Folleto EVC No. 352

QUE CREEMOS LOS CATÓLICOS

Y POR QUE CREEMOS LO QUE CREEMOS ...

Alicia Herrasti

 

A nuestros Hermanos separados:

Entre nuestros Hermanos separados hay muchos que no tienen una idea correcta de lo que es la Religión Católica, que no saben en realidad, en qué creemos los católicos, ni por qué creemos lo que creemos.

Tratándose de personas cultas, seguramente que esto no se debe a falta de interés, sino a que no hayan tenido ocasión de documentarse a éste respecto, pues a toda persona culta, indudablemente debe interesarle saber de una Religión 19 veces secular, que tiene más de 500.000,000 de fieles, entre los cuales se cuentan muchos de los hombres más notables, que se han distinguido en el mundo por su ciencia, por su sabiduría, y sobre todo, por la santidad de su vida. ¡Cuántos sabios incrédulos que, como el doctor Alexis Carrel, han merecido el honor del Premio Nobel, se han convertido últimamente a nuestra Santa Religión!

Esperamos pues del culto e imparcial lector, lea con interés y provecho, lo que brevemente aquí exponemos, acerca de lo que creemos los católicos y de las razones que tenemos para creer lo que creemos.

 

¿QUE CREEMOS LOS CATOLICOS?

Creemos que Jesucristo es Dios.

Creemos los católicos, como la mayor parte de nuestros Hermanos separados, que estamos en el año de 1991, porque hace 1991 años que nació en Belem, pequeña ciudad de Palestina, un niño tan maravilloso, que en la mayor parte del mundo civilizado, se cuanta el tiempo a partir del día cae su nacimiento.

Creemos, según nos relata la Biblia, que es el Libro más auténtico y veraz de cuantos hayan sido escritos que éste niño, hasta la edad de 30 años, vivió al lado de sus padres "creciendo en sabiduría, en edad y en gracia, delante de Dios y de los hombres" (Luc. II, 52).

Por poco que de El se sepa, se reconoce que es el filósofo más grande que en el mundo ha habido, pero fue mucho más que eso, pues fue el fundador de la más maravillosa Religión, el Maestro inigualable, LA LUZ DEL MUNDO, y en fin, Dios hecho Hombre como lo prueba el cumplimiento en El, de las profecías que durante cerca de 1000 años, fueron hechas principalmente por 16 hombres santos, al pueblo judío, acerca de la venida de un Enviado especialísimo que Dios mandaría al mundo a redimirlo y como lo prueba la santidad incomparable de su vida, los numerosos milagros que en nombre propio hacía, su resurrección al tercer día después de su muerte, su gloriosa ascensión a los Cielos en presencia de mas de 500 testigos y sus propias palabras

La propia Biblia establece en numerosos lugares, (especialmente en el primer capítulo del Evangelio de San Juan y en su primera Epístola V, 7, en que leemos: "porque tres son los que dan testimonio en el cielo, el Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo, y éstos tres son Uno") que éste Maestro divino, a quien llamamos los católicos Nuestro Señor Jesucristo, es la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, el Verbo divino hecho hombre.

Y creemos los católicos que siendo Nuestro Señor Jesucristo Dios, debemos creer en su Palabra sin discusiones, vaya o no de acuerdo con nuestros sentidos, parézcanos bien o no, lo que ella significa, y así por ejemplo, aunque veamos que el Pan Eucarístico, tiene apariencia de pan, que sabe como pan, que huele como pan, creemos que es el Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo, porque El así lo dijo y creemos en su palabra más que en nuestros propios sentidos.

Y creemos los católicos que N. S. Jesucristo trajo al mundo, no solamente:

1) Una Doctrina nueva.

2) Una Moral nueva.

3) Una NUEVA VIDA, Su misma Vida, la Vida de la Gracia, la Vida de Dios.

 

Y éstos son los 3 puntos que primeramente vamos a considerar.

1) N. S. Jesucristo trajo al mundo una Doctrina Nueva.

Nos trajo de Dios un concepto por completo diferente e infinitamente superior al concepto que de Él tenía el pueblo judío, único pueblo que adoraba a un sólo Dios verdadero, pero al que consideraba como un Dios de temor, un Juez inexorable, que castigaba los crímenes de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación. Nuestro Señor Jesucristo nos habló de un Dios de Amor, que es nuestro Padre y que perdona al pecador arrepentido, hasta setenta veces siete.

Un Dios en el que hay tres Personas distintas, la Segunda de las cuales, por amor a nosotros, se hizo Hombre para enseñarnos y ayudarnos a ser, no solamente buenos, sino santos y que, para redimirnos, tomó sobre Sí el castigo que merecían nuestros pecados, sufriendo ser martirizado y muerto clavado en una Cruz.

Vino a descubrirnos que el hombre podía ser elevado, por el DON DE DIOS por excelencia, el Don divino de la Gracia del estado natural a un estado sobrenatural; de otra manera, dicho, elevarlo del reino humano al Reino Divino.

Vino a enseñarnos que los hombres buenos recibirán en ésta vida, una recompensa cien veces mayor por cada Obra Buena que hagan y en la otra vida, una recompensa divina por toda la eternidad.

