de nuestro Dios, nos ha visitado la luz que nace de lo alto.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que la comunión que hemos recibido al celebrar el nacimiento del precursor de tu Hijo, renueve en nosotros el amor y la fidelidad a Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos,
Santos: Guillermo de Vercelli, abad y Máximo de Turín, obispo. Beata Dorotea de Montau, viuda Feria (Verde)
ANTÍFONA DE ENTRADA (cfr. Ga 6, 14)
Que nuestra única gloria sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo, en quien está nuestra salvación, nuestra vida y resurrección y por quien hemos sido redimidos y liberados
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quisiste que tu Hijo muriera en la Cruz para salvar a todos los hombres, concédenos aceptar por su amor la cruz del sufrimiento aquí en la tierra, para poder gozar en el cielo los frutos de su redención. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de los Reyes: 25, 1-12
El día diez del mes
décimo del año noveno del reinado de Sedecías, Nabucodonosor,
rey de Babilonia, vino a Jerusalén con todo su ejército, la sitió
y construyó torres de asalto alrededor de ella. La ciudad estuvo sitiada
hasta el año undécimo del reinado de Sedecías.
El día nueve del cuarto mes, cuando el hambre había arreciado
en la ciudad y la población no tenía ya nada que comer, abrieron
una brecha en la muralla de la ciudad. El rey Sedecías y sus hombres
huyeron de noche por el camino de la puerta que está entre los dos muros
del jardín del rey, y ocultándose de los caldeos, que tenían
cercada la ciudad, escaparon en dirección al desierto.
El ejército caldeo persiguió al rey y le dio alcance en los llanos
de Jericó, donde su ejército se dispersó y lo abandonó.
Los caldeos capturaron al rey y lo llevaron a Riblá, donde estaba Nabucodonosor,
rey de Babilonia, quien lo sometió a juicio. Nabucodonosor hizo degollar
a los hijos de Sedecías en su presencia, mandó que le sacaran
los ojos y lo condujo encadenado a Babilonia.
El día séptimo del quinto mes del año décimo noveno
del reinado de Nabucodonosor en Babilonia, Nebuzaradán, jefe del ejército
caldeo y súbdito del rey de Babilonia, entró en Jerusalén,
quemó el templo del Señor, el palacio real y todas las casas de
Jerusalén. Los soldados caldeos, que estaban con el jefe del ejército,
destruyeron las murallas que rodeaban la ciudad. Nebuzaradán deportó
al resto de la población y también a los que se habían
rendido al rey de Babilonia, y sólo dejó a algunos campesinos
pobres para trabajar las viñas y los campos. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Jerusalén, la ciudad de David, se deja confundir y engañar por prédicas mentirosas. Se desentiende de cumplir las exigencias de la alianza y confía su corazón en alianzas militares ruinosas.
Del salmo 136 R/.
Tu recuerdo, Señor, es mi alegría.
Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos a llorar
de nostalgia; de los sauces que estaban en la orilla colgamos nuestras arpas.
R/.
Aquellos que cautivos nos tenían pidieron que cantáramos. Decían
los opresores: "Algún cantar de Sión, alegres, cántennos".
R/.
Pero, ¿cómo podíamos cantar un himno al Señor en
tierra extraña? ¡Que la mano derecha se me seque, si de ti, Jerusalén,
yo me olvidara! R/.
¡Que se me pegue al paladar la lengua, Jerusalén, si no te recordara,
o si fuera de ti, alguna otra alegría yo buscara! R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 8, 17) R. Aleluya, aleluya.
Cristo hizo suyas nuestras debilidades y cargó con nuestros
dolores. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 8, 1-4
En
aquel tiempo, cuando Jesús bajó de la montaña, lo iba siguiendo
una gran multitud. De pronto se le acercó un leproso, se postró
ante Él y le dijo: "Señor, si quieres, puedes curarme".
Jesús extendió la mano y lo tocó, diciéndole: "Si
quiero, queda curado".
Inmediatamente quedó limpio de la lepra. Jesús le dijo: "No
le vayas a contar esto a nadie. Pero ve ahora a presentarte al sacerdote y lleva
la ofrenda prescrita por Moisés para probar tu curación".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
El relato es irrefutable. Jesús y el leproso interactúan de forma perfecta. El Señor responde generosamente a la súplica del hombre que reconoce la fuerza extraordinaria de Dios en Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que este sacrificio que Cristo te ofreció sobre la Cruz para borrar los pecados del mundo, nos purifique ahora de todas nuestras culpas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 12, 32)
Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor nuestro Jesucristo, tú, que nos has redimido por medio de tu Cruz y nos has hecho participes de tu Cuerpo y de tu Sangre, concédenos participar también de la gloria de tu resurrección. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Santos: Antelmo de Belley, obispo; Pelayo o Pelagio de Córdoba, niño mártir y Josemaría Escrivá, fundador.
