MISAL DE MARZO 2024 / www.laverdadcatolica.org |
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Intenciones del Santo Padre para el mes de Marzo del 2024 |
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Por los nuevos mártires |
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Oremos para que quienes en diversas partes del mundo arriesgan su vida por el Evangelio contagien a la Iglesia su valentía y su impulso misionero.. | |
El Número entre paréntesis en MR ( ) corresponde al Misal Romano, edición para México de Editorial BAC.
Morado Feria, viernes II de Cuaresma MR, p. 207 (226); Lecc. I, p. 731 Abstinencia
JOSÉ Y JESÚS
Gen 37,3-4.12-13.17-28; Sal 104; Mt 21,33-43.45-46
José, centro de nuestra primera lectura, es citado sólo dos veces en el Nuevo Testamento: en Heb 11,22 (donde es ejemplo de fe) y en Hechos 7, 13-17 (donde su historia es recordada por Esteban). Implícitamente, sin embargo, está siempre presente porque prefigura a Jesucristo. Como Jesús, es amado por su padre por encima de todos (Gén 37, 3). Como Jesús, es envidiado (v. 4). Como Jesús, es el objeto de un complot (vv. 18-24). Sobre todo, prefigura a Jesús porque acepta el destino impuesto en él y 10 cambia en una realidad positiva, es decir, el rescate de sus hermanos y su padre de una carestía (Gén 45). José y Jesús son ejemplos de cómo afrontar el mal: sufren el mal, pero con la ayuda de Dios lo cambian en una realidad buena.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 30, 2. 5
En ti, Señor, he puesto mi confianza, que no quede yo nunca defraudado; sácame de la trampa que me han tendido, porque tú eres mi amparo.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios
todopoderoso, que, purificados por la práctica de la sagrada penitencia,
nos hagas llegar, con alma limpia, a los santos misterios que se aproximan.
Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Ahí viene ese soñador. Démosle muerte.
Del libro del Génesis: 37, 3-4. 12-13. 17-28
Jacob amaba a José
más que a todos sus demás hijos, porque lo había engendrado
en la ancianidad. A él le había hecho una túnica de amplias
mangas. Sus hermanos, viendo que lo amaba más que a todos ellos, llegaron
a odiarlo, al grado de negarle la palabra.
Un día en que los hermanos de José llevaron a Siquem los rebaños
de su padre, Jacob le dijo a José: "Tus hermanos apacientan mis
rebaños en Siquem. Te voy a enviar allá". José fue
entonces en busca de sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos
lo vieron de lejos, y antes de que se les acercara, conspiraron contra él
para matarlo y se decían unos a otros: "Ahí viene ese soñador.
Démosle muerte; lo arrojaremos en un pozo y diremos que una fiera lo
devoró. Vamos a ver de qué le sirven sus sueños".
Rubén oyó esto y trató de liberarlo de manos de sus hermanos,
diciendo: "No le quiten la vida, ni derramen su sangre. Mejor arrójenlo
en ese pozo que está en el desierto y no se manchen las manos".
Eso lo decía para salvar a José y devolverlo a su padre.
Cuando llegó José a donde estaban sus hermanos, éstos lo
despojaron de su túnica y lo arrojaron a un pozo sin agua. Luego se sentaron
a comer, y levantando los ojos, vieron a lo lejos una caravana de ismaelitas,
que venían de Galaad, con los camellos cargados de especias, resinas,
bálsamo y láudano, y se dirigían a Egipto. Judá
dijo entonces a sus hermanos: "¿Qué ganamos con matar a nuestro
hermano y ocultar su muerte? Vendámoslo a los ismaelitas y no mancharemos
nuestras manos. Después de todo, es nuestro hermano y de nuestra misma
sangre". Y sus hermanos le hicieron caso. Sacaron a José del pozo
y se lo vendieron a los mercaderes por veinticinco monedas de plata. Los mercaderes
se llevaron a José a Egipto.
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 104,
16-17. 18-19. 20-21.
R/. Recordemos las maravillas que hizo el Señor.
Cuando el Señor mandó
el hambre sobre el país y acabó con todas las cosechas, ya había
enviado por delante a un hombre: a José, vendido como esclavo.
R/.
Le trabaron los pies con grilletes y rodearon su cuerpo con cadenas, hasta que
se cumplió su predicción y Dios lo acreditó con su palabra.
R/.
El rey mandó que lo soltaran, el jefe de esos pueblos lo libró,
lo nombró administrador de su casa y señor de todas sus posesiones.
R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Jn 3, 16
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él tenga vida eterna. R/.
EVANGELIO
Éste es el heredero, vamos a matarlo.
Del santo Evangelio según san Mateo: 21, 33-43.45-46
En
aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del
pueblo esta parábola: "Había una vez un propietario que plantó
un viñedo, lo rodeó con una cerca, cavó un lagar en él,
construyó una torre para el vigilante y luego lo alquiló a unos
viñadores y se fue de viaje.
Llegado el tiempo de la vendimia, envió a sus criados para pedir su parte
de los frutos a los viñadores; pero éstos se apoderaron de los
criados, golpearon a uno, mataron a otro, y a otro más lo apedrearon.
Envió de nuevo a otros criados, en mayor número que los primeros,
y los trataron del mismo modo.
Por último, les mandó a su propio hijo, pensando: 'A mi hijo lo
respetarán'. Pero cuando los viñadores lo vieron, se dijeron unos
a otros: 'Éste es el heredero. Vamos a matarlo y nos quedaremos con su
herencia'. Le echaron mano, lo sacaron del viñedo y lo mataron.
Ahora díganme: Cuando vuelva el dueño del viñedo, ¿qué
hará con esos viñadores?" Ellos le respondieron: "Dará
muerte terrible a esos desalmados y arrendará el viñedo a otros
viñadores, que le entreguen los frutos a su tiempo".
Entonces Jesús les dijo: "¿No han leído nunca en la
Escritura: La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular.
Esto es obra del Señor y es un prodigio admirable?
Por esta razón les digo que les será quitado a ustedes el Reino
de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos".
Al oír estas palabras, los sumos sacerdotes y los fariseos comprendieron
que Jesús las decía por ellos y quisieron aprehenderlo, pero tuvieron
miedo a la multitud, pues era tenido por un profeta. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que tu misericordia, Dios de bondad, disponga debidamente a tus siervos para celebrar este sacramento y nos impulse a vivir fervorosamente entregados a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma, MR, pp. 497-501 (493-498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Jn 4, 10
Dios nos amó primero y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación por nuestros pecados.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido esta prenda de eterna salvación, te rogamos, Señor, que nos hagas dirigimos con tanta decisión hacia ella, que la podamos un día alcanzar. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO. Opcional
Concede a tu pueblo, Señor, salud de alma y cuerpo, para que, dedicados a las buenas obras, merezcamos el amparo de tu protección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Feria, sábado II de Cuaresma MR, p. 208 (227); Lecc. I, p. 734 LH, Vísperas I del Domingo. Semana III del Salterio
¿QUIÉN
ES COMO TÚ, SEÑOR?
Miq 7,14-15.18-20; Sal 102; Lc 15,1-3.11-32
Los dos hermanos en la famosa parábola del hijo pródigo, en el Evangelio de hoy, son igualmente antipáticos. El hijo menor no sólo tiene un carácter débil y hedonista, sino que, con su petición de que su padre le dé la parte de la herencia que le corresponde, implica cruelmente que quiere que su padre muera, ya que en esa época tal herencia fue repartida normalmente alrededor de la muerte del progenitor. El hijo mayor se muestra orgulloso y terco y además revela su codicia, ya que las reglas en esa época requerían que compartiera su herencia con su hermano menor, quien con su regreso ha recuperado todos sus derechos a ella. Sólo el padre es atractivo, porque tiene compasión y amor. Asimismo, Dios es, entre todos los que conocemos, el único verdaderamente bueno.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 122, 8-9
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus creaturas.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que gracias a tus celestiales remedios nos haces participar, ya desde este mundo, de los bienes eternos, dirige nuestra vida presente para que, conducidos por ti lleguemos a la luz en que tú habitas. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Arrojará a lo hondo del mar nuestros delitos.
Del libro del profeta Miqueas: 7, 14-15. 18-20
Señor, Dios nuestro,
pastorea a tu pueblo con tu cayado, al rebaño de tu heredad, que vive
solitario entre malezas y matorrales silvestres. Pastarán en Basán
y en Galaad, como en los días de antaño, como cuando salimos de
Egipto y nos mostrabas tus prodigios.
¿Qué Dios hay como tú, que quitas la iniquidad y pasas
por alto la rebeldía de los sobrevivientes de Israel? No mantendrás
por siempre tu cólera, pues te complaces en ser misericordioso.
Volverás a compadecerte de nosotros, aplastarás con tus pies nuestras
iniquidades, arrojarás a lo hondo del mar nuestros delitos. Serás
fiel con Jacob y compasivo con Abraham, como juraste a nuestros padres en tiempos
remotos, Señor, Dios nuestro.
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 102,
1-3. 3-4. 9-10. 11.12.
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice al Señor,
alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice al Señor,
alma mía, y no te olvides de sus beneficios. R/.
El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; él rescata
tu vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura. R/.
El Señor no estará siempre enojado, ni durará para siempre
su rencor. No nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según
nuestros pecados. R/.
Como desde la tierra hasta el cielo, así es de grande su misericordia;
como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos.
R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Lc 15, 18
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Me levantaré, volveré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. R/.
EVANGELIO
Tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida.
Del santo Evangelio según san Lucas: 15, 1-3. 11-32
En
aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores para
escucharlo; por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí:
"Éste recibe a los pecadores y come con ellos".
Jesús les dijo entonces esta parábola: "Un hombre tenía
dos hijos, y el menor de ellos le dijo a su padre: 'Padre, dame la parte de
la herencia que me toca'. Y él les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo,
se fue a un país lejano y allá derrochó su fortuna, viviendo
de una manera disoluta. Después de malgastarlo todo, sobrevino en aquella
región una gran hambre y él empezó a pasar necesidad. Entonces
fue a pedirle trabajo a un habitante de aquel país, el cual lo mandó
a sus campos a cuidar cerdos. Tenía ganas de hartarse con las bellotas
que comían los cerdos, pero no lo dejaban que se las comiera.
Se puso entonces a reflexionar y se dijo: `¡Cuántos trabajadores
en casa de mi padre tienen pan de sobra, y yo, aquí, me estoy muriendo
de hambre! Me levantaré, volveré a mi padre y le diré:
Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo.
Recíbeme como a uno de tus trabajadores'.
Enseguida se puso en camino hacia la casa de su padre. Estaba todavía
lejos, cuando su padre lo vio y se enterneció profundamente. Corrió
hacia él, y echándole los brazos al cuello, lo cubrió de
besos. El muchacho le dijo: 'Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya
no merezco llamarme hijo tuyo'.
Pero el padre les dijo a sus criados: ‘¡pronto!, traigan la túnica
más rica y vístansela; pónganle un anillo en el dedo y
sandalias en los pies; traigan el becerro gordo y mátenlo. Comamos y
hagamos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a
la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado'. Y empezó el banquete.
El hijo mayor estaba en el campo y al volver, cuando se acercó a la casa,
oyó la música y los cantos. Entonces llamó a uno de los
criados y le preguntó qué pasaba. Éste le contestó:
'Tu hermano ha regresado y tu padre mandó matar el becerro gordo, por
haberlo recobrado sano y salvo'. El hermano mayor se enojó y no quería
entrar.
Salió entonces el padre y le rogó que entrara; pero él
replicó: 'Hace tanto tiempo que te sirvo, sin desobedecer jamás
una orden tuya, y tú no me has dado nunca ni un cabrito para comérmelo
con mis amigos! Pero eso sí, viene ese hijo tuyo, que despilfarró
tus bienes con malas mujeres, y tú mandas matar el becerro gordo'.
El padre repuso: 'Hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío
es tuyo. Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este hermano
tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado'
".
Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por la celebración de estos sacramentos, concédenos, Señor, el fruto de nuestra redención, para que nos aparte siempre de todo humano desorden y nos encamine hacia los bienes de nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma, MR, pp. 497-501 (493-497).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Lc 15, 32 I
Alégrate, hijo mío, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la santa recepción de tu sacramento, Señor, penetra hasta lo más íntimo de nuestro corazón y nos comunique su fuerza divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO. Opcional
Dios y Padre nuestro, que tu oído misericordioso esté abierto a la oración de quienes te suplican, y, para que reciban lo que desean, concédeles pedir lo que te agrada. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Domingo III de Cuaresma MR, p. 209 (228); Lecc. I, p. 182
En este domingo se celebra el primer escrutinio preparatorio para el Bautismo de los catecúmenos que van a ser admitidos a los sacramentos de la Iniciación cristiana en la Vigilia Pascual. Se emplean las oraciones y las intercesiones propias, que aparecen en el MR, pp. 984-986 (976-978). Sin embargo, en la primera Misa de los escrutinios debe leerse siempre el Evangelio de la Samaritana; en la segunda, el del ciego de Nacimiento; y en la tercera, el de Lázaro, tal como se propone en los Domingos III, IV y V de Cuaresma para el ciclo A.
SIGNOS DE LA RESURRECCIÓN
Éx 20, 1-17; Sal18; 1 Cor 1,22-25; Jn 2, 13-25
En los Evangelios sinópticos, Jesús ofrece a sus discípulos unas anticipaciones o signos de su resurrección en el momento de su Transfiguración en el monte (véase Mc 9,2-8; Mt 17,1-8; y Lc 9,28-36). Juan desconoce este acontecimiento y utiliza, como los signos de la resurrección, el acto y las palabras proféticas que Jesús hace en Jerusalén durante una pascua judía. Primero, en línea con los grandes profetas, Jesús realiza un acto en el que comunica un mensaje divino. Luego, cuando es desafiado por algunos que entendieron su acto, pero lo rechazaron a él, explica que está destruyendo (no solo "purificando") el Templo porque él es la verdadera morada de Dios en la Tierra. La resurrección representa la "construcción" de tal morada y también la condición necesaria para entender, de manera plena, su acto y sus palabras.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 24,15-16
Mis ojos están siempre fijos en el Señor, pues él libra mis pies de toda trampa. Mírame, Señor, y ten piedad de mí, que estoy solo y afligido.
O bien: Cfr. Ez 36, 23-26
Cuando manifieste en
medio de ustedes mi santidad, los reuniré de todos los países;
derramaré sobre ustedes agua pura y quedarán purificados de todos
sus pecados,
y les infundiré un espíritu nuevo, dice el Señor.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, fuente de misericordia y de toda bondad, que enseñaste que el remedio contra el pecado está en el ayuno, la oración y la limosna, mira con agrado nuestra humilde confesión, para que a quienes agobia la propia conciencia nos reconforte siempre tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
La ley fue dada por Dios a Moisés.
Del libro del Éxodo: 20, 1-17
En aquellos días,
el Señor promulgó estos preceptos para su pueblo en el monte Sinaí,
diciendo: "Yo soy el Señor, tu Dios, que te sacó de la tierra
de Egipto y de la esclavitud. No tendrás otros dioses fuera de mí;
no te fabricarás ídolos ni imagen alguna de lo que hay arriba,
en el cielo, o abajo, en la tierra, o en el agua y debajo de la tierra. No adorarás
nada de eso ni le rendirás culto, porque yo, el Señor, tu Dios,
soy un Dios celoso, que castiga la maldad de los padres en los hijos hasta la
tercera y cuarta generación de aquellos que me odian; pero soy misericordioso
hasta la milésima generación de aquellos que me aman y cumplen
mis mandamientos.
No harás mal uso del nombre del Señor, tu Dios, porque no dejará
el Señor sin castigo a quien haga mal uso de su nombre.
Acuérdate de santificar el sábado. Seis días trabajarás
y en ellos harás todos tus quehaceres; pero el día séptimo
es día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios. No harás
en él trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo,
ni tu esclava, ni tus animales, ni el forastero que viva contigo. Porque en
seis días hizo el Señor el cielo, la tierra, el mar y cuanto hay
en ellos, pero el séptimo, descansó. Por eso bendijo el Señor
el sábado y lo santificó.
Honra a tu padre y a tu madre para que vivas largos años en la tierra
que el Señor, tu Dios, te va a dar. No matarás. No cometerás
adulterio. No robarás. No darás falso testimonio contra tu prójimo.
No codiciarás la casa de tu prójimo, ni a su mujer, ni a su esclavo,
ni a su esclava, ni su buey, ni su burro, ni cosa alguna que le pertenezca".
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 18, 8.
9. 10. 11
R/. Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
La ley del Señor
es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del Señor
y hacen sabio al sencillo. R/.
En los mandamientos de Dios hay rectitud y alegría para el corazón;
son luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino.
R/.
La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandamientos del Señor
son verdaderos y enteramente justos. R/.
Que te sean gratas las palabras de mi boca y los anhelos de mi corazón.
Haz, Señor, que siempre te busque, pues eres mi refugio y salvación.
R/.
SEGUNDA LECTURA
Predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los hombres, pero sabiduría de Dios para los llamados.
De la carta del apóstol san Pablo a los corintios: 1, 22-25
Hermanos: Los judíos exigen señales milagrosas y los paganos piden sabiduría. Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, que es escándalo para los judíos y locura para los paganos; en cambio, para los llamados, sean judíos o paganos, Cristo es la fuerza y la sabiduría de Dios. Porque la locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza de los hombres. Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Jn 3, 16
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna. R/.
EVANGELIO
Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré.
Del santo Evangelio según san Juan: 2, 13-25
Cuando
se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén
y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas,
y a los cambistas con sus mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles
y los echó del templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas
les volcó las mesas y les tiró al suelo las monedas; y a los que
vendían palomas les dijo: "Quiten todo de aquí y no conviertan
en un mercado la casa de mi Padre".
En ese momento, sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito:
El celo de tu casa me devora.
Después intervinieron los judíos para preguntarle: "¿Qué
señal nos das de que tienes autoridad para actuar así?".
Jesús les respondió: "Destruyan este templo y en tres días
lo reconstruiré". Replicaron los judíos: "Cuarenta y
seis años se ha llevado la construcción del templo, ¿y
tú lo vas a levantar en tres días?".
Pero Él hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó
Jesús de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que
había dicho aquello y creyeron en la Escritura y en las palabras que
Jesús había dicho.
Mientras estuvo en Jerusalén para las fiestas de Pascua, muchos creyeron
en Él, al ver los prodigios que hacía. Pero Jesús no se
fiaba de ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba que nadie
le descubriera lo que es el hombre, porque Él sabía lo que hay
en el hombre. Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Si se celebra la Misa de los escrutinios, debe leerse el Evangelio con el pasaje de la Samaritana: Lecc. I, p. 62.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Instruidos por el ejemplo
de Jesús, el Señor, que en el desierto se entregaba a la oración,
oremos también nosotros con insistencia a nuestro Dios: (R/. Escúchanos,
Señor.)
Para que todos los fieles, por medio de las penitencias y prácticas
cuaresmales, sean purificados de sus culpas y vean fortalecida su vida cristiana,
roguemos al Señor.
Para que todos los pueblos alcancen la paz, la tranquilidad y el bienestar necesario
y puedan así buscar más fácilmente los bienes del cielo,
roguemos al Señor.
Para que el Señor conceda su fuerza a los que se ven tentados o se sienten
turbados, infunda el deseo de la conversión a los pecadores y otorgue
el consuelo del cielo a los que están tristes o abatidos, roguemos
al Señor.
Para que infunda en todos nosotros el deseo de una verdadera conversión,
a fin de que nos preparemos a celebrar debidamente el sacramento pascual de
la penitencia, roguemos al Señor.
Señor, Dios nuestro, abre nuestros corazones a tus mandatos y haz
que penetremos en la sabiduría de la cruz, para que, liberados del egoísmo
que nos aprisiona, alcancemos los dones del Espíritu Santo y lleguemos
a ser templo vivo en el que tú deseas recibir nuestra adoración.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por estas ofrendas, Señor, concédenos benigno el perdón de nuestras ofensas, y ayúdanos a perdonar a nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Si se emplean lecturas de la Misa de escrutinios, el prefacio III de Cuaresma, MR, p. 210 (229).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 83, 4-5
El gorrión ha encontrado una casa, y la golondrina un nido donde poner sus polluelos: junto a tus altares, Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío. Dichosos los que viven en tu casa y pueden alabarte siempre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados en la tierra con el pan del cielo, prenda de eterna salvación, te suplicamos, Señor, que lleves a su plenitud en nuestra vida la gracia recibida en este sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Dirige, Señor, los corazones de tus fieles y da en tu bondad a tus siervos una gracia tan grande que, cumpliendo en plenitud tus mandamientos, nos haga permanecer en tu amor y en el de nuestro prójimo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- De acuerdo con el teólogo y exégeta suizo, Oscar Cullmann (1902-1999), un presupuesto tácito yace detrás de todo lo que el Nuevo Testamento enseña: los cristianos viven en un periodo de tensión dialéctica entre lo "ya" y lo "todavía no". Por un lado, Cristo ha resucitado y nos ha redimido (p. ej. Ef 2, 6); por el otro, no hemos todavía resucitado definitivamente (p. ej. 1 Cor 15, 52). Si no comprendemos esta tensión, tergiversamos el mensaje del Nuevo Testamento y viviremos de un modo poco cristiano. Si Cullmann tenía razón, quiere decir que hay signos de la resurrección ya presentes entre nosotros, ofreciéndonos la esperanza en medio de los problemas de la vida. Busquemos tales signos, como por ejemplo la reconciliación entre dos amigos distanciados, actos de amor generosos y la vida que se niega a morir.
Morado Feria, lunes III de Cuaresma o Memoria parcial de san Casimiro* MR, pp. 212 (231), p. 716 (703); Lecc. I, p. 741
Otros Santos: Juan Antonio Farina, obispo fundador. Beatos: Madre San Luis, viuda fundadora; Daniel Dajani, presbítero jesuita y mártir.
"NINGÚN
PROFETA ES ACEPTADO EN SU PROPIA TIERRA"
2 Re 5, 1-15; Salmos 41 y 42; Lc 4, 24-30
El triste tema del profeta rechazado corre a lo largo de toda la Biblia, desde el destino de los profetas clásicos (p. ej. Jer 42, 1 43, 7) hasta el asesinato de los dos profetas en los últimos días (p. ej. Apoc. 11, 3-10). De hecho, el tema parece seguir un ritmo habitual: primero, un profeta es rechazado; luego, los que lo rechazaron son castigados; pero, en tercer lugar, la compasión inagotable motiva a Dios a continuar mandando profetas para reformar a su pueblo (véase Neh 9,26-31). Jesús mismo se involucra en este ritmo, como nos revela el Evangelio de hoy. Por desgracia, nuestro mundo no ha aprendido la lección que le ofrece la Biblia, porque ha asesinado profetas, como Martín Luther King (1929-1968) o Monseñor Oscar Arnulfo Romero (1917-1980). ¡Ojalá que reconozcamos a los profetas que Dios nos manda hoy!
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 83, 3
Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor; mi corazón y todo mi ser se regocijan por el Dios vivo.
ORACIÓN COLECTA
Que tu constante misericordia,
Señor, purifique y defienda a tu Iglesia y, ya que sin ti no puede permanecer
segura, guíala siempre con tu protección. Por nuestro Señor
Jesucristo...
*O bien, en la Memoria de san Casimiro:
Dios todopoderoso, a quien servir es reinar, concédenos, por intercesión
de san Casimiro, que te sirvamos siempre en santidad y justicia.
Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Muchos leprosos había en Israel, pero ninguno fue curado, sino Naamán, el sirio.
Del segundo libro de los Reyes: 5, 1-15
En aquellos días,
Naamán, general del ejército de Siria, gozaba de la estima y del
favor de su rey, pues por su medio había dado el Señor la victoria
a Siria. Pero este gran guerrero era leproso.
Sucedió que una banda de sirios, en una de sus correrías, trajo
cautiva a una jovencita, que pasó luego al servicio de la mujer de Naamán.
Ella le dijo a su señora: "Si mi señor fuera a ver al profeta
que hay en Samaria, ciertamente él lo curaría de su lepra".
Entonces fue Naamán a contarle al rey, su señor: "Esto y
esto dice la muchacha israelita". El rey de Siria le respondió:
"Anda, pues, que yo te daré una carta para el rey de Israel".
Naamán se puso en camino, llevando de regalo diez barras de plata, seis
mil monedas de oro, diez vestidos nuevos y una carta para el rey de Israel que
decía: "Al recibir ésta, sabrás que te envío
a mi siervo Naamán, para que lo cures de la lepra".
Cuando el rey de Israel leyó la carta, rasgó sus vestiduras exclamando:
"¿Soy yo acaso Dios, capaz de dar vida o muerte, para que éste
me pida que cure a un hombre de su lepra? Es evidente que lo que anda buscando
es un pretexto para hacerme la guerra". Cuando Eliseo, el hombre de Dios,
se enteró de que el rey había rasgado sus vestiduras, le envió
este recado: "¿Por qué rasgaste tus vestiduras? Envíamelo
y sabrá que hay un profeta en Israel". Llegó, pues, Naamán
con sus caballos y su carroza, y se detuvo a la puerta de la casa de Eliseo.
Éste le mandó decir con un mensajero: "Ve y báñate
siete veces en el río Jordán, y tu carne quedará limpia".
Naamán se alejó enojado, diciendo: "Yo había pensado
que saldría en persona a mi encuentro y que, invocando el nombre del
Señor, su Dios, pasaría la mano sobre la parte enferma y me curaría
de la lepra. ¿Acaso los ríos de Damasco, como el Abaná
y el Farfar, no valen más que todas las aguas de Israel? ¿No podría
bañarme en ellos y quedar limpio?" Dio media vuelta y ya se marchaba,
furioso, cuando sus criados se acercaron a él y le dijeron: "Padre
mío, si el profeta te hubiera mandado una cosa muy difícil, ciertamente
la habrías hecho; cuanto más, si sólo te dijo que te bañaras
y quedarías sano".
Entonces Naamán bajó, se bañó siete veces en el
Jordán, como le había dicho el hombre de Dios, y su carne quedó
limpia como la de un niño. Volvió con su comitiva a donde estaba
el hombre de Dios y se le presentó, diciendo: "Ahora sé que
no hay más Dios que el de Israel". Palabra de Dios. T.
Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
De los salmos 41
y 42 3; 42, 3. 4.
R/. Estoy sediento del Dios que da la vida.
Como el venado busca el
agua de los ríos, así, cansada, mi alma te busca a ti, Dios mío.
R/.
Del Dios que da la vida está mi ser sediento. ¿Cuándo será
posible ver de nuevo su templo? R/.
Envíame, Señor, tu luz y tu verdad; que ellas se conviertan en
mi guía y hasta tu monte santo me conduzcan, allí donde tú
habitas. R/.
Al altar del Señor me acercaré, al Dios que es mi alegría,
y a mi Dios, el Señor, le daré gracias al compás de la
cítara. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Sal 129, 5. 7
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Confío en el Señor y en sus palabras, porque del Señor viene la misericordia y la redención. R/.
EVANGELIO
Como Elías y Eliseo, Jesús no ha sido enviado sólo a los judíos.
Del santo Evangelio según san Lucas: 4, 24-30
En
aquel tiempo, Jesús llegó a Nazaret, entró a la sinagoga
y dijo al pueblo: "Yo les aseguro que nadie es profeta en su tierra. Había
ciertamente en Israel muchas viudas en los tiempos de Elías, cuando faltó
la lluvia durante tres años y medio, y hubo un hambre terrible en todo
el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino
a una viuda que vivía en Sarepta, ciudad de Sidón. Había
muchos leprosos en Israel, en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno
de ellos fue curado, sino Naamán, que era de Siria".
Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira,
y levantándose, lo sacaron de la ciudad y lo llevaron hasta un precipicio
de la montaña sobre la que estaba construida la ciudad, para despeñarlo.
Pero él, pasando por en medio de ellos, se alejó de allí.
Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Convierte, Señor, en sacramento de salvación, los dones que te ofrecemos como expresión de nuestro servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio IV de Cuaresma, MR, pp. 497-501 (493-498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 116, 1-2
Que alaben al Señor todos los pueblos, porque grande es su amor hacia nosotros.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la comunión de tu sacramento, Señor, nos obtenga limpieza de alma y nos congregue en la unidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO. Opcional
Te rogamos, Señor, que tu diestra proteja al pueblo que te invoca y, una vez purificado, dígnate llenarlo de sabiduría, para que, por medio de los consuelos presentes, se encamine hacia los bienes futuros. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Feria, martes III de Cuaresma MR, p. 213 (232); Lecc. I, p. 744
UNA PLEGARIA Y
SU RESPUESTA
Dn 3, 25.34-43; Sa124; Mt 18,21-35
La plegaria de Azarías, una parte de la cual aparece en la primera lectura, ejemplifica el género literario denominado "la confesión de pecados" y encontrado también en otros libros bíblicos, como Esd 7, Neh 9, Baruc y algunos salmos penitenciales. Este género se estructura en tres partes: autorreconocimiento de las culpas y conciencia del merecido castigo; dolor expiatorio en el que se reconoce la misericordia de Dios que no abandona a sus fieles y, finalmente, confesión de fe en Dios que salva a los suyos. Quizá el Evangelio de hoy podría entenderse como la respuesta divina a esta confesión, aunque su parábola era usada por Mateo probablemente para ilustrar la quinta petición del Padre Nuestro (Mt 6, 12). Pero la parábola también contesta a Azarías y a nosotros que, si queremos ser perdonados por Dios, tenemos que perdonar a los demás.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 16, 6. 8
Te invoco, Dios mío porque tú me respondes; inclina tu oído y escucha mis palabras. Cuídame, Señor, como a la niña de tus ojos y cúbreme bajo la sombra de tus alas.
ORACIÓN COLECTA
Que tu gracia, Señor, nunca nos abandone, para que nos haga perseverar dedicados a tu santo servicio y nos obtenga siempre tu ayuda. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Acepta, Señor, nuestro corazón adolorido y nuestro espíritu humillado.
Del libro del profeta Daniel: 3, 25.34-43
En aquel tiempo, Azarías
oró al Señor, diciendo: "Señor, Dios nuestro, no nos
abandones nunca; por el honor de tu nombre no rompas tu alianza; no apartes
de nosotros tu misericordia, por Abraham, tu amigo, por Isaac, tu siervo, por
Jacob, tu santo, a quienes prometiste multiplicar su descendencia, como las
estrellas del cielo y las arenas de la playa.
Pero ahora, Señor, nos vemos empequeñecidos frente a los demás
pueblos y estamos humillados por toda la tierra, a causa de nuestros pecados.
Ahora no tenemos príncipe ni jefe ni profeta; ni holocausto ni sacrificio
ni ofrenda ni incienso; ni lugar donde ofrecerte las primicias y alcanzar misericordia.
Por eso, acepta nuestro corazón adolorido y nuestro espíritu humillado,
como un sacrificio de carneros y toros, como un millar de corderos cebados.
Que ése sea hoy nuestro sacrificio y que sea perfecto en tu presencia,
porque los que en ti confían no quedan defraudados.
Ahora te seguiremos de todo corazón; te respetamos y queremos encontrarte;
no nos dejes defraudados. Trátanos según tu clemencia y tu abundante
misericordia. Sálvanos con tus prodigios y da gloria a tu nombre".
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 24, 4-5ab.
6 7bc. 8-9
R/. Sálvanos, Señor, tú que eres misericordioso
Descúbrenos, Señor,
tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro
Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza. R/.
Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según
ese amor y esa ternura, acuérdate de nosotros. R/.
Porque el Señor es recto y bondadoso, indica a los pecadores el sendero,
guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos.
R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Joel 2, 12-13
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Todavía es tiempo, dice el Señor, conviértanse a mí de todo corazón, porque soy compasivo y misericordioso. R/.
EVANGELIO
Si no perdonan de corazón a su hermano, tampoco el Padre celestial los perdonará a ustedes.
Del santo Evangelio según san Mateo: 18, 21-35
En aquel tiempo, Pedro se
acercó a Jesús y le preguntó: "Si mi hermano me ofende,
¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?"
Jesús le contestó: "No sólo hasta siete, sino hasta
setenta veces siete".
Entonces Jesús les dijo: "El Reino de los cielos es semejante a
un rey que quiso ajustar cuentas con sus servidores. El primero que le presentaron
le debía muchos millones. Como no tenía con qué pagar,
el señor mandó que lo vendieran a él, a su mujer, a sus
hijos y todas sus posesiones, para saldar la deuda. El servidor, arrojándose
a sus pies, le suplicaba diciendo: 'Ten paciencia conmigo y te lo pagaré
todo'. El rey tuvo lástima de aquel servidor, lo soltó y hasta
le perdonó la deuda.
Pero, apenas había salido aquel servidor, se encontró con uno
de sus compañeros, que le debía poco dinero. Entonces lo agarró
por el cuello y casi lo estrangulaba, mientras le decía: 'Págame
lo que me debes'. El compañero se le arrodilló y le rogaba: 'Ten
paciencia conmigo y te lo pagaré todo'. Pero el otro no quiso escucharlo,
sino que fue y lo metió en la cárcel hasta que le pagara la deuda.
Al ver lo ocurrido, sus compañeros se llenaron de indignación
y fueron a contar al rey lo sucedido. Entonces el señor lo llamó
y le dijo: 'Siervo malvado. Te perdoné toda aquella deuda porque me lo
suplicaste. ¿No debías tú también haber tenido compasión
de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?' Y el señor,
encolerizado, lo entregó a los verdugos para que no lo soltaran hasta
que pagara lo que debía.
Pues lo mismo hará mi Padre celestial con ustedes, si cada cual no perdona
de corazón a su hermano". Palabra del Señor. T.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, que esta ofrenda de salvación realice la purificación de nuestros pecados, y nos atraiga tu poderoso auxilio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma, MR, pp. 497-501 (493-498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 14, 1-2
Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda y descansar en tu monte santo? El que procede honradamente y practica la justicia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la santa participación de tu sacramento, Señor, nos reavive espiritualmente y al mismo tiempo nos alcance tu perdón y tu protección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO. Opcional
Señor Dios, maestro y guía de tu pueblo, aleja de él los pecados que lo acosan, para que te agrade siempre y esté seguro con tu protección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Feria, miércoles III de Cuaresma MR, p. 214 (233); Lecc. I, p. 747
"NO PASARÁ
NI LA LETRA MÁS PEQUEÑA DE LA LEY"
Deut 4, l. 5-9; Sal 147; Mt 5, 17-19
Muchos intérpretes han discutido las palabras de Jesús del Evangelio de hoy acerca de que "no pasará ni la letra más pequeña o tilde de la ley hasta que todo llegue a su cumplimiento" (v. 18). ¿Es que la ley mosaica estuvo en vigor sólo hasta el cumplimiento de la misión de Jesús en la resurrección? ¿O todavía está en vigor? La respuesta más frecuente es que, según el evangelista Mateo, todavía está en vigor, pero de acuerdo con la interpretación de Jesús que penetra su significado más profundo. En la ley se contiene, como dice nuestra primera lectura en una línea sapiencial, mucha "sabiduría e inteligencia" (Deut 4,6). En contra de la tendencia de rechazar todo lo judío seguida por algunos, empezando con Marción de Sinope (ca. 110-160 d. C.), tenemos que abrazar su sabiduría profunda.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 118, 133
Asegura mis pasos conforme a tu promesa, que la maldad no se apodere de mí.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, que, ejercitados por las prácticas cuaresmales y alimentados por tu palabra, con santa templanza nos mantengamos de todo corazón entregados a ti y estemos siempre unidos, perseverando en oración. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Guarden mis mandamientos y pónganlos en práctica.
Del libro del Deuteronomio: 4, 1. 5-9
En aquellos días,
habló Moisés al pueblo, diciendo: "Ahora, Israel, escucha
los mandatos y preceptos que te enseño, para que los pongas en práctica
y puedas así vivir y entrar a tomar posesión de la tierra que
el Señor, Dios de tus padres, te va a dar.
Yo les enseño mandatos y preceptos, como me ordena el Señor, mi
Dios, para que se ajusten a ellos en la tierra en que van a entrar y que van
a tomar en posesión. Guárdenlos y cúmplanlos, porque ellos
son su sabiduría y su prudencia a los ojos de los pueblos. Cuando tengan
noticia de todos estos preceptos, se dirán: 'En verdad esta gran nación
es un pueblo sabio y prudente'. Porque, ¿cuál otra nación
hay tan grande que tenga dioses tan cercanos como lo está nuestro Dios,
siempre que lo invocamos? ¿Cuál es la gran nación cuyos
mandatos y preceptos sean tan justos como toda esta ley que ahora les doy?
Pero ten cuidado y atiende bien: No vayas a olvidarte de estos hechos que tus
ojos han visto, ni dejes que se aparten de tu corazón en todos los días
de tu vida; al contrario, transmíteselos a tus hijos y a los hijos de
tus hijos". Palabra de Dios. T, Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 147,
12-13.15-16.19-20.
R/. Demos gloria a nuestro Dios
Glorifica al Señor,
Jerusalén, a Dios ríndele honores, Israel. Él refuerza
el cerrojo de tus puertas y bendice a tus hijos en tu casa. R/.
Él mantiene la paz en tus fronteras, con su trigo mejor sacia tu hambre.
Él envía a la tierra su mensaje y su palabra corre velozmente.
R/.
Le muestra a Jacob su pensamiento, sus normas y designios a Israel. No ha hecho
nada igual con ningún pueblo, ni le ha confiado a otro sus proyectos.
R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 6, 63. 68
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna. R/.
EVANGELIO
El que cumpla y enseñe mis mandamientos, será grande en el Reino de los cielos.
Del santo Evangelio según san Mateo: 5, 17-19
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No crean que
he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles
plenitud. Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra,
que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la
ley.
Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe
eso a los hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que
los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los cielos".
Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, las súplicas de tu pueblo juntamente con la oblación de estas ofrendas; y a quienes celebramos tus sacramentos, defiéndenos de todo peligro. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma, MR, pp. 497-501 (493-498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 15, 11
Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Santifica, Señor, a quienes hemos sido alimentados con los manjares de la mesa celestial, para que, perdonados de todo pecado, podamos alcanzar las promesas eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO. Opcional
Concede, Señor, a tu pueblo el deseo de agradarte, porque sólo le darás todo lo que lo favorece si lo haces dócil a lo que tú mismo le enseñas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Feria, jueves III de Cuaresma o Memoria parcial de las santas Perpetua y Felicitas, mártires* MR, pp. 215 (234), 716 (703); Lecc. I, p. 749
Otros Santos: Beatos: Leónidas Fedorov y compañeros, mártires; María Antonia de Paz y Figueroa "Mama Antula", religiosa y fundadora.
DIOS ES UNA FUENTE
PARA EL LARGO CAMINO
Jer 7, 23-28; Sal 94; Lc 11, 14-23
En el episodio del exorcismo, narrado por Lucas, el hecho de que Jesús puede expulsar a los demonios no está en disputa. Sus antagonistas aceptan que Él tiene poder sobre los demonios. Su objeción se focaliza más bien en la fuente de este poder. Alegan que dicha fuente es nada menos que Belzebú, un nombre que deriva del dios de la ciudad filistea de Ecrón, pero que aquí quiere decir "el príncipe de los demonios" (Lc 11, 15). Sus alegatos son absurdos, como revela la lógica irrefutable de Jesús, pero son la ocasión para que el Señor nos recuerde una verdad importante: la fuente de su poder y de todo lo bueno es Dios (v. 20). Es precisamente esta fuente que nos puede animar, dar esperanza y vivificar cuando estamos fallando durante el largo camino de la Cuaresma.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor. Los escucharé cuando me llamen en cualquier tribulación, y siempre seré su Dios.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, te pedimos humildemente que, cuanto más se acerca el día de la fiesta que nos trae la salvación, con tanto mayor fervor nos preparemos para celebrar debidamente el misterio pascual. Por nuestro Señor Jesucristo...
*O bien, en la memoria de las santas Perpetua y Felicitas:
Dios todopoderoso, que con la fuerza de tu amor hiciste a las santas mártires Perpetua y Felícitas intrépidas ante el perseguidor e invencibles ante los tormentos de la muerte, concédenos, por su intercesión, crecer siempre en tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Éste es el pueblo que no escuchó la voz del Señor, su Dios.
Del libro del profeta Jeremías: 7, 23-28
Esto dice el Señor:
"Ésta es la orden que di a mi pueblo: 'Escuchen mi voz, y yo seré
su Dios y ustedes serán mi pueblo; caminen siempre por el camino que
yo les mostraré, para que les vaya bien'.
Pero ellos no escucharon ni prestaron oído. Caminaron según sus
ideas, según la maldad de su corazón obstinado, y en vez de darme
la cara, me dieron la espalda, desde que sus padres salieron del país
de Egipto hasta hoy.
Yo les envié a mis siervos, los profetas, un día y otro día;
pero ellos no los escucharon ni les prestaron oído. Endurecieron su cabeza
y fueron peores que sus padres. Tú les dirás, pues, todas estas
palabras, pero no te escucharán; los llamarás y no te responderán.
Entonces les dirás: 'Éste es el pueblo que no escuchó la
voz del Señor, su Dios, ni aceptó la corrección. Ya no
existe fidelidad en Israel; ha desaparecido de su misma boca' ". Palabra
de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 94, 1-2.6-7.8-9.
R/. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Vengan, lancemos vivas al
Señor, aclamemos al Dios que nos salva. Acerquémonos a él,
llenos de júbilo, y démosle gracias. R/.
Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Señor, que nos
hizo, pues él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo; él es nuestro
pastor y nosotros, sus ovejas. R/.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su
corazón, como el día de la rebelión en el desierto, cuando
sus padres dudaron de mí, aunque habían visto mis obras".
R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Jl 2, 12-13
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Todavía es tiempo, dice el Señor, conviértanse a mí de todo corazón, porque soy compasivo y misericordioso. R/.
EVANGELIO
El que no está conmigo, está contra mí.
Del santo Evangelio según san Lucas: 11, 14-23
En
aquel tiempo, Jesús expulsó a un demonio, que era mudo. Apenas
salió el demonio, habló el mudo y la multitud quedó maravillada.
Pero algunos decían: "Éste expulsa a los demonios con el
poder de Satanás, el príncipe de los demonios". Otros, para
ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa.
Pero Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo: "Todo
reino dividido por luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa.
Si Satanás también está dividido contra sí mismo,
¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo arrojo a
los demonios con el poder de Satanás. Entonces, ¿con el poder
de quién los arrojan los hijos de ustedes? Por eso, ellos mismos serán
sus jueces. Pero si yo arrojo a los demonios con el dedo de Dios, eso significa
que ha llegado a ustedes el Reino de Dios.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están
seguros; pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, entonces le quita
las armas en que confiaba y después dispone de sus bienes. El que no
está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo,
desparrama". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Para que te agraden, Señor,
las ofrendas de tu pueblo, te pedimos que nos purifiques de todo contagio de
mal y no permitas que nos entreguemos a falsos placeres ya que nos prometes
el premio verdadero.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma, MR, pp. 497-501 (493-498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 118, 4-5
Tú promulgas tus preceptos para que se observen con exactitud. Ojalá que mi conducta se ajuste siempre al cumplimiento de tu voluntad.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Acompaña, Señor, con tu bondadosa protección a quienes vivificas con tus sacramentos, para que recibamos, en la celebración de estos misterios y en nuestra vida, los frutos de tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO. Opcional
Imploramos, Señor tu clemencia, confiados en tu misericordia, y ya que de ti recibimos todo lo que somos, haz que por tu gracia podamos querer lo que es bueno, y realizar lo que queremos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Feria, viernes III de Cuaresma o Memoria parcial de san Juan de Dios, religioso* MR, pp. 217 (235), 718 (705); Lecc. I, p. 751
Otros Santos: Faustino Míguez, presbítero de la Orden de las Escuelas Pías y fundador. Beato Vicente Kadlubek, monje cisterciense y obispo.
UN GESTO SENCILLO
Os 14, 2-10; Sal 80; Mc 12, 28-34
Nuestra primera lectura es un oráculo de esperanza que parece ser un añadido del último redactor del libro profético. En ella, hay un hilo conductor que tal vez se nos escapa en español: es la palabra "volver" (en hebreo, swb) y los términos relacionados con ella en el hebreo como "apostasía" (mswbh) y "volverse" (sb). Quiere comunicar que la culpa del pueblo y el castigo impuesto por Dios, que son el tema del capítulo anterior (13, 1-15), no son necesariamente el acto final. Al contrario, si el pueblo simplemente gira su posición, volviéndose desde una postura de sus espaldas a Dios hacia una postura frente a El, evitará la catástrofe. Un gesto tan sencillo es también posible para nosotros. No importa lo que hayamos hecho en el pasado, si nos volvemos a Dios nuestras vidas "florecerán como la azucena" (14, 6).
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 85, 8. 10
No existe ningún otro dios igual a ti, porque tú eres grande y haces maravillas; tú eres el único Dios.
ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Señor bondadoso, que infundas tu gracia en nuestros corazones, para que, apartándonos siempre de todo humano extravío, podamos acoger, con tu ayuda, las inspiraciones que nos vienen de ti. Por nuestro Señor Jesucristo...
*O bien, en la memoria de san Juan de Dios:
Dios nuestro, que colmaste a san Juan de Dios del espíritu de misericordia, concédenos que, practicando las obras de caridad, merezcamos ser contados entre los elegidos en tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Nunca llamaremos ya "dios nuestro" a las obras de nuestras manos.
Del libro del profeta Oseas: 14, 2-10
Esto dice el Señor
Dios: "Israel, conviértete al Señor, Dios tuyo, pues tu maldad
te ha hecho sucumbir. Arrepiéntanse y acérquense al Señor
para decirle: 'Perdona todas nuestras maldades, acepta nuestro arrepentimiento
sincero, que solemnemente te prometemos.
Ya no nos salvará Asiria, ya no confiaremos en nuestro ejército,
ni volveremos a llamar "dios nuestro" a las obras de nuestras manos,
pues sólo en ti encuentra piedad el huérfano'.
Yo perdonaré sus infidelidades, dice el Señor; los amaré
aunque no lo merezcan, porque mi cólera se ha apartado de ellos. Seré
para Israel como rocío; mi pueblo florecerá como el lirio, hundirá
profundamente sus raíces, como el álamo, y sus renuevos se propagarán;
su esplendor será como el del olivo y tendrá la fragancia de los
cedros del Líbano.
Volverán a vivir bajo mi sombra, cultivarán los trigales y las
viñas, que serán tan famosas como las del Líbano. Ya nada
tendrá que ver Efraín con los ídolos.
Yo te he castigado, pero yo también te voy a restaurar, pues soy como
un ciprés, siempre verde, y gracias a mí, tú das frutos.
Quien sea sabio, que comprenda estas cosas y quien sea prudente, que las conozca.
Los mandamientos del Señor son rectos y los justos los cumplen; los pecadores,
en cambio, tropiezan en ellos y caen". Palabra de Dios. T.
Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 80, 6c-8a.
8hc-9. 10-11ah. 14.17.
R/. Yo soy tu Dios, escúchame.
Oyó Israel palabras
nunca oídas: "He quitado la carga de tus hombros y el pesado canasto
de tus manos. Clamaste en la aflicción y te libré. R/.
Te respondí, oculto entre los truenos, y te probé en Meribá,
junto a la fuente. Escucha, pueblo mío, mi advertencia, ¡Israel,
si quisieras escucharme! R/.
No tendrás otro Dios, fuera de mí, ni adorarás a dioses
extranjeros, porque yo el Señor, soy el Dios tuyo, que te sacó
de Egipto, tu destierro. R/.
¡Ojalá que mi pueblo me escuchara y cumpliera Israel mis mandamientos!
Comería de lo mejor de mi trigo y yo lo saciaría con miel silvestre".
R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 17
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Conviértanse, dice el Señor, porque ya está cerca el Reino de los cielos. R/.
EVANGELIO
El Señor tu Dios es el único Dios: ámalo.
Del santo Evangelio según san Marcos: 12, 28-34
En aquel tiempo, uno de
los escribas se acercó a Jesús y le preguntó: "¿Cuál
es el primero de todos los mandamientos?" Jesús le respondió:
"El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único
Señor; amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón,
con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.
El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
No hay ningún mandamiento mayor que éstos".
El escriba replicó: "Muy bien, Maestro. Tienes razón, cuando
dices que el Señor es único y que no hay otro fuera de él,
y amarlo con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas,
y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos
y sacrificios".
Jesús, viendo que había hablado muy sensatamente, le dijo: "No
estás lejos del Reino de Dios". Y ya nadie se atrevió a hacerle
más preguntas. Palabra del Señor. T. Gloria a ti,
Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira benignamente, Señor, los dones que te consagramos, para que sean gratos a tus ojos y sirvan siempre para nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma, MR, pp. 497-501 (493-498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Mc 12, 33
Amar a Dios con todo el corazón y al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los sacrificios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Señor,
que la acción de tu gracia penetre nuestras mentes y nuestros cuerpos,
para que el sacramento recibido realice plenamente nuestra redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO. Opcional
Mira, propicio, Señor, a tus fieles, que imploran tu misericordia, para que, llenos de confianza en tu bondad, puedan difundir por todas partes los dones de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Feria, sábado
III de Cuaresma o Memoria parcial de santa Francisca Romana, religiosa* MR,
pp. 218 (236), 718 (705); Lecc. I, p. 754 LH, Vísperas I del domingo:
Semana IV del Salterio Tomo II: pp. 1412,3 y 248. Para los fieles: pp. 722 y
178
Edición popular: pp. 289 Y 433
Otros Santos: Domingo Savio, laico; Paciano de Barcelona, sacerdote y obispo.
¿PODEMOS
CALCULAR NUESTRA RELACIÓN CON DIOS?
Os 6, 1-6; Sal 50; Lc 18,9-14
Los números, las matemáticas y el cálculo son realidades completamente humanas. Sin embargo, cuando las utilizamos para nuestra relación con Dios pueden ser arriesgadas. Es lo que ejemplifica el personaje del fariseo en nuestro Evangelio. Cuenta los ayunos que hace, computa el porcentaje de las compras que paga como diezmos, y suma todo para calcular su santidad. No hay razón para dudar de su sinceridad. El problema es que pone su confianza en esos esfuerzos suyos que enumera tan cuidadosamente. El otro personaje, el cobrador de impuestos, evita el cálculo que probablemente hace cada día en el trabajo opresivo en que se encuentra atrapado. Simplemente depende de la misericordia divina. Claro que estos dos son figuras estereotipadas, pero demuestran, una de manera negativa y la otra de manera positiva, la actitud correcta hacia Dios, a saber, golpeándonos en el pecho y pidiendo misericordia.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 102, 2-3
Bendice, alma mía, al Señor, y no te olvides de sus beneficios, pues Él perdona todas tus culpas.
ORACIÓN COLECTA
Llenos de alegría por la celebración anual de esta Cuaresma, te rogamos, Señor, que, frecuentando los sacramentos pascuales, gocemos de la plenitud de sus frutos. Por nuestro Señor Jesucristo...
*O bien, en la memoria de santa Francisca Romana:
Dios nuestro, que nos diste en santa Francisca Romana un singular modelo de vida matrimonial y monástica, enséñanos a servirte con perseverancia, para que podamos reconocerte y seguirte en todas las circunstancias de la vida. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Oseas: 6, 1-6
Yo quiero misericordia y no sacrificios.
Esto dice el Señor:
"En su aflicción, mi pueblo me buscará y se dirán
unos a otros: 'Vengan, volvámonos al Señor; él nos ha desgarrado
y él nos curará; él nos ha herido y él nos vendará.
En dos días nos devolverá la vida, y al tercero, nos levantará
y viviremos en su presencia.
Esforcémonos por conocer al Señor; tan cierta como la aurora es
su aparición y su juicio surge como la luz; bajará sobre nosotros
como lluvia temprana, como lluvia de primavera que empapa la tierra'.
¿Qué voy a hacer contigo, Efraín? ¿Qué voy
a hacer contigo, Judá? Su amor es nube mañanera, es rocío
matinal que se evapora. Por eso los he azotado por medio de los profetas y les
he dado muerte con mis palabras. Porque yo quiero misericordia y no sacrificios,
conocimiento de Dios, más que holocaustos". Palabra de Dios.
T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 50, 3-4.
18-19. 20-21ab
R/. Misericordia quiero, no sacrificios, dice el Señor.
Por tu inmensa compasión
y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas.
Lávame bien de todos mis delitos, y purifícame de mis pecados.
R/.
Tú, Señor, no te complaces en los sacrificios y si te ofreciera
un holocausto, no te agradaría. Un corazón contrito te presento,
y a un corazón contrito, tú nunca lo desprecias. R/.
Señor, por tu bondad, apiádate de Sión, edifica de nuevo
sus murallas. Te agradarán entonces los sacrificios justos, ofrendas
y holocaustos. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Sal 94, 8
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su corazón". R/.
EVANGELIO
El publicano regresó a su casa justificado y el fariseo no.
Del santo Evangelio según san Lucas: 18, 9-14
En
aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola sobre algunos que se tenían
por justos y despreciaban a los demás:
"Dos hombres subieron al templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano.
El fariseo, erguido, oraba así en su interior: 'Dios mío, te doy
gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos y adúlteros;
tampoco soy como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo
de todas mis ganancias'.
El publicano, en cambio, se quedó lejos y no se atrevía a levantar
los ojos al cielo. Lo único que hacía era golpearse el pecho,
diciendo: 'Dios mío, apiádate de mí, que soy un pecador'.
Pues bien, yo les aseguro que éste bajó a su casa justificado
y aquél no; porque todo el que se enaltece será humillado y el
que se humilla será enaltecido". Palabra del Señor.
T. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor Dios, de cuya gracia nos viene que podamos, contritos de corazón, acercamos a tus sacramentos, concédenos que, al celebrados dignamente, podamos rendirte una alabanza perfecta. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma, M R, pp. 497-501 (493-498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 18, 13
El publican o, en cambio, se quedó lejos, se golpeaba el pecho y decía: Dios mío, apiádate de mí, que soy un pecador.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios
misericordioso, tributar digno homenaje a estos santos misterios, con los que
sin cesar nos alimentas, y recibidos siempre con espíritu de fe.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO. Opcional
Despliega, Señor, sobre tus fieles el auxilio de tu mano poderosa, para que podamos buscarte de todo corazón y merezcamos recibir lo que dignamente te pedimos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado o Rosa Domingo IV de Cuaresma (Laetare) MR, p. 219 (238) / Lecc. I, p. 186/ LH, Semana IV del Salterio
En esta Misa pueden tocarse los instrumentos musicales, no solo para acompañar la voz, y se puede acompañar el altar con flores. En este domingo se celebra el segundo escrutinio preparatorio para el Bautismo de los catecúmenos que van a ser admitidos a los Sacramentos de la Iniciación cristiana en la Vigilia Pascual. Se emplean las oraciones y las intercesiones propias, que aparecen en el MR, pp. 984-986 (976-978). Sin embargo, en la segunda Misa de los escrutinios debe leerse siempre en el Evangelio, el pasaje del ciego de Nacimiento; y en la tercera, el de Lázaro, tal como se propone en los Domingos IV y V de Cuaresma para el ciclo A. Lecc I, p. 65.
LA LUZ ES INFINITAMENTE
MÁS FUERTE QUE LAS TINIEBLAS
2 Crón 36,14-16.19-23; Sal 136; Ef 2, 4-10; Jn 3,14-21
Nuestras lecturas están llenas de tinieblas. En el segundo libro de las Crónicas, el pueblo de Dios está dominado por sus abominaciones y recibe como castigo el fuego, la espada, y el exilio. En el Evangelio, Juan mira el mundo en que vive y lamenta que "los seres humanos prefirieron las tinieblas... porque sus obras eran malas" (v. 19). No obstante, en medio de esas tinieblas brilla la luz. Crónicas, por ejemplo, concluye con la luz del decreto del rey Ciro. Juan, por su parte, enfatiza que el triunfo no será de las tinieblas sino de Dios, quien "envió a su Hijo... para que el mundo se salve" (v. 17). Es que, como enfatiza san Pablo en la segunda lectura, Dios, quien es la luz misma, es "rico en misericordia" (v. 5).
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 66,10-11
Alégrate, Jerusalén, y que se reúnan cuantos te aman. Compartan su alegría los que estaban tristes, vengan a saciarse con su felicidad.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por tu Palabra realizas admirablemente la reconciliación del género humano, concede al pueblo cristiano prepararse con generosa entrega y fe viva a celebrar las próximas fiestas de la Pascua. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
La ira del Señor desterró a su pueblo; su misericordia lo liberó.
Del segundo libro de las Crónicas: 36, 14-16. 19-23
En aquellos días,
todos los sumos sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, practicando
todas las abominables costumbres de los paganos, y mancharon la casa del Señor,
que él se había consagrado en Jerusalén. El Señor,
Dios de sus padres, los exhortó continuamente por medio de sus mensajeros,
porque sentía compasión de su pueblo y quería preservar
su santuario. Pero ellos se burlaron de los mensajeros de Dios, despreciaron
sus advertencias y se mofaron de sus profetas, hasta que la ira del Señor
contra su pueblo llegó a tal grado, que ya no hubo remedio.
Envió entonces contra ellos al rey de los caldeos. Incendiaron la casa
de Dios y derribaron las murallas de Jerusalén, pegaron fuego a todos
los palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. A los que escaparon
de la espada, los llevaron cautivos a Babilonia, donde fueron esclavos del rey
y de sus hijos, hasta que el reino pasó al dominio de los persas, para
que se cumpliera lo que dijo Dios por boca del profeta Jeremías: Hasta
que el país haya pagado sus sábados perdidos, descansará
de la desolación, hasta que se cumplan setenta años. En el año
primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de las palabras que habló
el Señor por boca de Jeremías, el Señor inspiró
a Ciro, rey de los persas, el cual mandó proclamar de palabra y por escrito
en todo su reino, lo siguiente: "Así habla Ciro, rey de Persia:
El Señor, Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra
y me ha mandado que le edifique una casa en Jerusalén de Judá.
En consecuencia, todo aquel que pertenezca a este pueblo, que parta hacia allá,
y que su Dios lo acompañe". Palabra de Dios. T. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 136,
1-2. 4-5. 6.
R/. Tu recuerdo, Señor, es mi alegría.
Junto a los ríos
de Babilonia nos sentábamos a llorar de nostalgia; de los sauces que
estaban en la orilla colgamos nuestras arpas. R/.
Aquellos que cautivos nos tenían pidieron que cantáramos. Decían
los opresores: "Algún cantar de Sión, alegres, cántennos".
R/.
Pero, ¿cómo podríamos cantar un himno al Señor en
tierra extraña? ¡Que la mano derecha se me seque, si de ti, Jerusalén,
yo me olvidara! R/.
¡Que se me pegue al paladar la lengua, Jerusalén, si no te recordara,
o si, fuera de ti, alguna otra alegría yo buscara! R/.
SEGUNDA LECTURA
Muertos por los pecados, ustedes han sido salvados por la gracia.
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 2, 4-10
Hermanos: La misericordia y el amor de Dios son muy grandes; porque nosotros estábamos muertos por nuestros pecados, y él nos dio la vida con Cristo y en Cristo. Por pura generosidad suya, hemos sido salvados. Con Cristo y en Cristo nos ha resucitado y con él nos ha reservado un sitio en el cielo. Así, en todos los tiempos, Dios muestra, por medio de Jesús, la incomparable riqueza de su gracia y de su bondad para con nosotros.
En efecto, ustedes han sido salvados por la gracia, mediante la fe; y esto no se debe a ustedes mismos, sino que es un don de Dios. Tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir, porque somos hechura de Dios, creados por medio de Cristo Jesús, para hacer el bien que Dios ha dispuesto que hagamos. Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Jn 3, 16
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna. R/.
EVANGELIO
Dios envió a su Hijo al mundo para que el mundo se salve por él.
Del santo Evangelio según san Juan: 3, 14-21
En
aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: "Así como Moisés
levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado
el Hijo del hombre, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único,
para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que
el mundo se salvara por Él. El que cree en Él no será condenado;
pero el que no cree ya está condenado, por no haber creído en
el Hijo único de Dios.
La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al
mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran
malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para
que sus obras no se descubran.
En cambio, el que obra el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz, para
que se vea que sus obras están hechas según Dios". Palabra
del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, al
Señor, que no desea la muerte del pecador, sino que se convierta y viva,
y pidámosle que tenga misericordia de su pueblo penitente: (R/. Escúchanos,
Señor.)
Para que Dios aumente la fe y fortalezca la voluntad de los que se preparan
a recibir en estos días cuaresmales el sacramento de la penitencia y
les conceda un verdadero arrepentimiento de sus culpas, roguemos al Señor.
Para que el Señor abra la inteligencia y el corazón de los incrédulos,
de manera que lleguen al conocimiento de la verdad, y en la fe encuentren aquel
descanso que tanto desea su corazón, roguemos al Señor.
Para que Dios conceda su ayuda a los enfermos, a los pobres, a los que se sienten
tentados y a todos aquellos que con su sufrimiento participan de la cruz de
Cristo, roguemos al Señor.
Para que todos nosotros perseveremos en el esfuerzo cuaresmal y lleguemos, purificados
e iluminados, a las fiestas de Pascua que se acercan, roguemos al Señor.
Dios bueno y fiel, que nunca dejas de llamar a los que se extravían
para que se conviertan y vuelvan a ti y, en tu Hijo elevado sobre la cruz, nos
curas de las heridas del Maligno, escucha nuestras oraciones y concédenos
tu gracia, para que, renovados en el espíritu, podamos corresponder a
los dones de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Se dice Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te presentamos, Señor, llenos de alegría, estas ofrendas para el sacrificio y pedimos tu ayuda para celebrarlo con fe sincera y ofrecerlo dignamente por la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma, MR, pp. 497-501 (493-498).
Si se emplean lecturas de la Misa de escrutinios, el prefacio IV de Cuaresma, MR p. 220 (239).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 121, 3-4
Jerusalén ha sido edificada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, luz que alumbra a todo hombre que viene a este mundo, ilumina nuestros corazones con el resplandor de tu gracia, para que podamos siempre pensar lo que es digno y grato a tus ojos y amarte con sincero corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Protege, Señor, a quienes te invocan, ayuda a los débiles y reaviva siempre con tu luz a quienes caminan en medio de las tinieblas de la muerte; concédeles que, liberados por tu bondad de todos los males, alcancen los bienes supremos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- De acuerdo con el filósofo Michel Foucault (1926-1984), en su obra maestra Las palabras y las cosas (1966), los seres humanos modernos hemos estado intentando dirigir nuestra mirada completamente sobre nosotros mismos. Disciplinas como la psiquiatría, de acuerdo con el pensador francés, originaron el anhelo vehemente de mirar todas las esquinas de nuestra interioridad, también las más recónditas y sucias. Para Foucault, sin embargo, no podemos ver toda nuestra interioridad, como no podemos mirar todo nuestro cuerpo en un solo espejo. Siempre habrá facetas interiores que quedarán en las tinieblas. Pero el filósofo Foucault se olvidó de las prácticas de la Cuaresma. Gracias a la plegaría, el ayuno, la limosna, el servicio, los Sacramentos y todos los medios que nos ofrece este tiempo litúrgico, tenemos la esperanza real de ver y eliminar las tinieblas del pecado en nuestras vidas.
Morado Feria, lunes IV de Cuaresma MR, p. 222 (241) / Lecc. I, p. 761
LA FE CRISTIANA
ES TAMBIÉN MATERIAL
Is 65,17-21; Sal 29; Jn 6,43-54
El mundo material es importante. Aunque la fe debe llegar a las profundidades de nuestras almas, no es una realidad completamente espiritual. También tiene que abrazar nuestros cuerpos, la sociedad humana, el medio ambiente y todo el universo. Por eso, el profeta llamado Deutero-Isaías, el autor de nuestra primera lectura, proclama no sólo una reforma espiritual, sino también "un cielo nuevo y una tierra nueva" (v. 17). Por eso, Cristo se refiere a sí mismo, usando por primera vez en el Evangelio de Juan la fórmula "Yo soy", como el Pan de vida (vv. 48 y 51), un pan que "es mi carne para la vida del mundo" (v. 51). Por eso, tenemos que atender a nuestros cuerpos, nuestras comunidades, y el medio ambiente. Los que se preocupan sólo de sus almas muestran una comprensión parcial de la fe cristiana.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 30, 7-8
Confío en ti, Señor. Me gozaré y me alegraré en tu misericordia porque te has fijado en mi aflicción.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que renuevas el mundo por medio de tus admirables sacramentos, concede que tu Iglesia progrese gracias a tus designios eternos y que no le falten los auxilios temporales. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Ya no se oirán gemidos ni llantos.
Del libro del profeta Isaías: 65, 17-21
Esto dice el Señor:
"Voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva; ya no recordaré
lo pasado, lo olvidaré de corazón.
Se llenarán ustedes de gozo y de perpetua alegría por lo que voy
a crear: Convertiré a Jerusalén en júbilo y a mi pueblo
en alegría. Me alegraré por Jerusalén y me gozaré
por mi pueblo. Ya no se oirán en ella gemidos ni llantos.
Ya no habrá niños que vivan pocos días, ni viejos que no
colmen sus años y al que no los alcance se le tendrá por maldito.
Construirán casas y vivirán en ellas, plantarán viñas
y comerán sus frutos". Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 29, 2.4.
5-6. 11-12a. 13b.
R/. Te alabaré, Señor, eternamente.
Te alabaré, Señor,
pues no dejaste que se rieran de mí mis enemigos. Tú, Señor,
me salvaste de la muerte y a punto de morir, me reviviste. R/.
Alaben al Señor quienes lo aman, den gracias a su nombre, porque su ira
dura un solo instante y su bondad, toda la vida. El llanto nos visita por la
tarde; por la mañana, el júbilo. R/.
Escúchame, Señor, y compadécete; Señor, ven en mi
ayuda. Convertiste mi duelo en alegría, te alabaré por eso eternamente.
R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Am 5, 14
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Busquen el bien y no el mal, para que vivan, y el Señor estará con ustedes. R/.
EVANGELIO
Vete, tu hijo ya está sano.
Del santo Evangelio según san Juan: 4, 43-54
En
aquel tiempo, Jesús salió de Samaria y se fue a Galilea. Jesús
mismo había declarado que a ningún profeta se le honra en su propia
patria. Cuando llegó, los galileos lo recibieron bien, porque habían
visto todo lo que él había hecho en Jerusalén durante la
fiesta, pues también ellos habían estado allí.
Volvió entonces a Caná de Galilea, donde había convertido
el agua en vino. Había allí un funcionario real, que tenía
un hijo enfermo en Cafarnaúm. Al oír éste que Jesús
había venido de Judea a Galilea, fue a verlo y le rogó que fuera
a curar a su hijo, que se estaba muriendo.
Jesús le dijo: "Si no ven ustedes signos y prodigios, no creen".
Pero el funcionario del rey insistió: "Señor, ven antes de
que mi muchachito muera". Jesús le contestó: "Vete,
tu hijo ya está sano".
Aquel hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino.
Cuando iba llegando, sus criados le salieron al encuentro para decirle que su
hijo ya estaba sano.
Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría.
Le contestaron: "Ayer, a la una de la tarde, se le quitó la fiebre".
El padre reconoció que a esa misma hora Jesús le había
dicho: 'Tu hijo ya está sano', y creyó con todos los de su casa.
Éste fue el segundo signo que hizo Jesús al volver de Judea a
Galilea. Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor
Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Señor, que podamos alcanzar el fruto de la ofrenda que te presentamos, para que, purificados de la antigua situación de pecado, nos renueve la participación en la vida divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma, MR, pp. 497-501 (493-498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Ez 36,27
Infundiré mi Espíritu en ustedes, y los haré vivir según mis preceptos y cumplir mis mandamientos, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Señor, que tus santos misterios, renovándonos, nos vivifiquen, nos reanimen con su vigorosa fuerza y, santificándonos, nos conduzcan a la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO. Opcional
Renueva, Señor, interior y exteriormente a tu pueblo, y ya que no quieres que lo frenen los placeres carnales, afiánzalo en su anhelo de los bienes espirituales. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Feria, martes IV de Cuaresma MR, p. 223 (242); Lecc. I, p. 763
EL RÍO DE
LA GRACIA DIVINA
Ez 47, 1-9.12; Sal 45; Jn5, 1-16
Según una leyenda antigua, un río salía del Edén y se dividía en cuatro brazos (Gén 2, 10-14), pero el pecado de Adán lo embotó. Empezó a correr otra vez durante el Exodo (Ex 17, 5-7; Núm 20, 1-12), pero débilmente dividido en doce brazos. Sólo en el Jerusalén escatológico correría plenamente y en una única acequia. Ezequiel pone la última parte de esta leyenda en forma narrativa con su visión del agua que brota en abundancia desde el templo de la ciudad santa y fecunda la árida tierra circundante. También el evangelista Juan parece inspirarse en esta leyenda con su relato de la curación efectuada por Jesús al hombre en la piscina de Betesda. Sin embargo, advierte que es preciso apreciar la gracia simbolizada por el agua y no tratada, como lo hace el hombre curado, como magia automática.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. 1555,1
Todos ustedes, los que tienen sed, vengan por agua, dice el Señor; y los que no tienen dinero, vengan y beban con alegría.
ORACIÓN COLECTA
Señor, que la venerable observancia de las prácticas cuaresmales disponga los corazones de tus fieles, para que puedan celebrar dignamente el misterio pascual y proclamar el himno de alabanza de tu salvación. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Vi salir agua del templo: era un agua que daba vida y fertilidad.
Del libro del profeta Ezequiel: 47, 1-9. 12
En aquellos tiempos, un
hombre me llevó a la entrada del templo. Por debajo del umbral manaba
agua hacia el oriente, pues el templo miraba hacia el oriente, y el agua bajaba
por el lado derecho del templo, al sur del altar.
Luego me hizo salir por el pórtico del norte y dar la vuelta hasta el
pórtico que mira hacia el oriente, y el agua corría por el lado
derecho. Aquel hombre salió hacia el oriente, y con la cuerda que tenía
en la mano, midió quinientos metros y me hizo atravesar por el agua,
que me daba a los tobillos. Midió otros quinientos metros y me hizo pasar;
el agua me daba a las rodillas. Midió quinientos más y me hizo
cruzar; el agua me daba a la cintura. Era ya un torrente que yo no podía
vadear, pues habían crecido las aguas y no se tocaba el fondo. Entonces
me dijo: "¿Has visto, hijo de hombre?"
Después me hizo volver a la orilla del torrente, y al mirar hacia atrás,
vi una gran cantidad de árboles en una y otra orilla. Aquel hombre me
dijo: "Estas aguas van hacia la región oriental; bajarán
hasta el Arabá, entrarán en el mar de aguas saladas y lo sanearán.
Todo ser viviente que se mueva por donde pasa el torrente, vivirá; habrá
peces en abundancia, porque los lugares a donde lleguen estas aguas quedarán
saneados y por dondequiera que el torrente pase, prosperará la vida.
En ambas márgenes del torrente crecerán árboles frutales
de toda especie, de follaje perenne e inagotables frutos. Darán frutos
nuevos cada mes, porque los riegan las aguas que manan del santuario. Sus frutos
servirán de alimento y sus hojas, de medicina".
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 45, 2-3.
5-6. 8-9ab.
R/. Con nosotros está Dios, el Señor.
Dios es nuestro refugio
y nuestra fuerza, quien en todo peligro nos socorre. Por eso no tememos, aunque
tiemble, y aunque al fondo del mar caigan los montes. R/.
Un río alegra a la ciudad de Dios, su morada el Altísimo hace
santa. Teniendo a Dios, Jerusalén no teme, porque Dios la protege desde
el alba. R/.
Con nosotros está Dios, el Señor; es el Dios de Israel nuestra
defensa. Vengan a ver las cosas sorprendentes que ha hecho el Señor sobre
la tierra. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Sal 50, 12. 14
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Crea en mí, Señor, un corazón puro y devuélveme tu salvación, que regocija. R/
EVANGELIO
Al momento el hombre quedó curado
Del santo Evangelio según san Juan: 5, 1-3. 5-16
Era un día de fiesta para los judíos, cuando Jesús subió
a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la puerta de las Ovejas,
una piscina llamada Betesdá, en hebreo, con cinco pórticos, bajo
los cuales yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos.
Entre ellos estaba un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo.
Al verlo ahí tendido y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo en tal estado,
Jesús le dijo: "¿Quieres curarte?" Le respondió
el enfermo: "Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando
se agita el agua. Cuando logro llegar, ya otro ha bajado antes que yo".
Jesús le dijo: "Levántate, toma tu camilla y anda".
Al momento el hombre quedó curado, tomó su camilla y se puso a
andar.
Aquel día era sábado. Por eso los judíos le dijeron al
que había sido curado: "No te es lícito cargar tu camilla".
Pero él contestó: "El que me curó me dijo: 'Toma tu
camilla y anda' ". Ellos le preguntaron: "¿Quién es
el que te dijo: 'Toma tu camilla y anda'?" Pero el que había sido
curado no lo sabía, porque Jesús había desaparecido entre
la muchedumbre. Más tarde lo encontró Jesús en el templo
y le dijo: "Mira, ya quedaste sano. No peques más, no sea que te
vaya a suceder algo peor". Aquel hombre fue y les contó a los judíos
que el que lo había curado era Jesús. Por eso los judíos
perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado.
Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te ofrecemos, Señor, estos dones que tú mismo nos has dado para que testimonien el auxilio que has dispuesto para nuestra condición mortal y se nos conviertan en alimento de inmortalidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma, MR, pp. 497-501 (493-498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 22, 1-2
El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Purifica, Señor, en tu bondad, nuestro espíritu, y renuévalo con tus sacramentos celestiales, para que de la misma manera alcancemos, también para nuestro cuerpo, los auxilios presentes y futuros. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO. Opcional
Concede, Dios misericordioso, que tu pueblo permanezca siempre entregado a ti y obtenga sin cesar de tu bondad lo que va necesitando. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Feria, miércoles IV de Cuaresma MR, p. 224 (243); Lecc. I, p. 766
LA PERFECTA UNION
ENTRE EL PADRE Y EL HIJO
Is 49, 8-15; Sal 144; Jn 5, 17-30
Jesús especifica en nuestro Evangelio su perfecta unidad con su Padre. No hay duda de que es una unidad de acción porque "lo que el Padre hace, el Hijo también lo hace" (v. 19). Pero es todavía más. Es también una unidad de sus seres, ya que el Hijo y el Padre comparten el poder (v. 22), la vida (v. 23) y el amor (v. 20). Consecuentemente nuestra actitud hacia Jesús no debe ser únicamente el respeto que se debe a un gran héroe que actúa de acuerdo con los mandamientos divinos, sino la adoración debida a Dios mismo. Como dice Jesús, "él que no honra al Hijo no honra al Padre" (v. 23). Durante los últimos días de la Cuaresma, escuchemos las palabras del Señor y sigamos sus acciones para conocer mejor al Dios hacia el que estamos caminando.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 68, 14
Ahora, Señor, que estás dispuesto a escucharme, respóndeme, Dios mío, por tu amor; que tu fidelidad me ayude.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que otorgas el premio a los justos y concedes el perdón a los pecadores que se arrepienten, ten misericordia de quienes te dirigen sus ruegos, para que el reconocimiento de nuestras culpas nos sirva para recibir tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Te constituí como alianza para el pueblo, para restaurar la tierra.
Del libro del profeta Isaías: 49, 8-15
Esto dice el Señor:
"En el tiempo de la misericordia te escuché, en el día de
la salvación te auxilié. Yo te formé y te he destinado
para que seas alianza del pueblo: para restaurar la tierra, para volver a ocupar
los hogares destruidos, para decir a los prisioneros: 'Salgan', y a los que
están en tinieblas: 'Vengan a la luz'.
Pastarán de regreso a lo largo de todos los caminos, hallarán
pasto hasta en las dunas del desierto. No sufrirán hambre ni sed, no
los afligirá el sol ni el calor, porque el que tiene piedad de ellos
los conducirá a los manantiales. Convertiré en caminos todas las
montañas y pondrán terraplén a mis calzadas.