El nos anunció que al fin del mundo vendrá otra vez, con gran gloria y majestad, a juzgar a los vivos y a los muertos, es decir, a los buenos y a los malos, y que los buenos, que son los que hicieron Buenas Obras en provecho del prójimo irán al Cielo, a gozar de una felicidad no humana, sino divina, pues participarán de la Inteligencia, Sabiduría, Poder y Conocimiento que Dios tiene de Sí mismo y de la Felicidad que El mismo goza, sólo que en El ésta felicidad es infinita, y en el hombre será finita, y que en vario a los malos, que son los que no hicieron Buenas Obras en bien del prójimo, los mandará al Infierno diciéndoles: apartaos de Mí, malditos. Id al fuego eterno. (Mat. XXV, 34 y sigts.).

2) N. S. Jesucristo trajo al mundo una Moral nueva.

una Moral no natural, sino sobrenatural, que resumió en el Sermón de la Montaña, en el que va explicando, Mandamiento por Mandamiento, cómo entendían el Decólogo los judíos siguiendo la Ley de Moisés y cómo deberían entenderlo los cristianos, siguiendo Su Ley.

Nos dice que no debemos amar solamente a nuestros amigos, sino también a nuestros enemigos; que no debemos devolver mal por mal, según establece la Ley judía del talión: "ojo por ojo, diente por diente", sino que debemos devolver bien por mal.

Nos dice que el divorcio, permitido por Moisés con ciertos requisitos, en ningún caso podía ser permitido, pues el matrimonio une al hombre y a la mujer indisolublemente y no debe el hombre, separar lo que Dios ha unido.

En fin, si la mejor Moral de cualquiera otra religión puede concretarse en ésta máxima negativa: "No hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti", la Moral de N. S. Jesucristo, que es plenamente positiva, puede concretarse en éstas palabras suyas: Haced con los demás hombres, lo que quisierais que ellos hicieran con vosotros.

La Moral de Nuestro Señor Jesucristo es de tal manera elevada, que el hombre no puede llevarla a la práctica sin Su ayuda; ayuda que nos proporciona principalmente mediante siete actos sagrados, instituidos por El: los Sacramentos.

3) N. S. Jesucristo trajo al mundo una NUEVA VIDA.

Creemos los católicos que Nuestro Señor Jesucristo, trajo al inundo un Don divino que Él llamó EL DON DE DIOS, del que por primera vez nos hablan los Evangelios en el coloquio que tuvo en una ocasión con una mujer samaritana, Don que comparó con tuna fuente de agua Viva que mana sin cesar dentro de quien lo recibe hasta la Vida Eterna.

Este Don que es doblemente divino, porque no solamente es divino porque nos viene de Dios, sino porque es en sí mismo divino y que, de acuerdo con las Sagradas Escrituras, es llamado por nuestra Santa Iglesia, la Gracia, la Gracia Santificante, nos hace nacer a una nueva Vida, a la Vida de la Gracia, a la misma Vida de Cristo, a la Vida de Dios.

N. S. Jesucristo nos habla en múltiples ocasiones de éste Don divino, como cuando nos promete el Pan Eucarístico, con éstas palabras: así como el Padre que me ha enviado vive y Yo vivo por el Padre, así quien me come, también vivirá por Mí (y de mi propia Vida) Quien come éste Pan, vivirá eternamente, y creemos que este Don lo recibimos por el Bautismo, porque Nuestro Señor dijo que Quien no renaciera (por el bautismo) del agua y (la gracia) del Espíritu Santo, no puede entrar en el Reino de Dios.

Más adelante veremos cómo este Don se recibe, se conserva, se puede perder, se recupera y se acreciencia, especialmente por medio de los Sacramentos.

Tratados los 3 temas anunciados, precisemos ahora las principales creencias de los católicos, que discrepan de las de nuestros Hermanos separados, y después explicaremos porqué creemos en ellas.

Creemos los católicos:

 

- Que son 7 los SACRAMENTOS.

- Que San Pedro fue el Jefe de la Iglesia de Cristo.

- Que el Papa es el Sucesor legítimo de san Pedro.

- Que la Iglesia de Cristo es la Iglesia Católica.

- Que la Católica es la única Religión verdadera.

- Que la Religión de Cristo no se encuentra en el Protestantismo.

- Que la Sma. Virgen es Madre de Dios y Madre nuestra.

- Que la Misa es el mismo Sacrificio del Calvario.

- Que existe el Purgatorio.

- Que es legítimo el culto que rendimos a las imágenes de los Santos.

Precisados estos puntos, pasemos a demostrar ¿porqué creemos los católicos en ellos?

 

Creemos que los SACRAMENTOS son 7.

Creemos que la Vida de Dios, que nos da el Bautismo, se pierde con el pecado mortal, pero que la restituye el Sacramento de la Confesión y se acrecienta recibiendo los otros 5 Sacramentos, que son actos sagrados, instituidos por N. S. Jesucristo, para auxiliar a nuestra alma en sus 7 diferentes necesidades, pues de igual manera que nuestro cuerpo necesita nacer, crecer, alimentarse, medicinas en caso de enfermedad, autoridades que lo gobiernen, la vida de familia y auxilios especiales a la hora de la muerte, nuestra alma: nace a la Vida de Dios por el bautismo, crece por el Sacramento de la Confirmación, se alimenta con la Eucaristía, el Sacramento de la Confesión, le restituye la Vida que pierde con el pecado, el Sacramento del Orden Sacerdotal le proporciona el gobierno espiritual que necesita, el Sacramento del Matrimonio santifica su vida en familia, y el de la Extremaunción le proporciona el auxilio que requiere a la hora de la muerte.