Vísperas I del domingo: 1ª. Semana del Salterio. Feria (Verde)
MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sedulio)
Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.
ORACIÓN COLECTA
Dios y padre nuestro, que nos has dado en la Virgen María el modelo de quien escucha tu Palabra y la pone en práctica, abre nuestro corazón al gozo de la escucha, y por medio de tu Espíritu Santo haz que seamos lugar santo en el que tu Palabra de salvación se cumpla hoy. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de las Lamentaciones: 2, 2. 10-14. 18-19
El Señor ha destruido
sin piedad todas las moradas de Jacob; en su furor ha destruido las fortalezas
de Judá; ha echado por tierra y deshonrado al rey y a sus príncipes.
En el suelo están sentados, en silencio, los ancianos de Sión;
se han echado ceniza en la cabeza y se han vestido de sayal. Humillan su cabeza
hasta la tierra las doncellas de Jerusalén.
Mis ojos se consumen de tanto llorar y el dolor me quema las entrañas;
la bilis me amarga la boca por el desastre de mi pueblo, al ver que los niños
y lactantes desfallecen en las plazas de la ciudad.
Los niños les preguntan a sus madres: "¿Dónde hay
pan?". Y caen sin fuerzas, como heridos, en las plazas de la ciudad, y
expiran en brazos de sus madres.
¿Con quién podré compararte, Jerusalén? ¿Con
quién te podré asemejar? ¿O qué palabras te podré
decir para consolarte, virgen, hija de Sión? Inmensa como el mar es tu
desgracia. ¿Quién podrá curarte?
Tus profetas te engañaron con sus visiones falsas e insensatas. No te
hicieron ver tus pecados para evitarte así el cautiverio, y sólo
te anunciaron falsedades e ilusiones. Clama, pues, al Señor con toda
el alma; gime, Jerusalén; deja correr a torrentes tus lágrimas
de día y de noche; no te concedas descanso; que no dejen de llorar las
niñas de tus ojos.
Levántate y clama al Señor durante toda la noche; derrama como
agua tu corazón en la presencia de
Dios: alza tus manos hacia Él y ruega por la vida de tus pequeñuelos.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Jerusalén se deja engañar por los falsos profetas. Cuando el juicio y la destrucción se ceban sobre inocentes y culpables aprenden la lección y descubren su extravío.
Del salmo 73 R/.
No te olvides, Señor, de nosotros.
¿Por qué, Dios nuestro, nos has abandonado y está
ardiendo tu cólera contra las ovejas de tu rebaño? Acuérdate
de la comunidad que adquiriste desde antiguo, de la tribu que rescataste para
posesión tuya, del monte Sión, donde pusiste tu morada. R/.
Ven a ver estas ruinas interminables: el enemigo ha arrasado todo el santuario;
rugieron los agresores en medio de tu asamblea, levantaron sus estandartes.
R/.
Parecía que se abrían paso a hachazos en medio de la maleza. Con
martillos y mazos destrozaron todas las puertas; prendieron fuego a tu santuario,
derribaron y profanaron tu morada. R/.
Acuérdate de tu alianza, Señor, pues todo el país está
lleno de violencia. Que el humilde no salga defraudado, y los pobres y afligidos
alaben tu nombre. R/.
ACLAMACIÓN
(Mt 8, 17) R/. Aleluya, aleluya.
Cristo hizo suyas nuestras debilidades y cargó con nuestros
dolores. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 8, 5-17
En
aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó
un oficial romano y le dijo: "Señor, tengo en mi casa un criado
que está en cama, paralítico, y sufre mucho". Él le
contestó: "Voy a curarlo".
Pero el oficial le replicó: "Señor, yo no soy digno de que
entres en mi casa; con que digas una sola palabra, mi criado quedará
sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes;
cuando le digo a uno: ¡Ve!', él va; al otro: ‘¡Ven!',
y viene; a mi criado: ¡Haz esto!', y lo hace".
Al oír aquellas palabras, se admiró Jesús y dijo a los
que lo seguían: "Yo les aseguro que en ningún israelita he
hallado una fe tan grande. Les aseguro que muchos vendrán de oriente
y de occidente y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el Reino de
los cielos. En cambio, a los herederos del Reino los echarán fuera, a
las tinieblas. Ahí será el llanto y la desesperación".
Jesús le dijo al oficial romano: "Vuelve a tu casa y que se te cumpla
lo que has creído". Y en aquel momento se curó el criado.