Miren: éstos vienen de lejos; aquellos, del norte y del poniente, y aquellos
otros, de la tierra de Senim".
Griten de alegría, cielos; regocíjate, tierra; rompan a cantar,
montañas, porque el Señor consuela a su pueblo y tiene misericordia
de los desamparados.
Sión había dicho: 'El Señor me ha abandonado, el Señor
me tiene en el olvido'. ¿Puede acaso una madre olvidarse de su criatura
hasta dejar de enternecerse por el hijo de sus entrañas? Aunque hubiera
una madre que se olvidara, yo nunca me olvidaré de ti", dice el
Señor todopoderoso. Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 144,
8-9. 13cd-145. 17-18.
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.
El Señor es compasivo
y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. Bueno es el
Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus creaturas. R/.
El Señor es siempre fiel a sus palabras y bondadoso en todas sus acciones.
Da su apoyo el Señor al que tropieza y al agobiado alivia. R/.
Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor
todas sus obras. No está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está
el Señor, de quien lo invoca. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Jn 11, 25. 26
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor; el que cree en mí no morirá para siempre. R/.
EVANGELIO
Como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así el Hijo da la vida a quien él quiere dársela.
Del santo Evangelio según san Juan: 5, 17-30
En
aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos (que lo perseguían
por hacer curaciones en sábado): "Mi Padre trabaja siempre y yo
también trabajo". Por eso los judíos buscaban con mayor empeño
darle muerte, ya que no sólo violaba el sábado, sino que llamaba
Padre suyo a Dios, igualándose así con Dios.
Entonces Jesús les habló en estos términos: "Yo les
aseguro: El Hijo no puede hacer nada por su cuenta y sólo hace lo que
le ve hacer al Padre; lo que hace el Padre también lo hace el Hijo. El
Padre ama al Hijo y le manifiesta todo lo que hace; le manifestará obras
todavía mayores que éstas, para asombro de ustedes. Así
como el Padre resucita a los muertos y les da la vida, así también
el Hijo da la vida a quien él quiere dársela. El Padre no juzga
a nadie, porque todo juicio se lo ha dado al Hijo, para que todos honren al
Hijo, como honran al Padre. El que no honra al Hijo tampoco honra al Padre.
Yo les aseguro que, quien escucha mi palabra y cree en el que me envió,
tiene vida eterna y no será condenado en el juicio, porque ya pasó
de la muerte a la vida.
Les aseguro que viene la hora, y ya está aquí, en que los muertos
oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la hayan oído vivirán.
Pues así como el Padre tiene la vida en sí mismo, también
le ha dado al Hijo tener la vida en sí mismo; y le ha dado el poder de
juzgar, porque es el Hijo del hombre.
No se asombren de esto, porque viene la hora en que todos los que yacen en la
tumba oirán mi voz y resucitarán: los que hicieron el bien para
la vida; los que hicieron el mal, para la condenación. Yo nada puedo
hacer por mí mismo. Según lo que oigo, juzgo; y mi juicio es justo,
porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Señor, que la fuerza de este sacrificio nos purifique de nuestra antigua condición pecadora y nos haga crecer en vida nueva y salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma, MR, pp. 497-501 (493-498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 3, 17
Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al recibir tus celestiales
dones, te rogamos, Señor, no permitas que sea causa de condenación
lo que en tu providencia diste a tus fieles como salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO. Opcional
Que defienda a tus siervos, Señor, la protección de tu bondad, para que, haciendo el bien en este mundo, puedan llegar hasta ti, que eres el sumo bien. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Feria, jueves IV de Cuaresma MR, p. 225 (244); Lecc. I, p. 769
¿QUÉ
NO NOS PERDONARÁ DIOS?
Éx 32,7-14; Sal 105; Jn 5,31-47
El relato del becerro de oro ha llegado a ser un símbolo casi universal de la idolatría. El becerro denota una realidad que los seres humanos tratan como un dios falso, una realidad pervertida que tergiversa profundamente la vida humana. Este simbolismo, que trasciende la historia particular de Israel, no está lejos del intento original del relato de la primera lectura. Pero el autor del Éxodo también quiso comunicar otras verdades. Comunica que al inicio del Pueblo de Dios, precisamente en torno al momento sagrado de su ratificación de la alianza con Dios (Ex 24, 1-11), se encontró un pecado grave. Al mismo tiempo, comunica que, a pesar de la gravedad de este pecado y el momento inoportuno cuando ocurre, Dios está dispuesto a perdonar. Por lo tanto, debemos reflexionar: si Dios perdona en este caso, ¿qué no nos perdonará?
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 104, 3-4
Alégrese el corazón de los que buscan al Señor. Busquen al Señor y serán fuertes; busquen su rostro sin descanso.
ORACIÓN COLECTA
Imploramos, Señor,
con fervor tu misericordia, para que hagas que, convertidos por el arrepentimiento
y ejercitados en las buenas obras, nosotros, tus siervos, perseveremos guardando
fielmente tus mandamientos y lleguemos bien dispuestos a las fiestas pascuales.
Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
No castigues a tu pueblo por sus maldades.
Del libro del Éxodo: 32, 7-14
En aquellos días,
dijo el Señor a Moisés: "Anda, baja del monte, porque tu
pueblo, el que sacaste de Egipto, se ha pervertido. No tardaron en desviarse
del camino que yo les había señalado. Se han hecho un becerro
de metal, se han postrado ante él y le han ofrecido sacrificios y le
han dicho: 'Éste es tu dios, Israel; es el que te sacó de Egipto'.
El Señor le dijo también a Moisés: "Veo que éste
es un pueblo de cabeza dura. Deja que mi ira se encienda contra ellos hasta
consumirlos. De ti, en cambio, haré un gran pueblo".
Moisés trató de aplacar al Señor, su Dios, diciéndole:
"Por qué ha de encenderse tu ira, Señor, contra este pueblo
que tú sacaste de Egipto con gran poder y vigorosa mano? ¿Vas
a dejar que digan los egipcios: ‘Los sacó con malas intenciones,
para hacerlos morir en las montañas y borrarlos de la superficie de la
tierra'? Apaga el ardor de tu ira, renuncia al mal con que has amenazado a tu
pueblo.
Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Jacob, siervos tuyos, a quienes juraste
por ti mismo, diciendo: 'Multiplicaré su descendencia como las estrellas
del cielo y les daré en posesión perpetua toda la tierra que les
he prometido' ". Y el Señor renunció al castigo con que había
amenazado a su pueblo. Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 105,
19-20. 21-22. 23
R/. Perdona, Señor, las culpas de tu pueblo.
En el Horeb hicieron un
becerro, un ídolo de oro, y lo adoraron. Cambiaron al Dios que era su
gloria por la imagen de un buey que come pasto. R/.
Se olvidaron del Dios que los salvó, y que hizo portentos en Egipto,
en la tierra de Cam, mil maravillas, y en las aguas del Mar Rojo, sus prodigios.
R/.
Por eso hablaba Dios de aniquilarlos; pero Moisés, que era su elegido,
se interpuso, a fin de que, en su cólera, no fuera el Señor a
destruirlos. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Jn 11, 25. 26
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él tenga vida eterna. R/.
EVANGELIO
El que los acusa es Moisés, en quien ustedes han puesto su esperanza.
Del santo Evangelio según san Juan: 5, 31-47
En
aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Si yo diera testimonio
de mí, mi testimonio no tendría valor; otro es el que da testimonio
de mí y yo bien sé que ese testimonio que da de mí, es
válido.
Ustedes enviaron mensajeros a Juan el Bautista y él dio testimonio de
la verdad. No es que yo quiera apoyarme en el testimonio de un hombre. Si digo
esto, es para que ustedes se salven. Juan era la lámpara que ardía
y brillaba, y ustedes quisieron alegrarse un instante con su luz. Pero yo tengo
un testimonio mejor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido realizar
y que son las que yo hago, dan testimonio de mí y me acreditan como enviado
del Padre.
El Padre, que me envió, ha dado testimonio de mí. Ustedes nunca
han escuchado su voz ni han visto su rostro, y su palabra no habita en ustedes,
porque no le creen al que él ha enviado.
Ustedes estudian las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues
bien, ellas son las que dan testimonio de mí. ¡Y ustedes no quieren
venir a mí para tener vida! Yo no busco la gloria que viene de los hombres;
es que los conozco y sé que el amor de Dios no está en ellos.
Yo he venido en nombre de mi Padre y ustedes no me han recibido. Si otro viniera
en nombre propio, a ése sí lo recibirían.
¿Cómo va a ser posible que crean ustedes, que aspiran a recibir
gloria los unos de los otros y no buscan la gloria que sólo viene de
Dios?
No piensen que yo los voy a acusar ante el Padre; ya hay alguien que los acusa:
Moisés, en quien ustedes tienen su esperanza. Si creyeran en Moisés,
me creerían a mí, porque él escribió acerca de mí.
Pero, si no dan fe a sus escritos, ¿cómo darán fe a mis
palabras?"
Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Dios todopoderoso, que la oblación de este sacrificio purifique nuestra debilidad y la proteja de todo lo malo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma, MR, pp. 497-501 (493-498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jr 31, 33
Yo pondré mi ley en 10 más profundo de su ser y voy a grabarla en sus corazones. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Señor, que los sacramentos recibidos purifiquen y liberen de toda culpa a tus siervos, para que, quienes nos sentimos abatidos por el peso de los pecados, nos gloriemos en la plenitud del remedio celestial. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO. Opcional
Dios y Padre nuestro, protector de los que esperan en ti, bendice a tu pueblo: sálvalo, protégelo y disponlo para que, libre de todo pecado y a salvo de las asechanzas del enemigo, persevere siempre en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Feria, viernes IV de Cuaresma MR, p. 226 (245); Lecc. I, p. 772 Abstinencia
NOS APREMIA CELEBRAR
LA PASCUA
Sab 2, 1. 12. 17-22; Sal 33; Jn 7, 1-2. 10. 25-30
No sabemos en quiénes estaba pensando el autor del libro de Sabiduría cuando describió los "malvados" en la primera lectura. ¿Fueron los filósofos llamados epicúreos? ¿Los sectarios judíos denominados los saduceos? ¿Ciertos fieles son considerados apóstatas? No sabemos y tal vez no importa, porque dichos malvados representan todos los que, a lo largo de los siglos, siguen un cinismo que niega la vida más allá del egoísmo y afirman, con sus acciones, un ateísmo práctico. ¡Cuántas veces hemos sido testigos de la existencia de tales figuras en nuestro continente en los escuadrones de muerte, los narcotraficantes despiadado s, la economía salvaje y otros! Quizá hay momentos cuando algunas de sus actitudes entran en nuestros pensamientos, ya que la esperanza es, a veces, difícil de mantener. Por eso, nos urge celebrar la Pascua, esta fiesta suprema de la vida eterna que refuerza nuestra esperanza.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 53, 3-4
Señor, sálvame por tu nombre y líbrame con tu poder. Señor, escucha mi plegaria, presta oídos a las palabras de mi boca.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que preparaste abundantes remedios para nuestra fragilidad, concédenos que podamos recibir con alegría su efecto reparador y lo manifestemos con una vida santa. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Condenemos al justo a una muerte ignominiosa.
Del libro de la Sabiduría: 2, 1. 12-22
Los malvados dijeron entre
sí, discurriendo equivocadamente: "Tendamos una trampa al justo,
porque nos molesta y se opone a lo que hacemos; nos echa en cara nuestras violaciones
a la ley, nos reprende las faltas contra los principios en que fuimos educados.
Presume de que conoce a Dios y se proclama a sí mismo hijo del Señor.
Ha llegado a convertirse en un vivo reproche de nuestro modo de pensar y su
sola presencia es insufrible, porque lleva una vida distinta de los demás
y su conducta es extraña. Nos considera como monedas falsas y se aparta
de nuestro modo de vivir como de las inmundicias. Tiene por dichosa la suerte
final de los justos y se gloría de tener por padre a Dios.
Veamos si es cierto lo que dice, vamos a ver qué le pasa en su muerte.
Si el justo es hijo de Dios, él lo ayudará y lo librará
de las manos de sus enemigos. Sometámoslo a la humillación y a
la tortura para conocer su temple y su valor. Condenémoslo a muerte ignominiosa,
porque dice que hay quien mire por él".
Así discurren los malvados, pero se engañan; su malicia los ciega.
No conocen los ocultos designios de Dios, no esperan el premio de la virtud,
ni creen en la recompensa de una vida intachable. Palabra de Dios. T.
Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 33,17-18.19-20.21.
23.
R/. El Señor no está lejos de sus fieles.
En contra del malvado está
el Señor, para borrar de la tierra su memoria. Escucha, en cambio, al
hombre justo y lo libra de todas sus congojas. R/.
El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas.
Muchas tribulaciones pasa el justo, pero de todas ellas Dios lo libra. R/.
Por los huesos del justo vela Dios, sin dejar que ninguno se le quiebre. Salva
el Señor la vida de sus siervos; no morirán quienes en él
esperan. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 4
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios. R/.
EVANGELIO
Trataban de capturar a Jesús, pero aún no había llegado su hora.
Del santo Evangelio según san Juan: 7, 1-2. 10. 25-30
En
aquel tiempo, Jesús recorría Galilea, pues no quería andar
por Judea, porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba ya la fiesta
de los judíos, llamada de los Campamentos.
Cuando los parientes de Jesús habían llegado ya a Jerusalén
para la fiesta, llegó también él, pero sin que la gente
se diera cuenta, como de incógnito. Algunos, que eran de Jerusalén,
se decían: "¿No es éste al que quieren matar? Miren
cómo habla libremente y no le dicen nada. ¿Será que los
jefes se han convencido de que es el Mesías? Pero nosotros sabemos de
dónde viene éste; en cambio, cuando llegue el Mesías, nadie
sabrá de dónde viene".
Jesús, por su parte, mientras enseñaba en el templo, exclamó:
"Conque me conocen a mí y saben de dónde vengo... Pues bien,
yo no vengo por mi cuenta, sino enviado por el que es veraz; y a él ustedes
no lo conocen. Pero yo sí lo conozco, porque procedo de él y él
me ha enviado". Trataron entonces de capturarlo, pero nadie le pudo echar
mano, porque todavía no había llegado su hora. Palabra
del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que el poder de este sacrificio nos purifique, para llegar bien dispuestos a las fiestas pascuales, que son el origen de nuestra salvación Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma, MR, pp. 497-501 (493-498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Ef 1, 7
Por medio de su Sangre, Cristo nos ha obtenido la redención y el perdón de los pecados. En esto se manifiesta la riqueza de su gracia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor,
que así como pasamos de lo antiguo a lo nuevo, así, renunciando
al pecado, quedemos renovados con una vida santa. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO. Opcional
Dios y Padre nuestro, vuelve tus ojos hacia estos hijos tuyos, y protege bondadosamente con tu auxilio celestial a quienes confían en tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Feria, sábado IV de Cuaresma MR, p. 227 (246); Lecc. I, p. 775 LH, Vísperas I del domingo: Semana I del Salterio Tomo II: pp. 1099, 3 Y 314. Para los fieles: pp. 472 y 178. Edición popular: pp. 13 y 435
¿ACASO DE
GALILEA VA A VENIR EL MESIAS?
Jer 11, 18-20; Sal 7; Jn 7, 40-53
Tres veces el Evangelio (vv. 41 y 52) se refiere a Galilea como la cuna de Jesús. Para algunos en el relato, tal origen descartaba definitivamente la posibilidad de que Él fuera el Mesías. Enfáticamente negaron que una persona que vino de esa región pudiera ofrecer algo bueno al mundo, mucho menos la salvación. Se mantuvieron tercos, aunque otros (los guardias) se maravillaron de que ''jamás un hombre ha hablado como lo hace éste" (v. 46). Claro que lo importante es que Jesús se originó en el centro de la Trinidad. No obstante, el regionalismo que evidencian ciertas personas en nuestro Evangelio de hoy fue probablemente una dificultad que Jesús mismo, y también la comunidad joanea, tuvieron que afrontar en sus vidas. Debemos evitar tales regionalismo s mezquinos y otros prejuicios parecidos en nuestras actitudes y acciones, porque pueden obstaculizar a Dios mismo.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 17, 5-7
Me cercaban olas mortales, los dolores del infierno me acorralaban; pero en mi angustia invoqué al Señor, y él escuchó mi voz desde su templo.
ORACIÓN COLECTA
Que la acción de tu misericordia, Señor, dirija nuestros corazones, ya que sin tu ayuda no podemos agradarte. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Yo era como un manso cordero, que es llevado a degollar.
Del libro del profeta Jeremías: 11, 18-20
En aquel tiempo, dijo Jeremías:
"El Señor me instruyó y yo comprendí; él me
explicó lo que hacían. Yo era como un manso cordero que es llevado
a degollar, y no sabía lo que tramaban contra mí, diciendo: 'Talemos
el árbol en su pleno vigor, arranquémoslo de la tierra de los
vivos y que su nombre no se pronuncie más'.
Ahora tú, Señor de los ejércitos, justo juez, que sondeas
lo más íntimo del corazón, haz que yo vea tu venganza contra
ellos, porque a ti he encomendado mi causa". Palabra de Dios. T.
Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 7, 2-3.
9bc-l0. 11-12.
R/. En ti, Señor, me refugio.
En
ti, Dios mío, me refugio: de mis perseguidores, sálvame. No permitas
que algunos, como fieras, me destrocen y nadie me rescate. R/.
Tú que llegas, Señor, a lo más hondo del corazón
humano, tú júzgame, Señor, según mis méritos;
conforme a mi inocencia, da tu fallo. Apoya al hombre recto, pon fin a la maldad
de los malvados. R/.
Tengo mi escudo en Dios, que salva a los de recto corazón. Alabaré
al Señor por su justicia y cantaré el nombre del Altísimo.
R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 8, 15
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto. R/.
EVANGELIO
¿Acaso de Galilea va a venir el Mesías?
Del santo Evangelio según san Juan: 7, 40-53
En
aquel tiempo, algunos de los que habían escuchado a Jesús comenzaron
a decir: "Este es verdaderamente el profeta". Otros afirmaban: "Éste
es el Mesías". Otros, en cambio, decían: "¿Acaso
el Mesías va a venir de Galilea? ¿No dice la Escritura que el
Mesías vendrá de la familia de David, y de Belén, el pueblo
de David?" Así surgió entre la gente una división
por causa de Jesús. Algunos querían apoderarse de él, pero
nadie le puso la mano encima.
Los guardias del templo, que habían sido enviados para apresar a Jesús,
volvieron a donde estaban los sumos sacerdotes y los fariseos, y éstos
les dijeron: "¿Por qué no lo han traído?" Ellos
respondieron: "Nadie ha hablado nunca como ese hombre". Los fariseos
les replicaron: "¿Acaso también ustedes se han dejado embaucar
por él? ¿Acaso ha creído en él alguno de los jefes
o de los fariseos? La chusma ésa, que no entiende la ley, está
maldita".
Nicodemo, aquel que había ido en otro tiempo a ver a Jesús, y
que era fariseo, les dijo: "¿Acaso nuestra ley condena a un hombre
sin oírlo primero y sin averiguar lo que ha hecho?" Ellos le replicaron:
"¿También tú eres galileo? Estudia las Escrituras
y verás que de Galilea no ha salido ningún profeta". Y después
de esto, cada uno de ellos se fue a su propia casa.
Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, con
agrado nuestras ofrendas y atrae hacia ti bondadosamente nuestras voluntades
rebeldes.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma, MR, pp. 497-501 (493-498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Pedro 1, 18-19
Hemos sido rescatados con la Sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin defecto y sin mancha.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor, que tus santos misterios nos purifiquen y que con su eficacia nos hagan gratos a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO. Opcional
Protege, Señor, a tu pueblo, que camina presuroso hacia la Pascua, y
acompáñalo con el generoso auxilio de tu gracia celestial, para
que, animado con los consuelos visibles, se sienta mucho más atraído
hacia los bienes invisibles. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Domingo V de Cuaresma [Se omite la memoria de san Patricio, obispo] MR p. 228 (247) / Lecc. I p. 189
La costumbre de cubrir las cruces y las imágenes durante este tiempo puede conservarse a juicio de la Conferencia Episcopal. Las cruces permanecen cubiertas hasta después de la celebración de la Pasión del Señor; el Viernes Santo, y las imágenes hasta el comienzo de la Vigilia Pascual.
En este domingo se celebra el tercer escrutinio preparatorio para el Bautismo de los catecúmenos que van a ser admitidos a los sacramentos de la Iniciación cristiana en la Vigilia Pascual. Se emplean las oraciones y las intercesiones propias, que aparecen en el MR, pp. 937-939 (976-978). Sin embargo, en la tercera Misa de los escrutinios debe leerse siempre el Evangelio con el pasaje de Lázaro, tal como se propone en el Domingo V de Cuaresma para el ciclo A.
EL SEÑOR
VALIENTE Y FIEL
Jer 31,31-34; Sal 50; Heb 5,7-9; Jn 12, 20-33
En Juan, no aparece el drama de Jesús en Getsemaní presentado por los sinópticos (Mc 14, 32-42; Mt 26, 36-46; Lc 22, 39-46). Pero una parte de ella ha hallado un puesto en nuestro Evangelio de hoy, donde Jesús evidencia dos virtudes cruciales. Por un lado, muestra la misma valentía narrada en los relatos sinópticos porque no se retira de su muerte inminente. De hecho, nuestra lectura de la carta a los Hebreos subraya tal valentía porque, según algunos exegetas, retrata a Cristo sufriendo en Getsemaní. Por otro lado, Jesús muestra la virtud de la fidelidad. En contraste con los sinópticos, que lo presentan como resignado (p. ej. Me 14, 36), Juan lo presenta llamando con confianza al Padre para que glorifique su nombre. Es como si ejemplificara el nuevo corazón fiel del que Jeremías escribe en la primera lectura.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 42, 1-2
Señor, hazme justicia. Defiende mi causa contra gente sin piedad, sálvame del hombre injusto y malvado, tú que eres mi Dios y mi defensa.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Señor Dios nuestro, que, con tu auxilio, avancemos animosamente hacia aquel grado de amor con el que tu Hijo, por la salvación del mundo, se entregó a la muerte. Él que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Haré una alianza nueva y no recordaré sus pecados.
Del libro del profeta Jeremías: 31, 31-34
"Se acerca el tiempo,
dice el Señor, en que haré con la casa de Israel y la casa de
Judá una alianza nueva. No será como la alianza que hice con los
padres de ustedes, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto.
Ellos rompieron mi alianza y yo tuve que hacer un escarmiento con ellos. Ésta
será la alianza nueva que voy a hacer con la casa de Israel: Voy a poner
mi ley en lo más profundo de su mente y voy a grabarla en sus corazones.
Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Ya nadie tendrá
que instruir a su prójimo ni a su hermano, diciéndole: 'Conoce
al Señor', porque todos me van a conocer, desde el más pequeño
hasta el mayor de todos, cuando yo les perdone sus culpas y olvide para siempre
sus pecados". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 50, 3-4.
12-13. 14-15.
R/. Crea en mí, Señor, un corazón puro.
Por tu inmensa compasión
y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas.
Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de mis pecados.
R/.
Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu
nuevo para cumplir tus mandamientos. No me arrojes, Señor, lejos de ti,
ni retires de mí tu santo espíritu. R/.
Devuélveme tu salvación, que regocija, y mantén en mí
un alma generosa. Enseñaré a los descarriados tus caminos y volverán
a ti los pecadores. R/.
SEGUNDA LECTURA
Aprendió a obedecer y se convirtió en autor de salvación eterna.
De la carta a los hebreos: 5, 7-9
Hermanos: Durante su vida mortal, Cristo ofreció oraciones y súplicas, con fuertes voces y lágrimas, a aquel que podía librarlo de la muerte, y fue escuchado por su piedad. A pesar de que era el Hijo, aprendió a obedecer padeciendo, y llegado a su perfección, se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los que lo obedecen. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Jn 12, 26
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
El que quiera servirme, que me siga, para que donde yo esté, también esté mi servidor. R/.
EVANGELIO
Si el grano de trigo sembrado en la tierra muere, producirá mucho fruto.
Del santo Evangelio según san Juan: 12, 20-33
Entre
los que habían llegado a Jerusalén para adorar a Dios en la fiesta
de Pascua, había algunos griegos, los cuales se acercaron a Felipe, el
de Betsaida de Galilea, y le pidieron: "Señor, quisiéramos
ver a Jesús".
Felipe fue a decírselo a Andrés; Andrés y Felipe se lo
dijeron a Jesús y Él les respondió: "Ha llegado la
hora de que el Hijo del hombre sea glorificado. Yo les aseguro que si el grano
de trigo, sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, producirá
mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde; el que se aborrece
a sí mismo en este mundo, se asegura para la vida eterna. El que quiera
servirme, que me siga, para que donde yo esté, también esté
mi servidor. El que me sirve será honrado por mi Padre.
Ahora que tengo miedo, ¿le voy a decir a mi Padre: `Padre, líbrame
de esta hora'? No, pues precisamente para esta hora he venido. Padre, dale gloria
a tu nombre". Se oyó entonces una voz que decía: "Lo
he glorificado y volveré a glorificarlo". De entre los que estaban
ahí presentes y oyeron aquella voz, unos decían que había
sido un trueno; otros, que le había hablado un ángel. Pero Jesús
les dijo: "Esa voz no ha venido por mí, sino por ustedes. Está
llegando el juicio de este mundo; ya va a ser arrojado el príncipe de
este mundo. Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia
mí". Dijo esto, indicando de qué manera habría de
morir.
Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, amados hermanos,
y pidamos la misericordia del Señor para que, compadecido de su pueblo
penitente, escuche nuestras plegarias: (R/. Escúchanos, Señor.)
Para que el Redentor del mundo, que se entregó a la muerte para vivificar
a su pueblo, libere a la Iglesia de todo mal, roguemos al Señor.
Para que el Redentor del mundo, que oró en la cruz por quienes lo crucificaban,
interceda ante el Padre por los pecadores, roguemos al Señor.
Para que el Redentor de mundo, que experimentó en la cruz el sufrimiento
y la angustia, se compadezca de los que sufren, les dé fortaleza y paciencia
y ponga fin a sus dolores, roguemos al Señor.
Para que el Redentor del mundo a nosotros, sus siervos, que en estos días
nos disponemos a recordar con veneración su cruz, nos reconforte con
la fuerza de su resurrección, roguemos al Señor.
Escucha, Padre, las súplicas de tu Hijo, que, para establecer la
alianza nueva y eterna, por obediencia aceptó hasta la muerte de cruz;
haz que, a través de las pruebas de la vida, sepamos participar íntimamente
de su pasión y, alcanzando la fecundidad del grano que muere, merezcamos
ser reunidos, como cosecha buena, en los graneros de tu reino. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Escúchanos, Dios
todopoderoso, y concede a tus siervos, en quienes infundiste la sabiduría
de la fe cristiana, quedar purificados, por la eficacia de este sacrificio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma, MR, pp. 497-501 (493-498).
Si se emplean lecturas de la Misa de escrutinios, el prefacio V de Cuaresma, MR, pp. 228•229 (247-248).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 12, 24-25
Yo les aseguro que, si el grano de trigo sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Dios todopoderoso, que podamos contamos siempre entre los miembros de aquel cuyo Cuerpo y Sangre acabamos de comulgar. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Bendice, Señor, a tu pueblo, que espera los dones de tu misericordia, y concédele recibir de tu mano generosa lo que tú mismo lo mueves a pedir. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- En los años recientes hemos recordado que la moralidad pide algo más que buenas acciones. Por supuesto, es necesario hacer buenas obras y evitar las malas, pero la moralidad cristiana no es simplemente una colección de actos correctos. También incluye las disposiciones interiores que nos orientan a amar lo bueno de una manera casi natural. La tradición ha utilizado el término "virtud" para denominar tales disposiciones. Dado que una virtud es un hábito, no se le adquiere de una vez para siempre; hay que cultivarla cuidadosamente. Hay varias listas de virtudes, algunas llamadas cardinales (p. ej. temperancia, valentía, prudencia, y justicia) y otras teológicas (p. ej. la fe, la esperanza, y el amor). La verdad, sin embargo, es que sólo si las cultivamos no sólo en Cuaresma sino siempre, podremos gozar del corazón nuevo del que habla Jeremías.
Morado Feria, lunes V de Cuaresma o Memoria parcial de san Cirilo de Jerusalén, obispo y doctor de la Iglesia* MR, pp. 231 (250),719 (706); Lecc. I, p. 781
EL INOCENTE QUE
SUFRE, PERO CONFÍA EN EL SEÑOR
Dn 13, 1-9. 15-17. 19-30. 33-42; Sal 22; Jn 8, 1-11
Como una conclusión a su edición hebrea, la edición griega de Daniel añade dos capítulos que incorporan nuevos relatos: la historia de Susana (que es nuestra primera lectura de hoy) y dos enfrentamientos de Daniel con los ídolos babilónicos que culminan en una nueva versión del episodio de Daniel en la fosa de los leones. Todos los tres relatos son ejemplares y de estilo popular. Todos tienen la misma finalidad, es decir, la de celebrar la sabiduría de Daniel y, sobre todo, demostrar que Dios jamás abandona a los inocentes que confían y acuden a Él. No es de extrañar que Daniel sea un precursor de Jesús, quien también fue una figura de sabiduría y sufrió, pero confió en su padre. Al mismo tiempo, puede ser un ejemplo para nosotros cuando tenemos que afrontar el sufrimiento inocente.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 55, 2
Ten compasión de mí, Señor, porque me pisotean y me acosan todo el día mis enemigos.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, por cuya
inefable gracia nos enriqueces con toda clase de bendiciones, concédenos
pasar de nuestros antiguos pecados a una vida nueva, para preparamos a la gloria
del reino celestial. Por nuestro Señor
Jesucristo...
*O bien, en la Memoria de san Cirilo de Jerusalén:
Dios nuestro, que por medio del obispo san Cirilo de Jerusalén condujiste admirablemente a tu Iglesia a comprender con más profundidad los misterios de la salvación, concédenos, por su intercesión, conocer de tal manera a tu Hijo, que podamos participar abundantemente de su vida divina. Él que vive y reina contigo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
La inocencia de Susana
Del libro del profeta Daniel: 13, 1-9. 15-17. 19-30. 33-62
En aquel tiempo vivía
en Babilonia un hombre llamado Joaquín, casado con Susana, hija de Quelcías,
mujer muy bella y temerosa de Dios. Sus padres eran virtuosos y habían
educado a su hija según la ley de Moisés. Joaquín era muy
rico y tenía una huerta contigua a su casa, donde solían reunirse
los judíos, porque era estimado por todos. Aquel año habían
sido designados jueces dos ancianos del pueblo; eran de aquellos de quienes
había dicho el Señor: “En Babilonia, la iniquidad salió
de ancianos elegidos como jueces, que pasaban por guías del pueblo”.
Éstos frecuentaban la casa de Joaquín y los que tenían
litigios que resolver acudían ahí a ellos. Hacia el mediodía,
cuando toda la gente se había retirado ya, Susana entraba a pasear en
la huerta de su marido. Los dos viejos la veían entrar y pasearse diariamente,
y se encendieron de pasión por ella, pervirtieron su corazón y
cerraron sus ojos para no ver al cielo ni acordarse de lo que es justo.
Un día, mientras acechaban el momento oportuno, salió ella, como
de ordinario, con dos muchachas de su servicio, y como hacía calor, quiso
bañarse en la huerta. No había nadie allí, fuera de los
viejos, que la espiaban escondidos. Susana dijo a las doncellas: “Tráiganme
jabón y perfumes, y cierren las puertas de la huerta mientras me baño”.
Apenas salieron las muchachas, se levantaron los dos viejos, corrieron hacia
donde estaba Susana y le dijeron: “Mira: las puertas de la huerta están
cerradas y nadie nos ve. Nosotros ardemos en deseos de ti. Consiente y entrégate
a nosotros. Si no, te vamos a acusar de que un joven estaba contigo y que por
eso despachaste a las doncellas”. Susana lanzó un gemido y dijo:
“No tengo ninguna salida; si me entrego a ustedes, será la muerte
para mí; si resisto, no escaparé de sus manos. Pero es mejor para
mí ser víctima de sus calumnias, que pecar contra el Señor”.
Y dicho esto, Susana comenzó a gritar. Los dos viejos se pusieron a gritar
también y uno de ellos corrió a abrir la puerta del jardín.
Al oír los gritos en el jardín, los criados se precipitaron por
la puerta lateral para ver qué sucedía. Cuando oyeron el relato
de los viejos, quedaron consternados, porque jamás se había dicho
de Susana cosa semejante.
Al día siguiente, todo el pueblo se reunió en la casa de Joaquín,
esposo de Susana, y también fueron los dos viejos, llenos de malvadas
intenciones contra ella, para hacer que la condenaran a morir. En presencia
del pueblo dijeron: “Vayan a buscar a Susana, hija de Quelcías
y mujer de Joaquín”. Fueron por Susana, quien acudió con
sus padres, sus hijos y todos sus parientes. Todos los suyos y cuantos la conocían,
estaban llorando.
Se levantaron entonces los dos viejos en medio de la asamblea y pusieron sus
manos sobre la cabeza de Susana. Ella, llorando, levantó los ojos al
cielo, porque su corazón confiaba en el Señor. Los viejos dijeron:
“Mientras nosotros nos paseábamos solos por la huerta, entró
ésta con dos criadas, luego les dijo que salieran y cerró la puerta.
Entonces se acercó un joven que estaba escondido y se acostó con
ella. Nosotros estábamos en un extremo de la huerta, y al ver aquella
infamia, corrimos hacia ellos y los sorprendimos abrazados. Pero no pudimos
sujetar al joven, porque era más fuerte que nosotros; abrió la
puerta y se nos escapó. Entonces detuvimos a ésta y le preguntamos
quién era el joven, pero se negó a decirlo. Nosotros somos testigos
de todo esto”. La asamblea creyó a los ancianos, que habían
calumniado a Susana, y la condenaron a muerte.
Entonces Susana, dando fuertes voces, exclamó: “Dios eterno, que
conoces los secretos y lo sabes todo antes de que suceda, tú sabes que
éstos me han levantado un falso testimonio. Y voy a morir sin haber hecho
nada de lo que su maldad ha tramado contra mí”. El Señor
escuchó su voz. Cuando llevaban a Susana al sitio de la ejecución,
el Señor hizo sentir a un muchacho, llamado Daniel, el santo impulso
de ponerse a gritar: “Yo no soy responsable de la sangre de esta mujer”.
Todo el pueblo se volvió a mirarlo y le preguntaron: “¿Qué
es lo que estás diciendo?” Entonces Daniel, de pie en medio de
ellos, les respondió: “Israelitas, ¿cómo pueden ser
tan ciegos? Han condenado a muerte a una hija de Israel, sin haber investigado
y puesto en claro la verdad. Vuelvan al tribunal, porque ésos le han
levantado un falso testimonio”.
Todo el pueblo regresó de prisa y los ancianos dijeron a Daniel: “Ven
a sentarte en medio de nosotros y dinos lo que piensas, puesto que Dios mismo
te ha dado la madurez de un anciano”. Daniel les dijo entonces: “Separen
a los acusadores, lejos el uno del otro, y yo los voy a interrogar”.
Una vez separados, Daniel mandó llamar a uno de ellos y le dijo: “Viejo
en años y en crímenes, ahora van a quedar al descubierto tus pecados
anteriores, cuando injustamente condenabas a los inocentes y absolvías
a los culpables, contra el mandamiento del Señor: No matarás al
que es justo e inocente. Ahora bien, si es cierto que los viste, dime debajo
de qué árbol estaban juntos”. Él respondió:
“Debajo de una acacia”. Daniel le dijo: “Muy bien. Tu mentira
te va a costar la vida, pues ya el ángel ha recibido de Dios tu sentencia
y te va a partir por la mitad”. Daniel les dijo que se lo llevaran, mandó
traer al otro y le dijo: “Raza de Canaán y no de Judá, la
belleza te sedujo y la pasión te pervirtió el corazón.
Lo mismo hacían ustedes con las mujeres de Israel, y ellas, por miedo,
se entregaban a ustedes. Pero una mujer de Judá no ha podido soportar
la maldad de ustedes. Ahora dime, ¿bajo qué árbol los sorprendiste
abrazados?” Él contestó: “Debajo de una encina”.
Replicó Daniel: “También a ti tu mentira te costará
la vida. El ángel del Señor aguarda ya con la espada en la mano,
para partirte por la mitad. Así acabará con ustedes”.
Entonces toda la asamblea levantó la voz y bendijo a Dios, que salva
a los que esperan en él. Se alzaron contra los dos viejos, a quienes,
con palabras de ellos mismos, Daniel había convencido de falso testimonio,
y les aplicaron la pena que ellos mismos habían maquinado contra su prójimo.
Para cumplir con la ley de Moisés, los mataron, y aquel día se
salvó una vida inocente. Palabra de Dios. T. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 22, 1-3a.
3b-4. 5. 6.
R/. Nada temo, Señor, porque tú estás conmigo.
El Señor es mi pastor,
nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes
tranquilas y repara mis fuerzas. R/.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así,
aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás
conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R/.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges
la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes. R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días
de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin
término. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Am 5, 14
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
No quiero la muerte del pecador, sino que se arrepienta y viva, dice el Señor . R/.
EVANGELIO
Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra
Del santo Evangelio según san Juan: 8, 1-11
En
aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos y al amanecer
se presentó de nuevo en el templo, donde la multitud se le acercaba;
y él, sentado entre ellos, les enseñaba.
Entonces los escribas y fariseos le llevaron a una mujer sorprendida en adulterio,
y poniéndola frente a él, le dijeron: “Maestro, esta mujer
ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos manda en la ley
apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?”
Le preguntaban esto para ponerle una trampa y poder acusarlo. Pero Jesús
se agachó y se puso a escribir en el suelo con el dedo. Como insistían
en su pregunta, se incorporó y les dijo: “Aquel de ustedes que
no tenga pecado, que le tire la primera piedra”. Se volvió a agachar
y siguió escribiendo en el suelo.