¿Por qué creemos que son 7 los SACIRAMENTOS?

Creemos que son 7 los Sacramentos, porque consta en la Biblia que Nuestro Señor instituyó los Sacramentos del Bautismo, la Confesión, la Eucaristía y el Orden Sacerdotal, y aunque no encontramos en ella cuándo ni cómo instituyó los otros 3, nos prueba que los instituyó, el que consta en la Biblia que ya estaban en uso en la Iglesia Apostólica.

Instituyó Nuestro Señor el Sacramento del Bautismo, diciendo a sus Apóstoles: Id pues, e instruid a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Instituyó el Sacramento de la Sagrada Eucaristía cuando en la Ultima Cena que celebró con sus Apóstoles, cambió el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre y les dio a comer el Pan diciendo: Tomad y comed; éste es mi Cuerpo y al darles a beber el cáliz les dijo: Bebed todos de él: Porque ésta es mi Sangre, (que será el sello) del Nuevo Testamento, la cual será derramada por muchos, para remisión de los pecados.

Instituyó el Sacramento del Orden, cuando en la Ultima Cena, después de haber cambiado el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre, dio a sus apóstoles el poder de hacer lo propio, diciéndoles: Haced esto en memoria mía; y cuando después de resucitado dijo a sus apóstoles: como mi Padre me envió así os envío también a vosotros y después dirigió el aliento hacia ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo; quedan perdonados los pecados a aquéllos a quienes los perdonaréis; y quedan retenidos a quienes se los retuviéreis.

Instituyó el Sacramentó de la Confesión, con las mismas palabras que acabamos de mencionar.

Y consta en la Biblia, que ya estaban en uso los otros 3 Sacramentos y por lo tanto, que habían sido instituidos por Nuestro Señor Jesucristo.

Vemos así en Hech. VIII, 17, que los apóstoles administraban el Sacramento de la Confirmación, a los que ya habían sido bautizados: "Imponiéndoles las manos para que recibieran al Espíritu Santo".

Y que se administraba el Sacramento de la Extremaunción, lo leemos en Santiago V, 14-15, con éstas palabras. "¿Está enfermo alguno entre vosotros? llame a los presbíteros de la Iglesia y oren por él, ungiéndolo con óleo en nombre del Señor. Y la oración (nacida) de la fe, salvará al enfermo y el Señor le aliviará; y si se halla con pecado, se lo perdonará".

Y, en fin, que el Matrimonio había sido elevado por Nuestro Señor a la dignidad de Sacramento, nos lo prueba que San Pablo, refiriéndose a él dice: "Sacramento es éste grande, más yo hablo con respecto a Cristo y a la Iglesia", texto que ha sido adulterado en algunas Biblias protestantes.

¿Por qué creemos los católicos que el Apóstol Pedro fue el jefe de la Iglesia de Cristo?

Creemos que para propagar su Doctrina y cuidar y administrar sus Sacramentos, N. S. Jesucristo fundó una Sociedad que llamó su Iglesia, al frente de la cual puso a su Apóstol Simón, a quien cambió su nombre Por el de Pedro, que quiere decir piedra, par que su mismo nombre testificara que sobre él edificaba su Iglesia, y a él prometió las llaves del Reino de los Cielos, diciéndole: Simón, hijo de Jonás... Yo te digo que tú eres Pedro y que sobre ésta piedra edificaré mi Iglesia y a ti te daré las llaves del Reino de los Cielos... porque sólo por él, oró Nuestro Señor a su Padre para que su fe no fallara y fue a él a quien encomendó que confirmara a los demás Apóstoles.

Creemos que San Pedro fue el Jefe supremo de su Iglesia, porque Nuestro Señor ya para ascender a los Cielos le encomienda el cuidado de toda ella, diciéndole: Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas porque él fue quien presidió el primer Concilio de Jerusalén y quien declaró que los gentiles podían ser admitidos en el seno de la Iglesia. Porque fue él, quien hizo los primeros conversos y todos los primeros milagros.

En fin, encontramos en la Biblia, hasta 29 citas atestiguando la supremacía de San Pedro sobre los demás Apóstoles, claramente en ella leemos: "el primero Simón, que es dicho Pedro" (Mat. X, 2).

 

¿Por que creemos que la Iglesia Católica es la verdadera Iglesia de Cristo?

Creemos los católicos, que la Iglesia fundada por Cristo, es la Iglesia Católica, entre otras muchas razones, porque está gobernada por el sucesor legítimo de San Pedro: el Papa, como fácilmente se puede demostrar, pues de igual manera que en la Biblia se encuentra el conocimiento de la Religión e Iglesia fundadas por N. S. Jesucristo, existen obras que testifican la verdad de su trayectoria. a través, de los 19 siglos que tiene de haber sido fundada.

Ciertamente que a quien a éste respecto no tiene la cultura necesaria, no le es fácil aceptar como cierto el testimonio de las historias, pues puede pensar que son parciales en favor del Catolicismo, pero hay obras que no pueden ser sospechosas de parciales por ninguna persona culta y éstas obras son las Enciclopedias, sobre todo, lo que a este respecto dice la Enciclopedia Británica, pues editada en Inglaterra por autores protestantes, es indudable que no va a ser parcial en favor del Catolicismo.