Al llegar Jesús a la casa de Pedro, vio a la suegra de éste en
cama, con fiebre. Entonces la tomó de la mano y desapareció la
fiebre. Ella se levantó y se puso a servirles. Al atardecer le trajeron
muchos endemoniados. Él expulsó a los demonios con su palabra
y curó a todos los enfermos. Así se cumplió lo dicho por
el profeta Isaías: Él hizo suyas nuestras debilidades y cargó
con nuestros dolores. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
El capitán romano asocia su experiencia militar a su vida de creyente. Sabe de la fuerza y el alcance de las palabras pronunciadas con autoridad y reconoce el poder inusual de la Palabra hecha carne.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Padre lleno de bondad, que nos socorra el inmenso amor de tu Hijo unigénito para que, quien al nacer de la Virgen Maria, no menoscabó la integridad de la Madre, sino que la consagró, nos libre de nuestras culpas y haga acepta a ti nuestra oblación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de santa María Virgen.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Lc 11, 27)
Dichosa la Virgen María, que llevó en su seno al Hijo del eterno Padre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, al recibir el sacramento celestial en esta conmemoración de la santísima Virgen María, te pedimos que nos concedas celebrar dignamente, a imitación suya, el misterio de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
XIII DOMINGO ORDINARIO.
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
Santos: San Cirilo de Alejandría Doctor de la Iglesia. Beata Margarita Bays, laica. (Verde)
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 46, 2)
Pueblos todos, aplaudan; aclamen al Señor con gritos de júbilo.
ORACIÓN COLECTA
Padre de bondad, que por medio de tu gracia nos has hecho hijos de la luz, concédenos vivir fuera de las tinieblas del error y permanecer siempre en el esplendor de la verdad. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del primer libro de los Reyes: 19, 16. 19-21
En aquellos tiempos, el
Señor le dijo a Elías: "Unge a Eliseo, el hijo de Safat,
originario de Abel-Mejolá, para que sea profeta en lugar tuyo".
Elías partió luego y encontró a Eliseo, hijo de Safat,
que estaba arando. Delante de él trabajaban doce yuntas de bueyes y él
trabajaba con la última. Elías pasó junto a él y
le echó encima su manto. Entonces Eliseo abandonó sus bueyes,
corrió detrás de Elías y le dijo: "Déjame dar
a mis padres el beso de despedida y te seguiré". Elías le
contestó: "Ve y vuelve, porque bien sabes lo que ha hecho el Señor
contigo". Se fue Eliseo, se llevó los dos bueyes de la yunta, los
sacrificó, asó la carne
en la hoguera que hizo con la madera del arado y la repartió a su gente
para que se la comieran. Luego se levantó, siguió a Elías
y se puso a su servicio. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Eliseo es un campesino entregado en cuerpo y alma a cultivar sus tierras. De pronto, el Señor le sale al encuentro en la persona del profeta Elías y se decide a servirle de tiempo completo.
Del salmo 15 R/.
Enséñanos, Señor, el camino de la vida.
Protégeme, Dios mío, pues eres mi refugio. Yo siempre he dicho
que tú eres mi Señor. El Señor es la parte que me ha tocado
en herencia: mi vida está en sus manos. R/.
Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye
internamente. Tengo siempre presente al Señor y con Él a mi lado,
jamás tropezaré. R/.
Por eso se me alegran el corazón y el alma y mi cuerpo vivirá
tranquilo, porque tú no me abandonarás a la muerte ni dejarás
que sufra yo la corrupción. R/.
Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia
y de alegría perpetua junto a ti. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 5, 1. 13-18
Hermanos: Cristo nos ha liberado para que seamos libres. Conserven, pues, la libertad y no se sometan de nuevo al yugo de la esclavitud. Su vocación, hermanos, es la libertad. Pero cuiden de no tomarla como pretexto para satisfacer su egoísmo; antes bien, háganse servidores los unos de los otros por amor. Porque toda la ley se resume en un solo precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Pues si ustedes se muerden y devoran mutuamente, acabarán por destruirse. Los exhorto, pues, a que vivan de acuerdo con las exigencias del Espíritu: así no se dejarán arrastrar por el desorden egoísta del hombre. Este desorden está en contra del Espíritu de Dios, y el Espíritu está en contra de ese desorden. Y esta oposición es tan radical, que les impide a ustedes hacer lo que querrían hacer. Pero si los guía el Espíritu, ya no están ustedes bajo el dominio de la ley. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
El Mesías muere para asegurarnos la vida en libertad. La libertad cristiana es la oportunidad de constituirnos en personas autónomas dispuestas a servir y amar a los demás.
ACLAMACIÓN
(1 Sm 3, 9; Jn 6, 68) R/. Aleluya, aleluya.