Al oír aquellas palabras, los acusadores comenzaron a escabullirse uno
tras otro, empezando por los más viejos, hasta que dejaron solos a Jesús
y a la mujer, que estaba de pie, junto a él.
Entonces Jesús se enderezó y le preguntó: “Mujer,
¿dónde están los que te acusaban? ¿Nadie te ha condenado?”
Ella le contestó: “Nadie, Señor”. Y Jesús le
dijo: “Tampoco yo te condeno. Vete y ya no vuelvas a pecar”..
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, a quienes nos disponemos a celebrar los santos misterios, que podamos presentarte con alegría nuestras almas ya purificadas, como fruto de nuestra penitencia corporal. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de la Pasión del Señor.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias y alabar te siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque mediante la pasión salvadora de tu Hijo diste a los hombres una nueva comprensión de tu majestad y una nueva manera de alabada, al poner de manifiesto, por la eficacia inefable de la cruz, el poder del crucificado y el juicio que del mundo has hecho. Por eso, ahora nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y los santos diciendo: Santo, Santo, Santo ...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 8, 12
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue, no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que los sacramentos que hemos recibido, Señor, nos purifiquen de nuestras malas inclinaciones y, fortalecidos con tu bendición, corramos a tu encuentro siguiendo las huellas de Cristo. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO. Opcional
Dios y Padre nuestro, purifica de sus pecados al pueblo que te suplica, para que llevando una vida santa se vea libre de toda adversidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Solemnidad de san José, Esposo de la santísima Virgen María
Blanco MR, p. 720 (707); Lecc. I, p. 1003
Su misión en esta vida consistió en velar por Jesús "haciendo las veces de padre"(Prefacio). Pero el Señor ha querido que la cabeza de la Sagrada Familia siga cumpliendo la misma función con la Iglesia, que es el cuerpo de Cristo. María es madre de la Iglesia; san José, el protector.
"DIOS TOMÓ
EN CUENTA SU FE PARA HACERLO JUSTO"
2 Sam 7, 4-5.12-14. 16; Sal 88; Rom 4,13.16-18.22; Lc 2,41-51
En nuestro Evangelio, el fin de la niñez de Jesús se acercaba. Tenía doce años (v. 42), que es un año antes de que llegara a su mayoría como un judío de acuerdo con una antigua costumbre codificada en los escritos rabínicos posteriores (p. ej. Mishnah Nidda 5,6). Quizá por eso, el relato empieza refiriéndose a san José como el padre de Jesús (vv. 41 y 48), pero citando las primeras palabras de Jesús en Lucas, concluye afirmando que Dios es su padre (v. 49). Este cambio no debe interpretarse como un rechazo a san José, porque fue precisamente para preparar al niño para su tarea salvadora como un adulto que, de acuerdo con la tradición, el santo, un hombre fiel y justo como su antecesor Abrahán, fue escogido. Según nuestra segunda lectura, san José cumplió perfectamente con su misión.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Lc 12. 42
Éste es el siervo fiel y prudente, a quien el Señor puso al frente de su familia.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, que quisiste poner bajo la protección de san José el nacimiento y la infancia de nuestro Redentor, concédele a tu Iglesia proseguir y llevar a término, bajo su patrocinio, la obra de la redención humana. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
El Señor Dios le dará el trono de David, su padre.
Del segundo libro de Samuel: 7, 4-5. 12-14. 16
En aquellos días,
el Señor le habló al profeta Natán y le dijo: "Ve
y dile a mi siervo David que el Señor le manda decir esto: 'Cuando tus
días se hayan cumplido y descanses para siempre con tus padres, engrandeceré
a tu hijo, sangre de tu sangre, y consolidaré su reino.
Él me construirá una casa y yo consolidaré su trono para
siempre. Yo seré para él un padre y él será para
mí un hijo. Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante
mí, y tu trono será estable eternamente' ".
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 88, 22-3.
4-5. 27. 29.
R/. Su descendencia perdurará eternamente.
Proclamaré sin cesar
la misericordia del Señor y daré a conocer que su fidelidad es
eterna, pues el Señor ha dicho: "Mi amor es para siempre y mi lealtad,
más firme que los cielos. R/.
Un juramento hice a David, mi servidor, una alianza pacté con mi elegido:
'Consolidaré tu dinastía para siempre y afianzaré tu trono
eternamente'. R/.
El me podrá decir: 'Tú eres mi padre, el Dios que me protege y
que me salva'. Yo jamás le retiraré mi amor ni violaré
el juramento que le hice". R/.
SEGUNDA LECTURA
Esperando contra toda esperanza. Abraham creyó.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 4, 13. 16- 18. 22
Hermanos: La promesa que
Dios hizo a Abraham y a sus descendientes, de que ellos heredarían el
mundo, no dependía de la observancia de la ley, sino de la justificación
obtenida mediante la fe.
En esta forma, por medio de la fe, que es gratuita, queda asegurada la promesa
para todos sus descendientes, no sólo para aquellos que cumplen la ley,
sino también para todos los que tienen la fe de Abraham. Entonces, él
es padre de todos nosotros, como dice la Escritura: Te he constituido padre
de todos los pueblos.
Así pues, Abraham es nuestro padre delante de aquel Dios en quien creyó
y que da la vida a los muertos y, llama a la existencia a las cosas que todavía
no existen. El, esperando contra toda esperanza, creyó que habría
de ser padre de muchos pueblos, conforme a lo que Dios le había prometido:
Así de numerosa será tu descendencia. Por eso, Dios le acreditó
esta fe como justicia. Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Sal 83, 5
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que viven en tu casa; siempre, Señor, te alabarán. R/.
EVANGELIO
Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia.
Del santo Evangelio según san Lucas: 2, 41-51
Los
padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén para
las festividades de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años,
fueron a la fiesta, según la costumbre. Pasados aquellos días,
se volvieron, pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén,
sin que sus padres lo supieran. Creyendo que iba en la caravana, hicieron un
día de camino; entonces lo buscaron, y al no encontrarlo, regresaron
a Jerusalén en su busca.
Al tercer día lo encontraron en el templo, sentado en medio de los doctores,
escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que lo oían
se admiraban de su inteligencia y de sus respuestas. Al verlo, sus padres se
quedaron atónitos y su madre le dijo: "Hijo mío, ¿por
qué te has portado así con nosotros? Tu padre y yo te hemos estado
buscando llenos de angustia". Él les respondió: "¿Por
qué me andaban buscando? ¿No sabían que debo ocuparme en
las cosas de mi Padre?" Ellos no entendieron la respuesta que les dio.
Entonces volvió con ellos a Nazaret y siguió sujeto a su autoridad.
Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
O bien:
José hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.
Del santo Evangelio según san Mateo: 1, 16.18-21. 24
Jacob engendró a
José, el esposo de María, de la cual nació Jesús,
llamado Cristo.
Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre,
desposada con José y antes de que vivieran juntos, sucedió que
ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José,
su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó
dejada en secreto.
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en
sueños: "José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa
a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu
Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de
Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados".
Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había
mandado el ángel del Señor.
Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Señor, que así como san José sirvió con amorosa entrega a tu Unigénito, nacido de la Virgen María, así también nosotros, con un corazón limpio, merezcamos servirte en tu altar. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO: Misión de san José, MR, p. 691 (708).
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la solemnidad de san José, porque él es el hombre justo que diste por esposo a la Virgen Madre de Dios, el fiel Y prudente servidor a quien constituiste jefe de tu familia para que, haciendo las veces de padre, cuidara a tu Unigénito, concebido por obra del Espíritu Santo, Jesucristo, Señor nuestro. Por él, los ángeles y los arcángeles, y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociamos a sus voces cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo ...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 25. 21
Alégrate, siervo bueno y fiel. Entra a compartir el gozo de tu Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, protege siempre a esta familia tuya que alimentada con el sacramento del altar, se alegra hoy al celebrar la solemnidad de san José, y conserva en ella los dones que con tanta bondad le concedes. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO. Opcional
Señor Dios, que prefieres compadecerte en vez de enojarte con los que esperan en ti, concede a tus fieles enmendarse de los males cometidos, para que merezcan hallar la gracia de tu consuelo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Feria, miércoles V de Cuaresma MR, p. 234 (252); Lecc. I, p. 791
Otros Santos: Cutberto de Lindisfarne, obispo; José Bilczewski, presbítero y obispo; María Josefa del Corazón de Jesús, virgen fundadora.
EL HORNO ARDIENTE
DE LA PERSECUCIÓN
Dn 3,14-20.49-50.91-92.95; Dn 3; Jn 8,31-42
El relato de los jóvenes echados en el horno, que es nuestra primera lectura, probablemente circuló de forma oral por muchos años como hagadá, es decir, una narración que ilustra una u otra parte de la ley mosaica. Finalmente se puso en forma escrita cuando el rey de Siria, Antíoco IV Epífanes (215 163 a. C.), persiguió a los judíos, presumiendo haberlos obligado a adorar a un ídolo que construyó en el Templo de Jerusalén (véase 1 Mac 1. 43-62),10 cual se parecía a lo que hace el rey Nabucodonosor en nuestra lectura (v. 14). Claro que el fuego del horno es un símbolo de la persecución ardiente efectuada contra el pueblo judío por el rey siriaco. También puede simbolizar la persecución que a veces nosotros experimentamos. Sin embargo, finalmente, Dios salva a los tres hombres, como nos salvará también a nosotros.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 17, 48-49
Tú me liberas, Señor, de la ira de los pueblos, me haces triunfar sobre mis adversarios y me salvas del hombre malvado.
ORACIÓN COLECTA
Ilumina, Dios compasivo, los corazones de tus hijos que tratan de purificarse por la penitencia con amor, dígnate escuchar paternalmente nuestras súplicas. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Dios mandó a su ángel para liberar a sus siervos.
Del libro del profeta Daniel: 3, 14-20. 49-50. 91-92. 95
En aquellos días
dijo el rey Nabucodonosor: "¿Es cierto, Sedrak, Mesak y Abednegó,
que no quieren servir a mis dioses, ni adorar la estatua de oro que he mandado
levantar? Pues bien, si no es cierto, estén dispuestos para que, al oír
sonar el cuerno, la flauta, la cítara, el salterio, la chirimía
y toda clase de instrumentos, se postren y adoren la estatua que he mandado
hacer. Pero si no la adoran, serán arrojados inmediatamente a un horno
encendido. ¿Y qué dios podrá librarlos entonces de mis
manos?"
Pero Sedrak, Mesak y Abednegó contestaron al rey Nabucodonosor: "No
es necesario responder a tu pregunta, pues el Dios a quien servimos puede librarnos
del horno encendido y nos librará de tus manos; y aunque no lo hiciera,
sábete que de ningún modo serviremos a tus dioses, ni adoraremos
la estatua de oro, que has mandado levantar".
Entonces Nabucodonosor se enfureció y la expresión de su rostro
cambió para Sedrak, Mesak y Abednegó. Mandó encender el
horno y aumentar la fuerza del fuego siete veces más de lo acostumbrado.
Después ordenó que algunos de los hombres más fuertes de
su ejército ataran a Sedrak, Mesak y Abednegó y los arrojaran
al horno encendido.
Pero el ángel del Señor bajó del cielo, se puso junto a
ellos, apartó las llamas y produjo en el horno un frescor como de brisa
y de rocío, y el fuego no los atormentó, ni los hirió,
ni siquiera los tocó. El rey Nabucodonosor, estupefacto, se levantó
precipitadamente y dijo a sus consejeros: "¿Acaso no estaban atados
los tres hombres que arrojamos al horno?" Ellos contestaron: "Sí,
señor". El rey replicó: "¿Por qué, entonces,
estoy viendo cuatro hombres sueltos, que se pasean entre las llamas, sin quemarse?
Y el cuarto, parece un ángel".
Nabucodonosor los hizo salir del horno y exclamó: "Bendito sea el
Dios de Sedrak, Mesak y Abednegó, que ha enviado a su ángel para
librar a sus siervos, que confiando en él, desobedecieron la orden del
rey y expusieron su vida, antes que servir y adorar a un dios extraño".
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Daniel 3, 52. 53.
54. 55. 56.
R/. Bendito seas para siempre, Señor.
Bendito seas, Señor,
Dios de nuestros padres. Bendito sea tu nombre santo y glorioso. R/.
Bendito seas en tu templo santo y glorioso. Bendito seas en el trono de tu reino.
R/.
Bendito eres tú, Señor, que penetras con tu mirada los abismos
y te sientas en un trono rodeado de querubines. Bendito seas, Señor,
en la bóveda del cielo. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 8, 15
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto. R/.
EVANGELIO
Si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres.
Del santo Evangelio según san Juan: 8, 31-42
En
aquel tiempo, Jesús dijo a los que habían creído en él:
"Si se mantienen fieles a mi palabra, serán verdaderamente discípulos
míos, conocerán la verdad y la verdad los hará libres".
Ellos replicaron: "Somos hijos de Abraham y nunca hemos sido esclavos de
nadie. ¿Cómo dices tú: 'Serán libres'?"
Jesús les contestó: "Yo les aseguro que todo el que peca
es un esclavo del pecado y el esclavo no se queda en la casa para siempre; el
hijo sí se queda para siempre. Si el Hijo les da la libertad, serán
realmente libres. Ya sé que son hijos de Abraham; sin embargo, tratan
de matarme, porque no aceptan mis palabras. Yo hablo de lo que he visto en casa
de mi Padre: ustedes hacen lo que han oído en casa de su padre".
Ellos le respondieron: "Nuestro padre es Abraham". Jesús les
dijo: "Si fueran hijos de Abraham, harían las obras de Abraham.
Pero tratan de matarme a mí, porque les he dicho la verdad que oí
de Dios. Eso no lo hizo Abraham. Ustedes hacen las obras de su padre".
Le respondieron: "Nosotros no somos hijos de prostitución. No tenemos
más padre que a Dios".
Jesús les dijo entonces: "Si Dios fuera su Padre me amarían
a mí, porque yo salí de Dios y vengo de Dios; no he venido por
mi cuenta, sino enviado por él". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estos dones que recibimos de ti y ahora te presentamos; y ya que los destinaste para alabanza de tu nombre, haz también que nos procuren la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de la Pasión del Señor, MR, p. 502 (498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Col 1, 13-14
Dios nos ha hecho entrar al Reino de su Hijo amado, por cuya sangre recibimos la redención y el perdón de los pecados.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el sacramento recibido, Señor, nos proporcione un remedio celestial para que purifique nuestros corazones de sus vicios y nos fortalezca con su constante protección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO. Opcional
Atiende, Dios todopoderoso, las súplicas de tu pueblo y a quienes, compadecido, les das la confianza de esperar en tu amor, concédeles, benigno, experimentar el efecto de tu acostumbrada misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Feria, jueves V de Cuaresma MR, p. 235 (253); Lecc. I, p. 794
HAY QUE ELEGIR
ENTRE JESÚS Y LOS DEMÁS
Gén 17, 3-9; Sal 1 04; Jn 8, 51-59
Hoy si alguien dijera "soy más astuto que Bill Gates" o "soy un hombre de negocios más listo que Elon Musk", sería tildado de fanfarrón. Entendemos, por lo tanto, la reacción de las autoridades judías a las palabras de Jesús acerca de Abrahán en nuestro Evangelio. Jesús afirma que es anterior al patriarca e infinitamente más grande, y los judíos lo juzgan como poseído por un demonio. Pero esta afirmación fue necesaria no sólo durante la vida de Cristo, sino también en la época en que Juan fue escribiendo su Evangelio, porque en esa época los cristianos fueron amenazados con ser expulsados de las sinagogas y tuvieron que elegir entre el judaísmo, simbolizado por Abrahán, y Jesús. También hoy tenemos que elegir entre las celebridades de nuestros días y Dios encarnado.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Heb 9, 15
Cristo es el mediador de la nueva alianza, para que, por su muerte, los que han sido llamados reciban la herencia eterna que les había prometido.
ORACIÓN COLECTA
Atiende, Señor, a quienes te dirigen sus ruegos y protege en tu bondad a quienes hemos puesto la esperanza en tu misericordia, para que, purificados de toda mancha de pecado, perseveremos en una vida santa y lleguemos a ser herederos de tus promesas. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Serás padre de una multitud de pueblos.
Del libro del Génesis: 17, 3-9
Cuando Dios se le apareció,
Abram se postró con el rostro en el suelo y Dios le dijo: "Aquí
estoy. Esta es la alianza que hago contigo: Serás padre de una multitud
de pueblos. Ya no te llamarás Abram, sino Abraham, porque te he constituido
como padre de muchas naciones.
Te haré fecundo sobremanera; de ti surgirán naciones y de ti nacerán
reyes. Contigo y con tus descendientes, de generación en generación,
establezco una alianza perpetua para ser el Dios tuyo y de tus descendientes.
A ti y a tus descendientes les daré en posesión perpetua toda
la tierra de Canaán, en la que ahora vives como extranjero; y yo seré
el Dios de ustedes".
Después le dijo Dios a Abraham: "Cumple, pues, mi alianza, tú
y tu posteridad, de generación en generación".
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 104, 4-5.
6-7. 8-9.
R/. El Señor nunca olvida sus promesas.
Recurran al Señor
y a su poder, búsquenlo sin descanso. Recuerden los prodigios que él
ha hecho, sus portentos y oráculos. R/.
Descendientes de Abraham, su servidor, estirpe de Jacob, su predilecto, escuchen:
el Señor es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos. R/.
Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de
sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que
un día le hiciera. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Sal 94, 8
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su corazón". R/.
EVANGELIO
Su padre Abraham se regocijaba con el pensamiento de verme.
Del santo Evangelio según san Juan: 8, 51-59
En
aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Yo les aseguro: el
que es fiel a mis palabras no morirá para siempre".
Los judíos le dijeron: "Ahora ya no nos cabe duda de que estás
endemoniado. Porque Abraham murió y los profetas también murieron,
y tú dices: 'El que es fiel a mis palabras no morirá para siempre'.
¿Acaso eres tú más que nuestro padre Abraham, el cual murió?
Los profetas también murieron. ¿Quién pretendes ser tú?"
Contestó Jesús: "Si yo me glorificara a mí mismo,
mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, aquel de
quien ustedes dicen: 'Es nuestro Dios', aunque no lo conocen. Yo, en cambio,
sí lo conozco; y si dijera que no lo conozco, sería tan mentiroso
como ustedes. Pero yo lo conozco y soy fiel a su palabra. Abraham, el padre
de ustedes, se regocijaba con el pensamiento de verme; me vio y se alegró
por ello".
Los judíos le replicaron: "No tienes ni cincuenta años, ¿y
has visto a Abraham?" Les respondió Jesús: "Yo les aseguro
que desde antes que naciera Abraham, Yo Soy". Entonces recogieron piedras
para arrojárselas, pero Jesús se ocultó y salió
del templo.
Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira con agrado, Señor, este sacrificio, y concédenos que sirva para nuestra conversión y para la salvación del mundo entero. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de la Pasión del Señor, MR, p. 502 (498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Rom 8, 32
Dios no escatimó la vida de su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros y en él nos dio todo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados por estos dones de salvación, suplicamos, Señor, tu misericordia, para que este sacramento, que nos nutre en nuestra vida temporal, nos haga partícipes de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO. Opcional
Sé propicio a tu pueblo, Señor, para que, rechazando día con día lo que te desagrada, se sacie sobre todo con las delicias de tus mandamientos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Feria, viernes V de Cuaresma o Nuestra Señora de los Dolores* MR, p. 236 (254); Lecc. I, p. 796 Abstinencia
Otros Santos: Epafrodito de Filipos, obispo; Nicolás, Owen, Hermano lego de la Compañía de Jesús y mártir. Beato: Clemente Augusto Von Galen, obispo.
LA LUCHA INTERIOR
DE LOS PROFETAS
Jer 20.10-13; Sal 17; Jn 10,31-42
En la primera lectura, somos testigos de la lucha interior padecida por los
profetas. Esta quinta y última "confesión" de Jeremías
marca la cumbre del desgarramiento psicológico en que se encuentra el
profeta. Sufre la burla de una muchedumbre de personas importantes, como el
sacerdote Pashur, quienes utilizan un apodo despreciativo para él que
satiriza su mensaje profético: "terror por todas partes" (v.
10). Pero a las quejas de Jeremías por haber sido tratado así,
sigue un inesperado himno de alabanza por su parte al Señor, porque Él,
a pesar de todo, lo salvará. Aunque algunos exégeta s creen que
tal giro inesperado de actitudes indique que el texto combina elementos cronológicamente
distintos, la verdad es que los profetas probablemente sintieron parecidos contrastes
emocionales. En situaciones intensas, que involucran el conflicto entre Dios
y su pueblo, hay que esperar reacciones dramáticas.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 30, 10. 16. 18
Ten piedad de mí, Señor, porque estoy en peligro, líbrame y sálvame de la mano de mis enemigos y de aquellos que me persiguen; Señor, que no quede yo defraudado de haberte invocado.
ORACIÓN COLECTA
Perdona, Señor, las culpas de tu pueblo, para que, por tu bondad, nos libres de las ataduras de los pecados que por nuestra fragilidad hemos cometido. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
El Señor está a mi lado como guerrero poderoso.
Del libro del profeta Jeremías: 20, 10-13
En aquel tiempo, dijo Jeremías:
"Yo oía el cuchicheo de la gente que decía: 'Terror por todas
partes. Denunciemos a Jeremías, vamos a denunciarlo'. Todos los que eran
mis amigos espiaban mis pasos, esperaban que tropezara y me cayera, diciendo:
'Si se tropieza y se cae, lo venceremos y podremos vengarnos de él'.
Pero el Señor, guerrero poderoso, está a mi lado; por eso mis
perseguidores caerán por tierra y no podrán conmigo; quedarán
avergonzados de su fracaso y su ignominia será eterna e inolvidable.
Señor de los ejércitos, que pones a prueba al justo y conoces
lo más profundo de los corazones, haz que yo vea tu venganza contra ellos,
porque a ti he encomendado mi causa.
Canten y alaben al Señor, porque él ha salvado la vida de su pobre
de la mano de los malvados". Palabra de Dios. T. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 17, 2-3a.
3bc-4. 5-6. 7.
R/. Sálvame, Señor, en el peligro.
Yo te amo, Señor,
tú eres mi fuerza, el Dios que me protege y me libera. R/.
Tú eres mi refugio, mi salvación, mi escudo, mi castillo. Cuando
invoqué al Señor de mi esperanza, al punto me libró de
mi enemigo. R/.
Olas mortales me cercaban, torrentes destructores me envolvían; me alcanzaban
las redes del abismo y me ataban los lazos de la muerte. R/.
En el peligro invoqué al Señor, en mi angustia le grité
a mi Dios; desde su templo, él escuchó mi voz y mi grito llegó
a sus oídos. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 6, 63. 68
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna. R/.
EVANGELIO
Intentaron apoderarse de él, pero se les escapó de las manos.
Del santo Evangelio según san Juan: 10, 31-42
En
aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, los judíos
cogieron piedras para apedrearlo. Jesús les dijo: "He realizado
ante ustedes muchas obras buenas de parte del Padre, ¿por cuál
de ellas me quieren apedrear?"
Le contestaron los judíos: "No te queremos apedrear por ninguna
obra buena, sino por blasfemo, porque tú, no siendo más que un
hombre, pretendes ser Dios". Jesús les replicó: "¿No
está escrito en su ley: Yo les he dicho: Ustedes son dioses? Ahora bien,
si ahí se llama dioses a quienes fue dirigida la palabra de Dios (y la
Escritura no puede equivocarse), ¿cómo es que a mí, a quien
el Padre consagró y envió al mundo, me llaman blasfemo porque
he dicho: 'Soy Hijo de Dios'? Si no hago las obras de mi Padre, no me crean.
Pero si las hago, aunque no me crean a mí, crean a las obras, para que
puedan comprender que el Padre está en mí y yo en el Padre".
Trataron entonces de apoderarse de él, pero se les escapó de las
manos.
Luego regresó Jesús al otro lado del Jordán, al lugar donde
Juan había bautizado en un principio y se quedó allí. Muchos
acudieron a él y decían: "Juan no hizo ningún signo;
pero todo lo que Juan decía de éste, era verdad". Y muchos
creyeron en él allí. Palabra del Señor. T.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que tu ayuda, Dios misericordioso, nos haga dignos de servir siempre a tu altar, a fin de que la asidua participación en este sacrificio nos obtenga la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de la Pasión del Señor, MR, p. 497 (498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Pedro 2, 24
Jesús, cargado con nuestros pecados, subió al madero de la cruz, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia; por sus llagas hemos sido curados.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que no deje de protegemos continuamente, Señor, la recepción de este sacramento y que aleje siempre de nosotros todo mal. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO. Opcional
Concede, Dios todopoderoso,
que tu siervos, que anhelan la gracia de tu protección, puedan servirte
con ánimo confiado, libres ya de todo mal. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Por decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de
los Sacramentos del 18 de marzo de 1995 (Prot. 452/95/L) en las parroquias e
iglesias en las que hoy, antiguo "Viernes de Dolores ", siga habiendo
gran afluencia de fieles para honrar a la Virgen María en su advocación
de Nuestra Señora de los Dolores, se puede celebrar una única
misa votiva (Cfr. 15 de Septiembre, p. 833 (822)).
*Nuestra Señora
de los Dolores MR, p. 833 (822) / Lecc. III, p. 125
La santísima Virgen María estuvo íntimamente unida a la
pasión de su Hijo. Por eso está asociada de un modo particular
a la gloria de su resurrección. La compasión de María,
que celebramos en esta fiesta, nos recuerda que al pie de la cruz la maternidad
de María se extendió a todo el cuerpo de Cristo, que es la Iglesia,
es decir, a todos nosotros.
ANTÍFONA DE ENTRADA Lc 2, 34-35
El anciano Simeón dijo a María: Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción; y a ti, una espada te atravesará el alma.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quisiste que junto a tu Hijo en la cruz estuviera de pie su Madre, compartiendo su dolor, concede a tu Iglesia que, asociada con ella a la pasión de Cristo, merezca participar de su gloriosa resurrección. El, que vive y reina contigo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Aprendió a obedecer y se ha convertido en autor de salvación eterna.
De la carta a los hebreos: 5, 7-9
Hermanos: Durante su vida mortal, Cristo ofreció oraciones y súplicas, con fuertes voces y lágrimas, a aquel que podía librarlo de la muerte, y fue escuchado por su piedad. A pesar de que era el Hijo, aprendió a obedecer padeciendo, y llegado a su perfección, se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los que lo obedecen. Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 30, 2-3a.
3b-4. 5-6.15-16. 20.
R/. Señor, por tu amor tan grande ponme a salvo.
A ti, Señor, me acojo,
que no quede yo nunca defraudado; Señor, tú, que eres justo, ponme
a salvo. Escucha mi oración. R/.
Ven a rescatarme sin retardo, sé tú mi fortaleza y mi refugio.
Pues eres mi refugio y fortaleza, por tu nombre, Señor, guía mis
pasos. R/.
Sácame de la red que me han tendido, pues eres tú mi amparo. En
tus manos encomiendo mi espíritu y tu lealtad me librará, Dios
mío. R/.
Pero yo en ti confío; "tú eres mi Dios", Señor,
siempre te digo; mi suerte está en tus manos, líbrame del poder
de mi enemigo que viene tras mis pasos. R/.
Qué grande es la bondad que has reservado, Señor, para tus fieles.
Con quien se acoge a ti, Señor, ya la vista de todos, ¡qué
bueno eres! R/.
SECUENCIA: Esta secuencia es opcional tanto en su forma larga como en su forma breve, desde * ¡Oh dulce fuente de amor!
La Madre piadosa
estaba
junto a la cruz, y lloraba
mientras el Hijo pendía,
cuya alma triste y llorosa,
traspasada y dolorosa,
fiero cuchillo tenía.
Oh, cuán
triste y afligida
se vió la Madre escogida
de tantos tormentos llena
cuando triste contemplaba,
y dolorosa miraba,
del Hijo la pena.
¿Y cuál
hombre no llorara
si a la Madre contemplara
de Cristo, en tanto dolor?
¿Y quién no se entristeciera,
piadosa Madre, si os viera,
sujeta a tanto rigor?
Por los pecados
del mundo
vió a Jesús en tan profundo
tormento la dulce María,
y muriendo al Hijo amado
que rindió desamparado
el espíritu a su Padre.
Oh Madre, fuente
de amor
hazme sentir tu dolor
para que llore contigo.
Y que por mi Cristo amado
mi corazón abrasado
más viva en Él que conmigo.
Y porque a amarte
me anime
en mi corazón imprime
las llagas que tuvo en sí;
y de tu Hijo, Señora,
divide conmigo ahora
las que padeció por mí.
Hazme contigo llorar,
y de veras lastimar
de sus penas mientras vivo:
porque acompañar deseo
en la cruz, donde le veo,
tu Corazón compasivo.
Virgen de vírgenes
santas,
llore yo con ansias tantas,
que el llanto dulce me sea;
porque su Pasión y Muerte
tenga mi alma de suerte
que siempre sus penas vea.
Haz que su cruz
me enamore,
Y que en ella viva y more,
De mi fe y amor indicio;
porque me inflame y me encienda
y contigo me defienda
en el día del juicio.
Haz que me ampare
la muerte
de Cristo, cuando en tan fuerte
trance vida y alma estén;
para que cuando quede en calma
el cuerpo, vaya mi alma
a su eterna gloria.
Amén.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosa la Virgen María, que sin morir, mereció la palma del martirio junto a la cruz del Señor. R/.
EVANGELIO
¿Y cuál hombre no llorara si a la Madre contemplara de Cristo en tanto dolor?
Del santo Evangelio según san Juan: 19,25-27
En
aquel tiempo, estaban junto a la cruz de Jesús, su madre, la hermana
de su madre, María la de Cleofás y María Magdalena.
Al ver a la madre y junto a ella al discípulo a quien tanto quería,
Jesús dijo a su madre: "Mujer, ahí está tu hijo".
Luego dijo al discípulo: ''Ahí está tu madre". Y desde
entonces el discípulo se la llevó a vivir con él.
Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Dios misericordioso, las súplicas y ofrendas que te presentamos para alabanza de tu nombre, al venerar a la santísima Virgen María, a quien, bondadoso, nos entregaste como piadosísima Madre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Pedro 4, 13
Alégrense de compartir ahora los padecimientos de Cristo, para que cuando se manifieste su gloria, el júbilo de ustedes sea desbordante.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con el sacramento de la redención eterna, te pedimos, Señor, que, al conmemorar el dolor de la santísima Virgen María, completemos, a favor de la Iglesia, lo que falta en nosotros a los padecimientos de Cristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Morado Feria, sábado V de Cuaresma o Memoria parcial de santo Toribio de Mogrovejo, obispo * MR, pp. 238 (256). 722 (710); Lecc. I. p. 799
DIOS PUEDE UTILIZAR
HERRAMIENTAS DEFECTUOSAS
Ez 37,21-28; Jer 31; Jn 11,45-56
El mal es poderoso, pero nunca es tan poderoso como el bien, como nos muestra la profecía del Sumo Sacerdote en nuestro Evangelio de hoy. Caifás ocupaba su cargo desde el año 18 hasta el 36 cuando Poncio Pilato fue relevado de su cargo. Esta coincidencia sugiere que tal vez retuvo su cargo durante el periodo turbulento de la ocupación romana, gracias a un acuerdo, quizá financiero, con Pilato. Probablemente fue, en realidad, exactamente el hombre tan dotado de cinismo y de una disposición maquinaria como es retratado en nuestro Evangelio. A pesar de todas sus maldades, este hombre dijo la verdad sobre Jesús, cuando profetizó que moriría por los demás (v. 50). Es que Dios puede utilizar también herramientas malas, aun cuando son opuestas a El, para cumplir sus planes.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 21. 20. 7
Tú, Señor, no te quedes lejos; fuerza mía, ven aprisa a ayudarme; pues yo soy un gusano, no un hombre, despreciado por la gente y rechazado por el pueblo.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que hiciste que todos los renacidos en Cristo, vinieran a ser linaje escogido y sacerdocio real, concédenos querer y poder cumplir lo que mandas, para que tu pueblo, llamado a la vida eterna, tenga unidos sus corazones en una misma fe y actúe movido por el mismo amor. Por nuestro Señor Jesucristo...
*O bien, en la memoria de santo Toribio de Mogrovejo:
Dios nuestro, que has hecho crecer a tu Iglesia por los cuidados apostólicos y el celo por la verdad del santo obispo Toribio de Mogrovejo, concede también al pueblo a ti consagrado crecer constantemente en la fe y renovarse en la santidad. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Haré de ellos un solo pueblo.
Del libro del profeta Ezequiel: 37, 21-28
Esto dice el Señor
Dios: "Voy a recoger de las naciones a donde emigraron, a todos los israelitas;
de todas partes los congregaré para llevarlos a su tierra. Haré
de ellos un solo pueblo en mi tierra, en los montes de Israel; habrá
un solo rey para todos ellos y nunca más volverán a ser dos naciones,
ni a dividirse en dos reinos. Ya no volverán a mancharse con sus ídolos,
sus abominaciones y con todas sus iniquidades; yo los salvaré de las
infidelidades que cometieron y los purificaré; ellos van a ser mi pueblo
y yo voy a ser su Dios.
Mi siervo David será su rey y todos ellos no tendrán más
que un pastor; cumplirán mis mandamientos y pondrán por obra mis
preceptos. Habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob y en la que
habitaron los padres de ustedes, y ahí vivirán para siempre ellos,
sus hijos y sus nietos; mi siervo David será su rey para siempre. Voy
a hacer con ellos una alianza eterna de paz. Los asentaré, los haré
crecer y pondré mi santuario entre ellos para siempre. En medio de ellos
estará mi templo: yo voy a ser su Dios y ellos van a ser mi pueblo.
Las naciones sabrán que yo soy el Señor que santifica a Israel,
cuando vean mi santuario en medio de ellos para siempre". Palabra
de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Jeremías
31, 10. 11-12ab. 13.
R/. El Señor cuidará a su pueblo como un pastor a su rebaño.
Escuchen, pueblos, la palabra
del Señor, anúncienla aun en las islas más remotas: "El
que dispersó a Israel lo reunirá y lo cuidará como el pastor
a su rebaño". R/.
Porque el Señor redimió a Jacob y lo rescató de las manos
del poderoso. Ellos vendrán para aclamarlo al monte Sión y vendrán
a gozar de los bienes del Señor. R/.
Entonces se alegrarán las jóvenes, danzando; se sentirán
felices jóvenes y viejos, porque yo convertiré su tristeza en
alegría, los llenaré de gozo y aliviaré sus penas.
R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Ez 18, 31
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Purifíquense de todas sus iniquidades; renueven su corazón y su espíritu, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
Jesús debía morir para congregar a los hijos de Dios, que estaban dispersos.
Del santo Evangelio según san Juan: 11, 45-56
En
aquel tiempo, muchos de los judíos que habían ido a casa de Marta
y María, al ver que Jesús había resucitado a Lázaro,
creyeron en él. Pero algunos de entre ellos fueron a ver a los fariseos
y les contaron lo que había hecho Jesús. Entonces los sumos sacerdotes
y los fariseos convocaron al sanedrín y decían: "¿Qué
será bueno hacer? Ese hombre está haciendo muchos prodigios. Si
lo dejamos seguir así, todos van a creer en él, van a venir los
romanos y destruirán nuestro templo y nuestra nación".
Pero uno de ellos, llamado Caifás, que era sumo sacerdote aquel año,
les dijo: "Ustedes no saben nada. No comprenden que conviene que un solo
hombre muera por el pueblo y no que toda la nación perezca". Sin
embargo, esto no lo dijo por sí mismo, sino que, siendo sumo sacerdote
aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación,
y no sólo por la nación, sino también para congregar en
la unidad a los hijos de Dios, que estaban dispersos. Por lo tanto, desde aquel
día tomaron la decisión de matarlo.
Por esta razón, Jesús ya no andaba públicamente entre los
judíos, sino que se retiró a la ciudad de Efraín, en la
región contigua al desierto y allí se quedó con sus discípulos.
Se acercaba la Pascua de los judíos y muchos de las regiones circunvecinas
llegaron a Jerusalén antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a
Jesús en el templo y se decían unos a otros: "¿Qué
pasará? ¿No irá a venir para la fiesta?"
Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sea aceptable, Señor, la ofrenda de nuestro ayuno, para que, purificados, nos haga dignos de tu gracia y nos lleve a participar de los bienes prometidos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de la Pasión del Señor, MR, p. 502 (498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 11, 52
Cristo fue entregado a la muerte, para congregar en la unidad a los hijos de Dios, que estaban dispersos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios nuestro, te pedimos que así como nos nutres con el sagrado alimento del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, nos hagas participar de tu naturaleza divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO. Opcional
Ten misericordia, Señor, de tu Iglesia suplicante y mira compasivo a quienes se inclinan de corazón ante ti, para que no permitas que los que redimiste con la muerte de tu Unigénito, queden expuestos al pecado ni consientas que los opriman las adversidades. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Semana Santa, Domingo de Ramos de la Pasión del Señor Conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén
Rojo MR, p. 243 (257); Lecc. I, p. 193 LH, Semana II del Salterio
LA SOLEDAD ABSOLUTA
DE CRISTO
Is 50, 4-7; Sal 22; Flp 2, 6-11; Mc 14,1-15.47
La pasión de Cristo que nos presenta Marcos es la más corta y la más escueta de los cuatro Evangelios, pero ayuda a resaltar la soledad de Jesús en medio de sus sufrimientos. Es una soledad no sólo física, ya que una vez arrestado no es auxiliado por nadie, sino espiritual, porque nadie entiende a Jesús o la necesidad de que sufra. Hay mujeres que lo siguen a lo lejos, pero también ellas fallan (véase 16, 8). De hecho, Jesús parece abandonado hasta por el Padre, ya que sus dos plegarias -la oración en Getsemaní (14, 35-36) Y el grito en la cruz (15, 34) no reciben una respuesta clara del Padre. Por si fuera poco, la crucifixión misma es retratada de manera especialmente cruel, cruda y dolorosa.