Ahora bien, si buscamos en dicha Enciclopedia la palabra Papacy (Papado), encontramos un muy extenso artículo de nada menos que 34 páginas de a folio y con letra. pequeña, en el que se establece tanto que San Pedro estuvo en Roma, como que fue Obispo de ésta ciudad y el primer Papa de la Iglesia Universal así como que su sucesor legítimo, es el Papa actual, pues viene en ella la historia de los sucesores de San Pedro, desde el año de 67 en que murió crucificado en Roma, hasta Su Santidad el Papa lucen XXIII de santa memoria.

(Encontrará el lector reproducido éste artículo, aunque por supuesto, reducido, en el Folleto E.V.C. No. 98 "¿Estuvo San Pedro en Roma? ¿Fue el primer Papa de la Iglesia?"; y puede leerlo in extenso, en la Biblioteca pública Benjamín Franklyn, calle de Niza No. 5 3).

 

¿Por qué creemos que la Católica es la única Religión Verdadera?

De igual manera que sólo podremos dictaminar si una moneda es buena o es falsa, si conocemos el aspecto de la moneda buena, cómo es su troquel, cómo su cordón, cual su peso, etc., es decir, si conocemos las cualidades que la buena moneda tiene, sólo podremos dictaminar si una Religión es verdadera o falsa, si conocemos las cualidades que debe tener la Religión verdadera.

Ahora bien, razonando, fácilmente llegamos a determinar que:

La Religión verdadera debe tener éstas 6 cualidades.

- Ser la misma en todas partes.

- Haberse conservado la misma a través del tiempo.

- Tener un fundador digno de fe.

- Ser de carácter universal.

- Dar buenos frutos.

- No enseñar nada que condene la razón.

Nos extenderíamos demasiado, si nos detuviéramos a demostrar cómo nuestra razón nos lleva a este conocimiento cómo la católica es la única Religión que tiene éstas 6 cualidades y cómo las demás religiones no tienen ni siquiera una de ellas, pero veamos al menos, porqué la Religión verdadera debe tener la cualidad de ser la misma en todas partes y cómo la Religión Católica, es la única que tiene esta cualidad.

 

La Religión verdadera debe ser la misma en todas partes.

Como la Religión verdadera debe enseñarnos la verdad de nuestras relaciones con Dios y de los deberes que con Él tenemos, deberá tener la marca de la verdad: la UNIDAD, es decir, ser la misma en todas partes.

Un pequeño razonamiento nos hará ver la razón de lo que venimos diciendo. Supongamos que un profesor de aritmética, pone a sus alumnos un problema, al que una de ellos, da por solución 225, otro, 356, otro 88; tendría que haber perdido la razón para decir que todos estaban en la verdad y habría plena razón para decir que sí lo estaban, si todos ellos dieran la misma solución al problema, por ejemplo, 356.

Otro ejemplo más: Supongamos que tenemos tres relojes y que los tres señalan la misma hora, es decir, que hay unidad en la hora que ellos registran, bien podemos decir que esa hora es la verdadera. Pero si uno de ellos señala las 4.30, otro las 3.10 y otro, las 5.14, la falta de unidad en sus indicaciones, nos muestra que hay error en lo que ellos marcan.

Ahora bien, fácil es ver que:

Sólo la religión Católica es la misma en todas partes.

En efecto: sus doctrinas, su culto, sus prácticas, son las mismas en todas las partes de la tierra. Usted puede viajar por el mundo entero; ir del Polo Norte al Polo Sur; del Oriente al Poniente y dondequiera que encuentre un Sacerdote católico, podrá constatar que predican las mismas doctrinas. El dirá que para que se perdone un robo, es necesario restituir lo robado; que no es lícito el control de la natalidad; que está terminantemente prohibido el divorcio; que existe el Cielo el Purgatorio y el Infierno; que el fundador de la Religión Católica, Nuestro Señor Jesucristo, es Dios y Hombre verdadero, que la Misa es el mismo Sacrificio del Calvario, que son 7 los Sacramentos que El instituyó para santificamos; que los Sacerdotes tienen el poder de perdonar los pecados y de hacer la Sagrada Eucaristía, en la que está realmente presente Nuestro Señor Jesucristo en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, etc., etc.

Y que diferentes son las cosas en cualquiera otra religión. Pues aun en las Iglesias Cristianas Ortodoxas Orientales varían las doctrinas de una a otra Iglesia, su falta de unidad es evidente.

Y esta falta de unidad se hace aun más palpable en el Protestantismo. Limitándonos a sus enseñanzas sobre los SACRAMENTOS, que son lo más importante el oro de la Religión de Cristo, no tiene mayor dificultad constatar su falta de unidad sus contradicciones, pues se contradicen no solamente en lo que son, sino hasta en el número de ellos, lo que puede ponerse en evidencia en cualquier ciudad en que están establecidas algunas de sus varias denominaciones, preguntando al pastor de cada una de ellas ¿Cuantos son los Sacramentos?