Habla, Señor, que tu siervo te escucha. Tú tienes palabras
de vida eterna. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 9, 51-62
Cuando
ya se acercaba el tiempo en que tenía que salir de este mundo, Jesús
tomó la firme determinación de emprender el viaje a Jerusalén.
Envió mensajeros por delante y ellos fueron a una aldea de Samaria para
conseguirle alojamiento; pero los samaritanos no quisieron recibirlo, porque
supieron que iba a Jerusalén. Ante esta negativa, sus discípulos
Santiago y Juan le dijeron: "Señor, ¿quieres que hagamos
bajar fuego del cielo para que acabe con ellos?". Pero Jesús se
volvió hacia ellos y los reprendió.
Después se fueron a otra aldea. Mientras iban de camino, alguien le dijo
a Jesús: "Te seguiré a dondequiera que vayas". Jesús
le respondió: "Las zorras tienen madrigueras y los pájaros,
nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en dónde reclinar la cabeza".
A otro, Jesús le dijo: "Sígueme". Pero él le
respondió: "Señor, déjame ir primero a enterrar a
mi padre".
Jesús le replicó: "Deja que los muertos entierren a sus muertos.
Tú ve y anuncia el Reino de Dios".
Otro le dijo: "Te seguiré, Señor; pero déjame primero
despedirme de mi familia". Jesús le contestó: "El que
empuña el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de
Dios". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Este par de relatos gira en torno de un agudo contraste. Los samaritanos cierran las puertas al peregrino galileo, mientras que tres discípulos anónimos dejan todo para seguirle.
Credo
ORACIÓN UNIVERSAL
Unámonos en la
oración, por nosotros y por todos.
A cada petición diremos: Señor, escúchanos.
Jesús, en el evangelio, nos ha invitado a dejar todo lo que nos
impide seguirlo. Oremos para que todos los cristianos seamos libres del egoísmo,
del miedo, y de pensar sólo en nosotros mismos. Oremos:
El próximo martes celebraremos la fiesta de los apóstoles san
Pedro y san Pablo. Oremos para que, como ellos, vivamos con mucha alegría
y entrega el seguimiento de Jesucristo. Oremos:
De un modo especial, oremos por el papa Benedicto, sucesor de Pedro. Para que
el Señor lo bendiga y lo ayude a ser fiel en su misión. Oremos:
Oremos también por todos los que, como san Pablo, dedican su vida a anunciar
el Evangelio en países lejanos. Para que lo hagan con mucho amor y sientan
la fuerza de Dios que los acompaña. Oremos:
Y, finalmente, oremos por los más queridos de Dios: los pobres y los
que sufren. Para que nunca los olvidemos, para que hagamos todo lo que esté
en nuestra mano para ayudarlos en su dolor. Oremos: Escucha, Padre, nuestra
oración, y haznos fieles al Evangelio de tu Hijo. Que vive y reina por
los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía por medio de la cual tú te dignas hacernos partícipes de los frutos de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 102, 1)
Alma mía, bendice al Señor y alaba de corazón su santo nombre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos ofrecido en sacrificio y recibido en comunión, sean para nosotros principio de vida nueva, a fin de que, unidos a ti por el amor, demos frutos que permanezcan para siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Ante el llamado que Jesús dirige a todos sus seguidores no pueden sellarse pactos acomodaticios ni compromisos mediocres. A Jesús hace falta seguirle o rechazarle, no se admiten ni funcionan arreglos ni componendas a los que estamos tan habituados. Los samaritanos lo juzgan un visitante incómodo y lo expulsan; los discípulos anónimos se despojan de todo lo que los estorba y se convierten en sus seguidores fieles. La opción de fe que decidamos por Jesús nos urge a vivir de manera congruente. La fe se traduce en una serie de opciones éticas que nos impulsan a hermanarnos solidariamente con las personas y a vivir pendientes del designio amoroso de Dios.
Santos: Ireneo de Lyon, obispo; Vicente Gerosa, fundadora y Bartolomea Capitanio, religiosa. Memoria (Rojo)
Misa Matutina
ANTÍFONA DE ENTRADA (1 Sm 2, 35)
Yo elegiré para mi pueblo un sacerdote fiel, que obre según mi corazón y mis deseos dice el Señor.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que llamaste al obispo san Ireneo a defender tu verdad y a traer la paz a tu Iglesia, aumenta en nosotros la fe y la caridad a fin de que nos esforcemos siempre por fomentar la unidad y la concordia entre los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Amós: 2, 6-10. 13-16
Esto dice el Señor:
"Por sus innumerables pecados no perdonaré a Israel. Porque venden
al inocente por dinero, y al pobre, por un par de sandalias. Aplastan a los
pobres contra el suelo y sacan del camino a los humildes. Padre e hijo acuden
a la misma mujer, profanando mi santo nombre. Sobre ropas tomadas como prenda
se sientan a comer en sus santuarios y se beben las multas de los pobres en
el templo de su Dios.