Misa con Procesión o entrada solemne
1. En
este día la Iglesia recuerda la entrada de Cristo nuestro Señor
a Jerusalén para consumar su Misterio Pascua l. Por lo tanto en todas
las Misas se conmemora esta entrada del Señor mediante una procesión
o una entrada solemne, antes de la Misa principal, y por medio de una entrada
sencilla antes de las demás Misas. Pero puede repetirse la entrada solemne
(no la procesión), antes de algunas otras Misas que se celebren con gran
asistencia del Pueblo.
Conviene que donde no pueda hacerse ni procesión ni entrada solemne,
se tenga una celebración de la Palabra de Dios, sobre la entrada mesiánica
y la Pasión del Señor, ya sea el sábado por la tarde o
ya sea el domingo a una hora oportuna.
Conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén
Primera forma: Procesión
2. A la hora señalada, los fieles se reúnen en una iglesia menor o en algún otro lugar adecuado, juera de la iglesia hacia la cual va a dirigirse la procesión. Los fieles llevan sus ramos en las manos.
3. El sacerdote y el diácono, revestidos con las vestiduras rojas requeridas para la Misa, acompañados por los otros ministros, se acercan al lugar donde el pueblo está congregado. El sacerdote, en lugar de casulla, puede usar la capa pluvial, que dejará después de la procesión, y se pondrá la casulla.
4. Entretanto se canta la siguiente antífona u otro cántico adecuado:
ANTÍFONA Mt 21,9
Hosanna al Hijo de David. Bendito el que viene en nombre del Señor, el Rey de Israel. Hosanna en el cielo.
5. Enseguida el sacerdote y los fieles se santiguan mientras el sacerdote dice: "En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo". Después el sacerdote saluda al pueblo de la manera acostumbrada y hace una breve monición para invitar a los fieles a participar activa y conscientemente en la celebración de este día: Puede hacerlo con éstas o semejantes palabras.
Queridos hermanos: Después de haber preparado nuestros corazones desde el principio de Cuaresma con nuestra penitencia y nuestras obras de caridad, hoy nos reunimos para iniciar, unidos con toda la Iglesia, la celebración anual del Misterio Pascual, es decir, de la pasión y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, misterios que empezaron con su entrada en Jerusalén, su ciudad. Por eso, recordando con toda fe y devoción esta entrada salvadora, sigamos al Señor, para que participando de su cruz, tengamos parte con Él en su resurrección y su vida.
6. Después
de esta monición, el sacerdote, teniendo extendidas las manos, dice una
de las dos oraciones siguientes:
Oremos. Dios todopoderoso y eterno, santifica con tu bendición t estos
ramos, para que, quienes acompañamos jubilosos a Cristo Rey, podamos
llegar, por él, a la Jerusalén del cielo. Él, que vive
y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.
O bien:
Aumenta, Señor Dios,
la fe de los que esperan en ti y escucha con bondad las súplicas de quienes
te invocan, para que, al presentar hoy nuestros ramos a Cristo victorioso, demos
para ti en él frutos de buenas obras. Él, que vive y reina por
los siglos de los siglos.
R. Amén.
Y en silencio, rocía los ramos con agua bendita.
7. Enseguida el diácono, o en su ausencia el sacerdote, proclama del modo acostumbrado el Evangelio de la entrada del Señor en Jerusalén, según alguno de los cuatro evangelistas. Si es oportuno se usa el incienso.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Juan: 12,12-16
En aquel tiempo, al enterarse
la gran muchedumbre que había llegado para la fiesta, de que Jesús
se dirigía a Jerusalén, cortaron hojas de palmera y salieron a
su encuentro, gritando: "[Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre
del Señor, el rey de Israel!
Habiendo encontrado Jesús un burrito, lo montó, como estaba escrito:
No tengas temor, hija de Sion, mira que tu rey viene a ti montado en un burrito.
Sus discípulos no entendieron estas cosas al principio, pero cuando Jesús
fue glorificado, se acordaron de que habían sido escritas acerca de él
y que ellos las habían cumplido. Palabra del Señor. Gloria
a ti, Señor Jesús.
O bien:
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Del santo Evangelio según san Marcos: 11, 1-10
Cuando
Jesús y los suyos iban de camino a Jerusalén, al llegar a Betfagé
y Betania, cerca del monte de los Olivos, les dijo a dos de sus discípulos:
"Vayan al pueblo que ven allí enfrente; al entrar, encontrarán
amarrado un burro que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganmelo.
Si alguien les pregunta por qué lo hacen, contéstenle: 'El Señor
lo necesita y lo devolverá pronto"'. "Fueron y encontraron
al burro en la calle, atado junto a una puerta, y lo desamarraron. Algunos de
los que allí estaban les preguntaron: "¿Por qué sueltan
al burro?". Ellos les contestaron lo que había dicho Jesús
y ya nadie los molestó. Llevaron el burro, le echaron encima los mantos
y Jesús montó en él. Muchos extendían su manto en
el camino, y otros lo tapizaban con ramas cortadas en el campo. Los que iban
delante de Jesús y los que lo seguían, iban gritando vivas: "¡Hosanna!
¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito el reino
que llega, el reino de nuestro padre David! ¡Hosanna en el cielo!".
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
8. Después
del Evangelio, si se cree oportuno, puede tenerse una breve homilía.
Al iniciar la procesión, el celebrante u otro ministro idóneo
puede hacer una exhortación con estas palabras u otras parecidas:
Queridos hermanos: Como la muchedumbre que aclamaba a Jesús, acompañemos
también nosotros, con júbilo, al Señor.
9. Y se inicia la procesión hacia el templo donde va a celebrarse la misa. Si se usa el incienso, el turiferario va adelante con el incensario, en el cual habrá puesto incienso previamente; enseguida, un ministro con la cruz adornada y, a su lado, dos acólitos con velas encendidas. Sigue luego el sacerdote con los ministros y, detrás de ellos, los fieles con ramos en las manos. Al avanzar la procesión, el coro y el pueblo entonan los siguientes cánticos u otros apropiados.
ANTÍFONA I
Los niños hebreos,
llevando ramos de olivo, salieron al encuentro del Señor, clamando: "Hosanna
en el cielo".
Si se cree conveniente, puede alternarse esta antífona con los versículos
del salmo 23.
SALM023
Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en él habitan, pues él lo edificó sobre los mares, él fue quien lo asentó sobre los ríos.
Se repite la antífona.
¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién podrá entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y manos puras y que no jura en falso.
Se repite la antífona.
Ése obtendrá la bendición de Dios, y Dios, su salvador, le hará justicia. Ésta es la clase de hombres que te buscan y vienen ante ti, Dios de Jacob.
Se repite la antífona.
¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos, porque va a entrar el rey de la gloria!
Se repite la antífona.
y ¿quién es el rey de la gloria? Es el Señor, fuerte y poderoso, el Señor, poderoso en la batalla.
Se repite la antífona.
¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos, porque va a entrar el rey de la gloria!
Se repite la antífona.
y ¿quién es el rey de la gloria? El Señor, Dios de los ejércitos, es el rey de la gloria.
Se repite la antífona.
ANTÍFONA II
Los niños hebreos
extendían sus mantos por el camino y clamaban: "Hosanna al Hijo
de David, bendito el que viene en nombre del Señor".
Si se cree conveniente, puede alternarse esta antífona con los versículos
del salmo 46.
SALM0 46
Aplaudan, pueblos todos; aclamen al Señor, de gozo llenos; que el Señor, el Altísimo, es terrible y de toda la tierra, rey supremo.
Se repite la antífona.
Fue él quien nos puso por encima de todas las naciones y los pueblos, al elegirnos como herencia suya, orgullo de Jacob, su predilecto.
Se repite la antífona.
Entre voces de júbilo y trompetas, Dios, el Señor, asciende hasta su trono. Cantemos en honor de nuestro Dios, al rey honremos y cantemos todos.
Se repite la antífona.
Porque Dios es el rey del universo, cantemos el mejor de nuestros cantos. Reina Dios sobre todas las naciones desde su trono santo.
Se repite la antífona.
Los jefes de los pueblos se han reunido con el pueblo de Dios, Dios de Abraham, porque de Dios son los grandes de la tierra. Por encima de todo Dios está.
HIMNO A CRISTO REY
HIMNO A CRISTO REY
Coro:
Gloria, alabanza y honor,
a ti Cristo rey, redentor; a quien infantil cortejo entonó piadoso Hosanna.
Todos repiten:
Gloria, alabanza y honor ...
Coro:
Tú eres el rey de
Israel, prole ínclita de David, rey bendito, que vienes en el nombre
del Señor.
Todos repiten:
Gloria, alabanza y honor ...
Coro:
Toda la corte celestial
te alaba en las alturas, y el hombre mortal, con todas las creaturas.
Todos repiten:
Gloria, alabanza y honor ...
Coro:
El pueblo hebreo salió con palmas a tu encuentro; nosotros con preces,
votos e himnos venimos a ti.
Todos repiten:
Gloria, alabanza y honor ...
Coro:
Aquellos cuando ibas a padecer te tributaban loores; nosotros ahora que reinas, te ofrecemos nuestro canto.
Todos repiten:
Gloria, alabanza y honor ...
Coro:
Aquellos te agradaron, que
te agrade también nuestra devoción: ¡Rey bueno, rey clemente,
a
quien agrada todo lo bueno!
Todos repiten:
Gloria, alabanza y honor ...
O bien:
HIMNO A CRISTO REY
Que viva mi Cristo, que
viva mi Rey.
que impere doquiera triunfante su ley.
Viva Cristo Rey, Viva Cristo Rey.
Mexicanos un Padre tenemos,
que nos dio de la patria la unión.
A ese Padre gozosos cantemos,
empuñando con fe su pendón.
Demos gracias al Padre
que ha hecho
que tengamos de herencia la luz
y al darnos vida en el Reino
que su Hijo nos dio por la cruz.
Dios le dio el poder, la
victoria.
Pueblos todos, venid y alabad
a este Rey de los cielos y tierra,
en quien sólo tenemos la paz.
Rey eterno, Rey universal,
en quien todo ya se restauró,
te rogamos que todos los pueblos
sean unidos en un solo amor.
10. Al entrar la procesión en la iglesia, se canta el siguiente responsorio u otro cántico alusivo a la entrada del Señor en Jerusalén:
RESPONSORIO
R. Al entrar el
Señor en la ciudad santa, los niños hebreos, anunciando con anticipación
la resurrección del Señor de la vida,* con palmas en las manos,
clamaban: Hosanna en el cielo.
V. Al enterarse de que Jesús llegaba a Jerusalén, el
pueblo salió a su encuentro.
R. Con palmas en las manos, clamaban: Hosanna en el cielo.
11. El sacerdote, al llegar al altar, hace la debida reverencia y, si lo juzga oportuno, lo inciensa. Luego se dirige a la sede (se quita la capa pluvial, si la usó, y se pone la casulla) y, omitidos los demás ritos iniciales de la Misa, incluso el Señor, ten piedad, da fin a la procesión diciendo la oración colecta y prosigue la misa de la manera acostumbrada.
II. Segunda forma: Entrada solemne
12. Donde no se pueda hacer la procesión fuera de la iglesia, la entrada del Señor se celebra dentro del templo por medio de una entrada solemne, antes de la misa principal.
13. Los fieles se reúnen ante la puerta de la iglesia, o bien, dentro de la misma iglesia, llevando los ramos en la mano. El sacerdote, los ministros y algunos de los fieles, van a algún sitio adecuado de la iglesia. fuera del presbiterio, en donde pueda ser vista fácilmente la ceremonia, al menos por la mayor parte de la asamblea.
14. Mientras el sacerdote se dirige al sitio indicado, se canta la antífona "Hosanna al Hijo de David" (n. 4) o algún otro cántico adecuado. Después se bendicen los ramos y se lee el Evangelio de la entrada del Señor en Jerusalén, como se indicó en los nn. 5-7. Después del Evangelio, el sacerdote va solemnemente hacia el presbiterio a través del templo, acompañado por los ministros y por algunos fieles, mientras se canta el responsorio "Al entrar el Señor" (n. 10), u otro cántico apropiado.
15. Al llegar al altar, el sacerdote hace la debida reverencia. Enseguida va a la sede y, omitidos los ritos iniciales de la Misa, incluso el Señor, ten piedad, si es oportuno, dice la colecta de la Misa, que prosigue luego de la manera acostumbrada.
III. Tercera forma: Entrada sencilla
16. En todas las demás misas de este domingo, en las que no se hace la entrada solemne, se recuerda la entrada del Señor en Jerusalén por medio de una entrada sencilla.
17. Mientras el sacerdote se dirige al altar, se canta la Antífona de entrada con su salmo u otro cántico sobre el mismo tema. El sacerdote, al llegar al altar, hace la debida reverencia, va a la sede y saluda al pueblo. Luego sigue la misa de la manera acostumbrada. En las demás misas en que no es posible cantar la antífona de entrada, el sacerdote, después de llegar al altar y de haber hecho la debida reverencia, saluda al pueblo, lee la Antífona de entrada y prosigue la misa de la manera acostumbrada.
18. ANTÍFONA DE ENTRADA Jn 12,1.12-13
Seis días antes de la Pascua, cuando el Señor entró en Jerusalén, salieron los niños a su encuentro llevando en sus manos ramos de palmera aclamaban con fuete voz: * Hosanna en el cielo. Bendito tú, que vienes lleno de bondad y de misericordia. (Sal 23, 9-10)
Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos, porque va a entrar el Rey de la gloria. Y ¿quién es ese Rey de la gloria? El Señor de los ejércitos es el Rey de la gloria. Hosanna en el cielo. Bendito tú, que vienes lleno de bondad y de misericordia.
Cuando no se puede hacer ni la procesión, ni la entrada solemne, es conveniente hacer una celebración de la palabra de Dios, acerca de la entrada mesiánica y de la Pasión del Señor, ya sea el sábado en la tarde, o bien el domingo, a la hora más oportuna.
La Misa
19. Después de la procesión o de la entrada solemne, el sacerdote comienza la misa con la oración colecta.
LITURGIA DE LA PALABRA
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que nuestro Salvador se hiciera hombre y padeciera en la cruz para dar al género humano ejemplo de humildad, concédenos, benigno, seguir las enseñanzas de su pasión y que merezcamos participar de su gloriosa resurrección. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
21. Se lee la historia de la Pasión del Señor. No se llevan ciriales ni incienso, ni se hace al principio el saludo, ni se signa el libro. La lectura la hace un diácono o, en su defecto, el sacerdote. Puede también ser hecha por lectores, reservando al sacerdote, si es posible, la parte correspondiente a Cristo.
Solamente los diáconos piden la bendición del celebrante antes del canto de la Pasión, como se hace antes del Evangelio.
22. Después de la lectura de la Pasión, puede tenerse, si se cree oportuno, una breve homilía. También se puede guardar un momento de silencio. Terminada la lectura, se dice, Palabra del Señor, pero se omite el beso al libro.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
No aparté mi rostro de los insultos, y sé que no quedaré avergonzado.
Del libro del profeta Isaías: 50,4-7
En aquel entonces, dijo
Isaías: "El Señor me ha dado una lengua experta, para que
pueda confortar al abatido con palabras de aliento. Mañana tras mañana,
el Señor despierta mi oído, para que escuche yo, como discípulo.
El Señor Dios me ha hecho oír sus palabras y yo no he opuesto
resistencia ni me he echado para atrás. Ofrecí la espalda a los
que me golpeaban, la mejilla a los que me tiraban de la barba. No aparté
mi rostro de los insultos y salivazos. Pero
el Señor me ayuda, por eso no quedaré confundido, por eso endurecí
mi rostro como roca y sé que no quedaré avergonzado".
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 21, 8-9.
17-18a. 19-20. 23-24.
R/.
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Todos los que me ven, de
mí se burlan; me hacen gestos y dicen: "Confiaba en el Señor,
pues que él lo salve; si de veras lo ama, que lo libre". R/.
Los malvados me cercan por doquiera como rabiosos perros. Mis manos y mis pies
han taladrado y se pueden contar todos mis huesos. R/.
Reparten entre sí mis vestiduras y se juegan mi túnica a los dados.
Señor, auxilio mío, ven y ayúdame, no te quedes de mí
tan alejado. R/.
Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
Fieles del Señor, alábenlo; glorifícalo, linaje de Jacob;
témelo, estirpe de Israel. R/.
SEGUNDA LECTURA
Cristo se humilló a sí mismo, por eso Dios lo exaltó.
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 2, 6-11
Cristo, siendo Dios, no
consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su condición
divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo, tomando
la condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres. Así,
hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó
incluso la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre
que está sobre todo nombre, para que, al nombre de Jesús, todos
doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan
públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Flp 2, 8-9
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Cristo se humilló por nosotros y por obediencia aceptó incluso la muerte y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre. R/.
EVANGELIO
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según san Marcos: 14,1-15,47 O
(La señal de cruz †. se refiere a Cristo; la C, al cronista, y la S, a la sinagoga).
C Faltaban
dos días para la fiesta de Pascua y de los panes Ázimos. Los sumos
sacerdotes y los escribas andaban buscando una manera de apresar a Jesús
a traición y darle muerte, pero decían:
S "No durante las fiestas, porque el pueblo podría
amotinarse".
C Estando Jesús sentado a la mesa, en casa de Simón
el leproso, en Betania, llegó una mujer con un frasco de perfume muy
caro, de nardo puro; quebró el frasco y derramó el perfume en
la cabeza de Jesús. Algunos comentaron indignados:
S "¿A qué viene este derroche de perfume?
Podía haberse vendido por más de trescientos denarios para dárselos
a los pobres".
C Y criticaban a la mujer; pero Jesús replicó:
† "Déjenla. ¿Por qué la molestan?
Lo que ha hecho conmigo está bien, porque a los pobres los tienen siempre
con ustedes y pueden socorrerlos cuando quieran; pero a mí no me tendrán
siempre. Ella ha hecho lo que podía. Se ha adelantado a embalsamar mi
cuerpo para la sepultura. Yo les aseguro que en cualquier parte del mundo donde
se predique el Evangelio, se recordará también en su honor lo
que ella ha hecho conmigo".
C Judas Iscariote, uno de los Doce, se presentó a los
sumos sacerdotes para entregarles a Jesús. Al oírlo, se alegraron
y le prometieron dinero; y él andaba buscando una buena ocasión
para entregarlo. El primer día de la fiesta de los panes ázimos,
cuando se sacrificaba el cordero pascual, le preguntaron a Jesús sus
discípulos:
S "¿Dónde quieres que vayamos a prepararte
la cena de Pascua?".
C Él les dijo a dos de ellos:
† "Vayan a la ciudad. Encontrarán a un hombre que lleva un
cántaro de agua; síganlo y díganle al dueño de la
casa en donde entre: 'El Maestro manda preguntar: ¿Dónde está
la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?'.
Él les enseñará una sala
en el segundo piso, arreglada con divanes. Prepárennos allí la
cena".
C Los discípulos se fueron, llegaron a la ciudad, encontraron
lo que Jesús les había dicho y prepararon la cena de Pascua. Al
atardecer, llegó Jesús con los Doce. Estando a la mesa, cenando,
les dijo:
† "Yo les aseguro que uno de ustedes, uno que está
comiendo conmigo, me va a entregar".
C Ellos, consternados, empezaron a preguntarle uno tras otro:
S "¿Soy yo?".
C El respondió:
†"Uno de los Doce; alguien que moja su pan en el
mismo plato que yo. El Hijo del hombre va a morir, como S está escrito:
pero ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre! ¡Más le
valiera no haber nacido!".
C Mientras cenaban, Jesús tomó un pan, pronunció
la bendición, lo partió y se lo dio a sus discípulos, diciendo:
† "Tomen: esto es mi cuerpo".
C Y tomando en sus manos una copa de vino, pronunció
la acción de gracias, se la dio, todos bebieron y les dijo:
† "Esta es mi sangre, sangre de la alianza, que
se derrama por todos. Yo les aseguro que no volveré a beber del fruto
de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios".
C Después de cantar el himno, salieron hacia el monte
de los Olivos y Jesús les dijo:
† "Todos ustedes se van a escandalizar por mi causa,
como está escrito: 'Heriré al pastor y se dispersarán las
ovejas'; pero cuando resucite, iré por delante de ustedes a Galilea".
C Pedro replicó:
S "Aunque todos se escandalicen, yo no".
C Jesús le contestó:
† "Yo te aseguro que hoy, esta misma noche, antes
de que el gallo cante dos veces, tú me negarás tres".
C Pero él insistía:
S "Aunque tenga que morir contigo, no te negaré".
C Y los demás decían lo mismo. Fueron luego a
un huerto, llamado Getsemaní, y Jesús dijo a sus discípulos:
†"Siéntense aquí mientras hago oración".
C Se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan; empezó
a sentir terror y angustia, y les dijo:
†"Tengo el alma llena de una tristeza mortal. Quédense
aquí, velando".
C Se adelantó un poco, se postró en tierra y
pedía que, si era posible, se alejara de él aquella hora. Decía:
† "Padre, tú lo puedes todo: aparta de mi
este cáliz. Pero que no se haga lo que yo quiero, sino lo que tú
quieres".
C Volvió a donde estaban los discípulos, y al
encontrados dormidos, dijo a Pedro:
† "Simón, ¿estás dormido? ¿No
has podido velar ni una hora? Velen y oren, para que no caigan en la tentación.
El espíritu está pronto, pero la carne es débil".
C De nuevo se retiró y se puso a orar, repitiendo las
mismas palabras.
Volvió y otra vez los encontró dormidos, porque tenían
los ojos cargados de sueño, por eso no sabían qué contestarle.
Él les dijo:
† "Ya pueden dormir y descansar. ¡Basta! Ha
llegado la hora. Miren que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de
los pecadores. ¡Levántense! ¡Vamos! Ya está cerca
el traidor".
C Todavía estaba hablando, cuando se presentó
Judas, uno de los Doce, y con él, gente con espadas y palos, enviada
por los sacerdotes, los escribas y los ancianos. El traidor les había
dado una contraseña, diciéndoles:
S “Al que yo bese, ése es. Deténganlo y
llévenselo bien sujeto".
C Llegó, se acercó y le dijo:
S "Maestro".
C Y lo besó. Ellos le echaron mano y lo apresaron. Pero
uno de los presentes desenvainó la espada y de un golpe le cortó
la oreja a un criado del sumo sacerdote. Jesús tomó la palabra
y les dijo:
† "¿Salieron ustedes a apresarme con espadas
y palos, como si se tratara de un bandido? Todos los días he estado entre
ustedes, enseñando en el templo y no me han apresado. Pero así
tenía que ser para que se cumplieran las Escrituras".
C Todos lo abandonaron y huyeron.
Lo iba siguiendo un muchacho, envuelto nada más con una sábana
y lo detuvieron; pero él soltó la sábana y se les escapó
desnudo. Condujeron a Jesús a casa del sumo sacerdote y se reunieron
todos los pontífices, los escribas y los ancianos. Pedro lo fue siguiendo
de lejos hasta el interior del patio del sumo sacerdote y se sentó con
los criados, cerca de la lumbre, para calentarse. Los sumos sacerdotes y el
sanedrín en pleno buscaban una acusación contra
Jesús para condenarlo a muerte y no la encontraban. Pues, aunque muchos
presentaban falsas
acusaciones contra él, los testimonios no concordaban. Hubo unos que
se pusieron de pie y dijeron:
S "Nosotros lo hemos oído decir: 'Yo destruiré
este templo, edificado por hombres, yen tres días construirá otro,
no edificado por hombres'".
C Pero ni aun en esto concordaba su testimonio. Entonces el
sumo sacerdote se puso de pie y le preguntó a Jesús:
S "¿No tienes nada que responder a todas esas acusaciones
..
C Pero él no le respondió nada. El sumo sacerdote
le volvió a preguntar:
S "¿Eres tú el Mesías, el Hijo de
Dios bendito?".
C Jesús contestó:
†"Sí lo soy. Y un día verán
cómo el Hijo del hombre está sentado a la derecha del Todopoderoso
y cómo viene entre las nubes del cielo".
C El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras exclamando:
S "¿Qué falta hacen ya más testigos?
Ustedes mismos han oído la blasfemia. ¿Qué les parece?".
C y todos lo declararon reo de muerte.
Algunos se pusieron a escupirle, y tapándole la cara, lo abofeteaban
y le decían:
S "Adivina quién fue",
C Y los criados también le daban de bofetadas. Mientras
tanto, Pedro estaba abajo, en el patio. Llegó una criada del sumo sacerdote,
y al ver a Pedro calentándose, lo miró fijamente y le dijo:
S "Tú también andabas con Jesús Nazareno".
C Él lo negó, diciendo:
S "Ni sé ni entiendo lo que quieres decir".
C Salió afuera hacia el zaguán, y un gallo cantó.
La criada, al verlo, se puso de nuevo a decir a los presentes:
S "Ése es uno de ellos".
C Pero él lo volvió a negar. Al poco rato, también
los presentes dijeron a Pedro:
S" Claro que eres uno de ellos, pues eres galileo ".
C Pero él se puso a echar maldiciones y a jurar:
S "No conozco a ese hombre del que hablan".
C En seguida, cantó el gallo por segunda vez. Pedro
se acordó entonces de las palabras que le había dicho Jesús:
"Antes de que el gallo cante dos veces, tú me habrás negado
tres", y rompió a llorar.
Comienza la lectura breve
C Luego que amaneció, se reunieron los sumos sacerdotes
con los ancianos, los escribas y el sanedrín en pleno, para deliberar.
Ataron a Jesús, se lo llevaron y lo entregaron a Pilato. Éste
le preguntó:
S “¿Eres tú el rey de los judíos?".
C El respondió:
† "Sí lo soy".
C Los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato
le preguntó de nuevo:
S "¿No contestas nada? Mira de cuántas cosas
te acusan".
C Jesús ya no le contestó nada, de modo que Pilato
estaba muy extrañado. Durante la fiesta de Pascua, Pilato solía
soltarles al preso que ellos pidieran. Estaba entonces en la cárcel un
tal Barrabás, con los revoltosos que habían cometido un homicidio
en un motín. Vino la gente y empezó a pedir el indulto de costumbre.
Pilato les dijo:
S “¿Quieren que les suelte al rey de los judíos?".
C Porque sabía que los sumos sacerdotes se lo habían
entregado por envidia. Pero los sumos sacerdotes incitaron a la gente para que
pidieran la libertad de Barrabás. Pilato les volvió a preguntar:
S "¿Y qué voy a hacer con el que llaman
rey de los judíos?".
C Ellos gritaron:
S "Crucificalo!".
C ¡Pilato les dijo:
S "Pues ¿qué mal ha hecho?".
C Ellos gritaron más fuerte:
S "¡Crucificalo!".
C Pilato, queriendo dar gusto a la multitud, les soltó
a Barrabás; y a Jesús, después de mandarlo azotar, lo entregó
para que lo crucificaran. Los soldados se lo llevaron al interior del palacio,
al pretorio, y reunieron a todo el batallón. Lo vistieron con un manto
de color púrpura, le pusieron una corona de espinas, que habían
trenzado, y comenzaron a burlarse de él, dirigiéndole este saludo:
S "¡Viva el rey de los judíos!".
C Le golpeaban la cabeza con una caña, le escupían
y, doblando las rodillas, se postraban ante él. Terminadas las burlas,
le quitaron aquel manto de color púrpura, le pusieron su ropa y lo sacaron
para crucificarlo. Entonces forzaron a cargar la cruz a un individuo que pasaba
por ahí de regreso del campo, Simón de Cirene, padre de Alejandro
y de Rufo, y llevaron a Jesús al Gólgota (que quiere decir "lugar
de la Calavera"). Le ofrecieron vino con mirra, pero él no lo aceptó.
Lo crucificaron y se repartieron sus ropas, echando suertes para ver qué
le tocaba a cada uno. Era media mañana cuando lo crucificaron. En el
letrero de la acusación estaba escrito: "El rey de los judíos".
Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda.
Así se cumplió la Escritura que dice: Fue contado entre los malhechores.
Los que pasaban por ahí, lo injuriaban meneando la cabeza y gritándole:
S "¡Anda! Tú, que destruías el templo
y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo y baja
de la cruz".
C Los sumos sacerdotes se burlaban también de él
y le decían: "Ha salvado a otros, pero a sí mismo no se puede
salvar. Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para
que lo veamos y creamos".
C Hasta los que estaban crucificados con él también
lo insultaban. Al llegar el mediodía, toda aquella tierra se quedó
en tinieblas hasta las tres de la tarde. Y a las tres, Jesús gritó
con voz potente:
†"Eloí, Eloí, ¿lemá
sabactani?".
C (que significa: Dios mío, Dios mío, ¿por
qué me has abandonado?) Algunos de los presentes, al oírlo, decían:
S "Miren, está llamando a Elías".
C Uno corrió a empapar una esponja en vinagre, la sujetó
a un carrizo y se la acercó para que bebiera, diciendo:
S" Vamos a ver si viene Elías a bajarlo ".
C Pero Jesús, dando un fuerte grito, expiró.
(Aquí todos se arrodillan y guardan silencio por unos instantes)
C Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba
a abajo. El oficial romano que estaba frente a Jesús, al ver cómo
había expirado, dijo:
S "De veras este hombre era Hijo de Dios".
Fin de la lectura breve
C Había también ahí unas mujeres que estaban
mirando todo desde lejos; entre ellas, María Magdalena, María
(la madre de Santiago el menor y de José) y Salomé, que cuando
Jesús estaba en Galilea, lo seguían para atenderlo; y además
de ellas, otras muchas que habían venido con él a Jerusalén.
Al anochecer, como era el día de la preparación, víspera
del sábado, vino José de Arimatea, miembro distinguido del sanedrín,
que también esperaba el Reino de Dios. Se presentó con valor ante
Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato se extrañó
que ya hubiera muerto, y llamando al oficial, le preguntó si hacía
mucho tiempo que había muerto. Informado por el oficial, concedió
el cadáver a José. Éste compró una sábana,
bajó el cadáver, lo envolvió en la sábana y lo puso
en un sepulcro excavado en una roca y tapó con una piedra la entrada
del sepulcro. María Magdalena y María, la madre de José,
se fijaron en dónde lo ponían. Palabra del Señor.
T. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Imploremos, hermanos,
a Jesús, el Sumo Sacerdote de la fe que profesamos, que en la cruz presentó,
con lágrimas en los ojos, oraciones y súplicas al Padre, y oremos
también nosotros por todos los hombres: (R/. Escúchanos, Señor.)
Para que el Señor, que en la cruz excusó a los ignorantes
y pidió perdón por ellos, tenga piedad de los fieles que han caído
en el pecado, les dé valor para recurrir al sacramento de la penitencia
y les conceda el gozo del perdón y de la paz, roguemos al Señor.
Para que la sangre de Jesús, que habla más favorablemente que
la de Abel, reconcilie con Dios a los que aún están lejos a causa
de la ignorancia, la indiferencia, la maldad o las propias pasiones, roguemos
al Señor.
Para que el Señor, que en la cruz experimentó la amargura de sentirse
triste y abandonado, se apiade de los enfermos, los afligidos y los oprimidos
y les envíe a su ángel para que los conforte, roguemos al
Señor.
Para que el Señor, que recibió en su reino al ladrón arrepentido,
se apiade de nosotros, nos dé sentimientos de contrición y nos
admita, después de la muerte, en su paraíso, roguemos al Señor.
Dios todopoderoso y eterno, que enviaste a tu Hijo al mundo, para que, con
su pasión, destruyera el pecado y la muerte y, con su resurrección,
nos devolviera la vida y la felicidad, escucha las oraciones de tu pueblo y
haz que podamos gozar de los frutos de la cruz gloriosa de Jesucristo. El, que
vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que la pasión de
tu Unigénito, Señor, nos atraiga tu perdón, y aunque no
lo merecemos por nuestras obras, por la mediación de este sacrificio
único, lo recibamos de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de la Pasión del Señor, M R, P. 502 (498).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 26, 42
Padre mío, si no es posible evitar que yo beba este cáliz, hágase tu voluntad.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú que nos has alimentado con esta Eucaristía, y por medio de la muerte de tu Hijo nos das la esperanza de alcanzar lo que la fe nos promete, concédenos, Señor, llegar, por medio de su resurrección, a la meta de nuestras esperanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Dios y Padre nuestro, mira con bondad a esta familia tuya, por la cual nuestro Señor Jesucristo no dudó en entregarse a sus verdugos y padecer el tormento de la cruz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA
REFLEXIÓN PARA NUFSTRO TIEMPO.-
El evangelista san Marcos hace hincapié en la soledad de Cristo no para
fomentar una espiritualidad solitaria ni para establecer una devoción
poco sana de sufrimiento. En cambio, quiere advertir a todos los que pretenden
ser discípulos de Jesús que tal secuela no va a ser fácil
o grandiosa. Deben prepararse para obstáculos que tendrán que
afrontar a solas, malos entendidos hasta por parte de personas que aman, y también
el silencio de Dios. El enemigo mortal del discípulo, de acuerdo con
Marcos, es el concepto de un Mesías glorioso. ¿No es precisamente
tal gloria lo que nos prometen varias corrientes de nuestra cultura hoy, como
el culto a la celebridad, la adicción al placer y la adoración
del dinero? Nuestro discipulado se
vive en otras circunstancias de las de Marcos, pero a veces puede ser igualmente
duro.
Cuando la Solemnidad de
la Anunciación del Señor cae dentro de la Semana Santa, se traslada
al lunes después del Domingo II de Pascua. Este año, el 8 de abril.
Morado Lunes de la Semana Santa MR, p. 258 (272); Lecc. I, p. 802
DOS DISCÍPULOS
OPUESTOS
Is 42, 1-7; Sal 26; Jn 12,1-11
En muchas de las lecturas bíblicas de la Semana Santa encontramos personajes importantes, de caracteres marcados, que desempeñaron un papel en los acontecimientos finales de la vida de Cristo. En el Evangelio de hoy, por ejemplo, encontramos dos discípulos de Cristo. Una es una discípula verdadera, porque muestra humildad y también respeto hacia el Maestro de una manera clara en esa época, es decir, lavando y ungiendo sus pies (v. 3). Se trata, claro, de María, la hermana de Lázaro. Otro es un discípulo falso, porque emana cinismo y avaricia (v. 4-6). Se trata, por supuesto, de Judas Iscariote, el traidor. Es como si el evangelista Juan nos estuviera ofreciendo una regla, con dos polos opuestos, para medir nuestro discipulado. ¿A cuál de los dos polos nos aproximamos? Si no es el polo de María, todavía hay tiempo para cambiar.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 34, 1-2; Sal 139, 8
Juzga, Señor, a los que me hacen daño, ataca a los que me atacan, toma las armas y el escudo, levántate y ven en mi ayuda. Señor, mi fuerza de salvación.
ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Dios todopoderoso, que quienes desfallecemos a causa de nuestra debilidad, nos recuperemos gracias a la pasión de tu Unigénito. Él, que vive y reina contigo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
No gritará ni hará oír su voz en las plazas.
Del libro del profeta Isaías 42, 1-7
Miren a mi siervo, a quien
sostengo, a mi elegido, en quien tengo mis complacencias. En Él he puesto
mi espíritu, para que haga brillar la justicia sobre las naciones. No
gritará ni clamará, no hará oír su voz en las plazas,
no romperá la caña resquebrajada, ni apagará la mecha que
aún humea. Proclamará la justicia con firmeza, no titubeará
ni se doblegará, hasta haber establecido el derecho sobre la tierra y
hasta que las islas escuchen su enseñanza.
Esto dice el Señor Dios, el que creó el cielo y lo extendió,
el que dio firmeza a la tierra, con lo que en ella brota; el que dio el aliento
a la gente que habita la tierra y la respiración a cuanto se mueve en
ella: "Yo, el Señor, fiel a mi designio de salvación, te
llamé, te tomé de la mano; te he formado y te he constituido alianza
de un pueblo, luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques
a los cautivos de la prisión y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas".
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 26, 1, 2.
3. 13.14.
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz
y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor
es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar?
R. Cuando me asaltan los malvados para devorarme, ellos, enemigos y adversarios,
tropiezan y caen. R/.
Aunque se lance contra mí un ejército, no temerá mi corazón;
aun cuando hagan la guerra contra mí, tendré plena confianza en
el Señor. R/.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor
y fortaleza y en el Señor confía. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Ez 18, 31
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Señor Jesús, rey nuestro, sólo tú has tenido compasión de nuestras faltas. R/.
EVANGELIO
Déjala. Esto lo tenía guardado para el día de mi sepultura.
Del santo Evangelio según san Juan: 12, 1-11
Seis
días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía
Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí
le ofrecieron una cena; Martha servía y Lázaro era uno de los
que estaban con Él a la mesa. María tomó entonces una libra
de perfume de nardo auténtico, muy costoso, le ungió a Jesús
los pies con él y se los enjugó con su cabellera, y la casa se
llenó con la fragancia del perfume.
Entonces Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que iba a entregar
a Jesús, exclamó: "¿por qué no se ha vendido
ese perfume en trescientos denarios para dárselos a los pobres?"
Esto lo dijo, no porque le importaran los pobres, sino porque era ladrón,
y como tenía a su cargo la bolsa, robaba lo que echaban en ella.
Entonces dijo Jesús: "Déjala. Esto lo tenía guardado
para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tendrán siempre
con ustedes, pero a mí no siempre me tendrán". Mientras tanto,
la multitud de judíos, que se enteró de que Jesús estaba
allí, acudió, no sólo por Jesús, sino también
para ver a Lázaro, a quien el Señor había resucitado de
entre los muertos. Los sumos sacerdotes deliberaban para matar a Lázaro,
porque a causa de él, muchos judíos se separaban y creían
en Jesús.
Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira con bondad, Señor, los sagrados misterios que estamos celebrando y ya que en tu misericordia dispusiste que nos sirvieran para desechar nuestros falsos criterios, concédenos que nos ayuden a producir verdaderos frutos de vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II de la Pasión del Señor, MR, p. 503 (499).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 101, 3
No apartes tu rostro de mí. En el día de mi tribulación, inclina a mí tu oído, y, siempre que te invoque, respóndeme enseguida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Visita, Señor, a tu pueblo y protege con tu constante amor a quienes has santificado por estos misterios, para que recibamos de tu misericordia y conservemos con tu protección, los auxilios para nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO. Opcional
Dios y Padre nuestro, que tu protección socorra a los humildes y asista continuamente a quienes confían en tu misericordia, para que se preparen a celebrar las fiestas pascuales no sólo con acciones corporales, sino sobre todo con pureza de corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Martes de la Semana Santa MR, p. 259 (273); Lecc. I, p. 805.