Así por ejemplo, en la Ciudad de México, en el Templo protestante Episcopal que está en la calle Artículo 123 No. 134, se afirma que son 7 los SACRAMENTOS; en el Metodista que está a unos pasos de distancia, en la calle de Balderas 47 y en el de la calle de Gante No. 5, afirman que son sólo dos; y los Bautistas, con Templo unas calles más allá, en la esquina de las calles de Mina y Héroes, niegan que haya SACRAMENTOS, lo que también niegan los Testigos de Jehová, el Ejército de Salvación, los Cientistas, etc., etc.

Y explicando por que creemos que la Católica es la única Religión verdadera, pasemos a demostrar:

Por que creemos que en el Protestantismo no se encuentra la verdadera religión, ni la Religión de Cristo.

Creemos los católicos que no se encuentra en el Protestantismo la verdadera Religión porque, como hemos dicho, no tiene ninguna de las 6 cualidades que hemos dejado consignado, debe tener la Religión verdadera, principalmente por su falta de unidad, por la contradicción de sus doctrinas fundamentales.

Y no creemos se encuentre en ella la Religión de Cristo:

1) Porque sus Doctrinas en que difiere del Catolicismo, están condenadas por la Biblia.

2) Por la inmoralidad de sus fundadores.

 

Las contradicciones del Protestantismo prueban que no es la Religión verdadera.

Acabamos de exponer claramente como se contradicen los protestantes en el número de Sacramentos, ellos se contradicen EN TODO.

Sus contradicciones son tan palpables, que sus pastores no pueden menos de reconocerlas, pretendiendo que se contradicen sólo en cosas secundarias, pero esto no es exacto, se contradicen en las doctrinas más importantes del cristianismo, hasta en el dogma del infierno, cuya existencia afirmada por unas sectas, es negada por otras; se contradicen hasta en aquéllas verdades que basta negarlas para dejar de ser cristiano, como la Divinidad de Cristo, que no admiten muchas sectas.

Se contradicen hasta en dónde se encuentra expuesta la doctrina de Cristo, pues mientras unas sectas afirman que se encuentra SOLO en la Biblia, "la Biblia, sólo la Biblia", repiten sin cesar, otras como los Luteranos, dicen que también ella se encuentra expuesta en "el Catecismo Menor del doctor Martín Lutero" y en otros 8 libros más; los Cientistas, afirman que también se encuentra en el libro "Science and Health with Key to Scriptures' ,escrito por Mary Baker Eddy, la fundadora de la Christian Sciencie, que tuvo 3 maridos, y se divorció de uno de ellos; los Mormones dicen que también se encuentra en el libro de Mormón y en los titulados The Book of Doctrine and Covenants, The Pearl of Great Price, el Símbolo segundo de Fe, de Brigham Young, que por cierto dejó al morir, 27 viudas y 53 hijos; y los Anglicanos, que se encuentra también en el Common Prayor Book.

Sectas hay que dan importancia máxima, a cosas que para otras no tienen ninguna, llegando su exageraci6n hasta a tornar de ellas su nombre, ejemplo los "Adventistas del Séptimo Día" que afirman que debemos santificar el día que llamamos sábado, o sea el día de Saturno, y no el domingo que es el día del Señor, idea que no es aceptada por la inmensa mayoría de las sectas protestantes.

1) Las doctrinas protestantes están condenadas por la Biblia. . .

Luego no se encuentra en ellas la Religión de Cristo. La verdad de esta afirmación, ha sido puesta en evidencia en todas las citas bíblicas que han quedado consignadas en nuestro Folleto, así como por las que más adelantes se presentan.

2) La inmoralidad de los fundadores del Protestantismo...

Prueba que no se encuentra en él la Religión de Cristo. Basta conocer la auténtica vida de los fundadores del Protestantismo y reflexionar un poco en ello, para darse cuenta de que es absurdo aceptar que personas tan inmorales, hayan venido a restituir la Iglesia a su pureza primitiva, como lo pretenden los protestantes, pues Una mala semilla no puede dar un buen árbol.

Pretenden los protestantes que en el siglo XVI, la Iglesia Católica estaba tan corrompida, que había perdido su santidad y que, gracias a la Reforma la Iglesia primitiva, vino a renacer en el Protestantismo.

Ahora bien, cierto de todo punto es que en el siglo XVI, muchos miembros del clero que habían ingresado al Sacerdocio o a los conventos, no para imitar a Cristo llevando una vida santa, sino para disfrutar de las riquezas que en el transcurso de los siglos se habían acumulado en las abadías y en los conventos, llevaban una vida licenciosa, a pesar de haber prometido formalmente a Dios, al hacer sus votos, vivir en la pobreza, en castidad y en obediencia y de leer en la Biblia: "Guardarás lo que tus labios pronunciaron y harás como prometiste a Jehová tu Dios, lo que Por tu voluntad hablaste Por tu boca".

Pero esto no quiere decir que se hubiera corrompido la Iglesia, pues ella conservaba intactas sus doctrinas: su Dogma, su moral, intacto el Sacrificio de la Misa, intactos sus Medios de Santificación, los principales de los cuales, eran y son sus 7 SACRAMENTOS.

Además, los que llevaban esa vida licenciosa, sabían bien que lo que hacían estaba condenado por la Iglesia, sabían bien, que lo que hacían era malo.