Cuando ustedes llegaron a esta tierra, yo destruí a los amorreos; eran
altos como los cedros y fuertes como las encinas; destruí sus frutos
por arriba, y por abajo, sus raíces. En cambio, a ustedes yo los saqué
de Egipto y los conduje por el desierto durante cuarenta años, para darles
en posesión la tierra de los amorreos.
Pues bien, ahora yo los aplastaré contra el suelo, como la carreta tritura
las espigas. El más veloz no logrará escapar, al más fuerte
de nada le servirá su fuerza, y ni el más valiente salvará
su vida. El arquero no resistirá, no se librará el más
ágil, el jinete no se salvará, el soldado más fuerte y
valiente huirá desnudo aquel día". Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Los crímenes sociales de Israel han superado las brutalidades bélicas de los pueblos vecinos. Dios juzga de forma severa el abuso de los poderosos en contra de las víctimas.
Del salmo 49 R/.
Perdona a tu pueblo, Señor.
¿Por qué citas mis preceptos y hablas a toda hora de
mi pacto, tú, que detestas la obediencia y echas en saco roto mis mandatos?
R/.
Cuando ves un ladrón, corres con él, te juntas con los adúlteros;
usas tu lengua para el mal, tu boca trama el engaño. R/.
Te pones a insultar a tu hermano y deshonras al hijo de tu madre. Tú
haces esto, ¿y yo tengo que callarme? ¿Crees acaso que yo soy
como tú? No, yo te reprenderé y te echaré en cara tus pecados.
R/.
Quien las gracias me da, ése me honra, y yo salvaré al que cumple
mi voluntad. Entiendan bien esto los que olvidan a Dios, no sea que los destroce
sin remedio. R/.
ACLAMACIÓN
(cfr. Sal 94, 8) R/. Aleluya, aleluya.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan
su corazón". R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 8, 18-22
En
aquel tiempo, al ver Jesús que la multitud lo rodeaba, les ordenó
a sus discípulos que cruzaran el lago hacia la orilla de enfrente. En
ese momento se le acercó un escriba y le dijo: "Maestro, te seguiré
a dondequiera que vayas". Jesús le respondió: "Las zorras
tienen madrigueras y las aves del cielo, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene
en donde reclinar la cabeza".
Otro discípulo le dijo: "Señor, permíteme ir primero
a enterrar a mi padre". Pero Jesús le respondió: "Tú
sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos". Palabra
del Señor, Gloria a ti, Señor Jesús.
Las frases desconcertantes afirman de manera hiperbólica una verdad palpable: el cristiano debe optar fundamentalmente por Dios y su Reino; los demás valores ocupan un lugar secundario.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que esta Eucaristía con la que celebramos, Señor la fiesta de san Ireneo, te glorifique a ti y aumente en nosotros el amor a la verdad, a fin de que permanezcamos firmes en la fe y en la unidad de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 10, 10)
Yo vine al mundo, para que tengan vida y la tengan en abundancia, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la participación en este sacramento nos comunique, Señor, la fe viva por la que gloriosamente murió san Ireneo, a fin de que podamos vivir como verdaderos discípulos de Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
SAN PEDRO Y SAN PABLO
Misa vespertina de la vigilia
Esta Misa se utiliza la tarde del 28 de junio, untes o después de las primeras Vísperas de la solemnidad.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Celebremos con alegría la fiesta de san Pedro, el príncipe de los Apóstoles, y de san Pablo, el Apóstol de los gentiles, porque ellos nos trasmitieron el Evangelio de Cristo.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quisiste confiar a tus santos Apóstoles, Pedro y Pablo, la misión de guiar y proteger los primeros pasos de tu Iglesia, concédenos, por su poderosa intercesión, la ayuda necesaria para alcanzar la salvación eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles: 3, 1-10
En aquel tiempo, Pedro y
Juan subieron al templo para la oración vespertina, a eso de las tres
de la tarde. Había allí un hombre lisiado de nacimiento, a quien
diariamente llevaban y ponían ante la puerta llamada la "Hermosa",
para que pidiera limosna a los que entraban al templo. Aquel hombre, al ver
a Pedro y a Juan cuando iban a entrar, les pidió limosna. Pedro y Juan
fijaron en él los ojos y Pedro le dijo: "Míranos". El
hombre se quedó mirándolos en espera de que le dieran algo. Entonces
Pedro le dijo: "No tengo ni oro ni plata, pero te voy a dar lo que tengo:
En el nombre de Jesucristo nazareno, levántate y camina". Y, tomándolo
de la mano, lo incorporó.