MEDITANDO EN LOS
CÁNTICOS DEL SIERVO DEL SEÑOR
Is 49,1-6; Sal 70; Jn 13, 21-33.36-38
El segundo cántico del servidor del Señor es nuestra primera lectura. Por una parte, se enfatizala misión del siervo, la cual se describe como una misión que destaca el papel de la palabra y es de alcance universal (vv. 1-3 y 7). La otra parte, (vv. 4-6) enfatiza el rechazo y la persecución que el servidor va a sufrir, que se parecen a lo que el profeta Jeremías expresa en sus llamadas "confesiones". Este cántico y los tres que se encuentran en el libro de Isaías (42,1-4; 50,4-9; 52:13-53:12) tienen un puesto privilegiado en la tradición cristiana, ya que ayudaron a los primeros cristianos a entender a su Mesías sufrido. Además, probablemente fueron textos en que Jesús mismo meditaba. Por eso, se proclaman durante esta semana litúrgica.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 26,12
No me entregues, Señor, alodio de los que me persiguen, pues han surgido contra mí testigos falsos que respiran violencia.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso y eterno, celebrar de tal modo los sacramentos de la pasión del Señor, que nos hagamos dignos de recibir tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Te convertiré en luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los últimos rincones de la tierra.
Del libro del profeta Isaías 49, 1-6
Escúchenme, Islas;
pueblos lejanos, atiéndanme. El Señor me llamó desde el
vientre de mi madre: cuando aún estaba yo en el seno materno. Él
pronunció mi nombre.
Hizo de mi boca una espada filosa, me escondió en la sombra de su mano,
me hizo flecha puntiaguda, me guardó en su aljaba y me dijo: "Tú
eres mi siervo. Israel; en ti manifestaré mi gloria". Entonces yo
pensé: "En vano me he cansado, inútilmente he gastado mis
fuerzas; en realidad mi causa estaba en manos del Señor, mi recompensa
la tenía mi Dios". Ahora habla el Señor, el que me formó
desde el seno materno, para que fuera su servidor, para hacer que Jacob volviera
a Él y congregar a Israel en torno suyo —tanto así me honró
el Señor y mi Dios fue mi fuerza—. Ahora, pues, dice el Señor:
"Es poco que seas mi siervo sólo para restablecer a las tribus de
Jacob y reunir a los sobrevivientes de Israel; te voy a convertir en luz de
las naciones, para que mi salvación llegue hasta los últimos rincones
de la tierra". Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 70, 1-2.
3-4a. 5-6ab.15ab.17.
R/. En ti, Señor, he puesto mi esperanza.
Señor, tú
eres mi esperanza, que no quede yo jamás defraudado. Tú, que eres
justo, ayúdame y defiéndeme; escucha mi oración y ponme
a salvo. R/.
Sé para mí un refugio, ciudad fortificada en que me salves. Y
pues eres mi auxilio y mi defensa, líbrame, Señor, de los malvados.
R/.
Señor, tú eres mi esperanza; desde mi juventud en ti confío.
Desde que estaba en el seno de mi madre, yo me apoyaba en ti y tú me
sostenías. R/.
Yo proclamaré siempre tu justicia y a todas horas, tu misericordia. Me
enseñaste a alabarte desde niño y seguir alabándote es
mi orgullo. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Señor Jesús, Rey nuestro, para obedecer al Padre, quisiste ser llevado a la cruz como manso cordero al sacrificio. R/.
EVANGELIO
Uno de ustedes me entregará. No cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces.
Del santo Evangelio según san Juan: 13, 21-33.36-38
En aquel tiempo, cuando
Jesús estaba a la mesa con sus discípulos, se conmovió
profundamente y declaró: "Yo les aseguro que uno de ustedes me va
a entregar". Los discípulos se miraron perplejos unos a otros, porque
no sabían de quién hablaba. Uno de ellos, al que Jesús
tanto amaba, se hallaba reclinado a su derecha. Simón Pedro le hizo una
seña y le preguntó: "¿De quién lo dice?"
Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó:
"Señor, ¿quién es?" Le contestó Jesús:
"Aquel a quien yo le dé este trozo de pan, que voy a mojar".
Mojó el pan y se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote; y
tras el bocado, entró en él Satanás.
Jesús le dijo entonces a Judas: "Lo que tienes que hacer, hazlo
pronto". Pero ninguno de los comensales entendió a qué se
refería; algunos supusieron que, como Judas tenía a su cargo la
bolsa, Jesús le había encomendado comprar lo necesario para la
fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el bocado, salió
inmediatamente. Era de noche.
Una vez que Judas se fue, Jesús dijo: "Ahora ha sido glorificado
el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en Él. Si Dios ha sido
glorificado en Él, también Dios lo glorificará en sí
mismo y pronto lo glorificará.
Hijitos, todavía estaré un poco con ustedes. Me buscarán,
pero como les dije a los judíos, así se lo digo a ustedes ahora:
'A donde yo voy, ustedes no pueden ir'. Simón Pedro le dijo: "Señor,
¿a dónde vas?" Jesús le respondió: "A
donde yo voy, no me puedes seguir ahora; me seguirás más tarde".
Pedro replicó: "Señor, ¿por qué no puedo seguirte
ahora? Yo daré mi vida por ti". Jesús le contestó:
"¿Conque darás tu vida por mí?
Yo te aseguro que no cantará el gallo, antes de que me hayas negado tres
veces". Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor
Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira con bondad, Señor, las ofrendas de esta familia tuya y, ya que la hiciste partícipe de tus sagrados dones, concédele obtener plenamente su fruto. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II de la Pasión del Señor. M R, p. 503 (499).
ANTÍFONA DESPUÉS DE LA COMUNIÓN Rom 8, 32
Dios no escatimó la vida de su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados por estos dones de salvación, suplicamos, Señor tu misericordia, para que este Sacramento, que nos nutre en nuestra vida temporal, nos haga partícipes de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO. Opcional
Dios y Padre nuestro, al pueblo que quiere obedecerte, purifícalo de la antigua maldad por tu misericordia y hazlo capaz de una santa renovación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Morado Miércoles de la Semana Santa MR, p. 260 (274) / Lecc. I, p. 808
EL MAL SIGUE SIENDO
UN MISTERIO
Is 50, 4-9; Sal 68; Mt 26. 14-25
Igual que en el Evangelio de hoy, todos los Evangelios afirman que fue Judas Iscariote el que tomó la iniciativa de entregar a Jesús a sus enemigos (véanse Mc 14,10-11; Lc22, 3-6; y Jn 13,27-30). A pesar del horror que hayan sentido hacia esta traición, los evangelistas nunca explican los motivos de Judas, aunque raramente aclaran los motivos, ya que no se interesaron en la psicología. En este caso, sin embargo, se esperaría que mencionaran las razones que movieron a un discípulo que vivió con Jesús a causar su muerte. De hecho, en los siglos posteriores hasta nuestros días, muchos han intentado ofrecer sus teorías. Sin embargo, el Nuevo Testamento mantiene un silencio total. Es lo mismo con muchos casos de injusticia en la vida actual: nunca sabemos por qué. El mal sigue siendo un misterio.
ANTÍFONA DE ENTRADA Flp 2, 10. 8. 11
Que al nombre de Jesús, toda rodilla se doble, en el cielo, en la tierra y en los abismos, porque el Señor se hizo obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Jesucristo es el Señor para gloria de Dios Padre.
ORACIÓN COLECTA
Padre misericordioso, que para libramos del poder del enemigo quisiste que tu hijo sufriera por nosotros el suplicio de la cruz, concédenos alcanzar la gracia de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
No he sustraído mi rostro a los insultos y salivazos
Del libro del profeta Isaías 50, 4-9
En aquel entonces, dijo
Isaías: "El Señor me ha dado una lengua experta, para que
pueda confortar al abatido con palabras de aliento. Mañana tras mañana,
el Señor despierta mi oído, para que escuche yo, como discípulo.
El Señor Dios me ha hecho oír sus palabras y yo no he opuesto
resistencia, ni me he echado para atrás. Ofrecí la espalda a los
que me golpeaban, la mejilla a los que me tiraban de la barba. No aparté
mi rostro a los insultos y salivazos. Pero el Señor me ayuda, por eso
no quedaré confundido, por eso endureció mi rostro como roca y
sé que no quedaré avergonzado. Cercano está de mí
el que me hace justicia, ¿quién luchará contra mí?
¿Quién es mi adversario? ¿Quién me acusa? Que se
me enfrente. El Señor es mi ayuda, ¿quién se atreverá
a condenarme?
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 68, 8-10.
21hcd-22. 31 y 33-34
R/. Por tu bondad, Señor, socórreme.
Por ti he sufrido injurias
y la vergüenza cubre mi semblante. Extraño soy y advenedizo, aun
para aquellos de mi propia sangre: pues me devora el celo de tu casa, el odio
del que te odia, en mí recae. R/.
La afrenta me destroza el corazón y desfallezco. Espero compasión
y no la hallo: Busco consoladores y no los encuentro. En mi comida me echaron
hiel, para mi sed me dieron vinagre. R/.
En mi cantar exaltaré tu nombre, proclamaré tu gloria, agradecido.
Se alegrarán al verlo los que sufren, quienes buscan a Dios tendrán
más ánimo, porque el Señor jamás desoye al pobre,
ni olvida al que se encuentra encadenado. R/.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Señor Jesús, rey nuestro, sólo tú has tenido compasión de nuestras faltas. R/.
O bien:
Señor Jesús, Rey nuestro, para obedecer al Padre, quisiste ser llevado a la cruz como manso cordero al sacrificio. R/.
EVANGELIO
¡Ay de aquel por quien el Hijo del hombre va a ser entregado!
Del santo Evangelio según san Mateo 26, 14-25
En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo: ¿Cuánto me dan si les entrego a Jesús?" Ellos quedaron en darle treinta monedas de plata. Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregárselos. El primer día de la fiesta de los panes Ázimos, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: "¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?" El respondió: "Vayan a la ciudad, a casa de fulano y díganle: `El Maestro dice: Mi hora está ya cerca. Voy a celebrar la Pascua con mis discípulos en tu casa'.
Ellos hicieron lo que Jesús les había ordenado y prepararon la cena de Pascua. Al atardecer, se sentó a la mesa con los Doce y mientras cenaban, les dijo: "Yo les aseguro que uno de ustedes va a entregarme". Ellos se pusieron muy tristes y comenzaron a preguntarle uno por uno: "¿Acaso soy yo, Señor?" Él respondió: "El que moja su pan en el mismo plato que yo, ése va a entregarme. Porque el Hijo del hombre va a morir, como está escrito de Él; pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre va a ser entregado! Más le valiera a ese hombre no haber nacido". Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: "¿Acaso soy yo Maestro?" Jesús le respondió: "Tú lo has dicho". Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, los dones que te presentamos y concédenos que la pasión de tu Hijo, que celebramos en este sacramento, fructifique plenamente en nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II de la Pasión del Señor, MR, p. 503 (499).
ANTÍFONA DESPUÉS DE LA COMUNIÓN Mt 20, 28
El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida para redención de todos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Señor, Dios nuestro, creer profundamente que, por la muerte temporal de tu Hijo, proclamada en estos santos misterios, tú nos has dado la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO. Opcional
Dios y Padre nuestro, concede
a tu pueblo frecuentar los sacramentos pascuales y esperar con vivo deseo los
bienes futuros para que, manteniéndose fiel a los santos misterios de
los que ha renacido, se sienta impulsado por ellos a una vida nueva. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Jueves de la Semana Santa
Blanco Jueves de la Semana Santa Misa del Santo Crisma
La bendición del óleo de los enfermos, del óleo de los catecúmenos y la consagración del Crisma las hace el obispo normalmente el día de hoy, en una Misa especial; que se celebra por la mañana. MR, p. 262 (276) / Lecc. I, p. 811
"EL ESPÍRITU
DEL SEÑOR ESTÁ SOBRE MÍ"
Is 6l, 1-3. 6.8-9; Sal 88; Apoc l, 5-8; Lc 4, 16-21
En el mundo bíblico, la unción se usó por muchas razones,
como sociales (Rut 3, 3) e higiénicas (Ez 16, 9), Y especialmente por
motivos religiosos, por ejemplo, para las figuras más importantes, como
los reyes (2 Sam 2, 4), los sacerdotes (Éx 29, 7) Y para los lugares
sagrados (Gén 28, 18). Por eso, el aceite era preparado con mucho esmero
y sólo con los ingredientes aromáticos más costosos (Éx
30, 22-25). Sobre todo, la unción imparte al Espíritu de Dios,
como vemos en nuestra primera lectura y en el Evangelio de hoy. En esos párrafos,
la unción está relacionada especialmente con la Palabra de Dios
y entendida como una medida para impartir al predicador de la Palabra, y también
a su auditorio, la iluminación necesaria para entender la Palabra y la
disposición imprescindible para acogerla.
Inicia el Sagrado Triduo Sacro Jueves Santo de la Cena del Señor Misa
vespertina Institución de la Eucaristía, del Sacerdocio y Mandamiento
del Amor MR, p. 279 (291) / Lecc. I, p. 816
Otros Santos: Gontrán de Borgoña, rey de los francos; José Sebastián Pelczar, obispo y fundador. Beatos: Juan Bautista Maló, presbítero del Instituto de Misiones Extranjeras, misionero y mártir; Renata María Feillatreau, mártir.
Según una antiquísima tradición de la Iglesia, en este día se prohíben todas las Misas sin asistencia del pueblo. En la tarde, a la hora más oportuna, se celebra la misa de la Cena del Señor, con la participación de toda la comunidad local y con la intervención, según su propio oficio, de todos los sacerdotes y ministros. La sagrada Comunión se puede distribuir a los fieles sólo dentro de la Misa; pero a los enfermos se les puede llevar a cualquier hora del día. El sagrario debe estar completamente vacío. Conságrense en esta misa suficientes hostias, de modo que alcancen para la comunión del clero y del pueblo, hoy y mañana. [Las personas que deseen profundizar en más indicaciones, pueden leer la introducción y los textos en el Misal Romano, pp. 278-291; para el Viernes Santo pp. 292-309; para el Sábado Santo p. 310 Y para la Vigilia Pascual pp. 313-340]
UNA FIESTA DE BENDICIÓN,
RENOVACIÓN, LIBERACIÓN, Y AMOR
Éx 12,1-8.11-16; Sa/115; 1 Cor 11, 23-26; Jn 13,1-15
En el pasado remoto, una fiesta llamada "pascua" era celebrada por los pastores, que se reunían a principio de la primavera para sacrificar un animal joven, esperando de esa forma obtener la bendición divina para toda su grey. Al mismo tiempo, existía una fiesta propia no de los pastores, sino del mundo agrícola, es decir, la fiesta de los panes ácimos o sin levadura. En ella se comía pan hecho con el grano recién cosechado y sin la vieja levadura, símbolo del pasado. Era una fiesta de renovación. En un cierto momento, estas fiestas se combinaron para convertirse en la Pascua judía que con memoraba la liberación de los esclavos hebreos de Egipto. Fue esta fiesta que Jesús elevó en la nueva Pascua descrita en nuestra segunda lectura. Así llegó a ser, como lo demuestra en el Evangelio de hoy, una celebración del amor divino.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Gál 6, 14
Debemos gloriamos en la
cruz de nuestro Señor Jesucristo, porque en él está nuestra
salvación, nuestra vida y nuestra resurrección, y por él
fuimos salvados y redimidos.
Se dice Gloria. Mientras se canta este himno, se tocan las campanas. Terminado
el canto, las campanas no vuelven a tocarse hasta la Vigilia Pascual, a no ser
que el obispo diocesano disponga otra cosa. En este mismo tiempo, también
pueden usarse el órgano y los demás instrumentos musicales, pero
sólo para acompañar el canto.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, reunidos para celebrar la santísima Cena en la que tu Hijo unigénito, antes de entregarse a la muerte, confió a la Iglesia el nuevo y eterno sacrificio, banquete pascual de su amor, concédenos que, de tan sublime misterio, brote para nosotros la plenitud del amor y de la vida. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Prescripciones sobre la cena pascual.
Del libro del Éxodo: 12, 1-8. 11-14
En aquellos días,
el Señor les dijo a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto:
"Este mes será para ustedes el primero de todos los meses y el principio
del año. Díganle a toda la comunidad de Israel: 'El día
diez de este mes, tomará cada uno un cordero por familia, uno por casa.
Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte
con los vecinos y elija un cordero adecuado al número de personas y a
la cantidad que cada cual pueda comer. Será un animal sin defecto, macho,
de un año, cordero o cabrito.
Lo guardarán hasta el día catorce del mes, cuando toda la comunidad
de los hijos de Israel lo inmolará al atardecer. Tomarán la sangre
y rociarán las dos jambas y el dintel de la puerta de la casa donde vayan
a comer el cordero. Esa noche comerán la carne, asada a fuego; comerán
panes sin levadura y hierbas amargas. Comerán así: con la cintura
ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano y a toda
prisa, porque es la Pascua, es decir, el paso del Señor.
Yo pasaré esa noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los
primogénitos del país de Egipto, desde los hombres hasta los ganados.
Castigaré a todos los dioses de Egipto, yo, el Señor. La sangre
les servirá de señal en las casas donde habitan ustedes. Cuando
yo vea la sangre, pasaré de largo y no habrá entre ustedes plaga
exterminadora, cuando hiera yo la tierra de Egipto.
Ese día será para ustedes un memorial y lo celebrarán como
fiesta en honor del Señor. De generación en generación
celebrarán esta festividad, como institución perpetua"'.
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 115, 12-13.
15-16bc. 17-18
R/. Gracias, Señor, por tu sangre que nos lava.
¿Cómo le pagaré
al Señor todo el bien que me ha hecho? Levantaré el cáliz
de salvación e invocaré el nombre del Señor. R/.
A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos. De la muerte,
Señor, me has librado, a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava.
R/.
Te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré tu nombre. Cumpliré
mis promesas al Señor ante todo su pueblo. R/.
SEGUNDA LECTURA
Cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la muerte del Señor.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 11, 23-26
Hermanos: Yo recibí
del Señor lo mismo que les he trasmitido: que el Señor Jesús,
la noche en que iba a ser entregado, tomó pan en sus manos, y pronunciando
la acción de gracias, lo partió y dijo: "Esto es mi cuerpo,
que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía".
Lo mismo hizo con el cáliz después de cenar, diciendo: "Este
cáliz es la nueva alianza que se sella con mi sangre. Hagan esto en memoria
mía siempre que beban de él".
Por eso, cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz,
proclaman la muerte del Señor, hasta que vuelva. Palabra de Dios.
T. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Jn 13, 34
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. R/.
EVANGELIO
Los amó hasta el extremo.
Del santo Evangelio según san Juan: 13, 1-15
Antes
de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la
hora de pasar de este mundo al Padre y habiendo amado a los suyos, que estaban
en el mundo, los amó hasta el extremo.
En el transcurso de la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón
de Judas Iscariote, hijo de Simón, la idea de entregarlo, Jesús,
consciente de que el Padre había puesto en sus manos todas las cosas
y sabiendo que había salido de Dios y a Dios volvía, se levantó
de la mesa, se quitó el manto y tomando una toalla, se la ciñó;
luego echó agua en una jofaina y se puso a lavarles los pies a los discípulos
y a secárselos con la toalla que se había ceñido.
Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo: "Señor,
¿me vas a lavar tú a mí los pies?" Jesús le
replicó: "Lo que estoy haciendo tú no lo entiendes ahora,
pero lo comprenderás más tarde". Pedro le dijo: "Tú
no me lavarás los pies jamás". Jesús le contestó:
"Si no te lavo, no tendrás parte conmigo". Entonces le dijo
Simón Pedro: "En ese caso, Señor, no sólo los pies,
sino también las manos y la cabeza". Jesús le dijo: "El
que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque
todo él está limpio. Y ustedes están limpios, aunque no
todos". Como sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo:
'No todos están limpios'.
Cuando acabó de lavarles los pies, se puso otra vez el manto, volvió
a la mesa y les dijo: "¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes?
Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy. Pues
si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, también
ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros. Les he dado ejemplo, para
que lo que yo he hecho con ustedes, también ustedes lo hagan". Palabra
del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN: Comienza -con el Triduo Pascual-la conmemoración del misterio de la redención humana realizada por la pasión, muerte y resurrección del Señor. Un día por demás señalado: "jueves único" en el año litúrgico. Si la celebración eucarística es siempre memorial de la muerte y resurrección de Cristo, hoy lo es "mucho más", si cabe la expresión... Entre los temas que destacan en la liturgia: Eucaristía, Sacerdocio ministerial y Amor fraterno, el primero y determinante es la Eucaristía, celebración de la pasión y muerte del Señor hasta que El vuelva: "nueva pascua" y "banquete sacrificial" del pueblo cristiano, que viene a sustituir a la cena pascual judía, como recuerdo de la liberación de Egipto.
Lavatorio de los pies
Después de la homilía, donde lo aconseje el bien pastoral, se lleva a cabo el lavatorio de los pies. Los varones designados van, acompañados por los ministros, a ocupar los asientos preparados para ellos. [Hay que tener en cuenta que: «...también puede estar compuesto de hombres y mujeres, y es conveniente que formen parte de él jóvenes y ancianos, sanos y enfermos, clérigos, consagrados y laicos». Cfr. Decreto in Coena Domini, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, a 6 de enero de 2016, solemnidad de la Epifanía del Señor}. El sacerdote, se quita la casulla si es necesario, y se acerca a cada una de las personas designadas. Con la ayuda de los ministros, les lava los pies y se los seca. Mientras tanto, se cantan algunas de las siguientes antífonas o algún canto apropiado.
ANTÍFONA PRIMERA Cfr. Jn 13, 4. 5. 15
El Señor se levantó de la mesa, echó agua en un recipiente y se puso a lavar los pies de sus discípulos para darles ejemplo.
ANTÍFONA SEGUNDA Jn 13, 12. 13. 15
El Señor, Jesús, después de haber cenado con sus discípulos, lavó sus pies y les dijo: "¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes, yo, el Señor y el Maestro? Les he dado ejemplo, para que también ustedes lo hagan".
ANTÍFONA 3 Cfr. Jn 13, 6. 7. 8
Señor, ¿pretendes tú lavarme a mí los pies? Jesús le respondió: Si no te lavo los pies, no tendrás nada que ver conmigo.
V. Fue
Jesús hacia Simón Pedro y éste le dijo: -Señor,
¿pretendes tú lavarme a mí los pies…
V. Lo que yo estoy haciendo, tú no lo entiendes ahora;
lo entenderás más tarde. -Señor, ¿pretendes tú
lavarme a mí los pies?...
ANTÍFONA 4 Cfr. Jn 13, 14
Si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, ¡con cuánta mayor razón ustedes deben lavarse los pies unos a otros!
ANTÍFONA 5 Jn 13, 35
En esto reconocerán todos que son mis discípulos: en que se amen los unos a los otros.
V. Jesús les dice a sus discípulos. -En esto reconocerán todos ...
ANTÍFONA 6 Jn 13, 34
Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado, dice el Señor.
ANTÍFONA 7 1 Co 13, 13
Que permanezcan en ustedes fe, la esperanza y el amor; pero la mayor de estas tres virtudes es el amor.
V. Ahora
tenemos la fe, la esperanza y el amor; pero la mayor de éstas tres virtudes
es el amor. -Que permanezcan en ustedes ...
Inmediatamente después del lavatorio de los pies o, si éste no
tuvo lugar, después de la homilía, se hace la Oración universal.
Sería conveniente organizar la procesión de ofrendas en la que,
además de pan y vino, se lleven dones para los pobres. Sería bueno
cantar el Ubi caritas et amor... u otro canto apropiado. Hay que tener presente
también las variantes propias de este día en la Plegarias Eucaristicas.
No se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Supliquemos, hermanos,
a Cristo, el Ungido de Dios, en cuyas manos el Padre ha puesto todas las cosas,
y pidámosle que escuche nuestra oración:
Para que todos los cristianos sepan seguir el ejemplo de humildad del Señor,
que lavó los pies de sus discípulos, e imiten la bondad de aquel
que aceptó las lágrimas de Pedro, que lo había negado,
roguemos al Señor.
Para que nuestro obispo N., y sus presbíteros, que en estos días
han recordado el inicio de su ministerio y han renovado sus promesas, vivan
plenamente conforme a Jesús y sean siempre fieles a lo que en su ordenación
prometieron, roguemos al Señor.
Para que el Señor, que se entregó a la muerte para reunir a los
hijos de Dios que estaban dispersos, inspire sentimientos de conversión
a los que por el pecado o la indiferencia se han alejado de la Iglesia, roguemos
al Señor.
Para que los enfermos, al ser ungidos con el óleo de la salvación
que nuestro obispo acaba de consagrar, experimenten la protección del
Señor y sientan mejora en su enfermedad y alivio en sus dolores, roguemos
al Señor.
Para que el Señor, que con su humillación nos exalta, con su entrega
nos merece el perdón, con su sangre nos purifica y con su carne nos alimenta,
ilumine también nuestras mentes para que comprendamos y amemos los misterios
que hoy conmemoramos, roguemos al Señor.
Señor Jesucristo, ya que mientras vivimos aún en este mundo,
nos invitas a participar en la mesa que es imagen del banquete eterno, escucha
nuestra oración y haz que los que ahora nos reunimos para celebrar el
sacramento de tu triunfo podamos ser también tus comensales en el banquete
de la Pascua eterna. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el memorial de la muerte de tu Hijo, se realiza la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO: El sacrificio y el sacramento de Cristo MR, p. 283 (521).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Co 11, 24. 25
Esto es mi Cuerpo, que
se entrega por ustedes. Este cáliz es la nueva alianza establecida por
mi Sangre; cuantas veces lo beban, háganlo en memoria mía, dice
el Señor.
En la Comunión, en un momento oportuno el sacerdote, tomando del altar
la Eucaristía, la entrega a los diáconos, acólitos u otros
ministros extraordinarios, para que la lleven a los enfermos en sus casas. Después
de distribuir la comunión, se deja sobre el altar un copón con
hostias para la comunión del día siguiente, y se termina la misa
con esta oración.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso, que así como somos alimentados en esta vida con la Cena pascual de tu Hijo, así también merezcamos ser saciados en el banquete eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Traslado del Santísimo Sacramento
Después de incensar
al Santísimo, el sacerdote, cubriendo con el paño de hombros el
copón, inicia la procesión hacia el SITIO donde se le va aguardar,
en donde será adorado por turnos
hasta la media noche. Antes de depositar al Señor en el lugar preparado,
se repite la incensación. En ambos casos y durante el trayecto se usan
cantos adecuados. Esta adoración, después de la media noche, hágase
sin solemnidad.
Viernes Santo, De la Pasión del Señor
Rojo Viernes Santo, De la Pasión del Señor MR, p. 292 (297) / Lecc. I, p. 820
Día de ayuno y abstinencia
Otros Santos: Eustasio de Luxeuil, abad; Gladys, reina de Gales. Beato Bertoldo de Palestina, Segundo Prior General de los Carmelitas.
¿OSAMOS
MEDITAR SOBRE EL SUFRIMIENTO INOCENTE?
Is 52,13-53; Sa130; Heb4, 14-16; 5,7-9; Jn 18,1-19,42
El sufrimiento de los inocentes probablemente no es un tema sobre el cual muchos
queremos meditar. Pero las lecturas de hoy nos ofrecen la oportunidad de meditar
más profundamente sobre él, si tenemos el valor y la compasión.
La primera lectura de hoy, tomada del cuarto cántico del servidor en
Deutero-Isaías, medita sobre la fealdad y la vergüenza del sufrimiento,
y también sobre el sentido de culpabilidad que tal sufrimiento crea en
sus testigos; al mismo tiempo, afirma, de manera misteriosa, su índole
expiatoria. El sufrimiento llega a ser todavía más sorprendente
cuando, en la Carta a los hebreos, lo relaciona con el personaje más
alto e intocable del culto judío: el Sumo Sacerdote. Por si fuera poco,
el evangelista Juan pasa por alto las escenas más humillantes en los
Sinópticos (p. ej. El jardín del Getsemaní), dibujando
la pasión de Jesús como su glorificación.
El día de hoy y el de mañana, por una antiquísima tradición,
la Iglesia omite por completo la celebración del sacrificio eucarístico.
El altar debe estar desnudo por completo: sin cruz, sin candelabros y sin manteles.
Celebración de la Pasión del Señor
El sacerdote y el diácono, si está presente, revestidos de color rojo como para la misa, se dirigen al altar, y hecha la debida reverencia, se postran rostro en tierra o, si se juzga mejor, se arrodillan, y todos oran en silencio durante algún espacio de tiempo. Después el sacerdote se dirige a la sede donde, mientras todos permanecen de rodillas, dice la siguiente oración:
No se dice "Oremos".
ORACiÓN
Acuérdate, Señor, de tu gran misericordia, y santifica a tus siervos con tu constante protección, ya que por ellos Cristo, tu Hijo, derramando su sangre, instituyó el misterio pascual. Él, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. R. Amén.
O bien:
Señor Dios, que por la Pasión de nuestro Señor Jesucristo nos libraste de la muerte heredada del antiguo pecado, concédenos asemejarnos a tu Hijo y haz que, así como naturalmente llevamos en nosotros la imagen del hombre terreno, por la gracia de la santificación, llevemos también la imagen del hombre celestial. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
PRIMERA PARTE
Liturgia de la Palabra
PRIMERA LECTURA
Él fue traspasado por nuestros crímenes.
Del libro del profeta Isaías: 52,13-53,12
He aquí que mi siervo
prosperará, será engrandecido y exaltado, será puesto en
alto. Muchos se horrorizaron al verlo, porque estaba desfigurado su semblante,
que no tenía ya aspecto de hombre; pero muchos pueblos se llenaron de
asombro. Ante él los reyes cerrarán la boca, porque verán
lo que nunca se les había contado y comprenderán lo que nunca
se habían imaginado.
¿Quién habrá de creer lo que hemos anunciado? ¿A
quién se le revelará el poder del Señor? Creció
en su presencia como planta débil, como una raíz en el desierto.
No tenía gracia ni belleza. No vimos en él ningún aspecto
atrayente; despreciado y rechazado por los hombres, varón de dolores,
habituado al sufrimiento; como uno del cual se aparta la mirada, despreciado
y desestimado.
Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores;
nosotros lo tuvimos por leproso, herido por Dios y humillado, traspasado por
nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Él soportó
el castigo que nos trae la paz. Por sus llagas hemos sido curados.
Todos andábamos errantes como ovejas, cada uno siguiendo su camino, y
el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes.
Cuando lo maltrataban, se humillaba y no abría la boca, como un cordero
llevado a degollar; como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría
la boca.
Inicuamente y contra toda justicia se lo llevaron. ¿Quién se preocupó
de su suerte? Lo arrancaron de la tierra de los vivos, lo hirieron de muerte
por los pecados de mi pueblo, le dieron sepultura con los malhechores a la hora
de su muerte, aunque no había cometido crímenes, ni hubo engaño
en su boca.
El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento. Cuando entregue su vida
como expiación, verá a sus descendientes, prolongará sus
años y por medio de él prosperarán los designios del Señor.
Por las fatigas de su alma, verá la luz y se saciará; con sus
sufrimientos justificará mi siervo a muchos, cargando con los crímenes
de ellos.
Por eso le daré una parte entre los grandes, y con los fuertes repartirá
despojos, ya que indefenso se entregó a la muerte y fue contado entre
los malhechores, cuando tomó sobre sí las culpas de todos e intercedió
por los pecadores.
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 30, 2
y 6. 12-13.15-16.17 y 25.
R/. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
A ti, Señor,
me acojo, que no quede yo nunca defraudado. En tus manos encomiendo mi espíritu
y tú, mi Dios leal, me librarás. R/.
Se burlan de mí mis enemigos, mis vecinos y parientes de mí se
espantan, los que me ven pasar huyen de mí, Estoy en el olvido, como
un muerto, como un objeto tirado en la basura. R/.
Pero yo, Señor, en ti confío. Tú eres mi Dios, y en tus
manos está mi destino. Líbrame de los enemigos que me persiguen.
R/.
Vuelve, Señor, tus ojos a tu siervo y sálvame, por tu misericordia.
Sean fuertes y valientes de corazón, ustedes, los que esperan en el Señor.
R/.
SEGUNDA LECTURA
Aprendió a obedecer y se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos Los que Lo obedecen.
De la carta a los hebreos: 4, 14-16; 5,7.9
Hermanos: Jesús,
el Hijo de Dios, es nuestro sumo sacerdote, que ha entrado en el cielo. Mantengamos
firme la profesión de nuestra fe. En efecto, no tenemos un sumo sacerdote
que no sea capaz de compadecerse de nuestros sufrimientos, puesto que él
mismo ha pasado por las mismas pruebas que nosotros, excepto el pecado. Acerquémonos,
por tanto, con plena confianza al trono de la gracia, para recibir misericordia,
hallar la gracia y obtener ayuda en el momento oportuno.
Precisamente por eso, Cristo, durante su vida mortal, ofreció oraciones
y súplicas, con fuertes voces y lágrimas, a aquel que podía
librarlo de la muerte, y fue escuchado por su piedad. A pesar de que era el
Hijo, aprendió a obedecer padeciendo, y llegado a su perfección,
se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los
que lo obedecen. Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Flp 2, 8-9
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Cristo se humilló por nosotros y por obediencia aceptó incluso la muerte y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre. R/.
No se llevan velas ni incienso para la lectura de la Pasión del Señor, ni se hace al principio el saludo, ni se signa el libro. La lectura la hace un diácono o, en su defecto, el sacerdote. Puede también ser hecha por lectores, reservando al sacerdote, si es posible, la parte correspondiente a Cristo.
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según san Juan: 18, 1-19,42
Puede elegirse la lectura
breve por razones pastorales*.
Cuando la lectura se hace alternada:
C = Cronista; S = "Sinagoga"; y † = Cristo
C En aquel tiempo, Jesús
fue con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde
había un huerto, y entraron allí él y sus discípulos.
Judas, el traidor, conocía también el sitio, porque Jesús
se reunía a menudo allí con sus discípulos.
Entonces Judas tomó un batallón de soldados y guardias de los
sumos sacerdotes y de los fariseos y entró en el huerto con linternas,
antorchas y armas. Jesús, sabiendo todo lo que iba a suceder, se adelantó
y les dijo:
† "¿A quién buscan?".
C Le contestaron:
S "A Jesús, el nazareno".
C Les dijo Jesús:
† "Yo soy".
C Estaba también con ellos Judas, el traidor. Al decirles
'Yo soy', retrocedieron y cayeron a tierra. Jesús les volvió a
preguntar:
† "¿A quién buscan?".
C Ellos dijeron:
S "A Jesús, el nazareno".
C Jesús contestó:
† "Les he dicho que soy yo. Si me buscan a mí,
dejen que éstos se vayan".
C Así se cumplió lo que Jesús había
dicho: "No he perdido a ninguno de los que me diste". Entonces Simón
Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió a un criado del
sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. Este criado se llamaba Maleo.
Dijo entonces Jesús a Pedro:
† "Mete la espada en la vaina. ¿No voy a
beber el cáliz que me ha dado mi Padre?".
C El batallón, su comandante y los criados de los judíos
apresaron a Jesús, lo ataron y lo llevaron primero ante Anás,
porque era suegro de Caifás, sumo sacerdote aquel año. Caifás
era el que había dado a los judíos este consejo: 'Conviene que
muera un solo hombre por el pueblo'.
Simón Pedro y otro discípulo iban siguiendo a Jesús. Este
discípulo era conocido del sumo sacerdote y entró con Jesús
en el palacio del sumo sacerdote, mientras Pedro se quedaba fuera, junto a la
puerta. Salió el otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote,
habló con la portera e hizo entrar a Pedro. La portera dijo entonces
a Pedro:
S "¿No eres tú también uno de los
discípulos de ese hombre?".
C Él dijo:
S "No lo soy".
C Los criados y los guardias habían encendido un brasero,
porque hacía frío, y se calentaban. También Pedro estaba
con ellos de pie, calentándose. El sumo sacerdote interrogó a
Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina. Jesús
le contestó:
† "Yo he hablado abiertamente al mundo y he enseñado
continuamente en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los
judíos, y no he dicho nada a escondidas. ¿Por qué me interrogas
a mí? Interroga a los que me han oído, sobre lo que les he hablado.
Ellos saben lo
que he dicho".
C Apenas dijo esto, uno de los guardias le dio una bofetada
a Jesús, diciéndole:
S "¿Así contestas al sumo sacerdote?".
C Jesús le respondió:
† "Si he faltado al hablar, demuestra en qué
he faltado; pero si he hablado como se debe, ¿por qué me pegas?".
C Entonces Anás lo envió atado a Caifás,
el sumo sacerdote. Simón Pedro estaba de pie, calentándose, y
le dijeron:
S “¿No eres tú también uno de sus
discípulos?".
C Él lo negó diciendo:
S "No lo soy".
C Uno de los criados del sumo sacerdote, pariente de aquel
a quien Pedro le había cortado la oreja, le dijo:
S “¿Qué no te vi yo con él en el
huerto?".
C Pedro volvió a negarlo y en seguida cantó un
gallo. Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio: Era muy
de mañana y ellos no entraron en el palacio para no incurrir en impureza
y poder así comer la cena de Pascua. Salió entonces Pilato a donde
estaban ellos y les dijo:
S ¿De qué acusan a este hombre?".
C Le contestaron:
S "Si éste no fuera un malhechor, no te lo hubiéramos
traído".
C Pilato les dijo:
S "Pues llévenselo y júzguenlo según
su ley".
C Los judíos le respondieron:
S "No estamos autorizados para dar muerte a nadie".
C Así se cumplió lo que había dicho Jesús,
indicando de qué muerte iba a morir. Entró otra vez Pilato en
el pretorio, llamó a Jesús y le dijo:
S "¿Eres tú el rey de los judíos?".