Lo que hicieron los pretendidos reformadores protestantes, fue tratar de justificar su mala conducta, haciendo aparecer bueno lo que era malo, para lo que suprimieron Libros de la Biblia y corrompieron la doctrina de la Iglesia, principalmente: aboliendo los votos de los religiosos, suprimiendo la Santa Misa, que obedeciendo el mandato de Cristo en la Ultima Cena, Haced esto en memoria Mía celebraba y celebra la Iglesia, corrompiendo la moral, al grado de que Lutero autorizó el divorcio y la poligamia permitiendo al Landgrave Felipe de Hesse, ya casado, contraer matrimonio con una segunda mujer, con Margarita von Sala y que el ministro luterano Melander estuviera casado con 4 mujeres, todas vivas y, en fin, suprimiendo 4 Sacramentos.

Lo que los protestantes hicieron, fue adaptar la Religión a su corrupción, justificar el mal, llevar a obrar mal a los ministros do Dios y a los fieles, haciéndoles creer que era bien el mal que hacían.

Por otra parte, es falso que todo el clero haya estado corrompido, si en alguna época ha producido santos la Iglesia, fue precisamente en aquél tiempo y quien vino a purificar al clero y a los fieles, fue precisamente el Santo Concilio de Trento, que conservó intacto el Dogma, intacta la moral, intactos los Sacramentos, la indisolubilidad del Matrimonio, que limpió de la Iglesia a sus peores elementos, conservando intactos los votos religiosos e intacto el celibato eclesiástico, cuya posibilidad y santidad juzgan imposible de ser llevado a la práctica, los que ignoran que si nada puede hacer el hombre solo "todo lo puede con la ayuda de Dios", ayuda que Dios proporciona al cristiano mediante los SACRAMENTOS, cuyo efecto santificante, desconocen los que no conocen bien el Catolicismo. No es fácil comprender cómo quien sabe que Una mala semilla no puede producir un buen árbol y conoce la auténtica vida de Lutero, el principal fundador del Protestantismo, pueda aceptar como verdadera, la religión fundada por él, cómo puede aceptar haya Dios elegido para purificar su Iglesia, a un monje que habiendo hecho voto de castidad, sedujo a una monja, Catalina Bora y se casó después sacrílegamente con ella, que habiendo hecho voto de obediencia, se rebeló contra Su Santidad el Papa, y que hasta se robó el convento en que había hecho voto de Pobreza.

No es fácil comprender cómo los Anglicanos pueden creer sea la verdadera Iglesia de Cristo la fundada por el Rey Enrique VIII, quien después de haber defendido la Iglesia contra las herejías de Lutero, lo que le valió del Papa León X, el título de "Defensor de la fe" se haya después rebelado contra el Papa Clemente VII, porque no quiso anular, después de 20 años de casado, su matrimonio con Catalina de Aragón, para casarse con Ana Bolena, a la que después hizo decapitar para contraer nuevas nupcias y seguir cambiando hasta 6 mujeres para lo que al efecto hizo decapitar a otra, divorciándose de nueva cuenta varias veces.

Cómo es posible pueda aceptarse la religión fundada por un criminal como él, que siendo un simple laica, se declaró jefe de la Iglesia de Inglaterra, jefatura que tuvo que imponer, haciendo morir en el martirio, 21 Obispos, cerca de 500 Sacerdotes y más de 72 mil fieles.

Y criminales fueron también Calvino, Swinglio y Beze y el Rey Christian II de Escandinavia y todos los fundadores de las diferentes ramas del protestantismo que rechazaron la Iglesia de Roma, principalmente para apoderarse de los bienes eclesiásticos.

Tienen que tener de la Religión y de la verdad un concepto por demás equivocado, aquellas personas cultas y virtuosas que conociendo la auténtica historia del nacimiento de la Iglesia Protestante a la que pertenecen puedan seguir perteneciendo a ella.

Y, terminaremos este estudio exponiendo, como ya dijimos, lo que creemos los católicos acerca de las doctrinas más controvertidas por los protestantes, sobre la Santísima Virgen, la Santa Misa, el Purgatorio, el culto a las imágenes, y porqué creemos en ellas.

 

LA VIRGEN SANTISIMA.

Creemos los católicos que la Virgen María, fue concebida sin pecado original, que concibió por obra del Espíritu Santo, que se conservó virgen antes del parto, en el parto y después del parto, que es la más excelente de todas las criaturas, que nadie como Ella escuchó la palabra de Dios y la practicó, que después de Nuestro Señor Jesucristo, es el modelo más perfecto de todas las virtudes, que es nuestra más poderosa intercesora delante de Dios que es Madre de Dios, que es nuestra Madre Espiritual y que está en el Cielo en cuerpo y alma.

No es este el lugar para exponer por qué creemos todo esto, lo que se encuentra tratado con la amplitud necesaria en los Folletos E.V.C. que van indicados en las Notas. Vamos aquí tan solo a limitarnos a decir algunas palabras acerca de los puntos que van en tipo negro.

La Virgen concibió por obra del Espíritu Santo.

Leemos en el Evangelio de San Lucas 1, 34-35, que cuando el Arcángel San Gabriel anunció a la Virgen que iba a ser Madre del Divino Verbo, Ella preguntó "¿Cómo ha de ser esto, pues yo no conozco (ni jamás conoceré) varón alguno?" y entonces el Angel en respuesta le dijo: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra (o fecundará); por esta causa el (fruto) santo que de ti nacerá, será llamado Hijo de Dios".