Al instante sus pies y sus tobillos adquirieron firmeza. De un salto se puso
de pie, empezó a andar y entró con ellos al templo caminando,
saltando y alabando a Dios. Todo el pueblo lo vio caminar y alabar a Dios, y
al darse cuenta de que era el mismo que pedía limosna sentado junto a
la puerta "Hermosa" del templo, quedaron llenos de miedo y no salían
de su asombro por lo que había sucedido. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Del salmo 18 R/.
El mensaje del Señor resuena en toda la tierra.
Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus
manos. Un día comunica su mensaje al otro día y una noche se lo
trasmite a la otra noche. R/.
Sin que pronuncien una palabra, sin que resuene su voz, a toda la tierra llega
su sonido y su mensaje hasta el fin del mundo. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 1, 11-20
Hermanos: Les hago saber
que el Evangelio que he predicado, no proviene de los hombres, pues no lo recibí
ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.
Ciertamente ustedes han oído hablar de mi conducta anterior en el judaísmo,
cuando yo perseguía encarnizadamente a la Iglesia de Dios, tratando de
destruirla; deben saber que me distinguía en el judaísmo, entre
los jóvenes de mi pueblo y de mi edad, porque los superaba en el celo
por las tradiciones paternas. Pero Dios me había elegido desde el seno
de mi madre, y por su gracia me llamó. Un día quiso revelarme
a su Hijo, para que yo lo anunciara entre los paganos. Inmediatamente, sin solicitar
ningún consejo humano y sin ir siquiera a Jerusalén para ver a
los apóstoles anteriores a mí, me trasladé a Arabia y después
regresé a Damasco. Al cabo de tres años fui a Jerusalén,
para ver a Pedro y estuve con él quince días. No vi a ningún
otro de los apóstoles, excepto a Santiago, el pariente del Señor,
Y Dios es testigo de que no miento en lo que les escribo. Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
(Jn 21, 17) R/. Aleluya, aleluya.
Señor, tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero. R/.
Lectura del santo Evangelio según san Juan: 21, 15-19
En
aquel tiempo, le preguntó Jesús a Simón Pedro: "Simón,
hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?". Él
le contestó: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero".
Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos".
Por segunda vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me
amas?". El le respondió: "Sí, Señor; tú
sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Pastorea mis ovejas".
Por tercera vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me
quieres?". Pedro se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado
por tercera vez si lo quería, y le contestó: "Señor,
tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero". Jesús
le dijo: "Apacienta mis ovejas".
Yo te aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías la
ropa e ibas a donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás
los brazos y otros te ceñirá y te llevará a donde no quieras”.
Esto se lo dijo para indicarle con qué género de muerte habría
de glorificar a Dios. Después le dijo: "Sígueme". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que este santo sacrificio que vamos a ofrecerte en la solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo, nos llene, Señor, de alegría, al comprender la infinita misericordia con que has querido perdonar nuestros pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo
y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en
todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque la tiesta de tus santos Apóstoles nos llena de júbilo.
Pedro es nuestro guía en la fe que profesamos; Pablo, expositor preclaro
de tus misterios. Pedro consolidó la Iglesia primitiva con los israelitas
que creyeron; Pablo fue preceptor y maestro de los paganos, que Dios quería
llamar a su Iglesia.
Así, después de haber congregado por caminos diversos a la familia
de Cristo, esa misma familia los asocia ahora en su veneración con una
sola corona.
Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin
cesar: Santo, Santo, Santo....
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 21, 15. 17)
Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? Señor, tú lo conoces todo; tú sabes que te amo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Fortalece, Señor, a tus fieles, por medio de este sacramento y confírmanos en la verdad que nos ha trasmitido la predicación de los Apóstoles. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Misa de día
ANTÍFONA DE ENTRADA
Demos gracias a Dios en esta festividad de san Pedro y san Pablo, que con su sangre fecundaron a la Iglesia, participaron de la pasión del Señor y se convirtieron en amigos suyos.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que nos llenas de santa alegría con la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, haz que tu Iglesia se mantenga siempre fiel a las enseñanzas de estos Apóstoles, de quienes recibió el primer anuncio de la fe. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles: 12, 1-11
En aquellos días,
el rey Herodes mandó apresar a algunos miembros de la Iglesia para maltratarlos.
Mandó pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan, y viendo que eso
agradaba a los judíos, también hizo apresar a Pedro. Esto sucedió
durante los días de la fiesta de los panes Ázimos. Después
de apresarlo, lo hizo encarcelar y lo puso bajo la vigilancia de cuatro turnos
de guardia, de cuatro soldados cada turno. Su intención era hacerlo comparecer
ante el pueblo después de la Pascua. Mientras Pedro estaba en la cárcel,
la comunidad no cesaba de orar a Dios por él.