C Jesús le contestó:
† "¿Eso lo preguntas por tu cuenta o te lo
han dicho otros?".
C Pilato le respondió:
S "¿Acaso soy yo judío? Tu pueblo y los
sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué es lo que
has hecho?".
C Jesús le contestó:
† "Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera
de este mundo, mis servidores habrían luchado para que no cayera yo en
manos de los judíos. Pero mi Reino no es de aquí".
C Pilato le dijo:
S "¿Conque tú eres rey?".
C Jesús le contestó:
† "Tú lo has dicho. Soy rey. Yo nací
y vine al mundo para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad,
escucha mi voz".
C Pilato le dijo:
S “¿Y qué es la verdad?".
C Dicho esto, salió otra vez a donde estaban los judíos
y les dijo:
S "No encuentro en él ninguna culpa. Entre ustedes
es costumbre que por Pascua ponga en libertad a un preso. ¿Quieren que
les suelte al rey de los judíos?".
C Pero todos ellos gritaron:
S "¡No, a ése no! ¡A Barrabás!".
C (El tal Barrabás era un bandido). Entonces Pilato
tomó a Jesús y lo mandó azotar. Los soldados trenzaron
una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza, le echaron encima un manto
color púrpura, y acercándose a él, le decían:
S "¡Viva el rey de los judíos!",
C y le daban de bofetadas. Pilato salió otra vez afuera
y les dijo:
S "Aquí lo traigo para que sepan que no encuentro
en él ninguna culpa".
C Salió, pues, Jesús, llevando la corona de espinas
y el manto color púrpura. Pilato les dijo:
S "Aquí está el hombre".
C Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y sus servidores, gritaron:
S "¡Crucificalo, crucificalo!".
C Pilato les dijo:
S "Llévenselo ustedes y crucifíquenlo, porque
yo no encuentro culpa en él".
C Los judíos le contestaron:
S "Nosotros tenemos una ley y según esa ley tiene
que morir, porque se ha declarado Hijo de Dios".
C Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó
aún más, y entrando otra vez en el pretorio, dijo a Jesús:
S "¿De dónde eres tú?".
C Pero Jesús no le respondió. Pilato le dijo
entonces:
S “¿A mí no me hablas? ¿No sabes
que tengo autoridad para soltarte y autoridad para crucificarte? ".
C Jesús le contestó:
† "No tendrías ninguna autoridad sobre mí,
si no te la hubieran dado de lo alto. Por eso, el que me ha entregado a ti tiene
un pecado mayor".
C Desde ese momento Pilato trataba de soltarlo, pero los judíos
gritaban:
S "¡Si sueltas a ése, no eres amigo del César!;
porque todo el que pretende ser rey, es enemigo del César".
C Al oír estas palabras, Pilato sacó a Jesús
y lo sentó en el tribunal, en el sitio que llaman "el Enlosado"
(en hebreo Gábbata). Era el día de la preparación de la
Pascua, hacia el mediodía. Y dijo Pilato a los judíos:
S "Aquí tienen a su rey".
C Ellos gritaron:
S "¡Fuera.fuera!” ¡Crucificalo!".
C Pilato les dijo:
S “¿A su rey voy a crucificar?".
C Contestaron los sumos sacerdotes:
S "No tenemos más rey que el César".
C Entonces se lo entregó para que lo crucificaran. Tomaron
a Jesús y él, cargando con la cruz, se dirigió hacia el
sitio llamado "la Calavera" (que en hebreo se dice Gólgota),
donde lo crucificaron, y con él a otros dos uno de cada lado, y en medio
Jesús. Pilato mandó escribir un letrero y ponerlo encima de la
cruz; en él estaba escrito: 'Jesús el nazareno, el rey de los
judíos'. Leyeron el letrero muchos judíos, porque estaba cerca
el lugar donde crucificaron a Jesús y estaba escrito en hebreo, latín
y griego. Entonces los sumos sacerdotes de los judíos le dijeron a Pilato:
S "No escribas: 'El rey de los judíos', sino: Este
ha dicho: Soy rey de los judíos '".
C Pilato les contestó:
S "Lo escrito, escrito está".
C Cuando crucificaron a Jesús, los soldados cogieron
su ropa e hicieron cuatro partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica.
Era una túnica sin costura, tejida toda de una pieza de arriba a abajo.
Por eso se dijeron:
S "No la rasguemos, sino echemos suertes para ver a quién
le toca".
C Así se cumplió lo que dice la Escritura: Se
repartieron mi ropa y echaron a suerte mi túnica y eso hicieron los soldados.
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María
la de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a su madre y junto a
ella al discípulo que tanto quería, Jesús dijo a su madre:
† "Mujer, ahí está tu hijo".
C Luego dijo al discípulo:
† "Ahí está tu madre".
C y desde entonces el discípulo se la llevó a
vivir con él. Después de esto, sabiendo Jesús que todo
había llegado a su término, para que se cumpliera la Escritura
dijo:
† "Tengo sed".
C Había allí un jarro lleno de vinagre. Los soldados
sujetaron una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo y se la
acercaron a la boca. Jesús probó el vinagre y dijo:
† "Todo está cumplido",
C e inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
[Aquí se arrodillan todos y se hace una breve pausa]
C Entonces, los judíos, como era el día de la
preparación de la Pascua, para que los cuerpos de los ajusticiados no
se quedaran en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día
muy solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y los quitaran
de la cruz. Fueron los soldados, le quebraron las piernas a uno y luego al otro
de los que habían sido crucificados con él. Pero al llegar a Jesús,
viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno
de los soldados le traspasó el costado con una lanza e inmediatamente
salió sangre y agua.
El que vio da testimonio de esto y su testimonio es verdadero y él sabe
que dice la verdad, para que también ustedes crean. Esto sucedió
para que se cumpliera lo que dice la Escritura: No le quebrarán ningún
hueso; y en otro lugar la Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.
Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de
Jesús, pero oculto por miedo a los judíos, pidió a Pilato
que lo dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó.
Él fue entonces y se llevó el cuerpo. Llegó también
Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y trajo unas cien libras
de una mezcla de mirra y áloe.
Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con esos aromas,
según se acostumbra enterrar entre los judíos. Había un
huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto, un sepulcro nuevo,
donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos
era el día de la preparación de la Pascua y el sepulcro estaba
cerca, allí pusieron a Jesús. Palabra del Señor.
T. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN:
El viernes santo es un día centrado en la pasión del
Señor y su muerte ignominiosa en la cruz. Hoy se cumple el repetido anuncio
sobre su violento final en Jerusalén, al aceptar, "por nosotros
y por nuestra salvación", los misteriosos planes de su Padre: «Tanto
amó Dios al mundo que le entregó a su propio Hijo» (Jn,
3, 16) ... No hay modo más verídico de expresarlo, que dando la
vida por aquellos a quienes se ama. Un amor
fuente de vida, que nos une a Dios y a nuestros hermanos. Un amor capaz de cambiar
el mundo, si los que nos decimos sus discípulos seguimos su ejemplo de
humildad, servicio, obediencia y renuncia.
No se dice Credo.
ORACIÓN UNIVERSAL
I Por la santa Iglesia
Oremos, queridos hermanos, por la santa Iglesia de Dios, para que nuestro Dios
y Señor le conceda la paz y la unidad, se digne protegerla en toda la
tierra y nos conceda glorificarlo, como Dios Padre omnipotente con una vida
pacífica y serena.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo revelaste tu gloria a todas las naciones,
conserva la obra de tu misericordia, para que tu Iglesia, extendida por toda
la tierra, persevere con fe inquebrantable en la confesión de tu nombre.
Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.
II. Por el Papa
Oremos también por nuestro Santo Padre, el Papa N., para que Dios nuestro
Señor, que lo escogió para el orden de los obispos, lo conserve
a salvo y sin daño para bien de su santa Iglesia, a fin de que pueda
gobernar al pueblo santo de Dios.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, cuya sabiduría gobierna el universo, atiende
favorablemente nuestras súplicas y protege con tu amor al Papa que nos
diste, para que el pueblo cristiano, que tú mismo pastoreas, progrese
bajo su cuidado en la firmeza de su fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R/. Amén.
III. Por el pueblo
de Dios y sus Ministros
Oremos también por nuestro obispo N., por todos los obispos, presbíteros
y diáconos de la Iglesia, y por todo el pueblo santo de Dios.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que con tu Espíritu santificas y gobiernas
a toda la Iglesia, escucha nuestras súplicas por tus ministros, para
que, con la ayuda de tu gracia, te sirvan con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro
Señor. R/. Amén.
IV. Por los catecúmenos
Oremos también por los (nuestros) catecúmenos, para que Dios nuestro
Señor abra los oídos de sus corazones y les manifieste su misericordia,
y para que, mediante el bautismo, se les perdonen todos sus pecados y queden
incorporados a Cristo, Señor nuestro.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todo poderoso y eterno, que sin cesar concedes nuevos hijos a tu Iglesia,
acrecienta la fe y el conocimiento a los (nuestros) catecúmenos, para
que, renacidos en la fuente bautismal, los cuentes entre tus hijos de adopción.
Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.
V. Por la unidad
de los cristianos
Oremos también por todos los hermanos que creen en Cristo, para que Dios
nuestro Señor se digne congregar y custodiar en la única Iglesia
a quienes procuran vivir en la verdad.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que reúnes a los que están dispersos
y los mantienes en la unidad, mira benignamente la grey de tu Hijo, para que,
a cuantos están consagrados por el único bautismo, también
los una la integridad de la fe y los asocie el vínculo de la caridad.
Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.
VI. Por los judíos
Oremos también por los judíos, para que a quienes Dios nuestro
Señor habló primero, les conceda progresar continuamente en el
amor de su nombre y en la fidelidad a su alianza.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que confiaste tus promesas a Abraham y a su descendencia,
oye compasivo los ruegos de tu Iglesia, para que el pueblo que adquiriste primero
como tuyo, merezca llegar a la plenitud de la redención. Por Jesucristo,
nuestro Señor. R/. Amén.
VII. Por los que
no creen en Cristo
Oremos también por los que no creen en Cristo, para que, iluminados por
el Espíritu Santo, puedan ellos encontrar el camino de la salvación.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, concede a quienes no creen en Cristo, que, caminando
en tu presencia con sinceridad de corazón, encuentren la verdad; y a
nosotros concédenos crecer en el amor mutuo y en el deseo de comprender
mejor los misterios de tu vida, a fin de que seamos testigos cada vez más
auténticos de tu amor en el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R/. Amén.
VIII. Por los que
no creen en Dios
Oremos también por los que no conocen a Dios, para que, buscando con
sinceridad lo que es recto, merezcan llegar hasta él.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, que creaste a todos los hombres para que deseándote
te busquen, y para que al encontrarte descansen en ti; concédenos que,
en medio de las dificultades de este mundo, al ver los signos de tu amor y el
testimonio de las buenas obras de los creyentes,
todos los hombres se alegren al confesarte como único Dios verdadero
y Padre de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.
IX. Por los gobernantes
Oremos también por todos los gobernantes de las naciones, para que Dios
nuestro Señor guíe sus mentes y corazones, según su voluntad
providente, hacia la paz verdadera y la libertad de todos.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, en cuyas manos están los corazones de los
hombres y los derechos de las naciones, mira con bondad a nuestros gobernantes,
para que, con tu ayuda, se afiance en toda la tierra un auténtico progreso
social, una paz duradera y una verdadera libertad religiosa. Por Jesucristo,
nuestro Señor. R/. Amén.
X. Por los que
se encuentran en alguna tribulación
Oremos, hermanos muy queridos, a Dios Padre todopoderoso, para que libre al
mundo de todos sus errores, aleje las enfermedades, alimente a los que tienen
hambre, libere a los encarcelados y haga justicia a los oprimidos, conceda seguridad
a los que viajan, un buen retorno a los que se hallan lejos del hogar, la salud
a los enfermos y la salvación a los moribundos.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, consuelo de los afligidos y fortaleza de los que
sufren, escucha a los que te invocan en su tribulación, para que todos
experimenten en sus necesidades la alegría de tu misericordia. Por Jesucristo,
nuestro Señor. R/. Amén.
SEGUNDA PARTE
ADORACIÓN DE LA SANTA CRUZ
Segunda parte
Adoración de la Santa Cruz
Terminada la oración universal, se hace la adoración solemne de la santa Cruz, elijase la forma (hay dos previstas) que se juzgue más apropiada pastoralmente, de acuerdo con las circunstancias.
Presentación de la Santa Cruz. Hay dos formas.
V. Miren
el árbol de la cruz, donde estuvo clavado Cristo, el salvador del mundo.
R. Vengan y adoremos.
V. Miren el árbol de la cruz, donde estuvo clavado Cristo,
el salvador del mundo.
R. Vengan y adoremos.
V. Miren el árbol de la cruz, donde estuvo clavado Cristo,
el salvador del mundo.
R. Vengan y adoremos.
Adoración de la Santa Cruz.
El sacerdote, el clero y los fieles se acercan procesionalmente y adoran la cruz, haciendo delante de ella una genuflexión simple o algún otro signo de veneración (como el de besarla), según la costumbre de la región. Mientras tanto, se canta la antífona "Tu Cruz adoramos" (p. 302ss), los Improperios, u otros cánticos apropiados. Terminada la adoración, la cruz es llevada al altar y puesta en un lugar relevante, con los ciriales o los candeleros a su lado.
Tercera parte
Sagrada Comunión
Se extiende un mantel sobre
el altar y se pone sobre él un corporal y el misal. Entre tanto, el diácono
o, en su ausencia, el mismo sacerdote, habiéndose colocado el paño
de hombros, trae el Santísimo Sacramento del lugar de la reserva directamente
al altar, mientras todos permanecen de pie y en silencio. Dos ministros con
candeleros encendidos acompañan al Santísimo Sacramento y depositan
luego los candeleros junto al altar o sobre él.
Después de que el diácono, si está presente, ha depositado
el Santísimo Sacramento sobre el altar y ha descubierto el copón,
se acerca el sacerdote al altar y hace genuflexión.
A continuación, el sacerdote, teniendo las manos juntas, dice con voz clara:
C. Fieles
a la recomendación del Salvador, y siguiendo su divina enseñanza,
nos atrevemos a decir:
T. Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado
sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra
como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras
ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos
dejes caer en la tentación, y libranos del mal.
C. Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos
la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos
siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras
esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador, Jesucristo.
T. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre,
Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso y eterno, que nos has redimido con la gloriosa muerte y resurrección de tu Hijo Jesucristo, prosigue en nosotros la obra de tu misericordia, para que, mediante nuestra participación en este misterio, permanezcamos dedicados a tu servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Envía, Señor, sobre este pueblo tuyo, que ha conmemorado la muerte de tu Hijo, en espera de su resurrección, la abundancia de tu bendición; llegue a él tu perdón, reciba tu consuelo, se acreciente su fe santa y se consolide su eterna redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Y todos, haciendo genuflexión a la Cruz, se retiran en silencio. No se dan avisos. A su debido tiempo se desnuda de nuevo el altar.
Rojo Sábado Santo
Durante el Sábado Santo, la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando en su pasión y muerte, y se abstiene de celebrar el sacrificio de la Misa (por lo que conserva el altar enteramente desnudo) hasta que, después de la Vigilia solemne o espera nocturna de la resurrección, se desborda la alegría pascual, cuya exuberancia inunda los cincuenta días subsiguientes. Hoy no puede darse la sagrada comunión más que a modo de viático.
DOMINGO 31
Blanco Tiempo Pascual Vigilia Pascual en la noche santa MR, p. 315 (317) / Lecc. I, p. 829 LH, todo propio. T. II, p. 501; Fieles: p. 271; Popular: 20 y 442.
LA RESURRECCIÓN
NECESITA LA FE
Gén 1, 1 -2, 2; Sa132; Gén 22, 1-18; Sal 15; Éx 14, 14-15,1;
Éx 15; Is 54,4-14; Sal 29; Is 55,1-11; Is 12; Bar 3,9-15.32 -4,4; Sal
l8; Ez 36,16-18; Salmos 41 y 42; Rom 6, 3-11; Sal 117; Mc 16,1-7
El relato de la resurrección en Marcos, que es el Evangelio de esta Vigilia, ha sido el enfoque de controversia por mucho tiempo. Es que Jesús no se manifiesta visiblemente en esta narración antiquísima y, según algunos, debería haber sido transmitida de forma defectuosa. Tal vez por esta razón, un editor del siglo II d. C. añadió la llamada "conclusión canónica", con varias apariciones del resucitado en 16, 9-20. No obstante, nuestro Evangelio de hoy tiene dos de los elementos más importantes de cualquier relato de la resurrección, a saber, la tumba vacía (vv. 4-5) y la proclamación kerygmática (v. 6). Parece que el evangelista quiso damos lo necesario, pero no forzamos con pruebas supuestamente irrefutables. Es que la resurrección de Jesús, aun cuando se basa en señales objetivas, siempre necesita un acto libre de fe por nuestra parte.
Primera parte
Solemne inicio de la Vigilia o "Lucernario"
Bendición del fuego nuevo y preparación del cirio.
Se apagan todas las luces de la iglesia.
En un lugar adecuado, fuera
de la iglesia, se enciende el fuego. Congregado allí el pueblo, llega
el sacerdote con los ministros, uno de los cuales lleva el cirio pascual.
El sacerdote saluda, como de costumbre, al pueblo congregado y le hace una breve
exhortación, con estas palabras u otras semejantes:
Hermanos: En esta noche santa, en que nuestro Señor Jesucristo pasó
de la muerte a la vida, la Iglesia invita a todos sus hijos, diseminados por
el mundo, a que se reúnan para velar en oración. Conmemoremos,
pues, juntos, la Pascua del Señor, escuchando su Palabra y participando
en sus sacramentos, con la esperanza cierta de participar también en
su triunfo sobre la muerte y de vivir con él para siempre en Dios.
Enseguida se bendice el juego.
OREMOS
Dios nuestro, que por medio
de tu Hijo comunicaste a tus fieles el fuego de tu luz, santifica † este
fuego nuevo y concédenos que, al celebrar estas fiestas pascuales, se
encienda en nosotros el deseo de las cosas celestiales, para que podamos llegar
con un espíritu renovado a las fiestas de la eterna claridad.
Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
El celebrante enciende el cirio con el fuego nuevo, diciendo:
Que la luz de Cristo, resucitado
y glorioso, disipe las tinieblas de nuestro corazón y de nuestro espíritu.
Después el sacerdote, con un punzón, graba una cruz en el Cirio;
luego traza sobre él la letra griega Alfa y, debajo, la letra Omega;
entre los brazos de la cruz traza los cuatro números del año en
curso, mientras dice:
1. Cristo
ayer y hoy, traza la línea vertical;
2. Principio y fin, traza la línea horizontal;
3. A1fa, traza la letra Alfa, arriba de la línea vertical;
4. y Omega, traza la letra Omega debajo de la línea
vertical;
5. Suyo es el tiempo, traza el primer número del año
en curso en el ángulo superior izquierdo de la cruz;
6. y la eternidad, traza el segundo número del año,
en el ángulo superior derecho;
7. A él la gloria y el poder, traza el tercer número
del año en el ángulo inferior izquierdo;
8. por los siglos de los siglos. Amén. traza el cuarto
número del año en el ángulo inferior derecho.
Después de haber trazado la cruz y los demás signos, el sacerdote incrusta al cirio cinco granos de incienso, en forma de cruz, diciendo al mismo tiempo:
1. Por
sus santas llagas
2. gloriosas,
3. nos proteja
4. Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Que la luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas de nuestro corazón y de nuestro espíritu.
PROCESIÓN
A continuación, el diácono, o en su defecto el sacerdote, toma el cirio, pascual y, manteniéndolo elevado, canta él solo:
V. Cristo
luz del mundo.
R. Demos gracias a Dios.
Todos entran en la iglesia,
precedidos por el diácono (o el sacerdote) que lleva el cirio pascual.
En la puerta de la iglesia, el diácono se detiene y, elevando el cirio,
canta por segunda vez:
V. Cristo
luz del mundo.
R. Demos gracias a Dios.
En este momento todos encienden
sus velas en la llama del cirio y avanzan de nuevo.
Al llegar ante el altar, el diácono, vuelto hacia el pueblo, canta por
tercera vez:
V. Cristo
luz del mundo.
R. Demos gracias a Dios.
El pregón Pascual
El sacerdote se dirige a la sede. El diácono pone el cirio pascual en el candelabro, que está preparado en medio del presbiterio o junto al amb6n. Después de poner incienso en el incensario, si éste se ha utilizado, el diácono pide y recibe, como lo hace en la Misa antes del Evangelio, la bendición del sacerdote.
Pregón Pascual
Alégrense, por fin, los coros de los ángeles; alégrense las jerarquías del cielo y, por la victoria de rey tan poderoso, que las trompetas anuncien la salvación. Goce también la tierra, inundada de tanta claridad, y que, radiante con el fulgor del rey eterno, se sienta libre de la tiniebla que cubría el orbe entero. Alégrese también nuestra madre, la Iglesia, revestida de luz tan brillante; resuene este templo con las aclamaciones del pueblo. (Por eso, queridos hermanos, que asisten a la admirable claridad de esta luz santa, invoquen conmigo la misericordia de Dios omnipotente, para que aquel que, sin mérito mío, me agregó al número de los diácono s, complete mi alabanza a este cirio, infundiendo el resplandor de su luz).
V. El
Señor esté con todos ustedes.
R. y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario aclamar, con nuestras voces y con todo el afecto del corazón, a Dios invisible, el Padre todopoderoso, ya su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Porque él ha pagado por nosotros al eterno Padre la deuda de Adán, y ha borrado con su sangre inmaculada la condena del antiguo pecado. Porque éstas son las fiestas de Pascua, en las que se inmola el verdadero Cordero, cuya sangre consagra las puertas de los fieles. Ésta es la noche en que sacaste de Egipto a los israelitas, nuestros padres, y los hiciste pasar a pie el mar Rojo. Ésta es la noche en que la columna de fuego esclareció las tinieblas del pecado. Ésta es la noche que a todos los que creen en Cristo, por toda la tierra, los arranca de los vicios del mundo y de la oscuridad del pecado, los restituye a la gracia y los agrega a los santos. Ésta es la noche en que, rotas las cadenas de la muerte, Cristo asciende victorioso del abismo. ¿De qué nos serviría haber nacido si no hubiéramos sido rescatados? ¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros! ¡Qué incomparable ternura y caridad! ¡Para rescatar al esclavo entregaste al Hijo! Necesario fue el pecado de Adán, que ha sido borrado por la muerte de Cristo. ¡Feliz la culpa que mereció tal Redentor! ¡Qué noche tan dichosa! Sólo ella conoció el momento en que Cristo resucitó del abismo. Ésta es la noche de la que estaba escrito: "Será la noche clara como el día, la noche iluminada por mi gozo". Y así, esta noche santa ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos, la alegría a los tristes, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los potentes. En esta noche de gracia, acepta, Padre santo, el sacrificio vespertino de esta llama, que la santa Iglesia te ofrece en la solemne ofrenda de este cirio, obra de las abejas. Sabemos ya lo que anuncia esta columna de fuego, que arde en llama viva para la gloria de Dios. Y aunque distribuye su luz, no mengua al repartirla, porque se alimenta de cera fundida que elaboró la abeja fecunda para hacer esta lámpara preciosa. ¡Qué noche tan dichosa, en que se une el cielo con la tierra, lo humano con lo divino! Te rogamos, Señor, que este cirio consagrado a tu nombre para destruir la oscuridad de esta noche, arda sin apagarse y, aceptado como perfume, se asocie a las lumbreras del cielo. Que el lucero matinal lo encuentre ardiendo; ese lucero que no conoce ocaso, Jesucristo, tu Hijo, que, volviendo del abismo, brilla sereno para el linaje humano, y vive y reina por los siglos de los siglos. R. Amén.
Terminado el pregón, todos apagan sus velas y se sientan.
Segunda parte
Liturgia de la Palabra
En esta vigilia se proponen nueve lecturas, siete del Antiguo Testamento y dos del Nuevo (la epístola y el Evangelio). Si las circunstancias pastorales lo piden, el número de lecturas del Antiguo Testamento puede reducirse hasta tres y, en casos muy urgentes, hasta dos. Aun en este último caso, nunca se omite la tercera lectura, tomada del Éxodo, sobre el paso del mar Rojo.
Exhortación
Hermanos, habiendo iniciado solemnemente la Vigilia Pascual, escuchemos con recogimiento la palabra de Dios. Meditemos cómo, en la antigua alianza, Dios salvó a su pueblo y en la plenitud de los tiempos, envió al mundo a su Hijo para que nos re dimiera. Oremos para que Dios lleve a su plenitud la obra de la redención realizada por el misterio pascual.
Lo que va entre [...] puede suprimir por motivos pastorales.
PRIMERA LECTURA
Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno.
Del libro del Génesis: 1, 1-2, 2
En el principio creó
Dios el cielo y la tierra. La tierra era soledad y caos; y las tinieblas cubrían
la faz del abismo. El espíritu de Dios se movía sobre la superficie
de las aguas.
Dijo Dios: "Que exista la luz", y la luz existió. Vio Dios
que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas. Llamó
a la luz "día" y a las tinieblas, "noche". Fue la
tarde y la mañana del primer día.
Dijo Dios: "Que haya una bóveda entre las aguas, que separe unas
aguas de otras". E hizo Dios una bóveda y separó con ella
las aguas de arriba, de las aguas de abajo. Y así fue. Llamó Dios
a la bóveda "cielo". Fue la tarde y la mañana del segundo
día.
Dijo Dios: "Que se junten las aguas de debajo del cielo en un solo lugar
y que aparezca el suelo seco". Y así fue. Llamó Dios "tierra"
al suelo seco y "mar" a la masa de las aguas. Y vio Dios que era bueno.
Dijo Dios: "Verdee la tierra con plantas que den semilla y árboles
que den fruto y semilla, según su especie, sobre la tierra". Y así
fue. Brotó de la tierra hierba verde, que producía semilla, según
su especie, y árboles que daban fruto y llevaban semilla, según
su especie. Y vio Dios que era bueno. Fue la tarde y la mañana del tercer
día.
Dijo Dios: "Que haya lumbreras en la bóveda del cielo, que separen
el día de la noche, señalen las estaciones, los días y
los años, y luzcan en la bóveda del cielo para iluminar la tierra".
Y así fue. Hizo Dios las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para
regir el día y la menor, para regir la noche; y también hizo las
estrellas. Dios puso las lumbreras en la bóveda del cielo para iluminar
la tierra, para regir el día y la noche, y separar la luz de las tinieblas.
Y vio Dios que era bueno. Fue la tarde y la mañana del cuarto día.
Dijo Dios: "Agítense las aguas con un hervidero de seres vivientes
y revoloteen sobre la tierra las aves, bajo la bóveda del cielo".
Creó Dios los grandes animales marinos y los vivientes que en el agua
se deslizan y la pueblan, según su especie. Creó también
el mundo de las aves, según sus especies. Vio Dios que era bueno y los
bendijo, diciendo: "Sean fecundos y multiplíquense; llenen las aguas
del mar; que las aves se multipliquen en la tierra". Fue la tarde y la
mañana del quinto día.
Dijo Dios: "Produzca la tierra vivientes, según sus especies: animales
domésticos, reptiles y fieras, según sus especies". Y así
fue. Hizo Dios las fieras, los animales domésticos y los reptiles, cada
uno según su especie. Y vio Dios que era bueno.
Dijo Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine
a los peces del mar, a las aves del cielo, a los animales domésticos
y a todo animal que se arrastra sobre la tierra".
Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen suya lo creó; hombre
y mujer los creó.
Y los bendijo Dios y les dijo: "Sean fecundos y multiplíquense,
llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves
del cielo y a todo ser viviente que se mueve sobre la tierra".
Y dijo Dios: "He aquí que les entrego todas las plantas de semilla
que hay sobre la faz de la tierra, y todos los árboles que producen fruto
y semilla, para que les sirvan de alimento. Y a todas las fieras de la tierra,
a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, a todos los seres
que respiran, también les doy por alimento las verdes plantas".
Y así fue. Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró
muy bueno. Fue la tarde y la mañana del sexto día.
Así quedaron concluidos el cielo y la tierra con todos sus ornamentos,
y terminada su obra, descansó Dios el séptimo día de todo
cuanto había hecho. Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 103, 4-5.
6-7. 12-13. 20.22.
R/. Bendice al Señor, alma mía.
Bendice al Señor,
alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza. Te
vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto. R/.
Sobre bases inconmovibles asentaste la tierra para siempre. Con un vestido de
mares la cubriste y las aguas en los montes concentraste. R/.
En los valles haces brotar las fuentes, que van corriendo entre montañas;
junto al arroyo vienen a vivir las aves, que cantan entre las ramas. R/.
Desde tu cielo riegas los montes y sacias la tierra del fruto de tus manos;
haces brotar hierba para los ganados y pasto para los que sirven al hombre.
R/.
¡Qué numerosas son tus obras, Señor, y todas las hiciste
con maestría! La tierra está llena de tus creaturas. Bendice al
Señor, alma mía. R/.
O bien
Del salmo 103, 1-2a.
5-6.1 O y 12.13-14.24 Y 35c
R/. Bendice al Señor, alma mía.
Bendice al Señor,
alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza. Te
vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto. R/.
Sobre bases inconmovible s asentaste la tierra para siempre. Con un vestido
de mares la cubriste y las aguas en los montes concentraste. R/.
En los valles haces brotar las fuentes, que van corriendo entre montañas;
junto al arroyo vienen a vivir las aves, que cantan entre las ramas. R/.
Desde tu cielo riegas los montes y sacias la tierra del fruto de tus manos;
haces brotar hierba para los ganados y pasto para los que sirven al hombre.
R/.
¡Qué numerosas son tus obras, Señor, y todas las hiciste
con maestría! La tierra está llena de tus creaturas. Bendice al
Señor, alma mía. R/.
Oremos. Dios todopoderoso y eterno, que en todas las obras de tu amor te muestras
admirable, concédenos comprender que la redención realizada por
Cristo, nuestra Pascua, es una obra más maravillosa todavía que
la misma creación del universo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
O bien: Creación del hombre.
Dios nuestro, que de modo admirable creaste al hombre y de modo más admirable aún lo redimiste, concédenos sabiduría de espíritu, para resistir a los atractivos del pecado y poder llegar así a las alegrías eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Lo que va entre [ ... ) puede suprimir por motivos pastorales.
SEGUNDA LECTURA
El sacrificio de nuestro patriarca Abraham.
Del libro del Génesis: 22, 1-18
En aquel tiempo, Dios le
puso una prueba a Abraham y le dijo: "¡Abraham, Abraham!" Él
respondió: "Aquí estoy". Y Dios le dijo: "Toma
a tu hijo único, Isaac, a quien tanto amas; vete a la región de
Moria y ofrécemelo en sacrificio, en el monte que yo te indicaré".
Abraham madrugó, aparejó su burro, tomó consigo a dos de
sus criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y
se encaminó al lugar que Dios le había indicado. Al tercer día
divisó a lo lejos el lugar. Les dijo entonces a sus criados: "Quédense
aquí con el burro; yo iré con el muchacho hasta allá, para
adorar a Dios y después regresaremos".
Abraham tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a
su hijo Isaac y tomó en su mano el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban
juntos. Isaac dijo a su padre Abraham: "¡Padre!" Él respondió:
"¿Qué quieres, hijo?" El muchacho contestó: "Ya
tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde está el cordero
para el sacrificio?" Abraham le contestó: "Dios nos dará
el cordero para el sacrificio, hijo mío". Y siguieron caminando
juntos.
Cuando llegaron al sitio que Dios le había señalado, Abraham levantó
un altar y acomodó la leña. Luego ató a su hijo Isaac,
lo puso sobre el altar, encima de la leña, y tomó el cuchillo
para degollarlo.
Pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y le dijo:
"¡Abraham, Abraham!" Él contestó: "Aquí
estoy". El ángel le dijo: "No descargues la mano contra tu
hijo, ni le hagas daño. Ya veo que temes a Dios, porque no le has negado
a tu hijo único".
Abraham levantó los ojos y vio un carnero, enredado por los cuernos en
la maleza. Atrapó el carnero y lo ofreció en sacrificio, en lugar
de su hijo. Abraham puso por nombre a aquel sitio "el Señor provee",
por lo que aun el día de hoy se dice: "el monte donde el Señor
provee".
El ángel del Señor volvió a llamar a Abraham desde el cielo
y le dijo: "Juro por mí mismo, dice el Señor, que por haber
hecho esto y no haberme negado a tu hijo único, yo te bendeciré
y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y las arenas
del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades enemigas. En tu
descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra, porque
obedeciste a mis palabras. Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 15,5 Y 8.9-10.11.
R/. Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.
El Señor es la parte
que me ha tocado en herencia: mi vida está en sus manos. Tengo siempre
presente al Señor y con Él a mi lado, jamás tropezaré.
R/.
Por eso se me alegran el corazón y el alma y mi cuerpo vivirá
tranquilo, porque tú no me abandonarás a la muerte, ni dejarás
que sufra yo la corrupción. R/.
Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia
y de alegría perpetua junto a ti. R/.
Oremos. Dios nuestro, excelso Padre de los creyentes, que por medio de la gracia
de la adopción y por el misterio pascual sigues cumpliendo la promesa
hecha a Abraham de multiplicar su descendencia por toda la tierra y de hacerlo
el padre de todas las naciones, concede a tu pueblo responder dignamente a la
gracia de tu llamada. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
TERCERA LECTURA
Los israelitas entraron en el mar sin mojarse.
Del libro del Éxodo: 14, 15-15, 1
En aquellos días,
dijo el Señor a Moisés: "¿Por qué sigues clamando
a mí? Diles a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza
tu bastón, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que
los israelitas entren en el mar sin mojarse. Yo voy a endurecer el corazón
de los egipcios para que los persigan, y me cubriré de gloria a expensas
del faraón y de todo su ejército, de sus carros y jinetes. Cuando
me haya cubierto de gloria a expensas del faraón, de sus carros y jinetes,
los egipcios sabrán que yo soy el Señor".
El ángel del Señor, que iba al frente de las huestes de Israel,
se colocó tras ellas. Y la columna de nubes que iba adelante, también
se desplazó y se puso a sus espaldas, entre el campamento de los israelitas
y el campamento de los egipcios. La nube era tinieblas para unos y claridad
para otros, y así los ejércitos no trabaron contacto durante toda
la noche.
Moisés extendió la mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar
durante toda la noche un fuerte viento del este, que secó el mar, y dividió
las aguas. Los israelitas entraron en el mar y no se mojaban, mientras las aguas
formaban una muralla a su derecha y a su izquierda. Los egipcios se lanzaron
en su persecución y toda la caballería del faraón, sus
carros y jinetes, entraron tras ellos en el mar.
Hacia el amanecer, el Señor miró desde la columna de fuego y humo
al ejército de los egipcios y sembró entre ellos el pánico.
Trabó las ruedas de sus carros, de suerte que no avanzaban sino pesadamente.
Dijeron entonces los egipcios: "Huyamos de Israel, porque el Señor
lucha en su favor contra Egipto".
Entonces el Señor le dijo a Moisés: "Extiende tu mano sobre
el mar, para que vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes".
Y extendió Moisés su mano sobre el mar, y al amanecer, las aguas
volvieron a su sitio, de suerte que al huir, los egipcios se encontraron con
ellas, y el Señor los derribó en medio del mar. Volvieron las
aguas y cubrieron los carros, a los jinetes y a todo el ejército del
faraón, que se había metido en el mar para perseguir a Israel.
Ni uno solo se salvó.
Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del mar. Las aguas les
hacían muralla a derecha e izquierda. Aquel día salvó el
Señor a Israel de las manos de Egipto. Israel vio a los egipcios, muertos
en la orilla del mar. Israel vio la mano fuerte del Señor sobre los egipcios,
y el pueblo temió al Señor y creyó en el Señor y
en Moisés, su siervo. Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron
este cántico al Señor:
No se dice Palabra del Señor, se pasa directamente al Salmo.
SALMO RESPONSORIAL
Éxodo 15,
1b-2. 3-4. 5-6.17-18.
R/. Alabemos al Señor por su victoria.
Cantemos al Señor,
sublime es su victoria: caballos y jinetes arrojó en el mar. Mi fortaleza
y mi canto es el Señor, Él es mi salvación; Él es
mi Dios, y yo lo alabaré, es el Dios de mis padres, y yo le cantaré.
R/.
El Señor es un guerrero, su nombre es el Señor. Precipitó
en el mar los carros del faraón y a sus guerreros; ahogó en el
Mar Rojo a sus mejores capitanes. R/.
Las olas los cubrieron, cayeron hasta el fondo, como piedras. Señor,
tu diestra brilla por su fuerza, tu diestra, Señor, tritura al enemigo.
R/.
Tú llevas a tu pueblo para plantarlo en el monte que le diste en herencia,
en el lugar que convertiste en tu morada, en el santuario que construyeron tus
manos. Tú, Señor, reinarás para siempre. R/.
Oremos. Señor Dios, cuyos antiguos prodigios los percibimos resplandeciendo
también en nuestros tiempos, puesto que aquello mismo que realizó
la diestra de tu poder para liberar a un solo pueblo de la esclavitud del faraón,
lo sigues realizando también ahora, por medio del agua del bautismo para
salvar a todas las naciones, concede que todos los hombres del mundo lleguen
a contarse entre los hijos de Abraham y participen de la dignidad del pueblo
elegido.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
O bien:
Dios nuestro, que manifestaste a la luz del Nuevo Testamento el sentido profundo de los prodigios realizados en los tiempos antiguos, dejándonos ver en el paso del Mar Rojo, una imagen del bautismo y del pueblo liberado de la esclavitud, un anuncio de los sacramentos del pueblo cristiano, haz que todos los hombres, mediante la fe, participen del privilegio del pueblo elegido y sean regenerados por la acción santificadora de tu Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
CUARTA LECTURA
Con amor eterno se ha apiadado de ti tu redentor.
Del libro del profeta Isaías: 54, 5-14
"El que te creó,
te tomará por esposa; su nombre es `Señor de los ejércitos'.