La Virgen es la criatura más excelente de cuantas han sido creadas.

Basta considerar las palabras con que el Arcángel San Gabriel saluda a la Virgen Santísima en la escena de la Anunciación: "Dios te salve ¡Oh LLENA DE GRACIA!", para que los que hemos entendido la excelencia sin igual del Don de Dios, del Don doblemente divino de la GRACIA, nos demos cuenta de que la Virgen Santísima, es la más excelente de todas las criaturas, pues el mismo Dios por labios del Arcángel San Gabriel la declara GRACIA PLENA.

La Virgen María es nuestra más poderosa intercesora para con Dios.

El Evangelio de San Juan, en su Capítulo II, nos proporciona una prueba irrefutable del gran poder intercesor de la Virgen Santísima. En efecto: leemos en él que estando Nuestro Señor con su Madre en las Bodas de Caná en Galilea, "vino" a faltar el vino y que dijo a Jesús su Madre: "No tienen vino" y que bastó con esta simple indicación de la Virgen, para que Nuestro Señor hiciera su primer milagro cambiando el agua en vino, a pesar de que aún no había llegado la hora de que manifestara su Divinidad haciendo milagros.

Los protestantes, con tal de menospreciar a la Santísima Virgen, no retroceden ante arrojar sobre Nuestro Señor Jesucristo el baldón de faltar a su Madre al decirle: Mujer ¿qué nos va a Mí y a ti? Aún no es llegada mi hora, pretendiendo que esta es una frase despectiva, cuando por el contrario es un modismo que se usaba y aún se usa entre el pueblo judío en forma por demás cortés.

Si como pretenden los protestantes, tal frase fuera un reproche, Nuestro Señor no hubiera hecho el milagro que solicitaba de Él la Virgen Santísima.

La Virgen María es Madre de Dios.

Nada de extraño tiene nieguen que la Virgen es Madre de Dios quienes no creen que Jesucristo es Dios, pues para reconocerlo basta con reflexionar que si Nuestro Señor Jesucristo es Dios y la Virgen es Madre de Nuestro Señor Jesucristo, es Madre de Dios.

Hay otras muchas razones para establecer este Dogma de nuestra Santa Iglesia. Ver el Foll. E.V.C. No. 81.

La Virgen María es Madre nuestra.

Esto nos lo prueba, entre otras muchas cosas, que estando Nuestro Señor pendiente en la Cruz y al pie de ella la Virgen y el Apóstol San Juan, dijo a su Madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo y después dijo al discípulo Ahí tienes a tu Madre (Juan XIX, 26, 27).

Nuestra Santa Iglesia ve en San Juan al representante de la humanidad cerca de la Cruz, de tal manera que estas palabras de Nuestro Señor: He ahí a tu Madre, significan que a todos los hombres nos da por Madre a la Virgen Santísima, Maternidad espiritual que por otra parte se demuestra superabundantemente con otros muchos textos y argumentos (Foll. E.V.C. 99).

El culto a la Virgen Santísima.

El culto que la Iglesia Católica rinde a la Virgen Santísima, es un culto de super veneración, pero nunca de adoración. Prueba de ello es que mientras cuando nos dirigimos a Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo, le decimos por ejemplo: "¡Ten piedad de nosotros!" Cuando nos dirigimos a la Virgen le decimos: "Ruega por nosotros", pues el poder que Ella tiene no es propio, sino que lo recibe de Dios.

 

El Sacrificio de la Misa.

Creemos los católicos, que la Ultima Cena y el Sacrificio del Calvario, es el mismo Sacrificio que Nuestro Señor ofreció en la Ultima Cena y consumó al día siguiente en el Calvario.

Y lo creemos porque Nuestro Señor, en la Ultima Cena, después de haber ofrecido al Eterno Padre su Sacrificio que consumaría al día siguiente, de haber cambiado el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre y de haberles dado en Comunión a sus Apóstoles, les dijo: haced esto en memoria mía y creemos que con estas palabras les dio la orden y la potestad para hacer lo que El había hecho y que, obedeciendo su orden, esto lo hacían sus Apóstoles en la ceremonia que llamaban "la fracción del pan" o "los Santos Misterios", mandamiento que siguen obedeciendo nuestros Sacerdotes, en la ceremonia que llamamos la Santa Misa, pues en ella, como Nuestro Señor Jesucristo en la Ultima Cena: ofrecen al Eterno Padre el pan y el vino, lo cambian, en la Consagración, en su Cuerpo y en su Sangre, y lo dan en Comunión a los fieles.

Así pues, la Misa es la reproducción de la Ultima Cena y como ésta y el del Calvario es el mismo Sacrificio, la Misa es el mismo Sacrificio del Calvario, renovado y perpetuado como lo quiso Nuestro Señor Jesucristo: Cuantas veces hiciereis estas cosas, las haréis en memoria mía.

 

La existencia del Purgatorio.

Como leemos en la Biblia que "nada manchado entrará en el cielo", creemos los católicos que los que mueren sin estar enteramente limpios de, pecado, no podrán entrar al cielo, pero que si sus faltas no son graves, tampoco serán condenados al Infierno, por lo que deberá haber después de la muerte, un lugar en que se purificarán las almas, lugar que llamamos Purgatorio.