La noche anterior al día en que Herodes iba a hacerlo comparecer ante
el pueblo, Pedro estaba durmiendo entre los soldados, atado con dos cadenas
y los centinelas cuidaban la puerta de la prisión. De pronto apareció
el ángel del Señor y el calabozo se llenó de luz. El ángel
tocó a Pedro en el costado, lo despertó y le dijo: "Levántate
pronto". Entonces las cadenas que le sujetaban las manos se le cayeron.
El ángel le dijo: "Cíñete la túnica y ponte
las sandalias", y Pedro obedeció. Después le dijo: "Ponte
el manto y sígueme". Pedro salió detrás de él,
sin saber si era verdad o no lo que el ángel hacía, y le parecía
más bien que estaba soñando. Pasaron el primero y el segundo puesto
de guardia y llegaron a la puerta de hierro que daba a la calle. La puerta se
abrió sola delante de ellos. Salieron y caminaron hasta la esquina de
la calle y de pronto el ángel desapareció.
Entonces, Pedro se dio cuenta de lo que pasaba y dijo: "Ahora sí
estoy seguro de que el Señor envió a su ángel para librarme
de las manos de Herodes y de todo cuanto el pueblo judío esperaba que
me hicieran". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Santiago y Pedro sufren las arbitrariedades de Herodes Agripa. La comunidad se solidariza en oración con ellos y el Señor atiende sus ruegos y libra de la muerte al apóstol Pedro.
Del salmo 33 R/.
El Señor me libró de todos mis temores.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi
boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su
pueblo al escucharlo. R/.
Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando
acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores.
R/.
Confía en el Señor y saltarás de gusto; jamás te
sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los
pobres y los libra de todas sus angustias. R/.
Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor
acampa y los protege. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Dichoso el hombre que se refugia en Él. R/.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 4, 6-8. 17-18
Querido hermano: Ha llegado
para mí la hora del sacrificio y se acerca el momento de mi partida.
He luchado bien en el combate, he corrido hasta la meta, he perseverado en la
fe. Ahora sólo espero la corona merecida, con la que el Señor,
justo juez, me premiará en aquel día, y no solamente a mí,
sino a todos aquellos que esperan con amor su glorioso advenimiento.
Cuando todos me abandonaron, el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas
para que, por mi medio, se proclamara claramente el mensaje de salvación
y lo oyeran todos los paganos. Y fui librado de las fauces del león.
El Señor me seguirá librando de todos los peligros y me llevará
sano y salvo a su Reino celestial. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
El apóstol san Pablo mira retrospectivamente su historial misionero. Ha luchado valerosamente para defender la fe y ha servido íntegramente a las comunidades cristianas.
ACLAMACIÓN
(Mt 16, 18) R/. Aleluya, aleluya.
Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia,
y los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella, dice el Señor.
R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 16, 13-19
En
aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea
de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos:
"¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?". Ellos
le respondieron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías;
otros, que Jeremías o alguno de los profetas". Luego les preguntó:
"Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?". Simón
Pedro tomó la palabra y le dijo: "Tú eres el Mesías,
el Hijo de Dios vivo".
Jesús le dijo entonces: "¡Dichoso tú, Simón,
hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi
Padre, que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro
y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no
prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los
cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo
lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo". Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Pedro responde con prontitud y desde la primera hora al llamado de Jesús. Ahora recibe una encomienda delicada: ser el garante que testimonie y actualice la voluntad del Señor en medio de sus hermanos.
Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos y, por intercesión de san Pedro y san Pablo, concédenos celebrar este sacrificio íntimamente unidos a ti en la fe y en el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque la tiesta de tus santos Apóstoles nos llena de júbilo.
Pedro es nuestro guía en la fe que profesamos; Pablo, expositor preclaro
de tus misterios. Pedro consolidó la Iglesia primitiva con los israelitas
que creyeron; Pablo fue preceptor y maestro de los paganos, que Dios quería
llamar a su Iglesia.
Así, después de haber congregado por caminos diversos a la familia
de Cristo, esa misma familia los asocia ahora en su veneración con una
sola corona.
Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin
cesar: Santo, Santo, Santo....
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 16, 16. 18)
Dijo Pedro a Jesús: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Jesús le respondió: Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú, que nos has alimentado con esta Eucaristía, haz, Señor, que la participación perseverante en el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, y la fidelidad a la doctrina de los Apóstoles nos conserven unidos en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA (1 Co 12, 4-6)
Los carismas son diferentes, pero el Espíritu es el mismo. Son diferentes los ministerios, pero el Señor es el mismo. Las actividades son diferentes, pero el Dios que obra todo en todos es el mismo.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que enseñaste a los ministros de tu Iglesia, a no buscar que alguien los sirva, sino a servir a todos, concédeles ser infatigables en el don de sí mismos, constantes en la oración, alegres y bondadosos en el ejercicio de su ministerio. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del profeta Amós: 5, 14-15. 21-24
Esto dice el Señor:
"Busquen el bien, no el mal, y vivirán, y así estará
con ustedes, como ustedes mismos dicen, el Señor, Dios de los ejércitos.