Tu redentor es el Santo de Israel; será llamado 'Dios de toda la tierra'.
Como a una mujer abandonada y abatida te vuelve a llamar el Señor. ¿Acaso
repudia uno a la esposa de la juventud?, dice tu Dios.
Por un instante te abandoné, pero con inmensa misericordia te volveré
a tomar. En un arrebato de ira te oculté un instante mi rostro, pero
con amor eterno me he apiadado de ti, dice el Señor, tu redentor.
Me pasa ahora como en los días de Noé: entonces juré que
las aguas del diluvio no volverían a cubrir la tierra; ahora juro no
enojarme ya contra ti ni volver a amenazarte. Podrán desaparecer los
montes y hundirse las colinas, pero mi amor por ti no desaparecerá y
mi alianza de paz quedará firme para siempre. Lo dice el Señor,
el que se apiada de ti.
Tú, la afligida, la zarandeada por la tempestad, la no consolada: He
aquí que yo mismo coloco tus piedras sobre piedras finas, tus cimientos
sobre zafiros; te pondré almenas de rubí y puertas de esmeralda
y murallas de piedras preciosas. Todos tus hijos serán discípulos
del Señor, y será grande su prosperidad. Serás consolidada
en la justicia. Destierra la angustia, pues ya nada tienes que temer; olvida
tu miedo, porque ya no se acercará a ti". Palabra de Dios.
T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 29, 2 y 4.
5-6.11 y 12a. y 13b.
R/. Te alabaré, Señor, eternamente.
Te alabaré, Señor,
pues no dejaste que se rieran de mí mis enemigos. Tú, Señor,
me salvaste de la muerte y a punto de morir, me reviviste. R/.
Alaben al Señor quienes lo aman, den gracias a su nombre, porque su ira
dura un solo instante y su bondad, toda la vida. El llanto nos visita por la
tarde; por la mañana, el júbilo. R/.
Escúchame, Señor, y compadécete; Señor, ven en mi
ayuda. Convertiste mi duelo en alegría, te alabaré por eso eternamente.
R/.
Oremos. Dios, todopoderoso y eterno, multiplica, en honor a tu nombre, cuanto
prometiste a nuestros padres en la fe y acrecienta la descendencia por ti prometida
mediante la santa adopción filial, para que aquello que los antiguos
patriarcas no dudaron que habría de acontecer, tu Iglesia advierta que
ya está en gran parte cumplido. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
QUINTA LECTURA
Vengan a mí y vivirán. Sellaré con ustedes una alianza perpetua.
Del libro del profeta Isaías: 55, 1-11
Esto dice el Señor:
"Todos ustedes, los que tienen sed, vengan por agua; y los que no tienen
dinero, vengan, tomen trigo y coman; tomen vino y leche sin pagar. ¿Por
qué gastar el dinero en lo que no es pan y el salario, en lo que no alimenta?
Escúchenme atentos y comerán bien, saborearán platillos
sustanciosos. Préstenme atención, vengan a mí, escúchenme
y vivirán.
Sellaré con ustedes una alianza perpetua, cumpliré las promesas
que hice a David. Como a él lo puse por testigo ante los pueblos, como
príncipe y soberano de las naciones, así tú reunirás
a un pueblo desconocido, y las naciones que no te conocían acudirán
a ti, por amor del Señor, tu Dios, por el Santo de Israel, que te ha
honrado.
Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar, invóquenlo mientras
está cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal, sus planes;
que regrese al Señor, y Él tendrá piedad; a nuestro Dios,
que es rico en perdón.
Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, sus caminos no son mis
caminos. Porque así como aventajan los cielos a la tierra, así
aventajan mis caminos a los de ustedes y mis pensamientos a sus pensamientos.
Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven allá, sino después
de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, a fin de que dé
semilla para sembrar y pan para comer, así será la palabra que
sale de mi boca: no volverá a mí sin resultado, sino que hará
mi voluntad y cumplirá su misión". Palabra de Dios.
T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Isaías 12,
2-3. 4bcd. 5-6.
R/. El Señor es mi Dios y salvador.
El Señor es mi Dios
y salvador, con Él estoy seguro y nada temo. El Señor es mi protección
y mi fuerza, y ha sido mi salvación. Sacarán agua con gozo de
la fuente de salvación. R/.
Den gracias al Señor, invoquen su nombre, cuenten a los pueblos sus hazañas,
proclamen que su nombre es sublime. R/.
Alaben al Señor por sus proezas, anúncienlas a toda la tierra.
Griten jubilosos, habitantes de Sión, porque el Dios de Israel ha sido
grande con ustedes. R/.
Oremos. Dios todopoderoso y eterno, única esperanza del mundo, tú
que anunciaste por voz de los profetas, los misterios que estamos celebrando
esta noche, multiplica en el corazón de tu pueblo los santos propósitos
porque no podría ningún santo anhelo alcanzar crecimiento sin
el impulso que procede de ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
SEXTA LECTURA
Sigue el camino que te conduce a la luz del Señor.
Del libro del profeta Baruc: 3, 9-15. 32-4, 4
Escucha, Israel, los mandatos
de vida, presta oído para que adquieras prudencia. ¿A qué
se debe, Israel, que estés aún en país enemigo, que envejezcas
en tierra extranjera, que te hayas contaminado por el trato con los muertos,
que te veas contado entre los que descienden al abismo?
Es que abandonaste la fuente de la sabiduría. Si hubieras seguido los
senderos de Dios, habitarías en paz eternamente. Aprende dónde
están la prudencia, la inteligencia y la energía, así aprenderás
dónde se encuentra el secreto de vivir larga vida, y dónde la
luz de los ojos y la paz. ¿Quién es el que halló el lugar
de la sabiduría y tuvo acceso a sus tesoros? El que todo lo sabe, la
conoce; con su inteligencia la ha escudriñado. El que cimentó
la tierra para todos los tiempos, y la pobló de animales cuadrúpedos;
el que envía la luz, y ella va, la llama, y temblorosa le obedece; llama
a los astros, que brillan jubilosos en sus puestos de guardia, y ellos le responden:
"Aquí estamos", y refulgen gozosos para aquel que los hizo.
Él es nuestro Dios y no hay otro como El; Él ha escudriñado
los caminos de la sabiduría y se la dio a su hijo Jacob, a Israel, su
predilecto. Después de esto, ella apareció en el mundo y convivió
con los hombres. La sabiduría es el libro de los mandatos de Dios, la
ley de validez eterna; los que la guardan, vivirán, los que la abandonan,
morirán.
Vuélvete a ella, Jacob, y abrázala; camina hacia la claridad de
su luz; no entregues a otros tu gloria, ni tu dignidad a un pueblo extranjero.
Bienaventurados nosotros, Israel, porque lo que agrada al Señor nos ha
sido revelado. Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Isaías 18,8.9.10.11.
R/. Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
La ley del Señor
es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del Señor
y hacen sabio al sencillo. R/.
En los mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón;
son luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino. R/.
La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandatos del Señor
son verdaderos y enteramente justos. R/.
Más deseables que el oro y las piedras preciosas, las normas del Señor,
y más dulces que la miel de un panal que gotea. R/.
Oremos. Dios nuestro, que haces crecer continuamente a tu Iglesia con hijos
llamados de todos los pueblos, dígnate proteger siempre con tu gracia
a quienes has hecho renacer con el agua del bautismo. Por Jesucristo nuestro
Señor. Amén.
SÉPTIMA LECTURA
Los rociaré con agua pura y les daré un corazón nuevo.
Del libro del profeta Ezequiel: 36, 16-28
En aquel tiempo, me fue
dirigida la palabra del Señor en estos términos: "Hijo de
hombre, cuando los de la casa de Israel habitaban en su tierra, la mancharon
con su conducta y con sus obras; como inmundicia fue su proceder ante mis ojos.
Entonces descargué mi furor contra ellos, por la sangre que habían
derramado en el país y por haberlo profanado con sus idolatrías.
Los dispersé entre las naciones y anduvieron errantes por todas las tierras.
Los juzgué según su conducta, según sus acciones los sentencié.
Y en las naciones a las que se fueron, desacreditaron mi santo nombre, haciendo
que de ellos se dijera: 'Éste es el pueblo del Señor, y ha tenido
que salir de su tierra'.
Pero, por mi santo nombre, que la casa de Israel profanó entre las naciones
a donde llegó, me he compadecido. Por eso, dile a la casa de Israel:
'Esto dice el Señor: no lo hago por ustedes, casa de Israel. Yo mismo
mostraré la santidad de mi nombre excelso, que ustedes profanaron entre
las naciones. Entonces ellas reconocerán que yo soy el Señor,
cuando, por medio de ustedes les haga ver mi santidad.
Los sacaré a ustedes de entre las naciones, los reuniré de todos
los países y los llevaré a su tierra. Los rociaré con agua
pura y quedarán purificados; los purificaré de todas sus inmundicias
e idolatrías.
Les daré un corazón nuevo y les infundiré un espíritu
nuevo; arrancaré de ustedes el corazón de piedra y les daré
un corazón de carne. Les infundiré mi espíritu y los haré
vivir según mis preceptos y guardar y cumplir mis mandamientos. Habitarán
en la tierra que di a sus padres; ustedes serán mi pueblo y yo seré
su Dios' ".
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
De los salmos 41,3.
5bcd; 42, 3. 4.
R/. Estoy sediento del Dios que da la vida.
Como el venado busca el
agua de los ríos, así, cansada, mi alma te busca a ti, Dios mío.
R/.
Del Dios que da la vida está mi ser sediento. ¿Cuándo será
posible ver de nuevo su templo?. R/.
Recuerdo cuando íbamos a casa del Señor, cantando, jubilosos,
alabanzas a Dios. R/.
Envíame, Señor, tu luz y tu verdad; que ellas se conviertan en
mi guía y hasta tu monte santo me conduzcan, allí donde tú
habitas. R/.
Al altar del Señor me acercaré, al Dios que es mi alegría,
y a mi Dios, el Señor, le daré gracias al compás de la
cítara. R/.
O bien, cuando hay bautizos:
Isaías 12
R/. El Señor es mi Dios y salvador.
El Señor es mi Dios
y salvador con él estoy seguro y nada temo. El Señor es mi protección
y mi fuerza y ha sido mi salvación. Sacarán agua con gozo de la
fuente de salvación. R/.
Den gracias al Señor, invoquen su nombre, cuenten a los pueblos sus hazañas,
proclamen que su nombre es sublime. R/.
Alaben al Señor por sus proezas, anúncienlas a toda la tierra.
Griten jubilosos, habitantes de Sión, porque el Dios de Israel ha sido
grande con ustedes. R/.
O bien:
Del salmo 50
R/. Crea en mi Señor, un corazón puro.
Crea en mí, Señor,
un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos.
No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de mí tu santo espíritu.
R/.
Devuélveme tu salvación, que regocija, y mantén en mí
un alma generosa. Enseñaré a los descarriados tus caminos y volverán
a ti los pecadores. R/.
Tú, Señor, no te complaces en los sacrificios y si te ofreciera
un holocausto, no te agradaría. Un corazón contrito te presento,
ya un corazón contrito, tú nunca lo desprecias. R/.
Oremos. Dios de inmutable poder y eterna luz, mira propicio el admirable misterio
de la Iglesia entera y realiza serenamente, en virtud de tu eterno designio,
la obra de la humana salvación; que todo el mundo vea y reconozca que
los caídos se levantan, que se renueva lo que había envejecido
y que, por obra de Jesucristo, todas las cosas concurren hacia la unidad que
tuvieron en el origen. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
O bien:
Oremos. Señor Dios, que con las enseñanzas de ambos Testamentos nos instruyes para celebrar el sacramento de la Pascua, haz que comprendamos la hondura de tu misericordia, para que los dones que hoy recibimos afiancen en nosotros la esperanza de los bienes futuros. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Terminada la oración de la última lectura del Antiguo Testamento, con el responsorio y la oración correspondiente, se encienden las velas del altar y resto de las luces. El sacerdote entona solemnemente el Gloria, que todos prosiguen. Mientras tanto se tocan las campanas, de dentro y de fuera del templo, de acuerdo a las costumbres de cada lugar.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que haces resplandecer esta noche santa con la gloria del Señor resucitado aviva en tu Iglesia el espíritu filial, para que, renovados en cuerpo y alma, nos entreguemos plenamente a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo...
EPÍSTOLA
Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no morirá nunca.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 6, 3-11
Hermanos: ¿No saben
ustedes que todos los que hemos sido incorporados a Cristo Jesús por
medio del bautismo, hemos sido incorporados a Él en su muerte? En efecto,
por el bautismo fuimos sepultados con Él en su muerte, para que, así
como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así
también nosotros llevemos una vida nueva.
Porque, si hemos estado íntimamente unidos a Él por una muerte
semejante a la suya, también lo estaremos en su resurrección.
Sabemos que nuestro hombre viejo fue crucificado con Cristo, para que el cuerpo
del pecado quedara destruido, a fin de que ya no sirvamos al pecado, pues el
que ha muerto queda libre del pecado.
Por lo tanto, si hemos muerto con Cristo, estamos seguros de que también
viviremos con Él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre
los muertos, ya no morirá nunca. La muerte ya no tiene dominio sobre
Él, porque al morir, murió al pecado de una vez para siempre;
y al resucitar, vive ahora para Dios. Lo mismo ustedes, considérense
muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
Terminada la epístola todos se ponen de pie y el sacerdote entona solemnemente el Aleluya, que todos repiten. Luego un salmista o un cantor dice el salmo, al que el pueblo responde: Aleluya Si hace falta, el mismo salmista canta el Aleluya.
Del salmo 117,
1-2. 16ab-17. 22-23.
R/. Aleluya, aleluya.
Te damos gracias, Señor,
porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Diga la casa de Israel:
"Su misericordia es eterna". R/.
La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro
orgullo. No moriré, continuaré viviendo, para contar lo que el
Señor ha hecho. R/.
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto
es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. R/.
EVANGELIO
Jesús de Nazaret, que fue crucificado, resucitó.
Del santo Evangelio según san Marcos: 16, 1-7
Transcurrido
el sábado, María Magdalena, Maria (la madre de Santiago) y Salomé,
compraron perfumes para ir a embalsamar a Jesús. Muy de madrugada, el
primer día de la semana, a la salida del sol, se dirigieron al sepulcro.
Por el camino se decían unas a otras:"¿Quién nos quitará
la piedra de la entrada del sepulcro?". Al llegar vieron que la piedra
ya estaba quitada, a pesar de ser muy grande.
Entraron en el sepulcro y vieron a un joven, vestido con una túnica blanca,
sentado en el lado derecho, y se llenaron de miedo. Pero él les dijo:
"No se espanten. Buscan a Jesús de Nazaret, el que fue crucificado.
No está aquí; ha resucitado. Miren el sitio donde lo habían
puesto. Ahora vayan a decirles a sus discípulos y a Pedro: 'El irá
delante de ustedes a Galilea. Allá lo verán, como él les
dijo' ". Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor
Jesús.
REFLEXIÓN: La fiesta por excelencia de los cristianos es, como bien lo sabemos, la Pascua de Resurrección y la Vigilia Pascual su más bella expresión ... En sus numerosas lecturas bíblicas tenemos un valioso resumen de toda la historia de nuestra salvación. Cristo resucitado es el nuevo Adán que restituye al hombre -especialmente por el "nuevo nacimiento" realizado en la fuente bautismal-la dignidad perdida por el pecado (Rom 6, 3 ss). Con la luz y la fuerza de su Espíritu, El nos obtiene, o nos concede de nuevo, la dignidad de hijos muy amados del Padre. ¡Despojémonos, pues, de la "antigua levadura" y decidámonos a llevar una vida de resucitados!
Tercera parte
Liturgia bautismal
Hermanos, acompañemos con nuestra oración a quienes anhelan renacer a nueva vida en la fuente del bautismo, para que Dios, nuestro Padre, les otorgue su protección y su amor.
Si se bendice la fuente, pero no va a haber bautismos:
Hermanos, pidamos a Dios todopoderoso que con su poder santifique esta fuente bautismal, para que cuantos en el bautismo van a ser regenerados en Cristo, sean agregados al número de hijos adoptivos de Dios.
Letanías de los santos
En las letanías se pueden añadir algunos nombres de santos, especialmente el del titular de la iglesia. el de los patronos del lugar y el de los que van a ser bautizados.
Coro Asamblea
Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros.
San Miguel, ruega por nosotros.
Santos Ángeles de Dios, rueguen por nosotros.
San Juan Bautista, ruega por nosotros.
San José, ruega por nosotros.
Santos Pedro y Pablo, rueguen por nosotros.
San Andrés, ruega por nosotros.
San Juan, ruega por nosotros.
Santa María Magdalena, ruega por nosotros.
San Esteban, ruega por nosotros.
San Ignacio de Antioquía, ruega por nosotros.
San Lorenzo, ruega por nosotros.
San Felipe de Jesús, ruega por nosotros.
Santos Cristóbal Magallanes
y compañeros mártires, rueguen por nosotros.
Santas Perpetua y Felicitas, rueguen por nosotros.
Santa Inés, ruega por nosotros.
San Gregorio, ruega por nosotros.
San Agustín, ruega por nosotros.
San Atanasio, ruega por nosotros.
San Basilio, ruega por nosotros.
San Martín, ruega por nosotros.
San Benito, ruega por nosotros.
Santos Francisco y Domingo, rueguen por nosotros.
San Francisco Javier, ruega por nosotros.
San Juan María Vianney, ruega por nosotros.
San Rafael Guízar y Valencia, ruega por nosotros.
San José María de Yermo y Parres, ruega por nosotros.
Santa Catalina de Siena, ruega por nosotros.
Santa Teresa de Jesús, ruega por nosotros.
Santa Teresa del Niño de Jesús, ruega por nosotros.
Santa María de Jesús ruega por nosotros.
Sacramentado Venegas, ruega por nosotros.
Santa María Guadalupe
Garcia Zavala, ruega por nosotros.
San Juan Diego, ruega por nosotros.
Todos los santos y santas
de Dios, rueguen por nosotros.
Muéstrate propicio, líbranos, Señor.
De todo mal, líbranos, Señor.
De todo pecado, líbranos, Señor.
De la muerte eterna, líbranos, Señor.
Por tu encarnación, líbranos, Señor.
Por tu muerte y resurrección, líbranos, Señor.
Por el don del Espíritu Santo, líbranos, Señor.
Nosotros, que somos pecadores, te rogamos, óyenos.
Si hay bautizos:
Para que estos elegidos renazcan a la vida nueva por medio del bautismo, te rogamos, óyenos.
Si no hay bautizos:
Para que santifiques esta fuente bautismal por la que renacerán tus hijos, a la vida nueva, te rogamos, óyenos.
Jesús, Hijo de Dios
vivo, te rogamos, óyenos.
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.
Si hay bautismos, el sacerdote, con las manos juntas, dice la siguiente oración:
Derrama, Señor, tu infinita bondad en este sacramento del bautismo y envía tu santo Espíritu para que haga renacer de la fuente bautismal a estos nuevos hijos tuyos que van a ser santificados por tu gracia, mediante la colaboración de nuestro ministerio. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
Bendición del agua bautismal
Dios nuestro, que con tu
poder invisible realizas obras admirables por medio de los signos sacramentales
y has hecho que tu creatura, el agua, signifique de muchas maneras la gracia
del bautismo. Dios nuestro, cuyo Espíritu aleteaba sobre la superficie
de las aguas en los mismos principios del mundo, para que ya desde entonces
el agua recibiera el poder de dar la vida. Dios nuestro, que incluso en las
aguas torrenciales del diluvio prefiguraste el nuevo nacimiento de los hombres,
al hacer que de una manera misteriosa un mismo elemento diera fin al pecado
y origen a la virtud. Dios nuestro, que hiciste pasar a pie, sin mojarse, el
Mar Rojo a los hijos de Abrahán, a fin de que el pueblo liberado de la
esclavitud del faraón prefigurara al pueblo de los bautizados. Dios nuestro,
cuyo Hijo, al ser bautizado por el Precursor en el agua del Jordán, fue
ungido por el Espíritu Santo; suspendido en la cruz, quiso que brotaran
de su costado sangre y agua; y después de su resurrección mandó
a sus apóstoles:
"Vayan y enseñen a todas las naciones bautizándolas en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo". Mira ahora
a tu Iglesia en oración y abre para ella la fuente del bautismo. Que
por la obra del Espíritu Santo esta agua adquiera la gracia de tu Unigénito,
para que el hombre, creado a tu imagen, limpio de su antiguo pecado por el sacramento
del bautismo, renazca a la vida nueva por el agua y el Espíritu Santo.
Te pedimos, Señor, que por tu Hijo, descienda sobre el agua de esta fuente
el poder del Espíritu Santo, para que todos, sepultados con Cristo en
su muerte por el bautismo, resuciten también con El a la vida nueva.
Él que vive y reina ... R. Amén.
Se puede decir la siguiente aclamación o alguna otra adecuada:
Fuentes del Señor, bendigan al Señor; alábenlo y glorifíquenlo por los siglos.
Bendición del agua
Si no hay bautismos, ni bendición de la fuente bautismal.
Pidamos, queridos hermanos, a Dios nuestro Señor, que se digne bendecir esta agua, con la cual seremos rociados en memoria de nuestro bautismo, y que nos renueve interiormente, para que permanezcamos fieles al Espíritu que hemos recibido. Señor, Dios nuestro, mira con bondad a este pueblo tuyo, que vela en oración en esta noche santísima, recordando la obra admirable de nuestra creación y la obra más admirable, todavía, de nuestra redención. Dígnate bendecir t esta agua, que tú creaste para dar fertilidad a la tierra, frescura y limpieza a nuestros cuerpos. Tú, además, convertiste el agua en un instrumento de tu misericordia: por ella, liberaste a tu pueblo de la esclavitud y en el desierto saciaste su sed; con la imagen del agua viva, los profetas anunciaron la nueva alianza que deseabas establecer con los hombres; por ella, finalmente, santificada por Cristo en el Jordán, renovarse, mediante el bautismo que nos da la vida nueva, nuestra naturaleza, corrompida por el pecado. Que esta agua nos recuerde ahora nuestro bautismo y nos haga participar en la alegría de nuestros hermanos, que han sido bautizados en esta Pascua. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
Renovación de las promesas del bautismo
Terminada la ceremonia
del bautismo (y de la confirmación) o, si no hubo bautismos, después
de la bendición del agua, todos, de pie y teniendo en sus manos las velas
encendidas, hacen la renovación de las promesas del bautismo.
Hermanos, por medio del bautismo hemos sido hechos partícipes del misterio
pascual de Cristo, es decir, por medio del bautismo hemos sido sepultados con
él en su muerte, para resucitar con él a una vida nueva. Por eso,
culminado nuestro camino cuaresmal, es muy conveniente que renovemos las promesas
de nuestro bautismo, con las cuales un día renunciamos a Satanás
y a sus obras y nos comprometimos a servir a Dios en la santa Iglesia católica.
Por consiguiente:
Sacerdote: Todos
¿Renuncian ustedes a Satanás? Sí, renuncio.
¿Renuncian a todas sus obras? Sí, renuncio.
¿Renuncian a todas sus seducciones? Sí, renuncio.
o bien:
Sacerdote:
¿Renuncian ustedes
al pecado para vivir en la libertad de los hijos de Dios? Sí, renuncio.
¿Renuncian a todas las seducciones del mal para que el pecado no los
esclavice? Sí, renuncio.
¿Renuncian a Satanás, padre y autor de todo pecado? Sí,
renuncio.
Sacerdote:
¿Creen ustedes en
Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra? Sí, creo.
¿Creen en Jesucristo, su Hijo único y Señor nuestro, que
nació de la Virgen María. Padeció y murió por nosotros,
resucitó y está sentado a la derecha del Padre? Sí,
creo.
¿Creen en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica,
en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en
la resurrección de los muertos y en la vida eterna? Sí, creo.
Que Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos liberó
del pecado y nos ha hecho renacer por el agua y el Espíritu Santo, nos
conserve con su gracia unidos a Jesucristo nuestro Señor, hasta la vida
eterna. Amén.
El sacerdote rocía al pueblo con el agua bendita, mientras todos cantan la siguiente antífona o algún otro canto bautismal:
Vi brotar agua del lado derecho del templo, aleluya. Vi que en todos aquellos que recibían el agua, surgía una vida nueva y cantaban con gozo: Aleluya, aleluya.
Cuarta parte
Liturgia Eucarística
Concluida la liturgia bautismal la celebración sigue como siempre.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, las súplicas de tu pueblo, junto con los dones que te presentamos para que los misterios de la Pascua que hemos comenzado a celebrar, nos obtengan, con tu ayuda, el remedio para conseguir la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Cristo, nuestro Cordero pascual, ha sido inmolado. Aleluya. Celebremos, pues, la Pascua, con el pan sin levadura, que es sinceridad y verdad. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Infúndenos, Señor, el espíritu de tu caridad, para que, saciados con los sacramentos pascuales, vivamos siempre unidos en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
BENDICIÓN SOLEMNE
Que Dios todopoderoso los
bendiga en este día solemnísimo de la Pascua y, compadecido de
ustedes, los guarde de todo pecado. R. Amén.
Que les conceda el premio de la inmortalidad aquel que los ha redimido para
la vida eterna con la resurrección de su Unigénito. R.
Amén.
Que ustedes, que una vez terminados los días de la Pasión celebran
con gozo la fiesta de la Pascua del Señor, puedan participar, con su
gracia, del júbilo de la Pascua eterna. R. Amén.
y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo †, y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre. R. Amén.
DESPEDIDA
C Anuncien
a todos la alegría del Señor resucitado. Pueden ir en paz, aleluya,
aleluya.
R. Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya.
El cirio pascual se enciende en todas las celebraciones litúrgicas más solemnes de este tiempo.
Domingo de Resurrección, Solemnidad Misa del día
(Blanco) MR, p. 339 (345) / Lecc. I, p. 206 LH, Semana I del Salterio
Otros santos: Benjamín de Persia, diácono y mártir; Balbina de Roma, virgen y mártir. Beato Buenaventura Tornielli o de Forli, presbítero de la Orden de los Siervos de María.
CÓMO CREER
EN LA RESURRECCIÓN
Hechos 10, 34. 37-43; Sal l17; 1 Cor 5, 6-8; secuencia; Jn 20 1-9
¿Por qué no entró el discípulo que Jesús amó en el sepulcro de su maestro cuando llegó? ¿Por qué esperó para que Pedro llegase antes de entrar él mismo? De acuerdo con algunos exégetas, quería demostrar la prioridad de Pedro entre los apóstoles. Según otros, el evangelista Juan quiso hacer la profesión de fe (v. 8) del otro discípulo, quien era tradicionalmente el fundador de su comunidad cristiana, el punto culminante del relato. Sea cual sea el motivo original, este episodio nos muestra una verdad de primera importancia: la fe en la resurrección de Jesús no es simplemente un acto individual basado sólo en nuestras fuerzas personales, sino que necesita el apoyo, el ejemplo y la sabiduría de una comunidad. Nadie podría creer en algo tan sorprendente, asombroso, excepcional y fundamental, como la resurrección del Señor, sin los demás.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 138,18.5-6
He resucitado y viviré siempre contigo; has puesto tu mano sobre mí. Tu sabiduría ha sido maravillosa, aleluya, aleluya.
O bien: Lc 24, 34; Cfr. Apoc 1, 6
El Señor ha resucitado verdaderamente, aleluya. A él la gloria y el poder por toda la eternidad, aleluya, aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por medio de tu Unigénito, vencedor de la muerte, nos has abierto hoy las puertas de la vida eterna, concede a quienes celebramos la solemnidad de la resurrección del Señor, resucitar también en la luz de la vida eterna, por la acción renovadora de tu Espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Hemos comido y bebido con Cristo resucitado.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 10, 34. 37-43
En aquellos días,
Pedro tomó la palabra y dijo: "Ya saben ustedes lo sucedido en toda
Judea, que tuvo principio en Galilea, después del bautismo predicado
por Juan: cómo Dios ungió con el poder del Espíritu Santo
a Jesús de Nazaret y cómo éste pasó haciendo el
bien, sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con Él.
Nosotros somos testigos de cuanto Él hizo en Judea y en Jerusalén.
Lo mataron colgándolo de la cruz, pero Dios lo resucitó al tercer
día y concedió verlo, no a todo el pueblo, sino únicamente
a los testigos que Él, de antemano, había escogido: a nosotros,
que hemos comido y bebido con Él después de que resucitó
de entre los muertos.
Él nos mandó predicar al pueblo y dar testimonio de que Dios lo
ha constituido juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime:
que cuantos creen en Él reciben, por su medio, el perdón de los
pecados". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 117,
1-2. 16ab-17. 22-23.
R/. Éste es el día del triunfo del Señor. Aleluya.
Te damos gracias, Señor,
porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Diga la casa de Israel:
"Su misericordia es eterna". R/.
La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro
orgullo. No moriré, continuaré viviendo para contar lo que el
Señor ha hecho. R/.
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto
es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. R/.
SEGUNDA LECTURA
Tiren la antigua levadura, pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 5, 6-8
Hermanos: ¿No saben
ustedes que un poco de levadura hace fermentar toda la masa? Tiren la antigua
levadura, para que sean ustedes una masa nueva, ya que son pan sin levadura,
pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado.
Celebremos, pues, la fiesta de la Pascua, no con la antigua levadura, que es
de vicio y maldad, sino con el pan sin levadura, que es de sinceridad y verdad.
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SECUENCIA:
[Sólo el día de hoy es obligatoria; durante la octava es opcional].
Ofrezcan los cristianos | los ángeles testigos, | |
ofrendas de alabanza | sudarios y mortaja. | |
a gloria de la víctima | ¡Resucitó de veras | |
propicia de la Pascua. | mi amor y mi esperanza! | |
Cordero sin pecado, | Venid a Galilea, | |
que a las ovejas salva, | allí el Señor aguarda; | |
a Dios y a los culpables | allí veréis los suyos | |
unió con nueva alianza. | la gloria de la Pascua. | |
Lucharon vida y muerte | Primicia de los muertos, | |
en singular batalla, | sabemos por tu gracia | |
y, muerto el que es la vida, | que estás resucitado; | |
triunfante se levanta. | la muerte en ti no manda. | |
"¿Qué has visto de camino, | Rey vencedor, apiádate | |
María, en la mañana?". | de la miseria humana | |
A mi Señor glorioso, | y da a tus fieles parte | |
la tumba abandonada, | en tu victoria santa |
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Cfr. 1 Cor 5, 7-8
R/. Aleluya, aleluya.
Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado; celebremos, pues, la Pascua. R/.
EVANGELIO
Él debía resucitar de entre los muertos.
Del santo Evangelio según san Juan: 20, 1-9
El
primer día después del sábado, estando todavía oscuro,
fue María Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba.
Echó a correr, llegó a la casa donde estaban Simón Pedro
y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: "Se
han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán
puesto".
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban
corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa
que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró
los lienzos puestos en el suelo, pero no entró.
En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo,
y entró en el sepulcro. Contempló los lienzos puestos en el suelo
y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto
no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces entró
también el otro discípulo, el que había llegado primero
al sepulcro, y vio y creyó, porque hasta entonces no habían entendido
las Escrituras, según las cuales Jesús debía resucitar
de entre los muertos. Palabra del Señor. T. Gloria a ti,
Señor Jesús.
O bien:
Jesús de Nazaret, que fue crucificado, resucitó.
Del santo Evangelio según san Marcos: 16, 1-7
Transcurrido
el sábado, María Magdalena, María (la madre de Santiago)
y Salomé, compraron perfumes para ir a embalsamar a Jesús. Muy
de madrugada, el primer día de la semana, a la salida del sol, se dirigieron
al sepulcro. Por el camino se decían unas a otras: "¿Quién
nos quitará la piedra de la entrada del sepulcro?". Al llegar, vieron
que la piedra ya estaba quitada, a pesar de ser muy grande.
Entraron en el sepulcro y vieron a un joven, vestido con una túnica blanca,
sentado en el lado derecho, y se llenaron de miedo. Pero él les dijo:
"No se espanten. Buscan a Jesús de Nazaret, el que fue crucificado.
No está aquí; ha resucitado. Miren el sitio donde lo habían
puesto. Ahora vayan a decides a sus discípulos y a Pedro: 'El irá
delante de ustedes a Galilea. Allá lo
verán, como él les dijo' ". Palabra del Señor.
T. Gloria a ti, Señor Jesús.
O bien, en la misas vespertinas del domingo:
Quedate con nosotros porque ya es tarde.
Del santo Evangelio según san Lucas: 24,13-35
El
mismo día de la resurrección. iban dos de los discípulos
hacia un pueblo llamado Emaús, situado a unos once kilómetros
de Jerusalén, y comentaban todo lo que había sucedido.
Mientras conversaban y discutían, Jesús se les acercó y
comenzó a caminar con ellos; pero los ojos de los dos discípulos
estaban velados y no lo reconocieron. Él les preguntó: "¿De
qué cosas vienen hablando, tan llenos de tristeza?".
Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: "¿Eres
tú el único forastero que no sabe lo que ha sucedido estos días
en Jerusalén?". Él les preguntó: "¿Qué
cosa?". Ellos le respondieron: "Lo de Jesús el nazareno, que
era un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo.
Cómo los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo
condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él
sería el libertador de Israel, y sin embargo, han pasado ya tres días
desde que estas cosas sucedieron. Es cierto que algunas mujeres de nuestro grupo
nos han desconcertado, pues fueron de madrugada al sepulcro, no encontraron
el cuerpo y llegaron contando que se les habían aparecido unos ángeles,
que les dijeron que estaba vivo. Algunos de nuestros compañeros fueron
al sepulcro y hallaron todo como habían dicho las mujeres, pero a él
no lo vieron".
Entonces Jesús les dijo: "¡Qué insensatos son ustedes
y qué duros de corazón para creer todo lo anunciado por los profetas!
¿Acaso no era necesario que el Mesías padeciera todo esto y así
entrara en su gloria?". Y comenzando por Moisés y siguiendo con
todos los profetas, les explicó todos los pasajes de la Escritura que
se referían a él.
Ya cerca del pueblo a donde se dirigían, él hizo como que iba
más lejos; pero ellos le insistieron, diciendo: "Quédate
con nosotros, porque ya es tarde y pronto va a oscurecer". Y entró
para quedarse con ellos. Cuando estaban a la mesa, tomó un pan, pronunció
la bendición, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron
los ojos y lo reconocieron, pero él se les desapareció. Y ellos
se decían el uno al otro: "¡Con razón nuestro corazón
ardía, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras!".
Se levantaron inmediatamente y regresaron a Jerusalén, donde encontraron
reunidos a los Once con sus compañeros, los cuales les dijeron: "De
veras ha resucitado el Señor y se le ha aparecido a Simón".
Entonces ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo
lo habían reconocido al partir el pan. Palabra del Señor.
T. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Llenos de gozo por la santa
resurrección del Señor, purificados nuestros sentimientos y renovado
nuestro espíritu, supliquemos con insistencia al Señor diciendo:
Rey vencedor, escúchanos.
R/. Rey vencedor, escúchanos.
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha sido constituido Cabeza
de la Iglesia, pidámosle que, por su amor, conceda abundante felicidad,
gozo y exultación a todos los fieles que celebran su triunfo.
A Cristo, con su santa resurrección ha otorgado el perdón y la
paz a los pecadores, supliquémosle que quienes han regresado al camino
de la vida conserven íntegramente los dones que la misericordia del Padre
les ha restituido.
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha inaugurado la resurrección
universal, pidámosle que alegre el corazón de los hombres que
aún desconocen su victoria y, con el anuncio evangélico, llene
de gozo a todos los pueblos y naciones.
A Cristo, que, con su santa resurrección. ha colmado de alegría
a los pueblos, los ha enriquecido con sus dones y ha hecho vibrar de gozo nuestros
corazones, pidámosle que renueve la esperanza de los que sufren y lloran.
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha alegrado al mundo entero,
pidámosle que renueve nuestro espíritu y nos conceda la esperanza
firme de compartir su triunfo y de resucitar con él a una vida nueva.
Señor Jesucristo, que en el cielo eres glorificado por los ángeles
y los santos y en la tierra eres enaltecido y adorado por tu Iglesia, en esta
fiesta gloriosa de tu resurrección te pedimos que escuches nuestras plegarias
y extiendas tu diestra misericordiosa sobre este pueblo que tiene puesta toda
su esperanza en tu resurrección. Tú, que vives y reinas, inmortal
y glorioso, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Llenos de júbilo por el gozo pascual te ofrecemos, Señor, este sacrificio, mediante el cual admirablemente nace y se nutre tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Cor 5,7-8
Cristo nuestro Cordero Pascual ha sido inmolado. Aleluya. Celebremos, pues, la Pascua, con el pan sin levadura, que es sinceridad y verdad. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios de bondad, protege paternalmente con amor incansable a tu Iglesia, para que renovada por los misterios pascuales, pueda llegar a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Para dar la bendición
al final de la Misa, es conveniente que el sacerdote utilice la fórmula
de bendición solemne de la Misa de la Vigilia Pascual, MR, p. 341 (343).
G
Despedida
Anuncien a todos la alegría
del Señor resucitado. Pueden ir en paz. Aleluya, aleluya.
R. Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya.
UNA REFLEXIÓN
PARA NUESTRO TIEMPO.- Un diamante tiene muchas facetas, cada una de
las cuales produce colores y rayos imponentes. Es igual con la resurrección
de Jesús, que tiene muchas facetas pasmosas. Desde una perspectiva, nos
provee la seguridad de que esta vida difícil no es la única, sino
que hay una vida eterna que nos espera. Desde otra perspectiva, proclama la
renovación de nuestros cuerpos y de todo el cosmos. Es la reivindicación
de Jesús y de todos los inocentes que sufrieron la injusticia a manos
de los poderosos. Mirada desde otro punto de vista, es la revelación
más profunda y vivificante del amor eterno que Dios tiene para con nosotros.
No importa cuál de estas perspectivas tomemos, la resurrección
siempre nos presentará una belleza y un valor infinitamente más
grandes que el diamante más precioso del mundo.
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