Esta palabra ciertamente no se encuentra en la Biblia, pero sí se encuentra en ella la idea de un lugar de sufrimientos, en el que se purificarán de los pecados, los que no murieron con pecados graves, así por ejemplo Nuestro Señor nos dice: cualquiera que hablare contra el Hijo del hombre, se le perdonará, pero quien hablara contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en ésta vida, ni en la otra, palabras que nos enseñan que hay pecados que se pueden perdonar en la otra vida y por los cuales estarán los que los tengan, en un lugar de sufrimiento, del que podrán salir (el Purgatorio) cuando les sean perdonados y podrán entonces entrar al cielo.

San Pablo, por su parte nos dice que algunos se salvaron "mas así como por fuego" es decir, que no alcanzaron la felicidad eterna, sino pasando por el fuego del sufrimiento; y, consecuente con estas palabras, lo vemos rogar al Señor, que salve a Onesíforo, que le prestó grandes servicios en Roma y en Efeso, lo que supone por consecuencia que este último, ya difunto, podría ser auxiliado por su oración, lo que requiere que su alma no esté en el Infierno, pues del Infierno no se sale, sino en un lugar que llamamos Purgatorio.

Pero donde más claramente se encuentra expuesta la doctrina del purgatorio y de los sufragios por los difuntos, es en el Libro segundo de los Macabeos, que falta en la Biblia protestante. Leemos en su capítulo XII, que Judas Macabeo después de su victoria sobre Gorgias, hizo una colecta que produjo 12 mil dracmas, las que envió al Templo de Jerusalén para que se celebrara en él, un sacrificio de expiación por los muertos en la batalla "pues es un pensamiento santo y saludable rogar por los difuntos a fin de que sean libres de sus pecados".

 

El Culto a las Imágenes.

Creemos los católicos que nuestros hermanos separados no tienen razón para condenar como condenan, el culto a las imágenes. Que no tienen razón para haber hecho de los versículos 4, 5 y 6 del Capítulo XX del Libro del Exodo, su segundo mandamiento, estos versículos son simplemente una ampliación del versículo 3, que ordena rendir culto de adoración sólo a Dios, de igual manera que los versículos 9, 10 y 11, son una ampliación del versículo 8 que ordena santificar las fiestas.

Por otra parte, vemos que ni el mismo Dios condena las imágenes de manera tan drástica, pues El mismo ordenó a Moisés que hiciera dos querubines de oro y los colocara a los dos lados de la cubierta del Arca de la Alianza y que hiciera una serpiente de bronce para que fuera levantada en alto y todo aquel que la mirara, quedara curado de la mordedura de las víboras que infestaban el campo israelita.

Si condenar las imágenes fuera algo de tan excesiva importancia como lo pretenden no todas pero sí muchas sectas protestantes, pues también en eso se contradicen, es indudable que N. S. Jesucristo las hubiera condenado y no se encuentra en todo el Nuevo Testamento una sola frase de El ni de sus apóstoles, que las condenen.

Los católicos sabemos bien, que no debemos rendir a las imágenes el culto de adoración que debemos rendir sólo a Dios y que consiste en reconocerlo como el Creador y Soberano Señor de cuanto existe y proclamar nuestra sumisión a sus preceptos, y que lo ofendemos cuando quebrantamos sus Mandamientos. El culto que rendimos a las imágenes, es por completo diferente; desde luego, este culto que es de veneración, no se dirige a ellas, sino a los Santos que representan, es semejante, aunque de un orden superior, al que se rinde a los héroes de la patria, como a Jorge Washington, o a Abraham Lincoln o a Benito Juárez y que consiste en reconocer la superioridad de una persona, sobre nosotros mismos.

Se calumnia a la Iglesia, tachándola de pagana e idolátrica, pues claramente decretó el Concilio de Trento lo siguiente:

"El Concilio ordena que las imágenes de Cristo, de la Virgen Madre de Dios y de otros Santos, se tengan y guarden en las iglesias y se les de el honor y reverencia debidos, no porque se crea que hay en ellas alguna divinidad o virtud, en consideración a la cual deba dárseles culto o pedírseles alguna cosa, a poner en ellas la confianza, como hacían antiguamente los gentiles que colocaban sus esperanzas en los ídolos, sino porque el honor manifestado a ellas se refiere a los prototipos a quienes estas imágenes representan, de tal manera que por las imágenes que besamos y ante las cuales nos descubrimos y arrodillamos adoramos a Cristo y veneramos a los Santos cuya semejanza tienen".

Así pues, no es de justicia culpársele a ella, de que algunos fieles ignorantes de su Religión, atribuyan a las imágenes poderes que condena la Iglesia, como también es injusto y absurdo, tachar de idólatras a estos católicos ignorantes pues por mucho que lo sean, no van a rendir a una imagen culto de adoración, pues no van a creer que ella fué la que creó los Cielos y la tierra; se postraran ante ella, de rodillas si se quiere, pero no van a pedirle perdón por sus pecados, perdón que no le piden ni siquiera a la Virgen Santísima, pues forma parte del culto de adoración que se rinde solamente a Dios.

INSTRUCCIÓN RELIGIOSA Y EUCARÍSTICA.

A.M.D.G.


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