Aborrezcan el mal y amen el bien, implanten la justicia en los tribunales; quizás
entonces el Señor, Dios de los ejércitos, tenga piedad de los
sobrevivientes de José.
Yo desprecio y detesto las fiestas de ustedes, no me agradan sus solemnidades.
Aunque me ofrezcan holocaustos, no aceptaré sus ofrendas ni miraré
con agrado sus sacrificios de novillos gordos. Alejen de mi el ruido de sus
canciones; no quiero escuchar la música de sus arpas. Que fluya la justicia
como el agua y la bondad como un torrente inagotable". Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
Amar el bien y detestar el mal implica instalar los mecanismos del derecho y la justicia como expresiones elocuentes de la fidelidad obediente que externamos en el culto.
Del salmo 49 R/.
Dios salva al que cumple su voluntad.
Israel, pueblo mío, escucha atento; en contra tuya, yo, tu Dios,
declaro: R/.
No voy a reclamarte sacrificios, pues siempre están ante mí tus
holocaustos. Pero ya no aceptaré becerros de tu casa ni cabritos de tus
rebaños. R/.
Pues todas las fieras de la selva son mías y hay miles de bestias en
mis montes. Conozco todos los pájaros del cielo y es mío cuanto
se mueve en los campos. R/.
Si yo estuviera hambriento, nunca iría a decírtelo a ti, pues
todo es mío. ¿O acaso yo como carne de toros y bebo sangre de
cabritos? R/.
¿Por qué citas mis preceptos y hablas a toda hora de mi pacto,
tú, que detestas la obediencia y echas en saco roto mis mandatos?".
R/.
ACLAMACIÓN
(St 1. 18) R/. Aleluya, aleluya.
Por su propia voluntad el Padre nos engendró por medio del Evangelio,
para que fuéramos, en cierto modo, primicias de sus creaturas. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 8, 28-34
En
aquel tiempo, cuando Jesús desembarcó en la otra orilla del lago,
en tierra de los gadarenos, dos endemoniados salieron de entre los sepulcros
y fueron a su encuentro. Eran tan feroces, que nadie se atrevía a pasar
por aquel camino. Los endemoniados le gritaron a Jesús: "¿Qué
quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Acaso has venido hasta aquí
para atormentarnos antes del tiempo señalado?".
No lejos de ahí había una numerosa piara de cerdos que estaban
comiendo. Los demonios le suplicaron a Jesús: "Si vienes a echarnos
fuera, mándanos entrar en esos cerdos". Él les respondió:
"Está bien". Entonces los demonios salieron de los hombres,
se metieron en los cerdos y toda la piara se precipitó en el lago por
un despeñadero y los cerdos se ahogaron.
Los que cuidaban los cerdos huyeron hacia la ciudad a dar parte de todos aquellos
acontecimientos y de lo sucedido a los endemoniados. Entonces salió toda
la gente de la ciudad al encuentro de Jesús, y al verlo, le suplicaron
que se fuera de su territorio. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
La fuerza aniquiladora del mal destruye a las personas que se dejan esclavizar. Jesús no pacta con los pragmáticos que pretenden abusar de las personas, al contrario los enfrenta con vigorosa determinación.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Padre santo, nuestros dones y concédenos seguir el ejemplo de humildad y servicio a los demás que nos dejó tu Hijo Jesucristo al lavar los pies de los Apóstoles. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 12, 37)
Dichosos aquellos criados a quienes el Señor, al llegar, encuentre en vela. Los hará sentar a la mesa y Él mismo les servirá.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concede, Señor, a
tus hijos alimentados con esta Eucaristía, ser fieles ministros del Evangelio,
de los sacramentos y de la caridad, para bien de tu pueblo y gloria de tu nombre.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que la sangre de los innumerables mártires con la que quisiste santificar a la naciente Iglesia de Roma, fortalezca nuestra fe y nos ayude a alcanzar con ellos la victoria eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Padre santo, las ofrendas que te presentamos en honor de tus santos mártires y concédenos permanecer firmes en la confesión de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor y Dios nuestro, que admirablemente ilustraste el misterio de la cruz con el ejemplo de tus santos mártires, concédenos la gracia, ya que hemos sido alimentados con el Cuerpo de Cristo, de seguirlo con fidelidad en la Iglesia para la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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